CAPITULO 06-2

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Testimonio del Primer Oficial Femenimo, en el Cargo de Oficial Navegador. Buque con Alma de Marinero. Si cada persona tuviera la certeza de lo que en realidad le corresponde realizar en la vida, quizás esta perdería su misterio, razón por lo cual la existencia ofrece un abanico de opciones con marañados caminos y la experiencia de vivir se convierte en un navegar por esos rumbos, hasta que de tanto andar encuentras el verdadero destino. Este lo puedes conseguir al principio, al final o quizás nunca, en este último caso el camino podría ser un permanente navegar. Quizás parezca efímera esta introducción, pero al tratar de redactar un artículo sobre mi experiencia como oficial de marina a bordo del Buque Escuela Simón Bolívar, me remonto a mi años como cadete en la Escuela Naval de Venezuela, las clases de navegación y al sueño de una joven estudiante, que algún día pueda estar en el puente de un buque y recomendar rumbo a seguir, para llegar a puerto seguro. Hoy después de algunos años comprendo que ese era uno de los caminos que habría de transitar. Se trata de una joven oficial con escasa o casi ninguna experiencia en el arte de navegar, perteneciente a la promoción donde egresaron los primeros oficiales femeninos de la Escuela Naval de Venezuela, con el nombre de “Bicentenario Natalicio del Libertador”, 1979/1983. Sólo me acompañaban mis principios de hogar, la formación naval y los conocimientos de escuela en las diferentes formas de navegación, cuando tuve la suerte de formar parte de una tripulación por demás especial, la cual trabajaba en un buque con alma de marinero; mi trabajo: adjunta al oficial navegador en el Buque Escuela Simón Bolívar. Esto quería decir que me convertiría en la primera oficial femenina tripulación del Buque Escuela que se desempeñara en el área de navegación, situación que me llenó de regocijo. La experiencia era insospechada. Al llegar al Buque como oficial, recordé que de cadete durante las pasantías, no soportaba el olor a cabo húmedo sobre las diferentes cubiertas, ni el de gas oil quemado que emanaba por las chimeneas cuando se navegaba a motor y ese vaivén, no resistía el mareo, pero un experimentado marino al ver que casi perdía mi alma de tanto inclinarme por la borda, me dijo: Cálmese cadete, cuando estemos en mar abierto yo recogeré agua de mar, se la daré y usted la beberá y se dará cuenta que el mareo desaparecerá por completo. Así lo hice, tomé el agua de mar y nunca mas he mareado. Sorprendida pedí explicación y el marino contestó: Es sencillo, el agua de mar debe correr por sus venas.

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Me embarqué en vísperas del crucero al exterior de 1985, como aprendiz de oficial navegador me correspondió ayudar a planificar toda la navegación, trabajo de gran precisión y detalle, utilizando métodos tradicionales y de avanzada. Aprendiendo a ser navegador, se da inicio a mi primer crucero al exterior. Los puertos a visitar serán los siguientes: La Guaira, Kingston, Boston, Brest, Bilbao, Lisboa, Cádiz, Tenerife y La Guaira.


Llega el día del zarpe, oficiales, familiares, amigos y espectadores se reúnen en el puerto de La Guaira para despedir al Buque Escuela. Después de soltar el último cabo del muelle, sientes la ausencia de tus seres queridos y se presenta la ansiedad, por todo lo que vas a descubrir. Al menos así me sentía yo a bordo de un Buque que surcaría los mares y te llevaría a conocer nuevas culturas y amistades. Agradezco a la tripulación del Buque Escuela por su esmero, enseñanzas, consejos y exigencias, para con un aprendiz de oficial navegador; que desde el orto hasta el ocaso se sumergía en el complejo arte de navegar, un oficial que en algún momento debería llevar la navegación. Mientras tanto yo continuaba con la rutina y dentro de mi estaba la inquietud por saber cuando estaría preparada para dejar de ser la adjunta. Al llegar a Boston el Comandante le ordena al oficial navegador recibir el departamento del Palo Mayor, y me hiciera entrega del cargo de oficial navegador. -Yo pensé: -¿Será que estoy preparada para recibir esta gran responsabilidad? La gran hazaña, navegar desde Boston (Estados Unidos), hasta Brest (Francia), al menos así fue para mí. -Preparé la navegación bajo la supervisión del jefe de operaciones. -El día del zarpe, después del salir del puerto, el Comandante me llama al puente y me dice: -Oficial navegador recomiende rumbo... -En ese momento me llené de valor y dije: -Rumbo cero siete cinco mi Comandante... Este miró al oficial jefe de operaciones el cual acertó realizando un gesto con la cabeza, y el Comandante ordenó: -Timonel rumbo cero siete cinco. Los días pasan entre singladura y singladura: preparando el orto, la recta de sol de la mañana, la meridiana, la recta de sol de la tarde, el ocaso, corrección del giro compás por la polar; llevar la navegación por estima y colocar las posiciones fijas. Se disfrutó de la tranquilidad de la navegación a vela, hasta que arribando a la zona y época de iceberg, la prudencia obligó a llevar control de la posición de estos enormes bloques de hielo. El ambiente se llenó de tensión, esperando poder evadirlos. Salimos del área de los iceberg y nos encontramos al sur de Inglaterra entrando al mar Cantábrico, el cual se torna encrespado con olas entre cinco y siete metros, visibilidad casi nula y viento de cincuenta a sesenta nudos.

