REPORTAJE: Boy Olmi
“Las ONG deberían ser escuchadas”
VIH en zonas de frontera
Alerta por humedales en riesgo SUPLEMENTO ESPECIAL
Todos a jugar
TERCERSECTOR Una publicación de la Fundación Del Viso AÑO 19 G N° 94 G $28 G Recargo envío al interior $0,80
En todo el país se multiplican las experiencias que, a través de la ciencia y la tecnología, brindan respuestas a las necesidades comunitarias. Casos exitosos impulsados por las universidades, el Estado y las organizaciones sociales
Ciencia
para la inclusión
Staff
Sumario
Dirección General
de Tapa 7 Nota Ciencia para la inclusión
Marcos Cytrynblum Editora General
Silvia Fiore
16 Reportaje
Boy Olmi: vivir con compromiso
Edición
Andrea Vulcano
Medios
Arte y diseño
20 FM La Hormiga
Walter Molina
Especial 22 Informe VIH en zonas de frontera
Colaboraron en este número
Luciana Rosende, Martina Noailles, María Cruz Ciarniello, Maricel Seeger, Laura Eiranova, Guillermo Chulak, Luciana Aghazarian, Alejandro Cánepa, Julián Blejmar, Silvina Oranges, María Alvarado, Florencia Tuchin, Fátima Cheade, Alejandra Santoro, Natalia Arenas, Mariana Fernández Camacho, Paula Liveratore, María Zinn, Silvia Marchant, María Gabriela Ensinck, Martín Glade, Rocío Galván.
Camino al andar
26 Raúl Zavalía Lagos
Provivienda Social
28 Aguafuerte
Esperanza viva Discapacidad
32 Tango Danza 34 Salud mental
Proyecto Suma
Corrección
Fernando Orecchio
ambiente 36 Medio Humedales en riesgo
Comunicación y publicidad
Adriana España
Reflexiones
Asistente
Daniela Crucil
40 Antonia Rodríguez Medrano
Impresión
42 Educación
Fundación Alfarcito
Artes Gráficas Buschi S.A. Distribución
52 Cooperativismo
Federación vitivinícola
Brihet e hijos S.A.
social 54 Vidriera Turismo sustentable Economía Social
57 Fundación Pro Mujer Infancia
60 Una apuesta por el juego
facebook.com/revistatercersector
63 Cultura Academia Solidaria de Arte
@TercerSectororg
66 Salud
Trasplante y deporte
SUSCRIPCIONES suscripcion@tercersector.org.ar
social 69 Inclusión Un salto a la libertad
TERCERSECTOR
originarios 72 Pueblos Cultura Ranquel
Premio Adepa / Bien Público
75 Voluntariado Fundación Sendero
Es una publicación editada por
Fundación Del Viso
Sociedad
79 La Revistita Multicultural
Personería jurídica 168/88 Av. Córdoba 5869 2º B (1414) Buenos Aires, Argentina Telefax: 4777-4460/6988 - 4779-1243 R.N.P.I.: 350839 E-mail: produccion@tercersector.org.ar Homepage: www.tercersector.org.ar
Dossier
Año XIX - N° 94 Noviembre-Diciembre 2013
Inversión social privada Mecenazgo cultural
Suplemento Especial de Sustentabilidad
Internacional
83 Arts, Cultura y Desarrollo
El valor de informar Fotorreportaje
86 Relatos del Impenetrable 90 Me cambió la Vida
Jonatan Cáceres
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Editorial
Integrados n algún pueblo norteño, el pan casero se cuece en una cocina solar. A miles de kilómetros de allí, un aparato parecido, permite hacerle frente a los gélidos vientos patagónicos, los mismos que alimentan molinos eólicos para llevar energía allí adonde no llegaron los cables. En otro paraje inhóspito de Santiago del Estero, los camiones pueden llevar el agua a través de los puentes construidos por una ONG. Y alumnos con hipoacusia concurren a clase en igualdad de condiciones que sus compañeros gracias a la implementación de un dispositivo creado por universitarios. Las experiencias que conjugan el conocimiento científicotecnológico y la atención a las demandas comunitarias se multiplican a lo largo del país. Lejos del laboratorio, pero más cerca de los barrios, las comunidades palpan de cerca el significado de la palabra progreso. En una creciente –y celebrada– tendencia, miles de personas encuentran en los proyectos desarrollados desde el ámbito científico y académico la respuesta a sus necesidades. En algunos casos, las iniciativas se convierten en realidad con el apoyo del sector empresario. Pero en la mayoría, son fruto del conocimiento aportado desde la universidad y los centros de estudios, cuyos profesionales optan por darle sentido social a su afán por investigar. Una vez más, aquello de que la unión hace la fuerza queda validado cuando se producen articulaciones eficientes entre Estado, empresas y sector social. Ese accionar integrado es el que permite abrir caminos y, lo más importante, dejar huella y capacidades instaladas entre quienes requieren soluciones urgentes. Ya son muchas las comunidades que pueden dar crédito de eso, tal como sucede en la zona de frontera, donde organizaciones y entidades públicas se unen para mejorar su capacidad de respuesta frente al VIH. O como aquellos grupos vecinales, que buscan en los sectores público y privado el apoyo necesario para defender ecosistemas en riesgo como los humedales. En esta edición especial de Tercer Sector queremos despedir otro año de trabajo junto a los lectores y a las empresas que nos acompañan, compartiéndoles algunas experiencias que transformaron en realidad tangible el anhelo de lograr una sociedad más inclusiva. Celebramos con unos y con otros esos logros y hacemos votos para que el 2014 traiga muchas más nuevas historias por contar.
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NOTA DE TAPA
Energías alternativas, integración de personas con discapacidad, gestión de residuos… Cada vez se desarrollan más experiencias que desde ámbitos científicos y técnicos apuntan a resolver demandas sociales de la comunidad. ¿La clave del éxito de muchos de esos proyectos? El trabajo coordinado entre universidades, Estado y OSC.
Ciencia y tecnología para todos TEXTOS LUCIANA ROSENDE
a ciencia que no sale del laboratorio se desvanece. O queda congelada en un artículo académico. El invento tecnológico que no apunta a resolver una problemática concreta, no trasciende el stand de una exposición. Pero la ciencia y la tecnología orientadas a atender las necesidades reales y cotidianas de las comunidades más vulnerables se convierten en poderosas herramientas de cambio. Desde la producción de un alimento más nutritivo, hasta el desarrollo de
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dispositivos de aprovechamiento de energías alternativas, pasando por la mejora de la infraestructura o el incremento de la productividad en la económica local, cada aspecto de la vida de una comunidad o grupo social puede verse favorecido por el aporte científico-tecnológico. Claro que, para ello, es necesario el desarrollo de políticas públicas y una academia que salga al barrio, se empape de los conocimientos y tradiciones regionales, y ponga sus saberes a disposición de la gente de a pie. En cada rincón del país, de Ushuaia a La Quiaca, hay distintas problemáticas que pueden
La ONG 500 RPM lleva energía eólica a comunidades sin conexión eléctrica.
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NOTA DE TAPA
encontrar soluciones en desarrollos científico-tecnológicos: desde necesidades que tienen que ver con la falta de acceso a los recursos básicos como el agua, hasta situaciones dadas por particularidades geográficas como la importancia de implementar a la vida cotidiana el uso de energía eólica en ciertos lugares de la Patagonia. Un sinnúmero de situaciones podrían ser mejoradas o transformadas radicalmente con la participación de la ciencia, a través del Estado, las organizaciones sociales y, por qué no, el sector privado. A pesar de que existen numerosas experiencias que ya están dando frutos, todavía hay mucho camino por recorrer. En un intento por dar respuesta a la “gran fragmentación” y la “débil integración interinstitucional” de las iniciativas de investigación y desarrollo tendientes a resolver situaciones de exclusión social, nació la Red de Tecnologías para la Inclusión Social (RedTISA), que se propone “organizar, articular e integrar un conjunto de instituciones y organizaciones públicas y privadas (universidades, ONGs, cooperativas de trabajo, centros de investigación, entre otras) con el propósito de contribuir al desarrollo sostenible del país mediante la comunicación, formación y fomento de la difusión y reaplicación de tecnologías para la inclusión social (TIS)”. La Red –que comenzó a gestarse en
La aplicación uSound fue desarrollada para beneficiar a alumnos con problemas de audición.
2009 y fue formalizada hace dos añostiene como actores principales al Instituto de Estudios sobre la Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), la Fundación Plurales, el Movimiento Agua y Juventud Argentina, cooperativas de trabajo, cátedras de la Universidad Nacional de Córdoba e institutos del Conicet. Además, cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCyT). “La necesidad de repensar las soluciones tecnológicas y cognitivas para que sean adecuadas a los problemas locales y a los recursos existentes es sin duda EL desafío”, enfatiza Paula Juárez, coordinadora de la RedTISA e investigadora del Instituto de
Estudios sobre la Ciencia y la Tecnología de la UNQ. Otra de las organizaciones que se formó en los últimos años con metas semejantes es Ingeniería sin Fronteras Argentina. “El objetivo es acercar las tecnologías a comunidades que no tienen el acceso, pero con un doble sentido: que los actores poseedores y conocedores puedan hacer circular ese saber con estas comunidades, y que los sectores tecnológicos también participen en esos espacios”, explica su presidente, Adán Levy. Esta OSC cuenta con un equipo de más de 160 profesionales que aportan sus conocimientos a través de una docena de iniciativas desarrolladas en cinco provincias.
Soluciones concretas
Por más conexión n el marco de la promoción de la tecnología con carácter inclusivo, resulta crucial el programa Conectar Igualdad, que entregó más de tres millones y medio de computadoras portátiles a alumnos de escuelas públicas de todo el país, con la premisa de una “inclusión digital de alcance federal”. Para potenciar sus enormes efectos, la Cámara Argentina de Internet (Cabase) lanzó el programa de Responsabilidad Social Empresaria Puentes a Internet, que invita a docentes de nivel secundario de pequeñas y medianas localidades de todo el país a presentar proyectos de impacto comunitario a partir del uso de internet y las notebooks. Así, cada docente recibirá el asesoramiento de un profesional del sector para aprender a utilizar las herramientas online disponibles, así como también conexión gratuita en sus hogares, para explorar, contactarse con otras experiencias y aprovechar todos los recursos del portal Educ.Ar.
