San Jorge Preca
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Las Mansiones y Praeconia fueron impresos de manera separada en 1930. Originariamente fueron escritos para el uso privado de los socios de la Sociedad de la Doctrina Cristiana. En 1990 fueron publicados en inglés. Primera edición en castellano: 2011 © Sociedad de la Doctrina Cristiana
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Un ejercicio para cada primer viernes del mes, un día dedicado de manera especial al Sagrado Corazón de nuestro Señor Jesucristo. Introducción Sólo lograrán entrar en el reino de la verdadera paz, en este mundo y también en la vida eterna, los devotos del Sagradísimo Corazón de Jesucristo. De hecho Jesucristo, el único maestro de los seres humanos, mandó a todos sus discípulos de imitar su corazón: “Aprendan de mí, que soy sencillo y humilde de corazón” (Mt 11,29). ¿Quién puede tener paz y alcanzar la salvación si no es misericordioso y no perdona? Aquí está el corazón manso. ¿Quién puede tener paz y alcanzar la salvación si no cumple la voluntad de Dios? Aquí está el corazón humilde. Entonces, quien no imita el corazón de Jesús, no es un verdadero devoto de su Sagradísimo Corazón. Todo lo que hizo y dijo Jesucristo brotó de su corazón. Él mismo nos dijo: “De la abundancia del corazón habla su boca” (Lc 6, 45).
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Todo emana del corazón y lo que emana de ella muestra la calidad del mismo corazón. Este libro llamado “Las mansiones” es una ayuda para reflexionar sobre el Corazón de Jesús, para que lleguemos a conocerlo mejor. De esta manera podemos imitarlo y construir nuestra vida sobre él, y así lograremos confiar y descansar en él. La devoción hacia el Corazón de Jesús es un manantial de riquezas espirituales. Jesús mismo reveló a Santa Margarita María Alacoque que él otorga todas las gracias necesarias a sus devotos, según su estado; de mantener la paz en sus familias; de consolarlos en sus sufrimientos; de protegerlos en su vida y en su muerte; de rociar con muchas bendiciones cada obra que realizan; de ayudarlos en el camino de la perfección; de otorgar su bendición en las casas que lleven expuesta la imagen de su Sagradísimo Corazón; de dar a los sacerdotes la gracia de convertir los corazones más duros; de escribir con tinta indeleble en su corazón los nombres de aquellos que promulgan esta devoción; de dar la gracia de morir en estado de gracia a todos aquellos que comulgan el primer viernes del mes
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por nueve meses en seguida, después de haber recibido los sacramentos y que será para ellos un arca de salvación en la hora de su muerte. ¿Cómo podemos quedar indiferentes frente a promesas como estas, que nos animan tener una verdadera devoción hacia el Corazón de Jesús? Este ejercicio de “Las Mansiones” está prescrito para que se realice el primer viernes de cada mes, día escogido por Jesucristo por medio de Santa Margarita María Alacoque para el honor de su corazón divino. En este día, el ejercicio de “Las Mansiones” reemplaza las materias de la Asignatura para fomentar la devoción hacia este Corazón Divino. También se puede utilizar este ejercicio durante la hora santa.
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Introducción 1. Cristo en el vientre virginal 2. Jesús en el pesebre 3. Jesús y los pastores 4. Jesús recibe la circuncisión 5. Jesús presentado en el templo 6. Los reyes adoran a Jesús 7. Jesús liberado del rencor de Herodes 8. Jesús conversando con los sabios 9. Jesús en la vida privada 10. El bautismo de Jesús en el río Jordán 11. Jesús llamado el “cordero de Dios” 12. Cristo en el desierto 13. Cristo en las bodas de Caná 14. Cristo lee en la sinagoga 15. Cristo en el barco de Pedro 16. Cristo sana al paralítico 17. Cristo con los pecadores 18. Cristo y el centurión 19. Cristo y la viuda de Naím 20. Cristo y la mujer pecadora 21. Cristo y los demonios 22. Cristo y el paralítico de la piscina 23. Cristo y el joven rico 24. Cristo multiplica los panes y los pescados 25. Cristo y Jairo 26. Cristo y la mujer enferma de hemorragias 27. Cristo en la casa de Marta
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28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58.
Cristo y el jefe de la sinagoga Cristo y los leprosos Cristo y Zaqueo Cristo y las monedas de la viuda Cristo y su entusiasmo Cristo y la Samaritana Cristo llora por Jerusalén Cristo y la mujer adúltera Cristo y la moneda del Cesar Cristo dormido en el barco Cristo elogia a San Juan Bautista Cristo rescata a Pedro de las aguas Cristo y la mujer cananea Cristo bendice a Pedro Cristo con los niños Cristo maldice la higuera Cristo y Nicodemo Cristo y el funcionario del rey Cristo y el ciego de nacimiento Cristo en la cena de Betania Cristo y los profanadores Cristo resucita a Lázaro La Transfiguración de Cristo La entrada solemne de Cristo en Jerusalén Cristo lavando los pies de los apóstoles Cristo instituye la eucaristía Cristo y Judas Cristo en el Huerto Cristo y los soldados judíos Cristo ante Anás Cristo ante Caifás
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59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73.
