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ED. 19 TERCER AÑO EDITADA EN IQUIQUE SEP - OCT 2020 ISSN 2452-4670
EN ESTA EDICIÓN: LA “PODA DE LAS VIÑAS”: UNA FIESTA ANCESTRAL DE MATILLA 18-19 AGRICULTURA MODERNA EN INVERNADERO DE LA TIRANA 09-10-11 LA IMPORTANCIA DE LOS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS EN FAENAS DE TECK 16-17
POTENCIAN ACUICULTURA EN CHANAVAYA EN EL MARCO DEL PLAN DE TRABAJO COLABORATIVO QUE COLLAHUASI IMPULSA CON LOS SINDICATOS DEL LITORAL SUR DE IQUIQUE, SE ENCUENTRA EL PROYECTO DE ENGORDA, PRODUCCIÓN Y RECOLECCIÓN DE LOCOS DE ESTA CALETA. UN RECIENTE APORTE EN INFRAESTRUCTURA Y EQUIPAMIENTO PERMITIRÁ FORTALECER LA ACTIVIDAD. 14-15 Fotografía: Franco Miranda
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ED. 19 TERCER AÑO EDITADA EN IQUIQUE SEP - OCT 2020
Director y Representante Legal: Reinaldo Berríos González. - Periodistas: Eduardo Cisternas, Andrea Suárez, Mariela Muñoz. - Gerente Comercial: Víctor Vial. - Fotografías: Franco Miranda, Andrea Auger, Luis Astorga. - Colaboradores: Anita María Neira, Rodrigo Ramos, Andrea Auger, Juan Vásquez, Jorge Moya. - Foto Portada: Franco Miranda. - Arte y Diseño: Camila Berríos Cárcamo. - Imprenta: Valente, Santiago, que sólo actúa como impresor.
Foto: Franco Miranda
SALAR DEL HUASCO, AHORA ES PARQUE NACIONAL
Después de largos trámites, que parecían eternos, por fin el Salar del Huasco adquirió la categoría de Parque Nacional. En buena hora, ya que se trata de un humedal de gran importancia que presenta una diversidad de especies de flora y fauna que poseen categoría de protección. Y que también destaca por ser el área de nidificación de las tres especies de flamencos que habitan en Chile -chilenos, andinos y de james-, además de la presencia de guallatas, gaviotas andinas, suris y patos. PROTAGONISTAS INSITU Neira Tiemann: ProJorge Alberto Moya Rive22 Anita fesora de inglés y literatura. 18 ros: Abogado, Matillano, Licenciada en Letras (Lingüística y Literatura Inglesa), PUC. Magíster en Theatre and Performance Studies de la Universidad de Edimburgo.
Astorga Guerrero: Biólogo Marino, 09 Luis co-creador de la empresa “Agrícola Tamaru-
gal” en La Tirana. Ganador de proyectos del Fondo de Innovación Agraria y también “Impulso Chileno”.
Auger-Lancellotti: Ecó20 Andrea loga marina; Magíster en ciencias
del mar y enamorada de la vida marina. Creadora de “la Cápsula Azul”, video para el fomento y cuidado del medio ambiente.
Consejero Regional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Vicepresidente de la Corporación de Cultura de Matilla.
Vásquez Trigo: Histo03 Juan riador y profesor de Historia y Geografía. Ha desarrollado numerosos proyectos de libros históricos de Tarapacá, Arica, General Lagos, Pica, Iquique, entre otros.
Yáñez Berríos: Soció12 Blanca loga, con dos Maestrías en 12 Educación: Ciencia de la Educación y Educación Superior. Consultora del Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo, PNUD.
Rodrigo Ramos Bañados: Escritor y periodista. Autor de Alto Hospicio, Pop, Namazu, Pinochet Boy y el libro de crónicas Tropitambo, entre otros. Actualmente es becario del Fondo del Libro de Tarapacá con la novela “El Fondeado”.
Vesna Obilinovic: Arquitecto Miranda: Fotógrafo, nacido en 24 01 Franco - Mg. Programación TerritoIquique, actualmente trabaja en series de
paisajes, mostrando la diversidad de escenas de la región de Tarapacá. Desde la costa hasta al altiplano. Editor de la Guía Turística de Tarapacá.
rial Sostenible. Socia fundadora y Gestora en Plataforma Nomadesert. Académica Facultad ingeniería y arquitectura, Unap.
Revista Tarapacá Insitu es una publicación bimestral, de carácter independiente y está destinada a destacar la ciencia, la innovación, la cultura y el patrimonio de la región de Tarapacá. Inscripción y depósito legal número 046/2020 en la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile. Inscripción Propiedad Intelectual N°A-298497. Tarapacá Insitu se distribuye por la vía de suscripciones y en forma gratuita en diversos puntos de la región de Tarapacá. Si Usted tiene sugerencias, observaciones y planteamientos de temas a tratar, escríbanos al correo: dirinsitu@gmail.com. Contacto Comercial +56 9 58734143
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Calle Prat, del comercio, hoteles y servicios públicos, en Caleta Buena. Se aprecia el trazado del ferrocarril de sangre, luego ferroviario, utilizado para llevar la carga desde los muelles, hasta los patios de acopio y bodegas. Fuente: Álbum Tarapacá, Ca. 1883 – 1890.
CALETA BUENA: Esplendor y Ocaso de un Puerto Menor del Salitre Un incendio y un aluvión sellaron el destino de Caleta Buena, una localidad que surgió de la mano de la industria del salitre. Famosa por sus andariveles y su funicular, que debía sortear el farellón costero por 740 metros, con una inclinada pendiente, supo del ingenio y la destreza de hombres que no se doblegaban fácilmente. Fue, en resumen, un poblado hecho y derecho, y -como tantos otros- terminó convertido en un montón de ruinas.
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istante 20 kilómetros lineales al norte de Iquique, se encuentra el que fue el Puerto Menor de Caleta Buena, importante durante el auge del Ciclo Salitrero Tarapaqueño. Se mantuvo activo entre 1881 y 1929. Luego, intentaron revivirlo y sacarlo de su prolongado letargo, algunos proyectos de la Compañía de Salitres de Tarapacá y Antofagasta, COSATÁN, que no lograron concretar sus propósitos de reactivarlo y transformarlo en
por: Juan Vásquez Trigo (*) campamento para fines industriales. En Pampa Orcoma, al norte de Negreiros, se había construido una de las mayores oficinas salitreras de la época en que, por primera vez James Thomas Humberstone, nacido en Dover, Inglaterra en 1850, había aplicado en forma el Sistema Shanks (1878), el que venía ensayando desde 1876, en la oficina “San Antonio de Zapiga”, y que originalmente fue un sistema inventado por James Shanks, para beneficiar la soda en Gran
Bretaña. La oficina en construcción se denomina “Agua Santa”. Fue mandatada a construir y era propiedad de Campbell, Outram & Sayers Jones, empresa establecida en Tarapacá, la que realizaba las exportaciones de salitre y yodo por el puerto de Mejillones del Norte, fase que llega a su fin cuando el 14 de enero de 1882, se decreta la construcción de un camino desde el Alto, hasta el Puerto Menor de Caleta Buena, junto con el
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Bahía de Caleta Buena, con la abundancia de peces y aves marinas que se alimentan de éstos. Al fondo, al norte del poblado, se ven los Estanques de Petróleo. Placa de vidrio del archivo del Autor.
