Tarapacá Insitu Edición 27

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ED. 27 CUARTO AÑO EDITADA EN IQUIQUE MAY - JUN 2021 ISSN 2452-4670

EN ESTA EDICIÓN: PROPONEN RESTITUIR EL QHAPAQ COCHA AL CERRO ESMERALDA 03-04-05-06 OASIS DE NIEBLA DE PUNTA GRUESA SERÁ SANTUARIO DE LA NATURALEZA 07-08-09 TARA: VELERO QUE ESTUDIA EL CAMBIO CLIMÁTICO ESTUVO EN IQUIQUE 13-14-15

BORDE COSTERO: Castigo social en los límites de la región de Tarapacá Estudio de académicos de la Unap señala que “la exclusión no sólo se vive entre la capital y las regiones del país, sino también dentro de las mismas comunas. En el borde costero se observa la realidad de cientos de viviendas y barrios construidos por los habitantes locales, que actualmente son definidos por las autoridades como ilegales”. 27-28-29 Fotografía: Franco Miranda.


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ED. 27 CUARTO AÑO EDITADA EN IQUIQUE MAY - JUN 2021

Director y Representante Legal: Reinaldo Berríos González. - Periodistas: Eduardo Cisternas, Andrea Suárez, Mariela Muñoz. - Gerente Comercial: Víctor Vial. - Fotografías: Franco Miranda, Raquel Pinto, Marta Estrada. - Colaboradores: Luis Pérez, Damián Lo, Bosco González, Carlos Pallacan, Nayat Sánchez-Pi, Moira Rojas, Cecilia del Pilar Sandoval. - Foto Portada: Franco Miranda. - Arte y Diseño: Camila Berríos Cárcamo. - Imprenta: Valente, Santiago, que sólo actúa como impresor.

CHILE REAFIRMA SUS COMPROMISOS AMBIENTALES

Fotografía: Gentileza de Conaf.

En un reciente encuentro organizado por CONAF, su director ejecutivo, Rodrigo Munita, resaltó el rol de la institución Chile, como la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, la Convención de Ramsar sobre humedales y otras cooperaciones nacionales e internacionales. En hora buena. en el cumplimiento de los compromisos ambientales asumidos por

PROTAGONISTAS INSITU

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Nayat Sánchez-Pi: Es graduada en Ciencias de la Computación por la Universidad de la Habana y posee un Ph.D. en Inteligencia Artificial por la Universidad Carlos III de Madrid.

Larraín: Ecologista y 30 Sara política chilena. Fue candi-

data a la Presidencia en la elección correspondiente del año 1999. Profesora universitaria. Desde 1997 se desempeña como directora del programa “Chile Sustentable”.

de la UNAP. Especialista en ecosistemas de niebla costeros y la Familia Cactácea. Ha escrito varios libros de difusión sobre estos temas.

sidad de Tarapacá. Licenciado en Historia de la Universidad de Chile. Historiador. Museo Regional de Iquique. Corporación Municipal de Desarrollo Social.

Luis Pérez Reyes: Arqueólogo. Mg Paleontólogo. Actual director del Museo Regional de Iquique. CORMUDESI. Actualmente cursa el Doctorado en el Institut für Archäologie und Kulturanthropologie de la Universidad de Bonn.

Franco Miranda: Fotógrafo, nacido en Rojas Tamborino: 07 Moyra Seremi de Medio Ambiente, 01 Iquique, actualmente trabaja en series de

Pinto: Bachiller en Ciencias de la 07 Raquel Universidad Católica de Chile. Biólogo Marino

Lo Chávez: Magister 10 Damian © en Historia de la Univer-

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región de Tarapacá. Abogada. Magister © en Derecho Ambiental, Diplomada en Cambio Climático y Evaluación Ambiental.

Carlos Pallacan: Geógrafo (PUCV) y Magister en Desarrollo Rural. Coordinador de la iniciativa Red SIPAN de FAO en la Macrozona Altoandina e investigador asociado del Centro Interdisciplinario de Estudio de Territorios Litorales y Rurales (CIET-LR).

paisajes, mostrando la diversidad de escenas de la región de Tarapacá. Desde la costa hasta al altiplano. Editor de la Guía Turística de Tarapacá. Dewitte: Doctor en 24 Boris oceanografía física, Universidad de Toulouse, Francia. Línea de investigación en CEAZA: Oceanografía física, variabilidad climática y eventos extremos.

Revista Tarapacá Insitu es una publicación bimestral, de carácter independiente y está destinada a destacar la ciencia, la innovación, la cultura y el patrimonio de la región de Tarapacá. Inscripción y depósito legal número 031/2021 en la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile. Inscripción Propiedad Intelectual N°A-298497. Tarapacá Insitu se distribuye por la vía de suscripciones y en forma gratuita en diversos puntos de la región de Tarapacá. Si Usted tiene sugerencias, observaciones y planteamientos de temas a tratar, escríbanos al correo: dirinsitu@gmail.com. Contacto Comercial +56 9 58734143

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La imagen muestra la forma en que se interpretó como estaban las niñas sacrificadas en el Qhapaq Cocha del Cerro Esmeralda. (Foto de Wikipedia)

Devolver las jóvenes doncellas entregadas en el ceremonial del Qhapaq Cocha

Nueva museología regional propone restituir al CERRO ESMERALDA su sacralidad El Qhapaq Cocha del Cerro Esmeralda ha sido maltratado en el tiempo. Urge un proyecto que permita restituirle su sacralidad, y Eso es lo que propone la nueva museología regional, que comenta en este artículo el actual director del Museo Regional, Luis Pérez. Se trata de un acto de “re” dignificación, no solo de los restos sensibles, sino que además de los pueblos originarios cuya descendencia constituye gran parte de la sociedad, no solo tarapaqueña, sino de Chile. devuelva a las jóvenes entregadas al Inti, a su lugar de descanso.

por: Luis Pérez (*) fotos: Gentileza del Museo Regional de Iquique

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n Cerro Sagrado Inca contempla nuestra ciudad puerto. Son las 6:40 am, y como de costumbre hago mi monitoreo informal, pero sagrado, como primera actividad del día: salgo al balcón y observo el majestuoso farallón costero de más de 600 metros. Mi vista es privilegiada: al cerro, y vaya que lo es. Se despliega la ciudad a sus faldas, techos humedecidos de garúa, colores cargados y vívidos. Un Iquique de lento arranque comienza a sacudir su sueño con un frío cada vez

Si bien fue un descubrimiento fortuito y violento durante las obras de construcción de un camino a la cima, a punta de detonaciones de TNT, no cabe duda de que es uno de los hallazgos más importantes y deslumbrantes de la arqueología andina. más acentuado. El cambio climático hoy se asoma en nuestro perpetuo desierto como una realidad enrarecida. Tomo el celular. Capturo la increíble postal del Cerro Esmeralda y el amanecer. Posteo en Instagram: “Majestuoso amanecer tras el Gran Apo Sagrado Cerro Esmeralda”. Su altura domina el farallón,

se proyectan imponente, visible incluso desde la pampa. Cubierta de nubes casi todo el año, su cumbre luce un tocado blanco de camanchaca. Esas características son el ambiente ideal que generó y a la vez conservó por medio milenio la mayor expresión religiosa de ofrenda sagrada para el Inca: un Qhapaq cocha, ofrenda de

vidas humanas en sacrificio, en este caso compuesta por una joven muchacha y una niña pequeña. Allí, en la más alta cumbre al borde del acantilado costero, la temperatura baja a cero, los vientos con agua atmosférica se impulsan al ascender por la ladera enfriando el suelo. Esto, sumado a un ambiente seco durante el día con alta radiación solar, genera condiciones de momificación únicas. Un conocimiento prehispánico aplicado para la eternidad de un ofrendatorio ceremonial.

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El proyecto deberá abordar las medidas ambientales de conservación y preservación biológica, además de una estricta pertinencia cultural en la presentación de contenidos para su valoración, y la posibilidad de acceso a la comunidad a un espacio de profunda significación, con la franca posibilidad de que puedan incluso reactivar costumbres ceremoniales.

QHAPAQ COCHA En cada ofrendatorio Qhapaq cocha, los cuerpos sacrificados eran depositados en posiciones sentadas como dormidas, dentro de un foso de roca que mantiene la baja temperatura, un ofrendatorio amplio para depositar cuerpos y ajuares funerarios con cientos de piezas textiles de fina factura tipo cumbi, ornamentos plumarios, fajas chumpi con tocapos (símbolos), warakas

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(lazos), llicllas e inkuñas (textil ceremonial), cerámicas Inca como aríbalos, escudillas, ollas pedunculadas y keros (vasos), illas de plata u oro (figuritas humanas y llamos) con sus respectivas vestimentas, estas últimas saqueadas del Apo Esmeralda al momento del hallazgo en 1976. La Aclla, nombre dado a las jóvenes adolescentes (18 años) que vivián para ser destinadas al servicio ceremonial, o

tal vez una ñusta (mujer de realeza), y su acompañante una pequeña niña mucho menor (8 años), tuvieron allí en el Apo Esmeralda un rol ceremonial, ecológico y político, como ofrenda para el cerro y las deidades adoradas por la sociedad prehispánica del siglo XV. Sin duda que esta ofrenda sagrada, venida desde el Cuzco, fue preponderante en la necesidad estratégica de dominio y buen desarrollo de la administración Inca de la región. Heredar un caso complejo de gestión patrimonial desacertada. A ojos de los y las especialistas del Museo Regional de Iquique hoy, con una especial sensibilidad cultural que caracteriza a la nueva museología, el antiguo manejo del Qhapaq cocha es ética y técnicamente insostenible en la actualidad. El hallazgo fortuito y su retiro para destinar la cima a antenas de telecomunicación, en febrero de 1976, hace ya

casi medio siglo, despojó al Apo de su sacralidad a la vez que transformó el contexto arqueológico ofrendatorio, abandonado en bolsas a las puertas del Museo, en una colección cosificada para la exhibición ante el ojo ya occidentalizado de la población regional de los 80’s. Si bien fue un descubrimiento fortuito y violento durante las obras de construcción de un camino a la cima, a punta de detonaciones de TNT, no cabe duda de que es uno de los hallazgos más importantes y deslumbrantes de la arqueología andina. La oportuna investigación liderada por Jorge Checura, director del Museo Regional de Iquique (1966 - 1979), en la que junto a su equipo logró recuperar gran parte de la colección, nos permite hoy poder dialogar y reflexionar sobre el interés del Inca en nuestra región, teniendo como base la importancia de un Qhapaq cocha.


