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El dragón

A horcajadas del dragón, me replegué en una sonrisa observando cómo comenzaba a desvanecerse su ferocidad. Otrora gigantesco, su tamaño se reducía junto con su significado.

Sí, fuimos creciendo juntos. Se crió en mis entrañas, ávido de temores y mediocridad como alimento. Así lo fui nutriendo.

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¿Y lo bello y lo heroico? Quizá meros nombres hermosos del sentirse superior, quizás buenos sentimientos vitales. ¿Y lo trágico? No sé bien, palabra difícil,

probablemente nombre el temor a no ser consecuente con la belleza y la heroicidad; tal vez, inexorables huellas trazadas desde el futuro. Sin embargo, no creo que ello sea verdaderamente importante.

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