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EDI SUBE MONTAÑAS PARA ESTAR CERCA DE SU ‘LUCI’

Incondicional EdisonPintotiene62 años.Perdióasuesposaen2018,por unproblemadecirculación.Escala elevacionesporquesoloallísiente lapresenciadesugranamor.

En un ascenso al Cotopaxi. Este nevado era el favorito de su esposa ‘Luci’. Con ella visitó varias veces el refugio. Guarda muchos buenos recuerdos.

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Por: Paola Gavilanes

Solo en las montañas, Edison Pinto puede experimentar la verdadera paz; solo en la cima de ellas puede sentir la presencia de un ser supremo y también la de su amada esposa.

“Era una mujer muy buena, religiosa. ¿Dónde más podría estar una persona así? Solo cerca del creador”, sentencia.

Para reencontrarse con su gran amor, este hombre de 62 años escala -con frecuencia- diferentes tipos de elevaciones.

Ya ‘conquistó’ el Cotopaxi -ocho veces-, el Guagua y Ruco Pichincha, los Illinizas...

Entre más alta es la montaña o nevado más cerca se siente de Luz Gualpa, su ‘Luci’, la mujer con la que procreó a dos hijos.

Por eso, soñaba con coronar el Chimborazo. Se trata de la elevación más alta del Ecuador; está a 6263 msnm. Pero antes de lanzarse a la aventura era necesario probar el terreno eso, de vez en cuando, también lo acompañaba. “Ella me acolitaba con mis hijos. Subíamos hasta donde avanzaba”.

Fue así como este abuelo de dos nietos se apuntó a una salida para llegar al campamento alto, ubicado a 5 000 msnm.

“Pero las condiciones atmosféricas se dieron y terminamos en la cima del nevado”.

Edison compartió el video del ascenso y ahí se lo observa emocionado, dedicando la cumbre al amor de su vida.

“Para mi esposa”, dice, mientras deja escapar un par de lágrimas. Ese día subió acompañado de su hijo menor.

Extraño tanto su presencia. Era un mujer increíble; muy trabajadora e inteligente. Tenía los mejores consejos para mis hijos”.

En cada uno de esos mágicos lugares deja las pertenencias más queridas de su esposa: dijes, cadenas, estampillas.

Quiere que un pedacito de ella permanezca conectado con el ser supremo

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Edison se enamoró de los nevados tras una visita al Cotopaxi, cuando tenía 15 años. Le habría gustado visitarlo cada año, pero los recursos económicos eran limitados.

Entonces, de vez en cuando, subía elevaciones más cercanas como el Rucu y Guagua Pichincha. Su esposa, a la que conoció cuando ella tenía 13 años y él 19, sabía de su pasión, y por

Era la mujer perfecta, afirma, por eso, ocho años más tarde de su primer encuentro, le pidió que fuera su novia.

“Ella me decía que siempre estuvo enamorada de mí. Yo era ‘viejo’ cuando la vi por primera vez No pretendía nada.

Yo le decía que era el amor de mi vida”, recuerda Edison entre lágrimas. Extraña su compañía, su alegría, sus consejos.

Las salidas familiares eran increíbles: se divertían, soñaban. Por eso, cuando murió quiso pasar solo la Navidad y fin de año en el Pichincha, pero sus hijos lo impidieron. Jamás lo dejarían.

¿SEGUIRÁ ESCALANDO MONTAÑAS?

“Siempre”, y en cada salida llevará en los bolsillos de su ropa los objetos más preciados de su esposa, para enterrarlos.

El detalle que aparece en la foto, a la izquierda, es el que quedó en el Chimborazo Otro, ingresó al cráter del Cotopaxi.

Ese fue el primer nevado que se propuso coronar tras la partida de su esposa. “Guardo muchos recuerdos de ese lugar”.

En compañía de su ‘Luci’ visitó varias veces el refugio de ese coloso Era el favorito de la mujer que lo cautivó por su gran corazón. Era, además, muy bondadosa. Seguramente estaría orgullosa del Edison que escala y hace labor social. F

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