CAPITULO 09-A

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Capítulo

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Primer Año de Operación en Venezuela. Crucero de Instrucción

De inmediato, en los días siguientes al arribo al puerto de La Guaira, se iniciaron los preparativos para asistir al150 Aniversario de la muerte del Libertador Simón Bolívar, el 17 de diciembre de 1980. En los eventos programados en la ciudad de Santa Marta, República de Colombia, se había previsto la asistencia de los presidentes de las repúblicas bolivarianas. Colombia y Ecuador comisionaron a los buques escuela Gloria y Guayas, para estar presentes en el puerto de Santa Marta, durante los días conmemorativos. No se había pensado que estos tres buques escuela se reuniesen tan pronto, pero así se programó y realizó. Las tres unidades de una misma cuna y aparentemente iguales, portaban significativas diferencias, muy en especial nuestro Buque Escuela, el Simón Bolívar, un velero clásico con apariencia de clipper; los otros dos con estructura elevada a popa, dan una similitud de carabela con algunos rasgos de navío. En conveniente disposición para el zarpe, se dispuso el embarque de una representación de cadetes de la Academia Militar, Escuela Naval, Escuela de Aviación Militar y Escuela de Formación de Oficiales de la Guardia Nacional. Se zarpó del puerto de La Guaira el 10 de diciembre de 1980, se calcularon cinco singladuras para efectuar el Rendezvous con la fragata Mariscal Sucre F-21, en posición a diez millas al norte del puerto de Santa Marta, con buen viento y buena mar, características meteorológicas del mes de diciembre en el sur del mar Caribe.

VENGO DEL MAR Vengo del mar lo traigo en mis sentidos aún alucinando con sus ruidos, y su infinidad de colores, y su sol y su viento impregnado de cálidos olores, y el tumulto de ondas y nubes continuo y violento. Y antes ya estaba en mí, que la prístina célula en un día remoto surgió de su espuma, cuando el germen ignoto lanzo por vez primera imperativo Si. Y así como ondula la arena en la duna, fingiendo olas blondas, recuerda la vida su cuna mecida en las ondas. Mas mis ojos, que corrieron perdidos por el espacio, y mi cuerpo, que absorbió las sal, el salitre, el yodo, y mi ser todo, que sació sus deseos de infinito y halló el eterno rito ante el cual siempre se mostró reacio, ignoran si fue un éxtasis o un vuelo. Pero mi corazón siente la turbación de haber subido al cielo.

Enrique Planchart (1894 -1953)

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Se recaló y arribó a Santa Marta con gran entusiasmo, porque en ese puerto nos reuniríamos con los buques escuela Gloria y Guayas. Como anécdota de este pequeño crucero podemos señalar en primera instancia el siguiente evento: nuestra Armada no estaba acostumbrada a la rutina y forma de navegar del Buque Escuela Simón Bolívar, durante el transcurso de la singladura número cuatro, como es normativa de nuestras unidades, a la hora prevista reportamos nuestra posición y el rumbo seguido. Nos pregunta el operador que recibe nuestro mensaje... - ¿Hacia dónde van ustedes?... Le respondimos... - Hacia Santa Marta República de Colombia... Nos respondió... - Si van hacia Santa Marta, ¿por qué llevan rumbo a Jamaica?... Le respondimos... - No se preocupe, vamos rumbo a Jamaica, pero mañana a las 09:00 horas haremos Rendezvous con la fragata Mariscal Sucre F-21, a diez millas al norte de Santa Marta, deséenos buen viento y buena mar... Así ocurrió el 15 de diciembre de 1980, a las 09:00 horas nos encontrábamos muy cerca de la fragata Sucre, a diez millas al norte del puerto de Santa Marta. Se efectuó la aproximación al puerto, la fragata procedió al área de fondeo, el Simón Bolívar, después de otear la silueta del puerto y observar atracados al muelle a dos veleros, por supuesto se trataba del Gloria y del Guayas, solicitó asignación de muelle. Utilizando las frecuencias marítimas para los servicios portuarios, el Simón Bolívar se comunicó con el Gloria: solicitó apoyo para recoger los cabos y procedió a la maniobra de atraque en un sector disponible del muelle del puerto de Santa Marta, a popa del Guayas. El Comandante del Buque Escuela Gloria, de la Armada de la República de Colombia, Capitán de Navío Gustavo Ángel Mejías (hidrógrafo), oficial con quien había compartido en múltiples ocasiones durante conferencias internacionales, donde tuve el honor de representar a nuestra Armada y la fortuna de integrar grupos de trabajo con personalidades del talante del Capitán de Navío Gustavo Ángel Mejías.

