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Mร NDEZ
una vida al servicio de la educaciรณn
TABLA DE CONTENIDO Uno
1
El entorno familiar; entre el empresarismo y la educación: 1937-1957
Dos
31
Un largo recorrido hacia la Presidencia: 1957-1974
Tres
59
Hacia el futuro con Pepe Méndez capitaneando el trasatlántico: 1975-1979
Cuatro
89
Pepe cruza el Niágara en bicicleta: 1980-1989
Cinco Las ciencias y matemáticas en el ideario educativo de Pepe Méndez: 1990-1999
iv
127
Seis
179
Preparado para contribuir al país: 2000-2005
Siete
207
La complacencia es el enemigo del progreso: 2006-2010
Ocho
241
Pepe Méndez en busca de soluciones: 2011-2015
Conclusión:
277
En el 2015, Pepe Méndez en constante ebullición
Notas Bibliografía Siglas Índice onomástico
306 319 321 323
AGRADECIMIENTOS
E
l ensayo que presentamos a continuación nació en julio del 2013 a raíz del interés manifestado por José F. Méndez de que se llevara a cabo una minuciosa investigación encaminada a la redacción de su biografía. Una vez concluida la encomienda de reconstruir el pasado del Sistema Universitario Ana G. Méndez y de su vida, que parecen ser la misma, no puedo menos que agradecer el entusiasmo del propio Pepe Méndez, como le hemos llamado en esta ensayo, y de los rectores de cada una de las instituciones que lo componen; Alberto Maldonado Ruiz en la Universidad del Este, Dennis R. Alicea en la Universidad del Turabo y Carlos M. Padín, en la Universidad Metropolitana. A éstos sumo el reconocimiento a Migdalia Torres la rectora de la Universidad Ana G. Méndez, Campus Virtual, y a Margarita Millán, gerente del Canal 40. Igualmente obligado estoy con los vicepresidentes Jorge Crespo, Alfonso L. Dávila, Victoria de Jesús, Luis Zayas y José F. Méndez hijo. Reconozco la encomiable apoyo de nuestra querida Grecia Méndez, viuda de Rafael Díaz Bonnet, quien ha laborado en este proyecto sin esperar nada a cambio, solo por amor a su madre, doña Ana G. Méndez, y a su hermano Pepe. De igual manera estoy endeudado con Gloria Castillo, secretaria de la Junta de Directores del Sistema Universitario Ana G. Méndez y con su asesor legal José de la Cruz Skerrett. Es el momento de un reconocimiento especial a la generosidad de Alberto Maldonado, Dennis Alicea, Jorge Crespo, Migdalia Torres, Juan R. Melecio, Antonio Monroig. Jaime Rodríguez Cancel y Sayra Maldonado con quienes
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discutí uno o varios capítulos de esta obra. Afortunadamente, también han sido colaboradores en este proceso la vicepresidenta de Mercadeo y Asuntos Estudiantiles, Mayra Cruz Rivera y María Martínez, vicepresidenta asociada de Relaciones Públicas, quien condujo el proyecto hasta su feliz desenlace. Igualmente endeudado estoy con quienes colaboraron en alguna etapa importante de la investigación y creación de este ensayo. Fueron muchas las horas de franca conversación, enriquecidas por sus memorias encomiables, que sostuve con ellos en torno a la vida de José F. Méndez, la historia del Sistema Universitario Ana G. Méndez y de la educación universitaria en general. Sin embargo, debo subrayar que, a pesar de que este es un libro que hemos hecho por encomienda del Sistema Universitario Ana G. Méndez, soy el único responsable, tanto de sus aciertos como de sus desaciertos. También debo agradecer a Manuel Casiano quien puso a mi disposición los archivos del Caribbean Business. Por último, reconozco la labor de Marcos Pastrana cuyo diseño y producción gráfica enriquecieron notablemente el contenido de este libro.
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INTRODUCCIÓN
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ste libro trata de la vida de José F. Méndez, mejor conocido por Pepe Méndez, y de la historia institucional del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Son dos vidas paralelas que con frecuencia resultan ser la misma, pues el espacio entre una y la otra es muy fino, imperceptible. En septiembre de 1976, Pepe se hizo cargo de la institución que su madre creó, la transformó, la hizo crecer y la consolidó para perpetuarla. Este ensayo es también, el recuento histórico del entorno político económico, social y cultural puertorriqueño del siglo XX y comienzos del XXI que propició esta vida rica de grandes hazañas en la educación universitaria puertorriqueña. Iniciamos nuestra biografía narrando la historia familiar de los Méndez González en el Barrio Obrero de Santurce. De esta familia humilde nació el 27 de mayo de 1937, José F. Méndez González, mejor conocido por sus familiares y amigos como Pepe Méndez. Pepe vivió su niñez y temprana juventud en Villa Palmeras y luego, cuando las condiciones económicas del hogar mejoraron, su familia se mudó a la urbanización Baldrich en Hato Rey. Mientras su padre era un pequeño comerciante, su madre, luego de un esfuerzo extraordinario, no solo se graduó de la Universidad de Puerto Rico, sino que también fundó en 1949 el Puerto Rico Junior College. Pepe hizo la mayor parte de sus estudios en la Puerto Rico Elementary School y luego en la Puerto Rico High School of Commerce, ambas fundadas por su madre, la educadora Ana G. Méndez. Al graduarse de escuela superior, por orden de ella, fue a estudiar a The Citadel Military College en Charleston, Carolina del Sur. Luego de cuatro años, en junio de 1957 Pepe Méndez se graduó de Citadel, con el rango de sargento y un bachillerato en Administración Comercial. Sin embargo, soñaba con llevar una vida civil, con emprender negocios o quizás, en el mundo de las finanzas. Pero no salía de su mente la preocupación de qué hacer con el futuro de las instituciones educativas que su madre había levantado en los pasados años, y de las que, al fin y a la postre, sería heredero. Con todo ello en mente y diploma en mano, Pepe regresó a San Juan de Puerto Rico. Ya entrado el siguiente capítulo se relata el regreso de Pepe al seno familiar. El benjamín ya estaba de vuelta en un país que pasaba de lo rural y agrícola a lo urbano e industrial, y que por primera vez vio enarbolar su propia bandera cuando se estableció el Estado Libre Asociado (1952). En los próximos meses pasó de trabajar en las lujosas y amplias oficinas de San Juan del Chase Manhatan Bank, a
los muy modestos y angostos pasillos del Puerto Rico High School of Commerce en Río Piedras. De ahí emprendió un largo recorrido por todas las escuelas que pertenecían a su familia. En 1968 pasó al Puerto Rico Junior College como oficial a cargo de finanzas. Al año siguiente, se creó una nueva estructura jurídica que permitió que una fundación pudiera regir los destinos del Puerto Rico Junior College. Esta se llamó la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Un lustro más tarde, con gran prudencia y sabiduría, su madre presentó a la Junta de Directores un plan de transición para la presidencia de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Ocho meses después, Ana G. Méndez renunció a la presidencia de dicha Fundación. Posteriormente, en reunión de la Junta de Directores del 26 de septiembre de 1974, se presentó una moción para que José F. Méndez fuera nombrado presidente. La Junta accedió. De esa manera, a sus 37 años, Pepe Méndez se convirtió en el segundo presidente de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Con ello se iniciaba un cambio de mando en la jerarquía de la institución. Una nueva generación encabezada por Pepe se comprometía con su futuro. En el tercer capítulo, que cubre de 1975 a 1979, se narra la transición de la presidencia de la Fundación Educativa Ana G. Méndez de madre a hijo. Se cuentan las historias particulares de los primeros cambios llevados a cabo por Pepe en los colegios universitarios que integraban la Fundación: el Puerto Rico Junior College en sus dos recintos y el Colegio Universitario del Turabo. Como hombre de estrategia, Pepe estableció un Plan Maestro con el que impulsó un proceso de automatización de la Fundación. Pero muy pronto se topó con varias piedras en el camino. Varios miembros de la Facultad del Puerto Rico Junior College no le reconocían méritos: alegaban su falta de cultura universal, de conocimientos en el campo de la educación y de experiencia. Decían que Pepe nunca había estado de maestro en un salón de clase. Aunque ya contaba con 17 años de experiencia en varios niveles del sistema de educación puertorriqueña (1957-1974), no cabía duda de que sus materias más fuertes eran la administración, el empresarismo y las finanzas. Pero fuese como fuese, Pepe Méndez había llegado para quedarse y no sería presidente ni como su madre ni como ninguno otro. Sería, sencillamente, Pepe. En aquellos tiempos recios, ya se notaba en la Fundación Educativa el ambiente de huelga de profesores que fue su bautismo de sangre. Otros escollos fuera del ámbito de la Fundación Educativa harían que Pepe se convirtiera en un gran defensor de los fondos gubernamentales que recibían las universidades privadas en la Isla. Siempre tuvo la firme convicción de que el porvenir de la institución que presidía solo podría ser el óptimo con la implantación en la Isla de la “Basic Educational Opportunity Grant”, mejor conocido como las becas Pell. Debido a que sus estudiantes venían de los sectores más pobres de la Isla, en dichas becas se abrió un nuevo horizonte en las instituciones de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Al cierre de 1979, y finalizado ya el primer lustro de la administración de Pepe Méndez, los colegios afiliados a la Fundación Educativa Ana G. Méndez registraron una matrícula combinada de 12,279 estudiantes, lo cual la colocó como la
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segunda institución privada de nivel universitario en Puerto Rico. El número de alumnos se distribuía así: 7,163 en el Puerto Rico Junior College y 5,116 en el Colegio Universitario del Turabo. En el cuarto capítulo se narra cómo entre 1980-1989 Pepe “cruzó el Niágara en bicicleta”. Los años ochenta fueron de grandes retos, de “presupuestos apretados”. Debido a las circunstancias económicas críticas que enfrentó tanto la institución como la Isla, se pensó que para aquellos tiempos hacía más falta un ejecutivo que un intelectual. La Fundación dio un paso trascendental en su trayectoria, al solicitar la licencia y la acreditación del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico y de la Middle States Association of Colleges and Secondary Schools para operar un programa universitario en lo que pronto sería la primera universidad a distancia en Puerto Rico. También estableció el Programa de Servicios Educativos Especiales mejor conocido por PROSEE en sus tres instituciones, que le permitió ir donde estuviese el estudiante en vez de que el estudiante fuese a ella. Con este programa se aumentó su matrícula constantemente. El programa del Puerto Rico Junior College se extendió a 19 pueblos y se ofrecían 14 programas académicos con una matrícula de 1,554 estudiantes; es decir, 33 por ciento de su estudiantado. Sin embargo, poco después entró en un conflicto con la oficina de Licencias y Acreditación del Consejo Superior de Enseñanza, la Middle States Association y el Departamento de Educación Federal. A final de cuentas se encontró una solución salomónica para salvar PROSEE aunque debían corregirse las deficiencias, establecerse un plan de mejoras, reducirse el número de Centros y otorgársele una acreditación retroactiva a cada unidad. Pepe Méndez también tuvo mucha visión e iniciativa de cara al futuro cuando, en 1981, a nombre de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, se unió a consorcios y alianzas educativas que resultaron en extraordinarios beneficios para sus instituciones. Tal fue el caso del consorcio de ciencias y matemáticas compuesto por el Laboratorio Lawrence Berkeley y la Universidad Jackson State, a los que se uniría su institución. En 1983 se firmó el Memorando de Entendimiento, que oficializó dicho consorcio. Su propósito fue el mejoramiento académico de las ciencias naturales y las ciencias de cómputos, tanto en el area de la docencia como en el de la investigación. En el próximo capítulo –el quinto– se cubre la década de los noventa, que requirió de Pepe imaginación, iniciativa sostenida y una gran certeza de que las rutas trazadas eran las correctas. Para asegurar que el esfuerzo de la Fundación Educativa Ana G. Méndez se reconociese como universitario y evitar cualquier interpretación equivocada de lo que constituía una «fundación», principalmente en los Estados Unidos, el 15 de julio de 1993 Pepe Méndez pidió a la Junta de Directores que aprobase una enmienda para cambiar legalmente el nombre de la Fundación Educativa Ana G. Méndez Inc. a Sistema Universitario Ana G. Méndez, Inc. Mientras tanto, a lo largo de los noventa, junto a Pepe Méndez laboraban los rectores de cada una de las instituciones universitarias que forman el Sistema
Universitario Ana G. Méndez, encabezados por Alberto Maldonado Ruiz, Dennis R. Alicea y Federico M. Matheu en la del Este, el Turabo y la Metropolitana, respectivamente. Migdalia Torres Rivera era la directora del Centro de Telecomunicaciones y Educación a Distancia. Todos estaban comprometidos con el mismo interés en la educación de los más necesitados en el país. Gracias a ellos, el presidente Méndez logró una mayor estabilidad administrativa y filosófica en el Sistema. En ellos Pepe depositó toda su fe y confianza. Se pudo apreciar una mayor autonomía en cada universidad a la luz del liderato de cada rector. Para entonces, Pepe era consciente de que a medida que Puerto Rico se acercaba a los albores del siglo veintiuno, sus rasgos económicos, demográficos y sociales se asemejaban cada vez más a las llamadas sociedades post industrializadas. El ritmo de crecimiento lento en el grupo de personas en las edades tradicionales de estudios universitarios (18-24) se redujo; “la universidad ya no conocía edades”. Durante los ochenta y los noventa una vez más se registró un gran éxodo de emigrantes puertorriqueños hacia los Estados Unidos. La Isla comenzaba a despoblarse. Por otro lado, para 1996 existían sobre 700,000 residentes en Puerto Rico, mayores de 25 años, que completaron la escuela superior pero que no habían obtenido un grado universitario. Ya desde la década anterior Pepe Méndez venía diciendo que en el porvenir la institución debía ir enfocando su atención hacia programas de educación y readiestramiento de adultos. Fiel a su rol pionero en ofrecer opciones innovadoras para atender las necesidades educativas de la comunidad y seguro de que el adulto también requería estudios, no importa su edad, el Sistema Universitario Ana G. Méndez, en colaboración con Regis University, estableció en 1997 en el Colegio Universitario del Este, la primera Escuela de Estudios Profesionales. En esta se ofreció el Programa AHORA, un programa de estudios acelerados que respondía a las expectativas del adulto profesional que deseaba completar en corto tiempo su grado universitario; “ahora era que había que estudiar”. Dicho programa también se estableció en las hermanas universidades del Turabo y la Metropolitana. Mientras tanto, Pepe Méndez continuaba abogando, tal y como había hecho durante los pasados años, a favor de la independencia de las universidades privadas del control del Consejo de Educación Superior y de una mejor distribución o equidad en el financiamiento de la educación superior. Así las cosas, y sin otro camino que recorrer, Pepe miraba hacia todas partes en busca de maneras de seguir adelante con su obra universitaria. Para entonces, aparte de la Beca Pell, pensaba en desarrollar un programa de dotación. En 1997 Pepe organizó el llamado Fondo Dotal Forjadores del Futuro. Este consistía en fondos perpetuos, donados por personas o instituciones. Los fondos no se podían tocar, por lo que la institución pareaba la cantidad y así se becaba a estudiantes talentosos de escasos recursos, siendo muchos de ellos los primeros en su familia en asistir a una universidad. En tres años estableció 32 fondos dotales; en el último año habían crecido en un 79% y se esperaba que para el año 2000,el
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fondo dotal contaría con $4 millones. Pepe vislumbraba en el horizonte prestigio y éxito para el Fondo Forjadores del Futuro. A fines de 1995, entre las batallas con el Consejo de Educación Superior, el cumplimiento de los memorandos de entendimiento y mil y una cosa más, a Pepe se le diagnosticó la enfermedad de hepatitis C. De inmediato puso su salud en las manos del Dr. Nizar Zein, un joven hepatólogo y gastroenterólogo radicado en Cleveland Clinic. Méndez, que no faltó ni un solo día al tratamiento de la cura de la hepatits C, siguiendo al pie de la letra las órdenes del doctor Zein, recuperó y poco a poco el virus fue erradicado. Sin embargo, el júbilo de aquellos meses en el que el virus desapareció quedó opacado cuando el 18 de febrero de 1997, a sus 89 años de edad, falleció Ana G. Méndez. Por fortuna, la ilustre educadora había logrado disfrutar del reconocimiento público de aquella extraordinaria obra que había iniciado en 1949 y que Pepe Méndez, su hijo, tan eficazmente había continuado. En el capítulo VI abordamos el primer lustro del nuevo siglo, cuando Pepe Méndez se dio cuenta de que ya su institución estaba preparada para hacer importantes contribuciones al país. Ante la urgente necesidad de mejorar la difícil situación económica y social por la que atravesaba la Isla, Pepe puso todo su empeño en hacer del Sistema Universitario Ana G. Méndez una institución que se adelantara a los hechos, que proveyera soluciones. Por el éxito sostenido de años de consolidación y fortaleza académica, entendía que la institución debía dar un paso adelante en aras del bienestar económico, social y gubernamental del país. Para ello desarrolló el Instituto de Política Pública, que fomentaría la discusión sobre sus problemas más apremiantes. Entre variados asuntos, Pepe propuso celebrar una consulta al pueblo de Puerto Rico sobre la conveniencia de elevar a rango constitucional la autonomía municipal. De igual manera y con gran entusiasmo, presentó estrategias para el desarrollo adecuado de un sistema de conversión de desperdicios sólidos en energía renovable. Por otro lado, junto al alcalde de Caguas, William Miranda Marín –se decía que era una “pareja explosiva”– desarrolló la estructura para fomentar o incubar empresas, con estudios de mercadeo, transferencia de tecnología, establecimiento de parques industriales, propiedad intelectual, invenciones y patentes, y principalmente, la creación de alianzas regionales o municipales. Méndez reafirmaba que la regionalización del desarrollo económico y tecnológico era imprescindible para el futuro de la Isla y que, en este esfuerzo, deberían unirse en alianza la industria y el comercio, los gobiernos municipales y, por supuesto, la academia. Las alianzas regionales serían la orden del futuro desarrollo socioeconómico del país. A paso seguido, y desde la Oficina de Desarrollo Económico y Comercialización, el Sistema Universitario Ana G. Méndez se adelantó en la creación de las primeras alianzas regionales. Asimismo, desde sus respectivas instituciones universitarias, se orquestaron las formas y maneras de cómo cada una de ellas podía colaborar con las alianzas en ciernes. Después de todo, con sus recintos y centros universitarios muy bien repartidos alrededor de la Isla, eran ellas las llamadas a contribuir con
las alianzas regionales. La primera en organizarse fue INTECO, que poco a poco fue estableciendo incubadoras de negocios que generarían un gran número de empleos.Le siguió INTENOR, que trabajaba junto a los alcaldes de la región norte. INTENE fue la tercera alianza en organizarse y DISUR la cuarta. Cada una se ajustó a las necesidades de la región elegida. Para esas fechas, alzaron vuelo los Simposios de la Salud, cuya idea nació de aquel encuentro en 1996, cuando Pepe Méndez le prometió al Dr. Nizar N. Zein, que de salir airoso de su enfermedad (hepatitis C), se ocuparía de llevar el mensaje de la cura a los puertorriqueños; es decir, a los médicos y otros profesionales de la salud. En dicha ocasión, Méndez resaltó la necesidad de concientizar a la población sobre las diversas alternativas de salud preventiva para evitar estas condiciones crónicas y letales. Además del Dr. Zein, el Dr. Miguel Fiol, médico de cabecera de Pepe, desempeñaría un rol importantísimo en la organización y desarrollo de estos simposios. El galeno se ocupó del campo de la neurología. A ellos se les unió unos años más tarde en estos simposios el cardiólogo de Pepe, el Dr. Samir R. Kapadia, que también pertenecía a la facultad médica de la Cleveland Clinic. Así pues, con el auspicio del Sistema Universitario Ana G. Méndez, se celebraron en Puerto Rico simposios sobre diferentes temas médicos. Estaban dirigidos a aportar de forma significativa y responsable al proceso educativo de la comunidad médica, al tiempo que fomentaban la educación en la comunidad, en conjunto con las diferentes agencias y organizaciones comunitarias, sobre las modalidades terapéuticas más efectivas para la prevención de varias patologías. Lo fascinante de todo, era que el Sistema Universitario Ana G. Méndez no tenía una escuela de medicina. A partir del 2003 el Sistema inició su primer proyecto de internacionalización, que consistió de un programa de visitas de embajadores y cónsules extranjeros en Washington D. C. a sus universidades en Puerto Rico. También, y como parte del proyecto, Pepe comenzó a mirar hacia la educación universitaria en los Estados Unidos. En 2003 el Sistema Universitario Ana G. Méndez plantó bandera en Orlando, Florida al establecer el Metro Orlando Campus. De esta manera, se constituyó el primer programa universitario acelerado bilingüe para el inmigrante adulto en los Estados Unidos. El programa quedó registrado bajo el nombre “Accelarated Discipline-Based Dual Language Immersion Model”. Su programa académico seguía de cerca algunos de los currículos de las universidades del Sistema Universitario Ana G. Méndez: la Universidad del Turabo, la Universidad del Este y la Universidad Metropolitana. Cada una contribuyó con lo mejor de sí, respondiendo a las necesidades de empleo de la región y de la comunidad. El Metro Orlando Campus ofrecía programas de bachillerato así como graduados. Pocos años después y luego de su éxito, se inauguró el South Florida Campus, segundo recinto universitario del Sistema Universitario Ana G. Méndez en la Florida. A este le siguió otro en Tampa. El Capítulo VII cubre el período entre 2006 y 2010. Fueron los años en que se desató una crisis mundial que a muchos les hizo recordar “la Gran Depresión Económica” de 1929. Pepe Méndez llevaba sobre sus hombros el pesado lastre
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de los problemas económicos por los que pasaba tanto la Isla como los que podría atravesar la propia institución. En el 2007 la institución incurrió en un déficit millonario en su gasto operacional. Pepe tomó cartas en el asunto y al finalizar el año fiscal 2009 la entidad cerró sus libros de contabilidad con un cambio positivo en sus activos netos: una ganancia de $6.8 millones. Entonces el cuadro fue muy distinto al del año fiscal anterior. Durante aquellos meses de gran incertidumbre económica (2007-2008), algunos miembros de la Junta de Directores no tuvieron los mismos criterios de Pepe, particularmente en lo que concernía a las finanzas. Entonces, se discutió hasta la saciedad cuáles serían los canales de comunicación apropiados en caso de que la Junta necesitara información financiera para cumplir con sus responsabilidades fiduciarias. Simultáneamente, y para echar sal a la herida, hubo otros conflictos relacionados a las intenciones de algunos miembros de la Junta de arrogarse el derecho de nombrar a los funcionarios de la alta gerencia del Sistema Universitario. La pregunta fue, ¿quién tenía el derecho a estos nombramientos, la Junta o el Presidente? Mientras tanto, el término de varios miembros de la Junta se había cumplido, y otros decidieron no seguir en ella. Entonces la Junta de Directores eligió a Florabel García Mullick como su nueva presidenta. Además resultaba persona idónea para el cargo por haber estado vinculada a la institución desde principios de los años noventa y haber sido responsable de aquellos exitosos programas de los consorcios universitarios de ciencias y tecnología. El capítulo VIII continúa narrando la historia de los esfuerzos de Pepe Méndez por contribuir al bienestar del futuro de Puerto Rico, esta vez deteniéndose en los años del 2010 al 2015. Ante el panorama económico tan adverso que enfrentaba la Isla, y buscando proteger a su institución, Pepe puso a leer a toda su plana mayor varias de las obras de Jim Collins, escritor y conferenciante estadounidense, sobre el tema de la gestión empresarial. Entonces, pidió que se estudiase, porque hasta los grandes caen. También quiso promover las ayudas económicas a los estudiantes del Sistema. No empece que la inmensa mayoría de ellos estudiaban gracias a las becas Pell, Méndez sabía que debía seguir buscando nuevas fuentes de capital. Como siempre, según decía a menudo el propio Pepe Méndez, todavía quedaba mucho por hacer. Particularmente en relación al fortalecimiento de la investigación científica tanto al nivel subgraduado como graduado. Desde hacía un tiempo, Pepe no se cansaba de hablar de lo que se conoce en inglés como STEM+H. Se trataba de una iniciativa norteamericana de enseñanza que pone el énfasis en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, la matemática y la salud. Los programas de ciencias de la salud que durante los pasados años habían tenido prioridad en el Sistema Universitario Ana G. Méndez, ahora debían renovarse. Incluso allende los mares, en los Centros Universitarios en la Florida y en el Capital Center, Pepe Méndez dio su visto bueno al desarrollo de las escuelas de ciencias de la
salud, que se destacaban como las de mayor crecimiento. Entre estas sobresalían aquellas conducentes a los estudios de enfermería. Pero ahí no se detuvo el interés de Méndez por las ciencias, porque en 2009, desde el Instituto de Política Pública, se vio involucrado en el sempiterno debate relacionado a la crisis energética y las posibilidades de la energía renovable en la Isla. El país continuaba lidiando con los ascendentes costos de electricidad. Otro episodio que puso de manifiesto la pasión de Pepe Méndez por todo aquello que tuviese que ver con la ciencia y la tecnología ocurrió en 2011, cuando se firmó un acuerdo con SRI International y Universities Space Research Association (USRA) y la National Science Foundation, para administrar el National Astronomy and Ionosphere Center,con su inmenso radiotelescopio localizado en Arecibo, Puerto Rico. En dicho acuerdo la Universidad Metropolitana fue subcontratada para encargarse de todo lo relativo a los aspectos de educación y de la logística operacional del proyecto. Este Centro tenía más de 50 años de historia. Para concretar el acuerdo, Pepe Méndez se estuvo preparando por varias semanas, ya que debía presentarse ante la National Science Foudation. Sería sin duda, uno de los momentos de mayor prestigio científico para el Sistema Universitario Ana G. Méndez y en particular para la Universidad Metropolitana. Pero todo fue un éxito. El aspecto operacional le tocó, como dijimos, a la Universidad Metropolitana, muy en particular el Centro de Visitantes donde se encuentra el museo, el teatro y una terraza desde la que se puede ver el gigantesco radiotelescopio. Como tenedores del manejo y la logística operacional del Observatorio de Arecibo, la Universidad Metropolitana y el Sistema Universitario Ana G. Méndez son parte del Instituto de Fotónica de Puerto Rico. Se trata de uno de los proyectos de mayor envergadura en la comunidad científica local e internacional, y de impacto en el desarrollo económico y educativo de la Isla. También se trata del primer instituto en Puerto Rico especializado en la investigación, educación y formación en óptica y fotónica. Una vez más, a Pepe Méndez se le vio muy entusiasmado con el Instituto de Fotónica, particularmente porque podría ser conducente al establecimiento de fábricas y de estudios de gran demanda laboral en la Isla. Tras los temas del espacio sideral y la fotónica, el capítulo pasa a narrar la cruda realidad del crimen y el desempeño de la policía en Puerto Rico. Desde hacía tiempo Pepe andaba pensando en cómo ayudar a resolver el problema de la criminalidad en la Isla. Porque resultaba un pesado lastre al desarrollo económico del país. Pero encontró una respuesta a sus preocupaciones cuando visitó en el 2010 el Instituto de Justicia Criminal del Valencia Community College en la ciudad de Orlando, Florida donde se educaba a los policías además de entrenarlos. Convencido de la necesidad de un nuevo enfoque en el adiestramiento y preparación académica de los oficiales de la ley y el orden en Puerto Rico, el 17 de octubre de 2011 creó el Instituto de Seguridad Pública (ISEP) en la Universidad del Este. Este trabajaría en estrecha colaboración con el Instituto de Justicia Criminal del Valencia College. ISEP cumplía con el principio fundamental que guía al Siste-
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ma Universitario: el compromiso de promover una mejor calidad de vida para la sociedad puertorriqueña. Sin embargo, la Policía de Puerto Rico no correspondió a su llamado, por lo que Pepe cambió el norte de este esfuerzo, dirigiéndolo al entrenamiento y la educación de los guardias municipales. El énfasis del Instituto fue en destrezas, entrenamiento y técnicas que debían adquirir los guardias para poder enfrentarse a las situaciones difíciles que se le presentaban a diario. Además, el Instituto contaba con la acreditación de la Middle States Commision on Higher Education, que, si bien asegura la calidad académica, también es necesaria para que los cadetes puedan estudiar con becas. Mientras tanto, a lo largo de la década se expandieron los programas de internacionalización. De esa manera, el Sistema Universitario Ana G. Méndez sentaba las bases para el desarrollo de mejores profesionales, y a la vez, de mejores ciudadanos. Pero todavía quedaba mucho por hacer. Como estrategia de internacionalización, en el 2013 Pepe estableció, en la Oficina del Presidente, la Vicepresidencia Asociada de Asuntos Internacionales. Con ello el Sistema integraba la internacionalización a todos sus programas académicos. El Programa de Internacionalización se enfocaba en la concertación de acuerdos de colaboración con otras universidades de los Estados Unidos y alrededor del mundo, que fomentaba intercambios de estudiantes y facultad entre universidades en Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia. En 2015 el gobierno de Puerto Rico le tomó prestada la idea a Pepe Méndez para establecer el Programa “Campus Puerto Rico”, con el propósito de promoción de la oferta académica de la Isla, para atraer estudiantes de América Latina y el Caribe y estudiantes hispanos de los Estados Unidos y sus territorios. Ponemos punto final a este libro al llevar la biografía de Pepe Méndez –que no es su vida entera pues todavía tiene mucho que ofrecer– hasta fines de 2014 y los primeros meses del 2015. A manera de conclusión, ponemos el acento en la clave del éxito de Pepe y el Sistema Universitario Ana G. Méndez que fue creado por su madre; Pepe la transformó, la hizo crecer y la perpetuó.
El cadete de The Citadel Military College José F. Méndez, mejor conocido por Pepe Méndez. AFSUAGM
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CAPÍTULO I
EL ENTORNO FAMILIAR; ENTRE EL EMPRESARISMO Y LA EDUCACIÓN: 1937-1957
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DE CUNA HUMILDE NACIÓ PEPE MÉNDEZ l 26 de septiembre de 1974, la Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez nombró a José F. Méndez González, mejor conocido por Pepe, presidente de la institución. Minutos después, uno de los más influyentes directores le hizo al nuevo presidente la siguiente observación: “no creas que te hemos nombrado porque eres hijo de Ana G. Méndez, sino porque tienes la capacidad para ser presidente”.1 De esa manera, a sus 37 años, Pepe se convirtió en el segundo presidente de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Ahora debía forjar su propio destino, pues hasta entonces había seguido el camino trazado por su madre. Pepe nació el 9 de mayo de 1937 en la calle Tavárez, en el sector Las Palmas de Santurce. Sus padres eran José Méndez Rivera y su madre Ana González Cofresí.2 Hacía poco más de una década que ambas familias habían emigrado de la ruralía al Barrio Obrero de Santurce, en donde se conocieron. Los Méndez Rivera procedían del municipio norteño de Vega Baja y los González Cofresí del de Aguada, localizado en el punto más extremo del noroeste de la Isla.3 Con 35,096 habitantes (1920), Santurce era uno de los barrios más densamente poblados de San Juan, la capital de Puerto Rico.4 Durante las pasadas dos décadas, su tasa de crecimiento poblacional había sido la más alta en la Isla. En gran medida, Santurce era un barrio rodeado de islas de arrabales asentadas en las laderas y en las fajas de terreno pantanoso, barato, de poco provecho agrícola. Esas tierras pertenecían al estado. Sobre ellas, gente pobre, de origen negro y mulato –muchos de origen campesino, recién llegados de la ruralía– levantaron sus casuchas de madera, zinc y principalmente, de materiales desechos, como cajas de cartón y latones, entre otros.5 Hacia el sureste, no hacía mucho tiempo, bajo la ley de Hogar Seguro de Puerto Rico (1915), se había levantado el Barrio Obrero, en donde 492 casas de madera para alquiler, provistas por el Gobierno, fueron ocupadas por familias asalariadas como la de los González y los Méndez.6 El alquiler de estas casas 1
La familia González Cofresí. En primera fila, sentados, Ana González Cofresí, Gloria, Paquita y Juan Francisco González. De pie, Jorge, Mario, Ismael, Hena, Carolina (prima), Ana e Isabel. AFSUAGM
era entre $3 y $12 al mes, de acuerdo con el lugar y con el tipo de construcción.7 Para 1924, el proyecto de vivienda barata pareció un fracaso, pues era muy difícil cobrar los alquileres. Ese año se desahuciaron 66 familias del Barrio Obrero por no pagar sus cánones de arrendamiento.8 Sin embargo, resultó un éxito, debido a que allí la vida no estaba determinada por los ciclos azucareros, sino por los mosquitos de los caños, manglares y pantanos aledaños. Colindando hacia el norte del Barrio Obrero, estaban los terrenos del colegio del Sagrado Corazón, fundado en 1907 y mejor conocido como Las Madres, y hacia el sur, el caño de Martín Peña. Hacia el este, se encontraba el campamento Las Casas, centro de adiestramiento e instrucción militar con cabida para 6,000 soldados puertorriqueños en espera de ser llamados al frente del escenario bélico. En esa barriada, en plena zona urbana, se encontraba un espacio vacío de gran tamaño en donde se había establecido el Hipódromo Las Casas. Hacia el norte, en ruta a San Juan, en las tierras altas del sub-barrio de Miramar (conocido entonces como “El Olimpo”), continuaban estableciéndose personas adineradas, tal y como lo habían hecho al final del siglo pasado comerciantes ricos, empresarios y cónsules.9 En el punto más alto de la colina con vista tanto a la bahía de San Juan como a la Laguna del Condado, se alzó la Iglesia del Perpetuo Socorro, con su academia o colegio para niños de ambos sexos (1921). Al pie, en el punto más bajo, el hermoso templo de la Union
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Church, hoy Capilla de Nuestra Señora de Lourdes, o la pequeña Notre Dame puertorriqueña. Al otro lado de la laguna, por el puente Dos Hermanos, (los hermanos Sosthenes y Hernand Behn) comenzaban a desarrollar el parque residencial del Condado, lujosa urbanización, llena de jardines preciosos que perfumaron aquellos patios amplios de las residencias allí establecidas. Muy pronto se levantaron varias residencias estilo cottage. En aquel parque de amplias carreteras entre el bosque de palmas de coco, desde 1917 se divisaba el Hospital Presbiteriano y, dos años más tarde, el Hotel Condado Vanderbilt, joya de la “belle époque”. Hacia los sub-barrios de Loíza y el Parque en la zona este, se asentaron también viviendas de gente acaudalada o con suficientes recursos para vivir holgadamente. En los barrios más pudientes se disfrutaba de todos los servicios indispensables para una vida moderna, recreándose la vida típica de un suburbio norteamericano. Había buenas carreteras, alcantarillados y drenajes. Los servicios de luz eléctrica, agua potable y comunicación telefónica eran de primera calidad. De igual manera, en otros sub-barrios de Santurce, se construyeron importantes edificios para escuelas públicas como la Rafael M. de Labra (1916), la Rafael Cordero y la Central High School (1924). La construcción de magníficos edificios para la educación de los niños y jóvenes de la Isla –los más grandes en tamaño– fueron las obras más notables de los “Roaring Twenties” en la Isla. También se levantaron las estructuras del Colegio de la Inmaculada, así como otras para el ya establecido Colegio del Sagrado Corazón, que junto a la mencionada Academia del Perpetuo Socorro en Miramar, eran para entonces, muestra de educación privada en manos de órdenes religiosas católicas. Esas últimas instituciones estaban fuera del alcance de la familia González Cofresí y Méndez Rivera. Ana dio sus pasos en el camino de la educación, en una de las muy modestas escuelas públicas de Santurce, donde cursó desde el primero hasta el octavo grado. Para entonces, el sistema escolar de Puerto Rico seguía el sistema implantado por el plan 8-4, es decir, una escuela elemental de ocho años seguida por una escuela secundaria o superior de cuatro años. En la educación pública y totalmente gratuita de jóvenes como Ana, auspiciada por el Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico desde 1900, el país cifraba sus esperanzas para un futuro mejor.10 Para 1920, de una población de 1,297,772 habitantes en la Isla, se estimaba que 115,077 niños de edad escolar de 6 a 18 años asistía a escuelas rurales; 59,174 a escuelas elementales urbanas y 3,882 a escuelas superiores. Atrás habían quedado aquellos
El matrimonio de Ana González y José Méndez Rivera, padres de Pepe. AFSUAGM
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Arriba, a la izquierda, el barrio Miramar en Santurce en la década de 1930.
Un tren urbano discurre por la fincas del Condado en la década de 1930.
Iglesia San Jorge, en Santurce, construida en 1928. AO
años a fines del siglo XIX, en que solo el ocho por ciento de los niños de edad escolar asistía a las escuelas, en que el número de escuelas para niños era tres veces mayor que el de niñas y, en el que no había edificios escolares construidos para dichos propósitos.11 A la educación pública el gobierno le dedicaba una tercera parte del presupuesto anual del país.12 Sin embargo, todavía quedaba un mundo por hacer a favor de la erradicación del analfabetismo en la Isla porque, a pesar de los avances, solo el 60 por ciento de niños de edad escolar estaban matriculados en las escuelas públicas de Puerto Rico. La falta de escuelas y principalmente, de maestros, era mayor en la ruralía, en donde, para 1920, vivía el 80 por ciento de los habitantes del país.13 Por ser Puerto Rico un país inminentemente rural y agrícola con muy pocas carreteras, la educación de los niños en esa zona era apremiante. Para remediar la falta de maestros, tanto en la ruralía como en las zonas urbanas, desde 1903 se trabajaba a toda marcha en la preparación de personas para el magisterio en la Escuela Normal de la Universidad de Puerto Rico. Hasta ese año, a pesar de que los esfuerzos por dotar al país de una universidad, que se remontaban a la segunda mitad del siglo XVIII, la Isla careció de un sistema de educación superior que concediera bachilleratos en educación. Por tales carencias, y para adelantar la causa por la educación de la niñez del país, desde 1905 se había instituido la matrícula doble: un maestro trabajaba con dos grupos distintos de 50 estudiantes cada uno; uno por las mañanas y otro en las tardes.14 Sin embargo, hubo escuelas en donde se trabajó hasta con 250 alumnos por sesión.15 Se le daba énfasis al establecimiento de escuelas de grados primarios. En ellas los niños aprendían los fundamentos del inglés y el español y se comenzaba el estudio de la aritmética, geografía, historia, dibujo y trabajo manual. A ella ingresaban los niños a los cinco o seis años.
Niños en salón de clases en la Escuela Lincoln en San Juan, 1939. AO
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El estudiantado de la Escuela Pedro F. Colberg en Cabo Rojo,1939. AO
Por otro lado, la gran mayoría, por su pobreza, no permanecía en las escuelas por más de dos o tres años. La anemia, el hambre y la mala nutrición resultaban obstáculos insalvables para impartir el pan de la enseñanza entre los niños de la Isla. 16 Por ello, a partir de 1910, la Legislatura de Puerto Rico asignó cientos de miles de dólares para sostener los comedores escolares, que a su vez permitieron mejorar la asistencia a las escuelas y por consiguiente la labor docente. Una década después, 52 escuelas públicas alrededor de la Isla mantenían comedores escolares. Al menos, a partir de entonces, los niños que asistían a clase podían tomar un buen desayuno.17
EL ESTUDIO UNIVERSITARIO LO CAMBIÓ TODO
La anemia, el hambre y la mala nutrición resultaban obstáculos insalvables para impartir el pan de la enseñanza entre los niños de la Isla.
Ana González Cofresí terminó los estudios de primaria en una de las escuelas públicas de Santurce. Niña afortunada, pues para 1920, el 60 por ciento de los niños de la Isla, menores de 10 años, no sabían leer y escribir, mientras que el 74 por ciento de la población adulta de la ruralía era analfabeta.”18 Sin embargo, como otros tantos jóvenes en el país, Ana, al menos por el momento, puso punto final a sus estudios. La falta de escuelas superiores hacía que muchos alumnos graduados de octavo grado no siguieran estudiando. Pero también ya era tiempo de que, como la mayoría de las jóvenes mujeres de clase modesta, Ana se lanzara al mercado del trabajo asalariado.19 Además, aunque el cuadro
Efectos del huracán San Felipe en la Puntilla de San Juan,1928. OG
La casa donde Pepe nació en la calle Tavárez, en el sector Las Palmas de Santurce. AFSUAGM
de la educación ya no era tan deprimente y desolador como lo había sido hacía dos décadas, “no se esperaba que una joven culminara estudios.”20 El número de niñas que estudiaban en las escuelas públicas del país era menor que el de los varones. Se decía que la mujer debía contribuir con los deberes hogareños o debía dedicarse al trabajo de aguja, que para entonces era la segunda industria de mayor importancia en Puerto Rico. Todavía quedaba un largo trecho por recorrer en cuanto a la igualdad de los géneros: la mujer, por ejemplo, no ejercía el derecho al voto. Para entonces el pueblo puertorriqueño afrontaba serios problemas en todos los órdenes de la vida. Entre ellos, se destacaba el educativo: 370,000 niños sin oportunidad de aprendizaje y 1,031 maestros sin trabajo. Sobresalían las siguientes deficiencias: escasez de facilidades para instruir a los niños de edad escolar; insuficiencias de edificios para albergar a los alumnos matriculados; limitación de instrucción vocacional en campos y pueblos; doble matrícula, de resultados desastrosos para el alumno; falta casi total de escuelas para adultos; falta de orientación multilateral en los problemas del individuo; falta de información adecuada de parte de los padres de familia en lo concerniente a las relaciones con sus niños y carencia de los medios más elementales para la subsistencia. Pero contra viento y marea, Ana González se matriculó en la sección nocturna de la Central High School, que con sus magníficos edificios, inaugurados en 1922 en pleno corazón de Santurce, era una de las doce escuelas superiores del país. Como tantas otras, la Central High School ofrecía dos programas, el preparatorio para ingresar a la universidad y el curso terminal de comercio que preparaba a los estudiantes para trabajar en el comercio y en la industria.
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Al terminar sus estudios de escuela superior en 1923, Ana González conoció al vegabajeño José Méndez Rivera, quince años mayor que ella.21 Poco tiempo después, y con la promesa de su futuro esposo de que esta podría proseguir sus estudios superiores, se establecieron cerca de la residencia de sus padres en el sector “ El Mosquito” de Barrio Obrero. Del joven matrimonio nació Dora en 1925, y un año después, Grecia.22 Para entonces, la familia se había mudado a la calle Tavárez, en el sector las Palmas en Villa Palmeras, vecindario no muy distante y de gente un poco más acomodada que la del Barrio Obrero. Entonces Ana se dedicó a la crianza de sus hijas con mucho amor, pero en condiciones de vida muy precarias. Sin embargo, el paso catastrófico del huracán San Felipe el 14 de septiembre de 1928, detuvo el acontecer diario de la vida de los Méndez González. Ese día cruzó la Isla desde el sureste hacia el noroeste, moviéndose a 13 millas por hora durante ocho horas.23 Treinta pulgadas de lluvia cayeron en 48 horas.24 La velocidad del viento en San Juan fue de 150 millas por hora, la más alta registrada en las Antillas, con el resultado de trescientos muertos y cuatro mil heridos, además de pérdidas de propiedad montantes a $100,000,000. Las cosechas y fincas de café quedaron totalmente destruidas. Unas 500,000 personas perdieron su hogar, 770 edificios escolares fueron destruidos o destechados.25 A fines del año siguiente, Puerto Rico comenzó a recibir los embates de un fenómeno de raíces más profundas, de consecuencias insospechadas y de larga duración que azotó despiadadamente a los Estados Unidos a partir de 1929. Durante la semana del 23 al 28 de octubre de 1929, bajó el valor de
Central High School, que con sus magníficos edificios, inaugurados en 1922 en pleno corazón de Santurce, era una de las doce escuelas superiores del país, 1939. AO
Ana G. Méndez y José Méndez Rivera, padres de Pepe Méndez. AFSUAGM
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las acciones registradas en la Bolsa de Valores de Nueva York, vendiéndose con pérdidas. Se desató una crisis en el mundo capitalista, que muy pronto se conocería como la Gran Depresión Económica.26 Esa crisis asestó un golpe severo a la muy abatida economía de Puerto Rico, tomando la forma de una constante restricción en el crédito y un alza en los intereses procedentes de bancos de los Estados Unidos. Ante el fracaso de miles de bancos en Estados Unidos, la situación crediticia se hizo difícil y precaria para todos los ramos de la economía isleña. Con el primer indicio de inestabilidad bancaria, los puertorriqueños mostraron preferencia por la banca extranjera y retiraron sus depósitos de los bancos insulares. El Banco Comercial de Puerto Rico, la institución bancaria más antigua y respetada del país, luego de más de 40 años de servicio, experimentó un éxodo monetario continuo y su disolución.27 Igual rumbo siguió el Banco Territorial Agrícola, segunda institución financiera de capital nativo en la Isla. El 29 de septiembre de 1932 la situación empeoró con la furia que exhibió el huracán San Ciprián sobre Puerto Rico.28 Para entonces la producción de tabaco, el segundo renglón económico, y el café –el tercero– se encontraba sumida en una crisis profunda. Tres años más tarde, cuando al fin la Isla comenzaba a dar muestras de una tímida recuperación, Ana ingresó a la Universidad de Puerto Rico. Localizada
Ana G. Méndez y José Méndez Rivera. AFSUAGM
en el aledaño municipio de Río Piedras, se trataba de la primera universidad de la Isla, fundada originalmente en la población oriental de Fajardo en 1900 como Escuela Normal. Su propósito originario fue el de adiestrar el personal docente para el ejercicio del magisterio. En 1901 fue trasladada a Río Piedras, a uno de los sitios “más céntricos y bellos de la Isla”.29 Se trataba de una magnífica finca de 100 acres, que una vez perteneció a la muy conocida United Fruit Company. Lejos de la agitada vida política y comercial de la ciudad de San Juan, colindaba por el este con el antiguo pueblo de Río Piedras.30 Poco después, el 12 de marzo de 1903, la Legislatura de Puerto Rico aprobó una ley estableciendo allí la Universidad de Puerto Rico. Bajo la sección 3 de dicha Ley se colocó a la Universidad bajo una Junta de Síndicos presidida por el Comisionado de Instrucción y entre cuyos miembros se encontraron el gobernador, el procurador general, el secretario del Tesoro y el «Speaker» de la Cámara de Delegados. Antes de cerrar la década se fundó la Facultad de Administración Comercial, a la que Ana ingresó años más tarde. En el 1928, la gestión educativa del país se paralizó cuando, con el paso del huracán San Felipe, los techos volaron como papel y mucha agua entró a los edificios causando grandes estragos.31 Las clases quedaron en suspenso. Hubo entonces que reconstruir tanto el recinto universitario como las escuelas del país. La Legislatura aprobó entonces una contribución especial sobre la propiedad para sufragar el sostenimiento de la Universidad. Pero la devastación ya había causado sus estragos: en el año escolar 1929-1930 disminuyó la matrícula de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico. Con el paso de los años, la normalidad institucional regresó al campus, aumentando el número de estudiantes de 1,285 en 1928, a 4,487 en 1938. Para entonces, el curso de Comercio no era la materia favorita de la clase pudiente isleña pues todo, como satélites, giraba alrededor de la agricultura por el predominio de las centrales azucareras: los gobernantes y los partidos políticos, la prensa, los tribunales de justicia –insular y federal–, la construcción en todas sus dimensiones, la expansión de las obras públicas, el comercio, la fuerza laboral, los profesionales –abogados, ingenieros, científicos–, los bancos, las compañías aseguradoras, los ferrocarriles, las fábricas (de fundiciones y de abono) y muchas instituciones, como el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez. Sus cursos de agronomía versaban sobre el cultivo de la caña de azúcar; los de ingeniería mecánica sobre la maquinaria de las centrales. El año comercial empezaba y terminaba con el ciclo azucarero de siembra, zafra y venta del producto al extranjero. El año cerraba en julio, fin de la zafra. Por todo ello, muchas veces, se escuchaba decir que “Puerto Rico no es todo azúcar, pero el azúcar lo es todo para Puerto Rico”. Así pues, el poder político y económico fue sinónimo de la producción de azúcar. El prestigio y respeto social, así como el título de “don”, afloraban de acuerdo con la extensión de terrenos que poseyera el centralista o el colono. Hasta hacía poco tiempo, la instrucción comercial se considerada en Puerto Rico, de “secundaria categoría”. Generalmente los padres puertorriqueños tenían en
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mente el que sus hijos estudiaran alguna profesión como la medicina, la abogacía, el magisterio o la ingeniería. Se sentían desilusionados cuando estos no demostraban, por su falta de inteligencia o voluntad, capacidad para estudiar esas carreras. Entonces, con un gesto de resignación, le decían al hijo: Bueno, qué se va a hacer, estudia comercio, ya que no tienes cabeza para nada más. Y lo enviaban a tomar un curso más o menos breve en el colegio comercial que más se anunciara, o en la escuela superior del pueblo. El comercio era el refugio último en el que algunos padres encasillaban a sus hijos. En sus mentes la carrera del comercio era fácil, y no necesitaba gran inteligencia para emprenderla. De ahí que los estudiantes que ingresaban en ella iban como si hubieran sido reclutados para el servicio militar. Muchos hasta se abochornaban al decir que estudiaban comercio. Y así fue por muchos años: la instrucción comercial no gozó del prestigio social y cultural en la sociedad puertorriqueña. Sin embargo, Ana no se dejó intimidar por tan fuertes prejuicios de sus contemporáneos. En 1935 ingresó a la Facultad de Administración Comercial de la Universidad de Puerto Rico, de donde se graduó en 1940 con especialidad en Educación Comercial.32 Como testigo de sus esfuerzos se encontraba su esposo José Méndez Rivera, de mente muy abierta, pues permitió –contraviniendo los mores sociales de su momento– que su mujer tuviera criterio propio y así lo ejerciera. Aquel matrimonio se había consagrado bajo la promesa de Méndez Rivera de que Ana podría proseguir sus estudios superiores, aunque el mundo universitario no era lo suyo. Mientras Ana progresaba en sus estudios en la Facultad de Comercio, su esposo, luego de haber intentado infructuosamente varias empresas comerciales, llegó a ser el propietario de un autobús (guagua) de transporte público, del que también era su chofer. Luego logró aumentar el número de vehículos de su propiedad, estableciendo un servicio público conocido popularmente con el nombre de “Sunoco”. Como una lenta machina, sus guaguas recorrían las calles de los barrios de Santurce. Su curioso nombre se debía a que estos autobuses llevaban en sus laterales un cartelón abogando a favor del consumo de los productos de la Sun Oil Co., es decir, Sunoco.33 Su ir y venir llegó a ser parte de la cultura popular de Santurce. Cuando alguien hacía tiempo esperaba su turno en algún establecimiento o esperaba por mucho rato transportación, se escuchaba a la gente decir “¿estás esperando la guagua de Sunoco?”.34 Puntuales o no, lo cierto fue que con esta empresa Méndez Rivera logró cierta estabilidad económica.
Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. AFSUAGM
El 27 de mayo de 1937 nació José Francisco, el benjamín de la familia Méndez González. AFSUAGM
El empresario José Méndez Rivera estableció un servicio de transporte público conocido popularmente con el nombre de “Sunoco”. BDUPR
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Aparte de regir Sunoco, a José le apasionaba la crianza de los caballos de carrera que criaba en las cuadras del Hipódromo Las Casas, que quedaba a pasos de su hogar. Los días de carrera eran sagrados para este entusiasta hípico, pues la crianza de caballos y el dinero ganado en las apuestas se habían convertido en una modesta fuente de capital adicional para la familia. Luego de un año y medio de comenzados los estudios universitarios de Ana –el 27 de mayo de 1937, nació José Francisco, el benjamín de la familia Méndez González. Precisamente fue en el “Día de las Madres” cuando Jacinta, la comadrona del vecindario, asistió a Ana en el nacimiento de aquel niño.35 Detrás de aquellas paredes estaban sus hermanitas Dora, Grecia y por supuesto, la abuela por parte materna, Ana Cofresí. Al momento del alumbramiento, el padre de la criatura no estaba en la casa, pero al regarse la voz por el vecindario de que se trataba de un varón, cosa que siempre había deseado, corrió a su hogar.36 El nacimiento de aquel niño que para entonces se le comenzó a llamar Pepito o Pepe, fue de gran alegría para José. Una vez pasó el periodo de recuperación post parto y ya finalizado el verano, Ana regresó a la Universidad para completar sus estudios. Gracias a su madre, quien le ayudó a cuidar a Pepe mientras estudiaba. Completar su bachillerato la llenó de gran satisfacción, pues era ella el primer miembro de la familia González Cofresí y Méndez Rivera que estudió escuela superior y más aún, que obtuvo un título universitario. Luego de su graduación, la entonces llamada Ana G. Méndez se dedicó al magisterio, especializándose en cursos comerciales. Se empleó como maestra en una escuela superior de comercio, dirigida por María Teresa Camacho,
localizada en la antigua ciudad de San Juan.37 Allí se distinguió como maestra de taquigrafía y español comercial. La experiencia fue muy enriquecedora, aunque con el paso de los meses se comenzó a preguntar si acaso ella no tenía la misma capacidad y preparación para administrar y dirigir su propia escuela. Pero aquellos no eran tiempos para soñar con castillos en el aire. La prensa estaba impregnada de noticias pesimistas sobre la movilización de tropas y armamentos en Europa. Se relataba la edificación rápida de trincheras y albergues, las amenazas de ataque, el fracaso y suspensión definitiva de conversaciones de paz, la violación de los acuerdos firmados, la preparación aérea, marítima y terrestre para una guerra. El 3 de septiembre de 1939, tras la invasión y agresión alemana contra Polonia, Gran Bretaña declaraba la guerra a Alemania. Había estallado la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, los ejércitos alemanes se apoderaron de Francia en junio de 1940. Todo parecía indicar que Inglaterra era el próximo paso. Estados Unidos, a pesar de su expresada estricta neutralidad, también se preparaba para la guerra. Durante el segundo año de guerra, el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt declaró un estado de emergencia limitada. Se hacían los preparativos para entrar en los dos frentes de la guerra. Se intentaba, por un lado, asegurar la destrucción final de los nazis en Europa, y por otro, detener la expansión japonesa en el Asia y el Pacífico. El conflicto parecía imparable. Luego de siete meses de infructuosas conversaciones entre Japón y Estados Unidos, se suspendió la comunicación. El 8 de diciembre de 1941, ocurrió el ataque aéreo japonés sobre la base naval de Pearl Harbor, en Hawaii, y sobre Manila, capital de Filipinas. Aunque los Estados Unidos todavía eran neutrales con relación a Europa, el Congreso, a propuesta del presidente Roosevelt, declaró de inmediato la guerra a Japón. A los tres días hizo lo propio con las potencias del Eje. La guerra era europea, asiática y africana, pero, por las diversas alianzas que se desarrollaron, se extendió al resto del mundo, incluyendo a Puerto Rico. Aunque no eran los mejores tiempos para iniciar una nueva empresa, luego de su graduación a fines de la década de los treinta, José Méndez le ofreció $1,500 que necesitaba para organizar una escuela superior sin fines de lucro.38 A tales efectos, Ana G. Méndez se reunió con sus antiguos profesores de la facultad de Administración Comercial de la Universidad de Puerto Rico, Alfredo Muñiz-Souffront y Florencio Pagán Cruz, y les contó su sueño de crear una institución de enseñanza superior que llamaría la Puerto Rico High School of Com-
José F. Méndez con el uniforme de Niño Escucha. AFSUAGM
El presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt. A su lado, ataque japonés a la base militar en Pearl Harbor. AO
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merce. En este momento, estas escuelas se estructuraban según dos cursos de estudios, a saber: el científico o preparatorio para ingresar a la universidad y el de la enseñanza comercial. La propuesta de Ana G. Méndez correspondió a este último: la de enseñanza comercial en una institución privada. En 1940 la educación superior de la Isla contaba con 13 escuelas de enseñanza comercial privada, encabezadas por la muy conocida Ramírez Commercial High School fundada en San Juan, en 1922. Otras instituciones privadas como el Colegio Underwood Pitman y el Colegio Royal Gregg se habían establecido durante los últimos años, con énfasis en cursos de mecanografía y taquigrafía, Según Muñiz Souffront, la Puerto Rico High School of Commerce podía además ofrecer cursos de inglés comercial porque “el comerciante estadounidense necesita al intérprete, quien era además, un intérprete de las costumbres.39 Los graduados podrían resultar, es más, como el lazo de unión que hace falta para unir más a ambos pueblos”.40 La nueva institución riopedrense les ofrecería esta oportunidad.41 Así, el 7 de enero de 1941, y en tiempos de la Guerra Mundíal, pese a numerosos obstáculos, se inauguró una escuela superior de comercio que se denominó Puerto Rico High School of Commerce. La escuela se estableció en una segunda planta, sobre una licorería, en el número 65 de una calle muy comercial de la ciudad universitaria de Río Piedras: José de Diego. Hubo que pintar el lugar arrendado para adecentarlo y muy pronto quedaron las paredes blancas, pulcras, y el suelo limpio.42
Oficiales del Cuartel General y el Primer Batallón reunidos para una parada militar en los campos de El Morro, 1939. AO
A pesar de tan convincentes argumentos, al anunciarse su inauguración aquel 7 de enero de 1941, lo más curioso fue que casi no tenía estudiantes. Por ello, Ana G. Méndez tomó a sus hijas, Dora y Grecia, a sus sobrinas y a las amigas de ellas, y se las llevó a la escuela diciéndoles: “Van a tener que coger las clases ahora”.43 Entre ellas y otros cinco jóvenes que pronto hicieron su entrada en la escuela, la matrícula inicial fue de 19 estudiantes, cifra que para septiembre de 1942 había ascendido a 80 alumnos, la mayoría jóvenes de escasos recursos.44 Entre estos, el grupo más notable en el campus, por su edad, era el de los llamados veteranos. De acuerdo con la Ley 346 del septuagésimo octavo Congreso de los Estados Unidos, conocida con el nombre de «la Carta del Veterano», se entendía por veterano con derecho a los beneficios de educación gratuita, a los hombres y mujeres que hubiesen prestado servicio activo en las Fuerzas Armadas en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, con posterioridad al primero de mayo de 1940, por un período de 90 días o más y que hubieran ingresado, ya fuera por reclutamiento, alistamiento, comisión o de cualquier otra forma, siempre que no hubieren sido licenciados deshonrosamente.45 Desde hacía meses, el país se preparaba para hacerles espacio a su regreso. En 1947, a instancias del gobernador Jesús T. Piñero, primer gobernador puertorriqueño, se iniciaban las obras para construir la urbanización
El Segundo Batallón durante una parada en los campos de El Morro, 1939. AO
El 7 de enero de 1941, Ana G. Méndez estableció la Puerto Rico High School of Commerce. Años más tarde Pepe se graduó de esta institución. AFSUAGM
Puerto Nuevo, lugar residencial por excelencia para los veteranos y sus familiares. De igual manera se establecieron comercios que buscaban el preciado don que para entonces adornaba a los veteranos: pagar al contado. Para los veteranos que asistían a algún colegio comercial privado como la Puerto Rico High School of Commerce, los pagos se hacían por concepto de cuotas de subsistencia y se determinaban a base del número de hojas de asistencia por semana.46 Los veteranos autorizados a proseguir sus estudios o a tomar el curso de repaso o readiestramiento, recibirían una pensión de la Administración de Veteranos mientras duraba el curso de estudios, a razón de $50 mensuales si eran solteros y de $75 si eran casados o si tenían dependientes.47 A partir de entonces, con la llegada de veteranos a la High School of Commerce, se dividió popularmente el estudiantado entre «civiles» y «veteranos».48 Fue alentador el interés que mostraban estos jóvenes veteranos en continuar sus estudios,
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aprovechándose de las oportunidades educativas que les brindaba el gobierno federal.49 Sin embargo, muchos –al encontrarse en un salón de clases sometidos a la disciplina escolar– tuvieron dificultades de adaptación. Con los estudios afloraron obstáculos psicológicos que tuvieron que vencer.50 Al inaugurarse el plantel, el 7 de enero de 1941, los cursos ofrecidos fueron los siguientes: Científico, Secretarial, Tenedor de Libros, Vendedor y Comercial General.51 La Facultad se formó con 18 profesores especializados en las asignaturas que enseñaban. Todos poseían grados académicos universitarios pero, evidentemente, por el momento faltaban estudiantes. Casi de inmediato, la Puerto Rico High School of Commerce fue acreditada por el Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico. Esto significó que el Gobierno reconocía que reunía las condiciones de eficiencia requeridas a toda institución educativa de primer orden y que el trabajo en ella tenía el mismo valor para los efectos de crédito,
Edificio del Puerto Rico High School of Commerce de Río Piedras fundado por Ana G. Méndez. AFSUAGM
como el trabajo hecho en cualquier escuela superior pública. A menudo se vio al célebre Manuel Nin supervisando la joven institución, en nombre del Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico.52 En septiembre de 1942, con 20 meses de historia, al aumentar la matrícula, la Puerto Rico High School of Commerce se mudó a un edificio propio. Este tenía dos plantas, y estaba ubicado en la Avenida Universidad, en Santa Rita abajo (hoy la urbanización Hyde Park),53 a solo cinco minutos de la Universidad de Puerto Rico, y a menos de 200 metros de la carretera insular número 1, colindando con la Avenida Luis Muñoz Rivera.54 El nuevo espacio permitió la construcción de 21 salones modernamente equipados, donde se llevarían a cabo las clases. Allí también quedó instalada la biblioteca, con su propio salón y con un gran número de volúmenes y revistas, donde el estudiante podía preparar sus asignaciones, consultar libros, diccionarios y enciclopedias. Además, se inauguraba la Puerto
Rico Elementary School, institución que sirvió para preparar y poner en práctica mientras se estudiaba, las enseñanzas pedagógicas adquiridas.55 En sus comienzos esta institución contó con 170 niños. La cafetería ocupó todo el primer piso del edificio; de 12 a una de la tarde, se servía diariamente allí un almuerzo preparado con el mismo esmero y cuidado que en el hogar. Por módico precio se servía un menú que dejaba satisfecho al estudiante más exigente. La cafetería era también el epicentro de la institución, donde ocasionalmente se celebraban actos sociales a los que asistían los alumnos con sus familiares y amigos. Entre las coronaciones con sus reinas de belleza y los juegos de ping pong, era también lugar para echarle el ojo a un enamorado, entablar una buena tertulia entre miembros de la facultad, la administración, estudiantes y visitantes. Fue allí, a principios de 1949, donde se fraguó el Puerto Rico Junior College de Ana G. Méndez.56
PEPE: ENTRE LO RURAL Y AGRÍCOLA Y LO URBANO E INDUSTRIAL Mientras tanto, Pepe se criaba en el modesto vecindario de la calle Tavárez de Villa Palmeras, donde había nacido. Pero ya a sus 11 años, en 1948, cuando las cosas mejoraron económicamente gracias a los ingresos provenientes de la Puerto Rico High School of Commerce y la Puerto Rico Elementary School, la familia se mudó a la recién inaugurada Urbanización Baldrich en Hato Rey, Río Piedras. Atrás quedaron los vecindarios que circundaban a gran parte de Villa Palmeras, y donde reinaba la pobreza. La localización de Baldrich era excelente, pues se encontraba en el mismo corazón de Hato Rey, cerca de las salidas de Río Piedras a Caguas o hacia Carolina y de zonas industriales, como las que para entonces desarrollaba la Compañía de Fomento Industrial. Bajo este proyecto estatal la Isla se industrializaba y emergía una clase media, a la que pertenecía la familia Méndez González. La urbanización Baldrich era hija del paso abierto por la nueva y moderna Avenida Luis Muñoz Rivera, que a menos de una milla de distancia pasaba justo por el frente de la Puerto Rico High School of Commerce y cruzaba la Avenida Universidad que conduce a la Universidad de Puerto Rico y al pueblo de Río Piedras. Precisamente en esa esquina Ana G. Méndez había ubicado –en 1949– el Puerto Rico Junior College. Baldrich era también ejemplo del advenimiento del Puerto Rico moderno. Por los variados estilos de sus casas, sus calles amplias, sus parques y otras amenidades, fue premiado como la mejor urbanización entre las 22 construidas en la Isla durante 1946.57 La casa de los Méndez, una de las más prominentes de la urbanización, estaba localizada en la calle Abolición número 573. Era la arteria que corría paralela a la Avenida Muñoz Rivera. Por cierto, a solo pasos de ella, los padres Mercedarios habían levantado un imponente templo para los feligreses de la urbanización y barrios vecinos: la Iglesia de Fátima.
Cuadro Núm. 1
POBLACIÓN DE PUERTO RICO URBANA Y RURAL DE 1898 A 195058
Año
Urbana
Rural
1950
1510,703
894,873
Por ciento 1,315,890
40.5
1940 1,869,255 566,337 1,302,898 30.3 1930 1,543,913 427,221 1,116,692 27.7 1920..., 1,299,809 283,934 1,015,875 21.8 Desfile de graduación de octavo grado de Pepe Méndez, acompañado de su madre, Ana. G. Méndez. AFSUAGM
20 21
1910
1,118,012
224,620
893,392
20.7
1899
953,243
138,703
814,540
14.6
En Baldrich se asentaron familias de ingenieros, médicos, abogados, comerciantes y gerentes de tiendas de los nuevos supermercados, entre otros profesionales que aparecieron en el panorama isleño a medida que Puerto Rico se modernizaba. Sin embargo, allí mismo todavía se podían ver los vestigios del Puerto Rico rural y agrícola. Sus calles las recorrían a diario los revendones cargados de verduras y frutas frescas, los afiladores de cuchillos y tijeras, los vendedores de piragua o el de los mantecados, con sus carritos y el constante tañer de sus campanitas. Pero no era raro también encontrarse deambulando por sus calles a personas pobres, pues Baldrich colindaba con el sector llamado “El Monte”, en donde además se escondía el “cuco”, terror de los niños que desobedecían a sus padres. Hacia el sur todavía quedaban muchas tierras baldías, algunas en pastizales. A menudo aparecía una vaca suelta caminando por las calles asfaltadas de la urbanización. A solo dos millas quedaban los terrenos de la antigua Central San José, la Estación Experimental Agrícola y de la Planta Experimental del Ron. Para entonces, Pepe, siguiendo las directrices de su madre, y luego de haber cursado el curso de escuela primaria en la Puerto Rico Elementary School, prosiguió su educación de escuela intermedia (grados 7 y 8) en el Colegio San José de Río Piedras. Organizada originalmente bajo el nombre de St. Agustine’s Military Academy, era entonces una escuela que cubría del sexto al cuarto año para varones internos y externos, dirigida por la orden de sacerdotes y hermanos Marianistas.59 San José era una escuela preparatoria para estudios universitarios muy prestigiosa académicamente, que impartía todos sus cursos en inglés y era sitio predilecto para familias de las clases alta y media de San Juan y alrededor de la Isla. Posteriormente, Pepe pasó al Puerto Rico High School of Commerce, en donde cursó la escuela superior. Aunque los estudios le ocupaban gran parte de su tiempo, aquel larguirucho jovencito fue niño escucha y gustaba de los deportes: volibol, ping pong, baloncesto, beisbol y otros. A menudo se le veía junto a su padre en las cuadras de caballos de carreras de su propiedad, en el vecino hipódromo Las Casas, deporte por el que había desarrollado una gran afición. Los días de carreras eran sagrados para padre e hijo. Pero también hizo sus primeros pinitos como comerciante en la cafetería de la Puerto Rico High School of Commerce, calculando el número de lascas de jamón y queso que serían colocadas en cada bocadillo para que el negocio fuese rentable.13 La bicicleta era su medio de transporte y a menudo se le veía recorrer largas distancias, más allá de su vecindario inmediato, para visitar a Enid Méndez, su amor de juventud –puppy love– que vivía en la urbanización Hyde Park. Finalmente, en mayo de 1953, a sus 15 años, José se graduó de la Puerto Rico High School of Commerce y siguiendo la recomendación (o quizás imposición) de su madre, puso sus miras académicas universitarias allende los mares, en el estado sureño de Carolina del Sur, en los Estados Unidos.
En el desfile de graduación de la Puerto Rico High School of Commerce. Pepe Méndez acompañado de su madre, Ana. G. Méndez. AFSUAGM
PEPE, CADETE DE THE CITADEL MILITARY COLLEGE PERO CON ALMA LIBRE En septiembre de 1953 levantaba vuelo en el aeropuerto de Isla Grande un avión de cuatro motores con destino a los Estados Unidos. Su destino final era la ciudad de Charleston, en el estado de Carolina del Sur. Entre sus pasajeros, figuraba un ilusionado riopedrense de 16 años llamado José F. Méndez González. Aunque esta no era la primera vez que viajaba en avión, pues en una ocasión lo había hecho a Washington D.C., donde vivía Grecia, su hermana mayor junto a su esposo, el Dr. Rafael Díaz Bonnet, quien para entonces hacía su especialidad en radiología en Georgetown University, esta vez Pepe viajó acompañado de Sixto Arroyo González, su primo por vía materna (hijo de Paquita). Charleston era una vieja ciudad colonial fundada en 1670, situada en el punto mediano de la línea de la costa del Sur de Carolina, en la unión de los ríos Ashley y Cooper que desembocan en el Océano Atlántico.60 Hasta 1800,
El larguirucho de Pepe, al llegar a The Citadel medía 5 pies con 11 pulgadas y pesaba 118 libras. AFSUAGM
Charleston había sido una de las ciudades más grandes de los Estados Unidos, después de Filadelfia, de Nueva York y de Boston. De ahí, el gran número de edificios históricos que la caracterizan. Sede de numerosas iglesias, era conocida como la ciudad santa. De cara al mar, el puerto de Charleston desarrolló un comercio importante con las Bermudas y el Caribe, por lo que gente de estas islas vinieron a vivir allí. Con el correr del tiempo franceses, escoceses, irlandeses y alemanes se establecieron en la ciudad, representando diversas religiones: protestantes, católicos y judíos. Por estar rodeada de plantaciones agrícolas, antiguos esclavos y negros libres se establecieron muy cerca de ella.
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Hacia 1842 se fundó en ella The Citadel, The Military College of South Carolina. Luego de varias mudanzas Citadel se estableció en la ribera del río Ashley, muy cerca de la ciudad de Charleston. El 20 de diciembre de 1860, la Asamblea General de Carolina del Sur hizo del estado el primero en separarse de la unión americana. Al mes siguiente cadetes de la escuela miliar de Citadel dispararon los primeros tiros de la Guerra Civil Americana. La conflagración destruyó a Chaleston, rompiendo con años de prosperidad económica. Aun después de la derrota eventual y destructiva del ejército de la Confederación, siguió habiendo fuerzas federales durante la reconstrucción de la ciudad. En 1865, derrotada la confederación, las tropas de la unión entraron a la ciudad, tomaron el control de muchos lugares y allí permanecieron durante el período de la reconstrucción. Entrado el siglo veinte, la economía de Charleston y sus alrededores estuvo rezagada por mucho tiempo hasta que, tras la Segunda Guerra Mundial (1945), bajo el State Development Board, se promovieron modernas industrias manu-
Pepe no guardaba muchos libros, aunque sí un buen radio y equipo de música. A la derecha vestido con uniforme de gala de The Citadel. AFSUAGM
factureras. Su antiguo puerto se reconstruyó, y se estableció una base aérea en sus cercanías (Charleston Air Force Base). Al mismo tiempo se asentó un gran número de inmigrantes en diversos puntos de la ciudad. La población de 70,000 habitantes estaba compuesta por una mayoría de blancos. Charleston era una sociedad segregada: escuelas, iglesias, teatros, areas recreativas, fuentes de agua, medios de transportación, sufrían los efectos del prejuicio racial. Así estaban las cosas cuando el jovencito puertorriqueño llegó a la ciudad. La decisión de que los primos fuesen al mismo lugar a estudiar fue de Ana G. Méndez, quien se había comprometido a costearle los estudios universita-
En primera fila, el segundo de izquierda a derecha, Pepe y sus amigos en día de asueto en el patio principal de The Citadel. AFSUAGM
El cuadrángulo de The Citadel donde se llevan a cabo ejercicios militares. AFSUAGM
Pepe siempre fue de tener muchos amigos. En la segunda fila es el tercero. AFSUAGM
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Durante sus cuatro años en The Citadel, se destacó hasta alcanzar el rango de sargento, logrado el 4 de junio de 1955. AFSUAGM
rios no solo a su hijo, sino también a su sobrino. De igual manera, la opción de que estos ingresaran a un colegio militar había sido enteramente de ella, a pesar de que era egresada de la Universidad de Puerto Rico y que hacía apenas unos años (1948) había terminado sus estudios de maestría en la Universidad de Nueva York. Su esposo no había sido militar y ella no procedía de una familia de militares. Sin embargo, durante los pasados años había tenido un gran contacto con estos, cuando docenas de veteranos puertorriqueños que habiendo servido tanto en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) como también en la recién terminada Guerra de Corea (1951-1953), acogiéndose a
Diploma de bachiller en Ciencias y Comercio otorgado a José F. Méndez, el primero de junio de 1957 por The Citadel Military College. AFSUAGM
los beneficios del gobierno federal concedidos por el GI Bill ( Servicemen’s Readjustment Act ), ingresaron a sus dos instituciones, ya fuese la Puerto Rico High School of Commerce para terminar estudios de escuela superior o en el Puerto Rico Junior College, para empezar los universitarios. Por otro lado, debido a la Carta Orgánica de 1917, que otorgó la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños, una vez cumpliese los 18 años, Pepe estaría obligado a inscribirse en el ejército de los Estados Unidos. Sin embargo, de estudiar en el Citadel bajo su programa del ROTC (Reserve Officer Training Corp.), una vez se graduase, tendría la oportunidad de convertirse en oficial del ejército de los Estados Unidos.61
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Durante el primer año académico de Pepe en Citadel (1953-1954), hubo un cambio de mando en la presidencia de la institución, que resultó de gran trascendencia.62 En 1954 el General Mark W. Clark fue nombrado presidente. Le antecedía una carrera militar de gran prestigio, habiendo sido Comandante en Jefe del ejército de la Organización de Naciones Unidas durante la recién terminada Guerra de Corea. A su llegada, instauró el Código de Honor del Cadete de The Citadel, que decretaba que un cadete no miente, roba o hace trampa y no acepta a los que lo hagan.63 También estableció el ciclo de conferencias de los temas más controvertibles del mundo contemporáneo y creó un fondo de dotación. Durante su incumbencia se iniciaron obras de infraestructura como una biblioteca, museos, nuevos edificios académicos, Mark Clark Hall, Jenkins Hall, el Carillón, y The McCormick Beach House en la Isle de Palms. Habiendo servido en el frente en Italia durante la Segunda Guerra Mundial y en Corea, el General Clark trajo a Citadel dignatarios internacionales de gran prestigio que le dieron a Citadel reconocimiento nacional e internacional. En el Citadel de esos años, como a lo largo de su historia, se le rendía culto a aquellos alumnos o exalumnos que hubiesen estado activos en las guerras en que se había visto involucrado Estados Unidos. En sus anales se relataba que el 9 de enero de 1861, cadetes de la escuela miliar de Citadel dispararon los primeros tiros de la Guerra Civil americana cuando abrieron fuego contra un barco de la Unión llamado Estrella del Oeste, que entraba en el puerto de Charleston. A lo largo de la Guerra los cadetes de Citadel ayudaron a los reclutas, fabricaron municiones, protegieron depósitos y vigilaron a presos de la Unión. En diciembre de 1864 Citadel ordenó a los cadetes unirse a las fuerzas confederadas en Tullifinny Creek, Carolina del Sur, donde se registraron las batallas contra las unidades que avanzaban del ejército general de W. T. Sherman, sufriendo ocho muertes. A poco las tropas de la Unión tomaron el control de la fortaleza Sumter. Meses más tarde, ya entrado el 1865, las tropas de la Unión se movieron a la Charleston, y tomaron el control de muchos baluartes, tales como el arsenal, que el ejército confederado había tomado al inicio de la guerra. El Departamento de Guerra también confiscó los armamentos y los edificios de la academia militar de Citadel, que fue utilizada como guarnición federal durante 17 años, hasta que el gobierno federal permitiera su reapertura como universidad militar en 1882. A estos episodios de la Guerra Civil le siguió la participación de 17 de sus egresados durante la Guerra Hispanoamericana en 1898, que se unieron al ejército de voluntarios de los Estados Unidos. En las postrimerías de la Guerra, el 25 de julio de 1898, tropas de voluntarios americanos invadieron a Puerto Rico. Precisamente por el Tratado de París del 10 de diciembre de 1898, España cedió a Puerto Rico a los Estados Unidos. Más tarde, durante la Primera Guerra Mundial, The Citadel fue sede de adiestramiento para los reclutas. En 1916, al decretarse el National Defense Act,
Con tal trasfondo, era natural que en el día a día Pepe viviera una vida estudiantil muy regimentada por los cánones y jerarquías militares.
se estableció el Reserve Officers Training Corps (ROTC), que proveyó a los cadetes de The Citadel y a los recién graduados la oportunidad de convertirse en oficiales del ejército de los Estados Unidos. Todos los egresados de Citadel entraron al servicio militar en 1917; seis recibieron comisiones en el ejército y trece recibieron comisiones como oficiales en el Marine Corp. En síntesis, 316 graduados sirvieron durante la Primera Guerra Mundial, de los cuales seis perecieron y 17 resultaron heridos. Tres décadas más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-45), una vez más sus egresados respondieron al llamado de la nación. Un por ciento altísimo de sus cadetes entró al servicio militar; más que de cualquier otro colegio o academia militar de los Estados Unidos. Lo mismo ocurrió durante la recién terminada Guerra de Corea, en la que precisamente el nuevo presidente de la institución había desempeñado los más altos cargos en el ejército de las Naciones Unidas. MÁS EMPRESARIO QUE MILITAR Con tal trasfondo, era natural que en el día a día Pepe viviera una vida estudiantil muy regimentada por los cánones y jerarquías militares.64 En un día cualquiera se escuchaba a los novatos llamarle a los estudiantes de grados superiores “please, Sir, pass the salt Sir”. Todos los viernes se usaba el uniforme de gala para la formación en la plaza principal. Así las cosas, Pepe se interesó por los estudios del programa de la Fuerza Aérea: el Air Reserve Training Officer Corp (ROTC). Durante sus cuatro años en Citadel, se destacó hasta alcanzar el rango de sargento, logrado el 4 de junio de 1955.65 Había aprendido mucho de los principios de las artes militares, sobre todo de los de la fuerza aérea. Entre ellos, definir objetivos, emprender proyectos, planificar a corto y a largo plazo, establecer estrategias, superar retos, ser precavido pero no temer tomar decisiones, ser arriesgado pero con cautela, no conformarse con la mediocridad, ser líder y
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tener visión. Aprendió también orden, pulcritud y disciplina. En cuatro años no recibió un demérito y no se le vio caminar de castigo alrededor del cuadrángulo de Citdel. Sabía seguir órdenes. También se distinguió por la limpieza y nitidez de su habitación, su ropa guardada (“stack them up”) y doblada uniformemente y los zapatos lustrosos, como la hebilla de su correa. Para Citadel la mejor prueba de su éxito era la calidad y el carácter de sus egresados, virtudes que Pepe hizo suyas. Aparte de lo castrense, a lo largo del siglo XX Citadel estableció programas académicos en las Artes Liberales, y se le tenía como uno de los colegios más importantes del sureste de los Estados Unidos en este ramo del saber. En 1900 estableció un bachillerato en Ciencias. Diez años más tarde, en Ingeniería con énfasis en el ramo civil, que en poco tiempo fue su escuela más nutrida. En diciembre de 1924 las credenciales académicas de Citadel mejoraron al ingresar a la Asociación de Colegios del Sur. Para entonces había tres escuelas: Ingeniería Civil, Ciencias y Artes Liberales. Al aumentar la matrícula se sumaron cursos de Educación, Inglés, Historia, Ciencias Sociales y Lenguas Modernas, seguidos por otros en Ingeniería Eléctrica y en Química y Biología para estudiantes de Pre-Médica. El primer bachillerato en Artes se concedió en 1925. Entre todas estas ofertas académicas, Pepe pensó ingresar a Pre-Médica. Sin embargo –quizás por sus dificultades con los cursos de Química Inorgánica y Física, aunque aprobó Zoología– optó por entrar a la Facultad de Administración Comercial.66 Para entonces en esta Facultad sobresalían sus cursos de Principios y Prácticas de Contabilidad (introductorio y avanzado), Organización Mercantil, Finanza, Psicología Comercial, Laboral, Derecho Mercantil, Finanzas Públicas, Principios y Problemas Económicos, Mercadeo, Comercio Internacional, Contribuciones, Seguros, Personal, Moneda y Banca, Contabilidad Industrial y Corporativa,
Inversiones, Producción, Transportación, Ventas y otros. A lo largo de sus cuatro años, Pepe no fue un estudiante destacado académicamente, ni en los cursos de su concentración, ni en aquellos relacionados a la milicia.67 En los de su concentración, en el que más se destacó fue en Seguro. Fue el único curso en el que obtuvo la calificación de A. Durante los cuatro años en The Citadel, Pepe vivió interno en los dormitorios del propio colegio. Su primo Sixto Arroyo abandonó Citadel casi para las mismas fechas en que llegó. Su compañero de habitación entonces lo fue George Ginnis, estudiante de origen griego cuya familia vivía en Charleston. Para Pepe las amistades tenían un gran valor y más cuando sabía que solo regresaría a Puerto Rico en las vacaciones de verano. En los anaqueles de su habitación Pepe no guardaba muchos libros, aunque sí un buen radio y equipo de música. En su tiempo libre fue miembro del Newman Club y ayudó a organizar el Puerto Rico Citadel Club. Por otro lado, el larguirucho de Pepe, que medía 5 pies con 11 pulgadas y pesaba 118 libras, comenzó a practicar el levantamiento de pesas y en poco tiempo la manga corta de su camisa hacía notar los bíceps en vías de crecimiento. Jugó en torneos intramurales de volibol y ping-pong, del que fue capitán del equipo. De vez en cuando, en los fines de semana salía a pasear por la ciudad de Charleston. En una ocasión quedó impactado por la segregación racial cuando un grupo de puertorriqueños estudiantes de Citadel se sentó en la parte de atrás
de una guagua y el chofer tuvo que llamarle la atención para que se movieran de sitio. Habiendo vivido en Puerto Rico, en donde los negros y blancos se han mezclado a lo largo de los siglos, la experiencia resultó incomprensible y por supuesto inolvidable. Para su segundo año de estudio, Pepe puso en práctica lo aprendido en los cursos de Administración Comercial, al ahorrar cada centavo de su mesada. Cuando ya tuvo suficiente, se compró un automóvil usado marca Oldsmobile. Con este, además de sus viajes de placer a la playa y otros lugares, pronto estableció un pequeño negocio muy exitoso, al alquilarlo a sus compañeros cuando estos iban de visita a ver sus familiares en otros estados. Pero las destrezas en el mundo empresarial de este negocio no fueron a la par con su desempeño en los cursos de Administración Comercial. El primero de junio de 1957, Pepe Méndez se graduó de Citadel con el rango de sargento y un bachillerato en Administración Comercial.68 Sin embargo, y pese a todo lo aprendido, y contrario a sus condiscípulos, no se sintió atraído a la vida castrense.69 A sus diecinueve años, parecía soñar más bien con llevar una vida civil, con ser emprendedor en los negocios o quizás en el mundo de las finanzas. Pero no salía de su mente la preocupación de qué hacer con el futuro de las instituciones educativas que su madre había levantado en los pasados años, y de las que, al fin y a la postre, sería su heredero. Con todo ello en mente y diploma en mano, Pepe regresó a San Juan de Puerto Rico.
Campus y principal edificio de The Citadel Military College en Charleston, Carolina del Sur. TCMC
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Al regresar de The Citadel, Pepe se reúne con su familia. En primera fila sentados Ana G. Méndez y José Méndez Rivera. De pie, Pepe junto a sus hermanas Dora y Grecia. AFSUAGM
CAPÍTULO II
UN LARGO RECORRIDO HACIA LA PRESIDENCIA: 1957-1974 LA FAMILIA, LA ISLA Y LA INSTITUCIÓN QUE RECIBIERON A PEPE MÉNDEZ
E
n junio de 1957 el bachiller en Administración Comercial de Citadel, el sargento José F. Méndez –Pepe, para su familia y amigos– regresó a Puerto Rico. Para entonces, en la familia Méndez González todo era alegría, debido a que tras nueve años de paciente espera, al fin el Consejo Superior de Enseñanza había licenciado el Puerto Rico Junior College. De aquellos años de desaliento, sinsabores y frustraciones de Ana, Pepe aprendió muchas lecciones. La tenacidad y la perseverancia de su madre eran motivo de su admiración y muy dignas de imitar. A su regreso Pepe se topó con un país de un gran porvenir. Ese año fue el más próspero hasta entonces en la historia económica de Puerto Rico.1 Se gozó de una estabilidad asombrosa. Los diferentes componentes de la economía parecían encaminados a alcanzar niveles de producción cada vez más altos. Por primera vez el ingreso neto de la industria superó al de la agricultura. El comercio externo se mantuvo a tono con el mejoramiento general de la economía interna y la exportación de la mercancía aumentó en un 15 por ciento hasta alcanzar un récord de $429 millones. Entre 1940 y 1957, el ingreso promedio de la familia puertorriqueña aumentó considerablemente. Los resultados obtenidos para ese año de 1957 solo marcaban el principio de muchos más por venir con igual o mayor crecimiento para la economía de Puerto Rico. En gran medida, este progreso era el resultado de la Operación Manos a la Obra de la Administración de Fomento Económico, que al entrar en su séptimo año con sus “incentivos fabulosos”, superaba toda expectativa. Con el establecimiento de 115 fábricas en ese año, se elevaron a un total de 688 las compañías acogidas al programa de Fomento. La mayoría de éstas fueron de uso intensivo de mano de obra.2 En 1957 los salarios de la manufactura subieron un promedio de 10 a 12¢ la hora, aunque no eran iguales a los que se registraban en Estados Unidos. A este desarrollo industrial se le llamó el milagro económico de Puerto Rico. 31
CUADRO 2 FÁBRICAS ESTABLECIDAS, EMPLEOS Y FÁBRICAS CERRADAS EN PUERTO RICO3 1950-1960 Años fiscales
Fábricas establecidas
1949-50 1950-51 1951-52 1952-53
48 38 74 82
1953-54 1954-55 1955-56 1956-57 1957-58 1958-59 1959-60 1960-61 1961-62 1962-63 1963-64 1964-65 1965-66 1966-67 1967-68
71 66 99 95 115 121 133 131 149 146 151 182 212 249 223
Total de empleados Número:
Cierre de plantas Cumulativos Número: Cumulativos
48 86 160 242
2,667 1,462 4,198 4,131
2,667 4,129 8,327 12,458
3 5 11 12
3 8 19 31
313 379 478 573 688 809 942 1,073 1,222 1,368 1,519 1,701 1,913 2,162 2,385
4,377 2,451 4,439 3,622 3,387 5,060 4,124 6,697 4,736 4,668 3,230 5,676 5,669 6,738 6,492
16,835 19,286 23,725 27,347 30,734 35,794 39,918 46,615 51,351 56,019 59,249 64,925 70,594 77,332 83,824
20 30 27 32 48 41 46 56 48 70 49 74 89 81 75
51 81 108 140 188 229 275 331 379 449 511 585 674 755 830
Los inicios de este programa se remontaban al 12 de mayo de 1947, cuando la Legislatura de Puerto Rico aprobó la Ley número 346 de Incentivos Industriales, dejando atrás la estrategia de desarrollo industrial creada y ejecutada por el propio Gobierno. El nuevo proyecto de desarrollo se fundamentó en la
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De izquierda a derecha, construcción de nuevas fábricas de la Compañía de Fomento Industrial durante los 1950.
concesión del gobierno de Puerto Rico de exención de contribuciones sobre ingresos, de arbitrios sobre maquinaria, materia prima y propiedad, y otras imposiciones del fisco.4 En los inicios del programa, se fijó un término de 10 años durante los cuales las corporaciones extranjeras gozarían de las mencionadas exenciones. Una segunda manera de estimular el establecimiento de fábricas de capital extranjero consistió en resaltar la disponibilidad de mano de obra abundante y barata –no sujeta al salario mínimo federal– y la existencia de un ambiente de paz laboral. El gobierno proveyó de otros incentivos a las corporaciones extranjeras, como colaboración técnica, financiera y de mercadeo. Fomento, además, ofreció asistencia en el desarrollo gerencial y en la preparación de estudios de viabilidad. Para la localización de las plantas industriales y el domicilio de varias fábricas en el mismo lugar, se crearon urbanizaciones o parques, dando paso al fenómeno urbano de zonas industriales o lugar de asentamiento de varias fábricas. Todo esto, por supuesto, bajo el manto de la seguridad jurídica estadounidense garantizada con la presencia del Tribunal Federal en San Juan, además de la estabilidad política y el alto grado de democratización de la Isla. Debido al aumento poblacional de Puerto Rico (de 1,869,250 en 1940 a 2,210,703 en 1950), al intenso tránsito de pasajeros con destino a los Estados Unidos que se hacía casi en su totalidad por avión, al futuro prometedor que demostraba el turismo y al progreso económico resultado de la obra de la Compañía de Fomento Industrial, en 1951 se concluyó un informe muy minucioso encomendado por la Autoridad de Puertos, que favoreció la construcción de un nuevo aeropuerto que en fecha no muy lejana se llamaría el Aeropuerto Internacional de Puerto Rico (hoy Luis Muñoz Marín).
Sobre estas líneas, comienzo de la construcción del Aeropuerto Internacional de Isla Verde, hoy Aeropuerto Luis Muñoz Marín. BDUPR
El gobierno proveyó de otros incentivos a las corporaciones extranjeras, como colaboración técnica, financiera y de mercadeo.
LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO Y EL DERECHO A LA EDUCACIÓN Con la creación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, el alto liderato político de la isla dio por terminado el tradicional tema de controversia relacionado al status colonial de la Isla.5 El camino había sido complicado y confuso. El 3 de junio de 1951 se llevó a cabo un referéndum mediante el cual los puertorriqueños debían decidir si aceptaban o no la oferta del Congreso, que concedía a Puerto Rico la oportunidad de redactar la primera constitución de su historia.6 El 3 de marzo de 1952 el pueblo ratificó, mediante referéndum, la Constitución redactada.7 Una semana después, la Convención Constituyente, en nombre del pueblo de Puerto Rico, efectuó los tres cambios requeridos por el Congreso y votó a favor de la versión enmendada. El 25 de julio de 1952, junto a un templete en el Capitolio, el pueblo de Puerto Rico, por primera vez, izó su propia bandera, la monoestrellada, y entró en vigor la Constitución del Estado Libre Asociado. Durante los trabajos de la Convención Constituyente se trató el tema de la educación. A favor de este noble propósito se expresó la sección 5 de su Carta de Derechos, al proclamar: “Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales. Habrá un sistema de instrucción pública el cual será libre y enteramente no sectario. La enseñanza será gratuita en la escuela primaria y secundaria y, hasta donde las facilidades del Estado lo permitan, se hará obligatoria para la escuela primaria. No se utilizará propiedad ni fondos públicos para el sostenimiento de escuelas o instituciones educativas que no sean las del Estado. Nada de lo contenido en esta disposición impedirá que el Estado pueda prestar a cualquier niño servicios no educativos establecidos por ley para protección o bienestar de la niñez”.8 Como condición para la aprobación de la Constitución redactada por la Asamblea Constituyente, el Congreso de los Estados Unidos pidió que se enmendara la Sección 5 del Artículo II, donde se establecía que la enseñanza primaria sería obligatoria, para que no se interpretara como que esta debía darse en escuelas públicas solamente. Además, como condición para la aprobación de la Sección 20 del Artículo II, que incorporaba algunos derechos humanos contenidos en la Carta de las Naciones Unidas, pero no en la Constitución de los Estados Unidos, “por lo que la consideraron revolucionaria y peligrosa los congresistas pidieron que se eliminaran algunos derechos, como el de recibir instrucción primaria y secundaria gratuita, el derecho de toda persona a obtener trabajo, a la protección social en el desempleo, la enfermedad, la vejez o la incapacidad física, el de toda mujer en estado grávido o en época de lactancia y el de todo niño a recibir ayudas especiales, y el derecho de toda persona a disfrutar de un nivel adecuado que asegure para sí y para su familia
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“Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales.”
la salud, el bienestar y especialmente la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.” Además, el Congreso dispuso que debía agregarse a la Sección 3 del Artículo VII la siguiente oración: “Cualquier enmienda o revisión de esta Constitución deberá ser compatible con la resolución decretada por el Congreso de los Estados Unidos aprobando esta Constitución, con las disposiciones aplicables de la Constitución de los Estados Unidos, con la Ley Puertorriqueña de Relaciones Federales y con la Ley Pública 600”.9
El 25 de julio de 1952, el gobernador Luis Muñoz Marín iza por primera vez la bandera de Puerto Rico. FLMM
Cuadro Núm. 3 Estadísticas del Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico Desde 1900 al 1949 Año Habitantes terminado en junio
Cantidad de escuelas
Públicas Privadas
Cantidad de maestros en públicas
Total
Niños en escuelas diurnas Públicas
Privadas
Edad escolar de habitantes Total
%
(5 a 17 años)
1900
953,243
*
*
*
582
21,959
*
21,959
322,393
6.8
1910
1,118,012
*
*
*
1,807
95,314
*
95,314
361,967
26.3
1920
1,299,809
*
46
*
3,286
178,035
5,823
183,858
438,743
41.9
1930
1,543,913
*
31
*
4,451
221,189
5,728
226,917
530,148
42.8
1940 1,869,255 1,773 54 1,827 6,294 286,113 13,124 299,237 597,198 50.1 1949 2,185,000 2,043 98 2,141 9,375 386,229 22,461 408,690 709,000 57.6
Pese a todos sus problemas, el sistema de instrucción pública en la isla había progresado sustancialmente. En 1950, por primera vez, más de la mitad de los niños de edad escolar (57.6 por ciento) se encontraban matriculados en las escuelas del país.10 Por otro lado, el aumento de matrícula de jóvenes en la escuela superior y el regreso de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, dio impulso a la ampliación de los ofrecimientos de la
Entre 1940 y 1963, la matrícula total en la Universidad de Puerto Rico había crecido ininterrumpidamente, aumentando de 4,987 a 23,329 estudiantes. AO
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Universidad de Puerto Rico y al desarrollo de otras instituciones universitarias. Hacia mediados de siglo, durante ese mismo período (1940-1963), la matrícula total en la Universidad de Puerto Rico había crecido ininterrumpidamente, aumentando de 4,987 a 23,329 estudiantes. Para entonces, se le habían unido el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez (1912), la Escuela de Medicina Tropical (1925), la Estación Experimental Agrícola (1933), el Servicio de Extensión Agrícola (1934), la Escuela de Administración Pública (1945), la Escuela de Medicina y el Instituto de Relaciones del Trabajo (1950), el Instituto de Literatura Puertorriqueña y la Escuela de Cooperativismo (1953). Además de la Universidad de Puerto Rico, el joven de edad escolar universitaria contaba con otras instituciones, aunque de carácter privado. El Instituto Politécnico de Puerto Rico (hoy Universidad Interamericana), era una de ellas. Fue establecido el 2 de marzo de 1912 por los misioneros Reverendo J. Will Harris y su esposa Eunice White Harris, de la Junta de Misiones del Hogar de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos de América. Estos misioneros establecieron una escuela elemental
Escena de estudiantes en la biblioteca de la Universidad de Puerto Rico. AO
en una casa de campo localizada en una finca de 100 cuerdas en San Germán.11 Luego, el reverendo Harris añadió a la escuela elemental una escuela superior. Sus propósitos fundacionales fueron inminentemente de naturaleza religiosa. Entre 1913 y 1916, la matrícula llegó hasta los 140 alumnos, y se erigieron varios cobertizos temporeros, algunos de los cuales se convirtieron en edificios.12 La primera graduación de la escuela superior se efectuó en 1916.13 Tres años más tarde se fundó una institución universitaria llamada el Instituto Politécnico de Puerto Rico. El 4 de junio de 1919, la Legislatura de Puerto Rico autorizó a dicho Instituto a otorgar grados universitarios y un año después (1920), la institución se reorganizó de acuerdo con las leyes del Distrito de Columbia, creándose para su gobierno una Junta de Síndicos autónoma. Su primera clase graduanda recibió su grado en 1927. En 1944 el Instituto Politécnico fue acreditado por la Middle States Association of Colleges and Secondary Schools,
convirtiéndose en el primer colegio universitario en tener este reconocimiento en Puerto Rico y fuera de los Estados Unidos. Al transcurrir los años cuarenta, el Instituto Politécnico tuvo un desarrollo lento. Pero como resultado de la Segunda Guerra Mundial y la extensión a Puerto Rico de los beneficios de estudios para veteranos, el Politécnico, como todas las otras universidades del país, tuvo un aumento apreciable en su matrícula. Durante la década de los cuarenta, se mantuvo entre los 300 y 400 estudiantes. Para entonces, el nexo de carácter religioso fue cada vez menor entre la Universidad y la Iglesia Presbiteriana, encaminándose a convertirse en una institución laica que durante la década siguiente (1956) adoptaría el nombre de Universidad Interamericana. 14 En 1935, en Santurce, a la escuela superior Colegio del Sagrado Corazón, para mujeres exclusivamente, se le añadió el Colegio Universitario del Sagrado Corazón.15 Se trataba de una institución fundada el 10 de mayo de 1880, cuando un grupo
...en 1949 Ana G. Méndez abrió las puertas de otra entidad educativa universitaria privada llamada el Puerto Rico Junior College.
En 1912 se fundó una segunda institución universitaria en la Isla llamada el Instituto Politécnico de Puerto Rico, hoy Universidad Interamericana. En la foto, el recinto de San Germán, 1939. AO
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de religiosas de la orden del Sagrado Corazón abría sus clases en el mismo Palacio de la Diputación de San Juan, adaptado provisionalmente para ello. Dos años más tarde, se terminó el edificio destinado al Colegio del Sagrado Corazón, hermosamente construido a orillas de la laguna del Condado. El traslado se hizo en junio de 1882; allí continuó viendo aumentar su matrícula de año a año, hasta que por el cambio de soberanía en 1898, tuvo que abandonar el local. Después de otros cambios de residencia se estableció por fin, en 1907, en Santurce. El 13 de mayo de 1921, el Colegio del Sagrado Corazón fue acreditado por el Departamento de Instrucción Pública, pudiendo conceder diplomas de octavo grado y de escuela superior. En 1935 recibió del Gobierno de Puerto Rico la aprobación y el poder de conferir grados académicos universitarios en sus departamentos debidamente establecidos, tales como los grados de bachiller en Artes y bachiller en Ciencias Secretariales. En 1950 fue acreditado por la Middle States Association of Colleges and Secondary Schools. Su matrícula era de apenas 135, limitándose sus ofrecimientos a un número relativamente pequeño de estudiantes de familias pudientes.16 Luego, en septiembre de 1948 nació una nueva institución universitaria, también a cargo de la Iglesia Católica. La institución se conoció por el nombre de Universidad Católica de Puerto Rico. Los actos inaugurales se celebraron el 12 de octubre, con la colocación de la primera piedra en tierras de una an-
tigua hacienda azucarera llamada La Reparada, en Ponce. La nueva universidad quedó instalada en la Escuela San Conrado, que los Padres Capuchinos cedieron provisionalmente.17 Se comenzó con una matrícula de 192 señoritas y seis miembros de la facultad. En su segundo año, la matrícula ascendió a 510 estudiantes de ambos sexos.18 Su objetivo fundamental fue brindar una educación universitaria católica.19 Una segunda motivación fue la de ofrecer la oportunidad de estudiar a miles de jóvenes del litoral sur y este de Puerto Rico, que se veían imposibilitados de asistir a otras universidades y colegios por razones geográficas y económicas. En sus inicios, la Universidad Católica ofrecía siete cursos: bachillerato en Artes, bachillerato en Educación, bachillerato en Ciencias, en Enfermería, en Administración Comercial y diplomas de Normal y Secretarial. Su rápido crecimiento se debió a que el costo de matrícula era relativamente bajo comparado con la universidad del estado, y muy bajo comparado con las universidades de los Estados Unidos. Los servicios aportados gratuitamente por la facultad religiosa, que equivalían a más de $250,000, y la estricta economía con que operaba la Universidad, hacían posible este proyecto. Al mismo tiempo, varias familias (Ferré y Valdés), haciendo gala de una gran filantropía, donaron sus principales edificios académicos. Por último, en 1949 Ana G. Méndez abrió las puertas de otra entidad educativa universitaria privada llamada el Puerto Rico Junior College.20 Se había fraguado, según lo hemos narrado, en la Puerto Rico High School of Commerce, también de su propiedad. Se trataba de una institución que brindaba la oportunidad de hacer una carrera a cientos de jóvenes que tenían la necesidad de estudiar a la mayor brevedad posible. En ese grupo de candidatos había muchos jóvenes veteranos que querían aprovechar las nuevas ayudas económicas que les proveía el Gobierno federal.
Capítulo de los futuros maestros del Puerto Rico Junior College, 1951. AFSUAGM
Los fundadores del Puerto Rico Junior College; de izquierda a derecha, Florencio Pagán Cruz, Ana G. Méndez y Alfredo Muñiz Souffront. AFSUAGM
El Puerto Rico Junior College. AFSUAGM
Primera facultad del Puerto Rico Junior College; sentada hacia el centro Ana G. Méndez. AFSUAGM
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La mayor ventaja del establecimiento de una institución de la índole del Junior College, era la siguiente: un estudiante graduado de escuela superior, en un término de dos años, se podía preparar para una profesión, teniendo al mismo tiempo la oportunidad de cursar estudios avanzados universitarios en cualquier momento que lo creyera conveniente, por serle válidos sus créditos para transferencia. A paso seguido, el 29 de junio de 1950 Ana G. Méndez recurrió al Departamento de Estado para incorporar el Puerto Rico Junior College. Su lema: “Por nuestra cultura somos grandes”, implicaba que, no empece la pequeñez territorial de la Isla, la cultura es la que engrandece y ennoblece al pueblo. Una vez más expresó que el objetivo de esta asociación era establecer una institución docente en la cual los estudiantes pudiesen cursar estudios universitarios de carácter terminal, semi-profesional o preparatorio para estudios más avanzados. Los colegios inaugurados fueron el de Administración Comercial, Normal, Ciencias Bibliotecarias y Secretarial. La escuela con el mayor número de estudiantes era la Normal. Duplicaba a las otras en el número de estudiantes matriculados. De inmediato se dieron los primeros pasos para conseguir del Comité de Acreditación del Consejo Superior de Enseñanza del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, la aprobación correspondiente para operar este tipo de institución, desconocida en los anales de la historia de la educación universitaria en Puerto Rico. De acuerdo a la Ley Núm. 135 del 7 de mayo de 1942, dicho Consejo (antes Junta de Síndicos), debía velar por la Universidad de Puerto Rico y por el sistema escolar de la Isla, incluyendo instituciones pedagógicas privadas. El Consejo Superior estaría compuesto por el Comisionado de Instrucción como presidente, dos educadores eminentes y cuatro ciudadanos residentes en Puerto Rico, todos identificados con la causa de la cultura democrática. Ana G. Méndez dedicó durante los próximos meses, sus más preciadas energías a dicha autorización. Sin embargo, cada vez más el cielo se tornaba gris, cuando pasaban los años y no se conseguía la licencia debido a la férrea oposición del rector de la Universidad de Puerto Rico, Jaime Benítez. Además, se especulaba que pesaba en su contra, por prejuicios de los miembros del Consejo Superior, el hecho de que era una mujer la que encabezaba el Puerto Rico Junior College. Para entonces se discutía en el país si la mujer estaba preparada para ocupar cualquier puesto. A esto, Ana G. Méndez respondía: “Mire, yo tengo tanta fe en lo que estoy haciendo, que puedo poner un hombre ahí, pero tengo que quedarme detrás de él para hacer las cosas. Esto es mío, lo estoy haciendo yo y estoy dispuesta a luchar hasta el fin. . .”21 Por otra parte, las altas autoridades académicas que se oponían al proyecto por su juventud y aparente falta de experiencia, le decían: “ponte un colegio de taquigrafía y maquinilla, nada más. No pienses en cursos universitarios”. Al fin, en 1957, el Consejo Superior de Enseñanza licenció la institución. Dos años más tarde u na delegación de la Middle States Association
El 2 de julio de 1962, se recibió el informe indicando la aprobación final del Puerto Rico Junior College. En la foto al centro Ana G. Méndez. AFSUAGM
of Colleges and Secondary Schools –la unidad que acredita colegios y universidades de la región central, que incluye Delaware, el Distrito de Columbia, Maryland, New Jersey, New York, las Islas Vírgenes de los EE.UU. y Puerto Rico– visitó el Puerto Rico Junior College. Estaba encabezada por Edward B. Nyquist, de la Universidad del Estado de Nueva York. Cinco meses más tarde, el 1 de mayo, Nyquist hizo pública la acreditación del Puerto Rico Junior College. La institución y Ana G. Méndez celebraron la ocasión. El 13 de febrero de 1962, nuevamente, dicha entidad acreditadora visitó el Puerto Rico Junior College para determinar su progreso en ciertas áreas. El grupo estuvo encabezado por Taylor Jones, secretario ejecutivo de la Middle States Association of Colleges and Secondary Schools. El 2 de julio de 1962, se recibió el informe indicando la aprobación final. UN RECORRIDO INCREÍBLE: DEL CHASE MANHATTAN BANK A LA PUERTO RICO HIGH SCHOOL OF COMMERCE Pero volvamos a Pepe. Luego de su graduación de Citadel, el hijo de la perseverante Ana G. Méndez regresó al hogar familiar en la calle Abolición en Baldrich, donde había vivido gran parte de su juventud. Allí todavía residían sus padres y varias hermanas de su madre. Hacía tiempo que Dora y Grecia, sus hermanas mayores, se habían casado y marchado del hogar. Dora lo había hecho con un estadounidense y se había ido a vivir a California. Grecia, que vivía en Puerto Rico, siempre tuvo una relación muy estrecha con su madre. Ella, su esposo y sus tres hijos (Anita, Mimi, Borito Díaz) compensaban la ausencia de Dora y su familia, dándole al hogar de los Méndez González una vez más la alegría y el bullicio de la niñez.22 La familia Méndez González era de tipo matriarcal. Todo giraba alrededor de Ana y el Puerto Rico Junior College. Con el paso de los años, el padre de Pepe –don José– al envejecer, se fue aislando más y más del círculo familiar, y aunque apoyaba la obra educativa de su esposa, en realidad, no tenía mucho que decir y menos qué hacer. Apenas
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Con su diploma de bachiller en Administración Comercial, Pepe fue reclutado para trabajar como aprendiz en la sucursal de San Juan del Chase Manhattan Bank. AO
se le veía en las actividades de las instituciones propiedad de la familia (la Puerto Rico High School of Commerce, el Puerto Rico Junior College, el Colegio Metropolitano y la Escuela Consuelo Escalona). La realidad era que de estas y de la educación en Puerto Rico era de lo único que se hablaba en la casa de los Méndez. A su arribo, Pepe quiso labrarse su propio destino lejos del mundo de la educación universitaria en la Isla. De inmediato, con su diploma de bachiller en Administración Comercial en mano, fue reclutado para trabajar como aprendiz en la sucursal de San Juan del Chase Manhattan Bank.23 Desde su arribo a la Isla en 1933, esta había sido la principal institución bancaria del país, financiando los grandes proyectos de la industria, además de hoteles y urbanizaciones, entre otros. A menudo, a miembros de la prominente familia Rockefeller, sus propietarios, se les veía en Puerto Rico en la inauguración de diferentes proyectos, financiados por dicho banco. Como aprendiz, Pepe recorrió cada rincón del Chase Manhattan Bank hasta que ese mismo año, Ana G. Méndez lo llamó para encargarle la administración financiera de la Puerto Rico High School of Commerce en Río Piedras, su alma
Pepe contrajo nupcias con Enid Méndez, su novia de la juventud. AFSUAGM
mater colegial.24 Pepe aceptó el llamado de su madre. No se podía negar. Para aquel joven de números y de finanzas, el cambio de empleo le exigía aprender la administración de escuelas superiores. Por los próximos siete años se desempeñó en dicho cargo, hasta que una vez más, en 1964, Ana G. Méndez le pidió que ocupara la misma posición en la Consuelo Escalona, escuela superior privada que había sido adquirida por la familia Méndez
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González. Esta escuela privada estaba ubicada en la Avenida 65 de Infantería, en el vecino municipio de Carolina.25 Para Pepe la localización de la Consuelo Escalona no pudo haber sido mejor, porque estaba cerca del hipódromo “El Comandante”, en la misma carretera 65 de Infantería. Allí, junto a su padre, compañero de andanzas hípicas de la niñez y juventud, renovó su gran afición por los caballos y hasta se hizo de varios ejemplares de carrera, entre los que se distinguió la yegua Eufemia, celebrada por ganadora. Allí todos los días de carrera se le veía detrás de sus enormes binoculares y con su recorte “crew cut”, estilo Citadel. Su afición por los caballos le trajo a Pepe serios disgustos con su madre, que a la vez era su jefa, pues a menudo se marchaba temprano de sus haberes administrativos para asistir a las carreras que se celebraban en el cercano hipódromo. Por otro lado, y en lo que pudo haber sido una última manifestación de su interés por el comercio, en 1961 Pepe se postuló para presidir la Cámara Junior de Comercio de Puerto Rico.26 Se trataba de una organización internacional cuya misión era ofrecer oportunidades de desarrollo que preparasen a los jóvenes para crear cambios positivos. Entrenar líderes mediante el servicio a la comunidad era su lema.27 La búsqueda de votos lo llevó a recorrer la Isla palmo a palmo. Aquella experiencia fue prueba de sus dotes de líder. Pepe perdió la elección, pero aquella derrota no lo amilanó, sino que le sirvió para conocerse mejor. Entonces supo que aunque su apellido era Méndez y su familia era dueña de varias instituciones educativas, tendría que ganar sus galones por sus propios méritos. Para esas mismas fechas de su estadía en la Consuelo Escalona, Pepe contrajo nupcias con Enid Méndez, su novia de la juventud. El matrimonio procreó dos niños: Ana Grecia y José Francisco. Vivían en el sector Mano Manca de Gurabo, de belleza incomparable, que para entonces era parte del recién establecido Colegio Universitario del Turabo.28
Pepe renovó su gran afición por los caballos de carrera y hasta se hizo de varios ejemplares, entre los que se distinguió la yegua Eufemia, celebrada por ganadora. AFSUAGM
TRASLADAN A PEPE AL PUERTO JUNIOR COLLEGE En la escuela Consuelo Escalona Pepe estuvo tres años, hasta que en septiembre de 1967, cumplidos los treinta, Ana G. Méndez recurrió a sus servicios y lo nombró a la administración del Puerto Rico Junior College. Era el momento de crear una nueva estructura jurídica que permitiera que una fundación pudiera regir los destinos del Puerto Rico Junior College. Como resultado de estas gestiones, quedó legalmente incorporada el 18 de junio de 1969 la Fundación Educativa Ana G. Méndez.29 La institución contaba con una matrícula de 825 alumnos, que había aumentado en 1965 a 1,600, número que la administración había estimado para 1970. Para darles cabida, la Fundación Educativa Ana G. Méndez tuvo que adquirir y luego habilitar la Puerto Rico Elementary y la Puerto Rico High School of Commerce. Estos dos edificios albergaron la Administración y la unidad de Artes y Ciencias. En la primera planta de la división administrativa estaban las oficinas del presidente, decanos, tesorero, registraduría, servicios de orientación y personal secretarial, además de una sala para la Facultad. En la segunda, los servicios de salud. La biblioteca se colocó provisionalmente en el segundo piso del edificio. Allí se agruparon los cursos vocacionales y la enseñanza pedagógica. Pero aún así, el número de estudiantes aumentaba tanto que no hubo cupo para todos aquellos que solicitaban ingreso, y antes de terminar la década, la matrícula ya había llegado a 3,370 estudiantes. El Puerto Rico Junior College creció además en personal y profesores. Cuadro Núm .3 Matrícula total del Puerto Rico Junior College (Río Piedras y Cupey)30
1960 1,041
1965 1,717
1961 1,161
1966 2,273
1962 1069
1967 2,700
1963 1,023
1968 2,795
1964 1,296
1969 3,370
Mientras tanto, en el otoño de 1959, la gerencia del Puerto Rico Junior College inauguró un segundo recinto en un solar de cinco acres a la entrada del barrio riopedrense de Cupey (carretera núm. 176), a cinco minutos, en automóvil, de la sede original. Allí se comenzó a construir un edificio de tres pisos que albergaría en el primero al Decanato Estudiantil, la oficina de Orientación y la Librería; en el segundo, al Centro de Recursos de Aprendizaje y en el
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tercero, a la oficina de Administración. El plan inicial consideraba la construcción de otros edificios, para biblioteca, centro de estudiantes, auditorio, y áreas de deportes. Sin embargo, ante las débiles finanzas de la institución solo la magia –quizás la de Pepe– podría realizar este sueño. En la próxima década, el afán de la institución, tanto en Río Piedras como en Cupey, fue el de ver crecer los programas. La facultad se mantuvo en 44 miembros. Por temporadas, aumentaba a 54 profesores. El 12 de octubre de 1962, se anunció que en adelante se les extendería contrato por 12 meses con derecho de retiro. PEPE Y SU FAMILIA: NUEVOS INQUILINOS EN EL TURABO Para mediados de los años setenta, Ana G. Méndez andaba buscando un nuevo lugar para ensanchar por tercera vez el Puerto Rico Junior College. A pesar de que para entonces operaban, además de la Universidad de Puerto Rico, las universidades Católica, Interamericana, Sagrado Corazón y las instituciones afiliadas al Puerto Rico Junior College Inc., solo la mitad de los jóvenes que se graduaban de escuela superior pasaban a instituciones
universitarias. En opinión del rector de la Universidad de Puerto Rico, Jaime Benítez, la demanda por estudios universitarios era cada vez mayor debido a varios factores. El primero fue el aumento de la población urbana frente a la población rural, que hizo mayor la retención escolar. El aumento en los ingresos de las familias y el continuado espiral económico ascendente, requería a su vez de niveles educativos superiores. El segundo, el aumento de la matrícula universitaria en programas de cuatro años, en contraste con programas de dos años. El tercero, la aceleración en programas de escuela superior, que trajo consigo un incremento en la matrícula universitaria. El cuarto, la creciente demanda de preparación colegial universitaria como requisito para tareas directivas, que implicó un interés mayor en completar estudios universitarios. Finalmente el quinto: la mayor mecanización e incorporación de la tecnología en los procesos de producción y de distribución, que acentuó la demanda de personal entrenado. Esto a su vez, aumentaba el campo de los servicios a cargo de profesionales. Muy lentamente, la cabida de estudiantes en los sistemas universitarios del país comenzó a cambiar a partir de 1962, cuando la Universidad de Puerto Rico inauguró sus primeros programas de cursos
En 1959, el Puerto Rico Junior College adquirió un solar de cinco acres a la entrada del barrio riopedrense de Cupey (carretera númmero 176), a cinco minutos en automóvil de la sede original. AFSUAGM
En los terrenos de la factoría de la Central Santa Juana Ana G. Méndez encontró 87 cuerdas llanas, fértiles, en el Valle del Turabo del municipio de Gurabo. En la foto la casa solariega y corazón de la futura Universidad del Turabo. AFSUAGM
extramuros, mejor conocidos en el país como Colegios Regionales. En 1969 ya se habían establecido los colegios universitarios de Humacao (1962), Cayey (1967) y Arecibo (1967). Sin embargo, el paso más notable ocurrió cuando la tasa de crecimiento anual en la matrícula estudiantil de las universidades privadas se hizo más alta que la de la universidad pública. En 1950, solo 1,149 estudiantes acudían a universidades privadas; es decir, el 9.19 por ciento. Diez años tarde, eran 6,306, o el 25.71 por ciento. Para 1969, ya constituían 19,188, o el 33.65 por ciento, lo que indicaba un curso claramente ascendente. La matrícula del Puerto Rico Junior College no fue la excepción. Hemos contado cómo año tras año se dejaba de admitir estudiantes por falta de espacio. En 1969, por ejemplo, alrededor de 600 estudiantes no fueron admitidos.31 Por ello Ana G. Méndez andaba buscando un espacio más allá de la zona metropolitana de San Juan, donde la institución pudiese crecer. No buscó mucho, pues encontró el lugar soñado en la carretera Caguas-Gurabo (Km. 3.3), en el barrio Rincón y Navarro. Se trataba de la colonia azucarera Mano Manca, que pertenecía a la compañía hawaiana dedicada a la producción de azúcar, C. Brewer Inc.32 Hacía apenas unos meses que dicha compañía había anunciado Gracias a una donación de la Ford Foundation, Larry De Martino, de la Educational Facilities Laboratory, preparó los planos para el desarrollo arquitectónico del nuevo campus. AFSUAGM
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Escenas de la colocación de la primera piedra y de la vida estudiantil del Colegio Universitario del Turabo. AFSUAGM
el cierre de operaciones de la factoría Central Santa Juana.33 El espacio encontrado consistía de 87 cuerdas llanas, fértiles, en el Valle del Turabo del municipio de Gurabo. Se pedían $10,000 por cuerda.34 A paso seguido Ana pidió a Pepe que pasara a ver la finca en venta, en donde le dijo: “voy a poner una universidad”.35 Luego de analizar el negocio que se le ofrecía y de consultar a la Junta de Directores, de manera expedita, como siempre, Ana G. Méndez dio a nombre del Puerto Rico Junior College, una opción de compra de $8,000, con balance a pagar en seis años a un interés del siete por ciento.36 El gobierno federal estaba dispuesto a participar en el financiamiento.37 El 31 de octubre venció el pago de $169,000, habiéndose pagado ya el veinte por ciento de su valor. Dada su localización y el desarrollo futuro de la región, parecía un negocio razonable.38 Y lo fue.
En ese entonces, con su gran desarrollo urbano, Caguas era la tercera ciudad de más alta población en la Isla. En menos de siete años (1961-1968), el exitoso proyecto de Long Construction de vivienda barata para la incipiente clase media, llamado Villa del Turabo, con sus 12,978 casas, duplicó la población de 60,000 a 125,000 habitantes.39 El crecimiento poblacional se debía entre otros factores al desarrollo de industrias estadounidenses, acogidas a los magníficos incentivos de la Compañía de Fomento Industrial. El número de empleados por estas industrias ayudó a paliar el descenso y el consiguiente abandono de la agricultura comercial. Allí donde una vez se cultivó caña, se construían casas o se levantaron parques industriales. También contribuyó al boom poblacional la recién inaugurada autopista de San Juan a Caguas, que además de acortar significativamente tiempo y distancia, hizo a esta última casi parte de la zona metropolitana
El Colegio Universitario del Turabo concede el grado honorífico Profesor Emeritus a Ricardo Alegría. De izquierda a derecha Guillermo Irrizarry Rubio, Juan Manuel González Lamela, Ana G. Méndez, José F. Méndez y Ricardo Alegría. Su nombre – Colegio Universitario del Turabo-, fue sugerido por Alegría. AFSUAGM
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La familia extendida de Pepe Méndez: en primera fila de izquierda a derecha, Vicky Saar Méndez, Dr. Bill Saar, Dora Méndez de Saar, Enid Méndez Alayón, José F. Méndez González, Grecia Méndez de Díaz, Dr. Rafael Díaz Bonnet, Rafael Díaz Méndez y Anita Díaz Méndez. Sentados Kathy Saar Méndez, Ray Saar Méndez, Ana Grecia Méndez Méndez, Ana G. Méndez, José Méndez Rivera, José F. Méndez Jr. y María Díaz Méndez. AFSUAGM
de San Juan. Con el paso del tiempo, los terrenos más baratos urbanizables en las afueras de Caguas y Gurabo, fueron la nueva frontera urbana de San Juan. En marzo de 1968 el Junior College recibió en donación federal y préstamos, una cantidad de más de millón y medio de dólares para el plan maestro de desarrollo del nuevo recinto en Gurabo.40 Los fondos federales se emitieron en partidas de $94 mil y $650 mil. Del total, se utilizó una parte para emplear profesores y consultores; también para la programación del currículo. El resto, la mayor cantidad, se usó para habilitar salones de clase, biblioteca y cafetería en las cinco casas de madera con que contaba la finca. En otra casa de madera se establecieron cuatro salones. Posteriormente, en la reunión de diciembre de 1971, la Junta de Directores de la Fundación fue más allá, al aprobar una propuesta académica para un nuevo colegio universitario. Su nombre fue Colegio Universitario del Turabo, nombre sugerido por el antropólogo Ricardo Alegría, director del Insti-
tuto de Cultura Puertorriqueña, amigo de Ana G. Méndez y persona de gran relevancia en el mundo cultural e intelectual de la Isla.41 Ese año, la mayor parte de los esfuerzos de la Junta se dedicó a la planificación de dicho recinto, con fines de convertirlo en un colegio universitario. En otras palabras, se tomaron las medidas necesarias para hacer del Puerto Rico Junior College un colegio universitario de cuatro años en el Turabo. En reunión extraordinaria del 29 y 30 de enero de 1972, la Junta aprobó los estatutos. Se prepararon los reglamentos del nuevo colegio que se inauguraría el 15 de agosto de 1972. De inmediato, también se aprobó el nombramiento de un rector que recayó en el muy experimentado Efraín Berríos, quien luego de tres años fue sustituido por el joven Decano de Estudiantes de la institución y otrora ayudante del rector Federico J. Modesto, Juan Manuel González Lamela. La Fundación cerró con los bancos las negociaciones referentes al desarrollo físico del campus del Turabo. Se aprobó la emisión legal de bonos por un monto de $808,000, para sufragar parte del cos-
Fachada principal moderna del Puerto Rico Junior College en Río Piedras. AFSUAGM
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to de construcción de sus edificaciones. La planificación arquitectónica tuvo gran avance. Gracias a una donación de la Ford Foundation, Larry De Martino, de la Educational Facilities Laboratory, preparó los planos para el desarrollo arquitectónico del nuevo campus. Gracias a ayudas federales, se comenzó la construcción del edificio que habría de proporcionar instalaciones físicas para biblioteca y salones de clases. El edificio incluyó salones de Ciencias, Arte, Idiomas, Música, Educación Física y laboratorios de lenguaje, de Biología, de Física y de Química. Ya desde entonces se comenzó a discutir un plan de diez años que comprendería la construcción de varios edificios más.42 En esos meses en que se inauguraba la institución, Pepe y su joven familia se habían mudado a una de las cinco casas solariegas de madera en donde solían hospedarse los altos ejecutivos de la factoría central, localizadas en el interior del Colegio Universitario del Turabo.43 Fue así como, en aquel ambiente rural apacible, ubicado en lo alto de la ribera del río Grande de Loíza,44 entre caballos y vacas, Pepe volteaba la finca, como le gustaba decir. Allí, junto a su mujer, Enid, vio crecer a sus hijos y a la naciente institución. Aquellas tierras fueron la querencia del hijo de Ana G. Méndez.
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PEPE TIENE LA “CAPACIDAD PARA SER PRESIDENTE” Para 1961, a Ana G. Méndez y a Florencio Pagán se les unieron, en la alta jerarquía del Puerto Rico Junior College, Faith Preston como decana de Administración, y luego Estela Agramonte de Rodríguez, como su homóloga en el Decanato de Estudios. Además de Ana Ilia Noriega, quien se había iniciado hacía más de un lustro como profesora, y ahora se desempeñaba como registradora de la institución. En 1967, a instancias de Ana G. Méndez, fue reclutado como Decano Académico y Asesor Legal el licenciado Juan M. García Passalacqua. Al momento de su incorporación al cuerpo rector de la institución, García Passalacqua ya conocía a fondo su historia interna. De niño vivió la profunda amistad de su madre, Josefina Passalacqua de García, maestra en la Puerto Rico High School of Commerce, con Ana G. Méndez. Fueron famosas las ventas de sus bacalaítos fritos en el patio de la High School, que engrosaban las finanzas de la institución. En una ocasión, su padre, Manuel García Díaz, profesor de literatura de la Universidad de Puerto Rico, fue administrador del teatro del Puerto Rico Junior College. Por otro lado, de joven, Juan Manuel García Passalacqua había sido profesor de un curso de Economía en el Puerto Rico Junior College para un grupo de veteranos en la misma institución, mientras estudiaba en el Departamento de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad de Puerto Rico. Luego de su graduación de bachillerato, obtuvo su maestría en Derecho Internacional en Fletcher School of Law, de Tufts University, y en Derecho en Tulane Law School y Harvard University Law School.
La educación es la herramienta de un pueblo para lograr sobrepasar las vicisitudes y escollos sociales.
” J.F.M.
La Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, 1976. AFSUAGM
De regreso en la Isla, García Passalacqua fue ayudante especial del gobernador Luis Muñoz Marín (1958-1959) y de su sucesor, Roberto Sánchez Vilella (1962-1967), y tuvo a su cargo en la Fortaleza, entre otros muchos quehaceres, los asuntos cívicos, culturales, y educativos. Desde allí, una vez más su vida se vio entrelazada con la de Ana G. Méndez, cuando esta presidía la Campaña de la Cruz Roja y García Passalacqua le sirvió de enlace con la gobernación. Luego, al cesar sus servicios en la Fortaleza y al montar bufete propio, tuvo como clientes a Ana G. Méndez y el Puerto Rico Junior College. Al aumentar considerablemente la carga de trabajo legal del Puerto Rico Junior College en el bufete de García Passalacqua, Ana G. Méndez le pidió que se integrara por completo a la institución, diciéndole que en la educación podría servirle mejor al pueblo puertorriqueño. No solo como asesor legal, sino también como decano académico res-
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Ana G. Méndez junto a su hijo y nuevo presidente José F. Méndez. AFSUAGM
ponsable del currículo, de los nuevos programas académicos y de las innovaciones y estrategias de enseñanza. En la mañana trabajaba en los programas educativos para aquellos jóvenes inelegibles en las otras instituciones universitarias del país; en la tarde a menudo redactaba los estatutos y reglamentos de las instituciones como corporaciones sin fines de lucro. Junto a la figura imponente de García Passalacqua, para esas mismas fechas (en1968) Pepe Méndez se incorporó a la administración del Puerto Rico Junior College. La presencia de ambos, que curiosamente habían nacido el mismo año, era muestra de que una nueva generación se abría paso en la institución. El puesto que Pepe ocupó fue el de Asistente del Vicepresidente en Asuntos Financieros.45 La responsabilidad sobre las finanzas incluía encargarse de las nuevas cuentas.
Ana G. Méndez y Juan Manuel García Passalacqua desfilan en los actos de graduación. AFSUAGM
Para entonces, Pepe recibió un incentivo económico para realizar estudios universitarios entre el 1 de septiembre de 1968 y el 30 de junio de 1969, conducentes al grado de maestría en Administración Pública en la Universidad de Puerto Rico.46 Contrario a las de Citadel, sus calificaciones fueron bastante buenas, muestra de su interés en el campo elegido.47 Al año siguiente (1969) Pepe fue nombrado asistente de la vicepresidenta en Asuntos Financieros y Tesorera Juanita M. Ríos.48También ese mismo año fue nombrado decano de Administración del Puerto Rico Junior College. Dos años más tarde, al enfermar la tesorera y no haberse podido abrir nuevas cuentas, la Junta de Directores, presidida por el licenciado en Derecho Manuel García Méndez, lo designó temporeramente vicepresidente de Asuntos Financieros de la institución. Una de sus principales tareas fue buscarle una solución al problema
Pepe Méndez desfila junto a Manuel García Méndez en los actos de graduación. AFSUAGM
del desfase entre las expectativas presupuestarias para un cierto número de estudiantes, y la cifra real de los matriculados, que, gracias al extraordinario crecimiento de la institución, excedía, y por mucho, la cantidad anticipada.49Desde entonces, las relaciones entre García Méndez y Pepe – que no eran familia– no pudieron haber sido mejores. Don Manuel, hombre ilustrado de gran prestigio en la sociedad puertorriqueña, otrora miembro del Senado de Puerto Rico, responsable de haber presentado el proyecto de Ley para el sufragio a la mujer alfabetizada (1929), comerciante y abogado, lo adoptó como su ahijado, sirviéndole de mentor y velando por su porvenir profesional y personal.50 En reunión de la Junta de Directores del 23 de marzo de 1973, García Méndez propuso a Pepe, quien ya era tesorero de la institución, para ocupar el puesto en propiedad de vicepresidente de Asuntos Financieros de la ahora
El 29 de enero de 1974, con gran prudencia y sabiduría, Ana G. Méndez presentó a la Junta de Directores un plan de transición de la presidencia que cumplió a cabalidad. AFSUAGM
llamada Fundación Educativa Ana G. Méndez.51A esta moción de García Méndez, se le añadió una enmienda por voz de Guillermo Irizarry, que solicitaba que “la persona que ocupase el cargo de vicepresidente de Asuntos Financieros pasase a ocupar el cargo de vicepresidente de la Fundación y ocupase ambos cargos mientras no se nombrase un sucesor como vicepresidente de Finanzas.”52 La moción fue secundada y Pepe pasó a ocupar ambos cargos. Para esa misma fecha y luego de sentir los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer, Ana G. Méndez anunció su intención de retirarse como presidenta de la entidad educativa que llevaba su nombre. Entonces pidió asumir en su oportunidad, la función de asesora.53 Como parte de ello Ana habría de comenzar a elaborar un Plan Maestro para la Junta de Directores. La Comisión
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de Planes y Desarrollo, conjuntamente con las demás Comisiones, colaborarían con ella en esta encomienda. A tenor de este plan, Ana también solicitó de la Junta de Directores una licencia que comenzaría el 15 de mayo y se extendería hasta el 15 de agosto de 1973. Durante este periodo “asumirá la presidencia interina el Sr. José F. Méndez, vicepresidente; posición que le permitirá identificarse totalmente con la Fundación y sus Instituciones”.54Al año siguiente, el 29 de enero de 1974, con gran prudencia y sabiduría, Ana presentó a la Junta de Directores un plan de transición de la presidencia que cumplió a cabalidad durante los próximos meses. El 25 de agosto de ese mismo año, tal y como lo había prometido, Ana G. Méndez renunció a la presidencia de la institución. Posteriormente, en reunión de la Junta de Directores del 26 de septiembre de 1974, Pedro Rive-
Ana G. Méndez con distintos líderes políticos de la época. En primer lugar, la alcaldesa de San Juan Felisa Rincón de Gautier y con los ex gobernadores Roberto Sánchez Vilella (1965-1968) y Rafael Hernández Colón (1973-1976). AFSUAGM
ra Casiano presentó una moción, para que “José F. Méndez fuera nombrado presidente de la institución.”55 La misma fue secundada por voz del vicepresidente de Asuntos Académicos, Juan M. García Passalacqua. No hubo oposición, y quedó electo presidente. Minutos después, Guillermo Irizarry le hizo al joven educador la siguiente observación: “no creas que te hemos nombrado
porque eres hijo de Ana G. Méndez, sino porque tienes la capacidad para ser presidente”.56 De esa manera, a sus 37 años Pepe Méndez se convirtió en el segundo presidente de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Con ello, se iniciaba un cambio de mando en la jerarquía de la institución. Una nueva generación se comprometía con su futuro.
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CAPÍTULO III
HACIA EL FUTURO CON PEPE MÉNDEZ CAPITANEANDO EL TRASATLÁNTICO: 1975-1979 LA FORMULACIÓN DE OBJETIVOS DE PEPE MÉNDEZ: PRIMER PASO HACIA LA TRANSFORMACIÓN
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esde su retiro de la Junta de Directores aquel 25 de agosto de 1974, y de la presidencia de la institución, Ana G. Méndez continuó ligada a ella como asesora. ¡Y cómo no hacerlo! A su retiro dijo que se iba “serena, tranquila, sonriente y llena de fe en que ustedes todos sabrán responder al Sr. José F. Méndez, quien habrá de capitanear el trasatlántico –la Fundación Educativa Ana G. Méndez– que hoy les dejo hacia el futuro”.1 Luego de su nombramiento el 26 de septiembre de 1974, en gran medida los primeros años de la presidencia de Pepe Méndez se centraron en la continuación de los programas y las obras de infraestructura del Colegio Universitario del Turabo, recién iniciadas durante la presidencia de su madre. También debía velar por que se cumpliera cabalmente con los valores y la visión de la institución, los que Ana G. Méndez describía como “una filosofía educativa institucional, una historia y una mística”.2 Debía trabajar junto con la alta gerencia que ella había encabezado durante los pasados años. La tarea era harto difícil, porque la mayor parte de sus miembros había llegado a la institución de la mano de Ana G. Méndez, a quien se debían. Ella los había visto crecer. Para ellos, el ahora Presidente seguía siendo Pepito, el benjamín de la familia Méndez González. En la institución universitaria que se le encomendaba al hijo, la huella imborrable de Ana G. Méndez se veía y se sentía por doquier. Su madre había sido una líder curtida por el tiempo y las adversidades de la vida. En aquella institución Ana era la que mandaba y punto. Pronto quedó claro que el hijo nunca sería como la madre. Sería líder, pero de otra manera y en otras circunstancias. Aquellos tiempos que corrían y que le tocarían vivir a Pepe Méndez no eran iguales a los de su madre. Desde mediados de los setenta, el clima general de la Isla era de recesión, inflación, cierre de fábricas, protestas de todo tipo, huelgas, violencia política, rebeldía 59
Pepe se comprometió con “una filosofía educativa institucional, una historia y una mística”. Ana G. Méndez y el presidente José F. Méndez. AFSUAGM
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estudiantil universitaria, terrorismo, desempleo y el regreso a su terruño de miles de emigrantes puertorriqueños procedentes de los Estados Unidos. Con pasmosa rapidez, el nuevo Presidente de la recién organizada Fundación Educativa Ana G. Méndez fue desarrollando un grupo de trabajo con el que a menudo se reunía para discutir los asuntos más apremiantes. Federico J. Modesto, previamente había sido rector del Puerto Rico Junior College era su ayudante ejecutivo, su mano derecha, quien gozaba de toda su confianza y le apoyaba en todas las tareas vinculadas a lo académico. Además se desempeñaba como secretario de la Junta de Directores. Ana Ilia Noriega continuó como directora de Planes y Desarrollo y en Finanzas Isaías López. El educador Juan Manuel González Lamela era un fiel colaborador desde la rectoría del Colegio Universitario del Turabo, y más adelante, en 1980, el profesor José A. Molina hacía lo propio en el Colegio Universitario Metropolitano. Al mismo tiempo, en la Junta de Directores, Manuel García Méndez –que había sido elegido como su primer presidente– y Juan Manuel García Passalacqua seguían siendo sus colaboradores más cercanos. Cuando Pepe Méndez asumió la presidencia en 1974, tuvo la firme convicción de que la Fundación Educativa, a fin de ensanchar las fronteras de su progreso, necesitaba la formulación de unos objetivos a largo plazo, juntamente con un plan maestro para alcanzarlos. Los factores culturales, económicos, sociales y educativos que matizaban la vida del pueblo puertorriqueño, no solo eran complejos, sino que evolucionaban rápidamente.3 Las instituciones de la Fundación Educativa Ana G. Méndez tenían que desarrollar y utilizar técnicas de planificación que les permitiesen hacer el mejor uso posible de sus recursos humanos, materiales y económicos para cumplir con su misión. Por ello, Pepe Méndez y la Junta de Directores se reunieron el 29 de abril de 1976 con el director del “Master Plan Development” de la Universidad del Estado de Nueva York, el Dr. Michael J. Reynolds, quien hizo una detallada exposición de su propuesta de un Plan Maestro para la Fundación Educativa. La propuesta final fue sometida y aprobada por la Junta de Directores el 12 de junio de 1976.4 El Plan Maestro proyectado era ambicioso y de singular importancia para la vida institucional de la Fundación. Permitiría precisar cuán acertados habían sido en su gestión educativa, y hacia dónde se dirigían. También reflejaría sus metas para el futuro y determinaría, entre otras cosas, si el Colegio Universitario del Turabo podía y debía transformarse en una universidad. Por último, era la manera de afianzar, fuera de toda duda, la excelencia académica del sistema educativo Ana G. Méndez. Como una de sus primeras gestiones para el inicio y desarrollo de este plan, la Junta creó un Comité Timón Central, integrado por Pepe Méndez, como presidente, y otros miembros como Federico J. Modesto, rector del Puerto Rico Junior College; Juan Manuel González Lamela, rector del Colegio Universitario del Turabo; y Ana Ilia Noriega, directora de Planes y Desarrollo.5
Cuando Pepe Méndez asumió la presidencia en 1974, tuvo la firme convicción de que la Fundación Educativa, a fin de ensanchar las fronteras de su progreso necesitaba la formulación de unos objetivos a largo plazo...
Pepe Méndez en reunión con oficiales de la Fundación Educativa Ana G. Méndez y de otras universidades. A su mano izquierda Federico J. Modesto. AFSUAGM
Por los próximos dos años (de 1977 a 1979), Pepe y el Comité Timón Central ponderaron diversas cuestiones relacionadas con la misión de la Fundación.6 Se proveyeron guías para coordinar esfuerzos y organizar actividades que permitiesen lograr unas metas a largo plazo en las áreas de matrícula, programas académicos, métodos de enseñanza, servicios para el desarrollo de los estudiantes y para el profesorado, instalaciones físicas, investigación institucional y educación. El proceso garantizó una participación amplia, franca y espontánea de los diferentes sectores que formaban la comunidad universitaria, y que le dieron cuerpo, vida y sustancia al proceso. Ello hizo posible que la Junta revisase la misión de la Fundación y los propósitos de la Junta de Directores. El 18 de julio de 1979 fue un día histórico para la Fundación. La Junta de Directores aprobó el Plan Maestro Institucional y procedió a implantarlo a ini-
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cios del siguiente año académico (1979-1980). La Fundación se convirtió en la primera institución universitaria en Puerto Rico en adoptar un plan de desarrollo de largo plazo. Asimismo se establecieron los parámetros y directrices de desarrollo del Puerto Rico Junior College y del Colegio Universitario del Turabo en las áreas de matrícula, programas académicos, métodos de enseñanza, servicios para el desarrollo del estudiante y para la facultad, instalaciones físicas, investigación institucional, educación continuada y finanzas. Tratándose de un plan dinámico, el documento se concibió como una herramienta de trabajo y fue obvio que fuera objeto, año tras año, de aquellas enmiendas, añadidos y modificaciones que un mundo cambiante exige. La frase que mejor caracterizó sus gestiones fue “Crecimiento Horizontal”. Se llevó a cabo un crecimiento calculado y ajustado a sus necesidades. Cada institución afiliada elaboró
sus propias proyecciones a tono con la política trazada por la Junta de Directores. Así ya la Fundación pudo encarar el futuro con optimismo. A partir de la consolidación y el fortalecimiento de lo logrado se tendió un puente hacia el porvenir. Como parte esencial del Plan Maestro, Méndez impulsó un proceso de automatización. El propósito fue el de optimizar los servicios académicos y administrativos. El empleo de los sistemas computadorizados fue considerado un instrumento vital para el desarrollo institucional, el mejoramiento de sus ofrecimientos académicos y los métodos y técnicas de enseñanza. Justamente se planificó su uso para el desarrollo integral del estudiante y el mejoramiento profesional de la facultad. Debido a que la Fundación no contaba aún con
los recursos humanos especializados para dirigir, supervisar y llevar a cabo el proceso de automatización, Méndez se dio a la tarea de conseguir una empresa de prestigio y experiencia en el campo de las computadoras. La búsqueda lo llevó a contratar a Systems & Computer Technology (SCT), corporación con sede en Filadelfia. Esta compañía se dedicaba a la tecnología de la información, principalmente en las instituciones de educación superior. La Fundación Educativa Ana G. Méndez finalmente entraba en la era de la informática con paso firme. El contrato dispuso que dicha compañía estableciera y administrase el Centro de Sistemas de Información, proveyese el personal necesario y supervisase todas las actividades concernientes a esta nueva tecnología.7 Los excelentes servicios de la
Con Pepe Méndez en la presidencia se inició la “transición tecnológica” de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. En la foto las nuevas computadoras en el Centro de Sistemas de Información. AFSUAGM
compañía le permitieron a la Fundación Educativa Ana G. Méndez lograr aumentos dramáticos tanto en la cantidad como en la calidad de los servicios administrativos y financieros que beneficiaban a la facultad y al estudiantado. Asimismo, fue notable su injerencia en la obtención rápida y confiable de datos y estadísticas para las proyecciones, estudios e investigaciones del sistema educativo. Indiscutiblemente se había iniciado una fase avanzada de desarrollo de los servicios académicos a través de la informática. Los próximos tres años traerían consigo la experiencia excitante de la modernidad. Ese período de “transición tecnológica” puso a prueba la capacidad de colaboración y coordinación entre Systems & Computer Technology y la Fundación Educativa para realizar una labor de equipo. Ello trajo como consecuencia que los informes financieros se prepararan mensualmente, facilitando la toma de decisiones gerenciales a tiempo. El Centro de Sistemas de Información implantó y desarrolló cinco nuevos proyectos: Contabilidad
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General y Presupuesto, Admisiones a través de terminales, Ayuda Económica, Tesorería y Sistema de Respuestas de Prescripción Variable (SRPV) del Centro de Estudios Televisados. Por primera vez se preparó el diseño de sistemas y la programación de los informes estadísticos. Entre estos, figuraban los informes de notas y los informes de admisiones. Al mismo tiempo se modificaron los programas existentes de computación y se procedió a trabajar paralelamente el sistema actual de contabilidad. A partir del 1 de septiembre de 1979, el sistema de Presupuesto quedó totalmente computadorizado. Al año siguiente, se adquirió una computadora de la compañía Digital Equipment Corporation, modelo VAX 11/780. Se trataba de un sistema de gran potencia, muy utilizado en instituciones educativas. Con él se procesaron las funciones administrativas fundamentales. Meses más tarde se adquirió una segunda computadora modelo VAX 111/780, para servicios académicos y otra para inventario de la propiedad y la biblioteca.
Para el inicio del año entrante (1980), ya era una realidad la instalación de cuarenta terminales de los cuales 33 operaban en las oficinas de sus usuarios: doce en el Puerto Rico Junior College, doce en el Colegio Universitario del Turabo y nueve en el Colegio Universitario Metropolitano. Por su parte, el Puerto Rico Junior College –tanto en Río Piedras como en Cupey (a partir de 1980, Colegio Universitario Metropolitano)– continuó con sus programas educativos de dos años. Su misión era servir y su compromiso era educar, según solía decir Ana G. Méndez. Pepe solicitó que en el aspecto docente se tomaran nuevas medidas conducentes a beneficiar a los estudiantes más necesitados de las tres instituciones.8 Una de las más importantes fue el establecimiento del Instituto Experimental de Destrezas Universitarias en el Puerto Rico Junior College.9 En sus inicios, el Instituto atendió alrededor de quinientos estudiantes con deficiencias académicas y con necesidad de orientación vocacional.
Se eliminó el requisito 2.00 de índice académico mínimo para ingresar en la institución. Por otro lado, se fortaleció el grado asociado en Educación, haciendo énfasis en las concentraciones de mayor demanda, como eran las de Educación Especial, Artes del Lenguaje, Pre Escolar y Enseñanza del Inglés. También se estableció un nuevo laboratorio de idiomas en el Junior College. El año académico 1977-1978 culminó con la adjudicación de grados académicos a 570 estudiantes, de los cuales 448 eran mujeres y 122 varones. El aumento en mujeres iba asociado con la expansión de las carreras de Educación, Humanidades, Ciencias Sociales, Enfermería y Secretarial. Ese año, los grados de Enfermería y Secretarial registraron el mayor número de diplomas, ascendiendo a un total de 123. El ritmo de crecimiento rápido también se vinculaba al espacio abierto por la mujer en las profesiones que hasta entonces dominaban los hombres. Mientras tanto, en su otro recinto localizado en Graduación de estudiantes del Puerto Rico Junior College y del Colegio Universitario del Turabo en mayo de 1975. AFSUAGM
Cupey, se ponía gran énfasis en sus programas de mayor matrícula: enfermería y pedagogía. Al mismo tiempo, en el Turabo se inició la construcción de varios edificios: uno para salones de clase, laboratorios, oficinas e instalaciones para la facultad; otro para el Centro de Desarrollo y Servicios para el estudiante; un tercer edificio de usos múltiples y librería, y un cuarto edificio para mantenimiento y almacén. También se habilitaron espacios permanentes de estacionamiento para la comunidad colegial. En cuanto a la infraestructura, los estacionamientos eran una de las mayores preocupaciones de Pepe. Así fue cómo, tras pasar por un cuidadoso proceso de transición hacia la creación del Colegio Universitario del Turabo, el recinto de Gurabo-Caguas cumplió su quinto año de operaciones. El aumento en matrícula de estudiantes fue un hecho decisivo en los planes inmediatos y futuros de la institución. Para el año académico de 1976-77 su matrícula fue de 4,445 estudiantes. Había aumentado en un 20%, que provenía especialmente de
alumnos de los pueblos limítrofes. Y es que el Colegio Universitario del Turabo le servía bien a una creciente población de bajo nivel socio-económico de la parte central de Puerto Rico. La facultad estaba compuesta por 36 profesores, incluyendo a los de tarea parcial. El 40% de los profesores nuevos fueron reclutados como resultado del aumento en la matrícula. Para entonces, el colegio universitario ofrecía tres bachilleratos: uno en Artes Liberales, con concentración en Ciencias Sociales o Humanidades; un segundo en Educación, con concentración en Educación Elemental (hasta entonces este había sido el favorito de Ana G. Méndez, pues debido a la necesidad existente de maestros en la Isla, creía que el futuro del Turabo estaba en convertirse en un colegio para la preparación de estos) y un tercero en Administración Comercial, con concentración en Contabilidad y Gerencia.10 Además, ofrecía el grado asociado en Artes Liberales con concentración en Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Humanidades; el grado asociado en Educación, con
Cartel conmemorativo a los primeros 30 años de prestigio educativo. De izquierda a derecha Luis Berríos, decano de Recursos de Aprendizaje, Pepe Méndez e Hiram H. Puig, rector del Puerto Rico Junior College. AFSUAGM
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concentración en Edad Preescolar o Educación Elemental; y el grado asociado en Ciencias en Administración Comercial, con concentración en Contabilidad, Gerencia y Mercadeo. Se desarrollaron propuestas federales con miras a crear un bachillerato en Criminología y otro en Agrimensura, parecido al del Junior College. Se ofrecían por primera vez Programas de Extensión y Sabatinos, para brindarle la oportunidad a veteranos y adultos a estudiar un programa completo de 12 créditos, de acuerdo con sus necesidades, mientras trabajaban durante el día. El Colegio ofreció programas para dos y cuatro años de estudios universitarios. LAS PIEDRAS EN EL CAMINO Pese que todo parecía fluir bastante bien para el nuevo presidente, tiempos borrascosos se desataron sobre la Fundación Educativa Ana G. Méndez y sobre Puerto Rico, cuando en octubre de 1973 estalló una guerra en el Mediano
En defensa de los estudiantes más necesitados, el presidente Méndez depone ante la Comisión de Instrucción y Cultura de la Cámara de Representantes. A su lado Federico J. Modesto. AFSUAGM
José F. Méndez junto a Emilio Huyke durante el Torneo Pitirre, en honor al veterano educador. AFSUAGM
Méndez entrega cintas conmemorativas a la Tuna de la escuela Carvin. AFSUAGM
Homenaje a Carmen Hernández, quien se retiró después de servir 27años en la institución. AFSUAGM
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Oriente que cuadruplicó el precio del petróleo. Para un país dependiente del petróleo, un alza en el precio podría incidir desfavorablemente sobre su crecimiento, sobre todo en lo concerniente a la actividad económica. Otra consecuencia de gran impacto fue el alza en el costo de la electricidad. Todo apuntaba hacia una crisis sin precedentes. El origen de esta compleja situación fue la creciente dependencia estadounidense del petróleo del Medio Oriente. Se había pasado por alto la política diseñada por Estados Unidos e iniciada después de la Segunda Guerra Mundial, la cual disponía que la compra del petróleo extranjero debiera hacerse, exclusivamente, en los países del Hemisferio Occidental. Los países árabes controlaban el 86 por ciento de las reservas mundiales. Estados Unidos importaba de estos países entre un 30 y un 50 por ciento del combustible que necesitaba. Esto puso a los productores de petróleo de los países árabes en condiciones de demandar cambios en la política norteamericana hacia el estado de Israel, de exigir precios más altos y de obtener control adicional sobre las compañías que explotaban los yacimientos.11 Pero la situación se tornó más difícil a partir del 6 de octubre de 1973, cuando estalló la Guerra del Yom Kippur.12 Las tropas egipcias colocaron sus banderas en la línea defensiva israelí de Bar Lev, en la banda oriental del canal de Suez. La invasión de los ejércitos sirios y egipcios en territorio ocupado por Israel ocasionó, en el corto plazo de poco más de dos meses, un notable incremento en el precio del barril de petróleo, motivado por la negativa de
La Commonwealth Oil Refining Co. (CORCO), principal refinería de petróleo del país y motor de la industria puertorriqueña. MP
la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a proveerle a Occidente el total de las cantidades que se necesitaban. Hasta el 1972, el barril de petróleo estaba por debajo de $3.50.13 Hacia fines de 1974, el precio se había cuadruplicado a más de $12.00. El hidrocarburo pasó a ser un arma política de los países árabes. La escasez y el encarecimiento de energía por el embargo del petróleo y el alza en el precio, exacerbó la espiral inflacionaria (ya existente a consecuencia de la Guerra de Vietnam, 1962-1973), que atenazaba a la economía estadounidense y, por tanto, a la puertorriqueña. Sus efectos casi paralizaron la economía isleña, principalmente la industria, pues esta se había edificado sobre la obtención de petróleo crudo barato. Puerto Rico no usaba otra fuente de energía que no fuese la electricidad provista por los generadores a base de petróleo de la Autoridad de Fuentes Fluviales (hoy AEE). Subía el costo del petróleo, subía la factura de energía eléctrica. En 1975 la Siderúrgica de Cataño, única fábrica con molino para producir varillas de refuerzo en la Isla, cerró sus puertas para siempre por el aumento en la factura de energía eléctrica. Por otro lado, la Commonwealth Oil Refining Co. (CORCO), principal refinería del país y motor de la industria puertorriqueña –al paso que caminaba esta compañía caminaba el país– sufrió pérdidas millonarias que eventualmente la llevarían a declararse en quiebra.14 Además, la recesión, que desde 1970 afectaba a la economía de los Estados Unidos, llevó al cierre de muchas de las fábricas que habían sido promo-
Como iba la CORCO iría la economía isleña. MP
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vidas a lo largo de los años por Fomento Industrial. Los pasados 25 años de crecimiento económico ininterrumpidos de la Isla llegaron a su fin. Al finalizar el 1974 todo parecía presagiar unos resultados, si no desastrosos, por lo menos adversos, en la economía de Puerto Rico. Pero fue peor de lo que se esperaba. Los efectos de la crisis energética fueron devastadores para la economía puertorriqueña. Se batieron todas las cifras máximas en quiebras, tanto personales como de negocios. A pesar de que todos los renglones de la vida económica del país se vieron afectados por el alza del petróleo y sus derivados –particularmente el combustible residual (fuel oil), y la gasolina de motor– se afectó adversamente la transportación, el sector industrial y el sistema de generación industrial. Debido a que las máquinas de las fábricas de cemento usaban dicho combustible, el impacto fue terrible para la industria de la construcción. Así también, el encarecimiento de la gasolina y el diesel añadió un aumento en el costo de transporte. Las alzas en el costo de la vida fueron continuas. Cada mes se rebasaban las cifras récord en el desempleo, que en 1975 llegó a un 18.1 por ciento, su nivel más alto desde 1950. El número de huelgas, encabezadas por un movimiento obrero cada vez más militante, amenazó la estabilidad social y política del país. La agricultura estaba en ruinas y abandonada. El país dependía cada vez más de fondos federales, que representaban la mitad de los ingresos insulares. La crisis también le creó serios problemas al gobierno, ya que limitaba su capacidad para enfrentar la recesión. También mermó la capacidad para el creci-
miento de ingresos fiscales. Para febrero de 1974, como si fuese poco, debido a los altos intereses bancarios, el 65 por ciento de los proyectos de construcción se paralizaron. Mientras la inflación siguiese devorando los salarios, y los préstamos a largo plazo fuesen tan costosos y difíciles de conseguir, era casi imposible que progresara la venta de dichos proyectos.15 Desde fines de la década anterior, se comenzaron a batir todas las cifras récord en el número de huelgas llevadas a cabo en Puerto Rico. Para entonces, se divisaban en el horizonte cercano el fortalecimiento y la expansión del movimiento obrero. La militancia fue cada vez mayor. La facultad de la Fundación Educativa Ana G. Méndez no constituyó la excepción. En los primeros meses bajo la presidencia de Pepe, el descontento y la protesta tocaron a las puertas del Puerto Rico Junior College. Primero, porque varios miembros de la facultad no le reconocían méritos intelectuales propios: alegaban su falta de cultura universal, de conocimientos en el campo de la educación y de experiencia. Decían que Pepe nunca se había desempeñado como maestro en un salón de clase. Aunque ya contaba con 17 años de experiencia en varios niveles del sistema de educación puertorriqueña (1957-1974), no cabía duda de que sus materias más fuertes eran la administración, el empresarismo y las finanzas. Desde su llegada al Puerto Rico Junior College en 1967, le había dedicado todo su interés y entusiasmo a estos ramos del comercio, que fueron, precisamente, sus áreas de concentración a nivel universitario. Para algunos profesores, el único modelo a imitar era el de un presidente de la estatura intelectual de Jaime Benítez, egresado de la Escuela de Derecho de la Universidad de Georgetown, con maestría en Filosofía Política de la Universidad de Chicago, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico (1931-1941), y, en dicha institución, rector durante 24 años, y más tarde, presidente. Además de su impresionante vitae, Benítez había sido miembro de la Asamblea Constituyente que dio paso a la creación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (1951-1952), y dejó una estela de publicaciones importantes en el campo de la educación universitaria y la filosofía política. Recientemente había abandonado la presidencia para convertirse en enero de 1973 en el Comisionado Residente de Puerto Rico en Washington, D.C. Para decirlo de una vez: este grupo de profesores quería un presidente con credenciales similares a las de don Jaime Benítez. Pero fuese como fuese, Pepe Méndez había llegado para quedarse y no sería presidente ni como su madre ni como Benítez, ni como ningún otro. Sería él mismo con sus defectos y virtudes.
Jaime Benítez, presidente de la Universidad de Puerto Rico: 1966-1971. BDUPR
Firma del Convenio Colectivo entre la Fundación Educativa Ana G. Méndez y la Asociación de Maestros Universitarios. AFSUAGM
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Por otro lado, en aquellos tiempos recios, ya se notaba en la Fundación Educativa la pérdida del control que sobre la facultad y los empleados había ejercido Ana G. Méndez. Durante su incumbencia, la madre de Pepe había ejercido con guantes de seda un dominio férreo sobre sus empleados. Estaban prohibidas las asociaciones o uniones de los obreros o de la facultad en sus instituciones. Ana había rechazado con vehemencia cualquier intento de organizar al estudiantado en federaciones (como las de la Universidad de Puerto Rico). Sin embargo, desde que Ana G. Méndez inició su proceso de retiro, ese control absoluto fue mermando, creándose un vacío de poder. Debido a los cambios drásticos en el entorno del país, ya discutido, las consideraciones salariales y condiciones laborales que una vez tuvo la facultad con Ana G. Méndez, ya no las tendrían con su sucesor. Las quejas parecían estar más bien dirigidas contra Pepe y no contra la institución. Al iniciar la presidencia Pepe tuvo su bautismo de fuego. Al cierre de 1974 se organizó la Asociación de Maestros Universitarios en el recinto de Río Piedras del Puerto Rico Junior College. La gerencia lo quiso impedir recurriendo ante la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo. Luego de meses de agria polémica entre las partes, en la mañana del viernes 31 de octubre de 1975 se firmó un convenio colectivo entre la Asociación de Maestros Universitarios y la Fundación Educativa Ana G. Méndez.16 El convenio colectivo fue ratificado por la Asociación: 35 a favor y 1 en contra.17 Fue un momento trascendental, pues era la primera vez en Puerto Rico en que un grupo de maestros de nivel universitario firmaba un convenio con una institución de enseñanza superior privada. Cuatro años más tarde, el 25 de abril de 1979, 38 profesores miembros de la Asociación se fueron a la huelga en el recinto de Río Piedras del Puerto Rico Junior College. La huelga se debió al reclamo de mejores condiciones de trabajo (entre ellas, la reducción de la carga académica de cinco cursos) y un
Arriba, Anexo Amalia Marín y abajo, graduación de estudiantes del Puerto Rico Junior College, luego Colegio Universitario Metropolitano. AFSUAGM
Colegio Universitario del Turabo. AFSUAGM
sistema de retiro y de salarios más elevados. Se estrenaba un escenario nuevo en el drama de las relaciones obrero-patronales de la institución. El primer día de huelga la asistencia fue de un 65% de la facultad, el segundo, de un 75% y el tercero (27 de abril) hubo una asistencia casi completa. Doce días después, cuando los huelguistas quisieron regresar al trabajo, la Fundación Educativa Ana G. Méndez los despidió.18 La decisión de no restituirles su empleo a los 38 profesores que se fueron a la huelga fue ratificada por la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo. En su decisión, el juez Richard L. Denison determinó, en primera instancia, que la Asociación de Maestros Universitarios incidió en una práctica laboral ilícita al violar la sección 8 (d) de la Ley Taft Hartley. Consistía dicha violación en que la Unión no notificó, con una antelación de treinta días, al Servicio Federal de Conciliación y Mediación, a través de su agente local, el Negociado de Conciliación del Departamento del Trabajo, la existencia de una disputa con la Fundación. Como consecuencia, los profesores que se fueron a la huelga y permanecieron en ella, perdieron su condición de empleados de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Este fue el resultado del cargo radicado por la Fundación contra la Unión. Los profesores reclamaron que no podían ser despedidos sin notificación previa o audiencias, según la disposición de los estatutos institucionales. Amparados en este argumento, demandaron a la Fundación Educativa Ana G. Méndez en el Tribunal Superior de Puerto Rico, Sala de San Juan, que decidió
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Nuevos edificios del Colegio Universitario Metropolitano. AFSUAGM
la reinstalación y compensación de los profesores.19 En julio de 1982, la Fundación acudió al Tribunal Supremo de los Estados Unidos con una «Moción de reconsideración» de la decisión, pidiendo que le autorizara a entrar en los procedimientos de transacción necesarios en defensa de los intereses institucionales, sin reposición, y que se le autorizara, además, a hacer las transacciones.20 La moción fue concedida por el más alto tribunal. Con posterioridad a dichos hechos, se logró una transacción con 13 de los demandantes, que desistieron de sus demandas ante la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo y el Tribunal Superior. Al transar, también aceptaban el derecho de la Fundación a restituir empleos selectivamente. Mientras tanto, durante los primeros días de febrero de 1976 el presidente Pepe Méndez y el rector González Lamela, del Colegio Universitario del Turabo, centraron su atención en el proceso eleccionario de representación obrera, patrocinado por la Asociación de Maestros Universitarios. Méndez estaba totalmente opuesto a la Asociación. Esta situación motivó prácticamente la paralización de los comités de trabajo de la facultad, ya que la mayoría de sus componentes se encontraba enfrascada en el proceso eleccionario. Este se llevó a cabo en un ambiente de cordialidad, respeto y legalidad, el 13 de febrero, bajo la supervisión de la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo. El resultado fue adverso para la Asociación (47 votos en contra de la unión y 20 votos a favor). En el Turabo no habría organización obrera. Superada esa etapa inicial, Pepe Méndez y los directivos del Colegio Universitario del Turabo se dieron a la tarea de unir a la facultad en el espíritu de trabajo que demandaba este nuevo empeño en el quehacer universitario.
José F. Méndez estudia el impacto de la legislación y los programas federales sobre la educación en Puerto Rico. Le acompaña a su izquierda Baltazar Corrada del Río y Francisco Carreras. AFSUAGM
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UNA DE CAL Y LA OTRA DE ARENA: LA BEOG Pese a los problemas que a menudo encontró en el camino, Pepe tenía la firme convicción de que el porvenir de la institución que presidía solo podría ser el mejor. La implantación en la Isla del “Basic Educational Opportunity Grant”, mejor conocido como las becas “BEOG” (posteriormente becas Pell), abrió un nuevo horizonte en las instituciones universitarias en Puerto Rico, y en especial para las pertenecientes a la Fundación Educativa Ana G. Méndez ya que sus estudiantes venían de los sectores más pobres de la Isla. Al comenzar los años setenta, el Puerto Rico Junior College se reafirmaba como una institución de estudiantes económicamente necesitados. Formaban parte de su cuerpo estudiantil jóvenes procedentes de la clase más pobre de Puerto Rico, que requerían de ayuda en conceptos de matrícula, libros, comida, transportación y ropa. Las puertas siempre estuvieron abiertas para estos alumnos. Era el empeño de Ana fortalecer las fuentes económicas del Puerto Rico Junior College y del Colegio Universitario del Turabo para beneficiar, no solo a los profesores, sino a su estudiantado. Modestamente aseguró el futuro de los estudiantes más necesitados al crear por acta testamentaria una disposición por la cual legaba “la cantidad de $75,000 a la Fundación Educativa Ana G. Méndez, Inc., como fiduciaria de un fideicomiso” que quedó constituido a la fecha de su muerte bajo el nombre de “Ana G. Méndez Memorial Trust Fund”.21 El fideicomiso fue a perpetuidad y para fines caritativos de naturaleza educativa y docente.22 Pidió que el total de los dichos $75,000 se invirtiera en la institución bancaria que mejores intereses produjera anualmente, a juicio de la Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, Inc. Se retendría dicha cantidad de dinero así invertida por un término de dos años, de forma tal que aumentase su capital con el producto de sus intereses. A partir del cumplimiento de esos dos años, la Fundación Educativa Ana G. Méndez,
El 24 de junio de 1969, el gobernador Luis A. Ferré convirtió en ley cuatro medidas que proveyeron el dinero necesario para engrosar el Fondo Educacional del Estado Libre Asociado. BDUPR
Inc., como fiduciaria, dispondría de los intereses anuales que todo el capital produjera para la ayuda de estudiantes pobres que cursaran sus estudios en las instituciones afiliadas a la Fundación Educativa Ana G. Méndez, Inc. A esos efectos, deberían crearse becas y asignarse a cada una de ellas la cantidad de dinero a recibir, según el mejor criterio de la Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, Inc. Ninguna parte de las ganancias netas del fideicomiso redundaría en beneficio de persona particular alguna que no fuese para los fines educativos expuestos”.23 Sin embargo, este programa no era suficiente. Por ello, cuando en 1969 se aprobó un proyecto en la Asamblea Legislativa creando el Fondo Educacional para brindar ayuda a estudiantes de universidades privadas y públicas, Ana, la Junta de Directores y Pepe, se llenaron de esperanza. Desde siempre, el estudiante promedio que ingresaba a las universidades era de escasos recursos económicos. Estudiar representaba un gran sacrificio
La educación superior en Puerto Rico tenía ante sí el dilema del alto costo de las matrículas, que obligaban al estudiante ... a abandonar el sueño de estudiar por la falta de recursos económicos.
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económico para este y su familia. La educación superior en Puerto Rico tenía ante sí el dilema del alto costo de las matrículas, que obligaban al estudiante, principalmente a aquel que provenía de las clases más necesitadas, a abandonar el sueño de estudiar por la falta de recursos económicos. Una modesta ayuda provenía de la Ley Núm. 5 del 2 de abril de 1943, que había creado el Fondo de Becas Legislativas para proveer ayuda económica para estudios en la Universidad de Puerto Rico. La asignación de fondos para ese primer año fue de $15,000. Luego, mediante una Resolución Conjunta de la misma legislatura, lo hicieron extensivo a las universidades privadas, para lo cual se proveyó una asignación de $10,000. Al mismo tiempo, algunas entidades privadas como la Fundación Ferré, dotaban a estudiantes de ayudas mediante becas. Pero ayudas como esta eran escasas, porque la filantropía en la Isla era una práctica poco común. Hacia el decenio de los sesenta, con el alza en el costo de vida, la situación se hizo insostenible. Año tras año, estudiantes universitarios abandonaban sus estudios por falta de ayuda económica. Por ello, el 24 de junio de 1969, el gobernador Luis A. Ferré convirtió en ley otras cuatro medidas que proveyeron el dinero necesario para engrosar el Fondo Educacional del Estado Libre Asociado. Esta legislación también creó ayudas a los estudiantes de pocos recursos económicos que acudían a universidades privadas. El proyecto dispuso que a dicho Fondo se acreditaran las cantidades que proporcionase la Asamblea Legislativa y otros recursos que se hicieran con donaciones u otros medios con destino a la educación superior. Para financiar esa ayuda a las abatidas universidades privadas, en un segundo proyecto —el 448 de la Cámara— se enmendó la Ley de Impuestos sobre Artículos de Uso y Consumo para imponer un tributo de uno por ciento sobre el valor de las fichas vendidas en las salas de juego de los casinos de los hoteles de la Isla. Este producto ingresó al Fondo Educacional. En un tercer proyecto, el Proyecto de la Cámara 421, se enmendó también la Ley de Artículos de Uso y Consumo para aumentar el arbitrio sobre los premios obtenidos en el pool de los hipódromos y en otras apuestas, a la vez que los eximía del pago de la contribución sobre ingresos, para dedicar una tercera parte al Fondo Educacional. Por último, el Proyecto de la Cámara 413 fijó en 27.5 por ciento el descuento del importe que retienen los dueños de hipódromos: 27.5 por ciento para el hipódromo y el medio por ciento restante para el Fondo Educacional. De esta manera, la asignación para becas estudiantiles aumentó de $4.8 a $7.6 millones. Quedaba en el tintero otro proyecto con el cual se mejoraría el plan de becas y préstamos para los estudiantes universitarios. Consistía en que el gobierno les garantizara los préstamos bancarios a los estudiantes, quienes posteriormente debían pagarlos en plazos cómodos después de terminada su carrera. El gobierno le dio un decidido respaldo económico al Fondo General de la Universidad de Puerto Rico, concediéndole todos los recursos que estaban a
su alcance. Se propuso la suma de $3 millones adicionales para fortalecer la asignación de ley que le correspondía. Las asignaciones del Fondo General, aumentaron de $36.8 millones en 1968 a $61.8 millones en 1971. Para el próximo año el gobierno recomendó otro aumento adicional de cerca de $9 millones. Esto permitió aumentar la matrícula de 34,000 a 44,000 estudiantes. La meta fue que la Universidad de Puerto Rico proveyese instalaciones para 60,000 estudiantes en el 1976. Además, utilizando estos fondos para parear fondos federales, se pretendía llevar a cabo todo el programa de Colegios Regionales.24 Entre 1972 y1973, los recursos totales de la mencionada Ley del Fondo Educacional solo hubieran sido suficientes para atender el 26 por ciento de las necesidades de los estudiantes elegibles.25 Posteriormente, para 1973-74, teniendo en cuenta que los recursos del Fondo Educacional se estimaban en $1.5 millones y las necesidades de los estudiantes en alrededor de $8 millones, la Legislatura aprobó $3 millones para un total de $4.5 millones. Por suerte, a raíz de la mencionada Ley 64 se le ordenó a un grupo de trabajo del Consejo Superior de Enseñanza que preparara sus recomendaciones sobre el tema de la ayuda económica estudiantil. El informe presentado por el grupo fue objeto de consideración y estudio por todas las partes concernidas. El Consejo, luego de considerarlo, acordó encomendar al “College Board Scholarship Service” un estudio de todo el sistema de ayuda económica.”26 El resultado arrojó un informe del vicepresidente del “College Entrance Examination Board” en Nueva York, John I. Kirkpatrick. Sometido al Consejo Superior de Enseñanza, recomendaba cambios de gran importancia en la distribución y
José F. Méndez ante la Comisión de Instrucción y Cultura de la Cámara de Representantes. Preside el Hon. Víctor Rivera Morales. AFSUAGM
administración de la ayuda económica a estudiantes en todas las universidades del país.27 Fueron varias las recomendaciones. En primer lugar, instalar un sistema equitativo y confiable para el análisis de las necesidades económicas de los estudiantes, que pudiese ser utilizado por todas las universidades locales, y respaldar la adopción de tal sistema con un aumento sustancial de fondos para ayuda económica estudiantil.”28 El 58% de la matrícula total recibía ayuda, con un promedio de $495 por estudiante. Pero esta cantidad ya no era suficiente. También pedía que se examinase cuidadosamente por qué menos varones (46 por ciento) que hembras, constituían la matrícula total de estudiantes universitarios en la Isla, adelantando una posible causa para esta desproporción numérica: la falta de fondos en la familia y en los programas de ayuda económica. El informe proponía además un sistema integral con un comité de expertos que lo administrase. Por último, se recomendaba la sustitución del criterio del otorgamiento de becas a base del índice académico, por el de la necesidad económica del solicitante, siempre que este fuera elegible.29 El Consejo de Educación Superior de Puerto Rico (anteriormente Consejo Superior de Enseñanza) se manifestó partidario de esta última recomendación.30 Durante 1972, el Consejo distribuyó alrededor de $2,201,684 del presupuesto de su Fondo Educacional entre las universidades de la Isla, tomando como criterio principal la necesidad económica de los solicitantes. Sin embargo, pese a los buenos augurios del estudio de Kirkpatrick, la ayuda que el Estado daba a los estudiantes de las universidades privadas no guardaba proporción con el número de profesionales que egresaban de estas instituciones.31 En el año académico 1973-74, se solicitó del Gobierno de Puerto Rico, mediante la referida Ley 64 de 1969 (Ley del Fondo Educacional), la suma de $7,815,000 para ayudar a 24,100 estudiantes necesitados. Desafortunadamente, de esta suma, solo se concedieron $4,300,000. Se calculaba que 24,000 estudiantes educados por el estado a un costo de $2,500 por estudiante le supondrían al estado aproximadamente la suma de 60 millones de dólares. Una forma de hacer frente a esta situación era la ayuda a las instituciones privadas, pues, según el estudio de Kirkpatrick, el costo promedio por estudiante en las universidades privadas en 1970 era de $940 y el de la universidad pública, excluyendo la Escuela de Medicina, era de $1,630. Se dedujo claramente que si el gobierno invirtiese una cantidad más proporcionada de su presupuesto educativo en ayudar a los estudiantes de universidades privadas, lograría el objetivo de educarlos en instituciones que lo hacían casi a la mitad del costo de la del estado. La educación universitaria en Puerto Rico estaba a punto de iniciar una nueva era. Fue así, cuando en 1973 se aprobó en el Congreso de los Estados Unidos, por iniciativa legislativa del senador Claiborne Pell, un sistema de becas que cambiaría el futuro de la educación pública y privada en Puerto Rico.32 De inmediato Pepe Méndez entendió su trascendencia. Cualificaban para éstas los
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estudiantes subgraduados que demostraran extrema necesidad económica, y que estuviesen matriculados por lo menos a medio tiempo en un colegio o universidad.33 Las “Basic Education Opportunity Grant” (BEOG/ Pell), a diferencia de los préstamos, no se deben reembolsar. Por lo general, se conceden únicamente a estudiantes que todavía no poseen un título universitario o de posgrado.34 Esta beca supuso el primer eslabón en la cadena de distribución de fondos de ayuda. Muy pronto, casi todos los estudiantes que recibían asistencia económica institucional se habían acogido a las becas BEOG. Dado el caso que en Puerto Rico el nivel de ingreso familiar era más bajo que en los Estados Unidos, y que la proporción de familias bajo el nivel de pobreza era mayor, la proporción de estudiantes que cualificaban bajo el criterio de necesidad económica fue necesariamente mayor. Los efectos de este programa de becas no se hicieron esperar. Ya para el año siguiente, las becas BEOG se habían convertido en la principal fuente de apoyo económico para los estudiantes de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. La Oficina de Ayudas al Estudiante de la Fundación recibió $8.3 millones del programa federal Pell.35 Ese año (19751976), también, se obtuvieron otros $2,333,498 de
diversas ayudas económicas federales; por otra parte, el Fondo Educacional (Ley No. 64) asignó $1.1 millones y el Fondo Legislativo aportó $468,852 en otras ayudas estudiantiles. La Oficina de Ayuda al Estudiante produjo, además, $269,111 en propuestas institucionales. Durante ese mismo año, esta oficina de Ayuda al Estudiante procesó 2,223 solicitudes de ayuda económica y 4,389 de las becas Pell para un total de 6,612 solicitudes. Se atendieron 5,196 estudiantes, a quienes se les adjudicó $5,742,733 por el año. Debido a que el 80 por ciento del estudiantado recibía la beca Pell, Pepe Méndez negoció un préstamo a corto plazo para completar la cantidad que faltaba para cubrir dicha beca. Al año siguiente (1976-1977), los fondos federales de ayuda económica a estudiantes nuevamente registraron un aumento de $2,545,710, alcanzando la suma total de $12,345,645.36 EL CANAL DE TELEVISIÓN DE PEPE MÉNDEZ Al concluir los años setenta y durante la década siguiente, desde el Puerto Rico Junior College y apoyado por la Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, Pepe Méndez buscaba
Pepe Méndez presenta a la prensa el Centro de Estudios Televisados. AFSUAGM
Firma del contrato de servicios con la televisora WAPA-TV. Sentados, Norman Louveau y José F. Méndez. De pie, Juan González Lamela, Víctor Rivera Morales, Hiram H. Puig y el Dr. Nelson Fernández Blasini, 1978. AFSUAGM
formas novedosas de mejorar la efectividad académica. Se pensaba, además, en las maneras en que se sirviese con mayor intensidad a la comunidad puertorriqueña. La institución no podía cruzarse de brazos ante la creciente demanda de estudios universitarios. El 8 de diciembre de 1977, Pepe Méndez presentó a la Junta la propuesta para el establecimiento de un colegio en el Puerto Rico Junior College.37 Se trataba del uso de la televisión con propósitos educativos. La idea, aunque pareció para algunos algo descabellada, tenía precedentes en varios centros universitarios de Estados Unidos, Europa y hasta Puerto Rico mismo.38 Con el establecimiento de WKAQ– Radio el 3 de diciembre de 1922, se había abierto un nuevo capítulo en la historia, tanto de las técnicas de difusión en masa como del entretenimiento y la educación en Puerto Rico.39 Sin embargo, su futuro quedó opacado durante los mencionados años de crisis económica que caracterizaron al país luego del huracán San Felipe (1928) y la Depresión Mundial del capitalismo (1929), cuyo impacto se prolongó en Puerto Rico hasta mediados de la década siguiente. Al cierre de la década del treinta, apenas había comenzado a funcionar lucrativamente la WKAQ, cuando la Comisión Federal de Comunicaciones concedió una licencia a Juan Pizá para establecer otra estación en San Juan, la WNEL. El horizonte se presentaba un poco más halagüeño, particularmente en cuanto a la adquisición de aparatos receptores, ya que una gran cantidad de estos
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comenzaba a lanzarse al mercado con precios por debajo de los cincuenta dólares, resultando más asequibles para la incipiente clase media del país. En 1939 la Puerto Rico Reconstruction Administration (PRRA) inauguró el primer experimento de instrucción a través de la radio llamado la “Escuela del aire”.40 Luego de la Segunda Guerra Mundial más de 35 emisoras de radio iniciaron sus labores en la Isla. Coincidiendo con el despegue de la radio, se inició –en 1954– la era de la televisión comercial en Puerto Rico. El primer canal fue WKAQ, Canal 2, seguido por WAPA, Canal 4 –ambos en San Juan– y, un año más tarde, WORA, Canal 5, en Mayagüez. Con la inauguración de este último, se rebasó la frontera invisible que separaba el este del oeste de la Isla. Ya para entonces, la imagen televisiva estuvo al alcance de todo Puerto Rico. Curiosamente, todos los propietarios de los nuevos canales de televisión eran a su vez propietarios de estaciones de radio. Durante sus primeros pasos, la experiencia de la radio se dejó sentir profundamente en la televisión. Al fin se veían los rostros de los artistas que, durante años, solo eran voces incorpóreas que nos deleitaban con sus interpretaciones radiales. De inmediato, la televisión formó
Pepe Méndez muestra al secretario de Instrucción Pública, Carlos Chardón, las instalaciones del Centro de Estudios Televisados. También se encuentra Hiram Puig, rector del Puerto Rico Junior College, 1981. AFSUAGM
A nombre de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, el presidente José F. Méndez, regala un televisor a una pareja de ancianos. AFSUAGM
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parte de la vida cotidiana. Vino a ser un miembro más de la tertulia familiar en el hogar puertorriqueño. Antes de que apareciera la primera señal –la imagen de un indio– ya se habían vendido 4,059 televisores en Puerto Rico.41 En 1954 se importaron 48,187 televisores; 45,870 en 1955 y 10,000 durante los primeros tres meses de 1956.42 Para ese año, de las 119,380 familias urbanas de San Juan, 58,578 tenían televisor, lo que equivalió a un televisor por cada dos familias.43 A medida que el ingreso promedio de la familia puertorriqueña aumentaba, el televisor pasó de novedad a necesidad en los hogares puertorriqueños. Para 1980 apenas hubo un hogar que no contase con un televisor.44 En 1955, a las señales de televisión comercial que surcaron los espacios del cielo puertorriqueño se le añadió el servicio de televisión pública de los canales 6 y 3 del gobierno de Puerto Rico. Allí, entre una variada programación, el Departamento de Instrucción ofreció cursos a nivel de escuela superior. La Universidad de Puerto Rico (recintos de Río Piedras y Mayagüez), utilizó también,
aunque muy esporádicamente, las emisoras del gobierno. Otro esfuerzo muy loable fue la creación del Sistema de Estudios Universitarios Multimedia en los colegios regionales de la Universidad de Puerto Rico.45 En Estados Unidos, en donde la televisión había hecho su aparición en 1939, se habían establecido los colegios abiertos, como el que se contemplaba en la Fundación Educativa Ana G. Méndez. En 1956 se estableció el Chicago TV College. Desde sus inicios, tuvo una exitosa experiencia educativa. Se probó que un programa de un Junior College podía ser ofrecido efectivamente por televisión en circuito abierto sin sacrificar la calidad de la enseñanza. Allí se probó que en dos programas o lecciones de 45 minutos cada uno (90 minutos) se cubría el mismo material que los 150 minutos de enseñanza que semanalmente se ofrecían en un salón convencional. Se constató que los dos programas acompañados de lecturas suplementarias, ejercicios escritos, conferencias o reuniones personales con los tutores, consultas a estos por correspondencia o por teléfono, era tan eficaz como un curso regular tradicional de un maestro frente a sus estudiantes tres veces en semana. Otros ejemplos de gran éxito de colegios o universidades abiertas o a distancia fueron el de la Universidad de Nebraska y el de la Universidad Abierta de Inglaterra. Esta última nació de la necesidad de servir a una población adulta que no tenía acceso fácil a los estudios universitarios. Se inició con los cursos básicos en Arte, Humanidades, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Matemáticas, Pedagogía y Tecnología. Ya para 1975 tenía preparados 70 cursos, equivalentes a 44 créditos universitarios. Bajo este nuevo enfoque, también surgieron en Estados Unidos el Empire State College en Nueva York, el Sunrise Semester de la Universidad de Nueva York, el Minnesota Metropolitan State College, así como programas similares en la Universidad de California y el Community College de Vermont. Para 1977
Pepe Méndez preside la campaña de recaudación de fondos de la Cruz Roja Americana, 1977. AFSUAGM
Así, con esta experiencia en mente, fue como se autorizó a Pepe Méndez a iniciar actividades conducentes a un colegio abierto, adscrito al Puerto Rico Junior College como unidad administrativa.
