EN CONTRA DE LOS HIJOS DE MI PUEBLO

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CAPITULO DOS Caminando hacia el progreso “Espero interesado como el que mas en la buena marcha de la naciente administración y deseoso de cooperar por todos los medios imaginables al adelanto material, moral y social de los pueblos confiados a mi cuidado” Irineo Gracida, Jefe político de Jamiltepec, 30 de junio de 1877.


Un nuevo orden económico

Aumento de la demanda La población del distrito aumentó de número lo que conllevó tanto a la mayor disponibilidad de mano de obra, como a un mayor consumo de la producción.1 En el porfiriato el mercado regional se había vuelto más demandante y amplió sus requerimientos al articularse mejor al mercado nacional. Ante estos cambios y el dinamismo que adoptó la demanda de productos, el sistema económico de la costa chica fue exitosamente contagiado por el sistema capitalista y las miras hacia el exterior de la región. Se buscaron más rutas comerciales sin abandonar las tradicionales, la exportación de la producción costeña pasó a ser la médula sobre la cual se basaba el naciente sistema. No solo se pretendió sacar los productos más allá de las fronteras regionales sino que al

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Para ver más sobre el enfoque productivo de la región en el porfiriato véase Rodríguez, La costa de Oaxaca ayer y hoy.


mismo tiempo se buscaban vías de comunicación rápidas y menos costosas. La élite costeña ansiosa del progreso que el régimen ofrecía, añoraba el día en que como en otras regiones de desarrollo porfiriano el ferrocarril, los extranjeros y sus capitales arribaran a su calurosa región trayendo el progreso y la modernidad.2 Aunque se proyectó la construcción de una línea férrea que comunicara a Pinotepa Nacional con el estado de Puebla y otra que comunicara a Jamiltepec con el Puerto de Salina Cruz en el istmo, fueron costosos proyectos que nunca se pudieron llevar a cabo por la falta de inversión, este ambicioso proyecto modernizador que al unir a Pinotepa con Jamiltepec uniría las costas del pacifico del sureste mexicano con el centro del país y con el golfo trató de llevarse a cabo, la primer propuesta se empezó a construir desde Puebla pero fracasó.3 La pujante y próspera economía del distrito de Jamiltepec se veía truncada por los deficientes, caros y tardados medios de comunicación tradicionales que marginaban a la región. San Juan Colorado como parte de la región sufrió junto con ella los cambios que ocurrían, no 2

Desde la élite distrital hasta el mismo Porfirio Díaz pensaban que la única forma en la cual México progresaría como los países Europeos sería por la inmigración y la mezcla racial con éstos. 3 Para leer más sobre el papel de los ferrocarriles en las definiciones de progreso y modernidad consúltese a Chassen, Oaxaca entre el liberalismo y la revolución.


solo tuvo crecimiento demográfico sino que en proporción a ello y la apertura comercial con otros pueblos su economía creció relativamente en este período. El desarrollo económico que se alcanzaría se logró a base de la inversión de los recursos financieros que el mismo pueblo producía pero esto por supuesto se pudo hacer gracias a las condiciones como la circulación de capital que se obtuvo propiciando el desarrollo regional, la inversión extranjera y de la élite del distrito en negocios que dinamizaban el flujo de recursos y la demanda, y de las inversiones del gobierno en sentido de infraestructura.

Laguna del venado: Apertura de Puerto Minizo La creciente producción de la región ya no podía circularse con las deficientes rutas comerciales tradicionales, el crecimiento económico exigía una mejor manera de sacar la producción del distrito que no fueran caminos peligrosos que se volvían intransitables en tiempos de lluvias,4 por esta razón y ante la espera inútil de la llegada del ferrocarril, a través del jefe político los pueblos y la 4

A lo largo de la historia las autoridades de Jamiltepec se quejaban de los malos caminos “intransitables con las lluvias” pero también hacían énfasis en que los pueblos procuraban repararlos tan pronto se iban éstas. Otro obstáculo eran los numerosos ríos que por todas partes corrían y que eran caudalosos en la época, el río Verde constituía una verdadera barrera que separaba al distrito de Jamiltepec del de Juquila.


élite regional hicieron el 15 de mayo de 1895 una solicitud al gobernador, en un intento de buscar una salida por el único rumbo que quedaba: el mar. 5 Se solicitó al gobernador del estado que se habilitara a Minizo, 6 como puerto para que los productos fuesen sacados por el mar hacia su principal mercado nacional: Acapulco. No obstante de la importancia que tendría esta obra para el desarrollo de la región y la economía estatal, el gobierno rechazó la solicitud por “no estar en sus facultades” la apertura de un puerto. A cambio el gobernador en persona a nombre de los pueblos del distrito de Jamiltepec remitió el 21 de mayo la solicitud al presidente Díaz. Los días pasaron y al no haber respuesta la desesperación de la región por esta obra que se suponía sería la panacea para lograr el desarrollo el jefe político Cristóbal Palacios, seguramente presionado por la élite distrital el 28 de septiembre le pidió informes al gobernador sobre el asunto del puerto, días después el gobierno estatal el 9 de octubre contesta nuevamente que la habilitación de un puerto se halla fuera de su jurisdicción pues ese tipo de obras era de competencia federal por lo que

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Especial interés mostró la compañía “Del Valle” en estas gestiones. 6 Fungía como tal el General Martín González, Álvarez (2008), Historia general del estado de Oaxaca, 183


la gestión de dicho puerto se debía de hacer ante el ejecutivo nacional.7 En esta investigación no se pudo determinar el momento preciso pero tiempo después el presidente Díaz aprobó y financió la apertura de Puerto Minizo en el sur del municipio de Pinotepa Nacional. Esta se convirtió en la obra porfiriana más importante realizada en la región, que propició el despegue del bienestar económico que en poco tiempo se vivió. Posteriormente el gobernador Pimentel presionado por la influyente firma comercial “Del Valle” dispuso que los barcos de las compañía Naviera del Pacifico hicieran paradas en Minizo cada 20 días para cargar los productos con destino a Acapulco.8 La élite distrital estaba convencida de que estaba destinado a ser uno de los mejores puertos del país.9 El gobierno le otorgó a este nuevo puerto del estado una importancia comercial relevante y de ubicación estratégica por lo que financió la construcción del muelle y la aduana, ante la dificultad de que el ferrocarril cruzara las altas serranías de Oaxaca desde Puebla para llegar a la costa y conectar la mixteca en su paso, se proyectaba la construcción de caminos transitables por donde se agilizaría el flujo de los productos de 7

AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 6, Exp. 59. 8 La familia Del Valle tenía una empresa de lanchas en este puerto. 9 Véase Atristáin, Notas de un ranchero.


la región de Putla y otras de la mixteca hacia Minizo y así tuviesen una salida más rápida y barata, esto tampoco se pudo llevar a cabo. No sólo la geografía de Minizo ni su importancia comercial habían motivado la habilitación del puerto, pues visto desde otro punto, su ubicación era estratégica, no sólo para el comercio sino para la milicia puesto que dos puertos importantes y con fuerzas militares se encontraban relativamente cerca: Acapulco y Salina Cruz, además que del puerto se llegaba directamente a la población comercial más importante y grande: Pinotepa Nacional, de donde a su vez partían los principales caminos del distrito. Así se podía llegar rápidamente a la cabecera distrital tomando el camino del oriente, se podía tomar rumbo hacia Ometepec en el camino del poniente o hacia Putla por el camino del norte.10 El 27 de enero de 1910, Alfredo, Eleazar y Francisco del Valle, dueños de una empresa de lanchas y agencia de embarques en Minizo solicitaron al gobernador que elevara al Despacho de Comunicaciones y Obras Públicas su solicitud de subvención del Erario Federal para mejorar las instalaciones de Minizo y esto era “de gran trascendencia para la riqueza del Estado, por una parte, y como el mencionado Puerto (única vía de comunicación de una importante zona oaxaqueña) 10

Este puerto fue un punto crucial en disputa durante la revolución.


se fundó primero y se ha sostenido, después, debido en gran parte al poderoso patrocinio y decidido apoyo que se ha servido dispensarle ese respetable y progresista Gobierno” por lo que “deseamos instalar en dicha playa un Winche de Vapor con un cable de alambre de acero”11

Un sistema capitalista Con la entrada del pensamiento capitalista en la costa chica, pudo llevar a buen término la privatización e individualización de la propiedad, además de fomentar la producción de cultivos comerciales, productos manufacturados y derivados animales, fomentó de manera muy notoria la creación y multiplicación de fincas y ranchos que diversificaron el mapa agrícola de la región. San Juan exportaba su producción al mercado nacional mediante la plaza comercial de Pinotepa Nacional que se había convertido en un punto seguro que mediante puerto Minizo podría sacar su producción de la región. Tan pronto como el dinamismo del mercado condujo al éxito del sistema capitalista que se reflejó en los ingresos de los pequeños y medianos 11

AGEPEO, Fomento, Leg. 13, Exp. 19. Estos artefactos constaban de un torno sobre el cual se enrollaba un cable, utilizaba la fuerza del vapor y es un sistema similar al que usan los elevadores para subir y bajar.


productores indígenas de San Juan, el capitalismo pasó a formar parte de sus sistemas económicos pero ocurrió sin que se pudiese desplazar del todo al comunalismo, la simbiosis que se produjo entre ambas corrientes logró un equilibrio tal que pudo mantenerse sin mayores contradicciones. Ante la demanda de productos, los pequeños productores no solo sembraban y cosechaban para el autoconsumo sino que procuraron hacer excedentes con destino al mercado local y regional en el caso de básicos y al mercado estatal o nacional con sus productos de exportación. Mientras que la nueva concepción económica se acomodaba dentro del pensamiento indígena de San Juan, las reproducciones sociales fueron enmarcadas por esta nueva forma de entender la propiedad, el comercio y el capital. Al penetrar el capitalismo en el pueblo, la individualidad aparecía por primera vez en la historia local como una ruta viable y segura, fue tan importante como el sentimiento de pertenencia a la comunidad que no pudo ser borrado nunca. Por ejemplo, en este periodo la propiedad privada cobró una vital importancia, de suerte que los comuneros se veían envueltos en los juzgados en pleitos por herencias familiares, llegaron inclusive a discutir testamentos ante jueces regionales y estatales, pero al mismo tiempo que daban esta importancia a la posesión de bienes privados formaban conscientemente parte de una comunidad que era una sola y dentro de ella participaban igual que todos de las mayordomías o se veían involucrados


en tequios y obras que sin retribución alguna y sin beneficio particular procuraban el bienestar común. En este contexto no solo se diversificó la producción en la costa ante el despunte que cobró la economía regional, sino que atendiendo a las particularidades geográficas cada pueblo se caracterizó por la calidad de sus productos o francamente se especializó en cierto tipo de producción. San Juan, por ejemplo, tuvo como eje medular de su economía la producción de panela y fue reconocido en la región por esta actividad, sin embargo, también diversificó su actividad económica, pues paralelamente otros cultivos, textiles, artesanías y la ganadería se orientaron hacia un sentido comercial y fueron importantes para la economía local. La red comercial tendida en la costa, que involucraba a Ometepec en el vecino estado de Guerrero, Pinotepa y Jamiltepec fueron las rutas comerciales por las cuales San Juan logró acceder al mercado regional articulándose de esta manera con la floreciente economía de la costa chica. También tuvo acceso a un mercado más extendido, desde Pinotepa mediante Puerto Minizo, sus productos llegaban a dos puntos comerciales importantes, Puerto Ángel e inclusive Salina Cruz en la costa Oaxaqueña y Acapulco en la costa de Guerrero. Todo esto sin que se abandonaran las rutas tradicionales de corta distancia, como el comercio con pueblos vecinos principalmente Pinotepa de Don Luis, y de larga distancia como la


