uno de los peligros para los inmigrantes es que, al saltar al tren, éste succione los pies hacia abajo.
La frontera
vertical México se ha convertido en el guardián de Estados Unidos contra los 400,000 centroamericanos que cada año enfrentan peligros como controles migratorios, policías, asaltantes, pandilleros y “la bestia”, el tren de carga que los transporta. Es la otra historia de los inmigrantes, la que los mexicanos suelen olvidar.
co intenso: decenas de enormes cámaras de llanta bien infladas sostienen plataformas de madera a modo de balsa y navegan día y noche de un lado a otro, sin discreción alguna. Pueden transportar a una decena de personas y una tonelada en mercancías (y drogas o armas), fuera del control gubernamental. Aunque la tarifa para pasar el río es de 10 quetzales (1.3 dólares) por cabeza, se cobra mucho a los migrantes que vienen de padecer asaltos y extorsiones y han llegado aquí a confirmar que son el pez chico de una larga cadena predatoria. El que llega cansado, temeroso e ilegal, la víctima de los mafiosos y los policías, de los mendigos y los drogadictos, tiene que pagar 100 quetzales (13 dólares) para cruzar el río. Luis Osorio Castillo ya había sido despojaPor Témoris Grecko y Vivienne Stanton do cuando lo conocimos en Tecún. Es un nicaragüense alto de 21 años, bigote delgado y ojos amables. Dijo no recordar si vio primero el brillo del metal o sólo lo sintió cuando lo apoyaron contra sus costillas mientras lo atacaban tres maleantes con pistolas y machetes en Ciudad de kilómetros de largo –la distancia que Guatemala, los rostros ocultos con pañuelos. Le quitaron el dinero hay entre Londres y Venecia–, el límite y el reloj. Con su primo Daniel, Luis quería ir a Miami, donde viven de México con Guatemala es considerado como uno de los diez lusu esposa y su hija recién nacida: opuesto a la relación, el padre de gares más peligrosos del mundo, dominado por pandillas, contrala mujer se la llevó a Florida. “Sólo he visto a mi niña en fotos, ¡la bandistas y mafias. Pero atravesarlo no es el fin de los problemas quiero conocer!” Había dejado un empleo en una fábrica de jeans para los 400,000 centroamericanos indocumentados que tratan donde le pagaban cinco dólares por una jornada de 12 horas, con la de llegar a Estados Unidos, sino parte del principio: el territorio esperanza de llegar a Estados Unidos a cobrar entre cinco y ocho mexicano es la etapa más difícil y temible de un viaje ya riesgoso, dólares por cada hora. Así podría demostrarle su valor a su suegro. dos millones de kilómetros cuadrados que se atraviesan entre ellos Lo primero era llegar. y su objetivo: una gigantesca frontera vertical. Pagar los servicios de un “coyote” para que lleve a una persoFrente al feo pueblo guatemalteco de Tecún Umán, el límite es na hasta Estados Unidos cuesta entre 5 y 7 mil dólares por persoun río poco profundo, el Suchiate. Los cruces oficiales están en los na, sin garantías de éxito. En Centroamérica, un campesino gana puentes, pero en ambas orillas existe una economía integrada que alrededor de 100 dólares mensuales y un obrero, 130. “Entonces no quiere funcionar al ritmo de la burocracia y que genera un tráfivenden propiedades, animales, hipotecan a riesgo de per-
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Fotos: vivienne stanton
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cierra a los indocumentados) como viruela” y es ahora, dice, “una frontera vertical de púas desde el río Bravo hasta el Suchiate, una frontera gorda para Estados Unidos; no se puede justificar el que México se haya vuelto policía fronterizo de su vecino del norte”. Dado que la Casa puede arreglar su repatriación, éste es el momento para que los migrantes tomen una última decisión: han visto el tamaño del reto y aún están a tiempo de volver atrás. Se han enterado, además, de que el tren de carga ya no sale desde la vecina Ciudad Hidalgo y que para llegar a él tendrán que atravesar todo el estado de Chiapas, equivalente por su tamaño a otro país. Pero unos días de cama, comida y buen trato les han permitido recuperar fuerzas y confianza. La mayoría se anima a cabalgar a “la bestia”.
