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Mariano Baptista Gumucio, primero periodista, Mónica Oblitas
from elANSIA
by Sergio Vega
Mariano Baptista Gumucio, primero periodista
Mónica Oblitas 1
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mariano Baptista Gumucio tiene una especial fascinación por las letras. Podría decirse que le viene de herencia, pero en su caso hay algo más. Un toque especial que lo ha convertido no sólo en uno de los periodistas con más años trabajando en el medio, sino también de los más prolíficos.
En su casa de puerta azul y jardín tupido adornado con mosaicos de colores, con un asiento blanco que invita a una horita de lectura bajo el especialmente cálido sol paceño, entre antigüedades puestas en los lugares menos esperados, Mariano Baptista es rey. Acá y detrás de su cámara de televisión, esa cámara ya no tan moderna pero que “sirve para lo que tiene que servir”, que maneja él sólo para hacer sus entrevistas y notas sobre el acervo cultural del país en un programa que ya lleva muchos años en el aire. Definitivamente de la máquina de escribir con la que empezó al teléfono inteligente (que él no tiene por cierto, porque no considera que sea necesario) mucha tinta ha pasado, pero Baptista sigue y seguirá trabajando convencido de su tarea (lo dice con ganas): tener el periodismo en la sangre y que sea un poco como el primer amor que nunca se olvida, que marca el camino en la búsqueda de otros amores, es el modus operandi de este veterano.
Su biblioteca la regaló hace años a la Asociación de Periodistas de La Paz y a los pueblos de Punata y Camargo. Con el tiempo ha formado otra más pequeña a la que se añaden periódicos y revistas, peleando por un lugar en alguna de las mesas, como un recordatorio constante de que una vez que se empieza el afaire con la noticia es imposible terminarlo. Baptista lo sabe. Podrá ser historiador, haber trabajado en la educación, estudiado leyes en la Universidad, incursionado en la política, escrito muchos libros… pero jamás se quitó de encima al periodista. “Ni en las vacaciones”, ríe.
Y su risa me relaja. El primer director es siempre el primer director, no importa cuántos años estés trabajando ni qué tan suficiente te creas; en mi caso, Mariano Baptista ha sido el primero en destazar una nota mía, armado con un
1 Periodista boliviana.
Foto Juan Murillo Dencker
lápiz rojo. Y en su caso, fue Augusto Céspedes 2 . “Un tipo justo al que le gustaban las cosas bien hechas”, recuerda Baptista. Como él, pienso yo.
Hacemos esta entrevista en una sala desde donde nos mira un ceñudo Mariano Melgarejo 3 , personaje por el que este otro Mariano parece tener especial atracción, cual un “cisne negro” que se hubiera abierto campo a patadas y codazos en la historia de Bolivia. Muchos libros, otros cuadros con más figuras históricas (pero ninguno igual de impresionante que este Melgarejo enojado). Y ahí, en una esquina, una caricatura de Mariano Baptista hecha por su hija Rossana 4 , que lo muestra detrás de su escritorio en “Ultima Hora”, en camisa, con las mangas remangadas, con el pelo rizado y una sonrisa franca y feliz, como desafiando al furioso Melgarejo. Ahí está el Baptista periodista.
Los inicios, la política, el exilio Nacido en Cochabamba, pero criado en La Paz, Mariano Baptista Gumucio se inició muy joven en el periodismo, concretamente detrás de un pupitre del colegio La Salle, junto a su hermano Fernando y sus amigos Jorge Gallardo 5 y Jorge Suárez 6 .