primer andarivel, todo levantado bajo la supervisión de James T. Humberstone. Caleta Buena serviría como puerto para esta oficina salitrera y otras de los cantones del norte, como Negreiros, Huara, Pampa Negra, Pampa Blanca y Chinquiquirai. La razón social de la empresa pasa a ser ahora “Compañía de Salitres y Ferrocarril de Agua Santa”. Había sido el mismo Humberstone quien había buscado el emplazamiento más propicio para la instalación de un puerto, en un litoral con pocas bahías que cumpliesen las condiciones para el arribo de navíos, donde pudiesen realizarse las complejas labores de embarque y desembarque con seguridad, especialmente cuando se usaban lanchones para aproximar la carga hasta los veleros rápidos, clippers, o vapores, encontrándose también la dificultad de la abrupta Cordillera de la Costa, que en la zona promedia los 700 metros de altura. La Compañía dispuso de la construcción de un camino que llegaba desde la oficina “Agua Santa”, hasta el emplazamiento del que sería el Alto Caleta Buena, proyectándose entonces la construcción del Ferrocarril de Agua
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Santa, de trocha 0.762 m., construido en tiempo récord, entre marzo y septiembre de 1890, para cubrir los cantones de Negreiros (1892) y Huara (1894). Este ferrocarril y el de la “Compañía de Salitres y Ferrocarril de Junín”, rompían el monopolio del “Rey del Salitre”, John Thomas North con The Nitrate Railways Co. Para superar el inconveniente del corte casi vertical de la cordillera costera al mar, se proyecta la construcción de andariveles o ascensores, para llevar salitre y yodo y los insumos necesarios hasta el naciente puerto, lo mismo que pasajeros. Entre los principales insumos que se internaban por este puerto, se hallaba el forraje para mulares y caballares, proveído desde el Norte Chico y la Zona Central del país. Desde zonas más sureñas, se abastecía de maderas de raulí y roble, entre otras, tan necesarias en este territorio desértico. Los carros de los andariveles, funcionaban por gravedad. Diseñados a dos líneas con una Casa de Fuerza que permitía que, cuando uno subía, el otro bajaba. El ingenio de Humberstone y sus ingenieros asesores permitieron que se aprovechara todo accidente de terreno,
para superar el perfil irregular y abrupto del acantilado. La velocidad promedio de desplazamiento de estos carros era de 15 km/hora, en una trocha o ancho de vía, de 0.75 metros. Entre las principales importaciones, se hallaba el carbón, originario de Gales (Gran Bretaña); y el carbón piedra, que llegaba desde Lota, Coronel y Concepción, el que encuentra una competencia inigualable, por el mayor poder calorífico del carbón inglés. Este combustible se requería para las calderas, tanto del mismo Caleta Buena, como de las oficinas salitreras que cubría el ferrocarril, sumándose las necesarias para la planta desaladora del Bajo. La muy resistente y cotizada madera de pino oregón llegaba desde el noroeste de Estados Unidos. En tanto, maquinarias, equipos y bienes varios, hasta aquellos más suntuorios inclusive, provenían de diferentes países europeos, especialmente Inglaterra y Alemania. Caleta Buena contaba con un tranvía de carga del tipo llamado de “sangre”, que circulaba por el Bajo, utilizando posteriormente locomotoras del estilo “de patio”, es decir para maniobras de corto trayecto, con
volúmenes no tan altos de carga, entre los embarques o desembarques y las bodegas o canchas de acopio. El poblado fue creciendo al ritmo de los embarques de salitre, Asimismo, se construyeron nuevos andariveles, que llegaron a 4, utilizándose tanto para carga como para pasajeros. Su tendido debía circular por un plano inclinado de 741 metros sobre el nivel del mar. El pueblo llegó a tener escuela, cuartel de policía, iglesia, su administración y un teatro. Fue precisamente en el teatro donde comienza el fin de esta caleta. Fue un domingo 10 de febrero de 1929, que como contrariedad se inflama la película que se exhibía, ya que en su elaboración se usaba nitrato. Se inicia allí el incendio incontrolable que acaba con la mayor parte de sus viviendas e instalaciones, con la excepción del llamado Barrio Bellavista, emplazado en un nivel más alto, lo mismo que el cementerio.
Desnivel de uno de los andariveles en el Alto Caleta. Con su cucalón se aprecia a James T. Humberstone, inspeccionando las vías aéreas que conducen a Caleta Buena. Fotografía: Álbum Tarapacá, 1883 – 1890.
Cuerpo de Bomberos de Caleta Buena. Foto: Domingo Silva Narro, 1911.
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En este dantesco incendio combatieron el fuego -por horas- tanto las compañías de bomberos de Caleta Buena, como las que arribaron desde Iquique para ayudar a contener las llamas y salvar al poblado. Pese a los esfuerzos mancomunados, este Puerto Menor resulta totalmente inutilizado para seguir operando. UN NUEVO INTENTO El Proyecto de Resurgimiento con la COSATÁN. A julio de 1930, la “Compañía de Salitres y Ferrocarril de Agua Santa”, conserva los derechos sobre el amagado Puerto Menor, limitándose a dos lotes, uno de 900 m2 y otro de 400 m2, según lo consigna el Decreto Nº 1065 del Ministerio de Hacienda, con fecha 11 de julio de 1930. Ese mismo año, la COSATÁN, gestiona ante al Ministerio de Hacienda, el que por Decreto Nº 3707 del 11 de julio de 1930, el arriendo de 2 extensiones de terreno en Caleta Buena, de 900 m2 y otro de 400 m2, estableciendo un efecto retroactivo del arriendo al 6 de marzo de 1927, extendiéndose hasta el 31 de diciembre de 1938. Ese año, en oficio legal Nº 39 del 15 de diciembre de 1938, de Enrique Marfil, Administrador General de la COSATÁN, dirigido a Alejandro Echegoyen, Gerente de la COSATÁN, señala que los terrenos entregados en arriendo por el Ministerio de Hacienda, serán utilizados para
la construcción de un campamento, destinado al uso de empleados y trabajadores de la Compañía. En 1939, por Oficio Nº 1877 del 27 de enero de 1939, la Dirección General de Tierras y Colonización, autoriza y dispone la tramitación de la concesión en Caleta Buena, a la COSATÁN, la que informa a su vez a su similar de Tarapacá, para que proceda a dar curso a lo solicitado por la Compañía, en oficio Nº 344 del 3 de marzo de 1939. Las grandes lluvias del 24 y 25 de julio de 1940, que afectaron el litoral del Norte Grande, terminaron por destruir el ya damnificado puerto, lo mismo que los proyectos de reactivación. Por su emplazamiento, funcional en cuanto a proximidad de los cantones señalados, se había elegido a Caleta Buena, sin dimensionar que la Cordillera de la Costa forma una hoyada natural, por la que escurrió un aluvión que selló la historia de Caleta Buena, Puerto Menor, grande en historia, del Salitre. Fuentes principales utilizadas: Pedro Bravo Elizondo, varias obras. Isaiah Bowman: Desert trails of Atacama, 1924, Pg 12. Revista Camanchaca Nº 6, TER, 1988. Propias del Autor. (*) Profesor – Historiador Iquique, septiembre de 2020. Ruinas de Caleta Buena en la actualidad. Vista desde el Cementerio. Foto del Autor.
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DIECIOCHO EN HUMBERSTONE: vivir la nostalgia de una fiesta tradicional En la mañana, bien temprano, salían los iquiqueños para instalarse en la oficina salitrera Santiago Humberstone, para disfrutar de los juegos criollos, todos los años. Un millar de personas encandiladas con el sol de la pampa y con la alegría que manaba de los más pequeñitos. No pudo ser esta vez, pero los recuerdos siguen vigentes.
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na tradición que estaba logrando afianzarse en el calendario de actividades dieciocheras en nuestra ciudad ha debido hacer un alto, como tantas otras cosas este año, a causa de la pandemia. “La pampa se
fotos: Banco de datos de SQM viste de colores” era el eslogan con que año tras año, un millar de personas disfrutaba de las Fiestas Patrias en la oficina salitrera Santiago Humberstone. Organizada por la Corporación Museo del Salitre y con el auspicio de
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la empresa SQM, la jornada había adquirido personalidad propia y crecía en nostalgia y remembranza de los juegos pampinos que, originalmente, se hacían en los tiempos de gloria del salitre, a mediados del siglo pasado. “Es una excelente iniciativa para salir de la ciudad, para hacer algo diferente, para compartir con la familia: con la abuela, con los hijos, con los compañeros”, nos comentaba -hace justo un año- Carlos Guisa, un iquiqueño de tomo y lomo. Juegos criollos, como el trompo, el emboque, el tiro con tarros, la carrera de ensacados, el volantín, el run run, entre otros, hacían las delicias de niños y adultos en una jornada que siempre terminaba coronada con la degustación de una empanada de pino, jugosa y caldúa. Para Denis Constantinidis, la festividad venía a ponerle color al Dieciocho iquiqueño. “Me parece bastante bien porque las Fiestas Patrias en Iquique son bien fomes; no hay eventos que llamen la atención y este me parece perfecto: algo que realmente nos identifica”. Al público le llamaba la
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atención, fundamentalmente, que las oficinas salitreras también tenían un espacio para festejar la fiesta de la chilenidad. Con muchos de sus trabajadores “enganchados” en el sur del país, la nostalgia por los juegos tradicionales se hacía sentir en la pampa. “Me llama la atención el estado de esta oficina; pensar que en su momento trabajaron miles de personas en la pampa y que también tenían un momento de esparcimiento”, señalaba Yamila Kalb. Los más pequeñitos también sacaban la voz, entre
tanto juego y en medio de la diversión: “Es genial porque los niños pueden divertirse
con juegos típicos, se pueden despegar de las pantallas; pueden estar con las familias y disfrutar del aire libre. Y es súper lindo, porque son puros juegos típicos y todos pueden participar”, nos dijo Isabela Rodríguez. Disfrutar del mundo pampino, aunque fuera por un día, se estaba transformando en una tradición que, lamentablemente se vio interrumpida por la pandemia. Pero el 2021 todos esperan volver a la oficina salitrera para retomar lo que quedó pendiente. Y seguir disfrutando de un aspecto muy importante de los recuerdos de la vida en las oficinas: el compartir en familia, junto a los niños, las tradiciones de la chilenidad.
