MEDICOS DEL ALMA

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CONFERENCIA


CONFERENCIA MEDICOS DEL ALMA Ponente Dr. Guido Guédez

RESUMEN Gracias por estar aquí sentado frente a mí. Tu presencia es una prodigiosa convocatoria que me conmueve a asumir la unidad que soy contigo. Asumo mi corazón siendo uno con el tuyo. Asumo también mi alma en una unidad amorosa con tu alma. Y asumo el compromiso de todo lo que hoy vengo a compartir contigo. A manera de una reflexión compartida, hablo en primera persona, para hacer de esta conversación una vivencia interior. Con amorosa intención te invito a que ambos nos coloquemos la mano derecha en el pecho con los dedos apuntando hacia el corazón, para sentir que es conmigo la cuestión. Ya que hablar contigo es hablar conmigo mismo, precisamente ahora en este instante santo en que estoy sintiendo y tomando conciencia de mi presencia en tu alma y en tu corazón; reconozco que hoy, vengo a decirte justamente lo que necesito escuchar. Además cuando lo escucho con el alma, me conmuevo con lo que estoy diciendo, y cada palabra resuena en mi corazón que es uno con el tuyo. Cuando me miro en tus ojos con ternura, con humildad, con sencillez y transparencia voy a un encuentro con Dios en ti, descubriendo, así, la esencia de tu Ser, revelando mi propia esencia, encontrándome con la radiante presencia de Dios viviente en ti y despertando a la realidad de Dios plenamente manifestado en mí, tal como lo plantea el sacerdote Ladislaus Boros en su libro Encontrar a Dios en el Hombre: El camino hacia el hermano nos conduce a la humanidad auténtica y al mismo tiempo a Dios Hessler también lo dice con estas palabras: Busqué a Dios y no lo encontré, me busqué a mí mismo, y tampoco me encontré, busque al prójimo y encontré a los tres Continúo con la mano en el pecho y los dedos señalando al corazón, recordando que Dios me ha asignado una sagrada misión. La misión de asumir el rol de médico del alma, y para cumplirla fielmente, necesito reconocer que la medicina es un sacerdocio. Necesito reconocer que todo paciente es un alma que viene a manifestarse con la intención de mostrarme su rostro de inocencia, su alma desnuda, su luminosa esencia. Todo paciente es un Ser de luz que viene a compartir un glorioso encuentro, lo cual me convoca a vivenciar el compromiso implícito en la sagrada misión de médico del alma. Cada paciente viene a compartir conmigo una sagrada misión de liberación. Este ser que viene a consulta, no es el cuerpo que está posado frente a mí. Es el alma palpitante que vibra delante a mí. El


cuerpo es el vehículo a través del cual se está manifestando esta alma. Él, realmente, viene a servirme de espejo, para mostrarme y recordarme lo que me corresponde sanar aquí y ahora. Sanar es definitivamente un acto profundo de amor. Así lo planteó Hipócrates, considerado el Padre de la Medicina: Sólo un hombre humano puede ser un buen médico. La medicina si es ejercida con amor, como cosa sagrada, solo debe de enseñarse a personas sagradas, esto es, dignas de respeto y veneración. Necesario es pues asumir la medicina como un sacerdocio, reconociendo los valiosísimos recursos internos, tanto del paciente como del médico. Es prioritario recordar e internalizar las palabras de Jesús de Nazaret: Un solo mandamiento os dejo, amaos los unos a los otros como yo os he amado De acuerdo con este mandamiento de Jesús, basta con amar como Él amó, para resolver todos los conflictos y enfermedades. Compartir esta visión es reconocer que el amor, tal como Jesús lo vivió, es el recurso humano más valioso, que el amor es la medicina universal, y la terapéutica de primera línea en todas las áreas de la salud. Si asumo mi misión de médico con formación profundamente espiritual, además de amar a mis pacientes he de estar en capacidad de orientarlos para resolver los resentimientos presentes en ellos, pues estos interfieren en las manifestaciones de amor a nivel familiar, de pareja, o en los ámbitos laboral y social. Y tanto los resentimientos, como las privaciones de las expresiones de amor, están inmersos en la génesis de las enfermedades. Como médico requiero, por lo tanto, adquirir por una parte, destrezas en el manejo del perdón para liberar estas ataduras que son los resentimientos, y por la otra, habilidades en el uso de herramientas que faciliten las manifestaciones de amor. Para lograrlo he de modelar con mis pensamientos, palabras, acciones y actitudes, las más genuinas manifestaciones de amor hacia mis pacientes. Para cumplir esta sagrada misión necesito abrir los portales del alma. Y para hablar de los portales del alma preciso referirme al Dr. Jorge Iván Carvajal Posada, eminente y consagrado médico del alma, proveniente de Medellín Colombia. Hoy en día, el mencionado autor es una figura intercontinental, pionero del proceso de humanización de la vida y de la medicina, a quien honro con inmensa gratitud, pues de él aprendí gran parte de las enseñanzas vivenciales que ahora felizmente comparto con ustedes. Entre la profunda y vasta enseñanza que presenta el Dr. Carvajal se encuentra el tema de Los Doce Portales del Alma. El primer portal planteado por Carvajal es la Responsabilidad. La genuina responsabilidad otorga libertad. Como dijo San Agustín: La libertad no consiste en hacer lo que me da la gana. La libertad consiste en hacer con ganas lo que me corresponde según el Plan de Dios.


