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o t n e i m a t enfren A LAS VIEJAS TRADICIONES Neville brody
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¿Quién es? Trabajos The face Fuse Brody associates
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¿Quién es?
¿Quién es Neville Brody? Es un nombre eminente entre los diseñadores gráficos de la actualidad. Su versatilidad en el diseño se extiende a la dirección de arte y la tipografía también. Sus trabajos conocidos incluyen su contribución a las revistas The Face y Arena.
Se crio en Southgate, un barrio del norte de Londres, estudió en el progresista Hornsey College of Art y se especializó en diseño en el London College of Printing. Pero su verdadera escuela fue la calle: vivió en una casa okupa1 de Covent Garden, abrazó con fervor el punk y ese contacto con todo lo nuevo, asegura, le hizo captar el espíritu de la época en su obra. «Cuando empecé todo estaba por descubrir, no teníamos miedo, y ahora estamos perdiendo ese elemento de riesgo, las redes sociales han tomado posesión de las vidas de todo el mundo, hacen que uno sea egocéntrico», lamenta. Porque para Brody la creación tiene una función social y colectiva, no decorativa ni individualista: «Todo el diseño es político, moldea la forma en que se piensa, es un elemento poderoso. Muchos creen que se trata de algo simplemente comercial, cuando en realidad puede cambiar por completo tu forma de entender el mundo». Precisamente eso fue lo que buscó en los cinco años que trabajó en la vanguardista The Face.
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Sus diseños a menudo fueron condenados por sus maestros por tener una calidad “no comercial”. Finales de la década de 1970 está marcada como la era del punk rock, por lo que la tendencia influyó mucho en el trabajo y la motivación de Brody. Sin embargo, su experimentación con el punk rock no recibió comentarios alentadores de sus tutores. Uno de sus extraños diseños de sellos postales que mostraban la cabeza de Queen de lado, casi lo expulsó de la universidad. A pesar de la amenaza de ser expulsado, continuó explorando los nuevos límites en el diseño gráfico. Por lo tanto, su tesis de primer año se centró en el tema de comparación entre el Dadaísmo y el arte pop.
En una entrevista para desingboom afirmó que desde que era un niño tuvo la intuición de que sería artista o diseñador. “Estaba dibujando antes de que pudiera caminar, así que la única decisión que tuve que tomar realmente fue si quería convertirme en un buen artista o diseñador” y para el alivio de muchos, el que haya tomado la opción de dedicarse al diseño fue de lo más asertivo para esta industria. Aunque la razón por la que tomó dicha decisión recaía en el interés que tenía por mostrar otra cara del diseño y la publicidad, pues “las bellas artes eran bastante deshonestas como industria. Pretendían ser sobre cultura, pero realmente todo trata del dinero. El diseño es mucho más honesto sobre su contexto comercial y también puede llegar a mucha más gente que las bellas artes…La publicidad y el diseño z pueden manipular la forma en que las personas piensan y en los primeros años quería apoyar esas herramientas para darles la vuelta, revelar la verdad en lugar de ocultarla.”
«Todo el diseño es político, moldea la forma en que se piensa, es un elemento poderoso. Muchos creen que se trata de algo simplemente comercial, cuando en realidad puede cambiar por completo tu forma de entender el mundo».
Avanzado a su tiempo, y sin mostrarse excesivamente sofisticado, rompió esquemas al enfrentarse a las viejas tradiciones. La retícula ya no era una ley y sus tipografías se permitían el lujo de condicionar la totalidad del diseño, un estilo que le consagró como director artístico de la revista The Face, mito entre las publicaciones de los ochenta, en ella liberó gran parte de su potencial creativo, siendo Typeface Six su máxima expresión. Rígida, de geometría sencilla, hija ilegítima del punk y el new wave, ideal para cárteles, titulares y publicidad: una tipografía estrella y modelo a seguir. Brody también fue director de arte de Arena, una revista masculina señera de los noventa, y junto a Jon Wozencroft creó la rompedora publicación sobre tipografía Fuse en 1991. ¿Qué medio crearía ahora? «Estamos saturados de imágenes. Las palabras son importantes y parece que las hemos olvidado. Haría un gran formato y desplazaría el foco al contenido y a las palabras. Pero teniendo en cuenta que hemos perdido la habilidad de leer artículos largos».
