maginaria NÚM. 003 JULIO|09
REVISTA DE LA DELEGACIÓN DE LA MUJER DEL AYUNTAMIENTO DE SEVILLA
En portada: escultura en bronce de Ver贸nica Hern谩ndez.
003 2 Maribel Montaño Requena con arte abre la Política de las mujeres 3 En Agora, DeFrente y Mujeres de Negro de Sevilla narran su andadura 10 Tiene lugar el I Encuentro de Asociaciones de Sevilla 14 Y ponemos cara a las premiadas de los XII Premios de Maginaria
la Mujer16 En educación hay mucha lucha de artistas por hacerse
20 Cultura con las vivencias de una productora inglesa 24 con lo que esconden los velos 26 y cerranos la sección con bulerías, soleas y fandangos… con otros aires 30 Traemos a la Historia a una mujer con muchos pseudónimos y volvemos a recordar a Tránsito Amaguaña 35 Debate con mucho arte y con feminismo 39 Mujeres tras la cámara hacen su aparición 44 Juntas de la mano música y activismo contra la violencia 48 Paseando el arte por México, Sevilla o Escocia 52 Para saltar a Sudáfrica 56 Subimos a Argelia 63 para girar hacia Palestina desde Sevilla 65 Finalizamos aterrizamos en Afganistán 68 Agotadas de tanto trajín nos sentamos para saborear tres buenos libros 71 Agenda 72 visibles
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Si el número anterior fue dedicado a la educación y al empleo éste, viendo la profusión de actividades culturales que inundan nuestra ciudad y, aprovechando el cambio de imagen del Premio de la Mujer que entrega esta Delegación, alojará a un género tan interesante como variopinto: el arte en sus diferentes vertientes, incorporando las voces de todas las mujeres. Voces de aquí y voces de otras autonomías y países. Voces de mujeres que desean dejar su testimonio como artistas y como mujeres. Hemos creído importante traer aquí sus palabras porque las mujeres pensamos, mas bien creemos, que lo que nos sucede, nos sucede a nosotras solas, a título individual, todo lo más a nivel grupal, o porque vivimos en este o en aquel país. Escuchándolas aprendemos que en general, con variantes ínfimas, el sexismo y el racismo en el arte —en todas sus variantes— existe y todas sufren o han sufrido discriminación a través, por o con el arte. Porque éste no es aséptico y porque el techo de cristal, tan manido y vilipendiado por sectores liberales, sigue presionando sobre sus cabezas. Las mujeres no son quejumbrosas y no se inventan estar discriminadas. Sienten la discriminación y la padecen, y como veremos en sus diferentes manifestaciones los obstáculos que tienen que combatir —financiación, espacios, créditos, apoyos institucionales, etc.,— son la mayoría de las veces insoldables por lo que su obra, diseño, guión, coreografía, poesía, partitura… descansa enmohecida en el cementerio de las obras olvidadas. Blancas, negras, amarillas o azules… su mensaje es el mismo: existe una necesidad perentoria: incorporar las voces de todas las mujeres al debate artístico sobre el sexismo y denunciar unánimemente los patrones sexistas en el arte hegemónico.
maginaria da pie para que las mujeres debatan su arte, que denuncien los patrones sexistas y que expresen y represente su resistencia al mismo, que visibilicen y dignifiquen la creatividad femenina y que su arte sea el vehículo que transforme esta sociedad aún sexista en una más igualitaria.
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Maribel Monta単o Delegada de Cultura
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En 2007 Maribel Montaño Requena es designada delegada de Cultura. Previamente, Montaño ejerció, durante seis años, el cargo de delegada provincial de Cultura de la Junta DE ANDALUCÍA por lo que su labor es bien conocida. Al mismo tiempo realizaba labores parlamentarias y también fue secretaria de Igualdad en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. La consecución de la igualdad a través de la cultura, es objetivo prioritario de esta delegada. P. Cree usted que el arte es un “arma” capaz de transformar esta sociedad aún sexista? R. Sin duda alguna. La cultura es todo aquello que los seres humanos queremos expresar hacia los demás y también hacia nosotros mismos. Nosotros somos sexistas aún, nuestra sociedad es sexista pero estamos participando, a través de la cultura, en una transformación que ya se empieza a perfilar. Estamos caminando a través de espacios que desconocíamos a otros que ya nos parecen familiares. La igualdad, al menos como objetivo, es ya una transformación en nuestra sociedad, y actividades como la exposición que acaba de celebrarse en el Centro de las Artes de Sevilla (CAS), “La Feminidad Craquelada”, comisariada por Margarita Aizpuru, ayuda a la transformación de una sociedad más igualitaria. Las expresiones artísticas allí representadas suscitaron comentarios al respecto, de cómo nos vemos los hombres y las mujeres y cuán diferentes somos aún unos de otros: estatuas de mujer con composiciones inverosímiles y con detalles que te hacían pensar que, efectivamente, aún nos vemos diferentes. Aunque creamos pertenecer a una sociedad igualitaria, lo somos en deseo, en aspiración, en objetivos pero luego, en nuestro día a día nuestra vida cotidiana tienen mucho de desigual. Y la cultura, que duda cabe, a través de expresio-
Texto: Natalia Prado Martín Fotografías: Charo Corrales
nes artísticas como la plástica, como el teatro, la música, el cine, etc., puede contribuir a que lleguemos a entendernos como seres humanos, con independencia de nuestro sexo. P. Siguiendo en esta línea de transformación, ¿de qué manera contribuye su Delegación a potenciar esta sociedad aún misógina? R. Contribuimos intentando alentar esos proyectos que nos llegan con especial sesgo de género, sesgo en el que se busca especialmente esa igualdad de derechos que aún no tenemos. Mal haría mi trabajo y desde luego mal estaría desarrollando mi compromiso político si como responsable de la cultura de esta ciudad no estuviera muy pendiente de esa perspectiva de género a la que tenemos que contribuir. No puedo olvidar que trabaje durante varios años como responsable de igualdad de PSOE para toda España, y las gafas de ver la realidad que me coloqué en aquel momento ahora no me puedo desprender de ellas y ni quiero. Tenemos una interesantísima apuesta musical de cámara hecha sólo por mujeres en Sevilla. Pero también estamos buscando y buceando en el pasado, como otro apartado de nuestra actividad, a través de la publicación de libros, de ciclos, de la historia de nuestra ciudad que si se ve con las gafas de la perspectiva de género es una historia llena de hombres, que son los que aparentemente han hecho y deshecho, los grandes protagonistas en la historia en general y en Sevilla en particu-
lar. Por tanto rescatar también del pasado —no sólo proyectar y alentar la labor que están haciendo las mujeres en materia de cultura actualmente— esas otras manifestaciones, es labor de esta Delegación. P. Hay artistas, artistas mujeres que se quejan de que los circuitos del arte siguen siendo sexistas, que el arte continua teniendo un efecto socialmente restringido... R. Totalmente de acuerdo y lo hemos hablado en muchas ocasiones, ¿hasta qué punto una propuesta hecha por una mujer es una propuesta de género frente a otra hecha por un hombre? Pienso que cada vez estamos más comprometidas en denunciar situaciones que debemos cambiar y, en este sentido creo que el compromiso es lo que tiene que calificar la propuesta creativa como una propuesta con perspectiva de genero. Pero hay también otros muchos espacios por recorrer. Cuando programemos actividades, no pensemos únicamente en los grandes nombres, porque son los hombres los que llegan a esos primeros niveles, incluso cuando destacamos los mitos de la ciudad; por ejemplo Don Juan y Carmen. Él era un avasallador, un dominante, un coleccionista de mujeres... pero ha sido visto como positivo. Mientras, Carmen ha sido tristemente vilipendiada: ligera de cascos, mujer fatal, prostituta., etc. Contraponer el mito masculino y sexista a un mito femenino, como el de Carmen me parecía muy interesante, una forma de rescatar a las mujeres también
como protagonistas de nuestra historia y contribuir a la revisión de la historia con mayúsculas. P. Escribía Laura Freixas el año pasado por esta misma fecha, que de las 43 exposiciones individuales organizadas entre 2002 y 2005 por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, sólo dos (5%) llevaban firma femenina. ¿Cómo trabaja su Delegación para cambiar esta desigualdad con mayúsculas? R. El Centro de las Artes de Sevilla (CAS), Monasterio de San Clemente, tiene un doble
objetivo: que los autores estén compensados con las autoras, en la medida que esto sea posible y razonable y en segundo lugar, haciendo muestras específicas de mujeres, que es difícil de explicar y a veces de entender. Quienes creemos que todavía tenemos mucho que avanzar en materia de igualdad necesitamos hacer un sobreesfuerzo y destacar la actividad de las mujeres que, en pleno siglo XXI, siguen encontrando trabas por el hecho de ser mujer, que no están en los circuitos porque su apuesta o es
muy novedosa o muy destacada. Es decir, o entra a concursar con unos elementos muy superiores o por el contrario en igualdad de condiciones suelen quedarse muy desamparadas porque en general los hombres tienen mas nombre. Tanto el director del CAS como mi directora tienen planteado ese objetivo: destacar el trabajo de las mujeres en la cultura. En la Bienal de 2008, hubo una exposición fotográfica de mujeres en el flamenco de Rubén Afanador. En ella aparecían mujeres
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de todas las edades, retratadas en posiciciones inverisímiles, con prendas no menos inconcebibles y maquilladas de forma nada convencional. Pues bien, ahí estaban todas ellas orgullasas de ser expuestas en plena Avenida de la Constitución. Les daba igual lo que dijeran sus maridos y su gente más allegada, se sintieron las personas más importantes del planeta porque, de hecho, ellas eran, son importantes. Conquistar esos espacios de esa manera tan decidida... ha sido extraordinario.
P. A principios de mes presentaba usted el II Festival de Fotografía. SevillaFoto09. En el dossier vemos que las exposiciones individuales son en su totalidad de varones, las colectivas de nuevo éstos ganan por mayoría y, en los encuentros y talleres también destacan los nombres masculinos. ¿Tendremos que dar la razón a la señora Freixas cuando habla de exclusión o marginación de las mujeres en la cultura? R. No, tendremos que comprometernos todos en ir más allá. El Gobierno que represento tiene un proyecto político y uno de sus ejes fundamentales no es otro que la igualdad de género. Eso quiere decir que cada una de nuestras actividades tienen que estar libres del sesgo sexista. Hacemos lo posible para que así sea, sin embargo es muy difícil de llevarlo a rajatabla cuando se trata, como en este caso, de apuestas colectivas de distintas instituciones, administraciones, incluso de iniciativas privadas como esta de SevillaFoto09. No cabe duda de que no hemos llegado donde queríamos pero al menos está sembrada la intención y, puedo decir en nuestra defensa, que las personas fotografiadas son principalmente mujeres porque a la hora de fotografiarse en los diferentes espacios del barrio como la carnicería, charcutería, pescadería … son las que menos reticencias han mostrado a ser fotografiadas, sabiendo que iban a ser difundidas a través de los diferentes medios. Por tanto, algo hemos avanzado pero me quedo con la queja totalmente razonada y razonable. La guardo en mi memoria para que el año próximo no tenga que darse este tipo de queja.
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P. La misma autora señala que todo el esfuerzo que se está realizando en elaborar políticas de igualdad será en vano tanto en cuanto no se tome en serio la igualdad en la cultura, ¿está usted de acuerdo? R. Sin duda alguna y la hago extensible a la educación que van muy ligadas ambas. Para que las personas adultas tengan necesidades culturales han tenido que haber sido educadas en esa necesidad. Por tanto, cultura ligada a educación, no sólo educación en la primera etapa de nuestra vida si no a lo largo de toda la vida. A lo largo de mi vida me he encontrado con personas mayores que supuestamente tendrían mayor dificultad en asumir el principio de igualdad por la educación sexista que han recibido que personas jóvenes y, para mi sorpresa, he visto que las primeras han aceptado a una ministra de Defensa sin mayores espavientos mientras que éstas últimas han reproducido cánones que teníamos desterrados. Por tanto, totalmente de acuerdo con Laura Freixas, sobre todo vinculando el disfrute de la cultura con la educación. Esta es una apuesta a largo plazo que llegará si trabajamos y estamos siempre atentas. En este sentido, a la delegada de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla la veo siempre atenta a que todo lo que hagamos en el Ayuntamiento tenga esa perspectiva de género. P. Cuando usted va al cine y ve cómo la violación y los malos tratos se presentan, la mayoría de las veces, en clave de humor, ¿qué siente usted como delegada de cultura y además mujer? R. Siento que desgraciadamente están reproduciendo lo que ocurre en la vida cotidiana. EL arte, la creación, debe de ir por
La cultura puede contribuir a que lleguemos a entendernos como seres humanos, con independencia de nuestro sexo.
otros derroteros, puede reflejar la realidad pero siempre bajo una perspectiva de género jamás regodeándose en la brutalidad, en la violencia. Jamás utilizar ésta como un comportamiento a seguir, jamás ensalzarla y nunca justificarla. Hay que trabajar mucho en este aspecto. El cine, el arte en general reproduce la vida pero debe de tener un compromiso con la sociedad y manifestar la denuncia cuando quiere cambiar algo. De la misma manera que ahora no veríamos normalizado un tratamiento racista hacia personas negras como algo divertido, de la misma manera debemos de oponernos ante cualquier manifestación de violencia, venga del cine, venga de la pintura… A través de las diferentes áreas del arte se puede evidenciar la violencia, no como una exaltación de
hay muy buena interrelación porque allí donde se encuentran las generaciones más jóvenes es donde más trabajo se debe hacer, sin duda alguna P. ¿Ha realizado su Delegación políticas de difusión de arte en aquellos sectores no académicos de la población, teniendo en cuenta problemas de accesibilidad, política de precios, flexibilidad de horarios, accesibilidad física, etc., etc.? (Ejemplos, escuelas para adultas y adultos, en cárceles de mujeres, etc.) Hay experiencias que afirman que los resultados son asombrosamente buenos. R. Asombrosamente extraordinario ha sido tomar la calle como espacio abierto a la cultura de calidad, sin abandonar la cultura que podemos promover a través del teatro Maestranza, Alameda, Lope de Vega o cualquiera de
El arte puede reflejar la realidad pero jamás regodeándose en la violencia, y nunca utilizando ésta como un comportamiento a seguir.
la misma sino recriminándola, denunciándola. P. ¿Se ha planteado su delegación la necesidad de llevar la reflexión sobre el sexismo a todos los sectores sociales, especialmente a los colegios?. R. Muy especialmente a los colegios porque es donde más falta hace, y a las niñas y niños pequeños. Algunas propuestas que nos han llegado de actividades culturales hemos tenido que decir que no por su contenido nada igualitario. Tenemos que estar muy vigilantes. Hay muy buen tono de colaboración en el Gobierno Municipal en relación con la delegación de Cultura, la delegación de Educación y la delegación de la Mujer. Evidentemente, cada una tiene sus propios contenidos y sus propias dinámicas pero, en este tipo de apuestas que son básicas
nuestras salas de exposiciones. Llevar la cultura a la calle rompe con todo porque hay accesibilidad, no hay que guardas colas, es gratis… La ciudadanía no tiene que moverse a un espacio cultural concreto para disfrutar de creaciones artísticas. Las experiencias que abren a nuevos públicos las propuestas artísticas son absolutamente exitosas. El graffiti de las Torres de Agua, iniciativa del Ayuntamiento a través de Emasesa y el ICAS, pueden verlo diariamente los ocupantes de unos 50.000 vehículos; es decir, es más visto que las Meninas de Velazquez. No está nada mal para estas chicas y chicos graffiteros. Y con respecto a la gratuidad, accesibilidad, etc. de los espectáculos, hemos tenido otra iniciativa. A través de un acuerdo con Diputación traemos a los
ensayos generales del Maestraza a personas de la provincia. Y estamos consiguiendo verdaderas aficionadas a la ópera en la provincia de Sevilla. P. ¿Contribuye su Delegación a socializar la presencia activa de las mujeres en el arte? ¿De qué manera? R. Sin lugar a dudas y de manera activa con las propuestas que nos llegan con perspectiva de género, pero también con la participación de mujeres. Tengo que decirte que al frente de la Delegación, me lo recuerda el alcalde muchas veces, al frente de la Delegación está una mujer, pero mi segunda, que es la directora general de Cultura es también una mujer con gafas, y se nota. P. ¿Cómo se trabaja el tema de género y cultura desde su Delegación? R. Estamos en colaboración con otro tipo de actividades que nos propone la delegación de la Mujer y también en mi perfil como portavoz del gobierno. En general estamos inmersos en varias iniciativas pero sobre todo en una un tanto complicada. La erradicación de la explotación sexual en la ciudad es complejo y difícil porque a esta explotación sexual de las mujeres hay que añadirle la molestia que produce que ésta práctica se realice en plena calle. El vecindario está molesto por las contrariedades ocasionadas: altercados, problemas de tráfico, de limpieza, de salud… Por tanto, estamos trabajando con la delegación de la Mujer en un proyecto muy ambicioso: “Sevilla Libre de Explotación Sexual”. Cuando hablamos con el vecindario comprendemos ese problema de seguridad pero, tenemos que ahondar más en profundidad porque, junto a ese “problema de seguridad” es necesario que haya una sensibilidad hacia la explotación de género y la explotación económica que existe detrás de la explotación sexual. Tenemos que entender que la explotación sexual es un problema que atañe al conjunto de la sociedad.
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P. ¿Cuáles piensa usted que son las grandes problemáticas de las mujeres, y de las mujeres artistas en particular en este momento? R. Este tema lo reflexionamos Margarita Aizpuru y yo con un grupo de mujeres vinculadas al arte moderno, con la delegada de la Mujer y con la responsable del Instituto Andaluz de la Mujer. En fin con un grupo de mujeres vinculadas a la gestión cultural, a la producción artística y a la conclusión que llegamos es que en estos circuitos del arte siguen ofreciendo resistencia hacia las mujeres, a pesar de que hay un ambiente de igualdad. Y lo que está claro es que tenemos que seguir luchando para erradicar esa resistencia, tenemos que seguir luchando para cambiar las mentalidades, tenemos que seguir combatiendo incluso la resistencia de algunas mujeres en la producción artística y literaria. En este sentido, en la Feria del Libro se ha hecho un especial en la producción de mujeres. ¿es arte de genero el escrito por mujeres? El debate ha quedado abierto. Ha sido un espacio en donde se ha hablado y discutido profusamente pero sin llegar a ninguna conclusión. Sin embargo y desde mi punto de vista, es necesario que sigamos planteándonos estas cuestiones. P. ¿Qué opinión le merece el trabajo que ha realizado y siguen realizando las Guerrilla Girls? R. No las conozco pero por lo que me has explicado me gustan. No he escuchado ningún comentario aquí. El 27 de junio vamos a hacer una Marcha del Orgullo en Sevilla, por primera vez, y pretendemos ser un referente importante en el marco nacional. Queremos que Sevilla sea una ciudad donde tenga cabida este tipo de cuestiones. Un espacio donde lesbianas y homosexuales vivan su sexualidad sin ser señalados o sentirse amenazados. No hemos visto una apuesta similar, y sin lugar a dudas las Guerrilla Girls tendrían cabida en este evento. P. ¿Para cuando un Museo de Mujeres en las Artes en Sevilla? (como el de Washington)
R. Hablamos sobre él en la inauguración de la exposición “La Feminidad Craquelada”. Entre otras cosas porque tuvimos la suerte de tener a las seis artistas de la muestra. Tres españolas, una sueca, una brasileña y la otra de México DF. Yo desconocía este museo y ellas me hablaron al respecto. Hemos quedado con la delegada de la Mujer en trabajar sobre esta apuesta, y si no como
tal museo, sí como un espacio especial, un sitio concreto en donde la programación y el arte hecho por mujeres, para la igualdad, para la reivindicación de la igualdad tenga su espacio concreto. La ministra de Igualdad, que ha estado en Sevilla recientemente también tiene conocimiento de este proyecto.
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EL ÁGORA DE LAS MUJERES
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el ágora El presentar dos asociaciones, una con una dilatada trayectoria y experiencia en el movimiento asociativo de mujeres de Sevilla y la otra con una trayectoria más corta pero no menos intensa, ha acabado por convertirse en práctica. En este tercer número presentamos a la Asociación DeFrente LGTB que se constituye en 2006 y desde entonces no han parado de trabajar y organizar diferentes actividades con el fin de empoderarse, y a través de su lucha, conseguir su visibilización con los mismos derechos en la sociedad que cualquier otro ser humano. Mujeres de Negro de Sevilla/Red Internacional de Mujeres contra la Guerra, vienen trabajando desde 1993 intensamente en contra de todo tipo de violencia hacia las mujeres. Aprovechamos el espacio que el ágora brinda a las voces de las mujeres para dar cobijo asimismo al I Encuentro de Asociaciones de Mujeres y presentar también a las premiadas del XII Premios de la Mujer.
a Asociación DeFrente LGTB fue constituida en febrero de 2006. Desde entonces, en especial a lo largo del último año, su número de socios y sobre todo de socias se ha incrementado de manera significativa. Esta es, quizá, una de las señas de identidad que más les caracterizan, y la que a menudo esgrimen con más orgullo: se trata de una asociación mixta abierta a la participación de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales que sin embargo está compuesta mayoritariamente por mujeres y gestionada mayoritariamente por ellas, lo cual no es nada común. Este hecho no obedece a ningún propósito ni estrategia de comunicación positiva hacia la mujer. DeFrente contó desde sus orígenes con más mujeres que hombres, y a medida que ha ido creciendo, lo ha hecho en la misma proporción. Por encima de ninguna otra cosa, es un colectivo que acoge a las recién llegadas y las hace sentirse como en casa desde el principio, pues día a día demuestra que conoce a la perfección sus necesidades y sus objetivos. De hecho, los hombres que también forman parte de la asociación son conscientes de esta particularidad y a través de su trabajo dan muestras de su total apoyo y respeto por ello. Una asociación como esta es tan necesaria porque la realidad es que en la mayoría de asociaciones LGTB participan muchos más hombres que mujeres, y cuando ellas desean ocupar cargos de responsabilidad, sus compañeros no se lo ponen nada fácil. La Junta Directiva de DeFrente está compuesta por un total de nueve personas, de las cuales siete son mujeres y dos hombres. De nuevo, no se trata de ningún acto de discriminación, sino de una cifra representativa de la presencia y la participación más activa de una mayoría de mujeres en la asociación. Las áreas de trabajo que hay actualmente son: Cultura, Ocio, Educación, Salud, Mujer, Familias Homoparentales y Comunicación. Salvo las áreas de Educación y de Familia, todas ellas son coordinadas por mujeres. DeFrente organiza un gran número de actividades dirigidas a la totalidad del colectivo LGTB al que atiende. Hombres y mujeres tienen acceso a todas las actividades que se llevan a cabo, excepto a aquellas que pertenecen exclusivamente al Área de la Mujer. Desde Defrente se defiende que las mujeres necesitamos disponer de un espacio propio para la reflexión, el debate y la formación, a través
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de los cuales conseguir el empoderamiento no sólo para vivir nuestra identidad y sexualidad de una forma libre y visible como lesbianas, bisexuales o transexuales, sino en lo relativo a nuestro papel y nuestros derechos como mujeres en la sociedad. En ese sentido, DeFrente ha llevado a cabo un número importante de acciones a lo largo de los últimos meses. Algunas de ellas son las siguientes: 1 . La creación de Área y un grupo de trabajo de mujeres lesbianas y bisexuales. 2 . Celebración del I Encuentro de Mujeres Lesbianas y Bisexuales en marzo de 2009. 3 . Elaboración, presentación y defensa de propuestas para los Presupuestos Participativos, que además se emplean como plataformas de visibilidad, gracias a las asambleas populares en las que esas propuestas se defienden de forma directa en distintos barrios y distritos. 4 . Colaboración y participación en la Plataforma 8 de marzo, que es una federación de Asociaciones de mujeres de Sevilla, que se movilizan por todos aquellos asuntos relacionados con la igualdad y justicia de la mujer. 5 . Participación en el Área de Políticas Lésbicas de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales): asistencia a reuniones, cursos de formación, gestión de actividades del área, etc. 6 . DeFrente forma parte de la Coordinadora Girasol, la Federación de Grupos LGTB de Andalucía, Ceuta y Melilla, y dentro de ella trabaja conjuntamente con las áreas de Mujer de otras asociaciones locales. 7 . Organización de las Jornadas de Cultura Lésbica, en las cuales se intenta reunir un grupo diverso y representativo de creaciones culturales realizadas por mujeres lesbianas y bisexuales, o dirigidos a mujeres lesbianas y bisexuales: exposiciones, música, teatro, literatura, cine, etc. Las jornadas de 2009 tendrán lugar en el mes de noviembre, y están abiertas a todo tipo de público general. 8 . Creación de un club deportivo dentro del Área de Ocio, que funciona como herramienta de visibilidad para las mujeres de la asociación. Actualmente este grupo participa en los Juegos de Primavera del Ayuntamiento de Sevilla.