Bestias Ya casi no quedan rutas de tren de pasajeros
La pobreza y la violencia obligan a los centroamericanos a emigrar hacia el norte.
derlo todo si se fracasa”, nos dijo Ubaldo Villatoro, secretario de la Mesa Nacional de Migraciones, una ONG paraguas en Ciudad de Guatemala: “Entran en graves conflictos personales porque a veces no tienen inmuebles para respaldar los préstamos y las mafias se cobran a la mala, incluso con asesinatos”. Para Luis, Daniel y miles como ellos, a quienes dejaron sin un centavo, la única opción es seguir a pie.
Distancias Al día siguiente los encontramos del
otro lado, en la ciudad mexicana de Tapachula. Tras pasar el río, ellos habían caminado 17 horas por las selvas bajas del estado de Chiapas, de noche para evitar a la “migra” (agentes de migración) y abriéndose paso entre la maleza con un machete. Lluvias torrenciales los habían empapado en el camino. Estaban hambrientos, pero a salvo en la Casa del Migrante. A estas alturas, los viajeros ya han padecido mucho, rompieron los zapatos y sus pies están llenos de llagas. Los nicaragüenses, por ejemplo, han cruzado Honduras y Guatemala, y creen que les falta poco, sólo un país más, para llegar a Estados Unidos. Como un severo golpe de realismo, en la entrada del albergue hay un gran mapa de México y una hoja con una tabla de distancias: desde Tapachula, Houston está a 2,930 kilómetros; Los Ángeles, a 4,025 y Nueva York, a 4,375. Esto último es lo que hay entre Madrid y Bagdad, todo el largo de Europa. Sus conocimientos geográficos no
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entre 5 y 7 mil dólares es lo que cuestan los servicios de un “coyote”.
son los mejores: al enterarse de que uno de nosotros es de Australia, preguntaban si allí había trabajo y si era fácil llegar. Por eso, es más impactante el mapa. En él, para su sorpresa, Guatemala luce minúscula junto a su enorme vecino del norte, 18 veces más grande. “México se ha convertido en una frontera vertical”, nos dijo el padre Flor María Rigoni, director de la Casa. Si hay alguien con apariencia de santo, se trata del padre Rigoni. Pero no de santo serio ni dado a la moraleja y el sermón, sino lleno de motivación y buen humor, sabio y cercano a un tiempo. La coronilla ha perdido el cabello, pero lo compensa la barba entrecana que cae sobre su pecho. De estatura baja, va descalzo con una túnica blanca y porta un largo collar del que cuelga un crucifijo de madera del tamaño de una pistola pequeña que, como tal, acomoda en el cinturón para tenerla quieta. En su visión, la horizontalidad de todas las fronteras (“una vez que ya lograste cruzarlas, te dejan en paz”) se ha eliminado en México para cambiar sus dimensiones: todo el país “se ha llenado de estaciones migratorias (donde se en-
bestia” pasa a pocos metros: “Una vez vi que algo rebotaba junto a las vías mientras el tren avanzaba. Pensé que era una pelota, pero después me di cuenta de que era una cabeza”. Detrás de su tienda, debajo de un improvisado techo de cartón corrugado que Pablo colocó, algunos centroamericanos se refugiaban del sol. Sus ropas, mojadas tras una noche de lluvia sobre el techo de un vagón a 50 kilómetros por hora, estaban dispersas sobre los rieles para que se secaran. Unos jóvenes compartían un rastrillo desechable y un espejo para afeitarse. No veíamos a más de 20, pero sabíamos que cientos de ellos se protegían del sol y de las miradas en casas particulares, cuyos propietarios cobran 30 pesos (cerca de 3 dólares). Otros pagan 50 pesos por dormir en la caja de una pick up. Ahí conocimos a dos parejas de salvadoreños que parecían haberse formado en el camino. Gaby y Maribel, de 28 y 17 años, estaban más seguras en compañía de Roberto, de 32, y su compañero, más joven y desconfiado. Cuando días después, llamamos por teléfono a sus familiares para avisar que estaban bien, la madre de una de ellas casi lloró de alivio y agradecimiento. Roberto ha vivido en Estados Unidos y habla un poco de inglés. Tras subirse a “la bestia” en Ixtepec, hicieron 17 horas hasta Orizaba. Ninguno de ellos
