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Difícil opinar sobre lo mejor

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Me imprimo el arte

Me imprimo el arte

Por Gustavo G. Suárez

twitter @gerardogs / instagram @gustavogsuarez

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El 2020 será recordado como aquel año en el que la vida de cualquiera de nosotros dio un golpe de timón y cambió de dirección, cambió de dinámica, cambió de prioridades; todos los sectores de la sociedad repentinamente se vieron en un paro inesperado que, a la fecha, lejos de haberlo superado, se mantiene peor que nunca.

La afectación a las artes escénicas en todo el mundo ha sido brutal, muchos países que son la meca del teatro no pensaron ni siquiera en reabrir, sino hasta que exista una total seguridad sanitaria para los equipos de producción, para los actores, para empleados de los recintos teatrales y, por supuesto, para el público. En México la situación fue ligeramente diferente, aquí sí se procedió a abrir paulatinamente la actividad teatral, situación que independientemente del loable esfuerzo de los productores y sus equipos, no dejó de ser accidentada y al final, no del todo exitosa.

Toda actividad que sufrió afectaciones estructurales y económicas no se compara con el más grande de los daños: la enorme cantidad de fallecidos en nuestro país, ahí debemos detenernos, reflexionar y ver si nos alcanza para regresar.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, paralelamente la actividad virtual apareció desde el principio del confinamiento ocasionado por la pandemia, ganando terreno poco a poco, perfeccionándose en muchos de los casos para prevalecer como la única opción de muchos para presenciar artes vivas. El 2020 será recordado como aquel año en el que la vida de cualquiera de nosotros dio un golpe de timón y cambió de dirección, cambió de dinámica, cambió de prioridades; todos los sectores de la sociedad repentinamente se vieron en un paro inesperado que, a la fecha, lejos de haberlo superado, se mantiene peor que nunca.

El 2020 será recordado como aquel año en el que la vida de cualquiera de nosotros dio un golpe de timón y cambió de dirección, cambió de dinámica, cambió de prioridades; todos los sectores de la sociedad repentinamente se vieron en un paro inesperado que, a la fecha, lejos de haberlo superado, se mantiene peor que nunca.

La Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro ACPT, por ejemplo, no logró realizar su entrega de premios anual, teniendo ya nominaciones publicadas y un gran porcentaje de avance en el proceso de producción. Esa ceremonia aún se encuentra pendiente con las nominaciones vigentes, próximamente se anunciarán los pasos a seguir, así como detalles de selección para los años 2020 y 2021, además de la probable fecha de realización de la ceremonia que reconocerá el periodo mencionado, lamentablemente planear en estos días puede resultar ocioso.

Por lo anterior y totalmente a título personal quiero aprovechar la oportunidad para enlistar,

de manera totalmente arbitraria y subjetiva, lo que a mi parecer es lo más relevante del año que terminó y que incluye una mezcla de trabajos presenciales y digitales; cabe mencionar que podríamos segmentar en varias categorías, por ejemplo proyectos, plataformas, festivales, ciclos, encuentros, etcétera; en esta ocasión no ahondaré en ellos prometiendo hacerlo en mi próxima entrega para TeatroMyLove!

Haciendo gala de la arbitrariedad de la que hablé en el párrafo anterior la lista incluirá 12 posiciones.

Moscú, Wilma, El Paraíso de la Invención, Del Conejo a la Tierra, Seminar, Elena, El Juego de Mamá, Parkour, Coordenadas Sutiles, Loop Espejos del Tiempo, Huérfanos, El Efecto del Amor.

Llegó antes de tiempo el 2021 y qué complicado es darnos cuenta de que nos mantiene en un letargo lleno de incertidumbre, proyectos como los de La Capilla, El Foro Shakespeare y Teatrix han arrancado, ofreciéndonos contenidos digitales de gran calidad que nos mantendrán por tiempo indeterminado frente a las pantallas.

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