El relato, que acompañó en el ‘86 la exposición del Museo, se centró en las jóvenes acllas y la riqueza material del ajuar funerario. La sociedad iquiqueña verá en el sacrificio humano, algo muy acorde a la imagen sanguinaria que por décadas se dio a los pueblos americanos antes de la llegada hispana, desde una visión evolucionista y de mesianismo civilizatorio occidental. TAWANTINSUYO Esta serie de situaciones llevó a invisibilizar la sacralidad del Apo Esmeralda, y su particularidad como único santuario de altura en la costa del Tawantinsuyo. La descontextualización y relato en que la complejidad cultural de las sociedades prehispánicas son reducidas a la bestialidad del sacrificio, desechó las complejas relaciones que se despliegan en las convicciones de sus pueblos y sus creencias. Un ejemplo de ello en la actualidad podría ser la destinación total de la vida de miles de mujeres a claustros para el servicio religioso. Si bien es cierto, no hay un acto extremo de quitar o quitarse la vida, la condición de libertad se diluye tras la convicción de dar la vida a un fin religioso, sin embargo, es aceptado como una opción de vida. Restituir la sacralidad, posibilidades ciertas en un Chile

Los profesionales del Museo Regional de Iquique han realizado un exhaustivo trabajo para rescatar las piezas encontradas en el Cerro Esmeralda.

plurinacional y multicultural. En la actualidad, para muchas personas que trabajamos en patrimonio, su investigación y gestión, consideramos de plena coherencia que se restituyan los órdenes de significación profunda que perviven en las comunidades originarias hoy, una visión en que la naturaleza era y aún es

una autoridad de ineludible referencia y veneración con la cual se asocia el ser humano. A ello se suma que -técnicamente- el lugar óptimo de conservación del material arqueológico es su lugar de origen. La restitución no es solo un tema de pertinencia y respeto cultural, signo de una sociedad sabia, que se acepta

y reconoce entre pueblos, sino que también es necesario y coherente con los requerimientos de conservación del contexto ambiental. En la actualidad muchos sitios arqueológicos de significación cultural son recuperados y puestos en valor con interesantes proyectos arquitectónicos integrales, permitiendo a las comunidades y la sociedad acceder a ellos comprendiendo el valor del espacio sagrado y las culturas prehispánicas, a la vez que implementan modernos centros de conservación que dan resguardo a los bienes arqueológicos. Es un tema que requiere una urgente discusión, que responda a las diferentes aristas tanto de conservación, restitución, sensibilidad, espiritualidad y factibilidad técnica, y que conforme

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avanzamos como sociedad sobre una visión inclusiva de los pueblos, debe convocar a los pueblos originarios, a la sociedad y la institucionalidad atingente al patrimonio y la gestión territorial, específicamente en lo comunal. Como Arqueólogo, pienso en la necesidad de co-diseñar un Centro Arquitectónico que permita restituir al Cerro Esmeralda su sacralidad, y devuelva a las jóvenes entregadas al Inti, a su lugar de descanso. Es un acto de “re” dignificación no solo de los restos sensibles, sino que además de los pueblos originarios cuya descendencia constituye gran parte de la sociedad no solo tarapaqueña, sino de Chile. Este proyecto deberá abordar las medidas ambientales de conservación y preservación biológica, además de una estricta pertinencia cultural en la presentación de contenidos para su valoración, y la posibilidad de acceso a la comunidad a un espacio de profunda significación, con la franca posibilidad de que puedan incluso reactivar costumbres ceremoniales.

El Qhapaq Cocha del Cerro Esmeralda es el único que se ha descubierto en la zona de la cordillera de la costa.

PERÍODO INCA El Inca en Tarapacá. Durante el periodo prehispánico Tardío, -denominado también como periodo Inca- desde la segunda mitad del siglo XV al XVI, la dominación Inca irrumpirá en Tarapacá, con nuevos sistemas políticos, económicos, sociales y culturales (Rivera, 2002; Adán et Al., 2005; Adán et Al., 2007; Uribe et Al., 2007; Urbina, S. 2009). Por ejemplo,

Los profesionales del Museo Regional en terreno, buscando nuevos vestigios del período inca en Tarapacá.

en la vida espiritual y política, un rito tan importante y simbólico como la inhumación de autoridades locales que define el espacio sagrado donde habitan los ancestros y que guían a la comunidad, será intervenida con tumbas incaicas denominadas cistas, como una dominación que llega al mundo espiritual y a la vez como una ocupación de los espacios sagrados (San-

hueza & Olmos, 1981; Pérez & Sandoval, 2017). Por otra parte, muchos cerros y espacios ceremoniales locales denominados huacas por la arqueología local, serán intervenidos con mejoras constructivas hacia lo monumental de la expresión Inca, estableciéndose como Ushnos (Pino, 2005; Pérez & Sandoval, 2017), que permiten además la observación y lectura de los astros, y definir el tiempo futuro en el afán de asegurar la buena producción agrícola-ganadera y la satisfacción de las deidades (Pérez & Sandoval, 2018). Únicos en su tipo y propios del avance tecnológico Inca importado a la región serán los Intiwatana, o relojes solares donde se controlaba el calendario y la producción agrícola, en la actualidad nuestra región solo conserva dos casi intactos, el resto se ha perdido irremediablemente. (*) Este artículo continúa en nuestra página web www.tarapacainsitu.cl También podrás revisar la bibliografía y una completa galería de fotos oficiales, muchas de ellas inéditas.

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No sólo los cactus crecen y se regeneran gracias a este sistema, sino que también la flora acompañante.

Oasis de Niebla de Punta Gruesa listo para ser declarado SANTUARIO DE LA NATURALEZA Un trabajo que comenzó silenciosamente hace muchos años, y que llevó a la botánica Raquel Pinto a experimentar la reforestación de nuestra flora costera con sistemas de atrapanieblas, podría dar su primer fruto en las próximas semanas. Después de diez años, tendremos un nuevo sitio protegido en Tarapacá: el Santuario de la Naturaleza del Oasis de Niebla de Punta Gruesa. por: Reinaldo Berríos González fotos: Raquel Pinto

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sta historia, literalmente, iba cuesta arriba. La botánica Raquel Pinto había demostrado que la instalación de atrapanieblas en el sector costero podía ayudar a reforestar la zona (ver Tarapacá Insitu N° 21). Que la especie nativa Eulychnia iquiquensis podía seguir viviendo con este singular sistema, pero faltaba escalar. En este caso escalar el proyecto y pasar a una nueva

fase: declarar Santuario de la Naturaleza el sector de Punta Gruesa, donde se instalaron esas redes que otorgan agua, vida y salud a estos majestuosos cactus de origen local. Y eso que parecía un sueño, está a punto de suceder. Es probable que en las próximas semanas el Ministerio del Medio Ambiente, a través de su titular, Carolina Schmidt, declare Santuario de la Naturaleza el sector, todo

un hito, ya que hace más de una década no tenemos en la región un sitio protegido con este tipo de instrumento legal. Moyra Rojas Tamborino, seremi del ramo, ratifica la noticia: “Lo que falta es enviar un oficio al Consejo de Monumentos Nacionales para establecer todo el patrimonio arqueológico, histórico-cultural que pudiera haber. Después de eso el proyecto es llevado al comité de ministros para

su aprobación. Esto debería ocurrir alrededor del mes de julio próximo”. Pero la historia comenzó mucho antes. Raquel Pinto nos señaló en su momento que hacer esto es como estar contra el cambio climático. “Me pregunto qué sentido tiene hacer lo que estoy haciendo, porque voy contra la corriente. Pero una vez que el cactus está grande, el mismo se transforma en un

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atrapanieblas y en una vecina amistosa: siempre hay alguna planta, viviendo bajo ella. La regeneración natural es casi imposible, porque para que un cactus pueda sobrevivir por sí solo se necesitan unos cinco años con episodios de lluvias continuos, y después pueden resistir cinco años de sequía, pero lamentablemente las condiciones climáticas no están”. Por esta razón la idea de trabajar con atrapanieblas ha sido una salvación; un asistente clave en la etapa de “crianza” de las plantas. “Cuando las plantas tengan un tamaño suficiente, cuando puedan por sí solas atrapar el agua, entonces se les retirará el atrapanieblas; cuando puedan humedecer el suelo a sus pies. A los diez años, aproximadamente, cuando lleguen a medir un metro probablemente podrán seguir solas su vida. La velocidad de crecimiento va aumentando, a medida que el cactus es más grande”. La seremi del medio ambiente Moyra Rojas se entusiasmó con el tema. “En la costa de Tarapacá podemos encontrar estos ecosistemas de niebla en al menos tres zonas y lo que había ocurrido es que estos lugares nunca habían sido objeto de alguna solicitud de protección. En el caso del oasis de niebla de Punta Gruesa, este está incorporado al plan de recuperación, conservación y gestión de especies, Recoge, que puede ser de fauna o de flora. La idea de Recoge es proteger los lugares a través de una categoría de protección que se evalúe. Se partió con la primera categoría: que se declarara Bien Nacional Protegido. Pero esta gestión, que se hizo en el año 2018, fue rechazada por el ministerio de Bienes Nacionales, fundamen-

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Una vez que el cactus está grande, el mismo se transforma en un atrapanieblas y en una vecina amistosa.

talmente porque se afectaban sitios privados”. REFORESTACIÓN En paralelo, en el año 2019, se comenzó a trabajar en un plan de reforestación del área. “Ahí nos dimos cuenta, gracias al informe que nos entregó Raquel Pinto, que el ecosis-

tema sigue muy vigente; si se reforesta tiene mucho éxito y se pueden hacer muchas otras cosas, además de rescatar la vegetación natural. Con esta información nueva, decidimos retomar los intentos por alcanzar una categoría de protección del sector”. La niebla, señala Raquel

Pinto, se empieza a formar al mediodía, a los 700 metros de altitud; luego sube y baña los atrapanieblas. “Así se alimentan los cactus. Primero se fortalecen las espinas y recién a los dos años empiezan a crecer. Al instalar los atrapanieblas se ha producido una revitalización


del ecosistema; ha aparecido una alfombra verde bajo cada uno de los atrapanieblas, muy bonito. Esta alfombra dura apenas, eso sí, cuatro meses (de agosto a noviembre), para después volver a seis meses de sequía. Así se mantienen los cactus; es como un sistema de auto riego natural”. Un aspecto destacado del proyecto, agrega la botánica, es la respuesta de la vegetación a la instalación de los atrapanieblas. “Al primer año aparecieron hierbas anuales como Polyachyrus, Tetragonia, Cristaria. Al año siguiente aparecieron las plantas perennes como Solanum brachyanterum, que duraron varios años. Y luego aparecieron las geófitas como Alstroemeria, Oxalis. Una secuencia interesante. Otras arbustivas rastreras continúan creciendo como Ephedra, Glandularia y Nolana intonsa, formando verdaderos cubre pisos”. Además del trabajo de la botánica Raquel Pinto, señala Moyra Rojas, “debemos reconocer la labor de la Corporación de Turismo y Patrimonio, Cordetur, con quienes hicimos una alianza estratégica para sacar adelante el Santuario de la Naturaleza. Hicimos una reestructuración del polígono original, para evitar entrar en colisión con intereses privados y trabajamos fuertemente en el Recoge de flora costera. Y en muy poco tiempo, gracias a los trabajos de base que ya se habían hecho, entregamos el expediente para hacer realidad este sueño”. El polígono definitivo (superficie de terreno delimitada para este santuario) fue trabajado junto a Bienes Nacionales. “Debo agradecer el trabajo de Bienes Nacionales al apoyar esta solicitud de Santuario de la Naturaleza y también de todos quienes entregaron cartas de apoyo para

lograr el éxito de esta gestión. Obviamente partiendo por el Gobierno Regional, gracias a nuestro Intendente Miguel Ángel Quezada; y también se servicios importantes que van a estar involucrados en la gestión como es Sernatur, la Unap y Cordetur, que incluso podría postular a que se le entregara la administración del área”. La idea, señala por último la seremi, es que “si nos va bien con este primer ecosistema de niebla de Punta Gruesa, seguir con los otros dos que están identificados en el borde costero de la región de Tarapacá; en el caso del Santuario de la Desembocadura del Río Loa, que también estamos trabajando, cubre alguna vegetación costera importante que aparece en el estudio del libro de Raquel Pinto (ver Tarapacá Insitu N°26); así que también estamos muy contentos porque esa declaratoria se va a ver probablemente en julio”.