Para DeFrente, el apoyo y la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla han sido fundamentales desde sus inicios. La gran mayoría de las actividades desarrolladas y puesta en marcha por parte de DeFrente han sido posibles gracias al apoyo de diferentes Áreas del Ayuntamiento, como son la de Cultura, la Participación Ciudadana y el Área de la Mujer. A esta última hay que agradecerle en especial su respaldo incondicional a todas las actividades que la asociación ha organizado en exclusiva para mujeres.
defrente
Asociación de
Mujeres
LGTB
Mujeres de Negro (MSDN) nace en Diciembre de 1987 por iniciativa de mujeres israelíes y palestinas para manifestar su repudio a la ocupación de los territorios palestinos por la política agresiva del gobierno israelí. Desde su conocimiento, mujeres activistas de diferentes lugares van creando grupos de apoyo a las mismas y aparecen MdN en Italia, EEUU y Alemania.
RED INTERNACIONAL DE MUJERES CONTRA LA GUERRA
En 1991, a comienzos de la guerra de la ex Yugoslavia, se toma contacto con las MdN de Belgrado que han ido creando redes de mujeres de todas partes de los Balcanes que van formando grupos desde los que ir desarrollando su propia identidad, incidiendo y actuando en su realidad inmediata. En febrero de 1992 MdN de Venecia ven positivo organizar unas jornadas de Mujeres contra la guerra, a las que acuden activistas de distintos lugares de la ex Yugoslavia y de Italia. En ellas se ponen de manifiesto numerosas contradicciones (respecto al estado/nación, patria, ejército…) que, engendradas por la guerra, afectan a las relaciones entre mujeres. Las MdN de Belgrado, en 1.993, entendiendo la necesidad de hacer escuchar sus voces, comienzan a organizar Encuentros de Mujeres con enorme apoyo emocional, político y material de grupos de MdN ya existentes y de otros grupos de mujeres por la paz de muchos lugares del mundo dando pie a una gran Red Internacional de Mujeres contra la Guerra que tienen en común:
›› Crear espacios para las voces de mujeres contra la guerra. ›› Rechazar todo tipo de política de guerra. ›› Construir redes solidarias entre las mujeres por encima de todo tipo de fronteras y barreras (estatales, nacionales, culturales…). ›› Denunciar y desvelar la militarización cotidiana de la sociedad. ›› Estrechar vínculos entre las reflexiones y las prácticas feministas y antimilitaristas. ›› Apoyar la participación de mujeres en todas las negociaciones de paz. ›› Crear la paz a través de la educación por la paz y la no violencia.
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Desde entonces, forman parte de esta Red todas las mujeres que, a través de su activismo y su resistencia, transforman su indignación en acciones noviolentas contra el patriarcado, el militarismo y su consecuencia más violenta: la guerra. Mujeres que no aceptan que otros hablen en su nombre y que superan y saltan los muros y barreras respetando la pluralidad que aporta las distintas experiencias de vida. Esta Red se teje fuera de todas las estructuras y espacios oficiales, sin un centro o dirección de la misma, manteniendo su comunicación a través del Encuentro Internacional anual. El contacto entre las mujeres se mantiene por diferentes medios: además de los Encuentros Internacionales, el correo electrónico, las conferencias, visitas, envío de materiales…de esta manera se divulgan informaciones alternativas, especialmente de las zonas en conflicto. Hasta el momento se han celebrado XIV Encuentros, el último en Valencia en 2007. MdN de Sevilla surge a raíz del II Encuentro Internacional de Mujeres contra la Guerra (1993) en los Balcanes, dando lugar a la Red de Mujeres contra las agresiones: Mujeres de Negro.
En 1996 hay una escisión y nuestro Colectivo se constituye independiente de esta red local para así poder seguir participando plenamente, como mujeres feministas y antimilitaristas, en el Movimiento Internacional de MdN animadas por: ›› La confianza en la ternura y la solidaridad entre mujeres. ›› El respeto a la pluralidad de inquietudes e ideas. ›› El deseo de desintoxicarnos de los valores patriarcales. ›› Un espíritu independiente de toda formación política e institucional. Nos definimos como un colectivo de insumisas a todo tipo de violencias y nos reivindicamos como mujeres feministas antimilitaristas porque detectamos en nuestras sociedades la existencia de un poder patriarcal omnipresente que favorece las discriminaciones y las violencias que se dan contra las mujeres, desde el silencio de los crímenes sobre ellas, hasta sus condiciones de vida en tiempos de guerra, y que lleva a cabo un desarrollo socio-económico sustentado en formas de expoliación y control que incide gravemente sobre todas nosotras.
de Sevilla
Nos vestimos de negro en nuestros actos públicos para hacer visible nuestro dolor. Estamos seguras de que la política de resistencia activa es una alternativa concreta cuando da voz a los testimonios y sentimientos de todas las personas que son silenciadas e invisibilizadas y nos comprometemos en esta resistencia de la noviolencia con acciones locales, estatales e internacionales que evidencian las distintas maneras de actuar que ejerce el poder patriarcal y militar. En las plazas públicas, en tertulias, talleres y encuentros participamos llevando la palabra de quienes viven el terror de la guerra o de la exclusión xenófoba, y, específicamente, de nosotras las mujeres, siempre relegadas a la invisibilidad. Nos gusta establecer relaciones afectivas de comunicación entre mujeres de distintos lugares y edades, tejiendo redes de barrio en barrio, de ciudad en ciudad, de orilla a orilla de nuestro mundo. En esta resistencia, tejida conjuntamente con las amigas, mantenemos una identidad cuyas raíces no paran de nutrirse con la llegada de todas las que aspiramos a expulsar la guerra de nuestra vida. Actualmente llevamos en la Casa de la Paz —Plaza del Pumarejo— un proyecto de convivencia y de apertura compartido con dos otros colectivos (Red Paz y MOC), con los que nos unen nuestras reflexiones y pensamientos.
www.lacasadelapaz.org
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Izquierda: encuentro en Valencia y en Jerusalén. Derecha: concentración de las MSdN en la Base Militar Camp Darby. Italia.
Página anterior, abajo: marcha de las MSdN por las afueras del Camp Darby. Italia. Base Militar Norteamericana.
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E n c u e n t r o
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A s o c i a c i o n e s
Conocerse, intercambiar ideas y conocimientos y unir fuerzas. Con estos propósitos, más de 250 mujeres de 98 asociaciones, en su mayoría sevillanas, se dieron cita los días 15 y 16 de mayo para participar en el I Encuentro de Asociaciones de Mujeres de Sevilla y analizar la forma de trabajar en red para aprovechar sinergias y reforzar la lucha por los derechos de las mujeres. Texto: Leonor Pérez Fotografías: Charo Corrales
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M u j e r e s
El Centro Cívico la Buhaira fue durante dos días el escenario de un amplio colage de asociaciones de mujeres comprometidas en la lucha por la defensa de sus derechos. Durante los días 15 y 16 de mayo, la Delegación de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla convocó el I Encuentro de Asociaciones de Mujeres al que acudieron cerca de 100 organizaciones procedentes, en su mayoría de la provincia de Sevilla. Hubo cabida para todas ellas: asociaciones de mujeres dedicadas a la lucha contra la violencia de género, la defensa de los derechos de las inmigrantes, la salud de la mujer, asociaciones de mujeres discapacitadas, mujeres progresistas, mujeres por la igualdad, viudas, amas de casa, madres solteras, separadas, mujeres por la formación y el empleo, trabajadoras agrícolas, etc. Su elevada participación en las jornadas demostraba el grado de interés de todas ellas por conocer el trabajo de otras mujeres en diferentes ámbitos, intercambiar experiencias y considerar la posibilidad de trabajar en red.
Trabajar en red
Espacio de conocimiento Durante los dos días de jornada, las asistentes conocieron de primera mano el trabajo de las distintas asociaciones a través de paneles informativos donde se detallaban las actuaciones realizadas por cada asociación, su composición, sus retos y objetivos. Se trataba de crear un foro para posibilitar el encuentro y el aprendizaje mutuo, aprovechar los conocimientos técnicos o formativos de cada asociación, y averiguar en qué medida podrían resultar útiles para otras agrupaciones. En palabras de la Delegada de la Mujer del Consistorio sevillano, Mª Dolores Rodríguez, el objetivo de este encuentro es “crear un espacio de conocimiento, intercambio y compromiso entre asociaciones centrándose en la colaboración en red”. Con esta iniciativa, la Delegación recogía una inquietud que vienen demostrando las distintas asociaciones sevillanas para propiciar una mayor interrelación y comunicación entre ellas. La iniciativa consiguió el reto de poner en contacto a las asociaciones como una herramienta más de trabajo. Es lo que se conoce como “Metodología de trabajo en red”, es decir, intercambiar experiencias como recurso para un nuevo modelo de gestión y una mayor garantía de éxito de los proyectos de cada asociación.
dicos y talleres de formación y participación. Desde el Aljarafe sevillano, el Colectivo Mujeres del Aljarafe, una de las asociaciones más veteranas, también expuso su experiencia de más de veinte años dedicada a luchar por la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Desde 1988, sus actuaciones se han encaminado a denunciar situaciones discriminatorias y organizar actividades para hacer partícipe a la sociedad de la necesidad de cambiar la desigualdad y fomentar el respeto y la libertad, así como la defensa de distintas opciones sexuales.
Izquierda: Técnica de la Delegación de la Mujer, Coordinadora del IAM, Delegada de la Mujer y Directora de la Delegación de la Mujer. Abajo: 1. Foro de la Igualdad de Pino Montano. 2. Técnicas de la delegación de la Mujer y asistentes.
Homenaje a una labor de años A juzgar por los resultados y la alta participación, el encuentro alcanzó los objetivos planteados. Pero además consiguió, al reunir a asociaciones dedicadas a distintas temáticas, no sólo homenajearlas a todas ellas sino reflejar el grado de desarrollo del tejido asociativo de Sevilla. Los encuentros entre asociaciones estuvieron además acompañados por exposiciones sobre las vivencias de algunas de las participantes, como el Foro de Mujeres por la Igualdad Distrito Norte y la Coordinadora de Asociaciones de Mujeres Macarena, la Coordinadora de Asociaciones Polígono Sur, el Colectivo Mujeres del Aljarafe, ATAE, la Asociación Wangari Maathai y la Federación de Asociaciones Cerro Amate. Ésta última expuso su propia experiencia de trabajo en red a través de su Federación, creada en 1999 con el compromiso de crear redes, organizarse, y poner en marcha recursos para ayudarse como mujeres. Desde entonces, la Federación ha puesto al servicio de la mujer gabinetes psicológicos y jurí-
para unir fuerzas
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Más allá de Sevilla La mayor parte de las asociaciones participantes en el encuentro llegaron desde distintos puntos de la provincia de Sevilla. Pero dos de ellas lo hicieron desde Córdoba —la Asociación Al Alba— y de Breda, en Girona —Dones de Breda— que se acercaron hasta Sevilla con la idea de comprobar personalmente el funcionamiento de las asociaciones locales y extender las prácticas aprendidas a las asociaciones de sus respectivas ciudades. La asociación cordobesa expuso su amplia trayectoria que se remonta al año 87, fecha en la que pocas mujeres, según las representantes de la asociación, participaban en la vida pública. Un año después, en 1988 nacía “Al Alba”, gracias al empeño de un grupo de mujeres que impulsaron, a raíz del lanzamiento de su Asociación, el tejido asociativo de las mujeres de Córdoba. Un alto en el camino de esta histórica Asociación fue el año 1997, fecha del trágico asesinato de Ana Orantes. Aquel hecho movilizó a la opinión pública española y llevó a muchas asociaciones de mujeres del país a pensar cómo luchar contra esta lacra. Al Alba lo hizo creando una plataforma para denunciarlo públicamente. Hoy conforman la Plataforma 70 asociaciones que trabajan en formación sobre violencia y organizan plenos cada vez que se produce un nuevo asesinato. Poco después, la Asociación creó el Consejo Municipal de la Mujer (2000) máximo órgano de participación democrática de la mujer en el Ayuntamiento. Desde entonces han multiplicado sus actividades en torno a la formación sexual, la gimnasia de mantenimiento, la educación vial, ciclos de teatro, etc.
Desde el norte de España, la Asociación Mujeres de Breda (Girona) viajó hasta Sevilla para acercarse a la experiencia de centros más veteranos. La joven asociación, fundada hace dos años, cuenta ya con 200 socias, participación que constata el éxito de esta agrupación dedicada a formar a la mujer sobre temas diversos como la salud y la violencia de género, y realizar actividades lúdicas como frutadas populares o la participación en la maraton de Cataluña. La organización del encuentro incluyó además actividades lúdicas como el teatro Tres duetos “Cosas de Mujer”, a cargo de la asociación de Mujeres Celosía, así como una velada musical a cargo del Grupo Celta “Stolen Notes”. Al finalizar el encuentro las participantes manifestaron su satisfacción por el trabajo de las distintas asociaciones que defienden desde diversas áreas los derechos de las mujeres. El encuentro consiguió, según algunas de las participantes, dar a conocer lo que se hace en Sevilla y mostrar el compromiso y buen hacer del movimiento asociativo sevillano.
Delegada de la Mujer charlando con las asistentes.
Mujeres en la segunda sesión del encuentro.
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XII Premios de la Mujer Reconocer públicamente la dedicación y el compromiso personal y profesional de mujeres que trabajan para conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres, es el objetivo de los Premios de la Mujer que entrega cada año el Ayuntamiento de Sevilla. Las galardonadas de esta 12ª edición de los premios coincidieron al recordar que detrás de su labor está el trabajo de cientos de mujeres. Fotografía: Anna Elías
Por Leonor Pérez Álvarez
“Un reconocimiento a la labor de todas las mujeres”. Así Fotografías: Charo Corrales definió Adoración Carrasco Arroyo su Premio a la trayectoria personal, uno de los dos galardones que cada año otorga la Delegación de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla. Por su compromiso personal y social como presidenta de la Asociación “Mujeres con Norte” que lucha por el problema de la violencia de género en el Polígono Norte, Carrasco recibió el premio de manos de la Delegada de la Mujer del Consistorio sevillano, Mª Dolores Rodríguez. La 12ª edición de esta entrega de premios se celebró al cierre del I Encuentro de Asociaciones de Mujeres, en el Centro Cívico La Buhaira, el pasado 16 de mayo. Cada año, el Ayuntamiento busca con estos galardones premiar la trayectoria personal y social, por un lado, y profesional, por otro, de las mujeres sevillanas. Se trata, según Mª Dolores Rodríguez, de dar a conocer a través de estos premios “la realidad de estas mujeres que superan estereotipos sexistas y resaltar la importancia de su trabajo en el desarrollo de diversos campos de la sociedad, la política, la economía y la cultura”.
Dedicación personal
La premiada Consuelo Flecha dirigiéndose a las asistentes.
Uno de estos exponentes de trabajo personal y dedicación diaria a la defensa de las mujeres es Adoración Carrasco, presidenta desde hace siete años de la Asociación Mujeres con Norte, pero involucrada en la atención de la mujer desde hace más de 15 años, especialmente en el ámbito de la violencia de género. Desde que naciera la Asociación, Carrasco se ha dedicado a acercarse a las mujeres involucradas en situaciones de violencia y a su familia para apoyarlas, acompañarlas a los juzgados y animarlas a denunciar. El incremento progresivo de mujeres que participan en la Asociación refleja el éxito de esta iniciativa, a pesar de los obstáculos diarios que plantea un barrio conflictivo como el Polígono
Norte, con altos índices de drogadicción y de violencia contra las mujeres. El miedo de la mayoría de ellas a interponer las denuncias es también otro hándicap diario. “Trabajamos todo lo que podemos aunque no todo lo que quisiéramos porque a las mujeres aún les da miedo llegar hasta la Asociación. No conseguimos acabar con ese miedo”, señaló Carrasco. La Asociación se dedica cada día a día fomentar la participación de las mujeres a través de talleres formativos, con los que además se las anima a salir del espacio doméstico “donde muchas veces están solas y no tienen espacio para compartir su problemática”. La labor de sensibilización de la Asociación contra la violencia de género no queda ahí. Desde hace años trabajan en red, algo que no siempre es fácil “porque es complicado poner de acuerdo a muchas de estas mujeres que tienen que sacar tiempo de sus familias y sus tareas diarias. No es fácil llevarlo todo adelante” concluye Adoración. Durante la entrega del premio, reconoció su sorpresa por este reconocimiento ya que considera que hay otras mujeres que lo merecen más. “Por ello me siento orgullosa, porque este premio no es para mí, sino para todas ellas. Este reconocimiento supone además que, en el futuro, tendré aún más empuje para seguir trabajando con esmero”.
Reconocimiento a la trayectoria profesional
Consuelo Flecha García, profesora universitaria experta en coeducación de la Facultad de Magisterio de la Universidad de Sevilla, recibió el Premio Mujer que reconoce su trayectoria profesional a favor de la igualdad. Observando su currículum y sus investigaciones sobre la situación de la mujer en el ámbito de la enseñanza en España o la situación de las alumnas en la Universidad de Sevilla, se entiende rápidamente su nominación. Ponente en conferencias por todo el mundo, pertenece además a distintos grupos de investigación y fue artífice de la creación del grupo de experta en género, pionero en Andalucía, y de un programa de doctorado sobre mujeres y género en la Universidad de Sevilla. Al recoger su premio, Flecha recordó a todas aquellas mujeres que le han dado energía para sacar adelante su trabajo. “A lo largo de mi vida me he encontrado mujeres que me han enseñado a cómo estar en la vida y en el mundo como mujeres”, algo que intenta a su vez transmitir en sus clases, célebres en la facultad por impartirlas en femenino, como forma de concienciar al alumnado sobre la situación desigual establecida socialmente, algo que resulta
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De izquierda a derecha: Consuelo Flecha, Margarita Aizpuru, Dori Carrasco y Delegada de la Mujer.
clave en una facultad donde se forma a las futuras profesionales de la educación. Flecha recordó además la importancia de seguir apostando por esta educación universitaria “para que las generaciones jóvenes no olviden todo lo que ha sido necesario hacer para que ahora estemos aquí”. Según Flecha, este premio supone un estímulo para seguir diciéndole cada año a estas jóvenes universitarias “porqué estáis aquí, de dónde venimos las mujeres, y cómo hay que estar siempre atentas para seguir siempre adelante y evitar dar pasos atrás”. Demostrada la notable evolución de la mujer en los últimos 30 años, el objetivo está ahora, según Flecha, en enseñar a los hombres a vivir en igualdad. “Nosotras hemos cambiado muy deprisa pero ellos aún no se han atrevido a hacerlo y eso nos importa mucho porque el hombre es uno pero los sexos somos dos”.
Mención a la mujer artista
Finalmente, la delegación de la Mujer decidió otorgar una mención honorífica a Margarita Aizpuru Domínguez, comisaria de exposiciones y actividades artísticas y crítica de arte, por su impulso al trabajo de las mujeres artistas. “Este premio se dirige también a todas las creadoras del ámbito de la cultura que intentan hacer su trabajo desde una óptica diferente, la óptica de la perspectiva de género”. Desarrolla desde hace años su compromiso feminista y tiene en su haber una amplia bibliografía de trabajos a nivel regional, nacional e internacional. En los últimos años ha sido organizadora cultural y artística de exposiciones de mujeres desde el planteamiento feminista. La mención honorífica se le concedió por su esfuerzo a la hora de dar otra mirada a las manifestaciones culturales y emplearlas como denuncia
de la desigualdad en el terreno del arte y la cultura. Asimismo se reconoció su esfuerzo por difundir trabajos creativos que las mujeres vienen realizando desde la óptica de género. El premio supone para Aispuru “un impulso para seguir trabajando, sobre todo en el complicado ámbito de la cultura, especialmente aquí en el sur, donde las tradiciones son muy fuertes y es difícil dedicar exposiciones al punto de vista feminista. Es sumamente necesario visibilizar a mujeres artistas tanto del cine, como de la música, la pintura y tantas otras mujeres creadoras, ya que aún los discursos feministas y de género encuentran muchas dificultades para que se incluyan en exposiciones culturales y artísticas, a pesar de la vigencia de leyes de igualdad.”
Es sumamente necesario visualizar a las mujeres artistas y a tantas otras mujeres creadoras. Margarita Aizpuru, mención a la mujer artista.
L a l u c h a d e la s a r t i s ta s p o r h a c e r s e v i s i bl e
¿elemento
Para todas aquellas que no me conocéis, que seréis la mayoría, mi nombre es Amalia Ortega. Soy artista, profesora en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, madre, esposa, hermana, hija y amiga, aparte de vecina, conocida, clienta, persona anónima, y otras tantas cosas que ahora no se me ocurren. A través de la lectura de este artículo me conoceréis un poco más, os sentiréis más cercanas a mí en algún aspecto, quizás en un futuro os suene mi nombre o incluso lo reconozcáis, estaréis de acuerdo o disentiréis de lo que digo, pero, por unos minutos pasaré del absoluto anonimato a ser alguien con nombre y apellidos, alguien real, alguien que piensa, que dice, que expresa, que tiene opinión propia, … en definitiva, pasaré de ser la madre de, la hija de, la esposa de, la amiga de, la vecina de… a ser Amalia Ortega, la artista y profesora universitaria que escribió un artículo en la revista Maginaria. Existiré en vuestras mentes, porque me he habré hecho visible a través de las palabras. Fotografías: Anna Elías
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exótico?