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De igual manera el Comandante del Buque Escuela Guayas, de la Armada de la República del Ecuador, el Capitán de Navío Vicente Armas, quien además participó en la construcción de ese gallardo Buque Escuela, en resumen se trata de un oficial de cubiertas pisar... hombre de mar. Transcurrieron cuatro días de permanencia en el puerto de Santa Marta, los cuales a la par del programa conmemorativo del 150 Aniversario de la muerte del Libertador, nos dejó la nostalgia de un ambiente acogedor y de una población humilde y gentil que se esmeraba en las atenciones a los visitantes, más aún por tratarse de un aniversario muy sentido por los ciudadanos de los Países Bolivarianos. Al final de esta misión, llegó el momento de las despedidas y se fijó la hora del zarpe, los comandantes de los buques escuela Gloria, Guayas y Simón Bolívar; acordamos realizar una salida secuencial, para reunirnos frente al puerto de Santa Marta, como saludo a la ciudad que presenció los últimos momentos de vida del Libertador. Todo estaba coordinado, pero lo imprevisto distorsiona los planes, el Buque Escuela Simón Bolívar debió posponer su zarpe, en vista de que los cadetes venezolanos permanecían comprometidos en actos protocolares. Los comandantes de los Buques Escuela Gloria y Guayas decidieron zarpar a la hora acordada y se acercaron al Simón Bolívar para despedirse, fueron recibidos a bordo con el protocolo correspondiente a sus jerarquías, pero se les expresó con toda formalidad y respeto, en virtud del acontecimiento que había reunido a los buques escuela de tres Países Bolivarianos y que además eran de la misma cuna, puesto que fueron construidos por el mismo astillero, aparentemente con las mismas características y tomando en cuenta la contribución ofrecida de manera diligente, por estos dos buques escuela para el diseño del Buque Escuela venezolano, el Simón Bolívar se despedirá en la mar después de zarpar y alcanzarlos. Los comandantes amigos sonrieron en señal de duda, pero aceptaron el reto.


De igual manera el Comandante del Buque Escuela Guayas, de la Armada de la República del Ecuador, el Capitán de Navío Vicente Armas, quien además participó en la construcción de ese gallardo Buque Escuela, en resumen se trata de un oficial de cubiertas pisar... hombre de mar. Transcurrieron cuatro días de permanencia en el puerto de Santa Marta, los cuales a la par del programa conmemorativo del 150 Aniversario de la muerte del Libertador, nos dejó la nostalgia de un ambiente acogedor y de una población humilde y gentil que se esmeraba en las atenciones a los visitantes, más aún por tratarse de un aniversario muy sentido por los ciudadanos de los Países Bolivarianos. Al final de esta misión, llegó el momento de las despedidas y se fijó la hora del zarpe, los comandantes de los buques escuela Gloria, Guayas y Simón Bolívar; acordamos realizar una salida secuencial, para reunirnos frente al puerto de Santa Marta, como saludo a la ciudad que presenció los últimos momentos de vida del Libertador. Todo estaba coordinado, pero lo imprevisto distorsiona los planes, el Buque Escuela Simón Bolívar debió posponer su zarpe, en vista de que los cadetes venezolanos permanecían comprometidos en actos protocolares. Los comandantes de los Buques Escuela Gloria y Guayas decidieron zarpar a la hora acordada y se acercaron al Simón Bolívar para despedirse, fueron recibidos a bordo con el protocolo correspondiente a sus jerarquías, pero se les expresó con toda formalidad y respeto, en virtud del acontecimiento que había reunido a los buques escuela de tres Países Bolivarianos y que además eran de la misma cuna, puesto que fueron construidos por el mismo astillero, aparentemente con las mismas características y tomando en cuenta la contribución ofrecida de manera diligente, por estos dos buques escuela para el diseño del Buque Escuela venezolano, el Simón Bolívar se despedirá en la mar después de zarpar y alcanzarlos. Los comandantes amigos sonrieron en señal de duda, pero aceptaron el reto. El Gloria y el Guayas se hicieron a la mar, tomaron sus rumbos, el primero con destino a Cartagena, República de Colombia y el segundo con proa a Panamá,