Pedro niega a Cristo Herodes se burla de Jesús Cristo con Barrabás Cristo declarado inocente Cristo azotado Cristo con la corona de espinas Cristo con la cruz a cuestas Cristo y sus verdugos Cristo y el ladrón convertido Cristo abandonado por Dios Cristo encomendando su alma Cristo traspasado por una lanza Cristo es sepultado Cristo resucitado Cristo sube al cielo
Praeconia
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Una oración antes de empezar el ejercicio de “Las Mansiones”: Dios Padre, fíjate en el corazón de tu Hijo Jesucristo, que fue formado por la salud de nosotros los seres humanos, y ten piedad de nosotros, tú que vives y reinas, junto con él y con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
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Cristo en el vientre virginal (Mt 1) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor Jesucristo escondido en el vientre virginal de María, que todavía ni siquiera había comunicado la noticia de este misterio a su castísimo esposo. Cuando José ya estaba decidido a dejarla, el ángel del Señor se le aparece y le confirma que María estaba encinta por obra del Espíritu Santo. En esta mansión observa el corazón de Jesús, fruto confirmado de santidad. ( un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para crear en nosotros un corazón puro. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Jesús en el pesebre (Lc 2, 1-7) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor Jesucristo envuelto en pañales y acostado en el pesebre de una cueva en Belén, careciendo de toda comodidad. En esta mansión observa el corazón de Jesús abrazando la pobreza. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de acumular mis tesoros en el cielo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Jesús y los pastores (Lc 2, 8-20) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor Jesucristo envuelto en pañales, con los pastores de Belén alrededor de él. Junto con San José y con la Virgen María, ellos se fijan en él y se gozan al reconocerle como el Salvador nacido, como habían anunciado los ángeles esa misma noche. En esta mansión observa el corazón de Jesús buscando la compañía de las personas humildes. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para apartar de mi corazón todos los sentimientos de soberbia. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Jesús recibe la circuncisión (Lc 2, 21) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor, un hermoso bebe de ocho días, derramando sus primeras gotas de sangre en la ceremonia de la circuncisión y recibiendo el nombre de Jesús, como el ángel había dicho que se llamara antes que fuera concebido en el vientre de María. En esta mansión observa el corazón de Jesús adornado con el nombre sobre todo nombre. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de invocar este nombre tan poderoso ante mis enemigos. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Jesús presentado en el templo (Lc 2, 22-38) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor, un bebe de cuarenta días, en los brazos del profeta anciano Simeón, que profetiza que ese niño hará que muchos caigan o se levanten en Israel. También dice que Jesús iba a ser un signo de contradicción y que una espada atravesará el corazón de la Virgen María. En esta mansión observa el corazón de Jesús, objeto de persecución en el mundo. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para otorgarme la perseverancia en la paciencia. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Los reyes adoran a Jesús (Mt 2, 1-12) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor, un niño pequeño en los brazos de su madre, reconocido como el rey de los judíos y adorado por los reyes magos que llegan a Jerusalén desde el oriente guiados por una estrella especial. En esta mansión observa el corazón de Jesús, reconocido por la luz de la gracia. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú no permitas que yo prefiera mi corazón a este corazón divino. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Jesús liberado del rencor de Herodes (Lc 2, 13-23) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor, un niño pequeño en los brazos de José, que advertido por el ángel sobre la intención del Rey Herodes, viaja hacia Egipto junto con su esposa María para salvar al niño de la muerte. En esta mansión observa el corazón de Jesús en el pensamiento de Dios y en el pensamiento de los seres humanos. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que no me dejes jamás solo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Jesús conversando con los sabios (Lc 2, 41-49) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor, un niño de doce años, entre los doctores en el templo, asombrando con su sabiduría a todos aquellos que lo escuchan durante tres días. En esta mansión observa el corazón de Jesús lleno de celo para predicar la enseñanza de la vida eterna. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de aprender y de enseñar a los demás. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Jesús en la vida privada (Lc 2, 50-52) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor, obedeciendo a José y María, creciendo, trabajando, comiendo, bebiendo, durmiendo, rezando y ayudando en su pequeña casita en Nazaret. En esta mansión observa el corazón obediente de Jesús. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que con tu luz yo pueda reconocer tu voluntad en la voluntad de mis superiores. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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El bautismo de Jesús en el río Jordán (Lc 2, 41-49) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor acercándose a San Juan Bautista para bautizarse en el agua del río Jordán, como hacían los pecadores. El Bautista no se siente digno pero finalmente acepta bautizar a Jesús. En esta mansión observa el corazón de Jesús buscando ser como los demás y así ocultar su santidad. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que con tu luz yo reconozca la profundidad de mi maldad. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Jesús llamado el cordero de Dios (Jn 1, 29-42) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor caminando y escuchando las palabras que San Juan Bautista dirigía a sus dos discípulos: “Este es el cordero de Dios” (Jn 1, 36). Uno de estos discípulos era Andrés, el hermano de Simón Pedro. En esta mansión observa el corazón de Jesús en su amabilidad, docilidad e inocencia. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para crear en mí un corazón puro y sin mancha. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo en el desierto (Mt 4, 1-11) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor solo en el desierto, donde vivió durante cuarenta días y noches. Aquí es tentado por Satanás, quien finalmente termina confundido y echado. En esta mansión observa el corazón de Jesús separado de los sentimientos de los pecadores. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para convertir a los pecadores. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo en las bodas de Caná (Jn 2, 1-12) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor, a su madre y a sus discípulos, invitados a una boda en Caná. Como el vino se había acabado, a pedido de su madre, Jesús convierte el agua en vino, después de declarar que aún no había llegado su hora. En esta mansión observa el corazón de Jesús lleno de reverencia a su madre María. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de ser un verdadero devoto de la Virgen María. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo lee en la sinagoga (Lc 4, 14-30) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor ponerse de pie para leer del libro del profeta Isaías, que le habían entregado. Después se sienta y declara a todos que la profecía empieza a cumplirse ese mismo día. En esta mansión observa el corazón de Jesús lleno de reverencia hacia la Palabra de Dios en la Biblia. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de cumplir siempre con tus palabras. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo en el barco de Pedro (Lc 5, 1-11) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor sentado en el barco mientras que Pedro, de rodillas, le ruega apartarse de él, porque era pecador. Pedro estaba todavía asombrado por la gran cantidad de peces que lograron pescar por obedecer la palabra de Jesús, después de una noche en la cual no habían pescado nada. En esta mansión observa el corazón de Jesús grandioso y majestuoso para quien lo reconoce. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de reconocer siempre más a Jesús, que enviaste al mundo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo sana al paralítico (Lc 5, 17-26) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor mandando al paralítico para levantarse y cargar su camilla, para mostrar a los maestros de la ley y a los fariseos que él tenía el poder de perdonar los pecados. Al ver al paralítico sanado, los hombres que habían traído al paralítico y todos aquellos que estaban reunidos, se llenaron de miedo. En esta mansión observa el corazón de Jesús en su misión sellada. