En Bogotá lxs maricas vemos negado sistemáticamente nuestro derecho a ocupar con tranquilidad las calles y las esferas públicas. A pesar de que luego de muchos años de lucha hemos visto surgir mecanismos legales para protegernos y garantizar nuestro acceso a los derechos fundamentales, la violencia contra nuestros cuerpos aún no cesa.