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e esto precisamente os quería hablar: de la importancia que tiene y que ha tenido, la lucha que muchas mujeres artistas han mantenido por hacerse visibles, o lo que es lo mismo, por dejar de ser invisibles a los ojos de una sociedad que las había confinado al espacio privado y doméstico, mientras que los hombres copaban todos los espacios públicos relacionados con el arte: desde la propia producción artística, hasta el mercado de arte, pasando por la política cultural, la dirección de museos, la generación de conocimiento, la legislación en materia artística, el coleccionismo y un largo etcétera. Por supuesto que esto ha venido ocurriendo en todos los ámbitos del saber humano, y nuestras compañeras científicas, médicas,
juristas, sociólogas, antropólogas, etc., tendrán mucho que decir en sus particulares ámbitos de actuación. Yo me limitaré a lo que conozco un poco, dejando hueco a las demás para sus valiosas aportaciones. En el mundo del arte, los diferentes discursos feministas y visiones de género han supuesto un antes y un después en la creación contemporánea, ya que estos planteamientos han proporcionado muchas veces la base teórica sobre la que articular una producción que se aleja de los cánones tradicionales patriarcales en los que se sustenta la historia del arte. Sobre todo a partir de los años setenta, creció el interés por afirmar la existencia de un tipo de “identidad femenina” diferente y no englobada en el discurso masculino predominante en el arte, enmascarado en
“Rescatando a nuestras antecesoras tenemos historia”
el concepto de “universalidad”. Las artistas tomaron el espacio público de los museos, exposiciones y galerías con propuestas muy distintas a las de sus compañeros varones, introduciendo el concepto de diferencia frente al de universalidad, el de la parcialidad activista frente al de la neutralidad. No es que anteriormente no existieran las mujeres artistas. Han existido siempre. Ya en la Grecia antigua se alababan las obras de Aristarete, Eirene, Calipso y Timarete. Iaia de Cyzicus fue una famosa pintora y grabadora que vivió hacia el siglo I antes de Cristo. Durante la Edad Media, mujeres como Santa Hilda de Inglaterra o Hildegarda de Bingen crearon importantes manuscritos iluminados y objetos preciosos, y fueron mujeres las que bordaron el famoso tapiz de Bayeux. Sin embargo un gran número de ellas sigue sin conocerse, dando origen al dicho de que “anónimo significa mujer”.
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Los productos artísticos generan capital simbólico, sustentan determinados discursos, afianzan ideas, promueven valores-”
A esto hay que sumar el importante dato de que durante siglos, las actividades artísticas de las mujeres (tapices, bordados, cerámica, joyas…) han sido consideradas como “artes menores”, apartándolas así del universo del gran arte, o “artes mayores” reservadas a los hombres, ya que los centros de formación artística, en los que era posible aprender pintura, escultura o arquitectura les estaban vetados hasta hace muy poco. En la historia del arte no faltan las artistas que tuvieron que firmar sus obras con el nombre de su padre, marido o amante para protegerse así del acoso social, y poder seguir realizando en el anonimato aquello que les fascinaba. En la lucha por la visibilización de la mujer en el mundo artístico, me gustaría destacar la labor realizada por el Museo Nacional de Mujeres Artistas (National Museum of Women in the Arts, NMWA), en Washington, D.C., ya que es el único museo dedicado a coleccionar, exhibir y difundir este tipo de producciones tanto de las artes visuales, interpretativas como literarias. Resulta revelador el modo en que surgió el objetivo de esta institución: en uno de sus viajes, los señores Holladay admiraron un bodegón del siglo XVII obra de la pintora
flamenca Clara Peeters. Cuando los Holladay más tarde buscaron información sobre Peeters en los textos canónicos universitarios de historia del arte, advirtieron que en estos libros no se incluía a Peeters, ni a ninguna otra artista femenina. Los Holladay decidieron entonces hacer que la base de su colección de arte fueran obras de mujeres, que más tarde se convertiría en el núcleo de la permanente del NMWA. Esta labor de rescate de nuestras antecesoras resulta fundamental, porque nos proporciona una conexión con el pasado, la sensación de que tenemos historia, de que existen referentes. Ahora sabemos, gracias al desarrollo de los Estudios sobre la Mujer, y de los Estudios de Género, cuáles son las causas de que hayamos creído durante tanto tiempo que no existían grandes obras realizadas por artistas femeninas: no existían porque no eran visibles, porque no aparecían en los libros de texto ni en las enciclopedias. Desde los años setenta, sobre todo gracias a la lucha de artistas feministas, las mujeres hemos ido adquiriendo mayor protagonismo en la escena del arte actual, hemos luchado sobre todo por tener una voz propia, no una voz prestada, por sacar a la luz aquellos aspectos del mundo y de la vida que nos parecen interesantes, bellos, poéticos, así como aquellos otros que nos desagradan, que deseamos eliminar. El mundo del arte poco a poco va recogiendo las voces de muchas artistas que tienen una visión diferente no solo de lo que el arte debe representar, comunicar, transmitir, plantear, criticar, sino de lo que es el propio concepto de arte. Es ya mítica la afirmación de las Guerrilla Girls en los 80 de que menos del 5% del arte moderno expuesto en los museos estaba hecho por mujeres, mientras que el 80% de los desnudos eran femeninos. Esta afirmación desvelaba algo escondido y perverso en las políticas culturales, desvelaba el hecho de que éstas estaban dominadas por la
mirada masculina, por sus valores e intereses patriarcales. Y es que el Arte tiene un gran peso en el desarrollo de representaciones que luego se reflejan en las conductas sociales. Los productos artísticos generan capital simbólico, sustentan determinados discursos, afianzan ideas, promueven valores. Como profesora universitaria tengo gran interés en que mis estudiantes se den cuenta de este hecho, y de la importancia que tiene la mirada con la que se analizan las cosas. Creo fundamental estudiar el papel de la mujer en el cambio en el concepto de arte, ya que esto nos sitúa en el rol de generadoras de conocimiento, no solo en el de productoras de objetos. El arte puede jugar un gran papel en la transformación de una sociedad aún sexista, desde el reconocimiento de las mujeres como creadoras hasta el cambio del concepto de mujer, ya que tradicionalmente hemos sido objeto y no sujeto de representación. Ahora, como creadoras podemos aportar una nueva visión sobre nuestra propia condición, podemos actuar desde dentro. Así lo perciben muchas estudiantes, conscientes del poder que pueden ejercer sus propuestas, pero conscientes también de que aún existen barreras sociales, que hacen que la mayoría de las veces les sea más difícil a ellas que a ellos desarrollarse profesionalmente. Quizás se deba a que el éxito artístico está ligado a otros epifenómenos, a otras circunstancias en las que ellos siguen teniendo las de ganar: a un chico le resulta muy cómodo compartir una noche de copas con un galerista… a una chica no tanto. Es verdad que algo hemos conseguido, pero el cambio real vendrá cuando la visión femenina deje de verse como “la otra visión”, cuando tengamos que dejar de usar la etiqueta de “arte de género”, cuando dejemos de ser el “elemento exótico”. Amalia Ortega Rodas. Artista y Profesora de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla
Katie Macking
inglesa y productora
Hay mujeres trabajando en los Medios Audiovisuales, en los diferentes cargos, que aseguran no haber sufrido casos especiales de discriminación por ser mujeres, hay otras que han denunciado habituales tratos diferentes al de los hombres, algunas otras señalan, suavemente, el escaso peso que tienen cuando discuten decisiones importantes, otras muchas señalan estar ofendidas por la imagen que dan las películas de las mujeres que aparecen en ellas y algunas menos afirman que a las mujeres que dirigen o producen se les da las mismas oportunidades basándose en su habilidad creativa o productiva. En una cosa sí que coinciden todas: con el devenir del tiempo las cosas cambian, aunque lentamente. Nuestra entrevistada, Katie Mackin es una brillante y joven productora que trabaja en Passion Pictures Co., en Londres y Texto: Lola Prada piensa que con el tiempo, las cosas sí Traducción: Olivia Potel cambian, muy lentamente pero cambian.
1. PAYE (Paye As You Earn): sistema de retención fiscal en la fuente de ingresos.
P. ¿Cómo ve el mundo de la producción cinematográfica global desde su punto de vista de mujer? R. Yo trabajo en una empresa de animación llamada Passion Pictures, en Londres, que produce publicidad, videos musicales y cortometrajes. En mi empresa, en el departamento de producción predominan las mujeres pero los directores son principalmente hombres. Creo que esto ocurre en todos los ámbitos del mundo cinematográfico. Parece que los hombres acaparan los puestos creativos, especialmente los puestos de dirección, pero también pienso que a las mujeres que dirigen se les dan las mismas oportunidades basándose en su habilidad creativa. P. Según los expertos, es a la hora de tomar una decisión importante cuando la opinión de las mujeres tiene menos peso. ¿Ocurre esto en el mundo de la producción? R. Personalmente, no creo en eso, no creo que como mujer se me haya prestado menos atención a la hora de tomar decisiones. No quiero decir que esto no ocurra. Creo que en las grandes empresas, los puestos más altos tienden a ser ocupados por hom-
bres. Es probable que por este motivo las mujeres sientan que su opinión no tiene la misma relevancia en la toma de decisiones pero creo que esto se debe a las responsabilidades del puesto ocupado y no a la diferencia de sexo en un mismo cargo. P. Las mujeres productoras también denuncian el escaso peso que tienen en las organizaciones importantes (en la Federación de Productores, en la Dirección del Audiovisual…) ¿Qué opina al respecto? R. La escasa presencia de mujeres en estas organizaciones parece afectar a la influencia y peso que las mujeres tienen en la industria cinematográfica. La mayoría de las organizaciones están dirigidas por hombres. Pero quizás una mayor presencia de mujeres dentro de estas organizaciones empoderaría a las mujeres a un nivel inferior. P. ¿Existe información referente a las mujeres que trabajan en la producción para cine y televisión en el Reino Unido? (Cuántas, autónomas, asalariadas, PAYE1…) R. No tengo constancia de que existan datos sobre las mujeres productoras del Reino Unido. P. ¿Cree usted que las películas, los vídeos, los cortos, que usted produce, así como los realizados por otras mujeres, contribuyen a incrementar el control y el ajuste de la imagen que se da de las mujeres en las películas en que aparecen (y probablemente aportar otra sensibilidad) para ver y dar prioridad a ciertos temas sociales en las películas? R. Me gustaría creer que yo misma y las demás mujeres productoras tenemos una influencia social con las películas que producimos. No creo que sean sólo las mujeres las que están aportando esa conciencia a través de la pantalla. Algunos directores están rompiendo con los modelos y opiniones obsoletos. P. ¿Cree usted que ese techo de cristal es la dura realidad?
R. Como mujer que pretende conseguir sus objetivos profesionales y realizar sus deseos no he experimentado nunca ningún tipo de discriminación que obstaculizara el desarrollo de mi carrera profesional. Creo que si se está mentalmente preparada para ir en una dirección y se lucha por ello entonces se tienes la capacidad de conseguirlo. No puedo imaginar no conseguir lo que quiero por el simple hecho de ser mujer. Nunca he abandonado un trabajo o una oportunidad de ascenso en favor de un hombre. Sin embargo, puedo imaginar que, en empresas donde los puestos directivos están ocupados principalmente por hombres, este fenómeno forme parte de la dura realidad. He trabajado en empresas donde parecía existir un “club de hombres” en el nivel más alto. En esta situación se puede constatar que los hombres quieren trabajar con sus “colegas” hombres. De esta manera, tienen una especie de ley no escrita entre ellos según la cual las mujeres son inferiores y por este motivo puedo imaginar que sigue existiendo ese techo de cristal. P. ¿Diría usted que ésta es una profesión en la que la conciliación es objetivamente difícil? R. En el caso de la dirección y la producción, para una relación profesional efectiva, se exige confianza y fiabilidad. Cuando el éxito en tu trabajo depende de esa relación necesitas aportar cierto nivel de confianza que quizás no darías normalmente a la otra persona. Si por algún motivo, no se logra un total entendimiento o se rompe la confianza creo que la conciliación puede llegar a ser muy difícil, debido al nivel de confianza que hay que aportar para mantener una relación profesional efectiva. P. ¿Cree usted que la ausencia de mujeres en puestos importantes de la industria audiovisual
No creo que como mujer se me haya prestado menos atención a la hora de tomar decisiones.
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Me gustaría creer que yo misma y las demás mujeres productoras tenemos una influencia social con las películas que producimos. (directoras, productoras, guionistas…) contribuye a la difusión de una imagen falsa, sexista y estereotipada de la mujer? R. La ausencia de mujeres en puestos importantes en el proceso de creación audiovisual posiblemente contribuye a que exista un estereotipo poco claro de las mujeres y los hombres en estos puestos. El hecho de que haya más hombres ocupando estos puestos crea una idea arraigada de que los directores, productores y guionistas en el mundo son hombres. Espero que esto no influya en las jóvenes que quieran emprender una carrera en este medio y que no las desanime en su voluntad de entrar en esta profesión. P. ¿Predominan los estereotipos sexistas en los contenidos del cine y la televisión? R. Tradicionalmente existe un hombre que dirige y una mujer que ayuda o apoya al director, ha sido así desde hace años. Hoy en día los tiempos están cambiando, la gente, tanto las mujeres como los hombres, está más concienciada en temas sociales y de igualdad. Hoy las películas cubren una realidad más amplia que se aborda bajo distintos puntos de vista. Existen
más directores independientes o alternativos que evitan caer deliberadamente en papeles estereotipados. Existen películas como “Kill Bill” de Tarantino, que aún siendo una película taquillera, tiene como heroína a una mujer en lugar de a un hombre. P. ¿Cree que las imágenes tradicionales – los papeles masculinos y femeninos – agravan problemas sociales tan serios como la violencia de género? R. Quizás algunos se vean influenciados por la imagen estereotipada que aportan las películas pero la gente también se ve influenciada por muchas fuentes de información externas. Es posible que la violencia de género se de como resultado de lo que se ve en los medios audiovisuales, tanto en las películas, como en la televisión, en las noticias o en los documentales. La gente también está influenciada por los comportamientos de los que son testigos en situaciones de su vida cotidiana. Creo que es algo que pertenece al individuo y a cómo éste procesa la información que recibe. No creo que debamos condicionar la visión de un director de cine por la manera en que un individuo pueda percibir lo que ha visto.
P. Si en la proceso de aprendizaje del lenguaje audiovisual se aportase una visión crítica de los valores tradicionales fomentando la educación en materia de igualdad, ¿se lograría destruir la discriminación y la dominación patriarcal de nuestras vidas, sociedad…? R. Hay muchas influencias externas. Quizás podríamos intentar erradicar los estereotipos sexuales de las películas pero hay tantas fuentes de discriminación basadas en estereotipos que no creo que realmente cambiasen las cosas. Podríamos decir, por ejemplo, que los hombres no pueden ser retratados como hombres dominantes o que necesitamos un mayor número de películas que retraten a la mujer en un papel más fuerte pero, ¿de verdad queremos poner esas limitaciones a la hora de contar una historia? Además, ¿no están retratados hombres dominantes en la televisión, la literatura, las noticias, los juegos y en situaciones de la vida real? Creo que eliminar la discriminación es algo que la sociedad necesita desarrollar para poder cambiar. Podemos ver que con el tiempo, aunque lentamente, las cosas cambian. Fotografías cedidas por la entrevistada.
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La creatividad africana ha decorado las calles sevillanas y las/los transeúntes que han paseado o caminado por la Avenida de la Constitución han podido admirar y deleitarse en la contemplación de fotografías nada usuales. El trabajo de Angèle Etoundi Essamba tienen como objetivo mostrar la fuerza, el orgullo, el conocimiento de las mujeres africanas. Maginaria ha tenido la oportunidad de entrevistarla.
vel
Entrevista con Angèle Etoun di Essamba
los
que rompen clichĂŠs
P. Cuando observamos sus fotografías se reconoce su Traducción: Olivia Potel objetivo, que los africanos, en concreto las mujeres africanas, tengan voz y se den a conocer en el mundo, porque las mujeres no son objetos, son sujetos. R. No soy yo la que pido que tengan voz. Las mujeres africanas tienen su propia voz. Solo intento que se les oiga a través de mis fotos, porque las imágenes son poderosas y dicen más que 1000 palabras. P. Recientemente leí un artículo en The Guardian que decía: “En la lista de los grandes poetas solo aparece una mujer”. ¿Ocurre lo mismo con la fotografía? R. Seguramente ese artículo lo escribió un hombre. Hay muchas mujeres en todo el mundo que destacan por su poesía. En cambio, en el ámbito de la fotografía no se ven tantas, pero sabemos que también existen. P. ¿Persigue usted la creatividad sin barreras y el sentido de la justicia que caracterizan el trabajo de una buena fotógrafa o fotógrafo? R. Estos podrían ser uno de los mil requisitos que caracterizan el trabajo de una buena fotógrafa. Página anterior: No obstante, creo que siempre queda camino por obra realizada por recorrer hasta lograrlo. Angèle Etoundi. P. Escuchamos voces que dicen que “las mujeres Arriba: retrato de la artista. están destacando” en las artes. ¿Está usted de
Texto: Natalia Prado Martín
acuerdo? Porque hay otras voces que dicen que si esto es verdad, ¿por qué tan pocas mujeres ocupan puestos relevantes? R. Es verdad que es una paradoja que “las mujeres destaquen” como artistas y no ocupen puestos importantes. Pero, si miro a mi alrededor, veo a muchas mujeres en puestos de dirección, restauradoras, directoras de museos, críticas de arte, directoras de ferias de arte, propietarias de galerías de arte, etc. P. Por ejemplo, ¿existe alguna diferencia cuando la directora de una galería de arte es una mujer y no un hombre? Me refiero a si piensa que las mujeres ofrecen más oportunidades de trabajo a otras mujeres. Y eso no quiere decir que sean condescendientes con las mujeres, hablamos de igualdad de trabajo, de igualdad de oportunidades. Estoy hablando de si existe una formar diferente a la hora de dirigir una empresa, que si las mujeres tienen más empatía y un especial interés hacia el trabajo en equipo. R. De cualquier forma, las mujeres son diferentes a los hombres y abordan las materias de forma distinta. De alguna manera, las mujeres ofrecen más oportunidades a las mujeres En otros casos, obstaculizarán o incluso harán lo imposible para que otras mujeres no logren su objetivo. Creo que es mucho más complicado que pensar únicamente en términos de mujer/hombre o de blanco/negro. Mi trabajo se basa en encuentros. Nuestras diferencias sirven para complementarnos, logrando la armonía a partir de nuestras diferencias. P. La mayoría de las mujeres artistas mantienen que están discriminadas. Siguen siendo las “bichos raros”, medio asustadas, medio frustradas, como niñas pequeñas, nunca iguales a sus compañeros hombres, como si no hubieran crecido. R. Ciertamente, este debate no es nuevo. Debemos ser precavidas y no hacernos las víctimas constantemente. Asimismo, si queremos protestar, si realmente exigimos cambios, sólo podemos hacerlo destacando en nuestro arte. P. Desde hace varios años, existen más mujeres con estudios superiores que hombres. Sin embargo, las mujeres no con-
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siguen la igualdad en los puestos de trabajo. Por ejemplo, si hablamos de premios, ¿cree usted que son equitativos? R. Desde luego que no. Pero, ¿qué sentido tiene hablar de igualdad? ¿Hay algo igual en este mundo? P. Su tema principal son las mujeres, las mujeres negras. ¿Existe un motivo especial? R. El motivo por el que me concentro en mujeres negras es para desafiar la habitual representación habitual que se hace de estas mujeres. Estas representaciones suelen evocar el exotismo de las mujeres negras o mostrar imágenes de pobreza, miseria, sumisión y falta de autonomía. Son el fruto de los medios de comunicación europeos. También muestran a las mujeres negras en sus roles habituales: como madre y cuidadora o como trabajadora del campo. Yo quería centrarme en su fuerza, su orgullo y su conocimiento. Fotografiar a mujeres negras es también una manera de explorar mi propia identidad, sus vidas y sus cuerpos reflejan, cada una a su manera, ciertas experiencias por las que he pasado. P. Usted ha dicho que los “velos” desafían, invitan, seducen… pero, por otro lado, también esconden, niegan, encierran… R. En algunos países europeos, se ha debatido apasionadamente el significado y la admisibilidad del velo islámico, y se han creado y reforzado estereotipos relacionados con el velo. Estos estereotipos pueden servir de base para diversas formas de estigma social y de exclusión deliberada, que quiero desafiar. La idea del trabajo “Desvelos” apareció cuando visité Zanzíbar. Allí casi todas las mujeres llevan velo. En las ciudades mujeres jóvenes llevan un velo negro desde la cabeza a los pies. Lo que me fascinó fue su forma de llevar este velo, con dignidad, elegancia, orgullo e incluso, con un toque de sensualidad. Ya estamos familiarizados con el velo que niega, esconde y encierra. Por este motivo, quise romper con los estereotipos mostrando el velo que desafía, invita y seduce, porque permite el gesto del desvelo. Un cuerpo desnudo no tiene porque ser más libre que uno vestido.
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Nuestras diferencias sirven para complementarnos, logrando la armonía a partir de nuestras diferencias P. ¿Qué ve cuando fotografía una mujer con velo? R. Trato de averiguar qué tipo de persona está detrás. P. ¿Está de acuerdo con el dicho “una fotografía es una opinión”? R. La fotografía es por sí misma un medio y una declaración de compromiso. Desde el momento que una decide mostrar algo particular de manera particular, siempre se hace con un propósito(claro). P. ¿Pretende que las mujeres que fotografía se consideren modelos a seguir por otras mujeres? Modelos de fuerza, modelos de autoestima, modelos de transgresión, modelos de víctimas… ¿lejos de los estereotipos? R. Absolutamente. A través de mi fotografía quiero romper con los estereotipos. P. La edad en las mujeres se considera una “vergüenza”. ¿De qué manera aborda usted este tema? R. A algunas mujeres tienen más dificultad que otras en aceptar el paso del tiempo. Yo diría que tiene que ver más con el miedo que con la vergüenza. Miedo a la soledad, al rechazo, a la enfermedad. Hace algunos años trabajé sobre este tema, centrándome especialmente en la diferencia que hay entre envejecer en la cultura africana y en los países occidentales. Para mí, envejecer, ya seas hombre o mujer, está estrechamente relacionado con palabras como sabiduría, respeto o transmisión. P. He leído en una de sus múltiples entrevistas que es usted una mujer feminista. ¿Su arte es también feminista? ¿Cómo lo expresa? ¿Cómo lo reconoce la persona que observa? R. Me pregunto dónde leyó que yo era feminista. ¿El hecho de que sea mujer y fotografíe a mujeres es suficiente para considerarme feminista? Deberíamos dejar de poner etiquetas sobre las personas. Odio que me encasillen.
Diferentes instantáneas de la obra de Angèle Etoundi en la Avenida de la Constitución. Sevilla. Fotografías de Antonio Pérez.
Si realmente exigimos cambios, sólo podemos hacerlo destacando en nuestro arte
Otras
Yasaray RodrĂguez. Foto cedida por Bianca Dos Santos
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La inmigración por el amor al arte Alguna que otra vez hemos visto por la televisión reportajes mostrando a una japonesa en una escuela de flamenco siguiendo atentamente los pasos del profesor, con una concentración que de inmediato remite a la cultura oriental. Entonces, el reportero le suele preguntar si le gusta Sevilla, el flamenco, las sevillanas, el sol, el gazpacho y otras cuestiones similares. Ella mueve la cabeza afirmativamente diciendo que sí a todas las preguntas sin excepción. Lo que no sabemos es que la presencia extranjera en el mundo flamenco poco a poco deja de ser una novedad, o un hecho curioso, para incorporarse como parte de una nueva realidad, y que las aparentemente ingenuas japonesas pueden saber mucho más de bulerías y soleás de lo que imagina nuestro pensamiento y sus Por Bianca Dos Santos viejos tópicos.
Los ‘‘son de afuera’’ llaman la atención de autóctonos y foráneos.