red que conducía sus productos, como la panela a pueblos más alejados del distrito, pueblos de la mixteca e inclusive los mercados del valle o la ciudad de Oaxaca. La red comercial que se había tendido en la costa se enfocaba más hacia la exportación que al desarrollo de un mercado interno, alejó económicamente a San Juan de la capital del estado principal centro económico de Oaxaca y lo vinculó a depender de los altibajos del punto comercial más importante al que tenía acceso, el puerto de Acapulco.12 Desde este punto provenían artículos que no se producían en la costa oaxaqueña, ya sea aquellos producidos en Guerrero, pero principalmente aquellos que se fabricaban en la industrias y fábricas modernas instaladas en la ciudad de México. Pero pese al gran desarrollo que sufrieron los medios y las rutas comerciales que favoreció el capitalismo, en los pueblos como San Juan y en particular éste que era completamente mixteco o al menos el poder lo siguió ostentando una élite indígena, la comunidad siguió siendo sumamente dominante en las reproducciones sociales, culturales y políticas.13

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Hasta el día de hoy la costa chica se encuentra relacionada comercialmente con los vecinos pueblos guerrerenses y el puerto de Acapulco. 13 Actualmente el sentimiento comunal se encuentra tangiblemente impregnado en las actividades culturales y sociales. Los ancianos aún dicen que todos por igual somos los hijos del pueblo y por lo tanto le debemos respeto.


Los grandes capitales y empresas extranjeras que favorecieron el desarrollo de otras regiones jamás llegaron a San Juan pero se favoreció o al menos las condiciones generales le permitieron un relativo grado de desarrollo económico. Los grandes capitales que entraron en circulación en el estado y particularmente aquellos que entraron por Pinotepa Nacional o Jamiltepec fueron determinantes para la creación de un clima propicio para los pueblos que se encontraban en esta zona, que se ha descrito dentro de las zonas de desarrollo porfiriano en el estado.14 Tomando en cuenta que el estado de Oaxaca ocupaba el quinto lugar a nivel nacional en captación de inversiones extranjeras, capitales que ciertamente se concentraron en ciertas zonas o especialmente en ciertas industrias y comercios pero necesariamente una parte de ellos tuvo que circular por todo el estado especialmente en regiones de desarrollo como lo fue el distrito de Jamiltepec y dentro de él, la población mixteca de San Juan Colorado.

Los valores monetarios Dentro de San Juan y en la mayoría de los pueblos del distrito, las transacciones comerciales entre los bienes o servicios se seguía realizando 14

Véase a Atristáin, Notas de un ranchero; Chassen. Oaxaca entre el liberalismo y la revolución.


como en la época prehispánica por un sistema conocido en mixteco como Sama ta’an (trueque), que consistía en el intercambio de productos bajo un volumen o cantidad más o menos estandarizados, aún cuando en la época la circulación y uso de monedas estaba ampliamente extendido y generalizado las familias mixtecas preferían retenerlas para tiempos difíciles. Las reservas de monedas se hacían principalmente para tiempos de crisis, cuando las cosechas se perdían o la familia se veía en problemas financieros serios. Las monedas que se guardaban y se ponían en circulación cuando las condiciones antes dichas así lo exigían o cuando se hacía pago de los impuestos. Así mismo para aquellas transacciones comerciales que se hacían con comerciantes mestizos, quienes también participaban del sama pero para ciertos negocios solo recibían valor en moneda. El sistema monetario decimal se había implantado en el país desde 1867, para poder estandarizar el precio de productos así como el valor de las monedas, las cuales fueron fabricadas principalmente de plata. En San Juan la circulación de monedas fue escasa, ya sea por el acaparamiento de reserva o por otro tipo de prácticas, como la costumbre de enterrar dinero con los muertos o porque las mujeres porfirianas gustaban de lucir hermosos collares fabricados con monedas de plata y coral rojo.


Para 1908, el nuevo peso mexicano,15 que valía aproximadamente medio dólar estadounidense, así como otras monedas se habían vuelto más escasas en San Juan, la crisis económica que sufrió la región en esas fechas habían provocado más que nunca su retención, fue entonces que muchas familias decidieron enterrar sus monedas en ollas de barro en lugares secretos, una práctica común en aquellas épocas no había lugar más seguro que la tierra para guardar este tipo de bienes. Todo esto en el marco de una severa crisis económica causada por el bajo precio que tuvieron los productos de exportación, lo que condujo a que los básicos aumentaran su valor, la escasez de alimentos que se sufrió en esas épocas se agudizó y la hambruna no se hizo esperar, en un pueblo que aunque no dejó nunca de producir básicos se dejó seducir por el capitalismo y los productos de exportación que dependían completamente de los mercados nacionales y extranjeros.

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Llamado así tras una reforma en que México aceptó el Patrón Oro, para la denominación y el valor de sus monedas.


La paz y prosperidad

Tiempos de tranquilidad Gran parte del siglo XIX se caracterizó por ser una época llena de conflictos y desorganización, ante el desastre administrativo que se había apoderado del país se necesitaba que alguien de alguna forma impusiera el orden.16 Las largas guerras contra fuerzas extranjeras así como las civiles habían afectado gravemente la economía del país, no solo San Juan había caído en la miseria total, sino el distrito en general.17 Una vez que el general Porfirio Díaz llegó al poder rápidamente sofocó las revueltas e inquietudes que aquejaban al país y estableció la paz que tanto se ansiaba, sin embargo, en muchos de los casos recurrió a métodos poco ortodoxos para asegurar la 16

Largas guerras, además de una lucha por el poder y la organización política del país caracterizaron a buena parte del siglo XIX. 17 El primer jefe político porfiriano se quejaba de la miseria crónica en la que habían caído los pueblos de la costa chica oaxaqueña.


