publicación virtual e impresa | no. 3 | febrero 2mil8 | xalapa, ver.
nahuatic tlen tlakuatzin INUNDACIÓN DE TABASCO [Análisis local] REVELAN PROBLEMAS GENERADOS POR LAS PRESAS [Angélica Enciso]
AYUDA INDÍGENA ZAPATISTA A DAMNIFICADOS DE TABASCO [S.C.I. Marcos] NUEVA ORLEÁNS [Naomi Klein]
LA PAROTA [Extractos]
dirección: asamblea tlakuache edición: wu ming distribución: virtual revisor ortográfico: blanca rosado latra publicidad: radio bemba
EDITORIAL:
tlacuachesmojaos@gmail.com
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nahuatic tlen tlakuatzin (eco del tlacuache) es una publicación virtual e impresa del colectivo “tlacuaches mojaos” [Grupo de adherentes a la 6DSL y con la “otra” campaña] El contenido de los textos es responsabilidad de los autores. Se autoriza la reproducción y reenvío, siempre y cuando se cite la fuente. toma los medios! haz los medios! se los medios!
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“Un vaso de agua no se le niega nadie” decía el refrán y fue cierto hasta hace algunos años, sin embargo las dinámicas de mercantilización de los recursos naturales a las que cotidianamente nos enfrentamos; han provocado que el agua se deba “comprar”, es decir que tenga “dueño”. El agua históricamente ha sido un elemento constituyente del ser humano en el plano material y espiritual. Sin el agua, nada existe. Paradójicamente, fue su exceso lo que provocó un desastre en el vecino estado de Tabasco, consecuencia de la lógica de acumulación con fines utilitarios de un recurso natural. Mismo que sigue latente, y en riesgo de descontenerse. Incluimos en este número el testimonio de una testimonio de una estudiante cuyos familiares se vieron afectados por la inundación de Tabasco; que refleja su sentir sobre las causas humanas del desastre y que son contrarias a las explicaciones gubernamentales. Abriendo interrogantes sobre la verdad de este lamentable hecho. Además presentamos una crónica de la “otra” ayuda que recibieron las comunidades campesinas de las zonas serranas de Tabasco por parte de los Municipios Autónomos Zapatistas que fue una muestra rápida, efectiva y segura de ser solidarios. Asimismo recuperamos del olvido mediático un par de artículos sobre las inundaciones provocadas por el Huracán Katrina en el 2005, en Nueva Orleáns, USA. El cual planteó la urgencia de alternativas de reconstrucción más justas,
democráticas y autogestivas con los recursos provenientes de la ayuda humanitaria gubernamental y de la sociedad civil. Si Tabasco evidenció el gran riesgo que supone la construcción y torpe operación de una presa, La Parota en Guerrero es una muestra más de la lógica gubernamental en beneficio de los grupos empresariales e imperialistas; cuya construcción afectaría las existencia misma de las comunidades en ese lugar. Donde los ejidatarios y comuneros han sido ejemplares en la organización de la lucha por la defensa de su territorio. La Parota abre, pues interrogantes al sistema neoliberal: ¿Por qué la insistencia mezquina en su construcción; aún existiendo organización campesina y ejidal que no lo aprueban? ¿Qué tan “democrático” es sepultar a cientos de comunidades mexicanas en beneficio de decenas de empresas españolas?