en México. Sólo las de carga, entre ellas una que antes salía de Ciudad Hidalgo, en la frontera guatemalteca, y recorría la costa desde Tapachula hasta Arriaga, donde penetraba tierra adentro hasta Ixtepec, en el estado de Oaxaca. Ahí entroncaba con otra línea que sigue por el estado de Veracruz, vira para llegar a la Ciudad de México y después al norte, rumbo a las ciudades que colindan con Estados Unidos. Sin embargo, cuando un huracán barrió las vías chiapanecas en 2005, el tren empezó a salir de Arriaga. Poco antes de nuestra llegada, esta parte de la ruta también se cerró y a los migrantes sólo les quedó recorrer como fuera posible los 450 kilómetros que separan Ciudad Hidalgo de Ixtepec. Una distancia mayor que cruzar Guatemala. Ellos utilizan el tren para atravesar el enorme territorio mexicano. Todos los días, de los vagones de cada tripa de hierro cuelgan miles de viajeros sin boleto, atentos a saltar para evitar los controles migratorios. Pero el mayor peligro es dormirse y caer a los rieles. Las autoridades mexicanas de migración estiman que entre 2002 y 2006, 291 migrantes murieron aplastados en las vías y muchos más quedaluis osorio y su primo cruzar la frontera cuesta 10 quetzales, pero ron mutilados. “Me cortó los pies en una forma Daniel, nicaragüenses. para el indocumentado, 100. muy lenta”, nos dijo Donald Antonio Ramírez, un hondureño de 29 años internado en el Buen Pastor, un albergue de Tapachula para víctimas de “la bestia”: “Me los amputó de una forma muy sencilla, no se atrevió a dormirse en el camino: temían caer a las vías, ser captulos cortó, los dejó molidos”. rados por la “migra”, ser robados por otros viajeros o atacados por En busca del ferrocarril, fuimos a la ciudad de Orizaba, en el los maras, los violentos pandilleros centroamericanos que también estado de Veracruz, donde se encuentra una de las áreas que los quieren llegar al norte. “Es peligroso, puede pasar cualquier cosa”, migrantes deben recorrer a pie porque los guardias de la compadijo Roberto. “Puedes caerte, ser asaltado... Si tres o cuatro tipos se ñía los echan para permitir que los trenes hagan movimientos. Al te vienen encima con pistolas y machetes, no hay nada que puedas final del patio de maniobras, justo donde empieza la población de hacer”. En ocasiones, los maras hieren aunque las personas no se Río Blanco, los viajeros esperan la salida del convoy, un evento que resistan. En otras, los arrojan a las ruedas del tren por diversión. resulta siempre impredecible. Con ellos viajaba un hondureño de 38 años, un personaje de peJunto a las vías, cerca del mediodía de un sábado, Pablo Barralícula sin dientes frontales y con el rostro y la espalda cubiertos de gán abrió su tienda, una especie de choza de metal de colores verde tatuajes y cicatrices. Marco Antonio portaba un gorro de las Águiy anaranjado donde vende galletas, refrescos, latas de sardinas, las de Filadelfia, un amuleto de la Virgen de Guadalupe y envejecipegamento para reparar los zapatos, guantes y chamarras. Colgó dos papeles de la última vez que lo deportaron de Estados Unidos. suéteres afuera y puso una macetita con una bandera mexicana Sin explicar de qué vive, aseguró que lleva diez años montando el sobre el mostrador. Todos los días, su negocio tiembla cuando “la ferrocarril. Los migrantes lo escuchaban, atentos: “Cuando te L I F E & S T Y L E a b r il 2 0 0 8
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debe de haber un espacio de unos dos metros que él saltaba con temeridad. En cada brinco, nosotros pensábamos que lo veríamos tropezar y morir destrozado. Antes nos había dicho que lo haría a cambio de un refresco. “No arriesgues tu vida por tan poco”, respondimos. Se detuvo cuando acabó de flotar sobre los carros techados y venían los de carga expuesta, bajó fácilmente del tren y se acercó a buscar su recompensa. “Otros me han retado a hacer esto mismo. Se han caído y me he reído de ellos”, dice, “porque sé que ellos se van a reír cuando a mí me ocurra lo mismo”.