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Pero eso sólo fue el principio. A The Face le siguieron, Arena, City Limits y otras revistas vinculadas al diseño fueron los lugares en los que Brody llegó a trabajar, aunque la auténtica revolución llegaría en 1988 al entrar en escena una nueva herramienta de trabajo: el ordenador. Neville Brody se valió de los primeros Macs de Apple para rendirse ante una experimentación inédita hasta el momento. Lo suyo fue marcar precedentes y, con el tiempo, independizarse creando la compañía Research Studios, con sedes en Londres, Paris, Berlín y Barcelona. Y entre su pasado y nuestro presente, ha escrito una monografía en dos volúmenes: The Graphic Language of Neville Brody, auténticas biblias del diseño gráfico que recogen sus trabajos anteriores y posteriores a 1988. Ese afán por buscar lo nuevo es lo que intenta transmitir a sus alumnos del Royal College of Art de Londres, institución donde da clases y de la que fue decano hasta el año pasado. «Quiero que empiecen a tener ideas originales y sean más osados. El pensamiento creativo debería impulsarse desde una edad muy temprana. Las sociedades que lo hacen son más humanitarias, y los países donde se desarrollan la ingeniería o la ciencia suelen ser más funcionales y controlados». A sus estudiantes también les explica cómo combinar riesgo creativo y negocios, faceta que ha desarrollado junto a firmas como Supreme, con la que el año pasado dirigió «un taller para ayudar a los jóvenes creadores a pensar en conceptos para la nueva era». A través de su compañía, Brody Associates, trabaja en todo el mundo, sin dejar de indagar nunca en «propuestas más radicales». La revista online (We Are) Vandals, apunta, es uno de esos experimentos. Porque la inquietud le guía. Neville viaja constantemente, es su refugio ante realidades como el Brexit: «Yo voté para continuar en Europa, me considero europeo. El Brexit existe porque hay un montón de gente rica que quiere conseguir todavía más dinero; no es para el pueblo, como dicen. Y tenemos un problema, porque no queda espacio en los medios para más noticias. Es algo deliberado, para frenar que la gente piense en otras cosas».
«Estamos saturados de imágenes. Las palabras son importantes y parece que las hemos olvidado».
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Siempre me ha interesado mucho como el diseño puede manipular la forma en que las personas piensan y en mis primeros años quise apoyar esas herramientas para darles la vuelta, revelar la verdad en lugar de ocultarla.
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TRABAJOS Si tuviesemos que definir a Brody es pocas palabras, el “experimentar hasta encontrar tu estilo” es algo que podría definirlo. El largo trabajo que le llevó a ser el diseñador que es hoy en día sólo fue un ensayo y error continuo que le permitió mejorar y, un “Intenta hasta que logres encontrar lo que buscas”. Hoy en día, siendo un afamado diseñador, defiende la libertad como su habitad natural de trabajo. Sus trabajos se distinguen por tener influencias punk que supo usar a su favor desde que era jóven y las tipografías que creó demuestran la dedicación y la fascinación de Brody por la forma.
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Su propósito consistía en ser un medio de exploración, de desmitificar la tecnología digital. Cada número trataba a cerca de una temática relacionada con diversas tendencias a cerca de la comunicación y sus consecuencias. Se invitaba a 4 o 5 diseñadores, de la industria tipográfica y otros ámbitos, para explorar las temáticas a través del diseño de tipografías. Entonces, además de notas de interés e investigaciones, cada ejemplar contenía pósters tipográficos y un disco con al menos cuatro tipografías de éstos diseñadores para descargar.
Hoy en día, es imposible desligar la tecnología del diseño gráfico. Sería absurdo estar en contra de diseñar desde una computadora, empaparse de inspiración desde Internet y luego experimentar, crear. Pero hubo una época en donde el diseño experimental a través de las tecnologías era rechazado completamente por tipógrafos y diseñadores tradicionalistas. Por aquel entonces eran las grandes compañías (que manufacturaban sistemas de foto composición) las que reinaban en el mundo de edición profesional, y marcaban que tipografías se iban a utilizar. El diseño solo podía verse como un complemento, una herramienta pero no podía tener un papel principal. Hasta que se comenzaron a comercializar los ordenadores particulares y los diseñadores y estudiantes pudieron comenzar a realizar sus propias tipografías y diseños, sin depender de una corporación.
Y es así que, en 1990, Neville Brody, uno de los grandes exponentes del diseño y la tipografía, junto con Jon Wozencroft (diseñador gráfico y fundador de Touch) intentan revolucionar el mundo tipográfico y comunicacional a través de FUSE una revista de tipografía experimental, emitida de forma trimestral en Londres, hasta el año 1998. Bajo la dirección artística de Brody, los diseñadores y tipógrafos lograron hacer saltar a la tipografía a primer plano, convirtiéndola en expresión visual. FUSE demostró que gracias a las computadoras, la tipografía se volvió algo moldeable, democrático y no solo se limitaba a transmitir significado lingüístico. Algunas tipografías eran lúdicas, decorativas otras más estructuradas, con algún propósito en específico. Pero todas causaban interrogantes en el lector, cuestionamientos. Ofrecían nuevas visiones, generaban nuevas estructuras y estas nuevos pensamientos.