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme el arrepentimiento de mis pecados veniales y graves. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo con los pecadores (Lc 5, 27-32) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor sentado a la mesa del convertido Mateo, que había organizado una gran cena, en la presencia de muchos publicanos. Al ver eso, los fariseos y los maestros de la ley empiezan a murmurar contra él. Jesús les contesta que no necesitan médico los sanos sino los enfermos. En esta mansión observa el corazón de Jesús, dulce medicina para las enfermedades del corazón. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de trabajar por la salvación de las almas. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y el centurión (Lc 7, 1-10) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor aceptando ir a la casa del centurión, que le había contado que su criado estaba muriendo. Jesús se queda admirado al escuchar el centurión declarar que no era digno de recibirlo en su casa y que bastaba una palabra para que su criado se sane. En esta mansión observa el corazón de Jesús aceptando la petición de una persona humilde. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de confiar siempre en tu misericordia, que nos manifestaste al regalarnos este corazón divino. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y la viuda de Naím (Lc 7, 11-17) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor resucitando al único hijo de una viuda en la ciudad de Naím. Motivado por su misericordia al verla llor ar, él la consuela con su omnipotencia. En esta mansión observa el corazón de Jesús, consuelo de los afligidos. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para consolarme en mi aflicción. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y la mujer pecadora (Lc 7, 36-50) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor sentado a la mesa en la casa de Simón el fariseo. Jesús deja a una mujer pecadora colocarse a sus pies, mojándolos con sus lágrimas, enjuagárselos con sus cabellos besándolos y ungiéndolos con perfume. En esta mansión observa el corazón de Jesús, una puerta abierta para quien está arrepentido. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de confiar y esperar en ti y en su sangre. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y los demonios (Lc 8, 26-39) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor liberando a un hombre de una cantidad de demonios que se habían apoderado de él desde hace mucho tiempo. A continuación, los demonios entraron en una piara de cerdos que estaba cerca de un barranco, arrojándolos en el lago, donde murieron ahogados. Entonces, toda la gente de la región de Gerasa le rogó que se alejara de ellos, porque le tenían mucho miedo. En esta mansión observa el corazón de Jesús, terror de los demonios por su poder.(Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para liberarme de los engaños y de la maldad del diablo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y el paralítico de la piscina (Jn 5, 1-9) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor en el templo, cerca de los pórticos de la piscina, amonestando a un hombre que él había sanado y diciéndole de no volver a pecar. En esta mansión observa el corazón de Jesús, enemigo del pecado. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para liberarme con tu poder de toda maldad. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y el joven rico (Mc 10, 17-31) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor conversando con un joven judío que poseía muchos bienes. Después de conversar, el joven se aleja tristemente porque no estaba dispuesto a repartir sus bienes entre los pobres para tener un tesoro en el cielo, como le había pedido hacer Jesús. En esta mansión observa el corazón de Jesús, amigo solo a los corazones que están desatados de las cosas materiales. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de desatar mi corazón de todo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo multiplica los panes y los pescados (Mc 8, 1-9) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor con una multitud de gente en el desierto. Con siete panes y unos pescados, él sacia a casi cuatro mil personas, que habían estado con él tres días sin tener nada que comer. En esta mansión observa el corazón de Jesús, atento y cuidadoso con aquellos que lo buscan. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de descansar completamente en tu Providencia. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y Jairo (Lc 8, 41-55) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor tomando de la mano una niña muerta de unos doce años, frente a tres apóstoles y frente a los adoloridos padres. Jairo, su padre, jefe de la sinagoga, se había echado a los pies de Jesús y le había pedido ir a su casa porque su hija acababa de fallecer. En esta mansión observa el corazón de Jesús, muy sensible hacia los padres de familia. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para ayudarme a reconocer tu amor hacia nosotros, tus criaturas. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y la mujer enferma de hemorragias (Lc 8, 43-48) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor caminando entre una multitud de gente. Una mujer enferma se acerca para tocarle el borde de su manto, convencida que eso bastaría para sanarse de las hemorragias que había sufrido durante doce años. Entonces, Jesús se detiene y dice; “Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza ha salido de mí” (Lc 8, 46). La mujer admite temblorosa que había sido ella y Jesús declara que su fe le había salvado. En esta mansión observa el corazón de Jesús, un tesoro que se abre sólo ante la fe. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para fomentar mi fe en ti y en tu hijo Jesús. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo en la casa de Marta (Lc 10, 38-42) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor sentado en la casa de las hermanas Marta y María. Mientras que María está sentada a los pies de Jesús escuchando su palabra, Marta se lamenta que su hermana la había dejado sola para preparar la comida. Jesús intercede por María, y declara que en realidad una sola cosa es necesaria. En esta mansión observa el corazón de Jesús, deseoso de agradar a Dios en todo. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de actuar siempre con intención recta, es decir buscar solamente tu gloria. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y el jefe de la sinagoga (Lc 13, 10-17) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor sanando a una mujer en la sinagoga, un día sábado. La mujer había padecido de su enfermedad durante dieciocho años. Jesús reprocha al jefe de la sinagoga y lo llama hipócrita cuando lo escuchó decir a la gente: “Hay seis día en que se puede trabajar. Vengan a que él los sane en esos días y no en sábado” (Lc 13, 14). En esta mansión observa el corazón de Jesús, enemigo de la hipocresía. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que no me dejes caer en los engaños. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y los leprosos (Lc 17, 11-19) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor fijándose en uno de los diez leprosos sanados, postrado a sus pies dándole gracias, y elogiando su fe porque era el único que había regresado para agradecerle. Jesús había dicho a los diez leprosos de ir y presentarse a los sacerdotes; mientras iban de camino, quedaron todos limpios. En esta mansión observa el corazón de Jesús, deseoso de ser agradecido. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para agradecerte dignamente por otorgarnos a este corazón divino como víctima de nuestros pecados. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y Zaqueo (Lc 19, 1-10) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor diciendo a Zaqueo que quiere hospedarse en su casa. Zaqueo, que había subido a un árbol para verlo porque era bajo de estatura, de jefe de los pecadores decide convertirse y cambiar su vida. En esta mansión observa el corazón de Jesús, con mucho celo para la conversión de los pecadores. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de ayudar en la salvación de las almas, por medio de la enseñanza y de la oración. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y las monedas de la viuda (Lc 21, 1-4) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor sentado cerca del templo mirando a una pobre mujer echando dos monedas de poco valor en las arcas del templo, dentro de las cuales los ricos depositaban gran cantidad de dinero. Jesús elogia a la viuda diciendo: “Les aseguro que esa viuda pobre ha echado más que todos los demás; porque esos han echado de lo que les sobra, mientras que ella ha echado desde su pobreza todo lo que tenía para vivir” (Lc 21, 3-4). En esta mansión observa el corazón de Jesús, fijándose en el amor de los corazones y no en las obras externas. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de servirte con toda la alegría de mi corazón. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y su entusiasmo (Mc 3, 20) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor lleno de entusiasmo y amor, al ver que la multitud se había reunido de nuevo para escucharlo. Sus parientes, al enterarse, tratan de llevárselo, pues piensan que se había vuelto loco. En esta mansión observa el corazón de Jesús, tan animoso para estar con los hijos del hombre. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que me unas a este corazón divino y para que no me dejes separarme jamás de él. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y la Samaritana (Jn 4, 1-25) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor cansado, sentado cerca del pozo de Jacob, conversando a solas con una samaritana pecadora que se había acercado para llenar su cántaro con agua. Cuando Jesús le pide un poco de agua, ella se declina, pero al escucharle contar los pecados escondidos que ella tenía para que se convierta, la mujer deja el cántaro y regresa a su pueblo declarando que había encontrado al Mesías. En esta mansión observa el corazón de Jesús, con su amor desinteresado. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de amar a todo el mundo solamente por ti, y sin ningún otro interés, solamente para darte gloria a ti. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo llora por Jerusalén (Lc 21, 1-28) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor cerca de la ciudad de Jerusalén, fijándose en ella y llorando por la destrucción que se acercaba por no aceptarle y no recibirlo como Mesías. En esta mansión observa el corazón de Jesús, entristeciéndose por la destrucción de los tercos. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de reconocer las consecuencias de mis pecados. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
46
Cristo y la mujer adúltera (Jn 8, 1-20) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor agachado y escribiendo con el dedo en la tierra, al costado de una mujer que había sido sorprendida en adulterio. Los maestros de la ley y los fariseos la habían presentado a Jesús para encontrar un motivo de acusarlo y juzgarlo. A continuación, Jesús perdona a la mujer y le dice que regrese a su casa, después de haber humillado y confundido a aquellos que la estaban acusando. En esta mansión observa el corazón de Jesús, conocedor de cada secreto y de todo lo que está oculto. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para convertir a todos los pecadores. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y la moneda del Cesar (Lc 20, 20-26) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor rodeado por hombres malvados que dicen cosas bonitas sobre él para poder juzgarlo. Jesús, fijándose en la moneda del Cesar, dice: “Den al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios” (Lc 20, 25). En esta mansión observa el corazón de Jesús, cátedra de prudencia. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para liberarme de los hombres malvados y tramposos. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo dormido en el barco (Mt 8, 23-27) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor durmiendo en el barco, mientras que una gran tempestad se había desencadenado en el lago. Los apóstoles, temblorosos por miedo de ahogarse, se acercan a él y lo despiertan. Después de reprocharles por su poca fe, Jesús ordena a los vientos calmarse y al lago le sobreviene una gran calma. En esta mansión observa el corazón de Jesús, un manantial de bien para aquellos que acuden a él. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de habitar siempre en su corazón. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo elogia a San Juan Bautista (Mt 11, 1-19) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor frente una multitud elogiando al Bautista, después que los dos discípulos enviados por San Juan se habían alejado, contentos de haber testimoniado los milagros que realizaba Jesús. Lo elogió porque era constante en su virtud, porque era humilde, pobre, casto como un ángel y por ser el más grande entre los profetas. En esta mansión observa el corazón de Jesús aprobando la verdadera virtud. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de practicar las virtudes con intención recta y de alejarme de cada vanagloria. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
50
Cristo rescata a Pedro de las aguas (Mt 15, 24-34) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor caminando sobre el lago y mandando a Pedro de hacer lo mismo porque Pedro le había rogado: “Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti sobre las aguas” (Mt 14, 28). Pedro salta de la barca y empieza a caminar sobre las aguas hacia Jesús, pero al sentir la violencia del viento se asusta y empieza a hundirse. Jesús lo rescata y reprocha su falta de fe. En esta mansión observa el corazón de Jesús, un refugio seguro para nuestras debilidades cuando acudimos a él. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para fortalecer mi fe en ti y en tu hijo Jesucristo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y la mujer cananea (Mt 15, 21-28) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor escuchando los gritos de una mujer cananea detrás de él y rogándole de sanar a su hija que vivía maltratada por un demonio. Jesús no le responde nada y los apóstoles le piden decirle que se vaya. Al ver que no se dio por vencida, Jesús elogia su fe y su perseverancia, y sana a su hija en ese mismo momento. En esta mansión observa el corazón de Jesús, abierto para todos aquellos que creen en él. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de no rendirme en todas mis miserias y de acudir siempre a este corazón divino y misericordioso. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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53
Cristo bendice a Pedro (Mt 16, 13-20) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor con sus discípulos, preguntándoles: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” (Mt 16, 13). Ellos contestan que algunos dicen que es Juan el Bautista; otro que Elías; otros que Jeremías o uno de los profetas. Después les pregunta: “Y según ustedes, ¿quién soy yo?” (Mt 16, 15). Pedro, iluminado por Dios, confiesa que Cristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Al escuchar su respuesta, Jesús lo bendice con las palabras: “Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha revelado ningún mortal, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt 16, 17). En esta mansión observa el corazón de Jesús, lleno de bendiciones para quien lo reconoce. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces)
54
Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de fomentar el conocimiento sobre este corazón entre todos. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
55
Cristo con los niños (Mc 10, 13-16) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor tratando con amabilidad y ternura a los niños pequeños, acariciando sus cabezas y bendiciéndolos, después de reprochar a sus discípulos, que estaban alejándolos a ellos y a sus madres que quieren presentárselos a él. En esta mansión observa el corazón de Jesús, sencillo como el corazón de los niños. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para liberarme de todo pecado. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
56
Cristo maldice la higuera (Mt 21, 18-22) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor parado al costado de una higuera buscando fruto, cuando no era su temporada. Al no encontrar higos, él dice: “Que nunca jamás brote de ti fruto alguno” (Mt 21, 19) y en ese mismo instante la higuera se seca. En esta mansión observa el corazón de Jesús, en los juicios profundos y oscuros de su sabiduría. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de callarme frente de tus juicios. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
57
Cristo y Nicodemo (Jn 3, 1-21) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor hablando de noche con Nicodemo, jefe de los judíos. Cristo dice a Nicodemo, que ya tenía fe en él, que nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de nuevo del agua y del Espíritu Santo. En esta mansión observa el corazón de Jesús, causa de nuestra generación espiritual. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para no dejarme llevar por la carne. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
58
Cristo y el funcionario del rey (Jn 4, 43-54) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor reprochando a un funcionario del rey que le pide ir a su casa y sanar a su hijo, que estaba muriendo. Cristo se dio cuenta que no tenía fe en su omnipotencia. De repente, llegan algunos criados para darle la noticia de que su hijo estaba bien. El funcionario se da cuenta que su hijo mejoró en el mismo momento en que Jesús le dijo: “Tu hijo está bien” (Jn 4, 53). Al ver eso toda la familia del funcionario creen él. En esta mansión observa el corazón de Jesús, que confirma su divinidad por medio de los milagros. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para fortalecer mi fe y confianza en ti en mis momentos de necesidad. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