Se ordena dar las velas de capa. Situación que se mantuvo por tres días; se podía ver como la proa del buque se sumergía en el mar y escuchar el crujir de la jarcia. Las olas golpeaban el costado del buque el cual se escoraba y al dirigirnos al inclinómetro, podíamos observar el ángulo de zozobramiento, el cual oscilaba entre cuarenta cinco y cincuenta grados de escora; recuerdo una inclinación de sesenta y dos grados, casi al límite del ángulo máximo. El Buque reconfirmó su alma de marinero. Dormíamos amarrados a la litera. Cocinar era imposible. La tripulación hacía uno y otro turno de guardia seguido para prestar la seguridad que el buque necesitaba. No importaba cuantas veces se requiriera de sus servicios: oficiales, suboficiales, sargentos, cadetes, marineros todos formábamos un solo equipo de maniobra para salir del mal tiempo con bien y lo logramos...era una tripulación de hierro en un Buque de noble estirpe, lo que todo Comandante necesita.

MARINO El mar es una frente rugosa, inmensa que sueña y piensa... Como azules ideas, van y vienen, van y vienen las olas inquietas; su pensamiento a lo lejos vuela, bajo el claro cielo, el blancor de una vela.

José Ramón Heredia (1900 - 1987)

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La culminación de la gran hazaña, el arribo al puerto de Brest. Recuerdo que estuve en el puente desde el día anterior, para no perder ni un solo detalle durante la aproximación. Recalamos a la entrada de la bahía en la madrugada, el Comandante decidió esperar hasta el amanecer para entrar a puerto. Amaneció y nos enrumbamos a la bahía, de pronto el contorno de la costa desapareció, la visibilidad se hizo nula, nos quedamos sin puntos de referencia para posicionar el buque. El Comandante me preguntó por las ayudas electrónicas para la navegación y de hecho el racón de la punta del malecón nos orientó durante el tránsito por la bahía hasta el punto de encuentro con el piloto. En el punto acordado recogimos el piloto, quien nos indicó la ruta para entrar al puerto de Brest. En función de lo que yo había estudiado en el derrotero, observé que la profundidad del canal por donde el piloto nos estaba guiando no era lo suficiente para el calado del buque, así se lo hice saber al Comandante, indicándole que el otro canal ofrecía una mayor profundidad. El piloto al conocer mi inquietud, expresó que no había de que preocuparse puesto que el canal era seguro. Pero el Comandante confió en mi información y le agradeció al piloto que nos guiara por el otro canal y de esta manera arribamos al puerto de Brest. Durante la estadía en los puertos, el Comandante me presentaba a los invitados diciendo: Ella es la oficial de navegación, quien planifica la ruta a seguir y la ejecuta durante todo el crucero de instrucción. Al verme tan joven se quedaban asombrados e intrigados, situación que el Comandante disfrutaba. Esto marcó significativamente mi proceder como oficial. En alguna oportunidad escuché al Comandante expresar: Una de mis funciones como Comandante es hacer que los jóvenes oficiales, aprendan a tener confianza en sus capacidades, esto los va ayudar durante toda su carrera. En realidad yo sólo era una oficial en sus primeros años de carrera, con poca experiencia, a la que habían dado un voto de confianza; guiada por oficiales experimentados y con la ayuda de viejos marinos: el contramaestre y los sargentos que de la primera tripulación del buque, pudo cumplir con su trabajo. Durante ese tramo de la navegación pasé de ser aprendiz de oficial con gran confianza en mi misma a oficial navegador capaz de afrontar nuevas circunstancias. Eso me gustó, me sentí satisfecha y segura de lo que hacía.