Agrícola Tamarugal sorprende con la calidad de sus productos
ESTAS LECHUGAS PROMETEN: desde el desierto a las mesas de Tarapacá Un biólogo marino, que renunció al traje de hombre rana por el momento, se convirtió en uno de los Aunque sueña, alguna vez, con hacer acuicultura en el desierto, por ahora lo suyo es la agricultura. Pero no cualquiera: una con valor agregado. Que reivindica las fortalezas del clima árido, más allá de los prejuicios. por: Reinaldo Berríos González pioneros en el cultivo hidropónico de nuestra región.
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uis Astorga Guerrero, que se podría decir es hijo de tigre, porque su padre estuvo mucho tiempo a cargo de Sercotec en Tarapacá, nació inoculado con el “virus del emprendimiento”. Instalado en plena Pampa del Tamarugal, específicamente en La Tirana, asegura -sin
fotos: gentileza de Luis Astorga ambages- que se puede hacer agricultura en el desierto. Cree a pie juntillas que es posible, pero no sólo eso, sino que muchas cosas que podrían parecer un sueño. El siguiente es su relato. “Este tema partió porque siempre quisimos hacer algún emprendimiento. Como
teníamos un predio en La Tirana, que compró mi abuelo hace más de sesenta años y que nunca había sido trabajado, siempre tuvimos la inquietud. Y como nosotros, en mi familia, siempre hemos estado ligados al tema del emprendimiento, teníamos ganas de hacer algo con ese
terreno”. “El año 2009 tuvimos la oportunidad de viajar a Israel, con mi papá, y conocimos sobre la agricultura del desierto. Nosotros teníamos el conocimiento de lo que se hace en nuestra región, pero a una escala mucho menor, más simple; nada que ver
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“La lechuga la plantamos en raíz flotante (o sea, están en agua); otros cultivos, como porotos verdes, zapallos italianos, morrones y frutillas, lo hicimos con sustrato de fibra de coco, que es inerte”. con lo que vimos allá. Y, tras esa experiencia, pensamos que la agricultura podía ser una oportunidad importante de desarrollo, no sólo para nosotros, sino para muchas personas en la región”. “Lo que vimos en Israel fue algo totalmente distinto a cualquier cosa que uno se pueda imaginar. Entonces nos entusiasmamos y dijimos: esto es lo que queremos hacer. Ahí conocimos el tema de los invernaderos, cultivos en hidroponía, la diversificación de los productos que se pueden cultivar en el desierto, etc. Ahí supimos que, por más adversas que fueran las condiciones, se podía cultivar en el desierto”. “El viaje también nos sirvió para darnos cuenta de que nosotros tenemos, quizá, mejores condiciones que ellos. A los problemas limítrofes y
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también políticos que tienen, se suma la disponibilidad de agua, que es bastante escasa; o sea, con más complicaciones que nosotros en el norte de Chile, eran y son capaces de hacer agricultura (y de muy buen nivel) en el desierto. Entonces, pensamos que ese era el camino que teníamos que seguir”. VINO DEL DESIERTO “El primer paso que dimos en nuestra región fue con el vino del desierto. Un día llegó mi papá a la casa y me dijo: ¿qué te parece si cultivamos parras en La Tirana? Yo pensé que estaba loco, pero bueno, ahí conocí el proyecto. La Universidad Arturo Prat nos invitó a participar de ese proyecto; ellos estaban buscando a personas que tuviesen terreno en la pampa, disponibilidad de agua. Y ganas. O sea, nosotros.
También había que tener claro que iba a pasar bastante tiempo antes de recibir ingresos por este concepto, porque el tema de las viñas es mucho más lento que otro tipo de cultivos”. “El año 2015 nos ganamos un “capital semilla” de Sercotec y con esos fondos pudimos iniciar un invernadero, que era clave para nuestro proyecto. Y aunque el invernadero se lo llevó el viento, no nos desanimamos. Probando diversas opciones, nos encontramos con el Fondo de Innovación Agraria, FIA; gracias a ellos logramos construir un invernadero que cumpliera con todos los requisitos, que es el que tenemos ahora”. “El proyecto, de alguna manera, consideraba una investigación con diversas técnicas de cultivo. Probamos distintos tipos de cultivo y también diversas formas
de hacerlo. Por ejemplo, la lechuga, la plantamos en raíz flotante (o sea, están en agua); otros cultivos, como porotos verdes, zapallos italianos, morrones y frutillas, lo hicimos con sustrato de fibra de coco, que es inerte. Todos los nutrientes, en este caso, se los entregamos a través del agua. Una vez que culminó el proyecto, comenzamos a realizar pruebas con otro tipo de cultivos: tomates cherry, ajíes y otras variedades de morrón”. “Uno de los objetivos del proyecto, por solicitud expresa del FIA, fue que realizáramos pruebas con distintos tipos de cultivos, para determinar qué cultivos son los más rentables. De manera que, una vez que sepamos la rentabilidad, ver también hasta dónde se justifica una inversión en esta área. La idea era que, lo que nosotros obtuviéramos, fuera
replicable por la agricultura familiar campesina, con el perfil de INDAP”. AGUA AL MÍNIMO “Aunque el agua que sale en la pampa no es de las mejores, es posible utilizarla para este tipo de proyectos. Con lo único que tuvimos problemas fue con las frutillas, porque el agua tiene mucha concentración de Boro; eso le hace daño a las frutillas. En general el agua es buena y lo importante es utilizarla con criterio de desierto. Todos nuestros sistemas de cultivos son de riego por goteo. Eso significa que nosotros le
entregamos el agua justa que necesita la planta. En el caso de la lechuga, por ejemplo, en cultivo tradicional en el suelo, se usan como 40 litros de agua por lechuga. Y nosotros ocupamos 4 litros de agua por lechuga”. “La gente seguramente vio y probó nuestras lechugas, porque antes de la pandemia estábamos comercializando a través de distintos canales. Por ejemplo, en el Mercado Campesino de Indap; también entregábamos a distintos restaurantes de la ciudad y, a través de las redes de amigos y conocidos, que nos piden
bastante. Como el invernadero no es muy grande, no es tanta la producción que tenemos; por esa razón estamos trabajando en la construcción de otro invernadero, gracias a un fondo que nos ganamos con el programa “Impulso Chileno”. “La lechuga hidropónica es como el producto estrella. Nosotros podemos vender a
la mitad de lo que se vende en los supermercados; es un producto que se consume casi a diario; es versátil y se da muy bien. Entonces, nuestro proyecto tiene buenas proyecciones. Muchas de las verduras y hortalizas que se consumen en la región, no se producen acá, así que el futuro es alentador; siempre habrá demanda”.
Valor agregado a un proyecto verde Agrícola Tamarugal ha incursionado en otras áreas, nos cuenta su hermana, María Isabel Astorga, para agregar valor a la empresa. “Hemos hecho mermeladas de morrón, porotos verdes y morrón encurtido; también mermelada de frutilla. Productos que pueden ser una buena veta de ingresos para lo que estamos produciendo”. Para
quienes quieran iniciarse en este tema, la empresa ha dispuesto de huertos caseros, de madera. Con sustrato y plantas según lo que tengan disponible. Los entregan a domicilio, con instrucciones básicas de manejo. Para saber más, a través de las redes sociales @agricolatamarugal en Instagram o Facebook.
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La historia nortina de
BLANCA YÁÑEZ: La diversidad es la esencia de nuestra identidad por: Rodrigo Ramos Bañados (*)
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uestra ciudad tiene tantas particularidades que la hacen única en el contexto nacional. Distinta a cualquier otra y digna de ser contada. Y analizada. Blanca Yáñez es socióloga y en su vida laboral la ha abordado desde distintas áreas. Por eso quisimos conversar con ella respecto de lo que tenemos hoy, en pleno siglo XXI y en medio de la pandemia. “Iquique, la región de Tarapacá, posee una identidad muy fuerte, a pesar de que ha estado históricamente acogiendo flujos migratorios de todo el mundo. Entre ellos, ingleses, españoles, chinos, italianos, croatas.