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6 Augusto Céspedes Patzi (1904-1997), periodista, escritor y político boliviano, también conocido con el sobrenombre de “Chueco”. Uno de los escritores más significativos de la llamada “generación del Chaco” y de la revolución de 1952. Baptista parece referirse a la época en que Céspedes, afamado director del periódico La Calle, fue, durante el gobierno del mnr, director del periódico La Nación. Manuel Mariano Melgarejo Valencia (1820-1871), militar, político, décimo quinto presidente de Bolivia entre finales de 1864 y 1871. Tristemente célebre por la infinidad de anécdotas que lo retratan como un Presidente borracho e ignorante, que sus detractores difundieron. Rossana Baptista Álvarez es la hija de Mariano Baptista que nace durante su autoexilio en Caracas, Venezuela, en 1961. Artista pintora. Estudió en el Chelsea School of Art Washington, Londres y en el Corcoran School of Art de Washington, D.C. Expone sus obras desde 1978 en galerías de La Paz y Santa Cruz, Bolivia. Jorge Gallardo Lozada (1934), escritor y político boliviano. Ministro del Interior en el gabinete de Juan Torres Gonzáles Jorge Suárez Suárez (1931-1998), Poeta, novelista, cuentista y periodista boliviano. Des
El cuarteto editaba el periódico escolar, que estaba hecho para gusto y necesidad de la comunidad educativa “y también mirábamos un poco más allá, no sólo lo que pasaba dentro del colegio. Éramos jóvenes con inquietudes sociales a los que nos impactaban muchas cosas que para otros pasaban desapercibidas”, comienza a desatar el nudo Baptista, cuando le pregunto por qué se hizo periodista. Quizá haya sido ese periódico, del cual trata de recordar el nombre, pero no puede; o el haber vivido en varios lugares del país y tener una visión más abierta que la del típico jovencito de escuela religiosa de los años ’50; o la carta abierta que le escribió a Eduardo Avaroa 7 en el colegio y que le mereció su primer premio literario.
Todavía en colegio, Baptista simpatizaba con el Movimiento Nacionalista Revolucionario (mnr) y tuvo luego una columna, durante cinco días a la semana, en el periódico “La Nación”, del que era director Augusto Céspedes. Fue en gran parte por esas columnas que, luego de salir de colegio, el entonces presidente Víctor Paz Estenssoro 8 lo nombró como su secretario privado, puesto en el que estuvo trabajando dos años al mismo tiempo que estudiaba Derecho. ¿Abogado? ¿Pero no quería ser periodista? “En esos años no existía la carrera de periodismo, así que recibí mi diploma de periodista de manos de Hugo Banzer 9 casi 20 años después de empezar a trabajar”, comenta. Durante el gobierno
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9 tacan su cuento El Otro Gallo, sus Sonetos con Infinito, y el poema en tercetos endecasílabos Oda al Padre Yunga. Eduardo Avaroa Hidalgo (1838-1879), comerciante y empresario erigido en héroe boliviano, pues durante la invasión chilena al Departamento boliviano del Litoral (1879) actuó en forma heroica defendiendo el territorio. Ángel Víctor Paz Estenssoro (1907-2001), abogado y político boliviano. Presidente de Bolivia en cuatro ocasiones (1952-1956; 1960-1964; 6 de agosto al 4 de noviembre de 1964 y 1985-1989). Regresó del exilio para asumir la presidencia en 1952, luego de la toma del gobierno por parte de su partido, pues habiendo ganado las elecciones en 1951, un autogolpe negó inicialmente su asunción. Hugo Banzer Suárez (1926-2002), militar, general y político boliviano, presidente de la República en dos períodos: 1971-1978, mediante golpe de estado, y 1997-2001, mediante elecciones.
de Hernán Siles 10 , sucesor de Víctor Paz, Baptista salió a Roma para ejercer funciones diplomáticas y dejó los estudios. En Roma estuvo un año, luego se fue a Londres otro año. A su llegada a Bolivia tuvo un rompimiento (“no quiero hablar de eso”) con Paz Estenssoro, así que decidió calmar las aguas e irse a Venezuela, a Caracas, donde estaba su hermano Fernando. Allí vivió durante 10 años, en una suerte de autoexilio. Su paso por el mnr lo vacunó contra la política militante.