Coyotes Cuando el tren dejó de salir desde Ciudad
Las camisas anaranjadas del Grupo Beta, como la que porta Francisco Aceves, representan un alivio para los migrantes.
vas a subir, tienes que saltar hasta la altura del tren rápidamente, o el aire chupa tus piernas hacia abajo”. Estaba hablando cuando el suelo empezó a vibrar. ¡Salía “la bestia”! Los vagones avanzaron por las vías y el lugar se llenó de personas que corrían, trepaban por escaleras y barras, se amarraban con cinturones y cuerdas o escalaban hasta el techo. De pronto escuchamos gritos. La gente señaló a Marco Antonio, quien quería que lo fotografiáramos mientras corría sobre “la bestia” a la misma velocidad que ella, en sentido contrario, por lo que parecía en movimiento estático a unos ocho metros de altura. Entre cada vagón
¿sólo un país más?
Hidalgo, esa ruta, que era la principal, perdió flujo en beneficio de otras más peligrosas pero con menor presencia policiaca, que corren a través de las densas zonas de selva alta de El Petén, en Guatemala, y de los estados mexicanos de Chiapas y Tabasco. En ellas aumentan los riesgos de perderse, ser atacado por víboras, arañas y animales salvajes o morir de sed. La escasez de población facilita los asaltos. Como el viaje independiente es más difícil, quienes ganan son las mafias de traficantes de indocumentados, los “coyotes”, basadas en capacidades logísticas independientes del ferrocarril. “Los números de indocumentados que han sido detenidos tras entrar por la frontera sur han disminuido”, nos dijo Juan Artola, director de la misión en México de la Organización Internacional para las Migraciones (un organismo de la ONU), en la Ciudad de México. De 204 mil en 2004, pasaron a 182 mil en 2005 y 180 mil en 2006, según las autoridades de Migración. Pero Artola no cree que esto signifique que vienen menos. “Están diversificando las rutas y usando más traficantes, lo que los hace más difíciles de detectar. Por eso están disminuyendo los arrestos”. Por mar, los coyotes utilizan lanchas viejas y sobrecargadas. Una de ellas naufragó en octubre de 2007 frente a las costas de Oaxaca.
Cuando por fin llegan a Tapachula, los viajeros se dan cuenta de que apenas es el principio de su odisea. Además de los puntos de control migratorio y las redadas, los esperan agentes del orden convertidos en asaltantes, pandilleros asesinos y el tren, del que pueden caer o ser arrojados a la muerte. Existen muy pocos lugares para refugiarse.
Tijuana Nogales Cd. Juárez
Querétaro Nuevo Laredo Mazatlán
Cuba y Antillas Orizaba- Río Blanco
Guadalajara
D.F.
Tabasco Ixtepec
Ruta marítima desde Guatemala
Michoacán
Petén
Puebla
El Carmen
Tabasco
Honduras
Arriaga Tapachula Tecún Uman
Sudamérica y Asia
méxico es la frontera vertical
que cruzan quienes vienen de América Central y del Sur, del Caribe e incluso deAsia.
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Betas
Veracruz
Coatzacoalcos
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Guanajuato
Chiapas D.F.
Ruta de migrantes Policía Controles migratorios Peligros del tren
Oaxaca Arriaga
Casa del migrante Maras y otras pandillas Betas
Las imágenes aéreas de la televisión mostraban cadáveres hinchados que las olas arrojaron sobre las arenas de las paradisiacas playas del Pacífico mexicano. Murieron 24 personas. Por carretera, una de las técnicas preferidas de las mafias es la del doble fondo: sobre el piso de la caja de un tráiler, colocan una plataforma de madera que permite ocultar debajo a decenas de personas acostadas, mientras que encima se coloca la carga. El viaje es increíblemente incómodo, horas y días de calor y asfixia, de frenazos, golpes y rebotes en carreteras plagadas de baches y topes... cuando hay suerte, porque no faltan los accidentes. A veces las toneladas de plátanos fracturan la plataforma y los migranun migrante se afeita en la casa del migrante de Arriaga en Chiapas, tes son aplastados sin que tengan espacio para Río Blanco, Veracruz. un lugar de verdadero descanso físico y emocional. moverse. En Ciudad de Guatemala conocimos a Abel Córdova, un taxista que fue introducido en un camión-pipa con 200 personas (“apenas teníamos lugar para mantenernos sentados y bien rectos; nos dieron una manzana y sal para que retuviéramos la orina... me sofocaba tanto que me sentía morir”) y transportado así durante 48 horas, desde la ciudad de Puebla hasta la frontera norte. En principio, el servicio de los traficantes de personas debería ser relativamente más seguro que el viaje independiente. Pero