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Si paseamos por los centros de enseñanza de flamenco en Sevilla nos damos cuenta de que aproximadamente un 80% de las alumnas son extranjeras. Algunas vienen una o dos veces al año para aprender coreografías y volver a trabajar en sus países, ya sea actuando o dando clases como profesoras de baile. Sin embargo, muchas de ellas deciden quedarse en España, dando forma a un incipiente y nuevo fenómeno social que me gustaría poéticamente llamarlo “la inmigración por el amor al arte”. Yasaray Rodríguez, 32 años, cubana y desde hace siete viviendo en España es un ejemplo de ello. La misma gracia que tiene Yasaray al hablar es la que transmite cuando baila flamenco. En su Habana natal, a los 8 años de edad, en una de las muchas fiestas que se hacen por allí, vio a una chica vestida de lunares tocando unos “instrumentitos de madera” cuyo sonido le hipnotizó. Le gustó el disfraz aunque en este momento no sabía que se trataba de un traje de flamenca. Años más tarde, entre la medicina y la danza, eligió la segunda. Al conocerla se entiende rápidamente el porqué. Estudió ballet clásico, danzas folclóricas, sabía todas las posiciones de las bailarinas altas y delgadas que insistían en llamarla de gorda. Pero cuándo una sabe lo que quiere, esos chistes dan más fuerza y ganas de seguir adelante. Llega a ser solista del Ballet Nacional de Cuba y con esto podríamos decir que ya tenía lo bastante. La modalidad: flamenco, el arte que llegaría a ser el todo Fotografías: Anna Elías y la nada de su vida. Y por ser
una mujer de búsquedas, sus andanzas la llevaron a España, el lugar en que vive para bailar y dónde baila para vivir. Lo que parece una historia bonita se llena de complicaciones cuando el asunto termina en manos de las instancias burocráticas que insisten en pedirle papeles, visados, documentos y todas estas cosas que no deberían ser tan importantes en la existencia de una persona. Como tantos otros de la Isla, esta niña de la Habana se peleó con Fidel Castro. Pero que también reconoce “las cosas buenas que hizo este hombre”. Imagino que se refiere a las mejoras realizadas en salud, educación y, sobre todo en el arte, ya tantas veces exaltadas por el gobierno cubano. Pero dejando al margen consideraciones políticas, lo que importa es que Yasaray Rodríguez es hoy una artista cuya precisión técnica, belleza y capacidad de entrega al arte flamenco son impresionantes. Me gustaría una día decirle al Sr. Comandante Fidel Castro que hay personas que vienen al mundo para bailar. No sólo Cuba, que por razones históricas está algo más familiarizada con el flamenco, despierta el interés por este arte. Danila Scarlino, 26 años, cuyo nombre artístico Danila “La Bambina” deja adivinar su origen italiano y, al mismo tiempo, se ajusta perfectamente a su personalidad tan cautivante. Viene de Bolonia, lugar en que creció, aunque toda su familia es del sur de Italia, precisamente “del tacón de la bota”. Hija única, desde pequeña fue sometida a una estricta disciplina, no sólo en la escuela sino también en las clases de
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Caminar libre por el mundo sin la necesidad de llevar una sola carta de recuerdo.
ballet y en el conservatorio de música. Ya a los 14 años sabía muy bien lo quería hacer con su vida: bailar. Una noche, vio la actuación de una jerezana que le entró de lleno. Le pidió el teléfono al final del concierto y no paró de llamarla hasta lograr sus primeras clases privadas. No le importaba coger el tren de Bolonia a Verona todos los días porque ella ya sabía a qué baile se dedicaría a partir de entonces. A los 19 años viene a Sevilla y lleva ya en la ciudad siete años, y de momento no piensa en regresar a Italia. La Bambina es una de estas personas que pueden caminar libres por el mundo, sin la necesidad de llevar una sola carta de recuerdo. Su carácter explosivo la llevó a una hazaña propia de la gente que se atreve con todo en la vida. Formó un grupo de flamenco que actúa en la calle, al lado de la Giralda y que llega a atrae a un público muy considerable cada fin de semana. Los “Son de Afuera” han llamado la atención no sólo de los turistas que pasean por la zona sino de los habitantes de Sevilla que, por más contradictorio que parezca, no están tan acostumbrados a actuaciones de flamenco en la calle, de forma tan espontánea y libre. Y no deja de sorprender que una italiana flamenca, con acento andaluz y alma de artista sea la responsable del éxito del grupo y de la iniciativa de llenar el espacio publico de arte y de ilusión. Como resultado de un proceso cultural inevitable, es notable que poco a poco la ciudad se vaya acostumbrando y adaptando a la presencia extranjera. La estadounidense Lakshmi Basile, 28
años, en Sevilla es conocida cariñosamente como “La Chimi”, pues la correcta pronunciación de su nombre (inspirado en la diosa hindú de la fortuna y de la abundancia) es algo complicada. Hija de una argentina y de un checo, nació en Estados Unidos “por casualidad”, y su familia, compuesta de artistas de una banda de música folclórica y en especial de música gitana, no se ajustaba a los patrones del american way of life. Desde pequeña acompañaba a sus progenitores al trabajo, lo que hizo que se familiarizase con escenarios. Unos amigos de amigos españoles organizaban una fiesta una vez al año y allí descubrió Lakshmi el flamenco. Su primera profesora de baile fue una brasileña y después de un largo recorrido por el mundo de la danza, sus más recientes maestros, ya en España, fueron los Farrucos, Juana Amaya, Angelita Vargas y Carmen Ledesma; de alguna forma todos ellos ya le eran familiares. Juana Amaya, al verle bailar por primera vez le pregunta: “¿Niña, tú de dónde eres? ¿Tú de dónde has salido?” De las clases de baile a los escenarios de Andalucía no tardó mucho. Era de Estados Unidos y se puso a buscar trabajo como bailaora en Sevilla: “Era lo único que sabía hacer”. Pero era extranjera y las relaciones de trabajo se complicaban. La ley de extranjería prevé que para la concesión de un permiso de trabajo, hay que observar la situación nacional de empleo, lo que supone priorizar la contratación de españoles y comunitarios. ¿Cómo decir que ninguna española podía ocupar el puesto de bailaora de flamenco?
De izquierda a derecha: Lakshmi Basile y Danila Scarlino, “La Bambina” en plena faena.
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El amor al arte lo puede todo.
Después de mucha burocracia, finalmente consiguió espacio en un conocido tablao sevillano. Tenía el papel principal. Interpretaba a Carmen. Sí, una estadounidense, una mestiza, otra Carmen. Probablemente el estereotipo de Carmen, la mujer morena, tirana, guapa y sensual tanta veces representada en el cine, sea una de las muchas razones que atraiga a mujeres de diferentes partes del mundo a España para aprender flamenco. No quiero resultar simplista con esta hipótesis, pero veo en el arquetipo de Carmen un deseo de liberación, de encontrarse en la plenitud de la feminidad y de la fuerza, muy común a mujeres de distintas partes del mundo. Lo más curioso es que entre el estereotipo tantas veces propagado de la mujer flamenca y la realidad acerca de este arte, hay una distancia enorme. Solamente cuando una extranjera llega a Sevilla se da cuenta de la complejidad del flamenco como arte y como profesión. Comprender el cante, el compás, la actitud, en fin, el lenguaje que representa el baile requiere un trabajo de traducción constante. En este sentidos las bailaoras extranjeras tienen mucho que decir, porque antes de venir a España poseían una lengua, una forma de vivir y de expresarse bastante distinta. Por eso, aunque ya es tiempo de abandonar los viejos tópicos, no deja de ser sorprendente ver a una extranjera bailando una danza gitana, mestiza y andaluza con la naturalidad de quién lo ha aprendido desde la niñez. Más allá de la mimesis y de la reproducción de movimientos coordinados,
el baile flamenco exige que una haya comprendido la técnica, interiorizado el movimiento y —literalmente— incorporado la cultura. Por estar en permanente evolución, o parafraseando a Igor Stravinsky, por ser “un arte de composición”, el flamenco crea espacio para que diferentes subjetividades encuentren su canal de expresión, ya sean propias de Andalucía —y todos sus códigos culturales— o de cualquier otra parte del mundo. Aunque exista la necesidad de un trabajo de traducción, la flexibilidad del flamenco posibilita el desarrollo de estilos personales tan variados como lo son las personas o los sentimientos humanos. La bailaoras extranjeras se encuentran así en un proceso constante de búsqueda de movimientos, sentidos y materialidades de un arte históricamente lejano a ellas, pero que a la vez las llevan al encuentro de sí mismas. Estas mujeres son la propia otredad. Mujeres que se emanciparon, mujeres que migraron, mujeres que buscan en su cuerpo y fuera de él expresiones, musicalidades y movimientos que las lleven a sensaciones antes imposibles en su propio mundo. A través de una perspectiva del cuerpo como agente y sujeto estas bailaoras reflejan valores sociales además de pensarlos y resistirlos, en un proceso dónde la cultura moldea el cuerpo y el cuerpo a la cultura. Las vidas de estas otras flamencas son la prueba de que el amor al arte, todavía, lo puede todo. Bianca dos Santos co-autora del proyecto “Otras Flamencas” - Etnografía visual sobre bailaoras extranjeras y sus trayectorias de vida.
Izquierda: La Bambina “pasando el Sombrero”. Derecha: Lakshmi Basile en su habitación.
la
H I S T O R I A
de
las
mujeres
MarĂa de la O LejĂĄrraga
mujeres en la historia
Fuego creador
La historia ha estado escrita e investigada por los hombres y por tanto, las mujeres han sido las grandes olvidadas, Pero la historia tiene también género, y nuestro deber es rescatar y contar la historia de mujeres pintoras, escritoras, escultoras, científicas, filósofas, investigadoras... cuya vida y obra pasó desapercibida para biógrafos e historiadores que obviaban señalar que muchas veces eran ellas las autoras de las obras usurpadas y firmadas por sus maridos o hermanos, que en otras eran el reflejo o las sombras en las obras de grandes artistas y que en otras muchas ocasiones tuvieron que firmarlas con pseudónimos masculinos porque hacerlo de otra manera hubiera supuesto ser quemadas, tratadas de herejes o disuadidas para continuar su obra, dependiendo de la época en que les tocara vivir; María de la O Lejárraga García firmaba con el pseudónimo de Gregorio Martínez Sierra, su esposo.
Cualquiera pensaría que el famoso canto del poema sinfónico El amor Brujo, de Manuel de Falla, lo escribió un poeta bohemio en París o una gitana del Sacromonte. Pues no, lo escribió una señora de la Rioja con pinta de solterona, casada con un alfeñique tuberculoso al que le hizo de "negra" toda la vida, y que la engañó ostensiblemente con la actriz principal de su compañía teatral. La señora era María de la O Lejárraga García, que publicó la mayor parte de su extensa obra con el “seudónimo” de Gregorio Martínez Sierra, el nombre de su marido. María nació en 1874 en San Millán de la Cogolla, pueblo del que era oriunda toda su familia. Cuando María tenía dieciséis años la familia se trasladó a Madrid, donde su padre trabajó como médico de hospicios y asilos que muchas veces visitaba acompañado de María y sus hermanas. Ya desde pequeña María prefería montar teatrillos para representar sus comedias en lugar de jugar a vestir muñecas. Estudió Magisterio en la escuela Normal de Madrid y en el año 1900 se casó con el hijo de sus vecinos, Gregorio, con el que compartía la pasión por el teatro. María tenía veintiséis años y trabajaba desde hacia varios como maestra, mientras que Gregorio, que no llegaba a los veinte, era un chico de salud deliPor Adela Muñoz Páez cada mimado por su familia.
Aunque ella no pareció considerarse nunca una persona hermosa, las fotos que tenemos de esa época nos muestran una chica morena de aspecto agradable, aunque muy delgada para los gustos de la época, como nos explica ella misma en su obra Gregorio y yo. En efecto, el día de su boda, el 30 de noviembre, para no helarse se tuvo que poner dos camisetas, un chaleco de punto, dos enaguas y un refajo de lana. Suerte que como en aquel principio de siglo era yo tan idealmente delgada como una actriz de cine de 1950, y como entonces era moda ser abundante en carnes, más bien favorecía que afeaba un poco de relleno. De soltera María había publicado con su nombre una obra titulada Cuentos breves que tuvo una acogida fría, incluso entre los miembros de su familia. Según explicaría después, ese desplante inicial la disuadió de seguir publicando con su nombre, por lo que a partir entonces todo lo que escribió llevó el nombre de su marido. Otro de los motivos que dio para no firmar con su nombre fue que teniendo el cargo público de maestra de escuela, no quería empañar la limpieza de su nombre con la dudosa fama que en aquella época caía sobre las literatas. Mientras María ejercía como maestra y escribía sin descanso, Gregorio comenzó a desarrollar su talento como director escénico, creando la Compañía dramática G. Martínez Sierra, e introduciendo la Comedia del Arte, en España, llegando a ser, según algunos críticos, el mejor director escénico español. Pero en el mundo del teatro Gregorio vino a encontrar a la que sería su otra compañera de toda la vida, Catalina Bárcena, que empezó como actriz joven y luego llegaría a ser la actriz principal de la compañía. Tan reconocidos eran sus méritos como intérprete y su cara angelical, como su simplicidad de espíritu. Luego sería proverbial su
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mezquindad para con María. Gregorio conoció a Catalina seis años después de haberse casado con María y durante casi quince continuó una relación que María se negó a reconocer públicamente hasta que en el año 1922, Catalina le dio a Gregorio la hija que no le había dado ella, y entonces el matrimonio se separó. A pesar de ello, la relación epistolar continuó durante varios años más, pues Gregorio siguió publicando con su nombre las obras que le enviaba María. A la muerte de Gregorio, viviendo él en Madrid y María en Niza, incluso la relación epistolar se había interrumpido, hasta el extremo de que María se enteró del deceso por la BBC. ¿Cuál fue la obra de esta mujer comprometida y adelantada a su tiempo? En un recuento hecho en 1989 por Alda Blanco, una de las estudiosas de su obra, aparecen 77 obras firmadas por Gregorio Martínez Sierra que hoy se atribuyen de forma unánime a María. La mayoría son obras de teatro, pero también hay algunas novelas así como ensayos, todo ello de marcado carácter feminista. Sólo una vez muerto Gregorio, y por la necesidad imperiosa de obtener el escaso estipendio de los derechos de autor para subsistir, reclamó la coautoría de su trabajo con el nombre de María Martínez Sierra, nombre con el que firmó las obras que escribió tras la muerte de Gregorio. La fama le llegó al matrimonio de forma inesperada y abrumadora en el año 1911 con un delicado relato que se estrenó en los teatros españoles gracias a los buenos oficios del por entonces ya famoso dramaturgo Jacinto Benavente: Canción de cuna1. La editorial Renacimiento, que fundó Gregorio poco después, facilitó la publicación de las obras posteriores. La parte más conocida de la extensa obra de María, pues en su día fue publicada y representada, es la que corresponde a su producción dramática. Pero no es de despreciar la faceta de María como libretista de obras musicales, nacida de la colaboración directa y del seguimiento de la creación de los genios musicales de la época casi desde los inicios de su gestación. María tenía una gran sensibilidad musical y en el piano de su casa se tocaron por primera vez muchos de los compases de las obras más famosas de Manuel de Falla, Joaquín Turina y José María Usandizaga, siendo María la autora de los libretos de El Amor Brujo y El sombrero de tres picos de Falla, o del de la zarzuela Las golondrinas, de Usandizaga. La relación de los Martínez Sierra fue muy estrecha no sólo con estos músicos, sino con otros conocidos artistas e intelectuales de la época, incluyendo a los escritores Juan Ramón Jiménez y Santiago Rusiñol o al coreógrafo ruso Sergei Diaghilev. El escritor catalán Santiago Rusiñol, reconocido misógino, justificaba su amistad con María diciendo que no era una mujer, sino un amigo. María tuvo una relación particularmente intensa Juan Ramón Jiménez y Manuel de Falla, personas de carácter difícil, a las que María sabía hacer reír y estimular en su trabajo. Son deliciosas las cartas a mi don Manué, donde se mezclan referencias a
la complicidad creativa que había entre ambos, reconvenciones cariñosas a las múltiples manías de Falla, o soluciones prácticas a los problemas de la vida de diaria, tales como la búsqueda de una habitación para Falla en Madrid, tarea de la que María se encargó diligentemente. También fue Falla uno de los pocos confidentes a los que María confesó su sufrimiento por la presencia de Catalina en la vida de Gregorio. La relación era también muy cordial con Joaquín Turina, con el cual María hizo un viaje por el norte de Marruecos para buscar localizaciones para su obra, lo cual hizo rabiar de celos a Falla, que no aceptaba de buen grado que hubiera otro músico en la corazón de María. Turina, por su parte, le explicaba a su mujer lo agradable que era María a pesar de lo poco agraciada.
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1. Esta obra sirvió de base para el guión de la película del mismo nombre que dirigió José Luis Garci en el año 1995, cuyos intérpretes principales fueron Maribel Verdú, Fiorella Faltoyano y Alfredo Landa.
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Quizás donde María puso más pasión fue en su trabajo en defensa de los desfavorecidos, lo que la llevó a asistir entusiasmada a la instauración de la Segunda República, afiliándose al PSOE y llegando a ser diputada por Granada. Durante esa época tuvo un papel destacado en la vida cultural española participando en conferencias y debates del Ateneo, en cuya Junta directiva trabajó en la sección de Ciencias Morales, Políticas y Sociales. Desde esta tribuna, en una conferencia impartida en mayo de 1931 abogó por la libertad de cultos, la separación Iglesia-Estado y la escuela laica. Asimismo dio varias conferencias relacionadas con el tema de la mujer que fueron publicadas ese mismo año con el título genérico de La mujer ante la República. Su destacada militancia socialista, así como la osadía de reclamar la co-autoría de sus escritos tras la muerte de su marido, la desterrarían definitivamente de la España franquista, tanto a ella como a su obra, llevándola a instalarse definitivamente en Argentina, en cuya capital murió poco antes de cumplir los cien años. Fue descubierta en los años sesenta por Patricia O´Connor y en los años 80 por Alda Blanco, hispanistas norteamericanas. En España se redescubrió tras la publicación de la imprescindible biografía de Antonina Rodrigo María Lejárraga, una mujer en la sombra, en el año 1994. No obstante, treinta años antes María Laffitte había hecho una breve mención a sus facetas como escritora y como política en su obra La mujer en España, cien años de historia, obra pionera en el tema, inusual en la época en que fue publicada, el año 1963. En el siglo XXI se han organizado coloquios y congresos sobre la autora y su obra en su tierra natal, la Rioja. En todas estas aproximaciones a la figura de María, el asunto más importante parece ser dilucidar las causas que la llevaron a renunciar a firmar sus obras con su nombre.
Con ser ello un aspecto relevante, no es ni mucho menos crucial para una persona que en su obra Gregorio y yo reflexiona respecto a la autoría de una obra literaria Y ello hace pensar que acaso las ideas existen por sí mismas y no son creación de la inteligencia que las alumbra, sino mariposas que han venido, no se sabe de dónde, a posarse en ella. Todos los estudios encaminados a establecer definidamente la autoría de la obra de María, quizás vuelven a estar hurtándonosla a ella misma, a su prosa limpia, a su espirito noble, a sus firmes convicciones políticas, a su visión rabiosamente feminista de la sociedad. Al producto de su portentoso fuego creador. Quizás quien mejor alcanzara a definirla fuera el poeta Juan Ramón Jiménez, uno de sus amigos del alma: Y María, tres veces amapola, María, agua y lira tres veces, la que llevó al poeta como un niño a través de estos parques de llanto tendrá una rosa o un oro en vez de aquel violeta del corazón florido que la quería tanto... Adela Muñoz Páez: Profesora de la Universidad de Sevilla Fuentes:
Rodrigo, Antonina. María Lejárraga, una mujer en la sombra. Barcelona, ediciones Vosa (1994). Martínez Sierra, María. Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración. Edición comentada de Alda Blanco. Valencia, editorial Pre-Textos (2000). Martínez Sierra, María. Una mujer por los caminos de España. Madrid, editorial Castalia (1989). Página web http://www.bermemar.com/personaj/marimag. htm Personajes famosos de la Rioja. María de la O Lejárraga, mantenida por Francisco Bermejo Fotografías: con permiso de la página
http://www.bermemar.com/personaj/marimag.htm
En memoria de Tránsito Amaguaña (1909-2009) En el último número de Maginaria tuvimos el placer de acercarles a la vida de un personaje inigualable, la líder indígena Tránsito Amaguaña. La reconocida luchadora por los derechos indígenas en Ecuador falleció en su pueblo natal Pesillo, el pasado 10 de mayo. Durante su siglo de vida luchó en contra de la oligarquía agraria, reclamando derechos para su pueblo, y luchó arduamente hasta conseguir que se fundaran las escuelas campesinas en las que se implantaran programas de educación bilingüe (quechua y español). Participó activamente en la creación de los primeros sindicatos agrícolas de su país y tomó parte en veintiséis marchas hacia Quito para exigir justicia para su pueblo. Fue una de las fundadoras de la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) y colaboró en la creación de la Federación de Trabajadores Agrícolas del Litoral FETAL. A pesar de una vida de penuria, de los encarcelamientos y la extrema pobreza, Tránsito demostró ser una líder innata que dio lo mejor de su vida por su pueblo. ¡Hasta siempre mama Tránsito, que sepas que tu coraje y ejemplo no han sido en vano!
M U J E R E S
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D E B A T E
debate
de mujeres
Cuando las mujeres faltan en el terreno del arte o en cualquier otra maestría puede ser porque se piense que no están intelectual o físicamente dotadas para la creación. Las artistas, y los artistas, son un producto social y ser o no ser capaz de poder crear tiene mucho que ver con la educación que se ha recibido y con las instituciones. La obligación de las escuelas es fomentar la educación del alumnado, sean niños o niñas y, las escuelas profesionales o facultades tienen el deber, la obligación de impulsar y cuidar que haya estudiantes de ambos sexos; la Ley de Igualdad así lo estipula: paridad en las aulas; Desde las centros el mismo número de alumnos que de alumnas de enseñanza, pasando por los y las críticas de las artes, las ayudas, quienes son los directivos, las instituciones y los estamentos privados ninguno están preparados, ni en absoluto decididos en ayudar a las mujeres a que alcancen el acceso a la dirección Las escuelas de arte, los festivales, la exposiciones, las comisiones, etc., deberían ser paritarias y los estereotipos sexistas que dominan los contenidos erradicados de raíz Muchas mujeres se sienten excluidas, maltratadas y afirman que tienen que pelear en un mundo con demasiados prejuicios. Las mujeres tienen cosas que contar y quieren hacerlo. Las instituciones y la sociedad tienen la obligación de combatir el sexismo introduciendo en la enseñanza y en el lenguaje una visión crítica de los valores tradicionales fomentando la educación para la igualdad desde primaria.