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había 241 estaciones de televisión ofreciendo cursos con crédito, auspiciados por colegios y universidades. Así, con esta experiencia en mente, fue como el 8 de diciembre de 1977 la Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, luego de escuchar la propuesta para el desarrollo de un colegio abierto en el Puerto Rico Junior College preparado por Frank Bouwsma del Miami Dade Junior College, se autorizó a Pepe Méndez a iniciar actividades conducentes a un colegio abierto, adscrito al Puerto Rico Junior College como unidad administrativa. La Junta expresó su interés de hacer accesible la educación post secundaria a sectores de la población que hasta la fecha se habían visto privados de ella. De esa forma, la educación de nivel universitario tocaría a las puertas de los hogares puertorriqueños y permitiría que desde allí se pudiesen cursar estudios universitarios a través de métodos no tradicionales. Se pretendía llevar a cabo una enseñanza universitaria con miras a ofrecer los cursos requeridos para otorgar diplomas, certificados y grados asociados. Entre 1977 y 1978, se aprobó un presupuesto máximo de $200,000. A paso seguido Pepe Méndez expresó que, como complemento a la propuesta adoptada, se deberían iniciar conversaciones para la compra de una estación de televisión. Por el momento debían comprar tiempo en una emisora comercial. El proyecto abrió una brecha más en las actividades docentes de la educación superior en Puerto Rico. Se confiaba que se desarrollase de acuerdo con las mejores expectativas y en beneficio de toda la comunidad puertorriqueña. En un breve lapso de ocho meses el proyecto se convirtió en realidad, al estrenarse el Centro de Estudios Televisados. A este centro le correspondía atender la población que por diversas razones no podía asistir a las aulas de las tres instituciones de la Fundación. Se desató entonces un torbellino de entusiasmo: una intensa campaña de promoción y publicidad, la contratación de consultores y el reclutamiento de personal de las distintas facultades, que trabajó afanosamente en el diseño, preparación y redacción de libretos, películas y guías de estudio. Se filmaron dos programas que se usaron en los cursos de inglés que se transmitirían diariamente, empezando a las 7:30 de la mañana. Los programas que cubrían cursos básicos de Español, Humanidades, Ciencias Sociales y Matemáticas se empezaron a transmitir en septiembre de 1978. Tenían crédito universitario. De esta manera, el Centro de Estudios Televisados de la Fundación Educativa Ana G. Méndez inició informalmente sus operaciones el 5 de septiembre de 1978. Sin prisa pero sin pausa, se comenzó a llevar la educación universitaria directamente a los hogares puertorriqueños.46 A la vez, amplió sus servicios, atendiendo a un sector estudiantil de adultos que por una u otra razón no podía cursar estudios universitarios en programas tradicionales. Por lo revolucionario del asunto, se procedió con cautela y con pasos precisos, pero con una firme voluntad de futuro.
Reunión de la Junta de Directores: de izquierda a derecha, de pie, Carlos Toro, Héctor Jiménez Juarbe, Dennis Trigo Margarida, Antonio Amadeo Murga y Luis González Monclova. Sentados, en ese mismo orden: Armando Figueroa Toro, José F. Méndez, Guillermo lrizarry Rubio, Ana G. Méndez, Juan Manuel García Passalacqua y María Rodríguez Quetglas, 1979. AFSUAGM
Los programas fueron transmitidos por WAPATV, canal de televisión privado. Mejoraron en admirable curva ascendente tanto en presentación como en contenido.47 Sus realizadores daban la impresión de ser artistas consumados.48 Según el periódico El Mundo, en ese momento, el principal forjador de opinión pública en la Isla, con este proyecto “se había probado que la enseñanza es más económica y que se puede llegar a un mayor número de estudiantes en sus hogares, incluyendo a las amas de casa, a los físicamente impedidos, a los confinados y a otras personas que no pueden asistir regularmente a un centro educativo”.49 Sin embargo, a pesar de los buenos augurios de sus inicios, la situación del Centro de Estudios Televisados fue cada vez más difícil, el tiempo en
televisión más limitado y, los costos cada vez más altos. Al poco tiempo, no pudo continuar transmitiendo sus programas por la televisión comercial. Pero contra viento y marea, Pepe Méndez, sin importarle su rentabilidad, continuó adelante con este proyecto educativo. Al terminar el primer lustro de la administración universitaria de Pepe Méndez, los colegios afiliados a la Fundación Educativa Ana G. Méndez registraron una matrícula combinada de 12,279 estudiantes, lo cual la colocó como la segunda institución privada de nivel universitario en Puerto Rico. Dicha cifra se distribuía en dos: 7,163 alumnos en el Puerto Rico Junior College y 5,116 en el Colegio Universitario del Turabo.
José F. Méndez se confrontó con un país que sufría una difícil situación económica y con una institución que enfrentaba grandes retos. AFSUAGM
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CAPÍTULO IV
PEPE CRUZA EL NIÁGARA EN BICICLETA: 1980-1989
ANTE LAS CIRCUNSTANCIAS CRÍTICAS, MEJOR UN ADMINISTRADOR QUE UN INTELECTUAL
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esde principios de los ochenta, Pepe se confrontó con un país que sufría una difícil situación económica y con una institución que enfrentaba grandes retos. Los problemas económicos venían gestándose desde la década anterior; los institucionales eran el resultado de innumerables escollos que la Fundación Educativa Ana G. Méndez iba encontrando en su camino. Para entonces, y debido a los efectos de una nueva recesión en los Estados Unidos, la economía puertorriqueña inició un nuevo ciclo descendente. Una segunda crisis del petróleo se desató a partir de 1979 debido a los efectos conjugados de la revolución iraní y de la Guerra Irán-Irak. El precio del petróleo se multiplicó por 2.7% desde mediados de 1978 hasta 1981. Fueron meses de altas tasas de inflación y financiamiento: también de un enorme desempleo; sin olvidar medio año de intensas lluvias que culminaron en dos huracanes: David, el 29 de agosto de 1979, de menor intensidad, seguido, apenas unos días más tarde, por Federico. Al año siguiente, y como si fuese cierto el viejo adagio que dice que “todos los males vienen juntos”, la tasa de interés preferencial subió al 21 por ciento, al tiempo que la tasa de inflación excedió el 10 por ciento. Debido a los altos intereses, el Gobierno de Puerto Rico no pudo refinanciar su deuda. Las cifras del desempleo llegaron al 21.6 por ciento y se dilató el inicio de proyectos públicos que representaban el 71 por ciento de la construcción total de la Isla. Por otro lado, en 1981 los programas económicos conducentes al ahorro y al límite de gastos del gobierno federal, impulsados por el recién electo presidente republicano Ronald Reagan (los llamados Reaganomics), redujeron las transferencias y aportaciones federales que recibía Puerto Rico.1 El efecto más fuerte de las reformas se manifestaría en los programas de asistencia nutricional (compuestos por el de Sellos para Alimentos y otros menores, como 89
...los programas económicos conducentes al ahorro y al límite de gastos del gobierno federal, impulsados por el recién electo presidente republicano Ronald Reagan, redujeron las transferencias y aportaciones federales...
Durante la presidencia de Ronald Reagan se redujeron las transferencias y aportaciones federales que recibía Puerto Rico. USFG
el de comedores escolares y el de envejecientes), en los de empleos CETA (Comprehensive Employment Training Act), así como también en la educación elemental y secundaria, la agricultura, la industria, el comercio, la vivienda y el desarrollo urbano, los préstamos a pequeños negocios y a estudiantes, y la agencia de acueductos y alcantarillados, y tantos otros. La situación era de tal magnitud que hubo quien señalara que Puerto Rico estaba “al borde de una guerra civil”.2 En cuanto a la educación universitaria, el Reaganomics fue también un ataque dirigido contra las Becas Pell. Se proponía la contracción de préstamos, la introducción de un límite de $4,000 a la ayuda total que un estudiante podía recibir de fuentes federales y la eliminación de la ayuda a estudiantes que provinieran de familias con ingresos mayores de $32,000 al año.3 A principios de 1982, y en medio de la mencionada recesión económica, el Congreso inició una investigación simultánea –de Cámara y Senado– sobre las finanzas del país. Entre numerosos asuntos, se estudiaron los relacionados con la sección 936 del Código de Rentas Internas Federal, piedra angular del modelo económico de la Isla dependientes de exenciones contributivas.
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Se argumentó, con relación a esta sección, que la pérdida de ingresos para el tesoro federal era tan alta que hubiese sido preferible que se les pagase directamente a los asalariados de la Isla. Después de un mes de intentos infructuosos por negociar con el senador Robert Dole, el Comité de Finanzas del Senado sometió a fines de junio varias enmiendas legislativas a la sección 936, entre las que sobresalió la reducción en el porciento tributable del cual una compañía podía estar exenta. Luego de intensas negociaciones entre miembros de las comisiones de Medios y Arbitrios de la Cámara y de Finanzas del Senado y la Compañía de Fomento Industrial, se llegó a un acuerdo. El Comité de Medios y Arbitrios se comprometió a estudiar la situación para asegurarse de que los trabajadores de Puerto Rico fueran atendidos.4 A fines de 1982 se decretó el Tax Equity and Fiscal Responsibility Act, por el que se aumentó de 50 a 65 por ciento el ingreso “que debía originarse en negocios dentro de Puerto Rico, proviniendo el restante 35 por ciento del ingreso de la reinversión de los fondos”.5 Además, se sentaron las bases para cerrar los vacíos y corregir los abusos de la sección 936, y se estipuló esperar los resultados de las enmiendas antes de revisar la ley. Para 1985 se había pautado una nueva visita a la Sección 936, anunciada por el senador Robert Dole
en 1982. La crítica de Washington al “mantengo corporativo” y a los abusos de las compañías amparadas por dicha ley no cesaban; por el contrario, aumentaban. Por el momento, la expansión industrial estaba casi detenida, al igual que las nuevas inversiones. La indecisión había afectado a la promoción industrial, ya que cualquier inversión requería un análisis económico, y si no se sabía a cuánto iba a reducirse el crédito contributivo que otorgaba la Sección, el proceso se detenía. Una propuesta del gobernador Rafael Hernández Colón sobre la caribeñización de los fondos 936 (a través del modelo de creación de plantas gemelas en otras jurisdicciones), fue respaldada en el Comité de Finanzas del Senado. La 936 recibió unos años más de vida, aunque se introdujeron cambios en la forma de contabilizar el método de costo compartido de los intangibles, y se redujo el ingreso pasivo de un 35 por ciento a un máximo de 25 por ciento.6 La retención de dicha sección les concedía, una vez más, a las empresas subsidiarias estadounidenses un crédito contributivo de un 100 por ciento por sus actividades manufactureras o sobre sus inversiones cualificadas en la Isla. Por lo tanto, no era extraño que la cantidad de fondos comerciales clasificados como de la sección 936 y depositados en bancos comerciales de Puerto Rico, hubiese au-
Bajo la Sección 936 del Código de Rentas Internas Federal, piedra angular del modelo económico de la Isla, se establecieron varias farmacéuticas. MP
El Departamento de Educación Federal introduce controles más estrictos en la administración de ayuda financiera a los estudiantes. En la foto, el Congreso de los Estados Unidos. UW-Madison
mentado de $4 mil millones en 1982 a $7 mil millones en 1985. Para 1989, y a pesar de la constante repatriación de fondos, la banca comercial contaba con depósitos provenientes de la sección 936 que ascendían a $6,600 millones. Por último, las reformas propuestas por los Reaganomics para reducir la ayuda financiera a estudiantes universitarios fueron rechazadas por el Congreso dominado por el Partido Demócrata. Sin embargo, cabía esperar que el imperativo de reducir el déficit federal obligase al Departamento de Educación Federal a continuar su batalla por introducir controles más estrictos en la administración de ayuda financiera a dichos estudiantes.7 PEPE SE CONFRONTA CON UNA SITUACIÓN MUY CAMBIANTE EN EL ÁMBITO ECONÓMICO Y UNIVERSITARIO DEL PAÍS En estos años de recesión económica, el rol del presidente Méndez, de la alta gerencia y de la Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, fue cada vez más trascendental. Se estudiaba y discutía, con gran celo, el presupuesto, los análisis de ingresos y gastos, las fluctuaciones en la tasa de intereses o en el precio del barril de petróleo, el mercado de bonos, y por supuesto el programa federal de becas, entre otros temas. Debido a lo delicado de estos asuntos, Pepe fue riguroso y prudente. Afortunadamente, los quehaceres de corte financiero no eran extraños ni para el presidente de la Institución ni para los miembros de la Junta de Directores. Pepe debía estar atento
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a todo el acontecer económico de la Isla para así sentar las pautas para el curso a corto y a largo plazo de la institución. De igual manera debía ser conocedor tanto de la nueva legislación insular, así como también de las oportunidades de programas de estudios e investigación en los Estados Unidos. En 1983, bajo el Proyecto del Senado Núm. 100, se enmendó la Ley para la creación de la Autoridad para el Financiamiento de Facilidades Industriales, Comerciales y de Control de Contaminación Ambiental (AFICA).8 Bajo dicha Ley, aprobada originalmente en 1977, la Autoridad, apéndice del Banco Gubernamental de Fomento, quedó facultada por ley para emitir bonos para el desarrollo industrial, con el propósito de facilitar financiamiento a industriales locales o del exterior que estuvieran establecidos o desearan establecerse en la Isla.9 AFICA tendría la capacidad para la colocación, mediante oferta pública, de bonos exentos de contribución sobre ingresos de corporaciones privadas. Al poco tiempo, AFICA facilitó las emisiones de bonos por cantidades millonarias para empresas privadas, y modificó la política fiscal del Gobierno en cuanto al financiamiento del desarrollo económico de la Isla, para incluir también el financiamiento de instituciones de educación superior. Puesto que Pepe Méndez había abogado por las enmiendas y las conocía como a sus manos, a paso seguido y con la anuencia de la Junta de Directores, se comunicó con el Banco Gubernamental de Fomento (autoridad gubernamental para solicitar el financiamiento de proyectos bajo la Ley de AFICA), con el propósito de radicar una solicitud para financiar los proyectos de construcción del Puerto Rico Junior College y el Colegio Universitario Metropolitano. Se preparó un inventario
Una propuesta del gobernador Rafael Hernández Colón sobre la caribeñización de los fondos 936, fue respaldada en el Comité de Finanzas del Senado.
La estrategia del gobernador Hernández Colón fue compartir los beneficios de la 936 con los países del Caribe a través del “Caribbean Basin Economy Recovey Act”. Un amigo de la Fundación Educativa Ana G. Méndez -Antonio J. Colorado- fue encargado de presidir dicha iniciativa. BGF.
La nueva Ley que creó la Autoridad para el Financiamiento de Facilidades Industriales, Comerciales y de Control de Contaminación Ambiental (AFICA) permitió el financiamiento de nuevas instalaciones. AFSUAGM
de las necesidades del Puerto Rico Junior College, que incluyó un nuevo campus, y de las mejoras requeridas en el Colegio Universitario Metropolitano. El costo del desarrollo físico total de ambas instituciones ascendió a $15,175,000 en estructuras, equipo y otros gastos. En noviembre de 1985 la propuesta fue aprobada y se emitieron $13 millones en bonos a favor de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. La compra del terreno (un predio de ocho cuerdas en la conjunción de la Avenida Jesús T. Piñero y la calle César González, en Hato Rey) ascendió a $4.5 millones, para un gran total de $19,675,000 para la ampliación de las dos instituciones.10 Así, con el financiamiento de AFICA, decisión difícil, compleja y arriesgada, Pepe y la Junta de Directores aseguraron años de expansión acelerada de sus estructuras permanentes, que les permitirían atender adecuadamente su matrícula ascendente. A lo largo de los próximos años la planta física de las tres instituciones, con sus respectivos centros, no dejó de crecer. IR A DONDE ESTUVIESE EL ESTUDIANTE Mientras tanto, el número de estudiantes en las universidades de la Fundación aumentó de 13,025 en 1980 a 17,081 en 1984, un crecimiento de 1,840 estudiantes en relación al año anterior. Por la gran demanda, la matrícula oficial siempre superó por mucho a la proyectada. Sin embargo, para agosto de 1984, se experimentó un primer ciclo de decrecimiento cuando la Fundación sufrió una merma de unos 575 estudiantes (intramurales) o un –3.6%. Esta disminución fue reflejo de una caída ya más general que afectó a la matrícula total del mercado a nivel Isla, que decreció cerca de un 3% (esta merma fue principalmente en el sector privado). Un segundo ciclo de descenso en la matrícula total de la Fundación Educativa Ana G. Méndez ocurrió tres años más tarde (en agosto de 1987), con una pérdida neta de 724 estudiantes (–4.9%). El período de referencia (1986-1989) presentó un mercado total (en toda la Isla) prácticamente en estancamiento. El mercado universitario disminuyó en –2,473 estudiantes, o lo que equivale a una tasa promedio de –0.25% anual. En términos generales, todos los sistemas presentaron este mismo comportamiento de decrecimiento. Tanto la Universidad de Puerto Rico como la Fundación Educativa Ana G. Méndez
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mostraron tasas de decrecimiento a la par con las del mercado total de Puerto Rico. Aunque en 1988 se logró un aumento sustancial de más de 700 estudiantes (4.7%) gracias a los nuevos y novedosos esfuerzos de reclutamiento de estudiantes, para agosto de 1989 la matrícula total de la Fundación Educativa Ana G. Méndez volvió a mermar en un –3.3% (unos 500 estudiantes). Un análisis más detallado de este descenso desglosado por institución, demostraba que había obedecido principalmente a una tendencia de disminución constante en la matrícula del Puerto Rico Junior College. Ante las adversas circunstancias económicas, sociales y políticas del país, a las que se les sumó el decrecimiento de la matrícula de los estudiantes de la Fundación, Pepe reafirmó el compromiso institucional de ampliar oportunidades educativas para el estudiante económicamente desventajado,
abriéndole las puertas a la academia, y reconociendo sus limitaciones para ayudarlo a superarlas. Aspiró a ofrecer una educación abarcadora que ayudase al estudiante a ser autosuficiente y al mismo tiempo, a servir bien a su familia y a su sociedad. Las universidades afiliadas a la Fundación añadieron nuevas dimensiones a su misión, tales como continuar desarrollando experiencias educativas de calidad y proyectarse eficientemente hacia la comunidad. Uno de los programas más exitosos de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, que ayudó a compensar el estancamiento de la tasa de crecimiento de su matrícula, se inició en agosto de 1981, bajo el Decanato de Extensión y Educación Continua del Puerto Rico Junior College.11 Se conoció como Programa de Servicios Educativos Especiales (PROSEE). La misión de dicho programa había sido la de atender las necesidades educacionales
En 1988 se logró un aumento sustancial de más de 700 estudiantes (4.7%) gracias a los nuevos y novedosos esfuerzos de reclutamiento. AFSUAGM
Se establecieron numerosos centros de estudios a lo largo y ancho de la Isla. De esta manera, en vez de esperar que los estudiantes fuesen a las universidades, éstas se mantenían aledañas a su comunidad.
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de un sector de la población que carecía de las oportunidades educativas o que no deseaba ingresar a instituciones educativas tradicionales. A estos fines, se quiso ayudar a los estudiantes a desarrollarse integralmente, adquiriendo destrezas técnico-ocupacionales y una visión amplia de la sociedad y sus valores culturales. Para ello se trasladaban los recursos de enseñanza y aprendizaje a aquellos lugares del país que, por diversas razones sociales, económicas y geográficas, no gozaban de las ventajas de tener una institución educativa a nivel universitario que les permitiera la realización de sus correspondientes intereses profesionales. Se establecieron numerosos centros de estudios a lo largo y ancho de la Isla. De esta manera, en vez de esperar que los estudiantes fuesen a las universidades, estas se mantenían aledañas a su comunidad. El programa fue dirigido a llenar las necesidades de una población estudiantil que de otra forma habría carecido de oportunidades de acceder a estudios universitarios. El concepto, ampliamente difundido en Estados Unidos y en otras universidades del mundo, era una oportunidad para hacer realidad la aspiración y el derecho de los ciudadanos a recibir una educación que los capacitara para competir en el campo del trabajo, con la misma calidad y contenido académico que la que se suele ofrecer en los campus universitarios. Profesores cualificados dictaban los cursos y personal administrativo de apoyo coordinaba todos los otros servicios académicos y estudiantiles que se brindaban a los alumnos. Pese a los altibajos que este programa habría de sufrir durante los próximos años, su futuro estaba asegurado, porque el presidente Méndez entendía que “en él estaba el área de mayor oportunidad para el desarrollo” de la Fundación Educativa Ana G, Méndez. Durante el año académico 1982-83, la Middle States Association of Colleges and Secondary Schools acreditó este programa dondequiera que se ofreciese, añadiendo el siguiente comentario: “tienen ustedes una de las metas más nobles que puede tener una institución educativa. Están ustedes llevando la educación a la población marginada del país. ¡Están ustedes haciendo patria!”12 El novedoso experimento educativo recibió el premio Program of Excellence, de la National University Continuing Education Association de los Estados Unidos.13 Bajo su organización y, con el apoyo incondicional de los diferentes decanatos y rectorías, el programa PROSEE en las instituciones aumentó su matrícula constantemente. PROSEE también ofreció sus servicios en la Administración de Fomento Económico donde los empleados se capacitaban en los campos de la Administración de Empresas y la Administración de Derecho al Trabajo, en los que los estudiantes tomaban su año básico para continuar después en otras áreas. También se ofrecieron en los residenciales públicos del Departamento de la Vivienda. El programa PROSEE del Puerto Rico Junior College se extendió a 19 pueblos y se ofrecían 14 programas académicos con una matrícula de 1,554 estudiantes; es decir, 33 por ciento de su estudiantado.
En 1987, el Consejo de Educación Superior tuvo conocimiento de que las cuatro instituciones adscritas a la Fundación estaban ofreciendo varios programas académicos para los cuales, alegadamente, no tenían autorización. Se trataba de ofrecimientos comenzados después de la renovación de la licencia de la institución, y también de aquellos que habían continuado en vigor sin la correspondiente evaluación y autorización. El Consejo sostuvo que las licencias tenían que otorgarse a cada localidad en donde hubiese un programa PROSEE, o sea, en 60 localidades alrededor de la Isla. Bajo las disposiciones de la Ley 31 de 1976 y la reglamentación que la complementaba, el Consejo requería que todo cambio sustancial, nuevos programas y especialidades incluidas, solicitaran su autorización y no entraran en funcionamiento hasta tenerla. La controversia fue sometida a los tribunales del país, a instancia de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, en el caso 81-4079 del Tribunal Superior de San Juan. Allí se tomó la iniciativa de solicitar, por Recurso de Sentencia Declaratoria, que el Tribunal interpretara si, de acuerdo con dicha ley y los reglamentos vigentes, se exigía una aprobación previa de parte del Consejo de Educación Superior de los nuevos programas que deseara instaurar la Fundación Educativa Ana G. Méndez en sus diferentes instituciones educativas. Se procedió de esta manera, porque la Junta creyó que existía una controversia de buena fe entre el Consejo y esta Fundación, en cuanto a la facultad del Consejo de Educación Superior en esa área. El caso se presentó al Tribunal, ya que, luego de agotado un cordial diálogo entre las partes, no hubo una armonía de puntos de vista en cuanto a la existencia o ausencia de tal facultad. La posición de Méndez y de la Junta de Directores de la Fundación postulaba que el Gobierno no tenía la facultad constitucional de aprobar los cursos y concentraciones que iban a impartirse en sus instituciones, ya que ello constituiría censura previa y atentaba contra la libertad de cátedra y la autonomía académica de toda universidad. En esencia, esa fue la controversia planteada por la Fundación ante los tribunales estatales. Por otro lado, la obligación con la institución y con las necesidades de los estudiantes, exigía establecer programas, cursos y concentraciones que, a su juicio, no constituían cambios sustanciales en el ámbito de la licencia general para operar, expedida a las instituciones de la Fundación Educativa Ana G. Méndez por el Consejo de Educación Superior. Pepe Méndez y la Junta de Directores seguían en espera de una decisión del Tribunal Supremo de Puerto Rico para que aclarara los derechos de las partes en este conflicto. Algunas cartas del Consejo a la Junta de Directores preocuparon a sus miembros, por ser contrarias al espíritu que les había animado, de buena fe, a someter la controversia a los tribunales. Y como si fuese cierto que todos los males vienen juntos, el Secretario de Educación Federal le impuso una multa por $27 millones debido a la tardanza en conseguir las licencias de los centros PROSEE. La astronómica cifra hizo
La Junta entendió que las acciones del Consejo de Educación Superior constituían un peligro inminente, no solamente a la libertad académica, sino a la estabilidad económica de la Fundación Educativa Ana G. Méndez.
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retumbar las paredes de la Fundación. Pepe tronó contra ella e hizo todo lo posible por su eliminación. La Junta entendió que las acciones del Consejo de Educación Superior constituían un peligro inminente, no solamente a la libertad académica, sino a la estabilidad económica de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Considerando el hecho de que los Tribunales locales no habían sentado doctrinas respecto a la libertad académica y en vista de que fueron los tribunales federales los foros más receptivos a ampliar este derecho fundamental bajo la Constitución federal, se recomendó que se acudiese al Tribunal Federal solicitando la protección bajo la ley de derechos civiles. A tales efectos, se radicó un Injunction que debía contestarse no más tarde del 20 de julio de 1987. El Injunction decía que había razones sustanciales para cuestionar la autoridad del Consejo de Educación Superior de tratar de controlar la creación por parte de los componentes de la Fundación de nuevas concentraciones y especialidades dentro de grados ya aprobados.10 También argumentaba que esa reglamentación excedía el poder de reglamentación del Estado sobre la educación privada, y que violaba la Enmienda Decimocuarta. Consideraba asimismo, que era también una violación a la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, ya que violaba el principio de libertad académica que está contenido en dicha Enmienda y destruía la autonomía de las instituciones privadas para hacer innovaciones y experimentaciones dentro de sus programas y currículos. También violaba la Primera Enmienda, ya que constituía una censura previa al derecho de la libre expresión. Sin embargo, la sangre nunca llegó al río, pues la institución, en septiembre de 1991, llegó a un acuerdo con la oficina de Licencia y Acreditación del Consejo de Educación Superior. El recién nombrado rector del Puerto Rico Junior College, Alberto Maldonado había usado los buenos oficios de su profesión de abogado para conseguir del Consejo un acuerdo razonable: bueno para ambas partes. En los centros PROSEE debían corregirse las deficiencias, establecerse un plan de mejoras, reducirse el número de Centros y otorgársele una acreditación retroactiva a cada unidad. En el futuro cada Centro recibiría su licencia y certificación de elegibilidad en armonía con sus requisitos de excelencia y los del Consejo de Educación Superior. Por otra parte, la multa del Departamento de Educación Federal se redujo a $1.7 millones. Pero Pepe no quedó satisfecho, e insistiendo en cuestiones de principio, la Fundación demandó al Departamento de Educación Federal en la Corte Federal de Distrito en San Juan, Puerto Rico. En septiembre de 1997, el juez Daniel Domínguez revocó la decisión del Secretario de Educación sobre las consecuencias de la tardanza en licenciar los centros PROSEE, o sea, la obligación de repagar los $1.7 millones. Al hacerlo, Domínguez clasificó la decisión de Riley como arbitraria, caprichosa y un abuso de discreción. Pero también volvió a enviar el caso al tribunal administrativo del Departamento de Educación
Federal. Por el momento, aunque Pepe había ganado esa batalla, se generó una gran animosidad entre su persona y el Consejo de Educación Superior. . SIGUIÉNDOLE EL RASTRO A LA INFORMÁTICA Aparte de la expansión de sus centros universitarios, Pepe le dio otro impulso a la informática. Quiso que entrase con fuerza donde todavía estuviese ausente e impactase en el salón de clase en las instituciones de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Como ya vimos, a fines de la década anterior Pepe muy modestamente había iniciado la transformación tecnológica de la fase administrativa de las instituciones de la Fundación. A paso seguido, se continuó mejorando la capacidad tecnológica. En 1980 Pepe inauguró el Centro de Sistemas de Información. Allí se le vio machacando el teclado y enfrentándose a la pantalla de un monitor. Cinco años más tarde (1985), se adquirió una computadora VAX 8600, dedicada al procesamiento de
En 1980 Pepe mejoró la capacidad tecnológica al inaugurar el Centro de Sistemas de Información. AFSUAGM
las operaciones académicas. Se trataba del primer ordenador de su clase en el Caribe. Además, era uno de los equipos más rápidos de la nueva serie, fabricados por la compañía Digital Equipment Corporation. La alta tecnología del procesador le permitía atender simultáneamente cuatro instrucciones, en vez de una. El Centro de Sistemas de Información continuó a la vanguardia de la tecnología más moderna de su tiempo, a la vez que coordinaba la implantación del nuevo sistema de clusters, la estrategia de agrupar varios procedimientos que distribuían equitativamente el manejo entre ellos. Estaban diseñados para transmitir con mayor rapidez la información.14 Para entonces, aunque se daba por sentado que un ordenador no podía sustituir a la persona del maestro, no había dudas de que aquél tenía el potencial de contribuir de forma positiva y significativa al mejoramiento de la enseñanza. Con él, se mejoraba la calidad del trabajo, se aceleraba y se hacía más fácil. Con él también se resolvían problemas y se tenía acceso a páginas de información.15 La tecno-
El cuarto de computadoras. AFSUAGM
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logía de las computadoras se hacía cada día más accesible y su costo más bajo. Se percibía un incremento acelerado en la producción de materiales computadorizados preparados por las casas editoras de textos y otras empresas comerciales.16 Para que la facultad y el estudiantado entraran de lleno en la era de la informática y dominaran el manejo de la computadora en la educación, la Fundación Educativa Ana G. Méndez celebró, a lo largo de la década de los ochenta, el foro “Compu Campus”. Destacados educadores del extranjero, junto a otros competentes puertorriqueños, ofrecieron una veintena de seminarios en el campo de la mayor actualidad de la informática. Se promovió, no solo el uso de las computadoras en las ciencias y las matemáticas, sino también en las humanidades y en las ciencias sociales. La gran ironía de todos aquellos esfuerzos a favor de las computadoras era que Pepe, de la vieja guardia, no usaba los instrumentos tecnológicos digitales del mundo moderno. En otras palabras, continuaba con los antiguos instrumentos de trabajo: el lápiz, el papel y su inseparable calculadora Olivetti de escritorio, con su rollito de papel, para mostrar evidencia impresa de sus cálculos, o como dice el refrán: “en casa del herrero, cuchillo de palo”.
CONSORCIOS Y ALIANZAS EDUCATIVAS; SU PRIMER ÉXITO INTERNACIONAL Pepe Méndez tuvo mucha visión e iniciativa de cara al futuro cuando, a nombre de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, se unió a consorcios y alianzas educativas que resultaron en extraordinarios beneficios para las instituciones de la Fundación. La historia de estos consorcios contaba ya con una larga tradición en las universidades de los Estados Unidos. Se trataba de una relación académica mutuamente beneficiosa. Uno de los primeros pasos en esta dirección fue la inauguración, en 1983, de un programa de estudios doctorales en Educación para la facultad de las instituciones afiliadas a la Fundación. En este consorcio, pactado con la Escuela de Educación de la Universidad de Fordham en la ciudad de Nueva York, veinte profesores terminaron los cursos requeridos para un doctorado en el desarrollo del currículo y la enseñanza. Meses más tarde, el Laboratorio Lawrence Berkeley Laboratory, Jackson State University y la Fundación Educativa Ana G. Méndez, firmaron un Memorando de Entendimiento, creando un consorcio de ciencias.17 Su propósito era el mejoramiento de las áreas de las ciencias naturales y de las ciencias
de cómputos, tanto en su carácter docente como en el de la investigación. El consorcio se había iniciado en septiembre de 1981 como un esfuerzo sostenido para incrementar la participación y la productividad de científicos, ingenieros e investigadores competentes en instituciones minoritarias en el campo de la investigación de fuentes de energía. Como uno de los pasos hacia el logro de este objetivo, el Lawrence Berkeley Laboratory de la Universidad de California, donde se estudiaban “ desde los átomos hasta las estrellas”, coordinó sus esfuerzos con los de la Jackson State University en Mississippi, institución de larga tradición que desde el último tercio del siglo XIX había sido afronorteamericana, con el propósito de desarrollar e implantar un programa de colaboración educativa y científica. Esa experiencia sentó las bases para el Memorando de Entendimiento entre ambas instituciones, que culminó en la formalización de un programa científico vigoroso y productivo. Un año después, los primeros frutos de esta colaboración fueron conocidos por Pepe Méndez, quien para entonces hacía gestiones en el Departamento de Educación en Washington, D. C. para mejorar los ofrecimientos en ciencias y tecnología en las instituciones afiliadas a la Fundación Educativa
Representantes del Laboratorio Lawrence Berkeley, la Universidad Jackson State y la Fundación Educativa Ana G. Méndez, firmaron un Memorando de Entendimiento, creando el Consorcio de Ciencias. AFSUAGM
El acuerdo estipulaba que Lawrence Berkeley Laboratory y Jackson State University le ofrecerían al personal docente y al estudiantado de las universidades que forman parte de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, la oportunidad de tomar cursos con el propósito de obtener la maestría en ciencias naturales y en computación electrónica. AFSUAGM
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Ana G. Méndez. Allí, a través de las conexiones políticas en el Partido Demócrata de Juan Manuel García Passalacqua, conoció a la puertorriqueña Miriam Cruz, otrora asistente en asuntos hispanos del legendario alcalde de Chicago Richard J. Daley (1973-1979), así como Deputy Assistant for Hispanic Affairs en Casa Blanca durante la presidencia de Jimmy Carter (1977-1980).18 Oriunda del municipio de Naguabo, de profundas raíces cristianas y dínamo de energía a favor de la educación de los más necesitados en Estados Unidos, Miriam Cruz, al conocer el interés de Pepe Méndez en remediar las necesidades educativas de su país, con sus múltiples contactos, logró que el Congreso de Estados Unidos –gracias a los senadores de Mississippi– designara una cantidad de dinero sustancial al Departamento de Energía para financiar la ampliación del Consorcio, que incluiría una institución educativa hispana de importancia: la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Se trataba de un proyecto para hacerle frente a las exigencias técnicas y científicas del país, y cumplir al mismo tiempo con la importante política nacio-
nal de la participación plena de todos los ciudadanos. Porque ya era evidente que la falta de participación de los grupos minoritarios era un problema serio que requería atención.19 Con ello en mente, el 19 de septiembre de 1983 firmaron un nuevo acuerdo John A. Peoples, Jr., presidente de Jackson State University; David A. Shirley, director del Lawrence Berkeley Laboratory de la Universidad de California; y José F. Méndez, por la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Sin duda, aquel día marcó un hito en la vida profesional de Pepe, pues el acuerdo era su primer gran éxito más allá de los confines de las instituciones que componían su fundación educativa. En el acuerdo se dijo: “Es evidente que la Fundación Educativa Ana G. Méndez y sus instituciones afiliadas, la Universidad Metropolitana, la Universidad del Turabo y el Puerto Rico Junior College, ofrecen recursos de gran valor para proporcionar el marco institucional necesario para remediar la baja representación de personas de ascendencia hispana en los campos de la ciencia y la ingeniería”.20 En virtud del acuerdo, se desarrollarían las actividades y proyectos de la Fundación vinculando a los miembros
del consorcio. El acuerdo estipulaba que Lawrence Berkeley Laboratory y Jackson State University le ofrecerían al personal docente y al estudiantado de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, la oportunidad de tomar cursos con el propósito de obtener la maestría en ciencias naturales y en computación electrónica, con lo cual se capacitarían para matricularse en programas doctorales en instituciones idóneas de los Estados Unidos. Por otra parte, las dos instituciones norteamericanas ayudarían a la Fundación a identificar y desarrollar fuentes de financiamiento para sus instituciones (el programa se dirigiría al sector público y privado). También colaborarían con la Fundación en el desarrollo de un programa de investigación en las ciencias marinas, ambientales y biomédicas para estudiantes subgraduados. El personal docente y administrativo de Jackson State University y Lawrence Berkeley Laboratory participaría junto con el personal docente de la Fundación en las tareas de planificación, para integrar estas actividades al programa académico. A paso seguido, la Fundación Educativa Ana G. Méndez procedió a seleccionar a los estudiantes que habrían de participar en un programa coope-
El consorcio le dio impulso al desarrollo profesional de la facultad y el estudiantado mediante seminarios, talleres y conferencias. AFSUAGM
rativo en el Lawrence Berkeley Laboratory. El consorcio le dio impulso a su desarrollo profesional mediante seminarios, talleres y conferencias. Además, la Oficina de Personal tramitó 17 licencias para estudios. Gracias a estas asistencias económicas, cinco profesores obtuvieron el grado de doctor en sus áreas de especialidad en las universidades participantes en los Estados Unidos. Mediante el consorcio, 12 profesores estudiaron el grado de maestría en Ciencias de Cómputos y tres el grado de maestría en Ciencias Naturales. Al iniciarse el consorcio el mencionado septiembre de 1983, 33 profesores de las tres instituciones participaron en seminarios de enriquecimiento profesional en las áreas de Biología y Computación. Nueve profesores asistieron a programas de internado de verano en los laboratorios de Berkeley y participaron en proyectos con investigadores de renombre nacional e internacional. Se contaba con un vigoroso y ambicioso plan de desarrollo profesional del profesorado de las tres instituciones. Muy pronto se establecieron lazos profesionales de larga duración entre el personal de la Fundación Educativa Ana G. Méndez y el personal de Lawrence Berkeley Laboratory, que contribuyeron a desarrollos científicos de calidad. Además, a través de esa colaboración con Lawrence Berkeley Laboratory y el Departamento de Energía, la Fundación obtuvo acceso a los expertos en ciencias de la informática. Otro paso de gran trascendencia, resultado del consorcio, ocurrió en 1986, cuando la Fundación Educativa Ana G. Méndez y Jackson State University recibieron $1.5 millones para realizar investigaciones científicas en pro de la enseñanza. El laboratorio Lawrence Berkeley proveyó ayuda técnica en Ciencias Naturales y en Ciencias de Cómputos, así como en
Se establecieron lazos profesionales de larga duración entre el personal de la Fundación Educativa Ana G. Méndez y el personal de Lawrence Berkeley Laboratory, que contribuyeron a desarrollos científicos de calidad. AFSUAGM
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Como parte de las actividades conmemorativas del Consorcio, la Cámara de Representantes le rindió tributo al presidente Méndez. AFSUAGM
programas de investigación. Aquel momento fue un hito importante en la historia de la educación post-secundaria, pues era la primera vez que una universidad afronorteamericana y una institución hispana colaboraban en beneficio mutuo. Se buscaba aumentar el número de estudiantes y lograr destacar la calidad de estos, incluyendo a las mujeres y a las minorías, como parte de los esfuerzos por aumentar la participación de científicos de instituciones minoritarias en programas de investigación que contribuyeran al desarrollo del Departamento de Energía. El consorcio también pretendía alentar a los estudiantes a trabajar en
Science Consortium. AFSUAGM
sus grados profesionales en ciencias relacionadas con la energía y programas de ingeniería. Una vez más quedó claro que los estudiantes minoritarios debían ser alentados a adiestrarse en carreras relacionadas con las ciencias, si los Estados Unidos deseaban satisfacer sus necesidades científicas y técnicas, y cumplir con la meta de participación de todos sus ciudadanos. Los fondos del consorcio por $540,000, correspondientes a la Fundación Educativa Ana G. Méndez, brindarían apoyo a distintas necesidades institucionales, destinándose a un nuevo instituto de ciencias de cómputos, a la adquisición de una nueva computadora para los estudios de ciencias y a equipos de laboratorio para las escuelas. Al mismo tiempo, anualmente, se selecciona-
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ban alumnos para viajar a Jackson State, donde asistirían a talleres especializados en Biología, Química, Historia y Ciencias de Cómputos, según su área de interés. Durante los meses de junio y julio de 1986, seis estudiantes del programa participaron en un internado que ofreció el Lawrence Berkeley Laboratory. Además en el Instituto de Ciencias y Tecnología de la Universidad del Turabo se desarrolló en 1986 el bachillerato en Ciencias con concentración en Química. Este programa ofreció a los estudiantes la oportunidad de cursar estudios graduados en química, de manera que estuviesen preparados para competir en el mercado de trabajo y para realizar estudios graduados en colegios o universidades del país o del exterior. Para atender las exigencias del programa, la Universidad del Tu-
rabo amplió el laboratorio de Química Analítica y desarrolló otros de Química Instrumental y Química Física. Como uno de los objetivos de este programa fue estimular a los estudiantes a desarrollar investigaciones en Química, se enviaron estudiantes talentosos a los laboratorios Lawrence Berkeley y Lawrence Livermore. Así, con este magnífico empuje, Pepe Méndez se esmeró por hacer de las instituciones de la Fundación un centro educativo importante para el estudio de las ciencias y matemáticas. En agosto de 1985 se marcaba otro momento de gran trascendencia en el rápido desarrollo del estudio de las ciencias y las matemáticas en Puerto Rico, cuando la Fundación Carnegie aprobó una asignación de $335,000 a la Fundación Educativa Ana G. Méndez, para el diseño e implantación del proyecto Science Academy, dentro del programa Comprehensive Activities to Upgrade Science Academics, conocido en la Isla por su acrónimo CAUSA. Este constituyó otro de los donativos más grandes que hubiese recibido institución o entidad alguna en Puerto Rico de parte de una fundación privada. El Science Academy fue el primer fruto del Memorando de Entendimiento que había firmado meses antes en ese mismo año de 1985 la Fundación Educativa Ana G. Méndez con el Departamento de Instrucción Pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Dicho Memorando, que estableció el proyecto CAUSA, tenía el propósito de desarrollar un proceso de colaboración abarcador entre el Departamento de Instrucción Pública y el sistema universitario de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Así se fortalecía al máximo la educación en ciencias y matemáticas a nivel elemental y secundario en todo Puerto Rico. Su extensión fue de 10 años. Además de lograr una coordinación entre las escuelas secundarias y las instituciones de la Fundación Educativa Ana G. Méndez para el mejoramiento de la educación en ciencias en Puerto Rico, las metas a corto plazo del programa CAUSA fueron proveer a los maestros del sistema de Instrucción Pública la oportunidad de fortalecer sus destrezas en la enseñanza de ciencias y matemáticas, ayudar al Departamento de Instrucción Pública a desarrollar nuevos y mejores materiales curriculares a nivel de escuela superior y aumentar el número de estudiantes puertorriqueños que se graduaran de escuela superior con la preparación académica necesaria en ciencias y matemáticas para proseguir con éxito estudios en un campo en las ciencias a nivel universitario. El programa CAUSA contó, además, con el asesoramiento profesional del Lawrence Berkeley Laboratory, alcanzando así uno de sus objetivos programáticos y las metas del consorcio. Posteriormente, se unieron al programa los laboratorios nacionales Sandia, Oak Ridge y Los Alamos. También, además de Jackson State, se les unieron, entre otras, Purdue University, Phillips Academy y la Universidad de Wisconsin. Alrededor de 40 estudiantes de los grados 9 al 12, tuvieron la oportunidad de desarrollar sus destrezas en matemáticas, física, química y biología mediante seminarios, cursos y experiencias
Así, con este magnífico empuje, Pepe Méndez se esmeró por hacer de las instituciones de la Fundación un centro educativo importante para el estudio de las ciencias y matemáticas.
Como uno de los objetivos del Consorcio de Ciencias fue estimular a los estudiantes a desarrollar investigaciones en quĂmica, se enviaron estudiantes talentosos a los laboratorios Lawrence Berkeley y Lawrence Livermore. AFSUAGM
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de laboratorio durante el año académico en cualquiera de las instituciones del Summer Science Institute. En 1987, Pepe Méndez, a nombre de la Fundación, logró otro acuerdo con New Mexico Highland University, North Carolina A & T State University y los ya mencionados laboratorios nacionales (Los Alamos, Oak Ridge y Sandia), financiado por el Departamento de Energía Federal. Se creó así una nueva alianza en ciencias y tecnología. El propósito era el de aumentar la participación de estudiantes de minorías en programas sobre estas materias. Al poco tiempo esta alianza fue reconocida como un modelo nacional para el desarrollo del estudio de las ciencias. Para esas mismas fechas nació el concepto de estudiantes de honor en ciencias en la Universidad del Turabo, en la Universidad Metropolitana y el Puerto Rico Junior College. El estudiante que lograba participar en el Programa de Honor adquiría ventajas que le ayudaban en su desarrollo académico y personal. Entre estas, oportunidades para llevar a cabo estudios científicos en instituciones de renombre como Lawrence Berkeley Laboratory y Livermore Laboratory, en un currículo diseñado para pocos alumnos, que propiciaba la atención individual en la enseñanza. Luego de más de cuatro años de experiencia con instituciones educativas fuera de la Isla, el 26 de enero de 1987 la Fundación Educativa Ana G. Méndez se convirtió en la primera institución universitaria del sector privado en unirse en un acuerdo de colaboración con la Universidad de Puerto Rico. En esa ocasión el rector de esta última, Fernando Agrait, firmó con Pepe un Memorando de Entendimiento y Propósito que hizo posible que ambos sistemas universitarios unieran sus mejores recursos para el beneficio de sus respectivas comunidades universitarias y de nuestro pueblo. El Memorando cubrió las áreas de las artes, humanidades y ciencias naturales contenidos en 13 puntos. En cada una de estas áreas se realizarían actividades tales como seminarios, talleres, internados, investigaciones y otras, que contribuirían al desarrollo profesional e intelectual de la facultad, de los estudiantes graduados y subgraduados, así como del personal administrativo. LA DESERCIÓN ESCOLAR: TALÓN DE AQUILES DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA Para los años ochenta, pese a estos triunfos que le habían permitido a las instituciones de la Fundación entrar al mundo académico de las grandes universidades de los Estados Unidos, Pepe andaba muy preocupado por el ancestral problema isleño de la deserción escolar.21 Las instituciones que pertenecían a la Fundación Educativa Ana G. Méndez no eran la excepción; era su talón de Aquiles. Cuando un estudiante se daba de baja temporal o permanente, además de lamentar las aspiraciones truncas de la juventud, la Fundación perdía
Los mentores tuvieron funciones de guardián, guía y maestro. AFSUAGM
recursos y esfuerzos. Las razones aducidas para darse de baja eran diversas: académicas, problemas con los profesores, personales o económicos. La población más afectada en términos de deserción eran los estudiantes de primer año. El alto riesgo de desertar ocurría entre los primeros 30 a 60 días. A pesar de que la administración pudo haber encontrado consuelo argumentando que lo importante era la aportación familiar y social de los que se quedaban, en 1985 y a instancias de Pepe, la Fundación incorporó a un Decano Asociado para estudiantes de primer año, cuya función principal consistió en proveer servicios integrados a estos estudiantes en peligro de deserción. A esta oficina se incorporaron dos orientadores profesionales para brindarles apoyo.22 También se inició el Programa Mentor, cuya inspiración data del ejemplo
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de vida del célebre poeta griego Homero (siglos 9 a 8 a.C.): un mentor con funciones de guardián, guía y maestro.23 Se trataba de una figura intermedia entre el padre y el compañero, sin inclinarse a ninguno de los dos. En el escenario universitario, esta relación se desarrollaba entre un subgraduado o graduado y un profesor especial que le ayudaba a establecer metas y desarrollar destrezas, dejaba lugar para riesgos y fracasos, además de facilitarle la entrada a círculos académicos y profesionales.24 La relación entre mentor y alumno era de aprendizaje de uno-a-uno, entre un miembro administrativo o facultativo y un estudiante. A través de ella se trató de individualizar la educación, propiciando que el estudiante de primer año compartiera con una persona del campus con experiencia y con el dominio de un área específica. La relación tenía as-
pectos formales e informales. El estudiante debía respetar su mentor, como profesional y ser humano. Por su parte, el mentor debía diversificar su esfuerzo: enseñar, retar y apoyar.25 En agosto de 1989, como producto de la aprobación de fondos a través del Programa Federal de Título III, se fortaleció el Programa Mentor. Se establecieron tres cursos medulares para los estudiantes de primer año y un sistema de seguimiento al estudiante en forma mecanizada.26 Como actividad importante, la Fundación Educativa Ana G. Méndez comenzó el desarrollo de talleres anuales para la facultad de las tres instituciones, con el objetivo de llevarle información de factores académicos ligados a la retención de estudiantes. El programa se implantó en todo el sistema. Para 1989 servía a 500 estudiantes. Y muy pronto desarrolló un manual de procedimientos que contenía, desde la selección de mentores, hasta la evaluación del proceso. La vigencia del programa duraba mientras hubiera fondos federales para sustentarlos. Sus cursos medulares permitieron el desarrollo de tres cursos de educación general para ayudar al estudiante de primer año a ajustarse a la vida universitaria. El primer curso –El individuo: su ubicación social, biológica e histórico-social– fue ofrecido de forma experimental. El segundo curso, El ser humano como ente responsable ante su sociedad, se ofreció también de forma experimental, durante el año académico de 1991-1992. El tercer curso fue El individuo y su producción cultural. Según el Manual de Procedimientos, una vez evaluados los cursos, se tomaría la decisión de cómo incorporarlos en el currículo de las tres instituciones. También se estableció un sistema de seguimiento que pretendió facilitar, en forma mecanizada, la identificación y el aprendizaje del estudiante. Cuando se comenzó el Programa Mentor en la Fundación, las tasas de retención para los estudiantes de primer año eran las siguientes: PRJC, 55.0%; UMET, 48.9% y UT, 52.3%. De lo que se infiere la pérdida de alrededor de la mitad de los estudiantes de nuevo ingreso. Un año después, en 1990, la retención de estudiantes fue la siguiente: PRJC, 60.1%; UMET, 56.7% y UT, 54.2%. Como puede observarse, al cabo de un año del programa, la Universidad Metropolitana y el Turabo experimentaron un crecimiento en sus niveles de retención. LA PRIMERA UNIVERSIDAD DE LA FUNDACIÓN EDUCATIVA ANA G. MÉNDEZ: LA UNIVERSIDAD DEL TURABO
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El 13 de octubre de 1981, y a solicitud del Consejo Administrativo del Colegio Universitario del Turabo, se le cambió el nombre a dicha institución, tras satisfacer los requisitos del Consejo de Educación Superior. Se conocería en adelante como Universidad del Turabo.27 Durante los años ochenta, la rectoría estuvo a cargo de Juan M. González Lamela (1975-1985), quien fue sustituido por Gamaliel Pérez (1985-1988). En 1989 Rafael Cartagena (1989-1990) fue
Ser presidente del Sistema Universitario Ana G. Méndez (SUAGM) es una gran responsabilidad que asumí en el 1974. Desde entonces, he tenido el firme propósito de transformar y hacer de esta institución educativa una entidad de innovación constante.
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J.F.M.
Entre los logros de la Universidad del Turabo se encontraban la aprobación de dos programas graduados en Educación y Administración de Empresas.
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nombrado rector, aunque renunció súbitamente al ser nombrado Secretario del Departamento de Educación de Puerto Rico. La Universidad del Turabo, fiel a los principios de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, se reafirmaba como una institución dedicada a mejorar las oportunidades educativas de las personas económicamente desventajadas. Luego de un alza en la matrícula entre 1980 y 1985, durante los próximos dos años esta aumentó de 5,537 a 5,562 estudiantes. Sus alumnos procedían de Caguas, Aguas Buenas, Cidra, Cayey, San Lorenzo, Gurabo, Juncos, Las Piedras, Humacao y Yabucoa. Entre los logros de la Universidad del Turabo se encontraban la aprobación de dos programas graduados en Educación y Administración de Empresas. En las escuelas graduadas se cifró gran parte de su futuro. También se dio inicio al desarrollo de un bachillerato en Artes con concentración en Mercadeo, y se sentaron las bases para un mayor desarrollo curricular. Se estableció un bachillerato en Ciencias Secretariales y otro bachillerato en Administración Pública. Se desarrollaron las concentraciones en química, matemáticas y computadoras. Se proyectaba, en los próximos cinco años, ofrecer 35 concentraciones de bachillerato y ocho concentraciones graduadas para servir a sobre 9,000 estudiantes. A partir del año 1984, la Universidad del Turabo ofreció un programa de becas de honor en ciencias naturales para estudiantes aventajados, interesados en obtener un bachillerato en el área de ciencias y matemáticas. Participaron estudiantes que hubiesen completado la escuela superior en mayo de 1986, con un índice académico de 3.30 o más, y una puntuación en el College Entrance Examination Board de más de 500 en aptitud académica.28 Algunas de las ventajas que tuvieron los participantes del programa fueron la oportunidad de realizar internados en laboratorios como Lawrence Berkeley, Livermore y Jackson State University, recibir orientación profesional, participar en actividades para el desarrollo de líderes y obtener experiencia de trabajo en sus áreas de estudio. El ya mencionado programa PROSEE también se abrió camino bajo el cuidado de la Universidad del Turabo, cuando en enero de 1984, comenzó a ofrecer servicios de forma restringida a tres pueblos: Guayama, Patillas y Yabucoa. Luego, tras institucionalizarse, la proporción de estudiantes de PROSEE en relación con los estudiantes subgraduados fue aumentando a lo largo de los ochenta. Como si todo ello fuese poco, el 19 de abril de 1989, Pepe Méndez informó a la Junta de Directores que la Fundación estaba en camino de establecer una escuela de Ingeniería en la Universidad del Turabo, gracias al apoyo de los consorcios ya establecidos.29 Mientras la Universidad del Turabo miraba hacia el futuro, con su nuevo énfasis en la ciencia y tecnología, no descuidaba el pasado dedicado al estudio de las humanidades. En 1981, bajo el asesoramiento de Ricardo E. Alegría, dio los primeros pasos para edificar el Museo y Centro de Estudios Humanísticos, que
albergaría una de las colecciones arqueológicas más importantes de Puerto Rico y del Caribe, con más de cien mil piezas. Su misión era promover el quehacer humanístico entre la comunidad universitaria y la comunidad externa, con programas y actividades dirigidas al estudio, preservación y difusión de la herencia cultural, histórica y artística de Puerto Rico y, en particular, de la región este-central. A través de su Plan Anual de Actividades, el Museo y Centro de Estudios Humanísticos ofreció charlas, conferencias, talleres y exposiciones diversas en las que participaron artistas de renombre en las artes plásticas puertorriqueñas, como Lorenzo Homar, Carmelo Sobrino y Julio Rosado del Valle, entre otros.30 En sus inicios el Museo estuvo radicado en varias casonas del cuadrángulo histórico de la antigua finca “Mano Manca” donde Pepe y su familia habían vivido. La gestión del escritor José Luis González coronó estos esfuerzos, colocando a la Fundación Educativa en centro del debate cultural del país. Tras treinta años de residencia en México, el famoso autor de El país de los cuatro pisos trabajó, en calidad de profesor visitante, en las instituciones de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Empezó labores académicas en el Puerto Rico Junior College, reuniéndose con un grupo de profesores del colegio. Luego, si-
A través del Plan Anual de Actividades del Museo y Centro de Estudios Humanísticos, el escritor José Luis González visitó la Isla colocando a la Fundación Educativa en centro del debate cultural del país. De izquierda a derecha el rector Claudio Prieto. En el centro, Ricardo Alegría, José F. Méndez, José Luis González y Juan José Jiménez. AFSUAGM
guieron conferencias magistrales en innumerables y fascinantes foros en torno al idioma español, la literatura, la cultura y la identidad nacional puertorriqueña, y a Puerto Rico como nación caribeña. También hubo encuentros entre el distinguido escritor y los principales narradores del país. Su visita fue altamente fecunda, pues rompió barreras generacionales, ideológicas y metodológicas. El país elogió la iniciativa de la Fundación y la osadía de Pepe.31 DE COLEGIO UNIVERSITARIO METROPOLITANO A UNIVERSIDAD METROPOLITANA (1985)
José F. Méndez conversa con José A. Molina, primer rector del Colegio Universitario Metropolitano. AFSUAGM
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En la reunión de la Junta de Directores de la Fundación del 9 de julio de 1977, se acordó la creación de un comité especial para que estudiase las opciones que tendría la Fundación Educativa Ana G. Méndez en lo concerniente a ofrecer cursos de bachillerato en la zona metropolitana de San Juan. Al cabo de unos meses, el comité presentó su recomendación para la creación de un colegio universitario. Sustentó su posición con los siguientes argumentos. En primer lugar, se contaba con el respaldo de las ayudas federales para es-
Se trabajó en propuestas para los nuevos ofrecimientos académicos de grados asociados en Tecnología Radiológica, en el Colegio Universitario Metropolitano. AFSUAGM
tudiantes, en particular el programa de las Becas Pell, que promovían cuatro años de estudios. En segundo lugar, al atraer a aquellos alumnos que no encontraban cabida en otros recintos, la matrícula del nuevo colegio tendría una garantía de estabilidad. En tercer lugar, existía la continua demanda de programas de cuatro años, que se añadirían al currículo sin menoscabo de los de dos años. Se pensó pues, en una nueva institución en el recinto de Cupey que, a partir de 1980 habría de llevar el nombre de Colegio Universitario Metropolitano. Su primer rector fue José A. Molina, quien ocupó el cargo hasta 1983. Como parte de la expansión que se aproximaba, luego de arrendar por un par de años el edificio de la Escuela Amalia Marín, en las
facilidades físicas del recinto de Cupey, se adquirió un solar con un edificio de 1,200 metros cuadrados y adyacente a dicha escuela. Había otras perspectivas de compra y expansión en consideración. El programa de Enfermería del Colegio Universitario Metropolitano se convirtió en el Instituto de Enfermería, al cumplirse su revisión curricular. Se preparó una propuesta para establecer el bachillerato en Ciencias de la Enfermería sin que esto conllevase la eliminación del grado asociado ya existente. También se trabajó en propuestas para los nuevos ofrecimientos académicos de grados asociados en Tecnología Radiológica, en Prevención y Extinción de Incendios y en Sistemas de Información Computarizados.
En otro renglón, durante los años ochenta, en el Colegio Universitario Metropolitano se notó un aumento significativo en estudiantes nuevos; el más grande de las tres instituciones. Su matrícula aumentó de 3,373 estudiantes en 1980 a 5,692 al cerrar la década. Sus estudiantes procedían de San Juan, Río Piedras, Cataño, Toa Baja, Toa Alta, Bayamón, Guaynabo, Naranjito, Corozal, Vega Baja y Vega Alta. Una de las estrategias más eficaces para este logro fue la de acudir con unas casillas o quioscos a los Centros Comerciales de Plaza las Américas, Plaza Carolina, Humacao y Caguas, a reclutar y matricular estudiantes al instante. Estas nuevas estrategias de mercadeo respondían en parte al declive general de la matrícula universitaria en la Isla, según antes expuesto, A fines de los ochenta, y mientras se establecían sus escaparates portátiles en centros comunales, los decanos de estudiantes y la administración de las tres instituciones afiliadas a la Fundación Educativa Ana G. Méndez concibieron, desarrollaron y administraron otro plan revolucionario para reclutar estudiantes en pueblos de la Isla que aún estuviesen huérfanos de facilidades de educación superior. Se trataba de una oficina de admisiones y un salón de computadoras colocados en el interior de una unidad móvil, autobús o guagua que recorría diversos pueblos. En la primera se ofrecía información de las tres instituciones afiliadas a la Fundación Educativa Ana G. Méndez, requisitos, programas, actividades; en la segunda se ofrecían cursos de computadoras. Estos últimos tenían como fin el adiestramiento de los maestros de cada comunidad. La unidad móvil usaba como punto de partida una de las tres instituciones, concentrando su esfuerzo en los pueblos ubicados en la circunferencia de la institución. El éxito fue extraordinario y a poco, otras universidades adoptaron el mismo método para el reclutamiento de estudiantes. Sin embargo, no había duda, según lo probaba su experiencia, que la manera más efectiva y expedita de atraer estudiantes a las instituciones de la Fundación era por voz de sus propios estudiantes. El 10 de mayo de 1985, a petición de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, el Consejo de Educación Superior autorizó el cambio de nombre del Colegio Universitario Metropolitano (CUM) a Universidad Metropolitana (UMET). El colegio se convirtió en Universidad Metropolitana cuando comenzó a ofrecer programas de maestría en Educación y Administración de Empresas. En 1985 la rectoría se encontraba en las manos de Leonides Santos Vargas (1983-1985), a quien siguieron Juan M. González Lamela (1985-1986) y René L. Labarca Bonnet (1986-1996).32 En 1983 y 1985, los programas académicos de la Universidad fueron reautorizados por la Junta Consultiva del Consejo de Educación Superior y acreditados por la Middle States Association. En 1989, la Middle States Association reafirmó su acreditación a la Universidad Metropolitana. También reacreditó por ocho años al programa de grado asociado de Enfermería. En 1988, por primera vez, se iniciaron cursos graduados en esta área. Para integrar su extenso campus, en 1985 se había levantado un puente de peato-
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nes sobre la carretera 176. Hasta entonces el campus se encontraba dividido, a saber: los edificios más antiguos quedaban a un lado de la carretera 176 y al cruzarla, estaban los edificios y terrenos pertenecientes a la Abbot, Ferretería Freire y la fábrica de muebles de oficina Girard los cuales fueron adquiridos gradualmente. Además de ser muy necesario para la seguridad de sus estudiantes y empleados, el puente constituyó un símbolo de integración y progreso. El estudiantado y la facultad lo nombraron con humor como el “puente de los suspiros”.33 Por otra parte, la Universidad Metropolitana tenía en agenda la construcción y remodelación de su planta física: estacionamientos y nuevos edificios, entre ellos los edificios del Canal 40 y el edificio de investigaciones científicas con su reloj de sol. Sin lugar a dudas, la Universidad Metropolitana se convirtió rápidamente en la nueva entrada de Cupey y en un ejemplo dramático del impacto de la institución en el desarrollo económico y urbano de la comunidad que lo circunda. La Universidad Metropolitana ofrecería los siguientes programas: Administración de Empresas, Ciencias de la Enfermería, Artes en Educación Elemental y Secundaria, Humanidades, Ciencias Sociales y Ciencias. Junto a ellos se implantó un instituto de destrezas universitarias para ayudar a subsanar las deficiencias académicas de los estudiantes.34 El índice académico de estudiantes con mayor preparación aumentó decididamente así como la atracción de un mayor número de estudiantes procedentes de escuelas privadas. Hubo un aumento también en las pruebas de aptitudes verbales y matemáticas, y en el aprovechamiento del español y las matemáticas. El número de profesores con grado de doctorado aumentó notablemente, dándole a la universidad una mejor calidad de enseñanza. RENACE EL PUERTO RICO JUNIOR COLLEGE Hacia principios de los años ochenta, se planificaba un nuevo recinto para el Puerto Rico Junior College. Con fecha de 1981, se adquirió una finca de 8.15 cuerdas para su construcción en la avenida Piñero en Río Piedras.35 En aquellos tiempos difíciles hubo que hacer malabares para conseguir el financiamiento. Sin embargo, luego de adelantado el proyecto, y habiéndose adquirido las tierras, la oposición de los vecinos de un condominio cercano hizo que se detuviera y se abandonase el proyecto. Mientras tanto, y al dilatarse el inicio de la construcción del nuevo recinto, se tomaban medidas remediales en los vetustos edificios de Río Piedras. El Puerto Rico Junior College se reafirmaba como un colegio de la comunidad de dos años para los más necesitados del país, a pesar de que la trayectoria de la Fundación Educativa había sido convertir a los colegios en instituciones universitarias de cuatro años. Se continuaba dando énfasis a los cursos técnicos-vocacionales.36 A lo largo de los años ochenta, sus rectores fueron Domingo Marrero (1983-1985), Luis González Vales (1985-
El 10 de mayo de 1985, a petición de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, el Consejo de Educación Superior autorizó el cambio de nombre del Colegio Universitario Metropolitano (CUM) a Universidad Metropolitana (UMET).
1987) y Alberto Maldonado Ruiz (1987-1991). Su facultad era de 77 miembros de tarea completa y 377 de tarea parcial (conferenciantes). Sus estudiantes procedían de Canóvanas, Carolina, Fajardo, Loíza, Luquillo, Río Grande, San Juan y Trujillo Alto. El número de estudiantes aumentó de 4,413 (1982) a 4,549 (1986). Sin embargo, su tasa de crecimiento era menor que en las dos otras instituciones hermanas. En 1987 bajó el número de estudiantes matriculados. CANAL 40 EN LOS OCHENTA A fines del 1980, y como si a Pepe le hubiese caído maná del cielo, el Centro de Estudios Televisados recibió un “Planning Grant” bajo el “Public Telecommunications Facilities Program” en Washington, D.C., para estudiar la posibilidad de establecer un canal de televisión que transmitiera programas educativos a nivel post secundario. La meta primordial del proyecto fue ofrecer este servicio en pueblos que lo necesitaran. De esta manera la Fundación Educativa Ana G. Méndez adquirió un pequeño estudio en el pueblo oriental de Fajardo. El 18 de enero de 1981 se inauguró WPRV con una programación variada, tanto puertorriqueña como importada. El
Un momento de trascendencia: la inauguración oficial del Canal 40. Frente a la consola de izquierda a derecha, José F. Méndez, el presidente de la Junta de Directores Armando Figueroa Toro, José Echegaray y Luis Martínez, gerente general y director de producción del Canal 40, respectivamente, 1985. AFSUAGM
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material educativo que se transmitiría venía de los programas del Centro de Estudios Televisados. Pocos meses más tarde, en agosto de 1982, gracias a otra propuesta federal, esta vez de la National Telecommunications and Information Administration (entidad adscrita al Departamento de Comercio de los Estados Unidos), el Centro de Estudios Televisados invirtió más de $1.5 millones en equipo para una emisora y una torre transmisora de señal, además de $1.6 millones en la remodelación del edificio en Cupey que por suerte, se consiguió al lado del entonces Colegio Universitario Metropolitano. Se trató de un canal de televisión completo que funcionaría como la estación educativa de la Fundación. Así, en marzo de 1985, y con gran ilusión, pues sabían que estaban haciendo historia, Pepe Méndez, José Echegaray (gerente general), Armando Figueroa Toro (presidente de la Junta de Directores) y Luis Martínez (director de producción), inauguraron la estación de televisión WMTJ-TV Canal 40.37 Pronto se estableció el Sistema de Educación Universitaria Externa (SEDUE), que fue la unidad académica del canal de televisión en ciernes, y quedó al cuidado de Pepe Méndez. En aquel momento, al establecer el Canal 40, se ampliaron los horizontes académicos de las tres instituciones universitarias: el Puerto Rico Junior College, la Universidad del Turabo y el Colegio Universitario Metropolitano. La Fundación Ana G. Méndez fue la primera institución universitaria privada en Puerto Rico y en el Caribe con su propio canal de televisión.
Empleados y directores del Canal 40, hacedores de la “telediferencia”. AFSUAGM
Con la instalación del plato de satélite Down Link, se pudo recibir directamente toda la programación de Public Broadcasting Service, PBS. AFSUAGM
Las clases impartidas a través del Canal 40 se iniciaron el 22 de abril de 1985 con una matrícula de 112 estudiantes.38 Los estudiantes procedieron del área noreste del país: incluyendo a Río Piedras, Caguas, Bayamón, Carolina, Toa Baja y Trujillo Alto. Hubo estudiantes de casi todos los pueblos de la zona que cubría el Canal 40. Los cursos fueron similares a los que se ofrecían en el primer año básico de cualquier universidad, en ruta a la eventual declaración de una concentración. El 98 por ciento de los estudiantes
Facilidades que ocupa el Canal 40 ubicado al lado del entonces Colegio Universitario Metropolitano. El edificio contiene oficinas, salón de reuniones, de almacenaje y un amplio estudio, 1981. AFSUAGM
estaban matriculados en los cuatro cursos básicos, Inglés, Humanidades, Español y Ciencias Sociales. Más allá de cumplir con su propósito fundacional, el Canal 40 proveyó a la comunidad de una excelente programación educativa, con el propósito de enriquecer su nivel cultural y ofrecer una visión humanista del mundo de manera innovadora. Para los estudiantes que trabajaban de lunes a viernes, se abrieron cursos sabatinos: Inglés 101 (11:30 a.m.), Humanidades 101 (12:00 del mediodía), Español 101 (12:30 p.m.), Ciencias Sociales 101 (1:00 p.m.), y los cursos de continuación, Inglés 102 (1:30 p.m.), Humanidades 102 (2:00 p.m.), Español 102 (2:30 p.m.), Ciencias Sociales (3:30 p.m.), además de Educación Bilingüe (3:30 p.m.) e Inglés 207 (4:00 p.m.). El Canal 40 transmitió inicialmente ocho horas diarias; o sea, cuarenta horas semanales de lunes a viernes y doce horas diarias los sábados y domingos para un total de 64 horas semanales. En cuanto a la programación, el 50 por ciento fue local y la otra mitad se importó del extranjero, principalmente de Canadá, Inglaterra y los Estados Unidos. Por otro lado, se dio un paso de gran trascendencia cuando el Canal 40 ingresó al Public Broadcasting Service (PBS). Esta entidad es una corporación sin fines de lucro operada por las estaciones televisoras de los Estados Unidos, Puerto Rico, Islas Vírgenes, Guam y Samoa. Constituye el servicio de televisión más grande del mundo. Promueve y facilita la adquisición de programación educativa, científica y cultural de diversas fuentes en los Estados Unidos y otras partes del mundo. Esto permitió recibir programación de alta calidad a un precio muy bajo. La programación educativa no era árida ni aburrida. Para ello se seguían las guías del Public Broadcasting Service en cuanto al estilo y la calidad de los programas y series que presentaban. Otros servicios que PBS prestaba a sus miembros incluían desarrollos tecnológicos, tales como investigaciones sobre la transmisión en la banda Ultra High Frecuency (UHF), distribución de programas vía satélite y el diseño e instauración del Digital Audio for Television, sistema audio digital para la transmisión vía satélite de sonido de alta fidelidad y estereofonía. La PBS colaboraba, además, con sus estaciones afiliadas, en estudiar y determinar las necesidades servidas, para que se proveyeran programas de alta calidad a bajo costo y preparar la tan necesaria estrategia de recaudación de fondos. Con el paso del tiempo y debido a que el servicio de PBS se recibía mediante el correo, con altos costos, ofrecimiento tardío de programas a los televidentes y dificultades en la programación de horarios en el Canal, se sometió una propuesta al Departamento de Comercio Federal para la adquisición de un plato de satélite Down Link, del cual se pudiese recibir directamente toda la programación de PBS. En septiembre de 1985, el primer grupo de estudiantes del Sistema de Educación Universitaria Externa terminó con éxito su primer semestre de estudios, luego de aprobar los mencionados cursos de Español 101, Ciencias
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Proyecto piloto del Canal 40. Junto a tres estudiantes y otras personas, de izquierda a derecha José F. Méndez, Alberto Maldonado, la educadora Celeste Benítez y el presidente de la Asociación de Industriales de Puerto Rico, Bartolomé Gamundi, (1993-1994). AFSUAGM
Sociales 101 y Humanidades 101, todos acreditados por el Colegio Universitario Metropolitano. Los estudiantes obtuvieron la acreditación de los cursos luego de haber tomado tres repasos y tres exámenes. Además, participaron en actividades de orientación a las que asistieron junto al personal y la facultad del Sistema de Educación Universitaria Externa (SEDUE). El semestre siguiente se esperaba evaluar los cursos de Introducción a las Computadoras, Introducción a la Biología y Mercadeo. Para marzo del año siguiente (1986), el programa contaba con alrededor de 300 estudiantes matriculados. El éxito obtenido animó y motivó a Pepe Méndez y al Canal 40 a continuar trabajando para promover el desarrollo intelectual, social y personal de un sector de la población que se había visto imposibilitado de asistir a las aulas universitarias. Evidentemente, su interés primordial no era comercial. Se aspiraba a que la selección de programas
y su contenido respondieran a los intereses de la comunidad. Su misión fue llevar al público una programación cuyo propósito era el enriquecimiento y la superación cultural de la comunidad que servía. No empece sus altas miras, el Canal 40 tuvo que enfrentar el problema de la vulnerabilidad de sus finanzas y los altos costos que imponía mantener y desarrollar una estación de televisión. Entonces optó por utilizar la subvención (underwriting) de firmas privadas que podían promocionarse en breves cuñas televisadas. También fue necesario integrar la publicidad a la estación, ya fuera en anuncios de prensa, comerciales de radio, inserciones (inserts), material promocional impreso, artículos y conferencias de prensa. El innovador concepto que ofrecía WMTJ-TV Canal 40, aunque nuevo en Puerto Rico, había sido establecido exitosamente en los Estados Unidos. Se originaba con el servicio de transmisión pública
...Pepe, como hombre previsor, quiso estudiar la complejidad de la estructura gubernamental, la falta de recursos de la Isla y la educación universitaria.
de PBS, que permitía que una compañía privada, una agencia gubernamental, una institución sin fines de lucro o un grupo cívico pudieran financiar la producción o transmisión de un programa o serie de televisión en un canal no comercial. Para solventar sus finanzas también se inauguró un centro de estudios en las compañías farmacéuticas que operaban en la Isla. Para entonces, había tres centros con alrededor de 15 empleados en cada uno. Las farmacéuticas proveían el lugar de encuentro y la Institución preparaba las grabaciones de los programas televisados para que los empleados pudieran verlos allí y no necesariamente por el Canal 40. Los ingresos del Canal durante el año fiscal 1988-89 fueron de $108,187 por concepto de venta de servicios de producción, renovación de alquiler de telecursos y proyectos especiales. Sin embargo, había que estar atento a los cambios en los ingresos del Canal 40, ya que de empezar a mermar habría que tomar una decisión y de ser necesario ir en retroceso, para que la actividad del Canal 40 no fuera una carga para la Fundación. De defenderlo y velar por sus finanzas se ocuparía Pepe Méndez. LA VOZ DE PEPE MÁS ALLÁ DE SUS RECINTOS UNIVERSITARIOS Para mediados de 1985, las tasas de interés bancarios habían bajado a nivel de un solo dígito y el precio del petróleo experimentó un descenso, que por meses lo mantuvo en $15.00 el barril; para principios de 1987 bajó a $14.00, lo que podía considerase como el acontecimiento internacional de mayor repercusión para la economía en general. Hacia mediados de 1988, la economía isleña se encontraba en franco desarrollo. Durante los pasados tres años, Puerto Rico había logrado un “crecimiento económico saludable” según la describió Progreso de Puerto Rico, la revista trimestral del Banco Popular de Puerto Rico. Al cerrar la década se reconocía que las becas Pell habían pasado por el Niágara en bicicleta. Sin embargo, el programa no fue eliminado, sino por el contrario, se fortaleció. El Congreso dominado por el Partido Demócrata había dado al traste con la mayoría de las reformas fiscales de los Reaganomics. El plazo adicional que recibió la Sección 936, la estabilidad del precio del petróleo y el equilibrio en las tasas de interés sirvieron para crear un ambiente favorable en la economía. Otros factores, como el vigor de la economía norteamericana, la reducción de las tasas de interés, y el predominio de una política monetaria laxa, unidos con otras medidas locales de estímulo a la inversión, produjo un marco favorable y adecuado para la expansión de la producción y del empleo en Puerto Rico.39 Sin embargo, aunque la economía comenzaba a mejorar y ya Pepe había encontrado maneras de ir resolviendo muchos de los problemas relacionados al quehacer universitario en sus instituciones, como hombre previsor, quiso estudiar la complejidad de la estructura gubernamental, la falta de recursos de
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la Isla y la educación universitaria. Se hizo inminente la creación de un centro o grupo de estudios que profundizara en estos temas. Todo comenzó en 1985 en una conversación entre el economista José Joaquín Villamil, el rector de la Universidad del Turabo, Juan González Lamela y Pepe. Se pensó en una institución de investigación y análisis de los asuntos de política pública en el país. Tres años más tarde –1988– se estableció el Instituto de Política Pública y se adscribió a la Universidad del Turabo, bajo la dirección del filósofo Dennis Alicea, futuro rector de dicha institución. El Instituto aspiraba a convertirse en un foro libre para las diarias discusiones de los asuntos centrales del quehacer público en el país desde una perspectiva no partidista. Sus objetivos principales eran ambiciosos: estudiar e investigar asuntos relacionados con la formulación y desarrollo de política pública, evaluar a nivel global las tendencias actuales y sus implicaciones para Puerto Rico, llevar a cabo investigaciones sobre asuntos relacionados a la formulación e implantación de la política pública, celebrar foros para la discusión de estos asuntos, construir escenarios sobre la trayectoria del país a largo plazo, proponer soluciones, alternativas, y, finalmente, difundir los resultados de sus investigaciones, foros y talleres. Con el paso del tiempo, esta agrupación se pareció más a los ya conocidos think tanks estadounidenses: sinónimo de institutos de política pública. En sus inicios, los temas trabajados fueron el ambiente y los recursos naturales, el desarrollo económico, la salud, la educación, la deserción escolar, la reforma universitaria, la vivienda, el gigantismo gubernamental y la reforma fiscal y contributiva, entre otros. Para Pepe el Instituto sería la atalaya desde donde podría contribuir a la solución de los problemas más acuciantes del país. En diciembre de 1989, y a raíz de una propuesta senatorial sobre la Reforma Educativa, el Instituto de Política Pública, en su esfuerzo por ampliar el diálogo significativo sobre la reforma de la educación puertorriqueña, auspició la primera conferencia conjunta de reforma universitaria: Las Universidades ante La Reforma Educativa.40En la
Miembros de la Junta de Directores, 1998. Sentados, de izquierda a derecha, Juan J. Jiménez, Antonio Amadeo Murga, José F. Méndez, Rita DiMartino, Carlos R. Jiménez y Celia Cintrón. De pie Joaquín Villamil, Néstor de Jesús, Jaime Escalona, Luis Fortuño, Mabel Burckhart, Héctor A. Feliciano, Ivar Pietri, Antonio de Haro, Manuel A. Morales y Jorge A. Pierluisi. AFSUAGM
actividad, representantes de diversas instituciones universitarias, tanto públicas como privadas, replantearon problemas, aportaron recomendaciones y, sobre todo, abrieron el diálogo responsable sobre el hasta entonces olvidado tema de la reforma universitaria. Por su parte, Pepe Méndez, uno de los ponentes, propuso que la legislatura debiera ponderar la oferta de desarrollar en Puerto Rico un proyecto similar al de Boston University y la comunidad de Chelsea en el estado de Massachussetts.41 Dijo que este proyecto experimental era “un ejemplo de la colaboración que puede existir entre las universidades y el sistema educativo del nivel primario y secundario”, añadiendo que “es quizás el proyecto educativo más ambicioso de la nación americana”.42 Este proyecto de colaboración académica y administrativa entre un distrito escolar y una universidad privada era “ejemplo de la aportación que pueden hacer las instituciones de educación superior al desarrollo del proceso de reforma educativa. Conscientes de esta responsabilidad es que se lanza esta propuesta de colaboración con el Departamento de Instrucción Pública. Sería un proyecto colaborativo como el que se ha descrito, donde el sistema universitario de la Fundación o una de sus instituciones universitarias podría administrar un distrito escolar, diagnosticando la situación y proponiendo e implantando las soluciones”. Según Pepe, “tenemos los recursos humanos de calidad para emprender un proyecto de esta magnitud. Entendemos también que para reformar, hay que reformarse, en el mismo proceso. Es nuestra responsabilidad reexaminar y reconceptualizar no solo los programas de preparación de maestros, sino todos los programas que sea necesario reexaminar para proveer a nuestros estudiantes educación de la más alta calidad. Estamos caminando en esa dirección”.43 Para el verano de 1986, la Junta de Directores escuchó al economista Santos Negrón, quien hizo pronósticos optimistas, aunque no exentos de cautela, acerca de la trayectoria futura del orden pro-
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ductivo y la educación universitaria en Puerto Rico. De acuerdo con el citado economista, “existían razones para pensar que en los próximos años la demanda de estudios universitarios sufriría, en el mejor de los casos, un significativo descenso en su tasa de crecimiento”.44 Por otro lado, agregó el economista, que como consecuencia de los cambios demográficos que acompañaban la entrada de un país a fases más avanzadas del desarrollo económico –reducción en la tasa de natalidad y aumento de la mediana de edad, además del proceso emigratorio, concentrado en las personas– los grupos de edad universitaria (de 15 a 19 y de 29 a 24 años) estaban creciendo a un ritmo que era apenas una tercera parte del ritmo de crecimiento de la población en su totalidad.45 Aunque no existían datos precisos para determinar los perfiles exactos del asunto, la educación universitaria, tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos, se enfrentaba a la fuerte competencia de los ofrecimientos técnicos y vocacionales que habían proliferado bajo el amparo de las becas federales y en respuesta a necesidades urgentes del mercado de trabajo, particularmente del sector de servicios.46 Otro reto añadido que enfrentaban las universidades y los colegios de Puerto Rico, apuntó el economista, eran las activas campañas de reclutamiento de estudiantes puertorriqueños altamente cualificados que llevaban a cabo las universidades norteamericanas, al comprobar que la Isla es una cantera de talento académico. Los colegios y las universidades privadas de Puerto Rico, cuyos estudiantes dependen casi en un 100 por ciento de las becas, préstamos y ayudas federales para financiar sus estudios, sufrirían en forma aguda el impacto del lento crecimiento o la reducción de los programas federales de apoyo a la educación.47 La feroz competencia por una porción apropiada del mercado llevaría al cierre de muchas instituciones que surgieron al amparo de la época de bonanza de estos fondos y que carecen de la solidez financiera y de la fortaleza académica y administrativa que
Pepe Méndez en una reunión de la Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez. AFSUAGM
requerirían las nuevas condiciones de la educación superior.48 De todo ello, con gran cuidado, Pepe Méndez tomó nota, pues implicaba que la Fundación Educativa Ana G. Méndez “debería incrementar su capacidad para desarrollar un tipo de estudiante que pudiera desempeñarse a cabalidad en un mercado de trabajo en que la nueva tecnología jugaría un papel cada vez más crucial”. Además, le “daba a las instituciones de la Fundación una herramienta para mirar el futuro”. Se desprendía de lo dicho que “el porvenir debía ir enfocando hacia programas de educación y el readiestramiento del adulto”.49 Pepe fue consciente de que, en un futuro no
muy lejano, debía lidiar con la fragilidad del programa de las Becas Pell y otras ayudas federales y con el descenso de la tasa de crecimiento estudiantil. También debía preparar bien a los estudiantes con los grandes avances de la tecnología y lo que se comenzó a llamar la globalización. Evidentemente, si los años ochenta fueron de grandes retos y de “presupuestos apretados”, los noventa requerirían de Pepe una gran imaginación, iniciativa sostenida, corazón y mucho convencimiento de que las rutas trazadas eran las correctas.50 Por todo ello y ante las circunstancias críticas de los tiempos que corrían, mejor un administrador que un intelectual.
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CAPÍTULO V
LAS CIENCIAS Y LAS MATEMÁTICAS EN EL IDEARIO EDUCATIVO DE PEPE MÉNDEZ: 1990-1999
E
CAMINANDO SOBRE ARENA MOVEDIZA l inicio de los años 90 fue festivo para el pueblo puertorriqueño, pues durante la segunda semana de junio de 1992, se celebraron en la bahía de San Juan, entre Puerta de Tierra y el Paseo de la Princesa, las fiestas de la “Gran Regata Colón” del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. A lo largo del año, en las instituciones de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, se ofrecieron múltiples conferencias, exhibiciones y otras actividades en conmemoración del “Encuentro de los dos Mundos”.1 Durante esa década, la economía puertorriqueña manifestó un crecimiento económico “vigoroso y vibrante”.2 Compartiendo el auge económico de los Estados Unidos, continuó creciendo de manera sostenible.3 Sin embargo, para esas mismas fechas, la sección 936 parecía tener los días contados. Por lo que había mostrado la experiencia hasta entonces, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos no estaba convencido de que los miles de millones de dólares que dichas corporaciones dejaban de pagar en contribuciones a la tesorería federal fueran compensados por los llamados “beneficios” que reportaban a Puerto Rico. La incertidumbre respecto a la duración de la sección continuó de manera constante, y, cuando se creyó disipada, las críticas por parte del Congreso o del Departamento del Tesoro afloraron nuevamente. A partir de enero de 1993, la nueva administración del presidente demócrata William (Bill) Clinton colocó otra vez a la sección bajo escrutinio.4 Se proponía, una vez más, corregir la situación del déficit presupuestario de los Estados Unidos. Como consecuencia, Clinton recomendó su eliminación. No obstante, en junio, la sección 936 salió de la Comisión de Finanzas del Senado, aunque con recortes considerables, mejor parada de lo que se temía bajo el plan presidencial. Se consiguió que se aprobara una enmienda que 127
A partir de enero de 1993, la administración del presidente demócrata William (Bill) Clinton colocó otra vez a la Sección 936 bajo escrutinio. USFG
daba a las compañías exentas la opción de acogerse de igual forma a un crédito contributivo. Pero, a diferencia del 100 por ciento vigente, el crédito por ingresos a partir de 1998 cobijaría solo el 40 por ciento de los ingresos que las compañías atribuyeran a su producción manufacturera en la Isla. Esta enmienda fue posteriormente aceptada por el presidente Clinton en un viraje que ayudó, al menos en el papel, a salvar la sección 936 por algún tiempo.5 La producción total de bienes y servicios ascendió a $5,218 millones a precios constantes. Esto significó un crecimiento de 2.97 por ciento sobre el año natural de 1992.6 Pero el tema no terminó ahí, porque el 14 de mayo de 1996, la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó el H.R. 3448, titulado “Small Business Job Protection Act of 1996”, con un voto de 33 a favor y 3 en contra. Con ello, entre muchos otros asuntos, se aumentó el salario mínimo, se simplificaron reglas de pensiones y se ajustaron los impuestos para los pequeños comercios, pero también se abolió la Sección 936.7 Para pagar parte de los incentivos contributivos concedidos a los pequeños negocios, los republicanos eliminaron la Sección 936. El 22 de
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mayo la Cámara aprobó la medida con una votación de 414 a 10. En junio, el Comité de Finanzas del Senado aprobó unánimemente el H.R. 3448 y en julio, el Senado lo aprobó con 74 votos a favor y 24 en contra. En agosto de ese año el presidente Clinton firmó la ley que eliminó la Sección 936 en un período de 10 años, y el crédito contributivo por ganancias en Puerto Rico para las empresas que ya estaban acogidas a dicha sección. En un intercambio de uno y otro partido, el tan codiciado proyecto de salario mínimo impulsado por el presidente Clinton y los demócratas, y el compromiso republicano de revisar los incentivos contributivos (los 27
programas tildados como “mantengo corporativo”) y balancear el presupuesto según apareció en Contract with America, acabó con todas las esperanzas de que la Sección 936 sobreviviera. Los republicanos votaron a favor de su eliminación, entre otras medidas, y los demócratas impulsando la reforma al salario mínimo. La abolición ocurrió sin que los Estados Unidos proveyera un sustituto adecuado que permitiese la atracción de nuevas empresas para la Isla. Afortunadamente, la Sección recibió un período de gracia de 10 años. Por el momento el vigor económico de la Isla se dejó sentir con fuerza hasta finalizada la década.
Contract with America acabó con todas las esperanzas de que la Sección 936 sobreviviera. Los republicanos y demócratas votaron a favor de su eliminación. Farmacéuticas tales como McNeil y Bristol Myers-Squibb redujeron sus operaciones en la Isla. MP
DE FUNDACIÓN EDUCATIVA A SISTEMA UNIVERSITARIO ANA G. MÉNDEZ, INC. Para asegurar que el esfuerzo de la Fundación Educativa Ana G. Méndez se reconociera como universitaria y alejarse de cualquier interpretación equivocada de lo que constituía una “fundación”, principalmente en los Estados Unidos, el 15 de julio de 1993 Pepe Méndez pidió a la Junta de Directores que aprobase una enmienda que cambiase el nombre legal de la Fundación Educativa Ana G. Méndez, Inc. a Sistema Universitario Ana G. Méndez, Inc.8 De esa manera se respondió a la situación institucional integrada por la Universidad del Turabo, la Universidad Metropolitana, y el Colegio Universitario del Este, así como por dos estaciones de televisión para el servicio público: WMTJ-TV Canal 40 y WQTO Canal 26.9 También –como lo pidió Pepe Méndez– la Junta de Directores revisó los Estatutos de las tres instituciones.10 Los cambios fueron sustanciales. Se cambiaron los nombres de los Estatutos de las instituciones para atemperarlos a la situación de entonces y se incorporaron las estaciones WMTJ-TV Canal 40 y WQTO-TV Canal 26, a los Estatutos.11 Se amplió la composición del Consejo Administrativo y se especificaron claramente sus funciones. Se añadieron dos representantes de la facultad y uno del estudiantado. Se incorporó el nuevo puesto de Vicerrector de Asuntos Académicos. Se crearon los puestos de decanos de facultad. Se reestructuró completamente la Junta Académica, se dio mayoría a la facultad y se le otorgaron funciones nuevas como cuerpo originador de la política académica institucional en áreas tales como creación de programas académicos, concesión de grados, evaluación de facultad, formulación de cargos a la facultad, otorgación de rangos académicos, y concesión de las licencias de facultad. Estas enmiendas ampliaron la autonomía de la facultad. Desde entonces, ésta pudo iniciar política académica. Quedó claro también que el Consejo Admi-
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Pepe decía que su madre “se sentiría muy satisfecha de ver que su obra se ha perpetuado”. AFSUAGM
nistrativo no tendría que involucrarse con el aspecto evaluador de profesores y se obvió una etapa en la jerarquía; de este modo se evitó la dilución del control efectivo de la facultad en estos menesteres. Naturalmente, el presidente del Sistema y la Junta de Directores se reservaron sus derechos “de veto” de acuerdo con los estatutos corporativos. Mientras tanto, a lo largo de los noventa, junto a Pepe Méndez laboraban los rectores de cada una de las instituciones universitarias que forman el Sistema Universitario Ana G. Méndez, encabezados por Alberto Maldonado Ruiz, Dennis R. Alicea y Federico M. Matheu en la del Este, el Turabo y la Metropolitana, respectivamente. Cada uno con una formación intelectual e instrumentos de análisis diferentes, estilos y personalidades propias, y con diversos proyectos educativos y éticos de trabajo.