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La creación de una cocina solar de caja con doble vidriado fijo para su uso en zonas frías de la Patagonia donde era escasa la extensión de la red de gas natural y la fabricación de cocinas solares parabólicas familiares en el norte del país –a manos de una cooperativa de Tilcara, Jujuy, y con la provisión de materiales y la supervisión técnica de Fundación EcoAndina- son apenas un par de las más de 30 iniciativas reunidas en el marco de la RedTISA. A la hora de determinar qué propuestas impulsar, Paula Juárez -coordinadora de la Red- destaca la necesidad de generar estudios orientados a resolución de problemáticas sociales concretas. “Las empresas, cuando quieren largar un nuevo producto al merca-
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do, hacen investigación; indagan la mejor manera de que la iniciativa sea rentable. ¿Por qué no hacer lo mismo cuando hablamos de proyectos de desarrollo?”, se pregunta. Con ese fin, la Redtisa lanzó la Usina de Investigación y Desarrollo, que hoy trabaja en el Programa Sed Cero-Agua para el Gran Chaco, entre otras áreas. En tanto, uno de los trabajos de mayor envergadura que lleva adelante Ingeniería Sin Fronteras es el que realiza en Colonia Dora, Santiago del Estero, donde construyó dos puentes en parajes rurales que estaban aislados. Inicialmente, el plan era otro, pero el vínculo con la comunidad les mostró que el mayor problema venía por ese lado. “Fuimos allá para instalar filtros y, en las entrevistas con la población, nos encontramos que la prioridad era el acceso. Torcimos el plan y generamos el proyecto de tener un puente por donde pasen los camiones con agua, para facilitar el desarrollo de las economías locales y el ingreso de las ambulancias”, relata Levy. ISF procura que, además de las autoridades estatales, las universidades regionales se sumen a cada proyecto. El uso de energías alternativas es uno de los aspectos que requiere mayores avances para dar solución a necesidades concretas, especialmente en las comunidades más aisladas y vulnerables. “¿Cuántas revoluciones podés
Las tecnologías para la inclusión pueden generar soluciones concretas y nuevos puestos de trabajo.
hacer en un minuto? ¡Nosotros 500!”. Así se presenta la ONG 500 RPM, que se dedica a la fabricación e instalación de molinos eólicos en comunidades rurales sin acceso a la energía eléctrica, como así también a la capacitación para su construcción. “Contactamos a escuelas rurales que no tie-
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plementar y gestionar tecnologías orientadas a resolver problemas sociales y ambientales, generando dinámicas sociales y económicas de inclusión social y de desarrollo sustentable”. La coordinadora de la red insiste en que “es el Estado quien puede y, en mi opinión, debe generar las señales necesarias para que las
“El objetivo es acercar las tecnologías a comunidades que no tienen el acceso para que los actores conocedores puedan hacer circular ese saber con estas comunidades”, explica Adán Levy, de Ingeniería sin Fronteras Argentina. nen energía y a organizaciones que trabajan con ellas, para fabricar juntos un molino eólico que luego es instalado en la escuela. Utilizamos un diseño de aerogenerador que puede construirse manualmente y con materiales locales. Enseñamos a la gente a fabricar el molino, trabajando con madera, metal, sistemas eléctricos, resinas, entre otros”, detalla la organización coordinada por Luciana Proietti, que ya instaló aerogeneradores en Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Santa Cruz, Mendoza y San Luis. Juárez –de la RedTISA– define a las Tecnologías para la Inclusión como “formas de diseñar, desarrollar, im-
instituciones de I+D (investigación y desarrollo), las universidades, los académicos y otros actores se vean instados a trabajar en la resolución de problemas sociales locales”.
Hacia el desarrollo “La clave es cómo trabajar con las distintas comunidades para lograr que se sientan parte del desarrollo. Que no sea una tecnología que llega del centro a la periferia, sino construida conjuntamente desde el sector científico y las comunidades”, plantea Ruth Ladenheim, Secretaria de Planeamiento y Políticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Este desafío implica interdisciplinariedad, trabajo colectivo y fusión de saberes locales con innovaciones técnicas. Como resultado de este tipo de articulación, desde el Estado son promovidos distintos consorcios públicoprivados. Uno de ellos, por ejemplo, está destinado al aprovechamiento de la fibra fina de camélidos en distintas regiones del país. Es así que, a través de mejoras e innovación tecnológica, en la Patagonia, se impulsa un circuito socio-productivo de fibra fina de guanaco, en el marco de la economía social. “Hasta ahora se exportaba la lana muy en crudo y los otros pasos se realizaban fuera del país. Uno de los objetivos es generar estos eslabones dentro del país y en la zona donde se produce el recurso”, grafica Ladenheim, quien detalla que experiencias similares se están llevando adelante en Malargüe,
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Mendoza, Jujuy, Catamarca y Salta. El aporte científico-tecnológico a una comunidad puede ser de gran envergadura y vistoso, como la construcción de un puente. Pero también puede darse de forma más silenciosa, casi imperceptible, como en la producción de un yogurt. El proyecto surgió en Tucumán, y ya se replicó en seis provincias. Se llama Yogurito y contiene bacterias lácticas que refuerzan las defensas naturales de los chicos y chicas en edad escolar, y disminuye la incidencia de infecciones respiratorias e intestinales. “Nos empezamos a movilizar en el 2003, cuando Tucumán sale a la palestra de la información con casos muy profundos de desnutrición, y, desde nuestro rol, pensamos de qué manera podíamos aportar algo a la sociedad”, recuerda la bioquímica María Pía Taranto, miembro del Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela), que forma parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). A partir del estudio de un microorganismo con propiedades benéficas para la salud, el equipo de científicos presentó el proyecto al Gobierno de Tucumán y desarrolló el producto a través de una empresa local, Cerros Tucumanos. Los resultados obtenidos en las pruebas fueron óptimos, por lo que el Estado provincial reemplazó la copa de leche en escuelas públicas de las zo-
“Lo primero que tenemos que entender como científicos es cómo funcionan las comunidades locales, cuáles son las lógicas que intervienen. Si no, va a ser muy difícil que esa solución aporte a la inclusión”, Irene Velarde, ingeniera agrónoma de la Universidad Nacional de La Plata.
En Ingeniería sin Fronteras dicen que su objetivo es acercar las tecnologías a comunidades que no tienen el acceso.
na de las estrategias para tender puentes entre la academia y la sociedad en materia de desarrollos tecnológicos son las premiaciones a los mejores inventos e investigaciones. No sólo por el reconocimiento al trabajo científico sino porque, en general, implica la financiación de la iniciativa, convirtiendo una maqueta para exhibir en una solución de alcances reales y concretos. Entre las distinciones de este año del Concurso Nacional de Innovaciones (Premios Innovar), organizado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, se cuenta un propulsor eléctrico de rescate para guardavidas, una heladera solar y un mecanismo de producción de biodiésel a partir de aceite vegetal usado. Por su parte, en los premios Sadosky 2013, que entrega la industria tecnológica argentina, la distinción de oro fue para Proyecto Nahual, que apunta a la contención y la integración, al convertir la programación informática en una salida laboral para jóvenes de bajos recursos.
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nas más vulnerables por Yogurito. Pero la transferencia tecnológica no terminó allí. Ante la dificultad de acercar un producto que necesita permanente refrigeración a las comunidades más alejadas de la provincia, los especialistas de Cerela produjeron un polvo con iguales propiedades benéficas, que puede incorporarse a la leche o al jugo. “Con los impuestos se sustenta nuestro aparato científico, y es nuestra motivación resolver los problemas de la sociedad. Ése debería ser siempre nuestro objetivo final: volcar a la sociedad lo que ella nos da”, reflexiona la bioquímica. Así, mientras aumenta el número de nenas y nenes tucumanos que reciben Yogurito en la escuela, se estudia la posibilidad de generar un alimento similar para adultos mayores.
Desde la base
Premios como incentivos
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Tanto para la detección y comprensión de las problemáticas de cada comunidad o región, como para el desarrollo de las soluciones científicotecnológicas, el rol de las universidades y centros de investigación estatales tienen un rol fundamental. Y son muchos los científicos que reconocen que acortar la brecha entre los centros de altos estudios y la sociedad es uno de los principales desafíos. “Los académicos y sus instituciones son realmente el mayor problema. La realidad es que la mayoría está más interesado en escribir artículos en revistas internacionales que en resolver problemas de su población. Pero eso tiene que ver con las señales estatales: el sistema de evaluación de investigadores públicos castiga a aquellos que trabajan en proyectos tecnológicos y más si son sociales (la extensión universitaria no cuenta para nada). Actualmente se están intentando rever los mecanismos de evaluación para cambiar esa tendencia”, consigna Juárez, de la Redtisa. Desde la Universidad Nacional de La Plata, la ingeniera agrónoma y miembro del Departamento de Desarrollo Rural Irene Velarde coincide en esta mirada crítica: “Estamos muy lejos de lograr el objetivo de acercar la ciencia a la realidad porque se parte al revés, con una visión difusionista de la ciencia: primero investigar y después acercar las soluciones. Lo primero que
El proyecto Yogurito surgió en Tucumán y ya se replicó en seis provincias y contiene bacterias lácticas que refuerzan las defensas naturales de los chicos en edad escolar.
tenemos que entender como científicos es cómo funcionan las comunidades locales, cuáles son las lógicas que intervienen para que las cosas se realicen de determinada manera y, después, problematizar el tema; si no, va a ser muy difícil que esa solución aporte a la inclusión”. Si bien Velarde advierte que todavía falta mucho para lograr una cien-
Opinión
cia inclusiva, destaca que desde las áreas de extensión universitaria se están haciendo avances en ese sentido. De hecho, el proyecto en el que trabaja surgió en el marco de una investigación de la Facultad de Ciencias Agrarias en la zona rural de Berisso, donde, realizando trabajo de campo, se conoció la actividad de los viñate-
POR EDUARDO WOLOVELSKY ✱
Un debate necesario La ciencia, con su enorme complejidad teórica, instrumental e institucional es uno de los más destacados hilos del entretejido de fuerzas que empujan y modelan nuestro devenir histórico. Este hecho, que se nos hace evidente cuando consideramos los logros técnicos que afectan a nuestras vidas particulares, nos obliga al entendimiento, a un debate público, para pensar la viabilidad de nuestra sociedad que ha logrado, a través de la propia ciencia, una mejora incomparable en las condiciones de vida pero que también ha promovido, en palabras del filósofo Reyes Mate, el riesgo de la inhabitabilidad del planeta. La ciencia ha desplegado un enorme potencial que demanda una reflexión sobre sus posibilidades y sobre sus propios límites. Por ello, el debate abierto y plural sobre los significados de la actividad científica es tan relevante como lo son los propios descubrimientos. Este debate público parece ocurrir pero, lamentablemente, sólo se constituye, muchas veces, en una simulación que predica la ignorancia dado que no es diálogo lo que propone, sino un divertimento sostenido en el chismorreo de temas irrelevantes, de argumentos falaces, de información de cuestionable legitimidad que, incluso, llega a promover actos que implican maltrato y crueldad.