Registro fotográfico de la campaña en terreno MMA, BBNN, SAG , Raquel Pinto y reunión de gabinete. Foto: gentileza de la Seremi de medio ambiente.

Esta es la solicitud enviada a la Ministra de Medio Ambiente En el documento hecho llegar a la ministra Carolina Schmidt se adjunta un informe técnico justificatorio, ITJ, que describe el valor biológico, turístico y cultural de este ecosistema relicto, el que ha logrado sobrevivir como un paño aislado gracias a la influencia que ejercen en el las frecuentes nieblas que se presentan en la serranía costera de la región de

Tarapacá. Será de especial relevancia para nuestra región proteger esta área, dado que el Oasis de Niebla de Punta Gruesa constituye actualmente uno de los últimos sitios con presencia del denominado “Copao de Iquique (Eulychnia iquiquensis)”, cactácea arborescente que actualmente se encuentra en categoría de conservación “en peligro”.

La niebla se empieza a formar al mediodía, a los 700 metros de altitud; luego sube y baña los atrapanieblas.

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El edificio del ex Patronato de la Infancia y Gota de Leche expresa un modelo de inmueble que nace para desarrollar funciones específicas.

El ex Patronato de la Infancia y Gota de Leche de Iquique: la investigación al servicio de la protección del patrimonio El Patronato Nacional de la Infancia se constituyó en agosto de 1901. En su gestación y financiamiento participó el Gobierno, la Iglesia Católica y destacados miembros de la elite empresarial nacional. Tras algunos años la institución y sus centros asistenciales denominados “Gotas de Leche” proliferaron por todo el país, en especial en zonas de concentración obrera como Iquique, Lota y Tocopilla, entre otros. Un proyecto de investigación que comenzará en los próximos días espera arrojar nuevos antecedentes sobre este importante inmueble ubicado en el centro de la ciudad. por: Damián Lo Chávez (*) y Rodolfo Rojas Figueroa (**)

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partir del 30 de junio del presente año comenzará la ejecución del proyecto “Investigación y puesta en valor del edificio del ex Patronato de la Infancia y Gota de Leche de Iquique: un siglo de historia”, en el marco del Concurso Regional del Fondo del Patrimonio Cultural, Convocatoria 2020. Este proyecto tiene entre sus objetivos la puesta en valor y difusión de la historia de este valioso inmueble patrimonial ubicado en el centro de nuestra ciudad. Esperamos que el trabajo desarrollado permita construir un expedien-

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fotos: Pablo Zambra Venegas Fue una época en que predominó, y por largo tiempo, un discurso oficial desde las elites gobernantes que sintetizaba aspectos médico-científicos con los valores ético-religiosos como alternativa a la degeneración de la raza provocada por la ignorancia y corrupción de costumbres en el pueblo. te para declarar monumento histórico el edificio aludido, ubicado en Obispo Labbé 800 y que actualmente ocupa la Cruz Roja iquiqueña. El interés general que anima al equipo multidisciplinario que gestiona esta iniciativa es resguardar la identidad cultural local que tiene un

fuerte sustento material en la arquitectura patrimonial presente en nuestro casco histórico. Lamentablemente este se ha visto mermado por siniestros, negligencias varias y el aparentemente incontenible avance del negocio inmobiliario. En este proyecto convergen las ciencias his-

tóricas y la arquitectura, por una parte, y el trabajo con la comunidad involucrada en el edificio y circundante a él, por otra. Esperamos un diálogo enriquecedor desde el conocimiento técnico científico y los intereses y perspectivas de las voluntarias de la Cruz Roja, usuarios del edificio y juntas de vecinos circundantes en un área central de la ciudad. LA CARIDAD Las primeras décadas del siglo XX fueron años complejos de acelerada transformación de la sociedad. Si bien muchos de estos factores que daban cuenta de la consolidación del


modelo capitalista, la industrialización y la vida urbana se gestaron a lo largo del siglo XIX, es hacia el cambio de siglo que las contradicciones sociales se transformaron en un tema de debate público en tanto emergen como amenaza a la continuidad misma de la construcción de Estado, la propiedad privada y el mercado. La oligarquía gobernante tiene dos formas de tratar con la desigualdad, la pobreza y el conjunto de penurias cotidianas que conforman la denominada “cuestión social”. Una es la represión armada del movimiento social reivindicativo y la otra es la caridad. No se trata de una caridad espontánea y ocasional. Se trata de la asistencia social sistematizada que ejerce la clase dominante, casi en su conjunto, para mitigar la extrema miseria. En particular para contrarrestar aquellos factores que inciden, o se creía que incidían, en la mortalidad, el abandono infantil y la maternidad precaria. Esta sistematización de la caridad tiene objetivos definidos que sintetizan sentidos prácticos e ideológicos1. Entre los primeros, lo central era evitar la falta de futuros brazos para la industria mediante la profilaxis social y el cuidado médico-sanitario tanto del lactante como de la madre, entendidos como un conjunto inseparable sustentado en una concepción católica de mujer. Se esperaba que la acción concertada de la burguesía para mitigar los aspectos más brutales de la pobreza también serviría como antídoto contra la expansión del movimiento obrero político-reivindicativo y las ideologías de redención social: el anarquismo y el socialismo-comunismo.

Sus dos pisos extendidos y enmarcados en una cornisa continua, interrumpida en la esquina, nos dan a entender que es una construcción que se resuelve en tres fachadas.

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Afortunadamente existen trabajos sobre el Patronato a nivel nacional, y también sobre el contexto histórico y la cuestión social que nos sirven de marco referencial para aproximarnos a la época. HIGIENISMO También el patronato gestionaba y promovía matrimonios entre sus usuarias y los padres de los infantes. El discurso asistencialista se entroncaba con un fuerte contenido católico. Fue una época en que predominó, y por largo tiempo, un discurso oficial desde las elites gobernantes que sintetizaba aspectos médico-científicos con los valores ético-religiosos como alternativa a la degeneración de la raza provocada por la ignorancia y corrupción de costumbres en el pueblo. Es lo que conocemos como higienismo, profilaxis social y eugenesia. Esta acción social sistemática coordinada a nivel nacional forma un puente histórico entre las antiguas iniciativas caritativas dispersas y geográficamente focalizadas con la asistencia social estatal que se instituyó en Chile especialmente a partir de los gobiernos de Frente Popular. El Patronato Nacional de la Infancia se constituyó en agosto de 1901. En su gestación y financiamiento participó el Gobierno, la Iglesia Católica y destacados miembros de la elite empresarial nacional. Tras algunos años la institución y sus centros asistenciales denominados “Gotas de Leche” proliferaron por todo el país, en especial en zonas de concentración obrera como Iquique, Lota y Tocopilla, entre otros. La filial tarapaqueña de la institución se constituyó en julio de 1918 siendo intendente de la provincia Recaredo Amengual. Se trata de un edificio del cual sabemos, hasta ahora,

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muy poco. Afortunadamente existen trabajos sobre el Patronato a nivel nacional, y también sobre el contexto histórico y la cuestión social que nos sirven de marco referencial para aproximarnos a la época. Esperamos contribuir con un valioso aporte al conocimiento general sobre el pasado regional y de nuestra ciudad en tanto se trata de la época posterior al fin del ciclo de expansión del salitre (18721918). Además, es un territorio escasamente explorado por las ciencias históricas, cuyo conocimiento es fundamental para entender nuestra ciudad y sociedad en el presente. ARQUITECTURA En este contexto, la arquitectura figura como una nueva escritura física que representa los tiempos de la sociedad en el siglo veinte. El edificio del ex Patronato de la Infancia y Gota de Leche expresa un modelo de inmueble que nace para desarrollar funciones específicas. Más allá de su carácter constructivo, representa una transición de estilos clásicos a un orden general que acerca al modernismo. Es parte de los testimonios arquitectónicos de las primeras décadas del siglo veinte, donde sus dos pisos extendidos y enmarcados en una cornisa continua, interrumpida en la esquina, nos dan a entender que es una construcción que se resuelve en tres fachadas. Una por la calle Obispo Labbé y la otra por calle Latorre, donde el encuentro de esquinas truncadas se denomina “ochava”. El volumen de esta cara termina casi en línea recta, junto a los

En el acceso principal aparece en el arco de medio punto del pórtico principal una imagen de una mujer con dos infantes entre sus brazos.

Lo central era evitar la falta de futuros brazos para la industria mediante la profilaxis social y el cuidado médico-sanitario.

cuatro accesos que tiene el edificio. Tiene varias ventanas donde los balcones destacan accesos y la esquina como conjunto, lo que nos remite a la especificidad del funcionamiento que se pensó desde el mismo origen. El diseño de los elementos decorativos reviste un carácter más racional, a excepción del sobre relieve del acceso principal de la esquina ochava, en el cual aparece en el arco de medio punto del pórtico principal una imagen de una mujer con dos infantes entre sus brazos, que es la única excepción no laica de los elementos ornamentales. Esta imagen que domina el acceso principal del edificio

nos remite a la caridad y el asistencialismo, razón de ser del inmueble y la institución. Esta imagen femenina es, desde luego, la antítesis de la construcción de mujer propugnada por movimientos librepensadores, anticlericales o de temprana reivindicación feminista. (*) Mg. en historia. Programa de Doctorado en Historia de la Universidad de Tarapacá. (**) Arquitecto, especialista en patrimonio regional. 1.- Síntesis a partir de los anuarios y almanaques del Patronato Nacional de la Infancia disponibles en www.memoriachilena.cl


El velero Tara recorrió desde Punta Arenas a Iquique en su trabajo de recopilación de datos para estudiar el cambio climático.