Comenzó a trabajar en la cadena Capriles, donde funcionaban varios periódicos y donde Baptista se encargaba de los editoriales y de algunas notas especiales. Cuando le pregunto cuál nota recuerda que haya sido significativa para lanzar definitivamente su carrera, me dice que una referida al primer ministro inglés Winston Churchill, que estaba muy delicado y que un tiempo después moriría. Baptista hizo una semblanza que fue muy bien recibida y que muchos medios replicaron. De esta forma comenzó a construir su prestigio periodístico.
Sin embargo, y aunque escribía para varios medios, el joven periodista comenzaba a aprender que este oficio no es una buena fuente de ingresos, así que para rellenar los huecos financieros también trabajaba en la línea aérea oficial de Venezuela. No se queja para nada. Este trabajo le permitió dar no sólo una, sino varias vueltas al mundo, y conocer a muchos personajes que lo marcaron en sus diferentes facetas como escritor, como historiador, como periodista y como persona. En Gales, visitó a Bertrand Russell, con quien después mantuvo correspondencia, y en Caracas tuvo amistad con Germán Arciniegas y Arturo Uslar Pietri.
Cuando le pido que hurgue en su memoria para encontrar cuáles fueron las notas que le enseñaron que el periodismo tiene muchas aristas, que no es sólo blanco o negro, recuerda una anécdota y al hacerlo esboza una media sonrisa.
Vinieron al periódico unas universitarias trotskistas y me contaron que había una persecución política implacable contra el líder de su partido
10 Hernán Siles Zuazo (1913-1996), político boliviano, parte del grupo fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario (mnr) y Presidente Constitucional de la República de
Bolivia en dos periodos (1956-1960; 1982-1985).
(a quién yo no conocía personalmente), así que llamé al embajador venezolano, fui a su oficina, y le pedí que ayudara a ese político boliviano pero el funcionario se negó. Le dije que preguntara al Presidente Caldera, que era amigo mío. A las pocas horas el embajador me llamó, me recogió en su automóvil y fuimos al escondite de Guillermo Lora 11 , quien pasó unos días en la Embajada. Lo acompañé con el Embajador a que tomara el avión a Caracas y luego hasta París. Escribí una nota sobre él para la revista ‘Visión’ de la que era corresponsal. Lo que me hizo más gracia fue que, meses después y proclamada una amnistía política, me crucé con él en la calle, apenas me dijo ‘hola’ y se pasó de largo. Según las jovencitas que me buscaron ¡él me debía la vida!... He conocido a mucha gente, grata e ingrata y no creo en las imágenes que se construyen en los medios de comunicación acerca de las personas porque todas son de carne y hueso, y con muchas debilidades.
Ya de regreso a Bolivia, y junto al grupo de Marcelo Quiroga Santa Cruz 12 , Baptista fue nombrado Ministro de Educación de Alfredo Ovando 13 . Políticamente, Baptista siempre estuvo ligado a la educación y la cultura en los tres gobiernos
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13 Guillermo Lora Escóbar (1922-2009), dirigente político trotskista boliviano. Militó en el Partido Obrero Revolucionario (por) desde la década de 1940 hasta su muerte, aportando grandes contribuciones a la política de izquierda boliviana y al movimiento trotskista. Autor de Historia del Movimiento Obrero, publicado en cuatro volúmenes por la Editorial Los Amigos del Libro. Marcelo Quiroga Santa Cruz (1931-1981), político y escritor boliviano. Dedicado a la política y el periodismo, tras su graduación en derecho, fue diputado y ministro de Minas y Petróleo (1969), cargo desde el que promovió la nacionalización de la compañía petrolera extranjera Bolivian Gulf Company. Asesinado en 1980 a raíz de un golpe de estado militar. Como escritor es autor de la novela Los Deshabitados. Alfredo Ovando Candía (1918-1982). Militar y político boliviano, presidente de facto de la República de Bolivia en dos ocasiones (1966 y 1969).
en los que trabajó, el de Ovando, el de Walter Guevara 14 y el de Jaime Paz Zamora 15 . Pero deja claro que cuando ejercía la política no trabajaba como periodista, “no se mezclan las cosas”, dice tajante.