Uno licenciado en Derecho, otro doctor en Filosofía y el tercero químico físico, pero todos con el mismo interés en la educación de los más necesitados en el país. Migdalia Torres Rivera era la directora del Centro de Telecomunicaciones y Educación a Distancia.12 Gracias a ellos, el presidente Méndez logró una mayor estabilidad administrativa y filosófica en el Sistema. En ellos Pepe depositó toda su fe y confianza. Se pudo apreciar una mayor autonomía en cada universidad a la luz del liderato de cada rector. La alta dirección del Sistema Universitario Ana G. Méndez estaba encabezada por los vicepresidentes Jorge Crespo en Asuntos Académicos, Alfonso L. Dávila en Finanzas, Victoria de Jesús en Recursos Humanos, Jesús A. Díaz en Asuntos Administrativos, Luis Zayas en Asuntos de Estados Unidos y América Latina, entre otros. Todos eran personas de fuertes convicciones y experiencia en el quehacer administrativo, muy versados en sus especialidades. Este equipo al que Pepe llamó su “dream team”, estaba compuesto por estos eficientes colaboradores que le dieron cohesión, estabilidad y, por supuesto, fortaleza a los propósitos fundacionales del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Con todos ellos a bordo, Pepe decía “que la organización caminaba por sí sola, con o sin mí, pues tiene una estructura administrativa sólida y vibrante, capaz de enfrentar cualquier reto”.13 Con ello decía Pepe que su madre “se sentiría muy satisfecha de ver que su obra se ha perpetuado”.14 Por su parte, a José F. Méndez Jr., hijo del presidente y nieto de Ana, y quien había llegado a la institución en 1984, cuando fue nombrado asistente del Gerente General del Canal 40, se le encomendó trabajar con el presupuesto
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El sueño de mi madre era lograr una universidad integradora, que sobrepasara las barreras culturales y sociales. Mi meta es que ese sueño sea materializado y respetado por generaciones venideras.
”
J.F.M.
Pepe decía “que la organización caminaba por sí sola, con o sin mí, pues tiene una estructura administrativa sólida y vibrante, capaz de enfrentar cualquier reto”. AFSUAGM
Hacia el centro el ingeniero Juan J. Jiménez presidente de la Junta de Directores del Sistema Universitario Ana G. Méndez. A su izquierda José F. Méndez. AFSUAGM
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y asuntos de personal. Fue responsable de trabajar en un plan maestro para las operaciones de la estación. En 1987 fue nombrado Director Asociado de Programación, puesto que desempeñó hasta 1990. Luego fue escalando poco a poco en la administración: fue Director de Programación, Director de Administración y Vicepresidente y Gerente General. En 1999 renunció al cargo, a lo que su padre reaccionó, diciendo “La única pena que me da, es que al irte en el futuro no habrá un Méndez en la administración del Sistema”.15 Al inicio de los años noventa, el ingeniero Juan J. Jiménez llevó el peso de la presidencia de la Junta de Directores del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Su experiencia y prestigio ganados al fragor de los años 70 como presidente del Consejo Superior de Enseñanza, así como también de la Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico, fueron de extraordinario beneficio para el Sistema Universitario Ana G. Méndez. Al cumplir su incumbencia, la Junta eligió, por segunda ocasión, a Armando O. Figueroa Toro, uno de sus más antiguos colaboradores, con 16 años al servicio de la institución.16 A este le siguió Luis González Monclova, quien renunció antes de que se completase su incumbencia y fue sustituido por el antes mencionado presidente Juan J. Jiménez. Jaime Escalona, Antonio J. Amadeo Murga y Celia Cintrón cerraron el círculo de distinguidos presidentes de la Junta de Directores en aquella década de crecimiento extraordinario.
Por otro lado, se estableció una Junta Asesora del Presidente del Sistema Universitario Ana G. Méndez, que tenía como objetivo principal servir de vínculo entre el Sistema Universitario Ana G. Méndez, la empresa privada, el gobierno y la comunidad en general, de manera que sus universidades fuesen pertinentes a las necesidades de la sociedad a la que prestaban servicios educativos.17 Como responsabilidad principal, haría recomendaciones al presidente, dirigidas a mejorar la efectividad y la eficiencia de los servicios académicos y administrativos de las instituciones del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Dichas recomendaciones concernían al diseño, la planificación y el desarrollo de programas, proyectos y actividades del Sistema. Además, aconsejaría sobre los nuevos desarrollos tecnológicos, las necesidades de recursos humanos del país y su efecto en los programas académicos.18 La Junta continuó constituyéndose con doce miembros19 designados por el presidente del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Una vez más se integraron ejecutivos de la industria, la banca y el comercio, abogados, líderes cívicos y educativos y representantes de diversas profesiones, asociaciones y organizaciones privadas. Iniciada la década de los noventa, ante una coyuntura de grandes retos para todo el sector universitario, Pepe tomó una serie de decisiones e implantó estrategias de forma metódica y planificada, para seguir adelante. La balanza se inclinó a favor de la excelencia como primer criterio para el desarrollo. La calidad fue asunto vital en la planificación de sus estrategias. Era consciente de que, a medida que Puerto Rico se acercaba a los albores del siglo XXI, sus
Junta Asesora del Presidente. AFSUAGM
La balanza se inclinó a favor de la excelencia como primer criterio para el desarrollo. La calidad fue asunto vital en la planificación de sus estrategias.
características económicas, demográficas y sociales, se asemejaban cada vez más a las de las llamadas “sociedades post industrializadas”.20 El paso de una economía dependiente primordialmente de la manufactura y el sector público, a otra de servicios y orientada al cambiante y creciente mundo de la informática, era solo uno de los reflejos de una transformación evidente.21 Junto a estos procesos económicos y tecnológicos, los patrones de modificación en la composición de la estructura poblacional de la Isla, iniciados hacía ya dos décadas, continuaban acentuándose, trayendo consigo efectos fundamentales sobre la estructura social, los estilos de vida y los patrones de consumo de bienes y servicios, incluida la educación.22 Los expertos coincidían en que continuarían intensificándose las tendencias prevalecientes de envejecimiento de la población. Por un lado, el ritmo de crecimiento del grupo de personas en las edades tradicionales de estudios universitarios (18-24) se redujo. Bien decía Antonio Amadeo Murga, presidente de la Junta de Directores del Sistema (1997-1999), “la universidad ya no conocía edades”.23 Por otro lado, para 1996 existían sobre 700,000 residentes en Puerto Rico, mayores de 25 años, que completaron la escuela superior pero que no habían obtenido un grado universitario.24 De estos, más de 170,000 comenzaron en alguna universidad, pero por diversas razones, nunca terminaron sus estudios. Ya desde mediados de la década anterior –se recordará la ponencia del economista Santos Negrón ante la Junta de Directores– Pepe Méndez había dicho que en el porvenir la institución debía ir enfocando hacia programas de educación y readiestramiento de adultos.25 Fiel a su rol pionero en ofrecer opciones innovadoras para atender las necesidades educativas de la comunidad, y con la certeza de que el adulto se mantendría en un proceso de aprendizaje por toda su vida, el Sistema Universitario Ana G. Méndez, en colaboración con Regis University, estableció en 1997, en el Colegio Universitario del Este, la primera Escuela de Estudios Profesionales. Bajo esta se ofrecía el Programa AHORA, un programa de estudios acelerados, que respondía a las expectativas del adulto profesional que deseaba completar en corto tiempo su grado universitario. El programa se estableció a imagen de uno similar en Regis University y se diseñó para aquellos adultos que tenían metas claras, concretas y específicas y que querían terminar un programa de bachillerato o un programa de maestría de forma acelerada.26 AHORA era un programa de estudios personalizados, en el que contaba la experiencia profesional. La facultad estaba especialmente preparada para atender al adulto, los servicios estudiantiles eran rápidos y los cursos duraban entre cinco y ocho semanas, reuniéndose una vez por semana. El programa pronto se estableció en las hermanas universidades del Turabo y la Metropolitana. Por último, el antiguo Programa de Servicios Educativos Especiales, mejor conocido por sus siglas, PROSEE, que con tanta ilusión Pepe Méndez había establecido alrededor de la Isla hacia fines de la década anterior, porque en él “se encontraba el futuro de la institución”, y cuya historia había sido de no muy
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En 1997, el Sistema Universitario Ana G. Méndez, en colaboración con Regis University, estableció en el Colegio Universitario del Este, la primera Escuela de Estudios Profesionales. En la foto a la izquierda José F. Méndez junto a Michael J. Sheeran, presidente de Regis University. AFSUAGM
grata recordación debido a las disputas con el Consejo de Educación Superior de Enseñanza y el Departamento de Educación Federal, cambió su nombre a Centros Universitarios.27 Los centros se distanciaron del antiguo programa de PROSEE, pues contaban con una estructura administrativa propia, edificios, colecciones bibliográficas, y por supuesto, ofertas académicas. Como resultado inmediato, tanto el Consejo de Educación Superior como la Middle States Association acreditaron cada uno de los centros de las tres universidades e hicieron extensivas las licencias de rigor. Se evidenció un esfuerzo extraordinario por llevar la educación universitaria a donde más se necesitaba: a los pueblos más allá de la zona metropolitana de San Juan.
Florabel García Mullick, M.D. era directora del Laboratorio de Patología de las Fuerzas Armadas del Departamento de la Defensa de los Estados Unidos en Washington D.C. AFSUAGM
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EN EL PORVENIR LAS CIENCIAS Y LAS MATEMÁTICAS Al comienzo de la década de los noventa, pese a la expansión de las tres universidades que formaban el Sistema con sus centros universitarios a lo largo y ancho de la Isla, muchas veces se le escuchó a Pepe Méndez decir que todavía quedaba mucho por hacer, particularmente en relación al fortalecimiento de la investigación científica, tanto al nivel subgraduado como graduado.28 Por ello, en 1990 fue a visitar a la doctora Florabel García Mullick, quien dirigía el Laboratorio de Patología de las Fuerzas Armadas del Departamento de la Defensa de los Estados Unidos en Washington D.C.29 Pese a que era empleada civil de dicho Instituto, entre 1994 y 2007 fue su directora.30 Nacida en Asturias, España, era hija de madre puertorriqueña, se había criado en la Isla y era egresada de la Facultad de Ciencias Naturales y la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. La doctora García Mullick era a su vez una investigadora cabal y una autora muy prolífera en la patología moderna.31 También era profesora adjunta de Patología de Georgetown University Hospital Medical School; consultora y profesora en Patología y Oncología del Hospital Oncológico de la Universidad de Puerto Rico en el Centro Médico y profesora de Patología y Ciencias de la Salud en la Uniformed Services University, en Bethesda, Maryland. Con el paso de los años había sido mentora de cientos de estudiantes universitarios (particularmente en la Escuela de Medicina de su alma mater),
utilizando varios métodos, ya fuesen becas, programas de entrenamiento, planificación y asesoramiento personal; todo ello en el campo de las ciencias. Había hecho acuerdos de colaboración entre estudiantes de la Universidad de Puerto Rico e instituciones universitarias de ciencias en los Estados Unidos. Era conocido su apego a todos aquellos programas donde se ayudase a los estudiantes más necesitados. También había sido ficha vital en el establecimiento del mencionado consorcio de ciencias en el Memorando de Entendimiento, entre el Lawrence Berkeley Laboratory, la Jackson State University y la Fundación Educativa Ana G. Méndez. Su meta principal era el mejoramiento de las áreas de las ciencias naturales y de las ciencias de cómputos, tanto en el carácter docente como en el de la investigación. Por todo ello, José F. Méndez pidió su colaboración. La primera pregunta de García Mullick a Pepe Méndez fue cuál era el estado en que se encontraban las computadoras de las universidades del Sistema.32 A ello el presidente contestó que aunque algo se había avanzado estaban muy rezagadas, algunas muy viejas, lentas o dañadas.33 A lo que la insigne doctora añadió que todo comenzaría con la revolución electrónica del Sistema, empezando por sus escuelas de ciencias y tecnología.34 Además, había que hacer grandes inversiones en laboratorios, pues era la única forma en que estas universidades dejarían de ser únicamente centros de enseñanza. Méndez le dijo que conocía el alto costo de esta revolución, pero que el dinero para adquirir las computadoras necesarias no sería problema.35 Se pusieron de acuerdo y no mucho tiempo después –en 1995– se comenzaron a ver los resultados. De igual modo, Pepe Méndez creó bajo la Oficina del Presidente el US Advisory Board for Science, Engineering and Health del Sistema, que presidiría la doctora García Mullick. En 1995, y como Chair de la National Science Foundation, la Dra. Mullick puso su grano de arena en la designación de la Universidad Metropolitana como “Institución Modelo de Excelencia”, distinción concedida por la National Science Foundation, la National Aeronautics and Space Administration (NASA), el Departamento del Interior y el Departamento de Agricultura Federal. La designación se debió a la excelente trayectoria y el potencial universitario en la enseñanza de ciencias, matemáticas y tecnología, para los estudiantes de las clases menos pudientes del país.
La primera pregunta de García Mullick a Pepe Méndez fue cuál era el estado en que se encontraban las computadoras de las universidades del Sistema.
En primer plano, Florabel García Mullick. A su izquierda el Dr. Nizar Zein y a su derecha José F. Méndez. AFSUAGM
La Fundación Educativa Ana G. Méndez envió a sus estudiantes a hacer internados de investigación científica en los Estados Unidos y en otros países del mundo. AFSUAGM
En los años sucesivos, el Sistema Universitario Ana G. Méndez se situó en estos campos a la vanguardia de las universidades en Puerto Rico, promoviendo la práctica de enviar a cientos de estudiantes a hacer internados de investigación científica en los Estados Unidos y en otros países del mundo. También se destacó por la diversificación de programas subgraduados y graduados en ciencias, así como por el establecimiento de la Escuela de Asuntos Ambientales en la Universidad Metropolitana, cuyo único objetivo eran los programas graduados con énfasis en temas de ambiente. Simultáneamente se establecieron programas de maestrías en Ciencias y el doctorado en Ciencias Ambientales en la Universidad del Turabo. De otro lado, y a partir de aquel primer Memorando de Entendimiento firmado por representantes del Lawrence Berkeley La-
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boratory, la Jackson State University y la Fundación Educativa Ana G. Méndez en 1983, las partes llegaron a otros acuerdos con Sandia National Laboratory y el Departamento de Energía de los Estados Unidos. Mediante éstos se forjó la idea de establecer una escuela de ingeniería en una de las universidades del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Pepe Méndez, uno de los firmantes, le dio paso a la idea y movió todas las fichas institucionales para hacerla realidad. Reconociendo la necesidad de profesionales de ingeniería en el acelerado ambiente económico de Puerto Rico, la Junta de Directores de dicha institución aprobó en agosto de 1990 la creación de una Escuela de Ingeniería en la Universidad del Turabo. Se concibió como una Escuela de Ingeniería bilingüe, cuyos programas durarían cuatro años y medio. El doctor William Dawes,
Jr., fue su fundador y primer Decano. La Escuela se inició con una facultad que prestó servicios en forma provisional mientras duraba su destaque de diferentes laboratorios, principalmente del Sandía National Laboratory de Nuevo México. Los programas de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica fueron sus ofertas académicas iniciales.36 Comenzó con una matrícula de 75 estudiantes en el año académico 1990-1991. Pepe se sintió muy satisfecho. A PUNTO DE CERRAR SU QUERIDO JUNIOR COLLEGE Finiquitando la década de los ochenta, dada la persistencia de los múltiples problemas que asediaban al Puerto Rico Junior College, con gran pesar Pepe Méndez consideró el cierre permanente de sus operaciones. En una ocasión llamó a su rector, Alberto Maldonado, y le dijo que sobre sus hombros quedaba el futuro de dicha institución.37 Con veinte años a su servicio, ¡quién mejor que Maldonado para asumir tan importante reto! Oriundo de Utuado, Maldonado se graduó de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico en 1969. Luego pasó a Ohio University, donde completó una Maestría en Artes, con concentración en Ciencias Políticas y Gobierno, en 1973. Para entonces, ya trabajaba como profesor en el Puerto Rico Junior College en Río Piedras. A lo largo de los años se destacó participando en juntas, talleres y seminarios, comités (admisiones, personal, permanencia) y dirigiendo el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (1973-1974). En 1975 se trasladó a la Universidad del Turabo donde continuó con su gran desempeño, tanto magisterial como gerencial. De 1980 a 1985 fue director de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad del Turabo, así como Decano Académico y Decano de Estudiantes. Desde hacía tiempo, el Puerto Rico Junior College se encontraba en una situación sumamente vulnerable. La matrícula total había disminuido, de 5,085 en 1983 a 3,798 estudiantes en agosto de 1990, una cifra menor a la total, que fue de 4,413, tras separarse de la Universidad Metropolitana (entonces el Colegio Universitario Metropolitano) en 1980.38 Todas las áreas académicas registraron por igual las mermas en matrícula, a excepción de los programas del Departamento de Ciencias y Tecnología, con sus cursos en radiología y tomografía, muy conocidos en la comunidad científica y médica del país, y que siempre tuvieron una gran demanda. En términos generales, el problema de inestabilidad de la matrícula institucional, tanto como el problema de merma en admisiones y el de la retención de estudiantes, tenían que ver con el hecho de que las preferencias estudiantiles hacia los grados asociados habían disminuido. Pero había otros
Sobre los hombros de Alberto Maldonado quedó el futuro del Puerto Rico Junior College. AFSUAGM
Colegio Universitario del Este. AFSUAGM
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argumentos en favor de los cuatro años que ofrecía el Puerto Rico Junior College; mencionaremos seis. Primero: Los programas de ayudas federales para estudiantes, particularmente la Beca Pell, promovían cuatro años de estudios universitarios. Los programas de bachillerato gozaban, por consiguiente, de mayor atractivo para los estudiantes que deseaban recibir ese beneficio, al cual tenían derecho. Más del 80% de los estudiantes nuevos del Puerto Rico Junior College en 1978-79, recibían dicha beca federal. Segundo: Un estudio de las bajas revelaba que la retención de estudiantes en el Puerto Rico Junior College mejoraría si se ofrecieran programas de bachillerato. Se estimó que esto traería como consecuencia una matrícula más estable, lo cual era deseable para lograr una mejor planificación y mejor utilización de los recursos institucionales. Tercero: Al ofrecer bachilleratos, el Puerto Rico Junior College atraería a los egresados de los Colegios Regionales de la Universidad de Puerto Rico que, por no encontrar cabida en los recintos principales, especialmente en Río Piedras, ingresaban a las instituciones privadas. Cuarto: La tendencia a convertir los colegios regionales de la Universidad de Puerto Rico en instituciones de cuatro años era indicativa de la continuada demanda que existía por la educación a ese nivel. Quinto: El Puerto Rico Junior College ya había sido suficientemente presionado para ofrecer programas académicos de nivel de bachillerato en las áreas de Educación, Enfermería y Administración de Empresas. Existía la presión del Colegio de Profesionales de la Enfermería en favor de oportunidades para estudios a nivel de bachillerato. Por otro lado, el 86.9 por ciento de los estudiantes que ingresaban en ese programa, no se graduaban. Las bajas se atribuían, principalmente, a las transferencias hacia instituciones de cuatro años en busca del bachillerato. Las oportunidades de empleo en Puerto Rico, tanto en el Gobierno, en la banca y en la industria, eran óptimas en el campo de la Administración de Empresas cuando el candidato poseía un bachillerato. Sexto: Según encuestas del Puerto Rico Junior College, el 73.6 por ciento continuó estudios hacia un bachillerato al terminar sus estudios de grado asociado. Al acercarse el cierre de 1989, y todavía con la intención de salvar el Puerto Rico Junior College, Pepe anduvo buscando un nuevo espacio para cambiar su ubicación. En alguna medida, el Puerto Rico Junior College había sufrido el
deterioro de la imagen institucional por causa de instalaciones inadecuadas. Se buscaba un lugar amplio con espacio para poder crecer. En poco tiempo Pepe encontró un solar adecuado, justo frente al condominio Parque de las Fuentes, al margen del expreso Las Américas y la Avenida Piñero, en el Barrio Monacillos de Río Piedras. El lugar era idóneo, pues reunía muchas de las condiciones establecidas por la Junta de Directores. Estaba estratégicamente localizado, frente a la arteria principal de la zona metropolitana de San Juan, que, en dirección norte, conduce a la ciudad de San Juan y a Santurce; hacia el este, lleva al pueblo de Río Piedras; y hacia el sur, cruzando la Cordillera Central, lleva hasta la ciudad de Ponce. Este expreso era parte del importantísimo proyecto del circuito de circunvalación que, desde 1967, se construía en la Isla. De este modo, la ubicación estratégica de la nueva sede permitiría una mayor exposición y una rápida identificación del edificio desde ambas direcciones del Expreso Las Américas. Por otro lado, el solar estaba cerca tanto de muchas urbanizaciones como de varias zonas industriales y comerciales. Sin embargo, un grupo de vecinos encabezados por Gaspar Roca, propietario del periódico El Vocero de Puerto Rico, se opuso a la mudanza del Puerto Rico Junior College a estos terrenos. Decían que el tránsito vehicular diario de los estudiantes crearía una congestión de tráfico gigantesca. Se desató una pugna entre Roca y Pepe Méndez; cada cual armado de argumentos, organización, relaciones públicas, abogados, etc.39 Pepe lo tomó como un asunto personal. La protesta de parte de los vecinos fue in crescendo. Al final, Pepe tuvo que ceder y olvidarse de una vez y por todas de este solar. Afortunadamente, pronto se encontró otro lugar de mejores dimensiones y de mejor localización. Sede de una vieja fábrica de cerveza, se encontraba al margen de la Avenida Baldorioty de Castro en Carolina. Hacia el norte, en ruta hacia la antigua ciudad de San Juan, estaba el aeropuerto Luis Muñoz Marín, y hacia el este, la entrada hacia los municipios de la zona oriental de la Isla; sede de dos de las más grandes urbanizaciones del país: Country Club y Campo Rico. Por meses, con la mayor premura, se concentraron en rehabilitar los edificios de la vieja fábrica. Al fin, cuando estuvieron listos cuatro salones de clases, un espacio para la biblioteca, un edificio de administración y espacios de estacionamiento para los estudiantes, el 28 de abril de 1992 se inauguró la nueva sede del Puerto Rico Junior College. A paso seguido se ofrecieron cursos en tres áreas académicas: Administración de Empresas (Contabilidad, Gerencia y Mercadeo), Ciencias Secretariales y Artes Liberales.40 Ya con un lugar seguro y adecuado, había llegado el momento de reformular la misión y el futuro desarrollo del Puerto Rico Junior College.41 Su nueva misión institucional ponía la mira en la incorporación de un colegio universitario al nuevo recinto en Carolina.42 El cambio de misión propuesto fue sustancial, ya que se llevó a cabo la evolución o desarrollo vertical de la institución hacia otra con ofrecimientos de
Al ofrecer bachilleratos, el Puerto Rico Junior College atraería a los egresados de los colegios regionales de la Universidad de Puerto Rico...
Vista aérea del Colegio Universitario del Este en Carolina. AFSUAGM
Laboratorio de computadoras del Colegio Universitario del Este. AFSUAGM
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grados de bachillerato. Este cambio cualitativo desde el punto de vista de las agencias acreditadoras, fue también considerado como vital para su desarrollo y fortalecimiento institucional, ya que mejoraría los programas y la matrícula de la institución.43 En armonía con estos planes, la facultad y la administración recomendaron que la nueva institución se designase con el nombre de “Colegio Universitario del Este”. Su futuro quedó integrado por dos recintos en la zona metropolitana: el antiguo en Río Piedras y el nuevo en Carolina. Cinco años más tarde (en 1997), y ya cumplida la nueva misión institucional e inaugurados sus edificios, la oferta académica del Colegio Universitario del Este se definía así: bachillerato en Administración de Empresas, bachillerato en Ciencias Secretariales, bachillerato en Artes Liberales, Educación Pre-escolar y bachillerato en Ciencias Sociales con sus dos concentraciones en Justicia Criminal y Estudios Paralegales. Además, se habían creado nuevos programas de ciencias aliadas a la salud. El interés institucional se enfocó hacia programas educativos que permitiesen al egresado conseguir empleo en un futuro inmediato. A ese fin, sin prisa pero sin pausa, el rector Maldonado le dedicó sus energías más preciadas.44 El 31 de julio de 1996, la Junta de Directores aprobó el establecimiento de la Escuela Internacional de Turismo y Administración de Hoteles. Dicha Escuela nació de un acuerdo de 1995 entre el Colegio Universitario y la Compañía de Turismo, que establecía que el primero se haría cargo de la Escuela Hotelera de Puerto Rico, radicada en Isla Verde.45 Como fue su costumbre, cada paso que Pepe daba debía pisar tierra firme, y para este proyecto ya había ordenado un estudio relacionado a su traslado y su desarrollo. Finalmente se concretó un acuerdo y 480 estudiantes se transfirieron de la Escuela Hotelera a la Escuela Internacional de Turismo y Administración de Hoteles del Colegio Universitario del Este.46 El énfasis de esta nueva Escuela estaba en la educación multicultural, la informativa y las telecomunicaciones. En sus inicios, bajo la dirección de la Dra. Ginger Smith, se ofreció un grado asociado.47 Luego, a partir de agosto de 1997, se ofreció con éxito un bachillerato en Administración de Hoteles, un grado asociado en Operaciones Hoteleras y otros certificados. También se estableció una alianza con la Universidad Central de la Florida, que permitió el intercambio de profesores con grados doctorales.48 Con todos estos ofrecimientos en mente, un edificio para la Escuela Internacional de Turismo y Administración Hotelera comenzó a construirse el 15 de octubre de 1999. Pero en 1997, el Colegio Universitario del Este también estableció la primera Escuela de Estudios Profesionales. Bajo ésta, como ya dijimos, se ofreció el programa AHORA, que respondía a las expectativas del adulto profesional que deseaba completar en corto tiempo su grado universitario. La primera sección comenzó con más de 175 estudiantes que ya eran profesionales. Se ofrecieron cursos conducentes al bachillerato de Administración de Empresas con
concentración en Gerencia, Contabilidad y el bachillerato de Administración de Oficina. Casi de inmediato, el programa se convirtió en el buque insignia de la institución. Así pues, en su segundo año de operaciones, la matrícula del nuevo recinto de Carolina alcanzó 709 estudiantes en agosto de 1991. Esto representó un crecimiento de más de 440 por ciento con respecto a la matrícula inicial del recinto en 1990, que fue de cerca de 130 estudiantes. Para el segundo semestre, la matrícula tuvo 940 nuevos estudiantes, alcanzando la meta de 4,555 estudiantes; esto es, 300 estudiantes por encima de lo proyectado presupuestariamente. En 1999 el Colegio Universitario del Este recibió una matrícula de 6,976 estudiantes. Una razón que explica el aumento de matrícula fue el programa AHORA.49 Una vez más con el respaldo y entusiasmo de Pepe Méndez, en 1999 se inauguraron los ahora llamados Centros Universitarios en Manatí50, Utuado51, Cabo Rojo52, Yauco53 y Coamo54. El sol había vuelto a salir por el este; esto es por el Colegio Universitario del Este, aunque también con sus Centros Universitarios por el norte, el sur y el oeste de la Isla. No había persona más feliz que Pepe Méndez. PEPE SIEMBRA LA SEMILLA PARA UNA UNIVERSIDAD VERDE En noviembre de 1996, René Labarca, que había ocupado el cargo de rector de la Universidad Metropolitana, fue nombrado vicepresidente de Asuntos Académicos del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Fue sustituido por el Dr. Federico M. Matheu. A su arribo, Matheu, doctor en química-física, ingeniero y humanista, traía la firme decisión de “contribuir a formar estudiantes con conciencia crítica, comprometidos en su desarrollo personal y capacitados para realizar un trabajo productivo en la sociedad”. Esperaba que se utilizase el talento universitario para atender las necesidades de la comunidad. A todo ello, Pepe le dio su respaldo incondicional. Para entonces, y ya desde 1991, la Universidad Metropolitana había obtenido la renovación de su licencia del Consejo de Educación Superior y la reacreditación de la Middle States Association. Por primera vez, desde que se transformó en una universidad, dicha asociación la acreditó consecuentemente. La acreditación cubrió todos los programas en el campus, incluido el de Terapia Respiratoria.55 La Escuela de Enfermería (evaluada y acreditada por la “National League for Nursing” desde 1986), era la de mayor número (30 por ciento) de los egresados de la institución. Le seguía la Escuela de Administración de Empresas, en donde se desarrolló una maestría en contabilidad.56 En ella se creó la especialización de Sistemas de Información Gerencial, la cual permitió al estudiante la oportunidad de certificarse como Microsoft Developer, mientras obtenía su grado de bachillerato. Otro innovador programa ofrecido por la
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Escuela fue el de Empresarismo. Este programa preparaba al estudiante para crear, adquirir o administrar una empresa. Al mismo tiempo, se fortalecieron los programas de educación bilingüe, que entonces incluían 20 concentraciones ofrecidas en la institución. También se inició una nueva especialidad en Gerontología, en el Departamento de Ciencias Sociales. Concluyendo la década del 90, la Universidad Metropolitana implantó el concepto de escuelas bajo la premisa de que cada unidad fuese autosuficiente, con mayor responsabilidad y control de su orientación académica, la retención de estudiantes, los asuntos fiscales y los recursos externos.57 Estas fueron las escuelas de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades, Ciencia y Tecnología, Enfermería, Asuntos Ambientales y Administración de Empresas. Con sus 5,363 estudiantes (1998), procedentes principalmente de San Juan, Río Piedras, Toa Baja, Bayamón, Guaynabo, Toa Alta, Corozal, Vega Alta, Vega Baja y Naranjito, la Universidad Metropolitana demostraba ser “la institución de mayor potencial de crecimiento inmediato y futuro” en el Sistema Universitario Ana G. Méndez.58 Esta coyuntura fue aprovechada al máximo por la gerencia. Se brindaron mayores recursos de inversión con miras no solo a mantener sino a elevar, si posible, sus tasas de crecimiento. El 6 de marzo de 1992, y como un eslabón más del compromiso hecho por la Universidad Metropolitana de preparar científicos y técnicos necesarios para el desarrollo económico e industrial de Puerto Rico, se inauguró en su recinto de Cupey el Edificio de Investigación Científica. Se trataba de un edificio de cinco pisos ocupado principalmente por laboratorios. En su nueva casa de investigación científica, una de las metas que se fijó la Universidad Metropolitana fue la de aumentar su presencia y gravitación en los asuntos de la comunidad y ampliar los servicios externos. Ante la crisis ambiental, uno de los asuntos más apremiantes fue el tema del ambiente.59 Hacia su defensa se inclinó la balanza académica de la Universidad Metropolitana. Se hicieron frecuentes los debates institucionales sobre el arrecife coralino, el tinglar (la tortuga marina de mayor tamaño) y la iguana, entre muchas especies. A inicios de la década, se fundó en la Universidad Metropolitana el Instituto de Educación Ambiental, fruto de los esfuerzos del rector Labarca. Este operó con un donativo de la Fundación McArthur de Chicago. Su propósito fundacional fue levantar conciencia y educar a la ciudadanía sobre temas ecológicos que impactaran la política pública del país.60 Este instituto desarrolló un cu-
El rector de la Universidad Metropolitana René Labarca. AFSUAGM
rrículo sobre educación ambiental para estudiantes de séptimo grado. El currículo incluyó temas ambientales sobre el agua, energía, interdependencia, población, alimentación, playas, bosques y manglares de la Isla. Entre otros proyectos, se planeó ofrecer adiestramientos a personal técnico de empresas industriales sobre temas ambientales críticos. En 1991, por ejemplo, y bajo los auspicios de la Universidad Metropolitana, se celebró en San Juan la Primera Conferencia sobre Desperdicios Sólidos.61 Allí se dieron cita alrededor de 58 científicos provenientes de los laboratorios nacionales de Sandia, Oak Ridge, Los Alamos y Lawrence Berkeley. Meses más tarde, se celebró un foro sobre la consolidación de agencias públicas que trataban el
asunto del ambiente. Estos temas ganaban rápidamente adeptos debido a la proliferación de accidentes que afectaban el ambiente del país. En 1991 se inauguró un acuerdo de entendimiento y propósito entre la Junta de Calidad Ambiental y la Universidad Metropolitana. El compromiso de colaboración fue piedra angular en el desarrollo de un programa de concientización, desarrollo y preservación del entorno ecológico. En esta novel iniciativa, la fase educativa fue el aspecto fundamental en todo el proceso: se propuso educar, tanto al estudiantado, como a la industria, al gobierno, a otras organizaciones e indirectamente a la ciudadanía sobre la importancia de aunar esfuerzos para capacitar personas que eficazmente invirtieran en
José F. Méndez conversa con estudiantes de la Universidad Metropolitana. AFSUAGM
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pro del ambiente. Evidentemente, y tal como una vez había manifestado el rector Labarca, la Universidad Metropolitana se había convertido “en la universidad verde”.62 Como resultado de este compromiso, se ofrecieron cursos cortos de educación continua, seminarios, talleres de inmersión y otras actividades. Con el correr de los años, ya bajo la rectoría del Dr. Matheu, el Instituto de Educación Ambiental profundizó en las ciencias ambientales, al punto de poder ofrecer un bachillerato y fundar la Escuela de Asuntos Ambientales (1996). Luego se creó una maestría en Gerencia Ambiental, que respondió a la aspiración de iniciar un programa académico que constituyese una alternativa factible para la atención efectiva a las necesidades en el área ambiental. El enfoque fue multidisciplinario e interdepartamental y contó con dos especialidades: Planificación Ambiental y Manejo de Evaluación y Riesgo Ambiental. Una vez más, el consorcio con los mencionados laboratorios nacionales (Los Alamos, Oak Ridge, Sandia) y otros probó ser un recurso extraordinario del saber, la investigación y la enseñanza. A menudo se veía a Pepe respaldando las actividades de sus programas ambientales, tal y como ocurrió cuando ayudó a alimentar a Nina, el manatí perteneciente a la Red de Varamientos de dicha universidad, cuando participó como ponente en conferencias tales como el de Desperdicios Sólidos (1991), o cuando se opuso al bombardeo de la Marina de Guerra de los Estados Unidos en tierras de la Isla de Vieques (1998). La Universidad Metropolitana mostraba un éxito sin precedentes en el importante rol de atracción de recursos externos. Evidentemente, estas donaciones en su mayoría estaban ligadas a proyectos en torno a temas ambientales, a tono con las prioridades científicas y de servicio establecidas en la misión de
Como una vez había manifestado el rector Labarca, la Universidad Metropolitana se había convertido “en la universidad verde”. AFSUAGM
Pepe ayuda a alimentar al manatí Nina de la Red Caribeña de Varamientos de la Universidad Metropolitana, 1999. AFSUAGM
la institución.63 Por varios años, compañías y fundaciones fueron muy generosas con donaciones para el desarrollo de la campaña educativa de concientización ambiental de la Universidad Metropolitana.64 Con la ayuda financiera y técnica de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA) se creó el Centro de Información Ambiental del Caribe (CIAC), ubicado en la institución.65 Este centro sirvió de mecanismo para el acopio y diseminación de todo tipo de información referente a asuntos ambientales conectados a redes de informática a nivel local, federal y del Caribe.
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Por todas sus gestiones educativas científicas, la Universidad Metropolitana recibió en 1995, como ya advertimos, la designación “Institución Modelo de Excelencia”, concedido a través de la National Science Foundation, la National Aeronautics and Space Administration (NASA), el Departamento del Interior y el Departamento de Agricultura Federal. Esto debido a su excelente trayectoria y potencial en la enseñanza de ciencias, matemáticas y tecnología entre los estudiantes de las clases menos pudientes del país. Esta era la universidad que Pepe soñaba y por la que había estado luchando durante los pasados años. La meta entonces fue la de proveer a los estudiantes de ciencias, matemáticas y tecnología, un ambiente profesional de alta calidad y expectativas para animarles a que continuasen estudios graduados en ciencias. Como producto de este esfuerzo, la Universidad Metropolitana se convirtió en la institución líder en la investigación científica subgraduada única en Puerto Rico y una de las seis instituciones educativas superiores en Estados Unidos. Ello mereció que recibiera la cantidad de 2.5 millones de dólares al año por un período de hasta once años. Con estos fondos, se fortalecieron y crearon nuevos programas en ciencias, matemáticas y tecnología. En ese momento, el programa de investigación subgraduada tenía tres componentes: el pre-colegial (Academia Sabatina y Aventura Científica de Verano); el adiestramiento en investigación en los laboratorios de la Universidad Metropolitana y un internado en investigación subgraduada en laboratorios nacionales y universidades de Estados Unidos y Puerto Rico. Como parte de este último componente, en julio de 1996, 28 estudiantes de la Universidad Metropolitana realizaron internados de investigación en diversas localidades de los Estados Unidos, como la Universidad de California en Berkeley, el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, la Universidad de Missouri, la Universidad de Minnesota, la Universidad de Fordham, la Universidad de Texas en El Paso, la Universidad de California en Los Angeles, Texas A & M, el Bosque de Investigación Experimental de California y el Centro de Investigación del Ambiente del Instituto Smithsonian. Como el propósito era fomentar el estudio de ciencias, matemáticas y tecnología, se fortalecieron estos currículos y se organizó un Centro para el Desarrollo de Estudiantes de Ciencias y de apoyo estudiantil e información y telecomunicación, además de ocho nuevos laboratorios. Se hicieron grandes esfuerzos para que cada laboratorio contara con lo último en la tecnología educativa. Entre los servicios más importantes que el Centro proveyó al estudiantado se encontraban computadoras con acceso rápido al internet y programas abarcadores de orientación de estudio y carreras. El Centro también ofreció tutorías a todos los estudiantes que las solicitaran.66 El impacto fue sumamente positivo y alentador para todos sus programas. Para 1999, el programa de Ciencias Puras contaba con bachilleratos en Biología, Biología Celular Molecular, Química, Ciencias Ambientales, Ciencias de Cómputo, Venta y Distribución
En noviembre de 1996, Federico M. Matheu, doctor en química-física, ingeniero y humanista, traía la firme decisión de “contribuir a formar estudiantes con conciencia crítica, comprometidos en su desarrollo personal y capacitados para realizar un trabajo productivo en la sociedad”. AFSUAGM
de Productos Químicos y Farmacéuticos; así como una maestría en Química y en Ciencias Ambientales. El programa de Ciencias de la Salud contaba con bachilleratos en Enfermería y en Terapia Respiratoria. Al cierre del siglo, este gran esfuerzo en la enseñanza e investigación en ciencias, matemáticas y tecnología se había convertido en modelo a seguir para otras instituciones hispanoamericanas en Estados Unidos y Puerto Rico. Luego de las reformas hechas a PROSEE, la Universidad Metropolitana contó con tres Centros Universitarios localizados en Juana Díaz; Jayuya y Aguadilla. 67 En este último se ofrecían grados asociados en Ciencias de Cómputos y Secretarial Ejecutivo; y bachilleratos en Gerencia, Mercadeo, Sistemas
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Computarizados de Información Gerencial, Administración de Oficinas, Artes del Lenguaje en Educación Elemental y Justicia Criminal. También se implantó allí el Programa AHORA, y el Programa de Grados Técnicos Profesionales. La matrícula sumó 470 estudiantes. A paso seguido, el centro aguadillano se convirtió en el de mayor matrícula en el Sistema Universitario Ana G. Méndez; era el único que ofrecía estudios graduados en Educación y Administración de Empresas. UNIVERSIDAD DEL TURABO: “UNA HISTORIA DE INTEGRACIÓN Y SUPERACIÓN”68 Para el primer lustro de 1990, la rectoría de la Universidad del Turabo gozó de gran estabilidad con el nombramiento de Dennis Alicea. Alicea sustituyó al rector Claudio R. Prieto, quien había ocupado el cargo de 1989 hasta 1993. Por primera vez, desde 1986, cuando el rector González Lamela dejó la rectoría, la institución gozó de un mismo rector por un largo período de tiempo.
El rector Dennis R. Alicea venía con un doctorado en Filosofía de Brown University con especialización en Filosofía de la Ciencia y Epistemología (1987). Su nombramiento fue un gran acierto de Pepe Méndez, pues se trataba de un intelectual de primera. AFSUAGM
La instalación del rector Dennis R. Alicea. En la foto Claudio R. Prieto, Juan Manuel González Lamela, Dennis Alicea y Rafael Cartagena. AFSUAGM
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El rector Alicea venía con un doctorado en Filosofía de Brown University con especialización en Filosofía de la Ciencia y Epistemología (1987). Su nombramiento fue un gran acierto de Pepe Méndez, pues se trataba de un intelectual de primera. Su trayectoria académica y administrativa dentro del Sistema Universitario Ana G. Méndez se había iniciado en 1978 en el Centro de Estudios Televisados, donde trabajó como Técnico de Currículo y Coordinador de Ciencias Sociales. Luego laboró en la Universidad Metropolitana en calidad de Coordinador del Plan Maestro Institucional, Catedrático Asociado, Decano Asociado de Asuntos Académicos y Decano Auxiliar de Artes Liberales. En 1989 ocupó la posición de Vicerrector de Asuntos Académicos de la Universidad del Turabo, cargo que compartió junto a su responsabilidad como Director del Instituto de Política Pública del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Al ser nombrado, Alicea expresó que la Universidad del Turabo se había ido perfilando como una institución “profesionalmente orientada” con programas competitivos en las facultades de Administración de Empresas, Educación, Ciencias e Ingeniería.69 También señaló que, a su juicio, los términos que mejor podían
definir a la Universidad del Turabo eran los de integración y superación: “la integración progresiva de lo que se ha hecho y la superación, a la misma vez, de lo construido”.70 En su origen, puntualizó el rector, “los maestros constituyeron el eje central alrededor del cual se organizaron los grandes centros universitarios.71 Pero hoy la universidad gravita hacia los estudiantes, debido a que llegan a las aulas algunos que carecen de la adecuada alfabetización cultural y las destrezas analíticas con las que, clásicamente hemos identificado a los estudiantes universitarios”.72 Por ello “la Universidad del Turabo había asumido la responsabilidad moral de ayudarles a crecer y a ensanchar sus experiencias a partir del nivel en que se encuentran”. Sin embargo, apuntó Alicea, la universidad no solo debía gravitar hacia el estudiante; debía también hacerlo hacia la comunidad externa.73 “No para convertirse en un espejo irreflexivo y acrítico de esa comunidad, sino para fortalecerla, para ayudarla en sus proyectos mediante la crítica;
Escultura del indio taíno en el recinto principal de la Universidad del Turabo. AFSUAGM
Dennis R. Alicea ha dicho que “los maestros constituyeron el eje central alrededor del cual se organizaron los grandes centros universitarios”. AFSUAGM
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pero la crítica solidaria, no la crítica aniquiladora, destructiva y cínica”.74 Crear la conciencia social de la responsabilidad ineludible de ayudar a nuestras comunidades era parte esencial, a su juicio, de la educación universitaria.75 En síntesis, apuntó el Rector, el proyecto de ir construyendo la Universidad del Turabo, integrando y superando lo construido, era una tarea colectiva de la facultad, los estudiantes, el personal de apoyo y la administración.76 Se tenía la irremediable tarea de repensar el país, replantear los problemas y desmitificar las soluciones.77 Concluyó que no se pretendiese fingir lo que no se era; que se asumiese la responsabilidad de afirmar la autenticidad, voluntad e imaginación para enfrentar la cruda e imponente realidad y defender los auténticos valores de la cultura universitaria.78 Los pensamientos del rector Alicea (integración y superación), quedaron marcados en el estudiantado, en la facultad y en los empleados de la Universidad del Turabo. Fueron huellas imborrables que trazaron el espíritu de la institución en los años noventa y en el porvenir. Para entonces, el Turabo presentaba la mejor solidez y estabilidad fiscal del portafolio del Sistema Universitario Ana G. Méndez, en términos de posición y tamaño.79 Por sus características generaba altos niveles de ingresos. Con sus 7,835 estudiantes (1999), tenía la matrícula más alta de las instituciones afiliadas al Sistema Universitario. Casi dos terceras partes de los grados se conferían en las áreas de Administración de Empresas y Educación. No empece su éxito, durante la incumbencia del Dr. Alicea se inició un intenso proceso de diversificación académica. Sobresalían los nuevos programas de maestría en Educación, con especialidad en Educación Especial, en Administración de Empresas y en Asuntos Públicos, con especialidad en Justicia Criminal. También existía el programa de maestría en Ciencias Ambientales. Este último contaba con el apoyo del Centro BEST (Bioremediation, Education,
Science and Technology Center), dedicado a desarrollar tecnologías que permitían el manejo de desperdicios y la restauración del ambiente, en colaboración con el laboratorio nacional de Lawrence Berkeley, la Universidad de California en Berkeley y la Universidad de Jackson en Mississippi, entre otros. Al mismo tiempo, pero a nivel subgraduado, se desarrollaron los bachilleratos en Trabajo Social y Enfermería (con concentración en Salud Mental), entre muchos otros. También se estableció el Departamento de Educación Física, siendo el componente deportivo, tal y como lo había decidido la Junta de Directores, uno de los de mayor proyección externa.80 En 1991 y cumpliendo con su tradición académica, se estableció la ya anunciada Escuela de Ingeniería en la Universidad del Turabo. El número creciente de alumnos que querían estudiar ingeniería y la insatisfecha oferta de empleo en este ramo, tanto en la Isla como en los Estados Unidos, motivó la creación de nuevos programas y consorcios de ingeniería en el país. En un estudio del National Science Foundation se había estimado que para el 2006 Estados Unidos iba a necesitar más de 675,090 científicos e ingenieros.81 En Puerto Rico, las necesidades de ingeniería eran satisfechas por el reconocido y prestigioso programa de ingeniería del recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, establecido en 1912, y por la Universidad Politécnica en Hato Rey.82 Esta última, fundada en 1974, contaba con una matrícula de 300 alumnos. Los orígenes más cercanos de la Escuela de Ingeniería en el Turabo se remontaban al programa que nació como parte del acuerdo del Science and Technology Alliance de 1987. Este acuerdo de cooperación incluyó los laboratorios de Sandia, Oak Ridge y Los Álamos en Nuevo México, New Mexico Highland University y el Sistema Universitario Ana G. Méndez a nombre de la Universidad del Turabo, bajo la tutela del Departamento de Energía de Estados Unidos. Con todo ello en mente y consciente de la necesidad que habría en el año 2006, tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos, de más y mejores ingenieros, la Universidad del Turabo inició el 29 de julio de 1991 su Escuela de Ingeniería bajo la dirección del físico William Dawes.83 El programa de ingeniería era conducente a un bachillerato en Ciencias de Ingeniería con concentraciones en Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Manufactura. Al iniciar el curso la matrícula inicial fue de 75 estudiantes, pero se proyectaba que el programa de Ingeniería tendría alrededor de 400 estudiantes para el año académico 1994-95. Bajo los auspicios de la National Aeronautics and Space Administration (NASA) y la National Science Foundation, la Universidad del Turabo comenzó a motivar 160 estudiantes de undécimo y
Estudiantes de la Universidad del Turabo. AFSUAGM
Estudiantes de Comunicaciones de la Universidad Metropolitana. AFSUAGM
duodécimo grado, con el propósito de prepararles para proseguir estudios en su Escuela de Ingeniería. De otro lado, en el área de investigación académica, siete profesores y 10 estudiantes del Departamento de Ciencias y Tecnología desarrollaron proyectos investigativos, mientras que 17 estudiantes de Ciencias e Ingeniería fueron admitidos a los programas de internado en los diferentes laboratorios nacionales. En 1990 la Escuela de Ingeniería de la Universidad del Turabo firmó Memorandos de Entendimiento con New Mexico State University y Rensselaer Politechnic Institute para promover el intercambio de tecnología, facultad y estudiantes. En octubre de 1992 se inauguró el nuevo edificio de la Escuela de Ingeniería, ubicado en el cuadrángulo norte del recinto turabeño.84 Con nueve laboratorios, seis salones, oficinas de facultad y administración y 200 estacionamientos. A este le siguió una constante expansión. Los laboratorios Nacionales de Sandia donaron 30 unidades de la International Business Machine (IBM), para es-
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tablecer el Centro de Aprendizaje para Ciencias y Matemáticas. Al año siguiente, se fortaleció la Escuela de Ingeniería cuando se firmó un acuerdo con la Universidad de Pennsylvania. Entre las muchas innovaciones que se llevaron a cabo sobresalía el ofrecimiento de cursos de ingeniería a distancia, vía satélite. El Canal 40 proveyó el sistema de satélite para la transmisión. Otras de las áreas de colaboración fueron los internados de verano en la Universidad de Pennsylvania para la facultad del Turabo; la oportunidad de tomar cursos de educación a distancia para los ingenieros en Puerto Rico y el apoyo y asesoría a la Universidad del Turabo, para el desarrollo de nuevos programas de ingeniería y cursos a nivel subgraduado en ingeniería mecánica y manufacturera. Con este acuerdo se benefició, además, el estudiantado y la facultad de las tres instituciones del Sistema Universitario Ana G. Méndez, así como la industria, el gobierno y la comunidad puertorriqueña en general.85
Más allá de los confines del recinto en Gurabo, la Universidad del Turabo desarrolló centros de estudios extramuros o centros universitarios. Como parte de este programa, se ofrecían nuevas ofertas académicas a nivel de bachillerato. Alrededor de la Isla se ubicaron los centros de Yabucoa, Cayey y Naguabo. Se planificaban otros centros universitarios en Arecibo y Coamo. EL CANAL 40: TELEVISIÓN Y SERVICIO DE TELECOMUNICACIONES DE CALIDAD Durante los años noventa, para miles de televidentes puertorriqueños era evidente que WMTJ-TV Canal 40 y su retransmisora, WQTO-TV Canal 26, constituía una televisión de calidad. Se trataba de una red televisiva diseñada para educar, estimular la imaginación, ofrecer información y entretener.86 A menudo se le otorgaron prestigiosos reconocimientos y premios educativos.87 No había duda de que la alta calidad educativa de la programación del Canal 40 se distanciaba de la chabacanería que para entonces caracterizaba varios segmentos de la televisión puertorriqueña.88 Para los programas vulgares y violentos de la televisión comercial, no escasearon patrocinadores.89 Esa televisión, además, retaba a la escuela tradicional como principal fuente de conocimiento y cultura.90 Ante el sempiterno argumento de los productores de la televisión comercial de que su programación respondía a los pedidos del “pueblo”, el Canal 40 aparecía como una alternativa ennoblecedora. Para esas fechas, el Canal 40 inauguró una tecnología más avanzada, según lo permitieron los limitados recursos económicos del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Siempre se mantuvo a la vanguardia de la educación a distancia. Se instaló un moderno sistema de satélite que permitió al Canal 40 recibir, simultáneamente, la programación más diversa procedente de los Estados Unidos y de otros países. Como antes, sobresalió la programación de la Public Broadcasting Service (PBS). En 1991, TCI Cablevision, Inc., de la zona metropolitana de San Juan, acordó transmitir la programación del Canal 40 a sus suscriptores de los pueblos
Interior del centro de control del Canal 40. AFSUAGM
de Fajardo, Río Grande, Dorado, Arecibo, Vega Baja, Manatí y otros en la región norte de la Isla. De igual manera, al año siguiente Cable TV de Mayagüez comenzó a transmitir la programación del Canal 40. Para 1999, las instalaciones del Canal 40 y su sistema de televisión interactiva (ITS) constituyeron la infraestructura más grande dentro de los sistemas de transmisión televisiva en la Isla. Además de ampliar su cobertura, el Canal hizo una gran inversión para mejorar la calidad de la señal e incorporar un sistema de grabación y edición digital. A pesar de que el Canal 40 se esmeraba por presentar la mejor programación educativa, y de las mencionadas subvenciones, cerraba cada año con un exceso de gastos sobre ingresos. Su situación fiscal y operacional era sumamente difícil. Esta situación obedecía a múltiples factores y se agravó en la coyuntura de las recesiones económicas de la década anterior, la que afectó, de forma muy particular, el mercado televisivo tanto público como comercial. La situación del Canal 40 reflejaba la situación general de estaciones educativas y públicas. A menudo, la Junta de Directores, a pesar de reconocer el valor educativo del Canal 40 y sus ya conocidas hazañas quijotescas, debido a su insolvencia económica tuvo dudas sobre su futuro. El Canal 40 era un reconocido lastre para las finanzas de la institución. En las reuniones de la Junta de Directores no era raro escuchar a Pepe Méndez defender la estación de televisión a brazo partido. Después de muchos debates en el corazón de la Junta, Méndez convencía a los más recalcitrantes detractores de la misión educativa del Canal 40. No se trataba de televisión comercial, era televisión educativa. Así, y hasta nuevo aviso, se continuó la política de sufragar a cuentagotas los gastos operacionales del Canal 40. Su contribución al país era muy valiosa para echar a un lado 15 años de historia de televisión educativa. Para fortalecer sus operaciones y proyecciones con una imagen más efectiva en la comunidad, se desarrolló la estrategia de Amigos del Canal 40. Se quiso motivar a televidentes y empresas a invertir en el Canal mediante un programa de socios con diversos beneficios.91 Durante el primer año, este grupo contó con 14 corporaciones y 303 personas como miembros y se recaudaron $67,000. Al año siguiente, Amigos del Canal 40 levantó $123,713.50 en fondos y aumentó a 500 miembros. También se estableció una Junta Consultiva con el propósito de servir de organismo asesor en la toma de decisiones, de identificar nuevas ideas y avenidas de desarrollo, así como fortalecer los lazos de unión del Canal con los diferentes sectores de la comunidad. Se estructuró un programa intensivo de búsqueda de fondos externos a través de diversas agencias federales y otras entidades que otorgaban recursos. En una de las gestiones de mayores frutos para el Canal 40, se sometió y fue aprobada una propuesta a la National Telecommunication and Informa-
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tion Administration (NTIA), para el establecimiento del Sistema de Televisión Interactiva.92 Al inaugurarse en 1993, este sistema proveyó servicios interactivos tales como cursos, adiestramientos y teleconferencias vía circuito cerrado para cumplir con las necesidades específicas de la industria, el gobierno u otras agencias de la comunidad. Con una asignación de $1.5 millones, el proyecto proveyó para la construcción de una red de 16 transmisores que cubrieron casi la totalidad de la Isla. Así se originaba la programación desde un punto y se transmitía a múltiples localidades en y fuera de Puerto Rico.93 De la empresa privada, el 5 de octubre, el Banco Popular de Puerto Rico fue el primero en suscribirse al servicio de transmisión simultánea en su extensa red de más de 220 sucursales en Puerto Rico. La Hewlett Packard, el Banco Santander de Puerto Rico y la Triple-SSS ofrecieron adiestramientos, seminarios y talleres. Ésta última desarrolló programas dirigidos a la comunidad para orientarla sobre métodos de prevención en la salud. Al mismo tiempo, Head Start transmitió servicios de adiestramientos a sus empleados en la Isla desde la Universidad de Carolina del Sur. Mientras tanto, varias agencias públicas se beneficiaron de este servicio. El Departamento de Educación de Puerto Rico conectó 40 escuelas de la comunidad al sistema interactivo del Canal 40 para ofrecer adiestramientos, seminarios y talleres a maestros, administradores y estudiantes. La Administración de Instituciones Juveniles ofreció programas educativos utilizando métodos de enseñanza no tradicionales en sus centros en Guayama y Ponce. Así también lo hizo el Departamento de Servicio a la Familia. Bajo el Programa Padres e Hijos se ofrecieron en diez localidades vídeo conferencias para los empleados que trataban con niños de edad preescolar. Por último, el Departamento de Salud se integró al sistema con miras al adiestramiento de sus empleados en 13 hospitales regionales. Bajo este sistema de televisión interactiva, primero y único en Puerto Rico, se agrupó a los estudiantes del Sistema Universitario Ana G. Méndez en sus respectivas instituciones en salones diseñados especialmente para recibir estas señales. Las aulas fueron equipadas con un monitor, un teléfono y un facsímil, para que los estudiantes y el profesor se comunicasen y compartiesen las experiencias. Por otro lado, los estudiantes contaron con un profesor facilitador en el salón de clase. Este profesor, además de llevar el control y el orden en el salón, se reunía con los estudiantes una vez a la semana para realizar lecturas y ejercicios, y para estimular nuevas preguntas para una próxima clase. Los estudiantes contaban con un módulo que se les entregaba de antemano, enumeraba las actividades diseñadas para cada sesión, y así asistían debidamente preparados a la clase interactiva. Posteriormente, la ya mencionada National Telecommunications and Information Administration aprobó otros $90,000 para remodelar el equipo del Master Control, lugar desde donde se originaba la mayor parte de la programación de acción del Canal 40.94 Una unidad de microondas fue adquirida por la
Bajo este sistema de televisión interactiva, primero y único en Puerto Rico, se agrupó a los estudiantes del Sistema Universitario Ana G. Méndez en sus respectivas instituciones...
Donantes al Fondo de Becas: GROLIER, Triple S y Sprint. AFSUAGM
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Universidad del Turabo, lo que permitió la programación simultánea en dos idiomas. El proyecto fue totalmente suscrito por la Public Broadcasting Service. En 1993, con la instalación de una nueva antena satélite, los servicios del Canal 40 se extendieron mucho más de lo esperado, cuando se estableció el consorcio llamado Hispanic Educational Telecommunications System (HETS, por sus siglas en inglés).95 Fue uno de los más novedosos proyectos tecnológicos dentro del campo educativo a distancia para instituciones de los Estados Unidos, América Latina y Puerto Rico. Desde la Presidencia, Pepe Méndez no solo ayudó a organizar dicho consorcio sino también fue el primer presidente de su Junta de Directores. En sus inicios el Sistema Universitario Ana G. Méndez asumió los costos de la documentación legal y administrativa. El consorcio aumentó los ofrecimientos académicos, las oportunidades de educación continuada y el crecimiento intelectual para la creciente comunidad hispana en los Estados Unidos. Convergieron el uso de recursos de información como la red internet, tecnologías multimedios interactivos y videoconferencias por satélite, entre otros. Como parte de este consorcio hispano, el Canal 40 proveyó el marco de la tecnología digital y el manejo de la infraestructura del proyecto. A través de su Sistema de Televisión Interactiva las instituciones pudieron recibir y enviar programación. Así, para 1995, una red de telecomunicaciones, con satélite digital, interconectó a nueve instituciones a través de Puerto Rico y los Estados Unidos: Sistema Universitario Ana G. Méndez, Universidad de Puerto Rico, University of New Mexico, University of Texas en Brownsville, University of Texas-Pan American en Edinburgh, Eugenio María de Hostos Community College en Nueva York, Mississippi University for Women, South Mountain Community College
en Arizona y Lehman College en el Bronx (New York). Para 1999, quince instituciones de educación superior constituían este novedoso consorcio hispano de aprendizaje a distancia. Esta fase del proyecto se hizo realidad gracias al esfuerzo de Pepe Méndez, quien presidió la Junta de Directores del Hispanic Educational Technology Services (HETS) por tres años (1993-1994), logrando sentar sus bases. Uno de los logros más significativos de su trabajo fue la obtención de cerca de $1 millón para el desarrollo de la infraestructura del proyecto, gracias a una propuesta hecha al Departamento de Comercio de los Estados Unidos. Esta operación facilitó la planificación a largo plazo de estrategias para el desarrollo y la tecnología de la educación a distancia.96 Al cierre de la década, el Canal 40 y su afiliado, el Canal 26, dejaron de ser meras estaciones de transmisión para convertirse en un centro completo de telecomunicaciones con lo más avanzado de la tecnología. En 1999 el Canal 40 podía transmitir televisión interactiva de costa a costa en Puerto Rico y ya daba los pasos para convertir su sistema de televisión en uno digital. CREACIÓN DE FONDO DE BECAS PARA ESTUDIANTES Pepe Méndez, el infatigable y laborioso presidente del Sistema Universitario Ana G. Méndez, continuaba abogando, tal y como había hecho durante los pasados años, a favor de la independencia de las universidades privadas del control del Consejo de Educación Superior y de una mejor distribución o equidad en el financiamiento de dicha educación. Aunque ya se había superado el
La educación universitaria privada había asumido la responsabilidad de educar a casi dos terceras partes de todos los alumnos a nivel superior.
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susto de las posibles reformas educativas de los reaganomics, Pepe no cejaba de mirar hacia el futuro del financiamiento de la educación universitaria. Sin embargo, esta vez ponía sus miras en el Consejo de Educación Superior, con el que, como hemos visto, no tenía muy buenas relaciones. El número de estudiantes matriculados en instituciones universitarias era cada vez mayor, aumentando de 156,147 (1990) a 176,015 (1999).97 Operaban en la Isla con licencia del Consejo de Educación Superior 35 instituciones y sistemas de educación superior, con un total de 72 unidades institucionales. El crecimiento en el número de instituciones de educación superior se había iniciado, según se ha narrado, a mediados de la década del setenta, impulsado en gran medida por el advenimiento de las Becas Pell de ayuda para estudiantes necesitados. En 1970 existían en Puerto Rico tan solo cinco instituciones y sistemas operando bajo la acreditación del Consejo de Educación Superior: la Universidad de Puerto Rico, la Universidad Interamericana de Puerto Rico, la Universidad Católica de Puerto Rico, la Fundación Educativa Ana G. Méndez y la Universidad del Sagrado Corazón.98 Sin embargo, 10 años más tarde, el total prácticamente se cuadruplicó, operando un total de 19 instituciones. Durante la próxima década nuevamente aumentó a 35 instituciones universitarias. Se podían clasificar las instituciones en dos grupos. Había seis instituciones grandes. A las cinco mencionadas, se le añadió la Universidad Politécnica en Hato Rey. Del total de 36 instituciones o sistemas, cuatro de estas atendían al 80.0% de los estudiantes.99 El papel que para entonces desempeñaba el sector privado en la educación superior de Puerto Rico era cada vez mayor. La educación universitaria privada había asumido la responsabilidad de educar a casi dos terceras partes de todos los alumnos a nivel superior. Cerca del 11 por ciento de todos los estudiantes que asistían a instituciones de educación superior lo hacían en el Sistema Universitario Ana G. Méndez. El ambiente de la educación superior en Puerto Rico era muy heterogéneo. En el caso específico de las instituciones que integraban el Sistema Universitario Ana G. Méndez, la Universidad del Este, la Universidad del Turabo y la Universidad Metropolitana, se observaba que estas mismas se encontraban en grupos distintos de universidades, lo que confirmaba que el propio sistema no era homogéneo. La Universidad del Turabo estaba en el grupo de unidades institucionales universitarias, cuyos pares eran el Recinto Metropolitano, el Recinto de San Germán de la Universidad Interamericana y el Recinto de Ponce de la Universidad Católica. Sin embargo, ninguna de estas cuatro unidades institucionales operaban en el mismo mercado geográfico. En el caso de la Universidad Metropolitana, el grupo de sus pares (15 unidades) eran instituciones de cuatro años. El Puerto Rico Junior College se encontraba en un grupo de unidades institucionales de dos años junto con el Colegio Regional de Utuado de la
Universidad de Puerto Rico, el Colegio Tecnológico del Municipio de San Juan y Ramírez College. En cuanto a la independencia de las universidades privadas con respecto al control del Consejo de Educación Superior, Méndez entendía que “había un serio conflicto jurisdiccional y de interés en la función dual del Consejo de Educación Superior, como entidad que licencia y acredita, siendo, además, la Junta de Síndicos de la universidad del Estado”.100 Sostenía además que el Estado tenía la responsabilidad de licenciar, no de acreditar a las instituciones. Decía que “la autoridad de acreditación es y debe ser independiente del Estado”.101 Sobre la mejor distribución o equidad en el financiamiento de la educación superior, Méndez propuso un análisis serio y sosegado, pero profundo. El Instituto de Política Pública auspició varios foros al respecto. En uno de ellos Pepe advirtió que, sin un sistema adecuado para financiar la formación universitaria, “estaremos advocados al subdesarrollo perpetuo”.102 El 19 de mayo de 1993 se celebró el primer foro, que trataba sobre la independencia de las universidades privadas del control del Consejo de Educación Superior y una mejor distribución o equidad en el financiamiento de estas. En dicha ocasión participaron líderes legislativos, presidentes de varias universidades del país, un grupo de distinguidos economistas y analistas financieros. El foro concluyó que el acceso y la equidad es un asunto que las universidades privadas y el estado tienen que atender seriamente. Las universidades privadas educan dos terceras partes de los estudiantes que provienen de las escuelas públicas del país, estudiantes económicamente desaventajados que se
En Lawrence Berkeley Lab con Richard Evans, Robert Mack y Thomas Odom. AFSUAGM
ven en la disyuntiva de pagar más por su educación que lo que pagan sus homólogos en las escuelas privadas y los que se matriculan en la Universidad de Puerto Rico. La importancia estratégica de la educación universitaria, dijo Méndez en esa ocasión, “es algo que nadie que esté familiarizado con las nuevas tendencias en el desarrollo de las naciones, o con la academia, puede negar.103 Las últimas dos décadas han sido testigo de cambios tan significativos e inesperados que han asombrado al mundo. Estos cambios han impactado nuestras vidas por la velocidad con que han ocurrido, por la variedad de los mismos, y por la profundidad. Prácticamente han ocurrido en todos los campos del saber”.104 Al analizar el tema de la educación universitaria en Puerto Rico, dijo que “estamos atendiendo un asunto que reviste una enorme importancia estratégica para el gobierno de Puerto Rico”.105 Igualmente añadió que “no podemos ignorar o pasar por alto el serio problema de equidad y justicia que afecta directamente a los estudiantes universitarios que ingresan al sector privado de la educación superior en Puerto Rico. Desde el punto de vista de la justicia social y la equidad, debemos enfatizar la labor social que desempeñan las universidades privadas en la formación de nuestros recursos científicos, técnicos y académicos. El sector privado de la educación universitaria en Puerto Rico atiende el 65% de los estudiantes universitarios del país, mientras que el restante 35% es atendido por la universidad del Estado. Sin embargo, a la hora de asignar los recursos económicos por la Legislatura de Puerto Rico, el panorama es muy diferente”.106 Para el año académico 1993-94, añadió Méndez, ésta asignó un total de $27,567,000 para el Fondo Educacional y $14,541,475 para el Fondo Legislativo, para un total asignado de $42,108,475. De este total, las instituciones privadas de educación universitaria solo recibieron $7,700,000 del Fondo Educacional y $1,968,280 del Fondo Legislativo para un total recibido de $9,668,820, equivalente a
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solo un 23% del total asignado a estos dos fondos, cuando debió ser en justicia y equidad la cantidad de $27,370,508, en proporción al 65% de la población universitaria que este sector atiende”.107 Meses más tarde, en enero de 1994, al participar en las vistas públicas celebradas por la Comisión de Educación del Senado para investigar la forma en que el Consejo de Educación Superior estaba distribuyendo el dinero asignado a los fondos de las becas de los estudiantes de nivel universitario, Méndez presentó datos que evidenciaban la inequidad del sistema de distribución de las becas.108 Para salvar esa clara injusticia hacia los estudiantes más necesitados propuso un fondo de becas que administraría el Consejo de Educación Superior. Dijo que este fondo se nutriría en primer lugar de los dineros asignados por la Legislatura al Fondo Educacional Legislativo y de cualquier otro dinero que se asignase del presupuesto del gobierno de Puerto Rico a becas y al fortalecimiento de la educación superior del país. Continuó explicando que a este fondo debía asignársele la cantidad de $100 millones de dólares del presupuesto total del gobierno de Puerto Rico, que ascendía a alrededor de $15 billones de dólares. Dicha cantidad se distribuiría como complemento a la Beca Pell, cubriendo los gastos no cubiertos por esta, y de acuerdo al siguiente orden: pago de cuotas y cargos de matrícula, pago de libros y materiales didácticos, pago de gastos de transportación y almuerzos, pago de gastos de hospedaje y pagos de otros gastos personales, asociados con sus estudios. Añadió que esto constituiría, sin duda, una gran medida de justicia social, encaminada a cerrar el abismo que existía entre las oportunidades económicas de los estudiantes del sector público vs los del sector privado.109 Méndez continuó argumentando que la creación de este fondo de becas para estudiantes contribuiría al mejoramiento de la calidad de la oferta educativa, ya que al asignar los recursos a los individuos en vez de a las instituciones, fomentaría la compe-
tencia entre los proveedores del servicio y necesariamente impulsaría a las universidades a ofrecer un producto de mejor calidad y a ser más eficientes en el uso de sus recursos. Otras presentaciones siguieron en las que Pepe repitió que existía una gran falta de equidad en la distribución y uso de los fondos totales de ayuda económica para estudiantes necesitados, matriculados en instituciones de nivel superior, públicas y privadas de Puerto Rico. Pero Pepe no se rendía. En 1992 había solicitado a la Legislatura la aprobación de un anteproyecto de ley para enmendar la Ley Número 19 del 29 de junio de 1954, según enmendada mejor conocida como la Ley de Contribución Sobre Ingresos de 1954. Dicha ley disponía que los individuos solo pueden deducir donativos a instituciones educativas existentes acreditadas si se toman como deducción detallada en la medida en que estas donaciones excedan el 3% del ingreso bruto ajustado de los individuos. De acuerdo a Méndez, dicha ley “tiene el efecto de desincentivar los donativos de individuos y corporaciones a las instituciones educativas y comunales que tanto los necesitan, para realizar su obra pedagógica, social, cívica y cultural”.110 “Nuestra propuesta es sencilla. Solo aspiramos a que se legisle una ley de donativos similar a la de Estados Unidos, la cual estimula a la ciudadanía a conceder donativos a las instituciones educativas públicas y privadas de la nación”, apuntó Méndez, explicando que la implantación de la ley propuesta tendría un efecto positivo en la calidad de la educación en Puerto Rico, a la vez que estimularía a individuos y corporaciones a invertir en el área de mayor importancia estratégica para el desarrollo de la sociedad”.111 El planteamiento fundamental de Méndez constituyó un llamado a reconocer la apremiante necesidad de desarrollar una revisión profunda de la concepción política y pública vigente respecto a los procesos educativos del país. Decía que “ante los dramáticos y vertiginosos cambios sociales, económicos y políticos a escala global que afectaban to-
dos los aspectos de la sociedad, Puerto Rico debía responder con la efectividad y flexibilidad necesarias que propicien su más adecuada incorporación al nuevo esquema del siglo XXI”.112 Esa idea debía “reconceptualizar el aparato educativo en todos sus niveles como parte vital de la infraestructura social y reconocer el carácter estratégico crítico del desarrollo de los recursos humanos como base para fortalecer nuestra competitividad a nivel global”.113 Además, insistió Méndez, como tantas veces lo había hecho en el pasado, que se debía reconocer la importancia de asegurar el acceso a la educación superior a personas de bajos ingresos mediante mecanismos que les permitieran escoger libremente a base de sus necesidades, intereses y capacidades.114 Por último, pedía que se tomase en cuenta la heterogeneidad de los programas de educación superior que exigía el Puerto Rico contemporáneo.115 Muy ligado a lo arriba señalado, Pepe Méndez libraba una segunda campaña contra la existente falta de equidad y distribución y uso de los fondos estatales de ayuda económica para estudiantes e instituciones de nivel superior, públicas y privadas de Puerto Rico. Expresaba su descontento por el alegado favoritismo con la Universidad de Puerto Rico a la hora de repartir los fondos.116 Para 1993, la Universidad del Estado recibía sus ingresos presupuestarios de aportaciones del Fondo General del gobierno de Puerto Rico (9.33 por ciento); de fondos especiales que asigna la Legislatura (Fondo Educacional y Fondo Legislativo); de otros recursos tales como los provenientes del gobierno federal, pago de cuotas de matrícula y transferencia de fondos, etc.; y las mejoras permanentes se financiaban principalmente por préstamos y/o emisiones de bonos. El total de recursos que había recibido la Universidad de Puerto Rico en los últimos cinco años había aumentado de $523,084,475 en 1989-90 a $700,844,117 en 1993-94. Durante estos años, la matrícula total de la Universidad de Puerto Rico había disminuido de
De izquierda a derecha Jaime Fuster, comisionado residente en Washington, DC, José F. Méndez, Jaime Benítez y José Ronaldo Jarabo, durante una recepción para congresistas en Washington, DC en 1986. AFSUAGM
55,626 estudiantes en 1989-90 a 53,165 en 1993-94. Méndez argumentaba que las universidades privadas en Puerto Rico recibían alrededor del 90 por ciento del total de sus ingresos gracias a las becas y préstamos que tramitaban sus estudiantes. Desde 1974, la Beca Pell constituía la fuente principal de financiamiento de la educación superior de los estudiantes que ingresaban al sector privado de educación postsecundaria de nivel universitario en Puerto Rico. Estos fondos federales asignados a Puerto Rico habían aumentado de $214,210,000 en el año fiscal 1988 a $291,401,000 en el año fiscal 1992. La alta dependencia de becas y préstamos estudiantiles creaba una situación muy vulnerable a confrontaciones de crisis fiscales para muchas de las instituciones universitarias de la Isla.117 Por otro lado, además de las ayudas federales, existían fondos de ayuda económica para los estudiantes de instituciones de nivel universitario. Estos los administraba el Consejo de Educación Superior.118 Se trataba del Fondo Educacional y del Fondo Legislativo. Ambas ayudas se concedían a base de la necesidad económica del estudiante. La asignación del Fondo Educacional, creado por virtud de la Ley Núm. 64 del 24 de junio de 1969, ascendió para el año académico 1992-93 a $15.4 millones, que se distribuyeron en $7.7 millones para la Universidad de Puerto Rico y $7.7 millones para las universidades privadas, destinados para ayudas económicas a estudiantes. La Universidad de Puerto Rico destinó el uso de los $7.7 millones que le asignó la Legislatura únicamente para gastos operacionales.119
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Al examinar la disposición de la Ley Núm. 64 dentro del contexto del momento en que operaban las universidades públicas y privadas del país, resultaba, según Méndez, un tanto incomprensible que “se sostenga una distribución de este fondo de un 50 por ciento para la Universidad de Puerto Rico y 50 por ciento para el sistema de educación superior privado en circunstancias en que la matrícula total postsecundaria de nivel universitario es servida en un 65 por ciento por el sector privado y en un 35 por ciento por el sector público”.120 Se requería pues, de acuerdo con Méndez, atemperar esta Ley con la realidad en que operaban las universidades públicas y privadas del país.121 De igual forma sostuvo Méndez que el Fondo Legislativo, creado mediante el Acta 5 del 2 de abril de 1943 y enmendado por la Resolución Conjunta Núm. 76 de la Cámara y el Senado del 5 de julio de 1974, constituía el otro fondo para ayuda económica a los estudiantes administrado por el Consejo de Educación Superior. Desde 1988 hasta 1993 la Legislatura asignó un promedio anual de $14.9 millones, de los cuales se destinaron alrededor de $2 millones anuales para becas de estudiantes que asistían a las instituciones privadas de nivel universitario, y que cualificaban para recibir dichos fondos. La Universidad de
Donantes del Fondo Permanente de Becas. Arriba, oficiales del Banco Bilbao Vizcaya. Al lado, Méndez estrecha la mano a Salomón Levis. AFSUAGM
Taller de Reforma Universitaria. AFSUAGM
Puerto Rico designó, de estos fondos, la cantidad de aproximadamente $6 millones anuales para becas estudiantiles. La cantidad restante de alrededor de $7 millones se destinó para apoyar diversos proyectos o actividades académicas del sistema de la Universidad de Puerto Rico.122 Un análisis del presupuesto histórico de la Universidad de Puerto Rico, ilustraba, según Méndez, una desigualdad en la asignación de estos fondos, entre el sector público y el privado de la educación superior.123 Además, señaló Méndez que la Universidad de Puerto Rico recibía el 9.33 por ciento del presupuesto general del gobierno como aportación que ingresa a los fondos generales de la universidad por la disposición de la Ley 2 del 20 de enero de 1966. Esto le permitía a la Universidad de Puerto Rico operar con un costo promedio por estudiante de alrededor de $10,000 anuales.
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La condición era muy distinta en el sector privado. Los ingresos totales de la mayor parte de las instituciones de educación superior privadas las obligaban a tener que operar a un costo promedio por estudiante de entre $2,500 a $3,000 anuales.124 Las instituciones que integraban el Sistema Universitario Ana G. Méndez distribuían los fondos asignados por el Consejo de Educación Superior a razón de $400 por estudiante. La situación de los estudiantes que asistían a dicho Sistema revelaba los siguientes datos.125 Primero: El máximo anual que otorgaba la Beca Pell era de $2,300 por estudiante. Segundo: El costo anual de la matrícula de un estudiante con una carga académica de 13 créditos semestrales ascendía a $2,820 anuales. Tercero: El 90 por ciento de la matrícula del Sistema Universitario Ana G. Méndez era elegible para participar de la Beca Pell, equivalente a 15,300 estudiantes.
Cuarto: El Sistema Universitario Ana G. Méndez recibió en el año 1993-94 la cantidad de $2,056,913 del Fondo Educacional y del Fondo Legislativo administrado por el Consejo de Educación Superior. Quinto: Con esos $2,056,913 el Sistema Universitario Ana G. Méndez podría completar la diferencia de $520 entre el costo de matrícula y la Beca Pell al 26 por ciento del total de estudiantes elegibles para recibir dicha ayuda, equivalente a 3,955 estudiantes del total de 15,300 elegibles. Sin embargo, para poder beneficiar a un número mayor de estudiantes del Sistema Universitario Ana G. Méndez se había asignado un total de $400 por estudiante elegibles, equivalente a 5,049 estudiantes. El sistema público de educación superior presentaba un cuadro muy distinto al del sector privado. Bastaba señalar algunos de los elementos que lo integraban para poder aquilatarlo:126 el nivel socio-económico del estudiante que ingresaba a la Universidad de Puerto Rico, en términos generales, era más alto que el del estudiante que ingresaba al sector privado de educación superior. Por tal razón, su capacidad para financiar sus gastos de estudios era mayor. El costo de la matrícula de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico era sustancialmente más bajo que el de la privada, por la simple razón de que el Estado subsidiaba sobre el 50 por ciento del costo de los servicios educativos que aquella prestaba a los estudiantes.127 A los estudiantes elegibles para recibir la Beca Pell en la Universidad de Puerto Rico les sobraba alrededor del 50 por ciento del dinero que recibían de dicha beca, con la que cubrían más allá de los gastos de matrícula, libros, hospedaje, transportación y almuerzos, entre otros. En la privada, la Beca Pell les alcanzaba a cubrir únicamente el pago de su matrícula y sus demás gastos de estudios quedaban al descubierto. Todo esto revelaba que los estudiantes que asistían a las universidades del Estado no necesitaban el subsidio que proveía el Fondo Educacional y el Fondo
Méndez junto a estudiantes del Proyecto Causa. AFSUAGM
Legislativo con la urgencia que lo necesitaba el sector privado de educación superior.128 Fue por todas estas razones que en 1993 Méndez propuso ante la Comisión de Reforma Gubernamental sobre los Proyectos de Reforma Universitaria, la creación de un fondo común de becas para estudiantes, que se nutriría en primera instancia, del total de los recursos que se asignaban al Fondo Educacional, al Fondo Legislativo y al fondo de becas que recibía la Compañía de Fomento Industrial, y de las aportaciones de las industrias en general. Este fondo lo administraría el Consejo de Educación Superior.129 De acuerdo con Méndez, este fondo incluiría, además, todos los recursos destinados a becas para estudiantes necesitados o para aquellos que ingresasen a programas que fueran de particular interés público.130 El fondo serviría a estudiantes, no importa cual fuere la universidad seleccionada por ellos, para cursar estudios de grado asociado, bachillerato y posgrado. El Consejo de Educación Superior, como entidad que administraría este fondo, debería establecer los criterios para el otorgamiento de becas y debería además, rendir informes anuales a la Legislatura sobre la disposición de dicho fondo. El fondo operaría como un complemento de las becas Pell y contribuiría a compensar la diferencia entre el costo anual del servicio educativo y el monto de las becas federales disponibles (Beca Pell).131 La tesis central de Méndez fue, pues, de justicia distributiva para casi cien mil estudiantes de los sectores menos privilegiados, que luchaban por abrirse un camino.132 Los fondos gubernamentales no debían usarse para sostener las instituciones, sino para promover ayudas a esos estudiantes y apoyar programas costosos. Este planteamiento fundamental había sido puesto en práctica por varios gobiernos estatales, que habían adoptado una estrategia de matrícula alta y ayudas altas, enfatizando el ofrecimiento de ayudas directas al estudiantado en función de su necesidad y sustituyendo las ayudas generales.133 Por último, no solo la universidad pública impactaba a las instituciones privadas, pues recibía la mayor cantidad de fondos federales educativos, sino porque cualquier cambio en sus haberes redundaba en todo el sistema educativo. En 1994, por ejemplo, el sistema de la Universidad de Puerto Rico inició un aumento notable en el ritmo de crecimiento de su población estudiantil.134 En 1995-96 se experimentó un aumento del 30 por ciento en relación con el curso anterior, entre los solicitantes en la Universidad de Puerto Rico.135 Esto se atribuyó, principalmente, al cambio otorgado al peso de los componentes de la fórmula de admisión, lo cual permitió que un gran número de estudiantes, tanto de escuelas públicas como privadas, visualizaran la Universidad de Puerto Rico como su alternativa de estudios. Los Colegios Regionales del sistema público experimentaron el mayor crecimiento.136 La matrícula de las universidades privadas quedó seriamente impactada, limitando su tasa de crecimiento.
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El razonamiento claro y contundente de Méndez sobre la creación de un fondo común de becas para estudiantes universitarios ante la Comisión de Reforma Gubernamental lo puso frente a frente contra el Consejo de Educación Superior. Aunque sus argumentos eran sólidos, dicho cuerpo no alteró su política de becas. Una vez más, Pepe Méndez se convertía en persona non grata en el Consejo. Así las cosas, y sin otro camino que recorrer, Pepe miraba hacia todas partes en busca de maneras de seguir adelante con su obra universitaria. Para entonces, aparte de la Beca Pell, se esmeraba en desarrollar un programa de dotación. Para que quedase segura su obra luego de su muerte, dejó establecido en su testamento una donación de $75,000 para que fuera destinada a becas para estudiantes talentosos y de escasos recursos económicos de las tres instituciones del sistema universitario.137 En 1997 Pepe organizó el llamado Fondo Dotal Forjadores del Futuro, que tuvo como director de campaña a un miembro de la Junta de Directores, Mario Gaztambide. Este consistía en fondos perpetuos, donados por personas o instituciones. Estos no se tocaban, pues la institución pareaba la cantidad y así se becaba a estudiantes talentosos de escasos recursos, siendo muchos de ellos los primeros en su familia en asistir a una universidad. En tres años ya se habían establecido 32 fondos dotales; en el último año habían crecido en un 79% y se esperaba, para el año 2000, cerrar la campaña con $4 millones. Pepe había logrado importantes acuerdos con otras instituciones de Puerto Rico y fuera del país. También había establecido relaciones con el Gobierno Federal, en su empeño por lograr una mayor atención a los asuntos educativos en la Isla. Ahora vislumbraba, en un horizonte cercano, el prestigio y la solvencia económica de su Fondo Forjadores del Futuro. “NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA” Al concluir el 1995, entre sus batallas en el Consejo de Educación Superior, el cumplimiento de los memorandos de entendimiento y mil y una cosa más, en un examen rutinario en el hospital de la Sociedad de Beneficencia Auxilio Mutuo en Río Piedras, se le diagnosticó a Pepe Méndez la enfermedad de hepatitis C.138 Se creyó que a raíz de una intervención quirúrgica por una úlcera en el duodeno, una transfusión de sangre contaminada le había infectado con el virus. La ironía fue que Méndez, tal como su madre, había sido presidente del capítulo de Puerto Rico de la Cruz Roja (1988 y 1989). A paso seguido, Méndez se comunicó con el doctor Miguel Fiol, médico puertorriqueño y amigo de la familia, residente en Minneapolis, desde donde hacía 20 años se desempeñaba como neurólogo especializado en epilepsia, genética y cáncer del cerebro en la clínica de la Universidad de Minnesota139 El Dr. Fiol era miembro del Departamento de Neurología de dicha universidad.
Pepe había logrado importantes acuerdos con otras instituciones de Puerto Rico y fuera del país. También había establecido relaciones con el Gobierno Federal...
