(¿Qué dices?)
El resbalón de los políticos Usan trajes costosos y gastan mucho en su imagen pública, pero un mal lenguaje puede arruinar su trayectoria POR SANDRO COHEN
L
a mayoría de la gente con cierta preparación realmente cree que habla con buena ortografía. Son aquellos que jamás dirían fuistes, naiden, ansina o mesmamente. Además, gozan de mofarse de los policías que ordenan que nos orillemos a la orilla. Son personas que suelen ponerme a temblar: nunca sabe uno con qué van a salir. Como tienen cierta idea de las reglas gramaticales, y creen aplicarlas cuando escriben, piensan erróneamente que hablan con el mismo cuidado. Pero por bien que escriban, hablan más o menos como todo el mundo: una cosa es el lenguaje oral, y muy otra, el escrito. El primero es espontáneo, libre; depende mucho del contexto humano en que está inserto y responde a los demás conversadores. El escrito, por otro lado, es –o debería ser– un ejercicio de análisis, una construcción coherente que vale por sí misma. Hace tiempo un político involucrado en la educación en México, en un acto público más o menos informal, preguntó a unos niños en el estrado: “¿Ustedes van a leer?”. Lo escribo así porque hay que reinterpretar el lenguaje oral para que cuadre con la ortografía de la lengua, con la puntuación correcta si hiciera falta. Pero en realidad dijo: “¿Ustedes van a ler?”. Esto causó revuelo en redes sociales. Las mofas no se hicieron esperar. ¿Cómo podía un secretario de Educación pronunciar tan mal? Pero la verdad es que así hablamos los mortales. Cuando se juntan dos vocales iguales, el común de “Haiga sido como haiga las personas, al hablar, las reduce a una sola. Es una realidad fonológica. Pero sido” es la frase que marcó quienes saben bien que el infinitivo leer un sexenio presidencial en se escribe con dos es, insisten en que – México. El vocablo haiga ellos sí– pronuncian con toda claridad la usado como verbo es una doble vocal. La verdad, sin embargo, es falta gramatical seria. otra: quien lo hace así corre el riesgo de Pero pocos saben que la sonar afectado; por eso no lo hacemos, palabra sí existe, sólo que aunque insistamos en que sí. no es un verbo, sino un En la pronunciación cotidiana imsustantivo que se refiere a pera la ley del menor esfuerzo. Sólo los un “automóvil ostentoso oradores profesionales se toman el tiemy de gran tamaño”. po de enunciar con un cuidado mayor,
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TEC REVIEW
MARZO / ABRIL 2017
ILUSTRACIÓN: TAVO SANTIAGO
El haiga sí existe