Los años de “Última Hora” Fue al salir del gobierno de Ovando cuando comenzó su carrera como periodista en Bolivia.
Hay quienes reconocen que han tenido un padrino en la vida. Yo tuve uno, y fue Mario Mercado Vaca Guzmán 16 . Él tenía una inquietud social aun siendo un empresario exitoso, por eso compró el periódico ‘Última Hora’ y me invitó a la dirección donde estuve durante 14 años, diez primero y cuatro después. Siempre he trabajado con Alberto Zuazo Nathes como jefe de redacción y con Antonio Ríos que era el jefe de información, era un buen equipo, estaban Mario Ríos Gastelú, Cucho Vargas, Lupe Cajías, Luis Quezada, Mabel Velasco…
Como director de “Última Hora”, Baptista trabajó en acelerar el retorno de un régimen de derecho, un régimen democrático, y así terminar con el ciclo militar, lo que era una especie de consigna para él y su equipo.“Recuerdo que en esa épo
14 Walter Guevara Arze (1912-1996), abogado, catedrático y diplomático que asumió la Presidencia de Bolivia entre el 8 de agosto de 1979 y el 1 de noviembre de 1979. Fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario, (mnr) en 1941. Autor entre otros libros de ensayo del célebre Manifiesto a los ciudadanos de Ayopaya (“Tesis de Ayopaya”, 1946) considerado fundamental para explicar el programa del mnr. 15 Jaime Paz Zamora (1939), Presidente Constitucional de la República de Bolivia desde 1989 a 1993, uno de los fundadores del partido Movimiento de Izquierda Revolucionaria (mir). Sobrevivió a un atentado en su contra durante la dictadura (1980) que le dejó graves quemaduras en el cuerpo y el rostro. 16 Mario Vaca Guzmán (1928-1995), empresario, dirigente deportivo y alcalde de la ciudad de La Paz (1975-1978).
Foto Juan Murillo Dencker
ca una vez asaltaron el periódico por lo sucedido con los asesinados en la calle Harrington (en 1981), a mí me llevaron a la policía, pero se armó un buen lío internacional y me soltaron a las 48 horas, aunque secuestraron la edición”, refiere.
Y durante el golpe de Alberto Natusch 17 (1979), el director de “Última Hora”, que no era precisamente un jovenzuelo, tuvo que dormir durante 15 días en un colchón puesto en el piso de su oficina en el periódico. Se alimentaba de los sándwiches que vendían en la cafetería, dando la línea editorial que pedía el regreso de la democracia. Se siente orgulloso de varias campañas exitosas: la imposición de la papeleta multicolor y multisigno; la elección del presidente del Senado, Walter Guevara, a la primera magistratura para superar el “empantanamiento” en el voto del Congreso; el desmoronamiento del régimen espurio del Cnl. Natusch Busch, a los 16 días de su iniciación; la convocatoria (en 1982) al Congreso elegido en 1980, como única salida a la crisis política en la que se hallaba sumido el país, pero también recuerda que el periódico logró que se hiciera un parque en la avenida Arce, frente al hotel Radisson, en lugar de los edificios multifamiliares de los empleados de Salud que se proyectaban.
El consulado y la televisión Ya durante el gobierno democrático de Hugo Banzer fue nombrado cónsul de Bolivia en Chile. Su paso por el periódico lo ayudó mucho a establecer contactos, lo hicieron miembro de la Academia de Historia y siempre le publicaban los artículos que escribía, aun rectificando algunos temas de la historia entre ambos países. El periódico “El Mercurio” publicó una carta suya acerca del Silala, en la que decía que éste no era un río de curso internacional. La política de los cónsules bolivianos hasta entonces había sido tratar de pasar desapercibidos y aceptar todo lo que la prensa chilena decía, hasta que Baptista llegó al despacho y rompió con esa tendencia.