01 La editorial
“Destruyendo, el río reconstruye la tierra, sus aguas serán maíz, fríjol y panela en las mesas de la selva.” [el viejo Antonio. S.C.I. Marcos]
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Las lluvias extraordinarias ocurridas en el pasado mes de octubre de 2007 en el sureste mexicano dejaron en el Estado de Tabasco, según cifras oficiales alrededor de 1’200,000 damnificados, perdidas millonarias por 700,000,000 de dólares y un muerto. En su momento más crítico las aguas cubrieron el 80% del territorio tabasqueño incluyendo la capital: Villahermosa. Dos días antes de que el agua alcanzara la ciudad capital, camionetas oficiales del gobierno del Estado, con altavoces, conminaban a los residentes de zonas de riesgo a salir de sus casas. Algunos atendieron el llamado, otros se quedaron, algunos pensando y esperando que no sería para tanto, los más porque no tenían a donde ir. Pero el agua llegó de noche y alcanzó áreas no consideradas como de riesgo, incluida la Zona Luz, el centro comercial, cultural y social de Villahermosa, en suma, el corazón del Estado. Vanamente soldados y población civil se afanaban por establecer un bordo de contención para el río Grijalva, los costales con arena eran inútiles, los brazos pocos y el tiempo apremiante. Muy pronto, el 20% de tierra que quedó seca se vió convertida en un gran albergue. Cada escuela, cada templo y cada casa albergaban según su capacidad y recursos a aquellos más desventurados. La sociedad civil primero, después los albergues oficiales se abrieron para recibir a los infortunados. Y luego la desesperación, los servicios públicos, agua potable, luz eléctrica, las comunicaciones, las vías de comunicación, todo colapsó, no hubo villahermosino que no fuera afectado directa o indirectamente por estos hechos, nadie salió ileso. Hubo desabasto de alimentos en la ciudad y filas interminables para tratar de conseguir un garrafón de agua. Bajo el asedio del hambre, lo que quedó de Villahermosa, empezó a ser un lugar peligroso. Los pandilleros asaltaban comercios y las casas anegadas. Todo aquel que pudo hacerse de una despensa
corría peligro. Hubo a quien le fue arrebatado botes de leche o latas de atún en la calle. Aquellos con familiares en otros Estados y con recursos suficientes salieron de la ciudad cuando fue posible, algunos con la intención de no regresar. Hay cosas que la frialdad de las televisoras con todo y su tecnología no puede trasmitir, la mirada vacía, perdida de la gente deambulando por las calles polvorientas y apestosas, el nudo en la garganta de los que lo perdieron todo, el dolor en el cuerpo y la opresión en el pecho de aquellos que iban de albergue en albergue buscando a sus familiares y esto multiplicado por miles. Y de todo esto ¿de quién es la culpa? Según su historia y sus circunstancias, cada sector de la población tiene una opinión al respecto. Los viejos de pueblo, que han vivido más de 50 años [se dice que esta inundación es la mas grande acaecida en más de medio siglo] y han visto pasar crecidas recurrentes de los ríos, no culpan directamente a nadie, más que a los fenómenos meteorológicos extraordinarios, resignados quizá a vivir, como decía Carlos Pellicer, a
02 La inundación
INUNDACIÓN EN TABASCO: UNA SERIE DE EVENTOS DESAFORTUNADOS
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Tabasco, se encuentran dos ex gobernadores: Roberto Madrazo y su delfín, Manuel Andrade, en su momento, ambos dispusieron de recursos y medios económicos para ejecutar el plan hidráulico que pudo haber paliado sino es que evitado el desastre. El sentir general es que las fallas fueron humanas y en mala hora complementadas por eventos naturales extraordinarios. Hubo mal manejo de presas, falta de comunicación entre CFE, Conagua y gobierno, incompetencia en el gabinete y asesores del gobernador tabasqueño, aunado a una política que excluye los intereses de la población. Mal manejo de presas, porque sin tomar en cuenta los reportes meteorológicos que explícitamente advertían sobre lluvias intensas, las mayores que registra su escala, las presas turbinaron