Verde esperanza y Azul alegrĂa
Alisios de Verso y Prosa Relato encadenado verano 2020
Verde esperanza y Azul alegría Desde donde me encuentro, me detengo y miro en dos direcciones distintas. Hacia el este me saludan dos tonos diferentes de azul, cielo y mar, ambos luminosos y alegres. Luego desvío la mirada hacia el monte y me embriago del verde de la Esperanza. Vuelvo la mirada hacia el norte y veo unas nubes oscuras que no presagian nada bueno. Agua que falta le hace a esta isla sedienta. Pero no me gusta esa oscuridad y por eso me giro hacia el sur, donde el sol brilla intenso, en un cielo con pocas nubes. Después de este recorrido por la Rosa de los Vientos, me quedo observando algo en el este: un grupo de seres que parecen salir del mar. No los distingo bien, pero recuerdo que tengo unos prismáticos y corro a buscarlos. Con su ayuda aprecio que se trata de un grupo de seres como sirenas; sus cuerpos son de pez, pero la mitad superior son mujeres hermosas, que muestran sus senos sin pudor. Descubro así el idílico encanto que me transportaba a esta visión fantástica, una naturaleza hasta ahora desconocida. Sus cabellos eran rubios y en ellos se divisaban reflejos brillantes. Limpio los cristales no dando crédito a lo que veo, me hace dudar la realidad. ¿De dónde habrán salido? Y aún más, ¿a qué vienen? Un sinfín de preguntas me iba haciendo sin dejar de observar a aquellos seres extraños que provenían de aguas profundas. Sus ojos extraviados mostraban tristeza. Se acercaban haciendo piruetas en el aire y pensé que traían un mensaje.
¿Querrían advertirnos de las consecuencias del cambio climático? ¿Por qué parecían indicar los mares del Sur con sus azuladas escamas? ¿Y esa mirada de soslayo hacia el manto de vegetación del monte de la Esperanza? Olvidándome de ellas desvíe mi vista hacia el azul alegre del mar, con el reflejo del sol navegando en ella, con sus múltiples colores la visión me hizo percibir un insondable verde esperanza, como si de las profundidades del mar vinieran a su rescate. Esa luz me invitaba a viajar muy lejos. Se reflejaba en el fondo ofreciendo un espectáculo luminoso entre el azul y el verde, como si de un lienzo se tratase. Esto me hacía pensar en un futuro lleno de muchas posibilidades donde todos los sueños y deseos podrían hacerse realidad. Pensé que tal vez fuesen seres de otros planetas que, descubriendo nuestra tierra, se acercaban de una manera sigilosa y atractiva. Estas bellas mujeres serian la punta del iceberg para que con su belleza conquistaran los ojos, siempre ávidos, de hombres buscadores de tesoros y perlas perdidas en el mar. Ellas transmitirían un mensaje a los hombres: “Formamos parte de la naturaleza, debemos fijarnos en ella y vivir igual, unidos por lazos de amistad y de amor. Amor que nos complemente, amistad que nos anexe con solidaridad al resto de los seres vivos que vivimos en este planeta, porque merecemos un mundo mejor”. Tal vez simplemente quisieran transmitirles un hermoso mensaje, que el verdadero tesoro no se halla oculto en el fondo del mar, para apreciarlo solo se necesita levantar la vista, observar el intenso azul del cielo y el luminoso verde de nuestros bosques.
