Evaluación Auténtica

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Evaluación Auténtica. Un enfoque evaluativo diferente. Authentic Assessment. A different approach on assessment. Patricio Alliende B.1

Resumen. El presente artículo pretende introducirnos en la mirada de la evaluación auténtica, como procedimiento más holístico de la evaluación enfatizando el carácter colaborativo, participativo y vinculado a la mejora de los aprendizajes. Comenzaremos dando una breve mirada a los inicios para contextualizar este enfoque, pasando a señalar sus características más relevantes para luego señalar algunos pros y contras de este enfoque evaluativo. Palabras claves.: evaluación autentica, procedimiento, mejora de aprendizajes, enfoque, características. Abstract. The present article intends to introduce us to the authentic assessment, seen as a more holistic procedure of assessment emphasizing the collaborative nature, participatory and related to better learning skills. We’ll begin by giving a brief look to the starting point, to contextualize this assessment approach, then pointing out the most relevant features, followed up by establishing some pros and cons of the authentic assessment. Key words: authentic assessment, procedure, learning improvement, focus, characteristics.

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Patricio Alliende Balbontin, Licenciado en Ciencias y Artes Musicales. PUCV. Profesor de Artes Musicales. PUCV. Colegio María Auxiliadora de Valparaíso. Asesor Pedagógico, Plan TEC, Enlaces, Costa Digital, Valparaíso, Chile. Email: palliende@fmachile.cl


INTRODUCCIÓN La complejidad que implica evaluar lo que los alumnos han aprendido se ha tornado cada vez más difícil si se toma en consideración el énfasis que se le ha dado a los estándares de competencias insertos en el curriculum. Así, los profesores deben cumplir con estos estándares, evaluar el progreso de los alumnos e implementar adecuaciones curriculares orientadas a las necesidades y estilos de aprendizaje que tienen los alumnos. (DecastroAmbrosetti y Cho, 2005) Si se considera la evaluación tradicional como la define Stufflebeam como “un proceso de delinear, obtener y proveer información útil con el fin de juzgar diversas alternativas que permitan una toma de decisiones adecuada” (Stufflebeam, 1970. Citado por Ahumada, 1989) podríamos decir que el énfasis de la evaluación está en la obtención de información y además le confiere la condición de útil, pero no hace mención a los aspectos y factores que afectan al estudiante al momento de tener que proporcionar esa información. El enfoque de la evaluación auténtica busca determinar lo que el estudiante sabe de un modo mucho más contextualizado y significativo para él. Con la evaluación autentica se intenta averiguar lo que el estudiante sabe y es capaz de hacer mediante diferentes formas de evaluación, buscando que él mismo pueda demostrar una variedad más amplia de desempeño, que las simples respuestas breves de conocimiento. (Ahumada, 2005) La evaluación autentica se mueve más allá de la memorización de contenidos y permite a los estudiantes construir sus propias respuestas. Captura aspectos del conocimiento, habilidades para la resolución de problemas, habilidades sociales y actitudes para desenvolverse en el mundo real. Propone actividades significativas y que sean desafiantes para el estudiante en donde éste pueda aplicar sus conocimientos y habilidades para resolver problemas en nuevos contextos. (Aitken y Pungur, 2005). La evaluación autentica se centra principalmente en procesos más que en resultados y busca que el alumno sea quien asuma la responsabilidad de su propio aprendizaje. La evaluación entonces se transforma en un medio que le permite alcanzar los conocimientos propuestos. (Ahumada, 2005). Lo importante es que para poder hacer medible la evaluación auténtica se deberá considerar el trabajo con estándares, requerimiento necesario para poder guiar las decisiones de una actividad que en sí mismas son más complejas y extensas. De ahí la importancia del uso de rúbricas para poder orientar tanto al profesor como al alumno en la tarea emprendida. (Mueller, 2005)