antes de esos días, volúmenes risibles de agua, resultando en un incremento crítico del nivel del agua en la presa Peñitas, de tal manera que fue necesario en ese momento abrir las compuertas y dejar caer sobre Tabasco de 2 mil metros cúbicos de agua por segundo. “Que no nos vengan a decir que fue la luna o las mareas” dicen indignados algunos habitantes. Mientras tanto, las televisoras nacionales de más alto rating y los medios de comunicación oficiales intentan consolar o al menos atenuar la desgracia proclamando saldo blanco. Pese a la magnitud de los acontecimientos, un solo muerto la cifra oficial, quizá 8, en algún periódico local de bajo presupuesto. Sin embargo, a casi tres meses de la tragedia, hay desaparecidos. Los que vivieron de cerca el desastre aseguran que vieron cuerpos humanos flotando en el agua y a lanchas tripuladas por marinos o soldados quienes recorrían las colonias anegadas levantando y desapareciendo cadáveres. Dejando de lado todas estas maquinaciones perversas, particularmente pienso que no es solamente el capricho o negligencia de un gobernante o empresario, el problema es mayor, añejo y muy difícil de revertir. Hasta ahora poco o nada se ha llamado la atención sobre el papel que jugó la deforestación en este caso. Tabasco a principios del siglo pasado mantenía más del 80% de su territorio cubierto de selvas, fue hasta los años 50 que vino a ser objeto de codicia y en aras de un desarrollo regional malentendido se erigieron planes agroindustriales y
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merced del agua que suba o baje. Eso si, el agua sólo “pasaba”, y poco después se confinaba a sus cauces naturales. Menos impasibles, otros ciudadanos piensan que fue un “complot entre el gobierno estatal y Conagua”. La razón? se requería llamar la atención del Gobierno Federal para aumentar el presupuesto y reactivar la economía del Estado que ya estaba en quiebra. Una medida siniestra para alcanzar un fin justo. Este hecho provocado como era de esperarse, se salió de control y como un “efecto dominó”, tuvieron que buscar soluciones igualmente extremas. Las presas hidroeléctricas no soportarían el caudal y existía entonces un riesgo mayor. La “caída del cerro” en el Alto Grijalva fue providencial, quizá demasiado como para no pensar en algún otro genial acierto del gabinete gubernamental. Puestas en la balanza las dos situaciones, una ciudad capital en pleno desarrollo contra un ejido marginado Chiapas, la decisión no es muy difícil. Lo malo es que también se les pasó la mano. Entre aquellos personajes a los que se les imputa responsabilidad en los adversos sucesos que enfrentó
Las presas modifican el sistema hidrológico, destruyen ríos y alteran el caudal ecológico y, en algunos casos, funcionan como trampa de sedimentos, señala Helena Cotler, investigadora del Instituto Nacional de Ecología (INE). Los ríos presas abajo son prácticamente inexistentes y esto ha llevado a la desaparición de la pesca, agrega.
Angélica Enciso www.jornada.unam.mx/2008/01/27
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REVELAN PROBLEMAS GENERADOS POR LAS PRESAS
Indica que estudios realizados a presas de Morelos e Hidalgo revelaron que dado su grado de deterioro se convierten en trampas de sedimentos y con ello su rango de vida se reduce. Indica que todos los grandes ríos del país se han represado y el único que se ha salvado es el Usumacinta, pero con lo sucedido en Chiapas y Tabasco se planea represar; “sería conveniente que siga así, pues alimentan humedales importantes de Tabasco”. El especialista Manuel Maas considera que “no tiene sentido seguir construyendo presas cuando se sabe que sólo modifica los caudales de los ríos, y esto trae problemas; es agua que debería llegar a los ecosistemas naturales”. Las hidroeléctricas, como las de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Nayarit, Sinaloa, Sonora y Veracruz, no han dejado experiencias favorables en el manejo integral de los recursos naturales y tampoco han sido en beneficio de la población, indicó Mario Gómez, del Colegio de Geografía de la UNAM.