Travesía partió en Francia a fines del año pasado y culminó en nuestra ciudad

TARA: Velero que estudia EL CAMBIO CLIMÁTICO estuvo de visita en Iquique Una iniciativa científica a largo plazo que busca monitorear el océano chileno cada cinco años vivió un capítulo en Iquique. El Tara recaló en nuestro puerto a principios de mayo para compartir, en la medida de lo posible, con la comunidad. El barco investiga microorganismos oceánicos como bacterias, hongos y virus, así como algunos crustáceos, contaminantes emergentes como el microplástico, agentes patógenos, metales traza en el océano y el comportamiento de gases de efecto invernadero en continuo, entre muchas otras cosas.

velero

por: Reinaldo Berríos González

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uego de casi tres meses de travesía por el mar chileno, la expedición científica Tara arribó al puerto de Iquique, su última parada en la costa chilena. Los investigadores que viajan en el velero de nombre Tara, combinan la exploración oceanográfica de frontera con la utilización de datos sobre el océano para entender distintos fenómenos, entre

fotos: Gentileza Fondation Tara Ocean El velero Tara zarpó desde el puerto de Lorient, en Francia, a finales del año pasado y su primera parada fue Punta Arenas. ellos el cambio climático, así como también los parámetros fisicoquímicos y la diversidad biológica de los océanos. La expedición, que estuvo a principios de mayo en nuestra ciudad, lleva a bordo un experimento chileno donde distintos investigadores na-

cionales se unieron para medir el CO2 en nuestras aguas costeras. Nayat Sánchez-Pi, directora del instituto francés de investigación en ciencias y tecnologías digitales, INRIA Chile, señaló que “este laboratorio flotante tiene varios años en el mundo de la ciencia y

realiza expediciones alrededor de todo el mundo. Las misiones que realiza las hace en colaboración con la Fundación Tara, de manera tal que se van haciendo muestreos integrales del material genético de los microorganismos que habitan los mares”. INRIA, señaló la científica, es el instituto francés de investigación en ciencias y tecnologías digitales, un

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verdadero referente a nivel mundial, con más de cincuenta años de creación. “Trabajamos con la inteligencia artificial, la simulación, la interacción humano-computador, etc; estamos en Chile desde el año 2012 trabajando en investigación, así como en innovación tecnológica de clase mundial y en proyectos de alto impacto, como es el caso del medio ambiente. Específicamente en este caso -añadió- se trata de una misión que se llama CO2, donde colaboran la Fundación Tara Ocean y el programa CEODOS de Chile; este último es un conjunto de nueve centros chilenos que apoyamos la idea de que este barco pudiera venir también a Chile”. MICROORGANISMOS “La idea de esta misión es que el laboratorio a bordo de Tara, recoja diferentes muestras para entender las características fisicoquímicas de los microorganismos que habitan en el océano. Hay dos objetivos muy importantes que se quieren cumplir con la visita de este barco a Chile: una es cuantificar el Carbono que está siendo fijado por el océano chileno y el rol en el intercambio de gases de

En su visita a Iquique, los científicos que viajan en el velero realizaron una serie de actividades con estudiantes de nuestra ciudad.

La idea de esta misión es que el laboratorio a bordo de Tara, recoja diferentes muestras para entender las características fisicoquímicas de los microorganismos que habitan en el océano. efecto invernadero desde la antártica hasta Iquique. El otro objetivo es mapear la diversidad microbiana y planctónica e identificar las especies que tienen potencial para contribuir de alguna manera a la mitigación del cambio climático”, agregó Nayat. La misión se ha enfocado en estudiar a los microorganismos oceánicos como bacterias, hongos y virus, así

Nayat Sánchez-Pi señaló que la misión se ha enfocado en estudiar los microorganismos como bacterias, hongos y virus.

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como algunos crustáceos, contaminantes emergentes como el microplástico, agentes patógenos, metales traza en el océano y el comportamiento de gases de efecto invernadero en continuo, entre muchas otras cosas. El equipo de científicos, además de analizar las muestras recogidas, pronto iniciarán su secuenciación genómica con ayuda de big data, análisis con modelos matemáticos e inteligencia artificial, cuyos resultados podrían dar nuevas pistas para comprender el impacto del cambio climático en los océanos. El velero Tara zarpó desde el puerto de Lorient, en Francia, a finales del año pasado y su primera parada fue Punta Arenas. ¿Por qué partir por Chile en esta expedición? De acuerdo con el director de Políticas Internacionales de la Fundación Tara Ocean, la costa chilena continental “presenta un gradiente único y extraordinariamente completo de los ecosistemas planctónicos, en diversas temperaturas y

biomas”. Lo que, a su vez, “posibilita un estudio muy completo sobre este microbioma oceánico, que es uno de los aspectos más importantes en el estudio del cambio climático en el mar”. Para la expedición, que inició su trayecto el 13 de febrero en Punta Arenas y desde entonces realizó escalas en Puerto Montt, Talcahuano, Valparaíso y finalmente Iquique, CEODOS recibió el apoyo del Ministerio de Ciencia para estructurar una alianza entre los centros de investigación de excelencia de Chile y los Institutos y laboratorios del innovador programa que ya lleva 15 años de resultados con cerca de 200 científicos y científicas involucrados de países como Francia, España, Italia, Estados Unidos, Bélgica, Japón y Canadá. MINISTERIO Durante su recalada en Iquique, la tripulación del velero y autoridades científicas que colaboran con la misión, recibieron al ministro de


Los datos recopilados en el barco luego son trabajados por científicos del área de la Big Data.

Ciencia, Andrés Couve, para compartir un balance de la iniciativa que reúne a un grupo interdisciplinario de investigadores e investigadoras. Al respecto, Camila Fernández, co-coordinadora de la misión e investigadora de los centros Incar, IDEAL y Copas Sur Austral, destacó que “para la Fundación Tara ha sido fundamental contar con el apoyo del Ministerio de Ciencia. El ministro Couve ha confiado desde el inicio en esta iniciativa nacional para hacer un recorrido integral por el océano costero chileno. La comunidad científica se unió bajo el alero del ministerio

Tara en su paso por el sector de los hielos patagónicos.

Más de tres mil personas compartieron con la tripulación En su recorrido por Chile, la tripulación y el equipo científico de Tara realizó distintas actividades de vinculación con las comunidades a través de visitas virtuales a la goleta y conversaciones remotas con investigadores de los nueve centros nacionales participantes. Durante la expedición, el equipo a bordo realizó webinars y conversatorios que llegaron a casi tres mil personas,

entre ellos más de 1.700 estudiantes de enseñanza básica y media gracias a la co-coordinación del programa Explora a través de sus proyectos asociativos regionales y el apoyo de las Seremi del Ministerio de Ciencia. “En estos encuentros las y los estudiantes hicieron preguntas para inquirir detalles desde cómo ha afectado la pandemia la

actividad a bordo, hasta las opciones que hay para usar los datos recabados por Tara en investigación escolar. Además, pudieron conocer detalles sobre los animales marinos que vieron durante la travesía, las zonas más peligrosas para navegar, o cómo alguien puede sumarse a Tara en futuras expediciones”, explicó Rodrigo Tapia, jefe de la División de Ciencia y Sociedad del Ministerio.

para recorrer Chile de sur a norte junto con el velero y su excelente tripulación, y la seremi han participado también de la logística que significa realizar una expedición como esta en tiempos de pandemia y han sido un apoyo muy importante y entusiasta”. “Estamos terminando una expedición de más de tres meses en Chile que no ha sido simple; la coordinación delicada entre grupos, objetivos, navegando en un mar complejo, lleno de sorpresas, que nos obliga a estar pensando siempre en lo que viene; integrar de la manera más virtuosa posible los datos obtenidos para aportar en la comprensión de la relación entre el microbioma del océano y las condiciones donde vive”, destacó por su parte Alejandro Maass, director del Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile y co-coordinador de la misión CEODOS Chile. Tras la última parada de su trayecto en Chile, el velero seguirá hacia el Canal de Panamá. Durante los próximos dos años, Tara recorrerá las costas del Atlántico Sur, la Antártida, así como gran parte de la costa oeste de África, para finalmente retornar a Francia, su punto de partida. Se trata de una iniciativa a largo plazo que busca monitorear el océano chileno cada cinco años. “Este es el inicio de un proceso transdisciplinario, donde no hay jerarquías disciplinarias, lo que acá importa son las ideas y la cooperación para obtener información de datos relevantes para la comprensión científica, pero también para apoyar políticas públicas con bases cada vez más sólidas y cuantitativas. Estamos viviendo una expedición del siglo XXI, que no ha terminado, es solo el inicio”, añadió Maass.

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María Teresa Zerega, Helados Milano

MARÍA TERESA, DE HELADOS MILANO Iquiqueña se reinventa junto a otras emprendedoras con “Impulso Tarapacá” Ingrid Widerström, María Teresa Zerega y Marisol Marín son tres emprendedoras que han enfrentado en el último año los duros efectos económicos de la pandemia. Sin embargo, gracias a su perseverancia y a la adjudicación de fondos del Plan Impulso Tarapacá, hoy están reactivando sus sueños y proyectos.

E

l “Plan Impulso Tarapacá” de Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi no sólo ha permitido la reactivación de 500 emprendedores y mil empleos locales, sino que también conocer las historias de hombres y mujeres que se aventuraron por la senda del emprendimiento. Ingrid Widerström, María Teresa Zerega y Marisol Marín son tres decididas mujeres que dieron ese paso, un camino que ha significado logros y caídas, aprendizajes y muchos desafíos para posicionar sus microempresas. Otro caso de reactivación de emprendimiento es “Mermeladas Kukuli” de Ingrid Widerström quien lidera este negocio. Esta MiPymes beneficiada por “Impulso Tarapacá” es titulada de educación parvularia y con varios años de ejercicio profesional; no estaba en sus planes ser empren-

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dedora, pero una aflicción congénita en su visión le impidió seguir ejerciendo. “En 2017, tuve que dejar de ejercer y me di cuenta que había algo que sabía hacer desde siempre, que son las mermeladas. Son 100% naturales, usando una receta tradicional que aporta un sabor casero”, comenta. Su decisión de reinventarse dio resultados, pues “Kukuli” es hoy una marca local reconocida, que pese a sufrir los efectos del Covid-19 con una importante baja en las ventas, está actualmente reimpulsando su comercialización. “Helados Milano” es un negocio ícono de Iquique, iniciado por Renato Zerega hace 51 años y actualmente administrado por su hija María Teresa. Con cinco décadas de historia, esta empresa elabora productos de la gelatería italiana, pero privilegiando sabores frutales locales y otros de


creación propia. María Teresa reconoce que la pandemia es uno de los momentos más difíciles que ha enfrentado, con grandes pérdidas en ventas: “nos tuvimos que reinventar, vendiendo por redes sociales y ahora con el aporte de Collahuasi invertimos en un batidor industrial, materias primas e insumos para profesionalizar nuestros procesos”. Marisol Marín es también otro ejemplo de tesón. Comenzó con un local de fotocopiado e internet que transformó en el conocido y popular “Cyber de los Amigos” instalado en pleno centro de Iquique. Pero no se quedó allí, el Cyber creció e instaló una cafetería para potenciar al negocio. No obstante, el Covid-19 puso a prueba su inventiva y decidió dar la pelea. “Teníamos dos caminos: quedarnos paralizados o reinventarnos. Optamos por reinventarnos a través de la cocina biodinámica, un proyecto que propone preparar los alimentos frente a los comensales para garantizarles un cuidado sanitario y una correcta manipulación”, explica con orgullo. Actualmente, el “Plan Impulso Tarapacá” está implementando dos nuevas líneas de apoyo para los emprendedores locales, con un fondo concursable que está destinado al emprendimiento e innovación, para quienes necesiten hacer una reconversión productiva, es decir, cambios significativos en su negocio, o quieren emprender con un nuevo proyecto. Así también, un fondo que apoya-

Carolina Catalán en su emprendimiento el Cyber de los Amigos

Actualmente, el “Plan Impulso Tarapacá” está implementando dos nuevas líneas de apoyo para los emprendedores locales, con un fondo concursable que está destinado al emprendimiento e innovación. rá con infraestructura y mobiliario, construido con madera reutilizada y bajo una lógica de economía circular, para que restaurantes y comercios puedan volver a operar con las medidas sanitarias necesarias, en las caletas del Borde Costero y Pica.