✱ Biólogo-Coordinador del programa de comunicación y reflexión pública sobre la ciencia del Centro Cultural Rector Ricardo Rojas-UBA. 12
ros de la costa, que producen uva en un humedal aprovechando las crecidas periódicas del Río de la Plata. “Esto no estaba documentado, formaba parte del mundo cotidiano, era parte de la tradición”, cuenta la ingeniera agrónoma. Fue así que, desde la universidad, desarrollaron aportes para mejorar la organización y productividad de esos viñedos. “Trabajamos recuperando los conocimientos locales y poniéndolos en circulación. En ese diálogo de saberes entre científicos y productores siempre surgen innovaciones, entendidas como construcción social, no como productos transferibles de la universidad al medio”, define Velarde. Adán Levy, presidente de Ingeniería Sin Fronteras Argentina, también encuentra en el vínculo academia-sociedad uno de los principales obstáculos a vencer. “Muchas veces se consume mucha energía haciendo trabajos prácticos y tesis que no resuelven problemas concretos en barrios –cuestiona–. La mirada del ingeniero se orienta a procedimientos, eficiencia, y hay pocas materias humanísticas en la carrera”. La interpelación sobre la formación de los ingenieros fue uno de los aspectos que decidió a un grupo de profesionales a crear esta organización a principios de 2012, con una modalidad de trabajo que incluye a Estados, universidades y actores locales. Pero lo cierto es que muchas veces el ámbito académico se convierte en la plataforma de partida para la solución de una problemática social. La aplicación uSound fue desarrollada a partir de una situación que se daba en un aula de la Universidad Católica de Santiago del Estero, en la sede de San Salvador de Jujuy. Allí, en la carrera de Ingeniería en Informática, un grupo de seis estudiantes veía con preocupación las dificultades que enfrentaba un compañero con problemas de audición para acceder al conocimiento que se impartía en cada clase. “Prefería irse antes que sentarse al final del aula y no comprender nada. Al final, terminó abandonando la facultad y, entonces, nos propusimos investigar cómo la tecnología podía ayudar a las personas como Ariel a educarse y comunicarse normalmente”, narra Eze-
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“En ese diálogo de saberes entre científicos y productores siempre surgen innovaciones, entendidas como construcción social, no como productos transferibles de la universidad al medio”, define Velarde. quiel Escobar, uno de los creadores de uSound y de NewBrick, la empresa gestada junto a sus compañeros. La aplicación fue diseñada aprovechando la capacidad de procesamiento de los smartphones: el usuario debe ingresar los datos de su audiometría y uSound se configura ajustando el audio de salida del móvil en función del nivel de audición de cada oído de una persona. “Además, permite utilizar auriculares Bluetooth, lo cual resulta muy común y hasta estético en los jóvenes, que muchas veces se rehúsan a utilizar audífonos. Además, la aplicación está
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pensada para ser una alternativa súper económica en comparación con los audífonos digitales”, describe Escobar. Para diseñar uSound, los especialistas en informática se acercaron a las entidades que trabajan con las problemáticas concretas, para conocer sus necesidades. Realizaron pruebas en el Instituto Helen Keller, que atiende a niños y jóvenes con problemas de audición, y en la Fundación para Hipoacúsicos Alas del Alma. “Nosotros estamos seguros que se puede mejorar muchísimo la calidad de vida de las personas que más lo necesitan aprovechando los avances de la tecnología, y es a lo que nos queremos dedicar”, afirma el joven de Tilcara. Los integrantes de Mana Desarrollos también eran estudiantes cuando comenzaron a gestar su proyecto de tecnología inclusiva. Se formaban en la Universidad Tecnológica Nacio-
Entrevista a Ruth Ladenheim
“El desafío es lograr un abordaje participativo”
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uth Ladenheim es secretaria de Planeamiento y Políticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Según su mirada, resulta vital contar con la participación de los actores locales para garantizar el éxito en la implementación de tecnologías inclusivas. –¿Cuál considera que es o debería ser el rol de la ciencia y la tecnología en la construcción de una mayor inclusión social? –Hay distintas maneras de enfocar el tema; hay diferentes conceptos en el mundo y, muchas veces, involucran a ONG y organismos internacionales. La particularidad de Argentina es que el Estado es el principal vector para atender estas demandas, tomando como eje la lógica de los derechos ciudadanos. –¿Cómo llega la demanda social al Ministerio de Ciencia y Tecnología? –Puede llegar desde los municipios, pero también desde el sector científico, por ejemplo desde el Conicet, que es un excelente articulador. Tenemos el privilegio de contar con investigadores (biólogos, antropólogos, sociólogos, economistas) que publican y están muy
vinculados con estos temas que son interdisciplinarios. –¿En qué medida las políticas públicas que apuntan al desarrollo tecnológico con inclusión involucran a las universidades? –La interacción con las universidades es permanente. Todos los años abrimos convocatorias a proyectos que atienden demandas sociales. Cada año se duplican los proyectos y en ellos se involucran centros del Conicet o universidades. Las empresas también son importantes, por ejemplo, para integrar consorcios público-privados. –¿Cuáles serían hoy los principales desafíos o deudas pendientes en materia de desarrollo de ciencia y tecnología inclusivas? –Lograr que el abordaje de la adopción de las tecnologías con impacto social sea participativo. Paradójicamente, esto no es un desafío tecnológico de las ciencias duras sino de las blandas, como la Sociología o la Antropología, que tienen mucho que ver porque hay experiencias en las que las tecnologías parecieran ser el remedio pero, si no son trabajadas por los actores sociales, no tienen resultados positivos y terminan siendo abandonadas. 13
Ingeniería Sin Fronteras construyó puentes en parajes rurales aislados en Santiago del Estero.
nal, allá por 2006. “Teníamos ganas de desarrollar un proyecto que mejorase la calidad de vida de la gente y no fuese algo meramente comercial. Se nos ocurrió hacer un mouse que se controlaba con movimientos de cabeza”, cuenta Nahuel González, uno de aquellos estu-
Opinión
diantes, hoy ingeniero electrónico y director de Mana. Ese primer diseño ganó los premios Innovar y Sadosky, y se convirtió en la punta de lanza de una batería de dispositivos para beneficio de las personas que padecen esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
POR DIEGO GOLOMBEK ✱
En pie de igualdad En la relación entre la ciencia y la tecnología en Argentina con las necesidades sociales se está haciendo mucho, pero queda mucho por hacer. Hay un cambio mundial en cuanto a la orientación de políticas de ciencia y tecnología que apuntan a dar visibilidad a las aplicaciones de la ciencia para el contexto local, para la parte productiva, la salud, la energía, y en nuestro caso argentino, con mejoras agropecuarias, y por supuesto, con cuestiones endémicas como el mal de Chagas y otras enfermedades. Falta mucho por hacer, porque hay poca tradición en Argentina de interacción entre lo público y lo privado. En ese sentido, la creación del Ministerio de Ciencia de la Nación patea el tablero, porque pone a la ciencia, ya desde el plano simbólico, en un pie de igualdad con la Justicia o la Educación, pero además, tiene planes completamente novedosos que incluyen fomentar que el sector privado invierta con riesgo, pero también con un colchón de ventajas económicas. En la historia de la ciencia, de las áreas menos esperadas surgen aplicaciones útiles. Describiendo a un bicho o cierto proceso fisiológico por ahí aparece una posible aplicación. Mi laboratorio es de ciencia básica, pero a veces surgen hallazgos que, sorprendentemente, pueden ser aplicables en la sociedad. Más allá de investigaciones tradicionales (como cáncer y sida), también hay que apuntar a cuestiones endémicas como el Mal de los Rastrojos o el Chagas, o temas como las napas de agua o la biodiversidad local. Otro punto interesante es trabajar con las inequidades regionales y buscar, por ejemplo, sistemas más eficientes e innovadores de distribución de energía.
✱ Diego Golombek-Doctor en Ciencias Biológicas-Investigador del Conicet. 14
“Empezamos a trabajar no sólo desde lo técnico sino también con terapistas ocupacionales y fonoaudiólogos, haciendo un relevamiento para conocer cuáles eran las necesidades y ver posibles soluciones”, cuenta González, y aclara que su equipo trabaja con la llamada Metodología DCU: Diseño Centrado en el Usuario. Así le dieron forma a dispositivos para hacer ‘clic’ en la computadora con la pera o por soplido, y hoy se abocan a “tratar de facilitar la comunicación en el caso de personas que están muy avanzadas en ELA, que sólo tienen movimiento de los ojos”.