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Como colofón, sombrío como obliga hacerlo el caso, la promesa en justicia social de aquellos ambiciosos planes de desarrolló nunca llegaron; en cambio, se tienen para el Estado a pesar de su innegable aportación a la economía del país, los más bajos salarios, uno de los presupuestos mas bajos y eso si, las tarifas más altas en materia de electricidad y energéticos, como decimos en Tabasco, “la burra cargada de agua y muriéndose de sed”. Ahora se reconstruye a un costo altísimo, económico y social pero la amenaza de nuevas inundaciones permanece. Nelly [Estudiante con familiares afectados por la inundación]
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enormes presas sobre el río Grijalva, esto en un principio para controlar las inundaciones estacionales y aprovechando la infraestructura generar energía eléctrica y también para desecar las numerosas áreas pantanosas, “tierras perjudiciales y sin valor” como se les llamó en ese entonces. Este desarrollo resultó en la pérdida de más del 90% de la vegetación original, cambios climáticos intensos, azolvamiento de ríos y erosión, con todo lo que esto implica en el ciclo hidrológico. Este mismo pensamiento transformista fundamentado en la destrucción de los recursos naturales, desgraciadamente sigue estando presente en los líderes de hoy en día. En menos de 10 años, grandes centros comerciales mayormente trasnacionales como SAM'S, Walmart y afines, franquicias de hoteles de lujo, desarrollos urbanos y fraccionamientos viviendísticos ya sea de interés social, colonias populares o pudientes, han rellenado y asentado en zonas que fungían como vasos reguladores. Y tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe, llegaron lluvias extraordinarias y la mesa estaba puesta para una inundación inminente.
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Hay otra ayuda que se hizo presente desde los primeros días en las comunidades más pobres de Tabasco, las que colindan con el estado de Chiapas: la que se hace de pueblo pobre a pueblo pobre. Nos narra una habitante de la zona: “Hubo un interés de parte de los compas zapatistas de saber cómo estábamos, en qué condiciones estábamos cada uno. Nos dijeron que si necesitábamos salir podíamos contar con los municipios autónomos zapatistas como albergues seguros. Eran días difíciles; no había comunicación, se cortaron las líneas de teléfono y las carreteras, el agua potable. Incluso en muchos lados no había luz, escaseaban los alimentos y el agua para consumo, pero, en medio de todo eso, teníamos la certeza de saber que contábamos con techo y comida segura en los municipios autónomos. No fue fácil la comunicación entre nosotros, más o menos sabíamos quiénes se habían inundado por la ubicación de cada quién, sabíamos que estaban con vida aunque padeciendo este desastre provocado. Entonces, la respuesta fue al estilo zapatista: rápida, efectiva y segura. Los compas bases de apoyo convocaron en Tila, Chiapas, y en los municipios autónomos a la solidaridad con nosotros. Se puede decir que los tres camiones de carga que vinieron de Tila, el día 3 de noviembre, fue de las primeras ayudas que el estado recibió, cuando no teníamos comunicación telefónica ni había paso en carreteras más que para vehículos pesados. Sabíamos que, junto con la ayuda de la sociedad civil y la parroquia de Tila, venía el apoyo de las bases zapatistas de la zona norte. Sabíamos que los compas estuvieron trabajando día y noche en el acopio. Y la ayuda fue no sólo oportuna, sino maravillosa. Cuando no había cómo guisar en las casas, sólo en algunos albergues, nos llegaron tres camiones llenos de pozol (bebida típica de los
indígenas tanto de Chiapas como de Tabasco), tostadas, y todo lo que es nuestros alimentos tradicionales y no como los diversos gobiernos que nos daban esas horribles sopas instantáneas. Efectivamente, fueron los primeros en llegar y todo mundo se admiraba y agradecía este apoyo tan oportuno y además tan de abajo, tan sabedor de nuestros alimentos, de lo que la gente ya extrañaba, el pozolito, la tortilla. Luego, dos días después, otros tres camiones y así varios viajes”. Y, luego, llena de emoción narra: “Pero la región de Tacotalpa estaba incomunicada, ahí no entraban ni los camiones pesados. Los compañeros bases de apoyo zapatista nos dijeron que no tuviéramos pena, que iba a llegar el apoyo especial para ellos y fue así como, en medio de la serranía de Tacotalpa, ante la mirada asombrada de los poblados vecinos, se vio bajar de la montaña una fila larga de más de 50 hombres, 30 mujeres y muchos niños, meros bases de apoyo zapatista, quienes en dos días diferentes bajaron, cargando en sus hombros por varias horas, sacos con maíz, frijol, tostadas, pozol, pinol, azúcar, naranjas, mandarinas, limones,