Cuando hago lo que me da la gana me esclavizo a mis caprichos. Cuando estoy alineado con el Plan de Dios, me libero de los caprichos que alimento con mi ego. Cuando asumo la responsabilidad de resolver en vez de culpabilizar, me libero de la tentación de juzgar, de resentir, de reaccionar con irritabilidad o con temor. El portal de la responsabilidad es una cualidad profundamente espiritual. Es la responsabilidad que me corresponde asumir ante Dios, obedeciendo a su Divino Plan, y los designios de Dios son plena felicidad para sus hijos. Por lo tanto ser feliz es una responsabilidad con Dios. Si me siento infeliz estoy siendo infiel a Dios. Mi responsabilidad es ser auténtico, ser genuino, ser tal como Dios me creó, con sencillez, con humildad, con espíritu fraternal y vocación de servicio. Mi responsabilidad es ser noble y respetuoso. Respetando el orden implícito en las relaciones, respetando el orden jerárquico en las relaciones y en las acciones. Reconociendo y asumiendo lo esencial, lo prioritario, descartando y renunciando a las apariencias y los apegos. Soy responsable cuando me desenmascaro mostrando la luz y el brillo de la esencia del Ser que mora en mí. Cuando soy responsable asumo el presente liberando el pasado, reconociendo que ya pasó, por eso es pasado, lo suelto para vivir el presente sin ansiedad por el futuro, sin expectativas, con la plena confianza en Dios. Ser responsable es también, revisar qué asuntos tengo pendientes por resolver, disponiéndome y decidiéndome a solucionarlos. Y si la lista de asuntos pendientes es tan larga que el tiempo no me alcanza para encontrar las soluciones (con certeza en esa larga lista he colocado muchos asuntos irrelevantes, he ido por la vida acumulando cargas innecesarias), requiero entonces hacer los cambios para estar ligero de equipaje. Y hacer los cambios es descartar todo lo que no es esencial, pues lo que no es esencial no corresponde al alma. Mi compromiso es realmente con el alma. Entre las situaciones pendientes por resolver, para asumir responsablemente la misión de médico del alma, necesito revisar cómo están mis relaciones, ¿Cómo está mi relación de pareja? ¿Qué aspectos están fallando en mi relación de pareja? ¿Cómo está la comunicación con mi pareja? ¿Y la relación con mis hijos, en qué estado se encuentra? ¿Y la relación con mis padres y con mis hermanos? ¿Y mis relaciones laborales? ¿Encuentro en ellas resentimientos, distanciamientos, indiferencia? Es indispensable sanar las relaciones para asumir responsablemente la medicina como apostolado. Otro Portal del Alma es la participatividad, para ser participativo necesito comulgar con lo esencial de la vida. Como dice Jorge Carvajal: La comunión es la esencia de la vida y el sentido de toda la vida es la participación.


