8 Porqué nos cuesta decir “Gracias”
L
a gratitud es una de las cosas más benéficas que existen. Una sola palabra puede ser la llave para mejorar tu salud, tus relaciones y reducir el estrés. Decir “gracias”, siempre y cuando sea a conciencia, fomenta nuestras emociones positivas al tiempo que nos pone en una relación más cordial con el mundo y nos da una mejor visión de nuestras oportunidades.Agradecer es sin duda beneficioso, pero no siempre es fácil. ¿Por qué en ocasiones cuesta trabajo hacerlo? He aquí cuatro posibles explicaciones: 1. No encontrar las palabras adecuadas. En un intento por proteger sus emociones y sentirse menos vulnerables muchas personas han contenido sus emociones y llegado el momento de expresarlas, no encuentran las palabras precisas para decir lo que sienten de la mejor manera, pues les cuesta trabajo discernir lo que sienten. Consejo: No es necesario buscar las mejores palabras, también se puede expresar agradecimiento a través del lenguaje no verbal. Una sonrisa o un apretón de manos sumado a un sencillo “gracias” pueden ser más efectivos que cualquier discurso. 2. Sentir vergüenza.Todos tenemos una visión de nosotros mismos y de lo que creemos o no merecer. Cuando llega
algo que supera las expectativas de una persona, ésta puede sentirse avergonzada, pues no se considera digna de tal beneficio. Consejo: Comparte con los demás lo que estás sintiendo, esa sensación de que no mereces lo que te han dado o han hecho por ti, puede disminuir una vez que comunicas lo que sientes. 3. Sentirse en deuda. Para algunas personas, recibir un favor es recibir una carga, pues sienten que la relación se ha desestabilizado. Alguien le ha hecho un favor y piensa que un simple gracias no será suficiente para que la relación recupere su equilibro, por lo que debe encontrar la forma de recompensar a quien ha brindado su ayuda. Consejo: Es necesario dejar de ver los favores como una relación de poder, algo que te puede ayudar es expresar por qué te hizo tan feliz el favor, así podrás empezar a ver los favores como algo más que un intercambio. 4. Nada es suficiente. Las personas que siempre han tenido más de lo que necesitaban, niños consentidos que apenas pedían algo lo obtenían, pueden convertirse en personas con dificultad para expresar gratitud. Han aprendido que lo merecen todo y más, no sólo no están agradecidos por lo que obtienen, sino que están convencidos de que es obligación de los demás darles todo lo que desean. Consejo: Es necesario aprender a agradecer, probablemente sea útil hacer una lista de las cosas por las que deberías estar agradecido. Empezar a darte cuenta que todo conlleva un esfuerzo y es necesario darle valor a lo que se tiene. En algunos casos, probablemente sea necesaria la terapia psicológica.
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