05 La solidaridad
AYUDA INDÍGENA ZAPATISTA A DAMNIFICADOS DE TABASCO
El documento completo se puede consultar en: www.enlacezapatista.ezln.org.mx/comision-sexta/856
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S.C.I. Marcos Extracto de Ni el Centro ni la Periferia [III/VII] Tocar el Verde. El calendario y la geografía de la destrucción. Durante su participación en el Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry. San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Diciembre del 2007
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nos comparten su pan, su agua y su lucha por construir un mundo donde quepan muchos mundos. Desde luego, nada de esto apareció en los grandes medios de comunicación mexicanos. Además de las pistas de hielo, lo que insistentemente se nos dijo en ellos es que toda la clase política se acusaba entre sí de lucrar con la tragedia. Así, por ejemplo, el ministro del Trabajo se confrontó con el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, el primero llamó ruin al segundo y éste le respondió, llamándole porro. Lo peculiar es que ambos tenían razón. Aquí tienen ustedes una diferencia fundamental e irreconciliable entre los que buscamos nosotros, nosotras, en el movimiento que todavía se llama La Otra Campaña, y los que se aglutinan en torno al lopezobradorismo. Ellos quieren un mundo con pistas de hielo, playas artificiales, segundos pisos, y el glamur del primer mundo. Nosotras, nosotros, queremos un mundo como ése que bajó de la montaña zapatista para ayudar al necesitado, es decir, otro mundo.
06 La solidaridad
calabazas, yucas, macal, agua embotellada, hervida de los arroyos de la montaña, para los y las compas tabasqueñas… Esto a través del Municipio Autónomo El Campesino, pero sabemos que fue apoyo de otros municipios que de buen corazón dieron lo que tenían y como siempre eso que tienen es muy grande, muy valioso, que rompe cualquier dificultad por grande que parezca”. Para los que presenciamos esto fue algo maravilloso ver a hombres, niños, mujeres, ancianos del color de la tierra traer el sustento que necesitamos los compas de acá de este lado de la zona baja. Después llegaron otras dos camionetas con otra ayuda similar. Pero no sólo venían a dar la ayuda, también venían a escuchar nuestro dolor, que dijéramos qué era lo que estaba pasando, cómo estábamos, qué es lo que realmente provocó todo esto, cómo es que se está viviendo abajo esta tragedia. Que sacáramos nuestro dolor, para comenzar a curarlo. No hay palabras con las cuales podamos agradecer a todos y cada uno de los compañeros bases de apoyo zapatistas, que con buen corazón y con verdadero humanismo
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07 el olvido
El 4 de septiembre, seis días después de que Katrina golpeó, vi el primer asomo de esperanza. "La gente de Nueva Orleáns no se esfumará en silencio, dispersándose por todo el país para convertirse en gente sin hogar en incontables ciudades mientras los fondos de ayuda federal se canalizan a reconstruir casinos, hoteles, plantas químicas, nuevas mansiones y condominios." La declaración provino de Community Labor United, coalición de grupos de bajos ingresos de Nueva Orleáns. También demandó que una comisión de evacuados "vigile la FEMA (siglas en inglés de Agencia Federal de Manejo de Emergencias), la Cruz Roja y otras organizaciones que recolectan recursos a favor de nuestra gente... Hacemos un llamado a que los evacuados de nuestra comunidad participen activamente en la reconstrucción de Nueva Orleáns". Este es un concepto radical: los 10 mil 500 millones de dólares aprobados por el Congreso y los 500 millones de dólares recaudados por organizaciones privadas caritativas no pertenecen a las agencias de ayuda o al gobierno: pertenecen a las víctimas. Las agencias a las que se confía el dinero deben rendir cuentas a las víctimas. Nomás que parece que la ayuda y la reconstrucción nunca funcionan así. He aquí una idea mejor: Nueva Orleáns podría ser reconstruida por y para la misma gente que resultó más afectada por la inundación. Escuelas y hospitales que antes se estaban viniendo abajo finalmente podrían tener los recursos adecuados; la reconstrucción podría crear miles de empleos locales y proveer de capacitación a escala masiva en industrias con sueldos decentes. En vez de entregar la reconstrucción a la misma elite corrupta que le falló de manera tan espectacular a la ciudad, el esfuerzo podría ser dirigido por grupos como la Douglass Community Coalition. Para que un proceso de reconstrucción de la gente se vuelva realidad (y para evitar que más contratos terminen en manos de Halliburton), los evacuados deben estar en el centro de toda toma de decisiones.