deberá cruzar el canal para dirigirse al puerto de Guayaquil. Cuarenta y cinco minutos después el Simón Bolívar zarpa de Santa Marta, al dejar el rompeolas norte por el costado de estribor ya estábamos navegando con aparejo de sobrejuanete, seguidamente mediante frecuencia marítima, se informa, primero al Gloria... - En una hora estaremos por su través para despedirlos. Al Capitán de Navío Gustavo Ángel Mejías le parecía imposible, por lo que preguntó... - ¿Cuál es su velocidad?... Respondimos... - La velocidad del Buque Escuela Simón Bolívar, es de 17,5 nudos, tal como registra la corredera de a bordo... Y repetimos... - En una hora estaremos por barlovento del Buque Escuela Gloria, para despedirlo... Así sucedió, transcurrida una hora alcanzamos al

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Buque Escuela Gloria, lo despedimos, deseándole buen viento, buena mar y un pie de agua siempre bajo la quilla... un hasta luego... quebró la emocionada voz que saludaba... Se realizó una virada en redondo y seguidamente una virada por avante, maniobras estas en reconocimiento al Buque Escuela de la hermana República de Colombia, por tratarse del buque más antiguo de los Países Bolivarianos. A continuación nos enfilamos al Buque Escuela Guayas, que se encontraba a unas seis millas por el costado de estribor, había cargado su aparejo y navegaba a motor. El anemómetro de a bordo registraba un noreste entablado con una velocidad de cuarenta y dos nudos, navegábamos con aparejo de sobrejuanete. Habíamos registrado la mayor velocidad que aun en el presente no ha sido igualada, 17,5 nudos, navegando con el viento a un largo, ahora recibíamos el viento de través, muy pronto alcanzamos al Guayas, de igual manera lo despedimos. El Capitán de Navío Vicente Armas respondió nuestro saludo... - Buen viento, buena mar, y un pie de agua siempre bajo su quilla... El viento soplaba del este y ciñendo lo posible, variando entre seis y ocho cuartas con la dirección del viento por estribor, nos dispusimos a ganar barlovento para que luego nuestra proa se enfilase a puerto venezolano; nuestro destino La Guaira, a donde arribamos el día lunes 22 de diciembre de 1980. Zafarrancho de navidad y año nuevo, al lado de nuestros familiares... 1980 ha resultado un año navegado... Promoción Contralmirante “José Eugenio Hernández”. Participantes en el Primer Crucero de Instrucción.

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Felices pascuas y venturoso año nuevo para toda la excelente tripulación del Buque Escuela Simón Bolívar. Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad. Te damos gracias Señor por la protección que nos has brindado durante 1980, bajo el manto piadoso de la Virgen del Valle, nuestra Patrona. Acudimos a tu benevolencia para que 1981, nos sea pletórico de felicidad. Gracias Señor... Arribamos a 1981, en los albores de este nuevo año, se realizaron dos giras de presentación del Buque Escuela Simón Bolívar en puertos venezolanos. Se inicio esta actividad con la visita formal a Puerto Cabello, para luego zarpar hacia el oriente. Se visitaron los puertos de Cumaná, Pampatar y Carúpano, donde fuimos recibidos con gran cordialidad. El atractivo de su silueta y el carisma de su porte, unido esto a lo heroico y glorioso de su nombre, deriva en pasiones y buenos sentimientos en el gentilicio venezolano. El Buque Escuela Simón Bolívar, tiene un alma noble. Recalamos de nuevo al puerto de La Guaira, preparamos la gira al occidente del País. Visitamos a Puerto Cabello en el estado Carabobo, Maracaibo en el estado Zulia y Guaranao en el estado Falcón, para retornar al Puerto Base, e iniciar los preparativos para realizar el Primer Crucero de Instrucción y la participación en el Desfile Naval, con motivo del 158 Aniversario de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y Día de la Armada de Venezuela, fecha igualmente aniversaria del nacimiento del