17 Alberto Natusch Busch (1933-1994), militar boliviano, presidente de facto en 1979.
Al respecto, recuerda una agria entrevista con el presidente Frei y el canciller Insulza. Este último (que ha venido tantas veces a Bolivia, muy zalamero), se mostró ferozmente anti boliviano, la entrevista no acabó bien y allí fue que Baptista resolvió, con ayuda de algunos amigos chilenos, publicar un libro de medio centenar de opiniones favorables a Bolivia. Aunque el texto fue autorizado por el propio Banzer, el libro le costó el cargo porque Insulza se quejó a la cancillería boliviana. Le parecía que era un atrevimiento inaudito que en Santiago apareciera un libro de apoyo a Bolivia antologado por el propio cónsul. Se intitula La agenda inconclusa, y en él se encuentran, entre otros, las opiniones de tres presidentes de Chile pidiendo un avenimiento con Bolivia.
Luego volvió al país y aquí reconoce que tuvo un golpe de suerte. Había presentado una novela de Manfredo Kempf Suárez 18 con el novelista Jorge Edwards en el consulado de Santiago; Banzer había nombrado a Kempf como Ministro de Informaciones y Kempf nombró a Baptista como Gerente de Canal 7 Televisión Boliviana.
Allí encontró otra vía de expresión que fue fantástica para él. Que es fantástica todavía: “Cada semana después del trabajo ordinario hacía dos programas, uno que se llamaba ‘Voces en libertad’, y otro con el que he estado 15 años al aire, ‘Identidad y magia de Bolivia’”.
Estuvo en Canal 7 bajo contrato, pero no le pagaron sino hasta el gobierno de Carlos Mesa 19 ; eso lo terminó de convencer de lo que ya sabía: no sería millonario con el periodismo, así que se resignó a no serlo, pero hacer lo que le gustaba:
18 Manfredo Kempf Suárez (1945), novelista boliviano y diplomático, cultivó el periodismo.
Ministro de estado y embajador de Bolivia en Argentina, Uruguay y España. Miembro de la Academia Boliviana de la Lengua. 19 Carlos Diego Mesa Gisbert (1953), político, periodista, cineasta y escritor, que fue el sexagésimo tercer presidente constitucional de Bolivia desde 2003 hasta su renuncia en 2005.
Actualmente es vocero de la causa marítima boliviana y su alegato ante La Haya.
Hice cálculos y me di cuenta que había ganado, en cuatro años, la misma suma que ganaba un ascensorista de la umsa (Universidad Mayor de San Andrés); me pagaban muy poco y yo no conseguía publicidad, pero me encantaba el trabajo, empecé a recibir invitaciones del interior, de alcaldías, fundaciones, casas de cultura, etc., así comencé a viajar por Bolivia y di varias vueltas por el país. Recién con Carlos Mesa logré que me pagaran una suma por esos años trabajados. Luego hablé con Luis Mercado Rocabado, hijo de Mario, y desde entonces estoy en Cadena A semanalmente. Baptista no sólo ha trabajado como director de “Última Hora”. Ha colaborado en muchos medios de comunicación del país, entre ellos “Presencia”, como articulista y reuniendo estas opiniones publicó un libro que se llama Este país tan sólo en su agonía; también con artículos de “Presencia” otro libro titulado Si Bolívar volviera, y un tercero que titula Un país sin hora y sin aurora, con artículos de viajes, algunas entrevistas y otros artículos: una simbiosis creativa de periodista, historiador, viajero empedernido y algo de poeta.
Ahora sí. Mucho periódico, mucha redacción, pero si tiene que escoger entre el periodismo impreso y la televisión, hoy escoge a esta última:
Es muy sencillo, la prefiero mil veces más. Para mí resulta pan comido porque no tengo que improvisar nada. Recuerdo que la primera vez que emití tuve que usar un teleprompter, pero ya la segunda vez estaba completamente independiente, y así ha sido siempre. Antes buscaba un camarógrafo, ahora realizo solo el trabajo, hago mis entrevistas y cuando necesito estar con el invitado pongo un trípode, no saldrán tomas perfectas, pero me sirve, reconozco que me he adaptado a la tecnología aunque todavía no sé editar.