Estas ideas tienen precedente. Cuando la ciudad de México fue golpeada por un devastador terremoto en 1985, el Estado también le falló a la población. Un mes después del temblor, 40 mil enojados refugiados se enfrentaron al gobierno, se negaron a ser reubicados fuera de sus barrios y demandaron una "reconstrucción democrática". En un año, no sólo fueron construidas 50 mil nuevas moradas para los que se habían quedado sin hogar: los grupos barriales que nacieron de los escombros lanzaron un movimiento que a la fecha reta a los tradicionales detentadores del poder en México. La idea podría -y debería- cobrar fuerza en Estados Unidos. Porque sólo hay una cosa que puede compensar a las víctimas del más humano de los desastres naturales, y eso es lo que les ha sido negado: el poder. Será una larga y dura batalla, pero los evacuados de Nueva Orleáns deben tomar fuerza del reconocimiento de que ya no son pobres: son ricos a los que temporalmente no se les permite el acceso a sus cuentas bancarias. Nyler, de 10 años, usa una playera rosa con un slogan poco apropiado para su edad que vino de las
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NUEVA ORLEÁNS
Naomi Klein [extracto de las notas “Se necesita una reconstrucción a manos del pueblo” y “Nueva Orleáns y la limpieza étnica” compiladas en el sitio LA JORNADA SIN FRONTERAS. Publicadas los días 12 de septiembre y 2 de octubre del 2005; respectivamente] www.lajornadausa.com/articulistas/ klein.html
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la ley Davis-Bacon en las áreas de desastre"; "hacer de la totalidad del área afectada una zona de tasa fiscal pareja y de libre empresa", y "hacer de la totalidad de la región una zona de competitividad económica (con incentivos fiscales comprehensivos y regulaciones laxas)". Todas están posicionadas para convertirse en leyes o han sido ya adoptadas por decreto presidencial.
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comunitario de Nueva Orleáns, estaba impresionado cuando se enteró de que miles de hogares habitables estaban vacíos. "Si hay casas vacías en la ciudad, entonces los trabajadores y la gente pobre debería poder vivir en ellas". Según Suber, ocupar las unidades vacías haría más que proveer el tan necesitado refugio inmediato: devolvería a los pobres a la ciudad, previniendo que las decisiones clave sobre su futuro las tomen solamente los que pueden pagar terrenos en tierras altas. “Tenemos el derecho de participar plenamente en la reconstrucción de nuestra ciudad", dice Suber. "Y eso sólo puede suceder si volvemos a ella". La verdad es que la determinación de la Casa Blanca de convertir a los habitantes que rentan en pagadores de hipotecas viene menos de la preocupación por resolver la crisis de vivienda en Luisiana que de una obsesión ideológica con construir una "sociedad de la propiedad" radicalmente privatizada. Es una obsesión que ya empezó a envolver la zona de desastre, con la Cruz Roja y WalMart como proveedores de la ayuda de emergencia y contratos de reconstrucción entregados a Bechtel, Fluor, Haliburton y Shaw el mismo cártel que se ha pasado los últimos tres años recibiendo miles de millones sin lograr llevar los servicios esenciales de Irak a los niveles que tenían antes de la guerra. "La reconstrucción," sea en Bagdad o en Nueva Orleáns, se ha convertido en poco menos que una transferencia continua de riqueza de las arcas públicas a las privadas, sea en la forma de contratos gubernamentales de costo adicional o de subastas de nuevos sectores del Estado a las corporaciones. Esta visión fue planteada sin disfraces durante una reunión en las oficinas centrales de la Heritage Foundation, en Washington, el 13 de septiembre. Estuvieron presentes miembros del Comité Republicano de Estudios de la Cámara de Representantes. El grupo compiló una lista de 32 "ideas pro-mercado libre para responder al huracán Katrina y a los altos precios del gas", incluyendo pagos escolares, eliminar la legislación ambiental y "buscar petróleo en el Refugio Nacional de la Vida Salvaje del Ártico". Claramente, parece aventurado pensar que estas ideas serán adoptadas como ayuda a las víctimas de un sector público destripado, hasta que se leen los primeros tres puntos: "Suspender automáticamente las leyes salariales producto de