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Arte y Feminismo:
breves comentarios de última hora Explica la autora del artículo que el arte, como todo en nuestra vida, no es aséptico. El ‘arte neutro’ es en realidad androcéntrico al estar éste realizado desde el patriarcado. A través del feminismo o por el mismo, muchas artistas, críticas de arte, etc., han integrado la experiencia del ser mujer en la práctica del arte y aportan nuevas ópticas. Por Margarita Aizpuru Ya están lejanos los tiempos en los que las artistas y escritoras, de forma individual y como pequeños islotes, irrumpían con voz propia en un mundo articulado por lenguajes exclusivamente masculinos. A raíz del nacimiento del movimiento feminista contemporáneo, en los años sesenta y setenta, las mujeres empezaron a indagar en las imágenes, en las palabras y significados. Muchas abrieron nuevas vías de reflexión y visiones alternativas sobre sí mismas y sobre el mundo, por un lado integrando la experiencia del ser mujer en la práctica del arte y por otro cuestionando la diferencia sexual establecida y genérica socioculturalmente impuesta en las representaciones habituales. Las mujeres empezaron a preguntarse sobre el silencio de y sobre las mujeres en la construcción del pensamiento, y la necesidad de subvertir el lenguaje y las prácticas artísticas discriminatorias con aquellas. A partir de estos años se han venido desarrollando unos discursos estéticos que han a aportado estrategias deconstructivas de los ya existentes, considerando que las mujeres han sido, durante siglos objeto de las teorías patriarcales y androcéntricas, y aportando nuevos enfoques en los que aquellas se
reapropian como sujeto creador, construyendo discursos creativos desde planteamientos propios y completamente nuevos. Las teóricas y artistas feministas han estado tomando en cuenta, en sus elaboraciones y creaciones, las diferencias de género, masculino y femenino, siendo conscientes del androcentrismo que ha impregnado las elaboraciones teóricas y las representaciones artísticas. Estas indagaciones han ido dando cada vez más una pluralidad de enfoques y líneas de trabajo en las producciones teóricas y artísticas. Y esta variada riqueza y aportes críticos creativos han conseguido remover y romper los esquemas de representación cultural y artística, potenciando a las mujeres como sujetos del proceso creador, deconstruyendo la aparente universalidad del arte y las valoraciones y conceptos artísticos recibidos. Multitud de artistas, cineastas y escritoras han venido haciendo un trabajo de descomposición de imaginerías, mitos y roles, y de los lenguajes que los han construido y mantenido, investigando en otros ámbitos de la historia del arte y adoptando una actitud crítica con las tradiciones artísticas recibidas. En el arte contemporáneo las creadoras, sobre todo las feministas, han llevado a cabo unas profundas e interesantes
indagaciones discursivas, desde diferentes y nuevas ópticas y visiones, en las cuales el cuerpo, las identidades genéricas y sus deconstrucciones y reconstrucciones, las relaciones afectivas, el binomio sexo-amor, las relaciones íntimas, personales y familiares, la ubicación y papel de las mujeres en la sociedad, tanto en el ámbito público como en el privado, así como muchas otras temáticas, que inciden en el análisis de la situación de las mujeres en el mundo y la necesidad de cambiarla por otra más justa, diferente, creativa y positiva para ellas mismas, han sido los puntos generales en los cuales se han centrado mayoritariamente para elaborar sus trabajos artísticos. En los últimos años se ha producido una enorme eclosión de mujeres artistas en el circuito y contexto de las artes visuales. Unas artistas que, en su mayoría, tienen en cuenta en sus trabajos el condicionante que ha supuesto para las mujeres la pertenencia a una identidad genérica construida socio-culturalmente e impuesta a las mujeres, es decir “lo femenino oficial” o “la feminidad clásica”como norma generalizada del comportamiento de aquellas y la asignación de unos roles sociales. Una identidad y unos roles construidos e impuestos históricamente que incluían unos
comportamientos y actitudes a los que las mujeres se han visto abocadas a cumplir y que, en el siglo XX, fundamentalmente en las últimas décadas, han sido superados, transformados, y ampliados por unas nuevas gamas de formas de vida, planteamientos, formas de sentir y hacer y de enfrentarse a la propia vida, a la colectiva y a la privada y a las relaciones entre ambas, que han supuesto innovadoras, liberadoras y plurales formas de ser mujeres en el mundo. No obstante, a pesar de los cambios y avances producidos en el terreno de la Cultura y el arte, aún se oyen muchas voces y actitudes machistas y patriarcales dentro de estos ámbitos, así como enormes discriminaciones tanto cuantitativas como cualitativas con respecto a las mujeres artistas, comisarias y críticas de arte, teóricas y
gestoras artísticas y culturales. Se sigue constatando un persistente machismo y una misoginia soterrada que intenta enmascarar una realidad aún sangrante para las mujeres y los discursos de género, intentando marginar las líneas de pensamiento y las prácticas artísticas feministas. Ello puede observarse en las grandes dificultades y cortapisas que aún encuentran las mujeres para poder llevar a cabo proyectos culturales y artísticos que hablen de ellas mismas desde ópticas feministas y la aún persistente discriminación de estas mujeres a la hora de poder acceder a puestos de responsabilidad, decisión y programación o dirección de los espacios de arte y/o artísticos. Esta constatación nos demuestra la necesidad de seguir trabajando en líneas específicas que palien las discriminaciones
cuantitativas y cualitativas y que den cabida, promocionen y difundan los enfoques tanto de pensamiento como las actuaciones y prácticas artísticas que, desde perspectivas de género y/o feministas, se vienen generando dentro de nuestras fronteras y fuera de ellas. Hoy nos encontramos con una pluralidad de enfoques tanto teóricos como creativos, a los cuales el debate sobre los géneros y las identidades ha enriquecido e incorporado un cuestionamiento radical de los valores heredados y unos cambios importantes en las mentalidades y en el ámbito de la cultura y el
Marina Núñez, Red. Vídeo, año 2006.
En los últimos años se ha producido una enorme eclosión de mujeres artistas en el circuito y contexto de las artes visuales.
Beth Moyses, Memoria del Afecto, videoperformance, 2000.
Marina Núñez, Multiplicidad. Vídeo, año 2006.
arte. Muchas mujeres, en el área artística, están haciendo una labor ingente que está dando ya sus importantes frutos en esa deconstrucción de los discursos patriarcales de la cultura y del arte y en los aportes de nuevas visiones y ópticas desde posiciones no androcéntricas. Unos aportes muy importantes, llevados a cabo desde distintos tonos y visiones, que están suponiendo un revulsivo en las mentalidades humanas, en las formas de mirar y de mirarnos, y en el ámbito de las representaciones y de la creación de imágenes. Por todo ello es por lo que empezamos organizando los Encuentros Internacionales de Arte y Género, en el año 2004, y que este año 2009 se han
desarrollado su quinta edición. Unos Encuentros creados con los objetivos de ofrecer distintos discursos y planteamientos sobre la creación artística actual desde perspectivas de género, recorriendo distintas temáticas que a las mujeres les afectan en las sociedades contemporáneas. Con ellos, y con las ediciones que seguirán, se pretende ofrecer intervenciones de teóricas, historiadoras, críticas del arte, comisarias de exposiciones, realizadoras de cine, escritoras, artistas visuales, compositoras, actrices, etc. Invitadas como conferenciantes y para ofrecer trabajos artísticos de las creadoras seleccionadas que se desenvuelven dentro de los discursos sobre arte, género y/o feminismo. Desde que se iniciaron los Encuentros se han tocado muy diversos temas, ofreciéndose con ellos, como formato habitual de los mismos, tres mesas de conferencias y debates y una serie de actividades artísticas paralelas, que en la edición de este año 2009 ha consistido en una exposición colectiva internacional de seis mujeres artistas, tres extranjeras y tres españolas, de reconocido nivel y trayectoria artística, y que lleva por título La Feminidad craquelada: nuevos comportamientos y reestructuraciones genéricas, y la proyección de una película de la cineasta española Ines París y una serie de vídeos de la artista mexicana Teresa Serrano. Además, en la últimos veinte años, me he venido dedicando
a organizar proyectos artísticos diversos, enfocados desde ópticas feministas. Unos proyectos que han integrado a artistas de distintas áreas, fundamentalmente de las artes visuales, entre las que se han encontrado mujeres de distintas generaciones y trayectorias, tanto españolas como extranjeras, teniendo en común todas ellas ese personal, y a la vez colectivo, acercamiento, desde distintas ópticas y enfoques, al ámbito de las identidades genéricas y de las mujeres, de sus vivencias, planteamientos, pervivencias de roles y situaciones, lenguajes propios, discursos innovadores, sueños e ideales. Artistas que aportan distintos tonos, acentos, visiones y lenguajes, desde los más críticos y corrosivos, a los más lúdicos y divertidos, o los más poéticos. Y este es el sentido en el que podría mencionar, entre otros proyectos, diferentes exposiciones colectivas de mujeres artistas que he comisariado, siguiendo en esta línea de trabajo que pretende aunar los planteamientos artísticos contemporáneos más actuales con los feministas, seleccionando para ello a mujeres artistas de distintos países que, bajo las premisas y conceptos unificadores en cada uno de los proyectos. Citaré por ejemplo la exposición titulada La Costilla Maldita realizada en el CAAM de Las Palmas en el año 2005, o la denominada Carrera de fondo desarrollada en el 2006, con el patrocinio de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía,
debate y que inauguramos en Sevilla. Así como la otra muestra denominada La Feminidad Craquelada: nuevos comportamientos y reestructuraciones genéricas comisariada para la Sala Alameda, del Centro Cultural Provincial de Málaga, en el 2006, y ahora, este año 2009, para el Centro de las Artes de Sevilla, del Ayuntamiento de esta ciudad, integrada en el marco de los V Encuentros Internacionales de Arte y Género. Por último, señalar una actividad e intervención artística feminista transcendental para la ciudad de Sevilla y que, por desgracia, no se le ha dado la importancia social que indudablemente tiene, ni ha transcendido a los medios de comunicación como debiera, y es el Concurso de Escultura Pública Clara Campoamor y, como resultado, la realización de una escultura pública. Una actividad realizada en conmemoración del 75 aniversario de la conquista española del voto de las mujeres y en homenaje a la diputada feminista republicana Clara Campoamor en pro de su consecución. Concurso cuya dirección y comisariado me fue encargado por la hoy Delegación de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla, en el año 2006 y convocado por varias entidades y que tenía como objetivo la selección de una serie de proyectos escultóricos, con sus correspondientes maquetas, de mujeres artistas españolas y de extranjeras con domicilio en nuestro país, e inspirados en la figura de Clara Campoamor. Mediante este
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concurso, y bajo la elección de un jurado de mujeres expertas en arte contemporáneo y feministas, se seleccionaron una serie de maquetas, con las que se efectuó una exposición y se entregaron cuatro accesits a las mejores seleccionadas, otorgándose el premio al mejor trabajo, el de la artista sueca residente desde hace bastantes años en Sevilla, Anna Jonsson. Premio consistente en unos honorarios para la artista por la construcción de la escultura y en un importe en concepto de producción de la obra. Escultura que, una vez finalizad, fue colocada en el centro de la ciudad de Sevilla, la Plaza de la Pescaderia, subiendo por la Cuesta del Rosario, siendo de la escasas esculturas de mujeres y la única de carácter feminista de la ciudad y que
Anna Jonsson, esperamos que Conjunción, lo antes posible barro cocido y tenga un recopolicromado nocimiento de con temple al la ciudad como huevo, 2005. A la derecha, se merece. fragmento de Finalmente, añadir que tanto la misma obra. yo misma, como otras comisarias, críticas, profesoras, historiadoras y gestoras de arte feministas de nuestro país, estando totalmente convencidas de la necesidad de aunar esfuerzos en pro de un cambio cuantitativo de la situación de las mujeres en el contexto artístico y cualitativo en relación a los discursos feministas y de género en el arte, es por lo que hemos creado la Asociación de Mujeres de las Artes Visuales (AMAV) a nivel estatal y que actualmente inicia su andadura.
Se sigue intentando, soterradamente, marginar las líneas de pensamiento y las prácticas feministas.
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La mujer tras la cámara: fotografía en femenino Como bien sabemos las feministas, la historia ha sido escrita en masculino, pero con el avance de los tiempos vamos rescatando a tantas mujeres invisibilizadas por la cultura dominante. Bien es sabido que antaño las puertas se cerraban a las escritoras, que a veces recurrieron a seudónimos masculinos para poder publicar; las pintoras que siempre estuvieron a la sombra de los pintores; o las científicas y periodistas que tuvieron que luchar para ser reconocidas en su campo.
Texto: Silvia Cuevas-Morales En el ámbito de la fotografía existieron y existen muchísimas fotógrafas que han logrado alcanzar la fama y hoy su obra se expone a nivel mundial. Desde comienzos del siglo XIX muchas cogieron su cámara y cultivaron este arte. Algunas trabajaban junto a sus maridos o su padres, y aunque ellos pasaron a la historia como fotógrafos ellas sin embargo figuran como esposas o hijas, sin mencionar siquiera su gran aportación. Casi nadie recuerda que la esposa del fotógrafo inglés William Henry Fox Talbot, Constance Mundy (1811-1880), era a su vez, fotógrafa. Al igual que Geneviéve Elizabeth Francart (1817-1878), esposa del inventor francés de las “Tarjetas de visita”, Adolphe Disderi, que colaboró toda la vida con su esposo. Muchas personas reconocen el nombre de Robert Capa, pero no tantas reconocerán el nombre de Gerda Taro (1910-1937) como fotógrafa, ya que demasiadas veces se la nombra como pareja “de”. Sin embargo, Taro, tras huir de Alemania y del régimen hitleriano, se exilió en París donde conoció a Capa. Taro consiguió trabajo en la agencia Alliance Photo de María Eisner y, junto a su compañero, comenzó a vender sus imágenes. Luego viajaron a España en 1936 donde documentaron todo el horror de la guerra civil. Ambos publicaban sus fotos bajo la marca “Capa”, sin embargo, hasta el día de hoy no se sabe con exactitud qué imágenes fueron tomadas por su compañero y cuáles fueron de ella. Tras su trágica muerte, Capa publicó un libro dedicado a Taro, con fotografías de ambos –Death in the Making, pero no consta su autoría. La pintora y fotógrafa francesa Dora Maar (19071997), es otra figura que ha pasado a la historia como amante y musa de Picasso, y tan solo en los últimos años ha sido reconocida por su propia obra. Maar estudió en la École de Photographie de la Ville de París y se incorporó al movimiento surrealista. En sus primeros años como fotógrafa produjo una extensa obra que incluía montajes, desnudos, paisajes, y fotografías de escenas callejeras en París, Londres y Barcelona. Durante su relación con Picasso docuFotografías de mentó la famosa serie del pintor Isabel Muñoz trabajando en su obra Guernica, de la Serie sin embargo, por razones no desDanza Cubana veladas, abandonó la fotografía (izquierda) y repentinamente para centrarse en Serie Exclavage (derecha). la pintura (1937).
En la Lista de la National Geographic hay 70 profesionales de la fotografĂa: 14 son mujeres
debate También existe el caso en que algunas mujeres fotógrafas han pasado a la historia como fotógrafos como la excelente foto-periodista alemana —Hansel Mieth (1909-1998). Johanna Mieth, se escapó de casa con su novio a los quince años y juntos recorrieron Europa en moto. Para evitar problemas ella adoptó el nombre de Hansel, aparentando así ser dos chicos que viajaban juntos. Ambos emigraron a Estados Unidos donde trabajaron como periodistas. Sus primeros encargos fueron para la agencia Works Progress Administration y la revista Time. En 1937 Mieth se convirtió en la segunda mujer fotógrafa en ser incluida en la plantilla de la prestigiosa revista Life. Afortunadamente, muchas mujeres han sido justamente reconocidas, aunque aún sigan siendo una minoría en las diversas publicaciones y listados de fotógrafos. ¿Cuántas mujeres fotógrafas publican en los principales medios españoles? Probablemente tantas como en la famosa revista National Geographic, en la que de setenta fotógrafos independientes que publican con regularidad, catorce son mujeres. Pero a pesar de las lagunas existe una extensa lista de las que han logrado situarse como fotógrafas destacadas, como la inglesa Christina Broom (1863-1939), una de las primeras fotoperiodistas que cubrió los principales eventos
de la época y es la autora de numerosas fotografías sobre las sufragistas. La estadounidense Dorothea Lange (1895-1965) que dedicó toda su vida a capturar las imágenes de los más desfavorecidos, captando los más conmovedores testimonios de la Gran Depresión norteamericana. Tras el ataque de Pearl Harbour, Lange fotografió los campos donde internaban a los ciudadanos de origen japonés y muchas de sus fotografías fueron censuradas. A pesar de la censura fue la primera mujer en recibir una beca Guggenheim de fotografía en 1940. Su compatriota Berenice Abbott (1898-1991), discípula de Man Ray en la década de los años veinte, retrató en París a destacados personajes del mundo literario y artístico como Jean Cocteau, Djuna Barnes, James Joyce, Eugène Atget, Max Ernst y Thelma Wood, entre otros. Tras trasladarse a Estados Unidos realizó una de las más importantes series documentales sobre la ciudad de Nueva York. Lee Miller (1907-1977), ligada al movimiento surrealista y dadaísta, fue modelo de famosos fotógrafos, discípula y amante de Man Ray, y fotógrafa por propio derecho. En los años treinta inauguró su propio estudio en Nueva York y fue corresponsal de guerra de la revista Vogue. Entre sus fotografías más conocidas figura la destrucción del búnker de Hitler. Realizó miles de fotografías de personajes contemporáneos como Picasso, Man Ray, Max Ernst, Miró, y Tapies entre otros. No podemos olvidar a Helen Levitt (1913-2009), retratista magistral del Nueva York callejero, y Diane Arbus (1923-1971), una de las más originales fotógrafas norteamericanas el siglo XX. Así como Annie Leibovitz (1949), principal fotógrafa de Rolling Stone y autora de la emblemática fotografía de John Lennon junto a Yoko Ono que fue portada de la revista. En España también existieron pioneras. La almeriense Amalia López Cabrera (1838), fue la primera que se dedicó a la fotografía a nivel profesional. La barcelonesa Anaïs Napoleón (1827-1916), fue la primera mujer en hacer daguerrotipos en España y se especializó en tarjetas de visita. Unos años más tarde, Carme Gotarde i Camps (Olot, 1892-1953), ejerció como retratista profesional; Joana Biarnés (Terrassa, 1935), fue la primera reportera gráfica de Cataluña. En Andalucía, alrededor de la misma época otras mujeres abrían sus estudios profesionales como Pastora Escudero en Sevilla y Luisa Dorave en Málaga. Es reconfortante constatar que la lista de fotógrafas es extensa y que las mujeres a lo largo de los últimos siglos han sido capaces de dejar su huella, pero por límites de espacio es imposible mencionar a todas. Sin embargo no puedo concluir sin
Fotografías realizadas por Colita: "Sentada feminista", 1977 (arriba), "Ana María Matute" (izquierda) y "momentos cotidianos de las calles de Barcelona y sus habitantes" (derecha).
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mencionar a un par de fotógrafas actuales del Estado español, Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) e Isabel Esteva i Hernández, más conocida como “Colita” (Barcelona 1940). Como espectadora, debo admitir que jamás había sentido una emoción tan profunda al mirar una fotografía como el día en que asistí a una de las exposiciones de Isabel Muñoz. La belleza, la técnica, la cercanía de los personajes que retrata son capaces de conmover hasta la persona más insensible. Aparte de la hermosura de su arte, también es admirable la manera en que Muñoz ha sabido cruzar fronteras y acercarnos a otros mundos a través de sus imágenes. A través de su lente hemos podido gozar desde la sensualidad de la danza oriental al tango, del son al flamenco; vibrar con sus imágenes de cuerpos en movimiento desde Cuba a África. Experta en platinopia, sus retratos de gran formato sobre la tribu seminómada de los Surma de Etiopía hacen que el observador casi no pueda resistir las ganas de tocar la fotografía y acariciar el rostro o torso que tiene delante de sí. Su serie sobre las pandillas salvadoreñas, las Maras estremecen por el poder que emanan, la violencia reprimida que bajo el objetivo de esta fotógrafa surge, contradictoriamente, de una manera hermosa. Sensible y solidaria, no olvida a los más desfavorecidos, como se puede constatar en su serie Camboya Herida, donde nos aproxima al horror de las minas antipersona y los estragos que han causado en las zonas afectadas, así como su serie Exclavage, donde vemos los rostros de aquellas niñas vejadas por la prostitución en Camboya. No es sorprendente que su obra haya sido expuesta en numerosos países y que algunas de sus fotografías formen parte permanente de las colecciones de la Maison Européenne de la Photographie de París, así como del Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York. Se suele decir que la fotografía no tiene género, que tanto las mujeres como los hombres pueden captar las mismas imágenes. Pero lo cierto es que algunas mujeres han fotografiado temas que probablemente no importaron tanto a los fotógrafos. Pienso en aquellas osadas mujeres que fotografiaron a las sufragistas de comienzos de siglo, o como Colita que documentó el Movimiento Feminista catalán de los setenta. Aunque Colita fotografió a la mayoría de los personajes que integraban el grupo barcelonés
“La Gauche Divine”, también ha retratado a los grandes del mundo del flamenco y de la intelectualidad. Entre sus miles de fotografías destacan las de personajes como Antonio Gades, Rafael Alberti, Joan Miró, La Chunga, Carmen Amaya, Dalí, Ana María y Terenci Moix, Orson Welles, Ana María Matute y Joan Manuel Serrat, entre otros. A comienzos de los sesenta trabajó con Xavier Miserachs y tras una estancia de dos años en Madrid regresó a su ciudad natal donde colaboró con Fotogramas, Mundo Diario, y Destino, entre otras. A comienzos de los setenta fue directora de fotografía de la histórica revista Vindicación Feminista. Con su cámara captó numerosas manifestaciones, y documentó las diversas actividades del Movimiento Feminista, el lanzamiento de la revista, las reuniones, las charlas, las pintadas y las actuaciones callejeras. Son especialmente conmovedoras las imágenes que capturó en la cárcel de mujeres de Barcelona, así como las huelgas de trabajadores en la transición. Amante de su ciudad ha inmortalizado miles de momentos cotidianos de las calles de Barcelona y sus habitantes. Han existido y existen muchísimas mujeres que han hecho de la fotografía su arte y profesión, y espero que este breve recorrido anime a las lectoras y lectores de Maginaria a seguir investigando y a coger la cámara y captar toda la belleza que nos rodea.
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Las mujeres son el referente y la esperanza para otro mundo posible Música y activismo. Denuncia social y arte. Cristina del Valle consigue el equilibrio preciso para compaginar su profesión y su pasión, la música, con su compromiso a favor de la lucha por la igualdad de las mujeres en todo el mundo. Fundadora y presidenta de la Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia de Género, la música se convierte en su único instrumento para expresar su solidaridad con las clases excluidas. Tiempos rotos es su última denuncia.
Por Leonor Pérez Álvarez Sara es sólo una más de las miles de víctimas del conflicto entre Israel y Palestina. Tenía sólo ocho años cuando un francotirador israelí acabó con su vida en Nablus, frente a la puerta de su casa. Su historia representa a la de tantas otras niñas víctimas de la violencia ejercida por sus gobiernos. Niñas que reclaman justicia al mundo y demandan soluciones para sus sueños destrozados. Entre tantas vidas truncadas a raíz de un conflicto que dura ya más de 60 años, la historia de Sara pasó desapercibida, hace ocho años, a los ojos del mundo. Hoy su recuerdo pervive a través de la música. Cristina del Valle la ha rescatado y ha convertido su historia en una de las canciones que integran su último trabajo Tiempos rotos. Escuchar el decálogo de canciones e historias que componen este nuevo disco, es entender algo más de la trayectoria de esta asturiana que lleva años empleando la música como medio para denunciar la desigualdad y que ha convertido la lucha femenina en su expresión más vital. La puesta en escena de Tiempos Rotos consiste en un espectáculo multimedia en el que las canciones van acompañadas de imágenes que cuentan pequeñas historias, diez ventanas al mundo que ha visto la cantante después de sus numerosos viajes a Palestina, Sahara, México, Guatemala y otros países en los que la mujer vive situaciones injustas y abusivas. Su fórmula: pop y ritmos étnicos y arabizantes para cambiar el mundo. “Tiempos rotos es la frase que refleja todo aquello que no se puede seguir manteniendo, la situación de violación de derechos humanos en el mundo, de ocupación, de guerras, de abusos, de desequilibrio, de desigualdad. Tras tres años de elaboración, el disco fue como una premonición de lo que está pasando ahora: el modelo neoliberal, el modelo político económico y también ideológico que ha regido hasta ahora ha acabado estallando porque era insostenible. Tiempos rotos es también un deseo de que todo se quiebre para que nazca algo nuevo, algo diferente. Y a partir de ahí, idear nuevos modelos”. Así define su último trabajo Cristina del Valle del que se siente orgullosa por resumir en él su
trayectoria profesional y personal. Un disco que le ha servido, añade, para “contrainformar, es decir, mostrar a través de imágenes, rostros y canciones, lo que piensan y sienten personas y mujeres de todo el mundo. El arte se convierte en un elemento fundamental para comunicar”.