Libertador. La predicción del Capitán de Navío Aníbal Carrillo Páez se cumplió después de aquel 24 de julio de 1978; el siguiente buque escuela a vela después del Guayas, que participará en el Desfile Naval conmemorativo del Día de la Armada, será el Buque Escuela Simón Bolívar. Te damos gracias Virgen del Valle, Patrona de la Marina de Venezuela, por permitirme el cumplimiento de esta gran aspiración. Se iniciaron los preparativos para realizar el Primer Crucero de Instrucción a bordo del Buque Escuela Simón Bolívar, su crucero inaugural, indudablemente habíamos mencionado antes que la mitad del mundo ya conocía de la existencia del buque escuela venezolano y la otra mitad había escuchado hablar de él, pero las expectativas aumentaban en la medida que se planificaban los puertos a visitar. Se programó y realizó una varada en dique, se efectuó el tratamiento de la pintura de la obra viva y aplicó acorde a las condiciones del clima recio de nuestra costa marítima. También la jarcia firme, móvil y el velamen fueron revisados, el Buque Escuela estaba en orden y a disposición para realizar la gran travesía del Primer Crucero de Instrucción. Por disposición del Comandante General de la Marina, el Estado Mayor General, planificó la realización del Primer Crucero de Instrucción a bordo del Buque Escuela Simón Bolívar, el cual sería realizado siguiendo la ruta de la costa atlántica de los Estados Unidos de Norteamérica y el Caribe, atendiendo la invitación especial cursada por las autoridades de las ciudades de Portsmouth y Bath; complementado con las visitas de cortesía a New York y Santo Domingo. La Promoción Contralmirante “José Eugenio Hernández”, egresada de la Escuela Naval de Venezuela el 5 de julio de 1981, fue seleccionada para realizar el primer crucero de instrucción; sesenta y un alféreces de Navío, en calidad de oficiales alumnos, serán embarcados para realizar este inolvidable entrenamiento, pletórico de enseñanza y grande en experiencia marinera.

embarque; la promoción recién egresada del Alma Mater se integraba a la tripulación del Buque Escuela. Al inicio los jóvenes oficiales deberían comenzar por aprender de los marineros ya expertos en maniobra, para que progresivamente fueran sustituyéndolos en sus puestos, y al final, la maniobra será realizada integralmente por los jóvenes oficiales. La observación permanente de los sargentos y contramaestres de palo, aportaban una elocuente y muy sincera integración naval, había que atender las enseñanzas y correcciones del personal subalterno, indudablemente, estos se crecían en dignidad y los alféreces, se embelesaban de humildad, todos bajo la dirección de los oficiales jefes de palo, quienes cumplían el primer objetivo, fomentar y consolidar el trabajo en equipo.

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UMBRAL DE AUSENCIA Entre su ágil anillo azul de salobres besos va quedando atrás la tierra. Ante la proa del velero crece el mar. Y sus caminos sonoros, anchos, ligeros se extienden ebrios de abismos y fulgurantes de cielo. En el umbral de la ausencia los hombres se ponen serios mirando hacia atrás la tierra que se va empequeñeciendo. Y uno dice: -Es triste dejar la tierra, la tierra donde nacimos, cuando se nos queda en ella sembrando todo el cariño. Y dice otro: -Por ser tan pobre la tierra es preciso abandonarla, aunque se nos quede ella sembrada por siempre el alma... Y les replica un tercero: -La tierra no queda atrás. La tierra no se ha perdido, porque adonde yo me vaya irá la tierra conmigo. La tierra querida y buena. La tierra que soy yo mismo, porque su pena es mi pena y la pena de mis hijos... Oeste, cuarta al Noroeste fija el rumbo el timonero. La brisa ancha y alegre vibra en el cordaje tenso. Contra el filo de la proa se rompe el cristal del cielo. Y flechando el horizonte navega raudo el velero. En tanto que hacia la tierra desvanecida a lo lejos, por el blancor de la estela van remando los recuerdos.