Ingrid Widerström propietaria de Mermeladas Kukulis

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La red Sipan involucra dos sistemas productivos tradicionales presentes en la Macrozona Altoandina del país, correspondientes al sistema agrícola en terrazas y eras de cultivo.

El resguardo del PATRIMONIO AGRÍCOLA ALTOANDINO y los desafíos para su conservación En la actualidad podemos identificar un conjunto de procesos que, en su interacción, están generando una serie de riesgos y amenazas sobre aquellos sistemas productivos tradicionales que representan la herencia cultural de las comunidades campesinas e indígenas.

Sin embargo, son precisamente estos sistemas, los que nos están entregando respuestas de adaptación y resiliencia a estos cambios globales.

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rocesos como la industrialización alimentaria, los eventos asociados al cambio climático, el envejecimiento de la población rural y el abandono de estos espacios por parte de las generaciones jóvenes, sumado a servicios de asistencia técnica agrícola con escasa pertinencia cultural y territorial, se han posicionado como factores cruciales que

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por: Carlos Pallacan Manque (*) han desencadenado una constante disminución de la diversidad agrícola presente en los espacios rurales, de los sistemas de conocimiento y valores propios de las comunidades campesinas y/o indígenas, así como el uso de tecnologías desarrolladas

a partir del conocimiento tradicional que permitieron a estas comunidades, desarrollar y mantener la actividad agrícola desde hace miles de años a la actualidad. A raíz de estos fenómenos multiescalares, la Organización de las Naciones

A la fecha, FAO ha reconocido 62 sitios SIPAM en el mundo, de los cuales solo 4 se encuentran en América Latina, y 1 en Chile (Archipiélago de Chiloé).

Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), desde el año 2002 impulsa el Programa Sistemas Importantes para el Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), con el objetivo de identificar y reconocer aquellos “sistemas de uso de la tierra y paisajes extraordinarios ricos en diversidad biológica de importancia mundial que evolucionan a partir de la coadaptación de una comunidad con su medio ambiente, sus


“Se considera encaminar un proceso de transición agroecológica que mediante la elaboración y aplicación de bioinsumos, logre aumentar la fertilidad del suelo y la optimización del agua, como también, avanzar en el control de plagas y enfermedades para proyectar una producción agrícola de carácter sostenible”. necesidades y aspiraciones de desarrollo sostenible”. Desde ese entonces, es que la relación de este programa con nuestro país tiene su punto de encuentro en el archipiélago de Chiloé, puesto que las comunidades chilotas vieron en este programa una vía que permitiera generar acciones para el resguardo de su sistema agrícola tradicional, el cual combina de manera ingeniosa las labores agrícolas, ganaderas, forestería, pesca y recolección de orilla, permitiendo después de un largo proceso impulsado por el Centro de Educación y Tecnología (CET Chiloé), que el año 2012 fuese reconocido este territorio, como el primer y único sitio nacional hasta ahora por parte de FAO bajo la categoría de SIPAM.

MACROZONAS Fue a partir de la experiencia obtenida en Chiloé, que, el Ministerio de Agricultura escaló esta mirada de conservación sobre aquellos sistemas productivos tradicionales, hacia una política pública que pudiese identificar y generar acciones de resguardo sobre otros sistemas productivos con características similares en el resto del país. Para ello, mediante el apoyo del Fondo Mundial del Medio Ambiente (GEF) se permitió identificar dos macrozonas con condiciones asociadas a los criterios SIPAM (ver tabla) con el fin de trabajar en conjunto a las comunidades locales, hacia un futuro reconocimiento internacional. Ambas macrozonas, que actualmente conforman la Red de Sistemas Importantes

Entre las comunas priorizadas, se encuentran Huara, Camiña, Colchane y Pica en la región de Tarapacá.

del Patrimonio Agrícola Nacional (SIPAN), involucran a dos sistemas productivos tradicionales presentes en la Macrozona Altoandina del país, correspondientes al

Estrategias de mercado Otra de las líneas de acción asociada a la iniciativa Red SIPAN, busca identificar aquellos productos o servicios asociados a estos sistemas productivos que tengan una potencialidad de encadenamiento comercial, para establecer posteriormente, espacios de formación y capacitación que permitan desarrollar un conjunto de estrategias de negocios con pertinencia cultural para que los productores, productoras u organizaciones, asociaciones o cooperativas que forman parte de estos sistemas

tradicionales, puedan acceder a mercados diferenciados en donde se reconozca a estos productos o servicios, como parte de sistemas agrícolas o ganaderos con un alto valor cultural. Sin embargo, durante el transitar de esta iniciativa, se han podido reconocer una serie de brechas que actualmente impiden a las y los productores locales, acceder efectivamente a nuevos y mejores mercados, que van desde los obstáculos administrativos para la formalización comercial, la carencia de

infraestructura básica en localidades rurales aisladas, como es la disponibilidad de agua potable o el saneamiento que impide la obtención de resolución sanitaria, o los bajos conocimientos en materia de alfabetización digital que permitan a las comunidades locales interiorizarse en las nuevas herramientas y plataformas para la comunicación y comercialización a distancia. Desde ahí, es que la articulación inter-institucional y los procesos de gobernanzas locales se tornan clave para avanzar en la resolución de estas brechas.

sistema agrícola en terrazas y eras de cultivo emplazado generalmente en los territorios de quebradas y precordillera; y el sistema de ganadería camélida presente en los humedales altoandinos del piso altiplánico. En cuanto a las comunas priorizadas, se reconoce una franja que involucra las comunas de General Lagos y Putre en la región de Arica y Parinacota; Huara, Camiña, Colchane y Pica en la región de Tarapacá; Calama (sector Alto El Loa) y San Pedro de Atacama en la región de Antofagasta. Por su parte, en el sur del país, se identifica un territorio asociado a la Macrozona Cordillera Pewenche que involucra a las comunas de Alto Biobío en la región de Biobío, y Lonquimay, Melipeuco y Curarrehue en la región de La Araucanía, asociado a un sistema productivo diverso que combina la interacción

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entre la huerta mapuche, la recolección de productos forestales no madereros y ganadería a través de sistemas de verandas. Con un período de duración de cinco años (2018-2023), la iniciativa Red SIPAN busca posicionar la relevancia del resguardo y conservación de la agrobiodiversidad, mediante una producción sostenible que le permita otorgar un valor añadido a la producción local mediante la articulación de mercados locales y regionales, como también, avanzar a un proceso de institucionalización y gobernanza de este enfoque, con la finalidad de que los distintos organismos del Estado y de la sociedad civil que generan acción en estos territorios, consideren la mirada del programa SIPAM en sus distintos programas, proyectos o líneas de acción y/o financiamiento. AGROBIODIVERSIDAD El arqueólogo tarapaqueño, Lautaro Núñez, en sus diversas investigaciones ha señalado que los orígenes

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de la agricultura en el norte del país se remontan a una data cercana a los 500 a.C., mediante la identificación de sitios arqueológicos con presencia de especies asociadas al maíz, papa, (chuño), ají, pallares, quinua, variedades de cucurbitáceas, como también de especies arbóreas como algarrobo y chañar, de las cuales, además, se ha identificado hallazgos de elaboración de harinas. Especies como estas, sumado a otras que se fueron adaptando en el tiempo a las condiciones edafoclimáticas de este territorio, y que actualmente son preponderantes para la dinamización de la economía local de las distintas comunidades campesinas e indígenas asociadas a los pueblos aymara, quechua y lickanantay, son las que se buscan conservar y fomentar su producción mediante la iniciativa Red SIPAN. Para ello, a través de la vinculación con el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), quien es ejecutor

de esta iniciativa ministerial y su Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI), se ha permitido establecer una red de predios pilotos que reúnen estas condiciones con el objetivo de avanzar mediante la elaboración e implementación de planes de manejo, hacia un proceso de conservación dinámica que permita interactuar los distintos sistemas de conocimiento asociados a los prácticas tradicionales propias de las comunidades y el conocimiento técnico desde una perspectiva agroecológica. Desde allí, se busca reconocer dentro de la agrobiodiversidad presente en estos sitios, distintos ecotipos, razas o variedades locales que sean adaptables o resistentes a eventos cada vez más frecuentes como heladas o sequías, o con mayor potencialidad para la producción de carne o fibra en el caso de la ganadería camélida. De igual forma, se pretende avanzar hacia la restauración de agroecosistemas complejos acordes a los principios SIPAM,

y que fueron parte del común de los sistemas agrícolas de las comunidades indígenas presentes en la Macrozona Altoandina, es decir, con una gran diversidad de especies y sin aplicación de insumos químicos. Para ello, se considera encaminar un proceso de transición agroecológica que mediante la elaboración y aplicación de bioinsumos, logre aumentar la fertilidad del suelo y la optimización del agua, como también, avanzar en el control de plagas y enfermedades para proyectar una producción agrícola de carácter sostenible, arraigada a las prácticas tradicionales y cultura ancestral, y por consecuencia, diferenciada de los sistemas productivos convencionales. (*) Geógrafo (PUCV) y Magister en Desarrollo Rural (Universidad Austral de Chile). Coordinador de la iniciativa Red SIPAN de FAO en la Macrozona Altoandina e investigador asociado del Centro Interdisciplinario de Estudio de Territorios Litorales y Rurales (CIET-LR).