los coyotes no se han ganado su apodo por ser confiables. Estela Madariaga, una hondureña de 26 años que conocimos en Tapachula, vendió su casa para reunir dinero y, con sus dos hijas, tomó El hondureño mauricio gonzález fue asaltado, un autobús fletado por mafiosos para ir a Estadesnudado y golpeado por la dos Unidos. Una noche, en algún lugar de Guapolicía mexicana. temala, un policía subió al vehículo, señaló a Estela y otras tres mujeres y las hizo bajar. Las llevó a una oficina oscura donde había otros tres hombres sin uniforme. Les dijeron que la macada, no la vas a hacer”. Días más tarde, el tipo desapareció. Vacuota convenida para dejar pasar el autobús no había sido alcanzarada y sin dinero, como miles más, trató de conseguir trabajo. No da y que se iban a cobrar el resto con ellas. “Yo no iba a permitir que tuvo éxito y se entregó a las autoridades, que se llevaron a la hija me faltaran al respeto”, nos dijo Estela. Ellos la abofetearon: “No te de los padres abandonados y deportaron a Estela con sus nenas. hagas la inocente, tú sabes que esto es parte del pago. Si no te dejas, “Pero vendí todo, no tengo nada en Honduras”. El cuñado le envió te quedas aquí, no regresarás al autobús”. El miedo que sintió por un poco de dinero. Lo suficiente para empezar la travesía de nuevo. sus hijas hizo que permitiera el abuso. Esta vez sin “coyotes”. Escenas similares se repitieron en México. En una de ellas, escogieron a “una hermosa niña de 14 años”. Los padres se bajaron tras ella. Para evitar discusiones, el jefe la subió a un coche y Los policías corruptos y abusivos protagonizan partió. Ante la desesperación de los padres, uno de los “coyotes” miles de historias indignantes. Para poner un límite a esto, en le dijo al conductor: “Esta gente nos va a estar dando problemas, México se prohibió a los cuerpos policiacos exigir documentación vamos a dejarlos”. El transporte se fue sin permitirles sacar su a personas o detenerlas por falta de ella. Sólo lo pueden hacer los equipaje. Menos de una hora después, Estela escuchó que alguien oficiales del Instituto Nacional de Migración. Pero aún así abunlloraba debajo de su asiento. Era una niña de siete años, otra hija dan las denuncias por extorsión en contra de estos últimos, en de las personas que habían abandonado: “Estaba muy asustada y tanto que los primeros continúan aprovechando la ignorancia de temblando de miedo. La saqué de ahí, la abracé y le prometí que la la gente para intimidarla. cuidaría hasta que encontráramos a sus padres”. Ya en la frontera Mauricio González, hondureño de 22 años que, a pesar de su con Estados Unidos, un “coyote” le cobró otros 6,000 dólares por edad, tiene profundas arrugas entre las cejas y círculos oscupasarla con las pequeñas, aunque le advirtió: “Con toda esta cha-
Tapachula
Guatemala
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ros bajo los ojos, había sido atrapado por la policía cuando atravesaba a pie las montañas de Chiapas. arrollado por un tren, Donald Antonio Ramírez nos Lo robaron y golpearon, lo desnudaron y arrojacuenta cómo perdió ambas ron a un lago. “No quería quitarme los pantalones piernas. porque ahí tenía mi dinero”, nos contó cuando lo conocimos en Río Blanco. “Así que me pegaron y patearon. Se llevaron mi dinero, incluso mi reloj. No soy de aquí, ¿qué puedo hacer? Dijeron que si le decía a alguien vendrían a matarme”. Este tipo de historias las conoce bien Francisco Aceves, coordinador en Tapachula del Grupo Beta Sur, un organismo policiaco del Instituto Nacional de Migración. Este agente nos llevó en uno de sus recorridos habituales por la vía del ferrocarril hacia Ciudad Hidalgo, ahora abandonada, en busca de indocumentados. Cuando los encuentra, no los detiene: les da alimentos y agua. La presencia de “los betas”, como son conocidos por la gente, con sus brillantes camisas color naranja, tiene también el efecto de disuadir las agresiones, aunque no van armados: “Yo no llevo pistolas, sólo galletas y atún. Tenemos detectados 16 En Centroamérica existe un gran resentimiento hacia México, escenarios delictivos en la cosuna nación de cultura y composición étnica similar, por la persecuta de Chiapas, entre los límites ción que sufren los inmigrantes, los abusos policiacos y los asaltos con Guatemala y el estado de de los delincuentes. Este es un tema que trata un grupo musical Oaxaca, donde la delincuencia mexicano muy popular en todo el continente, Los Tigres del Norte, común, los maras y los policías en su canción “Tres veces