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¿PARA QUÉ CONSTRUIMOS INCLUSIÓN? Por: Luz Adriana Marquez La sociedad actual se ha propuesto desarrollar el potencial de todas las personas y ha reconocido la diversidad como un factor fundamental para el enriquecimiento social y el desarrollo y bienestar individual. “Para asegurar el bienestar social para todas las personas, las sociedades se tienen que basar en la justicia, igualdad, equidad, integración e interdependencia, y reconocer y aceptar la diversidad. Las sociedades deben también considerar sus miembros por encima de todo, como personas, y asegurar su dignidad, derechos, autodeterminación, acceso total a los recursos sociales y la oportunidad de contribuir a la vida comunitaria (Declaración de Managua, 1993)”. Un aspecto central para el desarrollo del potencial humano es la formación de identidad o conciencia de sí mismo, la cual depende en gran parte de las oportunidades y restricciones que el entorno ha brindado a cada persona. Es el caso de las personas con discapacidad, quienes son vistas en general de una manera negativa y subvalorada. Esta imagen depende de actitudes sociales basadas en muchos factores, y dichas actitudes determinan el trato que las personas no discapacitadas darán a aquellas en situación de discapacidad. Las relaciones con estas personas están cargadas de prejuicios y mitos que llevan a un trato despectivo, de rechazo, o a un de temor, y hacen que sea casi imposible hablar de la inclusión que facilitará el desarrollo de identidad positiva de estas personas porque, evidentemente, estas actitudes conllevan exclusión. Según el Programa de Acción Mundial para las Personas con Discapacidad (ONU, 1988), aún en las sociedades más desarrolladas, las actitudes colectivas imperantes hacia la discapacidad tienen mucho de negativo y peyorativo y la persona es vista como inferior, incompetente, incapaz e inaceptable. En suma, contamos con una larga historia de actitudes poco favorables que impiden, obstaculizan cuando menos, la plena inclusión de estas personas y propician su marginación. Año 2000: El siglo XXI llega con un nuevo paradigma acerca de las personas que se encuentran en una condición de discapacidad. Como resultado del Movimiento de Integración y Vida Independiente, las personas en situación de discapacidad han alcanzado niveles de desarrollo que les permiten una mayor actuación social. Esto permite cambiar la concepción acerca de su condición. Se plantea que la discapacidad es una condición cambiante a favor o en contra de la persona, dependiente de sus limitaciones funcionales y de los apoyos disponibles o carentes en su entorno. Se disminuyen las limitaciones funcionales (y por tanto la discapacidad de una persona) cuando se proporcionan intervenciones y servicios o apoyos que se centran en la conducta adaptativa, el estatus comunitario, y el bienestar personal. (Schalock y Verdugo, 2002) La inclusión es, en definitiva, la estrategia para facilitar el desarrollo de identidad centrada en el sujeto y no en sus deficiencias, razón por la que se ha iniciado a pensar en estrategias de inclusión educativa, una muestra de
Artículos estos procesos lo están liderando los departamentos de Santander y Norte de Santander con una La iniciativa, que nace de una alianza de las Gobernaciones y la Fundación Centro de Aprendizaje Neuroartes, esta arrancó en abril pasado en 12 municipios de Santander con capacitaciones a docentes, rectores, estudiantes y padres de familia para que adopten mejores prácticas para la enseñanza. “El propósito de este proyecto es favorecer el acceso y la calidad de la educación para todos los estudiantes que presentan algún problema de discapacidad. Los niños sordos, ciegos, con discapacidad cognitiva o discapacidad motora, aquellos que presentan sordo-ceguera, autismo y otras condiciones, de los 82 municipios no certificados del departamento, serán los beneficiados”, afirmó Richard Lozano, director de la fundación centro de aprendizaje Neuroartes. Cerca de 50 colegios están involucrados en el proyecto que cuenta con 25 capacitadores profesionales, entre ellos tiflólogos, asesores pedagógicos, docentes especialistas en lengua de señas, lecto-escritura braille, servirán de apoyo a otros maestros, durante ocho meses, para transformar prácticas pedagógicas a través de la inclusión. El proyecto espera llegar a los 2.200 estudiantes en situación de discapacidad reportados en el Simat –según corroboró el Director de Neuroartes- de los cuales “el 80% tiene discapacidad cognitiva o problemas de aprendizaje, un 10% padece sordera o alguna enfermedad hipo acústica, y el 10% restante sufre de ceguera, alguna discapacidad motora, autismo u otras condiciones”, añadió. De esta manera y con otros procesos de inclusión educativa estaremos llevando a nuestro país a ser una nación más inclusiva en donde se reconoce la diversidad pensando en la particularidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS • Eroles C y C. Ferreres, 2002, LA DISCA-PACIDAD: Una cuestión de derechos huma-nos, Buenos Aires, Espacio. • López Meleros, M., 2002 Ideología, Diversidad y Cultura: una nueva escuela para una nueva civilización. En: Equidad y calidad para atender a la diversidad. Memorias del 1er.Congreso Internacional de Integración de niños con discapacidades a la escuela común. Buenos Aires, Argentina. • Sosa L.M., 2009, Reflexiones sobre la discapacidad. Dialógica de la inclusión y la exclusión en las prácticas, Agora para la educación física y el deporte Número 9, disponible en www5.uva.es/agora/ • Rodríguez Díaz S. y M. A. Ferreira, 2010, DESDE LA DIS-CAPACIDAD HACIA LA DIVERSIDAD FUNCIONAL. Un ejercicio de Dis-Normalización.Revista Internacional de Sociología (RIS) Vol.68, núm. 2, Mayo-Agosto, pp. 289-309. • JAZMÍN RODRÍGUEZ, 2012, Arranca proyecto de inclusión educativa para discapacitados en Santander, Vanguardia.com