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INICIOS. La evaluación como proceso, surge de la necesidad de poder medir lo que los alumnos deben saber de lo que históricamente se cree como verdad. Los estudiantes responden pruebas de las diferentes asignaturas buscando comprobar lo que retienen de los conocimientos entregados por el docente y asumidos como verdades absolutas (Guba y Lincoln, 1989). En las enseñanzas de los filósofos griegos, como Sócrates, utilizaban como método de enseñanza y evaluación preguntas que buscaban saber si los alumnos avanzaban o no en su aprendizaje. (Díaz, 2008) Existen variadas concepciones de la evaluación y cada una con un énfasis en diferentes aspectos. Podemos esquematizarlos como lo propone Díaz (2008): 1.- Centradas en logro de objetivos, en la evaluación del rendimiento y en la preocupación por los resultados; Tyler, Lafourcade, Gronlund. 2.- Como emisión de juicios de valor o determinación de méritos; Scriven, Popham, Alvira. 3.- Como un proceso de recogida de información para la toma de decisiones; Stufflebeam, Cronbach, Fernández. 4.- Síntesis y unificación de anteriores; Cabrera, Casanova. En la década de los 80, comienzan a surgir nuevas tendencias en evaluación, buscando dar respuesta a aspectos que la evaluación tradicional no ha podido dar. En Estados Unidos, se impulsó una reforma educativa que enfatizó el aspecto evaluativo, dándole especial énfasis a los tests y pruebas estandarizadas, buscando obtener mejoras en el desarrollo de habilidades básicas. Pero los resultados no demostraron grandes progresos y comenzó una fuerte corriente de crítica a este tipo de evaluación estandarizada. (Bravo y Fernández, 2000) Como lo señala Condemarín y Medina (2000, pg. 13) “la evaluación auténtica se basa en la permanente integración de aprendizaje y evaluación por parte del propio alumno y sus pares, constituyéndose en un requisito indispensable del proceso de construcción y comunicación de significados”. La evaluación autentica intenta obtener evidencias reales y vivencias del alumno según los contenidos que cada subsector plantea. Busca evaluar al alumno midiendo su desempeño en resolución de problemas, que pueda ejecutar actividades con fuertes bases de conocimiento, que promueva la colaboración, que pueda construir y justificar sus propias respuestas, enfatizar y estandarizar criterios de evaluación (Wiggins, 1990). Más que una nueva manera de evaluar, la evaluación auténtica debe relacionarse directamente con el proceso de enseñanza-aprendizaje ya que busca que el alumno se enfrente a desafíos de la vida real en las que tenga que recurrir a conocimientos, destrezas y actitudes en que se trata de potenciar el uso de varias habilidades. La relación entonces con los problemas y situaciones con las que el alumno puede encontrarse en el mundo laboral es directa y por ende de mucha importancia. (Apodaca, et al, 2005) 3


CARACTERISTICAS. La evaluación auténtica busca mejorar la calidad de los aprendizajes La observación de lo que los alumnos realizan en el aula, su participación en actividades y reflexiones contribuye a que el docente vaya adquiriendo una visión más acabada de las habilidades del alumno. Si a esto se suma el trabajo colaborativo con instancias en que hay autoevaluación, coevaluación y la evaluación del profesor, el desarrollo de habilidades aumenta. Se fomenta el apoyo y construcción del aprendizaje fortaleciendo lazos afectivos entre alumno-alumno, alumno-docente. El uso de pruebas estandarizadas o respuestas cerradas no se excluyen del enfoque de la evaluación autentica, sino que se suman a una serie de instrumentos que permitan tener una visión más amplia del progreso del alumno (Condemarin y Medina, 2000). Por lo tanto, más que evaluar al alumno, se busca mejorar y orientar su proceso de aprendizaje. Las evidencias son importantes pero más lo son las vivencias ya que existen diversos procedimientos y técnicas para obtener la información, lo que le confiere una mirada formativa, que acompaña el proceso de aprendizaje enfatizando también la colaboración entre pares y también con el docente, el que estimula si hay errores en vez de sancionar. Evalúa competencias y desempeños tomando en cuenta el contexto de donde se produce el aprendizaje, existiendo una mirada integradora con respecto a la diversidad de los puntos de aprendizajes de los alumnos, fomentando una actitud mediadora entre lo que los alumnos saben y lo que debieran saber. (Ahumada, 2005). Según Wiggins (1990), el acercarse a la evaluación auténtica implica convertir a los alumnos en lectores exitosos con conocimientos adquiridos. Otorgarle a los alumnos una amplia gama de habilidades. Demostrar si el alumno puede elaborar respuestas validas y completas acerca de la tarea o desafío planteado. Dar confiabilidad en la estandarización de los criterios para evaluar las actividades. Dar el espacio para que el alumno pueda prepararse en el pensamiento crítico para lograr éxito en su vida profesional y laboral. (Aitken y Pungur, 2005). Este enfoque evaluativo en el que se hace especial énfasis en las relaciones del contexto con el alumno, los aspectos colaborativos entre pares para obtener las metas de las actividades a desarrollar, nos hacen relacionarlo con la mirada que tiene el biólogo Ph D. Humberto Maturana en la que “propone que la misma vida debe ser entendida como un proceso de conocimiento, en la realización del vivir en congruencia con el medio”. (Ruiz, 2002). Sin duda, esta mirada desde la ciencia a la educación abarca un amplio espectro de discusión, pero no es el propósito de este escrito adentrarnos en la propuesta de Maturana, pero si nos deja un área para explorar.