Francisco Lárez Granado (1903 - 1988)


Alféreces de Navío Promoción Contralmirante José Eugenio Hernández Ynserny Benitez, Luis Rafael Salcedo Franco, Julián José Rodríguez Gutiérrez, Alonso Carenero Limpias, Ariel Carrasquero Mariño, Ernesto Fernández Monsalve, Rommel David Rojas Medina, José Gregorio Monagas Martín, Alberto José Aguilar Madera, Luis Manuel Hernández Moncada, William Márquez Gómez, Omar Jacinto Verenzuela Pérez, José David Teixeira, Jorge Juan Carlos Santamaría Martínez, Ronald Pérez Evora, Tomás María Torres López, Francisco Sansegundo Deolivera, Juan Ruiz Jiménez, Ernesto Juan Quintana Fondis, Ewald F. Miranda Aguilera, Norman Rodríguez González, Edmundo Rodríguez Huérfano, Antonio Vivas Linares, Luis Enrique Ascanio Palomares, Alex Febres Álvarez, Manuel Díaz Villamizar, Gonzalo Guldrys González, José Farage Dangel, Luis Mora Contreras, Pedro Ángel Blanco Sáez, Moisés Antonio Ramírez Pérez, Miguel Ángel

Calderón Rodríguez, Germán Angarita Pérez, Porfirio José Chachati Ata, José Marcos Narvaez López, Juan José Sánchez Navarro, Antonio Aniasi Turchio, Carlos Máximo Henry González, Pedro Miguel Andrade Romero, Máximo Blanco Carrero, Edgar Enrique Hernández Rondón, Carlos Cavas Gallango, José Gregorio Ojeda Ortiz, Jaime Francisco Carrizo Galue, José Gregorio Quintero, Arturo José Vilegas, Jacobo Antonio Padrón Szymkowiak, Pedro José Martínez Alvarado, Abdel Torres Aguilera, Raúl Mora Padrón, César Augusto León Arteaga, Juan Pablo González Caro, Pedro Miguel Otero Duno, William José Poleo Guillermo, Lino Eduardo Hernández Tejada Wilmer Ojeda Pérez, Luis Alejandro Hernández, Alfaro Aníbal Briceño Villegas, Nelson Paz Alcibiádes, Jesús Morillo Peña, Javier García Angulo, Juan Manuel

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Con gran emoción se recaló a la fecha del día del zarpe, la despedida de los padres, esposas, hijos, novias y familiares que habían acudido a La Guaira, para saludar a los marinos que dejan el puerto para hacerse a la mar en busca de nuevas enseñanzas, experiencia y sobretodo de las vivencias que el inmenso océano dispone para los más osados, los que buscan el verdadero origen del valor, la amistad, la integridad, el compañerismo, la bondad, la importancia de querer y hacer bien las cosas, el valor de la ayuda cuando esta se necesita; la inspiración y el recuerdo en las noches tranquilas con el firmamento plegado de estrellas; para enfrentar los más grandes retos y sentir la gran satisfacción al final del viaje. La recalada a puerto. Rol de maniobras, Rol de maniobras... son las 08:00 horas del 21 de julio de 1981; puerto de zarpe: La Guaira; destino: puerto de Maracaibo; objetivo: participar en el desfile naval conmemorativo del 158 Aniversario de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, también Aniversario del Nacimiento del Libertador “Simón Bolívar”, acción definitiva en la consolidación de la Independencia de Venezuela. Día de la Marina Nacional. El 22 de julio en horas de la tarde el Buque Escuela Simón Bolívar, atracó en el puerto de la Tierra del Sol Amada. Durante el 23 de julio se realizaron todos los preparativos conducentes a la puesta en punto del Buque Escuela para su participación en el desfile naval y en condición de alistamiento amaneció el 24 de julio de 1981; el Simón Bolívar procedió y ocupó su puesto de fondeo, el mismo de donde aquel 24 de julio de 1978, había iniciado la histórica maniobra el Buque Escuela Guayas... el más a sotavento de la formación. Desde esa posición y portando todo su aparejo como última unidad a desfilar, zarpó a toda vela y saludó a las autoridades presentes...

