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La dislexia y la salud emocional
Dislexia proviene del griego dys y lexis que significa dificultad con las palabras o el lenguaje. La Asociación internacional de dislexia la define como un trastorno específico de aprendizaje de base neurobiológica. Se caracteriza por dificultades en la precisión y/o fluidez en el reconocimiento de palabras y por falta de habilidad en la escritura y la decodificación verbal.
ella dice algunoS factoreS dE LA VIdA SE VEN AFECTAdOS COMO EL RENdIMIENTO ACAdéMICO, dIFICULTAd PARA LEER y ESCRIBIR, COMPRENSIóN LECTORA , ExPRESIóN ESCRITA Sm es común que los trastornos del desarrollo específicos de la lectura estén acompañados de alteraciones en el habla y lenguaje, lo que se asocia con problemas académicos, emocionales y de conducta durante el periodo escolar.
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La escritura “en espejo” es un indicador, pero no necesariamente implica dislexia, la confusión de sonidos y grafías en edades tempranas es muy común. Es importante iniciar un tratamiento adecuado lo antes posible.El diagnóstico requiere un análisis profundo y entre más pronto, mejor. La dislexia tiene distintos grados de afectación, una intervención oportuna puede lograr que se consiga un nivel de lectura promedio en un alto porcentaje de casos.
La dislexia no es un indicador de inteligencia, ni implica que el niño no se esfuerza o no pone suficiente atención.El desconocimiento puede hacernos creer que quienes padecen dislexia son menos inteligentes, más distraídos o más creativos, los niños disléxicos tienen un trastorno que les ocasiona ciertas dificultades muy concretas, aunque hay muchas conjeturas alrededor del tema. Algunos factores de la vida pueden verse afectados como el rendimiento académico, dificultad para leer y escribir, comprensión lectora, expresión escrita, dificultad al deletrear, menor vocabulario comparado con otros niños e interacción social escasa.
En relación a la salud los aspectos emocionales pueden alterarse, se aumenta el riesgo de depresión y ansiedad, encopresis, eneuresis, autoestima baja, ira, tristezae incluso problemas de agresividad por frustración, incremento en el riesgo de problemas conductuales y problemas de atención. Esto como consecuencia de fracasos continuos en sus actividades. Es frecuente que los niños prefieran ser vistos como traviesos que como “tontos”.
Se puede considerar dislexia cuando se presentan más de una de estas características: lectura trabada, escritura en espejo, sustitución de letras, distracción al leer y escribir, rebeldía ante tareas escolares, bajo rendimiento en un niño inteligente, cuando el tiempo en hacer sus tareas es tres veces mayor que el que no lo tiene, esto porque puede rendir 10 minutos ya que su esfuerzo es mayor y se cansan mucho.
Aun con una inteligencia promedio, un diagnóstico tardío y la falta de adecuación de metodologías ocasiona graves problemas de aprendizaje que afectan su desarrollo emocional y la valoración que hacen de sí mismos, sobre quiénes son, sus capacidades, habilidades y potencialidades. Surge inseguridad, temor a equivocarse, desmotivación ante el aprendizaje, minusvaloración y anticipación negativa de resultados, el estrés ante métodos frustrantes puede incluso ocasionar trastornos somáticos.
De la precisión e inmediatez de la detección de las dificultades dependerá, en gran medida, su evolución y lo más importante que se sienta bien consigo mismo.