El Dr. Miguel Fiol era una especie de ministro plenipotenciario de los puertorriqueños que acudían en busca de servicios de salud en el sistema de hospitales de Minnesota. AFSUAGM
Hacía dos décadas que precisamente el Dr. Fiol había buscado a quien ayudase a Ana Grecia, la hija de Pepe, cuando fue sometida a una delicada operación de la espalda; también había ayudado a su propia esposa y había descubierto que Ana G. Méndez padecía de la enfermedad de Alzheimer. Parecía como si el Dr. Fiol fuese el ministro plenipotenciario de los puertorriqueños que acudían en busca de servicios de salud en el sistema de hospitales de Minnesota, principalmente en la Clínica Mayo de Rochester. En esta ocasión, el Dr. Fiol hizo los arreglos para que Pepe Méndez visitara lo antes posible al doctor Nicholas La Russo, director del Departamento de Gastroenterología, Hepatología y Medicina Interna de la Clínica Mayo.140 Para esas fechas en dicha clínica se daban los primeros pasos para establecer un protocolo en la cura de la hepatitis C, enfermedad causada por el virus VHC. Dicho virus entra a las células del hígado, utilizando la estructura genética para copiarse a sí mismo, infectando así las demás células. Es una infección viral que ataca el hígado y lo inflama. En el 15 % de los casos, la infección de Hepatitis C se elimina espontáneamente por
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el cuerpo y no tiene consecuencias mayores. Sin embargo, en la mayoría de los casos la infección es crónica y poco apoco afecta el funcionamiento del hígado. Este daño puede convertirse en crónico y luego en cirrosis (fibrosis hepática) y cáncer (carcinoma hepatocelular). Méndez fue sometido a un gran número de pruebas médicas, que efectivamente demostraron que padecía de una adelantada y severa fibrosis hepática.141 Aunque la hepatitis C no es una enfermedad mortal, si puede llevar a la muerte. No se podía esperar. A la vista de los resultados de las primeras pruebas, el Dr. La Russo llamó para una consulta al Dr. Nizar N. Zein, uno de sus colegas, pues el joven galeno llevaba a cabo investigaciones en torno al tratamiento y cura de dicha enfermedad. Egresado en 1986 de la Facultad Médica de la Universidad de Tishreen, Lattakia, en Syria, el Dr. Zein había llevado a cabo investigaciones postdoctorales en el Case Western Reserve University en Cleveland
El Dr. Nizar N. Zein, joven galeno natural de Syria llevaba a cabo investigaciones en torno al tratamiento y cura de la hepatitis C en la Clínica Mayo en Cleveland. AFSUAGM
(1988) y luego su internado en Medicina Interna y Pediatría en el Medical College de los Hospitales de Ohio, en la ciudad de Toledo. En 1992 recibió una beca para estudiar Gastroenterología de adultos y niños en la Clínica Mayo. Allí recibió la Mikati Foundation Endowed Chair en Enfermedades del Hígado y Trasplantes. Por este impresionante bagaje científico en enfermedades del hígado fue que el Dr. La Russo le pidió al Dr. Zein su colaboración. Este le habló a Pepe Méndez de sus investigaciones en enfermedades del hígado y la hepatitis C, y de un proceso experimental para su cura, en el que estaba trabajando. El protocolo consistía de un tratamiento a base de ingerir píldoras de Ribavirim y de inyecciones de Interferon, tres veces por semana, por espacio de un año. Y por supuesto, ni una gota de alcohol, ni entonces, ni en el mañana. Las posibilidades de curación eran de tan solo 30 por ciento. Sin embargo, Méndez quedó muy impresionado y dijo que necesitaría tiempo para pensarlo, pues el médico que dirigía el tratamiento tendría que hacerlo a distancia. Una vez en Puerto Rico, y luego de haber pensado e investigado bien el asunto, en 1997 Méndez se comunicó con el doctor La Russo para decirle que quería iniciar el tratamiento, pero que deseaba quedar bajo la supervisión del doctor Zein. Con valentía, Méndez puso su salud en las manos de un científico joven y extranjero, que le ofrecía un tratamiento todavía en etapa experimental. Con todo el optimismo que lo caracteriza, Méndez dijo que él se convertiría en uno de ese 30 por ciento que encontraría la cura en el tratamiento sugerido por el doctor Zein. Sin embargo, si se le podría asegurar el éxito en un 95%, el Dr. Nizar Zein le contestó: “I am only human”.142 En sus conversaciones, Méndez prometió al Dr. Nizar Zein que, de obtener los resultados esperados, habría de hacer público su tratamiento para que otros en Puerto Rico se beneficiaran de él.143 Más fácil dicho que hecho, porque a lo largo del próximo año, los efectos del tratamiento del
Dr. Zein fueron implacables para Méndez, quien perdió mucho peso. Aunque la enfermedad no había presentado síntomas, el tratamiento sí lo hizo. Su piel adquirió un color amarrillento. Por meses se le vio muy débil, escuálido, caminando lentamente, cargando su maletín por los pasillos del edificio principal en Cupey, sede del Sistema Universitario Ana G. Méndez.144 Se le pedía que descansase, que tomara siestas y unas merecidas vacaciones, cosa que no hizo. Peor aún fueron los efectos neurológicos del tratamiento (ansiedad, depresión, irritabilidad); devastadores para Pepe.145 Sin embargo, contra viento y marea, y con el ánimo de lucha que le ha caracterizado siempre, a lo largo del año Méndez, que no falló ni un solo día en el tratamiento y siguió al pie de la letra las órdenes del doctor Zein, recuperó y poco a poco el virus fue erradicado.146 Luego siguieron otros meses más de pruebas y Zein recomendó que aunque estaba libre del virus, anualmente debería hacerse una prueba de ultrasonido del hígado, Pepe cumplió religiosamente con estas órdenes médicas.147 A partir de entonces, cada año Pepe –así le gustaba llamarlo el Dr. Zein–, visita el Departamento de Gastroenterología y Hepatología de la Cleveland Clinic Foundation, donde Zein tenía un nombramiento de director de Hepatología Clínica y era profesor de las mismas disciplinas, especializado en trasplante de hígado. Había nacido entre ambos una profunda amistad y una admiración recíproca. Además de su chequeo anual, Pepe dialogaba con Zein sobre los programas de las ciencias de la salud en el Sistema Universitario Ana G. Méndez. También hablaba sobre la posibilidad del establecimiento de una escuela de medicina en una de las tres universidades del Sistema. De esos diálogos nacieron los llamados “Simposios de Ciencias de la Salud”, auspiciados por el Sistema. Anualmente el Dr. Zein, y por supuesto el Dr. Fiol, junto a otros distinguidos científicos extranjeros, visitaban a Puerto Rico para ofrecer conferencias de alto valor científico en el Sistema. Definitivamente para
Pepe no había refrán más cierto que el que dice: “no hay mal que por bien no venga”, ya que a su enfermedad le pudo sacar algo bueno. El júbilo de aquellos meses en los que el virus desapareció, quedó opacado cuando el 18 de febrero de 1997, a sus 89 años de edad, falleció Ana G. Méndez. Por fortuna, la ilustre educadora había logrado disfrutar del reconocimiento público de aquella extraordinaria obra que había iniciado en 1949 y que Pepe Méndez, su hijo, tan inteligentemente, había continuado. ESTRATEGIAS DE FUTURO: VISIÓN 2000 Durante el primer lustro de los años noventa, Visión 2000 fue el proyecto educativo más importante discutido por Pepe y la Junta de Directores del Sistema Universitario Ana G. Méndez.148 Este nuevo plan estratégico fue adoptado por la Junta de Directores en 1993. Su premisa central fue la necesidad de fortalecer la calidad de los servicios académicos y estudiantiles debido a que el problema ancestral de la deserción escolar isleña no daba tregua en las aulas del Sistema. Esta era, sin duda, una de las agrias realidades que preocupaban a Pepe Méndez. Luego de la mencionada implantación del programa de retención (1989), todavía la deserción escolar seguía siendo un problema. En 1995, cuatro de cada 10 estudiantes desertaban en su primer año; en mayo del primer año, cerca del 40 por ciento de los estudiantes caían en probatoria académica; al finalizar el segundo año, se había perdido el 55 por ciento de los alumnos; solamente se graduaban en seis años 13 estudiantes de cada 100 de primer año que eran admitidos. “El Programa de Retención no había sido tan exitoso como se hubiese querido”, manifestó Pepe.149 Bajo Visión 2000, se definió al estudiante como cliente y punto de enfoque central de toda gestión, y su total satisfacción como la mayor aspiración del Sistema. Se adoptó como premisa el identificar procesos críticos institucionales que requirieran mejorarse y promover la metodología de trabajo en equipo para intervenir y mejorar esos procesos.150 Señaló que en el mundo académico, que se ha caracterizado históricamente por la defensa de la libertad de cátedra por el profesorado, cualquier concepto que se considere una interferencia con este mandamiento académico, tiende a verse con recelo. Pero al estar en una sociedad globalizada, de grandes demandas cualitativas y de costo-eficiencia, una sociedad donde la academia se visualiza como un proveedor de servicios educativos con una clientela cada día más exigente y más variada, las estrategias de calidad se hacían necesarias para asegurar la vigencia y competitividad de la organización.151 En el escenario académico, para un estudiante, la calidad del servicio educativo se definía por varios factores: la pertinencia del programa o empleabilidad, los recursos de facultad con que contara y la eficiencia en la prestación de servicios complementarios. La percepción respecto a la calidad del servicio
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Ana G. Méndez. AFSUAGM
educativo, medida en estos u otros factores, determinaba la satisfacción del alumno.152 Entre las estrategias implantadas para mejorar el Sistema, se destacaron dos. Primero, la consolidación, el fortalecimiento cualitativo y el crecimiento de los centros universitarios a través de toda la Isla, sirviendo mercados regionales de gran necesidad. Segundo, seguir la visión estratégica de 1993, con el imperativo de crear un fuerte modelo de educación de adultos, en respuesta a lo que ya se perfilaba como la maduración y envejecimiento de la población puertorriqueña. En 1995, se había establecido la citada Escuela de Estudios Profesionales y su programa AHORA, un ofrecimiento único que atendía las necesidades educativas de adultos que no habían culminado sus estudios universitarios. El programa AHORA servía a unos 6,500 adultos, que de otra forma no hubiesen alcanzado sus metas académicas. Ello representaba el 15% de la matrícula total del Sistema. El programa AHORA no solo representó un importante segmento de matrícula no tradicional en Puerto Rico, sino que sirvió de base para la incursión y expansión a los mercados hispanos en los Estados Unidos. Para llevar a cabo la implantación de estas premisas de calidad en el Sistema, se constituyeron inicialmente dos equipos: el equipo ejecutivo y el equipo de implantación de calidad interinstitucional. En el equipo ejecutivo colaboraron el presidente, los vicepresidentes y rectores, además del líder del equipo de implantación de calidad interinstitucional. El equipo de implantación de calidad interinstitucional estaba compuesto por representantes de la administración central del Sistema Universitario Ana G. Méndez, las tres instituciones y el Canal 40.153 En síntesis, Visión 2000 incluía la revisión de las estructuras, el reenfoque de las relaciones con todos los que componían la organización y la motivación de liderato en todos los niveles. En otras palabras, se trataba de mirar qué se hacía y cómo se hacía.154 En noviembre de 1996, la Junta de Directores aprobó el nuevo Plan de Desarrollo Tecnológico. Se ha relatado que desde los 1970, Pepe inició la transformación tecnológica de la institución al fomentar el uso de la computadora. Pero todavía quedaba mucho por hacer. Su meta era la de mantener la institución a la vanguardia de los retos del nuevo milenio en el campo de la educación y la tecnología. Para lograrlo, había hecho una inversión de $1,406,000 en nuevos sistemas tecnológicos. Los adelantos que se lograron eran parte del plan para asegurar que los procesos de cambio y la inclusión de la tecnología en la enseñanza se dieran con la mayor eficiencia posible.155 En cada institución, se nombró un Comité Tecnológico que tuvo a su cargo la revisión y preparación de un plan de reemplazo y adquisición de equipo para los servicios a los estudiantes, la facultad y la administración. La facultad pudo acceder vía modem desde sus hogares y oficinas a los servicios computacionales centrales o a internet.156 Se instaló una línea de comunicación a
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nivel T-1 (1,512,000 bps) entre la red de la Universidad del Turabo y el sistema informativo y de telecomunicaciones de Cupey. Esto aumentó la capacidad de flujo de comunicaciones entre ambos puntos con un factor ocho veces mayor al anterior. La inversión total fue de $14,347. Se instalaron tres líneas de comunicación de 56,000 bps entre el Colegio Universitario del Este en Carolina y el sistema de Cupey. Con esto, la capacidad de flujo de comunicación aumentó con un factor de dos veces la anterior. También se adquirió un nuevo procesador central modelo Alpha 4100 de Digital, que se utilizó exclusivamente para los servicios estudiantiles y de la facultad. Se estableció un nuevo circuito de comunicación que podía manejar un tráfico 24 veces mayor que el anterior, y se seleccionó una nueva compañía proveedora de servicios de acceso a internet. Los centros extramuros del Sistema fueron conectados a la red sistémica mediante redes de Ethernet, que les proveen acceso rápido a los sistemas académicos, administrativos y de internet.157 El empleo de Ethernet fue posible gracias a la inversión de $150,000. A la par con la adquisición de equipos y las conexiones de redes de información, la institución había llevado a cabo una serie de seminarios y talleres, entre otras actividades, para capacitar al personal docente, de manera que pudiera manejar y dominar la nueva tecnología.158 A principios de 1991, y por primera vez, la impresora Laser del Centro de Sistemas de Información imprimió los signos gráficos requeridos por la lengua española: el acento y la eñe.159 Ello fue posible gracias a la insistencia de los profesores de español para que la impresora de ejercicios y exámenes escribiera en la lengua de Cervantes.160 Así, el nuevo programa, diseñado por Enrique Rijos, un aprovechado exalumno del curso de Ciencias de Cómputos, permitió imprimir archivos en español en la VAX y también programas en las computadoras Macintosh, después de ser transferidos a las computadoras VAX sin perder los caracteres del acento y la eñe. Aún con todos estos éxitos, Pepe reclamaba que se reconociera al sistema de universidades que encabezaba por el servicio de excelencia que le daba a sus estudiantes, tanto en conocimientos como en instalaciones físicas y tecnológicas de primera. Quería que el Sistema Universitario Ana G. Méndez fuera una de las mejores instituciones universitarias del mundo hispano. Así las cosas, el Sistema Universitario Ana G. Méndez, segunda institución universitaria privada con el mayor número de estudiantes en Puerto Rico, cerró el siglo XX con una magna celebración de cincuenta años de quehacer educativo, que incluyó exposiciones, conferencias, actos de reconocimiento y programas especiales. Pepe había logrado llevar, con más pasajeros y carga, el Transatlántico de Ana a puerto seguro.
...el Sistema Universitario Ana G. Méndez, segunda institución universitaria privada con el mayor número de estudiantes en Puerto Rico, cerró el siglo XX con una magna celebración de cincuenta años de quehacer educativo...
Una pareja explosiva: José F. Méndez y William Miranda Marín, alcalde del municipio de Caguas. AFSUAGM
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CAPÍTULO VI
PREPARADO PARA CONTRIBUIR AL PAÍS: 2000-2005
LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL Y LAS PARTICULARIDADES PUERTORRIQUEÑAS
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esde el cierre del siglo XX, Pepe Méndez andaba preocupado por el deterioro económico de Puerto Rico. Sobre la Isla se cernían negros nubarrones que afectaban particularmente al sector de la manufactura, la construcción, el comercio y las finanzas del gobierno, y en menor grado, al turismo y a la banca.1 Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington, D.C., y el avión secuestrado que se estrelló en un terreno baldío en el estado de Pennsylvania, cuya autoría reclamó el grupo terrorista Al Qaeda, asestaron un rudo golpe al sistema económico mundial, con efectos insospechados. Inmediatamente, se apoderó de los mercados una gran incertidumbre que se prolongó durante mucho tiempo, acompañada de una desaceleración económica; eran los primeros indicios de una recesión que cambiaría la calidad de vida en los Estados Unidos y el mundo entero. El clima de inestabilidad y desasosiego general imperante se agudizó al mes siguiente cuando, el 7 de octubre de 2001, los ejércitos estadounidense y británico invadieron Afganistán con el propósito de capturar a Osama Bin Laden y a otros líderes de Al Qaeda. El impacto devastador en todos los órdenes del ataque terrorista del 11 de septiembre y sus consecuencias, sacudieron el ya de por sí volátil e inestable mercado del petróleo en el Medio Oriente. Esta incertidumbre económica se sumó a las prácticas nefastas del mundo financiero de la década anterior, de crear riqueza artificial a base de refinanciar una deuda que nunca se pagaba. Al llegar el año 2002, se fueron haciendo patentes las consecuencias de los ataques del 11 de septiembre y la economía mundial llegó a un punto muy difícil. La lentitud económica y la recesión, que ya habían hecho su aparición
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en el panorama económico desde finales del año anterior, fueron sus características más sobresalientes. La volatilidad del mercado de valores detuvo la recuperación de la economía estadounidense,2 lo que provocó, a su vez, un alto grado de inestabilidad en la política mundial. Los efectos en la economía de Puerto Rico fueron desastrosos. La desacelerada y debilitada economía de la Isla se vio reflejada en el mercado de empleo, la construcción, la manufactura, el turismo y el comercio.3 Por otro lado, el aumento de los precios generado por la inflación daba al traste con cualquier señal de repunte económico.4 Mientras tanto, corrían los primeros meses del 2003 y la situación económica de Puerto Rico no daba muestras de mejorar. A finales de mayo, una coalición de países, encabezada por tropas estadounidenses, invadió Irak, dando inicio a la Guerra de Irak. El precio del petróleo volvió a dispararse: en septiembre el barril de crudo sobrepasó los $45, es decir, $17.60 por encima del precio registrado en el mismo mes del año anterior.5 No pasaron muchos meses antes de que el precio del barril alcanzase los $56, lo que se tradujo en el precio de venta de la gasolina, de $2.10 por galón.6 El precio del petróleo era determinante para el crecimiento de la economía. Cada vez que se registraba un aumento, se elevaban los precios de todos los productos, desde los automóviles a la comida. A esto se añadían los costos enormes de la guerra de Irak, que, sumados a los de la de Afganistán, debilitaban aun más la economía estadounidense y, por ende, la puertorriqueña. En noviembre de 2004 se celebraron las elecciones generales de Puerto Rico, cuyo resultado dio el triunfo al Partido Popular Democrático. Aníbal Acevedo Vilá asumió la gobernación de Puerto Rico. Sin embargo, tanto la Cámara de Representantes como el Senado quedaron en las manos de los novoprogresistas, dando inicio a lo que el país llamó el “gobierno compartido”. El experimento en este proceso democrático no pudo haber llegado en un peor momento, debido al lento crecimiento de la economía insular, que seguía sufriendo las consecuencias del alza del precio del barril de petróleo, que ya sobrepasaba los $63. El galón de gasolina costaba entonces $2.44, por un aumento del 29%, mayor que el registrado durante el tercer trimestre del año anterior.7 A esto se sumaba el desempleo rampante, el estancamiento en el sector de la construcción, una gestión turística inadecuada, la paralización del comercio, el deterioro de la situación fiscal y presupuestaria del gobierno y una industria manufacturera debilitada. Precisamente en esta última (la manufactura) era donde la Isla tenía mayor posibilidad de desarrollo económico, pero era el sector más afectado desde que en 1996 se abolió la Sección 936 del Código Federal de Rentas Internas. Dicho sector representaba un 42% del producto interno bruto. La manufactura era “el móvil de la transformación de Puerto Rico”, que a su vez, estimulaba el crecimiento del sector de servicios.8
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“UNA PAREJA EXPLOSIVA”: WILLIE Y PEPE CREAN UNA ALIANZA REGIONAL TECNOLÓGICA EN EL CENTRO-ORIENTAL DE LA ISLA 9 Entrado el nuevo siglo, para Pepe Méndez la Función Pública, uno de los vectores de Visión estratégica del Sistema Universitario Ana G. Méndez, era una de las áreas de mayor relevancia, ya que correspondía a un aspecto central de la misión universitaria.10 Bajo Pepe, el Sistema ya era reconocido como sede para la discusión y el trazado de soluciones para los asuntos fundamentales que afectaban la agenda de desarrollo del país, a través de su Instituto de Política Pública. Visión estratégica proponía las metas y proyectos relativos a las iniciativas, tanto sistémicas como institucionales, para aportar soluciones. Estas iniciativas se tomarían en las áreas de administración pública, desarrollo social y económico y competitividad. También se impulsaron empresas de desarrollo regional, esquemas de descentralización gubernamental y proyectos de innovación que apoyasen la competencia de Puerto Rico en la economía global. Debido a las dificultades económicas, sociales y gubernamentales que atravesaba Puerto Rico, Pepe se propuso hacer del Sistema Universitario Ana G. Méndez, desde una perspectiva mucho más amplia, una institución al servicio del desarrollo social, económico y político de la Isla.11 Esta era su nueva dimensión. Con ello en mente, Pepe Méndez contrató en 2001 a Luis García Feliú para que trabajara en las áreas de creación o “incubación” de empresas, transferencia de tecnologías, establecimiento de parques de ciencia y tecnología,
En la foto de la izquierda, José F. Méndez y William Miranda Marín. Sobre estas líneas, a mano izquierda, William Miranda Marín alcalde del municipio de Caguas, José F. Méndez, el economista Nicolás Muñoz y Carlos Méndez, alcalde del municipio de Aguadilla. AFSUAGM
propiedad intelectual (mediante la promoción de invenciones y patentes), así como el desarrollo de alianzas regionales o municipales, entre otros asuntos. Cuando García Feliú comenzó a trabajar para el Sistema, contaba con experiencia organizando negocios y llevando a cabo estudios de mercadeo en diversas agencias de fomento y desarrollo económico.. Expresamente Méndez le pidió que buscara alternativas para la solución de problemas que limitaban el desarrollo económico, tales como la concesión de los permisos para iniciar negocios o proyectos de construcción.12 En todo ello, las universidades del Sistema desempeñarían un papel protagónico ya que serían sede de las investigaciones sociales y económicas pertinentes.13 El 11 de noviembre de 2000, en medio de la recepción de una boda, y con la música bailable a todo dar, Méndez se acercó al alcalde del municipio Autónomo de Caguas, William Miranda Marín, para hablarle sobre la manera de cómo, uniendo esfuerzos, lograrían contribuir al desarrollo económico de la Isla desde los municipios. Debido a que desde hacía un tiempo el Alcalde venía trabajando en su “Proyecto de País”, Miranda Marín respaldó inmediatamente la iniciativa de Pepe.14 El Alcalde se inspiraba en la Ley Núm. 81 del 30 de agosto de 1991, conocida como Ley de Municipios Autónomos de Puerto Rico.15 Por otro lado, la ingente labor de la vecina Universidad del Turabo y de su rector Dennis Alicea con las comunidades más necesitadas y la educación de la juventud de Caguas, no le eran ajenas al alcalde. Miranda Marín y Méndez pensaron en una organización de las empresas y las instituciones educativas que permitieran acercar el gobierno al ciudadano. Para llevar a cabo esta inmensa tarea, hacía falta tener mucha imaginación y espíritu creador. La exitosa trayectoria de Miranda Marín en la dirección de la alcaldía de Caguas por los pasados cuatro años, su liderato innegable en el Partido Popular Democrático, tanto como el liderazgo de Méndez en el mundo de la educación universitaria, resultaban ventajosos en la consecución de las metas que se comenzaron a considerar. Méndez además contaba con los contactos políticos, aunque en minoría durante ese cuatrienio (2001-2004), del Partido Nuevo Progresista. Ambos prestarían su prestigio, poder de convocatoria y capacidad organizativa a estos propósitos. Ambos tenían los méritos para romper con las barreras del fanatismo político que tantas veces asfixian al país y lo inmovilizan. Aunque era sabido que Méndez era simpatizante del Partido Nuevo Progresista, también era harto conocido que no se casaba con ningún partido político que no tuviese en mente el bienestar de la educación universitaria y el progreso de la Isla. Así fue como Méndez, en cumplimiento con lo dispuesto en el citado vector de Visión 2015 del Sistema Universitario Ana G. Méndez, organizó la Oficina de Desarrollo Económico y Comercialización, designando al puesto de director a Luis García Feliú. A paso seguido este último coordinaría un comité para trabajar con el diseño organizacional de la alianza en ciernes, incluso con las
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enmiendas que habría que hacer a la Ley de Municipios Autónomos, en las que se privilegiaría la figura de los alcaldes. Durante los días siguientes, Méndez, Miranda Marín y Feliú visitaron junto a un grupo de alcaldes la región conocida por el sugestivo nombre de Research Triangle, localizada en el estado de Carolina del Norte en los Estados Unidos. 16 A esta iniciativa sin fines de lucro, además de la industria, se habían unido, a manera de alianza regional, la academia, científicos, la empresa privada y el gobierno para fungir como instrumentos para propiciar el desarrollo socioeconómico del Estado. Luego estudiaron otras organizaciones sin fines de lucro, tales como la Metro Orlando Economic Development y el Central Florida Technology Corridor. Ambos proyectos se habían iniciado en los 90. Las organizaciones visitadas eran diferentes entre sí en el grado de reestructuración gubernativa y en la dimensión del servicio público. 17 Sin embargo, tenían en común la autogestión regional, la descentralización de servicios para promover el desarrollo socioeconómico y el conocimiento de los tres sectores: Gobierno, universidad y empresa privada.18 Habían identificado, en sus respectivos campos de acción, que la manera más efectiva para lograr el desarrollo socioeconómico del país era descentralizar los poderes del gobierno central y atender las necesidades de la sociedad. La lentitud con la que el gobierno central tomaba en cuenta las necesidades de las distintas regiones de la Isla era muy grande. Estas visitas al extranjero, unidas al estudio de otros ejemplos y a la experiencia propia, permitieron que Miranda Marín y Méndez se reafirmaran en su convicción de que la regionalización del desarrollo económico y tecnológico era imprescindible para el futuro de la Isla y que, en este esfuerzo, debieran unirse en alianza la industria y el comercio, los gobiernos municipales y, por supuesto, la academia. Las alianzas regionales eran la clave del futuro desarrollo socioeconómico de la Isla. Se trataba de un modelo alterno ante la ausencia de un plan de país concertado, y de la ingobernabilidad central, Por su parte, Miranda Marín señalaba que los municipios podrían formar parte, participar, auspiciar y patrocinar corporaciones sin fines de lucro, cuyo fin sería el de promover el desarrollo económico, cultural y social de un municipio o de la región de la cual este formase parte”. Este había sido uno de sus principales retos en su trayectoria como servidor público.19 A paso seguido, el Sistema Universitario Ana G. Méndez, desde la Oficina de Desarrollo Económico y Comercialización, dio los primeros pasos para crear las primeras alianzas regionales. El director serviría de timonel en este novedoso esfuerzo, participando en su creación e involucrándose día a día en su crecimiento. El presidente Méndez, con marcado optimismo, debía recalcar las bondades que aportaría el hecho de que la industria, los gobiernos municipales y, por supuesto, la academia, trabajasen en alianzas por el bienestar de Puerto Rico. Asimismo, los rectores Federico Matheu ( Universidad Metropolitana),
“
Me llena de orgullo nuestra misión: lograr una educación universitaria de excelencia, accesible a todos en el País; principalmente a los estudiantes de familias de bajos ingresos. Por ello, nos reafirmamos en la educación como vehículo de superación.
”
J.F.M.
En septiembre de 2003, tras casi tres años de análisis ... se creó la Iniciativa Tecnológica Centro-Oriental, como un nuevo modelo para fomentar el desarrollo social y económico basado en la regionalización.
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Dennis Alicea (Universidad del Turabo) y Alberto Maldonado (Universidad del Este), junto a Migdalia Torres, la gerente general del Centro de Telecomunicaciones y Educación a Distancia y el Canal 40, desde sus respectivas instituciones, orquestarían las formas y las maneras en que cada uno de ellos podía colaborar con las alianzas en ciernes. Después de todo, con sus recintos y centros universitarios muy bien repartidos alrededor de la Isla, eran ellos los que mejor podían contribuir a las alianzas regionales. Y no sería la primera vez que Méndez les solicitaría su apoyo a una causa de tanta trascendencia como esta. En septiembre de 2003, tras casi tres años de análisis, de ponencias en la Legislatura, enmiendas a la Ley de Municipios Autónomos y de viajes de observación a otros países, se creó la Iniciativa Tecnológica Centro-Oriental, como un nuevo modelo para fomentar el desarrollo social y económico basado en la regionalización.20 Se dio a conocer bajo su acrónimo: INTECO. Naturalmente, y dado el liderazgo de Miranda Marín, la primera alianza regional en organizarse incluyó los municipios de Caguas, San Lorenzo, Gurabo, Cayey, Juncos, Las Piedras, Naguabo y Humacao. 21 Además del Sistema Universitario Ana G. Méndez y su Universidad del Turabo, participaron la Universidad de Puerto Rico (los recintos de Cayey y Humacao), la Red Técnico Universitaria y cinco empresas privadas que fueron las primeras en sentar el ejemplo. Con un optimismo poco frecuente en el país, y ante la presencia de industriales, alcaldes y representantes universitarios, quedó legalmente incorporada la organización. Se trataba de organizaciones sin fines de lucro. Poco después, se unieron otros quince nuevos socios.22 Con estos, fueron 49 socios; 32 del sector industrial, nueve de la academia y ocho de los municipios.23 Se constituyó una Junta de Directores que tendría representación de ocho miembros por cada sector (municipios, empresas y academia), que harían su aportación económica e intelectual. La iniciativa tomó en cuenta, al desarrollar el modelo, el hecho de que la actividad económica predominante en la región giraba en torno al empresarismo, la tecnología y el comercio regional. Se sustentó principalmente de fondos provenientes de los municipios socios (57 %), la academia (22%), la industria (19%), y los programas federales (2 %). En resumen, se trató de una alianza entre el gobierno, la industria y las instituciones universitarias, cuyo propósito era fomentar la participación de los gobiernos municipales en el desarrollo de la región, otorgar la prioridad estratégica a las empresas y promover la investigación y el desarrollo de las tecnologías gracias a una ágil integración entre los sectores concernidos. La idea central fue impulsar el desarrollo económico de la región centro oriental mediante la comercialización de nuevas tecnologías y productos innovadores. INTECO se convirtió en sinónimo de informática, biotecnología, servicios de salud y otros servicios especializados.24 La novedad de este tipo de alianza hizo necesaria una campaña de publicidad en la prensa insular y regional, tanto como en la radio, con el propósito de dar a conocer a INTECO y sus logros.25
El gobernador Aníbal Acevedo Vilá firma la Orden Ejecutiva para crear INTECO. AFSUAGM
Debido a que los municipios miembros contaban con una base de manufactura importante, se pensó que esta alianza debía favorecer la creación de empresas que pudieran formar parte de una cadena de abasto. El centro de la Isla debía ser el lugar en que las empresas emergentes en el campo de la tecnología encontrasen un entorno para su desarrollo. La proximidad a la zona metropolitana de San Juan, combinada con costos más bajos de transporte, apoyarían este desarrollo de la región en donde, además, se crearían centros de innovación tecnológica. Bajo la dirección de INTECO se desarrollaron proyectos modelo en el uso de tecnologías alternas para producir energía eléctrica. El primer esfuerzo se llevó a cabo en el Centro Energético de Puerto Rico (Puerto Rico Energy Center), ubicado en el campus de la Universidad del Turabo. Allí el gobierno, la academia y la industria desarrollaron proyectos demostrativos en el uso y la comercialización de tecnologías para producir energía de fuentes alternas al petróleo. Por otro lado, este Centro también podría servir de modelo a otras iniciativas, para evitar el cierre de industrias. Otro proyecto de INTECO fue el Centro Criollo para Ciencia y Tecnología (Creole Center for Science and Technology), establecido en 2008. Al año siguiente se colocó la primera piedra de las instalaciones para un Parque Tecnológico en Cayey, para el desarrollo de industrias productoras de capital intelectual. Otro proyecto fue el de las incubadoras de negocios en Caguas y Humacao, diseñadas para proveer herramientas para el desarrollo y el estable-
El Dr. José F. Méndez conversa con el exalcalde de Carolina, José Aponte De La Torre. AFSUAGM
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cimiento de empresas emergentes. Al momento, se habían ubicado 16 nuevas empresas y estaban ya listos los manuales operacionales, los contratos de arrendamiento, así como el diseño del programa de apoyo a las firmas incubadas, llamado INOVA. INTECO también contrató la firma canadiense Behar y Asociados para que diseñara un sistema de transporte colectivo entre San Juan y Caguas, infraestructura vital para el desarrollo económico de la región centro oriental. El costo de tan ambicioso proyecto sería de aproximadamente $9 millones. No hacía mucho que los puertorriqueños no habían hecho más que elogiar las obras del Tren Urbano de San Juan, una de las más importantes y costosas en la historia de Puerto Rico. Una vez completadas, y el tren en funcionamiento, los alcaldes de varios municipios, como William Miranda Marín de Caguas, José Aponte de Carolina y Sol Luis Fontánez de Barceloneta, pidieron que se extendieran hacia sus municipios las vías del Tren Urbano de San Juan. Sin embargo, contrario al de San Juan, que desde el 2004 serpentea a través de varios municipios de la zona metropolitana hasta llegar a Bayamón, el de INTECO discurriría hacia el centro de la Isla, uniendo a Río Piedras con Caguas. En el tren de San Juan no se escatimaron gastos para procurar una
Carro solar de la Universidad del Turabo. Observan junto a los estudiantes de la Escuela de Ingeniería de la Universidad del Turabo los orgullosos presidente José F. Méndez y el rector Dennis R. Alicea. AFSUAGM
mejor construcción, con las técnicas y los sistemas más modernos, así como un gran equipo ferroviario, que incluyó 80 carros eléctricos de pasajeros. Cada estación es una obra de arte, que ostenta la belleza y la presencia de un país de futuro.26 Al completar el estudio de viabilidad económica del tren de INTECO, mejor conocido en la Isla como “el tren de Willie” (porque fue promovido por el alcalde de Caguas, William Miranda Marín, mediante INTECO), las oficinas del equipo de trabajo se ubicaron en Caguas, donde trabajarían en conjunto con el personal en destaque de la Autoridad de Carreteras y Transportación. Se consiguió la asignación de un incentivo por $600,000 de parte de PRIDCO. EN TIERRAS DE FARMACÉUTICAS, LA ALIANZA TECNOLÓGICA DEL NORTE (INTENOR) Tras el éxito inicial alcanzado por INTECO, otros municipios enlazados al Sistema Universitario Ana G. Méndez siguieron sus huellas. La alianza multisectorial Iniciativa Tecnológica del Norte (INTENOR), se creó en la región norte central de la Isla en octubre de 2005 para promover actividades
de desarrollo socioeconómico, industrial, tecnológico y académico en esta región geográfica, que incluye los municipios de Arecibo, Barceloneta, Camuy, Ciales, Corozal, Dorado, Florida, Hatillo, Manatí, Morovis, Toa Baja, Toa Alta, Vega Alta, Vega Baja y Utuado. En esta ocasión, la figura principal y el primer presidente de la Junta de Directores de INTENOR fue Sol Luis Fontánez, alcalde de Barceloneta. Otros importantes colaboradores fueron Juan A. Cruz Manzano, alcalde de Manatí, quien figuró como el primer vicepresidente de su Junta de Directores y los alcaldes de Vega Alta y Camuy, Isabelo Molina y Edwin García, respectivamente. En todo ello se pudo atestiguar la huella indeleble de Pepe Méndez. Desde su fundación INTENOR dio énfasis a las industrias farmacéuticas y de biotecnología que predominaban en los municipios de Manatí y Barceloneta. Aunque varias compañías farmacéuticas acogidas a la Sección 936 eligieron marcharse de la Isla, hubo otras que decidieron permanecer más allá de la fecha en la que se extinguiesen sus beneficios contributivos gracias al Control Foreign Corporation Act ( 2001), ampliando sus edificios fabriles o construyendo otros nuevos.27
Al Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada le siguió la construcción de un parque científico y tecnológico en el municipio de Barceloneta, llamado el INTENOR Science Park. AFSUAGM
Aunque las industrias farmacéuticas eran las que predominaban en esta región, también había otras posibilidades de actividad económica que podrían desarrollar. Entre estas, el turismo de playas, la agricultura de alta productividad y la disposición de desperdicios sólidos. Esta última generaría actividad económica, a la vez que mejoraría la competitividad. Los proyectos que INTENOR llevó a cabo en muy corto tiempo fueron muchos y muy variados. Uno de ellos fue el establecimiento del Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada (CETA), una alianza entre la academia (la Universidad del Turabo), la industria y el gobierno de Puerto Rico, con el propósito de contribuir al desarrollo económico del país poniendo el acento en los municipios que lo componen. La misión del Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada era la de preparar académicamente a la fuerza trabajadora de esta región en áreas de biotecnología, operaciones farmacéuticas, tecnología de ingeniería mecánica y ciencias ambientales. Bajo el Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada los estudiantes tenían la oportunidad de trabajar en laboratorios, únicos en su clase en Puerto Rico, diseñados para recrear el ambiente de las empresas manufactureras de la región. Estos laboratorios, donados y equipados por las principales firmas de manufactura que componían el corredor farmacéutico de la región norte, habían creado a su paso la relación de colaboración estratégica entre la iniciativa académica y el sector farmacéutico de la región. Esta experiencia le garantizaba a los estudiantes una transición efectiva de la academia a los mercados ocupacionales de su región geográfica. Poco después el Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada fue seleccionado por una empresa aeroespacial en la
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Isla como sede de sus adiestramientos y capacitación de sus recursos humanos, muestra ineludible del éxito del programa. Al Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada le siguió la construcción de un parque científico y tecnológico en el municipio de Barceloneta, llamado el INTENOR Science Park. Su creación fue una muestra más de las iniciativas de apoyo y colaboración de la citada Oficina de Desarrollo Económico y Comercialización del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Además, su director, García Feliú, presidió la primera Junta Consultiva Empresarial de INTENOR. En este parque se ubicaron tres centros principales: el de Desarrollo Humano, el de Investigación y Desarrollo Empresarial (Incubadora de Negocios) y el de Innovación y Desarrollo Regional. Quedaron localizados en las antiguas instalaciones de la manufacturera RCA en Barceloneta. El Parque representaba la esencia de INTENOR como entidad de desarrollo económico regional, ya que proveía un espacio para que los sectores privados, académicos y públicos fomentaran actividades de cooperación y se promoviera un ambiente de innovación, alta productividad y competitividad. El parque científico se había convertido en centro de desarrollo de destrezas técnicas y profesionales dirigidas a satisfacer las necesidades de la región norte central de Puerto Rico. En 2008, la Universidad del Este se unió al Centro de Desarrollo Humano del parque científico. Esta universidad logró en sus primeros años reclutar 1,300 estudiantes. Sus instalaciones en el Parque cuentan con 40,000 pies cuadrados de construcción que incluyen una Biblioteca y el Centro Tecnológico para servicio a la comunidad, 13 salones de clases, ocho laboratorios de computadoras, cinco laboratorios de ciencias (enfermería, anatomía, sonografía, farmacia), una librería y la cafetería. Además, cuenta con una sala de destrezas de información e investigación, que ofrece servicios gratuitos a la comunidad. La oferta académica de la Universidad del Este in-
Pepe Méndez muestra las facilidades de la Universidad del Turabo al gobernador Pedro Rosselló y a la primera dama, Margarita Nevárez.
cluye certificados técnicos profesionales, grados asociados, bachilleratos y maestrías. Por primera vez en Barceloneta y otros pueblos circunvecinos, se hizo realidad la oportunidad de una educación universitaria abarcadora, que también presta servicios a la comunidad. El Centro es sin duda uno de los más modernos del Sistema Universitario Ana G. Méndez.28 En lo concerniente al Centro de Desarrollo Empresarial o Incubadora de Negocios, este tenía como objetivo principal promover efectivamente la creación de nuevos negocios y de fortalecer em-
Antonio Monroig le dijo a Pepe Méndez que “había llegado la hora de internacionalizar el Sistema Universitario Ana G. Méndez”. Durante la entrega del Ana G. Méndez Excellence in Education Award en Washington, DC en el 2007, de izquierda a derecha Michael Goldstein, José F. Méndez, Emily DeRocco, José Domingo Pérez y Antonio Monroig. AFSUAGM
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presas existentes, con el fin de crear empleos, integrarse al desarrollo comunitario de los municipios y mejorar la estructura socioeconómica local y regional. INTENOR, a través del municipio de Barceloneta, había obtenido una asignación económica de dos millones de dólares de la Administración Federal de Desarrollo Económico (EDA) para la construcción de sus instalaciones, que constaban de 30,000 pies cuadrados.29 Para sostener la rica y compleja agenda de INTENOR, se logró que la Fundación Nacional de Ciencias aprobara una propuesta ascendente a $600,000 para apoyar sus primeros proyectos empresariales. Estos fondos se le habían asignado a la Universidad Metropolitana para desarrollar iniciativas de protección ambiental. También se había establecido una Junta Asesora de Desarrollo Empresarial, con el objetivo de diseñar y promover el modelo estratégico de desarrollo empresarial de la región. En INTENOR fue creada la Comisión de Planificación y Ordenamiento, compuesta por un grupo de trabajo integrado por seis planificadores profesionales, todos funcionarios municipales del área geográfica que comprendía esta alianza. Su meta era desarrollar un Plan de Ordenamiento Regional que integrara
los planes municipales individuales y asistiera en los procesos administrativos y gerenciales de aquellos municipios que se encontraban en etapas rezagadas. Como parte de los trabajos relacionados a este plan, se crearía un Centro Regional de Permisos, ya que el propuesto diseño operacional incluía el establecimiento de un organismo que originara y otorgara permisos para las actividades de desarrollo que se generasen en sus respectivas jurisdicciones municipales. Se intentaba con ello iniciar un proceso de descentralización operacional de los sistemas de permisos en la Isla, para fortalecer el desarrollo económico e industrial de la región. Por otro lado, en julio del 2008 INTENOR inició un estudio con el fin de identificar la viabilidad económica y operacional de un proyecto de infraestructura de transportación colectiva. Se trataba de extender la ruta del Tren Urbano de San Juan, partiendo desde Bayamón hasta Hatillo. Una vez puesto en marcha el servicio del tren, aliviaría el problema de congestión vehicular que diariamente afecta el sistema vial del área geográfica norte central de la Isla. El resultado de todo ello sería promover la actividad comercial y de servicios en las estaciones de transbordo que se establecerían en todos los municipios ubicados en la ruta de dicho sistema de transportación. Como parte de los trabajos de administración y gerencia de este proyecto, la alianza de INTENOR, representada por el municipio de Barceloneta, logró la aprobación de $3,500,000 de la Administración Federal de Transportación para la realización del estudio preliminar. Dicho proyecto de transportación colectiva cambiaría el escenario del desarrollo socioeconómico regional y promovería la integración de actividades industriales y empresariales que fortalecerían la infraestructura social y económica de los municipios integrados a la iniciativa de desarrollo económico regional. Un último ejemplo de la obra emprendida por INTENOR fue la EnviroSafe Industrial Services Corporation of Puerto Rico, establecida en las antiguas instalaciones de Schering-Plough en Manatí. Se trataba de una empresa de manufactura que utiliza como materia prima los desperdicios municipales, industriales y otros materiales disponibles para convertirlos en material reusable y manejable, transformando el proceso en una fuente de energía limpia y renovable, renglón prioritario en la política pública regional y federal. Mientras tanto, el gobierno municipal de Manatí, imitando el modelo de INTENOR, creó una corporación privada sin fines de lucro, dedicada al auspicio y fortalecimiento de las actividades agrícolas. Esta empresa, localizada en una de las regiones agrícolas más fértiles de la Isla, se enfocaría, en su etapa inicial, en el desarrollo de un proyecto de siembra y cultivo de piñas.
Juez Juan R. Torruellas, orador en los actos de graduación de la Universidad del Este, Méndez, Lcdo. Alberto Maldonado y Dr. Francisco Carreras.
LA INTERNACIONALIZACIÓN ENTRA EN VIGOR CON LA DECLARACIÓN DE PORTUGAL Hacia principios del 2003, el Sistema Universitario Ana G. Méndez se preparaba para su internacionalización. Todo comenzó al cierre del siglo anterior, en una conversación sostenida entre Antonio Monroig Malatrassi y Pepe en la muy española Taverna del Alabardero en Washigton, D.C. Monroig, abogado de profesión, le dijo que había llegado la hora de internacionalizar el Sistema Universitario Ana G. Méndez.30 Monroig era socio del bufete de abogados puertorriqueños en dicha ciudad: Lasa, Monroig y Veve, que durante los pasados años se había distinguido por su asistencia al Sistema en todo lo concerniente a programas federales, fon-
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dos, legislación federal que le pudiese impactar, presupuestos y vínculos con importantes “Think Tanks” relacionados a la educación, entre muchos otros. Había razones para pensar que en los próximos años la demanda de estudios universitarios sufriría, en el mejor de los casos, un significativo descenso en su tasa de crecimiento”.31 Pepe se entusiasmó con la idea de internacionalizar el Sistema Universitario que le sugirió Monroig, pues la vio muy afín con lo que pensaba desde hacía años. La firma del Memorando de Entendimiento (1983) que creó el consorcio de ciencias con el Lawrence Berkeley Laboratory, la Jackson State University y la Fundación Educativa Ana G. Méndez, le había levantado grandes expectativas. Además, dado el estancamiento en el crecimiento de la matrícula de estudiantes universitarios en la Isla, esta era una
Leonel Fernández, presidente de la República Dominicana, el presidente, José F. Méndez y el exgobernador Rafael Hernández Colón. AFSUAGM
oportunidad única para darse a conocer allende los mares y atraer nuevos rostros y nuevas ideas a las universidades del Sistema. En sus inicios, el fundamento de este nuevo esfuerzo de Pepe se encontraba en una de las estrategias de futuro institucional que tomaron forma en 1999 con el proyecto Visión 2000. En esa ocasión se había plasmado la idea de desarrollar la internacionalización de la educación como movimiento para lograr el entendimiento y el desarrollo integral del ser humano. Pero la idea se oficializó el 13 de octubre de 2002, en la ciudad de Lisboa, Portugal, cuando luego de un extenso seminario, la Junta de Directores del Sistema Universitario Ana G. Méndez emprendió la misión de exponer al estudiantado y a la facultad a las transformaciones globales, al proclamar la “Declaración de Portugal”.32 Allí
estuvo como invitado el licenciado Monroig. El documento quiso “trascender las barreras que imponen las culturas, las religiones, las economías y las distintas filosofías”. La Junta de Directores quedó convencida de que “se estaba en posición y en el momento oportuno para desempeñar un papel protagónico en el esfuerzo requerido para internacionalizar el proceso educativo.”33 Partiendo de esa intención, se formuló la declaración de propósitos, conjuntamente con el protocolo funcional que serviría de guía, dirección y apoyo al componente administrativo universitario. Para el logro de las metas establecidas, se determinó que se implantaría un Proyecto Académico Internacional para el Desarrollo Humano, o Proyecto de Internacionalización, el cual formaría parte de su Plan Estratégico Integral. Además de los factores que tradicionalmente con-
José F. Méndez recibió un doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Henríquez Ureña de la República Dominicana. AFSUAGM
Federico Matheu, rector de la Universidad Metropolitana, Alberto Maldonado rector de la Universidad del Este, el presidente José F. Méndez, Arq. Miguel R. Fiallo, rector y presidente del Consejo Académico de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, Dennis R. Alicea rector de la Universidad del Turabo y otros invitados. AFSUAGM
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forman este tipo de documento, la Junta de Directores tomó en consideración “las tendencias y movimientos que estaban moldeando la vida de los pueblos, así como las fuerzas de cambio claramente identificables, tales como la globalización, la tecnología y la competitividad.” Por otro lado, la Junta añadió que la forma ideal para que el ser humano pudiera entender su condición y aceptar su situación en un mundo de cambios dramáticos era a través de una educación con perfiles universales”.34 “Se vivía en un mundo nuevo que obligaba a colocar en sincronía lo local con lo mundial para lograr enriquecimiento mutuo y recíproco”.35 Evidentemente, la institución quedó comprometida con desarrollar, ampliar y apoyar el crecimiento de los programas de internacionalización, contratando más académicos y universitarios, cuyos intereses pedagógicos y trabajos investigativos aspirasen al ámbito global de sus campos profesionales. Para mantener su vitalidad y utilidad a la sociedad, y como parte de su filosofía, se consideró que el Sistema Universitario debía estar dispuesto a reorganizarse para enfrentar el cambio y adaptar los que fuesen necesarios. Esta filosofía impulsó al Sistema a mantener una visión proactiva y un pensamiento dinámico, que le permitiese enfrentar retos, necesidades y demandas con soluciones innovadoras. Según expresado en la Declaración de Portugal, el Sistema Universitario Ana G. Méndez entendía que la internacionalización de la educación propiciaría “el intercambio del conocimiento del ser humano en todas sus dimensiones”. Con ello, “se aprendería a ser más tolerantes. A mayor tolerancia, menor con-
José F. Méndez, Dennis R. Alicea y Andrés Bianchi, embajador de Chile en los Estados Unidos. AFSUAGM
flicto. A menor conflicto, mayor seguridad. Y a mayor seguridad, mayor disfrute general de bienestar y felicidad del ser humano en todo el mundo”.36 A los efectos de viabilizar que el Sistema continuara el esfuerzo dirigido a servir de puente humanístico, cultural y tecnológico que contribuyera a incrementar la inserción de Puerto Rico en el devenir de todas las naciones, en la Declaración de Portugal la Junta de Directores reconoció que “en el siglo XXI una perspectiva educativa de carácter internacional es fundamental al proceso académico, investigativo y de servicio.” No empece su voluntad internacional, la Declaración de Portugal también subrayaba que el diseño y la implantación de la política educativa del Sistema habrían de tener siempre presente la situación histórica y cultural de Puerto Rico. Dicha política educativa, además de partir de sueños, deseos y principios, debía tomar en consideración las realidades y los distintos intereses que distinguen a la Isla como pueblo. Pero su insistencia principal estaba en que la política educativa debía exponer al estudiante a
nuevas culturas e ideas: “el estudiante ampliará su visión sobre la importancia de la cultura universal, comprenderá mejor su misión como factor de producción con capacidades de adaptación para trascender fronteras y perfeccionar su función como gestor de buena voluntad a través del mundo”. Sin prisa, pero sin pausa, al cierre del 2002 la citada “Declaración de Portugal” se convirtió en el fundamento para las estrategias de desarrollo, los procesos académicos, las investigaciones y los servicios que se querían impulsar, para elevar a un nivel internacional el aprendizaje universitario en todas las instituciones del Sistema Universitario Ana G. Méndez. A partir del 2003 el Sistema inició su primer proyecto de internacionalización, que consintió de un programa de visitas de embajadores y cónsules ubicados en Washington, D.C. a las universidades que lo componen. Con el propósito de que compartieran sus ideas en discursos de graduación, en conferencias magistrales de impacto internacional, en entrevistas en la prensa escrita, en programas
José F. Méndez ha sido presidente del Hispanic Educational Technology Service (HETS) en varias ocasiones. Aquí, hacia el centro en reunión de miembros de HETS. AFSUAGM
radiales o televisivos y por supuesto, en visitas protocolares a la Secretaría de Estado o a la Fortaleza, para reunirse con el gobernador. En ocasiones se organizaron reuniones con empresarios y asociaciones de negocios que pudieran dialogar con ellos. Y es que se trataba, no solo de mejorar la imagen del Sistema en y fuera de Puerto Rico, sino de establecer contactos para futuros intercambios de facultad y de estudiantes. Mientras tanto, con la internacionalización en mente, Pepe comenzó a mirar hacia la educación universitaria en los Estados Unidos. Para entonces varias instituciones universitarias puertorriqueñas, como la Universidad Politécnica de Puerto Rico y la Universidad Carlos Albizu, habían establecido centros en la Florida. También era consciente de que mediante la educación para hispanos podía ayudar a hacer realidad lo que para muchos inmigrantes era el “sueño americano”.37 La educación había sido factor decisivo en el camino al éxito en la sociedad americana; es decir, vehículo de superación y de democratización. Dado su largo historial en organizaciones educativas de hispanos en los Esta-
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dos Unidos, Pepe estaba al corriente de las dificultades de aprendizaje tanto de los puertorriqueños como de los inmigrantes hispanos y otras minorías en los Estados Unidos.38 A lo largo de los noventa, había sido presidente de la Junta de Directores del Hispanic Educational Technology Services (HETS), primer consorcio de telecomunicación educativa de los Estados Unidos, América Latina y Puerto Rico. También fue vicepresidente del Hispanic Association of Colleges and Universities y miembro de la Junta de Directores de la National Association of Independent Colleges and Universities. Además, conocía a ASPIRA, organización sin fines de lucro cuyo lema era “autoestima sana y liderazgo eficaz”, que animaba a la gente a aspirar al mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar socioeconómico mediante la educación y el desarrollo del liderazgo de la persona, la familia y la comunidad. Pepe Méndez dio los primeros pasos para auscultar la posibilidad de establecer un centro universitario en los Estados Unidos, debido a que se hacía impostergable desarrollar nuevas formas de enseñar; quizás simultáneamente en dos idiomas. 39
Pepe encomendó a Luis Zayas, decano de la Escuela de Estudios Profesionales del Sistema y gestor del exitoso programa AHORA, a que se encargara de establecer el primer recinto del SUAGM en Estados Unidos, el Metro Orlando Campus. En la foto de izquierda a derecha Buddy Dyer, alcalde de la ciudad de Orlando, José F. Méndez y Luis Zayas. AFSUAGM
Con tales intenciones, Pepe encomendó a Luis Zayas, decano de la Escuela de Estudios Profesionales del Sistema y gestor del exitoso programa AHORA, a que se encargara del proyecto.40 AHORA serviría como marco de referencia del programa en Estados Unidos. También pidió al economista J. Antonio Villamil, que encabezaba The Washington Economic Group con sede en Miami, a que preparase un minucioso estudio de mercado para definir el estado y la ciudad donde mejor convenía establecer el primer centro universitario del Sistema Ana G. Méndez en los Estados Unidos.41 Luego de examinar las tendencias demográficas, las etnias, la escolaridad, la competencia y otras variables, el estudio del Washington Economic Group concluyó que la Florida era el lugar ideal para iniciar tal aventura; específicamente las ciudades de Orlando y Tampa, y en el sur del estado, los condados Dade y Broward. Al conocer los resultados, Pepe asedió a
Villamil con cientos de preguntas cuyas respuestas señalaban a la ciudad de Orlando y sus alrededores como el lugar de asentamiento más ventajoso para aquel gran paso.42 Los estudios demostraron un potencial de expansión significativo para las ofertas de estudios post-secundarios. Allí la población de estudiantes puertorriqueños estaba buscando alternativas universitarias que ofrecieran el grado y el prestigio necesario para lograr posiciones competitivas en el campo laboral. A lo largo de los ochenta, se registró un gran éxodo de emigrantes puertorriqueños hacia los Estados Unidos.43 Sin embargo, en vez de emigrar, como había sido la costumbre, a ciudades en los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Pennsylvania e Illinois, esta vez muchos puertorriqueños pusieron sus miras en el estado de la Florida.44 Entre 1980 y 1990 la población puertorriqueña de dicho estado aumentó de 94,775 a 247, 010.45 Mientras
José F. Méndez anuncia oficialmente el establecimiento del Metro Orlando Campus. En la foto de abajo, Luis Zayas, Buddy Dyer alcalde de la ciudad de Orlando y José F. Méndez. AFSUAGM
Nueva York perdía población puertorriqueña, Florida reemplazaba a Nueva Jersey como el estado con la segunda mayor concentración de puertorriqueños en los Estados Unidos. Florida entonces se convirtió en uno de los estados de más alta tasa
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de crecimiento de puertorriqueños en la nación del norte.46 La ciudad de Orlando y sus condados adyacentes eran los lugares favoritos de asentamiento puertorriqueño.47 Contrario a la emigración boricua de los cincuenta, este nuevo asentamiento en Orlando estaba compuesto principalmente de profesionales (médicos, maestros, contadores, etc.), técnicos y clericales, así como de costureras y personal de servicio doméstico.48 La razón migratoria fue una: buscar trabajo.49 Por otro lado, también emigraba mucha gente joven50 con una escolaridad más alta que otros puertorriqueños en los Estados Unidos, pero más baja que la de la población en general.51 Solo el catorce por ciento tenía grado universitario.52 En general, en muchos casos el no hablar inglés o hacerlo con dificultad era un obstáculo tanto para buscar empleo como para su educación.53
...varios bancos, compañías de seguros, periódicos y universidades de factura puertorriqueña se establecieron en Orlando
En un edificio de 27,000 pies cuadrados, en los predios de un centro comercial, se estableció el Metro Orlando Campus. AFSUAGM
Entre 1990 y el 2000 la población puertorriqueña en la Florida aumentó de 247,010 a 482,027 habitantes.54 Orlando se convirtió en la cuarta ciudad de mayor concentración de puertorriqueños en Estados Unidos, solo superada por las antiguas comunidades de Nueva York, Filadelfia y Chicago.55 Los puertorriqueños eran el principal grupo hispano de la ciudad. Hacia el 2003, unas 206,000 personas de origen puertorriqueño vivían en Florida, sobre todo en los condados de Orange, Osceola, Volusta, Seminole y Polo de Orlando. El Bronx y otros condados de Nueva York habían sido desplazados como principal punto de acogida migratoria puertorriqueña.56 La disponibilidad de empleo en la industria del turismo, que giraba alrededor del famoso parque de diversión Disney World, las oportunidades para profesionales, un clima muy similar al de la Isla y una vida más segura, entre otras razones, sirvieron de imán para que muchos puertorriqueños emigrasen a esta ciudad.57 Aprovechando la coyuntura, varios bancos, compañías de seguros, periódicos y universidades de factura puertorriqueña se establecieron en Orlando. Tomada la decisión de que esta ciudad sería su primer destino durante las próximas semanas, Pepe –junto a su equipo: Zayas, la alta gerencia del Sistema y Villamil– fue a visitar al alcalde de Orlando y a las diversas agencias de desarrollo económico de la ciudad, en donde fueron muy bien recibidos.
Ello fue así gracias al prestigio de la marca Sistema Universitario Ana G. Méndez en Puerto Rico y sus universidades que muy pronto iniciarían sus programas académicos, tanto de bachilleratos como de maestrías, en Orlando. Sin embargo, más difícil fue el camino hacia la acreditación y licenciamiento de dichos programas. Aunque las tres universidades puertorriqueñas contaban con las acreditaciones de la Middle States Association of Colleges and Schools (agencia que acredita colegios y universidades de la región este-central de los Estados Unidos, que incluye Delaware, el Distrito de Columbia, Maryland, New Jersey, New York, Puerto Rico y las Islas Vírgenes americanas), necesitaban las licencias del estado de la Florida, así como la acreditación del Southern Association of Colleges and Schools (que incluía Florida, Georgia, Kentucky, Luisiana, Mississippi, North Carolina, South Carolina, Alabama, Tennessee, Texas y Virginia, así como las escuelas para estudiantes norteamericanos en México, el Caribe, Centroamérica y Sur América). Así como la primera era responsable de la acreditación en Puerto Rico, la segunda hacía lo propio acreditando las universidades del estado de la Florida. El grupo de puertorriqueños también se movió a la ciudad de Tallahassee, sede de la capital del estado de la Florida, donde Pepe, armado de una paciencia infinita, contestó las innumerables preguntas de miembros de la Commission for Independent Education del Departamento de Educación de la Florida. Como brazo operacional para la expansión en el mercado hispano de los Estados Unidos, rápidamente, Méndez fundó la AGMUS New Ventures, Inc. que se incorporó como subsidiaria del Sistema Universitario Ana G. Méndez y la New Ventures Corporation, subsidiaria de Regis University en el estado de Colorado. Una vez más, la experiencia de Pepe con este tipo de corporaciones, le permitió crear una empresa de capital emprendedor o capital de riesgo para que no se fuesen a afectar las finanzas del Sistema en Puerto Rico. La inversión
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inicial fue de $ 1 millón. Cada corporación matriz aportó partes iguales. Para dirigir la nueva empresa académica en la Florida, Pepe nombró al mencionado Luis Zayas. Así pues, el primero .de septiembre de 2003, el Sistema Universitario Ana G. Méndez estableció en el Semoran Boulevard un centro universitario que se denominó Metro Orlando Campus. A un orgulloso Pepe no le cabía el corazón en el pecho. “Nos dimos cuenta”, recordará Méndez, que “teníamos un gran sistema y que era tiempo de extenderlo para incluir a quienes necesitan mejores oportunidades educativas más allá de nuestras costas. Sabíamos que nuestra oferta para los hispanos en Estados Unidos era extraordinaria. No había sido un camino fácil, pero con el ánimo de nuestra fundadora y la dirección, pasión y tenacidad de nuestros profesionales, cuya meta es siempre servirle a nuestra comunidad, hemos logrado un acontecimiento de gran magnitud en nuestra historia.”58 Un edificio de 27,000 pies cuadrados, que más bien parecía un pequeño centro comercial, pues lo había sido, fue su modesta sede. En esa nueva empresa, 233 estudiantes –la mayoría puertorriqueños– se aventuraron a iniciar estudios universitarios bilingües encaminados a hacer realidad el “sueño americano” mediante la educación universitaria. Fue requisito que tanto la facultad como los empleados de administración fuesen bilingües. Aunque hubo estudiantes provenientes de distintos puntos de Hispanoamérica, la mayoría eran inmigrantes recién llegados de Puerto Rico. De esta manera, se constituyó el primer programa universitario acelerado bilingüe para el inmigrante adulto en los Estados Unidos. El programa quedó registrado bajo el nombre “Accelerated Discipline-Based Dual Language Inmersion Model”. Su misión era que el estudiante “participara en un proceso educativo único y diferente a los métodos tradicionales de enseñanza, donde su experiencia profesional se incorporaría al salón de clases para crear un ambiente interactivo, retante
y dinámico.”59 Debido a que este programa era de enseñanza universitaria bilingüe, los cursos se impartían cincuenta por ciento en inglés y cincuenta por ciento en español; una parte de la materia en inglés y la otra parte en español. Las materias no se repetían. El estudiante aprendía de su disciplina en un contexto de inmersión en los dos idiomas. Setenta por ciento de la calificación final correspondía a la materia en cuestión y el treinta por ciento restantes al desempeño en ambos idiomas. Por cierto, los trabajos administrativos de sus asociados también se hacían en los dos idiomas. El método de educación bilingüe del Metro Orlando Campus –de doble inmersión o dual– resultaba novedoso, totalmente diferente a otros, y constituyó el primero en los Estados Unidos a nivel universitario. Simple y llanamente se preparaban profesionales en su campo de estudio a la vez que desarrollaban destrezas avanzadas en los idiomas español e inglés o, profesionales bilingües que demostraban la competencia profesional en su campo de estudio, tanto en inglés como en español. El centro universitario de Orlando tenía varios propósitos. El primero y el principal era el de atender la necesidad de desarrollar profesionales bilingües en el área pujante de Orlando, en la Florida y en general en los Estados Unidos. La naturaleza global de las transacciones profesionales y de negocios, junto con el rápido y continuo crecimiento de la población latinoamericana en los Estados Unidos, convertía al bilingüismo en elemento esencial. De ahí que los estudiantes requirieran, con urgencia, desarrollar las destrezas necesarias para competir en una sociedad global. Esto, porque los patronos preferirían contratar y adiestrar empleados efectivos en más de un idioma y una cultura. Preparar a los candidatos idóneos era otra razón de ser del programa. El programa académico de Metro Orlando Campus consistía de algunos de los currículos de las universidades del Sistema Ana G. Méndez: la del Turabo, la del Este y la Metropolitana. Cada una contribuía con lo mejor de sí, respondiendo a las necesidades de empleo de la región y a las de la comunidad. En una apretada síntesis, la contribución de cada una era la siguiente. La Universidad del Turabo aportaba el bachillerato en Administración de Empresas, con concentraciones en Gerencia, Mercadeo, Contabilidad, Sistemas Computarizados de Información y Administración de Tecnología de Oficina. Ofrecía, además, el bachillerato en Artes en Educación (BA), con concentraciones en Educación Elemental y Educación Secundaria con especialización en Matemáticas. También ofrecía maestrías en Educación (M Ed), en Orientación y Consejería, en Enseñanza de Inglés como segundo idioma, en Ciencias en Asuntos Públicos (MSPA) y en Justicia Criminal. Los bachilleratos en Educación y en Administración de Empresas contaban con el mayor número de estudiantes. Por su parte, la Universidad Metropolitana contribuía con el bachillerato en Ciencias, el bachillerato de Enfermería y el bachillerato en Artes en Ciencias Sociales, con concentración en Justicia Criminal. También ofrecía maestrías
El método de educación bilingüe del Metro Orlando Campus –de doble inmersión o dual– resultaba novedoso, totalmente diferente a otros, y constituyó el primero en los Estados Unidos a nivel universitario.
En 2006 se inauguró el South Florida Campus, segundo recinto universitario del Sistema Universitario Ana G. Méndez en la Florida. AFSUAGM
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en Administración de Empresas (MBA), con especialidad en Contabilidad; en Administración con especialidad en Finanzas; y en Gerencia con especialización en Recursos Humanos. Además, ofrecía maestría en Educación, con especialización en Instrucción y Currículo. La Universidad del Este participaba con un Bachillerato en Artes en Educación (BA), con concentración en Grados Primarios y Educación Especial; un bachillerato en Ciencias en Salud Pública, con concentración en Administración de Servicios de Salud; un bachillerato en Ciencias en Sistemas de Oficina, con concentración en Secretarial Administrativo; y un bachillerato en Ciencias Sociales (BS), con concentración en Psicología, el de mayor demanda dentro de los cursos ofrecidos por esta universidad. También ofrecía un bachillerato en Ciencias en Turismo Internacional y Administración de Hoteles (BS), con concentración en Gerencia de Hoteles. El estudiante graduado podía optar por otras maestrías: maestría en Administración de Empresas; maestría en Administración Pública, con especialidad en Gerencia Pública y Sin Fines de Lucro; maestría en Ciencias (MS), con especialidad en Administración de Educación de Adultos; y maestría en Ciencias en Liderazgo Educativo (MS), con especialidad en Liderazgo Educativo. La matrícula estudiantil había comenzado con 233 estudiantes en 2003 y aumentó para el año siguiente a 466 (2004). Tres años más tarde (en 2007), el número de estudiantes ya casi se había triplicado, con 815 estudiantes matriculados. Para el 2010 la matrícula era de 1,150 estudiantes, en la que continuaban predominando los puertorriqueños. Sin embargo, cada vez había más latinoamericanos interesados en los ofrecimientos del campus. Entre los estudiantes matriculados predominaban las mujeres (jefes de familia), de entre 34 y 35 años. El estudiante varón solía ser un poco mayor que la mujer.
Pocos años después, y luego del éxito alcanzado por el método bilingüe de doble inmersión para la educación universitaria para adultos en el Metro Orlando Campus, en 2006 se inauguró el South Florida Campus, segundo recinto universitario del Sistema Universitario Ana G. Méndez en la Florida. CADA EXPERIENCIA, UNA NUEVA OPORTUNIDAD En el 2005 Pepe Méndez fue diagnosticado con un bloqueo pequeño en la carótida. Tenía un 80% de riesgo. Su alto colesterol y su viejo hábito de fumar (aunque hacía tiempo lo había dejado) complicaban el panorama. Una vez más se trasladó a la Cleveland Clinic en Ohio donde fue atendido por el Dr. Samir R. Kapadia, director de Sones Cardiac Catheterization Laboratories de la Cleveland Clinic Foundation.60 El Dr. Kapadia, descendiente de una familia hindú con una larga tradición de médicos, era egresado del Medical College en Gujarat, en la India occiental. En 1990 pasó a la Escuela de Medicina de la Universidad de Baylor, en Houston, Texas, donde hizo internado y residencia en medicina interna (1992 y 1995). Tres años más tarde, la Cleveland Clinic le concedió una beca en cardiología. Posteriormente, recibió otra beca de la misma institución para hacer estudios en cardiología invasiva.61 En el 2003 fue nombrado a la facultad de cardiología invasiva de esta institución hospitalaria y posteriormente, director de Sones Cardiac Catheterization Laboratories de la Cleveland Clinic
Según el doctor Kapadia, Pepe Méndez “estaba lleno de optimismo y tenía plena confianza y fe en su médico; cualidades que en una ocasión había resaltado el propio Dalai Lama”. AFSUAGM
Cada año el Sistema Universitario Ana G. Méndez organiza los “Simposios de Salud”. En ellos participan anualmente médicos puertorriqueños, junto a los doctores Zein, Fiol y Kapadia, ofreciendo conferencias magistrales en el contexto de su campo científico. En la foto de izquierda a derecha Jorge Crespo, Samir Kapadia, Ricardo Rosselló, María Hunt, de Cleveland Clinic, José F. Méndez y Dr. Nizar Zein. AFSUAGM
Foundation. La intervención en la que el Dr. Kapadia le colocó a Pepe una malla en la carótida fue un éxito, y a los pocos días ya estaba de regreso en su oficina en Puerto Rico. Como siempre, trabajando a todo vapor. Según el Dr. Kapadia, Pepe Méndez fue un paciente ideal “porque escuchó y siguió sus consejos, estaba lleno de optimismo y tenía plena confianza y fe en su médico; cualidades que en una ocasión había resaltado el propio Dalai Lama”.62 Aparte del buen trato que Pepe recibió en la Cleveland Clinic y de que la operación fuera un éxito, de la relación con el Dr. Kapadia nació una buena amistad que como aquella que tenía con el Dr. Zein; amistad que se enriqueció con el paso de los años. Una vez más resultó cierto el dicho de que “no hay mal que por bien no venga”. Como resultado de estas experiencias de Pepe, no había miembro de su familia, amigo o empleado de la institución, que de saber que padecía de alguna enfermedad o dolencia, no se ocupase de enviarlo y a veces acompañarlo al Cleveland Clinic u otro centro hospitalario. Ni corto ni perezoso, porque nunca perdía oportunidades, Pepe invitó al Dr. Kapadia a participar en los “Simposios de Ciencias de la Salud”, auspiciados por el Sistema Universitario Ana G. Méndez.63 En ellos, según lo hemos
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visto, participaban anualmente médicos puertorriqueños, junto a los doctores Zein y por supuesto Fiol, así como otros distinguidos científicos extranjeros. A ellos se sumó el Dr. Kapadia, ofreciendo conferencias magistrales en el contexto de su campo científico en el Sistema Universitario Ana G. Méndez.
Bajo el Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada, los estudiantes tenían la oportunidad de trabajar en laboratorios, únicos en su clase en Puerto Rico. AFSUAGM
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CAPÍTULO VII
“LA COMPLACENCIA ES EL ENEMIGO DEL PROGRESO”1: 2006-2010
PEPE SE ENFRENTA AL RETO MÁS GRANDE DEL SISTEMA UNIVERSITARIO ANA G. MÉNDEZ
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ada más comenzar el 2006, ya se sabía que iba a ser uno de los años más difíciles para la economía de Puerto Rico. El Sistema Universitario Ana G. Méndez no se quedó atrás, al sufrir también los embates tanto de la crisis económica en los Estados Unidos, como de su impacto en la Isla. Durante los cinco años precedentes, la crisis política y económica mundial había golpeado fuertemente al país. En septiembre se registró una nueva alza en el precio del petróleo crudo, que llegó a $63.80 el barril, lo que se reflejó en un gasto adicional para la economía isleña de $800 millones, que frenaba aún más su crecimiento.2 En el tercer trimestre del año, el precio del barril de petróleo ya estaba en $70, y el galón de gasolina se pagaba a $2.85.3 Por otro lado, para esas mismas fechas, y por motivos muy particulares de su devenir histórico, la economía isleña se estancó una vez más.4 En el mes de junio, aduciendo una crisis fiscal y presupuestaria, el gobierno cerró sus puertas y dejó cesantes a cerca de 90,000 empleados públicos durante dos semanas. Este cierre gubernamental causó que los empresarios perdieran la confianza en el futuro del país. Además, se aumentó el costo de los servicios esenciales, se incrementaron los impuestos y se impusieron nuevos tributos. El “gobierno compartido” resultó ser un bochornoso fracaso. El cierre gubernamental también colmó un lustro de inseguridad económica en el sector manufacturero, a raíz de la derogación de la Sección 936 en 1996, pues, aunque se estableció un período de 10 años de gracia, este llegaba a su fin en 2006. Para entonces, algunas de las fábricas beneficiarias ya se habían marchado, otras estaban a punto de hacerlo, mientras que otras permanecerían hasta que se extinguiesen sus beneficios contributivos.5 Las fábricas se iban y, con ellas, los
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En el 2010 Puerto Rico sufrió los efectos de la contracción del crédito y de la volatilidad de la Bolsa de Valores de Nueva York localizada en la calle Wall.
empleos y su efectos multiplicadores. Entre 1997 y 2006, la pérdida de empleos en la manufactura fue de 40,636 (de 156,702 en 1997 a 111,066 en 2006).6 Por todo ello, y tras registrar bajas durante dos semestres consecutivos, con un patrón de reducción en la actividad económica, Puerto Rico estaba en recesión.7 Se empezó a dudar de la capacidad de recuperación de la economía isleña.8 A lo largo de todo el 2007, la actividad económica isleña continuó mostrando síntomas de deterioro. La prolongada contracción causó efectos adversos en todos los sectores económicos del país, al bajar sustancialmente los niveles de inversión, ingresos, consumo y empleos.9 En los años anteriores, parecía que la contracción económica respondía mayormente a factores locales. La difícil coyuntura económica se veía aún más afectada por la
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crisis fiscal del gobierno, y no permitía la adopción inmediata de medidas para paliar la recesión. En el primer trimestre del año, los ingresos del gobierno disminuyeron en más de un 10%, con un déficit proyectado en los recaudos de unos $280 millones, y un déficit presupuestario que podría exceder los $600 millones al cierre del año fiscal 2006-2007.10 El alza sostenida en el monto de la deuda pública, sin las requeridas reformas dirigidas a robustecer los recaudos fiscales, deterioró la clasificación del crédito del gobierno de Puerto Rico hasta colocarlo peligrosamente cerca de la clasificación de “bonos chatarra”.11 A la crisis fiscal y presupuestaria habría que agregarle el alza en los precios de bienes y servicios, provocada por los sucesivos aumentos en el precio del petróleo crudo y sus derivados. El precio del crudo llegó a $79.90 el barril y el de la gasolina
promedió los $3 por galón; es decir, de enero de 2006 a septiembre del 2007, el precio del petróleo había aumentado un 20%. Por otra parte, el consumidor se mostraba cauteloso a la hora de comprar, lo que se tradujo en un escaso crecimiento de la actividad comercial. Para entonces, tanto Puerto Rico como los Estados Unidos se encontraban bajo los efectos de una recesión económica que afectaba, sobre todo, tanto a las industrias del sector financiero, como a la industria de seguros. La recesión de los Estados Unidos comenzó en 2007; la de Puerto Rico, en 2006. Ese año fue marcado indeleblemente por una desestabilización del mercado de bienes raíces en los Estados Unidos, causada por las hipotecas de alto riesgo o crédito subprime. La crisis inmobiliaria causó un verdadero caos en los valores bursátiles y acarreó una caída tan severa de la Bolsa de Valores de Nueva York, que arrastró a las bolsas de valores del mundo entero. Los bancos, a nivel mundial, reconocían pérdidas cercanas a los $250 mil millones. La caída era la peor desde la Gran Depresión de 1929. La súbita contracción del crédito provocó un descenso dramático en la confianza de los consumidores y en el gasto generado por estos. El Fondo Monetario Internacional calculó que las pérdidas ocasionadas por este fenómeno pudieran ascender al trillón de dólares. Sin embargo, aunque Puerto Rico sufrió los efectos de la contracción del crédito y de la volatilidad de la Bolsa de Valores, de momento, la crisis inmobiliaria de los Estados Unidos tuvo pocos efectos en la Isla porque los banqueros puertorriqueños, más conservadores que sus homólogos estadounidenses, no habían incurrido en ofrecimientos arriesgados concernientes a los préstamos hipotecarios. Pero no fue así en el mercado de valores de Nueva York, donde muchas personas y compañías de capital puertorriqueño habían hecho inversiones. Sin embargo, la banca se vio afectada por la insolvencia de varios importantes contratistas que no pudieron pagar sus préstamos de construcción. Cada mes quedaban sin vender miles de viviendas. La situación económica de Puerto Rico en el año 2008 fue prácticamente idéntica a la del año anterior. En el año fiscal de 2006 al 2008, la inversión de capital fijo se había reducido en aproximadamente 0.1%, y la tasa de desempleo oficial se acercó al 12%.12 Las serias dificultades fiscales del gobierno y la severa contracción global de los mercados financieros impusieron una limitación adicional para la recuperación. Para febrero del 2008, la desaceleración económica en la Isla, iniciada en el 2006, ya se prolongaba durante 33 meses y no daba señales de acabar. La pérdida masiva de empleos públicos y privados agravaba la situación. Las ventas se desvanecían debido también a la inflación y a las restricciones en el crédito. Para 2007, Pepe Méndez llevaba sobre sus hombros el pesado lastre de los problemas económicos por los que atravesaba –y por los que podría enfrentar– tanto la Isla como el propio Sistema Universitario Ana G. Méndez. Se trataba del reto más grande en la historia del Sistema Universitario Ana G. Méndez.13
La crisis inmobiliaria causó un verdadero caos en los valores bursátiles y acarreó una caída tan severa de la Bolsa de Valores de Nueva York, que arrastró a las bolsas de valores del mundo entero.
A principios de ese año, Alfonso Dávila, vicepresidente de Asuntos Financieros, le informó que la institución había incurrido en un déficit millonario de su fondo operacional. Durante el año fiscal 2008 (el período entre el 1 de agosto de 2007 y el 31 de julio de 2008), la institución cerró sus libros de contabilidad con un cambio negativo en sus activos netos (o una pérdida) de $6.9 millones. Durante este año fiscal, los ingresos totales de la institución aumentaron 3% o $5.9 millones, mucho menos que los del año fiscal 2007 (de $187.2 millones a $193.1 millones). Dos factores contribuyeron a ello: (a) el aumento en el número de estudiantes matriculados, de 2.2% o 828 estudiantes (de 37,019 estudiantes durante el 2007 a 37,847 estudiantes durante el 2008) y (b) el aumento en los costos de matrícula, de 2.8% o $120 (de $4,220 durante el 2007 a $4,340 durante el 2008). Pero había otros factores que explicaban este déficit. En primer lugar, una pérdida en el valor de las inversiones del fondo dotal del Sistema Universitario Ana G. Méndez de $1.8 millones. El desplome de la Bolsa de Valores de Nueva York y el sistema bancario mundial, con su consiguiente crisis inmobiliaria, hicieron que el portafolio de inversiones del Sistema Universitario Ana G. Méndez perdiera valor, reduciéndose peligrosamente. Y en segundo lugar, un aumento de $1.4 millones en el gasto relacionado a la deuda actuarial de su Plan de Pensión. Estas pérdidas fueron acompañadas por aumentos en las partidas de gastos de salarios y beneficios (la nómina de la facultad y la administración), debido a la creación de nuevos puestos para poder servir adecuadamente a los estudiantes. Curiosamente, al finalizar el año fiscal 2009, la entidad cerró sus libros de contabilidad con un cambio positivo en sus activos netos: una ganancia de $6.8 millones. El cuadro fue muy distinto al del año fiscal anterior. Ello representó un aumento de $13.7 millones, al compararlo con los resultados del 2008. Sin embargo, durante el año fiscal 2009, el Sistema registró una pérdida en sus inversiones en el Fondo Dotal aun mayor que la del año fiscal 2008. La pérdida registrada en el año fiscal 2008 alcanzó los $1.8 millones, mientras que la depreciación (gasto/pérdida) de las inversiones durante el año fiscal 2009 llegó a los $6.4 millones, como resultado del comportamiento del mercado de valores, especialmente durante el mes de noviembre del 2007. Esta pérdida fue compensada por un aumento de 9.7% o $18.8 millones en los ingresos totales del Sistema, al compararlos a los del año fiscal 2008 (de $193.1 millones a $211.9 millones). Como sucedió en el año fiscal 2008, el aumento se debió al alza en el número de estudiantes matriculados, de 6.52% o 828 estudiantes ( de 37,847 estudiantes durante el 2008 a 39,484 durante el 2009 ) y un aumento en los costos de matrícula de 5.6% o $244 ( de $4,340 durante el 2008 a $4,584 durante el 2009). Por otro lado, todos los gastos –excepto la pérdida en el valor de las inversiones– se mantuvieron muy similares a los del año fiscal 2008, gracias a las medidas de control fiscal establecidas desde mediados del año fiscal 2008.
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Por ello, Méndez tomó cartas en el asunto personalmente y por más de un año se reunió semanalmente con la plana mayor de cada universidad y los vicepresidentes del Sistema. Se tomaron varias medidas. Primero: el recién establecido Comité de Finanzas, presidido por Méndez, y en el que participaban los equipos de las diferentes vicepresidencias del Sistema, se reunía periódicamente para presentar y discutir los estados financieros mensuales y el presupuesto operacional de la institución, entre otros asuntos. Segundo: se establecieron reservas de efectivo dentro del presupuesto operacional. En tercer lugar se congelaron los puestos vacantes y se redujeron las horas extras de trabajo. Y en cuarto lugar, se pospusieron proyectos de construcción y desarrollos nuevos. Los ingresos totales aumentaron 3% o $5.9 millones durante el año fiscal 2009, al compararlos con el año fiscal 2008 (de $187.2 millones a $193.1 millones). Esto se debió, como siempre, a un aumento en el número de estudiantes matriculados, un aumento en los costos de matrícula y el control sobre los gastos de representación, viajes y actividades.14 Como resultado de todos estos esfuerzos, el Sistema Universitario Ana G. Méndez logró una mejor negociación con entidades financieras del país. Tanto los miembros de la Junta de Directores como el muy diligente Alfonso Dávila, vicepresidente de Asuntos Financieros, fueron aliados incondicionales de Méndez. Poco a poco, hacia mediados del año siguiente (2009), se hizo evidente que se había logrado capear la tormenta, lo que se tomó como uno de los grandes éxitos de la presidencia de José F. Méndez. UNA PUGNA EN LA JUNTA DE DIRECTORES Para buscar soluciones a los problemas que nunca faltaron, Pepe siempre contó con su Junta de Directores. Durante el primer decenio del siglo XXI, el Sistema Universitario Ana G. Méndez contó con varias Juntas, todas ellas activas, dinámicas y comprometidas con la visión de la institución y con las recomendaciones que, a menudo, nacían del mismo cuerpo ejecutivo. Gracias al diálogo fructífero con la Junta de turno, Pepe lograba resolver con prontitud las cuestiones que afectaban las actividades para mantener el buen funcionamiento del Sistema. Aparte de su compromiso con la excelencia educativa universitaria, el colectivo estaba deseoso de insertar a la institución en el seno de los debates sobre los problemas más apremiantes del país. Lo dispuesto tanto en la Declaración de Portugal, del 2002, como en la Declaración de Madrid, del 2006, constituyen dos ejemplos dignos del compromiso del Sistema Universitario Ana G. Méndez con el bienestar de Puerto Rico. En los albores del siglo veintiuno, habían llevado el peso de la presidencia de la Junta de Directores Jaime R. Escalona (2000-2001), Antonio J. de Haro (2001-2002 y 2002-2003), Jorge Pierluisi (2003-2004 y 2004-2005), Mario Gaztambide (2005-2006) y José Domingo Pérez (2006-2007 y 2007-2008). Aparte de la contribución altruista de
...al finalizar el año fiscal 2009, la entidad cerró sus libros de contabilidad con un cambio positivo en sus activos netos: una ganancia de $6.8 millones.
cada uno de ellos a la institución, la Junta encabezada por Escalona se recordará por haber autorizado a la Universidad del Turabo el financiamiento de su programa de maestría en Administración de Empresas online, así como la creación de programas graduados de maestría en el Colegio Universitario del Este, que tuvieron el efecto de convertirlo en Universidad; de ahí su cambio de nombre a Universidad del Este. La Junta de de Haro sería recordada por la Declaración de Portugal (2002), que le abrió las puertas con voluntad decidida a la internacionalización del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Pierluisi tuvo a su haber la Declaración de Madrid, en la que se proclamó el proyecto Visión 2015, con sus importantes vectores (propuestas) para el futuro de la Institución. Gaztambide y su Junta imprimieron su huella por el énfasis prestado a mejorar la diversidad de fondos en la composición de la cartera de inversiones del Sistema, al tiempo que establecieron un plan de seguimiento continuo a
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los indicadores que serían útiles para verificar el cumplimiento con los planes financieros. Por último, la Junta encabezada por el ingeniero José Domingo Pérez se dio a conocer en todo aquello relacionado al establecimiento de la Universidad Virtual. En el seno de aquella Junta, Pérez no pasaba por alto cualquier oportunidad para brindar atención especial a las noticias sobre el desarrollo de la Escuela de Ingeniería de la Universidad del Turabo, a la que había dedicado sus esfuerzos y a la que hizo importantes donativos.15 Durante aquellos meses de gran incertidumbre económica en 2007-2008, de déficit millonario en su gasto operacional y de pérdidas en el valor de las inversiones, la Junta examinó con gran diligencia las variantes en los presupuestos versus los gastos reales; anticipó el futuro analizando los temas más controversiales, y dio valor a todos los haberes de la Institución.16 Sin embargo, en ese momento algunos directivos no tuvieron los
mismos criterios de Pepe, particularmente en lo que concernía a las finanzas de la Institución. El problema, que se discutió a la saciedad, era decidir a qué canales de comunicación acudir en caso de que la Junta necesitara información financiera para cumplir con sus responsabilidades fiduciarias. Se supo que un miembro de la Junta había solicitado información de este tipo directamente al Departamento de Contabilidad e incluso organizó reuniones con asociados administrativos, en abierta violación a las normas estatutarias que requieren que dichas gestiones se hiciesen a través del Presidente. Pepe se sintió retado por algunos miembros de la Junta y estuvo dispuesto a dar la batalla, pues entendía que toda la información que la Junta necesitase debía obtenerse a través de su oficina. Simultáneamente, y para echar sal a la herida, hubo otros conflictos relacionados a las intenciones de algunos miembros de la Junta de nombrar a los funcionarios de la alta gerencia del Sistema Universitario. La pregunta fue, ¿quién tenía el derecho de hacer estos nombramientos, la Junta o el Presidente?
La Junta de Directores eligió a la Dra. Florabel García Mullick como su nueva presidenta. Su nombramiento fue muy acertado, era una mujer de valores insobornables, diplomacia y sensatez. AFSUAGM
Junto al presidente Méndez, el exjuez Juan R. Melecio, colaborador incansable en la búsqueda de medios y alternativas de acción para encausar distintos asuntos y encomiendas. AFSUAGM
Para resolver el impase y aclarar dudas, en 2008 Méndez invitó a la Association of Governing Boards of Universities and Colleges para que evaluara la Junta de Directores y que precisara sus deberes y responsabilidades. Luego de meses de análisis minucioso, este cuerpo recomendó, entre otros asuntos, que se redujese el número de sus miembros –de 13 a 8– y se modernizara su reglamento, hasta entonces caracterizado por una infinidad de estatutos engorrosos. También dejó claro que solo al Presidente le correspondía escoger a su alta gerencia. A partir de entonces, sus miembros comenzaron a participar de los adiestramientos anuales de la Association of Governing Boards of Universities and Colleges. Por su parte, Pepe pidió que se abriesen los libros de contabilidad de la Institución, de manera que las Juntas de Directores correspondientes pudiesen examinarlos según lo estimaran oportuno.