estabilidad. En cuanto a la región, su representante, el Jefe político venía a ser una especie de “pequeño dictador” cuya principal función era asegurar la paz porfiriana en los pueblos bajo su jurisdicción. El brazo por el cual el jefe político aseguraba su dominio fue la policía rural, un cuerpo altamente adiestrado en equitación, manejo de sables y carabinas, guardianes federales del orden. Después de que en 1896 se gestara una revuelta en Juquila, las autoridades del distrito hicieron hincapié en la vigilancia de los pueblos, especialmente en los indígenas de quienes se fue creando un gran temor por parte de los mestizos.18 Una vez que la paz se pudo establecer, ya sea por negociaciones o por opresión, la industria, el comercio y las sociedades en general pudieron encontrar la ruta hacia el progreso que era precisamente lo que el presidente Díaz buscaba, solamente con el exterminio de las guerras intestinas del país podría lograrse su desarrollo y modernización. Tanto era el entusiasmo y las esperanzas que se habían puesto en Porfirio Díaz que tempranamente en 1877, el primer jefe político porfiriano de Jamiltepec, Irineo Gracida, hacía saber al gobernador en un elocuente informe, sus deseos de conducir a la región hacia el buen camino que plateaba el naciente régimen, al tiempo 18

Véase a Bailón, Pueblos indios, élites y territorio; Chassen, Oaxaca entre el liberalismo y la revolución, Reina, Caminos de luz y sombra.


que lamentaba que la miseria de los pueblos había llegado a la cronicidad y esto aunado a la violencia que se vivía en la costa, impedía en los pueblos todo progreso.19 Crecimiento demográfico Cuando fue inaugurado el régimen de Díaz, San Juan era un pueblo completamente indígena, desordenado, pobre y con conflictos políticos internos20 pero pese a todo era uno de los más grandes y desarrollados del distrito, tenía 1 670 habitantes lo que lo colocaba en el quinto lugar entre los pueblos más grandes en 1877.21 Este pueblo conformado completamente por indígenas mixtecos que en su gran mayoría se dedicaban a la agricultura de autoconsumo y vivían con muchas limitaciones iniciaría con un relativo

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AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 19, Exp. 32. 20 Es curioso que el cambio de régimen nacional coincidiera con la salida de la escena política de Antonio García, símbolo máximo del caciquismo en el San Juan decimonónico, mientras este personaje, quien ya debía de ser un anciano dejaba la presidencia municipal, otro personaje tomaba la riendas del la presidencia nacional y lo retendría por más de 30 años. Para conocer más sobre este personaje léase Marín, Juro guardar la constitución. 21 AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 24, Exp. 25.


aumento de su población durante los años que el régimen porfiriano se mantuvo en Oaxaca.22 Para 1883 contaba con 1, 400 habitantes, 782 hombres y 618 mujeres.23 Una década después en 1894 la población total con que contaba era de 1 654 habitantes, 759 hombres y 899 mujeres.24 En junio de 1896 se reportaba por el gobierno distrital la misma cantidad y colocaba a San Juan como el séptimo pueblo más grande del distrito. 5000 4000 3000 1654 2000 1000 0

4535 2885 1666

3526 1741

2076

Pueblos más grandes en 1896

Hacia 1900 San Juan era un importante pueblo indígena de la región norte del distrito que

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La grana cochinilla había sido la principal actividad comercial de San Juan en la colonia su lento declive a lo largo de la primera parte del siglo XIX provocó el empobrecimiento del pueblo. 23 San Juan Colorado en Martínez Gracida (1883), Colección de cuadros sinópticos. 24 AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 24, Exp. 31.


tenía 1 795 habitantes,25 873 eran hombres y 922 mujeres,26 lo que colocaba como el séptimo pueblo más poblado del distrito.27 En 1910, había 1 614 habitantes celebrando las fiestas del Centenario, no fueron grandes los cambios en cuanto al número de población pero sí hubo un aumento relativo durante el periodo aquí estudiado y después un descenso que no podemos explicar, tal vez por la migración a pueblos urbanos, las crisis y los desastres naturales de la primera década del siglo XX. Se formaron ranchos o trapiches con permanente ocupación, así aparecieron dos núcleos rurales que fueron un asentamiento permanente, que años después conformarían pequeñas poblaciones: Yukusavi y Agua Fría. El primero nunca fue grande, a lo mucho diez familias se habían asentado en este lugar que vio su auge en la época de la revolución y actualmente está prácticamente deshabitado mientras que el segundo que desapareció y luego se volvió a poblar hasta convertirse actualmente en un núcleo rural nuevo con autoridades tradicionales propias. Tal vez la migración a estos nuevos asentamientos justifica la disminución de la población de 1 900 a 25

División Territorial del Estado Libre y Soberano de Oaxaca. Oaxaca, 1901. 26 Peñafiel, Arturo. Censo General de la República Mexicana (1900). 27 La región costa ha sido siempre descrita como una región muy poco poblada en este periodo como podemos observar la tasa de crecimiento de San Juan fue muy lenta aún comparándola con otros pueblos de la región que crecieron un poco más.


1910. La demanda por lo tanto de productos ante la creación de nuevos núcleos rurales y el aumento de la población del distrito fomentó un aumento de la demanda de productos así como el aumento de la mano de obra para la producción.28

2000 1500

1670

1654

1654

1795

1614

1400

1000 500

0 1877

1883

1894

1896

1900

1910

Población durante el porfiriato

Los medios de comunicación Una red de veredas ancestrales habían comunicado hasta entonces a San Juan con los pueblos a su alrededor. Aunque no tenemos fechas exactas de cuando sucedió pero una de las obras públicas porfirianas que favorecieron al pueblo fue la habilitación de un camino de herradura que lo comunicó con su vecino Pinotepa de Don Luis, esto atendió a la necesidad inmediata de crear rutas comerciales viables por las que la producción se pudiera sacar del pueblo. Don Luis estaba 28

Muchos de los numerosos ranchos que aparecieron en el porfiriato actualmente son pueblos.