Fueron las voces que una vez más embelesaron de entusiasmo a las autoridades del Ejecutivo Nacional, donde se encontraba el ciudadano Presidente de la República, acompañado por el Alto Mando Militar. El mismo saludo, pero esta vez cumplida la predicción. El “Simón Bolívar”, cautivó al pueblo zuliano e invitados especiales a este hermoso evento, que se realizaba en un día especial, en ocasión cuando en el Lago de Maracaibo se entablaba un noreste de quince nudos de velocidad. El buque escuela pleno de gozo lució su velamen y maniobrabilidad en señal de agradecimiento, la emoción se reflejaba en el rostro de la tripulación y la Promoción contralmirante “José Eugenio Hernández”, en sus puestos de maniobra eran muy felices y se manifestaban pletóricos de emoción. El Buque Escuela Simón Bolívar, navegó con el viento a un largo, fue una hermosa presentación elogiada por las autoridades e invitados presentes y por todas aquellas personas que tuvieron la suerte de presenciar este magno evento. El Buque Escuela Simón Bolívar, navegó, maniobró y atracó de nuevo en el muelle asignado, donde permaneció dispuesto para la visita del pueblo zuliano, el cual apreció esta disposición del Comandante General de la Marina, y se hizo presente para visitar la unidad los días 25 y 26 de julio de 1981, los jóvenes eran los que más tiempo permanecían a bordo, era necesario pedirles que debían retirarse para dar oportunidad a otros visitantes. En mis recuerdos están muy presentes los acaecimientos del 24 de julio de 1981, entre estos nunca olvidaré las expresiones de personas que durante la recepción ofrecida por el Comandante General de la Marina, la noche de ese trascendental día, quienes

- ¡Venezuela!... ¡viva!... - ¡Venezuela!... ¡viva!... - ¡Simón Bolívar!... ¡viva!...

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PALABRAS EN UN PUERTO (Fragmento) Los bolsillos cargados de brújulas y soles, cálidos derroteros y picadura los miro caminar la mar dura del muelle, entregadas al aire las corbatas azules. Los miro caminar. Los llamo: ¡Marineros! Esperadme, que iremos por las calles apagadas llenas del pensamiento de los que están de viaje, por besos que se llevan la mano a la cintura, por las mesas que tienen una humedad del muelle y hasta el barco de humo en las habitaciones. Por las noches que acogen tibias como una mano recogiendo en la sombra sus estrellas terrestres y a dejar nuestras sienes sobre algunas palabras. Iremos. Esperadme. A retornar por alguien a quien nos pa[recemos. hasta el día se afiance como un gallo de cobre. ¡Esperad!, marineros! yo sacudo mañanas llenas de banderolas y en la voz conque os llamo, señales y arrecifes hacen vida salobre

Carlos Gottberg (1929)

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acercándose a mi, los que habían logrado identificarme en mi honrosa condición de Comandante del Buque Escuela Simón Bolívar, me realizaban una gran cantidad de preguntas sobre nuestro Buque, y es curioso, la mayoría de la gente estaba segura de que era construido totalmente de madera. Bueno, me pasé todo el tiempo que duró la recepción respondiendo preguntas y aportando información sobre el Buque Escuela. Algo que me llamó la atención, fue el caso de un señor de tercera edad que se me acercó y me dijo... - Capitán por favor, yo desearía conocer al Capitán del Buque Escuela, sería usted tan amable de ayudarme a conseguirlo en este gentío de blanco, todos me parecen iguales... Yo lo observo y le planteo conversación hablándole y preguntándole sobre sus impresiones acerca del desfile naval, me expresa que le había parecido maravillosa la maniobra del Buque Escuela y me insiste... - Por eso es que quiero conocer al Capitán del Buque Escuela... Lo miro a los ojos y le digo... - Usted está hablando con el Capitán del Buque Escuela... Fue tal la expresión del rostro de ese caballero que yo mismo me emocioné... Colocó su mano derecha sobre mi hombro y me dijo hermosas palabras, me felicitó y se despidió, prometiéndome que visitaría el Buque los días siguientes de permanencia en puerto. - No lo volví a ver... Amaneció el 27 de julio de 1981, a las 08:00 horas todo estaba listo para el zarpe. Rol de maniobra... Rol maniobras... Rol de maniobra... Se inicia el Primer Crucero de Instrucción del Buque Escuela Simón Bolívar. Sin una despedida formal nos hicimos a la mar. Embarcado el piloto que nos acompañaría durante la navegación por el canal del Lago de Maracaibo, expresamos un hasta luego a la tierra zuliana; lo desembarcamos en San Carlos, después de agradecer sus servicios. Navegábamos a motor hasta ganar barlovento para superar el norte de la Península de La Guajira. Al fin... Eran las 17:00 horas... El Buque Escuela Simón Bolívar, vibró de emoción: Rol de maniobra... Rol de maniobra... Rol de maniobra... Los alféreces alumnos de la Promoción Contralmirante “José Eugenio Hernández”, fueron los