59
Cristo y el ciego de nacimiento (Jn 9, 1-34) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor con un hombre postrado frente de él adorándolo, porque Jesús hizo que cobrara la vista a él que era ciego de nacimiento. Al declarar que Jesús era un profeta enviado por Dios y no un estafador, este hombre sufre el desprecio de los fariseos, que lo botan de la sinagoga al escucharle confesar su fe en Jesús. En esta mansión observa el corazón de Jesús, verdadera luz que ilumina la mente con sus beneficios. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que no dejes mi mente oscurecerse con las pasiones del hombre viejo. Amén. Bendecimos al Señor – Demos gracias al Señor
60
Cristo en la cena de Betania (Jn 12, 1-8) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor en Betania donde ofrecen una cena en su honor. Se encuentra también Lázaro, a quien había resucitado. Entonces María se presenta con un frasco de perfume muy caro y unge los pies de Jesús. En seguida los seca con sus cabellos. La casa se llena con la fragancia del perfume. Entonces, Judas, con su malicia, manifiesta que con el dinero de ese perfume él hubiera podido ayudar a muchos pobres. Sin embargo, Jesús aprueba el gesto de María. En esta mansión observa el corazón de Jesús, un altar que acepta ofrendas de verdadera adoración. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que yo sea digno de ofrecerte lo que tengo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo y los profanadores (Jn 2, 13-21) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor con un látigo de cuerdas en sus manos, echando fuera del templo a todos los vendedores y tumbando sus mesas. En esta mansión observa el corazón de Jesús, lleno de celo por la gloria de Dios. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de aborrecer todos los pecados, incluso el pecado venial más pequeño. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
62
Cristo resucita a Lázaro (Jn 11, 1-44) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor cerca de un sepulcro abierto, ante una multitud judía, mandando con voz fuerte a Lázaro, que había muerto cuatro días antes, de salir de la tumba. En esta mansión observa el corazón de Jesús, causa de resurrección y de vida. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú me resucites a la vida espiritual. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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La Transfiguración de Cristo (Mt 17, 1-13) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor transfigurado; mientras que reza, su cara brilla como el sol y su ropa se vuelve blanca como la luz. A su costado están Moisés y Elías, y los apóstoles Pedro, Juan y Santiago. En esta mansión observa el corazón de Jesús, encendido con amor hacia Dios. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para recompensarte por los pecados que he cometido durante toda mi vida. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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La entrada solemne de Cristo en Jerusalén (Jn 12, 12-19) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor entrando a Jerusalén montado en un burrito, recibido con gran honor por la multitud que lo aclama rey de Israel y enviado por Dios. En esta mansión observa el corazón de Jesús, un corazón real del pueblo escogido de Dios. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de vivir toda mi vida como súbdito fiel tuyo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo lavando los pies de los apóstoles (Jn 13, 1-20) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor lavando los pies de sus apóstoles y secándolos, como hacen los criados, aun siendo él su maestro y Señor. En esta mansión observa el corazón de Jesús, modelo de humildad y caridad. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de aborrecer cualquier sentímiento de soberbia. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo instituye la eucaristía (Mt 26, 17-29) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor cenando con sus doce apóstoles, la noche antes de morir, entregando a sí mismo bajo las especies del pan y del vino para ser nuestra comida y bebida. Además, manda de seguir realizando el mismo gesto hasta el fin del mundo en conmemoración de este gran misterio. En esta mansión observa el corazón de Jesús, unido íntimamente con los fieles. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de agradecerte siempre y en todo lugar. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
68
Cristo y Judas (Mt 26, 47-56) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní, recibiendo el beso de Judas, la señal que Judas había coordinado con los fariseos para identificar a Jesús y así poder capturarlo. En esta mansión observa el corazón de Jesús, víctima de una terrible ingratitud. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú me llenes con el espíritu de la sencillez. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
69
Cristo en el Huerto (Lc 22, 39-46) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor rezando de rodillas y con la cara al suelo, a la distancia de un tiro de piedra de sus apóstoles Pedro, Juan y Santiago. El sudor le cae a tierra como grandes gotas de sangre, mientras que un ángel del cielo aparece para darle fuerzas. En esta mansión observa el corazón de Jesús, impresionado por la severidad de la justicia de Dios. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para recompensar mi ingratitud hacia ti. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
70
Cristo y los soldados judíos (Jn 18, 1-11) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor parado frente de los soldados y guardianes del templo, que se echan hacia atrás y caen al suelo al escuchar a Jesús decir que es aquel que ellos estaban buscando. Judas se encuentra con ellos. En esta mansión observa el corazón de Jesús, muralla de fuerza y de misericordia. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de no abusar jamás de los dones que me has otorgado. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
71
Cristo ante Anás (Jn 18, 12-14) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor llevado ante el sumo sacerdote Anás. Cuando Anás pregunta a Jesús sobre su doctrina y sus discípulos, Jesús contesta: “¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que me han escuchado” (Jn 18, 21). Al escuchar esta respuesta, uno de los guardianes del templo le da una bofetada en su venerable rostro. En esta mansión observa el corazón de Jesús, humillado e insultado injustamente. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para iluminarme sobre la vanidad de la gloria del mundo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
72
Cristo ante Caifás (Mt 26, 1-44) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor callado ante Caifás, jefe de los sacerdotes, escuchando los falsos testimonios de sus enemigos. Entonces Caifás se levanta y le dice: “En el nombre del Dios viviente te ordeno que digas la verdad. Dinos si tu eres el Mesías, el Hijo de Dios” (Mt 26, 63). Jesús contesta en afirmativo y Caifás se rasga la ropa en señal de indignación, declarándolo como blasfemo. Jesús es condenado a muerte. En esta mansión observa el corazón de Jesús, una roca firme en la verdad de sus palabras. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para ayudarme a declarar firme y plenamente, siempre y en todo lugar, que este hijo tuyo se encarnó. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
73
Pedro niega a Cristo (Lc 22, 54-62) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor en la casa del jefe de los sacerdotes mirando hacia Pedro, que acaba de negarle por tres veces, como Jesús le había dicho en la última cena cuando Pedro le había asegurado que estaría dispuesto a morir por él. Entonces Pedro, al escuchar el gallo cantar, recuerda las palabras de Jesús y sale llorando amargamente. En esta mansión observa el corazón de Jesús, honrado o deshonrado en la prueba. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para no dejarme jamás solo en las pruebas y en las tentaciones. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
74
Herodes se burla de Jesús (Lc 23, 1-44) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor caminado por las calles de Jerusalén vestido con la túnica blanca que le había otorgado el Rey Herodes para burlarse de él. Herodes se había sentido ofendido frente de sus soldados porque Jesús había guardado un silencio rigoroso ante él. Jesús se portó de esta manera porque Herodes mató injustamente a San Juan Bautista, su precursor, por reprocharle sobre Herodías, la esposa de su hermano Felipe. En esta mansión observa el corazón de Jesús, vara de verdadera disciplina. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de amar exclusivamente a este corazón divino con toda mi fuerza. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