comunicado a su vez por un camino de herradura con Pinotepa Nacional por lo tanto San Juan había encontrado una ruta por la cual podría acceder a ese mercado aprovechando las obras que ya estaban realizadas. Tiempo después con más presupuesto, organización y control del ayuntamiento sobre la población pudo habilitarse otro camino de herradura que lo comunicó con el pueblo vecino de San Pedro Atoyac,29 por lo que dos caminos amplios y bien construidos lo comunicaban hacían 1894, posteriormente la última gran obra que se emprendió en este sentido en el porfiriato fue la construcción de un ramal del camino a Atoyac que condujo a San Pedro Jicayán. Para 1897, una red de caminos de herradura comunicaba a San Juan, a través de las serranías con Jamiltepec, la cabecera distrital.30 Para 1904, se podía ir por caminos transitables desde San Juan hacia cualquier pueblo importante del distrito, por los llanos y serranías se había construido un camino de “regular importancia” a lo largo de 89 kilómetros y lo conectaba con Atoyac, Tepetlapa, Camotinchán y Sayultepec de donde partían los caminos hacia la mixteca, a lugares tan distantes como Zacatepec.31 El otro camino que partía de San Juan recorría Pinotepa de Don Luis, Jicaltepec y llegaba a 29

Esto tipo de obras aunque se realizaban a través de tequio resultaban muy costosas. 30 AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 24, Exp. 17. 31 AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 66, Exp. 2.


Pinotepa Nacional. Otro camino de menor importancia lo comunicaba con el vecino Jicayán de donde volvía a Pinotepa de Don Luis. Por lo tanto estuvo mejor conectado con esta región noreste del distrito y hacia la mixteca. Era mucho más accesible Pinotepa Nacional que Jamiltepec, al cual se podía llegar recorriendo el camino que partía desde el primero. Estos caminos que eran amplios y transitables, eran constantemente reparados en tiempos de lluvias en que solían afectarse, colocaron a San Juan en una mejor situación dentro de las rutas comerciales. Mientras que la red de veredas lo seguían comunicando con otros pueblos vecinos, los cuales en el período fueron rehabilitados y mejorados.

El progreso material En la época que nos ocupa San Juan fue autosustentable en su administración municipal, todos los ingresos los produjo el pueblo mismo, la paz y la nueva economía lo condujeron a una relativa prosperidad económica y social con lo que se pudieron emprender obras públicas que hasta entonces no se habían podido llevar a cabo, las cuales consistieron principalmente en mejoras en las vías de comunicación pero dentro del pueblo


también se realizaron cambios, de suerte que en el periodo de poco más de treinta años se realizaron más cambios y mejoras que en todo el siglo XIX. A principios del régimen todas las casas eran construcciones extremadamente sencillas, las habitaciones por lo regular eran de troncos unidos entre sí por lianas, otras construcciones eran en el sistema mixteco de namayutu y se techaban de zacate u hojas de beliján, incluso los edificios públicos eran similares, si acaso más grandes. La casa municipal construida en 1870,32 no era la excepción, aunque era más grande, espaciosa y útil que el resto de las construcciones privadas, se localizaba en la plaza central. Separada de ella se encontraba la cárcel municipal que era una construcción de gruesas maderas lo que formaba prácticamente una jaula.33 Pero sin duda la construcción que dominaba el espacio era la iglesia que se encontraba exactamente frente a la casa municipal separado por la espaciosa plaza.

32

Como en casi todos los pueblos costeños, no existen edificios coloniales en la actualidad, esto se debe a que no se realizaron obras monumentales y porque de haber existido estas, los constantes terremotos que afectan a la región no permitieron su permanencia. 33 AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 19, Exp. 32.


Pueblos con mas viviendas en 1877 800

740

600

446

400

390

313

268

259

200 0

Pinotepa Nacional

Jamiltepec Huazolotitlán Pinotepa de Zacatepec Don Luis

San Juan Colorado

Para 1883, los edificios públicos con los que contaba el pueblo eran: la iglesia, la casa municipal, la cárcel, la casa curatal y todos estaban hechos de “palos, tierra y techo de zacate” además de contar con su panteón que tenía cerco de madera, todos estos edificios valuados en $ 200.34 Pero tan pronto como el régimen avanzaba estos edificios fueron sustituidos por otros o simplemente su valor aumentó con el paso de los años. La vieja casa municipal de madera y zacate de 1870 seguía siendo funcional en 1897 cuando fue valuada con un valor de $ 99.00, prácticamente la mitad de lo que todos los edificios de San Juan habían sido valuados en 1883. La cárcel fue sustituida por otra más espaciosa y segura que se construyó en 1890 de adobe y teja que aunque construida de mejor material que la casa municipal, era mucho más pequeña y fue valuada en $ 79.00. 34

Esto según el informe del jefe político Lanza, véase en Martínez Gracida (1883), Colección de cuadros sinópticos.

Viviendas


El panteón establecido en 1822, había sido cercado con gruesos troncos y lianas con valor de $ 89.00. Las casas curatales también fueron sustituidas en 1892 por otros edificios a base de madera y zacate que valían $ 58.00. Por último, el espacioso y sencillo templo a una pieza construido en 1840 a base de namayutu y techado de zacate, en pleno apogeo del porfiriato fue sustituido por un templo mucho más grande en 1889, esta construcción a base de gruesos adobes y techada con zacate no solo dominaba la plaza central sino que se levantaba como un gigante entre las pequeñas casas del pueblo, a la distancia los viajeros que venían rumbo al pueblo la podían ver erguirse entre los árboles.35 En 1897, se le realizaron ampliaciones, se le revistió de cal y fue techada con tejas por lo que valía $ 197.00, lo que en su conjunto valían todos los edificios públicos 12 años antes.36 Como podemos observar, el último edificio era el más caro por lo tanto podemos presuponer que era de dimensiones mucho mayores que el resto de los edificios públicos, además se construyó de mejores materiales, el

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AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 24, Exp. 31. 36 Para ejemplificar la dimensión del edificio se le puede comparar con la iglesia de San Pedro Jicayán que aunque mucho más antigua fue valuada en similar valor.