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Hoy pakistaníes y muchas familias de países vecinos, principalmente desde Perú, Bolivia y en los últimos años de Ecuador, Colombia y Venezuela, entre otros, que por factores socioeconómicos se han desplazado hasta nuestra región. La diversidad es la esencia de nuestra identidad. -No sólo tenemos en nuestras bases orígenes étnicos, sino que también de muchos inmigrantes… -Iquique es una mixtura con fuertes raíces culturales de nuestros pueblos originarios aymaras y quechuas; asimiladas en quienes han llegado de otras regiones de Chile, a través de migraciones internas
y los aportes culturales de quienes han ido llegando. Por ejemplo, las fiestas religiosas más importantes, como la del Pueblo de la Tirana y la del pueblo de Tarapacá, que celebran a la Virgen del Carmen y a San Lorenzo respectivamente, son claramente de una religiosidad popular masiva, que conserva elementos de celebración a la Pachamama, propician los encuentros de familias extensas, cierran e inician ciclos al que se retorna para llorar aflicciones, pedir por mejores días, por salud, por justicia, por la familia, el trabajo. -Una región rica en diversidad de todo tipo. ¿En qué
esta socióloga parte con sus abuelos, que se vinieron desde la cuarta región “enganchados” a trabajar como obreros del salitre. Nació en la Ex Oficina Salitrera Victoria y se crió en la ciudad de Iquique. Vivió en Antofagasta como estudiante universitaria y luego trabajó en una ONG desde donde aportó, con su familia nuclear, al movimiento social para la recuperación de la democracia. Ha trabajado en el sector público y privado. Y conoce, como pocas, a nuestra gente.
se nota, en el día a día, esa diversidad? -Somos diversidad e incorporamos saberes y sabores diversos, aprendemos a preparar parte de gastronomía italiana, peruana, china. Somos de tomar té Ceylán de calidad con hierba luisa y cedrón, de ofrecer siempre una tacita a los amigos; nos gusta disfrutar el vino chileno y tenemos un claro apego por la naturaleza: las playas, el oasis de Pica, las familias se vuelcan a las quebradas para disfrutar del paisaje, del desierto, incluso instalan campamentos y se trasladan con todos sus enseres, incluida la “Tele”. Hoy, a pesar de que la minería de extracción de cobre es el principal eje económico, la zona franca y el comercio constituyen un eje muy importante porque genera empleo y dinamiza el turismo interno. Lo anterior permite que las y los Tarapaqueños disfruten de lo que este comercio les ofrece: alimentos, bebidas,
“La desigualdad en los accesos a la modernidad Iquiqueña, ha generado formas de vida donde los esfuerzos por la sobrevivencia establecen organización social y económica paralela al sistema”. electrodomésticos, etc. -¿En qué medida la historia y los sucesos históricos que hemos vivido, en todas las épocas, también nos han marcado? -Iquique y el resto de la región es un viaje a la historia. En este territorio hay evidencias de distintos periodos de lo que hemos vivido: desde el periodo de Tiahuanaco, la colonización española, cuando fuimos parte del Perú; luego cuando se anexó estos territorios a Chile; la presencia de los ingleses, españoles y de sus inversiones en las salitreras; el desarrollo del movimiento obrero y sus luchas; la sobrevivencia de los pueblos originarios; el desarrollo de la industria pesquera y los problemas de contaminación que aún hoy están presentes. Y hoy en día la zofri y la minería del cobre, con sus accesos diferenciados y desiguales a la modernidad, los que marcan la vida de estos territorios, para ventura y desventura. -Políticamente, el caudillismo en Iquique tiene nombres y familias relevantes, que han dominado nuestro devenir. ¿Por qué se sigue a estos personajes, incluso a sus hijos? -Bueno, este Iquique de mixturas también se hace evidente en su historia política y social. En la clase política local, por ejemplo, es posible ver familias que han ocupado enclaves en distintas áreas: Hay familias italianas por ejemplo en los ámbitos políticos; en el comercio familias chinas y árabes; en la industria local hay familias croatas; en
restaurantes y gastronomía, familias peruanas, etc. Inicialmente estas familias no propiciaban la educación superior de sus hijos, sino reforzaban el esfuerzo económico inicial de sus padres; las actuales generaciones tienen educación superior y ocupan espacios en diversos ámbitos de la vida socio política de Tarapacá, constituyéndose en la élite local. -¿La gente necesita respuestas a sus necesidades más inmediatas y, de alguna manera, la busca en estos liderazgos? -La desigualdad en los accesos a la modernidad Iquiqueña, ha generado formas de vida donde los esfuerzos por la sobrevivencia establecen organización social y económica paralela al sistema: hay asentamientos humanos sin planificación, hacinamiento en viejas casas, en antiguos barrios; mercados y formas de abastecimiento paralelo; en el caso de las ferias, son sus respectivos “coleros” los que prestan este servicio; hay tráfico y microtráfico, etc. Muchas veces la única vinculación de estas familias con el sistema formal lo realizan a través de las escuelas a la que asisten sus hijos, constituyéndose en la expresión que el modelo de desarrollo de Tarapacá no es inclusivo y tampoco equitativo. -Hace algunas décadas esa integración se daba en todos los ámbitos, la gente se “mezclaba” no sólo en las escuelas… -La integración social a
través de los barrios de antes, ahora parece imposible. Las autoridades no dan cuenta de esto y no se ve que los servicios del Estado planifiquen el territorio considerando estas realidades, la pobreza y marginalidad pareciera ser datos estadísticos y no una realidad a considerar en el desarrollo de la región. La corrupción se ha hecho evidente, si se revisa la información en este sentido, se encontrarán con hechos no aislados, la mayoría sin sanción, que ha ido instalando una forma de hacer las cosas en gobiernos locales y regional que socavan la fe pública y la confianza ciudadana.
donde se respete el espacio del otro o es una utopía? -Pienso que tenemos un fuerte patrimonio cultural y una oportunidad para hacer las cosas mejor, para plantearnos un presente y futuro con un modelo de desarrollo sostenible y sustentable, cuyas mediciones estén referidas al bienestar de las personas en nuestros territorios específicos; oportunidad para generar un marco legal, constitucional, de respeto, complementariedad y buen trato a los ciudadanos, para generar círculos virtuosos de negocios y empleo justo.
-¿Se puede generar una ciudad más comunitaria,
(*) Periodista y escritor nortino.
Las fortalezas que debemos aprovechar Hay una serie de cuestiones claves que, a juicio de Blanca Yáñez, debemos abordar para mejorar las debilidades y las brechas que existen en la actualidad: “la ciudadanía debe estar organizada y activa en el control ciudadano de la función del Estado y los gobiernos locales. No aceptar el clientelismo político y los “acarreos” de los líderes de turno”. Debemos propender a una “cultura y medidas descentralizadoras que permitan abordar el territorio, sus problemas y posibilidades; responsabilidad, alternancia y ética ciudadana en los liderazgos locales. Esto último implica repensar y formar nuevos liderazgos. Avanzar hacia políticas regionales y locales que protejan la naturaleza, los recursos naturales y generen respeto por el medio ambiente, que es
patrimonio de las actuales y futuras generaciones en el norte”. “Poner en valor para reeducar la responsabilidad en el uso de servicios y bienes públicos, para ello contamos con herencias importantes: la organización y perseverancia de los pampinos, la ética de los pueblos originarios, el esfuerzo de los migrantes, la trayectoria y organización de las mujeres nortinas, las organizaciones por la vivienda, la serenidad y seriedad de los habitantes de comunas más pequeñas, la energía del sol, la valentía de las familias del borde costero que viven los vaivenes del mar, la fortaleza de las y los trabajadores de la salud, la sobrevivencia y tenacidad de las y los trabajadores culturales. Por nombrar patrimonios vivos que tenemos”.
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Proyecto de acuicultura experimental de sindicato Chanavaya recibe apoyo de Collahuasi En el marco del plan de trabajo colaborativo que la compañía impulsa con los sindicatos del litoral sur de Iquique, se encuentra el proyecto de engorda, producción y recolección de locos de caleta Chanavaya. Un reciente aporte en infraestructura y equipamiento permitirá fortalecer la actividad de los pescadores de la caleta.
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l proyecto de acuicultura experimental que desarrolla el Sindicato de Buzos y Pescadores de Caleta Chanavaya, que se centra en la engorda y producción de locos, es apoyado por Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi y se enmarca dentro de un plan de trabajo conjunto que la compañía impulsa con las organizaciones del borde costero sur de Iquique. Los pescadores recibieron una embarcación y un equipo completo de buceo para la realización de estudios y medición del molusco.
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El proyecto busca recolectar locos juveniles en las áreas de manejo, evitando la extracción en exceso y la depredación que sufre esta especie en los meses de verano o fines de semana largo. Al respecto, el presidente del sindicato, José García, indicó que han tenido dificultades para conseguir recursos para avanzar con su proyecto y que “Collahuasi nos dio la oportunidad, pudimos contarles del sueño que teníamos y ellos nos instaron a seguir y perseverar en nuestros objetivos”. Además, la compañía los apoyó en su inicio con equipamiento
para realizar el fondeo, que consta de jaulas colgantes de 350 kilos cada una. Cabe destacar que este proyecto fue diseñado y fabricado por los socios del sindicato. “Nos satisface saber que estamos aportando al desarrollo de mano obra local en la caleta. A pesar de la pandemia, los socios del sindicato han seguido trabajando para adaptar su proyecto, cumpliendo con las medidas sanitarias y pudiendo contar con asesorías y mayor análisis y estadísticas para mejorar sus procesos y métodos. Estamos muy contentos de poder entregar herramientas que benefician directamente a las familias de Chanavaya”, explicó Gaetano Manniello, gerente de Relacionamiento del Entorno de Collahuasi. El proyecto continúa avanzando con la autorización de la Subsecretaría de Pesca y ha permitido encerrar ejemplares de locos con medidas para comercializar, además de realizar estudios para identificar los mejores meses de extracción y co-
“El proyecto busca recolectar locos juveniles en las áreas de manejo, evitando la extracción en exceso y la depredación que sufre esta especie en los meses de verano o fines de semana largo”. mercialización dada la calidad de la carne. Collahuasi mantiene un plan de trabajo con 11 sindicatos del litoral sur de Iquique, entre ellos, tres de Caramucho, seis de Chanavayita, y uno respectivamente en Cáñamo y Chanavaya. Cada proyecto cuenta con una estrategia de desarrollo productivo y están relacionados a las áreas de pesca, venta de alimentos y transporte, generando mayor desarrollo y sustentabilidad en el trabajo de los sindicatos.