75
Cristo con Barrabás (Mt 27, 15-30) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor parado al costado del gobernador Pilatos, que se encuentra sentado en su tribunal. Pilatos decide, contra su voluntad, de condenarlo porque el pueblo quería absolutamente la liberación de Barrabás, un prisionero conocido, cuando Pilatos le ofreció la oportunidad de escoger a uno de los dos. Pilatos no esperaba que el pueblo escogiera a Barrabás en vez que un hombre inocente. En esta mansión observa el corazón de Jesús, sacrificado por el pecado. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de recibir una sentencia mala en el mundo para merecer una sentencia buena en el tribunal de Dios. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
76
Cristo declarado inocente (Mt 27, 24-26) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor en el tribunal ante Pilatos que, frente a una multitud reunida, se lava las manos para declarar que es inocente de la sangre de este hombre justo que la multitud había condenado a ser crucificado. En esta mansión observa el corazón de Jesús, declarado justo y recto ante el mundo. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de vivir sin ningún remordimiento de conciencia. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
77
Cristo azotado (Jn 19, 1) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor semidesnudo y atado a una columna, azotado por los soldados paganos como había ordenado Pilatos. En esta mansión observa el corazón de Jesús, víctima especial de la sensualidad. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú traspases de miedo a mi cuerpo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
78
Cristo con la corona de espinas (Jn 19, 2) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor con la corona de espinas, cubierto con una capa de color rojo oscuro, con una caña en su mano y expuesto al pueblo por Pilatos que esperaba la compasión del pueblo. S i n e m b a r g o e l pu e b l o g r i t a: “¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!” (Jn 19, 6). En esta mansión observa el corazón de Jesús, modelo de la suerte de los predestinados. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú me llenes de miedo sobre la vanagloria. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
79
Cristo con la cruz a cuestas (Jn 19, 17) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor subiendo el calvario cargado con la cruz, condenado por Poncio Pilatos aunque era inocente. Detrás de él caminan dos ladrones condenados también a la muerte en la cruz. En esta mansión observa el corazón de Jesús, escuela sobre la cruz para sus seguidores. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú me ilumines sobre el valor de los sufrimientos. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
80
Cristo y sus verdugos (Lc 23, 26-34) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor crucificado entre dos ladrones, abriendo sus labios para pedirle a su Padre de perdonar a aquellos que lo habían crucificado, “porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). En esta mansión observa el corazón de Jesús, causa de resurrección y de vida. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú apartes de mí el espíritu de la cólera. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
81
Cristo y el ladrón convertido (Lc 23, 39-43) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor crucificado conversando con uno de los dos ladrones que están crucificados a su lado. El ladrón había reprochado a su compañero por despreciar a Jesús. Después, ruega a Jesús de acordarse de él cuando comience a reinar. Jesús le asegura que esa misma tarde estará con él en el paraíso. En esta mansión observa el corazón de Jesús, siempre listo de acoger a los pecadores que acuden a él. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú me des una buena muerte. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
82
Cristo abandonado por Dios (Mc 15, 33-35) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor crucificado, víctima de la justicia de Dios por los pecados del mundo, abriendo sus labios y gritando: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mc 15, 34). En esta mansión observa el corazón de Jesús, reflejo del odio de Dios al pecado. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que yo recompenso las obras que he dejado de hacer en toda mi vida. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
83
Cristo encomendando su alma (Lc 23, 44-46) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor desangrando en la cruz por la llagas de sus manos y de sus pies, de tal manera que su alma está a punto de separarse de su cuerpo. En este momento, abre sus labios por última vez y grita con fuerza: “¡Padre, en t us m anos encom iendo m i espíritu!” (Lc 23, 46). Al decir eso, muere. En esta mansión observa el corazón de Jesús lleno de esperanza y confianza en Dios. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú me escuches cuando te llamo. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
84
Cristo traspasado por una lanza (Jn 19, 31-37) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor muerto en la cruz, y un soldado atravesando su costado con una lanza, y al momento salen sangre y agua, en la presencia de su madre desolada. En esta mansión observa el corazón de Jesús abierto para otorgar las gracias. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú me lleves y me escondas en este corazón, arca segura de salvación. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
85
Cristo es sepultado (Mt 27, 57-61) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor envuelto en una sábana de lino limpia y puesto en el nuevo sepulcro de José de Arimatea, que era seguidor suyo. En esta mansión observa el corazón de Jesús, víctima de la voluntad de Dios. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú hagas de mi corazón una víctima de tu voluntad. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo resucitado (Lc 24, 1-12) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor resucitado de entre los muertos y apareciendo a sus apóstoles queridos, enseñándoles las llagas de sus manos y de sus pies, dándoles su paz. En esta mansión observa el corazón de Jesús victorioso y glorioso sobre los enemigos del nombre de Dios. (Un breve momento de reflexión). Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el corazón divino de tu Hijo Jesucristo, con todos sus méritos, para darme la gracia de resucit ar a la vida espiritual. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Cristo sube al cielo (Lc 24, 50-53) Veamos, con nuestro pensamiento, a nuestro Señor subiendo al cielo ante sus apóstoles, bendiciéndoles y enviándoles en todo el mundo para enseñar a todos los pueblos y para bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En seguida, una nube lo tapa de su vista. En esta mansión observa el corazón de Jesús, lleno de todo poder en el cielo y en la tierra. (Un breve momento de reflexión) Oración: Señor Jesucristo, haz que mi corazón sea semejante al tuyo. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros (3 veces) Ofrenda: Oh Dios Padre, te ofrezco el cor azón di vino de t u Hij o Jesucristo, con todos sus méritos, para que tú me des la gracia de buscar refugio en este corazón poderoso. Amén. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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(Nuestro Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre por los siglos de los siglos. Amén.)
Cuando lleguemos a conocer el Corazón divino de nuestro maestro Jesucristo, y sus sentimientos hacia Dios, hacia el prójimo y hacia sí mismo, podemos estar seguros que este corazón, que ahora reina glorioso sobre todos, sigue siendo el mismo, y no ha sufrido ningún cambio. De hecho, el apóstol San Pablo, verdadero imitador de este corazón divino, declaró: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre” (Hb 13,8). Destaca en el Corazón de Jesús la virtud fundamental de la sencillez, porque él es la causa de cada gloria de Dios y de cada mérito nuestro. Entonces, esforcémonos para cultivar esta virtud, imitándolo dignamente. Para descubrir si estamos practicando esta virtud debemos examinarnos a nosotros mismos preguntándonos: ¿Tengo la indiferencia al éxito en mis obras? ¿Me alegro al ver el éxito de los demás o al observar que están avanzando en la vida espiritual? ¿Practico las virtudes con todos o solo con algunas personas que me caen bien? ¿Estoy desatado y libre de cada objeto o persona? ¿Busco de figurar y los aplausos de los demás
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por lo que hago? ¿Mantengo la calma y la paz interior cuando alguien me desprecia o me llama la atención? ¿Busco de corregirme a mí mismo para agradar a nuestro Señor Dios en todo? Fijémonos siempre en este corazón en nuestras dificultades, en nuestras debilidades, en nuestros miedos, en nuestras pruebas y descansemos en él como peregrinos en sus mansiones.