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Mientras tanto, el término de varios miembros de la Junta de Directores se había cumplido, y otros decidieron no seguir en ella. Entonces la Junta eligió a la Dra. Florabel García Mullick como su nueva presidenta. Su nombramiento fue muy acertado, pues García Mullick era una mujer de valores insobornables, diplomacia y sensatez. Además, resultaba la persona idónea para el cargo, por haber estado vinculada a la Institución desde principios de los años noventa y por haber auspiciado aquellos exitosos programas de los consorcios universitarios de ciencias y tecnología; precisamente hacia donde se dirigía ahora. Con García Mullick se iniciaba una era de colaboración y respeto entre las Juntas de Directores y la Presidencia del Sistema Universitario Ana G. Méndez.17 Por otro lado, la historia de la Junta de Directores del primer decenio del siglo XXI no se podría
escribir sin mencionar la ingente labor desplegada por el ex juez superior, honorable Juan R. Melecio, colaborador incansable en la búsqueda de medios y alternativas de acción para encausar distintos asuntos y encomiendas. Como analista de los más complejos temas y embajador de buena voluntad, Melecio había dicho siempre presente, cuando se trataba de “luchar por lograr el consenso y fomentar el mantener un balance en las actitudes”. Melecio, con su acostumbrada precisión idiomática, fue una especie de escribano de los más importantes documentos redactados en la Junta de Directores, incluyendo las antes mencionadas declaraciones de Madrid y de Portugal. EL INSTITUTO DE POLÍTICA PÚBLICA Y LAS NECESIDADES APREMIANTES DEL PAÍS Ante la urgente necesidad de mejorar la difícil situación económica y social por la que atravesaba el país, Pepe Méndez puso todo su empeño en hacer del Sistema Universitario Ana G. Méndez una institución que se adelantara a los hechos y transformara realidades. A partir de entonces, y a pedido de Pepe, ya no habría más palabras o castillos en el aire, sino soluciones prácticas. Para ello pensó en el potencial que ofrecía el antiguo Instituto de Política Pública que había fundado a fines de los ochenta. Tras años de consolidación y fortaleza académica, Méndez entendió que el Sistema estaba preparado para dar un paso adelante y aportar de manera concreta al bienestar económico, social y gubernamental del país. Su nueva propuesta era la de superar la distancia entre el salón de clase y los problemas más apremiantes de la Isla, para proponer alternativas. Por tal motivo, Méndez puso el acento en el ya fundado Instituto de Política Pública, que para entonces, se guiaba por el vector de Función Pública esbozado en Visión 2015: contribuir al futuro del país, que precisamente era el eje de la misión del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Para cumplir con esta meta, el Instituto de Política Pública impulsaría iniciativas de desarrollo regional, esquemas de descentralización gubernamental y proyectos de innovación que apoyasen la competitividad de Puerto Rico en la economía global. Con el apoyo de Pepe, el Instituto de Política Pública se fue convirtiendo en un foro libre para las discusiones diarias de los asuntos centrales del quehacer público del país, conducentes a su transformación. Sus temas fueron más variados y muy diferentes a los prevalecientes en sus inicios. Esta vez, se identificaron, para discusión y análisis los siguientes temas. Primero, la implantación de una verdadera reforma fiscal para Puerto Rico que atendiera el problema de los recaudos y los egresos del déficit fiscal. Segundo, el fortalecimiento del Tercer Sector. Tercero, a lograr legislación para celebrar una consulta al pueblo de Puerto Rico sobre la conveniencia de elevar a rango constitucional la autonomía municipal. Cuarto, presentar estrategias para el desarrollo ade-
Simposio sobre la Reforma Fiscal de Puerto Rico. De izquierda a derecha Federico Matheu, Joaquín Villamil, Migdalia Torres, el economista Francisco Catalá, la CPA Agnes B. Suárez, el planificador Elías Gutiérrez, Victoria Rodríguez y José F. Méndez. AFSUAGM
cuado de desperdicios sólidos mediante su conversión a energía renovable. Quinto, crear conciencia en la ciudadanía sobre la regionalización de la educación pública como medio de promover mayor eficiencia en la operación de las escuelas y mejor calidad de la educación. Sexto, apoyar las iniciativas para una reforma gubernamental que promoviera la reducción del tamaño y la eficiencia del gobierno en la prestación de servicios a la ciudadanía. Séptimo, estimular la competitividad de Puerto Rico en sus iniciativas de desarrollo económico, de manera que la Isla pudiera competir favorablemente con otros países para la atracción de inversión nueva que generase más ingresos, más empleos y mayor crecimiento económico. Octavo, implantar estrategias para promover la simplificación del proceso de concesión de permisos de proyectos de construcción. Por último, el noveno: el Instituto quiso también contribuir a la incorporación de la ciudadanía en la discusión de asuntos que la afectasen, como el de la formación de funcionarios públicos y oficiales electos en las ramas de gobierno, legislativa, ejecutiva y judicial. Para lograr estos propósitos, el Instituto trabajó en diferentes escenarios. Teniendo en mente estas aspiraciones, se estrecharon lazos entre el Instituto de Política Pública y los currículos de las universidades del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Para poner en marcha su plan, las universidades se dieron a la tarea de organizar actividades con o para el Instituto. Presentaron series educativas en los canales 40 y 26, y programas radiales co-auspiciados por la Oficina de Asuntos Corporativos e Internacionales y las recién organizadas Alianzas Regionales. En equipo, trabajaron afanosamente con las alcaldías, la
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Legislatura y las agencias del gobierno estatal y del gobierno federal, sin olvidar las fundaciones privadas y la comunidad en general. También se estableció el Centro de Investigación de Política Pública que tuvo como meta principal lo que su nombre propone. Las investigaciones fueron dirigidas a las áreas de desarrollo económico, infraestructura y medio ambiente, finanza pública y gobierno, salud pública y educación. El Centro estaba compuesto por investigadores, funcionarios, profesores y distinguidos invitados, quienes trabajaban con el propósito de fomentar el intercambio de ideas entre el mundo práctico y el mundo académico, para proponer y promover soluciones a los distintos problemas y asuntos de política pública que afectasen la calidad de vida del país. Uno de los logros más sobresalientes fueron sus publicaciones, entre ellas los Cuadernos de Política Pública, en los que se recogían las ideas y las propuestas examinadas en los distintos foros.18 A menudo estos trabajos sirvieron de base para la toma de decisiones de Méndez, así como para formular opiniones sobre los asuntos más apremiantes del país. Se celebraron debates en los que participaron investigadores, políticos, servidores públicos, gestores de organizaciones sin fines de lucro y figuras de relieve internacional estrechamente relacionados con los asuntos que preocupaban al Instituto de Política Pública y a su Centro de Investigaciones. Otra importante función del Instituto fue la de trabajar junto a las alianzas regionales promovidas por el Sistema Universitario Ana G. Méndez: la Iniciativa Tecnológica Centro Oriental (INTECO), la Iniciativa Tecnológica del Noreste (INTENE), la Iniciativa Tecnológica del Norte (INTENOR) y la Alianza para el Desarrollo
El SUAGM se unió al Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) y a otras organizaciones y empresas para llevar un mensaje educativo sobre el consumo inteligente, como parte de la Alianza Multisectorial para el Consumo Inteligente. AFSUAGM
Rafael Hernández Colón quien ocupó el cargo de gobernador de Puerto Rico tres veces: 1973-1976, 1985-1988 y 19891992, tuvo a su cargo la conferencia magistral como apertura al foro sobre la Ley de Municipios Autónomos. AFSUAGM
Integral del Sur (DISUR). Esas cuatro alianzas, que también son el resultado del vector Función Pública de Visión 2015, promueven estrategias de desarrollo económico-social y educativo en 48 municipios del país. A menudo los múltiples foros, seminarios, publicaciones y proyectos auspiciados por el Instituto de Política Pública fueron seguidos por otras actividades para presentar sus hallazgos en frentes más amplios de difusión pública, tales como la radio y la televisión. Frecuentemente, el Instituto también decía presente en las vistas públicas de la Legislatura. Al transcurrir el segundo lustro del siglo veintiuno, el Instituto de Política Pública –desde sus múltiples escenarios– inició el proceso para elevar a rango constitucional la autonomía municipal, proponiendo una consulta sobre el tema al pueblo de Puerto Rico. En su historia institucional, este propósito era uno de los más importantes. Con tal propósito, en el 2007 se presentaron en el Senado de Puerto Rico las Resoluciones Conjuntas 90 y 104, y en la Cámara de Representantes las 107 y 112, que disponían elevar a rango constitucional la autonomía municipal. Guiados por el interés de ofrecer al pueblo puertorriqueño la oportunidad de conocer diferentes perspectivas sobre estas resoluciones, la Universidad Metropolitana y el Instituto de Política Pública organizaron un foro titulado: “Elevar a rango constitucional la autonomía municipal”. El presidente del Sistema, Pepe Méndez, manifestó que “con este foro se había dado un paso al frente en la tarea de colaborar y poner al servicio de Puerto Rico nuestros recur218 219
En el 2007 se presentaron en el Senado de Puerto Rico las Resoluciones Conjuntas 90 y 104, y en la Cámara de Representantes las 107 y 112, que disponían elevar a rango constitucional la autonomía municipal. MP
sos académicos dirigidos a identificar o desarrollar propuestas que promuevan la eficiencia y la efectividad de los municipios en el proceso de prestación de servicios a la ciudadanía”. El propósito “era proveer a los ciudadanos la información y los elementos suficientes que les ayudasen a formar una opinión pública objetiva y responsable de cara a un posible cambio a la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico’’. El foro fue transmitido a través de Nueva Visión Canal 40. En este foro participaron importantes figuras del quehacer político isleño. Los oradores invitados fueron el exgobernador de Puerto Rico, Rafael Hernández Colón y los alcaldes William Miranda Marín (Caguas), José Aponte Dalmau (Carolina), Héctor O’Neill (Guaynabo), José A. Santiago (Comerío), así como Juan A. Cruz Manzano (Manatí) y Abel Na-
zario (Yauco). También dijeron presente líderes del gobierno, la empresa privada y otros que se habían dado a la tarea de buscar soluciones a los problemas que enfrentaba el país. A todos les movía una misma idea: promover la autonomía municipal. Rafael Hernández Colón –quien ocupó el cargo de gobernador de Puerto Rico tres veces: 1973 –1976, 1985-1988 y 1989-1992, y bajo quien se había aprobado la Ley Núm. 81 del 30 de agosto de 1991, conocida como Ley de Municipios Autónomos– tuvo a su cargo la conferencia magistral como apertura al foro. A manera de introducción dijo: “En la era de la globalización, Puerto Rico tiene que reestructurar su gobierno, descentralizándolo hacia los municipios, para alcanzar los niveles de eficiencia gubernamental que le permitan desarrollar su economía a niveles competitivos con los
Firma del acuerdo a favor de elevar a rango constitucional la autonomía municipal. Aquí junto a los alcaldes de izquierda a derecha William Miranda Marín (Caguas), José F. Méndez, Juan A. Cruz Manzano (Manatí). De pie, Alfredo Alejandro Carrión (Juncos), Víctor Suárez, vicealcalde (Carolina), Juan Carlos García Padilla (Coamo) y Marcelo Trujillo (Humacao). AFSUAGM
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estados de la Unión y con los demás países del mundo”.19 A paso seguido criticó la “cultura del centralismo” gubernamental que aún prevalece en los modelos políticos, como una práctica adversa para la democracia puertorriqueña. Para superarla, dijo, se requiere del fortalecimiento de los valores democráticos del pueblo de Puerto Rico al “facilitar la participación del ciudadano” en las unidades políticas más cercanas a su gestión, como el gobierno municipal.20 Para ello, señaló el ex gobernador, “se creó y se debe fortalecer la Ley de Municipios Autónomos, como parte de las reformas sociales profundas que el país requiere ante los retos de la era global”.21 Esta ley, añadió, estableció una política pública conducente a otorgar el “máximo posible de autonomía” a la administración municipal y comunitaria.22 Y concibió la transferencia y consolidación de las herramientas financieras, los poderes y las facultades necesarias para planificar y adelantar su proyecto en torno a los desarrollos urbanos, sociales y económicos reclamados por los municipios. Con el fin de ampliar su propuesta, Hernández Colón formuló varias enmiendas a las Resoluciones Conjuntas 90 y 104. Primero, destacó el reconocimiento al principio de que “el poder de gobernarse en asuntos locales pertenece a los vecinos de los municipios y lo ejercerán a través de gobiernos municipales autónomos”.23 En segundo lugar propuso que “el plan estratégico de desarro-
llo integral resultante atenderá los aspectos físicos, ambientales, sociales, educativos, culturales, recreativos y otros, en un plazo no mayor de ocho años”.24 Reclamó y sustentó que “el principio de subsidiaridad”, por el cual se asegura que los municipios ocupen las competencias que el gobierno central no sea capaz de atender eficazmente y que este atienda los que no puedan ser resueltos por los municipios.25 La implantación del principio transferiría a los municipios las competencias sobre los permisos de uso y construcción, de renovación urbana y de vivienda, de tránsito local, y de servicios públicos, entre otros. Para ello, propuso la reubicación en la municipalidad de los recursos económicos y humanos resultantes de la reducción administrativa del gobierno central. En tercer lugar, propuso que los funcionarios municipales fueran electos por sufragio universal y sancionado si ello fuese necesario mediante procedimientos judiciales. De otra parte, reafirmó en su ponencia que la ordenación del territorio será competencia fundamental de los municipios, promoviendo la consolidación de la edificación del suelo urbano, la protección del ambiente, el paisaje y la naturaleza. En cuarta instancia recomendó que se condicionara “la facultad de la Asamblea Legislativa para consolidar y reorganizar municipios, a que esto se haga solo a petición de los propios municipios y (se) limite la facultad de esta para enmendar la Ley de Municipios Autónomos”.26 Para ello, sugirió ga-
Luis Fortuño se dirige a los miembros de la Asociación de Colegios y Universidades Privadas (ACUP). AFSUAGM
El gobernador Aníbal Acevedo Vilá, José F. Méndez y Victoria de Jesús, durante la grabación de un programa del IPP en Sistema TV. AFSUAGM
rantizar la autonomía municipal mediante el requisito de ratificación, que exigía que cualquier enmienda a la Asamblea Legislativa habría de requerir la aprobación de tres cuartas partes de los municipios. Finalmente, describió estas iniciativas “como una necesidad imperiosa”, por las urgencias que reclaman un mayor nivel de eficiencia gubernamental, mejoramiento y ampliación de los servicios y una más efectiva participación democrática.27 Y añadió que el desarrollo económico, los mayores índices de competitividad, tanto en la relación con Estados Unidos como con otros actores internacionales y la inserción en las realidades impuestas por la globalización económica, entre otros, reclaman estos cambios y que la Constitución de Puerto Rico debe garantizarlos”.28 Con el propósito de viabilizar estas medidas, recomendó someter la Resolución Concurrente, con sus enmiendas, a una consulta concurrente con las próximas elecciones del 4 de noviembre de 2008. Meses más tarde, haciéndose eco de los múltiples trabajos y deliberaciones del Instituto de Política Pública, teniendo en mente la organización de las alian-
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zas regionales y como presidente del Sistema Universitario Ana G. Méndez, Pepe Méndez compareció el 17 de agosto de 2007 a deponer ante la Comisión de Gobierno y Asuntos Laborales del Senado en torno a las resoluciones conjuntas 90 y 104, y el 26 de septiembre, ante la Comisión de Gobierno de la Cámara de Representantes de Puerto Rico para tratar las resoluciones conjuntas 107 y 112. Méndez recomendó mejorar las propuestas del gobernador Aníbal Acevedo Vilá (2005-2008), armonizándolas con otras presentadas e incorporando y concertando otros factores que, a su juicio, fortalecerían la enmienda constitucional. Sugirió el siguiente texto para la Resolución Concurrente 104: “Los municipios serán autónomos sobre asuntos de gobierno interno relativos a su organización, la financiación de sus operaciones con recursos propios, las asignaciones del gobierno federal y del local’’.29 En primer lugar, expresó la necesidad de precisar y asegurar los poderes municipales en la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Para ello, subrayó seis áreas esenciales de la autonomía municipal: los asuntos del gobierno interno relativos a su organización; la capacidad para generar ingresos fiscales propios; la financiación de sus operaciones con recursos propios; el poder para acordar alianzas con otros municipios en búsqueda de mayor eficiencia y mejores servicios ciudadanos; la autoridad para la imposición de ciertos impuestos; la planificación de empréstitos dentro de su demarcación; su funcionamiento ejecutivo y administrativo; el desarrollo de programas y la prestación de servicios de bienestar general; la facultad de la expropiación forzosa; y el poder para acordar consorcios con otros municipios para lograr mayor eficiencia y mejores servicios a la ciudadanía. Ninguna ley, dijo Méndez, “impondrá obligaciones fiscales a los municipios sin que existan los recursos
José. F. Méndez y el presidente de la Asociación de Industriales de Puerto Rico Manuel Cidre. AFSUAGM
En el 2008, el SUAGM lanzó la campaña de responsabilidad social “Vota o quédate calla’o” y Sistema TV fue el anfitrión del debate entre los aspirantes a la gobernación. En la foto Aníbal Acevedo Vilá (PPD), Luis Fortuño (PNP), Edwin Irrizarry Mora (PIP) y Rogelio Figueroa (PPP). AFSUAGM
Los candidatos a Comisionado Residente en Washington, Alfredo Salazar (PPD), Jessica Martínez (PIP), Carlos A. Velázquez (PPP) y Pedro Pierluisi (PNP). AFSUAGM
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fiscales de estos para asumirlos. Tampoco podrá gravar los recursos o presupuestos municipales”.30 Por último, Méndez planteó además, otra importante propuesta relacionada con la autonomía municipal al decir que: “cualquier enmienda a la ley orgánica de municipios que sea aprobada por la Asamblea Legislativa tendrá que contar con el aval y el consentimiento, mediante ordenanza de la Legislatura Municipal, de dos terceras partes de los gobiernos municipales del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, para poder entrar en vigor”.31 Insistió en que la enmienda constitucional propuesta era necesaria, y que requería de la voluntad política del poder legislativo y del poder ejecutivo para otorgar más poder a los gobiernos municipales mediante ella. En sus justificaciones, destacó el principio de que el gobierno municipal debería aceptarse como la unidad básica de los servicios al pueblo, y el alcalde, como su figura principal. Si ello se consiguiera, podrían atenderse “los reclamos por servicios inmediatos y urgentes por parte de los ciudadanos”.32 Paralelamente, destacó que el empoderamiento resultante se lograría mediante la descentralización, la regionalización y la municipalización. “La descentralización implica dispersar las actividades previamente concentradas en el poder central”, afirmó.33 Una vez más, Méndez describió la municipalización como el traspaso de los poderes gubernamentales al nivel local, acompañados de los recursos económicos y las competencias necesarias para la administración eficiente. Como ejemplo de ello, describió las ya exitosas iniciativas promovidas por el Sistema Universitario Ana G. Méndez: INTECO, INTENE, INTENOR y DISUR. Luego de finalizar las presentaciones en la legislatura a favor de la municipalización, se le escuchó decir al exgobernador Hernández Colón que “de no ser por el liderato de Pepe Méndez estas actividades no se hubieran llevado a cabo”.34 Era evidente que los foros, simposios, conferencias magistrales, cabildeo en la Legislatura y acuerdos que rompían con la estrechez de opinión por causa del fanatismo político no hubieran sido posibles sin la iniciativa de Pepe, cuya capacidad de convocatoria era innegable. Concomitante con el tema anterior, a lo largo del 2009 Pepe Méndez fomentó el estudio de la transformación del gobierno. Una vez más se dieron la mano la academia y el Instituto de Política Pública, con sus foros y publicaciones y con los planes estratégicos del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Dicha iniciativa había sido fomentada por la visita, el 22 de enero de 2009, de un distinguido investigador del Mercatus Center de George Mason University. Maurice P. McTigue, exmiembro del gabinete y del parlamento de Nueva Zelandia y embajador de su país en Canadá del 1994 al 1997, había presentado una conferencia magistral auspiciada por el Instituto de Política Pública y la Universidad Metropolitana, en la que expuso la necesidad “de una genuina transformación en todas las estructuras y estrategias que nos atan a viejos paradigmas”.35 Una renovación del gobierno “conlleva cambios profundos en
El Instituto de Política Pública celebra seminario sobre educación. De izquierda a derecha Manuel Figueroa, presidente de Vernet, Justo Méndez, director y fundador de “Nuestra Escuela”, Ivonne Lozada, vicepresidenta asociada y directora ejecutiva del IPP, Anitza Cox, de Estudios Técnicos, Herminio Martínez, director ejecutivo de The Bronx Institute, Rafael Román, secretario del Departamento de Educación y José F. Méndez. AFSUAGM
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su estructura para atender de manera más eficiente las presiones financieras y la lentitud del Gobierno en la prestación de servicios al ciudadano. Conlleva cambios fundamentales en la organización, en el diseño de programas, en los procesos operacionales y en las operaciones para mejorar todos los niveles de ejecución y reducir los costos”.36 Los cambios para reducir los costos del gobierno requieren acuerdos inmediatos entre varias organizaciones, en diferentes niveles de gobierno. Sin embargo, para lograrlo, dijo McTigue, habría que encomendar al ciudadano y al gobierno la capacidad de adaptarse a nuevas circunstancias con el fin de crear un nuevo enfoque. El Instituto de Política Pública hizo otras aportaciones importantes al país. Entre ellas el debate y las conferencias sobre el problema de los desperdicios sólidos, uno de los temas de mayor urgencia en la Isla.37 Así lo entendía Pepe Méndez. Ya desde la toma de conciencia en el país sobre la protección del ambiente a principios del decenio del setenta, como resultado de la creación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en los Estados Unidos, la Junta de Calidad Ambiental de Puerto Rico (1970) y el Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico (1972), se sabía que los depósitos de basura o vertederos de la inmensa mayoría de los municipios, representaban una amenaza a la salud pública de los puertorriqueños. Sin embargo, a lo largo de los próximos años la situación se agravó, demandando soluciones apremiantes para no poner en riesgo la salud del pueblo. De-
El 7 de abril de 2008 el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton visitó el Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada de la Universidad del Turabo en Barceloneta. Venía a hacer campaña por su esposa Hillary. De izquierda a derecha, el senador Bob Menéndez, el expresidente Bill Clinton y José F. Méndez. AFSUAGM
bido a los requisitos de ubicación de los vertederos pautados por el gobierno insular y, principalmente, por el federal, la ubicación de estos o la ampliación de los ya existentes resultaba complicada.38 Los reglamentos no permitían que estuvieran cerca de aeropuertos, en humedales, en zonas inundables, en las áreas donde están ubicadas las aguas subterráneas principales de la Isla, en la cercanía de las abundantes fallas sísmicas, en lugares inestables y tampoco en zonas cárcicas; este sería el caso de la costa norte prácticamente desde Loíza a Aguadilla.39 Súmesele a éstos, los terrenos de reserva agrícola y los que están bajo el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico o el Fish & Wildlife Department, entre otros. Todo ello apuntaba a las grandes dificultades que enfrentaba la Isla debido a la escasez de terreno disponible para nuevos rellenos sanitarios. Inevitablemente el tamaño de los
vertederos debía aumentar debido al crecimiento poblacional. Y era obvio que en el mismo medio de la zona urbana no se podía establecer un relleno sanitario. Para su localización quedaría menos del 90% del territorio de Puerto Rico disponible.40 La magnitud del problema se incrementaba debido a que se generan 4.9 libras de residuos por persona por día, lo que equivale a 10,000 toneladas diariamente, una de las cifras más altas en el mundo. De ahí que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) había cerrado gran cantidad de los vertederos isleños. Los existentes tenían una vida útil limitada. Para finales de 2006, y con el apoyo y consentimiento de Pepe, el Sistema se tomó la iniciativa de buscar y promover nuevas alternativas para el manejo efectivo de los desperdicios sólidos en la Isla. Cumpliendo con el deber público del Sistema, Pepe pidió al Instituto de Política Pública que organizara
Distintas instituciones aportan al Fondo Permanente de Becas y otros proyectos. AFSUAGM
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una visita a varias plantas de plasma en Europa con el propósito de analizar diferentes alternativas para la solución del problema de los desperdicios sólidos en la Isla. Seguía su máxima de “ver para creer”. Se organizó un viaje al Viejo Mundo al que asistieron 12 alcaldes, entre ellos, William Miranda Marín de Caguas y Juan A. Cruz Manzano de Manatí, entre otros. Además, y en representación de los funcionarios públicos, asistieron el representante Ferdinand Pérez y el Director Ejecutivo de la Autoridad de Desperdicios Sólidos, Javier A. Quintana. Representando al Sistema viajó, desde luego, Pepe Méndez, en compañía de los rectores de la Universidad Metropolitana, de la Universidad del Turabo y de la Universidad del Este: Federico M. Matheu, Dennis Alicea y Alberto Maldonado, respectivamente. Asimismo, Carlos Padín, decano de la Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana, acompañó a este grupo de académicos, funcionarios públicos y científicos. Durante el viaje visitaron una planta de plasma ubicada en Bordeaux, Francia y una planta de residuos sólidos y un parque científico en España. Allí, el grupo reunió información para evaluar de una manera crítica y analítica el innovador proceso conocido como plasma, que podría servir de alternativa para el manejo efectivo de desperdicios sólidos en Puerto Rico. En este procedimiento, los desperdicios sólidos son expuestos a altas temperaturas mediante un arco de plasma. Como resultado, las sustancias inorgánicas se licúan y se transforman en rocas que pueden ser utilizadas en la industria de la construcción. Por otro lado, las sustancias orgánicas –como la comida, las maderas y ramas– pueden ser transformadas en gas combustible con el cual se puede producir energía. A su regreso a la Isla el presidente Méndez y un grupo de alcaldes reunidos en la Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana, firmaron un acuerdo de compromiso que se denominó “la Declaración de Bilbao”.41 Dicho acuerdo declaraba, en primer lugar, la necesidad de “impulsar la ejecución de alternativas viables existentes en otros países, incluyendo tecnologías de conversión de residuos a energía, que han probado ser eficientes y eficaces en otros contextos”.42 En su segundo apartado requería a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) “que adoptara normas y fórmulas justas y razonables para la compra de la electricidad que generan las tecnologías de conversión de residuos a energía, ya sean estas construidas por sus usuarios o por terceros. Que en su defecto, la Legislatura de Puerto Rico requiera por legislación o que en su lugar se le instruya a la propia AEE que construya las tecnologías de conversión de residuos a electricidad”.43 Se pidió que “se considere la integración de diversas tecnologías de avanzada tales como plasma o reciclaje u otras que han sido exitosas en Francia, España y Japón”.44 El acuerdo solicitaba a “las universidades que examinen científicamente el impacto y la aplicación de las diversas tecnologías para el manejo de desperdicios sólidos en el país”.45 Concluía, abogando por estudios, foros y visitas de servidores públicos a países
A su regreso a la Isla el presidente Méndez y un grupo de alcaldes reunidos en la Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana, firmaron un acuerdo de compromiso que se denominó “la Declaración de Bilbao”.
Foro relacionado al manejo adecuado de los desperdicios sólidos mediante su conversión a energía renovable. De izquierda a derecha el rector de la Universidad Metropolitana Federico Matheu, Javier Quintana, el economista Nicolás Muñoz, José F. Méndez, el director del Earth Engineering Center de Columbia University, Nickolas J. Themes, la vicepresidenta asociada y directora ejecutiva del IPP Victoria Rodríguez, Carl A. Soderberg, director de la División de Protección Ambiental para el Caribe de la Agencia para la Protección del Ambiente de los Estados Unidos y el decano de la Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana Carlos Padín. AFSUAGM
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que están a la vanguardia del tema de la disposición de desperdicios sólidos para empaparse de detalles en cuanto a las iniciativas de orden ambiental que podrían adoptarse y adaptarse en Puerto Rico. En esta ocasión se le escuchó decir al presidente Méndez: “Hoy firmamos un acuerdo de compromiso al que hemos bautizado como Declaración de Bilbao, iniciativa que el Sistema Universitario Ana G. Méndez ha creado en su afán de encontrar soluciones y alternativas al serio problema de la disposición de desperdicios sólidos”. La Declaración de Bilbao, manifestó el Presidente, es “el resultado de un análisis profundo llevado a cabo conjuntamente por representantes del servicio público y privado, organizaciones sin fines de lucro y la academia”.46 Un año más tarde, en el 2007, se comenzaron a ver los resultados del viaje, cuando a tenor con los postulados de la Declaración de Bilbao, la Universidad del Turabo y el Municipio Autónomo de Caguas crearon el Centro Internacional de Energía Renovable, Aeroespacial, Turbulencia y Educación (I-CREATE, por sus siglas en inglés). Una de sus principales áreas de investigación sería la del empleo de plasma para procesar residuos sólidos, “fuel cells”, energía solar y energías renovables en general. El municipio sirvió de agente aglutinador para materializar la construcción de este proyecto en el recinto de la Universidad del Turabo. Al decir del alcalde Miranda Marín, la misión de este centro “es cónsona con el modelo de sostenibilidad que impulsa el gobierno municipal de Caguas”. El municipio aprobó la creación de un Fondo Especial para, entre otras cosas, crear proyectos de energía renovable en la ciudad utilizando el procedimiento de plasma. Además, el Centro fomentaría el desarrollo de una fuerza laboral con amplia capacidad técnica, científica y empresarial. También serviría como laboratorio para la implantación de programas internacionales de
investigación y la producción de capital intelectual netamente puertorriqueño en áreas relacionadas a la energía renovable y las ciencias aeroespaciales. Para entonces se sabía que, además de Caguas, ya había varios municipios (incluso el de San Juan) interesados en implantar el plasma para producir gas combustible, que a su vez, puede producir energía. Ese mismo año, en conferencia magistral celebrada en la Universidad Metropolitana, Nickolas J. Themes presentó su ponencia “Manejo adecuado de los desperdicios sólidos mediante su conversión a energía renovable”.47 Themes abogó por convertir los rellenos sanitarios y la basura en energía y aumentar el reciclaje en la Isla, que era muy pobre: quedaba sin reciclar el 81% de la basura. La meta era llegar a lo que requiere la ley que es dejar sin reciclar no menos del 35% de ésta. ¿Qué hacer, se preguntó, con el 65% de la basura? Puso punto final a su conferencia urgiendo a los puertorriqueños a que buscaran una solución a este problema. Al cierre de esta conferencia y de las anteriores que versaron sobre el tema se hizo cada vez más evidente a quién se le debía su éxito. Lo que confirmó uno de los participantes, el ingeniero Carl A. Soderberg, director de la División de Protección Ambiental para el Caribe, de la Agencia para la Protección del Ambiente de los Estados Unidos. Con claridad contundente, Soderberg afirmó que “de no haber sido por Méndez este simposio y tantos otros a favor de la defensa del ambiente no se hubiese celebrado.”48 Así pues, a lo largo de aquella primera década de los 2000, los temas abordados por el Instituto de Política Pública habían sido los de mayor significación e interés para el país y de interés para todos los sectores de la población. Dada lo politizada que se encontraba la sociedad puertorriqueña, Pepe Méndez se aseguró de que la composición de dicho Instituto no fuese partidista, y que a una mesa de discusión pudieran sentarse personalidades que representasen desde la extrema izquierda a la derecha más recalcitrante, pasando por el centro con todos sus matices.49 Las Juntas Consultivas quedaron compuestas por la más diversa muestra de la sociedad puertorriqueña, trascendiendo así las barreras políticas. En esto Méndez fue un gran maestro, pues supo cambiarse el color de la guayabera (azul, rojo o verde) según lo requiriese la ocasión. Nada ni nadie iba a amarrarlo al dogma de un partido político o ponerle cortapisas. Además, en su caso particular, la amistad estaba por encima de cualquier otra consideración, y era de todos conocidos que tenía amigos en todos los partidos. Sin habérselo propuesto, Méndez se había convertido en una especie de diplomático o mediador de altos vuelos. Su labor con alcaldes y legisladores de diferentes partidos políticos era digna de encomio y admiración. Indudablemente, su dinamismo y su puesta al día de los principales problemas de la Isla según se discutían en el seno del Instituto de Política Pública, le dio al Sistema Universitario Ana G. Méndez una ventaja sobre otras instituciones de educación superior en el país: incluso sobre la propia Universidad
“
Generaciones pasarán, pero es en las páginas de la historia que se escribirá y se perpetuará la labor de los valientes que se han atrevido a soñar en un mejor país.
”
J.F.M.
José F, Méndez con Aníbal Meléndez, alcalde de Fajardo. AFSUAGM
de Puerto Rico. A menudo fueron los profesores e investigadores de la universidad del estado los que, al no contar con el foro adecuado en su institución, hicieron grandes aportaciones a través del Instituto de Política Pública. Aquel bagaje intelectual de primer orden que nacía de los foros y publicaciones, nutrió a Pepe Méndez de la mejor y más fidedigna información, convirtiéndolo en uno de los educadores mejor preparados de Puerto Rico en lo concerniente a los problemas económicos y sociales de la Isla. Muy bien informado, sí; pero presto a cambiar, a innovar y a crecer. PEPE DA OTROS TRES PASOS A FAVOR DEL DESARROLLO ECONÓMICO DE LA ISLA Entrado el 2006, Puerto Rico entró a una nueva recesión económica. El país casi se paralizó. Por ello cada vez se hizo más necesario que Pepe Méndez continuara dándole impulso y apoyo institucional y económico a las alianzas. El 16 de agosto, a las alianzas del centro y norte de la Isla (INTECO e INTENOR) se le sumó la Iniciativa Tecnológica del Noreste (INTENE), creada para fomentar el crecimiento económico de la región noreste de Puerto Rico. Esta alianza la conforman diez municipios (Carolina, Canóvanas, Ceiba, Culebra, Fajardo, Loíza, Luquillo, Río Grande, Trujillo Alto y Vieques), diez empresas privadas y diez instituciones educativas.50 Inicialmente su estructura organizacional la encabezaron los alcaldes José C. Aponte, de Carolina, y Aníbal Meléndez, de Fajardo, siendo este último el presidente de su Junta
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de Directores. La Junta de Directores de INTENE, como en las otras alianzas, está constituida por miembros del gobierno municipal, de la empresa privada y de la academia. Los municipios miembros de INTENE pertenecen a una región muy heterogénea, que facilita la posibilidad de llevar a cabo una gran variedad de actividades. Cuenta con una base industrial importante en el sector farmacéutico, pero, también es la sede del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, ubicado en Carolina. Uno de sus grandes atractivos es que cuenta con valiosos terrenos públicos, costeros, muelles y una bahía resguardada en el municipio de Ceiba, que hasta hace poco habían pertenecido a la base naval de la Marina de Guerra de los Estados Unidos, Roosevelt Roads. Al crear sus equipos de trabajo, el turismo náutico surgió como un eje potencial de actividad adicional a las originalmente pensadas. Así nace la Región Turística Este-Central y se prepara el plan estratégico para el Desarrollo Turístico de la Región. Esta herramienta de trabajo ofrece un mapa y la ruta a seguir para maximizar los recursos turísticos disponibles en beneficio de la economía regional, para fomentar el nacimiento de pequeñas y medianas empresas, para el desarrollo de infraestructura, para la planificación territorial municipal y para la tecnología digital. Para entonces el gobierno central respaldó, mediante orden ejecutiva (OE2007-50), a INTENE como modelo organizacional socioeconómico de la región
El alcalde de Guaynabo, Héctor Oneil, conversa con José F. Méndez durante la Cuarta Cumbre Municipal celebrada en la Universidad del Turabo. AFSUAGM
El Ing. Oscar Jiménez, director ejecutivo de INTECO, William Miranda Torres, alcalde del municipio de Caguas y José F. Méndez, conversan durante la inauguración de la iniciativa ACCESS que brinda Internet a la región centro oriental. AFSUAGM
noreste. De inmediato, se creó un equipo de trabajo estratégico compuesto por los rectores de las siguientes universidades: Universidad del Este, Universidad Interamericana –Recinto de Fajardo, Universidad de Puerto Rico– Recinto de Carolina, National College, Caribbean University, Universidad Politécnica y el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. Una de las primeras actividades de INTENE fue conseguir que los alcaldes de estos municipios y sus ayudantes se sentaran a discutir los temas de otorgación de permisos y de finanzas municipales y sus implicaciones a largo y corto plazo. Por otro lado, se creó un equipo de voluntarios que estudiaron las necesidades de tecnología digital, y que tras entrevistar a más de 300 empresarios, trazaron un perfil del uso de tecnología en la región. Con este análisis en mente se concentraron los esfuerzos de adiestramiento en tecnología en las áreas de mayor necesidad, y se justificó la inversión en equipos e infraestructura necesarios para aumentar la eficiencia y efectividad de las empresas. Un tema vital que se estuvo estudiando en INTENE es el de la planificación territorial. Los expertos en planificación de la región han tenido la oportunidad de analizar el estado actual de los planes de ordenamiento territorial de todos los municipios y han sentado las bases para la creación de una oficina regional de permisos y un plan de ordenamiento territorial a nivel de la región. Analizaron los planes de ordenamiento territorial de cada municipio y las colindancias entre estos. De ahí que se integrara al Municipio de Carolina como piloto en el proyecto de la Escuela de Planificación de la Universidad de Puerto Rico. Otro proyecto de INTENE ha sido el desarrollo de la Ruta Turística del Este, respaldado por el gobierno mediante la Orden Ejecutiva (OE-2008-20), que
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José F. Méndez dialoga con los presentes en la Cumbre Empresarial 2011. Le acompaña el alcalde de Fajardo, Aníbal Meléndez. AFSUAGM
aprobó el plan estratégico para mejorar la región, al tiempo que llegó a un acuerdo de alianza estratégica entre la Compañía de Turismo de Puerto Rico y la Iniciativa Tecnológica del Noreste (INTENE). Con el paso de los meses se auspiciaron otros proyectos, algunos similares a los ya mencionados en INTENOR e INTECO, y en los que se acentuaron las iniciativas de innovación, tecnología, turismo, capacitación del personal, creación de empresas y capital regional. Entre ellos se destacó la creación de una red de incubadoras comerciales para estimular el desarrollo de empresas nuevas, proyectos ambientales energéticos y el Parque Científico y Tecnológico. También cuajaron otros proyectos, como la Escuela Superior Vocacional de Fajardo, que ofrece cursos vocacionales fuera del horario académico regular51; el Centro de Innovación Tecnológica en unos terrenos municipales identificados por el municipio de Canóvanas; un proyecto de energía
eólica en el área de Fajardo; una red regional para pequeñas y medianas empresas; y un proyecto piloto con el Departamento de Educación para el sostenimiento de las escuelas, entre muchos otros. Al otro lado de la Isla, el 6 de junio de 2006 se estableció la Alianza para el Desarrollo Integral del Sur Inc. (DISUR).52 Su intención era la de promover y maximizar la competitividad y la economía sustentable de la región sur, y su estrategia, integrar los esfuerzos y recursos del sector público, privado, académico y de los ciudadanos residentes del área, para lograr una mejor calidad de vida. Esta iniciativa reconoce las ventajas de la fusión de estos sectores para identificar áreas de fortalezas, oportunidades y problemas comunes para luego planificar y organizar actividades o servicios en conjunto que redunden en beneficio de todos. Además, responde a la necesidad imperante de solidificar la economía regional para ser más competitivos.
Desde mediados de la década de los setenta, la región que engloba DISUR evidenciaba una situación de desventaja económica. Luego del auge de la industria azucarera durante los primeros sesenta años del siglo veinte y, posteriormente, de las petroquímicas, la situación socioeconómica de la región sur era penosa. En aquellos valles del sur isleño, colindantes con las azul verdosas aguas del Mar Caribe –desde Arroyo hasta Yauco, pasando por Ponce–, solo quedaban los esqueletos de las centrales azucareras y la chatarra oxidada de las petroquímicas.53 En cuanto al ingreso per cápita, el ingreso familiar promedio, las tasas de empleo y desempleo y el índice de competitividad regional, los municipios del sur de la Isla eran los más rezagados, por lo que urgía la acción estratégica aunada a la voluntad y el compromiso para articular ventajas competitivas y lograr mayor prosperidad económica en la región. No obstante, y pese a sus desventajas, la zona también tenía mucho que ofrecer. La cuestión era potenciarlo y maximizarlo. Tal era el caso del Puerto de Las Américas Rafael Cordero Santiago. Se trataba de un proyecto emblemático del gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que se había convertido en el eje de desarrollo socioeconómico de la región sur. Pero aún este proyecto parecía estar “durmiendo el sueño de los justos”.54 Según Pepe, los retos que enfrentaban estas alianzas regionales –INTECO, INTENOR, INTENE y DISUR-, organizadas en coordinación con la Oficina de Desarrollo Económico y Comercialización del Sistema Universitario Ana G. Méndez, eran considerables, ya que requerían una planificación titánica para cumplir con una meta de largo alcance: el progreso de Puerto Rico. En ausencia de un modelo gubernamental de desarrollo económico a largo plazo, estos proyectos, pensados desde una perspectiva regional, eran singulares en el tintero del porvenir isleño. Pepe había colocado al servicio del desarrollo social, económico y político de la Isla al Sistema Universitario Ana G. Méndez. Así
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lo reconoció en mayo del 2009 la prestigiosa y antigua Asociación de Industriales de Puerto Rico, tradicional bastión de la defensa de la economía isleña. Su presidente Josen Rossi, al hacer un llamado a seguir fomentando un esfuerzo unido por Puerto Rico, insistió en que había que fortalecer las alianzas concertadas por las denominadas Alianzas Regionales organizadas bajo el liderato de José F. Méndez.55 El objetivo de las Alianzas, de promover la creación o incubación de empresas, estudios de mercadeo, transferencia de tecnología, establecimiento de parques industriales, propiedad intelectual e invenciones y patentes, fue celebrado por los industriales. UN AMBIENTE EDUCATIVO MUY COMPETIDO: SOUTH FLORIDA CAMPUS En agosto de 2006, Pepe puso su mira en dirección hacia la populosa ciudad de Miami. El plan maestro de expansión en los mercados hispanos preparado por el economista J. Antonio Villamil del Washington Economic Group en 2003 había hecho un llamado para que el próximo centro universitario de la institución se estableciera en el sur de la Florida; es decir en la muy cubana Miami. Desde principios de la década del sesenta, la ciudad de Miami fue el lugar favorito de asentamiento para los exilados cubanos, que se concentraron principalmente en el Condado Dade. El Miami de entonces era una pequeña ciudad de tres o cuatro bloques alrededor de la calle Flager, extendiéndose hasta la calle 36 y la avenida 40, con algunas urbanizaciones en los suburbios, y al sur, una fila de hoteles en la playa. Con la llegada de tantos cubanos se formó una ciudad dentro de otra: esto es, una pequeña Habana en el Condado de Dade. Fueron apareciendo en la ciudad las mismas escuelas, tiendas, bancos, y por supuesto, los estilos de colmados, bodegas y restaurantes que abundaban en La Habana, de donde procedía la mayoría de aquellos primeros emigrantes de clase media. La
Sobre 40 estudiantes de once países de America Latina participaron en la primera graduación del South Florida Campus del Sistema Universitario Ana G. Méndez. AFSUAGM
ciudad de Miami experimentó un cambio extraordinario, evidente en todos los aspectos de su vida: el económico, el cultural, el educativo y el político. Con el paso de los años y ya entrada la década de los ochenta, además de la gigantesca inmigración de cubanos que salieron de Cuba por el Puerto de Mariel, llegaron al sur de la Florida muchos inmigrantes que procedían de Centro América, en donde la fragilidad económica, unida a la violencia de las luchas entre las guerrillas de izquierda y los contra revolucionarios de derecha, instó a salir de su respectivos países a miles de salvadoreños, nicaragüenses y guatemaltecos, entre otras nacionalidades que se establecieron al sur de la Florida. Allí además ya habitaban panameños, peruanos, chilenos, argentinos y tantos otros. Durante el primer lustro de la década de los noventa, en el estado de la Florida, residían 1,570,000 hispanos; nada menos que el seis por ciento del total de la población hispana en los Estados Unidos56. Tan solo en el Condado Dade de la ciudad de Miami vivían 1,103,000. El resto de la gran comunidad se asentaba en los condados de Broward y Palm Beach. Durante ese mismo período, y pese a que la mayoría seguía siendo cubana (el 65 por ciento), la población había cambiado en lo referente a la nacionalidad u origen de sus pobladores debido a la continuación ininterrumpida de la ya considerable inmigración tanto de centroamericanos (mexicanos, nicaragüenses, salvadoreños, guatemaltecos, costarricenses, hondureños), como de suramerica-
nos (colombianos, peruanos, ecuatorianos y venezolanos). Ocurría a menudo que en un abrir y cerrar de ojos se desarrollaba una nueva comunidad. El Censo de Población de los Estados Unidos para el 2000 reveló que del total de 276 millones de residentes en Estados Unidos, 33.9 millones, o el 12.3 por ciento (uno de cada ocho personas), eran hispanos.57 Las cifras mostraban que en el espacio de una década dicha población había crecido cerca de un 60 por ciento. Los hispanos continuaban siendo la minoría más grande de los Estados Unidos. De este grupo, 63.3 por ciento era de ascendencia mexicana, el 10.5 por ciento correspondía a los puertorriqueños y el 4.5 por ciento a los cubanos. Los centroamericanos y sudamericanos constituían el 14.8 por ciento.58 En un solo año, entre el 2007 y el 2008, la población hispana creció 3.3 por ciento. La Oficina del Censo pronosticaba que para el 2020, uno de cada cinco residentes en los Estados Unidos sería hispano.59 A estas cifras habría que añadirle otros millones de inmigrantes indocumentados que anualmente entraban a los Estados Unidos, a veces superando las cantidades de aquellos que entraban legalmente. Junto a todas estas comunidades hispanas, había una pequeña comunidad de puertorriqueños que desde principios de siglo había hecho de Miami su hogar permanente. Evidentemente, la inmigración cubana la desplazó como grupo hispano dominante. Pero los puertorriqueños siguieron emigrando a Miami.60 La población puertorriqueña en este esta-
do creció, del dos por ciento de todos los boricuas en los Estados Unidos en 1960, al 14 por ciento en 2005. Para el primer lustro del 2000 los condados de Miami-Dade y Broward también eran lugares favoritos de asentamiento puertorriqueño.61 Allí, en comunidades más antiguas que las de Orlando, residían 158,000 puertorriqueños. Otros 35,000 puertorriqueños residían en el vecino condado de Palm Beach.62 Por las condiciones demográficas mencionadas, en 2006 se alzó en la ciudad de Miramar, condado de Broward, el South Florida Campus del Sistema Universitario Ana G. Méndez.63 Este último colinda con el oeste del Condado de Dade, el lugar predominante y favorito de asentamiento hispano en la Florida y donde se encuentra localizada la ciudad de Miami. También está cerca de los condados de Palm Beach y Fort Laudardale, lugares favoritos también de asentamiento para las comunidades hispanas. La experiencia educativa universitaria exitosa en el Metro Orlando Campus motivó la fundación de este nuevo campus, una expresión más de los esfuerzos de internacionalización del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Sin embargo en esta ocasión, la mayoría de los estudiantes y miembros de la facultad eran cubanos; casi todos recién llegados: nacidos y crecidos bajo el régimen comunista de Cuba. En sus inicios, el South Florida Campus empleó como referencia inmediata el currículo del Metro Orlando Campus provisto por las tres universidades que integraban el Sistema Universitario Ana G. Méndez en Puerto Rico. Los grados universitarios se ofrecerían a partir de la metodología de estudios acelerados desarrollada por la Escuela de Estudios Profesionales del Sistema. Mientras tanto, se había recibido la documentación de la Middle States Commission on Higher Education del Estado de la Florida, otorgando las acreditaciones correspondientes. Tal y como pasó en Orlando, este campus mantenía sus puertas abiertas para servir y atender las necesidades de la comunidad. Se quiso ofrecer a la comunidad hispana no solo las herramientas necesarias para ser exitosos, a través del modelo de educación bilingüe sino el lugar donde podrían desarrollar las destrezas y los valores necesarios para contribuir a esta ciudad y a este estado.64 A menudo, se organizaron actividades con la participación de representantes del gobierno, líderes hispanos del sector educativo y miembros distinguidos de la comunidad. Ello se facilitaba debido a que la comunidad puertorriqueña era bastante antigua y mejor organizada que las de otros lugares de la Florida. Poco después de su inauguración en el 2006, el recinto de South Florida servía a 225 estudiantes, que aumentaron a 449 en 2009. Un año más tarde la matrícula alcanzó los 580 estudiantes y ya hubo quién presagiara que pronto se llegaría a los mil. Para entonces, el futuro de estos dos centros floridianos del Sistema Universitario Ana G. Méndez cobró una mayor importancia para el futuro de los
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Estados Unidos, debido a que su contribución era indispensable para cumplir con las metas esbozadas para el 2020 en el plan del presidente Barack Obama, Organizing for America: Education (2009). Se trataba de mejorar los programas educativos dirigidos a los hispanos, que representaban el segmento poblacional de mayor crecimiento en los Estados Unidos.65 Al inaugurar el South Florida Campus, Pepe Méndez manifestó que “luego de terminar la escuela superior los estudiantes debían estar preparados para asistir al menos a un año de educación universitaria. Para todo ello, tanto el Metro Orlando Campus como el South Florida Campus del Sistema Universitario Ana G. Méndez estaban preparados y contaban con la experiencia de poder enseñar en ambos idiomas”. Así las cosas, continuó la expansión del Sistema Universitario Ana G. Méndez en la Florida, cuando en agosto de 2010 inauguró su tercer centro universitario en la ciudad de Tampa llamado Tampa Bay Campus. Una vez más, el establecimiento de este campus respondía al plan preparado por el Washington Economic Group. Sin embargo, del
Durante los primeros años del 2000, los condados de Dade y Broward fueron lugares favoritos de asentamiento de los hispanos. AFSUAGM
éxito del nuevo centro Pepe Méndez aún no estaba muy convencido. Le preocupaba la recesión económica en la que se hallaba inmerso Estados Unidos. Pero, como era su costumbre, echó hacia adelante. Alquiló de inmediato un edificio de 12,000 pies, en los que se abrieron seis salones. Aunque había alumnos de 26 nacionalidades distintas, en esta ocasión la mayoría eran cubanos. Con pasmosa rapidez se pudo apreciar que los programas de Salud, particularmente el de Enfermería, descollaba como el de mayor crecimiento en el Tampa Bay Campus. Para entonces Méndez había nombrado al puertorriqueño Luis Burgos a la rectoría de los tres campus de la Florida. Ya Pepe pensaba explorar otros campus en Washington D.C., Denver, Chicago, Filadelfia y otras ciudades de gran acogida de inmigrantes hispanos. Con estos centros educativos, Méndez entendía que “se forjaría la nueva generación de pensadores y hacedores bilingües”.66 Para él estos centros tenían la “responsabilidad de proveer innovación y continuidad a nuestros estudiantes honrando nuestro pasado, mientras construimos el futuro para el Sistema”.67
La Universidad Metropolitana (UMET) se convierte en la primera institución puertorriqueña en dirigir la operación del Observatorio de Arecibo junto a dos prestigiosas entidades. En la foto, Carlos Padín, José F. Méndez y Robert Kerr, director del Observatorio. AFSUAGM
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CAPÍTULO VIII
PEPE MÉNDEZ EN BUSCA DE SOLUCIONES (2011-2015)
DE MAL EN PEOR
A
lo largo del tercer lustro del siglo veintiuno, se vio a Pepe Méndez inmerso en asuntos que iban más allá de la educación universitaria en la Isla. Entre estos, el alto costo de la electricidad, la crisis de las finanzas públicas, el alza en la criminalidad y el mal funcionamiento de la Policía de Puerto Rico, Además el alza contante en la tasa de emigración de puertorriqueños a los Estados Unidos hizo más difícil el reclutamiento de estudiantes. En las elecciones generales del 6 de noviembre de 2012, contrario a las anteriores del 2008, la Isla se tiñó de rojo con la victoria del Partido Popular en la gobernación, el Senado, la Cámara de Representantes y la mayoría de las alcaldías. En enero, y poco después de prestar juramento, el gobernador Alejandro García Padilla se comprometió a darle seguimiento a las iniciativas de desarrollo económico. El deterioro de la economía puertorriqueña era muy serio.1 No había visos de recuperación, y los problemas fiscales, la falta de liquidez, la reducción en el número de fábricas y los altos costos energéticos complicaban la situación. El 4 de febrero la agencia crediticia Standard & Poor’s degradó la deuda del Estado Libre Asociado, el Banco Gubernamental de Fomento, los Sistemas de Retiro y la Autoridad de Carreteras, de BBB (el nivel más bajo en la categoría de grado de inversión) a BB+ (nivel especulativo o chatarra). La banca privada fue puesta en alerta. A esta le siguió otra degradación, cuando el 23 de julio otra agencia crediticia,2 Moody’s Investor Service, hizo lo propio al degradar a un nivel más profundo del grado de chatarra los bonos de las obligaciones generales del Estado Libre Asociado (GOS por sus siglas en inglés), así como las responsabilidades de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), entre otras corporaciones públicas. Se dijo que la medida tendría graves consecuencias que afectarían la deuda pública ($61,000 mil millones), el crédito de las obligaciones generales, las corporaciones públicas, los bonos COFINA y la Universidad de Puerto Rico. A
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este panorama, se le sumó la crisis financiera del Banco Doral, que además estaba inmerso en un litigio con el gobierno de Puerto Rico. Y como si ello fuera poco, los bonos del gobierno depreciaron, se desató una huelga de maestros y el Tribunal Supremo de Puerto Rico declaró inconstitucionales las reformas al Plan de Retiro de estos. Un artículo de prensa describía cómo el Banco Gubernamental de Fomento estaba a punto de cerrar.3 Pepe respondía como mejor sabía hacerlo: pidiendo una vez más estudios que ayudasen a sacar al País de la crisis económica. No trataban tanto sobre las causas de la crisis, sino sobre las propuestas para resolverla de cara al futuro. Entonces se le veía muy preocupado, cargando su viejo maletín negro, lleno de recortes de artículos de prensa y revistas atiborradas de marcas y subrayadas que describían la crisis económica. También lleno de sus famosos papelitos amarillos con anotaciones y recordatorios para personas con quienes debía reunirse para discutir y conocer más a fondo los datos del panorama económico de la Isla. A tales efectos, en febrero del 2014 solicitó una investigación a José Joaquín Villamil, de Estudios Técnicos Inc., sobre las consecuencias económicas de la emigración puertorriqueña en la Isla. La emigración resultaba, como antes –entre 1950 y 1970– lo había sido, una válvula de escape.4 Demás estaría decir que un componente importante de ese estudio era conocer el impacto de la crisis en las instituciones del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Ante el panorama económico tan adverso que se presentaba en la Isla, Pepe puso a leer a toda su plana mayor varias de las obras de Jim Collins, escritor estadounidense y conferenciante sobre asuntos de gestión empresarial. Entre sus obras mas conocidas, estaban los best sellers Great by Choice, Good to Great, How the mighty fall and why some companies never give up, los cuales les obsequió.5 Sobre este último les pedía que en particular leyesen todo lo concerniente a las instituciones y compañías –aun las más poderosas– que habían fracasado. Debían estudiar sobre todo aquellas que habían dado por seguro su éxito o que se expandieron sin considerar las condiciones del merca-
Desde el 2008 José F. Méndez estuvo muy atento a la crisis del Banco Gubernamental de Fomento para Puerto Rico y así se lo hizo saber a sus allegados. AFSUAGM
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Deponentes en el foro sobre la economía de Puerto Rico, presentado por el Instituto de Política Pública. AFSUAGM
do, negando el riesgo. Eran las que buscaban más capital en vez de quedarse con lo que podían, a menudo entrando a una liga que no les correspondía, cegadas por el orgullo. Y las que una vez que se percataban en el hoyo en el que se encontraban tenían una reacción agresiva en vez de ponderar el problema y tratar de resolverlo. Los daños de estas eran autoinfligidos. También les pedía que tomaran nota de aquellas compañías o empresas que según Collins triunfaban. Porque sus gestores eran los disciplinados, aquellos que al confrontar los resultados adversos no perdían la fe, los de ideas claras, con visión y estrategias. Los que con su cultura de disciplina, no tenían necesidad de burocracias y jerarquías. Y es que, dado el hecho de que la disciplina era uno de sus grandes atributos, Pepe se encontró retratado en Collins. También se identificó con su máxima
que afirmaba que la decisión más importante del ejecutivo exitoso es haber sabido escoger la gente adecuada para guiar la guagua.6 En los próximos meses, y muy discretamente, Pepe les preguntaba a sus vicepresidentes si habían leído las obras de Collins y cuál era su opinión sobre la explicación de cómo los más poderosos caían. También les preguntaba si podría ocurrir algo así en el Sistema Universitario Ana G. Méndez; si le podría ocurrir a él mismo. Por último les preguntaba si eran disciplinados. Otra manera en que Pepe Méndez reaccionaba a la crisis económica prevaleciente en la Isla era promoviendo las ayudas económicas a los estudiantes del Sistema. Debido a que un gran número de estudiantes lograban estudiar gracias a las becas Pell, Méndez sabía que debía seguir buscando nuevas fuentes de capital. A menudo las paredes del
Sistema retumbaban cuando esta ayuda estudiantil se convertía en balón político entre los miembros del Congreso de los Estados Unidos. A lo largo de los pasados 30 años y más recientemente, desde que los republicanos habían alcanzado mayoría en la Cámara de Representantes, el recorte, la congelación o la eliminación de los fondos de las becas Pell habían estado entre sus principales proyectos de ley. En enero del 2011, la primera pieza legislativa del Congreso dominada por republicanos fue el recorte de $5.7 millones al programa de dichas becas. Ya se ha narrado que entre 1993 y 1997 Pepe Méndez libró una gran batalla en la legislatura insular a favor de la educación de los más necesitados. En esa ocasión propuso la creación de un fondo de becas para los estudiantes que administraría el Consejo de Educación Superior. Como instituciones privadas, las universidades del Sistema Universitario Ana G. Méndez debían conseguir ayudas externas que ayudasen a sus alumnos en su compromiso de progresar a través de la educación superior. En su búsqueda de ayudas económicas para estudiantes talentosos y de escasos recursos, establece en 1995 el Fondo Permanente de Becas del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Al cabo de cuatro años se había logrado recaudar cuatro millones de dólares, cifra con la cual se mantuvo el
Fondo Permanente de Becas. AFSUAGM
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compromiso de proveer excelencia educativa a los estudiantes de la Universidad del Turabo, la Universidad Metropolitana y la Universidad del Este, las que, de no ser así, no tendrían los medios económicos para prepararse para una vida profesional.1 Sobre 180 estudiantes se benefician anualmente con becas completas de estudio de los compromisos financieros hechos en el nombre de distinguidas corporaciones, fundaciones y ciudadanos de nuestra comunidad y de los Estados Unidos. El Sistema Universitario Ana G. Méndez pareaba dólar por dólar la contribución al Fondo Permanente de Becas. En el caso de que la donación fuera de $100,000 y se pagase en un término de dos años o menos, el Sistema pareaba la aportación dos a uno. Es decir, $100,000 eran pareados con $200,000, convirtiéndose la donación en $300,000 y permitiendo que más estudiantes fuesen becados mediante este fondo. La aportación menor debía ser de $50,000 y pagadera entre uno a cinco años, que junto al pareo generase los réditos suficientes para cubrir los gastos de libros, cuotas, matrícula y estipendios mensuales a los estudiantes becados. Años más tarde se continuó con una segunda campaña en pro del Fondo Permanente de Becas. Para el 2010 el Fondo Permanente de Becas había beneficiado 860 becados y contaba con 87 donantes.
El Dr. José Santana a nombre de su padre Tony Santana hace donativo a la Universidad del Este. De izquierda a derecha el Dr. José Santana, el rector Alberto Maldonado, el ingeniero José Domingo Pérez y José F. Méndez. AFSUAGM
Por otro lado, Pepe también creó el Fondo Anual, un esfuerzo de recaudación de fondos que proveyó ayudas financieras a estudiantes y facultad por medio de la otorgación de estipendios para becas parciales, participación en internados y competencias académicas en y fuera de Puerto Rico. Este Fondo se nutría de aportaciones locales y nacionales de parte de corporaciones, fundaciones, estudiantes y sus familiares, ex alumnos, facultad, administración y amigos de la institución. Al decir de Pepe Méndez, era otra manera de apoyar estudiantes talentosos con becas y estipendios para facilitarles sus internados. Pepe también le dio atención especial a las donaciones de los egresados de las diferentes universidades del Sistema. Estas aportaciones hacían posible el fortalecimiento del Fondo de Becas y el Fondo de Capital, con el que se estaba aportando al desarrollo académico en beneficio de sus estudiantes. Su llamado era a que se mantuviesen unidos a su Alma Mater, a servir de mentores a estudiantes, a ofrecer sus consejos y compartir en foros y charlas en las instituciones del Sistema. En el 2014 Pepe abogó porque se nombrasen varios egresados a la Junta de Directores del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Al año siguiente, tres ex alumnos exitosos fueron nombrados a la Junta de Directores: Manuel Agosto García de la Universidad del Este, Wilfredo Cosme Ortiz de la Metropolitana y René A. Soto Torres del Turabo. Entre el 2004 y el 2008, el Sistema organizó la primera campaña capital, que nombró “Construyamos Nuestros Sueños”, seguida por otra que se inició en el 2009. Se trataba de una iniciativa de recaudación de fondos intensa en un periodo limitado de tiempo, cuyo propósito era el de allegar aportaciones filantrópicas para alcanzar metas capitales específicas para uno o
Vistas del radiotelescopio en el Observatorio de Arecibo. Abajo, Méndez dirige una reunión del Stakeholders Committee. Finalmente (NAIC), cuarto de control del Observatorio. AFSUAGM
más proyectos de gran alcance e importancia para el Sistema. Estas campañas aportaban a la construcción de nuevas instalaciones, la ampliación de estructuras o la adquisición de equipo especializado. Cinco importantes donantes fueron el doctor José Santana, para la José A. (Tony) Santana International School of Hospitality and Culinary Arts de la Universidad del Este; Guillermo L. Martínez, para el Museo y Centro de Estudios Humanísticos Josefina Camacho de la Nuez y la sala Jesús Martínez Battle de la Universidad del Turabo; el Ingeniero José Domingo Pérez, para la Escuela de Ingeniería de la Universidad del Turabo, que por cierto lleva el nombre de su progenitor. Christopher Buck, nieto del primer gobernador puertorriqueño Jesús T. Piñero para la Biblioteca y Centro de Investigación Social Jesús T. Piñero; y la Fundación Ángel Ramos para el Centro de Ciencias y Visitantes del Observatorio de Arecibo Fundación Ángel Ramos. Indiscutiblemente, Pepe se había convertido en un recaudador de fondos extraordinario, a tal punto que un donante decía, medio en broma y medio en serio, que cada vez que lo veía salía corriendo, porque sabía que le pediría dinero para el fondo de becas o para la campaña capital.
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Un orgulloso Pepe Méndez dijo que la Universidad Metropolitana garantizará durante su administración el fortalecimiento y desarrollo del Observatorio como sede de formación académica y científica. A la izquierda el rector Carlos Padín,el licenciado Rafael Cortés Dapena, presidente de la Junta de Directores de la Fundación Ángel Ramos y José F. Méndez. AFSUAGM
DE LO REAL A LO VIRTUAL Por otro lado, Pepe Méndez se reafirmaba como un líder visionario, siempre abierto a la innovación y a los grandes retos, como el que asumió entre el 2013 y 2014 para fortalecer la oferta académica de los programas de certificados técnicos en cada una de las tres universidades y la creación de una universidad sin campus, es decir, virtual.7 Al desatarse una nueva ola migratoria de puertorriqueños a los Estados Unidos que hizo más difícil continuar con el reclutamiento tradicional de estudiantes, Pepe le dio mayor énfasis al desarrollo de sus centros universitarios en Puerto Rico y los Estados Unidos, y al Programa AHORA para adultos, que para el 2013 contaba con una matrícula que rondaba los 6,454 estudiantes y que seguía aumentando. En vez de esperar que los estudiantes viniesen a la institución, ella iba donde ellos estuviesen, adaptándose a su ambiente, edad y necesidades, y por supuesto, preparándolos para las posibles ofertas de trabajo. A tales efectos en el 2014, en cada una de las universidades que conforman el Sistema se crearon los certificados técnicos profesionales. Se ofrecía la oportunidad de completar una carrera de corta duración en áreas técnico-ocupacionales, de gran demanda en el mercado laboral. Según proyecciones del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos de Puerto Rico, las carreras cortas técnicas constituyen una de las áreas laborales de mayor crecimiento, proyectado hacia el año 2020. Dicho estudio señala que el 44% de los nuevos empleos requerirán un adiestramiento de corto plazo. Estas carreras cortas proveen una educación técnica que responde a la realidad actual y futura del mercado de empleo, a tono con las exigencias de cada área. También capacitan al estudiante con el conocimiento y las destrezas relacionadas a su profesión, de acuerdo con la demanda de la comunidad a la que sirve. Las carreras cortas exponen a los estudiantes a experiencias reales en los laboratorios, de forma que se familiarizaran con aspectos de su futuro trabajo. También desarrolla en ellos las competencias empresariales que posibilitan crear empleo propio y para otros. Por otro lado, la idea de la Universidad Ana G. Méndez-Campus Virtual surgió de una reunión sobre el “Modelo Sistémico de Educación a Distancia”, que se llevó a cabo en la Universidad del Turabo en junio del 2005. En esa reunión, Pepe Méndez y varios funcionarios discutieron el futuro desarrollo del Centro de Telecomunicaciones y educación a distancia (CETED). Se recordará que, en el año 1999, WMTJ/Canal 40 se había convertido en CETED, uniendo así el medio televisivo con la Educación a Distancia. Dennis Alicea, rector de la Universidad del Turabo, lanzó la idea de establecer una universidad virtual, idea que estaba en la mente de algunos, pero que era la primera vez que se discutía como una posibilidad concreta. Pepe Méndez consideró esta sugerencia, y como solía hacer en estos casos, llamó
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a cada uno de los rectores del Sistema para confirmar su opinión sobre la idea planteada. Entonces, llamó a Migdalia Torres, y le dijo: “vamos con la universidad virtual y es tu proyecto”.8 De ahí en adelante el equipo de educación a distancia se dedicó a investigar las experiencias de varias universidades virtuales. Visitaron universidades como el TEC de Monterrey, la Universidad Virtual de Guadalajara, la Universidad de Educación a Distancia de Madrid (UNED) y la OBERTA de Catalunya. Luego los miembros del equipo discutieron con Méndez los atributos y las virtudes de cada una. Finalmente, se tomó la decisión de que Pepe Méndez visitara la OBERTA de Catalunya. En esa visita, pudo dialogar con sus directivos sobre la administración, la facultad, la tecnología, el servicio al estudiante y, algo que para él siempre fue importante, el rigor académico. Formuló muchas preguntas al respecto. Al salir de allí comentó: “es un camino largo que tomará tiempo”.9 Así mismo ocurrió. En los próximos días Pepe Méndez nombró a Migdalia Torres para que encabezara el camino hacia la fundación de la universidad virtual. En el 2011 se logró la licencia del Consejo de Educación de Puerto Rico y se comenzó el proceso de acreditación de la Middle States Commission on Higher Education. Tres años más tarde se inauguró bajo el nombre de Universidad Ana G. Méndez-Campus Virtual, con una oferta de nuevas maestrías a distancia, en Planificación Ambiental, Agronegocio, Administración de Empresas con Especialidad en Recursos Humanos, Administración de Empresas con Especialidad en Mercadeo y Educación con especialidad en Enseñanza del Inglés como Segundo Idioma. PEPE ABRE UNA VENTANA AL MUNDO DE LAS CIENCIAS Y LAS MATEMÁTICAS Entrado el nuevo siglo, uno de los cambios más significativos en el Sistema Universitario Ana G. Méndez fue el fortalecimiento de la investigación científica y tecnológica. En sus planes estratégicos sobresalía ese propósito. Un hito de vital importancia en el fortalecimiento de la investigación científica y tecnológica fue, según hemos relatado, la creación bajo la Oficina del Presidente del US Advisory Board for Science, Engineering and Health del Sistema Universitario Ana G. Méndez dirigido por la Dra. García Mullick. Otro momento significativo fue la celebración de los Simposios de la Salud, cuyo remoto inicio se concibió en 1996, cuando Pepe Méndez le prometió al Dr. Nizar N. Zein, distinguido hepatólogo y gastroenterólogo, que de salir airoso de su enfermedad de hepatitis C, se ocuparía de llevar el mensaje de la cura a los puertorriqueños. En dicha ocasión, Méndez resaltó la necesidad de concienciar a la población sobre alternativas preventivas Migdalia Torres, Ph.D., rectora de la Universidad Ana G. MéndezCampus Virtual. AFSUAGM
Estudiantes de los programas de ciencias, tecnología y salud. AFSUAGM
de salud, para evitar condiciones crónicas y letales. En esta gestión, el Dr. Miguel Fiol, médico de cabecera de Pepe, desempeñaría un rol importantísimo. A ellos se les unió unos años más tarde el Dr. Samir R. Kapadia, cardiólogo de Pepe. Así pues, con el auspicio del Sistema Universitario Ana G. Méndez, comenzaron a celebrarse en Puerto Rico simposios sobre diferentes temas médicos. Coordinados por la Vicepresidencia de Asuntos Académicos del Sistema, estaban encaminados a aportar al proceso educativo de la comunidad médica, al tiempo que fomentaban la educación de la comunidad, en lo concerniente a las modalidades terapéuticas más efectivas para la prevención de diversas patologías. Por supuesto, en los simposios relacionados a la hepatitis C y a las enfermedades cardiovasculares, Zein y Kapadia eran los oradores principales. Algunos se celebraron en colaboración con la Cleveland Clinic Foundation, y estaban enfocados en educar a la comunidad médica sobre los avances clínicos para el manejo y tratamiento de enfermedades car-
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diacas o condiciones hepáticas. En el 2014 participó el Dr. Gonzalo González –Stawinski, director asociado de cirugía de Cleveland Clinic, quien disertó sobre temas innovadores como el de la cirugía robótica en el área de cardiología. Luego en el segundo vector de Visión 2020: Investigación Académica y Científica, se insistía en la importancia de proyectos dirigidos a presentar metas que fortalecieran y desarrollaran la investigación subgraduada y graduada en las instituciones del Sistema. Ello incluía el desarrollo de planes, metas y proyectos de investigación, así como la asignación de recursos y la medición de resultados. De acuerdo a esta directriz la “condición deseada” era que para el 2020 el Sistema ya hubiera desarrollado un programa amplio y robusto de investigación subgraduada y graduada, dirigido a la creación del conocimiento, así como para aportar ideas y soluciones a las necesidades sociales, económicas, tecnológicas y ambientales de Puerto Rico. Para ello identificaría líneas de investigación
afines a su misión y a las necesidades del País, contaría con un cuerpo significativo de investigadores, habría desarrollado “centros de excelencia” para la investigación, agilizaría políticas y procesos administrativos y desarrollaría la infraestructura física y tecnológica necesaria para apoyar su programa de investigación. Como siempre, como solía decir el propio Pepe Méndez, todavía quedaba mucho por hacer. Particularmente en relación al fortalecimiento de la investigación científica tanto a nivel subgraduado como graduado. Desde hacía un tiempo, Pepe no se cansaba de hablar de lo que se ha llamado en inglés STEM+H, esto es, el desarrollo de la enseñanza y la investigación en los campos de ingeniería, matemática y salud.10 En el 2011, y según los organismos estadounidenses del United States National Research Council y la National Science Foundation, estas disciplinas eran fundamentales para las sociedades tecnológicamente avanzadas. La educación en estos campos de STEM+H impulsaba una mayor competitividad y por consiguiente, abonaba a la prosperidad económica y al crecimiento sostenido de los países. Los programas de ciencias que durante los pasados años habían tenido prioridad en el Sistema Universitario Ana G. Méndez, ahora debían ampliarse.11 Por ello, en el 2009 Pepe reclutó personalmente a la otrora profesora de Biología y rectora de la Universidad de Puerto Rico en el recinto de Humacao (2002-2009), Hilda Colón Plumey, para que se hiciera cargo del desarrollo del área de investigación científica del Sistema, particularmente de la redacción de propuestas para conseguir fondos externos. Traía una vasta experiencia en el mundo académico de las ciencias. Había sido reconocida por el éxito de sus estudiantes en el desempeño en estos haberes. Desde la Oficina del Presidente, Hilda Colón apoyó a las instituciones en el desarrollo de sus clusters (conglomerados) de investigación científica. Se promovió el desarrollo de patentes. En corto tiempo y desde su diminuta oficina, ya se iban generando propuestas de fondos para la investigación científica. Incluso, en 2013 Pepe le pidió a Hilda Colón que se ocupara del componente educativo y del aspecto de logística operacional de la Universidad Metropolitana en el radiotelescopio de Arecibo, según dispuso el subcontrato del acuerdo con la SRI International, la Universities Space Research Association (USRA) y la National Science Foundation.12 Otros proyectos en los cuales Pepe prestó su interés y prestigio relacionados a la promoción de las ciencias y matemáticas, continuaron gestándose. En ese espíritu visionario de tendencias modernas y en colaboración fraternal, el alcalde de Caguas, William Miranda Marín y Pepe Méndez establecieron la Escuela Secundaria Especializada en Ciencias, Matemáticas y Tecnología. Una vez más, aquella “pareja explosiva” engendraba éxitos. Así nació en la ciudad de Caguas una de las primeras escuelas –tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos y el mundo entero– en fomentar la investigación subgraduada
En el Simposio de la Salud, en la foto, de izquierda a derecha Miguel Fiol, Maribel Rodríguez, José F. Méndez, Jorgelina de Sanctis, Dr. Nizar Zein y Jorge Crespo. AFSUAGM
en las disciplinas mencionadas. Su propósito era promover el amor por las ciencias, las matemáticas y las diversas tecnologías, convirtiéndose en una “escuela imán”, capaz de atraer a estudiantes talentosos de los municipios pertenecientes a INTECO. Pepe Méndez, por otro parte fue socio fundador del Centro Criollo de Ciencia y Tecnología del Caribe (C3tec), también localizado en Caguas. Se trataba de un centro interactivo para fomentar el interés en las ciencias, las matemáticas, la ingeniería, el arte y la tecnología en los niños y jóvenes de Puerto Rico. Méndez comprometió al Sistema Universitario Ana G. Méndez con una donación inicial cuantiosa.13 En el 2015 hizo otro compromiso de $150,000 para los próximos tres años. Pero ahí no se detuvo el interés de Méndez por las ciencias, porque en el 2009, desde el Instituto de Política Pública, se le vio involucrado en el sempiterno debate relacionado a la crisis energética y las posibilidades de la energía renovable en la Isla. El País continuaba lidiando con los ascendentes costos de electricidad. Puerto Rico no usaba otra fuente de energía que no fuese la electricidad provista por los generadores de petróleo de la Autoridad de Energía Eléctrica. Subía el costo del petróleo, subía la factura de energía eléctrica. El costo de la electricidad era uno de los grandes escollos que había que enfrentar al establecer una fábrica o negocio en la Isla. En agosto del 2011, desde la tribuna que le ofrecía un foro auspiciado por el Instituto de Política Pública, Pepe Méndez propuso el empleo de gas natural como alternativa energética. Puso todo su empeño en el éxito de dicho foro, pues según sus palabras “hacía falta información sobre lo que implica la utili-
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zación de este combustible como fuente de generación de energía”. También había preguntas que generaban inquietud y que era necesario abordar: “¿Qué pasa si se escapa el gas natural por grietas o filtraciones? ¿Qué accidentes pueden ocurrir con el manejo del gas natural? ¿Hay peligros de explosiones con el gas natural? ¿Hay peligro de la contaminación del agua? ¿Qué medidas de seguridad hay que tomar al utilizar el gas natural como fuente de energía? En otro renglón, bajo el patrocinio de Pepe se abrió un gran número de institutos y centros de investigaciones; componentes esenciales para el desarrollo académico y científico de la institución. Entre ellos, los institutos de investigación (ciencias biomédicas, ambientales y neurotoxicológicas) y el Centro Energético de Puerto Rico (Puerto Rico Energy Center). Este último era el resultado de aquella visita de Pepe junto a una delegación de alcaldes, funcionarios públicos y rectores, a una planta de plasma ubicada en Bordeaux, Francia. El propósito había sido analizar diferentes alternativas para la solución del problema de los desperdicios sólidos. Se dio curso a la fundación del Centro Energético de Puerto Rico o Puerto Rico Energy Center, inaugurado en marzo del 2010. Creado como parte del programa Dr. Samuel P. Massie Chair of Excellence de la Escuela de Ingeniería, tenía el propósito de colaborar en la conservación del medio ambiente y poder realizar estudios en investigaciones de esta disciplina. Era un proyecto conjunto de la Universidad del Turabo con la Iniciativa Tecnológica Centro Oriental (INTECO), concentrado en la investigación y la educación en el campo de la energía renovable. Uno de sus proyectos de investigación más novedoso se conoció como “Plasma y Energía Renovable”, que explicaba cómo el plasma, gas ionizado, puede usarse para procesar residuos sólidos (fuel cells) y así producir energía solar y energía renovable. Así pues, desde el recinto principal de la Universidad del Turabo, Puerto Rico se convirtió en uno de tantos países que habían creado centros para producir avances científicos
En 2011 se inaugura la sede del Puerto Rico Energy Center en la Universidad del Turabo. AFSUAGM
y tecnológicos conducentes al empleo de energías alternas. Las aportaciones futuras del Centro Energético de Puerto Rico serían urgentes, pues sin una gota de petróleo, la Isla depende casi enteramente de esta fuente de energía para su desarrollo. El dinamismo de Pepe Méndez se puso de manifiesto en todo aquello que tuviese que ver con la ciencia y la tecnología en el 2011, cuando se firmó un acuerdo con el consorcio de la SRI International y la Universities Space Research Association (USRA), y con la National Science Foundation para administrar el National Astronomy and Ionospheric Center, con su inmenso radiotelescopio localizado en Arecibo, Puerto Rico.14 En dicho acuerdo la Universidad Metropolitana fue subcontratada para ocuparse del componente educativo y del aspecto de logística operacional del proyecto. Dicho centro tenía más de 50 años de historia; vale la pena contarla. Fue para finales de 1950 cuando el científico William Gordon, profesor de la Universidad de Cornell, soñó con construir un radiotelescopio muy sensitivo y potente para hacer estudios con radar de la alta atmósfera.15 Gordon estimó que para captar el eco de la atmósfera, de los planetas, del sol y de la luna, se requería una superficie de 1,000 pies de diámetro. Además, había que instalar el radiotelescopio cerca del Ecuador, para poder estudiar la ionosfera con una antena colocada perpendicularmente a los campos magnéticos de la Tierra. Un plato con esas dimensiones jamás había sido construido.16 Con la ayuda de sus colegas, Gordon localizó el lugar perfecto para construir el radar: un enorme sumidero en la zona cálcica de Arecibo, en el barrio Esperanza. En 1960 se empezó a construir y se terminó en 1962 lo que hasta entonces era el plato más grande del mundo.17 Desde allí se emitirían intensos impulsos al espacio para capturar el eco que retornaría a la Tierra.18 El radiotelescopio mediría también la densidad y la temperatura de los electrones en la capa ionosférica que cubre la Tierra. A través de este gigantesco plato se podrían escuchar los murmullos del espacio silencioso, lo Edificio de Investigación Científica localizado en la Universidad Metropolitana. AFSUAGM
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que ayudaría al hombre a prepararse para futuros vuelos interplanetarios. El Observatorio contaba con un edificio donde se ubicaban los controles con los que los científicos realizaban sus investigaciones. Allí llegaban todas las señales que transmitía el radiotelescopio. Se trabajaba las 24 horas del día durante los 365 días del año. En otro edificio se estableció el Centro de Visitantes, con un museo, un teatro y una terraza desde la que se podía ver –como en una película de ciencia ficción– el inmenso radiotelescopio. Una vez terminada la obra, el cuerpo de científicos de la Universidad de Cornell se hizo cargo de ella. A partir de entonces miles de científicos de todo el mundo han realizado investigaciones desde el Observatorio. Era tanta la demanda, que siempre hay una lista de espera de dos años.19 En el transcurso de su historia, desde él se han elaborado mapas de planetas, calculado las distancias entre galaxias, registrado ondas que llegan de millones de años luz, así como estrellas giratorias que han colapsado y nuevas galaxias en formación.20 En 1974, desde el Observatorio se lanzó el primer mensaje al espacio para confirmar si había vida extraterrestre. “Tenía un receptor dentro del domo, un sistema de monitoreo al espacio, por si hay una señal.”21 Por otro lado, el radiotelescopio de Arecibo encontró evidencia de agua helada en Mercurio.22 El hallazgo fue confirmado posteriormente por la NASA.23 Gracias al Observatorio, en 1993 los científicos Joseph Taylor y Rusell Hulse ganaron el Premio Nobel de Física por el descubrimiento del Pulsar Binario en 1974. Se trata de un curioso sistema de dos estrellas trabadas en una danza, cuyas densas masas de neutrones generan una atracción fatal.24 En el 2011 la National Science Foundation anunció un cambio de gerencia cuando decidió que las áreas de investigación en astronomía y ciencias atmosféricas estarían a cargo del citado consorcio compuesto por la SRI International y la Universities Space Research Association.25 La primera –SRI International– es una entidad reconocida mundialmente por sus investigaciones en las áreas de ciencias físicas, ciencias atmosféricas y biociencias, entre otras. La segunda –USRA– es una organización que agrupa sobre cien instituciones que otorgan grados doctorales y cuentan con más de veinte instalaciones de investigación en los Estados Unidos. La Universidad Metropolitana, entonces bajo la rectoría del Dr. Federico Matheu, eminente químico-físico, fue propuesta para la administración y desarrollo científico del Observatorio por la SRI International y Universities Space Research Association. La National Science Foundation aprobó el acuerdo y le concedió $41 millones por cinco años para dichos propósitos.26 Para concretar este acuerdo, Pepe Méndez se estuvo preparando por semanas, pues debía presentarse ante la National Science Foudation.27 Sería sin duda, uno de los momentos de mayor prestigio científico para la Universidad y el Sistema Universitario Ana G. Méndez. El prestigio de la Institución y su pa-
labra estaban en juego. A la Universidad Metropolitana se le encomendó todo lo relativo al componente educativo y el aspecto de logística operacional en el Centro de Visitantes. El acuerdo cumplía muy bien con las pautas del Vector II de Visión 2020: Investigación Académica y Científica. Así pues, y como afirmó el director del Observatorio, Bob Kerr, “el Observatorio de Arecibo continuará maravillando a la humanidad con nuestros descubrimientos, para las generaciones venideras”.28 A lo que añadió: “es el instrumento con el que hemos descubierto todo esto y más. Es nuestra ventana al Universo. Es el lugar que nos brinda la oportunidad de reunir a la comunidad científica y estudiantil con el turismo interno e internacional. La Universidad Metropolitana (UMET) se enorgullece de tener como encomienda el asegurar su buen funcionamiento para quienes lo usan y visitan”.29 Por su parte, según Pepe mismo explicó, “la Universidad Metropolitana garantizará durante su administración el fortalecimiento y desarrollo del Observatorio como sede de formación académica y científica. Este centro de investigación promoverá el desarrollo económico basado en el conocimiento y será inclusivo con científicos y universidades de Puerto Rico y del mundo”.30 Muy pronto la Universidad Metropolitana entró en otras iniciativas, como la creación de un programa doctoral en Astronomía y Ciencias del Espacio en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones de España (CSIC).31 Esta, junto con el programa de verano de investigación para estudiantes de la Isla en instituciones de los Estados Unidos fueron las metas educativas trazadas para el Observatorio. Con estos acuerdos y programas el Sistema Universitario Ana G. Méndez daba un paso adicional hacia su internacionalización. En el curso de los próximos meses la Universidad Metropolitana emprendió
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una campaña por las escuelas para promover las visitas al Observatorio. Sus esfuerzos para mejorar el Centro de Visitantes fueron posibles gracias a un donativo de $750 mil de la Fundación Ángel Ramos.32 Por otro lado, estudiantes de la Universidad Metropolitana trabajaban en el rediseño y reingeniería de la página electrónica, un sistema en línea para comprar los boletos de entrada al Observatorio. También diseñaron una aplicación móvil para el radiotelescopio. Como tenedores del manejo y logística operacional del Observatorio de Arecibo, en 2013 la Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana se responsabilizó por el Instituto de Fotónica de Puerto Rico.33 Se trataba de uno de los proyectos de mayor envergadura en la comunidad científica local e internacional, y de impacto en el desarrollo económico y educativo de Puerto Rico. Este era el primer instituto en Puerto Rico en especializarse en la investigación, educación y formación en óptica y fotónica. Las ofertas académicas del Instituto se fundamentan en los principios de la óptica y la fotónica, e incluyen cursos en láseres, fibra óptica, dispositivos e instrumentos, espectroscopía, detección remota y diseño óptico. Entre los campos de investigación se destacan el desarrollo del giroscopio óptico, desarrollo de láseres, diseño óptico, clima espacial, ciencias atmosféricas, geodesia, materiales fotónicos, innovación y comercialización. El Instituto se trasladó al Parque Científico INTENOR en Barceloneta. En 2014 se concedieron los primeros certificados de la Isla en Láseres y Fotónica (100 horas de contacto) y otro de Profesional Universitario en Óptica (55 horas contacto). Ambos proveían el conocimiento y las herramientas prácticas para el uso de las nuevas tecnologías de la óptica y la fotónica aplicables a las industrias aeroespacial, biotecnología, energética, manufacturera y de teleco-
Escenas de estudiantes que participaron en el Programa de Internados de las universidades que conforman el Sistema Universitario Ana G. Méndez. AFSUAGM
Estudiantes del Programa de Honor. AFSUAGM
municaciones.34 Los certificados estaban dirigidos a técnicos electricistas y profesionales interesados en adquirir nuevos conocimientos aplicables a la industria, así como a estudiantes universitarios en tercer o cuarto año de bachillerato en áreas afines (ciencia, ingeniería, tecnología y biotecnología) que buscaban especializarse.35 Los certificados fueron endosados por OP-TEC (National Center for Optics and Photonics) y por ETA International (Electronics Technicians Association)36. Una vez más, a Pepe Méndez se le vio entusiasmado con el Instituto de Fotónica, particularmente porque podría fomentar el establecimiento de fábricas y el desarrollo de estudios de gran demanda laboral en la Isla. Por ello, a mediados de febrero de 2013, Pepe visitó The College of Optics & Photonics University of Central Florida y su Center for the Research and Education in Optics and Lasers.
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Le acompañaba Carlos Padín, Hilda Colón y el Director Ejecutivo del Instituto de Fotónica de Puerto Rico, Jonathan S. Friedman. También fue con ellos Héctor Rivera, arquitecto de la mayoría de las obras y mejoras de los edificios del Sistema o en todo lugar donde Pepe Méndez hubiese dejado su huella, pues sin duda ya estaba en su mente mejorar el edificio del Instituto de Fotónica o quizás, a largo plazo, construir uno propio. Además, como “puertorriqueño japonés”, buscaba copiar la experiencia de otros para hacerlo igual o mejor. En el recorrido de esos tres intensos días, Méndez cubrió todos los ángulos posibles (científicos, investigativos, administrativos), y observó, escuchó con detenimiento e hizo muchas preguntas, por lo novedoso que le resultaba el tema de la fotónica. No solo le interesaba por su dimensión científica, sino por la importancia de la fotónica dentro
del campo de la comercialización y la creación de incubadoras de negocios, otro de los temas de interés de Méndez. De regreso a Puerto Rico, Pepe Méndez le pidió al arquitecto Rivera que hiciera los diseños para mejoras en el edificio que para entonces el Instituto ocupaba en Barceloneta, así como que trabajara en la conceptualización de un edificio para el Instituto, que ubicaría en sus instalaciones permanentes en el nuevo recinto de la Universidad del Este en la ciudad de Arecibo.37 Allí el Instituto de Fotónica de Puerto Rico realizaría Investigaciones en detección remota, fotónica aeroespacial y materiales de escala manométrica con propiedades ópticas inusuales, en conjunto con una programación académica que incluiría certificaciones técnicas, grados asociados, maestrías y certificaciones avanzadas en óptica y fotónica para profesionales y estudiantes subgraduados (de bachillerato) en ciencias e ingenierías. Estos programas tendrían el propósito de adiestrar ingenieros y técnicos profesionales, y de proveer una concentración en Óptica y Fotónica para estudiantes en ciencias físicas e ingeniería de cualquier universidad de Puerto Rico. En octubre de 2014, se dio un paso trascendental en la Universidad Metropolitana y su Instituto de Fotónica cuando el Departamento del Trabajo Federal le otorgó $2.5 millones por cuatro años para el desarrollo del proyecto New Horizons: Puerto Rico Lasers and Photonics Career Pathways.38 Se trataba de un proyecto que ofrecería a los veteranos de Puerto Rico, entre otros, la oportunidad de adquirir adiestramiento en nuevos campos competitivos de rápido desarrollo en la economía global.39 Su objetivo principal era adiestrar la fuerza laboral en la tecnología de la fotónica, la óptica y los láseres. Las nuevas destrezas que los participantes desarrollarían a través del programa de New Horizons serían aplicables a la industria aeroespacial, de dispositivos médicos, comunicaciones, seguridad, energía, manufactura e investigación en áreas relacionadas.40 DEL ESPACIO SIDERAL A LA CRUDA REALIDAD DEL CRIMEN EN PUERTO RICO: EL INSTITUTO DE SEGURIDAD PÚBLICA En el devenir histórico de los años ochenta, Puerto Rico, otrora Isla del encanto, de gente dócil, pacífica y hospitalaria –según rezan dichos populares que se usan frecuentemente para describir a los puertorriqueños– se fue convirtiendo en la Isla del desencanto. Es decir, en una sociedad caracterizada por la corrupción entronizada en la policía y en el gobierno, por el terrorismo político, tanto de la izquierda como de la derecha, por las actividades del crimen organizado, por la delincuencia juvenil, la deserción escolar, el consumismo rampante y la superficialidad. Hacía rato que Puerto Rico había perdido su inocencia. El País, a no ser por un puñado de próceres de una época no muy lejana y un reducido número de atletas y artistas, parecía no tener líderes con
Pepe cuenta con una larga trayectoria a favor del bienestar de la Policía de Puerto Rico. El 26 de febrero de 1991 anuncia la otorgación de becas a policías, durante la actividad de reconocimiento a los valores del año de la uniformada. Recibe el documento de manos de Méndez el superintendente de la Policía Ismael Betancourt Lebrón. Observa el Coronel Negrón. AFSUAGM
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los mejores valores éticos y morales. A menudo, aquellos de quienes más se esperaba, por su origen de clase y su educación formal, defraudaban al pueblo. El cinismo, la guachafita boricua y la jaibería oportunista prevalecían en un país en donde las cifras oficiales de desempleo rondaban el 20 por ciento y el número de beneficiarios de cupones de alimentos estaba cerca del 60 por ciento de la población. Mención aparte merecía el tráfico de narcóticos, agravado porque la Isla era punto de transbordo internacional entre Centro y Suramérica (lugares de producción) y la costa sur y este de los Estados Unidos (su destino final).41 Este problema se había comenzado a manifestar en la década de los sesenta, y se había intensificado, alcanzando proporciones alarmantes. Además, gran parte del país consideraba que la actitud de los jueces en los tribunales insulares, era débil, muy débil, o indiferente con la aplicación de leyes a los criminales. Algunas encuestas de opinión pública señalaban que un por ciento mayoritario (pese a que lo prohibía la Constitución del Estado
Libre Asociado de Puerto Rico) favorecía implantar la pena de muerte. Si bien era cierto que la policía era ineficaz para lidiar con el auge de la criminalidad en Puerto Rico, había que trabajar con las raíces, no solo con los síntomas del problema. Contrario a la tendencia nacional, del 2007 al 2009, el crimen violento en Puerto Rico incrementó en un 17%. En 2010, Puerto Rico, con 983 casos, vio el segundo número de asesinatos más alto en su historia.42 Al año siguiente (2011) se superó esta cifra nefasta: hubo 1,130 asesinatos.43 Se cometieron cerca de tres asesinatos por día. En cuanto a la tasa de asesinatos per cápita, Puerto Rico hacía el número 19 en el mundo, más alto que el de cualquier estado de los Estados Unidos. Sin embargo, la tasa de esclarecimiento de estos crímenes se mantenía muy por debajo del promedio de los Estados Unidos.44 Por otro lado, la prensa, el Colegio de Abogados y otros grupos que representaban la sociedad civil, denunciaban la violación policíaca de los derechos civiles. A menudo se escuchaba decir a Pepe Méndez que para que Puerto Rico mejorase su calidad de vida, debía mejorar su educación y resolver el problema de la criminalidad. Ya desde los noventa, en las propias universidades que conformaban el Sistema Universitario, se establecieron concentraciones en Justicia Criminal. Así también, bajo el viejo Sistema de Educación Universitaria Externa, la Universidad Metropolitana había llevado sus ofrecimientos a la población correccional de la Isla. En sus primeros dos años, el proyecto, con sus cursos universitarios, logró alcanzar a treinta estudiantes en tres instituciones: los Anexos 292 y 308 de la Cárcel Regional de Bayamón y el Anexo Las Malvinas, de la Penitenciaría Estatal de Río Piedras.45 Durante los años subsiguientes, el proyecto experimentó un crecimiento significativo, impactando a más de 300 estudiantes confinados en siete instituciones del Sistema de Corrección que incluían, además de las instituciones mencionadas, a Servicios Correccional de Ponce y de Guayama y al Campamento Punta Lima. Luego, se extendió hacia los estudiantes confinados en el Instituto Técnico Universitario El Zarzal de Río Grande. Este novel instituto creado por la Administración de Corrección y Rehabilitación, estableció un contrato con la Universidad Metropolitana para brindar servicios educativos. La oficina de Servicios a Estudiantes Confinados, adscrita al Sistema de Educación Universitaria Externa de la Universidad Metropolitana, administraría a la población correccional del Zarzal cursos conducentes a certificados técnicos y grados asociados en las áreas de Justicia Criminal, Construcción, Delineante Arquitectónico, Programación de Computadoras y Técnico Ambiental. Muchos de los estudiantes se graduaron e incorporaron a la libre comunidad trabajando en diferentes empresas. Gracias a donativos privados, al fondo de reforma carcelaria del caso Morales Feliciano y a un grupo de profesionales dedicados y comprometidos con la educación, el grupo de estudiantes en instituciones correccionales había
A menudo se escuchaba decir a Pepe Méndez que para que Puerto Rico mejorase su calidad de vida, debía mejorar su educación y resolver el problema de la criminalidad.
crecido hasta 150 estudiantes en siete instituciones penales de la Isla.46 El 7 de julio de 2000, la Universidad Metropolitana tuvo la gran satisfacción de otorgar grados académicos de Certificados Técnicos Profesionales en Investigador Paralegal a 19 confinados del Centro Correccional de Guayama. En otra ocasión, mediante los servicios del Canal 40, la Administración de Instituciones Juveniles ofreció programas educativos utilizando métodos de enseñanza no tradicionales en sus centros en Guayama y Ponce.47 Pasaban los años y Pepe seguía pensando en cómo ayudar a resolver el problema de la criminalidad en la Isla. Era también de su interés el estado del cuerpo de la Policía de Puerto Rico, compuesto por 17,000 miembros, la segunda más grande de los Estados Unidos, solo superada por el de Nueva York. Pepe encontró una respuesta a sus preocupaciones cuando visitó en agosto del 2010 el campus del Sistema Universitario Ana G. Méndez en la ciudad de Orlando, en el estado de Florida. El propósito de su visita había sido asistir a los actos de graduación de dicho Campus. En el curso de estos actos, Pepe escuchó un mensaje que ofreció, en sustitución del alcalde, Antonio Ortiz, comisionado por el Distrito 2, de la municipalidad de Orange. De origen puertorriqueño y oficial retirado del Departamento de la Policía de Orlando, el comisionado Ortiz presentó una sinopsis del muy exitoso modelo de seguridad
pública de esta ciudad. Dijo que el concepto de ley y orden era esencial para los aproximadamente 60 millones de personas que cada año visitaban el condado y sus alrededores.48 En dicho concepto las tres ramas de gobierno, el Departamento de Justicia, el cuerpo de la policía y el servicio de corrección trabajaban juntos con un mismo propósito. Señaló que contaban con el Instituto de Justicia Criminal, localizado en el Valencia Community College en Orlando, donde se educaban los policías y donde además se les entrenaba.49 Al terminar la exposición Pepe se le acercó a Antonio Ortiz y le preguntó de qué manera se podría lograr que más policías se matricularan en el Metro Orlando Campus. Era un buen lugar para que la policía aprendiese español. A ello, y como si esquivase la sugerencia, Ortiz respondió que siempre había soñado que llegase el día en que pudiese llevar esta experiencia a Puerto Rico. La distancia no había borrado sus raíces y el sentido de obligación para con su país. A ello, Pepe le respondió “que tuviese cuidado, porque quizás su sueño se podría hacer realidad”. Aquel concepto podría ser la respuesta a la preocupación de Pepe sobre la criminalidad, el orden público y el entrenamiento de la policía en la Isla. Ni corto ni perezoso, Pepe le preguntó cómo podrían llevar ese modelo a Puerto Rico. A ello, Ortiz respondió que tomaría un tiempo, pero que, de estar interesado, él organizaría una visita al Instituto de Justicia Criminal del Valencia Commu-
Entonces Pepe preguntó de qué manera se podría lograr que más policías se matricularan en el Metro Orlando Campus. En la foto una sección de la biblioteca del Metro Orlando Campus. AFSUAGM
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nity College para que Méndez y sus invitados pudieran recorrer los departamentos a los que había aludido y conocer las personas que los dirigían y más importante aún, a aquellos que lo habían creado, incluyendo al Dr. Jeffrey W. Goltz, director de dicho instituto.50 Se trataba de una institución certificada por la Florida Department of Law Enforcement, Division of Criminal Justice Standards and Training. Su lema era proteger y servir. Allí los cadetes de la policía estudiaban y se entrenaban. Durante los próximos meses, con todo el entusiasmo y el empuje que lo caracterizaban, Pepe Méndez se reunió con legisladores, alcaldes, educadores y otros en Puerto Rico para contarles de su experiencia en Orlando. Una vez despertó en ellos el interés, les invitó a formar parte de una delegación que visitaría Orlando. Meses más tarde, la delegación organizada por Pepe visitó el Departamento de la Policía de Orlando y el Instituto de Justicia Criminal del Valencia College. Allí conversaron extensamente con su director, el Dr. Goltz. Durante la visita se pudo estudiar y discutir el currículo de dicho Instituto y observar el entrenamiento a que eran sometidos los cadetes de la policía.