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Consejo de Monumentos Nacionales y la empresa entregan detalles
Importantes hallazgos arqueológicos en faenas de construcción de TECK En el marco de los trabajos de construcción del Proyecto Quebrada Blanca Fase 2, 60 kilómetros al sur de la ciudad de Iquique, fueron encontrados restos humanos momificados, con sus ropas completas -incluidos turbantes y sandalias- de vivos colores y avanzada técnica de confección.
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n importante hallazgo arqueológico quedó al descubierto en el marco de las obras de la fase dos del proyecto minero Quebrada Blanca, que impulsa la empresa canadiense Teck en la costa de la Región de Tarapacá, 60 kilómetros al sur de Iquique. Se trata de cuatro fosas mortuorias que, según la observación preliminar, podría corresponder a restos humanos del período Formativo Temprano, entre el 1100 A.C. al 400 A.C. El hallazgo se produjo en
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circunstancias que se hacían las excavaciones en la zona donde se construye el puerto para el proyecto minero. La información emanada de la empresa señala que “se realizó un hallazgo no previsto”, como se denomina al hecho de encontrar restos arqueológicos no presupuestados. Con la coordinación de la oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS) del Ministerio de Economía, se ha establecido un trabajo y diálogo conjunto con la Subsecretaría del Patrimonio Cultural, el Consejo de Monumentos Nacionales
(CMN) y Teck. Así, el CMN entregó las directrices para el tratamiento de este hallazgo, dejando un amplio espacio para las excavaciones, y en febrero de 2020 un equipo multidisciplinario de Teck, compuesto por arqueólogos, antropólogos físicos, conservadores y geomensores, llevaron a cabo las obras de rescate. Un hallazgo que sirve para conocer el pasado del territorio y constatar que estos pueblos originarios tuvieron una eficiente adaptación a un entorno más bien adverso, como es el desierto, pero
aprovechando todo lo que el mar tenía para ofrecer. Producto de las condiciones salinas del suelo, la falta de lluvia y baja humedad relativa, los restos humanos se aprecian momificados, con sus ropas completas -incluidos turbantes y sandalias de cuero de lobo marino- de vivos colores y avanzada técnica de confección, así como una serie de elementos que dan cuenta de su forma de vida (espacios de cocina, de habitación y múltiples instrumentos, adornos, cestería, anzuelos, esteras y elementos de caza,
“Producto de las condiciones salinas del suelo, la falta de lluvia y baja humedad relativa, los restos humanos se aprecian momificados, con sus ropas completas -incluidos turbantes y sandalias de cuero de lobo marino- de vivos colores y avanzada técnica de confección”. entre muchos otros). POTENCIAL CIENTÍFICO Los resultados de estos trabajos fueron expuestos ante la sesión plenaria del Consejo de Monumentos Nacionales del 19 de agosto, cuyos integrantes destacaron la labor realizada por Teck. En forma unánime, acordaron lo siguiente: “El Consejo acuerda tomar conocimiento de los sitios descubiertos, de excepcional valor y significado, y felicitar el trabajo realizado, de gran calidad. Constatando el potencial científico y patrimonial de los bienes, se acuerda continuar el trabajo conjunto con la empresa, con miras a su conservación y amplia difusión, desde una perspectiva integral, relevando el conjunto de sitios y las diferentes dimensiones de los hallazgos, dando cuenta del asentamiento y las formas de vida de los grupos que poblaron la zona”. Los trabajos incluyeron una documentación integral de la recuperación, destacando el uso de fotogrametría de precisión, una técnica que permite obtener registros geométricos de todo el
proceso de excavación, preservando su información para futuros estudios científicos de los hallazgos, así como también para la socialización de este importante patrimonio cultural. Los hallazgos están resguardados en un espacio debidamente habilitado con control de humedad y temperatura, para que luego de los análisis y estudios respectivos puedan ser trasladados al destino que establezca el CMN.
La empresa señaló que continuará estudiando los hallazgos rescatados y remitirá nuevos informes al CMN, de acuerdo con lo establecido en los procedimientos de la institución, que tiene a su cargo el resguardo y protección del patrimonio arqueológico, que es propiedad del Estado. Asimismo, mantendrá el monitoreo arqueológico durante lo que resta de las obras del proyecto. La labor de la empresa minera de identificar, rescatar y preservar el patrimonio cultural en Tarapacá contribuirá a un mayor conocimiento cultural, arqueológico e histórico de los pueblos originarios de la región. “Teck está comprometido con el desarrollo minero responsable y la preservación cultural en la Región de Tarapacá, apoyando los esfuerzos de la autoridad para preservar y difundir el patrimonio cultural”, dijo Amparo Cornejo, vicepresidenta de Sustentabilidad y Asuntos Corporativos de Teck Chile. El consejero del CMN Mauricio Uribe, representante de la Sociedad Chilena de Arqueología, valoró el trabajo
conjunto entre el Consejo de Monumentos Nacionales y la empresa Teck. “Es uno de los hallazgos más relevantes de los últimos años en el Norte Grande y la forma de trabajo, con intervenciones controladas, nos permite que relevemos este hallazgo completo, en su contexto, sin daños y con total integridad, lo que asegura su valor y relevancia en el ámbito patrimonial y científico. Vemos aquí un verdadero ejemplo de buena arqueología, y es lo que aspiramos conseguir con otros proyectos relevantes y con alto potencial arqueológico”, sostuvo.
Proyectos de inversión y rescate patrimonial El subsecretario del patrimonio y presidente del Consejo de Monumentos Nacionales, Emilio De la Cerda, señaló que “el patrimonio cultural es parte fundamental de un desarrollo integral de las sociedades y este proyecto es un ejemplo de que con trabajo conjunto entre las partes y con un diálogo abierto se pueden compatibilizar de buena manera proyectos de inversión que son muy relevantes para el país y las regiones, poniendo al frente la necesaria protección y rescate del patrimonio. Los hallazgos que se han realizado son muy importantes y dan cuenta de diferentes dimensiones y formas de vida de los pueblos que allí residían y es por ello que seguiremos trabajando conjuntamente para su proyección y puesta en valor futura”.
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La poda de las viñas era una actividad en la que se involucraba todo el pueblo.
La “Poda de las Viñas”: una fiesta ancestral de MATILLA Una de las manifestaciones más importantes del influjo hispánico son las fiestas. El pueblo de Matilla celebra fiestas todo el año. Los estudiosos de esta comunidad señalan que, entre otras, destacan la fiesta de San Antonio, el patrono del pueblo, las celebraciones de Navidad y las fiestas que se realizaban para “la poda, la vendimia y los destapes”. El siguiente artículo nos permite dimensionar la importancia que tuvo la actividad vitivinícola en esta zona.
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l Oasis de Matilla, ubicado en la Comuna de Pica, Provincia de El Tamarugal, fue el primer lugar de poblamiento permanente de españoles en esta provincia, los cuales llegaron con un objetivo ya definido desde la capital del Virreinato del Perú: la siembra y cultivo de la vid vinífera. Iniciaron así -en los últimos decenios del siglo XVI- una brillante historia, que se vio interrumpida abruptamente en 1912. Ese año, el Presidente Ramón Barros Luco dispuso la expropiación de las aguas de
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por: Jorge Moya Riveros (*) Chintaguay para ser llevadas a Iquique, con cuya materialización el Oasis prácticamente se secó casi en su totalidad, al igual que la localidad hermana de “El Valle” en la Quebrada de Quisma. Es en el marco de esta actividad vitivinícola, que se extendió por un período superior a tres siglos en Matilla, que sus fiestas populares giraron
a su vez en derredor de esta importante industria. Una de ellas, que se atesora en la memoria de los descendientes de las familias viñateras, es precisamente la de la “Poda” de las viñas, actividad en la que se involucraba todo el pueblo, en la modalidad que tradicionalmente denominaban “faenas”, es decir trabajo comunitario. La poda
La “Poda” de las viñas, era una actividad en la que se involucraba todo el pueblo, en la modalidad que tradicionalmente denominaban “faenas”, es decir trabajo comunitario”.
tiene por objeto controlar el vigor de la vid, que impactará directamente en la calidad del vino a producir. Esta importante actividad en Matilla se desarrollaba generalmente con la luna creciente de agosto (los agricultores matillanos regían sus actividades por el calendario lunar) y el hacendado o propietario de la viña que iniciaba la poda, la anunciaba colocando una bandera blanca en la puerta de ingreso de la misma. Además, invitaba a todos los hombres del pueblo a sumarse a la actividad. Y
Una antigua familia de Matilla posando para una fotografía.