Respuesta natural La problemática energética y la necesidad de recurrir a fuentes alternativas requieren soluciones cada vez más urgentes. Se trata de un ámbito donde hace falta tanto incrementar el conocimiento como desarrollar tecnologías específicas, y, sobre todo, generar conciencia y capacitación para lograr un cambio de paradigma. Para los especialistas en la materia, tanto en las esferas políticas como en las académicas, hay un arduo trabajo por delante. De esto se ocupa el área de Energías Renovables del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti). El coordinador, Gustavo Gil, cuenta que trabajan en esa línea desde el 2007, con especial énfasis en “energías distribuidas en potencias menores”, es decir, hacia las pymes. En ese marco, se las orienta, capacita y asiste para el mejor aprovechamiento de las energías eólica, solar, hidráulica, biogás, residuos sólidos y biocombustibles. “El mayor desafío es entender que no es una tecnología del futuro sino una oportunidad del presente y, muchas veces, la única opción. Para esto es fundamental una clara decisión política”, subraya. Uno de los principales objetivos del trabajo del Inti es lograr “cerrar ciclos productivos”, explica Gil. Por ejemplo, en una zona del Chaco, donde hay aserraderos y carpinterías que generan residuos a montones que son incinerados indiscriminadamente –con sus consecuentes problemas ambientales y enfermedades respiratorias- se trabajó para producir combustible a partir de esos residuos, lo que redundó a su vez en la generación de
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empleo local. “La planta de gasificación cierra un círculo virtuoso, dando trabajo y mejorando el ambiente”, resume Gil. Por su parte, la ingeniera agrónoma Laura Ferreras da cuenta de otra experiencia de aprovechamiento de los recursos naturales disponibles en el ámbito urbano en beneficio de los más necesitados. Se trata del “Proyecto de transformación de la tierra urbana en Suelo Cultivable para la inclusión social en Rosario: una propuesta de Apoyo Técnico Agroecológico”, en que confluyen la Municipalidad de Rosario, el Centro de Estudios de Producciones Agroecológicas Rosario y Pro-Huerta (del Inta). Juntos crearon el Programa de Agricultura Urbana (PAU), que procura desarrollar acciones que incrementen la agricultura citadina. El proyecto fue gestado en el 2001, cuando la crisis impulsó a los académicos de la región a buscar soluciones. “Existen sectores de la ciudad identificados como suelo ‘no construible’, considerados como espacios remanentes que se encuentran en condiciones de fragilidad y degradación. A través del desarrollo de estrategias de recuperación y mejora mediante la práctica de la agricultura urbana, estos sectores se transforman en suelo cultivable”, explica Ferraras. Así, tras una instancia de capacitación, huerteros de familias vulnerables de Rosario aprenden a producir sus propios alimentos y vender los excedentes. “Como beneficio adicional, se produce un saneamiento de sectores contaminados por basurales o terrenos cubiertos por escombros y/o malezas, el aprovechamiento de residuos orgánicos y aguas grises en insumos para la produc-
CÓMO CONECTARSE
Centro de Referencia para Lactobacilos (0381) 431 0465/1720 crl@cerela.org.ar www.cerela.org.ar Departamento de Desarrollo Rural de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata (0221) 423-6758 www.agro.unlp.edu.ar Ingeniería Sin Fronteras Argentina 4861.6014 info@isf-argentina.org www.isf-argentina.org Instituto Nacional de Tecnología Industrial 4724-6200 consultas@inti.gob.ar www.inti.gov.ar Mana Desarrollos 2070-5145 info@manadesarrollos.com.ar http://www.manadesarrollos.com.ar Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación 4899-5000 info@mincyt.gob.ar www.mincyt.gob.ar Newbrick (0388) 424-1829 newbrickweb@gmail.com www.newbrick.com.ar Programa de Agricultura Urbana (Rosario) (0341) 4802444 int. 131/133 Red de Tecnologías para la Inclusión Social Argentina 4365- 7100 (int. 5851) info@redtisa.org www.redtisa.org 500rpm 15-4088-2381 info@500rpm.org www.500rpm.org
ción; convirtiendo espacios degradados en ámbitos productivos y estéticamente agradables”, concluye la especialista. Y las innovaciones generadas a partir de esta articulación resultan más ricas cuando, al tener más arraigo local, las poblaciones se apropian de ellas y pueden aprovechar mejor los recursos disponibles y, a su vez, ir construyendo colectivamente respuestas a otros déficits. La experiencia de un grupo de vecinos de viviendas sociales del partido bonaerense de Moreno da cuenta de eso. Allí, fue implementado el uso de calefones solares generados en el marco del área de energías renovables del Inti. “La gente hace un muy buen uso de ellos. Se trata de demandas concretas que requieren productos diseñados especialmente para el Estado, que necesita construir la mayor cantidad de viviendas con el menor costo posible”, explica Gustavo Gil. En este sentido, destaca que el beneficio no sólo se traduce en la posibilidad que tienen las familias de contar con una ducha con agua caliente, sino también en la responsabilidad que despierta en los usuarios. “Si uno piensa que cada uno puede generar parte de la energía que consume, se da un cambio de paradigma –resalta Gustavo Gil, del Inti– La inclusión también implica responsabilidad: cuidar la fuente, ya no es ‘no me importa qué pasa detrás del enchufe’, sino que la comunidad toda se involucra en el tema.” Por eso es clave el trabajo mancomunado entre la universidad, el Estado, algunas empresas y las organizaciones sociales. En pos de un mismo objetivo: el beneficio de las mayorías.
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REPORTAJE
Carlos ‘Boy’ Olmi, actor, director, productor y guionista
TEXTO MARTINA NOAILLES
o es el agente 86 ni un pastor evangélico, pero de lo primero que habla es de su misión. Su voz es suave y pausada, pero su tono se vuelve firme cuando se trata de remarcar el camino por donde cree, no hay que continuar. Y aunque habla de sueños y utopías, tiene los pies en la tierra. En esa tierra que es parte del medio ambiente que quiere proteger o, al menos, que busca cómo ayudar a hacerlo. “El sistema humano evidencia una crisis muy seria a nivel social y ambiental. Y lo que me llama la atención es que las dos cosas están generadas en un sistema de creencias basado en la ambición, la acumulación de riquezas y en la desigualdad”, plantea Boy Olmi, y su mirada celeste se agranda junto a sus manos. Es actor pero, en este instante, su pasión tiene libreto propio: “Hablarle a la gente a la cara, a los ojos; decirles lo que yo mismo me pregunto”. Su misión es, entonces, “ayudar a comunicar las soluciones a los problemas sociales y ambientales que enfrenta la humanidad”. Tan simple como profundo. En ese camino, lleva en su mochila tres documentales –uno aún en producción– que tienen muchos puntos en común: escenarios naturales de enorme belleza e importancia ambiental, protagonistas de acciones que buscan dar un mensaje, y él, un Boy Olmi, director y comunicador, nexo entre aquello y todo el resto. Quien quiera oír, que oiga.
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“El tercer sector debería ser escuchado y los gobiernos articular con él” Plantea la necesidad de un “cogobierno del futuro” en el que confluyan poder político, OSC, empresariado y ciudadanos. Postula el trabajo en red en beneficio de todos y, a través de una serie de documentales, demuestra que eso es real y posible.
–¿Cómo decidiste hacer Huellas del agua y Los guardianes de la selva?
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–Yo me guío mucho por mi intuición, mi deseo, mi necesidad, que en los últimos años se ha ido orientando hacia algo que podríamos llamar una misión, que es pensar por qué estamos cada uno aquí y qué es lo mejor que podemos hacer en esta convivencia que nos toca. Soy una persona muy curiosa, vinculada con realidades muy diferentes y, en ge-
neral, con una mirada que no discrimina ni prejuzga demasiado. De todos, intento aprender, nutrirme e intercambiar cosas. Los documentales surgieron así. –Huellas del agua transmite diferentes mensajes, habla de ecología, soberanía…
–Vicente Graziano, el músico que acompaña a la nadadora María Inés Mato tocando la flauta en todas sus travesías, es muy amigo mío. Fue él quien me contó que acababa de acompañarla a cruzar el Canal de Beagle y que creía que eso era materia de un documental. Cuando la conocí a María Inés, me pareció fas-
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cinante la historia y la oportunidad de acceder a todas las áreas a las que ella apuntaba: la integración desde la discapacidad, la reflexión sobre el calentamiento global, el cuidado del medio ambiente, la paz con las Malvinas. A partir de la proyección de ese trabajo en el Green Film Fest (festival de cine ambiental), se siguió profundizando en mí una necesidad de poner mis capacidades al servicio de algo superior que mi propia subsistencia. La humanidad entera, el sistema humano en toda la Tierra, evidencia una crisis muy seria a nivel social y ambiental. Y lo que me llama la atención es que las dos cosas están muy vinculadas, están generadas en un sistema de creencias basado en la ambición, la acumulación de riquezas, en una desigualdad y, por lo tanto, en una violencia propia de no integrar las necesidades de uno con las de los demás; el espíritu y el cuerpo; lo material y lo no material. Así, empecé a reflexionar y me di cuenta que mi capacidad tiene que ver con transmitir emociones, contar historias, con comunicar. –Pero ya no ficción como en la televisión o el teatro…
–Es una faceta que se complementa con mi formación de actor. Esta nueva forma tiene que ver con la comunicación, corrida de la ficción. Me dedico a hablar de lo que quiero hablar, a decir una letra que no es propia de un autor sino de mis propias preguntas. Así empecé a hablarle a la gente a la cara, a los ojos; a decirles lo que yo mismo me pregunto. Como parte de ese camino, me encontré con un gran amigo, Dylan Williams, que dejó el mundo de la publicidad y se encontró conmigo en este afán de poner estas capacidades adquiridas en el trabajo y la vida al servicio de algo más grande, más profundo. Nos vinculamos en una sociedad que tiene que ver con ayudar a comunicar las soluciones a los problemas sociales y ambientales que enfrenta la humanidad. No el país ni la ciudad ni algo muy coyuntural; la humanidad. Dylan lidera una empresa de comunicación por
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internet y esa herramienta poderosa, democrática y peligrosa es la que pone al servicio.
que respiramos en la ciudad.
–Capacidad de comunicar más internet, ¿es el binomio perfecto para visibilizar una experiencia?
–Porque va más allá de lo que llaman Responsabilidad Social Empresaria. De alguna manera, la RSE está políticamente bien, pero no provoca los cambios tan profundos como los que el momento requiere. Se parece a lo que históricamente hacían las damas de beneficencia que limpiaban parte de sus pecados destinando un porcentaje mínimo de su riqueza para ayudar a alguna gente. La empresa debería hacerse responsable del impacto que su actividad genera. En este momento, el cambio necesario es muy profundo y muy grande, y requiere el concurso de todos y de todo: los gobiernos, que atrasan; las empresas, que atrasan bastante; las ONG, que lideran parte de esta conciencia; y cada ciudadano indivi-
–Con Dylan nos dimos cuenta de que hay muchas ONG y muchas personas que buscan rediseñar el sistema humano, pero que estas acciones muy potentes, muy profundas y con mucho conocimiento no tienen la visibilidad suficiente para que se expandan a la velocidad que requiere la emergencia. –¿Así fue que conocieron la experiencia de la etnia Aché que relata el otro documental?
