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Legs McNeil, el archivo oral como relato Por favor, mátame (1997) El otro Hollywood (2006) ANTONIO MARCOS
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os han contado mal la historia de la cultura popular, o ni siquiera nos la han contado. El entretenimiento ha vivido en nuestro país un desprecio intelectual que, visto hoy, no se corresponde con su enorme presencia e influencia en la sociedad contemporánea. Como si tuviera que pasar un siglo para, una vez levantados los deteriorados restos del cadáver, empezar a estudiarlo con detenimiento. Afortunadamente, esta tendencia está cambiando y ya no es infrecuente encontrar textos rigurosos sobre esa serie policiaca de moda o sobre las novelas de quiosco. El ámbito anglosajón es mucho más rico en historias sobre los productos culturales para el gran público, tal vez por falta de prejuicios
o porque ellos sí consiguieron convertir en una productiva industria todo lo relacionado con el entretenimiento. Aun así, a Legs McNeil le costó años encontrar editor para los dos libros que analizamos hoy. Porque, al fin y al cabo, ¿a quién iba a interesarle la historia de aquella generación suburbial y autodestructiva que a fuerza de rabia y guitarrazos definió la música punk en los primeros años setenta en Estados Unidos? Y, aún peor, ¿quién pagaría por un libro que cuenta la vida de sus protagonisas y los métodos de producción de la industria pornográfica, cuando su consumo todavía hoy es un tema tabú del que se habla en voz baja? Esos son los dos temas de Por favor, mátame. La historia oral del
archivamos / número 79 (01/2011)
punk (1997) y El otro Hollywood. Una historia oral y sin censurar de la industria del cine porno (2006), dos joyas escritas por McNeil junto con Gillian McCain y Jennifer Osborne, respectivamente. Vienen ambos a esta sección porque están concebidos y construidos con una base de archivo documental. Después de años de entrevistas con los principales miembros de las dos escenas, con cientos de horas de grabaciones, McNeil optó por no incluir su propia voz en los libros, se limita a seleccionar fragmentos, enlazarlos y darles coherencia. Así, ese carácter de “historia oral” se convierte en un relato fragmentado de voces que estuvieron en el lugar y en el momento preciso, ofreciendo
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un testimonio que explica cómo y por qué pasó todo. A veces los recuerdos juegan malas pasadas, otras veces uno cuenta su versión como si fuera la historia entera, puede que incluso alguien quiera hacer brillar su historia con más intensidad de la que merece...; no hay más que acercarse a una librería y abrir cualquier biografía para darnos cuenta de que en el género de “memorias” abunda la mala memoria o la memoria selectiva. La fórmula de McNeil minimiza el riesgo: el poder de seducción de una estrella del rock se contrapesa con una declaración contundente de su “road manager” o del que iba por él a comprar las drogas para el concierto. El lado sórdido del lema “sexo, droga y rock&roll”. Por favor, mátame, publicado en España por Discos Crudos, narra la escena del rock americano desde la irrupción de la Velvet Underground a finales de los sesenta hasta el auge y caída de grupos como The Stooges –Iggy Pop es uno de los principales protagonistas del libro–, MC5, The Ramones, New York Dolls o The Dictators. McNeil fue un asiduo de los conciertos, amigo personal de muchos de ellos, cofundador de la revista Punk, que dio nombre al movimiento: una música, una ropa, una actitud. Todo aquello que el avispado Malcolm McLaren importó posteriormente desde Inglaterra para crear con sus Sex Pistols la imagen arquetípica del punk, poniendo el acento en las dos últimas características. El resultado de aquel grito musical nacido entre Detroit y Nueva York todavía resuena. Años más tarde, McNeil repitió la fórmula con otro aspecto marginal de la cultura, la industria del entretenimiento adulto. Si de sus anteriores protagonistas decía que “no habían vendido nunca un disco”, el cine porno es hoy el negocio más lucrativo del mundo. Y este es quizá el mejor documento que exista sobre el tema. Un libro modélico, editado en España por la magnífica editorial Es Pop, que junto a su tema principal
desarrolla tramas propias de la mejor novela negra, debates políticos en torno a los derechos civiles y pautas de funcinamiento que nos dicen más del capitalismo que muchos tratados de economía aplicada. De nuevo arrancamos a finales de los sesenta, donde quienes querían ofrecer películas con desnudos debían ambientarlas en campamentos nudistas y quienes las filmaban debían tener cuidado de no mostrar nunca un órgano sexual. Pero llegó Garganta profunda y todo se dio la vuelta. Familias mafiosas distribuyendo cintas, policías cerrando cines,
enfrentamientos políticos... mientras un puñado de aspirantes a actores ‘serios’ como Marilyn Chambers o vividores de Nueva York hacían sus primeras bobinas. Agentes del FBI que en vez de investigar se pasan al lado oscuro, gente que se hace millonaria de un día para otro con la llegada del vídeo, la desastrosa vida de John Holmes, la decadencia que produjo la llegada del SIDA, la degradación abierta con el panorama de Internet, la silicona y el via-
archivamos / número 79 (01/2011)
gra... Gente que se ha hecho fuerte haciendo frente al desprecio habla sin ninguna cautela, desvelando todo el sudor y las maniobras que se esconden bajo su brillante superficie. El otro Hollywood es un relato histórico que se lee como una novela apasionante, que deja con ganas de más, aunque no se haya oído hablar de ninguno de sus personajes. Dos libros que le hacen un gran favor a la cultura popular y a nosotros como lectores.