La relevancia de las gobernanzas locales Avanzar hacia un efectivo cambio de paradigma sobre la mirada de estos sistemas productivos que históricamente han sido invisibilizados desde la institucionalidad pública, con miras de apuntar a un reconocimiento internacional como son los SIPAM, requiere el compromiso de múltiples actores. Para ello en cada comuna, la iniciativa Red SIPAN se encuentra propiciando espacios de diálogo en conjunto con los municipios denominados Comités Locales SIPAN, en los cuales se invita a participar a aquellos actores claves asociados a estos sistemas, desde cooperativas o asociaciones productivas, representantes de las Áreas de Desarrollo Indígena de CONADI, productores y productoras representantes de Consejos Asesores de Área y/o de la Mesa de la Mujer Rural de INDAP, entre otros, con el fin de proyectar un trabajo que permita plasmar los

principios del programa SIPAM en los territorios, y avanzar en las distintas brechas que actualmente cuentan los productores y productoras agrícolas y ganaderos. A su vez, en la esfera institucional, se han conformado mesas de trabajo correspondientes a Comités Regionales SIPAN, liderados por los respectivos SEREMIS de Agricultura de cada región, en las cuales se convoca a los distintos servicios del agro, como de otras instituciones afines a estos temas, para avanzar en una mirada cohesionada sobre la relevancia de la conservación de los sistemas agrícolas y ganaderos

tradicionales e integrada a los distintos instrumentos del sector público, como son los planes, programas o iniciativas de financiamiento que se ejecutan en estos territorios. Finalmente, el sector académico y de las ONG’s es otro conjunto de actores territoriales necesarios de integrar, y para ello se han establecido acercamientos con instituciones regionales como la Universidad Arturo Prat, Universidad de Tarapacá y la Fundación para la Superación de la Pobreza con el propósito de levantar distintas necesidades de investigación desde las propias comunidades asociadas a dimensiones productivas y/o culturales para que sean

canalizadas mediante procesos de investigación como tesis de pregrado o prácticas profesionales. De esta manera, a partir de la coordinación y articulación de las distintas dimensiones que aborda la iniciativa Red SIPAN, como es la gestión de la agrobiodiversidad, de las economías locales, de la institucionalidad y del conocimiento, se busca encaminar un fortalecimiento y empoderamiento de las comunidades e instituciones locales y regionales en miras de apuntar al reconocimiento internacional de este territorio altoandino como un Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial, SIPAM.

Criterios para el reconocimiento de un territorio como sipam Seguridad alimentaria y de los medios de subsistencia

El sistema candidato a patrimonio de la agricultura contribuye a la seguridad alimentaria y al sustento de las comunidades locales (a menudo indígenas), representando la fuente principal de ingresos de la comunidad

Bioseguridad y función ecosistémica

Estos sistemas cuentan con biodiversidad agrícola y recursos genéticos (especies, variedades y razas) importantes a nivel mundial, así como otras formas de biodiversidad, tales como variedades silvestres afines a los cultivos, polinizadores y fauna asociada con el sistema agrícola y el paisaje que lo rodea.

Sistemas de conocimiento y tecnologías adaptadas

Los SIPAM son un conjunto de prácticas y de sistemas de conocimiento, tecnologías, habilidades, tradiciones, creencias y valores, propios de las comunidades agrícolas.

Cultura, sistemas de valores y organizaciones sociales (Agri-cultura)

Los SIPAM son sistemas regulados por fuertes valores culturales y las formas colectivas de organización social, incluyendo las instituciones tradicionales para el manejo agroecológico, cuadros normativos para el acceso a los recursos y la distribución de beneficios, sistemas de valores, rituales, etc.

Paisajes excepcionales, características del manejo de los recursos de tierras y aguas

Las características del paisaje son el resultado de la gestión humana, que con el tiempo ha proporcionado soluciones particularmente ingeniosas o prácticas que han resuelto problemas ambientales o sociales

Para mayor información sobre las características y criterios se pueden encontrar en el sitio de FAO: http://bit.ly/agriFAO

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MUYURI TARAPACA: Economía Circular desde el origen, en simple y para todos Durante los días 26 al 28 de mayo de 2021 la Universidad Santo Tomas y el proyecto Muyuri serán parte del Seminario Internacional: Transformación Digital Para Ciudades Circulares organizado por el Centro de Innovación y Economía Circular de Iquique, que cuenta con el apoyo del Gobierno Regional, Consejo Regional y Corfo Tarapacá. Raúl Saavedra, director de Muyuri Tarapacá.

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a Universidad Santo Tomás, durante el 2020 en Tarapacá, con el apoyo de los Fondos de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional (FIC 2019), ejecuta el proyecto “Transferencia Red de Modelos de Negocios Circulares”, el que luego simplificó su nombre a Muyuri Tarapacá, en honor a la circularidad presente en la cosmovisión de los pueblos originarios y que significa “que gira”. “Es muy común encontrar nombres o siglas más complejas, pero nos dimos cuenta que era importante poner en valor la pertinencia territorial, acercar el proyecto a la comunidad. Simplificar… como lo hacían nuestros pueblos originarios que hasta el día de hoy nos siguen enseñando desde la grandeza de la simpleza, recordándonos la importancia de volver al origen como la economía circular” comenta Raúl Saavedra, académico de la casa de estudios y director de Muyuri Tarapacá. En simple, Muyuri busca acercar el concepto de Economía Circular, derribar mitos, despejar dudas y hacerlo cercano a los ambientes de desarrollo. Esto permitirá crear pensamiento crítico ante los futuros proyectos en la materia que se vislumbran para Tarapacá, permitiendo

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así asegurar un mejor escenario que asegure el éxito de este modelo. En ese sentido, en el mes de febrero Muyuri certificó a los primeros 30 Consultores en Economía Circular, quienes pudieron acceder de manera gratuita al curso “Economía Circular, generación de modelos de negocios circulares”. Con 40 horas académicas, se convirtieron en los primeros asesores en economía circular preparados íntegramente en Tarapacá. Saavedra, explica que a finales de mayo de 2021 se inicia la segunda etapa, en la que se busca que los nuevos consultores puedan colaborar en 30 empresas regionales que sean parte de los gremios con los que se ha estado desarrollando acercamiento. Por su parte el presidente de Consejo Regional de Tarapacá, Rubén Berríos, destacó el proyecto y aseguró que “desde nuestra perspectiva como consejeros regionales, nos sumamos a la globalidad del desarrollo de proyectos de economía circular, con una mirada sustentable y amigable con el medio ambiente. Estos proyectos son estrategias de presente y futuro, de las cuales nuestra región no debe restarse


y debemos sentirnos orgullosos de ser parte de este tipo de iniciativas. Definitivamente, tenemos en la región, un capital humano determinante en nuestras universidades, y como Consejo Regional, nos integramos a través del impulso a estas propuestas, generando un círculo virtuoso”.

El mismo idioma Muyuri no sólo busca evolucionar los modelos de negocio hacia la circularidad, busca también incorporar este conocimiento en las nuevas generaciones. Por ello, en una tercera etapa, planifican acercarse a la comunidad escolar secundaria. “Entre junio y julio iniciaremos trabajos con alumnos de educación media y universitarios, queremos que puedan plantear ideas y desafíos a través de la economía circular. Tenemos contemplados algunos estímulos para motivar a estas nuevas generaciones que de alguna manera ya están más familiarizados con estos conceptos, pero aún así, están siempre dispuestos a ir más allá. Queremos fortalecer y desarrollar masa crítica en las nuevas generaciones. Que nos desafíen”. En ese sentido además es necesario, según co-

menta Saavedra, la transmisión del conocimiento a los funcionarios públicos entregándoles herramientas y capacitaciones que puedan, en un futuro, convertirse en criterios de evaluación para proyectos de fomento productivo. “Si queremos avanzar en el establecimiento del modelo de Economía Circular debemos mantener una especie de cancha pareja en el conocimiento. No sacamos nada con que algunos hablen inglés y otros alemán, por explicarlo de alguna manera… Ninguno se entenderá y no llegaremos a puntos de encuentro para avanzar. Además, queremos que se identifiquen y conozcan ejemplos concretos y exitosos de este modelo. Seguiremos realizando encuentros con personas destacadas internacionalmente a las que hemos accedido gracias al fortalecimiento que ha tenido la construcción de la Red de Economía Circular Muyuri”, explicó. Durante los días 26 al 28 de mayo de 2021 la Universidad Santo Tomas y el proyecto Muyuri serán parte del Seminario Internacional: Transformación Digital Para Ciudades Circulares organizado por el Centro de Innovación y Economía Circular de Iquique, que cuenta con el apoyo del Gobierno Regional, Consejo Regional y Corfo Tarapacá.

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Los estudios de ensambles de peces han revelado vínculos más fuertes entre las Islas Desventuradas y las del Pacífico oeste más que con la costa de Sudamérica. Foto: Iván Hinojosa.

Como consecuencia del cambio climático entre Rapa Nui, Salas y Gómez/Juan Fernández, Desventuradas

Científicos de Ceaza analizan cambios en la conectividad entre TERRITORIOS INSULARES

U

n reciente trabajo de investigación sugiere que la migración hacia el sur del anticiclón del Pacífico, el calentamiento de la superficie del océano y su desoxigenación, junto a cambios en otros eventos físicos y biológicos, provocados por las modificaciones que está sufriendo el clima, podrían influir en el incremento de la conectividad física entre la Isla Sala y Gómez y Rapa Nui; y entre los archipiélagos Juan Fernández y de las Desventuradas. “Los estudios de ensambles de peces han revelado vínculos más fuertes entre las Islas Desventuradas y las del Pacífico oeste más que con la costa de Sudamérica. Por lo tanto, las Islas Desventuradas parecen estar vinculadas a la Isla Salas y Gómez y más allá

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texto y fotos: CEAZA (*) de Rapa Nui, por medio de una extensa cadena de montes y volcanes submarinos que parten frente a Perú con la dorsal de Nazca y continúan con la dorsal de Salas & Gómez hacia el oeste, formando una cordillera submarina que podría actuar como un corredor biológico, facilitando la conectividad entre sistemas insulares”, se explica en el estudio. El hecho pareciera netamente científico, pero cambia su cariz cuando se sabe que la ecorregión de Isla de Pascua, que comprende la zona económica exclusiva de Rapa Nui e Islas Sala y Gómez, se encuentra en las aguas más oligotróficas o con bajos contenidos de nutrientes y escasas probabilidades de sostener la vida del Pacífico. Por el contrario, las Desventu-

radas y el Archipiélago de Juan Fernández están conectadas a las regiones más productivas -en términos de vida natural- en el planeta, que son las zonas costeras de Chile asociadas al gran ecosistema de la Corriente de Humboldt. El doctor Boris Dewitte, oceanógrafo físico de CEAZA y autor principal de la publicación, señala que aún se debe estudiar qué tipo de influencia terminará recibiendo cada región en el futuro, es decir, si las más productivas reducirán su riqueza; o si será a la inversa o se producirá un equilibrio entre ellas. “Aún debemos evaluar esto con modelos de alta resolución que se están desarrollando. De hecho, existe la posibilidad de que en el futuro se generen nuevas zonas o áreas de retención, similares a barreras,

que pueden favorecer el desarrollo del ecosistema marino. Además, a pesar de que el océano a nivel global pierde oxígeno, existe la posibilidad de que las zonas de mínima de oxígeno (áreas de las costas oeste de los continentes de la Tierra, con baja presencia de este elemento químico), como la que existe frente a Chile, se oxigenen más por procesos de ventilación de las aguas de superficie, es decir, que el océano pierda oxígeno donde estaba bien oxigenado y se oxigene donde no lo estaba”, explica el investigador. FALTA DE OXÍGENO Uno de los aspectos que preocupa a los científicos es la probabilidad de que el calentamiento global y la pérdida de oxígeno del océano reduzcan el índice metabólico de las


Preocupa a los científicos la probabilidad de que el calentamiento global y la pérdida de oxígeno del océano reduzcan el índice metabólico de las especies marinas. Foto: Jaime Aburto.

