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6 experiencias «Made in» Lucerna.

Pilatus, por tierra, agua y aire.

Con sus 2.132 metros, el monte Pilatus es el emblema natural y omnipresente de Lucerna. Visitarlo y permite descubrir cómo Suiza ha conquistado paisaje con el transporte público. En una excursión de un día se puede realizar el conocido como Golden Round Trip, comenzando con una travesía en barco, siguiendo con el ascenso a bordo del tren cremallera más empinado del mundo y descendiendo en un teleférico cuya estación final conecta con la ciudad en bus.

Rigi, la cumbre reina.

Hollar la impresionante cima del monte Rigi es una excursión la mar de entretenida. Todo comienza con un trayecto en barco hasta Vitznau, donde un tren de cremallera espera al viajero para auparle hasta la estación de Rigi Kulm. Desde aquí se puede disfrutar de las vistas, caminar hasta el mirador de 360º, otear 24 de los 26 cantones del país así como un total de 13 lagos o descubrir las numerosas orquídeas que crecen en sus prados.

Lucerna guiada.

Para ahondar mucho más en las curiosidades, sorpresas y leyendas de esta urbe, la ciudad organiza una serie de visitas guiadas en inglés y alemán que ahondan en aspectos menos conocidos de la ciudad como su relación con el agua o la historia de sus heroínas locales, entre otros. Una forma diferente de adentrarse en sus barrios medievales, cruzar de un lado a otro el río Reuss y conectar así mucho más con Lucerna.

Relax en el Rigi.

La reina de las montañas, como se la conoce en la región, se puede descubrir en modo aventura o, también, en modo relajación total. Para ello, lo mejor es dirigirse a Rigi Kaltbad, un resort sostenible sin coches al que se llega mediante una travesía en barco y un trayecto en tren. La recompensa es invencible: una buena sesión de spa mineral rodeado de montañas, aire puro y muchísima tranquilidad.

Aventura en el Pilatus.

Más allá de llegar a su cima mediante el Golden Round Trip, esta cumbre monumental es, en el fondo, un microcosmos de diversiones al natural. Sus dos hoteles y cinco restaurantes ponen un poco de cordura en este adrenalínico destino que, entre otras cosas, alberga el parque de cuerdas y tirolinas más grande de Suiza Central. Otra de sus paradas imprescindibles es Fräkmüntegg y sus columpios, toboganes y cabañas emplazadas a medio camino de la cima.

Velada sobre el lago.

Navegar por el lago de los Cuatro Cantones no solo permite adentrarse en los recodos y brazos que marcan su geografía. Es, también, un disfrute en sí mismo cuando se realiza a bordo de los barcos belle époque que surcan sus aguas. Uno de ellos, el DS Stadt Luzern, es el escenario de una velada al atardecer en la que la cocina local es el aderezo perfecto a una puesta de sol absolutamente arrebatadora.

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