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Trascurrieron dos años a bordo del Buque Escuela Simón Bolívar, durante los cuales navegué muchas millas, las que unidas a la experiencia adquirida al navegar por esas difíciles rutas; me ayudaron a orientar mi verdadero rumbo, cuyo destino es el de una oficial de marina, orgullosa de que por su torrente sanguíneo circule agua de mar y el haber obtenido el calificativo como mujer de mar...mujer de honor... Al culminar esta gran experiencia, no dispongo de otro pensamiento que no sea el agradecer a mi Armada por haberme permitido formar parte de este grupo de marinos de cuerpo y alma, que constituyen la tripulación del Buque Escuela Simón Bolívar y rogar al todopoderoso y a la Virgen del Valle por su protección, para que esta unidad siga cumpliendo con tan noble misión, forjar verdaderos marinos, hombres y mujeres de mar... hombres y mujeres de honor... Ana Rosensil Suárez Pacheco Capitán de Navío


Integrantes de la Tripulación Actual

OFICIALES: Capitán de Navío . Capitán de Fragata. Capitán de Corbeta. Capitán de Corbeta. Capitán de Corbeta. Teniente de Fragata. Teniente de Fragata. Teniente de Fragata. Teniente de Fragata. Teniente de Fragata. Teniente de Fragata. Teniente de Fragata. Alférez de Navío. Alférez de Navío.

RAMÓN COSTERO CORONA GINES AÑANGUREN SANTANA ALFONSO DE GREGORIO MELÉNDEZ JOSÉ BUCCHERI PEÓN ALEXANDER RIVERO SOJO AGUSTIN GONCALVES DE ABREU JOHNNIE PÉREZ MEDINA YHOMER MEDINA CORDERO GIBRAN GONZÁLEZ RAMÍREZ JULIO CESAR FERNANDEZ DORANGELA GONZÀLEZ BARRIOS NESMAR ARIAS FIGUEROA DANNY ROA ANDRADE VICTOR VALERA CHONA

SUB OFICIALES PROFESIONALES DE CARRERA:

Maestre de Primera. Maestre de Segunda. Maestre de Segunda. Maestre de Segunda. Maestre de Segunda. Maestre de Segunda. Maestre de Segunda. Maestre de Segunda. Maestre de Tercera. Maestre de Tercera.

FORBERS MÁRQUEZ SALAZAR LUIS TOVAR ROSALES YIMI GONZALEZ HURTADO JOHAN VILLALOBOS GIL LUIS MOHAMAD MIRANDA JUAN GUEVARA APONTE ADAM SAYAGO GÓMEZ RAÚL MARRERO JIMÉNEZ RAFAEL HIDALGO QUIÑONES LUIS ALVARRACIL ALVARRACIL

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CAMINOS

SARGENTOS: Sargento Mayo r de Primera. Sargento Mayo r de Segundo. Sargento Mayo r de Tercera. Sargento Mayo r de Tercera. Sargento Mayo r de Tercera. Sargento Mayo r de Tercera. Sargento Mayo r de Tercera. Sargento Mayo r de Tercera. Sargento Mayo r de Tercera. Sargento Mayo r de Tercera. Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Primero . Sargento Segundo.

JOSÉ RAFAEL HERNÁNDEZ NELSON ALEXANDER CAMARÁN ROBERT GUTIÉRREZ DÍAZ CARLOS LUIS ROJAS RICHARD GARCÍA MOROS JOSE RAMOS SILVERA CARLOS ALBERTO GUARAMA RODOLFO CAMPOS JIMÉNEZ ALÉXIS LANDA DELGADILLO VICTOR HERNÁNDEZ SILVA HÉCTOR PELLEGRINO NAVARRO ENDRY CONTRERAS COLINA DELVIS CASTRO VERGARA JHON LING QUINTERO MENDOZA VICTOR HERNÁNDEZ TORRES PEDRO OLAIZOLA RODRÍGUEZ JINMI MARIN SARMIOENTO FRAY DUBALY CATARI BULLES CARLOS MONTILLA RODRÍGUEZ DARWIN JOSÉ BRACHO JOSE ANTONIO MADRIZ MARLON ARRIETA MONSALVE OSWALDO HERNÁNDEZ MORGADO

Los caminos de la tierra llegan jadeando hasta el mar. Y las mil rutas del agua en tierra van a parar. Tierra y agua, mar y tierra... Tan distinto y tan igual. Así vivimos. Viajando. Madre Tierra. Abuelo mar. La muerte, a veces principio. La vida, a veces final. Y tras un día otro día con recelo de llegar. A la mitad del camino quién se pudiera quedar, detenido para siempre entre la tierra y el mar.