El doctor Dewitte plantea que se necesitan modelos de pronóstico a más alta resolución, que permitan analizar lo que ocurre en estos sectores del Pacífico. Foto: Ceaza.

especies marinas (el mínimo de oxígeno que necesita un organismo para sobrevivir) bajo su requerimiento básico para una actividad biológica sostenida. En ese escenario, el estudio establece que el océano ya no sostendría el metabolismo aeróbico activo y, por extensión, la persistencia de poblaciones de especies en esos ecosistemas marinos, a largo plazo. Al respecto, el doctor Dewitte señala que la desoxigenación tiende a ser más intensa en subsuperficie

o bajo la capa superior del océano, entonces las especies bentónicas (del fondo marino), que tienen menos movilidad que las especies pelágicas (de la columna de agua), se verían impactadas por esta situación. En tanto, la subida de la temperatura en la capa superior debería impactar más las especies pelágicas (que viven alejadas de la costa), lo que podría provocar su migración hacia sectores menos cálidos, con el consecuente impacto en la cadena alimenticia y la biodiversidad.

Sin embargo, todavía no es posible determinar con claridad si esto ocurrirá, por la misma falta de información que existe del sector estudiado. “Aún existen muchas brechas en nuestro conocimiento debido a la falta de datos y variaciones en los modelos climáticos, que sobreestiman la realidad. En este sentido los modelos climáticos usados para predecir el futuro del clima tienen las variaciones más fuertes en la parte oriental del Pacífico, en particular a lo largo de la costa de Perú y Chile”, explica Dewitte. El investigador añade

que se necesitan desarrollar modelos de pronóstico a más alta resolución, que permitan ver en detalle lo que ocurre en estos sectores específicos del Pacífico, junto con un sistema de observación más denso (ej: mayor número de boyas en el mar con instrumentos de monitoreo), junto a una mayor cantidad de investigación multidisciplinaria que permita conocer la adaptabilidad de las especies marinas de esa zona a las nuevas condiciones físicas y químicas. También advierte que es necesario mantener estos esfuerzos durante décadas para poder evaluar la efectividad de los modelos en simular tendencias debidas a los forzantes antropogénicos. Nota al pie de página: Junto al doctores Dewitte y Gaymer trabajaron en la iniciativa sus colegas Carlos Conejeros (LEGOS, Francia), Marcel Ramos (UCN–ESMOI), Luis Bravo (UCN–ESMOI), Véronique Garçon (LEGOS, Francia), Carolina Parada (UdeC–IMO), Javier Sellanes (UCN–ESMOI), Ariadna Mecho (ESMOI– LSCE), Práxedes Muñoz (UCN–ESMOI). (*) Artículo publicado en la página web del CEAZA, Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas.

Áreas marinas protegidas de Chile podrían sufrir cambios a futuro Se debe recordar que Chile mantiene varias áreas marinas protegidas de gran escala alrededor de las islas oceánicas, los parques marinos Nazca-Desventuradas, Motu Motiro Hiva y Mar de Juan Fernández, y el Área Marina Protegida de Múltiples Usos Rapa Nui. Las cuatro áreas de gran escala totalizan más de 1,2 millones de km2 de protección dentro de la

zona económica exclusiva. “Los cambios futuros en los ecosistemas son muy importantes para el funcionamiento de las áreas y los objetivos de conservación para los que fueron propuestas”, afirma el doctor Carlos Gaymer, investigador de la UCN, director del Núcleo Milenio ESMOI y otro de los autores del estudio.

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Dos o tres veces superiores a las reportadas

Las muertes por COVID-19 a nivel mundial serían entre 6,8 y 10 millones La agencia de la ONU para la salud observa que, además, un 90% de países reportan interrupciones en los servicios de salud esenciales y un 3% de los hogares gastaron más del 25% de su presupuesto en atención sanitaria en 2015. Pero no todos los datos son negativos, la esperanza de vida global al nacer ha aumentado de 66,8 años en el año 2000 a 73,3 años en 2019.

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a Organización Mundial de la Salud estima que el número real de muertes por coronavirus es dos a tres veces superior a los 3,4 millones de fallecimientos notificados actualmente a la agencia, según explica el informe sobre las Estadísticas Sanitarias Mundiales 2021 publicado a mediados de mes. Es decir, las cifras reales de fallecidos podrían estar entre los 6,8 y los 10 millones. A 31 de diciembre de 2020, las estimaciones preliminares sugieren que el número total de muertes mundiales atribuibles a la pandemia de COVID-19 en 2020 fue de al menos tres millones, lo que representa 1,2 millones de muertes más que los 1,8 millones notificados oficialmente. La Organización destaca que la pandemia de COVID-19 supone una importante amenaza para la salud y

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el bienestar de la población a nivel mundial y obstaculiza los avances en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y otros programas ligados a la agencia. El coronavirus afecta de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables, y corren mayor riesgo de contraerlo quienes viven en entornos superpoblados. Además, el estudio apunta que la falta de desglose de los datos favorece la desigualdad de los resultados sanitarios, ya que solo el 51% de los países incluyen datos desglosados en sus informes estadísticos nacionales. Así, con un 90% de países que reportan interrupciones en los servicios de salud esenciales y un 3% de los hogares que gastaron más del 25% de su presupuesto en atención sanitaria en 2015, la cobertura sanitaria universal corre mayor riesgo de quedarse rezagada.


En los asentamientos costeros conviven la pesca artesanal, las actividades portuarias para embarque de minería metálica y no metálica, transporte aéreo civil y militar, turismo y actividades industriales de pesca y minería.

El caso de los asentamientos del borde costero

TERRITORIOS DE CASTIGO SOCIAL en los límites de la región de Tarapacá “El abandono institucional y estatal que viven dichas localidades muestra cómo la exclusión no sólo se vive entre la capital y En consecuencia, el borde costero ha sufrido una constante indiferencia, que se observa en la realidad de cientos de viviendas y barrios construidos por los habitantes locales, que actualmente son definidos por las autoridades como “ilegales”, estado que los mantiene sin acceso a la red pública de agua potable, alcantarillado y electrificación”.

las regiones del país, sino también dentro de las mismas comunas.

por: Bosco González, Diego Jiménez y Alexandra Gómez (*)

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l sur de Iquique existen 140 kilómetros de costa antes de llegar a la región de Antofagasta. En esta extensión es posible apreciar el emplazamiento de diversos asentamientos costeros donde numerosas familias viven en torno a una economía ligada a los productos marinos y otras actividades asociadas. Muchas de estas familias han tenido que desplegar enormes esfuerzos para sobrevivir y habitar en el marco de una adversidad que no está necesariamente asociada a la adversidad del clima y las condiciones geográficas; más bien se trata

de ingratitud y desatención estatal. Territorios que sobreviven en los márgenes de una región muchas veces ingrata con sus límites, constituyéndose en zonas de castigo más que territorios para habitar siguiendo algunos de los planteamientos de Tijoux (2021), quien refiere la existencia de una suerte de pedagogía del castigo que se ha expandido como mancha de aceite en algunos lugares del país. Un análisis comparado entre los indicadores micro censales de estos asentamientos y los valores promedio de la comuna de Iquique, exhiben las

condiciones precarias de habitabilidad como lo es la carencia de servicios básicos de agua y saneamiento, a lo cual se suman problemas asociados a la cobertura en materia educacional, como también sanitaria. Sin duda, estas cuestiones permiten evidenciar la dinámica de poblamiento de estas localidades, donde en promedio no viven más de 140 personas, existiendo asentamientos donde habitan 20 personas. Además, se suma un evidente patrón de envejecimiento poblacional. Es posible apreciar una cierta relación entre los indicadores de peores

condiciones de habitabilidad y mayor concentración de población indígena y migrante, cuestión que abordaremos con más detalle más adelante. Y que de alguna manera permite exponer algunas hipótesis provisorias que plantean la forma en que se producen territorios de exclusión, invisibilización y abandono de poblaciones indígenas y migrantes empobrecidas, considerando que la producción social del territorio no es neutra (Raffestin, 1980), siendo así el espacio resultado y condición de las relaciones sociales de producción, el cual a su vez es apropiado y dominado por grupos y clases sociales (Lefebre,1991).

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Del sur de Iquique a Caleta Chipana: Abandono del borde costero regional Como se mencionó anteriormente, las localidades y familias que habitan el borde costero han sufrido de una constante indiferencia; es escaso encontrar estudios sobre sus realidades sociales, sin embargo, Guerrero (1993 y 2016) da cuenta de la baja capacidad de las entidades públicas para hacer frente a las severas necesidades de la población costera y para tomar un rol en las tensiones producidas por un aumento en la demanda de la apropiación del territorio costero. En ese sentido, si delineamos la diversa gama de actividades que se presentan a lo largo de este territorio y que conviven con los asentamientos costeros, vemos la presencia simultánea de la pesca artesanal, una actividad tradicional de la zona, las actividades portuarias para embarque de minería metálica y no metálica, transporte aéreo civil y militar, turismo y actividades industriales de pesca y minería. Guerrero (2016) apunta una clasificación ilustrativa realizada por el “Diagnóstico microzonificación de usos

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del borde costero”, la cual describe la costa sur a Iquique de acuerdo con las siguientes zonas: La primera hasta Playa Quinteros, destacándose la actividad portuaria, pesca artesanal, turismo, hospedaje y gastronomía. Uso residencial y recreacional, además de infraestructura vial y portuaria. Luego hasta Punta Lobos, donde se señala una función productiva, con centro en la actividad industrial y portuaria. Aquí se realiza el desembarco de minerales provenientes de la provincia del Tamarugal, y se embarcan productos hacia destino internacional. Hay presencia de minero ductos conectados a faenas mineras y constante transportes de camiones de carga. Por último, hasta el límite con la Región de Antofagasta. Este sector es eminentemente pesquero artesanal, aun así, esta franja se encuentra cubierta por un gran número de concesiones mineras en exploración entre San Marcos y Chipana (Guerrero, 2016) En los últimos años, teniendo en cuenta la diversidad de actividades y usos del espacio, ha tenido lugar un aumento

de tensiones entre agentes económicos y sociales. Así, la proyección de Guerrero (1993, 2016) indica que esta tendencia a diversificar las actividades incrementaría en los próximos años las disputas por el uso del espacio costero. (Guerrero) parece mostrar certeza al corroborar la participación de estos asentamientos costeros en las jornadas de protesta del año 2019, además de las últimas movilizaciones locales por demandas sociales durante el 2020 y en marzo del 2021. La población dedicada a rubros artesanales en el mar de estas localidades ha desarrollado características importantes, la estabilidad y antigüedad ocupacional en esta área ha redundado en una mayor consolidación de sus prácticas laborales, lo que fortalece la construcción actual de su identidad cultural. Incluso, poblaciones provenientes de otros sectores ocupacionales se han convertido con el tiempo en trabajadores del mar tras el cese de sus ocupaciones originales, y otros locales han renovado su oficio integrando el turismo y la gastronomía, coincidiendo de esta manera con aquella hipótesis relacionada con pensar los limites regionales

como zonas de relegación, exclusión y castigo. En suma, como se aprecia en el Grafico 1, desde el año 2002 al 2017 es posible notar cambios demográficos en ciertas localidades, algunas de las cuales han disminuido su población y otras han aumentado sus habitantes como es el caso de Los Verdes, Chanavayita, Caramucho y Caleta San Marcos, lo cual sugiere la importancia de fortalecer la cobertura de bienes societales en dichas localidades. (Ver gráfico 1) Por otro lado, es relevante visualizar el fenómeno de la migración estacional que viven actualmente las familias o algunos miembros de ellas, tendiendo a establecerse en las caletas, pero manteniendo viviendas en la ciudad de Iquique, desde donde se desplazan periódicamente con fines productivos, educativos, etc. En ese sentido, si bien Guerrero (2016), refiere el mejoramiento de los niveles de educación familiar, nos parece importante mencionar la escasez de infraestructura básica para el desarrollo educativo de la población costera, considerando que solo Caleta Chanavayita y Caleta San Marcos poseen establecimientos educacionales, los cuales solo dan cobertura a la educación básica. Hacia Iquique, la capital de la comuna, miran los caleteros a la hora de buscar la oportunidad de educación. Pero la experiencia de migrar a Iquique, trastoca la integración familiar y sea que se muden solos o acompañados de uno de sus padres, no es una experiencia fácil. La construcción de establecimientos de educación en estas localidades es una necesidad apremiante para brindar al desarrollo local de esta población, la oportunidad