Jeffrey Goltz, director del Instituto de Justicia Criminal del Valencia College, José F. Méndez, Antonio Ortiz, comisionado por el Distrito 2 de la municipalidad de Orange y Jorge Saldaña, vicepresidente auxiliar y director ejecutivo del ISEP, es decir, el Instituto de Seguridad y Protección. AFSUAGM
En el Instituto de Seguridad y Protección se ofrece un nuevo enfoque en el adiestramiento y la preparación académica de todos los oficiales de la ley y el orden en Puerto Rico. AFSUAGM
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También visitaron el Departamento de Corrección y los tribunales de justicia de la ciudad. A Pepe le quedó claro que este modelo había sido exitoso porque era pro activo o preventivo, y todos trabajaban hacia un mismo fin. A su regreso a la Isla, Pepe Méndez auscultó con la alta dirección del Departamento de la Policía de Puerto Rico la posibilidad de que el Sistema Universitario Ana G. Méndez replicara el Instituto de Justicia Criminal del Valencia College para el adiestramiento y la preparación académica de sus cadetes y oficiales. Para entonces, dicho Departamento era el segundo más grande de Estados Unidos, solo superado por el de la ciudad de Nueva York.51 Los más de 17.000 agentes de la Policía se ocupan de los 3,7 millones de habitantes de la isla.52 Con alrededor de 4.6 agentes de la policía por cada 1,000 residentes, la proporción de agentes activos de la policía por habitante en Puerto Rico constituía más del doble del promedio nacional de Estados Unidos. La Policía de Puerto Rico, para entonces, se encontraba asediada por toda clase de problemas. El 5 de septiembre de 2011 la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia de los Estados Unidos dio a conocer el informe “Investigation of the Puerto Rico Police Department” donde reveló el uso excesivo de la fuerza en violación a la Cuarta Enmienda; el uso inaceptable de la fuerza y otras faltas graves de conducta diseñadas para suprimir la protección de la Primera Enmienda y los registros ilegales y otras confiscaciones en violación de la Cuarta Enmienda 53 El Informe también acentuó los problemas en la Academia de la Policía. En el 1999, la Asamblea Legislativa de la Isla autorizó la creación del Colegio Universitario como una entidad independiente.54 Desde el año 2000, este nuevo arreglo estableció como prerrequisito para ser miembro de la uniformada, el
que los nuevos agentes obtuviesen un grado asociado en ciencias policíacas en dicho Colegio. Ese mismo año la legislatura de Puerto Rico le otorgó al Colegio Universitario un mayor control sobre sus asuntos financieros, académicos y operacionales, para de esta forma facilitar su acreditación por la Middle States Association of Colleges and Schools. El Colegio Universitario, sin embargo, no obtuvo su acreditación, lo cual no lo hizo elegible para becas y otras ayudas estudiantiles. Evidentemente el Colegio Universitario no había alcanzado aún una independencia total de la policía.55 El Superintendente, como Presidente de la Junta de Directores del Colegio Universitario, continuaba dirigiendo la escuela y estableciendo sus prioridades. Era quien elegía al rector y a los decanos adjuntos, con la aprobación de la Junta. A su vez, muchos de los miembros de la facultad eran agentes de la policía designados por el Superintendente y la Policía de Puerto Rico. Además, el Gobernador –quién también nombraba al Superintendente– designaba a ocho de los nueve miembros de la Junta. En 2006, el Consejo de Educación Superior de Puerto Rico hizo notar que el Colegio Universitario había tenido frecuentes cambios administrativos, y que la Policía había tenido cuatro Superintendentes entre el 2000 y el 2004, con visiones diferentes para su desarrollo. De esta manera, los cambios en el liderazgo de la Policía habían tenido un profundo impacto negativo en el desarrollo del Colegio Universitario como una institución independiente de ese cuerpo, certificada y totalmente acreditada. Por eso el plan académico de estudios no tenía objetivos de aprendizaje específicos y claros, y tampoco contaba con políticas o estándares definidos.56 Había una grave distancia entre lo que se aprendía en el Colegio Universitario y las expectativas y requerimientos reales por parte de los supervisores, una vez que los cadetes se convertían en policías activos. Cursos de vital importancia se impartían desde una perspectiva técnica y legal, más adecuados para estudiantes de derecho, pero sin aplicaciones prácticas y reales para los agentes de la policía. Finalmente, la Policía era incapaz de mantener registros adecuados sobre sus instructores. Carecía de información específica sobre el proceso de certificación de instructores seguido por el Colegio Universitario, fuera de informes de que los instructores hubieran sido certificados por el Colegio Universitario en algún momento. Los profesionales que conducían el adiestramiento de cadetes, que servían como oficiales de adiestramiento en campo, o que realizaban adiestramiento en servicio, deberían ser elegidos a partir de un criterio de elegibilidad estricto que aplicara específicamente a cada puesto. La Policía debería asegurarse de que los instructores recibieran educación periódica adicional y que se mantuvieran al día con respecto a los nuevos desarrollos en sus respectivos campos. Más aún, los registros disciplinarios de todos los instructores deberían ser evaluados para asegurarse de que las personas ele-
Jorge Saldaña, vicepresidente auxiliar y director ejecutivo del Instituto de Seguridad y Protección.
El Instituto de Seguridad y Protección también ofrece preparación académica a bomberos y otro personal de seguridad. AFSUAGM
gidas fueran las adecuadas para instruir a los nuevos cadetes y también a los agentes. “El adiestramiento y el aprendizaje continuo no forman parte de la cultura organizativa del Departamento de la Policía. Existe una resistencia real de la jerarquía policial para enviar a los policías a los programas de enseñanza continua.”57 Pese a la contundencia de ese informe del Departamento de Justicia que apuntaban hacia la necesidad de la total transformación de la Academia de la Policía, y más aún, de su abolición, Pepe no obtuvo de su alta dirección los resultados esperados.
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Entonces, Pepe y sin dejarse amilanar, se dirigió a la Policía Municipal, que en varios municipios, de inmediato abrió sus puertas de par en par. Este cuerpo había sido creado en mayo, por la Ley 1977. 58 Bajo esta ley se dispuso que las tareas de este cuerpo estaban encaminadas a mantener el orden y proteger la vida y propiedad de los ciudadanos y del municipio, así como aquellas otras asignadas al Cuerpo en virtud de esta ley y su reglamento. Los cuerpos denominados “Policía Municipal” se establecían a solicitud del Alcalde mediante resolución aprobada al efecto por la Asamblea Municipal. Las obligaciones de la policía municipal eran varias. Por una parte, compeler a la obediencia de las ordenanzas y reglamentos promulgados por el municipio correspondiente, y a la obediencia de las disposiciones sobre estacionamiento ilegal de vehículos. Por otra, a prevenir delitos y descubrir y perseguir a los delincuentes que cometieran actos en su presencia dentro de los límites jurisdiccionales del municipio correspondiente, o aún fuera de este, cuando fuera necesario para culminar una intervención iniciada en el municipio de su jurisdicción.59 En relación a su preparación académica, de acuerdo a la ley, “se facultó al Superintendente de la Policía de Puerto Rico a emitir la certificación correspondiente a los miembros del cuerpo de la Policía Municipal que cumplan o hayan cumplido con los requisitos de adiestramiento que se le ofrece a la Policía Estatal, ya sea mediante la convalidación de todos los adiestramientos o cursos que equiparen con estos requisitos. Previo a la realización de los poderes y responsabilidades contenidas en esta sección, los miembros de la Guardia Municipal tendrán que haber completado los cursos básicos del adiestramiento que ofrecía la antes descrita Academia de la Policía de Puerto Rico. Una vez completado el adiestramiento, el Superintendente de la Policía certificará dichos miembros de la Guardia Municipal como Policías Municipales. Todo miembro del Cuerpo que haya aprobado el entrena-
miento en el uso y manejo de armas de fuego que ofrece la Academia de la Policía de Puerto Rico, podrá tener, poseer, portar, transportar y conducir, como armas de reglamento, aquella que le asigne el Comisionado. Evidentemente este cuerpo adolecía de los mismos problemas que confrontaba la policía estatal”.60 Conociendo la necesidad urgente de un nuevo enfoque en el adiestramiento y la preparación académica de todos los oficiales de la ley y el orden en Puerto Rico, el 17 de octubre del 2011, Pepe hizo pública su intención de crear el Instituto de Seguridad y Protección en ocasión de la celebración del foro Modelo del Instituto de Seguridad y Protección en la Universidad del Este. Dicho Instituto trabajaría en estrecha colaboración con el Instituto de Justicia Criminal del Valencia College.61 No pasaría mucho tiempo antes de que el país comenzase a hablar sobre el ISEP, es decir, el Instituto de Seguridad y Protección. Para Pepe era imprescindible otorgar prioridad a un mejor adiestramiento, a una mejor formación académica y a la capacitación continua de los agentes del orden público. Subrayó que el ISEP “es una opción real, seria, abarcadora, bien estructurada y planificada, la cual presentamos, precisamente, como alternativa para ese cambio de paradigma”. Se trataba de un nuevo modelo para el cumplimiento de la Ley en Puerto Rico dirigido a los cuerpos de la policía municipal. Pepe estaba convencido de que la creación de este Instituto cumpliría con el principio fundamental que guiaba al Sistema Universitario: el compromiso de promover una mejor calidad de vida para todos por igual y ser un componente integral de las comunidades a las que sirve. “Como un sistema universitario comprometido en colaborar con el gobierno y las organizaciones comunitarias, estamos convencidos de que es necesario un nuevo enfoque en el adiestramiento y preparación académica de todos los oficiales de la ley y el orden en Puerto Rico”, explicó Méndez. Con ello esperaba generar “un nuevo enfoque dirigido a la profesionalización
de la policía, que garantizara los altos estándares de calidad que se espera de los agentes de la ley y el orden.” 62 El mencionado foro tuvo la participación especial del ex comisionado del Departamento de la Policía en Boston, William Bratton, y del comisionado de la Ciudad de Orlando, Antonio Ortiz, quien una vez más presentó el modelo de seguridad pública implantado en esta ciudad de forma exitosa.63 Por su parte, Pepe añadió que era imprescindible otorgar prioridad a un mejor adiestramiento, a una mejor formación académica y, muy indispensable, a la capacitación continua de los agentes del orden público. Explicó que el Instituto de Seguridad y Protección otorgaría grados asociados en Justicia Criminal (54 créditos) con concentración en Seguridad y Protección, en la Universidad del Este y la Universidad del Turabo. El compromiso de ambas era continuar promoviendo la profesionalización de los policías a través de un programa académico que ofreciera la educación y los adiestramientos para mejorar su desempeño y brindar protección a los ciudadanos, previniendo así las violaciones de la Policía a sus derechos civiles y constitucionales. Los instructores del Instituto de Seguridad y Protección serían certificados por las principales agencias acreditadoras y se contemplaba que fueran egresados de las Escuelas de Ciencias Sociales y Humanidades de las tres instituciones del Sistema Universitario Ana G. Méndez, a la vez que miembros certificados de la facultad del Instituto de Seguridad Pública del Valencia College de Orlando. El Instituto pondría el acento en destrezas, entrenamiento y técnicas que debían adquirir los policías para poder enfrentarse a las situaciones que se les presentaban a diario. Los criterios de admisión y graduación serían idénticos para todos los aspirantes, tanto de la policía municipal como de la estatal. Contaría además con la acreditación de la Middle States Commision on Higher Education, que, si bien aseguraba la calidad académica, también era necesaria para que los cadetes pudieran estudiar con becas federales. La aspiración de Méndez era lograr la profesionalización de todos los agentes de ley y orden en Puerto Rico. “Todos los agentes del orden público de Puerto Rico obtendrán una preparación académica de excelencia probada, uniforme y equitativa, la cual ampliaría el marco de acción y la jurisdicción de los oficiales policíacos. Al contar con la misma preparación, todos los oficiales tendrán la misma autorización en ley para ejercer su profesión, lo que redundará en refuerzos adicionales para la policía estatal. Es decir, la policía se multiplicaría a todos los niveles”, sostuvo Méndez.64 Méndez señaló que “la propuesta del Sistema redundaría en grandes economías para el presupuesto del gobierno de Puerto Rico, pues los fondos federales pagarían la educación de los agentes y la inversión estatal o municipal sería mínima”. Añadió que “había estimados que reflejaban que si el adiestramiento de los policías se realizara con nuevos enfoques y mayor control de calidad académica, en instituciones acreditadas y cualificadas para recibir las Becas Pell, el gobierno estatal de Puerto Rico se ahorraría de inmediato $11.7
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Los grados conferidos por el Instituto de Seguridad y Protección desde que se estableció en el año académico 2011-2012, hasta el 2014-2015 son: Universidad del Este 136; Universidad del Turabo 158 y Universidad Metropolitana 155. El total son 449. AFSUAGM
millones de dólares en una academia para adiestrar 500 policías, y $23.4 millones si se adiestrasen mil policías”. Mientras tanto, el senador Carmelo Ríos presentó enmiendas a la Ley 19 de la Policía Municipal de Puerto Rico, decretada el 12 de mayo de 1977, para que el último párrafo de su Sección seis exigiese “requerir a todos los miembros de las policías municipales cumplir con un requisito mínimo de doce horas anuales de educación continuada, con el propósito de mejorar el desempeño de estos agentes del orden público, y para otros fines relacionados a dichos asuntos.65 El alcalde de Yauco, Abel Nazario, avaló la propuesta y aseguró que era el momento de hacer cambios en la policía y profesionalizar a los agentes. Lo próximo para Méndez era conseguir el apoyo de alcaldes que encabezaran Municipios Autónomos tales como Caguas, Ponce, Bayamón y Yauco, gestión que en muy poco tiempo logró. Entonces,
recorrió personalmente campos y montes en busca de otros municipios, en este caso Las Piedras, Cidra, Jayuya, Mayagüez, Moca, San Lorenzo y Yabucoa. Una vez Pepe tocaba sus puertas y estas se abrían, entonces entraba Jorge Saldaña y su grupo de trabajo para explicar las ventajas del proyecto. En algunos casos los alcaldes entendían bien de lo que trataba y lo favorecían, aunque no así su cuerpo de la policía municipal. Al iniciarse los cursos, ISEP ofreció un grado asociado con un currículo que combinó la teoría con la práctica, con cursos como Historia y teoría de las agencias de ley y orden, Entrenamiento físico, Técnicas de investigación criminal, Operaciones tácticas, Uso y manejo de armas de fuego, Patrullaje policial, Planificación táctica e inteligencia criminal. Entrado el 2012, ya había 244 policías municipales matriculados en el ISEP y para octubre se anunció que se graduarían los primeros 42 oficiales, que pertenecían al municipio de Caguas. En diciembre,
se graduó el segundo grupo de los municipios de Bayamón, Yauco, Ponce y Santa Isabel. Se les confirió un diploma de grado asociado en Justicia Penal en Seguridad y Protección, dirigido a la profesionalización de los oficiales de Ley y Orden. Se esperaba que pronto se integrasen al Instituto los policías de los municipios de Juncos, Gurabo, San Lorenzo y Cabo Rojo. PEPE ORGANIZA UN NUEVO CENTRO UNIVERSITARIO EN EL ÁREA DE WASHINGTON Para el 2014 el Sistema Universitario Ana G. Méndez contaba con tres Centros Universitarios en Estados Unidos. En el estado de Florida había dejado huella en Orlando (2003), muy cerca de Miami, en Miramar (2006) y en Tampa Bay (2010). Al ver lo que se había alcanzado, Pepe Méndez decía que “la modalidad de estudios de educación bilingüe que se implantó en estos centros era novedosa y totalmente diferente a la de otras universidades”. Explicó que el Sistema es más que educación: “es cultura, es excelencia, es una mano amiga para aquél que quiere forjarse una carrera profesional”, y añadió que “la educación es la llave para seguir creciendo, por eso es un orgullo poder ayudar desde el Sistema Universitario Ana G. Méndez”.66 Pepe veía la incursión de la institución en Estados Unidos como la mayor expresión de la visión de su madre: “proveer acceso y oportunidades no solo a las comunidades puertorriqueñas sino a los hispanos de cualquier parte.”67 Pepe repitió que de acuerdo al Censo del 2010, el número de hispanos en los Estados Unidos llegaba a los 50 millones de habitantes o el 17 % de la población, y de ahí que la necesidad imperiosa de profesionales bilingües que dominen el inglés y español aumente cada día. La naturaleza global de las transacciones profesionales y de negocios, junto con el rápido y continuo crecimiento de la población latina en los Estados Unidos, hace del bilingüismo un elemento esencial para los patronos. Se prefiere contratar y adiestrar asociados que sean efectivos en más de un idioma y una cultura. Desde Puerto Rico, Pepe seguía con gran afán y orgullo las huellas que a su paso iban dejando los centros. Gustaba de visitarlos y conocer su más reciente historia. Cada junio, luego de haber asistido a tres graduaciones en las Universidades en la Isla, presenciaba otras tres adicionales en los Estados Unidos. Para sus asociados, verlo era muy importante.68 En cuanto a la administración de los centros, Pepe tenía confianza en la gestión que para entonces desempeñaban Luis Zayas y Luis Burgos: el primero vicepresidente de Asuntos Nacionales e Internacionales y el segundo rector de los recintos en la Florida. Nunca pretendió administrar los centros desde Puerto Rico pero en sus conversaciones, y en tono de broma, para asegurarse que lo estaban atendiendo, le gustaba preguntar a sus administradores: “¿Están tomando notas? o amonestarlos con la frase: “no están tomando notas”.
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Si en el camino surgía algún problema serio con un empleado, miembro de la facultad o estudiante, al informársele, su pregunta siempre era si se le había dado el debido proceso. A los administradores se le sumaban los directores de cada uno de los centros: María Mercedes de Jesús en Orlando, Ivonne Cádiz en Tampa Bay y Ramón García en South Florida– Miramar. Todos ellos sabían lo que tenían que hacer; conocían los valores del Sistema y respetaban su cultura educativa. Estaban al servicio del estudiante inmigrante y su comunidad; quien no lo pudiese estar se había equivocado de trabajo. Aunque se nutrían de los mismos principios educativos del Sistema, cada uno fue desarrollando su propia idiosincrasia. Sin embargo, con el correr de los años, tanto en Orlando, Tampa Bay o Miramar, el programa de mayor demanda era el de Enfermería; tan es así, que siempre había listas de espera para ingresar a estas escuelas. Tan profundas eran las raíces del Sistema Universitario Ana G. Méndez en los Estados Unidos, que en 2013 Pepe decidió adquirir, de Regis University, su parte del AGMUS Venture. En el 2012, a tenor con sus planes de internacionalización, el Sistema inauguró en la ciudad de Wheaton, en el condado de Montgomery del estado de Maryland, otro centro de educación superior. Por su cercanía a la capital federal de la nación, Washington D.C., se le llamó Capital Area Campus. Wheaton cuenta con una localización estratégica, debido a que se encuentra en un distrito comercial cruzado por carreteras importantes, además de contar con una parada del Metro – la Red Line– y un centro de distribución de autobuses. Capital Área Campus se estableció en el 11006 de la Veirs Mill Road, precisamente en el centro de la ciudad. Antonio Monroig, abogado con bufete en Washington y siempre alerta a los cambios demográficos y educativos en los Estados Unidos, y quien había sido junto a Méndez el precursor de la internacionalización del Sistema, fue su promotor. El nuevo centro, bajo la dirección de Syndia Nazario, contó con la inmediata aprobación de la Middle States Commission on Higher Education y la Maryland Higher Education Commission. Esta última era la junta de educación del Estado de Maryland, responsable de establecer las políticas estatales para las universidades, los colegios públicos y privados y las escuelas vocacionales con fines de lucro. Administraba también los programas de ayuda económica del estado que beneficiaban a los estudiantes a nivel estatal. Tal y como ocurrió con otros centros universitarios en los Estados Unidos, la presencia del nuevo centro en Wheaton respondió a que el 42 % de su población era latinoamericano. Entre el 2000 y el 2010, este grupo aumentó de 29% a 42%. En Wheaton, Maryland y en Washington se concentra una de las poblaciones salvadoreñas más grandes de los Estados Unidos. Es la única área metropolitana en todo el país en el que los salvadoreños son la mayoría entre los hispanos. Su grado de escolaridad al llegar a los Estados Unidos es bajo, como lo es también su conocimiento del inglés.
“
El idioma no debe ser un impedimento o una barrera para que un padre o una madre de familia le pueda brindar a sus hijos la mejor calidad de vida posible.
”
J.F.M.
En el 2012, el Sistema Universitario Ana G. Méndez inauguró en la ciudad de Wheaton, en el condado de Montgomery del estado de Maryland, otro centro de educación superior. AFSUAGM
Sin embargo, hacia el 2014 la internacionalización del Sistema Universitario significaba mucho más que establecer centros educativos en los Estados Unidos. Tras la Declaración de Portugal en octubre del 2002, que colocó la internacionalización como uno de los más importantes retos de su historia, al año siguiente, al proclamar el Sistema Universitario Ana G. Méndez su nuevo plan de futuro en el cuarto vector de VISIÓN 2015 (Gerencia y Desarrollo Organizacional), se incluyeron las metas de desarrollo de proyectos internacionales, acuerdos estratégicos y otras actividades especiales. El Sistema aspiraba a contar con “una proporción significativa de fondos externos y acuerdos colaborativos estratégicos con entidades locales, regionales e internacionales”.69 Este mismo curso de acción fue entonces una parte integral de la VISIÓN 2020, así como de sus Guías Estratégicas 2011-2016.70 Para Méndez la internacionalización del Sistema era otra manera de alcanzar la tan ambicionada excelencia académica. Méndez observaba que los profundos cambios en las comunicaciones, la ciencia, la tecnología y el comercio, provocados por la interconexión de la economía y la internacionalización, habían cambiado el papel de la universidad.71 Entendía que la globalización había llevado a las instituciones de educación superior a revisar sus planes estratégicos para darle prioridad a la internacionalización. La internacionalización se entendía como un componente clave de las asociaciones y acuerdos estratégicos en el Caribe, América Latina y, principalmente, las comunidades hispanas en Estados Unidos. Se asumió la importante
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Recinto de Tampa del Sistema Universitario Ana G. Méndez. AFSUAGM
tarea de preparar ciudadanos para una economía global mediante la creación de programas académicos, experiencias de aprendizaje y actividades que impartieran una perspectiva internacional a su estudiantado, facultad y equipo administrativo, decía Pepe Méndez. En el transcurso de la pasada década, a las actividades de internacionalización se le sumaron las visitas a las diferentes instituciones del Sistema Universitario Ana G. Méndez de embajadores y cónsules de los Estados Unidos, particularmente de los países del Caribe y Centro y Sur América (República Dominicana, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Perú, Chile, Uruguay y Argentina), aunque también otros de Europa (España, Cosovo y Hungría). Como ya hemos dicho, en estas visitas los dignatarios dictaban conferencias magistrales en graduaciones, participaban en conferencias de impacto internacional y se les entrevistaba en la prensa escrita y en programas radiales o televisivos. También hacían visitas protocolares a la Secretaría de
Estado o a la Fortaleza para reunirse con el Gobernador. En ocasiones se reunían con empresarios de industrias y negocios. Con ello, además de mejorar la imagen del Sistema en y fuera de Puerto Rico, se establecían contactos para futuros intercambios de facultad y de estudiantes. Contar con un contacto en una de las embajadas de estos países en Washington era tener las puertas abiertas en el país representado por esta, tal y como ocurrió cuando se llevó a cabo un intercambio de colaboración entre la Escuela Hotelera de la Universidad del Este y la Escuela Hotelera de San Ignacio de Loyola en Lima, Perú.72 Entonces Pepe, como ministro plenipotenciario (sin cartera), caminó entre embajadores, haciendo muy buenas migas con Eduardo Ferrero del Perú, Jaime Daremblum de Costa Rica y Antonio Oyarzábal de España. Por haber dado paso a este programa, Pepe recibió grandes elogios y su obra fue muy bien recibida por la comunidad universitaria y las entidades evaluadoras.73
A cada cierto tiempo y al pasar por Washington D.C., Pepe Méndez hacía una ronda de visitas formales por algunas de las embajadas, así como también por las agencias federales, que de alguna manera tienen injerencia en la educación universitaria puertorriqueña. Las visitas eran coordinadas por el Lcdo. Antonio Monroig, quien siempre lo acompañaba. En ellas tomaba el pulso de lo que se estaba discutiendo relacionado a la educación universitaria, ya fuese por las proclamas de la Organización de las Naciones Unidas, la NAFSA, el Banco Mundial y el Consejo Americano de Educación (American Council of Education, por sus siglas en inglés ACE). Bajo el liderato de la Dra. Barbara Hill, Project Director and Senior Associate for Internationalization de este último, las universidades realizan voluntariamente un auto-estudio para calibrar el estado de la internacionalización de sus respectivas instituciones, como parte de una estrategia de desarrollo académico. De esa manera, el Sistema Universitario Ana G. Méndez continuaba sentando las bases para el desarrollo no solo de mejores profesionales, sino también de ciudadanos responsables con su país. Desde 2009, las tres instituciones del Sistema –la Universidad del Este, la Universidad del Turabo y la Universidad Metropolitana– participaron de la iniciativa “laboratorio de internacionalización”, de la organización American Council on Education (ACE), con el fin de involucrar actores claves de la comunidad universitaria en el proceso de evaluar, guiar las actividades y estrategias de la internacionalización en sus respectivos campus universitarios. El Laboratorio ACE requirió que cada una de las instituciones estableciera un equipo de líderes para llevar a cabo una revisión y evaluación de 12 a 16 meses con respecto a la internacionalización con el fin de esclarecer objetivos institucionales y establecer un plan estratégico para desarrollar una visión integral de la internacionalización en la universidad. Aunque la experiencia del Laboratorio ACE fue única para cada institución, el proceso ha ayudado a cada Universidad a establecer una visión clara de la internacionalización, con estrategias como el desarrollo de un mayor número de oportunidades para la movilidad internacional de estudiantes y facultad, una mayor cantidad de opciones de currículo con un enfoque internacional, y el establecimiento de importantes alianzas internacionales. Mirando hacia el futuro, Pepe esperaba continuar fortaleciendo y ampliando sus actividades de internacionalización para asegurar que sus egresados adquieran las habilidades y conocimientos necesarios para ser participantes exitosos y sobresalientes en una economía global. Pero todavía quedaba mucho por hacer. En el 2013 Pepe estableció la Vicepresidencia Asociada de Asuntos Internacionales de la Oficina del Presidente, seleccionando para dicho cargo a David Méndez, quien contaba con una larga experiencia desarrollando el programa de internacionalización de la Universidad del Turabo. Por otro lado, también fomentó la creación de Oficinas de Asuntos
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Méndez acompañado de jefes de agencias de El Salvador. AFSUAGM
Internacionales en cada una de sus tres universidades. Estas oficinas son responsables de coordinar los procesos de internacionalización, proveer apoyo a estudiantes internacionales, así como facilitar y desarrollar alianzas y proyectos colaborativos con instituciones y organizaciones alrededor del mundo. De esta manera, el Sistema integra la internacionalización en todos sus programas académicos. Este proceso incluye la transmisión de conocimiento, habilidades y actitudes a través de una variedad de experiencias curriculares y extracurriculares. Las instituciones están preparando estudiantes ciudadanos del mundo, que puedan entender los eventos mundiales, apreciar la diversidad cultural y utilizar este conocimiento global para su desarrollo profesional.
José F. Méndez junto al rector de la Universidad Tecnológica de Panamá, Salvador Rodríguez y al rector de la Universidad del Este, Alberto Maldonado. AFSUAGM
El Programa de Internacionalización se enfocó en siete áreas claves. Entre estas sobresale la concertación de acuerdos de colaboración con otras universidades que fomenta intercambios de estudiantes y facultad entre universidades, en Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia. Para el 2013, se concertaron acuerdos con la Anglo-American University en la República Checa, la Universidad de Granada en España, la Universidad Tecnológica en Honduras, la Universidad Austral en Chile, y la Qiannan Normal University en China. La Universidad Metropolitana cuenta con 21 acuerdos, el Turabo con 13 y la Universidad del Este con 12. A lo que hay que añadir los innumerables acuerdos con organizaciones, agencias federales y la Organización de Naciones Unidas.
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CONCLUSIÓN
2015: PEPE MÉNDEZ EN CONSTANTE EBULLICIÓN
A
MÁS QUE EL DEPORTE, LA DISCIPLINA lo largo de los años, y entrado en el segundo semestre académico, Pepe Méndez solía llevar en el bolsillo de su camisa unos papelitos –tantos que parecían una libreta– con anotaciones a mano que nada tenían que ver con el desarrollo de la educación universitaria, la economía y la sociedad puertorriqueña u otros temas de su interés. Se trataba de pronósticos sobre cuál universidad ganaría las Justas de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI). El sábado 18 de abril del 2015 se celebraron la Justas en el Parque Paquito Montaner en la ciudad de Ponce. Para Pepe, la ceremonia de apertura fue un momento de gran emoción y orgullo, porque la delegación de la institución que presidía tuvo el honor de encabezar el desfile debido a que, en la competencia global (de todos los deportes) del pasado año académico, la Universidad del Turabo había sido coronada campeona. Este año, por primera vez desfilaron como sistema universitario. En el desfile se pudo observar una inmensa bandera que celebraba los 65 años de la historia del Sistema. Le seguía un grupo de estudiantes con unas pancartas que nombraban los valores fundacionales de la institución. Como de costumbre Pepe había asistido a esas competencias acompañado de sus nietos, Andrés Lloveras Méndez y José Méndez Méndez. Esta vez le acompañaba su hija Ana Grecia, su esposo Pablo Rivas y su hijo José Méndez Jr., con su esposa Eileen Rodríguez. Allí, en franca camaradería, estaba su familia apoyándolo y celebrando a la institución.1 Sabían lo importante que era este día para él. A ellos se le sumó María Cristina González, que llevó las puntuaciones.2 Ya desde el jueves antes de las competencias, Pepe se había trasladado a un hotel de la municipalidad sureña. Ese día asistió a las finales de otros eventos deportivos. Al día siguiente, se reunió con los rectores y directo-
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Pepe Méndez a lo largo del tiempo en múltiples escenas de la Justas de la Liga Atlética Interuniversitaria y otros eventos deportivos. A veces se le ve vestido con camiseta de color azul turquesa, otras veces vino y otras de anaranjado. AFSUAGM
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res atléticos de cada una de las universidades que componen el Sistema para ponerse al día en cuanto a las posibilidades de triunfo. Esa noche fue al estadio para presenciar algunos eventos de pista y campo en su etapa semifinal y otros en la final. Como todos los años, a la mañana siguiente, vestido con camiseta de color azul turquesa, Pepe fue a visitar a la delegación atlética de los Pitirres de la Universidad del Este en un hotel de Ponce, donde se alojaban.3 Desayunó con ellos. Los instó a dar el todo por el todo por la institución que representaban. Luego se cambió de camiseta (esta vez su puso una vino) y se trasladó a un hotel en Guayanilla para reunirse con los Cocodrilos de la Universidad Metropolitana. Pocas horas después, en otro lugar y vestido de anaranjado, hizo lo propio con los taínos de la Universidad del Turabo. En este recorrido compartió con rectores, atletas, entrenadores y directores deportivos sus impresiones sobre el rendimiento que llevaban hasta el momento y las proyecciones estadísticas de triunfo para la com-
Desfile de la delegación del Sistema Universitario Ana G. Méndez en las Justas del 2015, celebrando el 65 aniversario. AFSUAGM
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petencia final, además de felicitarlos y animarlos. A pocas horas antes del comienzo de los eventos cumbre de las Justas, Pepe estaba listo para dar “vibras positivas” a sus estudiantes y pronosticó que sus Instituciones terminarían en las primeras cuatro posiciones, tanto a nivel femenino como masculino.4 Con una emotiva arenga cerraba cada reunión. Para entonces, de acuerdo a los números que le suministraban los técnicos y amigos conocedores de la estadística, Pepe podía estimar las posibilidades de éxito de sus atletas.5 Todo lo tenía documentado en los mencionados papelitos que durante las pasadas semanas, cual información secreta, guardaba en el bolsillo de su camisa. Para entonces había sumado y restado, dividido y multiplicado muchas veces para ver de qué manera sus equipos saldrían victoriosos. En tanto componentes de un Sistema, las instituciones que Pepe presidía tenían una gran ventaja sobre las otras universidades, debido a que en cada evento, en cada rama, tenía tres o más competidores. Aunque bajo la Universidad de Puerto Rico competían diez recintos, sus directores las veían como entidades separadas, mientras que Pepe miraba las suyas como parte integral del Sistema Universitario Ana G. Méndez. De una manera u otra, Pepe siempre ganaba. Por otro lado, para Pepe las hazañas de los equipos en la rama femenina tenían la misma importancia que las de la rama masculina. Hacía tiempo que Pepe sentía, como uno más de los deberes del cargo de presidente, el apoyo incondicional a los programas deportivos de las tres universidades del Sistema.6 Y se había propuesto convertirlas en “la meca del deporte”.7 La meta, decía Pepe, no era simplemente conquistar campeonatos, “sino promover el deporte como componente esencial para una sociedad saludable”. Además, el deporte animaría “una competencia sana entre las universidades. El deporte era una forma de contribuir al bienestar social en todas sus dimensiones y desarrollaba personas integrales,
En el 2012, Pepe se unió al Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR) para colaborar con la campaña “Corazón Olímpico”. En la foto Henry Neumann, secretario de Recreación y Deportes, Sara Rosario Vélez, segunda vicepresidenta del COPUR, José F. Méndez y David Bernier, presidente del COPUR. AFSUAGM
con destrezas de autodisciplina, compromiso, y trabajo en equipo. Con el deporte se formaban buenos estudiantes, que luego contribuirían en grande a Puerto Rico”.8 Para celebrar la importancia del deporte, Pepe creó la sortija de campeón de la institución. Celebraba no solo los logros de los atletas, sino de sus entrenadores en todos los deportes: desde pista y campo (en cada disciplina), baloncesto, béisbol, voleibol, fútbol, natación y tantos otros.9 Le gustaba saborear la victoria pero reconocía la importancia del proceso del entrenamiento científico del atleta.10 También había promovido la construcción de más y mejores instalaciones deportivas; había respaldado a sus directores en todo lo concerniente a la Liga Atlética Interuniversitaria y había apoyado el programa de becas deportivas. Entendía que ser atleta significa preparación día a día, y que el entrenamiento es tan importante como la competencia. Y había sido generoso, en su carácter personal, con los atletas más necesitados. En fin, había logrado que todos sintieran que eran parte del Sistema, no importa que fueran Taínos, Pitirres o Cocodrilos, y que compitiesen entre sí.11 Entrada la competencia se le veía sentado en las gradas entre su estudiantado, aunque esta vez lucía una camiseta blanca, pues ahora venía a apoyar al Sistema Universitario Ana G. Méndez. A menudo, en el fragor de un evento cerrado, no era raro verle parado sobre su asiento aplaudiendo, alentando a sus atletas o arengando al público. Era un verdadero fanático del deporte. Para Pepe las competencias atléticas interuniversitarias tenían un gran valor institucional. El deporte era parte de uno de los vectores del Sistema. Sabía que en cierta medida algunas de sus instituciones se habían dado a conocer
entre la juventud de la Isla gracias a sus hazañas en el deporte, que por cierto, había sido uno de los primeros programas en responder a la internacionalización. Por ello puso a la disposición y disfrute de todo el país las transmisiones de televisión por Sistema TV no solo de aquellas tardes de marzo en las que se celebraban las Justas, sino de todos los eventos deportivos universitarios que a lo largo del año se celebraban en la Isla. Pero su interés en los deportes iba mucho más allá de los confines de las instituciones del Sistema. Vale recordar que el Sistema TV-Canal 40 fue la sede de la producción televisiva de la programación especial de los Juegos Panamericanos de Guadalajara en 2011, permitiendo a los televidentes disfrutar de estas competencias atléticas.12 Al año siguiente (en el 2012), Pepe formó otra alianza con el Comité Olímpico de Puerto Rico. Se trataba de proveerle un equipo de informática bajo la Red Interactiva de Servicios, que se encargó de recibir y procesar los donativos recibidos durante la Campaña Corazón Olímpico para apoyar al equipo de Puerto Rico en ruta a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. PLANTANDO BANDERA
Algunos miembros del equipo todos estrellas de Pepe Méndez: de izquierda a derecha, Victoria de Jesús, Alfonso Dávila, Margarita Millán, Jorge Crespo, Mayra Cruz y José F. Méndez Jr. AFSUAGM
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Ese mismo respaldo institucional que Pepe manifestaba durante las competencias de las Justas Intercolegiales con sus Pitirres, Cocodrilos y Taínos –todos eran sus favoritos–, se repetía a diario y más cuando se trataba de una importante obra de construcción. Los proyectos de construcción, decía Pepe, respondían a las necesidades reales del estudiantado según eran analizadas por los rectores y decanos. Luego los rectores se reunían con el comité de planificación de la administración central para hacerles saber cuáles eran sus necesidades. Dicho comité las evaluaba y de tomar una decisión favorable, las integraba en el Plan Maestro Institucional de mejoras capitales, cuya extensión era de cinco años para cada universidad. Entonces se procedía a separar el dinero necesario para su construcción. Según Pepe este proceso era la clave
de su éxito, y constituía, para el estudiantado, una prueba contundente de que su dinero se utilizaba correctamente, y en su propio beneficio. Las obras se financiaban con la emisión de bonos del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Un ejemplo: para la década de 2010-2020 se anticiparon $100 millones en proyectos, comenzando con $38 millones para invertirse ese año. Para ello y otros proyectos se hizo una emisión de bonos por $46 millones. Esta era la primera vez que el Sistema emitía un bono con su propio crédito y recibía una clasificación de BBB de Standard & Poor’s. Una vez tomada la decisión, y siguiendo dicho Plan, Pepe le pedía a la firma de arquitectos e ingenieros Rivera y Alejandro que trabajaran en los planos. Desde 1980 esta firma, que encabezaban el arquitecto Héctor Rivera y el ingeniero José Alejandro, había sido responsable de los diseños de todos y cada uno de los proyectos de construcción del Sistema; incluso los de los centros universitarios alrededor de la Isla, así como los de aquellos en los Estados Unidos.13 El arquitecto Héctor Rivera era además amigo y confidente de Pepe. En todo el proceso –diseño y construcción– Pepe intervenía directamente, asegurándose en primer lugar de que se hubiese escogido la localización correcta, pues era la cara del Sistema ante la comunidad; “es lo que se ve”, solía decir Pepe.14 Además exigía que se le consultara su opinión al futuro inquilino que ocuparía dicho plantel. Pepe quería proveer un ambiente cómodo, agradable y saludable para todos los empleados, socios, familiares e invitados. Se aspiraba también a un diseño que invitara a una mayor productividad del empleado, lo que se consiguió en la Oficina Central de Informática y Telecomunicaciones del Sistema Universitario Ana G. Méndez en Cupey. La primera fase del proyecto consistía en viajar, investigar y consultar estudios relacionados con la nueva estructura. A través de viajes dentro y fuera de Puerto Rico, se hacía acopio de ideas y conceptos para luego plasmarlos, tomando en consideración las particularidades de la Isla y del lugar elegido. En cada nuevo proyecto de Rivera y Alejandro ya es costumbre tener las más altas aspiraciones arquitectónicas para introducir las corrientes o tendencias
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El edificio Jesús T. Piñero en la Universidad Metropolitana. AFSUAGM
más modernas en el mundo del diseño de edificios universitarios. Eso era, precisamente, lo que Pepe esperaba. Como Santo Tomás, que tenía que “ver para creer”, Pepe visitó junto al arquitecto proyectos similares a los que se consideraban para el Sistema, para observar lo que se había hecho en otros lugares y si fuera posible superarlo, ya fuesen los edificios para la biblioteca presidencial de John F. Kennedy en Boston, el centro de cómputo en Utah, el Instituto de Fotónica en la Florida, la fuente mágica de Montjuïc en Barcelona o el planetario en Costa Rica o en Canadá.15 Fue ya tradición que Pepe pidiese al arquitecto Rivera los dibujos más cercanos a lo que realmente sería el proyecto, lo más aproximado. Sin embargo, estaba presto a aceptar ideas, técnicas e interpretaciones innovadoras. Le interesaban las sutilezas que hacían la diferencia en el diseño.16 Lo simbólico representaba otro elemento único al diseñar proyectos para Pepe. Sin embargo Pepe siempre exigía uniformidad institucional. Comenzadas las obras, y en sus recorridos junto al arquitecto Rivera, Pepe preguntaba mucho, y a menudo se le escuchaba decir: “preséntame unas de esas novedades”.17 Y es que lo apasionaban los detalles, y siempre buscaba lo más moderno y lo más bello,
Biblioteca y Centro de Investigación Social Jesús T. Piñero en la Universidad del Este. AFSUAGM
Cuadro Historia de la infraestructura del Sistema Universitario Ana G. Méndez, 1991-2015 (de la autoría de la firma de Arquitectos e Ingenieros Rivera y Alejandro) Proyecto año
1- Biblioteca y Centro de Aprendizaje Universidad del Turabo 2- Cuadrángulo Universidad del Turabo
1991 1984-2007
3- Edificios y laboratorios de Ciencias Universidad Metropolitana
1991
4- Edificio de Administración de SUAGM
1996
5- José A. Santana International School of Hospitality and Culinary Arts Universidad del Este
2004
6- Edificios de Escuela de Ingeniería: I,II,III Universidad del Turabo 7- Edificios para Escuela Graduada de la Universidad del Turabo 8- Varios edificios Universidad del Este
1991-2009 1991 1999-2006
9- Museo y Centro de Estudios Humanísticos Universidad del Turabo I
1997
10- Museo y Centro de Estudios Humanísticos Universidad del Turabo II
2011
11- Centro para cuidado de niños Universidad del Este
2003
12- Biblioteca de Universidad Metropolitana
2005
13- Edificio para escuelas de Salud, Ciencias, Educación y Comercio Universidad del Este 14- Escuela de Negocios y Empresarismo Universidad del Turabo
2007
15- Edificio para salones de Universidad del Turabo II
2011
16- Edificios para Laboratorios de Ciencias Universidad del Turabo
2002
17- Centro Universitario de Barceloneta Universidad del Este
2008
18- Fuente de la Universidad del Turabo
2011
19- Centro Universitario de Cabo Rojo Universidad del Este
2011
20- Centro Universitario de Santa Isabel Universidad del Este
2011
21- Centro Universitario de Isabela Universidad del Turabo
2011
22- Oficina del Rector de la Universidad del Este
2012
23- Biblioteca Museo Gobernador Pedro J. Rosselló Universidad del Turabo
2012
24- Centro de Desarrollo de Estudios Graduados Universidad del Este
2012
25- Centro Comunitario de Salud Universidad del Este 2012 26- Centro Comunitario de Salud y Servicios Psicológicos Universidad del Turabo
2012
27- Anexo para salones de la Universidad Metropolitana
2013
28-Centro Integrado de Servicios al Estudiante de la Universidad del Turabo
2014
29- Centro Universitario de Arecibo Universidad del Este
2014
30- Escuela de Estudios Técnicos Universidad Metropolitana
286 287
2014-2015
31- Biblioteca Jesús T. Piñero Universidad del Este
2015
32- Puerto Rico Energy Center Universidad del Turabo
2015
33- Centro de Investigaciones Universidad del Turabo
2015
34- Edificio de estacionamientos, plaza con fuentes, jardines y otros, Universidad Metropolitana
2015
El proyecto la Puerta de Cupey en pleno desarrollo. MP.
pero eficiente, y de bajo costo. Además del objetivo estético, el diseño debía tener en mente la ecología. Se debía buscar, por ejemplo, disminuir la temperatura en los pisos para crear un ambiente más fresco y agradable, reduciendo considerablemente el gasto energético. También se debía poner el acento en la vegetación que rodeara cada edificio. El entretegido (trelly) para plantas de parra que cubre la pared norte del edificio de la Universidad Metropolitana o la del edificio del Centro Integrado de Servicios al Estudiante de la Universidad del Turabo, es un magnífico ejemplo de la voluntad ecológica de Pepe. Cada recinto cuenta con un pulmón verde que a menudo se adorna con una fuente de agua; símbolo de vida y energía. Una vez terminada la obra, Pepe pedía limpieza, pulcritud y nitidez; metas que han sido cabalmente cumplidas en todos los recintos y centros universitarios del Sistema, tanto en la Isla como en los Estados Unidos. Era su deseo que con el mantenimiento adecuado los edificios se mantuvieran jóvenes, sin marchitase por la huella del tiempo. Para ello, a menudo se utilizaban colores muy vivos, que distinguían a cada institución.
En el tintero del Sistema hay una larga lista de proyectos para centros universitarios, oficinas para profesores, salones, espacios para estacionamientos entre otros. Entre estos se encuentra –ya iniciado en 2013– el proyecto de unos treinta millones de dólares para el desarrollo de la Puerta de Cupey, que incluye una plaza con fuentes, árboles y, en la esquina de la Avenida Ana G. Méndez y la PR-83 el nombre de la Universidad Metropolitana en letras grandes. También se planea construir un edificio de cinco plantas para el Metropolitan Institute of Research. Para el 2016 se inaugurará el Edificio de Ciencias de la Salud en la Universidad del Turabo.
TAN LEJOS Y TAN CERCA DE PUERTO RICO: LA INTERNACIONALIZACIÓN Al proclamar su nuevo plan de futuro VISIÓN 2015, en el cuarto vector –Gerencia y Desarrollo Organizacional– se incluyó la internacionalización. El Sistema aspiraba a desarrollar acuerdos colaborativos estratégicos con entidades locales, regionales e internacionales”.18 Dicho curso de acción se convirtió en parte integral de VISIÓN 2020, así
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como de sus Guías Estratégicas 2011-2016.19 Para Pepe la internacionalización del Sistema era otra manera de alcanzar la tan ambicionada excelencia académica. Se dio cuenta que los profundos cambios en las comunicaciones, la ciencia, la tecnología y el comercio, provocados por la globalización, requerían que la universidad del presente asumiera un nuevo rol como institución social.20 Esta tendencia a la globalización, decía Pepe, “había llevado a las instituciones de educación superior a revisar sus planes estratégicos y darle prioridad a la internacionalización. Dentro de este marco, garantiza el desarrollo sostenible de cualquier universidad que requiere una acción afirmativa a las necesidades actuales de los estudiantes, la facultad, el país y el mundo como un gran colectivo”.21 Como hemos visto, la internacionalización se veía como un componente clave de las asociaciones y acuerdos estratégicos en el Caribe, América Latina y, principalmente, en las comunidades hispanas en Estados Unidos. Se trataba de una asignatura pendiente que tanto Pepe como el Sistema hicieron suya, asumiendo, según sus palabras, “la importante tarea de preparar ciudadanos para una economía global, mediante la creación de programas académicos, experiencias de aprendizaje y actividades que impartieran una perspectiva internacional a su estudiantado, facultad y equipo administrativo”.22 La apertura de los centros universitarios en los Estados Unidos eran ejemplo de ello.
En el 2007 Méndez estableció la Junta Internacional. En la foto, de pie, José F. Méndez Jr., Ferdinand Mercado, Victoria Rodríguez, Luis Zayas y Alfonso Dávila. Al frente, Aldo R. Defilippi, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Americana de Perú, Salvador Stadthagen, exembajador de Nicaragua, José F. Méndez y Manuel Rosales, presidente de Caribbean Central American Action. AFSUAGM
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A tales efectos Luis Zayas, vicepresidente de Asuntos Nacionales e Internacionales, y sus colaboradores, habían estado explorando la posibilidad de establecer otro centro universitario en los Estados Unidos.Los animaba la experiencia de los centros ya establecidos en la Florida. En el primer semestre del año académico (2015-2016) la matrícula estudiantil del centro en Orlando era de 1,208, en el de South Florida de 989, y en Tampa Bay de 644. En todos, se buscaba más espacio para crecer, más profesores preparados y bilingües y un mejor equipo técnico para sostener su infraestructura. Se trataba de hacer realidad los sueños de tantas personas que estaban en listas de espera para ingresar a ellos. En los tres centros sobresalían los programas dedicados a las ciencias de la salud, particularmente los de enfermería. En todos prevalecía una pasión y dedicación por el trabajo, un entusiasmo único, una entrega total a la visión y misión de la institución que parecía ser el espejo luminoso de Pepe.23 Era evidente que hacía falta crear más centros en Estados Unidos. Por ello, en el 2014 Pepe apoyó la acertada iniciativa de Zayas y su equipo de trabajo. Esta vez se escogió a la ciudad de Dallas, en Texas. En el verano el Sistema alquiló un edificio de 39,000 pies cuadrados en el 3010 N. Stemmons Freeway. Dallas es la tercera ciudad más grande de Texas, después de Houston y San Antonio, y tiene una gran industria en tecnologías de la información. Su área metropolitana es una de las más grandes del estado. En el Censo de 2010, Dallas contaba con una población de 1,197, 816 habitantes, lo cual la convirtió en una de las ciudades más pobladas en los Es-
En el corte de cinta del nuevo campus en Dallas, aparecen en la foto de izquierda a derecha Luis Zayas, Miguel Solís, presidente de la Junta de Directores del Dallas Independent School District, Mónica Alonzo, vicealcaldesa suplente de Dallas, el juez Clay Lewis Jenkins, Méndez, Mike Rawlings, alcalde de Dallas, Elba García, comisionada del condado de Dallas, Kamal Falani, en representación del senador por el estado de Texas John Cornyn y René Martínez, director del Campus. AFSUAGM
El SUAGM celebró en el 2014 una gran fiesta para todo su personal administrativo y académico en conmemoración del 65 aniversario de la institución y los 40 años de Méndez como Presidente. En la foto, José F. Méndez, Jr., Méndez y Mayra Cruz Rivera, vicepresidenta de Mercadeo y Asuntos Estudiantiles, quien le hace entrega de un álbum de los recuerdos más significativos de su trayectoria como presidente.
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tados Unidos. Al menos la mitad de la población era de origen hispano; principalmente mexicana. René Martínez fue nombrado director. Era la primera vez que el Sistema Universitario Ana G. Méndez se establecía solo, pues había comprado a Regis University su parte del AGMUS Ventures. Por otro lado, como en Wheaton, en Dallas el cuerpo estudiantil no estaría compuesto principalmente de puertorriqueños o cubanos, sino más bien de mexicanos y centroamericanos. Allí, en la parte norteña de Dallas –la más desarrollada–, se fueron armando 15 salones de clases, un laboratorio de computadoras, un laboratorio de idiomas, dos laboratorios de educación, dos laboratorios de ciencias, una biblioteca y un salón de conferencias, entre otros espacios. De igual manera se preparó su oferta académica: 28 programas bilingües –inglés y español–, que incluían grados asociados, bachilleratos y maestrías. El currículo se inspiró en los de las tres universidades que forman el Sistema.24 Así pues, luego de once años en los que el Sistema presidido por Pepe Méndez había ayudado a más de 2,500 estudiantes de otros estados a convertirse en profesionales bilingües, se inauguró el Dallas Area Campus del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Su objetivo era “ayudar a los hispanos a obtener un grado universitario para que puedan alcanzar sus aspiraciones profesionales”, decía Pepe Méndez.25 “Nos sentimos orgullosos de traer al norte de Texas las mejores prácticas del Sistema con el modelo de estudios universitarios acelerados y bilingües que ha sido exitoso en sus demás recintos en Estados Unidos”.26 Entre sus intenciones estaba la de ayudar a los hispanohablantes que llegaban a los Estados Unidos sin dominar el inglés. Como hicieran los otros centros, el Dallas Area Campus facilitó la convalidación u homologación de créditos universitarios de los Estados Unidos y de otras universidades de Latinoamérica. Esto constituyó otro factor de éxito para los centros universitarios del Sistema en los Estados Unidos. La publicidad del nuevo centro de Dallas puso el énfasis en la doble ventaja educativa que ofrecían estos centros: el bilingüismo. Los cursos se ofrecerían la mitad del tiempo en inglés y la otra mitad en español. Así el estudiante completaría una carrera a la vez que fortalecería su dominio en ambos idiomas: el inglés y el español. De esta manera y debido al éxito alcanzado por sus cinco centros universitarios en los Estados Unidos, Pepe observaba que estaban “forjando la nueva generación de pensadores y hacedores bilingües” y que además tenían “la responsabilidad de proveer innovación y continuidad a nuestros estudiantes.
Estamos honrando nuestro pasado, mientras construimos el futuro para nuestro Sistema, nuestros estudiantes y cualquiera con el deseo y compromiso de superarse”.27 La internacionalización del Sistema sigue tomando nuevos e insospechados rumbos. Además de participar en proyectos de investigación y desarrollo con universidades, asistiendo u organizando conferencias con distinguidos ponentes y líderes internacionales, también colabora con agencias federales, agencias privadas, corporaciones y otras entidades internacionales, tales como la iniciativa «Impacto Académico» de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés), “un proyecto mundial que tiene como objetivo buscar la colaboración de las instituciones de enseñanza superior para impulsar los valores y los objetivos de la Organización, a través de actividades e investigaciones, en una cultura de compromiso social de las universidades”.28 En el 2015 el Sistema fue sede mundial de la reunión anual de Education for Global Citinzenship.29 Esta iniciativa agrupó a sobre 1,300 universidades en siete continentes. Otras colaboraciones se hicieron con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, el Fulbright Scholar Program y el gobierno de México. El Sistema Universitario Ana G. Méndez también ha establecido un Programa de Becas Internacionales para realizar estudios a nivel de maestría en una de sus universidades en Puerto Rico y en otra en la Florida. Las becas se concederían a candidatos graduados procedentes de países miembros de la Organización de Estados Americanos. Como parte de este programa, el 18 de noviembre de 2015 se firmó un Memorandum de Entendimiento para ofrecer 19 becas a partir del año académico 2015-2016.30 La Directora del Departamento de Desarrollo Humano, Educación y Empleo de la Organización de Estados Americanos (OEA), Marie Levens, quien firmó en representación de la Organización Hemisférica, destacó que “la OEA está muy orgullosa de tener esta relación” con el Sistema Universitario Ana G. Méndez. “Ustedes están contribuyendo al desarrollo de las Américas a través de la educación de jóvenes”, dijo la directora Levens, ya que “cuando los estudiantes regresan a sus países, lo hacen con un título y bien preparados”.31 Por su parte, el vicepresidente Ejecutivo del Sistema, José F. Méndez Jr., calificó la firma del acuerdo como un “honor y gran oportunidad” para su institución. Las relaciones internacionales, dijo Méndez Jr., “son muy importantes para el crecimiento y desarrollo del Sistema Universitario Ana G. Méndez”. Las becas están destinadas a estudios a nivel de maestría en programas como administración de servicios, enfermería, administración de empresas, recursos humanos, contabilidad, desarrollo de empresas virtuales,
En 2015 el SUAGM estableció el Programa de Becas Internacionales para realizar estudios a nivel de maestría en una de sus universidades en Puerto Rico y otra en la Florida. Las becas se concederían a candidatos graduados procedentes de países miembros de la Organización de Estados Americanos. (OEA). En la foto de izquierda a derecha David Méndez, Marie Levens, directora del Departamento de Desarrollo Humano, Educación y Empleo de la OEA, Luis Burgos, Alberto Maldonado, Migdalia Torres, José F. Méndez Jr., Carlos Padín, Luis Zayas y Samuel Rivera. AFSUAGM
Con una sonrisa a flor de piel Pepe Méndez se dirige a la clase graduanda del 2014. AFSUAGM
ingeniería mecánica y ciencias ambientales, entre otros. Y cubrirán el 100% de la matrícula de los estudiantes. Las clases se impartirán en la Universidad Metropolitana, la Universidad del Este, la Universidad del Turabo, el Campus Virtual y los campus de la Florida. El Memorandum de Entendimiento se inspiró en la reforma migratoria del presidente Barack Obama, que el año anterior había anunciado su iniciativa de atraer a miles de estudiantes extranjeros a los Estados Unidos. Ese mismo año, el gobierno de Puerto Rico le tomó prestado al Sistema Universitario Ana G. Méndez la idea de establecer el Programa “Campus Puerto Rico”, que tenía el propósito de crear una campaña unificada de promoción de la oferta académica del país. Se trataba de atraer estudiantes de América Latina y el Caribe, así como estudiantes hispanos de los Estados Unidos y sus territorios. El programa identificaría oportunidades de ayudas económicas, y orientaría a funcionarios y empleados de otros países e instituciones, sobre las ventajas de estudiar en programas académicos
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presenciales o virtuales de Puerto Rico. Allí una vez más, estuvo Pepe. Junto a David Bernier, Secretario de Estado del Gobierno de Puerto Rico, le devolvía al país quince años de esfuerzos dirigidos a la internacionalización de la Isla.32 “TRANSFORMANDO VIDAS Y SUEÑOS”33 Hacia fines de 2014, de acuerdo a sus ingresos, la institución educativa que Pepe Méndez había armado fue clasificada como la número 11 entre las compañías de capital puertorriqueño, con un total de 284 millones de dólares (2014).34 Su matrícula superaba los 44,400 estudiantes, la más alta de cualquier institución universitaria privada en la Isla. Contaba con 2,622 asociados que laboraban en sus tres recintos principales y sus 14 centros universitarios en Puerto Rico, además de otros cuatro en los Estados Unidos. Su éxito, gustaba decir Pepe Méndez, se debía a la capacidad de la institución de haber estado en constante transformación y crecimiento.35 Había sido la respuesta a los cam-
bios sociales, educacionales y económicos enfrentados por Puerto Rico así como alrededor del mundo.36 El 26 de septiembre de 1974, fecha en que Pepe Méndez fue nombrado a la presidencia de la institución, se dio paso a la primera transformación del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Para entonces, ya Pepe daba muestras de ser un hombre de estrategias. Debía lograr un saludable equilibrio entre el pasado –la institución que le legó su madre– y los tiempos que venían. Desde aquel septiembre la institución no ha dejado de transformarse y de crecer al tiempo que se consolida y perpetúa. En aquellos primeros meses de presidencia, la transformación comenzó con la incorporación de nuevas tecnologías, para luego manifestarse en la transición de colegios a universidades, en la creación de centros universitarios alrededor de la Isla, y de alianzas y consorcios educativos en ciencias y matemáticas con universidades estadounidenses. La evolución imparable del Sistema Universitario Ana G. Méndez continuó con el auge del estudio de estas disciplinas y luego, con el programa STEM+H, la fundación de escuelas graduadas y el énfasis en la investigación, la internacionalización, su exitoso programa de educación de adultos, los programas técnicos y su expansión de recintos en la Florida, Maryland y en Texas. Hubo otras transformaciones importantes, como resultado de la decisión de Pepe Méndez de lograr una mayor participación de la institución en la propuesta de soluciones a los problemas más apremiantes del país.37 Así nacieron según hemos contado las cuatro alianzas regionales para el
En el Cuarto Foro Regional Pepe Méndez manifestó que las Alianzas Regionales INTECO, INTENE, INTENOR, DISUR y PRTEC, son organizaciones que han marcado el rumbo del desarrollo económico del País. De izquierda a derecha los participantes, Tasha Endara, vicepresidenta auxiliar de la Oficina de Desarrollo Económico del SUAGM; el orador invitado Adrián Lebendiker, fundador y director ejecutivo de Gloc, Aceleradora de Negocios Creativos de Diseño y Tecnología en Argentina; Manuel Figueroa, presidente de Vernet; Yamílle Morales, director de Nuevas Soluciones Tecnológicas de Microsoft Caribbean; Joaquín Villamil, presidente de Estudios Técnicos, Manuel Cidre, José F. Méndez, Aurorisa Mateo, decana de la Escuela Internacional de Diseño y Arquitectura de la Universidad del Turabo y Juan E. Rodríguez, principal oficial de Informática del gobierno de Puerto Rico. AFSUAGM
En actos de graduación de la Universidad Metropolitana en 2014. En la foto superior izquierda, Méndez con su hija Ana Grecia Méndez y su nieto, el graduando Andrés Lloveras Méndez. A la derecha, José F. Méndez Jr. y su hijo Jofran Méndez. Sobre estas líneas, José F. Méndez Jr., junto a su hijo José Fernando Méndez, Pepe Méndez y Andrés Lloveras Méndez. AFSUAGM
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desarrollo económico y tecnológico de la Isla, que Méndez supervisaba con marcado interés. En el 2014, INTECO, la más exitosa, logró establecer 41 incubadoras de negocios que generaron 275 empleos. Le seguía INTENOR, que trabajaba junto a los alcaldes de su región ofreciendo cursos de educación continua, readiestrando trabajadores desplazados de la industria manufacturera, orquestando ferias de empleo y promoviendo al menos 11 incubadoras de negocios que generaron 75 empleos. INTENE, la tercera alianza en organizarse, fomentaba el desarrollo comercial de pequeños negocios o industrias junto a la Administración de Pequeños Negocios (SBA). La cuarta alianza es DISUR, que luego de su reorganización, ganó una subasta de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para eliminar la chatarra que dejó la Commonwealth Oil Refining Company en Peñuelas al cerrar. Ya en el año en curso –2015– el país parece dirigirse hacia la regionalización del desarrollo económico: una de las metas fundacionales de dichas alianzas, según fueron concebidas por Pepe Méndez. Con todas estas transformaciones de “vidas y sueños” como le gustaba decir a Pepe, el presidente del Sistema Universitario Ana G. Méndez se sentía complacido, ya que su institución había colocado la educación universitaria al servicio del estudiantado más desaventajado económicamente, así como de la comunidad en las diversas zonas del país.38 Aunque los horizontes cambiasen, su misión institucional continuaba inalterada. Era lo único que no había cambiado. En una entrevista publicada en el semanario capitalino puertorriqueño Caribbean Business, Pepe Méndez apuntó que la continua transformación del Sistema Universitario Ana G. Méndez se debía a que las destrezas para el éxito de una persona en los años cincuenta –en el período de la posguerra y del inicio de la industrialización de la Isla– eran muy diferentes a las de 2013.39 Para entonces, el mercado de trabajo buscaba a personas no solo con conocimientos tecnológicos, sino también con una educación completa, bien redondeada, equilibrada. Era esencial desarrollar un concepto integral de la educación. Esta educación incluía el pensamiento crítico, solución de problemas, destrezas en comunicación (lectura y escritura), trabajo en equipo, bilingüismo, matemáticas y muchos otros conocimientos. Una persona, decía Méndez “podría ser un excelente ingeniero, enfermera o maestro, pero sin estas destrezas perdería su efectividad en este mundo tan cambiante. Pese a que la misión y valores de la institución seguían siendo los mismos desde su fundación en 1949, la planificación, las metas y los instrumentos tácticos habían cambiado y aún podían refinarse, y de ser necesario, descartarse. La esencia de una buena
Con su querida hermana Grecia, celebrando sus cuatro décadas al frente del SUAGM. AFSUAGM
En homenaje a la obra social de Sister Isolina Ferré en la Universidad del Este. AFSUAGM
José F. Méndez interactúa con estudiantes del sistema educativo. AFSUAGM
educación no había cambiado, pero los métodos y estrategias para lograrlo, sí. Una vez la enseñanza se limitaba al maestro, el libro de texto, la pizarra y el salón de clases, pero hoy no podía concebirse sin las computadoras, los ebook, la Internet, la enseñanza virtual y un teléfono inteligente, entre muchos otros adelantos”.40 Con todo ello, “se podría muy bien seguir un curso desde la casa, o cualquier otro lugar”, dijo Pepe.41
tad, integridad, innovación, responsabilidad social y respeto.42 Practica lo que dice con pasión y vive los siete días a la semana y los 365 días del año pensando en el bienestar de la educación del país. Se trata de un planificador que sueña con hacer de su institución la “mejor del mundo”, que implanta y le da seguimiento sostenido a la política institucional. Su fe en el futuro y su ética de trabajo son ya famosas entre sus colaboradores y gran parte del país. La comunidad universitaria del sistema que dirige lo reconoce como optimista, infatigable y laborioso. También cándido, afable, y con un gran sentido del humor. Pepe Méndez expresa siempre su opinión con contundencia, aunque sea dura; sabiendo siempre donde está parado. Es un hombre de muy fuertes convicciones. A veces puede ser intransigente. En su escritorio hay un letrero que lo confirma, y que lee: Be reasonable, do it my way. Sin embargo, ha sido capaz de cambiar de opinión, como lo ilustra el establecimiento del Tampa Bay Campus o la concesión de certificados técnicos en cada una de las
LA FIRMEZA DE CARÁCTER, PROPÓSITO Y DEDICACIÓN DE UN PUERTORRIQUEÑO JAPONÉS Al calibrar la trayectoria del Sistema Universitario Ana G. Méndez, no cabe duda de que sin la firmeza de carácter, el sentido de propósito y la dedicación de Pepe, la institución no sería la misma. Él la transformó y la hizo crecer, para perpetuarla. Su imagen ha dejado la estela de un presidente excepcional y un gran líder que ha logrado sembrar sus propios valores en el Sistema que dirige: excelencia, liber-
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En la página siguiente, placa obsequiada por Ana G. Méndez al momento de retirarse a su hijo Pepe y que este mantiene desde entonces en su escritorio. AFSUAGM
El presidente José F. Méndez en un foro de la Asociación de Productos de Puerto Rico sobre educación universitaria en el 2014, junto a su homólogo Urayoán Walker, presidente de la Universidad de Puerto Rico. AFSUAGM
José F. Méndez al recibir el premio de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), por las iniciativas de responsabilidad social implantadas en el SUAGM. AFSUAGM
universidades, iniciativas de las que al inicio dudó, y que hoy son realidad debido al hecho innegable de los cambios en el mercado de trabajo. Es un empresario de la educación universitaria, en constante e interminable ebullición. Es la conciencia institucional en persona, la voluntad que motiva a otros, que les dirige hacia donde piensa que debe ir el Sistema. Sabe contar su historia. Abierto a sugerencias y al reto, pero siempre cuando van avalados de datos concretos. Sabe escuchar pero se impacienta ante la mediocridad. Con su gente se comunicaba de innumerables maneras, aunque su favorita era la más sencilla: mediante notas que escribía en uno de sus famosos papelitos amarillos con pegatina. Abrir el maletín de Pepe y enfrentarse con varios fajos de estos papelitos era la misma cosa. Suele repartir a sus allegados libros y artículos sobre el tema que le apasionaba en el momento, y luego los sometía a una imprevista prueba oral, solicitándoles comentarios sobre lo leído. En el 2013, en una conferencia en el Centro de Innovación, Empleo y Emprendimiento de la Univer-
sidad del Este, el propio Pepe resumió las características que para él definían a un emprendedor, al decir simple y llanamente que este debía dedicarse a la familia y al trabajo, tener pasión por lo que uno hace, meditar los pros y contras en cada toma de decisiones, no tener miedo a decidir, no ser conformista, ser disciplinado y firme, compasivo con las personas cuando necesitan ayuda y encarar los retos de frente.43 Sin quererlo, estaba formulando su autorretrato. Todos los días, Pepe Méndez tiene un proyecto nuevo, y no bien lo ha puesto a correr, con igual compromiso y dedicación ya tiene otro en camino. En octubre de 2005 el alcalde de Caguas William Miranda Marín, le dirigió una carta a Pepe donde le decía “cada día me sorprendes positivamente con el despliegue de tanta energía y tu constante producir de nuevas ideas; ideas, que siempre acompañas de un compromiso extraordinario para ejecutar las mismas”.44 Y añadió “eres un excelente ejemplo de lo que todo país espera de su gente”.45 Pepe dice ser un “puertorriqueño japonés”, pues usa mucho la frase “no se debe inventar la
rueda” con la que quiere decir que si ya fue inventado, es mejor copiarlo y mejorarlo. Pero también como Santo Tomás, tiene que ver para creer, como lo ilustran sus visitas por toda Europa y América para conocer ofertas tecnológicas, centros de desarrollo económico, corredores tecnológicos e industriales, planteles de investigación científica, plantas de plasma, institutos de fotónica y de seguridad pública, centros de educación virtual, entre otros temas que lo apasionan. A cada país fue a aprender, a hacer preguntas, a satisfacer su curiosidad, a hacer amigos. En cada proyecto, y junto a Pepe, han dicho presente las diversas Juntas de Directores, muy activas, emprendedoras y comprometidas con la visión de la institución. Como entienden muy bien las necesidades de la comunidad y las posibilidades del Sistema, suelen formular recomendaciones constructivas y creativas. Luego de las reformas del 2008 sugeridas por la Association of Governing Boards, la Junta quedó compuesta por 13 miembros, 5 de los cuales son permanentes. Desde entonces la Junta la presidió Héctor Jiménez, has-
Durante los actos de graduación de la Universidad Metropolitana en el 2013, Carlos Padín, rector, el Dr. José Vargas Vidot, fundador de Iniciativa Comunitaria y quien recibió un doctorado honoris causa en ciencias sociales, José F. Méndez y Zaida Vega, vicerrectora. AFSUAGM
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ta que fue sustituido en 2014 por Ramiro Millán. Todas las Juntas se desempeñan en armonía con Pepe Méndez.46 Mientras tanto, y ya desde fines de los noventa, junto a Pepe Méndez laboraban los rectores de cada una de las instituciones universitarias que forman el Sistema Universitario Ana G. Méndez, encabezados por Alberto Maldonado Ruiz, Dennis R. Alicea y Federico M. Matheu en la del Este, el Turabo y la Metropolitana, respectivamente. Cada uno con una formación intelectual e instrumentos de análisis diferentes, estilos y personalidades propias, y con diversos proyectos educativos y éticos de trabajo. Migdalia Torres Rivera era la rectora de la nueva Universidad Ana G. Méndez-Campus Virtual y Luis Burgos era rector de los recintos de Florida.47 Desde entonces gracias a ellos, el presidente Méndez logró una mayor estabilidad administrativa y filosófica en el Sistema. En ellos Pepe depositó toda su fe y confianza. Se pudo apreciar una mayor autonomía en cada universidad a la luz del liderato de cada rector. Sin embargo, todos ellos entienden que son parte de un mismo sistema educativo.
En el 2008 el Sistema Universitario Ana G. Méndez lanzó la campaña de responsabilidad social “Vota o quédate callao” para promover la participación electoral de los jóvenes. De izquierda a derecha los portavoces Rolando Hourruitiner, jugador de baloncesto, Janina Irizarry, cantante, José F. Méndez, el reguetornero Ramón Luis Ayala Rodríguez, mejor conocido como Daddy Yankee, y Migdalia Torres, vicepresidenta y gerente general del Canal 40. AFSUAGM
Uno de los asuntos más apremiantes en la Junta de Directores ha sido la sucesión presidencial, o más correctamente, la continuidad gerencial del Sistema. Aunque Pepe no da muestras de agotamiento, sino todo lo contrario, a sus 78 años (en 2015) era necesario abordar el tema. Anteriormente –en enero del 2002– la Junta había redactado un documento con recomendaciones para elegir un nuevo presidente que tituló “Documento de Trabajo para guiar los procesos de transición del cargo de presidente del Sistema Universitario Ana G. Méndez”. Sin embargo, el documento se quedó en letra muerta. Más recientemente, el propio Méndez pidió a la Junta que redactara un nuevo documento que reglamentara no solo la sucesión presidencial, sino la de otros cargos de importancia, como el de los rectores de las instituciones y sus vicepresidentes. Porque ya se estaba acercando la hora de retiro tanto de los rectores Alberto Maldonado Ruiz, Dennis R. Alicea y Federico M. Matheu (en las universidades del Este, el Turabo y la Metropolitana, respectivamente), así como también Migdalia Torres Rivera.
Contribuyendo a la internacionalización de la educación universitaria en Puerto Rico. De izquierda a derecha José F. Méndez, David Bernier, secretario de Estado del ELA y David Méndez coordinador de esta iniciativa en el Sistema Universitario Ana G. Méndez. AFSUAGM
El fallecimiento súbito en el 2014 del Dr. Matheu, hombre de grandes quilates morales y científicos, y la mano derecha de Pepe en todo lo concerniente a la transformación del Sistema hacia las ciencias, la tecnología y las matemáticas, le hizo pensar más seriamente en el futuro de la institución en cuanto a la continuidad gerencial. Para evitar malos entendidos o posibles problemas interpersonales, Pepe trató el tema de todas las sucesiones con guantes de seda. En mayo del 2015 organizó un comité que debía redactar un plan de sucesión de la presidencia del Sistema Universitario Ana G. Méndez. En la reunión de la Junta de Directores del 16 de julio de 2015 se informó sobre la decisión tomada respecto a la sucesión a dicho cargo. El director Herminio Martínez hizo entrega a la Junta del documento actualizado del Plan de Sucesión de la Presidencia, aprobado por la Comisión de Gobierno, el cual fue recomendado a la Junta, para su aprobación.48 Explicó a la Junta que el plan trata tres pasos importantes: “1) la creación del puesto de un presidente emérito, 2) la creación del puesto de un presidente interino, en casos de una incapacidad sobrevenida al presidente,
La renombrada actriz puertorriqueña Rita Moreno, visitó la UT para presentar la serie “Latino Americanos” que se transmitió por Sistema TV, así como su libro de memorias. En la foto: Migdalia Torres, Dennis R. Alicea, Victoria de Jesús, José F. Méndez, el escritor Edgardo Rodríguez Juliá, Rita Moreno, Margarita Millán, Carlos Padín, Carmen Rosado, Ramiro Millán y Zoraida Fonalledas. AFSUAGM
A lo largo de su presidencia Pepe Méndez ha contado con empleados de primer orden: “todos con un mismo compromiso”. Entre estos, aparecen en la foto de izquierda a derecha, Sayra Maldonado, Alfonso Dávila, Jorge Crespo, Victoria de Jesús y José F. Méndez. AFSUAGM
y 3) la propuesta de adoptar el modelo corporativo para el proceso de sucesión del presidente. Bajo este modelo se considerarían como posible sucesor del presidente a vicepresidentes y rectores de la institución. El sucesor seleccionado sería un presidente en funciones, bajo la tutela del presidente, que eventualmente se retirará. La elección la haría la Junta de Directores mediante voto mayoritario”.49 De otro lado y ante la pérdida del Dr. Matheu, Pepe nombró como rector de la Universidad Metropolitana al Decano de la Escuela de Asuntos Ambientales, Carlos M, Padín, quien desde entonces hace lo indecible por llenar el vacío de su mentor, dejando su huella.50 Posee un doctorado en Geografía en Planificación y Manejo de Recursos Naturales. Se ha desempeñado en diversas organizaciones locales e internacionales. Fue secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales. Al ser nombrado, abrió el diálogo con los rec-
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tores de las otras tres instituciones universitarias. En la alta dirección gerencial del Sistema Universitario Ana G. Méndez, se encontraban laborando día a día junto a Pepe Méndez, su hijo, el vicepresidente ejecutivo José F. Méndez Jr., y aquel “dream team” de tantas luchas integrado por los ya mencionados vicepresidentes, Jorge L. Crespo Armáiz (Planificación y Asuntos Académicos), Alfonso L. Dávila (Finanzas), Victoria de Jesús (Recursos Humanos), Luis Zayas (Asuntos Nacionales e Internacionales), y más recientemente Mayra Cruz Rivera (Mercadeo y Asuntos Estudiantiles). A éstos se les unió Margarita Millán como vicepresidenta y gerente general de Sistema TV – Canal Universitario Ana G. Méndez (antes Canal 40), y quien lo ha llevado a horizontes jamás soñados. El nombramiento de Millán fue el resultado de la decisión de Pepe de separar el canal de televisión del componente de educación a distancia del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Después de
Y no faltó el “selfie”. De izquierda a derecha José F. Méndez, José F. Méndez Jr., Carlos Padín, Margarita Millán, Mayra Cruz, Dennis R. Alicea, Luis Burgos, Luis Zayas, Alberto Maldonado y al fondo Jorge Crespo. AFSUAGM
pensarlo mucho, entendió que por tratarse de disciplinas diferentes (la académica y la de telecomunicaciones), debían separarse. Sistema TV requería una persona propiamente del área de la televisión: como dice el viejo refrán, “zapatero a su zapato”. La labor sostenida de tan eficientes colaboradores le daba cohesión, estabilidad y, por supuesto, fortaleza al Sistema. Por tener sus oficinas en el mismo edificio, la cercanía entre estos colaboradores es grande; se ven todos los días. De ellos, Pepe Méndez espera informes prácticamente a diario, y más cuando se trata de cuestiones de la situación fiscal de las instituciones o de la matrícula de estudiantes en cada universidad. Junto a Pepe Méndez, las juntas y los rectores, también trabaja con gran afán y esmero el claustro, que ha desempeñado un papel extraordinario en el
desarrollo de estas universidades. Por el tipo de estudiante que asiste a ellas, el profesor es clave en su éxito. Muchos se formaron al calor de tiempos en que todo era cuesta arriba, con grandes sacrificios personales. Sin que pasaran inadvertidos los esfuerzos de Pepe, las instituciones se esmeran por seguir mejorando las credenciales académicas y profesionales de su cuerpo docente. En esta saga educativa que ya tiene 40 años, los empleados no docentes (los héroes anónimos de la institución), aunque no se apellidan Méndez, se comportan como si lo fueran. Desde el 1995, Pepe había fungido como ángel guardián que vela por la salud de sus empleados. Son muchos los casos de personas –desde rectores y vicepresidentes, hasta entrenadores deportivos– a quienes ha ayudado facilitando su traslado a la Cleveland Clinic y a otros hospitales de la Isla.
Junta de Directores 2015: Ramiro Millán, presidente; Dr. Félix Rodríguez Schmidt, vicepresidente; José F. Méndez González, Dr. Víctor Hernández Méndez; José F. Méndez Jr., miembro permanente; Héctor A. Jiménez Ramírez; René A. León Rodríguez; Lcdo. Rafael A. Nadal Arcelay, miembro permanente; Manuel Agosto García; Herminio Martínez Escudero, Ph.D., miembro permanente; Wilfredo Cosme Ortiz y Dr. René A. Soto Torres. AFSUAGM
Así pues, todos se sienten parte del Sistema porque comulgan con sus valores: educación para los más necesitados, voluntad de servicio estudiantil y responsabilidad social comunitaria. “Todos con un mismo compromiso” es el lema de la institución y lo que la distingue de otras. Para todos ellos y, principalmente, sus estudiantes, la satisfacción de pertenecer al Sistema y trabajar junto a Pepe es grande. A todas las universidades que conforman el Sistema, Pepe les reconoce su autonomía. Tiene la sabiduría y la prudencia de saber cuándo es necesaria su intervención. Cada rector se siente con la autoridad para decidir el futuro de su institución. Porque cada institución es un ente separado, pero
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pertenece al Sistema Universitario Ana G. Méndez; esa es su marca. En cuanto al liderazgo académico, Pepe Méndez apoya el ambiente que fomenta la investigación, la enseñanza, las prácticas clínicas y el desarrollo profesional. No profesa ser un académico, pero conoce la cultura académica y reconoce la importancia de una facultad bien preparada. Cada vez hay más miembros de la facultad que tienen grados de doctorado. Se trata, a fin de cuentas, de servir mejor al estudiante, a las comunidades y al país. Al desparramarse geográficamente por la Isla –con sus tres recintos y catorce centros universitarios– y en Estados Unidos –con cinco
El Sistema Universitario Ana G. Méndez que fue creado por Ana G. Méndez; Pepe lo transformó, lo hizo crecer y lo perpetuó. AFSUAGM
recintos– el Sistema era cada vez más complicado, pero Pepe hacía todo lo posible por mantenerlo unido y fiel a sus principios fundacionales de servicio al país y a los estudiantes más necesitados económicamente. Por cierto, Pepe no era como aquellos ejecutivos que esperan que sus subalternos vengan a verlo; por el contrario, él “voltea la finca”, como le gusta decir cuando a menudo visita los recintos y centros universitarios. 51 Más allá de los pasillos de la institución, el carismático Pepe sabe cómo tratar al público, a los donantes, a la sociedad civil. A los políticos les habla sin banderas, como bien lo ilustra la historia del Instituto de Política Pública. Con todos sus colaboradores a bordo, y como sabe delegar, Pepe repetía “que la organización caminaba por sí sola, con o sin mí, pues tiene una
estructura administrativa sólida y vibrante, capaz de enfrentar cualquier reto”.52 De cada cual, Pepe saca lo mejor. Pone en cada uno su confianza para que crezca y tome sus propias decisiones. ¿El resultado? El innegable compromiso de sus colaboradores con Pepe y la institución. Ya para el verano del 2015 no era un secreto el origen del éxito de Pepe y sus colaboradores en el Sistema Universitario Ana G. Méndez. Clave cifrada en la frase “Todos con un mismo compromiso”, que alude a sus valores compartidos: educación para los más necesitados, voluntad de servicio estudiantil, responsabilidad social comunitaria e internacionalización. Que son, precisamente, los valores que distinguen a esta institución. Para todos sus miembros, la administración y el estudiantado, la satisfacción de pertenecer al Sistema es grande. Y trabajar con Pepe al timón, también lo es
NOTAS CAPÍTULO 1 LAJDSUAGM, 26 de septiembre de 1974. 2 Antonia de Guindulain, Ana G. Méndez, Barcelona: Editorial Vosgos, S. A.,1974, 26. Guillermo A. Baralt entrevista a Grecia Méndez de Díaz, 2 de julio de 2002 3 Para una historia detallada de las dos familias consúltese, Guillermo A. Baralt, Recuerdos del Porvenir: Historia del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Sistema Universitario Ana G. Méndez., Rio Piedras, 2004. 4 Report of the Governor of Porto Rico, Fiscal year ended June 30, 1920, (Washington: Government Printing Office, 1920). 5 George L. Holliday, “Resurgimiento de las modernas construcciones en Puerto Rico”, Revista Económica (junio de 1938): 9-35. 6 Victor S. Clark, Porto Rico and its Problems, (Washington, D. C.: The Brookings Institution, 1930), 371. 7 Ibíd. 8 George Holliday, Primeros 25 años (1913-1938), Revista de Cámara de Comercio de Puerto Rico, septiembre de 1938, 74. 9 Aníbal Sepúlveda y Jorge Carbonell, Cangrejos-Santurce (San Juan: Carimar, 1987), 29. 10 Charles H. Allen, Governor of Porto Rico, First Annual Report, from May 1, 1900 to May 1, 1901 y Juan J. Osuna, A History of Education in Puerto Rico (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1949). Véase también Ricardo González Ruiz, Ricardo Raúl González, Puerto Rico de hoy, 1956-57 (Hato Rey, P.R.: Litografía Real Hnos. Inc., 1957). 11 Report of the Governor of Porto Rico, Fiscal year ended June 30, 1920, (Washington: Government Printing Office, 1920). La mayoría en escuelas rurales. 12 Report of the Governor of Porto Rico, 1
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Fiscal year ended June 30, 1920, (Washington: Government Printing Office, 1920). La mayoría en escuelas rurales. 415. 13 Ibíd. 14 José González Ginorio, Instrucción y Educación, El Libro de Puerto Rico, New York: Lent & Graff 1921, 381. 15 Ibíd. 16 En 1909, por ejemplo, la anemia causó la muerte a 1,339; otras 49,000 fueron tratadas en los numerosos dispensarios alrededor de la isla. Samuel McCune Lindsay, Report of the Commissioner of Education for Porto Rico, (Washington: Government Printing Office, 1904), 9. 17 José González Ginorio, Instrucción y Educación, El Libro de Puerto Rico, 381; Ricardo González Ruiz, Ricardo Raúl González, Puerto Rico de hoy, 1956-57, 75.M. G. Brumbaugh, Report of the Commissioner of Education for Porto Rico, Oct. 18, 1901, 64. 18 Victor S. Clark, Porto Rico and its Problems, 77. 19 María de F. Barceló Miller, Estrenando togas: la profesionalización de la mujer en Puerto Rico, 1900-1920. Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña.. Núm. 99, 1992, 58. 20 Andino Acevedo González, ¡Qué tiempos aquellos!, 123-124 Consúltese también Yamila Azize, La mujer en la lucha (Río Piedras: Ediciones Huracán, 1985). 21 Grecia Méndez de Díaz entrevista con Guillermo A. Baralt, 2 de julio de 2002. 22 Todos los detalles de la vida familiar se fundamentan en Guillermo A. Baralt entrevista a Grecia Méndez de Díaz, 2 de julio de 2002. Antonia de Guindulain, Ana G. Méndez, 26. 23 A. Nin Martínez, El Ciclón del 13 de Septiembre de 1928. Revista de Obras Públicas, septiembre 1928 1714. George Holliday, Los primeros 25 años, 78.
Ibíd. Ibíd. 26 ED, 13 de octubre de 1929, 1. 27 Ibíd. 28 El huracán San Ciprián azotó la Isla el 26 de septiembre de 1932. 29 E. Fernández García,” La Universidad de Puerto Rico”, El Libro de Puerto Rico, 431. 30 María Luisa Moreno,” El campus de la Universidad de Puerto Rico: Apropiación y amalgama formal en su arquitectura (1903-1940)” en Enrique Vivoni Farage y Silvia Álvarez Curbelo, Hispanofilia: Arquitectura y vida en Puerto Rico 1900-1950. (San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1998), 161. 31 Thomas Benner, Five Years of Foundation Building, The University of Puerto Rico. 1924-1929, Río Piedras: Puerto Rico, Departamento de Educación,1965, 99. 32 Antonia de Guindulain, Ana G. Méndez, 26. 33 Sunoco era una empresa estadounidense que producía lubricantes de motor y transmisión. 34 Ivelisse Esterás Fortuño, entrevista con Guillermo A. Baralt, 12 de diciembre de 2004. 35 Grecia Méndez de Díaz, entrevista con Guillermo A. Baralt, 2 de julio de 2002. 36 Ibíd. 37 Antonia de Guindulain, Ana G. Méndez, 26-27. 38 Grecia Méndez de Díaz entrevista con Guillermo A. Baralt, 2 de julio de 2002. 39 Ibíd. 40 Ibíd. 41 Ibíd. 42 AHSUAGM, Mensaje de graduación con motivo del decimotercer aniversario del Puerto Rico Junior College. Ana G. Méndez, 6 de marzo de 1979. 43 Ibíd. 24 25
El Pionero, 7. Véase también AHAGM, Mensaje de graduación con motivo del decimotercer aniversario del Puerto Rico Junior College. Ana G. Méndez, 6 de marzo de 1979. 45 Puerto Rico High News, 9. 46 La Ley Núm. 550 del Congreso alteró el procedimiento en el sentido de que los pagos por el Gobierno de los Estados Unidos se hicieran directamente al veterano y él a su vez se hiciera responsable de pagar a la institución. 47 Para subsistencia completa, estos debían cumplir con no menos de 25 horas de asistencia semanalmente. Para ½ subsistencia, menos de 18 horas pero no menos de 12 horas de asistencia semanalmente. Para 3/4 subsistencia, menos de 25 horas pero no menos de 18 horas de asistencia semanalmente. Para 1/4 subsistencia, menos de 12 horas pero no menos de 9 horas de asistencia semanalmente. No se pagaría subsistencia alguna para casos en que el veterano asistiese menos de 6 horas semanalmente. 48 Ibíd. 49 Ibíd., Núm. 5, 1 de febrero de 1946, 1. 50 Ibíd. 51 El Pionero, 7. 52 Puerto Rico High News, 30 de septiembre de 1945, No. 1, 3. 53 Actualmente, la Farmacia Walgreens ocupa este solar. 54 El Pionero, 7. 55 Ibíd. 56 ECOS de la Puerto Rico High, 18 de abril de 1949. 57 http://bibliotecadigital.uprrp.edu/ cdm/search/searchterm/Urbanizaci%25C3%25B3n 58 Puerto Rico de Hoy, editores Ricardo y Ricardo Raúl González, Hato Rey: Real y Hermanos, 1957, 23. 59 AHSUAGM, Colegio San José Diplo44
ma de graduación de octavo grado de José F. Méndez. 60 La siguiente descripción de la ciudad de Charleston y su historia la fundamentamos en https://en.wikipedia. org/wiki/Charleston,_South_Carolina y en http://www.charleston-sc.gov/ index.aspx%3Fnid%3D110. 61 50 U.S.C.A., App.§§ 454, 462 y Selective Service Regulation §1632. 14 (b)(5). 62 El recuento histórico que presentamos se fundamenta en https://en.wikipedia.org/wiki/The Citadel, The Military College of South Carolina 63 El General Clark sirvió hasta 1965. 64 José F. Méndez entrevista con Guillermo A. Baralt, 16 de marzo de 2015. 65 AHSUAGM, The South Carolina Corps of Cadets, Citadel, The Military College of South Carolina José F. Méndez-González, June 4, 1955. R.H. Tucker, Colonel. 66 AHSUAGM, José F. Méndez, College Record, The Citadel Military College, July 1,1957. 67 Ibíd. 68 AHSUAGM, The Citadel,The Military College of South Carolina, José F. Méndez-González,, June 1,1957, Mark W. Clark , president. 69 Ibíd. CAPÍTULO 2 Revista Diplomática (noviembre 1965): 60. 2 A.L.F. Fomento: División de economía general: sección de estadísticas, 17 de marzo de 1971. 3 Ibíd. 4 Posteriormente la Ley de Incentivos Industriales fue enmendada en varias ocasiones, otorgando cada vez mayores beneficios a la industria extranjera. La ley extendió la exención del 100 por ciento hasta un máximo 1
de siete años adicionales –o sea, 17 años–, siempre y cuando las corporaciones establecieran sus fábricas fuera del perímetro metropolitano de San Juan. 5 José Trías Monge, Historia Constitucional de Puerto Rico, Río Piedras. Editorial de la Universidad de Puerto Rico, Vol.III, 24. El Partido Popular presentó un programa conducente al Estado Libre Asociado. Luis Muñoz Marín, Memorias,257. Antonio Fernós Isern, El Estado Libre Asociado de Puerto Rico: antecedentes, creación y desarrollo, hasta la época presente. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1974. 99. 6 Antonio Fernós Isern, El Estado Libre Asociado de Puerto Rico: antecedentes, creación y desarrollo, hasta la época presente. Río Piedras : Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1974, 99. 7 Ibíd. Véase páginas 99,105,107-108. 8 Diario de Sesiones, 6 de febrero de 1952, Carta de Derechos, Artículo II, Sección 5 (Oxford, Nueva Hampshire, 1961), Tomo 4. 9 Fernós Isern, Estado Libre Asociado de Puerto Rico, 179. . 10 Puerto Rico: Office of the Government of Puerto Rico, Departamento de Instrucción de Puerto Rico, 1950, 4. 11 Véase Alfonso López Yustos, Historia Documental de Puerto Rico, (Hato Rey, Puerto Rico: Publicaciones Puertorriqueñas, 1984) 230. 12 Ibíd. 13 Ibíd. 14 Informes de la Comisión de Derechos Civiles del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, 335. 15 Ibíd., 355, 356. Véase También, Alfonso López Yustos, Historia documental de la Educación en Puerto Rico, 36. 16 Ibíd., 241. 17 Ibíd.