predominio del poder de la iglesia se reflejaba en su templo.37 Los últimos grandes cambios se darían justo en la recta final del porfiriato, los primeros diez años del siglo XX fueron de grandes desastres naturales y económicos que afectaron duramente al pueblo, en agosto 1906 al realizar una visita el jefe político Juan Genaro Sánchez reportaba al gobernador que en vista que su casa municipal y la cárcel se encontraba en “lamentable estado” procedió a invitar a “las autoridades y al vecindario para que arbitrándose recursos entre ellos mismos se mejorara las condiciones de los mencionados edificios con lo cual estuvieron de conformidad, conviniendo en celebrar juntas para acordar en ellas lo necesario y someterlo a la aprobación de la Superioridad”38 así frente a todas las adversidades, a partir de entonces, la modernización al estilo mestizo había contagiado al pueblo, construcciones de adobe revestidas de cal y techadas de tejas, con innovadores diseños se dejarían ver. San Juan empezaba a despuntar en un reordenamiento del espacio público y nuevos estilos arquitectónicos pero solo unos años después de iniciado el siglo XX todas las mejoras en edificios públicos proyectados como el trazo definitivo de las calles, la introducción del telégrafo y tal vez del 37

AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 24, Exp. 17. 38 AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 70, Exp. 18.


teléfono fueron bruscamente cancelados por la irrupción de un movimiento social que vino a estancar al pueblo en un largo periodo de retroceso económico. San Juan también participó para modernizar edificios en Jamiltepec, que era una de las cargas a la que estaba sometido, por ejemplo, una de las obras porfirianas más relevantes, no solo por la obra en sí sino porque representó un momento en que mestizos e indígenas compartieron un hecho y lo celebraron juntos, ocurrió el 16 de septiembre de 1885. Con motivo de las fiestas patrias la élite mestiza decidió emprender una ambiciosa obra para enaltecer a la "raza indígena" prehispánica. Se encargó a Manuel Rodríguez la construcción de un camino carretero de 25 kilómetros de largo hacia los bajos del Río Verde, con la ayuda de todos los pueblos del distrito se iniciaron las obras, cuadrillas de hombres salían de San Juan para ir a trabajar en ella. Finalmente, los trabajos concluyeron el día señalado que se celebraba “el aniversario de la Independencia” y sirvió para “el transporte de un ídolo de piedra de granito que se hallaba en los terrenos de “Los Herreros” distante 20 kilómetros de este lugar (…) al colocársele en el centro de la plaza de este lugar, el público hizo grandes demostraciones de entusiasmo, tanto por tener a la vista una obra que revela el grado de civilización a que llegaron los indígenas que poblaron estas comarcas…”39 39

AGEPEO, Gobierno de los Distritos, Jamiltepec, Leg. 23, Exp. 32. Al tiempo que la élite se emocionaba con el grandioso pasado indígena, porque así lo entendían un pasado que se había extinguido, no daban crédito a sus contemporáneos indígenas descendientes directos de aquellos a los que


Los obstáculos del progreso Pero el progreso no siempre fue lineal y espontáneo, tuvo que evadir muchísimos problemas sociales, económicos y políticos que vivió el pueblo en la época, aunque hemos hablado de una paz que favoreció el desarrollo, esto fue en un contexto general, sin embargo, dentro de San Juan por supuesto que hubo momentos de desencuentro entre sus habitantes, entre los miembros del ayuntamiento, entre la élite local y las interacciones de todos estos sectores que no siempre fue estable. Además, por otro lado no todo era benevolencia por parte del régimen porfiriano del distrito y los comuneros no fueron siempre completamente unidos ni todos estaban dispuestos a colaborar para el cambio. No debemos de olvidar el hecho de que aunque como pueblo indígena había una cohesión interna, étnica, comunal, muy acentuada, el capitalismo había logrado avanzar y tender sus influencias por lo tanto aunque hubo un equilibrio entre ambas corrientes necesariamente hubo momentos de desacuerdo y discordancia. Mucho tuvieron que ver otro tipo de fenómenos no humanos como los desastres naturales que afectaron al pueblo, el 27 de junio de 1879, por ejemplo, un fuerte huracán azotó la costa la mayoría de las casas de varas y de namayutu del pueblo no pudieron resistir a los fuertes vientos y admiraban. Mientras que tachaban de incivilizados a los mixtecos que les eran contemporáneos exaltaban la civilización a la que habían llegado los mixtecos prehispánicos.


lluvia, familias completas se quedaron en la calle en el siniestro.40 Cuando las cosas empezaban a mejorar y recobrar la normalidad los campesinos tuvieron que ocupar gran parte de su tiempo en diciembre de 1883 tratando de controlar sin éxito una devastadora plaga de langostas,41 el jefe político comunicó al gobierno estatal que la gente ya no se daba abasto para matarlas porque tan pronto y se lograba disminuir su número llegan muchas más.42 Meses más tarde, en agosto de 1884 la gente seguía matando langostas que otra vez estaban arrasando con todos sus cultivos.43 El 30 de diciembre de 1894, un gran terremoto causó estragos en la población,44 meses después el jefe político comunicaba al gobierno estatal en 1895 que el 10 de febrero fuertes 40

AGEPEO, Gobierno de los distritos, Jamiltepec, Leg. 14, Exp.21. 41 Corresponde a la más terrible plaga de langostas que México ha visto, que devastó los cultivos desde Chiapas hasta Nuevo León, cientos de cartas y telegramas pidiendo ayuda urgente llegaron a las autoridades. El gobierno federal mandó expediciones de naturalistas e inclusive se redactaron ciertas guías para tratar de controlar la plaga pero pocos resultados se obtuvieron, en 1886, las mangas de langostas desaparecieron sin saberse el motivo. 42 AGEPEO, Gobierno de los distritos, Jamiltepec, Leg. 14, Exp. 16. 43 AGEPEO, Gobierno de los distritos, Jamiltepec, Leg. 14, Exp. 13. 44 AGEPEO, Gobierno de los distritos, Jamiltepec, Leg. 23, Exp. 46.