La fiesta duraba un buen tiempo, hasta que todas las haciendas hicieran la poda de sus viñas.
con el grito de “Alabado…”, que era respondido a coro por los demás jornaleros con un “Alabado sea…” comenzaba el trabajo, que se prolongaba hasta dar término con todas las cepas. Durante el desarrollo de esta actividad, el hacendado y su capataz atendían a los partícipes con “cuartillas” de vino, “para refrescarse”, extendiéndose la actividad hasta la hora del almuerzo, el cual era servido en la misma viña. Este consistía -generalmente- en un “chupe” (caldo) y legumbres (pallares con yuyo) y así luego de la consabida
siesta continuar, hasta que comenzaba a “entrarse el sol”. Era en ese momento en que el dueño, en agradecimiento al esfuerzo de la jornada, convidaba a todos los asistentes a un gran picante de conejo o de pato y asado de cordero o “machorra” (llamo), actividad a la cual se unían las mujeres del pueblo, formándose una gran algarabía, pues se amenizaba esta comida comunitaria con música de violín, guitarra y bombo, canto y baile. La fiesta se extendía hasta entrada la noche, para luego formar una gran fila y subir al pueblo, iluminándose con faro-
les de “velas se sebo”, “patos” y/o antorchas, recorriendo sus calles en una alegre caravana de cantos, haciendo “aros” en cada esquina, en donde se bailaba cuecas matillanas y valses, para finalizar en un sector denominado “el Morro”, en donde se bailaban dos pies de cachimbo. Al día siguiente, se continuaba con la poda de otras viñas o Haciendas, repitiendo nuevamente la fiesta y algarabía general, hasta finalizar la labor en todos los predios del Oasis. El alegre carácter de los(as) matillanos(as), su gusto por las actividades comunitarias, por la música y los festejos compartidos, sin duda tienen raíces profundas en estas actividades que se desarrollaron en derredor de la industria del vino y aguardiente por cientos de años. Y aún marcan la idiosincrasia de sus descendientes, teniendo este trabajo comunitario un gran aporte de la tradición indígena quechua, etnia originaria de las familias fundadoras del Oasis, mestizaje que se expresa no tan solo en esta actividad sino
también en el léxico usado en la agricultura y en la división de los horarios de riego, es decir la “Mita de Agua”. Con la “poda de las viñas” se iniciaba un calendario vitivinícola que continuaba en febrero con la “Vendimia” y luego con los famosos “Destapes”, que concitaban el interés no solo de las familias avecindadas en Matilla, sino que también atraían a mucha gente desde las oficinas salitreras y los puertos de Iquique y Pisagua. Matilla, nos aporta con una historia rica en vivencias ancestrales y tradición, de un Oasis que llegó a producir los más “… afamados vinos del Reyno…” y que es menester rescatar, conocer y sobre todo difundir, para poner en valor toda su riqueza ancestral. (*) Historiador de Matilla.
Las viñas de Matilla De las viñas más importantes de fines del siglo XIX y comienzos del XX podemos mencionar a: “Viña Grande” de la familia Zavala; “Viña de Arriba” de Medina hermanos; “Viña Rivas” de la familia Enríquez; “Bodega del Estado” de las familias Rovellat y Orriols; “Bodega Botijería” de Riveros hermanos; “Bodega Santa Teresa” de la familia Loayza y “Bodega Jaramillo” de Contreras, Caucoto y Morales” a las que se sumaban las Haciendas de “El Sauque”, “Comiña”, “La Poroma”, “Sicuya” y otras heredades más pequeñas, de lo que podemos deducir que la fiesta de la poda se extendía por más de quince días.
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Pelicanos descansando en playa de arena.
El ecosistema marino de la corriente de Humboldt y su fauna maravillosa por: Andrea Auger-Lancellotti (*) La migración de las aves guaneras, que se nos presentan como nubes oscuras en el cielo, llenas de valor, fuerza y coraje, ha impresionado a más de algún iquiqueño que se las ha topado en el borde costero, a metros de nuestras playas más concurridas. Como la comida no está disponible en todas partes, se focaliza, se arman gigantescas bandadas de pelicanos, cormoranes, gaviotas y otras aves que se mueven diariamente, sin parar hasta conseguir su preciado alimento: la anchoveta.
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a Corriente de Humboldt, es una corriente marina que se origina en la zona de aguas antárticas y que fluye de manera paralela a la costa con dirección norte. Alcanza desde la zona Antártica hasta el norte del Perú, llegando hasta el mítico sector de Cabo Blanco. Esta corriente tiene una enorme importancia ya que, con ayuda del viento, moviliza hacia la superficie del
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mar una masa de agua fría, profunda, baja en oxígeno, pero extremadamente rica en nutrientes. Estos nutrientes al llegar a la superficie, donde se encuentra una gran cantidad de organismos marinos llamado plancton, fertilizan esta capa superficial y con la ayuda del sol se generan “floraciones de micro algas” las cuales alimentan al zooplancton, conformado
por diversas especies de crustáceos, larvas de peces y otras formas de vida muy diminutas. Todo este alboroto oceanográfico, genera zonas altamente productivas, llenas de vida, atrayendo a millones de peces pelágicos, tales como la anchoveta, especie marina clave en este ecosistema y alimento primordial para los mamíferos marinos, como los delfines, ballenas, lobos
marinos y las maravillosas aves guaneras. Las aves guaneras tienen un rol muy relevante, ya que sus heces llamadas “guano” inyectan nutrientes en la zona costera, enriqueciéndolas y llenándolas de vida marina. NUBES DE AVES Las especies que conforman a las llamadas aves guaneras, son principalmente, los pelicanos, los cormoranes
Roca de descanso de aves guaneras sur de Iquique.
guanay conocidos como “pato guanay”, los piqueros y los pingüinos de Humboldt, pero esto no quita la importancia de muchas otras especies de aves marinas que son importantísimas para mantener el equilibrio de los ecosistemas. Las aves marinas, en conjunto con los mamíferos marinos (lobos marinos, delfines) son consideradas como bio indicadores del estado de “salud” de nuestros mares, ya que los seres humanos consumimos los mismos tipos de peces. Es decir, si ellas se ven afectadas negativamente, los que siguen en la lista somos los humanos. Los principales sitios de nidificación masivos de estas especies se encuentran ubicadas en el Perú, pero en nuestra costa del norte de Chile, también encontramos sitios de nidificación de algunas de estas especies, pero que lamentablemente se están viendo afectados por el efecto humano: proyectos mineros, extracción de guano, urbanización y sobre explotación pesquera. En la época en que comienza el calor de la primavera, estas aves se preparan para su temporada reproductiva, por lo que necesitan conseguir mucho alimento de calidad, para acumular la mayor cantidad de nutrientes y grasa en su cuerpo, para posteriormente estar listas para poner sus huevitos y asegurar que sus pollitos nazcan fuertes y sanos. Para esto, las aves deben volar grandes, enormes distancias, buscando los puntos con mayor productividad, donde los cardúmenes de anchoveta y otros peces suelen congregarse. Debido a esto, comienzan el gran viaje desde el Perú, y dentro de nuestra misma región, atravesando el corre-
“Las aves marinas, en conjunto con los mamíferos marinos (lobos marinos, delfines) son consideradas como bio indicadores del estado de “salud” de nuestros mares, ya que los seres humanos consumimos los mismos tipos de peces”. dor migratorio del Océano Pacífico, volando y cazando, para en el momento indicado, poder volver listas a sus sitios de nidificación y poder criar a sus pequeños hijos. La comida no está disponible en todas partes, se focaliza, es por esto que se arman gigantescas bandadas de pelicanos, cormoranes, gaviotas y otras aves que se moverán diariamente, sin parar hasta conseguir su preciado alimento: la anchoveta. Estas aves viajan en grupos, muchas de ellas son parejas que llevan toda una vida juntas, gastan mucha energía cada día y aprovechan la costa rocosa y playas de arena para darse un respiro para poder cada día continuar, hasta que logren el gran milagro de la vida: tener a sus pollitos y mantener a su especie. En Iquique somos muy afortunados en poder presenciar estas migraciones, con cientos de aves esforzándose cada día por sobrevivir; ellas no pueden ir a conseguir comida en cualquier lugar, es por esto que es tan importante
Bandada de cormoran o pato guanay migrando frente a playa Cavancha.
mantener el mar limpio de plásticos, de contaminación tóxica, de basura y lo más importante, respetarlas como seres vivos llenos de magia y coraje, respetar sus espacios y sus momentos de descanso, admirándoles desde lejos. Los humanos estamos colonizándolo todo, alterando lugares de descanso de estas y otras aves y si no paramos a tiempo, el efecto podría ser irreversible. Aprendamos a disfrutar de las maravillas de la madre naturaleza y miremos esas bandadas enormes de aves, esas nubes oscuras que viajan incansablemente para
vivir su vida simple y hermosa, respetemos sus espacios y cuidémoslas sin molestarlas. Como humanos estamos perdiendo la conexión mística que debemos tener con nuestros hermanos los animales, quienes tienen el mismo derecho que nosotros, la raza humana, de conseguir pareja, amor, un lugar donde descansar sin ser molestados, alimento sano y poder criar a sus pollitos. (*) Ecóloga marina; Magíster en ciencias del mar y enamorada de la vida marina.