Y aunque es cierto que se ha habituado a la tecnología, Mariano confiesa que el Internet no es su fuerte… aún: “Me he propuesto aprender”. Además del programa semanal, Baptista está terminando un libro sobre la mina San Cristóbal que
Trabajando con el escritor Wilmer Urrelo, que lo visita en su oficina.
está trabajando junto a su hijo José Manuel, quien (no casualmente, ya se sabe lo de la astilla y el palo) se ha graduado en Literatura.
Entre el escepticismo y la vitalidad “Finalmente he dejado de escribir, mis últimos libros los he dictado y después los corrijo un poco. Tengo una secretaria hace 20 años que me entiende perfectamente”. Pero entre esos dictados ya no están sus columnas y cuando le pregunto el porqué de su ausencia en los periódicos, me dice que por escéptico: “Con el tiempo me he desilusionado de la palabra escrita en un país semianalfabeto como es el nuestro. Uno puede ser muy elocuente, decir verdades rotundas, pero la gente no las lee… generalmente la última página que se lee es la de opinión. El lector empieza por deportes y punto”.
Y acá entra en la reflexión más profunda, que no es una queja pero tampoco un himno a la alegría. Para Baptista, el periodista ya no tiene el peso que tenía antes, y ha sufrido el mismo fenómeno que la Iglesia:
nos ha pasado como a la Iglesia Católica que de alguna manera hemos pasado a segundo plano, ya no importamos y creo que es por lo que dice Vargas Llosa: la sociedad se ha frivolizado. La gente está encantada con sus celulares, es su forma de comunicarse, de entretenerse y luego llega a su casa y enciende la televisión. La prensa escrita está de capa caída y además el poder político se ha vuelto omnímodo, sabe que puede actuar con absoluta impunidad.
Periodista, escéptico o no, está muy cercano a la realidad del país, por ello le preocupan ciertos aspectos como la ecología, que el gobierno quiera construir una planta nuclear en El Alto, que además de los peligros inherentes representa un consumo monumental de agua, o la compra de armas en un país que se dice pacifista.
Reconoce que en su época también había elementos negativos para el desempeño de los periodistas, pero en cambio más respeto por las formas y por el
Foto Juan Murillo Dencker
fondo. Y cuando le pido que trate de buscar una solución a esa depresión de los periódicos bolivianos y a ese cambio ético de veleta, me dice que quizá sea un asunto más de conducta personal, de decidir qué va a ser uno en un medio “que está como está, pero esa decisión no es fácil de tomar, y además pienso que un periodista tiene que vivir, mantener una familia, para ello ha estudiado, para ello ha pasado años en una redacción y no es justo que encima de todo el trabajo que tiene, deba ponerse a cavilar sobre la ética”.
“Estamos yo creo en un punto de inflexión, de cambio en la sociedad, pero hasta ahora todos los síntomas son negativos. Quizá la sociedad se ha vuelto muy cínica, se ha habituado a que cada día estalle un escándalo que es cubierto por el siguiente escándalo”, reflexiona. ¿Qué le ha dado el oficio de periodista? Poder viajar, tener prestigio, notoriedad intelectual y sobre todo experiencia en las letras. “Todas las obras son regalos envenenados porque después uno tiene que afrontar problemas muchas veces traídos de los pelos o ser denigrado y tener enemigos personales que lo atacan a uno implacablemente a través de la misma prensa. He conocido también gente buena y valiosa, excelentes amigos, pero en un medio pequeño hay mucho alacrán que se molesta con el triunfo y la notoriedad de los demás”. ¿Hubiera cambiado su oficio? ¿Sería otro su primer amor? Mariano ríe, franco, convencido: “El periodismo es un oficio sacrificado con muchas horas de trabajo y muchos riesgos, pero esa adrenalina que se siente al ejercerlo le sirve a uno para vivir, para tener vitalidad, para sentir plenamente las cosas, para poder indignarse y decirlo, es darle voz a los que no tienen voz, como se dice con tanta frecuencia”. G