En busca de respuestas
Revisando su amplía trayectoria, se diría que Cristina del Valle lleva toda su vida empleando la música no sólo como medio de expresión artística, sino también como instrumento para recoger un ideario y una forma de pensar y dar voz a las demandas de personas anónimas. Con la música como plataforma, su carrera profesional ha ido inevitablemente unida a su compromiso y activismo social. El mismo que le llevó a ser nombrada Embajadora de la ONU para los Objetivos del Milenio —ese proyecto multinacional que pretende ir acabando poco a poco con la pobreza en el mundo—; a recorrer Palestina para gritar ante sus muros el cese de la ocupación israelí; a visitar a las madres de hijas violadas o desaparecidas en Ciudad Juárez, al norte de México; a caminar las calles de Bagdad pocos días antes de la ocupación; a acompañar a las mujeres saharauis en su lucha por un pueblo libre; a llevar su voz al Parlamento Europeo, a la ONU, al Palacio de la Zarzuela y a la Moncloa. Su vida y su obra han ido de la mano para buscar salidas a la injusticia. “Para mí ha sido una obsesión a lo largo de mi vida buscar respuestas a aquellas cosas sobre las que pienso y en las que creo,
una forma de dar coherencia a la educación que me dio mi madre para que mantuviera una responsabilidad con el mundo, con la vida y con los seres humanos, como persona y como mujer”. El resultado de esa búsqueda incesante es la mezcla de sonidos, ritmos y culturas que marcan sus composiciones. “Todos los elementos culturales y artísticos son fuente de riqueza, de conocimiento y de mestizaje. En mi música, esos elementos están siempre porque la mezcla de ritmos e instrumentos de todas las culturas es lo que confiere riqueza”. Y ese mestizaje es lo que convierte a la música en un lenguaje universal. “Lo bueno de la música es que carece de prejuicios. El hecho de crear para un artista es incompatible con tener prejuicios y con discriminar. Cuando escuchas una canción, jamás el oído de un artista se inclina a averiguar de qué país viene esa música o si se trata de una música condicionada por una raza o una religión. Simplemente con la música y con lo que estás expresando con la voz la gente puede sentirse conmovida, emocionada o eufórica. Hay lenguajes universales y la música tiene esa posibilidad”. La música también es, según del Valle, la vía más rápida para acabar con estereotipos: “con la música se quiebran estereotipos y, sobre todo, tipos de modelos, y más en temas de género. Cuando viajas a un país en guerra o en ocupación o un país donde la mujer vive en situaciones de violencia extrema, ves con frecuencia cómo las mujeres se suben a escenarios y expresan su compromiso político. Son escuchadas por los líderes de los países y se convierten en referentes de espacios públicos”.
Cristina del Valle en el concierto realizado junto a la Plataforma de Mujeres Artistas en Ciudad de Guatemala el 10 de mayo de 2009. Fotografía de María Dolores Pérez.
Cristina del Valle junto a la Dra. Rigoberta Menchú durante el Encuentro con la Iniciativa de Mujeres Premios Nobel. La Antigua.
Página dcha.: Cristina del Valle en el concierto "No más feminicidios" realizado junto a la Plataforma de Mujeres Artistas en Ciudad de Guatemala el 10 de mayo de 2009. Fotografía de Mª Dolores Pérez.
Lucha sin violencia
El arma que usan las mujeres para luchar por su igualdad es su voz, el diálogo, la negociación. Cristina del Valle, que se confiesa abiertamente feminista, defiende una igualdad sin superioridad de ninguno de los dos sexos pero con el reconocimiento de que, en situaciones de conflicto, la mujer es la única que busca la justicia por medios pacíficos. “Las mujeres no somos ni más ni menos que los hombres. Pero históricamente está demostrado en trabajos de investigación que las mujeres han elegido libremente apostar por la paz y por trabajos de cooperación y coordinación”. La falta de reconocimiento de esta función social de la mujer responde, simplemente, a que el mundo mira para otro lado, no evalúa la importancia del trabajo de estas mujeres que, en situaciones de conflicto y violencia, se unen para demostrar “que no hay buenos y malos y que es posible hablar con el otro. En estas situaciones las mujeres de ambos lados trabajan juntas, con el dolor de haber perdido a víctimas. Hay organizaciones como Mujeres de Negro o el Círculo de Familias por la Paz, que han mostrado al mundo que es posible la reconciliación, que es posible la generosidad por encima del dolor y del odio y abrir vías de diálogo y negociación”. Son precisamente esas situaciones extremas y de conflicto las que impulsan el empoderamiento de las mujeres y les permite desarrollar otro tipo de acciones diferentes a las que llevan a cabo en su vida diaria. “Personalmente he visto en distintos países, en situaciones extremas, cómo las mujeres
sobreviven, cómo salen adelante y sacan fuerza para sobreponerse, seguir trabajando, seguir luchando, tener esperanza y construir”. Son las mismas mujeres que apuestan por una ruptura con el sistema establecido. “El trabajo conjunto de estas mujeres pidiendo el fin de la violencia es una realidad constante, y son ellas el referente y la esperanza para ese otro mundo, ese otro modelo que nada tiene que ver con un modelo patriarcal y violento que está absolutamente normalizado”, apunta del Valle.
Españolas admiradas
En la lucha de la mujer contra la ausencia de violencia y su apuesta por el diálogo, España tiene mucho que decir. Su experiencia se ha convertido en un referente a escala internacional. “Cuando sales fuera, tanto a Europa como el resto del mundo, hay una absoluta admiración, valoración y respeto hacia el trabajo realizado por las españolas. El trabajo de muchas políticas españolas es un referente fuera de España porque el nuestro es un país con una democracia relativamente joven. Hasta la constitución del 78, las mujeres no teníamos ningún derecho, éramos menores de edad para todo. Ha habido un avance brutal en este país y ese avance se ha producido sin violencia”. España es un ejemplo más de las transformaciones que han hecho los movimientos feministas en el mundo a través de la no violencia y del uso de instrumentos, como las instituciones y las leyes, que han servido para fortalecer la democracia. “Ninguna democracia se puede ganar ese nombre
debate mientras las mujeres sigan viviendo sin todos sus derechos”, señala del Valle. De ahí que España se haya convertido en un referente “no sólo en toda Latinoamérica, ahora también en Europa. España se ha puesto a la cabeza con la ley integral contra la violencia, la ley de igualdad y la ley de autonomía personal. Unos pilares que son fruto de un trabajo constante, conseguido a través de años de militancia y el apoyo de un gobierno que lo priorizó a pesar de que no era una tarea fácil porque estamos hablando de leyes que tocan los hilos mismos del poder y de un sistema patriarcal que se resiste al cambio”.
Desigualdad también en el mundo artístico
Pero en España aún queda un amplio trecho por recorrer. Desde diferentes ámbitos se reclama avanzar en la igualdad por la vía de la educación. Pero Cristina del Valle apuesta por llegar más lejos en la lucha desde una mirada global. “La quiebra fundamental es la transversalidad. La perspectiva de género y el feminismo es una ciencia social, es un elemento clave que tiene que atravesar todos los aspectos de socialización”. Se trata, por tanto, de aplicar “la coherencia en todo, en la educación en casa, en las escuelas, en los medios de comunicación, en el lenguaje… si todos estos elementos a través de los que construimos la cultura no están atravesados por una mirada distinta y por un análisis distinto, será imposible”. La ardua tarea que queda por delante para seguir avanzando en educación y en materia de género debe aplicarse a todos los niveles. También en el mundo artístico. En este terreno la mayor presencia de mujeres hace pensar en un mayor empoderamiento de las artistas pero la realidad es otra. “Lo que ocurre es que —afirma del Valle— las mujeres artistas han ocupado espacios públicos, lo que significa que en el ámbito artístico el reconocimiento de la mujer sí ha tenido lugar”. Sin embargo no todo es positivo. “También es un mundo mayoritariamente masculino, en el que las direcciones de las compañías discográficas y de las revistas de música dependen de los chicos, la mayoría de equipos técnicos también están integrados por chicos y cuesta mucho hacerse oír”. Del Valle lo sabe a ciencia cierta. Ella misma lo ha vivido cuando sale de gira y se rodea de técnicos y músicos: “tu voz se escucha menos y para poder obtener el respeto ante los demás cuando estás cuestionando algo es más difícil porque no hay reconocimiento a la autoridad femenina. No se reconoce
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que una mujer artista pueda tocar igual de bien que un hombre”.
Plataforma de Mujeres Artistas
Cristina del Valle no es la única artista implicada en la lucha por la igualdad. Su filosofía la comparten tantas otras artistas que se unieron en la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género (http://www.plataformademujeresartistas. org/). Nombres conocidos como Marta y Marilia (Ella baila Sola), Malú, Mary Ángeles (Camela), Aurora Beltrán (Tahúres Zurdos), Pastora Soler, Soledad Jiménez (Presuntos Implicados) etc., decidieron unir su poder mediático para responsabilizarse ante el público que las seguía. De su unión, nació la Plataforma, hace ya diez años. Una década en la que han buscado el reconocimiento de otras mujeres y han puesto voz a quienes están en situación de desprotección y no empoderamiento. “El hecho de ser mujeres artistas nos permitía llegar al ámbito político. Teníamos una pauta fundamental, jamás trasladar el mensaje desde el victimismo, sino desde la denuncia, la toma de conciencia, el conocimiento y la exigencia”. Uno de los mayores retos de la Plataforma se cumplió antes de las elecciones del 2002, año en el que, en nombre de más de 50 organizaciones de mujeres, llevaron ante las autoridades políticas la elaboración de una Ley Integral contra la Violencia de Género. El 29 de diciembre de 2004 el BOE publicaba el texto de la celebrada ley. Hoy, la labor de la plataforma continúa adelante. Acaban de regresar de Guatemala, donde se desplazó una delegación de 80 expertas en materia de violencia de género para reforzar, apoyar y exigir seguridad para las mujeres que cada día se enfrentan al crimen organizado y al narcotráfico y a las violaciones de derechos, como el derecho a la vida. Con cada uno de sus viajes, la Plataforma pretende compartir experiencias, colaborar y apoyarse mutuamente, dando visibilidad, a nivel internacional, al trabajo que desarrollan las mujeres en estos países en conflicto. La próxima parada será en Gaza, donde viajará la Plataforma para trabajar directamente con los niños, que presentan cuadros de depresión aguda crónica con porcentajes de afectados del 80% de la población infantil. Es sólo un escalón más en la lucha colectiva de la Plataforma de Mujeres Artistas y el compromiso personal de esta música asturiana, que se siente ciudadana del mundo, y que sólo pretende poner su música al servicio de las mujeres que lo necesiten.
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Crear arte para desterrar desigualdades
Las cifras no engañan. Una rápida visita a un museo de arte, permite constatar que las obras de mujeres artistas son notablemente inferiores en número a las de los hombres. La tendencia se reproduce en otras esferas del mundo artístico. No es un problema de falta de talento, es una cuestión de falta de apoyo institucional y de educación. Por Leonor Pérez Álvarez
Arte desde México Desde Estrasburgo (Francia), llegaron no hace mucho las voces del Parlamento Europeo denunciando la "flagrante disparidad de condiciones de empleo y trabajo" que sufren las mujeres en el ámbito de las artes. Eran las mismas voces que pedían a las autoridades que garantizaran un aumento de la proporción de mujeres en todas las disciplinas artísticas. Hasta que esas autoridades revisen sus prioridades y la educación fomente otras prácticas, la realidad seguirá constatando la escasa visibilidad de las mujeres creadoras. Sin embargo, no todo son aspectos negativos. Las mujeres artistas avanzan poco a poco en su conquista de espacios públicos consagrados a la expresión artística. Para comprobarlo, hemos pedido a tres mujeres artistas que nos transmitan su experiencia personal desde el prisma de la pintura, la interpretación y la música.
La educaron en la creencia de que podía ser autosuficiente y que podía construir su propio proyecto de vida. Quizás por eso no le fue difícil a Betsabeé Romero imaginar un proyecto personal en torno al mundo de la pintura. Confía ciegamente en que, al final, todo es posible en la vida. Sabe lo de que habla. Sus abuelos maternos y paternos fueron asesinados por motivos políticos. Sus abuelas, muy jóvenes, viudas y poco preparadas para defender lo que tenían, tuvieron que aprender a salir adelante en la vida. “Crecí en una familia donde, como en muchos casos, las abuelas y las madres son los personajes fuertes de los núcleos familiares. Ellas son en México, las contenedoras de los ritos, de los secretos, memorias y reglas de las redes sociales”. Su determinación por abrirse un hueco en el mundo de la pintura la llevó a París, donde se labró una carrera que pudo compaginar con su vida personal. A pesar de haber nacido y crecido en un país donde la cultura machista está establecida en muchos sentidos, México, que carece de la “la visibilidad o el acceso
a la información que existe en Europa, me facilitó seguir mi vida profesional sin tener que renunciar a la maravillosa experiencia de ser madre”. Hacerse un lugar y mantenerse en el mundo del arte siendo mujer no es fácil ni en España ni en México, a pesar de que, según confiesa Romero, considera “el arte un ámbito bastante femenino, en relación a otras formas de conocimiento, ya que tiene una base de reflexión racional pero su metodología se aparta de la científica al incorporar otras formas de conocimiento, desde la intuición hasta la mezcla de
disciplinas, la filosofía, religión, tradición, etc”. Esa feminidad del arte se traduce en una mayor presencia de mujeres que de hombres en las escuelas de arte. Y “sin embargo, tanto en las estadísticas internacionales como locales, hay muchas más superestrellas hombres que se cotizan a precios más altos que mujeres”, afirma Romero. No obstante, no todos son señales negativas. Betsabeé mantiene que, especialmente en España, “tanto en la dirección de galerías como en los Museos y en la crítica hay presencia de mujeres muy importantes”. En México
Hacerse un lugar y mantenerse en el mundo del arte siendo mujer... no es fácil ni en España ni en México.
Betsabeé Romero en Arco'08.
posiblemente no sea tan agudo pero de las cinco galerías más importantes, en tres de ellas, las mujeres son fundamentales. De hecho, actualmente y a pesar de estar bajo un régimen de derecha, la ministra de cultura es una mujer”, añade. Asegura no haber sentido que las galerías de arte busquen en su obra reflejos estereotipados de la mujer mexicana pero reconoce que sí ha habido por lo general “cierta resaca de una forma de lucha social por los derechos de las minorías” que generó “un feminismo repelente que a mí no me interesa y que en estos últimos años ha tenido un revival de lo que yo llamo retrofeminismo”. Defiende, no obstante, las grandes figuras que han defendido, con justa razón, los derechos de las mujeres pero apuesta por lenguajes y formatos que favorezcan una “lucha más integral en la que las mujeres no estemos solas ni frente a la violencia familiar ni frente a las desigualdades. No tenemos que estar en contra de los hombres ni volvernos masculinas, ni asociarnos sólo entre mujeres para reconocer y ser solidarias con otras mujeres, niños, migrantes, minusválidos etc”. Romero se reconoce una artista “no demasiado adepta a exposiciones de mujeres para mujeres o desde las mujeres” pero asegura sentirse “espantada por la enorme carga de violencia que recae en la mujer en muchos países donde culturalmente ni siquiera se cuestiona la desventaja de ser mujer. Me asombra, continúa, que sigan existiendo países supuestamente más avanzados como España, donde a diario sabemos de más crímenes contra las mujeres, o México, donde existe no sólo una inverosímil impunidad frente a los asesinatos de mujeres que llegan a más de 500 en Ciudad Juárez, sino también una grosera acusación hacia las víctimas, que por ser jóvenes, o guapas o tener novio se les ha acusado de provocar la violencia que terminó con sus vidas”.
“Las chicas trabajan codo con codo con los chicos sin que eso suponga una batalla diaria.”
Respeto en los escenarios En una semana toma un vuelo para Nueva York. No sólo está entusiasmada por el proyecto que la lleva hasta allí, de la mano del también actor sevillano Alex O’dogherty, para rodar un corto sobre una familia de inmigrantes en la Gran Manzana. Le entusiasma la posibilidad de caminar por donde ya lo hicieran grandes actores. Mª Alfonsa Rosso transmite la ilusión de la interpretación como la que se acaba de lanzar a los escenarios. Y lleva ya más de treinta años dando forma a personajes del cine, el teatro y la televisión. Los proyectos no le faltan a esta actriz sevillana a punto de estrenar en la gran pantalla la última de Elio Quiroga “Nodo”, y que anda moviendo hilos para llevar a los escenarios una obra teatral, “La puta libertaria”, de César López, que la conquistó desde que cayó en sus manos.
Sus principios no fueron fáciles, más por situaciones familiares que le exigían su atención que por obstáculos a la hora de conseguir un papel. La suerte, entendida como el trabajo constante, parece haber sonreído a esta actriz que se quedaba sin voz cuando saltaba a los modestos escenarios de los teatros escolares de fin de curso. Pero llevaba la interpretación en la sangre desde que, de pequeña, aparecía recitando sola debajo de una cepa de uva durante los veranos familiares o se calzaba con destreza en los zapatos de tacón de su madre para dar vida a personajes. A pesar de que en aquella época, a la mujer se le exigía estar al lado del marido y al cargo de las tareas domésticas, Rosso fue encontrando parcelas donde explotar su faceta artística. Desde el principio, no le faltaron papeles por el hecho de ser mujer quizás porque, según comenta, “hacen falta personajes femeninos en las obras de teatro. Incluso ya no es extraño ver papeles de hombre interpretados por mujeres”. Tras los primeros juegos teatrales, no tuvo otra salida que dar el salto a la interpretación profesional de manos de la obra de Machado “Juan de Mairena”, obra que le hizo un nombre en el teatro. Desde entonces no duda en reconocer que lo único que ha recibido en su vida y en su carrera artística es respeto. “He tenido la suerte de no conocer cerca de mí un trato discriminatorio por ser mujer, ni en los comentarios ni en la forma de trabajar o de dirigirse a mí. Quizás esté equivocada pero “no lo percibo así, o me niego a percibirlo así”, comenta Rosso. Tampoco es consciente de posibles diferencias a nivel de los técnicos y técnicas que participan en las grabaciones de las películas. Si
bien es cierto que a los puestos acceden más hombres y que las mujeres copan con más facilidad los empleos dedicados, por ejemplo, al vestuario, maquillaje, etc, considera que hoy día “las chicas trabajan codo con codo con los chicos sin que eso suponga una batalla diaria”. Esa supuesta desigualdad tampoco cree percibirla en los salarios de actores y actrices, si bien es cierto que “éste es un tema que se lleva con mucho secreto”, señala. “De cualquier forma, es algo que depende más de la popularidad y de la fama del actor o actriz que del sexo en sí. Seguramente hay actrices que, por ser más famosas y populares, acaben ganando más que sus colegas hombres”. Casada y separada, Rosso cree en la pareja pero no en el matrimonio que concibe como “una cárcel con libertad condicionada”. Por eso mantiene que los códigos de la convivencia y del matrimonio tienen que cambiar y percibe cierto retroceso en la lucha de la mujer por sus derechos. Veo ese retroceso en “chicas jóvenes, cuyo único objetivo parece ser el matrimonio, y en la forma de hablar machista de algunos jóvenes”. Para evitarlo, la educación es la clave. “La educación que nos han dado nos ha hecho consentir muchas cosas”. No podemos permitir que siga pasando lo que vemos y oímos continuamente en los medios de comunicación”. Pero frenarlo, añade, “sólo depende de la mujer, es ella quien tiene que mantenerse y avanzar, no dar ni un paso atrás”. Espíritu libre e independiente, Rosso abandera además la risa como estilo de vida. “Sin risa la existencia no se puede soportar”. Y sin respetar la individualidad de cada uno, porque “nadie es más que nadie. Nadie puede ser feliz sin libertad”.
“Ya no es extraño ver papeles de hombres interpretados por mujeres.”
A golpe de batería Emma se vio involucrada con la percusión desde muy pequeña. En Escocia, donde nació, hay una fuerte tradición por estudiar música en los colegios públicos y se dejó convencer por su profesora de percusión, que vio en ella a una talentosa niña de 12 años con una sensibilidad especial hacia la música. No pasó mucho hasta que la propia Emma Brodie coincidiera con su profesora en que áquella era su vocación. El resto de su camino estuvo plagado de estudios de percusión clásica, formación superior en Inglaterra, incluso concursos televisivos para abrirse un hueco en este difícil mundo. “En esta profesión es muy difícil entrar, da igual que seas hombre o mujer”, comenta. Compañeros míos que son hombres lo han pasado incluso tan mal como nosotras, por miles de razones. Este mundo puede ser muy cruel en este aspecto pero no es una cuestión de sexos”. Sus principios como música freelance en Reino Unido la llevaron a formar parte de orquestas sinfónicas, como la BBC o la filarmónica de Liverpool, al tiempo que iniciaba su carrera como solista. Las puertas de España se le abrieron a través de musicales y del grupo La Unión, uno de cuyos componentes la fichó para trabajar con ellos. Hace ya tres años de eso y desde entonces no le han faltado salidas laborales a esta escocesa que se muestra afortunada por dedicarse a lo que le gusta. La experiencia de Emma como mujer música en España tiene mucho que ver con sus orígenes escoceses. Es la diferencia entre España y Escocia lo que le ha hecho darse cuenta de que en nuestro país aún se mira con extrañeza una mujer al frente de una batería. “En Escocia o Inglaterra, el hecho de ser mujer nunca representó un problema, nunca fue cuestionado. Simplemente allí no me daba ni ventaja ni desventaja el hecho de ser mujer”, señala. Pero en España
la percepción es otra. “Aquí me han tocado las dos cosas, me ha tocado gente machista porque hay de todo y también compañeros hombres que no tienen estereotipos en la cabeza, pero depende de lo que te encuentres en la vida”, apunta, “aunque, curiosamente, eso sólo lo he encontrado en España, en Escocia no se planteó nunca”. Las reticencias que puedan reflejar algunos músicos no se perciben, sin embargo, entre el público, tampoco entre el español. “El público está encantado con que haya una mujer ahí arriba. Especialmente son las mujeres las que están más contentas. Al haber menos chicas trabajando en la batería y la percusión, instrumentos que se relacionan más con los hombres, al público le sorprende y las animan automáticamente. Hay mucho respeto en este sentido”. Hacer valer la propia voz dentro de una banda tampoco es, a juicio de Brodie, cuestión de sexos. Se trata más bien de la reputación que el músico se haya labrado previamente. “Si ya tienes cierto reconocimiento percibes ese respeto desde el principio”. Es ese mismo reconocimiento el que marca el caché de cada uno. “No hay una base, no se cobra más o menos por ser mujer, depende más de la fama y del estatus que como músico puedas tener en este mundo”. Para acabar con restos del imaginario masculino que no concibe mujeres percusionistas, Brodie tiene una apuesta clara. “Simplemente creo que tiene que haber más chicas dedicadas a esto, especialmente a este tipo de instrumentos asociados con los chicos, como la batería, la guitarra eléctrica, el bajo”, apunta. “Es —continúa— algo
que debe inculcarse desde la infancia”. Ella misma lo aplica en la academia donde trabaja e imparte clases de música. “Allí tengo la oportunidad de animar a las chicas a tocar. Y a medida que haya más músicas, pues tendremos más sitio en el mundo del arte”. La ecuación es fácil, añade, “si somos cuatro y ellos son 20.000 no podremos reclamar más sitios”.
“A medida que haya más músicas, pues tendremos más sitio en el mundo del arte.”