Ibíd. 19 Ibíd. 20 Véase los detalles de esta historia en Guillermo A. Baralt: Recuerdos del Porvenir, Rio Piedras: Diseño Gráfico e Imprelibros S.A. 2004. 46-59. 21 Ibíd. 22 Grecia Méndez de Díaz entrevista con Guillermo A. Baralt, 2 de julio de 2002. 23 Bajo el nombre de Chase National Bank of the City of New York, esta institución de capital estadounidense se había establecido en la isla en 1933. En 1955 se fusionó en los Estados Unidos con el Bank of Manhattan Company, formando el Chase Manhattan Bank, nombre por el que se le conocía. 24 AHSUAGM, Puerto Rico Junior College, Rio Piedras, Application for employment, José F. Méndez. September 1967. 25 AHSUAGM, José F. Méndez, President, Ana G. Méndez University System, Curriculum Vitae. Todas las menciones de los puestos ocupados por José F. Méndez aparecen en este documento. 26 AHSUAGM, José F. Méndez, Member, Rio Piedras Junior Chamber International .25 day of January, 1961. 27 http://es.wikipedia.org/wiki/C%25C3%25A1mara_Junior_Internacional 28 Ana Grecia Méndez, entrevista con Guillermo A. Baralt, 6 de junio de 2014. 29 Véase Guillermo A. Baralt, Recuerdos del Porvenir, 82-83. 30 Fuente: Vicepresidente auxiliar de Planificación e Investigación (PRJC), 1970. 31 LAJDSUAGM., 27 de junio de 1969. 32 Véase Ivonne Acosta, Santa Juana y Mano Manca, auge y decadencia del azúcar en el Valle del Turabo en el siglo XX, Editorial Cultural, 1995, 137. 33 LAJDSUAGM 27 de junio de 1967. 34 END, 18 de noviembre de 2009,76. 18
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Ibíd. 36 Ibíd. 37 LAJDSUAGM, 15 de enero de 1968. 38 Ibíd., 27 de junio de 1967. 39 Oscar L. Bunker, Caguas: Notas para su historia, (Santurce: Model Offset Printing, 1981) 92. 40 LAJDSUAGM, 15 de enero de 1961. 41 Alegría dio a conocer a la Junta de Directores, valiosos datos históricos del Valle del Turabo. Nacía pues, un nuevo recinto con una mística diferente. 42 Este proyecto de construcción de nuevas facilidades físicas fue aprobado en agosto de 1978. 43 END, 18 de noviembre de 2009,76. 44 Ibíd. 45 AHSUAGM, José F. Méndez, President, Ana G. Méndez University System, Curriculum Vitae. 46 José F. Méndez, González, 686152, University of Puerto Rico. March 16,1970. El incentivo fue por $4,000.00. 47 AHSUAGM, Correspondencia del Sr. José F. Méndez. 48 AHSUAGM, Puerto Rico Junior College, Contrato de Servicio, José F. Méndez, 9 de julio de 1968. 49 Libro de Actas Puerto Rico Junior College, 16 de noviembre de 1971. 50 Enid Méndez, entrevista con Guillermo A. Baralt, 28 de enero de 2014. 51 Ibíd., 23 de marzo de 1973. 52 Ibíd. 53 AHSUAGM. MEMORANDO: Junta de Directores de la Fundación Sra. Ana G. Méndez, Presidente Plan de Transición final de la Presidenta, 29 de enero de 1974. 54 Ibíd. 55 Ibíd. 26 de septiembre de 1974. 56 Ibíd. 35
CAPÍTULO 3 1
AHSUAGM, Memorando; Ana G. Méndez, 11 de marzo de 1974.
Ibíd. Informe del presidente Fundación Educativa Ana G. Méndez, 1975-76, 3. 4 LAJDSUAGM, 28 de abril de 1977. 5 Informe del presidente Fundación Educativa Ana G. Méndez, 1975-76, 3. 6 Informe del presidente de Fundación Ana G. Méndez, 1979-80, 12 y 13. 7 Se localizó en nuevo en el primer piso del edificio principal de Administración (Edificio Jesús T. Piñero). 8 EM, 16 de mayo de 1974, 2 SE. 9 Informe del presidente del Puerto Rico Junior College 1976-77. 10 Se refiere a un “Teachers College”. 11 END,14 de junio de 1973: 1. 12 END,18 de octubre de 1973: 1. 13 http://www.wtrg.com/prices.htm 14 END, 7 de abril de 1978: 1. Luego se produjo su milagrosa salvación, aunque fuese apenas por unos años más, gracias a la Ashland Oil. El 29 de febrero de 1982, cerró la CORCO. 15 Finalmente, a mediados de 1974 se comenzó a filtrar un tenue rayo de esperanza cuando el Departamento de Agricultura Federal extendió a la Isla el Programa de Sellos para Alimentos, mejor conocido en Puerto Rico como “los cupones”. Debido a la pobreza en la Isla, la importancia que revestiría la extensión del programa era obvia, puesto que para el 1972 el 31 por ciento del total de familias tenían ingresos menores de $2,000 anuales y, en once municipios, incluso en la zona metropolitana de San Juan y en los grandes centros urbanos de Ponce y Mayagüez, el ingreso por habitante era de tan solo $800 anuales o poco más. Todos ellos cualificarían para recibir los cupones. Para comienzos del 1975, dado el clima de recesión, inflación, cierre de fábricas, desempleo y regreso a la Isla de miles de emigrantes de los Estados Unidos, al fin dio inicio el programa. 16 Informe del presidente Fundación Educativa Ana G. Méndez, 1975-7. 6,3. 17 LAJDSUAGM, 30 de octubre de 1975. 2 3
Suárez, et. al, vs. Fundación Educativa Ana G. Méndez, etc., No. 0-82362,18 de enero de 1983. 19 Ibíd. 20 Ibíd. 21 EM, 10 de mayo de 1974, 2 SE. 22 Acta testamentaria. Escritura número doce, sobre Testamento Abierto, otorgada en San Juan, Puerto Rico el 20 de octubre de 1977, ante el notario público Genovevo Meléndez Carrucini, la cual consta inscrita en el Registro de Poderes y Testamentos del Tribunal Supremo de Puerto Rico, bajo el número 81-356. 23 Ibíd. 24 EI, 8 de mayo de 1969: 1 25 Francisco Carreras, Incógnita y revelación, ( Ponce: Editorial de Universidad Católica de Puerto Rico) ,1981. 73. 26 AHFAGM. Palabras pronunciadas por el presidente del Consejo de Educación Superior, Ingeniero Juan José Jiménez, en ocasión del homenaje rendido a la Sra. Ana G. Méndez. 6 de abril de 1972. 27 EM, 22 de abril de 1971, 1. 28 Ibíd. 29 Ibíd. 30 END, 29 de octubre de 1971, 12. 31 EM, 22de abril de 1971, 1 y 15 de mayo de 1971, 1. 32 Consejo de Educación Superior, Análisis de los programas de asistencia económica para estudios universitarios, enero 1997, 225 33 Ibíd. 34 Sin embargo, en ciertos casos, un estudiante inscrito en un programa de certificación docente de posgrado podría recibir una Beca Federal Pell. 35 Véase los Informe del presidente Fundación Educativa Ana G. Méndez, 1975-76, 7,9.21. 36 LAJDSUAGM, 28 de abril de 1977. 37 Libro de Actas, Puerto Rico Junior College, 8 de diciembre de 1977. 38 El Mundo, 19 de noviembre de 1978, 6b. 18
La Estación pertenecía a los hermanos Behn, antiguos residentes de la Isla y dueños de la International Telephone & Telegraph Corporation (ITT). 40 George Holliday, “Los Primeros 25 años”, Revista Económica, Septiembre, 1938. 103. 41 Dorvillier News Letter. agosto, 1954 42 Ibíd. 43 Ibíd. 44 Alfonso López Yustos, Introducción a la Educación (Río Piedras: Publicaciones Puertorriqueñas), 4 ed, 2000, 120. 45 EM, 19 de noviembre de 1978. 46 Informe del presidente a la Junta de Directores, 1978-79, 20. 47 Ibíd. 48 Ibíd. 49 EM, 19 de noviembre de 1978. 39
CAPÍTULO 4 END, 7 de febrero de 1982, 6. Ibíd. Son palabras de Efraín Colón , alcalde de Barranquitas. 3 Consúltese Guillermo A. Baralt, La razón del equilibrio. La vida de Luis A. Ferré, tomo II, San Juan: Fundación El Nuevo Día, 238 -240. 4 END, 22 de agosto de 1982: 1-2. 5 Jaime Bofill Valdés, “Trayectoria de la Sección 936, desde 1976-1996”. Boletín de Economía 1.4 (abril-junio 1996). 6 Antonio J. Colorado, Reflexiones sobre la Economía de Puerto Rico. Inédito. Conferencia ofrecida en Casa de las América, Madrid, España. Véase páginas 26-28. 7 Desde la perspectiva de los partidos políticos, gobernar para sacar al país de la crisis económica en que se encontraba, resultó muy complicado. Lograr consenso y cooperación entre el ejecutivo y el legislativo fue imposible. La aprobación del presupuesto insular fue difícil y en muchos casos 1 2
rechazado de plano. Lilliana Ramos Collado y Marilyn Rivera Olivieri, Innovación, experiencia, solidez para Puerto Rico. San Juan: Publicación del Banco Gubernamental de Fomento, San Juan: diseño ID Group, 110. 9 Ibíd. 10 Esto le permitió a Pepe Méndez revertir al fondo general de la Fundación los $2.2 millones del dinero invertido en el solar de la Avenida Piñero y los $2.5 del invertido en el solar de Luis Freire. 11 Agradecemos la colaboración en esta sección de Sayra Maldonado. 12 Vanguardia, Vol.2, núm.7, febrero. 13 Ibíd. 14 Véase Vanguardia, Vol. 2, Núm. 7, enero-febrero 1985. Ponencia del profesor Onelio Núñez en la sesión plenaria del Compu Campus II como reacción a la ponencia del Dr. Alfred Bork. 15 Ibíd. 16 Ibíd. 17 AHSUAGM, Lawrence Berkeley Laboratory/ Jackson State University/ AGMEF Consortium, September 19, 1983. 18 Vale recordar que García Passalacqua, era miembro de la Junta de Directores de la Fundación Educativa Ana G. Méndez y había sido jefe de la campaña política primarista de Jimmy Carter en Puerto Rico. 19 Lawrence Berkeley Laboratory/ Jackson State University/AGMEF Consortium, September 19, 1983. 20 Ibíd. 21 La deserción de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, Oficina de Investigaciones Pedagógicas del Consejo Superior de Enseñanza (Río Piedras: Universidad de Puerto Rico, Publicaciones Pedagógicas, Serie II, MCMLXVI). 22 LAJDSUAGM, 28 de febrero de 1985. 23 Ibíd. 8
Ibíd. 25 Ibíd. Dada la trascendencia del concepto en términos de la influencia que puede ejerció el mentor en el estudiante, existieron una serie de características que aunque generales, dieron un perfil de este personaje, 26 LAJDSUAGM, Este programa nació como producto de la aprobación de fondos a través del Programa de Título III. 27 LAJDSUAGM, 13 de octubre de 1981. 28 Véase Vanguardia, Vol, 4, Núm. 3, mayo-junio, 1986, 1. 29 LAJDSUAGM, 19 de abril de 1989. SANDIA aportó $2 millones a la Alianza. 30 Crónica Presidencial, 1981, 4. 31 Como resultado de esta visita, José L. González escribió su Nueva visita al cuarto piso, auspiciado por la Fundación Educativa Ana G. Méndez. 32 González Lamela renunció al ser nombrado ayudante especial del gobernador Hernández Colón en asuntos de educación, cultura y calidad de vida. 33 Vanguardia, enero-febrero 1985, 2 Núm. 7, 16. 34 LAJDSUAGM, 29 de julio de 1982. 35 LAJDSUAGM, 6 de marzo de 1981. 36 Ibíd. 37 Vanguardia, marzo-abril, 1985, p. 1 38 El 80% de los matriculados fueron del sexo femenino. 39 LAJDSUAGM, de 1986. 40 Cuaderno del Instituto de Política Pública. Las Universidades ante La Reforma Educativa, 1989 . 16. 41 Ibíd. 42 Ibíd. 43 Ibíd. 44 LAJDSUAGM, 10 de julio de 1986. 45 Ibíd. 46 Ibíd. 47 Ibíd. 48 Ibíd. 24
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Ibíd. Por último, resaltó Santos Negrón que varias perspectivas institucionales eran importantes para el futuro de la economía en Puerto Rico, como la reforma contributiva, la nueva ley de incentivos industriales, el impacto de la iniciativa de la Cuenca del Caribe y por último, la más significativa: el probable aumento en el salario mínimo. 50 LAJDSUAGM 28 de marzo de 1984. 49
CAPÍTULO 5 END, 7 al 14 de junio de 1992. PPRBPPR, segundo trimestre de 1992 3 Ibíd. 4 END, 23 de febrero de 1993, 7. 5 END, 23 de julio de 1993, 4. 6 Para esta historia consúltese END, 18 de junio de 1993, 1; END, 23 de julio de 1993, 4; PEBPPR, Primer Trimestre, 1995, 2.EV, 19 de octubre de 1995. 7 Consúltese Guillermo A. Baralt en colaboración con José Bolívar Fresneda, Contra viento y marea navegando hacia el futuro; La historia de la Asociación de Industriales de Puerto Rico. (1928-1913) 242-243. 8 LAJDSUAGM, 15 de julio de 1993. 9 Ibíd. 10 LAJDSUAGM, Informe Anual de la Junta de Directores 1990-91, preparado por el ingeniero Juan J. Jiménez, 1. 11 Ibíd. 12 Migdalia Torres Rivera tiene un doctorado en Educación. 13 José F. Méndez Méndez, entrevista con Guillermo A. Baralt, 1 de junio de 2013. 14 Ibíd. 15 Ibíd. 16 Se recordará que Armando O. Figueroa Toro había sido presidente de la Junta desde 1983 hasta 1985. 1 2
Crónica Presidencial, septiembre de 1997. 18 Ibíd. 19 Ibíd. 20 Ibíd. 21 Ibíd. 22 Ibíd. 23 Crónica Presidencial, Año 2, Núm. 4, mayo-junio de 1998, 3. 24 Consejo Superior de Enseñanza, Análisis de los programas (1997), 40. 25 Ibíd., Esta ponencia data de 1986. 26 El programa cuenta con sesiones de cinco semanas o con dos sesiones de ocho semanas, cuatro horas un día a la semana. 27 Sayra Maldonado, entrevista con Guillermo A. Baralt, 12 de mayo de 2014. 28 Florabel García Mullick, entrevista con Guillermo A. Baralt, 11 de marzo de 2015. 29 Florabel García Mullick, Oral History Interview: Armed Forces . https://archive.org/details/Mullik interviewer; Mr. Charles Stuart , Published July 12, 1994. 30 Paul. Stone, Legacy of Excellence, The Armed Forces Institute of Pathology, 1862-2011, Maryland: Armed Forces Borden Institute, 2011.228,240,251. 31 La Dra. Garcia Mullick era muy conocedora de las interioridades del mundo de la investigación científica en los Estados Unidos. 32 Florabel García Mullick, entrevista con Guillermo A. Baralt, 11 de marzo de 2015. 33 Ibíd. 34 Ibíd. 35 Ibíd. 36 Para el 2014 la Escuela ofrecía bachillerato en Ingeniería Mecánica, Eléctrica, Civil, Industrial y Maestrías en algunas de esas especialidades. Esta Escuela de Ingeniería hizo historia en Puerto Rico cuando su primera clase graduanda aprobó la reválida de Inge17
niería en la totalidad de sus integrantes. Posteriormente se ha sometido a las acreditaciones de la American Board of Engineering and Technology (ABET), obteniendo en cada ocasión la acreditación de sus programas. 37 Alberto Maldonado Ruiz, entrevista con Guillermo A. Baralt. 9 de diciembre de 2003. 38 LAJDSUAGM, 16 de mayo de 1991. En parte, según se ha dicho, que la disminución en matrícula era compensada por el desarrollo de los programas extramurales (PROSEE). 39 Rafael Nadal, entrevista con Guillermo A. Baralt 12 de agosto de 2013. 40 El 54.3 por ciento de los egresados del Puerto Rico Junior College se graduaron del programa de Artes Liberales; el restante 27.4 por ciento correspondió a egresados de Administración de Empresas. 41 Ibíd. 42 Ibíd. 43 Ibíd. En agosto de 1990 se dio inicio al ofrecimiento de programas de grado asociado en las nuevas facilidades de Carolina con una matrícula inicial de 130 estudiantes. 44 Nótese que el desempleo en la Isla, según cifras oficiales, fue de más de un 10 por ciento. 45 LAJDSUAGM 16 de marzo de 1995. 46 Los acuerdos incluidos en el convenio responden a la política pública establecida por la Ley Número 47 del 25 de julio de 1997. 47 Crónica Presidencial, Año 3, Núm. 1, febrero 1999, 2. 48 Crónica Presidencial, Año 1, Núm. 3, septiembre de 1997, 3. El crecimiento en la actividad turística para 1994-95, había sido notable. La mayor parte de las hospederías tuvieron excelente temporada de invierno y primavera. La tasa de ocupación fue elevada. El área del Caribe se señalaba como la más activa región turística al cierre del siglo XX y ello se reflejaba en el número de visitantes y la
cantidad de nuevas habitaciones. Puerto Rico, Las Bahamas, República Dominicana y Jamaica eran los destinos más populares. Una apertura de Cuba y la expansión del turismo en República Dominicana colocaba a la Isla como un destino turístico de importancia. Puerto Rico se mantenía alerta. Los precios de alojamiento, transportación terrestre y alimentación estaban en los países caribeños por debajo de los de Puerto Rico porque el dólar tenía mayor rendimiento. De esta forma, los estudiantes que cursaban sus estudios conducentes a los certificados que otorgaba la Escuela Hotelera de Puerto Rico, tendrían la oportunidad de mejorar la calidad del personal que necesitaba con urgencia la industria turística. 49 LAJDSUAGM, 17 de abril de 1997. 50 Se ubica en la carretera núm. 2 en el Edificio Puerta del Norte en Manatí. Este Centro, remodelado de acuerdo al estándar institucional, contaba con 20,000 pies cuadrados de construcción. Tuvo una matrícula de 530 estudiantes. 51 Este contaba con 16,000 pies cuadrados de construcción remodelada también de acuerdo al estándar institucional. Su matrícula fue de 302 estudiantes. 52 Con 521 estudiantes, ubicado en el centro de este pueblo. 53 Este Centro tenía una matrícula de 972 estudiantes. 54 Ubicado en unas instalaciones transitorias, que como otras, han sido el trampolín para las permanentes. 55 Se refiere al Joint Review Committee for Respiratory Therapy. 56 Se combinó el bachillerato y maestría. 57 Report to the Faculty, Administration, Trustees, Staff and Sudents of Metropolitan University of the Ana G. Méndez System by an evaluation team, The Commission on Higher Education of the Middle States Asso-
ciation of Colleges and Schools, April 7-10, 2000. 58 LAJDSUAGM, 30 de agosto de 1991. 59 Panorama, Año 4, núm. 1, enero 1993, 1. 60 De esta forma se intentó que el Departamento de Educación de Puerto Rico incorporara la educación ambiental a sus currículos y con ello crearía, en la conciencia de los niños puertorriqueños, un sentido de interés y de responsabilidad social hacia el ambiente. También el Instituto de Educación Ambiental ofreció adiestramientos en servicios a maestros de los sectores públicos y privados con relación a los currículos desarrollados. Panorama, Año II, núm. 1, marzo de 1981. 61 José F. Méndez, Waste Management Conference, Opening Remark, April 24, 1991. 62 Panorama, diciembre 1994, Año V, núm. 3, 6. 63 Se recibió una donación de Johnson & Johnson Co. por la cantidad de $10,000 para programas dirigidos a crear conciencia sobre problemas de calidad ambiental en la comunidad. 64 Me refiero a Johnson & Johnson, Fundación Angel Ramos, McArthur Foundation, Fish and Wild Life Foundation, U. S. Environmental Protection Agency (EPA) y NASA. 65 Para 1999 la escuela tenía adscritas las siguientes dependencias: Instituto de Educación Ambiental (INEDA), Centro de Información Ambiental del Caribe (CIAC), Centro de Análisis de Datos Ambientales (CADA), Centro de Desarrollo Sustentable (CEDES) y Centro de Investigaciones de Recursos Tropicales (CIT). Contaba con los siguientes programas académicos: Programa graduado en Gerencia Ambiental, Programa graduado en Educación Ambiental, Programa graduado en Ciencias Ambientales (Universidad del Turabo) y Certificado de Técnico Ambiental. 66 Crónica Presidencial, enero 1997, 5. 67 En diciembre de 1999, este centro,
localizado en el Fuerte Allen de Juana Díaz, fue cerrado. 68 Mensaje de instalación del rector Dennis Alicea Rodríguez, 19 de agosto de 1993, Universidad del Turabo. 69 Ibíd. 70 Ibíd. 71 Ibíd. 72 Ibíd. 73 Ibíd. 74 Ibíd. 75 Ibíd. 76 Ibíd. 77 Ibíd. 78 Ibíd. 79 LAJDSUAGM, 3 de agosto de 1992. 80 LAJDSUAGM, 3 de septiembre de 1981. La sugerencia fue de Carlos Toro Vizcarrondo. 81 Caribbean Business, 30 de julio de 1999, 1. 82 Se recordará que esta se había iniciado en Río Piedras y que luego fue trasladada a la ciudad de Mayagüez. 83 Para los primeros pasos de esta historia, véase Capítulo V. 84 LAJDSUAGM, 27 de noviembre de 1996. Acompañado por un amplio programa de expansión y mejoramiento de sus facilidades físicas, la Junta de Directores aprobó una emisión de bonos de AFICA por la cantidad de $23.1 millones para el financiamiento de varios proyectos de construcción en la Universidad del Turabo. Los proyectos de construcción a financiarse en la Universidad del Turabo fueron para construir la escuela de ingeniería, mejorar y expandir las facilidades de biblioteca y mejorar los accesos viales. 85 El acuerdo con Penn State University se llevó a cabo 30 de abril de 1993. 86 Crónica del Presidente, enero de 1997, 5. En septiembre de 1996, el mencionado Centro de Estudios de Televisión Educativa pasó a ser parte de la Universidad Metropolitana. 87 Como por ejemplo, el del Ohio States
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Award por la excelencia de sus programas de inglés. 88 Alonso López Yustos, Introducción a la educación, 122. 89 Ibíd. 90 Ibíd. 91 El programa produjo 13 socios corporativos y cerca de 320 socios individuales con un total de recaudaciones de $67,000 de una meta propuesta de $60,000. 92 Instructional Televised Fixed Services. 93 Su costo fue de $1,182,318, de los cuales NTIA aportaría la cantidad de $886,000 y el Canal el restante, $296,318. 94 SUAGM,Annual Report 1992-1993, 53. 95 Yubelkys Montalvo, entrevista con Guillermo A. Baralt, 26 de febrero de 2014 96 Crónica Universitaria, año 6, vol. 21, Universidad de Puerto Rico, 5. Para 1999 el consorcio estaba constituido por las ya mencionadas instituciones y Florida International University, Miami Dade Community College en Florida, Manhattan Community College, Borough of Manhattan, John Jay Community College en Nueva York y el Texas Southmost College en Texas. 97 Consejo de Educación Superior en Puerto Rico: Hacia una visión de futuro durante 2000, 6. 99 Consejo de Educación Superior, Análisis de los Programas de Asistencia Económica para estudios universitarios (1997), 31. 99 Ibíd., 32. 100 Ponencia del presidente ante la Comisión de Reformas Gubernamentales sobre los Proyectos de Reforma Universitaria (P. del S. 139, P. del S. 150 y PL. del S. 153, 5 de abril de 1993. 101 Ibíd. 102 Foro sobre la independencia de las universidades privadas del control
del Consejo de Educación Superior, Ponencia de José F. Méndez, 19 de mayo de 1993. 103 Ibíd. 104 Ibíd. 105 Ibíd. De hecho, la política pública con respecto al sistema universitario formaba parte del nuevo Modelo de Desarrollo Económico del entonces gobernador Pedro J. Rosselló. 106 Ibíd. 107 Ibíd. 108 Comisión de Educación del Senado : Consejo de Educación Superior, 14 de enero de 1994. 109 Ibíd. 110 Ley Número 19 del 29 de junio de 1954. 111 Ibíd. 112 Ponencia del presidente ante la Comisión de Reformas Gubernamentales sobre los Proyectos de Reforma Universitaria (P. del S. 139, P. del S. 150 y PL del S. 153, 5 de abril de 1993). 113 Ibíd. 114 Ibíd. 115 Ibíd. 116 Ibíd. 117 Ibíd. 118 Toward Excellence in Higher Education, 2000 Puerto Rico Council on Higher Education, 28. 119 Ponencia del presidente ante la Comisión de Reformas Gubernamentales sobre los Proyectos de Reforma Universitaria (P. del S. 139, P. del S. 150 y PL del S. 153, 5 de abril de 1993). 120 Ibíd. 121 Ibíd. Consúltese también cambios a las leyes propuestas por el propio Consejo de Educación Superior. Análisis de los Programas de Asistencia Económica para Estudios Universitarios (1997), 327. 122 Ibíd. 123 Toward Excellence in Higher Education. Puerto Rico Council on Higher Education, Government of Puerto Rico, 2000.
Ibíd. Ibíd. 126 Ibíd. 127 Ibíd. 128 Ibíd. 129 Ibíd. 130 Ibíd. 131 Ibíd. 132 Ibíd. 133 Ibíd. 134 UPR Crónicas Universitarias, año 3, Vol. 9, UPR Administración Central, noviembre 1996, 20. 135 Ibíd. 136 Ibíd. 137 Ibíd. 138 Miguel Fiol, entrevista con Guillermo A. Baralt, 2 de mayo de 2014. 139 El Dr. Fiol era egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. 140 Ibíd. 141 AHSUAGM, Dr. Nizar N. Zein to José F. Méndez, June 8, 2004, 142 Dr. Nizar N. Zein, entrevista con Guillermo A. Baralt, 20 de agosto de 2014. 143 Ibíd. 144 Enid Méndez, entrevista con Guillermo A. Baralt, 1 de julio de 2013. 145 Ibíd. 146 Dr. Nizar N. Zein, entrevista con Guillermo A. Baralt, 20 de agosto de 2014. 147 AHSUAGM, Dr.Nizar N. Zein to Lincoln Financial Group, Re:Insurance Aplication of José F. Méndez, Jan 22, 2009. 148 Véase capítulo V. 149 Mensaje del presidente José F. Méndez. Taller interinstitucional, Universidad del Turabo, 16 de agosto de 1995. 150 Crónica presidencial, Año 3, Núm. 1, febrero 1999, 4. 151 Ibíd. 152 Ibíd. 153 Ibíd. 124 125
Mensaje del presidente José F. Méndez, Taller interinstitucional Universidad del Turabo, 15 de enero de 1998. 155 Ibíd. 156 Modem es el aparato que convierte datos en señales que pueden transmitirse a través de la línea telefónica o viceversa. 157 Ethernet (también conocido como estándar IEEE 802.3) es un estándar de transmisión de datos para redes de área local que se basa en el siguiente principio: todos los equipos en una red Ethernet están conectados a la misma línea de comunicación compuesta por cables cilíndricos. 158 Ibíd. 159 Panorama, marzo 1991, 3. 160 Guillermo A. Baralt entrevista a María del Carmen Monserrat Gamir, 8 de agosto de 2003. 154
CAPÍTULO 6 PPRBPPR, 2001, Primer Trimestre, 1. Se llega a una recesión cuando se registran bajas en el producto bruto en dos trimestres corridos. 2 PEBPPR, Segundo Trimestre,2002,1. 3 PEBPPR, Primer Trimestre de 2002, 2. 4 Ibíd. Cuarto Trimestre 2002,1. 5 PEBPPR, Tercer Trimestre, 2004,1. 6 PEBPPR, Segundo Trimestre, 2005,1. 7 PEBPPR, Tercer Trimestre, 2005,1. 8 Ibíd. 9 La frase es del alcalde Willie Miranda Torres, quien fue entrevistado por Guillermo A. Baralt el 19 de febrero de 2014. 10 Los otros vectores medulares son Servicios y Desarrollo Estudiantil. 11 Durante su segundo cuatrienio (19972000), siguiendo las recomendaciones de un estudio de Arthur D. Little, el gobernador Pedro Roselló desarrolló en el oeste de la Isla el concepto de los corredores tecnológicos. 12 Luis García Feliú, entrevista con 1
Guillermo A. Baralt, 27 de marzo de 2010. 13 Ibíd. 14 William Miranda Marín, entrevista con Guillermo A. Baralt, 16 de junio de 2008. 15 Como se ha dicho, este proyecto fue creado por el gobernador Rafael Hernández Colón. 16 Otros ejemplos eran Silicon Valley en California y la llamada Ruta 128 en Massachusetts. 17 J. Antonio. Villamil, .Goverment Restructuring and Economic Development Strategies in Florida and North Carolina, Implications for the Commonwealth of Puerto Rico. San Juan, Puerto Rico, March 5, 2004. 1-3. Luis García Feliú, entrevista con Guillermo A. Baralt, 27 de marzo de 2010. 18 Ibíd. 19 Ley de Municipios Autónomos de Puerto Rico Artículo 17.016 del Capítulo XVII de la (según enmendada). 20 Véase Ivelmar Salva Camacho, INTECO MODELO DE DESARROLLO SOCIOECONÓMICO REGIONAL Tesis sometida a la Escuela Graduada de Administración Pública, como parte de los requisitos para r obtener grado de Maestro en Artes en Administración Pública, Universidad de Puerto Rico. Recinto de Río Piedras, 2010. Dice la autora que “para hacer posible la creación del tipo de organización que se consideraba hubo que enmendar la ley de municipios autónomos. Los cambios afectaron el Capítulo XVII, enmendando el artículo 17.001 y añadiendo el Artículo 17.016 del Capítulo XVII de la ley, por la que se estableció “que los municipios podrían formar parte, participar, auspiciar y patrocinar corporaciones sin fines de lucro cuyo fin fuese promover el desarrollo económico, cultural o el mejoramiento social de un municipio o de la región de la cual éste forme parte, siempre y cuando: la Corporación se organice con el esfuerzo, participación y compromiso,
además del de los municipios, de entidades u organizaciones de los sectores educativos de nivel superior y empresas comerciales e industriales privadas.” “Indiscutiblemente esta ley se originaba en respuesta a los reclamos de los municipios por un mayor grado de autonomía fiscal y de Gobierno propio. Se tomó en cuenta que los municipios eran quienes tenían mayor contacto con el pueblo y conocen de primera mano sus necesidades.” 21 William Miranda Marín, entrevista con Guillermo A. Baralt, 16 de junio de 2008. 22 Algunos de los primeros miembros de la industria privada fueron Angora Convention Center, Asociación de Industriales de Puerto Rico, Behar Ybarra & Asociados, Camera Mundi, Columbia College, Enhanced Communications, Levitt Homes, Lincoln Center Plaza, MSSS, Patent Solutions Group, RSM ROC & Company, St. Jude Medical, TransXend, Valcor Samcor y Wal-Mart. 23 También participó el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio del ELA. 24 La aportación inicial combinada fue de $1.6 millones, para la que el Sistema Universitario Ana G. Méndez contribuyó con la cantidad de $500,000, el Municipio Autónomo de Caguas $400,000, el Municipio de Cayey $47,000, la Universidad de Puerto Rico en Cayey $100,000, la Red Técnico Universitaria $5,000 y $10,000 de cinco empresas privadas. 25 Esta campaña tuvo un costo de $150,000 que fueron sufragados por el Municipio Autónomo de Caguas (MAC) y $20,000 por el Municipio de Gurabo. De acuerdo al informe de la agencia de publicidad, en la cobertura gratis de prensa y radio recuperaron la cantidad invertida. 26 Uno de las mayores fallos estratégicos era que estaba limitado a una sola vía, y que su alto costo obligó
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a posponer las interconexiones con Caguas y Carolina, los focos de mayor movimiento vehicular hacia el área metropolitana, 27 En 2001 el Gobierno de Puerto Rico, previendo un posible éxodo de fábricas en la Isla, había aprobado el Control Foreign Corporation Act ,mediante el cual se concedieron nuevas exenciones contributivas. Los beneficios contributivos de la Sección 936 vencieron en 2006. 28 Posteriormente este Centro evolucionó y se incorporó para convertirse en el Centro Universitario de la Universidad del Turabo en Barceloneta. 29 INTENOR proveería los siguientes servicios: talleres de capacitación y formación empresarial, actividades de apoyo de servicios legales, contabilidad, apoyo administrativo, acceso a fuentes de capital, estrategias de comercialización y de bienes raíces industriales. 30 Antonio Monroig, entrevista con Guillermo A. Baralt, 6 de marzo de 2015. 31 LAJDSUAGM, 1990. 32 Declaración de Portugal, 13 de octubre de 2002. Véase en su totalidad este documento en el Apéndice de esta obra. 33 Ibíd. 34 Ibíd. 35 Ibíd. 36 Ibíd. 37 La frase el “Sueño Americano” nace del concepto Jeffersoniano de que todos los hombres fueron creados iguales. Esta noción concibe a América como la tierra de la oportunidad, en que los ideales democráticos se perciben como una promesa de prosperidad para su gente. Es un sueño de éxito, de riqueza y prosperidad que se alcanza por medio del trabajo fuerte y el ahorro. La frase “American Dream” apareció en 1931 en Ëpic of America del escritor James Truslow Adams. El sueño ha sido imán para atraer a miles de extranjeros que a lo
largo de los siglos XIX al XXI emigraron a los Estados Unidos. 38 Herminio Martínez, entrevista con Guillermo A. Baralt, 16 junio 2014. 39 J. Antonio Villamil, entrevista con Guillermo A. Baralt, 9 abril de 2015. 40 Ibíd. 41 The Washington Economics Group, Inc. MARKET FEASIBILITY STUDY For the Establishment of Accelerated Adult Education Programs of the School of Professional Studies of SUAGM in Florida. Presented to: Dean Luis Zayas, Sistema Universitario Ana G. Méndez (SUAGM). Ten years of Excellence in Dual language Education, SUAGM, 2013.24 . 42 Ibíd. 43 Junta de Planificación de Puerto Rico, Perfil de la población migrante, año fiscal 1991, diciembre 1995, 2021. 44 Consúltese detalles de la historia de inmigrantes latinoamericanos en la Florida en Guillermo A. Baralt, Si es Goya tiene que ser bueno: 75 años de historia. 45 Junta de Planificación de Puerto Rico, Características socioeconómicas de los puertorriqueños en los Estados Unidos,1980-1990, abril-junio 1994, 4. 46 Ibíd. 47 Jorge Duany, “La Nación en la diáspora: Las múltiples repercusiones de la emigración puertorriqueña a Estados Unidos”. Revista de Ciencias Sociales, 17, (2007) 125. Cinco de los diez primeros condados de acogida a los puertorriqueños se encuentran en la Florida, a saber: Orange, Osceola, Miami-Dade, Broward y Hillsborough. Véase también la historia de inmigrantes latinoamericanos en Orlando en Guillermo A. Baralt, Si es Goya tiene que ser bueno: 75 años de historia. 48 Junta de Planificación de Puerto Rico, Perfil de la población migrante, año fiscal 1991, diciembre 1995, 20-
21. Jorge Duany, Más allá del Barrio: La diáspora puertorriqueña hacia la Florida, 79. 49 Ibíd., 31. 50 Junta de Planificación de Puerto Rico, Características socioeconómicas de los puertorriqueños en los Estados Unidos,1980-1990, abril-junio 1994, 8. 51 Ibíd. 52 Ibíd. 53 Francisco L. Rivera-Batíz & Carlos E. Santiago, Island Paradox: Puerto Rico in the 1990’s. New York: Russel Sage Foundation, 1996.144. 54 Ángelo Falcón, Atlas of Stateside Puertorican, 44. 55 Ibíd., 7. 56 Ibíd. 57 Consúltese Guillermo A. Baralt, Recuerdos del Porvenir, Historia del Sistema Universitario Ana G. Méndez Vol. I. 235. Guillermo A. Baralt, Si es Goya tiene que ser bueno: 75 años de historia. Capítulo VIII. 58 Ten years of Excellence in Dual language Education. SUAGM, 2013.21. 59 Metro Orlando University Center, Web site 2010. 60 Dr. Samir Kapadia, entrevista con Guillermo A. Baralt, 20 de agosto de 2008. 61 Samir R. Kapadia; http://my.clevelandclinic.org/staff 62 Samir R. Kapadia, entrevista con Guillermo A. Baralt, 20 de agosto de 2008. 63 Ibíd.
CAPÍTULO 7 1
La cita es del periodista argentino Andrés Oppenheimer cuyas columnas aparecen en el Miami Herald. Véase @oppenheimer. 2 PEBPPR, 2008, enero-febrero, 1. Ello se debió al incremento en la demanda de petróleo de la India y China.
PRBPPR, 2006, junio-agosto, 1. Ibíd. 5 Algunas compañías farmacéuticas acogidas a la Sección 936 decidieron permanecer en la Isla más allá de la fecha en la que expiraban los beneficios contributivos (2006), y ampliaron sus instalaciones o construyeron otros nuevos. En 2001, el gobierno de los Estados Unidos, ante un posible éxodo de fábricas, había aprobado el Control Foreign Corporation Act, mediante el cual se concedieron nuevas exenciones contributivas. 6 http://www.bls.gov/cew/data.htm 7 PEBPPR, 2006, Tercer Trimestre, 1. 8 Ibíd. 9 PEBPPR, Primer Trimestre 2007,1. Las ideas y expresiones aquí resumidas corresponden a este volumen. 10 Ibíd. 11 Ibíd. 12 PPRBPPR, Primer Trimestre, 2008. 13 END, 18 de noviembre de 2009,76. 14 El aumento en matrícula fue de 2.2% o 828 estudiantes (de 37,019 durante el 2008 a 37,847 durante el 2009), mientras que el aumento en los costos de matrícula, fue de 2.8% o $120 (de $4,220 durante el 2008 a $4,340 durante el 2009). 15 Compendio de Informes de Junta de Directores del Sistema Universitario Ana G. Méndez, 2007-2008. 16 Ibíd. En asuntos de finanzas esta Junta como las anteriores se beneficiaron de los sabios consejos del director Ivar Pietri. 17 CB, 2013. 18 Otro de estos logros fue la Revista del Instituto de Política Pública. 19 RIPP. Vol. abril 2008, 5-15. 20 Ibíd. 21 Ibíd. 22 Ibíd. 23 Ibíd. 24 Ibíd. 25 Ibíd. 26 Ibíd.
Ibíd. Ibíd. 29 Ibíd.
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Ibíd.
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Ibíd.
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Rafael Hernández Colón, entrevista con Guillermo A. Baralt, 17 de octubre de 2008,
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IPP,Vol.2 Núm. 5,2009,7. Ibíd.
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IPP, Vol.2, Núm. 1, 2005, 40-41. Consúltese también Crónica Presidencial, año 10, Núm. 1 noviembre de 2006..
Ibíd. La descripción del estado de la basura en la Isla lo tomamos de la ponencia de Carl Soderberg según apareció en IPP, Vol.2, Núm. 1, 2005, 40-41 39 Ibíd. 40 Ibíd. 41 AHSUAGM, Declaración de Bilbao, septiembre de 2006. 42 Ibíd. 43 Ibíd. 44 Ibíd. 45 Ibíd. 46 Ibíd, 47 IPP, Vol.2, Núm”1,enero 2009, 12-19 Ponencia de Nickolas J. Themes se tituló “ Manejo adecuado de los desperdicios sólidos mediante su conversión a energía renovable. 48 Carl Soderberg, entrevista con Guillermo A. Baralt 23 de mayo de 2010. 49 Dos ejemplos fueron Miguel Hernández Agosto del Partido Popular y César Vázquez del Partido Nuevo Progresista. 50 www.intenepr.org 51 Estos incluirían plomería, soldadura y reparación de motores “outboard”, entre otros. 52 www.disur.org 53 Con el alza en el precio del petróleo 38
y las recesiones en Estados Unidos durante el periodo que se extendió entre 1974 y 1986, los productos petroquímicos fabricados en la Isla perdieron su mercado y razón de ser. 54 Ante esta realidad, DISUR se convierte en uno de los principales propulsores del desarrollo de este proyecto impulsando actividades tales como: el desarrollo de las zonas de valor añadido, áreas industriales en donde se generará la actividad económica vinculada al puerto; y el Centro Internacional de Excelencia en Transporte y Logística (ICETAL). Además se impulsará la adquisición de un simulador de grúas portuarias que permita fortalecer el adiestramiento y capacitación en la más avanzada tecnología disponible a los trabajadores portuarios de Puerto Rico y el Caribe. El Centro Virtual de Información y Educación Espacio Cibernético suplirá información actualizada sobre indicadores y servicios de la región DISUR de forma, accesible y confiable, dotando a una amplia y variada población (potenciales inversionistas, ciudadanos, estudiantes, visitantes, etc.) con mayores conocimientos y experiencias; además servirá como herramienta para promocionar la región como destino de inversión y turístico. El Centro de Gestión y Promoción Regional cuyo propósito principal es agilizar y facilitar los procesos de orientación, permisos e incentivos económicos fomentará la descentralización y consolidación de los servicios gubernamentales y municipales. Además, incluirá una Oficina de Tecnología Geoespacial para ofrecer servicios especializados a los municipios en áreas de tecnologías de sistemas de información geográfica, teledetección y sistemas de posicionamiento global. Su personal altamente capacitado y la infraestructura necesaria no faltarán para satisfacer las necesidades individuales de los municipios que componen a DISUR.
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LAJDAIPR, 14 de mayo de 2009.
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Este censo aparece citado en 2000 US Hispanic Market, 21.
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Ibíd.
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Ibíd., 40.
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Ibíd., 33.
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Ya hemos contado cómo, durante el decenio entre 1980 y 1989, y en plena crisis económica, los puertorriqueños pusieron sus miras en la Florida.
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Jorge Duany,” Más allá del Barrio: La diáspora puertorriqueña hacia la Florida”, Nueva Sociedad, 201, 78.
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Ibíd.
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Su localización es el 3502-3560 del Enterprize Way.
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Web Site South Florida Campus. Las palabras son de Luis Zayas, 2009.
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BarackObama.com.education, 2009, Organizing for America: Education.
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Ten years of Excellence in Dual language Education, SUAGM, 2013.69.
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Ibíd.
CAPÍTULO 8 END, 24 de enero de 2013. 3. END, 5 de febrero de 2014, 1. 3 EVPR, 20 de octubre de 2014.1. 4 AHSUAGM, José Joaquín Villamil a José F. Méndez, “Estudio sobre las implicaciones para el SUAGM de la transición demográfica”, 3 de febrero de 2014. 5 Jim Collins, Collins, J., Good to Great. New York: Harper Collins Publishers, Inc., 2001. Great by Choice. New York: Harper Collins Publishers, Inc., 2011. How the Mighty Fall: And Why Some Companies Never Give In New York: Harper Collins Publishers, Inc., 2009. 6 La cita en inglés lee: “The single most strategic executive decision is choosing those right people to sit in those seats and drive the bus”. La traducción es nuestra. José F. Mén1 2
dez, Albúm de Recuerdos, 2015, 21. Migdalia Torres, Memorando: La Universidad Ana G. Méndez-Campus Virtual: febrero de 2015. En este documento se fundamenta el relato de la creación de dicha universidad. 8 Migdalia Torres, entrevista con Guillermo A. Baralt.14 de abril de 2014. 9 Ibíd. 10 “Overview STEM+H, Plans at AGMUS”. September 2009. Jorge L. Crespo, Division of Planning and Academic Affairs. 11 Ibíd. 12 Ibíd. 13 www.c3tec.org 14 http://ac.suagm.edu/noticias/observatorio-arecibo-celebra-50-aniversario. END, 20 febrero 2013. También consúltese END, 19 de febrero de 2013. 74-75. 15 END, 19 febrero 2013, 74-75. 16 Véase la historia de su construcción en Guillermo A. Baralt, Una de cal y la otra de arena.: Historia de la Construcción en Puerto Rico, 1493-2004.( San Juan: American General Contractors, Capítulo de Puerto Rico), 2008 17 Ibíd. 18 Ibíd. 19 END, 20 febrero 2013 20 Ibíd. 21 Ibíd. Este proyecto fue la inspiración de la película de cine Contact, de la cual parte fue filmada en el Observatorio en 1996. 22 Ibíd. 23 Crónica Presidencial, marzo 2012, año 14, núm 1. 24 Ibíd. 25 http://ac.suagm.edu/noticias/observatorio-arecibo-celebra-50-aniversario 26 Ibíd. 27 Carlos Padín y María Charneco, entrevista con Guillermo A. Baralt, 2015. 28 http://ac.suagm.edu/noticias/observatorio-arecibo-celebra-50-aniversario. El científico Michael Nolan quedó 7
a cargo del radar planetario. De inmediato informó que para esos días se concentran en el estudio de asteroides que conllevaron trasmisiones del asteroide Apophis. Debía pasar en ese momento y volver en el 2039. Al hacerse público dicho estudio, Pepe añadió que “hasta dentro de unos 750 años no vemos peligro de que un gran asteroide nos impacte”.END,20 de febrero de 2013. 29 Ibíd. 30 Ibíd. 31 Crónica Presidencial, marzo 2012, año 14,núm 1. 32 http://ac.suagm.edu/noticias/observatorio-arecibo-celebra-50-aniversario 33 dev.suagm.edu/.../instituto-fotonica-puerto-rico-prp. 34 http://www2.suagm.edu/umet 35 Ibíd. 36 Ibíd. 37 Héctor Rivera, entrevista con Guillermo A. Baralt, 12 de noviembre de 2013. El proyecto está sobre el tapete. 38 Recursos Externos al Día, Volumen 11, ejemplar 1, Abril 2015,1. 39 Ibíd. 40 Ibíd. 41 Véase Guillermo A. Baralt, Historia del Tribunal Federal en Puerto Rico 1899-1999, (San Juan: Publicaciones Puertorriqueñas, 2004).468-469. 42 Ibíd. 43 Ibíd. 44 Ibíd. 45 Véase Guillermo A. Baralt, Recuerdos del Porvenir, 193-194. 46 Ibíd. 47 Ibíd. 48 Tony Ortíz, entrevista con Guillermo A. Baralt, 3 de junio de 2014 y 7 de abril de 2015. 49 Jeffrey W. Goltz, “A Central Florida Training and Education Partnership for the Transformation and Sustaina-
ble Reform of Law Enforcement in Puerto Rico: Best Practices from Valencia College and the Orlando Police Department.”, International Association of Chief of Police conference, Orlando, Florida. October 27, 2014 50 Tony Ortíz, entrevista con Guillermo A. Baralt, 3 de junio de 2014 y 7 de abril de 2015. 51 Department of Justice of the United States, Civil Rights Division, September 5, 2011, 12. Véase también American Civil Liberties Union (ACLB) Isla de impunidad: Policía de Puerto Rico; al margen de la Ley. junio de 2012. El 19 de junio de 2012 la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLB) dio conocer su “Isla de impunidad Policía de Puerto Rico al margen de la Ley que concluyó que “la fuerza policial está plagada por una cultura de violencia y corrupción”. El informe denunció numerosas violaciones constitucionales que incluyeron el uso excesivo de la fuerza. 52 Department of Justice of the United States, Civil Rights Division, .September 5, 2011, 12 53 Ibíd., 5 54 Ibíd., 61-63 55 Ibíd. 56 Ibíd. 57 Ibíd. 58 Ley Núm. 19 del 12 de mayo de 1977, según enmendada. Sec. 1 Título corto. (21 L.P.R.A. sec. 1061) Esta ley se denominaría “Ley de la Policía Municipal”.(Enmendada en el 1996, ley 45) Sec. 59 Ibíd. 60 Ibíd. 61 Ibíd. 2. 62 Ibíd. 63 CP, marzo 2011. 64 Ibíd. 65 LexJuris, Ley Núm. 48, 4/6/2011. 66 “Ten Years of Excellence in Dual Language”, SUAGM, 13. 67 Ibíd.
Ivonne Cádiz, entrevista con Guillermo A. Baralt, 8 de abril de 2015. 69 Anteriormente se habían realizados importantes consorcios educativos con importantes instituciones educativas universitarias en los Estados Unidos. 70 Alcanzando la Excelencia a través de la Internacionalización, SUAGM, 2013. El marco teórico adoptado por el SUAGM Méndez suscribía la definición de Internacionalización de Jane Knight (2003) como “el proceso de integración de la dimensión internacional con el propósito, las funciones y los productos de la educación post-secundaria. 71 Ibíd. 72 Antonio J. Monroig, entrevista con Guillermo A. Baralt, 13 de abril de 2015. 73 Ibíd. 68
CONCLUSIÓN Jofran Méndez y María Cristina González, entrevista con Guillermo A. Baralt 5 de mayo de 2014. 2 Ibíd. 3 María Martínez, entrevista con Guillermo A. Baralt, 19 de agosto de 2015.La reconstrucción de las actividades de ese día la fundamentamos en esta entrevista. 4 Ivonne Y. Rosario, FANÁTICO #1, Redacción Campus. 5 Una de estas fuentes era José (Pepito) Díaz, de la Universidad del Turabo. 6 Jorge H. Garófalo Pastrana, MENSAJE PARA EL PRESIDENTE JOSÉ F. MENDEZ, 14 de noviembre 2014. 7 Ibíd. 8 Ibíd. 9 José F. Méndez Inauguración Centro Deportivo de UMET, 12 de noviembre de 2010. 10 Ibíd. 1
Ibíd. Margarita Millán, entrevista con Guillermo A. Baralt, 14 de febrero de 2014 13 Héctor Rivera, entrevista con Guillermo A. Baralt, 12 de noviembre de 2013. El autor agradece la colaboración del arquitecto Rivera en esta sección. 14 Ibíd. 15 Ibíd. 16 Ibíd. 17 Ibíd. 18 Anteriormente se habían realizado consorcios educativos con importantes instituciones educativas universitarias en los Estados Unidos. 19 Alcanzando la Excelencia a través de la Internacionalización, SUAGM, 2013. Agradecemos la ayuda en esta sección de David Méndez quien fue entrevistado por Guillermo A. Baralt el 18 de febrero de 2015. 20 Ibíd. 21 Ibíd. 22 Ibíd. 23 Aunque en menor grado, un empuje parecido ocurría en el Capital Area Campus en Wheaton, Maryland. Su crecimiento lo limitaba el que una parte de los grupos étnicos hispanos de sus alrededores no fueran ciudadanos estadounidenses y por lo tanto no pudieran ser elegibles para las becas Pell. Entonces había la esperanza de que con la escuela de artes culinarias se atraería a una nueva oleada de estudiantes. 24 De la Universidad Metropolitana se tomaron AS Ingeniería Tecnología de Redes de Comunicación de Dispo11 12
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sitivos Computadorizados, AS Ingeniería de Tecnología Eléctrica, BS en Gerencia de Hoteles, BS en Psicología, BS en Gerencia de servicios de Salud, BA en Educación Preescolar/ Primaria, BA en Educación Especial, MS en Liderazgo Educativo, MPA en Gerencia Pública y Sin Fines de Lucro, MS en Educación Bilingüe y MEd en Administración de Educación de Adultos. De la Universidad del Este, BS Justicia Criminal, MBA Contabilidad, MBA Finanzas MBA Recursos Humanos, MBA Gerencia, MBA Liderazgo en Manejo de Proyecto y de la Universidad del Turabo, BA en Educación Primaria, BA en Educación Secundaria, BA en Matemáticas, BBA en Contabilidad, BBA en Gerencia, BBA en Mercadeo, BBA en Sistemas de Información Computadorizada, BSN en Enfermería, MEd Orientación y Consejería, MEd Enseñanza del Inglés como Segundo Idioma, MEd Diseño Instruccional e Integración de Tecnología (E-learning), MSN Enfermería en Práctica Avanzada de Familia y MSPA Justicia Criminal. 25 PH, 5 de febrero de 2015. 5. 26 Ibíd. 27 Ten years of Excellence in Dual Language Education, SUAGM 2014. 69. 28 Alcanzando la Excelencia a través de la Internacionalización, SUAGM, 2013. 29 Ibíd. 30 Ibíd. También consúltese Caribseek News, Junio 18, 2014 y www. suagm.edu/becasinternacionales o www.oas.org. 31 Ibíd. 32 IASUAGM,2013-2014,29.
José F. Méndez, Álbum de Recuerdos, 2015. 34 CB, November 13, 2014.1. 35 Ibíd. 36 Ibíd. 37 ARSUAGM, Beyond Academics, 2013-2014, 26. 38 CB, June 13, 2013. La traducción es nuestra. José F. Méndez, Álbum de Recuerdos, 2015, 21. 39 Ibíd. 40 Ibíd. 41 Ibíd. 42 Confidential Presidential and Board Review Ana G. Méndez University System, March 15, 2012. También hemos consultado y citado a Juan R. Melecio, Resumen de los trabajos de reunión de Junta de Directores, Costa Rica, 15 de octubre de 2013. 43 AHSUAGM, Biografía de José F. Méndez, Papel suelto, 2013. 44 AHSUAGM, Correspondencia, William Miranda Marín a José F. Méndez, 31 de octubre de 2005. 45 Ibíd. 46 Ramiro Millán, entrevista con Guillermo A. Baralt, 12 de noviembre de 2013. 47 Migdalia Torres Rivera tiene un doctorado en Educación. 48 JDSUAGM, 16 de Julio de 2015 49 Ibíd. 50 http://ac.suagm.edu/noticias/connuevo-rector-umet 51 Margarita Millán, entrevista con Guillermo A. Baralt, 14 de febrero de 2014. 52 CB, November 13,2014. 33
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SIGLAS AFSUAGM,
Archivo Fotográfico Sistema Universitario Ana G. Méndez
BGF
Banco Gubernamental de Fomento
CB
Caribbean Business
LAJDAIPR
Libro de Actas de la Junta de Directores, Asociación de Industriales de Puerto Rico
IPP
Instituto de Política Pública
LAJDSUAGM
Libro de Actas de la Junta de Directores, Sistema Universitario Ana G. Méndez
ALF
Archivo Luis A. Ferré
PPRBPPR
Progreso en Puerto Rico, Banco Popular de Puerto Rico
END
El Nuevo Día
EV
El Vocero de Puerto Rico
EM
El Mundo
MP
Marcos Pastrana
RIPP
Revista del Instituto de Política Pública
USFG
United State Federal Government
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ÍNDICE ONOMÁSTICO A Academia de la Policía; 264 Accelerated Discipline-Based Dual Language Inmersion Model; 200 Acevedo Vilá, Aníbal; 180, 222, 224 Administración Comercial; 67 Administración de Empresas y la Administración de Derecho al Trabajo; 96 Administración Pública en la Universidad de Puerto Rico; 55 Aeropuerto Internacional de Isla Verde; 33 Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA); 148 Agencia para la Protección del Ambiente (EPA); 226 Agencia para la Protección del Ambiente de los Estados Unidos; 230 AGMUS New Ventures; 200 Aguada; 1 Aguas Buenas; 112 AHORA (programa); 143, 176, 197, 248 Air Reserve Training Officer Corp ROTC; 28 Al Qaeda; 179 Alabama; 200 Alberto Maldonado; 118, 130, 139, 192, 229, 245, 275, 293, 300, 303 Alegría, Ricardo E.; 51, 113, 112 Alemania; 15 Alianza Multisectorial; 217 Alicea, Dennis R.; vi, xii, 130, 151, 152, 154, 187, 193, 195, 229, 248, 300, 301, 303 Amadeo Murg, Antonio J.; 132 Amadeo Murga, Antonio; 87, 123, 134 American Council on Education (ACE); 274 Ana G. Méndez Memorial Trust Fund; 76 Aponte Dalmau, José; 219 Aponte De La Torre, José; 186 Aponte, José C.; 232 Arecibo; 157, 158, 246 Argentina; 273 Arroyo González, Sixto; 22 Asamblea Legislativa; 77, 78, 221, 222, 225, 264 Asia; 15 Asociación de Colegios del Sur; 28
Asociación de Colegios y Universidades Privadas; 221 Asociación de Industriales de Puerto Rico; 223, 243 Asociación de Maestros Universitarios; 75 Association of Governing Boards of Universities and Colleges; 214 Autoridad de Carreteras; 241 Autoridad de Energía Eléctrica (AEE); 229, 241 Autoridad de Fuentes Fluviales; 69 Autoridad para el Financiamiento de Facilidades Industriales; 93 Avenida Luis Muñoz Rivera; 19, 20 Ayala Rodríguez, Ramón Luis; 300 B Baldrich (urbanización); 20 Baldrich (urbanización); 21 Banco Bilbao Vizcaya; 167 Banco Gubernamental de Fomento; 93, 242 Banco Mundial; 274 Banco Santander de Puerto Rico; 159 Barceloneta; 186, 187, 188, 189, 190, 191, 227, 229, 257, 259, 286, 314 Barrio Obrero; ix, 1, 2, 9 Basic Education Opportunity Grant (BEOG); 76, 81 Bayamón; 119, 186 Behn, Hernand; 3 Benítez, Celeste; 121 Benítez, Jaime; 41, 47, 71, 166 Bermudas; 22 Bernier, David; 281, 294, 301 Berríos, Efraín; 51 Berríos, Luis; 66 Betancourt Lebrón, Ismael; 260 Bin Laden, Osama; 179 Bordeaux (Francia); 229 Borito Díaz, Anita, Mimi,; 42 Bosque de Investigación Experimental de California; 149 Boston University; 124 Boston; 22 Bouwsma, Frank; 86 Broward; 197, 237, 238, 239, 314
Buck, Christopher; 246 Burckhart, Mabel; 123 Burgos, Luis; 239, 270, 293, 303 C C. Brewer; 48 Cabo Rojo; 144 Cádiz, Ivonne; 271 Caguas-Gurabo; 48 Caguas; 50, 119 Cámara de Comercio Americana de Perú; 290 Cámara de Delegados; 12 Cámara de Representantes; 219 Campamento Punta Lima; 261 Canadá; 225 Canóvanas; 118, 235 Caribbean Business; 297 Caribbean Central American Action; 290 Caribe; 22, 200 Carolina; 118 Carrera, Francisco; 76 Carretas, Francisco; 192 Cartagena, Rafael; 111, 152 Casiano, Manuel; vii Catalá, Francisco; 216 Cataño; 69 Cayey; 48, 112, 157, 184, 185, 314 Celia Cintrón; 123, 132 Center for the Research and Education in Optics and Lasers; 258 Central Florida Technology Corridor; 183 Central High School; 3, 8, 9 Centro Criollo para Ciencia y Tecnología; 185 Centro de Estudios Televisados; 64, 83, 86, 87, 118, 119, 152 Centro de Excelencia de Tecnología Avanzada (CETA); 188 Centro de Investigación del Ambiente del Instituto Smithsonian; 149 Centro Internacional de Energía Renovable, Aeroespacial, Turbulencia y Educación; 230 Centroamérica; 200 Chardón, Carlos; 83 Charleston; 22
Chase Manhattan Bank; 42, 43 Chicago; 71, 199 Cidra; 112 Cidre, Manuel; 223, 295 Citadel; ix, xviii, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 42, 45, 55, 307 Clark Hall, Mark; 27 Cleveland Clinic Foundation; 173, 250 Cleveland Clinic; 203 Clínica Mayo; 172 Clinton, William (Bill); 127, 128, 129, 227 Coamo; 144, 157 Código de Rentas Internas Federal; 90, 91 Cofresí, Ana; 14 Colegio de Abogados; 261 Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de la Universidad de Puerto Rico; 12, 36 Colegio de Profesionales de la Enfermería; 140 Colegio del Sagrado Corazón; 38 Colegio Metropolitano; 43, 61, 75, 93 Colegio San José; 21 Colegio Underwood Pitman; 16 Colegio Universitario del Este; xii, 130, 134, 135, 140, 143, 144, 177, 212 Colegio Universitario del Sagrado Corazón; 37 Colegio Universitario del Turabo; x, xi, 45, 49, 50, 51, 53, 59, 61, 62, 65, 66, 74, 75, 76, 87, 111 Colegio Universitario Metropolitano; 65, 73, 94, 114, 115, 116, 117, 119, 121, 139 Colegios Regionales; 48, 79, 140, 141, 170 Colón, Hilda; 251, 258 Colorado, Antonio J.; 93, 309 Comisión de Gobierno y Asuntos Laborales del Senado; 223 Comisionado Residente de Puerto Rico en Washington, D.C; 71 Comité Olímpico de Puerto Rico; 281, 282 Commonwealth Oil Refining Co. (CORCO); 69 Community College de Vermont; 85 Compañía de Fomento Industrial; 32 Comprehensive Employment Training Act; 90 Compu Campus; 100 Condado; 3, 4
324 325
Congreso de los Estados Unidos; 17, 34, 35, 80, 92, 244 Consejo Americano de Educación; 274 Consejo de Educación Superior; 164 Consejo de Educación Superior; 97 Consejo Superior de Enseñanza; 31 Constitución de los Estados Unidos; 35 Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico; 223 Consuelo Escalona (escuela); 46 Contract with America; 129 Control Foreign Corporation Act; 187 Convención Constituyente; 34 Cordero, Rafael; 3 Corozal; 116, 145, 187 Corrada del Río, Baltazar; 76 Cosme Ortiz, Wilfredo; 245 Cosovo; 273 Costa Rica; 273, 285 Cox, Anitza; 226 Crespo, Jorge; vi, 131, 204, 252, 282, 302 Cruz, Miriam; 102 Cruz Manzano, Juan A.; 187, 219, 220 Cruz Roja; 54, 85, 171 Cruz Skerret, José de la; vi Cruz Rivera, Mayra; vii, 282, 292, 303 Cuadernos de Política Pública; 217 Cupey; 46, 47, 65, 66, 115, 117, 119, 145, 173, 177, 283, 287 D Daddy Yankee; 300 Dade; 86, 197, 236, 237, 238, 239, 312, 314 Daley, Richard J. (alcalde de Chicago); 102 Daremblum, Jaime; 273 Dávila, Alfonso; vi, 131282, 290, 302 Dawes, William; 139, 155 Declaración de Bilbao; 229 Declaración de Madrid; 212 Declaración de Portugal; 194, 211 Defilippi, Aldo R.; 290 Delano Roosevelt, Franklin; 15, 16 Delaware; 42 Denison, Richard L. (juez); 74 Departamento de Comercio Federal; 120 Departamento de Educación Federal; 92, 98
Departamento de Educación; 101 Departamento de Energía; 105, 109 Departamento de Gastroenterología y Hepatología de la Cleveland Clinic Foundation; 173 Departamento de Instrucción Pública; 107 Departamento de Justicia; 262 Departamento de la Vivienda; 96 Departamento de Servicio a la Familia; 159 DeRocco, Emily; 190 Desarrollo Integral del Sur Inc. (DISUR); 235 Díaz Bonnet, Rafael; vi, 22, 51 Díaz Méndez, María; 51 Díaz Méndez, Rafael; 51 Díaz, Jesús A.; 131 Digital Equipment Corporation; 64 DiMartino, Rita; 123 Distrito de Columbia; 37, 42 Dole, Robert (senador); 91 Domingo Pérez, José; 190, 212 Dorado; 158 Dyer, Buddy; 197 E Earth Engineering Center; 230 Echegaray, José; 119 El Comandante; 45 El Morro; 17 El Mundo; 87 El Vocero de Puerto Rico; 141 Electronics Technicians Association; 258 Empire State College; 85 Endara, Tasha; 295 EnviroSafe Industrial Services Corporation of Puerto Rico; 191 Escalona, Jaime; 123, 132, 211 Escuela de Administración Pública; 36 Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana; 229, 257 Escuela de Cooperativismo; 36 Escuela de Derecho de la Universidad de Georgetown; 71 Escuela de Estudios Profesionales; 143 Escuela de Medicina Tropical; 36 Escuela de Medicina y el Instituto de Relaciones del Trabajo; 36 Escuela Hotelera de San Ignacio de Loyola en Lima; 273
Escuela Lincoln; 5 Escuela Pedro F. Colberg; 6 Escuela Secundaria Especializada en Ciencias, Matemáticas y Tecnología; 251 España; 229 Estación Experimental Agrícola; 36 Estado Libre Asociado de Puerto Rico; 34, 241 Estados Unidos; xi, xii, xiv, xvii, 9, 10, 15, 16, 17, 21, 22, 26, 27, 28, 31, 33, 34, 35, 36, 37, 39, 61, 69, 75, 80, 81, 82, 85, 89, 92, 93, 96, 98, 101, 102, 103, 104, 106, 109, 119, 120, 121, 124, 127, 128, 129, 130, 131, 136, 137, 138, 147, 149, 150, 155, 157, 160, 161, 165, 176, 179, 183, 195, 196, 197, 198, 199, 200, 201, 207, 209, 222, 226, 227, 230, 231, 233, 237, 238, 239, 241, 244, 248, 251, 255, 256, 260, 261, 262, 264, 270, 271, 272, 273, 275, 283, 287, 290, 291, 292, 293, 294, 304, 307, 308, 310, 314, 315, 317, 319 Estudios Técnicos Inc.; 242 Eugenio María de Hostos Community College; 160 Europa; 15, 300 Evans, Richard; 163 Excellence in Education Award; 190 F Facultad Médica de la Universidad de Tishreen; 172 Fajardo; 118, 158 Feliciano, Héctor A.; 123 Fernández Blasini, Nelson; 82 Ferré, Luis A.; 77, 78, 309, 319, 321 Ferrero, Eduardo; 273 Fiallo, Miguel R.; 194 Figueroa Toro, Armando; 87, 118, 119, 132 Figueroa, Manuel; 226, 295 Figueroa, Rogelio; 224 Filadelfia; 22, 199 Filipinas; 15 Financiamiento de Facilidades Industriales, Comerciales y de Control de Contaminación Ambiental; 94 Fiol, Miguel; xiv, 171, 172, 250, 252, 312 Fish & Wildlife Department; 227 Florida Department of Law Enforcement; 263
Florida; 197, 199, 200 Fomento Económico; 31 Fomento Industrial; 70 Fonalledas, Zoraida; 301 Fondo Educacional; 77 Fontánez, Sol Luis; 186, 187 Fort Laudardale; 238 Fortuño, Luis; 123, 221, 224 Francia; 15, 229 Friedman, Jonathan S.; 258 Fuerza Aérea; 28 Fuerzas Armadas; 17 Fulbright Scholar Program; 293 Fundación Ángel Ramos; 246, 257 Fundación Carnegie; 107 Fundación Educativa Ana G. Méndez; x, xi, 1, 46, 54, 56, 57, 59, 61, 63, 64, 67, 71, 72, 74, 76, 77, 81, 84, 85, 86, 87, 89, 92, 93, 94, 95, 97, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 106, 107, 109, 111, 112, 113, 114, 116, 117, 118, 125, 127, 130, 137, 138, 162, 192, 308, 309, 310 Fundación McArthur; 145 Fuster, Jaime B.; 166
González Monclova, Luis; 87, 132
G Gamundi, Bartolomé; 121 García Feliú, Luis; 181, 189 García Méndez, Manuel; 55, 56, 61 García Mullick, Florabel; xv, 136, 137, 213, 214, 249, 310 García Padilla, Alejandro; 241 García Passalacqua, Juan Manuel; 53, 55, 61, 87, 102 García, Edwin; 187 García, Ramón; 271 Gaztambide, Mario; 211 Georgetown University Hospital Medical School; 136 Georgetown University; 22, 136 Georgia; 200 Gobierno de Puerto Rico; 33, 38, 80, 84, 89, 164, 165, 188, 242, 294, 314 Gobierno Federal; 18, 89, 90, 165, 171 Goldstein, Michael; 190 Goltz, Jeffrey; 263 González Cofresí, Ana; 1 González Lamela, Juan Manuel; 50, 51, 61, 75, 82, 111, 116, 123, 151, 152, 310
Gutiérrez, Elías; 216
González Vales, Luis; 117 González, Gonzalo; 250 González, José Luis; 113 González, María Cristina; 277 Gordon, William; 254 Gran Bretaña; 15 Gran Depresión Económica; 10 Gran Depresión; 209 Grecia; 14, 17 Guam; 120 Guardia Municipal; 267 Guayama; 112, 261 Guayanilla; 280 Guaynabo; 145 Guerra Civil; 27 Guerra de Corea; 25 Guerra de Vietnam; 69 Guerra del Yom Kippur; 69 Guerra Irán-Irak; 89 Gurabo-Caguas; 66 Gurabo; 45, 112
H Hall, Jenkins; 27 Haro, Antonio J. de; 123, 210, 211 Harvard University Law School; 53 Hawaii; 15 Hemisferio Occidental; 69 Hernández Agosto, Miguel; 250 Hernández Colón, Rafael; 57, 91, 93, 193, 218, 219, 220, 313, 315 Hernández, Carmen; 68 Hewlett Packard; 159 Hill, Barbara; 274 Hispanic Association of Colleges and Universities; 196 Hispanic Educational Telecommunications Services (HETS); 160, 196 Hogar de la Iglesia Presbiteriana; 36 Homar, Lorenzo; 113 Hotel Condado Vanderbilt; 3 Hourruitiner, Rolando; 300 Houston; 203
Humacao; 112 Hungría; 273 Huyke, Emilio; 68 I Iglesia Católica; 38 Iglesia San Jorge; 4 Illinois; 197 Iniciativa Tecnológica Centro Oriental (INTECO); xiv, 184, 185, 186, 187, 217, 225, 232, 234, 235, 236, 252, 253, 295, 297, 298, 313 Iniciativa Tecnológica Centro-Oriental; 184 Iniciativa Tecnológica del Norte (INTENOR); 187, 217, 225, 232, 235, 295 Instituto de Cultura Puertorriqueña; 51 Instituto de Fotónica de Puerto Rico; 257, 258 Instituto de Justicia Criminal del Valencia College; 267 Instituto de Literatura Puertorriqueña; 36 Instituto de Política Pública; xiii, xvi, 123, 152, 163, 181, 215, 216, 217, 218, 222, 225, 226, 227, 231, 232, 250, 252, 305, 310, 315, 320, 321 Instituto de Seguridad y Protección; 263, 264, 265, 266, 267, 268, 269 Instituto Politécnico de Puerto Rico; 37 INTENE; xiv, 217, 225, 232, 233, 234, 235, 236, 295, 297 Interferon; 173 Internacional en Fletcher School of Law; 53 International Business Machine (IBM); 156 Investigation of the Puerto Rico Police Department; 264 Irizarry, Guillermo; 56, 57 Irizarry, Janina; 300 Irizarry Mora, Edwin ; 224 lrizarry Rubio, Guillermo; 87 Islas Vírgenes; 42, 120 Isle de Palms; 27 J Jackson State University en Mississippi; 101 Jackson State University; 102, 103 Japón; 229 Jarabo, José Ronaldo; 166 Jesús T. Piñero (avenida); 94
326 327
Jesús T. Piñero; 17, 246 Jesús, María Mercedes de; 271 Jesús, Néstor de; 123 Jesús, Victoria de; vi, 131, 222, 282, 301, 302 Jiménez Juarbe, Héctor; 87 Jiménez, Carlos R.; 123 Jiménez, Héctor; 300 Jiménez, Juan J.; 123 Jiménez, Oscar; 234 José A. (Tony) Santana International School of Hospitality and Culinary Arts; 246 José de Diego (calle); 16 Juegos Panamericanos de Guadalajara; 282 Juncos; 112 Junta de Calidad Ambiental de Puerto Rico; 226 Junta de Directores; 211 Junta Internacional; 290 Junta Nacional de Relaciones del Trabajo; 75 K Kapadia, Samir R.; 203, 204, 250, 315 Kapadia; 205 Kathy Saar Méndez; 51 Kentucky; 200 Kerr, Bob; 256 Kirkpatrick, John I.; 79, 80 L La Russo (doctor); 172 Labarca, René; 144, 145, 147 Laboratorio Nacional de Oak Ridge; 149 Labra, Rafael M. de; 3 Laguna del Condado; 2 Lama, Dalai; 203 Las Casas (campamento); 2 Las Piedras; 112 Lasers and Photonics Career Pathways; 259 Lawrence Berkeley Laboratory; 101, 102, 103, 104, 106, 107, 109, 309 Lawrence Livermore; 108 Lebendiker, Adrián; 295 Lehman College en el Bronx; 161 Levens, Marie; 293 Levis, Salvador; 167 Ley de Artículos de Uso y Consumo; 78 Ley de Municipios Autónomos; 184, 219, 221
Ley del Fondo Educacional; 80 Ley Pública 600; 35 Ley Puertorriqueña de Relaciones Federales; 35 Ley Taft Hartley; 74 Link, Down; 120 Livermore Laboratory; 109 Lloveras Méndez, Andrés; 277, 296 Loíza; 3, 118 Long Construction; 50 López, Isaías; 61 Louveau, Norman; 82 Lozada, Ivonne; 226 Luisiana; 200 Luquillo; 118 M Mack, Robert; 163 Maldonado, Sayra; vi, 302 Manatí; 144, 158, 187, 191, 219, 220, 229, 311 Manila; 15 Marina de Guerra de los Estados Unidos; 233 Marrero, Domingo; 117 Martín Peña (caño de); 2 Martínez, Guillermo L.; 246 Martínez, Herminio; 226, 301 Martínez, Jessica; 224 Martínez, Luis; 119 Martínez, María; vii Maryland Higher Education Commission; 271 Maryland; 42 Massie, Samuel P.; 253 Matheu, Federico; xii, 130, 144, 147, 150, 183, 194, 216, 229, 230, 243, 255, 300, 301, 302 Mayagüez; 12, 36, 83, 84, 155, 158, 269, 308, 312 McTigue, Maurice P.; 225 Melecio, Juan R.; vi, 214 Meléndez, Aníbal; 232, 235 Méndez Alayón, Enid; 51 Méndez de Díaz, Grecia; 51 Méndez de Saar, Dora; 14, 17, 51 Méndez González, José F.; 51 Méndez Méndez, José; 277 Méndez Rivera, José; 1, 11, 51
Méndez, Ana Grecia; 45, 51, 277, 296 Méndez, David; 274, 293, 301 Méndez, Enid; 45 Méndez, Grecia; vi, 297 Méndez, Jofran; 296 Méndez, José F., Jr.; vi, 51, 277, 282, 292, 293, 296, 303 Méndez, José Fernando; 296 Méndez, Justo; 226 Menéndez, Bob; 227 Mercado, Ferdinand; 290 Mercatus Center de George Mason University; 225 Metro Orlando Campus; xiv, 197, 198, 199, 200, 201, 203, 238, 239, 262 Metro Orlando Economic Development; 183 Metropolitan Institute of Research; 287 México; 113, 200 Miami Dade Junior College; 86 Miami; 236 Middle States Association of Colleges and Secondary Schools; 37, 38, 42, 96, 116 Middle States Commission on Higher Education del Estado de la Florida; 238 Middle States Commission on Higher Education; 271 Millán, Margarita; vi, 282, 301, 303 Millán, Ramiro; 301 Minnesota Metropolitan State College; 85 Miramar; 2, 4 Miranda Marín, William; xiii, 178, 181, 182, 183, 184, 186, 187, 219, 220, 229, 230, 251, 298, 299, 313, 318 Miranda Torres, William; 234, 298 Mississippi University for Women; 160 Mississippi; 102, 200 Modelo Sistémico de Educación a Distancia; 248 Modesto, Federico J.; 51, 61, 62, 67 Molina, Isabelo; 187 Molina, José A.; 61, 114, 115 Monroig, Antonio; vi, 190, 271 Morales, Manuel A.; 123 Morales, Yamílle; 295 Moreno, Rita; 301 Municipalidad de Orange; 262 Municipio de Naguabo; 102 Muñiz Souffront, Alfredo; 15, 40
Muñoz Marín, Luis; 33 Muñoz, Nicolás; 230 Museo y Centro de Estudios Humanísticos Josefina Camacho de la Nuez; 246 Museo y Centro de Estudios Humanísticos; 112 N Naguabo; 157 Naranjito; 116, 145 National Aeronautics and Space Administration (NASA); 138, 149, 155 National Association of Independent Colleges and Universities; 196 National Astronomy and Ionospheric Center; 254 National Center for Optics and Photonics; 258 National Defense Act; 27 National Science Foundation; 138, 155, 251, 254, 255 National Telecommunications and Information Administration; 119, 159 National University Continuing Education Association; 96 Nazario , Abel; 219 Nazario, Syndia; 271 Negrón, Santos; 134 Neumann, Henry; 281 Nevárez, Margarita; 189 New Jersey; 42 New Mexico Highland University; 109, 155 New Mexico State University; 156 New York; 42 Nicaragua; 273 Nin, Manuel; 19 Noriega, Ana Ilia; 61 North Carolina A & T State University; 109 North Carolina; 200 Nueva Jersey; 198 Nueva York; 22, 197, 198 Nueva Zelandia; 225 Nyquist, Edward B.; 42 O O’Neill, Héctor; 219, 233 Oak Ridge; 107 Obama, Barack; 239
Observatorio de Arecibo; xvi, 246, 256, 257 Océano Atlántico; 22 Odom, Thomas; 163 Oficina de Desarrollo Económico y Comercialización; 182 Oficina del Censo; 237 Ohio University; 139 Operación Manos a la Obra de la Administración; 31 Organización de Estados Americanos; 293 Organización de Naciones Unidas; 27, 275 Organización de Países Exportadores de Petróleo; 69 Organizing for America: Education; 239 Orlando; xiv, xvi, 183, 197, 198, 199, 200, 201, 203, 238, 239, 262, 263, 268, 270, 271, 291, 314, 317, 319 Ortiz, Antonio; 262, 263 Osceola; 199 Oyarzábal, Antonio; 273 P Pacífico; 15 Padín, Carlos; vi, 229, 247, 258, 293, 300, 301, 303 Pagán, Florencio; 15 Palm Beach; 237, 238 Parque Científico INTENOR; 257 Partido Demócrata; 92, 102, 122 Partido Popular Democrático; 180 Passalacqua de García, Josefina; 53 Patillas; 112 Pearl Harbor; 15, 16 Pell (beca); x, xii, xv, 76, 80, 81, 90, 115, 122, 125, 140, 162, 164, 166, 168, 169, 170, 171, 243, 244, 268, 309, 317 Pell, Claiborne (senador); 80 Pennsylvania; 197 Pentágono; 179 Pérez, Gamaliel; 111 Pérez. Ferdinand; 229 Pierluisi, Jorge A.; 123, 211 Pierluisi, Pedro; 224 Pietri, Ivar; 123 Pizá, Juan; 82 Plan de Desarrollo Tecnológico; 176 Plan de Ordenamiento Regional; 190 Policía de Orlando; 262
Policía de Puerto Rico; xvii, 241, 260, 262, 264, 265, 267, 317 Polonia; 15 Ponce; 39 Programa de Servicios Educativos Especiales (PROSEE); 95 Programa Mentor; 111 Public Broadcasting Service; 120, 157 puente Dos Hermanos; 3 Puerto de Las Américas Rafael Cordero Santiago; 236 Puerto Rico Elementary School; 19, 20, 21 Puerto Rico Energy Center en la Universidad del Turabo; 253 Puerto Rico Energy Center; 185 Puerto Rico High School of Commerce; ix, x, 15, 16, 18, 19, 20, 21, 26, 39, 42, 43, 46, 53 Puerto Rico Junior College; ix, x, xi, 19, 20, 26, 31, 38, 39, 40, 41, 42, 43, 46, 47, 48, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 61, 62, 65, 66, 71, 72, 73, 76, 81, 82, 83, 86, 87, 93, 94, 95, 96, 98, 103, 109, 113, 117, 119, 139, 140, 141, 162, 306, 308, 309, 311, 319 Puerto Rico Reconstructión Administration (PRRA); 83 Puig, Hiram H.; 66, 83 Puntilla; 7 Q Qiannan Normal University en China; 275 Quintana, Javier; 230 R Radiotelescopio de Arecibo; 251, 255 Ramírez Commercial High School; 16 Reagan, Ronald; 89, 90 Red de Varamientos; 147 Regis University; xii, 134, 135, 200, 271, 292 Rensselaer Politechnic Institute; 156 República Checa; 275 República Dominicana; 273 Respuestas de Prescripción Variable; 64 Reynolds, Michael J.; 61 Ribavirim; 173 Río Grande; 118, 158 Río Piedras; x, 12, 13, 16, 19, 20, 21, 43,
328 329
46, 47, 52, 65, 72, 84, 116, 117, 119, 139, 140, 141, 143, 145, 171, 186, 261, 306, 307, 309, 312, 313, 319, 320 Ríos, Juanita M.; 55 Rivas, Pablo; 277 Rivera Morales, Víctor; 79, 82 Rivera, Héctor; 283 Rivera, Samuel; 293 Roca, Gaspar; 141 Rockefeller (familia); 43 Rodríguez Cancel, Jaime; vi Rodríguez Juliá, Edgardo; 301 Rodríguez Quetglas, María; 87 Rodríguez, Eileen; 277 Rodríguez, Juan E.; 295 Rodríguez, Maribel; 252 Rodríguez, Salvador; 275 Rodríguez, Victoria; 216, 230, 243, 290 Román, Rafael; 226 Roosevelt Roads; 233 Rosado, Carmen; 301 Rosado, Julio; 113 Rosales, Manuel; 290 Rosario Vélez, Sara; 281 Rosselló, Pedro; 189, 250 Rosselló, Ricardo; 204 Rossi, Josen; 236, 243 S Saar Méndez, Ray; 51 Saar Méndez, Vicky; 51 Saar, Bill; 51 Sala Jesús Martínez Battle; 246 Salazar, Alfredo; 224 Saldaña, Jorge; 263, 265 Samoa; 120 San Ciprián (huracán); 10 San Felipe (huracán); 7, 9, 12 San Germán; 37 San Juan; ix, 1, 2, 5, 7, 9, 12, 15, 16, 21, 29, 33, 38, 43, 48, 50, 51, 57, 74, 82, 83, 84, 97, 98, 114, 116, 118, 127, 135, 141, 145, 146, 157, 163, 185, 186, 191, 231, 306, 307, 308, 309, 313, 316, 317, 319, 320 San Lorenzo; 112 Sanctis, Jorgelina de; 252 Santana, José; 245
Santana, Tony; 245 Santiago, José A.; 219 Santos Vargas, Leonides; 116 Santurce; ix, 1, 3, 4, 7, 8, 9, 13, 37, 38, 141, 306, 308, 319 Sciences and Technology Alliance; 155 Sección 936; 91, 122, 128, 129, 180, 187, 207, 309, 314, 315 Secretario de Educación Federal; 97 Segunda Guerra Mundial; 15, 17, 25, 27, 37, 69, 83 Seminole; 199 Servicio de Extensión Agrícola; 36 Sheeran, Michael J.; 135 Sherman, W. T. (general); 27 Shirley, David A.; 103 Simposios de Ciencias de la Salud; 205 Sistema de Estudios Universitarios Multimedia; 85 Sister Isolina Ferré; 298 Small Business Job Protection Act; 128 Sobrino, Carmelo; 113 Sociedad de Beneficencia Auxilio Mutuo; 171 Soderberg, Carl A.; 230, 231 Sones Cardiac Catheterization Laboratories; 203 Sosthenes; 3 Soto Torres, René A.; 245 South Carolina; 200 South Florida Campus; xiv, 202, 203, 236, 237, 238, 239, 316 South Mountain Community College en Arizona; 160 Southern Association of Colleges and Schools; 200 SRI International y la Universities Space Research Association (USRA); 251, 254, 255 St. Agustine’s Military Academy; 21 Stadthagen, Salvador; 290 Standard & Poor’s; 241, 283 Suárez, Agnes B.; 216 Sun Oil Co.; 13 Sunrise Semester; 85 Sur América; 200 Systems & Computer Technology; 63, 64 T
Tallahassee; 200 Tampa; xiv, 197, 239, 270, 271, 273, 291, 298 Tax Equity and Fiscal Responsibility Act; 91 Tennessee; 200 Texas A & M; 149 Texas; 200 The Citadel, The Military College of South Carolina; 23, 307 The College of Optics & Photonics University of Central Florida; 258 The Washington Economic Group; 243 Themes, Nickolas J.; 230, 231 Toa Baja; 119 Toro, Carlos; 87 Torres Rivera, Migdalia; vi, xii, 131, 184, 216, 249, 293, 300, 301, 310, 316, 318 Torres, Miguel; 243 Torruellas, Juan R.; 192 Tribunal Superior; 75 Trigo Margarida, Dennis; 87 Triple-S; 159, 160 Trujillo Alto; 118, 119 Trujillo, Marcelo; 220 Tufts University; 53 Tulane Law School; 53 Tullifinny Creek; 27 U United Fruit Company; 12 United States National Research Council; 251 Universidad Abierta de Inglaterra; 85 Universidad Austral en Chile; 275 Universidad Carlos Albizu; 196 Universidad Católica de Puerto Rico; 38 Universidad de California en Berkeley; 149 Universidad de California en Los Angeles;
149 Universidad de California; 85, 101 Universidad de California;; 103 Universidad de Cornell; 254 Universidad de Fordham; 101, 149 Universidad de Granada en España; 275 Universidad de Jackson State; 104 Universidad de Minnesota; 149, 171 Universidad de Missouri; 149 Universidad de Nebraska; 85 Universidad de Nueva York; 85 Universidad de Pennsylvania; 156 Universidad de Puerto Rico en el recinto de Humacao; 251 Universidad de Puerto Rico; ix, 5, 10, 12, 13, 15, 19, 20, 25, 36, 37, 41, 47, 53, 55, 71, 72, 78, 79, 84, 85, 94, 109, 132, 136, 137, 139, 140, 141, 155, 160, 162, 163, 164, 165, 166, 167, 168, 169, 170, 184, 231, 234, 241, 251, 280, 299, 306, 307, 309, 312, 313, 314, 319, 320 Universidad de Texas en El Paso; 149 Universidad de Wisconsin; 107 Universidad del Estado de Nueva York; 42 Universidad Interamericana de Puerto Rico; 162 Universidad Interamericana; 37 Universidad Jackson State; 138 Universidad Metropolitana; vi, xiv, xvi, 103, 109, 111, 114, 116, 117, 130, 138, 139, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 150, 152, 156, 162, 183, 190, 194, 201, 218, 225, 229, 230, 231, 244, 246, 247, 251, 254, 255, 256, 257, 259, 261, 262, 269, 274, 275, 280, 284, 286, 287, 294, 296, 300, 302, 312, 318 Universidad Tecnológica en Honduras; 275 University of New Mexico; 160 University of Texas en Brownsville; 160
University of Texas-Pan American en Edinburgh; 160 Uruguay; 273 Utuado; 144 V Vargas Vidot, José; 300 VAX 8600; 99 Vega Alta; 116, 145, 187 Vega Baja; 145, 158 Velázquez, Carlos A.; 224 Vieques; 147, 232 Villamil, J. Antonio; 243 Villamil, Joaquín; 123, 216, 242, 295 Virginia; 200 VISIÓN 2015; 272, 287 VISIÓN 2020; 287 Vivían, José Jr.; 45 Volusta; 199 W Walker, Urayoán; 299 Washington Economic Group; 197, 236, 239 Washington; 71 Wheaton; 271, 272, 292, 317 White Harris, Eunice; 36 Will Harris, J.; 36 WKAQ; 82 Y Yabucoa; 112, 157, 269 Yauco; 144 Z Zayas, Luis.; vi, 131, 197, 270, 290, 291, 293, 303 Zein, Nizar N. ; xiii, xiv, 172, 173, 204, 205, 249, 250, 252, 313
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