mojado”, acerca de un salvadoreño: “En asaltan a los migrantes”. Guatemala y México cuando crucé / dos veces me salvé me hicieEl Instituto Nacional de ran prisionero / el mismo idioma y color les demostré / cómo es Migración tiene dos cuerpos posible que me llamen extranjero”. Y añade: “Es lindo México pero de policía: la de Migración, rescuánto sufrí / atravesarlo sin papeles es muy duro / los 5 mil kilóponsable de detener y deportar metros que recorrí / puedo decir que los recuerdo uno por uno”. a los migrantes extranjeros, y Muchos mexicanos son solidarios con los indocumentados. los grupos Beta, encargados de “Allá adelante hay uno de esos pueblos”, nos dijo Marco Antonio protegerlos y asistirlos. Parece en Río Blanco. “Cuando pasa el tren, la gente sale de sus casas con esquizofrénico, pero responde a la compleja situación de México botellas de agua y alimentos y corre para entregárnoslos, sin pedircomo un país en el que millones de ciudadanos están relacionados nos nada”. También el presidente Felipe Calderón asegura tener con migrantes y, por lo tanto, tiene una marcada simpatía hacia simpatía por los migrantes y sus problemas. Una de sus principaellos, y que a la vez debe poner orden en los flujos migratorios. les quejas es la decisión estadounidense de levantar muros por largos tramos de los 3,000 kilómetros de frontera común. En algunas partes ya existen paredes y el resultado es que se fuerza a los inmigrantes a tratar de entrar por zonas sumamente peligrosas, como el temible desierto de Arizona: “El año pasado murieron 400 personas intentando cruzar esa frontera y la construcción del muro conducirá a un aumento del número de decesos”, dijo Calderón en octubre de 2006. Lo que nunca ha mencionado es el número de centroamericanos que fallecen en el intento de atravesar la frontera vertical. Los que ofrecen datos son otros gobiernos, como el de Honduras, que estimó en 168 los muertos en 2006 (más 29 heridos y 13 amputados) y en 91 sólo los del pripadre rigoni, director Para llegar a la casa del migrante, los mer semestre de 2007 (más 16 y 7). Además, dide la Casa del Migrante. nicaragüenses deben cruzar Guatemala y Nicaragua. cen los hondureños, 84% de las agresiones
el gobierno de honduras estimó en 168 los muertos en 2006.
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contra centroamericanos son atribuibles a funcionarios públicos y ciudadanos de Centroamérica son tan graves como los perpetrados sólo el 16% a particulares. Esto sugiere que la mortalidad de indopor la patrulla fronteriza estadounidense contra mexicanos”. cumentados a lo ancho de este muro de grosor gigantesco y porosi¿Son los mexicanos diferentes de otros migrantes? ¿El presidendad fatal en que se ha convertido México, es casi la mitad de la que te le pide a Estados Unidos que dé lo que México no ofrece? Ocasiose registra al evadir el muro horizontal de Estados Unidos. nalmente, Calderón también ha hablado de mejorar el trato a los En septiembre de 2007, Calderón declaró: “Los seres humanos centroamericanos, y su esposa, Margarita Zavala, habló del tema migramos, la naturaleza migra, la cultura migra, la alegría migra”. en julio de 2007: “Que nunca sea México un mal recuerdo para un En una visita a California que realizó en febrero de 2008, aseguró: niño y para una niña y mujer; que sea México siempre un buen “No es el mexicano el peligro, lo que amenaza es el crimen organirecuerdo de bienvenida, calidez y alegría. (...) No podemos dezado y no los migrantes mexicanos”. Pidió que “cese la angustia, la persecución y el hostigamiento, particularmente por una fuerza de trabajo que está aportando al crecimiento de este país”, y denunció a los movimientos xenófobos que “siembran vientos de odio y de rencor que no deben tener espacio entre seres humanos, entre vecinos, entre gente que busca el mismo propósito, que es el bienestar de su gente y de sus familias”. Tres días después, en la Ciudad de México, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, un organismo público autónomo, afirmó en una ceremonia frente a Calderón: “Es una gran incongruencia ética y política reclamar respeto en la frontera norte, cuando nuestra frontera sur está en las condiciones acretando al peligro, Marco Antonio demuestra su habilidad, al correr y saltar de tuales. Los abusos de policías mexicanos contra un vagón a otro a ocho metros del piso. La recompensa por tal temeridad: un refresco.
veterano del tren, este guatemalteco de 38 años lleva una década montando a “la bestia”.