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DEL TELÓN A LA PANTALLA: Un placebo digital para actores y espectadores Con el confinamiento en todo el mundo, el público ha tenido que cambiar las salas de teatro por su casas para poder continuar accediendo a funciones teatrales. La experiencia no es la misma, pero nos recuerda que el evento teatral es más que texto y desarrollo técnico, es encuentro y desafío. por: Anita María Neira Tiemann (*)
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l teatro y su historia no son ajenos a las crisis sanitarias. ¿Y por qué lo sería si, como las artes en general, el teatro es reflejo de nuestras vidas y sociedades? Por ejemplo, el lamentable final de la tragedia romántica más conocida de la civilización occidental, Romeo y Julieta, fue precipitado por un detalle que normalmente pasa desapercibido: la peste. El fraile encargado de hacer llegar la carta con la verdad a Romeo no puede hacerlo porque “sospechando que veníamos de una casa donde reinaba la pestilencia infecciosa, cerraban las puertas y no nos dejaban pasar”, “tanto miedo le tenían a la
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fotos: gentileza de Fintdaz enfermedad”. El mismo William Shakespeare y las compañías de su tiempo vivieron más de una vez el cierre de los teatros en las grandes ciudades donde se concentraba la actividad artística profesional, teniendo que mirar hacia las provincias como fuente de trabajo. Hoy, en el mundo, vivimos una crisis sanitaria que, como en los siglos XVI y XVII, nos impide
asistir a una sala de teatro. Sin embargo, a diferencia de otras épocas, la gran herramienta que dramaturgos, compañías, gestores culturales y parte del público han podido utilizar para seguir viviendo las artes escénicas desde el confinamiento en casa ha sido el Internet. Y las provincias, las regiones de Chile, aun con sus carencias en conectividad, han podido beneficiarse de
En tiempos de Shakespeare, cuando la peste cerraba funciones, el teatro se fue a las provincias. Hoy, abre las puertas de las casas a través de computadores y celulares. Y la región está dispuesta a recibir obras y compañías que quieran mantener el espíritu del teatro vivo, aunque sea en un encuentro virtual y diferente.
la liberación de contenido artístico de todo el mundo y de funciones gratuitas o pagadas de espectáculos nacionales e internacionales a los que no necesariamente habríamos tenido acceso en Tarapacá. Es momento de resiliencia, de adaptación, de preguntas, de ensayo y error – todos conceptos intrínsecos a las artes escénicas y catalizadores de tantos procesos de creación. El teatro no es ni ha sido nunca un producto terminado, completo, sino un proceso movido por preguntas y problemas por resolver, por lo que no sorprende que esta disciplina busque experimentar, jugar y desafiarse a través de medios que no son los propios
(la cámara, la pantalla, la reproducción remota), incluso a costa de tensionar aquella particularidad más básica: la relación actor-audiencia en un mismo espacio y tiempo. Es imposible no pensar aquí en Jerzy Grotowski (1933-1999), director de teatro y teórico polaco, para quien el teatro se definía por la existencia de un actor y un espectador, sus componentes esenciales. En este sentido, cualquier otro recurso estético o elemento no es requisito para que ocurra la experiencia teatral. Para Grotowski, el teatro es, entonces, lo que pasa entre el actor y el espectador, el encuentro. Pero no se pueden dejar fuera los ejes que lo hacen posible. En circunstancias menos excepcionales que la que vivimos, este encuentro se daría en un espacio y tiempo compartido, donde esa coexistencia es evidente para ambas partes y genera una relación temporal que influye directamente en la obra o evento teatral que los ha reunido. La co-presencia de esa experiencia mueve al actor, pues siente la mirada, aunque sólo sea un par de ojos que se dirigen a él, pero considero que el efecto en el espectador es al menos igual de importante. La audiencia siente el riesgo que corre el actor sobre el escenario, mira al actor y al personaje sabiendo que ese cuerpo imperfecto y material
puede producir un goce estético impalpable. Además, se da cuenta rápidamente de que también cumple un rol en esa experiencia. Ahora, si hay más de un espectador, el contrato tácito se multiplica al ser conscientes de que otro, al lado mío, mira conmigo. ¿Cómo vive el público esa experiencia estética virtualmente? Se pierde el evento; desaparece la sala como marcador entre un espacio y otro, donde se deja afuera la vida cotidiana (se aplaude, se mantiene el silencio, la oscuridad me hace un voyerista protegido de lo que pasa en el escenario, las luces me exhiben y me vulneran, mis reacciones las sienten y las escuchan mis co-espectadores y los actores); si la obra es previamente grabada, se vuelve una experiencia más
de archivo que de encuentro; si es en vivo, permanece la sensación del riego asociado a la inmediatez, pero se pierde la tridimensionalidad del cuerpo y la tensión entre realidad y ficción que conlleva el que productos de la imaginación y el trabajo artístico hagan uso del ser humano para hacer la visión realidad. Está claro que no es lo mismo, pero eso no es sinónimo de que no valga la pena. En tiempos de Shakespeare, cuando la peste cerraba funciones, el teatro se fue a las provincias. Hoy, abre las puertas de las casas a través de computadores y celulares y la región está dispuesta a recibir obras y compañías que quieran mantener el espíritu del teatro vivo aunque sea en un encuentro virtual y diferente.
En Tarapacá, estos meses tendremos la oportunidad de celebrar al teatro y la danza con el ciclo de funciones online que ha organizado Fintdaz 2020 para poder recordar lo importante que son estos festivales para la comunidad, en un encuentro colectivo donde compartimos espacio, tiempo y las sensaciones que podemos entregarnos entre artistas y público. Es un desafío compartido, que nos ayuda como placebo para soportar estos meses sin esa experiencia, pero que nos hará apreciar aún más la simplicidad de lo que teníamos entre escenario y butaca. (*)Magíster en Theatre and Performance Studies de la Universidad de Edimburgo.
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DIEZ AÑOS DE NOMADESERT: Una organización para unir cultura y desierto La experiencia de habitar el desierto. Con esa máxima nació “Nomadesert”, la idea y obsesión de un grupo de profesionales que fue mutando con el tiempo y que, hoy, a diez años de su nacimiento, ha dado origen a una serie de proyectos que vinculan la cultura y el territorio de una manera única y muy atractiva.
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n grupo de profesionales de los ámbitos de la arquitectura, el turismo, la gastronomía y la música, querían (por allá por el 2010) poner en valor y difundir el desierto de Atacama, entendido como la unidad desértica que va desde el sur del Perú hasta el norte de Chile. Con esa idea en mente nació “Nomadesert”, y con un eslogan explícito: Vivir la experiencia de habitar el desierto. Vesna Obilinovic, una de sus fundadoras, arquitecta, había estudiado en Italia un magister en desarrollo sostenible y al retornar a Iquique, se encontró con gente que sintonizaba la misma frecuencia, entre ellos Billy Morales, de Mistico Outdoors. “Me puse a recorrer la región, por primera vez, ya que cuando pequeña no lo había hecho. Y me di cuenta de que había un potencial enorme, que se podía conocer y mostrar a
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través de las plataformas, que era lo que había estudiado en Italia”, dice. Por esta razón, agrega, “Nomadesert” partió como una página web y una plataforma física, todo junto. “Un concepto de apoyar, trabajar y consolidar una marca; como un holding, es más fácil consolidar una marca potente, que varias pequeñas e independientes. La idea, en definitiva, era vincular turistas con personas de la región. A partir de lo que estaba hacien-
do Mistico Outdoors, que era lo que le daba sentido a este moverse por el territorio, es ahí cuan aparece la necesidad de buscar alojamientos”. A partir de esa premisa, nace la idea del “hotel itinerante”. “Luego viene la idea de los domos, que es generar campamentos portables; pero la idea de vender esto era compleja, porque resultaba muy caro. Queríamos vender turismo y cultura, pero nos encontramos con que cultura no estaba bien definida; no
encontramos una identidad, sino que muchas identidades superpuestas que se negaban entre sí”. Vesna Obilinovic señala que, en medio de las cavilaciones, comenzó a aparecer mucha gente que “más allá de lo que habíamos pensado, nos invita a repensar el proyecto; es así que el 2013 nos consolidamos en un Club Deportivo, Social y Cultural Nomadesert, lo que nos permitió incorporar a gente de otros ámbitos, como el gestor y dj Cristobal Nakeye, la gestora y actriz Marisol Salgado, entre otros, con la idea de integrarnos a la comunidad. Dejamos stand by la web, que hoy está como sitio en construcción y seguimos adelante. Hoy somos 25 socios, de los cuales 15 estamos activos”. A partir del 2014, la nueva organización comenzó a generar productos culturales, como el primer “Desierto Sonoro”, que se realizó en
“Queríamos vender turismo y cultura, pero nos encontramos con que cultura no estaba bien definida; no encontramos una identidad, sino que muchas identidades superpuestas”.