–Así conocimos a Guayakí, la empresa de un argentino que estudió alimentos en California y que produce yerba mate en un proyecto que
–¿Por qué te resulta relevante esto de las Empresas B?
“Nos vinculamos en una sociedad que tiene que ver con ayudar a comunicar las soluciones a los problemas sociales y ambientales que enfrenta la humanidad. No el país ni la ciudad ni algo muy coyuntural, la humanidad.” integra muchas novedades. La primera tiene que ver con esta nueva forma económica que está surgiendo, que son las Empresas B, que en sus estatutos contemplan el impacto social y ambiental que su actividad genera. El director de Guayakí nos invitó a participar de la ceremonia de la cosecha de la yerba mate en la selva paraguaya y yo dije: “Quiero ir, pero no quiero quedármelo en la intimidad sino que quisiera poder contárselo al mundo”. Y propuse hacer un documental en el que la Fundación Avina colaboró para que podamos hacerlo. El documental muestra un proyecto muy sabio y muy sano, la integración con las etnias, la recuperación de la sabiduría de los pueblos originarios y la regeneración de 40 mil hectáreas de selva de la cual somos beneficiarios todos los
dual, porque con las acciones de todos los días generamos un impacto muy grande. –¿Creés que lo que hacen las OSC o vos con estos documentales es un parche a lo que deberían hacer y no hacen los Estados, o es complementario?
–Por ahora es como se repartió el juego. Existen los Estados, las fronteras, y eso implica que, por ahora, existan intereses separados entre países, provincias, ciudades. Todavía no hemos evolucionado lo suficiente como sociedad para que haya una cosa que consensúe la necesidad de todos. Los gobiernos –que van a existir hasta que inventemos otro sistema– tienen que aprender, tienen que cogobernar con el tercer sector, que está mostrando caminos
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REPORTAJE
Carlos ‘Boy’ Olmi, actor, director, productor y guionista
y que –como está especializado en diferentes temas– debería ser escuchado y articular con él. Yo tengo una mirada muy amplia y creo que, lo que debería haber, son equipos integrados de trabajo. El tercer sector, el poder político, el empresario, el del ciudadano independiente, todo eso debería tener representación en algún tipo de entidad que todavía no hemos inventado. Un cogobierno del futuro. Ya sé que casi pertenece al género de ciencia ficción pero debería estar ocurriendo pronto si logramos darnos cuenta de que es por ahí y no por los intereses parciales de unos sobre otros. –¿Visibilizar ayuda a unir ante tanta fragmentación?
–Sí, y creo que la tecnología ha facilitado mucho eso. Se trata de trabajar en red, de vincularnos en una misma trama que es la de especie humana. Crear un Facebook de la humanidad, un lugar donde todos nos escuchemos, donde haya lugar para todos, porque cada uno tiene su propia razón pero hay una razón colectiva. Me escucho y suena utópico pero no veo otra solución que la de ponerse de acuerdo. –Al principio vinculaste la crisis ambiental con lo social, ¿cómo es esa conexión en este mundo tan desigual?
–La conexión está en lo que genera la desigualdad social y la degrada-
que se diga “me quiero salvar yo, o yo y mis hijos” o “quiero acumular riqueza para asegurarles el futuro a mis hijos”. Pero el futuro no es de mis hijos sino de los hijos de todos. Así que tenemos que salvar a los hijos de todos, entre todos. –¿Hay algo que hizo click en tu vida o siempre tuviste estas preocupaciones?
–A medida que avanza la vida, voy haciendo foco en cosas cada vez más específicas. Cuando terminé el colegio iba a estudiar Arquitectura porque me animaba al deseo de usar mi creatividad al servicio del bien común con respecto a los espacios en
“Todavía no hemos evolucionado lo suficiente como sociedad para que haya una cosa que consensúe la necesidad de todos.”
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ción ambiental, que es la codicia. El teólogo Leonardo Boff desarrolló la ética del cuidado, que propone reemplazar el paradigma del éxito en el que estamos sumergidos por el paradigma del cuidado. Si nuestras acciones fueran regidas por ese sentimiento, estaríamos resolviendo al mismo tiempo los temas sociales y los ambientales. La ambición hace
que la gente podía vivir. En el primario, hacía observaciones de animales e iba a los zoológicos y me imaginaba biólogo, probablemente alimentando mi amor por la naturaleza, impulsado por las expediciones a las que mi padre me llevaba de chico. Ahora, está la expedición que acabo de hacer trayendo a la Argentina a dos leyendas de la conserva-
ción del planeta, como son Jane Goodall y Roger Payne. –¿Cómo fue esa experiencia?
–Hace 40 años, Payne creó un refugio en la Patagonia, en la Península de Valdés, adonde vivió con su familia estudiando los cetáceos. Ahí fui con él 40 años después para que se conociera con Jane Goodall, que hace 50 años empezó en el África y hoy trabaja por la paz del mundo y por los jóvenes en una organización llamada Roots & Shoots –presente en 132 países con 70 mil grupos– que propone darle ayuda a los proyectos de jóvenes que impliquen aprender a convivir en armonía personas, vegetación y animales. Haber combinado todas estas fuerzas para mí es el súmmum y es parte de la evolución, del crecimiento, del aprendizaje. –Ves en el arte una vía para eso?
–El arte pareciera que es patrimonio de los artistas. Por eso, yo hablo de creatividad, algo que todos los seres humanos tenemos y que se aplica a nuestra vida cotidiana en todo momento. La acción creativa requiere una búsqueda y eso no es propiedad de los intelectuales ni de una determinada clase, sino que tiene que ver con prestar atención a las capacidades que tenemos todos los seres humanos.
MEDIOS
FM La Hormiga
Decir a viva voz La Biblioteca Popular Pocho Lepratti, de Rosario, cuenta con una radio comunitaria: FM La Hormiga. Un espacio donde pibes del Barrio Tablada y organizaciones sociales pueden expresarse. TEXTO MARÍA CRUZ CIARNIELLO
todos sus géneros. Hay quienes aman el rock, la cumbia o el heavy metal. “A mí me gusta la entrevista y la locución”, dice Mónica. A su lado, Ayelén, de 15, agrega: “A mí me gusta buscar información”. “En realidad, tratamos de que a todos nos guste lo que vamos a hacer”, resume a su turno Natalia. “Nos fueron a invitar a la escuela, y me interesó el espacio para poder decir lo que pienso”, insiste Mónica, motivada por lo que significa la radio y, fundamentalmente, el espacio de Música Rebelde.
Hablan de Barrio Tablada como si fuera una zona roja, por eso, dentro del programa tenemos una sección sobre historias positivas del barrio”, dice Mónica. Con tan solo 17 años, integra el espacio de jóvenes Música Rebelde, un taller de comunicación de la Biblioteca Popular Pocho Lepratti y, además, un futuro programa de radio hecho por pibes del barrio conocido como Tablada, una de las zonas más estigmatizadas del oeste rosarino, cuyo nombre oficial es Barrio General San Martín. El interior de la vieja casa convertida en biblioteca, constituida desde el 2004 como asociación civil, pareciera multiplicarse en cientos de pedacitos llenos de libros. En el fondo, luego de atravesar el salón donde un puñado de niños del barrio concurre al taller de apoyo escolar, se encuentra la radio comunitaria que desde hace un año y medio fun“Una radio donde quepan todas las voces”, señalan. ciona en el corazón de la Pocho Lepratti, que lleva once años Gabriel parece tener oficio, soltude intenso trabajo por la defensa de ra y una interesante voz de locutor los derechos de la niñez y la promoque se perfila en su decir. Dentro de ción de la lectura. la radio, se ocupa “de todo” porque FM La Hormiga nació al calor de las todo le gusta. “Hay que valorar y cuipuertas que abrió la sanción de la nuedar este estudio porque cuesta mucho. va Ley de Servicios de Comunicación Es toda una responsabilidad”, asegura. Audiovisual. Fruto de la obstinada taEntre risas, los chicos explican algurea de intentar amplificar las voces, la nas de las principales secciones de Múradio se proyecta como un vital espasica Rebelde, entre ellas el “tema incógcio de comunicación para los vecinos de Tablada. El taller está integrado aproximadaCÓMO CONECTARSE mente por 10 pibes del barrio. Allí, caFM La Hormiga da jueves, las ideas fluyen como torbe(0341) 4812064 llino. Lo que los une es la música en www.fmlahormiga.blogspot.com.ar
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nita”, donde entablan un vínculo con los oyentes, o el personaje del “cordobés inseguro” que personifica, con sobrado humor, Gabriel. Majo Draperi, una de las comunicadoras que coordina el taller, resume parte del objetivo de este espacio: “Nos focalizamos en trabajar sobre el grupo para poder buscar una identidad antes de ir al estudio. Así, tratamos de encontrar gustos comunes, intereses y cosas que los motivaban. De a poco, fuimos incorporando distintas herramientas, como la ficción, el armado de personajes, de una entrevista y trabajamos mucho sobre la música, que es lo que a ellos más los identifica”. María Andrea Bugnone también integra el equipo coordinador. “Este es un lugar para romper los prejuicios. Yo no me canso de decirles que me genera una gran admiración poder trabajar con ellos, que nos hagan parte y que laburemos de igual a igual; es algo hermoso”, expresa. FM La Hormiga cuenta con una variada programación que involucra a organizaciones sociales, centros de salud, escuelas e instituciones del barrio. Carlos Núñez, presidente de la Biblioteca Pocho Lepratti, desborda de orgullo al contemplar el sostenido crecimiento que lograron. “La experiencia de contar con una radio comunitaria es un aporte más de todo lo que hay en la Biblioteca. El taller de cuentos, el jardín de infantes o las producciones del taller de serigrafía, tienen espacio en la radio. Queremos extender la posibilidad de que haya más voces”, subraya. El sol ilumina el frente de esta agitada biblioteca popular. Renacen los proyectos y, en el barrio, junto a la sintonía propia, ya hay olor a vida.