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Este mural en tecún umán, Guatemala, muestra una realidad muy distinta a la que tienen que atravesar los indocumentados que pretenden llegar a Estados Unidos.
Mientras tanto, diversas ONG de derechos humanos denuncian una política oficial de redadas masivas (incluso contra quienes vienen montados en “la bestia”, a riesgo de provocar accidentes mortales), el hacinamiento y maltrato de indocumentados en estaciones migratorias inadecuadas, la falta de garantías y, en general, la subordinación de las prioridades de México a las de Estados Unidos. “Este gobierno le quiere dar gusto a Washington y las autoridades no entienden que los migrantes no son delincuentes”, explica Fabienne Venet, de la organización Sin Fronteras. “No se trata sólo de policías que abusan individualmente. Entre más controladora y represiva sea la política migratoria, hay un incremento proporcional de la corrupción, del tráfico y de la impunidad. Todo esto aumenta el costo humano”.
Alas El gobierno mexicano calcula en
400,000 el número de centroamericanos que atraviesan anualmente el país sin documentos. De estos, sólo el 15%, según estima el beta Francisco Aceves, logran llegar con éxito a su objetivo. Pero incluso para quienes cruzan la frontera, consiguen un trabajo y se establecen, no hay descanso. En Tecún Umán conocimos a Gerardo, un hombre en sus tempranos 30. Destacaba entre los demás migrantes por su ropa, de calidad muy superior, y porque habla un inglés aceptable. Trabajó como mecánico durante siete años en Los Ángeles, California, donde vivía con su esposa y sus tres hijas. Lo detuvieron en una de las redadas que ahora ocurren con tanta frecuencia en centros de trabajo. La policía rompió la puerta de su casa a las dos de la mañana, los sometieron a él y a su mujer, los esposaron frente a las pequeñas, y los llevaron a prisiones diferentes. A él lo deportaron a Las niñas también padecen en carne propia los abusos de los “coyotes” y policías mexicanos. Honduras. Gracias a que una de las niñas nació en Estados Unidos y a que la madre de su mujer es residente legal, ella pudo permanecer jar de ver esa realidad en nuestra frontera sur, tiene que intervenir allí con sus hijas bajo la promesa de no trabajar, y Gerardo se quetodo el Estado para garantizar el respeto a los derechos humanos dó un mes en casa de su madre antes de emprender el camino de de nuestros hermanos que cruzan”. regreso. Pero las condiciones habían cambiado desde la primera Las prioridades están en otro sitio. Cecilia Romero, quien encavez que lo hizo. Nadie le había dicho que el tren ya no parte desbeza el Instituto Nacional de Migración, declaró al diario La Jornade Ciudad Hidalgo, que la migra es más activa, y que México ha da que a ella le “encantaría decirles (a los centroamericanos) pasen”, adoptado voluntariamente la forma y la función de frontera verpero los que fracasan en cruzar al país del norte están formando tical de otro país. Y él no tenía un centavo para pagar sobornos “un tapón cada vez más fuerte”. Al respecto, Romero se refirió a ni pasajes. Ya no quería llamar más a su esposa, no deseaba que pláticas con Washington sobre una donación de alrededor de 500 ella preguntara “¿cuándo vienes a casa?”, ni escuchar a sus niñas millones de dólares para fortalecer las operaciones migratorias en decir que lo extrañaban. “Puedo ir al norte. O puedo dar la vuelta México. Semanas después anunció que a todos los migrantes detey regresar a Honduras”, nos dijo en una de las horribles calles del nidos se les tomarían fotos y registros de huellas dactilares, como peligroso pueblo del Suchiate. “Quisiera que me salieran alas para se hace con los delincuentes. volar”.
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