Ojalá que de estos momentos llenos de incertidumbre se deriven tiempos mejores, pero viendo lo que se nos presenta con esas preciosas, pero misteriosas, “no sé qué”, no me vaticinan nada bueno. Y no solo ellas, cuando nos descubran otros seres, aparecerán con yo que sé qué intenciones. Esta inseguridad me tiene que no vivo ni duermo. Dormir-vivir, cara y cruz de una misma realidad. Parece que al dormir perdemos vida, estamos medio muertos, pero sin dormir no podemos vivir. Vivir, despierta, consciente, no dormida es lo que en el fondo deseamos y, en general, hacemos. Pero... no sé... ¿no se podrían combinar ambas a la vez? Vivir como si estuvieras durmiendo. Quizás esos seres de las profundidades marinas entre el verde azulado de sus aguas hayan encontrado la respuesta a esta cuestión. De momento, yo parecía estar en un sueño y sabía que no lo era al pellizcarme una y otra vez y darme cuenta que sí existen las sirenas. Me fui a descansar y a la mañana siguiente me quedé contemplando el infinito azul cielo, claro y limpio como un espejo. Brillaba su alegre pintura ante mis ojos y volví a la orilla a respirar mar, oler su movimiento, el aleteo constante de las olas y su verde esperanza centellear como esmeraldas. Me senté en una roca con la mirada perdida en el horizonte, sabiendo que no soñaba. De nuevo divisé a ese grupo de seres mágicos saltando como delfines, jugando entre ellas con sus melenas rubias hasta la cola y envueltas en un rayo de luz azul, sentí su compañía y comprendí que no estábamos solos en la tierra. Pensé que tal vez fuesen seres de este planeta que bajaron a los fondos marinos buscando una vida más limpia,
y que ahora vienen con un mensaje de paz para la humanidad, ofreciéndonos un espacio invitándonos a compartirlo, a cuidarlo, respetarlo y sobre todo a amarlo, como lo hacían ellas. Esta vez no pude remediarlo y me dejé llevar por esos seres mágicos envueltos en espuma. Salí en su busca sumergiéndome entre los hipnóticos colores de sus profundidades rodeándome de azules intensos y verde aguamarina. ¡Si por fin las vi de cerca!, no había sido un espejismo ni un sueño. Una luz radiante las envolvía, me estaban esperando. Seguí su estela sin pensar en nada más. Sólo quería hablar con ellas y saber simplemente... por qué habían venido. Inesperadamente, me sentí arrastrada a las profundidades marinas por los potentes brazos de estos seres increíbles. Su deslumbrante y cegadora luz, dio paso a una claridad casi irreal. Sin despegar los labios me hablaban de la riqueza de su mundo infinito y la importancia de conservarlo, pues de ello dependía el futuro y la salvación de este planeta azul en que vivimos. De vuelta a las rocas, contemplaba a éstas guardianas de las profundidades, viendo como se sumergían de nuevo en su mundo mientras yo, con nostalgia, me preguntaba si alguna vez volvería de nuevo a contemplar a éstos seres únicos y solitarios.
FIN
Luisa Chico
Desde donde me encuentro, me detengo y miro en dos direcciones distintas. Hacia el este me saludan dos tonos diferentes de azul:, cielo y mar, ambos luminosos y alegres. Luego desvío la mirada hacia el monte y me embriago del verde de la Esperanza…
Félix Díaz
Vuelvo la mirada hacia el norte y veo unas nubes oscuras que no presagian nada bueno. Agua que falta le hace a esta isla sedienta. Pero no me gusta esa oscuridad y por eso me giro hacia el sur, donde el sol brilla intenso, en un cielo con pocas nubes. Después de este recorrido por la Rosa de los Vientos, me quedo observando algo en el este: un grupo de seres que parecen salir del mar. No los distingo bien, pero recuerdo que tengo unos prismáticos y corro a buscarlos. Con su ayuda aprecio que se trata de un grupo de seres como sirenas; sus cuerpos son de pez, pero la mitad superior son mujeres hermosas, que muestran sus senos sin pudor...
Rosario López
Descubriendo el idílico encanto que nos transportaba a esta visión fantástica una naturaleza hasta ahora desconocida. Sus cabellos eran rubios y en ellos se divisaban reflejos brillantes… Limpio los cristales no dando crédito a lo que veo, me hace dudar la realidad. ¿De dónde habrán salido? Y aún más, ¿a qué vienen? Un sinfín de preguntas me iba haciendo sin dejar de observar…
Laura González
Aquellos seres extraños provenían de aguas profundas. Sus ojos extraviados mostraban tristeza. Se acercaban haciendo piruetas en el aire y pensé que traían un mensaje. ¿Querrían advertirnos de las consecuencias del cambio climático? ¿Por qué parecían indicar los mares del Sur con sus azuladas escamas? ¿Y esa mirada de soslayo hacia el manto de vegetación del Monte de la Esperanza?...
Candelaria González
Olvidándome de ellas, las sirenas, desvíe mi vista hacia el azul alegre del mar, con el reflejo del sol navegando en ella con sus múltiples colores. La visión me hizo percibir un profundo verde esperanza, como si de las profundidades del mar vinieran a su rescate…
Teresa Terán
Esa luz que viaja muy lejos se refleja en el fondo, ofreciendo un espectáculo luminoso entre el azul y el verde, como si de un lienzo se tratase…
Margarita López
Esto me hacía pensar en un futuro lleno de muchas posibilidades donde todos los sueños y deseos se hacen realidad…
Haydée Bourzac
Pensé, tal vez serán seres de otros planetas, que descubriendo nuestra tierra se acercaban de una manera sigilosa y atractiva, aquellas bellas mujeres serian la punta del iceberg para que con su belleza conquistaran los ojos siempre ávidos, de hombres buscadores de tesoros y perlas perdidas en el mar.