Mientras la lucha de las percusionistas avanza, avanza también su embarazo de cinco meses y los preparativos del lanzamiento de su primer disco en solitario. Un trabajo en el que figuran sus composiciones, como autora y cantante, y del que no oculta su satisfacción. El disco verá la luz bajo el nombre de Emma Brodie.
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El arte del yo En los últimos cinco años, en Sudáfrica se ha otorgado a las mujeres negras artistas un grado mayor de reconocimiento en el ámbito no solo local sino también internacional. Sin embargo, todavía, el número de mujeres negras que finalizan las escuelas de arte y exponen en galerías es menor que el de mujeres y hombres blancos. Estas tres mujeres de color son parte de una minoría que ha luchado contra todos los obstáculos del Apartheid y sexismo presentes en el legado de su país. A través de la utilización de sus propios cuerpos en sus creaciones artísticas, Bernie Searle, Zanele Muholi y Nandipha Mntambo han creado un lenguaje visual que se involucra Con el contexto sudafricano, siendo al mismo tiempo relevante con el mundo engeneral.
Por Tracy Lynn Chemaly Traducción: Olivia Potel
Líneas de la vida, 1999. De la serie ‘Discolorido’. Pigmentos en color y acuarela sobre papel. 24 grabados de 42x50cm. Edición de 10 + 1 PA.
Bernie Searle "Yo no trato de hacer un trabajo específicamente «feminista»", dice Bernie Searle, artista de 45 años de edad procedente de Ciudad del Cabo. «Mi condición de mujer que aparece de manera figurativa en mi trabajo, muestra significados que explican el hecho de ser mujer. Estos significados están entrelazados con otros aspectos de mi personalidad El género es inseparable de la raza, la clase social, la nacionalidad o la herencia y creo que entre estos aspectos, existe una interacción dinámica». La decisión de Bernie de utilizar su cuerpo en su trabajo fue sencilla. «De alguna manera, el cuerpo es el vehículo disponible más inmediato y es el filtro a través del cual experimento la vida», explica. Casi siempre, este «desnudo» está cubierto, bien por sustancias como aceite y especias o bien por ropa, todo ello seleccionado, teniendo en cuenta lo que representan. Admite que le sigue pareciendo sensacional decorar el cuerpo e intenta controlar este arte manipulando el ángulo de visión y al mismo tiempo, cuestionando al espectador.
En sus series Colour Me, Bernie cubre su cuerpo con especias como pimentón, cúrcuma, harina de guisante y clavo molido. Estas series tratan de políticas raciales, algo a lo que Bernie siempre se ha sentido próxima. Las especias representan el mercado de especias que introdujeron los colonos blancos en Ciudad del Cabo en los años 1600. Estos extranjeros blancos se mezclaron con la población local y con los esclavos de otras partes de África, engendrando niños de raza mixta, la raza «de color» a la que pertenece Bernie. Aunque su trabajo habla de Sudáfrica, lugar donde creció, también aborda temas globales como el origen y la migración, el nacionalismo y la xenofobia. Un trabajo reciente que trata sobre la migración, muestra un video y fotografías (Seeking Refuge) de Bernie en una isla volcánica, con un paisaje austero a veces inhóspito, pero en el que la gente ha logrado sobrevivir. En otro video (Mute) responde de forma emotiva a la violencia xenófoba que surgió en su país en mayo del año pasado y que sigue teniendo implicaciones drásticas para los africanos extranjeros en Sudáfrica.
Mi condición de mujer aparece de manera figurativa en mi trabajo. El género es inseparable de la raza.” Sin embargo, no todo es negativo. «Es verdad que se ven más mujeres negras artistas en Sudáfrica» dice Bernie. «De alguna manera, los tiempos han cambiado desde las primeras elecciones democráticas del país en 1994. Es emocionante saber que muchas de estas artistas se han introducido en exposiciones internacionales en las cuales la nacionalidad, la raza y el sexo no forman parte de las bases para la inclusión». En diversos lugares del mundo se han interesado por el trabajo de Bernie. Los cambios políticos acaecidos en su país han producido un aumento del interés por el arte sudafricano. Estas transformaciones han colaborado también con el movimiento creativo, mostrando cómo puede surgir tanta energía e inspiración de un contexto tan dinámico.
Página anterior: 1. Bernie Searly por Evert Theron. 2. Zanele Muholi. Black Beulah 3. Nandipha Mntambo. Praça de Touros II. 2008. Pigmentos en color sobre papel de algodón. 111x166cm. Edición de 5 + 2PA. Fotografía de Jac de Villiers.
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Fotografías de Zanele Muholi. Izquierda: Apinda y Ayanda. Abajo: Katlego y Nosipho.
Zanele Muholi «Si no fuera artista, sería activista», dice la apasionada Zanele Muholi. Esta audaz fotógrafa lesbiana de Johannesburgo utiliza sus fotos de forma que representa una ejemplo de activismo muy visual, ayudando así en la lucha por los derechos humanos y la dignidad. Zanele procede de una cultura Africana donde se considera malo ser gay. “Debido a la idea que existe de que ser homosexual es «antiafricano», muchas lesbianas negras sufren la «violación sanadora» la violación explica, pretende «curar» a las lesbianas y transformarlas en las mujeres que deberían ser”. Utilizando los conceptos de sangre y violación en su trabajo, Zanele emplea su propia sangre menstrual para expresar el dolor y la pérdida de sus amigas negras lesbianas y de otras mujeres de la comunidad que fueron violadas y asesinadas por ser homosexuales.
Fotografiando a lesbianas negras, mostrando las experiencias diarias de estas mujeres todavía marginadas, Zanele pretende crear conciencia. «La raza forma parte de todo lo que hago, soy una mujer negra de Sudáfrica y vivimos en un mundo racista». El apartheid,, insiste, es todavía endémico, económico y social. En sus series Being de 2007 pretende, en parte, tratar los temas del acceso de las lesbianas negras a una atención sanitaria y médica adecuada, destacando su heterogeneidad. «Somos mujeres transexuales, lesbianas, bisexuales y heterosexuales, de razas y formas diferentes. Algunas trabajamos, tenemos niños y formación y otras no. Quiero que la gente se manifieste y se decida a hablar de la homosexualidad femenina y de la diversidad de las mujeres de orientación sexual diferente». Su mejor herramienta artística es su propio
“Debido a la idea que existe de que ser homosexual es «antiafricano», muchas lesbianas negras sufren la «violación sanadora».”
cuerpo, que ha utilizado en diversos proyectos. «A menudo, mi trabajo es autoetnográfico porque comparto vivencias con la gente que fotografío», dice. A menudo, sus autorretratos hablan en nombre de otras muchas que no se pueden fotografiar debido a la amenaza de homofobia y misoginia. «Muchas mujeres (negras) ya no poseen su cuerpo debido al constante miedo a las violaciones curativas o a la expulsión de la comunidad. Seguimos viviendo en una sociedad muy homofóbica donde los cuerpos de las mujeres, los hombres homosexuales, las lesbianas, los transexuales, las transexuales y las niñas pequeñas son vulnerables frente la violencia sexual». A través de sus fotografías, Zanele espera capturar la esencia de las vidas raramente comprendidas y a menudo contadas de manera sensacionalista, que a menudo son transformadas en un diálogo que engendra compasión. «Quiero que la gente se reconozca en mis fotos. Se trata de amor, reconocimiento y respeto», dice.
Nandipha Mntambo Cuando Nandipha Mntambo obtuvo su máster en la Michaelis School of Fine Art en la Universidad de Ciudad del Cabo, era la única artista negra en una clase de 20 personas. Algo parecido ocurrió en su primer añode universitaria donde estaba en una clase de 50 personas. Esta mujer de 25 años de edad afirma que esta situación se debe a las barreras educativas que siguen existiendo en Sudáfrica, aunque admite que el Apartheid no tiene un papel importante en
su vida. “La gente siente curiosidad sobre mi y mi experiencia con el Apartheid, pero yo crecí en Swaziland (un país vecino) y para mi, fue una «no experiencia»”. No obstante, debido a que procede de una cultura africana, hay gente que le empuja a mostrar su «experiencia cultural» en su trabajo. Pero, dice categórica, yo les diría, «¿Qué pensais, que yo he vivido experiencias diferente a las vuestras?»”. Además, Nandipha siguió su sueño, al pie de la letra. «Mientras estaba estudiando arte, soñé sobre esas vacas de las que solo quedaba su
piel. Al día siguiente, la dije a mi padre que debíamos encontrar algunos de estos animales». Más tarde con unas vacas muertas y la ayuda de un taxidermista, Nandipha se vio inmersa en moldear pieles con formas corporales para sus proyectos. Dice que la elección de su material «Es algo que a la gente al mismo tiempo le interesa y le repugna. La gente tiene una cierta idea de lo que deberían hacer las mujeres. Prefieren que nos dediquemos a la fotografía o a la pintura y que no usemos materiales sucios, fétidos, pesa-
Europa, 2008. Pigmentos en color sobre papel de algodón. 112x112cm. Edición de 5+2 PA. Montaje fotográfico: Tony Meintjes.
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dos…». Interesada en la percepción de la gente respecto a sus propias limitaciones, Nandipha se siente obligada a sacarlos de su confort para hacerles pensar de manera diferente. Casi siempre utiliza su propio cuerpo para moldear las formas necesarias en su trabajo. «Soy la persona más cercana a mí misma», explica para que se comprenda el procedimiento. Nandipha nunca permite que le fotografíen fuera de su trabajo. Alude a que es el resultado de crecer junto a una madre preocupada por la imagen y dice que prefiere ser una persona anónima para suscitar reacciones más honestas. Le gusta la idea de crear para ella (su papel de minotauro es su favorito) rompiendo así con las ideas preconcebidas sobre papeles asu-
midos por mujeres. «Existe una infravaloración sorprendente de las mujeres artistas. Algunas personas no saben qué decir cuando ven mi trabajo». Ha trabajado sobre si misma, con una cueva de colas de vaca que representa un lugar donde esconderse y sentirse segura, sin desaparecer por completo, tratando temas de amor que lindan con el odio. Otro trabajo, My Pregnancy, ilustra el útero como protección, donde es posible crecer y recibir protección hasta estar preparado para emerger. Nandipha admite que sus representaciones le han permitido confrontar aspectos de ella misma que no necesariamente le gustan. «Es a la vez humillante y desgarrador, pero me hace sentir más fuerte».
Emabutfo, 2009. Piel de vaca, resina, malla de poliéster, cordón encerado. 24 figuras, cada una de aprox. 120x60x20cm; instalación aprox. 120x230x440 cm
"Existe una infravaloración sorprendente de las mujeres artistas. Algunas personas no saben qué decir cuando ven mi trabajo.”
Entrevista a la pintora argelina Djahida Houadef
Una sola mano no puede… pintar Dhajida vive a pocos pasos de la Gare d’Alger, en pleno centro de la ciudad y desde su balcón se escucha el rumor incesante de gente que va y viene, de las llegadas y partidas de trenes que va difuminándose a medida que pasa la jornada. La vista es evocadora, y en su momento matinal dedicado a la pintura de sus coloristas obras rescata la luz del Mediterráneo para preñar los lienzos de colores que homenajean a la naturaleza: verdes, naranjas, violetas… árboles, raíces, flores y hojas. La tierra y su vida inundan las creaciones de esta mujer, menuda de manos fuertes, nacida en la primavera de 1963 en N’gaous a pocos kilómetros de la capital. Prueba de ello son los motivos y títulos de sus últimas colecciones Arbres y Branches1. Actualmente acumula en su salón unos 20 cuadros, todos bien embalados para evitar los efectos nocivos del polvo que oscurece esta ciudad, llamada La Blanche. Alger no cuenta con ningún artista que disfrute de los medios materiales suficientes para contar con un taller de trabajo propio. Así pues, los domicilios se transforman para dar cobijo al trabajo de los Entrevista y Fotografías: artistas y las estancias sufren los Susana Escalante Durán efectos de la falta de espacio
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Acudo a la cita con un listado de preguntas que intentan revelar la situación de la mujer argelina frente a la creación artística sin embargo, lo ameno de la charla, la cercanía y su familiaridad nos saca en varias ocasiones del guión definido para acercarnos a reflexiones vitales en las que ambas ponemos en común nuestras realidades diversas. P. ¿En qué momento empezaste a pintar? R. No lo recuerdo muy bien, pero a penas tendría 7 u 8 años. Fue algo casi intuitivo. Mi primera exposición de obras no llegó hasta los años ’80 en los que inicié mi carrera profesional con varias muestras colectivas. P. ¿Cuál ha sido su trayectoria profesional? R. Yo estudié en el École des Beaux Arts de Argel. Al principio comencé a pintar sin saber, ni conocer la técnica y sin tener conciencia de ello. Fue la gente, los amigos y familia, los que me apoyaron a realizar los estudios de Bellas Artes. La falta de educación artística en Argelia es muy grave. Mi voluntad por pintar nació como una necesidad y no por cercanía con el arte. En mi familia no había antecedente alguno y solo mi padre tenía estudios. P. ¿Cuál fue su motivación inicial para iniciarse en la pintura?
R. Tiene que ver, supongo, con mi lugar de nacimiento. Guardo el recuerdo claro de una naturaleza presente, de la que no hay a penas rastro en esta ciudad, pero que deseo rescatar para ofrecer a los demás. Quiero mostrar mi mundo a la humanidad. Soy nostálgica, eso me lleva a necesitar siempre de un punto de referencia, y este sentimiento me devuelve continuamente a mi infancia y a la naturaleza. P. ¿Cuál es su estilo artístico, si existe una definición, y su método en la creación ? R. Mis creaciones estarían enmarcadas dentro del “Art Singulier”2. Yo trabajo por temas y como siempre el punto de atención es la naturaleza. El ser humano debe tener claro que no vamos a eternizarnos en el mundo, que nuestra labor en él es disfrutar de la vida y hacer el bien para que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de ella. A partir de esta idea primaria creo, en total soledad, las obras que componen una colección para luego ofrecerlas al público; momento en el que dichos trazos dejan de ser míos y pasan a pertenecer a quienes los observan. Tenemos el derecho y la obligación de observar, de plantearnos preguntas. Entiendo el arte como un medio para la realización
“Pintar es dedicarme a mi misma, a buscarme, a encontrarme y a ofrecerlo a los demás” los Ministerios y las Embajadas repartidas por el mundo, al fin y al cabo el arte es un bien nacional a promover y proteger, es la identidad de un país. P. Hablando de protección y abordando el tema de la mujer y el arte. ¿Cuál cree que es la situación de la mujer artista en el resto de mundo? ¿Cree que es más difícil ser artista siendo mujer? R. Bueno, yo creo que fuera de aquí la situación no es muy diferente. Está claro que hay más avances en otros países y mucho más apoyo oficial a los artistas. Pero es que la mujer tiene un problema añadido y es su falta de tiempo, las obligaciones familiares le impiden dedicarse a sí misma. Para mí, pintar es dedicarme a mi misma, a buscarme a encontrarme y a ofrecerlo a los demás. Yo estoy soltera y tengo la ayuda de mi familia con la que vivo, pero conozco a muchas compañeras que tras los estudios no pudieron seguir con su carrera profesional. Terminaron y dejaron de pintar. Es imposible hacerlo todo a la vez; llevar la familia adelante, crear, trabajar, hacer difusión, disponer de espacio… P. ¿Crees usted que se puede hablar de un arte puramente femenino? R. No, en absoluto. Creo que el arte es asexual y muestra de la sensibilidad, pero ésta no es patrimonio único de la mujer. Cierto es que lo femenino siempre ha estado vinculado con la creación, la preservación y el cuidado. De hecho, mis obras se centran en la naturaleza como bien universal a preservar. Creo, sinceramente, que hay un peligro real en la situación medioambiental, yo lo siento y no lo veo como una cuestión de moda. La mujer, igualmente, está perdiendo también sus vínculos con estos valores ancestrales que nos hacen conductoras y custodias de los orígenes, de la naturaleza. Por eso mi última colección se centra en las ramas de los árboles… están ahí conectadas al exterior, vivas y en crecimiento. P. Está claro cuál es su opinión sobre la mujer y su relación con el arte de una manera general, pero qué ocurre con la situación particular de su país. Resulta un verdadero reto ser mujer artista en Argelia. ¿Acaso hubo momentos en los que pensó abandonar su hogar para seguir creando? R. Bueno, yo nunca pensé en marcharme como le dije. Cierto es que durante los años del terrorismo la situación fue tan dura que dejé de pintar, tuve un bloqueo. Es necesario estar bien, protegida y segura para poder crear. Ocurrieron cosas muy fuertes y preferí dejar 1. "Árboles” y “Ramas”. Entre pasar el tiempo y observar, simsus colecciones plemente mirar a mí alrededor. destaca la dedicada Suele ser así. a la mujer argelina P. ¿Existen asociaciones profetitulada “Casbadjiettes”. sionales que agrupen vuestras
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debate “La mujer está perdiendo sus vínvulos con los valores ancestrales que nos hacen conductoras y custodias de los orígenes, de la naturaleza” personal y para la expresión. Las palabras no ayudan y la pintura tiene el don de transformarse en un espejo. P. ¿Y puede usted sobrevivir con la pintura o acaso necesita de otro trabajo? ¿Dispone de todo el tiempo deseado para dedicarlo a su arte? R. Desafortunadamente no. Sólo puedo pintar a diario en primavera y en verano cuando termino con mis otros compromisos laborales que suponen mi fuente de ingresos principal y estable. Actualmente doy clases de Artes Plásticas en la Universidad. Afortunadamente este trabajo me deja más tiempo libre que el anterior, en un museo, que ocupaba muchas horas y apenas me permitía pintar. P. ¿Cuál ha sido su evolución artística desde sus comienzos hasta la actualidad? R. Como le he dicho empecé a estudiar en el École des Beaux Arts apoyada por los que me conocían. Allí aprendí mucho al principio, todo era nuevo para mí y absorbía sin límites los contenidos de las clases, luego comencé a necesitar más y más. Tras los años he aprendido cómo coger el pincel, a dominar los colores, su aplicación, el trazo... Creo que es bueno ampliar los contactos para aprender de otros artistas si no lo haces te estancas y no avanzas. P. ¿Ha tenido la posibilidad de estudiar fuera y exhibir sus obras en el exterior? R. Yo siempre he vivido y trabajado aquí. He viajado mucho, eso si, e incluso fui a Estados Unidos. Cuando regresé la gente me preguntaba por qué no me había quedado allí. Creo que es por la nostalgia, nuevamente. La verdad es que yo me considero como un punto en medio de un círculo, puedo moverme hacia cualquier parte pero necesito mi lugar donde volver, mi estabi-
lidad… lo cierto es que me da miedo perder la inspiración si hago que mi vida cambie tanto dejando esta ciudad. Sí que he realizado exposiciones fuera, por ejemplo la última vez fue en una muestra colectiva en Mataró y resultó una experiencia estupenda. P. ¿Ha podido vender alguna de sus obras? ¿A quién y cuál es el procedimiento? R. Si, tengo obras mías repartidas por diferentes puntos del mundo. Normalmente las vendo directamente, pero tenemos un gran problema en Argelia. No existe un estatuto para regularizar la actividad artística. He tenido situaciones ridículas en las que se me encargaba una obra para regalar a la mujer de un Embajador y luego me han reclamado la emisión de una factura para pagarme. ¿Pero qué factura? Yo no existo sin este estatuto, cómo quieres que emita una factura. Así pues, vendo mis obras y pago mis impuestos en el caso de las que salen al extranjero. Tengo que informar al estado y colaborar con el Patrimonio Nacional con unos porcentajes por venta. P. Sobre el papel de su Gobierno. ¿Existe un apoyo claro a los artistas para el desarrollo de su tarea? R. Aquí no tenemos apoyo alguno. Empezando por la imposibilidad de trabajar con los medios mínimos y acabando por la carencia de cobertura social para los artistas jubilados. ¿Cómo sobrevivir después?: volvemos al estatuto. Además no hay una política clara de planificación y promoción del arte y la cultura en este país. Se invierten grandes cantidades de dinero en un Museo para no apoyar luego a los artistas locales. Como dice el proverbio árabe: “una sola mano no puede hacer palmas”. Deberían comprar cuadros de artistas argelinos y colocarlos en
demandas? ¿Cuál cree que es el futuro de su colectivo? R. Insisto en que el futuro pasa por la creación de un estatuto del artista que nos haga visibles, nos de derechos y obligaciones. Luego es necesario el apoyo a nuestro trabajo, la existencia de profesionales que trabajen por el arte en todos los planos y la definición de un plan de promoción de la cultura que comience en las escuelas y lleve el arte a todas las partes sin exclusión. Actualmente, la gente tiene tantos problemas que no puede acceder al arte, es un privilegio único de las clases altas y acomodadas. Aquí la mujer es la que menos opciones tiene por su falta de tiempo por ello necesita la unidad y la colaboración. Al respecto de la existencia de asociaciones de mujeres dedicadas al arte, hubo diversas tentativas en el pasado para su creación pero todas han fracasado porque no hay muchas mujeres dedicadas al arte en Argel y éstas acusan gravemente la falta de tiempo necesaria para mantener cualquier proyecto asociativo. P. Para terminar, intente dibujarme cuál sería su paisaje ideal para continuar con su labor. ¿Cuál son sus sueños? R. Mis sueños son varios. Por ejemplo disponer de un taller en el que poder trabajar sin agobios. Sólo tengo un par de obras en gran formato porque en casa me es imposible realizarlas. Tengo que subirme a la terraza. Continuar con mi trabajo y disponer de más apoyo, conseguir realizar una exposición individual en el extranjero con la ayuda de alguna institución que cubra los gastos de transporte y seguro de las obras de una de mis colecciones. Susana Escalante Durán- Arabista y Bibliotecaria Sitio Web de la autora: houadefdjahida.fr.gd
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Mujeres palestinas
Arte sin tabúes
¿Puede una mujer crear arte libremente en Palestina? Un país musulmán que lleva en guerra más de medio siglo no parece el lugar idóneo para que las mujeres se lancen a la creación artística. Sin embargo llevan haciéndolo más de 50 años. Jóvenes y veteranas se entremezclan por primera vez en un catálogo de artistas editado para romper estereotipos sobre el arte y la mujer palestina.
No es fácil ser artista en Palestina. Crear arte en un país en guerra desde hace 60 años podría parecer, a ojos de occidente, un afán sin expectativas, sin futuro. Y sin embargo, el arte en Palestina se ha convertido en una alentadora forma de expresión, una manera elegante de luchar para cambiar las cosas. Desde que el conflicto se recrudeciera, el mundo artístico trata de desligarse de manifestaciones que guarden relación con la guerra y la política. No es fácil hacerlo cuando desde el exterior se demanda arte que cuestione el “porqué” y el “hacia dónde” del conflicto. Pero cada vez son más las galerías de arte palestinas —nacidas de una abrumadora e incesante actividad cultural— que abren sus puertas a un tipo de arte despolitizado, que busca mostrar otra imagen de lo que significa ser palestino. Desde hace años, son otras las temáticas que inspiran a un tipo de arte liberado de estereotipos y tabúes. Esta tendencia es mayor en las obras realizaPor Leonor Pérez Álvarez das por mujeres palestiFotografía: Antonio Pérez nas, inmersas además en
una lucha por desterrar con su arte ciertos tópicos relacionados la figura de la mujer palestina. Desde hace tres décadas, las artistas palestinas han empezado a emanciparse de esos estereotipos para mostrarse simplemente como mujeres, como personas complejas, diferentes a la versión simplificada a la que suele recurrir occidente. Por eso, muchas de estas artistas señalan que su meta es contribuir a eliminar los tabúes que llegan desde el exterior. “En Palestina, el esfuerzo no es tan grande. Son los galeristas occidentales los que buscan reflejar ciertos aspectos estereotipados de la mujer árabe y mediterránea, por ejemplo, de la mujer iraní o afgana”. Lo dice Reem Fadda, editora, comisaria y crítica de arte palestina, que mantiene que este fenómeno se amplificó a raíz del 11-S. “Muchas de las galerías sólo buscan lo que tiene que ver con la emancipación de la mujer o sus aspiraciones de liberación y no se detienen en mostrar la dinámica real de la vida de las mujeres, que abarca más aspectos”.