temblores -tan característicos y comunes en la zona costera de Oaxaca- habían sacudido a la región y que muchos edificios públicos y particulares habían sufrido daños.45 El 6 de octubre de 1908 se dio un fuerte temblor a las 9:20 pm y fue seguido de cinco temblores más y por “fuertes retumbos que aun no cesan. Población se encuentra alarmada”,46 a las 11:30 pm del día doce, hubo otro fuerte temblor y una vez más el día 17, en que fue seguido de otros quince minutos después. El 16 de febrero de 1909 se dejaron sentir dos fuertes temblores a las 4 y 8:30 a.m., “precedidos por fuertes ruidos”.47 El 30 de julio a las “4 a.m. sintiose temblor oscilatorio poca intensidad, duración 20 segundos, repitiéndose el fenómeno 15 minutos después”,48 al siguiente día a la 1:30 pm “sintiose temblor 49 oscilatorio poca intensidad”. Por si no fuera poco con estos temblores repetitivos, que seguramente tuvieron muchas más replicas de las reportadas, en agosto del mismo año un fuerte temporal afectó a la región del 6 al 10 del mismo mes “causando algunos perjuicios en los edificios y en los sembrados de maíz, particularmente en éstos, 45

AGEPEO, Gobierno de los distritos, Jamiltepec, Leg. 14, Exp. 10. 46 AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 112, Exp. 7. 47 AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 71, Exp. 17, 48 AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 71, Exp. 8. 49 AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 71, Exp. 8.


originado por el viento huracanado que sopló”,50 esto fue especialmente desastroso para la región, ya que una crisis económica en 1907 la había afectado severamente y aún no se podía recuperar del todo. Una vez que el jefe político Ezequiel Muñozcano recorrió las zonas afectadas, informó al gobernador el 18 de agosto que “En el camino que conduce de San Juan Colorado a San Pedro Siniyuvi, en el paraje denominado “Arroyo de San Pedro” se derrumbó una parte de un cerro, sepultando a una familia, compuesta por Juan Francisco Quiros (sic), María Andrea Tapia, Juan y María Magdalena Quiros (sic), siendo los cuatro, del primero de los pueblos mencionados, a los que no fue posible salvar, no obstante que la Autoridad lo procuró por todos los medios posibles”,51 se perdieron las cosechas y mucho ganado murió ahogado. Por si fuera poco, el 3 de junio de 191052 un desastroso huracán venía a complicar los preparativos de las fiestas del Centenario. Cuando las plagas y huracanes destruían las cosechas del pueblo, las economías familiares con estas pérdidas se veían sumamente afectadas. Los terremotos no solo dañaban las obras públicas 50

AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 71, Exp. 8. AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 71, Exp. 8. Al parecer este temporal fue terrible, en Lo de Soto hubo dos personas ahogadas por el desbordamiento del río “La Zanja” arrastrando más de 100 cabezas de ganado, igual en Cortijos hubo una gran muerte de ganado. En general, se reportan grandes pérdidas de estos animales por desbordamiento de los ríos y una pérdida de cosechas entre el 10 y el 50 %. 52 AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 66, Exp. 4. 51


sino en general varios sectores del pueblo se veían afectados, la tranquilidad se veía perturbada pero sobre todo cada desastre traía consigo grandes problemas financieros para el municipio y para las familias en particular. Esto impedía que se pudiese llevar a cabo plenamente el progreso más bien fue un proceso que se interrumpió una y otra vez, y que tuvo que esperar cuando había otras prioridades en los gastos municipales y familiares. No se podían realizar otras obras públicas porque las existentes requerían compostura continuamente como cuando en siniestros los “caminos en general, se pusieron en pésimas condiciones, pero ya se están haciendo las reparaciones más indispensables entretanto pasan las lluvias, para proceder a una compostura formal”53 Por otra parte la pobre salubridad causaba contrariedades todo el tiempo, enfermedades como la tuberculosis, el tifo, la fiebre tifoidea, el sarampión, la disentería, el dengue y la viruela seguían produciendo muertes entre la población y que, dígase de paso, acompañaban exacerbándose a los siniestros naturales antes mencionados. En el caso de la viruela en 1899 el gobernador Martín González declaraba que en Oaxaca la vacunación sería obligatoria pero al parecer pocos si no es que ningún habitante de San Juan fue vacunado. En 1903, a expensas de establecer la capitación en 25 centavos, se inició una extensa campaña de vacunación con personal capacitado pero en 53

AGEPEO, Secretaria de Gobierno (Porfiriato), Leg. 71, Exp. 8.


general los servicios de salud que ofrecían los médicos alópatas fue en sobremanera deficiente en el San Juan porfiriano para combatir las calenturas intermitentes, la fiebre cerebral, la disentería, la inflamación en el estomago y la viruela que según los reportes era de lo que más sufría esta región.54

El Centenario Todos los cambios y las obras públicas emprendidas estaban encaminados a convertir a San Juan, en un pueblo moderno, al menos, en progresar e imitar lo que se veía en los pueblos grandes como Pinotepa Nacional y Jamiltepec. En este sentido los nuevos edificios civiles y religiosos, la construcción de caminos, la proyección y reordenamiento de viviendas para el futuro trazo de las calles, la creación de pozos de abastecimiento de agua potable y la creación de jardines fueron los adelantos más significativos del pueblo en el porfiriato. Esta fue la ruta por la cual el progreso que aclamaba el presidente Porfirio Díaz se escurrió e introdujo en un pueblo pobre, aislado y escasamente desarrollado. Hacer de San Juan un pueblo indígena más ordenado, fue la forma en que la élite local buscó insistentemente la modernización.

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AGEPEO, Gobierno de los distritos, Jamiltepec, Leg. 32, Exp. 37.