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MIRADA CRÍTICA Pero de todo lo anterior, no podemos desconocer que la evaluación auténtica tiene sus aspectos positivos como también algunos no tantos. Realizando una comparación con la evaluación tradicional podemos señalar algunos de los pro y los contra de este enfoque evaluativo. En cuanto a los beneficios de la evaluación autentica, podemos mencionar el rol activo de los alumnos en su propio proceso de evaluación. Mejora la autoestima debido a la necesidad de trabajar colaborativamente lo que implica comunicarse de manera más efectiva, acercándose más a la realidad de los alumnos. Un aspecto positivo transversal es que los alumnos tienen una actitud mucho más abierta y positiva respecto de su colegio ya que el foco de atención esta puesto en el alumno como protagonista más que en el profesor, dándole un sentido de pertenencia más fuerte. El profesor cumple un rol más bien de mediador de los aprendizajes velando por que se cumplan las metas planificadas. (Ahumada, 2005). En cuanto a las dificultades que presenta la evaluación autentica están; el alto costo por realizar en forma adecuada la evaluación ya que son lentas y requieren de mayor tiempo de medición. La puntuación es más bien subjetiva, a pesar de poder contar con criterios claros, al final se determinan por juicios subjetivos y es complejo poder establecer dos tareas o actividades que permitan medir lo mismo. El contexto puede afectar la puntuación debido a los lazos afectivos que se crean al compartir con los demás alumnos y el docente, aspectos de la generación de conocimientos colaborativos. La complejidad de las actividades a desarrollar también son factores en contra de la evaluación auténtica. (Bravo y Fernández, 2000). Una dificultad, pero de orden cultural, dice relación con el enfrentar la burocracia de las prácticas evaluativas que tradicionalmente se llevan a cabo y las creencias establecidas difíciles de romper. Por ejemplo, el decir que el profesor es el foco principal de toda actividad de aula y que él determina las conductas necesarias para lograr efectividad en la dinámica de la clase. (Rennert-Aviert, 2005). Otro aspecto que juega en contra de la evaluación auténtica es el mismo sistema educacional que hace explicito la filosofía de la evaluación autentica, pero que no son puestas en práctica en las pruebas estandarizadas externas como el SIMCE y la PSU, que en definitiva lo que importa es la calificación, el puntaje.

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Conclusión. En el entorno educativo, el enfoque de la evaluación auténtica se va abriendo camino y tendrá mayor posibilidad de lograr establecerse, si en los colegios la evaluación es vista y asumida como un elemento más del proceso de enseñanza aprendizaje y no como un medio para calificar a los alumnos por sus resultados en un test. Se debe procurar establecer un contexto administrativo que implique una cantidad de alumnos más reducido en aula para lograr efectivamente poder llevar a cabo el proceso evaluativo formativo como corresponde y poder apoyar y retroalimentar eficientemente a los alumnos, favoreciendo paralelamente las relaciones que se generan entre el profesor y el alumno. Pero si el sistema educacional, los profesores y los propios alumnos siguen inmersos en procedimientos evaluativos tipo pruebas en que solo deben evocar conocimiento, será difícil que el modelo de la evaluación autentica sea aceptado por los docentes y alumnos. Esta alternativa promueve formas diferentes de trato, como instrucciones claras puestas en las rúbricas, uso de diferentes formas de recolectar información. Debemos aceptar que aún existen docentes que han hecho de la evaluación un proceso difícil de vencer porque sus exigencias resultan demasiado altas para los alumnos o porque usan preguntas tratando de sorprenderlos. Se puede aumentar la dificultad, modificar los criterios de evaluación y corrección. Lo que no se puede medir ni prever es la toma de conciencia de los actores principales buscando un cambio actitudinal. Todo lo señalado pasa necesariamente por una revisión a conciencia de la evaluación, y un cambio en los profesores referente a su actuación. Como lo señala Maturana en su escrito “¿Qué queremos de la educación? nos señala que “la posibilidad de pasar a la era de la honestidad no depende de leyes ni de ningún tipo de imposición sino de un acto intencional. Tampoco se trata de enseñar, por la razón o la fuerza, los valores esenciales a nuestros niños. La honestidad y la colaboración sólo se pueden dar como actos intencionales de las personas”. En la medida que los profesores tengan como objetivo principal el proceso de enseñanza aprendizaje de los alumnos y el desarrollo de sus habilidades, entonces la evaluación autentica cobrará sentido y se instalará de manera mucho más efectiva de lo que lo está actualmente, porque se transformará en un elemento integrado al aprendizaje.

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