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The Face –creada por el periodista inglés Nick Logan– fue una de las revistas mensuales británicas más importantes en la década de los ochenta y noventa; con una temática relacionada a la música, moda y cultura. Este medio impreso dio origen a las revistas encargadas de registrar las tendencias relacionadas a la moda urbana, y fue la primera en identificar movimientos como el nuevo romanticismo. Las cubiertas icónicas de The Face viven en un ciclo constante de Pinterest y Tumblr para una generación que ya no conoció la revista en vida. Las portadas de dicha revista se caracterizaron por seleccionar a personajes populares de la industria de la música de la época y que el día de hoy han pasado a ser icónicos –hablamos de Madonna, Eminem, David Bowie, Alexander Mcqueen, entre otros– quienes sirvieron como referentes para los artistas reconocidos en la actualidad, como es el caso de Pharrell Williams y la adopción –en ocasiones– de una estética similar a lo que fue la tribu Buffalo expuesta en las páginas de la revista. Este estilo incitaba a romper con lo establecido y a jugar con una mezcla de elementos correspondientes a diversas tribus.
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FACE
Las portadas de revistas icónicas de The Face, donde el estilo innovador de Brody marcó el ritmo de 1981 a 1986
En los diseños de Neville Brody confluyen el constructivismo, el dadaísmo, el situacionismo y, por supuesto, el punk. Su forma de componer páginas para la revista The Face a base de dibujos, recortes, letraset y fotocopias recordaba mucho a los collages del artista soviético Aleksandr Ródchenko, anticipándose el diseño grunge y deslavazado de la década de los 90. Brody transformó la imagen de la revista The Face al tiempo que rompía con las normas de diseño, y más concretamente con la estructura reticular, que habían imperado durante el siglo XX por influencia de diseñadores y teóricos de la talla de Jan Tschichold o Beatrice Warde. Neville Brody comenzó a trabajar como director de arte para la revista en el año 1981 y desde esa fecha sus diseños influirían en revistas, libros y discos.
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“Hace cinco o diez años, la mayoría de nuestro trabajo provenía de clientes que querían una ventanilla única para todo", dijo Brody, quien también es decano de la Escuela de Comunicaciones del Royal College of Art de Londres . "Pero los clientes ahora tienden a darse una vuelta por las diferentes partes de su propia producción. Descubrimos que los clientes no tenían muy claro lo que estábamos ofreciendo, porque estábamos ofreciendo todo". — Neville Brody, 2014.
Una agencia boutique no es más que un equipo de diseño reducido, no pasando de cinco personas. Por lo general suelen ser solamente dos personas o en algunos casos, una.
Brody associates es el estudió que fundó con su socio comercial Fwa Richards en 1994. En un principio, el estudio tenía por nombre “Research Studios” y tenía la idea de ser una agencia Boutique* pero en 2014 el nombre del estudio pasó a ser “Brody associates” porque las personas no llegaban a comprender del todo de qué iba aquel negocio. El cambio de marca del estudio, que también tiene oficinas en Seúl, Berlín y Tokio, brindó la oportunidad de reestructurar la forma en que opera la compañía. El cambio de marca le ha permitido al estudio centrar sus esfuerzos en las ofertas digitales, de identidad y de tipografía que ofrece. "Nos hizo pensar: ¿cuáles son las cosas principales que brindamos?" dijo Brody. "Y es identidad, y es tipografía, y es en gran parte digital en estos días. Por lo tanto, nos ha permitido aclarar la oferta a un cliente.”
"Ahora tenemos un modelo ligeramente diferente, estamos buscando estudios o representantes muy pequeños en El estudio ha sido tradicionalmente una especie de gran diferentes lugares. En Londres, Berlín, cohorte de diseñadores a tiempo completo y cuando la agencia comenzó, se basó en la idea de que no había una Tokio y Seúl, entonces buscaremosgran de-cantidad de personas en un solo lugar, pero habían pequeños estudios diseminados alrededor de eso. Hoy en sarrollar eso a medida que avanza". día, se trae el apoyo especial que se necesite dependiendo del proyecyo que se lleve a cabo, lo que significa que se puede trabajar con el tipo correcto de expertos en lugar de tratar de conseguir que cada diseñador tenga que ser un experto en todo lo que ofrece. Esto se debe a que en los viejos tiempos del arte comercial, un artista hacía serigrafía, tipografía, fotografía, ilustración, tratar con los clientes y hacer la facturación.
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