INFORME ESPECIAL
VIH en zonas de frontera
Vidas cruzadas La afluencia de tránsito y la distancia entre las grandes ciudades aumentan el riesgo de infecciones. Un proyecto de países del Mercosur ayudó a las organizaciones del sector a encarar acciones conjuntas. TEXTO MARICEL SEEGER DESDE PASO DE LOS LIBRES
Vivir con VIH en una zona de frontera es muy difícil. A eso se suma que es el interior de un país y el refrán ya lo dice: ‘pueblo chico, infierno grande’. Hay mucho miedo y discriminación cuando uno nombra al virus”. Con esta reflexión, en pocas palabras, Omar Presa, miembro de la Red en Fronteras de Personas Viviendo con VIH de Uruguay y vecino de Rivera, lindante con Santana Do Livramento, Brasil, resume la problemática. Y el cuadro se repite en Argentina, donde la vida lejos de las grandes urbes atenta contra el acceso a la información y aumenta las posibilidades de infección. “Me enteré de que tenía el virus en 1994, en un control de embarazo. Al principio no confiaba en el resultado; pensé que era un error. En ese momento había muy poca información, el tema no se tocaba y yo creía que acá no ocurría eso”, cuenta la voluntaria Miriam Encina, de Paso de los Libres, Corrientes, lindante con la brasileña Uruguaiana. Muchas veces, la afluencia de trán-
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sito –camioneros, turistas, viajantes– que predomina en las zonas de frontera, las relaciones sexuales ocasionales y la distancia de las capitales aumentan el riesgo de infectarse con el virus, según reconocen trabajadores de salud y autoridades de los tres países, que junto a las asociaciones de personas viviendo con VIH de estas regiones llevan adelante un proyecto que procura fortalecer la prevención, el testeo y la respuesta al VIH en ciudades limítrofes. La iniciativa, apoyada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), busca que las comunidades puedan acceder a una mejor y más uniforme información a ambos lados de las fronteras geográficas, apenas marcadas por un puente o una avenida, pero conectadas por el trabajo, el comercio, el estudio y la atención sanitaria. “En algunas de estas zonas hay mucha vulnerabilidad: hay prostitución, tráfico de drogas y tráfico móvil, como el de camioneros”, que en algunos casos deben quedarse dos o tres días para completar los trámites de ingreso de mercaderías al país vecino, sostuvo la directora adjunta del Depar-
tamento de VIH/Sida de Brasil, Adele Vera, durante una reunión realizada en noviembre pasado en la ciudad de Rivera, en el extremo norte de Uruguay, en el marco de la iniciativa impulsada por Comisión Intergubernamental de VIH del Mercosur (Civih). Allí acudieron funcionarios argentinos, brasileños y uruguayos, referentes de los programas de VIH de los distritos fronterizos que comparten los tres países y representantes de la sociedad civil. Omar creó junto a otros compañeros de la red un Centro de Información a la población sobre VIH que funciona en la Dirección Departamental de Salud de Rivera. Hace ya 12 años que este uruguayo, casado y con dos hijos, vive con el virus. Casi desde el comienzo, su bandera fue la de difundir información para que a otros no les pase lo mismo que a él. Algo parecido le sucede a Miriam, que, como voluntaria del programa de VIH de Paso de los Libres y miembro de la asociación de personas viviendo con VIH, ocupa buena parte de sus días con charlas de concientización en escuelas, entrega de folletería y re-
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“Si uno hace el tratamiento en forma correcta, puede tener una buena calidad de vida.”
latos sobre su experiencia. “Creo que mi historia puede servir a otros. Ahora hago una vida normal, tengo cinco hijos y una pareja que son negativos. Si uno hace el tratamiento en forma debida, puede tener una buena calidad de vida y una familia sin el virus. Pero, para eso, es necesario no depender de que otros nos cuiden, sino cuidarnos nosotros mismos”, asegura Encina, de 39 años. Para Miriam, una de las claves es la constancia en el tratamiento y la medicación, un aspecto que no todas las
quienes reciben hoy su diagnóstico por VIH no son en su gran mayoría homosexuales. “Nuestra población tiene en el imaginario que el virus está conectado con los gays, pero los perfiles epidemiológicos muestran otra cosa: en los departamentos de Uruguay involucrados en el proyecto se ve que el 50 por ciento o más de las personas infectadas es heterosexual”, explica José Luis Priore, del Programa de VIH del Ministerio de Salud de Uruguay. El cuadro se extiende a las fronteras del Mercosur. La coordinadora
Mariano tiene el virus desde finales de los ’90. Asegura que fue como “empezar a vivir de nuevo”, porque le obligó a cambiar hábitos y a superar barreras culturales, como la de no usar siempre preservativo. Hoy, en las charlas que brinda, afirma que nunca hay que dejar de utilizar protección, por más que las dos personas vivan con VIH, porque puede que no tengan la misma carga viral. “Ahora, si sos positivo, se sobrelleva bien. Actualmente, estoy en pareja con una persona que es negativa.
“Me enteré de que tenía el virus en 1994, en un control de embarazo. Al principio no confiaba en el resultado; pensé que era un error. En ese momento había muy poca información, el tema no se tocaba y yo creía que acá no ocurría eso”, cuenta la voluntaria Miriam Encina, de Paso de los Libres. personas con VIH cumplen, según coinciden las asociaciones del sector. En Argentina, el Estado Nacional procura el tratamiento antirretroviral gratuito a 47 mil personas, de las cuales el 69 por ciento recibe los medicamentos del sistema público de salud, mientras que el resto lo hace de obras sociales y prepagas. En total, en el país viven alrededor de 110.000 personas con VIH, es decir, que cuatro de cada mil jóvenes y adultos están infectados con el virus, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Cada año, se notifican unos 5.500 nuevos diagnósticos, de los cuales el 90 por ciento se origina en relaciones sexuales sin protección, al tiempo que se contabilizan 1.400 fallecimientos anuales por sida. Lejos de ciertas creencias populares,
del Programa de VIH de la ciudad brasileña de Foz do Iguazú, Taiuska Bonadeu, también advierte que una buena parte de los pacientes son mujeres jóvenes.
El peor enemigo Desde las entidades de la sociedad civil afirman que el principal problema que rodea al VIH es la discriminación que muchas veces sufren quienes conviven con el virus. “Hay gente, incluso, que tiene la sospecha, pero que prefiere quedarse con la duda por miedo a que dé positivo, a no saber bien qué hacer después, a la estigmatización que cree que puede padecer”, explica Mariano Luque, quien como voluntario realiza tareas de consejería en el hospital escuela de la ciudad de Corrientes.
Es muy importante mantener siempre la adherencia a la medicación, porque a veces uno se siente bien, te querés hacer el vivo y la dejás, y después vienen las consecuencias”, subraya. Mariano colabora además con sus colegas de la zona de frontera que se incorporaron al proyecto de países del Mercosur, que permitió potenciar el intercambio de información, realizar diagnósticos conjuntos y unificar criterios en el tratamiento. “Es muy importante articular normas y actividades programáticas, considerando a las fronteras como un espacio geográfico único”, evalúa el consultor subregional en VIH de la OPS, Marcelo Vila. Esta lógica hizo que, en la frontera de la ciudad uruguaya de Bella Unión y la brasileña Barra do Quaraí, por
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INFORME ESPECIAL
VIH en zonas de frontera
La estigmatización hace que muchos prefieran no enterarse si tienen el virus. Y los números así lo reflejan: hoy, el 40 por ciento de las personas que viven con VIH en Argentina desconoce su condición. El panorama se reproduce en las regiones de frontera y en toda América, según datos de la OPS. ejemplo, se instalara el primer consultorio binacional de VIH. “El objetivo fundamental es que las acciones de prevención, atención y tratamiento de VIH sean indistintas a ambos lados de la frontera. Incluso, gracias al marco de este proyecto, hoy contamos con un equipo de atención y prevención de VIH en Puerto Iguazú, que antes no existía”, detalla el referente del proyecto por
las personas que viven con VIH en Argentina desconoce su condición. El panorama se reproduce en las regiones de frontera y en toda América, según datos de la OPS. Por ese motivo, una de las causas que mueve a la sociedad civil y que atraviesa a las acciones previstas en el proyecto es la promoción del testeo. La estrategia también prevé la capaci-
diagnóstico de la situación y respuesta al VIH con el fin de sostener las acciones comunes, más allá del proyecto. “La salud no tiene fronteras y, en nuestro caso, apenas nos separa un río. Las ciudades de los países de la región tienen políticas y normas diferentes, pero es distinto en una zona de frontera porque, cuando ocurre un problema, siempre estamos juntos”, sostiene la respon-
Uno de los pilares del programa es la promoción del testeo.
tación del personal de salud en estos territorios y actividades conjuntas, entre ellas, las de difusión y concientización que realizan cada 1 de diciembre, Día Mundial del Sida. Asimismo, como parte de la iniciativa, los referentes de los programas trabajaron en la elaboración de un
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parte del Ministerio de Salud de Argentina, Juan Sotelo. Con esa premisa, se consiguió el fortalecimiento, en algunos casos, o la creación, como en el caso de Iguazú, de los comités de frontera, integrados por funcionarios y referentes de las ciudades vecinas. También ocurre que muchas personas que viven en estas ciudades “van a atenderse del otro lado de la frontera, donde no las conocen”, señala Priore, del ministerio uruguayo, y agrega: “Esta realidad lleva a que sea muy útil compartir información, articular y trabajar en forma conjunta entre los países”. De ese modo, muchos buscan evitar la posibilidad de que los habitantes de su propia comunidad los discriminen, advierten los pacientes. Es esa misma estigmatización la que hace que muchos aun prefieran no enterarse si tienen el virus. Y los números así lo reflejan: hoy, el 40 por ciento de
CÓMO CONECTARSE
Red Argentina de Personas Viviendo con VIH https://es-es.facebook.com/RedArgentinaDePersonasViviendoConVihSida Municipio de Paso de Los Libres pasodeloslibres.gob.ar Ministerio de Salud de Corrientes saludcorrientes.gob.ar/sitio Municipio de Rivera, Uruguay www.rivera.gub.uy Intendencia de Uruguaiana: www.uruguaiana.rs.gov.br
sable del programa de VIH de Uruguaiana, Maria Aparecida Bofill. Los lazos también se entrecruzan entre las asociaciones de personas viviendo con VIH. “Este trabajo binacional ayudó mucho en el intercambio de vivencias, a mejorar las estrategias, a tomar experiencias que hayan funcionado del otro lado de la frontera”, sostiene Sandra Lima, de la Red Nacional de Personas viviendo con VIH de Brasil y residente en Uruguaiana. “Al comienzo, cuando me enteré, fue muy difícil porque tenía cuatro hijos, uno de ellos muy pequeño. Después, conversando con la psicóloga, fui mejorando y me convertí en voluntaria, lo cual me fortaleció”, cuenta Sandra. Actualmente, destina varias horas de la semana a ayudar a promover la prevención y la concientización entre adolescentes y adultos. “Ahora –reflexiona– soy yo la que ayuda a otras personas. Eso me da mucha alegría y fuerzas para vivir.”