Propongo de hacer diariamente la ofrenda al Corazón de Jesús como Sor Felicia hizo antes de fallecer y mereció entrar inmediatamente en la gloria eterna. Esta religiosa se apareció ante su hermana y le comunicó que obtuvo esta gracia porque antes de morir hizo la siguiente ofrenda: “Padre eterno, te ofrezco el Corazón Sagrado de Jesús, con todo su amor y con todos sus sufrimientos y con todos sus méritos para: 1. Recompensar por los pecados que yo cometí hoy día y en toda mi vida. 2. Purificar las obras que he cumplido mal, hoy y en toda mi vida. 3. Recompensar por lo que tenía que realizar y no lo hice, hoy y en toda mi vida. Bendecimos al Señor Demos gracias al Señor
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Las frases de esta Praeconia se cantan una tras otra. Cada primer viernes del mes, se leen tres mansiones y después se cantan las frases de la letra que sigue. Por medio de esta devoción, llegamos a conocer de manera sencilla a Jesucristo, y reflexionar sobre las cualidades que destacaron en él cuando estaba en el mundo y que destacan en él ahora que está en su reino. Así le damos la gloria que merece en un espíritu de verdad.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, Dios nuestro R. A él sea la gloria Jesús, Señor nuestro Jesús, hermano nuestro Jesús, abogado nuestro Jesús, médico nuestro Jesús, maestro nuestro Jesús, salvador nuestro Jesús, amigo nuestro Jesús, mediador nuestro Jesús, sacerdote nuestro Jesús, líder nuestro Jesús, pastor nuestro Jesús, legislador nuestro Jesús, liberador nuestro Jesús, rey nuestro Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, Hijo de Dios R. A él sea la gloria Jesús, belleza de los ángeles Jesús, cordero de Dios Jesús, hombre nuevo Jesús, descendiente de una mujer Jesús, apóstol de Dios Jesús, buen pastor Jesús, Señor dominador Jesús, imagen de la substancia de Dios
Jesús, hijo del hombre Jesús, serpiente de Moisés Jesús, luz del mundo Jesús, luz de luz Jesús, cabeza de la Iglesia Jesús, Rey de la gloria Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, causa de la salvación eterna R. A él sea la gloria Jesús, ángel del testamento Jesús, obispo de las almas Jesús, piedra angular Jesús, hombre del cielo Jesús, cordero sin mancha Jesús, nuevo Abel Jesús, viña verdadera Jesús, hijo de José Jesús, hombre profeta Jesús, juez de los vivos y de los muertos Jesús, lleno de gracia Jesús, conocedor de los corazones Jesús, digno de adoración Jesús, enemigo del diablo Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, juez justo R. A él sea la gloria Jesús, sabiduría de lo más alto Jesús, monte de felicidad Jesús, señal de los pueblos Jesús, rey de la paz Jesús, maestro de gran fama Jesús, digno de ser recordado Jesús, sol que brilla Jesús, autor de la vida Jesús, luz que no se apaga Jesús, hijo único de Dios Jesús, hijo unigénito de María Jesús, fortaleza nuestra Jesús, trono de gracia Jesús, consuelo de los afligidos Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, víctima santa R. A él sea la gloria Jesús, providencia que no se puede describir con las palabras Jesús, maestro crucificado Jesús, albañil sabio Jesús, perfume divino Jesús, más alto que el cielo Jesús, pastor de sus ovejas Jesús, refugio de los pecadores Jesús, pastor sin mancha Jesús, rosa de los campos Jesús, estirpe de Jesé Jesús, repartidor de todo bien Jesús, más glorioso que Moisés Jesús, paraíso de bendición Jesús, refugio nuestro Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, santo de Dios R. A él sea la gloria Jesús, autor de la fe Jesús, príncipe de la paz Jesús, verdadera luz Jesús, hijo del más asombroso Jesús, víctima de los pecadores Jesús, cultor de la justicia Jesús, reflejo de la gloria de Dios Jesús, premio de los humildes Jesús, salvador del mundo Jesús, sol de justicia Jesús, lirio de los campos Jesús, terror de los demonios Jesús, vencedor de la muerte Jesús, el inicio y el fin Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, rey manso R. A él sea la gloria Jesús, primogénito entre los muertos Jesús, de corazón humilde Jesús, semilla de Abrahán Jesús, ofrenda limpia Jesús, rey de los ángeles Jesús, Señor de los gobernantes Jesús, único cimiento Jesús, fuego que destruye Jesús, testigo fiel Jesús, nuevo Adán Jesús, templo de la divinidad Jesús, hijo de David Jesús, verdad eterna Jesús, puerta de la salvación Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, manantial de la vida R. A él sea la gloria Jesús, Dios que no puede ser explicado
Jesús, ungido del Señor Jesús, columna de hierro Jesús, Señor de todo Jesús, rico convertido en pobre Jesús, ministro de las cosas sagradas Jesús, árbol de olivo que da fruto Jesús, camino de verdad y justicia Jesús, vestido de luz Jesús, vara de justicia Jesús, líder de la casa de Israel Jesús, deseado por los pueblos Jesús, guerrero glorioso Jesús, salvación del mundo Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, palabra de Dios R. A él sea la gloria Jesús, pan vivo Jesús, amado de Dios Jesús, Dios que merece adoración Jesús, padre del tiempo que vendrá Jesús, víctima de la obediencia Jesús, santo de los santos Jesús, deleitación de Dios Jesús, flor del ramo de Jesé Jesús, león de la tribu de Judá Jesús, esperanza de los arrepentidos Jesús, rey de los judíos Jesús, pascua nuestra Jesús, obispo de los hombres Jesús, creador del mundo Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, cordero asesinado R. A él sea la gloria Jesús, víctima de la soberbia Jesús, esperado por los pueblos Jesús, vencedor glorioso Jesús, maestro de la enseñanza de la vida Jesús, pared de bronce Jesús, rey nuevo Jesús, piedra del desierto Jesús, señal de contradicción Jesús, sacerdote de Dios Altísimo Jesús, santo de las almas Jesús, Dios de Israel Jesús, ungido con el aceite de la alegría Jesús, víctima sin culpa Jesús, que elimina toda maldad Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, pan de los ángeles R. A él sea la gloria Jesús, un tesoro deseado Jesús, cordero de pascua Jesús, madera de vida Jesús, compensación del pecado Jesús, víctima del amor Jesús, modelo de paciencia Jesús, heredero de todo Jesús, Hijo predestinado de Dios Jesús, merecedor de alabanza por su virtud Jesús, grande en santidad Jesús, escudo invicto Jesús, victoria nuestra Jesús, salario de los justos Jesús, Isaac matado como víctima Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, llave de David R. A él sea la gloria Jesús, esplendor de luz eterna Jesús, autor de una salvación nueva Jesús, fuego que alumbra Jesús, el más alto Jesús, nombre que merece adoración Jesús, lleno de verdad Jesús, mejor de los ángeles Jesús, cordero asesinado Jesús, maná del cielo Jesús, Dios verdadero de Dios verdadero Jesús, torre de fortaleza Jesús, Señor de los ángeles Jesús, predicador de mansedumbre Jesús, sello de la paz Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, más que Salomón R. A él sea la gloria Jesús, más que Jonás Jesús, príncipe de los reyes del mundo Jesús, semilla de