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donaciones, y me explica por qué está nerviosa. "Creo que nunca van a arreglar Nueva Orleáns." ¿Por qué?, le pregunto, un poco sorprendida de estar discutiendo la política de la reconstrucción con una preadolescente con colitas. "Porque la gente que sabe cómo arreglar las casas caídas se fue". No tengo corazón para decirle a Nyler que creo que tiene razón; que muchos de los trabajadores afroamericanos de su barrio probablemente no sean nunca bienvenidos en la reconstrucción de la ciudad. Una hora antes había entrevistado al cabildero más importante de las corporaciones en Nueva Orleáns, Mark Drennen. Como presidente y director ejecutivo de Greater New Orleans Inc. (Área Metropolitana de Nueva Orleáns, S.A.), Drennen estaba de un humor expansivo, alimentado por los signos que llegan de Washington de que las corporaciones que representa desde Chevron y el Liberty Bank a Coca Colaestán a punto de recibir un paquete de exenciones fiscales, subsidios y leyes laxas tan generosas que harían prácticamente obsoleto el trabajo de un cabildero. Malcolm Suber, un veterano activista
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09 la parota
La buena noticia es que el progreso los ha alcanzado. La mala es que el progreso no es para ellos. Los afectados y desplazados suman alrededor de 20 mil, todos campesinos, personas que viven de la Tierra. Se trata de la presa La Parota que se pretende construir en el municipio de Acapulco, Guerrero obedeciendo el modelo de desarrollo neoliberal, en el marco del Plan Puebla-Panamá y con el objetivo de proporcionar energía a las maquiladoras, los grandes centros turísticos, a las ciudades y la industria de extracción, entre otras, pero no para el desarrollo y las necesidades de los pueblos. La Parota es un megaproyecto hidroeléctrico que la Comisión Federal de Electricidad ha promovido a partir de 1976 realizando estudios en la zona pero es en el año 2002 cuando la promoción que se hace para la construcción de dicha presa se hace con más fuerza. Los problemas con que se enfrenta la paraestatal no son pocos, en los estudios de impacto ambiental han omitido información fundamental como la alteración de ecosistemas, la contribución del efecto invernadero, la desaparición no sólo de peces y otros animales y vegetación sino hasta de culturas y monumentos históricos; la disminución o casi desaparición del agua río abajo y la afectación río arriba, y hasta la conversión de grandes territorios secos por la alta concentración de sales, el hecho de que la construcción se realizaría en una zona sísmica entre otros efectos negativos. Además la CFE se enfrenta ante tres retos: que La Parota sea "socialmente deseable"; "ambientalmente sustentable" y "económicamente rentable". Paralelamente, la CFE calcula que la producción afectada serán 320 hectáreas de cultivos frutícolas y 3 mil 500 hectáreas de cultivo. Además inundaría dos puentes carreteros sobre los ríos Omitlán y Papagayo; 16.6 km. de carreteras pavimentadas; 22.8 km. de caminos de terracería; 31.5 km. de líneas de transmisión y distribución de energía eléctrica y la misma central hidroeléctrica La Venta.