CAMINO AL ANDAR
Raúl Zavalía Lagos
Un emprendedor sin techo Fundó Pro Vivienda Social y trabaja desde hace 35 años por la construcción y mejoras en barrios del oeste bonaerense. Distinguido por su labor, va por más y apuesta a que una nueva generación de voluntarios siga sus pasos. TEXTO MARICEL SEEGER
stá muy lejos de ser una obra artística, pero –al igual que el símbolo del teatro– esta realidad tiene dos caras. Por un lado, están las 16 millones de personas que aún no acceden a una vivienda digna en Argentina. Y, por el otro, los barrios que se organizaron y trabajaron para que aquellas casas precarias se convirtieran en un buen lugar para vivir. En localidades bonaerenses como Moreno, miles de vecinos obtuvieron un crédito que les permitió poner en marcha mejoras o instalar la red de gas natural asociándose con otras personas del barrio y asumiendo una cuota que era, sobre todo, pagable. Uno de los impulsores de esta historia de esfuerzos fue elegido meses atrás por la multinacional Ernst & Young como el emprendedor del año. Se trata de Raúl Zavalía Lagos, director ejecutivo de la Fundación Pro Vivienda Social, y un impulsor que parece no tener techo –paradójicamente– a la hora de trazar alternativas para garantizar el derecho de las personas a una vivienda digna. El voluntariado atraviesa la vida de Raúl desde hace unos 35 años, desde los tiempos en que la dictadura se proponía erradicar asentamientos como el de Retiro, sin otra propuesta a sus habitantes más que tirarles abajo la casa, cargar los escombros y dejarlos en algún otro lugar. En aquel momento, Zavalía Lagos se unió a una cooperativa de la zona que se propuso darles una respuesta a estas personas para evitar que descendieran aún más allá de la precariedad. “Con apoyo de la iglesia
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San Martín de Tours, se compraron unos terrenos, se buscó financiación, asistencia técnica, e hicimos un programa de autoconstrucción de viviendas en San Miguel. Como consecuencia de la erradicación de la villa de Retiro y la traza de la autopista del Buen Ayre, se construyeron cuatro barrios”, recuerda el director de la fundación. A partir de allí, los proyectos de viviendas, la permanente búsqueda de financiación y la atención puesta en la emergencia de los sin techo, fueron moneda corriente en la vida de este profesor de física y matemática de 57 años. A su vez, la llegada de la cooperación financiera procedente de organismos internacionales abrió la posibilidad de trabajar en proyectos a mediano plazo. La década de los ’80 ya se había echado a andar y Zavalía Lagos integraba la fundación Vivienda y Comunidad, de donde se fue a comienzos de los
genes de la Fundación Pro Vivienda Social. Para eso, echó mano al sistema de microcréditos diseñado por el bengalí Muhammad Yunus, también conocido como el banquero de los pobres. Esta propuesta requiere la formación de grupos solidarios para actuar como una suerte de garantes del crédito, un requisito que no fue fácil incorporar entre los vecinos, pero que finalmente permitió que 8.000 familias tomaran el crédito, rememora Zavalía Lagos. “El desafío –sostiene– es siempre trabajar haciendo una síntesis entre lo social y lo financiero.” Y, para ese fin, la versatilidad puede ser un aliado clave. “Somos muy desprejuiciados de si las iniciativas vienen de Bangladesh o de los barrios privados; lo que pueda servir para la gente es bienvenido”, define. De hecho –apelando al inconsciente colectivo– la concepción del sistema fundado por el premio Nobel
“Somos muy desprejuiciados de si las iniciativas vienen de Bangladesh o de los barrios privados; lo que pueda servir para la gente es bienvenido.” ’90 pensando que, para cambiar la realidad, la ayuda no podía llegar sólo de la codiciada cooperación internacional, sino que era necesario comprometer a la comunidad local. “Luego fui convocado por un grupo de empresarios que querían hacer algo por la emergencia habitacional y me pidieron que desarrollara un proyecto y un plan de microcréditos para la construcción o mejoras en la zona de Moreno, donde ya había trabajado”, cuenta este docente universitario, remontándose a los orí-
Yunus, puede parecer muy diferente a la de los fideicomisos bancarios. Y, sin embargo, ambas fórmulas sirvieron para un mismo fin: permitir a los vecinos que puedan gozar de una vivienda más digna de la mano de un crédito que se ajuste a sus posibilidades. Con este último instrumento, la fundación facilitó en los últimos 12 años la realización de obras de infraestructura de gas e instalaciones internas para 15.000 familias del Gran Buenos Aires.
En el último año, la fundación ayudo a 15 mil familias del Gran Buenos Aires.
Ahora, el gas “Después de avanzar con la comunidad en la mejora de las viviendas, la gente comenzó a pedirnos ayuda en otros temas. Nos dimos cuenta de que el servicio que podía ser provisto en forma normal, una vez hechas las obras, era el gas. Se trataba de una prestación básica en condiciones de ser distribuida”, relata el director ejecutivo de la fundación, que divide su tiempo entre la entidad, sus cinco hijos y sus dos nietos. Así fue como se juntaron con 60 pequeñas organizaciones del oeste bonaerense –clubes, bibliotecas, capillas, cooperadoras de los centros de salud–, que se constituyeron en promotoras de la propuesta. ¿En qué consistía? En instalar la red de gas natural mediante el pago de un crédito. “En la empresa concesionaria de gas de la zona pensaban al principio que estábamos locos, porque creían que la gente no tenía capacidad de pago. Pero finalmente confiaron en nosotros y llevaron adelante el proyecto. Y su negocio se extendió a otras zonas”, destaca. Para Raúl, buena parte de su tarea y del resto de los miembros de la fundación es plasmar en un papel lo que quiere el barrio y buscar los recursos para llevarlo adelante. “Si en un barrio el 65 por ciento quiere conectarse a una red de gas y pueden pa-
garlo en un promedio de 40 meses, vamos a los bancos y les decimos que estamos trabajando con determinado barrio, que necesitamos un crédito a 48 meses y dos años de gracia para hacer la obra. De esa manera se atomiza el riesgo porque el préstamo se distribuye en pequeños créditos para 2.000 familias”, explica. “Hay mucho esfuerzo y capital invertido por la propia gente, sin la ayuda de nadie. Quizás vemos que en cuatro manzanas se invirtió un
ra y auditora Ernst & Young decidió designarlo a Zavalía como el emprendedor del año. “El emprendedor social no se entiende sin una organización social, es decir, lidera a un equipo de personas que trabajan en esta temática. Y, en este caso, es como el cierre de un círculo: después de ir a buscar a empresarios para que se involucren en los proyectos de viviendas, un grupo de empresarios de una multinacional premia este desarrollo”, evalúa.
Todavía hay miles de familias a la espera de una mejor vivienda. Y para eso, sostiene Raúl, es necesario formar una segunda generación de voluntarios. millón de dólares para construir casas modestas. ¿Entonces por qué no se va a poder acceder a un crédito por el 10 por ciento de eso?”, se pregunta.
Tiempo de cosecha En estos años, la fundación recibió varios premios de Italia, México y hasta del Banco Mundial. Pero los laureles que supo conseguir nunca habían respondido a un reconocimiento argentino. Hasta este año. En abril último, la oficina local de la consulto-
Sin embargo, hay aún otros círculos por cerrar. Todavía hay miles de familias a la espera de que la propuesta de una mejor vivienda llegue a su barrio. Y para eso, sostiene Raúl, es necesario formar una segunda generación de voluntarios, integrada por jóvenes que delineen nuevos proyectos, que busquen mecanismos de financiación, que se empapen de las necesidades de la gente y cuyas aspiraciones de ampliar los derechos de los vecinos no tengan techo.
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AGUAFUERTE
Fundación Esperanza Viva
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Una llama encendida Frente al penal de Devoto, un matrimonio y un puñado de voluntarios dan vida a un espacio donde mujeres, chicos y familiares de personas detenidas reciben acompañamiento y contención. TEXTO LAURA EIRANOVA
¿A qué querés que juguemos, Bruno?”. “Hagamos corazones”. En la plataforma alfombrada aparecen plasticolas, tijeras de punta redonda, papel glasé. El robusto y tosco Bruno recorta corazones y los va pegando sobre una hoja blanca. Grandes, chicos, perfectos y deformes. Grita de felicidad ante cada avance de su collage. Al lado, medio encimada, Morena lo copia, pero se aburre rápido y entonces pide el dominó, después el rompecabezas, después crayones, después un abrazo. Alrededor hay otros 20 nenes y nenas haciendo sus cosas. Hay jugo fresco, facturas con dulce de leche, papel higiénico a mano para limpiar narices y pegotes. Durante dos horas, las mamás se despreocupan de ellos. Van y vienen de “la cola”. Esperan que, de una vez por todas, abran la ventanilla donde se les dará “el número” para entrar al penal de Devoto a visitar a sus esposos, parejas, padres o hijos mayores que cumplen una condena. La de ellas es ésa y se repite cada semana, cuando acarrean su vida entera para cruzar las rejas hacia el otro mundo donde vive
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ese hombre al que quieren y esperan. Para su alivio y tranquilidad, desde hace nueve años existe Esperanza Viva, materializada en un matrimonio y varios voluntarios que les dan una mano, o bolsas de comida, o ropa, o un baño o un hombro donde descargarse, dentro de un predio de 400 metros cuadrados ubicado justo frente a “la ventanilla”. ✱✱✱
Rubén Calabretta las veía y no podía entender que nadie hiciese nada por ellas. Las veía de noche, muchas veces bajo la lluvia, en la parada de un colectivo, con los hijos dormidos en brazos, desamparadas. Él y su mujer, Ana María, sufrían por ellas desde adentro de su auto, cuando andaban por su barrio de toda la vida. Silenciosamente, Rubén buscó durante meses un lugar donde poder asistirlas. Ya estaban jubilados, habían traspasado el colegio secundario que él dirigía y donde ella era rectora, y tenían un dinero para invertir. Así fue como se enteró de que estaba en venta una vieja fábrica de bicicletas sobre la calle Bermúdez y no paró hasta comprarla. Fue en el 2006. “Al principio no sabíamos qué hacer.