No solo la élite regional mestiza se preocupaba de conducir a sus pueblos hacia la modernidad sino que contagiaron a las élites y gobiernos indígenas que no se quisieron quedar atrás ante los adelantos que veían en Pinotepa Nacional y Jamiltepec. En San Juan, el gobierno que, dígase de paso, estaba controlado por los miembros de la élite local, en lo que las condiciones económicas del pueblo lo permitieron, no solo redistribuyeron los espacios públicos sino que buscaron que este espacio completamente rural empezara a adoptar toques urbanos al estilo porfiriano mestizo. Este pueblo que no podía recuperarse de una crisis económica que inició en 1907 no podía apresurar sus ansias de modernidad y urbanización, pero en 1910 tuvo que contener las tensiones sociales, políticas y económicas que se habían ido acumulando a lo largo del régimen, ya que en este año el pueblo se esmeró en la celebración de un acontecimiento sumamente importante para el país, los 100 años de Independencia de México. Fue un momento de reflexión, los abuelos de algunos sanjuaneros de la época habían vivido la guerra, la mayoría de todos ellos sabían relatos que oralmente les habían contado sobre los sucesos ocurridos en la costa cien años antes. Aunque las celebraciones locales no fueron pomposas como las que se realizaron en la ciudad de México y la ciudad de Oaxaca, San Juan no se


quedó fuera de las celebraciones puesto que de manera oficial el gobierno del estado las fomentaba. San Juan que se había comprometido con realizar una obra pública para conmemorar tan histórica fecha, fue más allá. En este marco, la Casa Municipal antigua construida con técnica de namayutu fue reemplazada por una construcción de adobe y techada de tejas, edificio moderno, que mucho más grande que su anterior contaba con amplio corredor, sostenidos por columnas y completamente blanqueada por cal desde entonces esta cede de gobierno se conocería como Palacio Municipal. Se pretendió hacer una celebración llena de gala, nunca antes se había puesto tanto empeño en el “viko diesisei”,55 las celebraciones oficiales del Centenario, iniciaron por la tarde del día 15 en que funcionarios religiosos así como funcionarios del ayuntamiento ofrecieron en la iglesia un largo rosario “en nombre de los mártires de la patria”.56 Después de esto como ya era tradición, a media noche las campanas de la iglesia fueron tocadas 55

El significado de esta frase es Fiesta del dieciséis, el gobierno giró las órdenes para que se celebrara tan histórica fecha con la realización de por lo menos una obra pública. 56 Aunque no pudimos encontrar fuentes detalladas del suceso, la recreación que aquí exponemos se basa en algunas fuentes del siglo XIX y la memoria histórica de la celebración de principios de siglo XX. Por ejemplo, sabemos que en el siglo XIX, la banda de música de San Juan era solicitada en Jamiltepec para amenizar la fiesta y que los funcionarios indígenas hacían rosarios en nombre de los héroes de la independencia.


por el presidente municipal y ante la concurrencia que se reunió en la espaciosa plaza cívica, los señores alcaldes y demás tatamandones dieron sendos discursos relatando desde la perspectiva local, los sucesos ocurridos cien años antes en la región.57 La plaza fue iluminada completamente con grandes antorchas de ocote y lámparas de petróleo iluminaron la hermosa columnata del palacio municipal y la iglesia, mientras la danza de los maromeros distraía a los concurrentes, en el atrio de la iglesia, castillos y decenas de toritos pirotécnicos fueron incendiados. El día 16 de septiembre con el pueblo reunido en la plaza, se dio inicio a los festejos, la plaza había sido completamente renovada formando una espaciosa cuadrícula sembrada de árboles, en el centro tenía un pequeño quiosco construido recientemente desde donde la banda de música tocaba para alegrar a la gente que veía atenta el concurso del palo encebado, un arco monumental hecho de palma y flores se había levantado en conmemoración del centenario frente

57

Dentro de las historias del pueblo que se han transmitido de forma oral, aún hay nociones de Benito Juárez y de Porfirio Díaz. Aunque suele suceder que se cuentan historias locales en las que se pone a Díaz como partícipe, este personaje jamás puso un pie en San Juan, pero se le reconoce como un presidente que hizo mucho por el pueblo pero que acabó saqueándolo, en algún momento la imagen de Díaz fue satanizada por los ancianos del pueblo principalmente se le atribuyen las invasiones del territorio y desfalcos a las cuentas comunales.


al palacio municipal.58 Este día, el gobierno municipal y los tatamandones inauguraron con toda gala la avenida “Independencia”, que se proyectó como la obra representativa de los festejos del Centenario. Esta obra, era una espaciosa calle la primera que se construía en el pueblo, se había iniciado por el sistema de tequio precisamente para los festejos de 1910, aunque no era muy larga, era un magnifica innovación, un signo más del progreso hacia la modernidad porfiriana. Se construyó al lado sur de la plaza cívica, empedrada y flanqueada de frondosos árboles, bajo los cuales se pusieron a propósito bancas de madera. La costosa obra pública fue inaugurada entre sendos discursos de la élite local, que ya había construido casas de material en la traza de la calle, que se había proyectado tiempo atrás, pero que hasta entonces se pudo llevar a cabo. Esta obra fue el último resplandor del San Juan porfiriano, y al menos su traza es lo último que queda de esas épocas en la actualidad. Después de esto, los funcionarios civiles y religiosos vestidos con sus mejores galas y sosteniendo las sagradas varas de mando, dieron un paseo acompañados de la banda de música y los concurrentes por la recién inaugurada avenida, y los espacios abiertos que aunque no eran francas 58

La fuente para recrear esta escena la hemos obtenido de la tradición oral y de cómo se hacía la celebración en la segunda y tercera década del siglo pasado.


calles se habían reordenado con ese propósito para el futuro, después se ofreció una comida gratuita en el palacio municipal. Por la tarde la música de violín, guitarra y cajón unieron en una sola celebración a todos los sectores del pueblo, un momento de alegría en aquella época en que toda clase de crisis se dejaron caer, pero que se podía no hacer reparo en los gastos para una celebración comunal, una antesala para los tiempos que se avecinaban y que no volverían a ser como aquellos, en muchos, muchos años.



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