ANATIÑA: un proyecto ambicioso Con la Plataforma Anatiña esperan generar convenios con otras instituciones, universidades, centros culturales, municipios, para operar el lugar. Tienen, además, un enorme desafío en lo que es la infraestructura que deben crear. Consolidar el espacio con cabañas, por ejemplo, que permitan hacer residencias. “De alguna
manera queremos tener el primer espacio consolidado para residencias artísticas y de investigación en la región. Por supuesto que vamos a solicitar apoyos para desarrollar todo esto, pero tendremos que esperar que pase esta situación de pandemia, porque entendemos que las prioridades hoy día son otras”.
febrero del 2014 y que se convirtió en el primer festival de música electrónica andina, que tuvo tres días de duración y fue el primero realizado en el desierto de Atacama. “Y sigue siendo el único que existe en la zona norte, al menos de estas características”, agrega Vesna. Con el tiempo, indica, fueron realizando otros proyectos. “Aquellos que le van generando currículum a la plataforma y que nos permiten estar situados donde estamos hoy. Al punto de que en el 2020 hemos podido postular a un proyecto internacional, que tiene financiamiento de organizaciones de gran prestigio”. En el año 2018 la organización genera una nueva directiva, la cual continúa con las iniciativas que dan origen al proyecto. “Realizamos el 2014 el primer desierto sonoro en Anatiña, y gracias a eso, el año pasado (2019) a través de la nueva presidenta Javiera Pavez Seguel, pudimos firmar un convenio de administración
de ese espacio con Conaf, que además nos autoriza hasta por 20 años para realizar un espacio de creación y difusión del desierto, lo cual es una tremenda felicidad, porque es como volver a retomar el proyecto inicial”. “El desafío de ese lugar -dice Vesna- es poder generar un vínculo desde un perfil cultural y un parque nacional, porque estamos en la Reserva de la Pampa del Tamarugal. Por otro lado, encontramos que es vital poder vincularlo al tema cultural y la cultura entendida no solamente como la zona andina, sino también su actualización: es decir consolidar este sistema de identidades colectivas, a partir de recorrer el desierto de una manera contemporánea. Es decir, no solamente a partir de fiestas ancestrales, sino entender el territorio con estos nuevos habitantes que tiene la ciudad, en especial aquellos llegados a partir de los años noventa, que no conocen mucho su contexto”.
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Foto: Franco Miranda
ACUERDO DE ESCAZÚ: las críticas al rechazo de Chile Aunque el período para la firma del “Acuerdo de Escazú” cerrará el 26 de septiembre próximo, nuestro país tendría la posibilidad de adherir en un futuro próximo, no obstante la negativa a firmarlo, que anunció el Ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand. Numerosas organizaciones que defienden el medio ambiente han formulado críticas a la decisión del Gobierno.
A
unque nuestro país participó activamente y fue copresidente de la mesa directiva y, además, anfitrión de la reunión donde se adoptó “La Decisión de Santiago”, documento que originó lo que se ha conocido posteriormente como “Acuerdo de Escazú”, el reciente rechazo para su firma, anunciado por el canciller Andrés Allamand, despertó el cuestionamiento de numerosas organizaciones vinculadas a la defensa del medio ambiente. Entre los años 2012 y 2014 se realizaron las reuniones preparatorias, tras las cuales emanó el primer documento que permitió la creación de un comité de negociación conformado por 24 países, incluido Chile. Nuestro país es el único que ha anunciado públicamente su rechazo al acuerdo, porque -la argumentación chilena- es que contendría una amenaza a la soberanía nacional. El “Acuerdo de Escazú”es, en rigor,
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un Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe. Documento que consta de 24 artículos que tienen como eje principal garantizar tres derechos en materia medioambiental: 1. Acceso a la información; 2. Participación en la toma de decisiones y 3. Acceso a la justicia. Estos tres derechos forman parte de un principio adoptado en la primera Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro el año 1992, que establece que: “El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que encierran
peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones”. Es más, el texto señala que los Estados “deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes”. El Acuerdo de Escazú comenzó la ronda de negociaciones en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en el año 2012. En esa oportunidad se estableció una hoja de ruta para avanzar en establecer la garantía de los tres derechos reseñados más arriba. Durante una serie de reuniones se trabajó sobre un documento preliminar que redactó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, organismo dependiente de la ONU. Es así
que se fueron incorporando numerosas propuestas de los 33 países que forman parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, durante nueve reuniones. El documento final se adoptó el 4 de marzo de 2018 en la ciudad de Escazú, Costa Rica, y cuenta con la venia del propio secretario general de la ONU, António Guterres. Por ejemplo, el Principio 10 proponía ciertas garantías a la hora de tomar decisiones y de proteger el medio ambiente: transparencia de la información pública ambiental, de los riesgos ambientales y de las decisiones; la posibilidad de opinar, de ser parte de las decisiones; y por último, de acudir a terceros independientes e imparciales si esos derechos no son respetados, si el medio ambiente está en riesgo, o si éste ha sido dañado. Y aunque Chile cuenta con un marco institucional y legal, que garantiza en diferentes niveles los tres pilares fundamentales de la democracia ambiental, nuestro desafío está en la implementación real de estas garantías, en lograr que ellas se respeten, aunque a juicio de algunos, los procesos puedan parecer lentos o engorrosos, y pese a cualquier “agenda pro inversión” que se proponga en el país. Casos como el escape masivo de
salmones en Chiloé, el cual se suma a otros graves episodios protagonizados por esta industria y por las instituciones a cargo en la zona, dan cuenta de que aún falta mucho por avanzar en la materia. Este ejemplo, a juicio de los ecologistas, revela algunos de los desafíos pendientes de nuestro país, en cuanto a contar con sistemas adecuados de alerta temprana de emergencias ambientales, con evaluaciones ambientales con participación ciudadana efectivas y con un acceso real a la justicia de las comunidades locales. Al cierre de esta edición, el Acuerdo de Escazú había sido firmado por dos tercios de los países asociados en el CELAC (22 países). De ellos, nueve ya lo habían ratificado en sus respectivos Congresos. Otros 11 estaban a la espera de la firma. Para que el acuerdo entre en vigencia, además, se necesitan 11 firmas, lo que se habría logrado. De Sudamérica, firmaron Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Paraguay; y ratificaron Guyana, Bolivia, Ecuador y Uruguay. Sólo Chile, Venezuela y Surinam están fuera del acuerdo. De Centroamérica, firmaron Costa Rica, Guatemala y México; ratificaron Nicaragua y Panamá; y se mantuvieron al margen Belice, El Salvador y Honduras.
El rechazo de Chile Hasta principios de septiembre nuestro país es el único (de los 33 miembros de la CELAC) que anunció públicamente que no firmará el Acuerdo de Escazú, pese a que durante las reuniones preparativas había asumido el liderazgo del proceso. Según el Gobierno la mayoría de los lineamientos del convenio ya estarían incorporados en la legislación ambiental chilena. “No agrega nada”, dijo el presidente Sebastián Piñera hace justo un año. Otro argumento que ha surgido, aunque en forma ambigua, es que su ratificación podría suponer una amenaza a la soberanía nacional. De hecho, la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, aseguró que el convenio “incrementa la incertidumbre jurídica, dando la preferencia a Bolivia como país sin costa, en todas las disyuntivas internacionales donde
Chile tiene conflictos ambientales pendientes con ese país, como el del río Silala”. De este modo se hace referencia al artículo 11 del acuerdo, que señala que los países que adhieren “prestarán especial consideración a los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños estados insulares en desarrollo de América Latina y el Caribe”. Además, en el artículo 19 se recomienda como fórmula resolver diferencias entre los países a través de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. No obstante esta negativa, aquellos países de América Latina y el Caribe que deseen firmar el Acuerdo de Escazú, podrán realizar las gestiones pertinentes a través de su Misión Permanente ante las Naciones Unidas, emitiendo los plenos poderes correspondientes.
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