Álvaro Rodríguez
Ellas transmitían un mensaje a los hombres: formamos parte de la naturaleza, debemos fijarnos en ella y vivir igual, unidos por lazos de amistad y de amor.
Tere Martín
Amor que nos complemente, amistad que nos anexe con solidaridad al resto de los seres vivos que vivimos en este planeta, porque merecemos un mundo mejor.
Mercedes González Tal vez simplemente quisieran transmitirles un hermoso mensaje: "El verdadero tesoro no se halla oculto en el fondo del mar, para apreciarlo solo se necesita levantar la vista observar el intenso azul del cielo y el luminoso verde de nuestros bosques".
Matale Arozena Ojalá que de estos momentos llenos de incertidumbre se deriven tiempos mejores, pero viendo lo que se nos presenta con esas preciosas pero misteriosas “no sé qué” no me vaticina nada bueno. Y no solo ellas, cuando nos descubran otros seres, aparecerán con yo que sé qué intenciones. Esta inseguridad me tiene que no vivo ni duermo…
Cele Díaz Dormir-vivir, cara y cruz de una misma realidad. Parece que al dormir perdemos vida, estamos medio muertos, pero sin dormir no podemos vivir. Vivir, despierta, consciente, no dormida es lo que en el fondo deseamos y, en general, hacemos. Pero... no sé... ¿no se podrían combinar ambas a la vez? Vivir como si estuvieras durmiendo. Quizás esos seres de las profundidades marinas entre el verde azulado de sus aguas hayan encontrado la respuesta a esta cuestión.
Pili Gil-Roldán
Parecía estar en un sueño y sabía que no lo era al pellizcarme una y otra vez y darme cuenta que sí existen las sirenas. Me fui a descansar y a la mañana siguiente me quedé contemplando el infinito azul cielo, claro y limpio como un espejo. Brillaba su alegre pintura ante mis ojos y volví a la orilla a respirar mar, oler su movimiento, el aleteo constante de las olas y su verde esperanza centellear como esmeraldas. Me senté en una roca con mi mirada perdida en el horizonte, sabiendo que no soñaba, de nuevo diviso a ese grupo de seres mágicos saltando como delfines, jugando entre ellas con sus melenas rubias hasta la cola y envueltas en un rayo de luz azul, sentí su compañía ycomprendí que no estábamos solos en la tierra.
Lali Marcelino
Pensé que tal vez fuesen seres de este planeta que bajaron a los fondos marinos buscando una vida más limpia, y que vienen con un mensaje de paz para la humanidad, ofreciéndonos un espacio invitándonos a compartirlo...
Pilar Blanco
A cuidarlo, a respetarlo y sobre todo a amarlo, como lo hacían ellas. Esta vez no pude remediarlo y me dejé llevar por esos seres mágicos envueltos en espuma. Salí en su busca sumergiéndome entre los hipnóticos colores de sus profundidades, rodeándome de azules intensos y verde aguamarina. ¡Si por fin las vi!, no había sido un espejismo ni un sueño. Una luz radiante las envolvía, me estaban esperando. Seguí su estela sin pensar en nada más. Sólo quería hablar con ellas y saber simplemente... por qué habían venido.
Emma
Inesperadamente, me sentí arrastrada a las profundidades marinas por los potentes brazos de estos seres increíbles. Su deslumbrante y cegadora luz, dio paso a una claridad casi irreal. Sin despegar los labios me hablaban de la riqueza de su mundo infinito y la importancia de conservarlo, pues de ello dependía el futuro y la salvación de este planeta azul en que vivimos. De vuelta a las rocas, contemplaba a éstas guardiana de las profundidades, como se sumergían de nuevo en su mundo mientras yo, con nostalgia, me preguntaba, si alguna vez, volvería de nuevo a contemplar a éstos seres únicos y solitarios.
Con cariĂąo para mis compaĂąeros/as de Alisios de Verso y Prosa. en agradecimiento por seguir mis Retos de pequeĂąas locuras literarias. Gracias mil y a ser felices amigos. Luisa Chico