Ángel Raúl Villasana (1920 - 2004)

MARINERIA:

Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Cabo Primero. Marinero Distinguido . Marinero Distingu ido. Marinero Distingu ido. Marinero Distingu ido. Marinero Distingu ido. Marinero . Marinero . Marinero . Marinero . Marinero . Marinero .

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MARLON ARRIETA MONSALVE JOSÉ ANTONIO MADRÍZ WALDO LAYA MARTÍNEZ HELVIS CASTRO BETANCOURT RAFAEL MANCILLA OROZCO DULBER LÓPEZ GONZÁLEZ DIUVER MONTILLA TERÁN MANUEL PALENCIA PALENCIA MICHAEL ÁRIAS ANAYA DARWIN RAFAEL HERNÁNDEZ LUILLI ANTHONY GONZÁLEZ ÁRIAS JEAN PIERO OBALLOS MORENO RONY DAVID LORETO JHOAN CARRASQUERO CARRASQUERO JOSAETCÁRDENAS OBERTO HEBER MOISÉS COHEN OBERTO LUIKER JOSE ANZOLA MÉNDEZ JOSE CARLOS LEAL JIMÉNEZ DANIEL DIAZ GONZÁLEZ ALBERTO GÓMEZ ESCALONA LUIS GARCIA GUTIERREZ ALEXANDER JOSÉ COLINA LEÓN ÁNGEL ANTONIO BALAGAY ESCALONA JONAS NUÑES PÉREZ


CANCIÓN MARINERA Sobre el mar confidente va la esperanza viajera, barca de velas desplegadas hacia una isla feliz. La mirada se hunde en el espacio azul de soledad como un deseo y descansa -acaso-en una estrella remota: La estrella fiel al alma. Todos somos viajeros de nuestros propios sueños. Todos vamos por un mar que está en nosotros hacia la luz de un ocaso radiante. De pronto otra mirada íntima, en un minuto excelso nos devuelve la estrella de los sueños lejanos. Entonces el mar infinito se nos torna pequeño, tiene el barco el calor de casa buena y hasta los marineros -ágiles- nos parecen hermanos

Fernando Paz Castillo (1893 - 1981)


MARINA Quis hic, quae regio, quae mundi plaga? ¡Qué mares, qué costas, qué rocas grises y qué islas; qué agua claqueando en la proa; y el aroma del pino y el tordo cantando entre la bruma! ¡Qué imágenes vuelven, hija mía! Los que afilan el diente del perro, representando la muerte; lucen con la gloria del colibrí, representando la muerte; los sentados en la pocilga de la satisfacción, representando la muerte; se han vuelto insubstanciales, han sido reducidos por un viento, un alimento de pino, la bruma cantabosques; por esa gracia fueron disueltos en su sitio. ¡Que cara es ésa, menos clara y más clara; qué pulso en el brazo, menos fuerte y más fuerte (dado o prestado), distante más que las estrellas y más cercano que el ojo? Susurros y risillas entre hojas y pasos raudos bajo el sueño, donde todas las aguas se reúnen. ¡Bauprés rajado del hielo y barniz abierto del calor! Yo lo hice, lo olvidé y lo recuerdo. ¡La jarcia endeble y la lona podrida entre junio y aquel septiembre! yo hice míos esta inocencia, esa subconciencia, ese desconocimiento. ¡La traca de la cubierta hace agua, las juntas están pidiendo brea! Esta forma, esta cara, esta vida que vive para vivir en un mundo de tiempo mayor que yo. Déjame renunciar a mi vida por esta vida, a mi palabra por la no hablada. ¡El despertar, los labios abiertos, la esperanza, los nuevos barcos? ¡Qué mares, qué costas, qué islas de granito hacia mis maderos! ¡Y el tordo llamado entre bruma hija mía!

T. S. Eliot (1898 - 1965)


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