primeros en subir a cubierta y adoptar su formación, estaban ansiosos por entrar de maniobra. Listo... Listo... Listo... Reportaron los jefes de palos. El pito marinero entró en acción, que concierto tan hermoso y armónico son las pitadas de maniobra para dar el aparejo del Buque Escuela, sólo se escucha el silbar del viento al cruzar la jarcia, las pitadas de las órdenes emitidas y las respuestas de los jefes de palos. El entusiasmo era tal que la subida por alto y el soltar tomadores se realizó en mínimo tiempo, los alféreces alumnos bajo la dirección de los gavieros (marineros jefes de vergas) y los contramaestres se movían ágilmente entre la jarcia. Largár tomadores. Todos a cubierta. Trinquete y mayor bracear tres cuartas a babor... Proa contra el viento... Sopla del noreste... Velocidad doce nudos... Iza y caza foques... Estays proeles y popeles... Botavara al medio... Dar cangreja... Rumbo... Rumbo... Rumbo... 330°. Dar aparejo de sobrejuanete... Botavara dos cuartas a babor... Amura y caza... caza y amura... Afirma a barlovento y aclara maniobra... Rumbo 330°... Fin rol de maniobra... - Oficial de Guardia... - Expresa el Comandante... -Buque Escuela navegando con aparejo de sobrejuanete... - Viento del noreste... - Velocidad del viento doce nudos ... - Velocidad del buque cuatro nudos... - Rumbo 330°... Repite el Oficial de Guardia... Era un hermoso atardecer, el Astro Rey muy cerca de su ocaso, alancea con radiante esplendor el oleaje de la entrada al histórico Golfo de Venezuela; nuestras coordenadas nos indicaban que la posición del Buque Escuela Simón Bolívar, estaba a quince millas al este de Punta Espada, en la península de La Guajira y a treinta y ocho millas al oeste de Punta Macolla, en la península de Paraguaná. Expresamos un hasta luego al territorio continental de nuestra Venezuela, para trazar el rumbo que nos conduciría a altamar, a través del mar territorial del archipiélago de Los Monjes, bastión occidental representativo de la Venezuela insular. La ruta trazada permitía enfilar la proa del buque escuela, en dirección a las Islas Caimán y después de varias singladuras, reorientamos el rumbo para entrar al Golfo de México, superando el extremo oeste de Cuba, a una distancia de quince millas del Cabo San Antonio. Bordeando la costa oeste de Cuba, afirmamos el

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CUERPO DE MAR En alta mar, la mar alza su vuelo -pez emplumado, pájaro de escama-, hacia el follaje y la salada rama de los marinos árboles del cielo. Y por la orilla de espumoso suelo -roca, salina o arenal en llama-, es un toro nostálgico que brama con hondas voces de animal en celo. Tal es la mar de doble cuerpo alzado, ya solitario toro enamorado, ya pájaro sin nido ni techumbre. Mi corazón te copia, oh mar ambigua: es toro amante por la tierra exigua y en alto cielo es pájaro de lumbre.

Juan Liscano (1915 -2001)

TIBIO ALERO DE MAR (Fragmento) Tibio alero de mar, brazo extendido desde la inmensidad del oleaje, regreso de la tarde en el paisaje: arena, espuma y roca del olvido. Regreso y en el vuelo repetido del alcatraz y en el celeste encaje mi quieto corazón siente su viaje de soledad, de cristofué perdido.

Benito Raúl Losada (1923)

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