Artistas sin tabúes
Yumana Manna en las instalaciones de la Fundación Tres Culturas. Sevilla.
Fadda defiende el trabajo realizado por muchas de estas artistas palestinas que, cada vez con más frecuencia, buscan reflejar en su obra experiencias personales, desde una perspectiva emocional. Una de estas jóvenes promesas es Yumana Manna, nacida en Jerusalén en 1986 y actualmente residente en Oslo, que reivindica su derecho a tratar temas que “no tienen que ver con mi experiencia como mujer árabe. Por ejemplo, muchos de mis cuadros giran en torno a mi madre y no pretenden reflejar nada relacionado con una nacionalidad, simplemente se trata de la relación entre una madre y una hija”. Manna es una de esas jóvenes artistas con talento y proyección internacional que, a pesar de su corta edad, acumula ya varias exposiciones dentro y fuera de su país. En ellas trata temas de la sexualidad, el vouyerismo, los tabúes, siempre en busca, según afirma, de “nuestros anhelos, nuestros instintos primitivos, desnudos de los tabúes sociales y normas de conducta”. Manna se limita a seguir la estela de tantas otras artistas palestinas que reivindicaron otras dimensiones más intimistas de su feminidad. Muchas de sus compatriotas figuran, junto a la propia Yumana Manna, en un libro editado a modo de primer Catálogo de Artistas Palestinas.
Catálogo histórico
La Oficina Técnica de Cooperación del Consulado de España en Jerusalén, la galería Al-Hoash y la Fundación Tres Culturas han colaborado para sacar a la luz este primer Catálogo de Artistas Palestinas “La tierra, el cuerpo, la narrativa”, que se presentó en la sede de la Fundación Tres Culturas el pasado mes de abril. La propia Reem Fadda, editora de la publicación, pasó por la capital hispalense junto a Manna para promocionar este libro que, según ella, surge como respuesta a una pregunta recurrente en Palestina: ¿para cuándo un catálogo que recoja la impresionante trayectoria del trabajo de las artistas palestinas?. El resultado es un libro que aglutina la producción de más de 40 artistas, seleccionadas entre 100 artistas procedentes de Cisjordania, la Franja de Gaza, Jerusalén, Israel o la Diáspora. El talento y la frescura de varias generaciones de mujeres artistas palestinas, queda reflejado en este catálogo creado para romper estereotipos sobre la cantidad y calidad del arte palestino. El libro se ha convertido en un muestrario de referencias visuales que abarcan desde la pintura a la escultura, pasando por la video-creación y equiparando la
Muchas galerías no se detienen en mostrar la dinámica real de la vida de la mujeres que abarca muchos aspectos.
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artesanía (bordados, cerámica) al nivel de arte. Prácticamente en todos ellos, apenas se tratan temas relacionados con el patriarcado, la situación de la mujer o el dominio del hombre. Los trabajos seleccionados tienen que ver con todo a la vez, según Fadda, “con el país, con el hombre, con la mujer... Es un tratamiento global, que deja a un lado la situación palestina. Obviamente pueden resultar obras más complejas e intensas que las realizadas en otros países pero eso no significa que no trate los mismos temas que en Nueva York o en cualquier otro lugar”.
La mujer palestina, pionera cultural
Escrito en tres idiomas —español, inglés y árabe— este libro pretende mostrar el papel vital que han desempeñado las artistas palestinas a la hora de enriquecer el arte palestino. Tal ha sido su contribución a lo largo del siglo pasado que podría decirse que, en Palestina, arte y cultura van de la mano de la mujer. No siempre fue así. En los setenta, este arte fue más conocido gracias al apoyo de organizaciones palestinas, asociadas principalmente a los hombres. En aquella época sólo había una mujer, Vera Tamari, reconocida como artista a escala internacional. Desde entonces, muchos artistas masculinos ayudaron a formar el importante “Liberation Art” pero fueron las mujeres las pioneras en otro tipo de lenguaje artístico. Tal fue su influencia que empezaron a copar los cargos representativos del mundo de la cultura. No en vano, hoy día “son los hombres los que encuentran más dificultades” a la hora de introducirse en los circuitos artísticos, según Reem Fadda. “El mundo artístico depende de las mujeres. Es ahí —añade— donde encuentran más oportunidades para llegar a ser alguien en este mundo”. Y viene siendo así especialmente desde principios de los años 90. No es, por tanto, la primera generación de mujeres artistas palestinas. Ya son casi dos décadas desde que se ha puesto en evidencia un mayor empoderamiento de la mujer palestina en este terreno. Hoy, son muchas las mujeres que lideran las instituciones culturales de Palestina, algunas de ellas dirigidas por artistas conocidas desde hace quince o veinte años, como Laila Shawa. Su obra y la de otras artistas con reconocimiento internacional también forman parte de este catálogo. Es el caso de Mona Hatoum, quien ha expuesto en el Centro Georges Pompidou de París, o el de Rosalind Nashashibi, ganadora de galardones como el Beck's Future Award del Institute of Contemporary Arts de Londres. Sus obras están recogidas en este libro porque, según Fadda, las palestinas han acumulado tanto conocimiento en este terreno que era necesario dejar constancia. “Estas artistas han llegado muy lejos, al poner voz a muchas palestinas, tanto dentro del país como internacionalmente. Era una ocasión para reunirlas a todas ellas”.
Reem Fadda durante la entrevista.
De ahí la necesidad de una publicación de este tipo, ya que supone una reivindicación de la mujer ligada al arte y a una nueva forma de presentar Palestina. Fadda lo resume con claridad: “todas reflejan el sueño evocador de un país fragmentado en el que destaca un elemento común: la creatividad e innovación artísticas dentro de las numerosas barreras impuestas por ser, simplemente mujeres palestina
Los galeristas occidentales buscan reflejar ciertos aspectos estereotipados de la mujer árabe.
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Las mujeres afganas,
Afganistán cuenta por primera vez en su historia con un plantel de directoras de cine. El objetivo de sus producciones, mejorar la situación de las mujeres en el país
Texto y Fotografías: Mònica Bernabé / Kabul
Las mujeres afganas han pasado de estar detrás del burqa a ponerse detrás de la cámara. A mediados de los años noventa, los talibán impusieron en Afganistán un régimen cruelmente represivo y anularon todos los derechos de las mujeres. Les prohibieron trabajar fuera de casa, estudiar e incluso recibir asistencia médica. Asimismo, las condenaron a vestir siempre el burqa y a ir acompañadas a todas partes por un varón de su familia. Además en todo el país quedó prohibida la televisión, la música, las fotografías y, como no, el cine. El ocio, fuera el que fuera, no estaba permitido. Casi ocho años después de la caída del régimen de los talibán, Afganistán ha pegado un vuelco de ciento ochenta grados. No sólo la gente se vuelve a divertir, dentro de las circunstancias presentes, sino que las mujeres, aunque aún discriminadas, han empezado a participar en la vida pública tras años encerradas en casa. Y no sólo eso. Ellas se han convertido en abanderadas de cambios en el país y están utilizando el cine, antes prohibido, como herramienta. Afganistán cuenta ahora con mujeres que son directoras de cine. De momento, el plantel es reducido, pero no por eso nada modesto. La mayoría se formaron en el vecino Irán o vieron su carrera artística truncada por la llegada del régimen talibán a Afganistán. Todas, no obstante, tienen un denominador común: pretenden utilizar la industria del celuloide para mejorar la situación de las mujeres en su país. Tarea, por otra parte, harto ardua, y no poco ambiciosa. Algunos resultados, sin embargo, ya se pueden ver en la gran pantalla. Saba Sahar, que de pequeña hizo sus pinitos en el teatro de Kabul y con la guerra se exilió a Pakistán, es tal vez la directora de cine afgana que ha roto
, tras la cámara
más moldes. Sus películas se dirigen más bien al público masculino que no al femenino pues, justifica ella, “para que haya cambios para las mujeres, es necesario que también cambien los hombres en una sociedad como la afgana: totalmente conservadora y patriarcal”. De hecho, los hombres son los que en realidad más van al cine, pues las mujeres no pueden
hacerlo si no las acompaña un varón de su familia. No está bien visto socialmente. Para meterse al público masculino en el bolsillo, Sahar ha apostado por recorrer al tipo de producciones que actualmente ya arrasa en las taquillas de los cines afganos y que encanta a los hombres, sea cual sea su edad. Se trata de las películas de acción y violencia, especialmente las de kunfú, como no podía ser de otra manera en un país que ha vivido veintitrés años de guerra y donde la cultura de la violencia es el pan de cada día. Así se considera normal que el marido pegue a la esposa, la madre a sus hijos, o incluso un guardia urbano a un conductor si no para el vehículo cuando le señala el alto. Sahar hace sobre todo películas de pelea y acción, pero las que reparten los tortazos son ellas, y no ellos, a diferencia de la mayoría de producciones de este tipo. En concreto, la especialidad de la directora afgana son las películas de kunfú, que ella misma suele protagonizar. Es decir, ella dirige tras de la cámara, pero también se pone delante, pues en un país tan radicalmente conservador como Afganistán aún es difícil encontrar mujeres dispuestas a actuar, y menos aún para adoptar un rol masculino, como el de las películas de Sahar. “Quiero romper con la imagen de que las mujeres son débiles y demostrar que pueden hacer lo mismo o más cosas que los hombres”, afirma la actriz y directora de cine. En sus filmes las mujeres conducen motos de gran cilindrada, son policías, o se enfrentan a violadores y bandas armadas de secuestradores. Todo ello ambientado en Afganistán y con el preceptivo atuendo islámico. De momento, ya ha producido seis películas y está preparando más. Las más conocidas son The law (La ley) y Rescue (Rescate).
De izquieda a derecha: Ahakiba Adil, Saba Sahar, Nazifa Zakizada y Diana Sageb.
Cartel de la Película The Law (La Ley), de Saba Sahar
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debate “En el 2004 podías salir a la calle con la cámara. Ahora necesito que un hombre me haga de guardaespaldas”
Sahar no es la única directora de cine que pretende poner fin a la imagen estereotipada de la mujer afgana. La joven Nazifa Zakizada, de poco más de veinte años, es otra de ellas. Zakizada, no obstante, prefiere el documental a la ficción, y se ha estrenado en el mundo del cine con un cortometraje: Continue the way (Continuar el camino), sobre tres hermanas que practican taekwondo en la capital afgana, Kabul. Diana Saqeb —en tres ocasiones galardonada como mejor actriz teatral del año en Irán, donde vivió exiliada durante años, y que ahora ha regresado a Afganistán— también está trabajando ahora en una nueva producción donde intenta mostrar la otra cara de la mujer afgana, mediante el deporte. Su gran éxito hasta ahora, sin embargo, que incluso ha levantado ampollas en Afganistán, es el documental 25 Darsad (25 por ciento). La producción, de treinta minutos de duración, muestra el testimonio y la vida privada de cinco diputadas del Parlamento afgano, y pone en evidencia que en Afganistán, incluso las parlamentarias, a quien parece que la vida les sonríe, sufren en su entorno familiar las mismas miserias y discriminaciones que cualquier mujer en este país asiático. “El problema no es de los hombres, sino de la propia estructura social”, opina Saqeb, que resalta que su principal objetivo es retratar en sus producciones la situación de la mujer afgana, pero también el corsé social que la oprime y del que depende para poder prosperar. En eso quien ya tiene gran experiencia es otra directora de cine, Roya Sadat, que ha saltado a la fama por ser la guionista del primer culebrón de producción estrictamente afgana, El secreto de esta casa, que durante tiempo emitió semanalmente
La directora Roya la cadena privada Tolo TV, la más popular del país. En sus películas Sadat en plena acción. —ya ha producido seis—, Sadat retrata ante la cámara algunas de las prácticas tradicionales afganas que suponen una violación de los derechos de las mujeres. Por ejemplo, los matrimonios forzados —en su película Broken line (Línea rota)—, los casamientos de niñas —Three dots (Tres puntos)—, o la auto inmolación de mujeres víctimas de violencia de género —All are trying (Todas prueban). La gran dificultad de las directoras afganas, sin embargo, es la falta de seguridad en el país y también de recursos. “En el 2004 podías salir a la calle con la cámara y no pasaba nada. Ahora necesito que un hombre me haga de guardaespaldas”, explica Shakiba Adil, que es una de las pocas directoras afganas que vivió en el país durante toda la guerra y conoce de primera mano las penalidades de la población afgana. A pesar de las dificultades, Adil ha filmado un documental en el que hace un seguimiento de la vida de cuatro mujeres afganas destacadas. Una de ellas es la periodista Zakia Zaki, asesinada en el 2007 cerca de Kabul en circunstancias aún no claras. En cuanto a la carencia de recursos, las directoras afganas se la ingenian como pueden para financiar sus producciones. Sahar vendió su casa para crear su productora, y Adil tira de sus propios recursos. Otras han optado por solicitar financiación a instituciones extranjeras y, en ese sentido, Alemania ya ha sufragado diversos largometrajes. Eso, no obstante, tiene algunos inconvenientes, lamentan. “No tienes libertad de producción. Te debes ajustar a lo que quiere la institución financiadora. Es la que paga y, por lo tanto, que manda”, concluye Saqeb.
Las bellas artes En 1947, en pleno auge del régimen franquista en España, María Campo Alange ofreció a la Editorial Revista de Occidente su ensayo titulado La secreta guerra de los sexos para su publicación. Ya había recibido duras críticas, sabía claramente que era un tema y un título conflictivos. Eugenio d’Ors, amigo y compañero de tertulias intelectuales, le desaconsejó tocar el tema por considerarlo totalmente superado después de los debates mantenidos a principios de siglo. Su también amigo Gregorio Marañón cuestionó título y contenido, no era de buen tono que una mujer mencionara la palabra sexo, en aquellos años palabra tabú. A pesar de todos ellos María persistió La secreta guerra de los sexos en su empeño. La única persona que la animó a seguir adelante fue su entrañaAutora: María Laffitte. ble amiga durante más de cuarenta años Condesa de Campo Alange Consuelo Bergés que, al igual que María, Editorial: horas y HORAS tampoco fue a la escuela pero se educó Colección: La cosecha de leyendo todo lo que había en la biblionuestras madres teca familiar en español y en francés. El libro fue publicado en 1948 y tuvo una gran acogida entre las lectoras, tanto que, agotados los ejemplares, en 1950 salió la segunda edición, y se reeditó, prueba de que había la suficiente demanda, ocho años después, en 1958. Imaginamos aquellos años oscuros, todavía la posguerra planeando por una España pobre y reprimida por una iglesia conservadora, y en los escaparates de las librerías un libro feminista escrito por una mujer titulado La secreta guerra de los sexos. María Campo Alange no sólo profundiza en la situación de la mujer en el mundo a lo largo de la historia, sino que es tremendamente moderna. Se preparó a fondo, leyó libros sobre las mujeres en otros tiempos históricos y otras civilizaciones, estaba informada del movimiento sufragista y las mentiras que se habían publicado con respecto a él. Había leído a Freud y también a Young, a Bachofen y su libro El matriarcado. Conocía bien la obra de Concepción Arenal y al Engels de El origen de la familia, la propiedad privada y el estado. María Campo Alange nació en Sevilla en 1902. Su familia aristócrata, condes de Lugar Nuevo por parte de su padre y de familia noble de Granada por su madre, la rodeó de cuidados en sus grandes casas sevillanas con numerosos servidores. Vivió su infancia aislada de sus dos hermanos enfermos de tuberculosis, su madre dedicada a cuidarlos, y sin contacto con otras criaturas con las que poder jugar. En el lugar de su madre, una especie de bellísima diosa delicada de salud “que velaba por mí día y noche y desviaba de mi persona todos los peligros existentes y aun por existir”, estuvo otra mujer, Doña Dolores, siempre cerca de ella, contándole historias
de su pueblo, de su vida y leyéndole cuentos infantiles hasta que María los aprendía de memoria. María Campo Alange no estudió en su casa con preceptores, ni lo hizo en colegios de monjas o seglares y tampoco fue a la Universidad porque era una mujer y era peligroso para ella el saber. Su cultura, que era muy grande y variada, la adquirió en su casa, como lo hicieron y aun lo hacen muchas mujeres, con las amistades y los libros que leyó asiduamente durante toda su vida. La adquirió, sobre todo, en la introspección sobre su propia experiencia que la hacía preguntar y preguntarse. Su marido, sin llegar a comprenderla del todo, la admiraba y siempre apoyaba lo que él llamaba “las cosas de María”. La secreta guerra de los sexos fue publicada un año antes de que Simone de Beauvoir publicara El segundo Sexo y fue un revulsivo para la sociedad española de la época generando un gran debate en revistas intelectuales y en la prensa. La secreta guerra de los sexos combina la dosis justa de erudición crítica y sentido de la justicia para las mujeres, junto con la reivindicación feminista. Una filigrana deliciosa y llena de amor. Regaña a los dos sexos, como una madre que persigue la verdad y la justicia. Cita a varones misóginos para poner en evidencia su maldad y estupidez, mas no prescinde de los hombres más cercanos a las mujeres (humanistas lo llama) para, a veces, afirmarse en ellos. Y regaña a las mujeres por dejarse llevar por el engaño patriarcal que las pretende superficiales y sumisas. “La Historia propiamente dicha es la que el hombre hace; la de la mujer es la que ella misma vive”, nos dice separando lo público de lo privado y la historia escrita por los hombres de la vivida por las mujeres. Así, continúa, “la humanidad se ha visto privada de una de las dos tendencias fundamentales, lo femenino, situación ésta que trae como consecuencia el desequilibrio social”. La mirada femenina ha perdido la confianza en las religiones históricas, nos dice, y hace una crítica a sus orígenes, citando tanto la ley mosaica, como a Zaratustra o a Mahoma, y tienen como consecuencia los orígenes de la sumisión de la mujer, atendiendo a sus preceptos tanto legales (herencia, matrimonio, viudedad…), como éticos y económicos sin que el patriarcado haya apenas valorado la labor civilizadora materna o el trabajo inacabable dentro del hogar: “Mediante esta oscura y diaria labor, ella contribuye —sin que en realidad nunca sea reconocido así— a la liberación moral y al sosiego espiritual de su marido, que puede por esta razón, dedicarse libremente a su trabajo o a su meditación”. Insiste María en que nunca se ha hecho un cálculo valorativo del trabajo que la madre realiza en el plano económico y que “no resultaría nada despreciable en el presupuesto del Estado”. María escribe para dar el valor y la libertad que a las mujeres en justicia corresponde.
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Una mujer de nuestro tiempo Autora: lidia Falcón Editorial: Montesinos SBN: 978-84-92616-16-9 Irene Larreta Valldemosa es una muchacha de 17 años, que quiere ser famosa, deslumbrada por el rutilante mundo de la televisión y la lujosa vida de las estrellas de cine. Pero su familia, que pertenece a la burguesía de Barcelona, no comprende ni apoya sus anhelos. A través de los enconados y pertinaces esfuerzos que realiza para lograr su objetivo, conocerá las entrañas de los círculos secretos de la moda, de la publicidad, de las agencias de modelos que seleccionan a las afortunadas, y sufrirá las humillaciones y el acoso sexual a que los directores, ejecutivos y fotógrafos de esos exclusivos círculos someten a las jovencitas, fascinadas por las promesas de celebridad con que se las engaña. Al mismo tiempo, siguiendo las vicisitudes de la familia Larreta Valldemosa, conoceremos el mundo de la política, el funcionamiento del Parlamento europeo y la evolución ideológica y espiritual de sus miembros, y la brutalidad y zafiedad de un sector de la juventud, en un magistral retrato de la evolución que ha sufrido la burguesía en los últimos quince años, a través de un fresco lleno de agudeza e ironía, en el que se describen con total sinceridad los más desconocidos intríngulis de algunos círculos de poder cuya realidad se hurta habitualmente a los ciudadanos. En esta novela, situada en un ambiente social que ha sido poco tratado por la autora hasta ahora en su ya muy extensa obra, Lidia Falcón se supera en la descripción de personajes, el análisis de sus reacciones psicológicas y la intriga de las circunstancias a las que deben enfrentarse. Su lectura proporcionará un renovado placer a sus incondicionales y permitirá a los nuevos lectores conocer a una de las más inteligentes escritoras españolas. El Teatro Público en Andalucía: Mujeres y Escena El Centro Andaluz de Teatro va a publicar (en tres volúmenes) una reflexión sobre el Teatro Público en Andalucía. En el volumen III dedicado a “Mujeres y escena” se inicia un trabajo sobre el papel de la mujer y los movimientos feministas en el teatro. A través del capítulo “Voces de mujeres” se presentan las intervenciones del “Foro Europeas”, que se desarrollaron en el Teatro Villamarta de Jerez, y algunas de las comunicaciones presentadas tanto en el último Foro Mediterráneo dedicado a la mujer, cómo otras del último Foro Iberoamericano. En dicho capítulo, se destilan discursos sosegados, otros arrebatadores, de cálculo o poéticos, todos elaborados por mujeres relacionadas con la escena o la gestión cultural. Cierra el volumen y la publicación, un trabajo de investigación realizado conjuntamente con el Departamento de Antropología Social de la Universidad de Granada dentro de lo que el CAT denomina “Laboratorio para el estudio de la perspectiva de género en el teatro”, integrado por Aurelia Martín Casares, Isabel Veiga Barrios y Sandra Martínez Rossi. Esta investigación, realizado como trabajo de campo pionero en España, podría funcionar con total autonomía y convertirse en un libro especial sobre el análisis de la escena desde la Antropología Cultural.
Agenda Talleres de prevención y sensibilización frente a la violencia de género
Dirigidos a Dispositivos de Empleo (Escuela TallerTalleres de Empleo), se ejecutarán durante el mes de julio de 2009
23 de septiembre: Día Internacional contra la explotación sexual y la trata de personas
La Delegación de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla mantendrá duntante todo este mes una campaña de sensibilización contra la explotación sexual y la trata, a la vez que denuncia el proxelitismo y visualiza a los clientes.
Colaboración sobre la explotación sexual
La Delegación de la Mujer junto con el Colegio de Abogados y Abogadas inician una colacoración sobre la explotación sexual para realizar acciones conjuntas de sensibilización en contra de la misma.
Teleasistencia para mujeres víctimas de violencia
La Delegación de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla presta el servicio de Teleasistencia para mujeres victimas de violencia de género a través de los Puntos de Información a la Mujer.
Requisitos de acceso:
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• Que cuenten con orden de protección o medida de alejamiento
PUNTOS DE INFORMACIÓN A LA MUJER
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PIM Casco Antiguo
Centro Civico Su Eminencia • Av. de la Plata, s/n. Tel.: 955 636 168
PIM Cerro-Amate, Este-Alcosa-Torreblanca
C/ Meléndes Valdés, s/n • Tel.: 954 975 453
PIM Macarena, Macarena-Norte
C/ Meléndes Valdés, s/n • Tel.: 954 975 453
PIM Nervión-San Pablo
C/ Juan Antonio Cavestany, 22 • Tel.: 954 989 853
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Edita: Delegación de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla C/ Diego de Riaño, 10 41004 Sevilla Tel.: 954 592 324 Fax: 954 508 388 atencion.mujer@sevilla.org
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