castidad Jesús, autor de los sacramentos Jesús, líder que aconseja Jesús, poderoso en sus gestos Jesús, heredero de la viña de Dios Jesús, amigo de los pequeños Jesús, mediador del nuevo testamento Jesús, nuevo Melquisedec Jesús, fundador de la Iglesia de Dios Jesús, maestro que no se puede definir con palabras Jesús, resurrección de los muertos Jesús, que discierne los pensamientos Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, Señor de la gloria R. A él sea la gloria Jesús, traicionado por nuestros delitos Jesús, estrella que brilla Jesús, estrella de la mañana Jesús, novio de los enamorados Jesús, señal de Jonás Jesús, elegido de Dios Jesús, gran taumaturgo Jesús, delicias de los santos Jesús, ciudadano de Nazaret Jesús, deleitación de los santos Jesús, fuerza de los mártires Jesús, Dios inmortal Jesús, celador de las almas Jesús, verdadero médico Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, espejo de sencillez R. A él sea la gloria Jesús, vigilante de los fieles Jesús, cátedra de prudencia Jesús, hijo de un trabajador Jesús, Dios vivo y verdadero Jesús, comida de los viajeros Jesús, extirpador de los asesinatos Jesús, luz que no se apaga Jesús, elevado por Dios Jesús, que resucita a los muertos Jesús, manantial de agua viva Jesús, enemigo de la hipocresía Jesús, salud de los débiles Jesús, terrible con los enemigos Jesús, respiro de vida eterna. Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, misma substancia de Dios Padre R. A él sea la gloria Jesús, luz que no puede ser alcanzado Jesús, corona de los sabios Jesús, protección de los pecadores Jesús, fortaleza de los débiles Jesús, vara de la casa de Israel Jesús, Señor del sábado Jesús, Señor terrible Jesús, incienso quemado en el fuego Jesús, oráculo del Padre Jesús, rey de los reyes Jesús, camino para los descarriados Jesús, Mesías prometido Jesús, justo para los injustos Jesús, mortificado en su cuerpo Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, animado en su alma R. A él sea la gloria Jesús, nuestro Emanuel Jesús, gran inicio Jesús, echado afuera por los judíos Jesús, aprobado por Dios Jesús, concebido por el Espíritu Santo Jesús, nacido por María Virgen Jesús, traicionado por el malvado Jesús, unido con el Padre y el Espíritu Santo Jesús, reconciliador nuestro Jesús, semejante a nosotros excepto en el pecado Jesús, hombre de dolor Jesús, azotado por Dios Jesús, dominado por la sed Jesús, lavado en su sangre Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, instrumento de Dios R. A él sea la gloria Jesús, obediente a José y María Jesús, hombre que no acepta corrupción Jesús, argumento de otra vida Jesús, suerte maravillosa Jesús, tragador la muerte Jesús, lamentado por la naturaleza Jesús, considerado con los malvados Jesús, fundador de un monumento vivo Jesús, trasfigurado en la montaña Jesús, convertido en comida en la cena Jesús, confrontador de los fariseos Jesús, merecedor de toda alabanza Jesús, experimentador de la agonía Jesús, declarado inocente Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, único camino de la paz R. A él sea la gloria Jesús, celoso para con Dios Jesús, prometido por los profetas Jesús, llamado así por los ángeles Jesús, llamado así por José Jesús, nacido en Belén Jesús, indicado por una estrella Jesús, adorado por los reyes magos Jesús, bautizado en el Jordán Jesús, tentado por el diablo Jesús, atendido por los ángeles Jesús, predicador de la penitencia Jesús, cansado por el camino Jesús, Dios perfecto Jesús, hombre perfecto Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, Dios de Abrahán R. A él sea la gloria Jesús, Señor misericordioso Jesús, niño buscado para ser matado Jesús, pescador de hombres Jesús, descanso de los afligidos Jesús, maestro de las parábolas Jesús, Señor de David Jesús, confesor de Dios del cielo y de la tierra Jesús, pastor malherido Jesús, negado tres veces por Pedro Jesús, abandonado por los discípulos Jesús, que premia a los fieles Jesús, declarado verdadero Dios Jesús, duro con los escandalosos Jesús, que inspira miedo Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, traicionado por envidia R. A él sea la gloria Jesús, vestido con una túnica blanca Jesús, que le dieron vinagre para beber Jesús, colocado después del malvado Barrabás Jesús, aparición para el mundo Jesús, matado con latigazos Jesús, ensuciado con escupidos Jesús, coronado con espinas Jesús, consolado por los ángeles Jesús, sufriendo una bofetada Jesús, indicado con un beso Jesús, burlado con una caña en sus manos Jesús, clavado en la cruz Jesús, víctima de burlas Jesús, experimentador de la agonía Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
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Jesús, rodeado de tristeza R. A él sea la gloria Jesús, cubierto de moretazos Jesús, callado en la oración Jesús, herido con los clavos Jesús, reconocido por las criaturas Jesús, ofrenda voluntaria Jesús, débil en su cuerpo Jesús, matado en la cruz Jesús, reconocido como un hombre justo por el ladrón Jesús, muerto para todos Jesús, traspasado por una lanza Jesús, bajado de la cruz Jesús, envuelto en una sábana Jesús, enterrado en un sepulcro Jesús, subiendo al cielo Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, en el regazo de Dios desde la eternidad R. A él sea la gloria Jesús, que borra el pecado del mundo Jesús, adorado por los ángeles Jesús, indicado por Juan el Bautista Jesús, despreciador del mundo Jesús, sellado por Dios Padre Jesús, hecho blasfemia por nosotros Jesús, anunciador del anticristo Jesús, ungido de Dios Jesús, Dios de la paz Jesús, ayuda nuestra Jesús, hecho justicia para nosotros Jesús, manantial de consolación Jesús, confianza nuestra Jesús, reconocido por los cristianos Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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Sup: Fijamos nuestra mirada Jesucristo y cantémosle gloria.
en
Jesús, sacerdote y víctima R. A él sea la gloria Jesús, Dios de amor Jesús, coronado con la gloria y el honor Jesús, rico en misericordia Jesús, gran libro Jesús, liberador nuestro Jesús, vida para los muertos Jesús, victorioso contra el gran dragón Jesús, descanso de las almas Jesús, Dios hecho hombre Jesús, hijo de una madre virgen Jesús, condenador de los insensatos Jesús, dulce recuerdo Jesús, igual como Dios Jesús, bendecido por siempre Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo Sup: Señor Dios, esta es la vida eterna, que nosotros los seres humanos te conozcamos a ti, verdadero Dios, y a Jesucristo que tú enviaste. Ilumina nuestra mente para que con tu gracia te conozcamos a ti y al mismo Jesucristo, y así alcanzar la vida eterna. Todos: Amén.
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1. La Carta de la Mansedumbre 2. Las Mansiones 3. El Año del Señor 4. El Gran Libro 5. El Sagrario del Espíritu de Cristo 6. El Eco de los Amigos 7. Las Reglas de los Santos 8. El Libro de las Señales 9. San José
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