Para participar fielmente en el glorioso concierto que es la vida, necesito comulgar en el templo sagrado de la naturaleza, con todas sus ofrendas; en el templo sagrado de la sencillez, con todo lo esencial implícito en la vida cotidiana. Manteniendo una actitud con plenitud de conciencia, estando atento a la vida, con genuina alegría, conmovido ante la ternura de un niño, ante el sagrado valor de la amistad, de la hermandad, de la familiaridad. Con la actitud humilde del aprendiz, abierto a escuchar y a recibir. Participando en el sagrado silencio del escuchar con el corazón, con presencia de integridad, dando la nota correspondiente en este recital de la creación. Sanando la indiferencia, la negligencia, la apatía y la actitud reactiva. Asumiendo con entusiasmo, con gozo y con fervor la participación que me corresponde realizar dentro del Plan de Dios. Participo cuando me exteriorizo, mostrando la verdadera esencia de mi ser, en el acto sagrado de vivir plenamente. Tan importante es exteriorizarme con la participatividad, como interiorizarme con la inclusividad para conquistar el territorio interior y encontrar la calma, que es el portal del alma que me lleva a vivenciar la paz interna, la serenidad, el Ser esencial, inmutable e indivisible. Cuando me interiorizo encuentro el tesoro que habita en el alma del ser, que tiene sus raíces en el corazón, encuentro la ternura, el candor, la inocencia y la dulzura que le dan una estructura armónica a la red relacional. Como alma me corresponde cumplir una misión, esa misión es la realización de un servicio, y ese servicio es incondicional; lo cumplo cuando desarrollo relaciones humanas armoniosas, sustentadas en el amor, en la gratitud, en la confianza, la honra y el respeto; relaciones que están despojadas del apego y la aversión. Es entonces el desapego otro luminoso portal del alma. Es el portal que me libera del miedo a la libertad y me libra de la prisión del apego y la aversión. El apego y la aversión son caras de una misma moneda, con la cual fabrico una ilusa cárcel de enfermedades, que responsablemente como médico del alma me corresponde liberar. La intuición es ese sagrado portal del alma que me lleva a vivenciar gloriosos momentos de inspiración, para lo cual preciso estar alineado, habiendo renunciado a lo insustancial y liberado de todos los apegos y caprichos. Cuando lo logro soy capaz de integrarme a la vida y de darme por entero, con lealtad, a la sagrada misión que me corresponde cumplir en el Plan de Dios, de entregarme completamente a ser creativo, amoroso, comprensivo, servicial, genuino, trasparente, coherente y honesto. Entonces soy un digno hijo de Dios comprometido con reproducir fielmente su imagen y semejanza, y aflora en mí una nueva dimensión de la conciencia, la conciencia del Ser, despierta realmente en mí el Médico del Alma.


RESUMEN CURRICULAR DEL PONENTE

Dr. Guido Guillermo Guédez Briceño  Venezolano, nacido en Campo Elías, estado Trujillo, en 1948  Médico, egresado de la Universidad de Carabobo, en 1981. Ha consagrado su profesión a la Docencia, Investigación y Aplicación de Medicinas Alternativas.  Docente y Coordinador de la Cátedra de Formación Espiritual de los Médicos del Postgrado de Medicina Familiar del Ambulatorio Dr. Luis Guada Lacau del IVSS.  Especialista en Docencia Para la Educación Superior en la Universidad de Carabobo  Miembro de la Red de Expositores de la UNESCO.  Miembro de la Asociación Latinoamericana Análisis Transaccional.  Psicoterapeuta con vasta experiencia en Psicoterapia Espiritual.  Docente en el Área de Terapia Neural, en los Programas de Formación para Médicos y Odontólogos de Centro América y El Caribe.  Creador y Facilitador de Talleres de Crecimiento Espiritual, esencialmente sobre el Amor y el Perdón, basados en las Enseñanzas de Un Curso de Milagros.  Creador del Sistema de Sanación: Diálogos de Paz, basado en los Principios del Ho’ Oponopono. Con lo cual se propone crear un Lenguaje de Paz.  Creador y Presidente de La Fundación Educativa Mensajeros de la Paz.  Creador de Doce Pasos Esenciales Para Encontrar Respuestas Espirituales.  Conferencista Internacional.  Invitado frecuentemente a diversos programas de radio y televisión.  Autor de “Reflexiones para Crecer en Tiempos de Crisis” y “Terapia Neural para Médicos y Odontólogos”.


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