Los autores de este estudio estiman como relevante visualizar el fenómeno de la migración estacional que viven actualmente las familias o algunos miembros de ellas. Foto: Franco Miranda

de no verse obligados a desprenderse de su territorio en busca de educación u otras necesidades, y es un apremio emocional para las generaciones de niños y jóvenes, como puede apreciarse en lo señalado por un poblador de Chanavayita: “A mí, por ejemplo, me hubiera gustado, si tú me preguntas en estos tiempos, me hubiera gustado haber seguido acá porque yo ahora que volví pa acá fueron muchas amistades que se perdieron, que no sé dónde se fueron. O hay muchos amigos con los que uno ya no tiene el mismo lazo que teníamos antes; antes éramos yuntas, pero uno se va y uno pierde muchas amistades, mucho, muchos lazos”. PRECARIEDAD Al salir de Iquique por la Ruta 1 en dirección a Antofagasta, es posible apreciar un monumento a la Virgen del Carmen, de forma aledaña se encuentran el sector Lobito y Punta Gruesa, no muy lejos de Iquique, pero donde es impresionante el aumento abrupto de la precariedad habitacional, registrándose

que el 67% de las viviendas son catalogadas como mediaguas o chozas en el caso de Lobito, y 47% en Punta Gruesa (INE, 2017). Respecto a este primer sector, es ilustrativo comprobar que mientras las viviendas de materialidad aceptable representan el 70% del total de viviendas en la comuna de Iquique, las localidades costeras en promedio solo registran un 13%, cuestión que se agrava en Lobito y Zermeño donde ninguna de las viviendas es considerada aceptable. La precariedad habitacional es patente y visible, cuestión que es refrendada por los datos expuestos para el caso de Punta Gruesa, donde un 28,5% de las viviendas posee características irrecuperables de materialidad. Esta situación se refuerza y agrava debido al abandono institucional y estatal que viven dichas localidades, lo cual muestra cómo la exclusión no solo se vive entre la capital y las regiones del país, sino también dentro de las mismas comunas. En consecuencia, el borde costero ha sufrido una constante indiferencia, que

se observa en la realidad de cientos de viviendas y barrios construidos por los habitantes locales, que actualmente son definidos por las autoridades como “ilegales”, estado que los mantiene sin acceso a la red pública de agua potable, alcantarillado y electrificación. Así, mientras el 82% de la comuna de Iquique posee acceso a la red pública de agua, en promedio, un 85% de las viviendas del borde costero no posee acceso a la vital red, esto evidencia la marginación de esta población de la comuna y demanda la atención de las políticas públicas emanadas desde las entidades de administración territoriales como sectoriales. Caleta San Marcos y Caleta Chipana, ubicadas a alrededor de 1 hora a las afueras de Iquique, se caracterizan por una alta presencia de recursos oceánicos y una población que practica diferentes actividades tradicionales ligadas al mar; sin embargo, se hace necesario exhibir la precariedad que viven el conjunto de generaciones de estas caletas. Destacamos que en ambos asentamientos

ninguna vivienda cuenta con acceso a la red pública de agua, mientras que el 38% de ellas son mediaguas o chozas. Ambas localidades han buscado mejorar la calidad de vida de sus habitantes, con insistentes proyectos que buscan regularizar su situación, como es el caso de la Escuela de San Marcos, conocida popularmente por haber sido puesta en funcionamiento en manos de los mismos habitantes de las caletas. Esto cambió la vida de sus jóvenes y actualmente han logrado una reconstrucción del establecimiento (Ver: Documental Escuela Caleta San Marcos. http://bit.ly/ CaletaSanMarcos). (*) Doctor Bosco González, docente escuela de sociología UNAP/ SER+T. Diego Jiménez, estudiante escuela de Sociología UNAP y Alexandra Gómez, egresada escuela de Sociología UNAP. Este artículo continúa en la versión web de nuestra revista: www. tarapacainsitu.cl

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Día Mundial del Medio Ambiente: CHILE, ENTRE LA PANDEMIA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO El próximo 5 de junio celebraremos el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972, mismo día en que se aprobó la resolución que permitió crear el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente -PNUMA, institucionalidad que ha celebrado las cumbres del medio ambiente mundial y establecido las convenciones para abordar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación, fenómenos en su mayoría generados por nuestra especie. por: Sara Larraín (*)

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oy la humanidad enfrenta una pandemia, debido a un virus transmitido desde otros animales por sobrexplotación de ecosistemas, y que ya ha provocado cientos de miles de muertes y, simultáneamente, enfrenta cambios climáticos a consecuencia del calentamiento global, a raíz de la quema de combustibles fósiles durante poco más de un siglo. Ambos fenómenos causados por la forma y patrones de la acción humana

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sobre la naturaleza y el medio ambiente y posibles, aunque difíciles de revertir mediante cambios en la política y la economía desarrollada por la especie humana. La destrucción de biodiversidad en el planeta que habitamos y el calentamiento global de la atmósfera que sostiene la biosfera, han generado el punto de quiebre en que nos encontramos, pues ambos impactos siguen siendo ignorados por los actores que conducen la economía y las

políticas públicas. Hay mucho discurso y pocas acciones. Sobre ambos asuntos existe abundante información científica, habiendo convenciones internacionales desde 1992, miles de funcionarios a nivel nacional e internacional, innumerables cumbres, pero grave inacción e incumplimiento de compromisos. STATU QUO Las organizaciones ciudadanas y la comunidad científica llevan décadas informando,

alertando, demandando, marchando, pero una pequeña y poderosa élite mantiene el statu quo, a pesar de todos los impactos y las evidencias. La deforestación y extinción de especies, continua hasta los límites de generar la actual pandemia, y los compromisos de revertir el calentamiento global han sido cambiados, limitándolos a evitar que la temperatura suba más de dos grados; y los compromisos para esa insuficiente meta no se han logrado. La Convención


contra el Cambio Climático está fracasando; los científicos proyectan un calentamiento de 3 o 4 grados y el infierno que ello significa: mega incendios como los ocurridos en Australia y el Amazonas, megasequías, eventos extremos, inseguridad alimentaria, migraciones y graves conflictos sociales y políticos. En este contexto, el próximo 5 de junio celebraremos el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972, mismo día en que se aprobó la resolución que permitió crear el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente -PNUMA, institucionalidad que ha celebrado las cumbres del medio ambiente mundial y establecido las convenciones para abordar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación, fenómenos en su mayoría generados por nuestra especie. Pero cincuenta años de política e institucionalidad ambiental en los países industrializados, y por 30 años en países como Chile no han logrado dar respuestas adecuadas y al nivel de esos desafíos.

SEQUÍA Chile está viviendo una avant premier de aquello. La sequía es un fenómeno que ya se prolonga por una década en el centro del país y hace más tiempo en las regiones del norte. Tenemos decretos de escasez hídrica en la mayor parte de las comunas. Se decretó emergencia agrícola entre Atacama y el Maule, los embalses para generación eléctrica y agua potable están vacíos o con grave déficit; y nuestra economía depende de un patrimonio ambiental que continúa degradándose. Se prevé que la inseguridad hídrica agrave la inequidad social y que, junto a la crisis económica generada por la pandemia, hagan muy difícil

mantener una estabilidad política. Las organizaciones ciudadanas de interés público hemos generado propuestas y llamado a los sucesivos gobiernos y, ciertamente, a la actual administración, a realizar las transformaciones para adaptar la sociedad chilena a los cambios climáticos, abordar la inseguridad hídrica, restaurar bosques, humedales y cuencas; y revisar el ordenamiento y planes de desarrollo regional y las políticas públicas para hacerlas compatibles con los desafíos del cambio climático. Los avances son tímidos, y las leyes claves son explícitamente pospuestas o bloqueadas. Así llevamos casi una década presionando para continuar con la tramitación de la reforma al Código de Aguas y la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, y 14 años tratando de proteger los glaciares mediante seis proyectos de ley que han sido persistentemente bloqueados, sólo por nombrar algunas áreas críticas de la política pública de las que depende la seguridad hídrica del país. Hoy estamos en un punto de quiebre y podemos salir peor o mejor. Depende de dónde se pongan las prioridades

en las políticas de protección social y reactivación económica. Por eso hemos llamado al gobierno a no seguir con más de lo mismo, sino que en las medidas de reactivación económica se invierta los dineros públicos en creación de empleos, en proyectos que aseguren el agua potable y saneamiento a toda la población; que concedan viviendas a todos los campamentos o tomas que carecen de ellas; que convoque a la gestión integrada y participativa de las cuencas de nuestros ríos para que se desarrolle obras consensuadas, y así proteger la cuenca y permitir el acceso al agua a todos los sectores; que aborde el desafío de la energización y desarrollo del sector rural, y la economía campesina para mejorar su bienestar y evitar la migración; que priorice la conexión entre la ciencia, tecnología y los desafíos nacionales, y no sólo para hacer más competitivos a los sectores exportadores. En conclusión, abordar los retrasos en los derechos socioambientales de la población y los vacíos del desarrollo nacional que ha dejado tan en evidencia esta pandemia. Artículo original publicado en el sitio web www.chilesustentable.net

Lanzarán el Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas En los últimos meses, la frase ha estado en boca de científicos, funcionarios y activistas ambientales: restauración de ecosistemas. Este año, el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, se lanzará de manera oficial el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, un esfuerzo

a 10 años para detener y revertir el deterioro del mundo natural. Pero ¿qué es exactamente un ecosistema y cómo puede restaurarse? Un ecosistema es un lugar donde las plantas, los animales y otros organismos, junto con el paisaje que los rodea, se unen para formar la red de la vida. Los ecosistemas

pueden ser grandes, como un bosque, o pequeños, como un estanque. Muchos son cruciales para las sociedades, ya que proporcionan agua, alimentos, materiales de construcción y otros elementos esenciales. También brindan beneficios para todo el planeta, como la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad.

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