En el estado de Guerrero ya existen seis centrales generadoras de energía eléctrica (cuatro hidroeléctricas: La Venta, La Villita, Infiernillo y El Caracol; una de turbogas: Las Cruces; y una termoeléctrica: Petacalco). Para el año 2000 aportaban el 9.2 por ciento de la producción eléctrica total del país y el porcentaje de electrificación fue de 47.9 por ciento ocupando el lugar 25 a nivel nacional sin embargo Guerrero, junto con los estados de Oaxaca y Chiapas, son las entidades del país en las que menos energía eléctrica tienen los habitantes en sus domicilios. A pesar de todos los inconvenientes la paraestatal cuenta con el apoyo del gobierno federal panista y estatal perredista y sólo necesita la aprobación del proyecto por los campesinos afectados, sin embargo estos campesinos que el gobierno cree valiosos sólo por sus tierras se han organizado, resisten y han conformado el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a La Parota (CECOP). Los ejidatarios integrados en el CECOP se oponen al proyecto porque además de los graves daños ecológicos que causaría, ellos serían desplazados, las tierras que cultivaron sus antepasados
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LA PAROTA
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. Por eso defendemos nuestro territorio y nuestras tierras, porque nos las heredaron nuestros antepasados y no permitiremos que nos arrebaten lo que es nuestro”, destacó el representante del CECOP.
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de organizaciones nacionales e internacionales defensoras de derechos humanos, una veintena de organizaciones de Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Puebla exigieron en una carta dirigida al presidente Felipe Calderón Hinojosa la cancelación definitiva de La Parota, y que la CFE respete la voluntad de los ejidatarios y comuneros de Cacahuatepec, la ONU integró una comisión para que revise el caso y Amnistía Internacional ya publicó una serie de recomendaciones sobre la Parota. La movilización del CECOP logró que el pasado 14 de agosto se les diera un amparo y se suspendiera la obra de la Parota pero los hostigamientos a los opositores han continuado. A principios de diciembre del año pasado Alfredo Elías Ayub, director general de la Comisión Federal de Electricidad afirmó que la Parota “no se va a hacer” si no hay acuerdo con los ejidatarios, sin embargo el 27 de noviembre la CFE anunció que había ganado un amparo para realizar los trabajos, a los que se oponen los ejidatarios. Igual que sucedió en Atenco, el gobierno ha tratado de criminalizar la resistencia de los campesinos, “Ellos creen que somos ignorantes, nos califican de 'indios huarachudos' que nos oponemos al desarrollo; sin embargo hemos recorrido muchos lugares donde hay presas hidroeléctricas y no hemos encontrado el desarrollo del que hablan”, dijo Felipe Flores, representante del movimiento comunitario. Las mañas del gobierno para acabar con estos movimientos de resistencia son bien conocidas: división de las comunidades, represión, detenciones albitrarias, entre otras violaciones a los derechos humanos sin embargo hay un efecto que el gobierno no puede controlar y es la resistencia de los campesinos. “No queremos más imposiciones de los gobiernos federal y estatal ni por ningún capitalista, menos que las trasnacionales vengan a invadir nuestro territorio, que es sagrado. No permitiremos que se sigan violentando nuestros derechos. No queremos que ningún campesino, a costa de presuntos beneficios, sea removido de su localidad.
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y que ahora ellos cultivan quedarían bajo el agua y desaparecerían los lugares en los que han vivido todas sus vidas. Estos ejidatarios que pertenecen a las comunidades de Tazajeras, Dos Arroyos, Los Huajes, Agua Caliente, Gallinero, Cantón y Cruces de Cacahuatepec, entre otras, han estado luchando desde que se anunció el megaproyecto. Este proyecto ha generado movilizaciones sociales en al menos 10 poblados exigiendo información que el gobierno se niega a dar. En el mes de octubre de 2003 la movilización tuvo una sola demanda: detener la hidroeléctrica. Más de 3 mil campesinos iniciaron las protestas contra la represa y dispuestos a morir en defensa de sus tierras y comunidades. "Ni un paso atrás contra la presa La Parota" y "estamos dispuestos a morir por la tierra" fueron algunas de las consignas apoyadas por organizaciones sociales, colonos, taxistas y universitarios que se sumaron al apoyo de los campesinos que serán afectados. El conflicto que ha ocasionado entre la población y el gobierno este megaproyecto ha llamado la atención