Todo el barrio nos miraba con cara rara. Hasta que las mujeres empezaron a venir, se quedaban a dormir acá o usaban el baño y, de a poco, entendieron que todo lo que reciben es por caridad, por la buena voluntad de ayudarlas”, aclara Ana María. “Tanto las mujeres como sus hijos –lamenta Rubén– vienen marcados por la discriminación. Incluso, acá enfrente son maltratadas; ni a un animal se lo trata así. Están bajo el agua cuando llueve y, después, les exigen que si tienen el pelo mojado no pueden entrar y no hay nada para cubrirse, salvo un techito que pusieron hace muy poco.” Belén Masola, estudiante de Abogacía y una de los voluntarios que semanalmente les da una mano, lo describe así: “El gran problema es que están en un casillero que no existe; están los pobres, los enfermos, pero las familias de los detenidos no están encasilladas en ningún lugar y es más difícil ayudarlas. Llevan ese estigma de por vida. Acá los miramos a los ojos, los abrazamos, jugamos con esos nenes, que están llenos de carencias”. No tienen cifras de cuántas mujeres y niños –cada miércoles, jueves, sábado y domingo– pasaron en estos años, pero recuerdan casos puntuales, cada
La ayuda es bienvenida: necesitan ropa, zapatos para chicos y mujeres, mate cocido, té, yerba y juguetes.Y también voluntarios y corazones que ayuden.
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AGUAFUERTE
Fundación Esperanza Viva
La fundación funciona en la calle Bermúdez al 2600, justo frente al penal, en el lugar donde había una vieja fábrica de bicicletas.
cara, cada angustia. Aquellas familias que sufrieron el traslado intempestivo de sus familiares, la desesperación de la desinformación; aquellos nenes que llegaron agresivos y, al cabo de un tiempo, se volvieron afectuosos; o los que les robaban cosas y después aprendieron a pedir; aquellas mujeres que parieron en la habitación del fondo; aquellos estallidos de felicidad ante la noticia inesperada de una liberación. ✱✱✱
Esperanza Viva abre sus puertas los miércoles, jueves, sábados y domingos, cuando recibe a las mujeres y, sobre todo, a los chicos, mientras esperan que sus mamás terminen la visita al penal. te una vitalidad envidiable. Reconoce que, sin embargo, no son mayoría las mujeres que agradecen; pero las entiende: “No están acostumbradas”. Igual, él va por más. Por estos meses está entusiasmado con ampliar el lugar y hacer más habitaciones y cocinas, porque el régimen de visitas para las familias que viven lejos es de cuatro días seguidos una vez por mes, entonces muchas de ellas tienen que dormir en la estación de tren
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“¿Me cuidás a la gorda que voy a ver si me dan el número?”, pide Claudia. Y la pequeña Emilia la mira con lágrimas en los ojos. Su mamá tarda media hora en volver. “Todavía no abrieron, hay que esperar o esperar.” No les queda otra. “Por suerte –dice– acá nos entienden, nos tienen paciencia. Yo conocí a Rubén un día que salí llorando del penal y él me tranquilizó y me dijo cosas que, cuando una está tan angustiada, no las ve. Desde ese día, es mi ángel de la guarda.” “Porque estamos como perdidas –grafica la mamá de Bruno– y acá uno encuentra una gran amistad. Es un lugar muy lindo”. Hasta hace un tiempo, ellas podían esperar adentro de la fundación, tomar mate y charlar en torno a algunas de las 15 mesas que hay allí dispuestas. Rubén y Ana María les organizaban talleres, de canto, de computación, de espiritualidad. Pero una nueva directiva del complejo penitenciario ordenó que la espera vuelva a ser en la vereda. Entonces, usan el lugar para dejar a sus hijos, desayunar y aprovechar para ponerse lindas antes de la visita. O para llevarse la bolsa de alimentos que Espe-
ranza Viva reparte los domingos. Todo gracias a las donaciones de voluntarios o empresas, y a lo que Rubén adquiere en el Banco de Alimentos. “Muchas mujeres nos dicen que comen gracias a lo que se llevan de acá. Yo he llorado con ellas, nos hemos abrazado, y sus sonrisas son para mí lo más importante”, afirma Calabretta, que, a sus 71 años, transmi-
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En Facebook: Fundación Esperanza Viva Bermúdez 2638, Villa Devoto (CABA)
o en la plaza ante la imposibilidad de pagarse un hotel. “Eso es inadmisible”, coincide el matrimonio. Para eso necesitan dinero, lo mismo que para mejorar el piso del lugar y poner cerámicas sobre el cemento que hay actualmente. También se quejan porque el Gobierno de la Ciudad no atiende su histórico reclamo de poner carteles de no estacionar frente a la fundación y un lomo de burro sobre Bermúdez al 2600. “Esos nenes no tienen muchos límites y están acostumbrados a correr. Las mamás se van enfrente y ellos quieren seguirlas. Nosotros estamos con cuatro ojos pero un día va a ocurrir una tragedia”, advierte mientras señala la velocidad a la que pasa un colectivo 107 en ese instante. ✱✱✱
La Convención Americana de Derechos Humanos dispone que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, y que, como tal, debe ser protegida por la sociedad y el Estado. La situación de encierro de una persona privada de su libertad, produce un severo impacto en el núcleo familiar. Si a eso se le suman condiciones socioeconómicas precarias y de extrema vulnerabilidad, el resultado será que el detenido no reciba visitas o las reciba de manera esporádica, y las relaciones se vean interrumpidas. “Es muy importante que esas mamás sigan llevando a sus hijos y los lazos no se rompan –refuerza Belén-. ¡Qué culpa tienen esos nenes de haber nacido en una familia donde el padre cometió un error! El contacto familiar es muy valioso para todos”. Es, ni más ni menos, que mantener la esperanza viva.
DISCAPACIDAD
Escuela Amar Tango Danza
Esperanza, entre cortes y quebradas Al calor de la Asociación Amar, jóvenes y adultos con algún tipo de discapacidad comparten clases de tango danza en un espacio a la vez abierto a la comunidad.
TEXTO GUILLERMO CHULAK
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l asunto es el mismo: una alquimia donde burbujean con pasión el trabajo, la transformación personal que provoca la práctica del tango y, por lo acabado de la realización, resultados cautivantes. El escenario donde se deslizan estos bailarines, verdaderos fenómenos, es el de la esperanza. “Con la música sucede algo muy especial en la discapacidad intelectual y sensorial; es como si se iniciara un ritual donde los chicos entran en un mundo distinto, donde reciben lenguajes originales y amenos. Eso es algo que distingue a Carlos Rodríguez Robert, el profesor que lleva adelante el taller Amar Tango Danza”, explica Javier Rampelbergh, psicólogo y director de hogar y centro de día de la Asociación Amar. Se trata de una organización formada y dirigida por padres y familiares de personas con discapacidad, que, desde hace casi cuatro décadas, brinda atención y vivienda, así como también apoyo y orientación a las familias. Uno de sus pilares es, sin dudas, la Escuela Amar Tango Danza, creada en el 2004 y dirigida a personas con algún tipo de discapacidad intelectual y sensorial, y abierta a la comunidad en general. “Consideramos el tango como una conjunción de teatro, música y danza:
estimula la creatividad, favorece el contacto físico y el encuentro tan necesario en situaciones en las que predominan la soledad, el retraimiento, el aislamiento y el desinterés por los otros”, plantean. Allí, Rampelbergh y Rodríguez Robert tuercen delicadamente la realidad cotidiana que viven jóvenes y adultos con algún tipo de discapacidad, a partir de una herramienta que les abre las puertas hacia otros mundos. “Eso ocurre cuando les das la responsabilidad de convertirse en bailarines y descubrir cosas de ellos mismos que no conocían”, afirma Rampelbergh. Lo novedoso, lo peculiar del aprendizaje y el crecimiento que experimentan quienes participan del taller es que, a través del fenómeno artístico y social del tango, “logran incorporarse a otras situaciones sociales y culturales, y que realmente se convierten en bailarines”, define Rampelbergh, quien encabeza a la vez el equipo terapéutico de Amar. “No hay uno en el grupo que no se muestre entusiasmado; más tímidos o más desenvueltos, se toman en serio este nuevo rol que defienden frente a la sociedad todos los jueves en nuestra sede. Tenés que ver cómo se producen porque saben
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Asociación Amar 49315227 info@asociacionamar.org.ar
que van a practicar con el profesor. Todos coinciden sin dudar en que esta experiencia los hace crecer y generar que sus cuerpos en conexión sean proclives al baile”, cuenta. “Algunos espectáculos se ven con los ojos, el nuestro además se ve con el corazón”, señala al presentarse la Compañía Amar Tango Danza, un grupo de baile que se sostiene al calor de los talleres y que ofrece sus presentaciones para eventos y reuniones, como una salida laboral. Más allá del dos por cuatro, otro de los motores de Amar es el programa de voluntariado puesto en marcha hace ya quince años. Los primeros y los terceros sábados de cada mes, son ellos los que llevan adelante tardes de recreación, acompañados por el equipo terapéutico de la organización. A esa movida se suma, además, la del llamado Proyecto Ropería, una feria americana que periódicamente es visitada por más de un centenar de vecinos. “Al abrir las puertas a la comunidad generamos un vínculo muy importante con el barrio. Esta actividad les permite a nuestros vecinos redescubrirnos y comprobar que pueden colaborar con los jóvenes del hogar, no sólo estando con ellos sino también a través de la feria, que redunda en beneficio de su mejor calidad de vida”, asegura Rampelbergh. Y, así, la capacidad y lo posible van desafiando día a día a la discapacidad.
SALUD MENTAL Proyecto
Suma
Camino de retorno Con base en el barrio porteño de Palermo, esta organización ofrece alternativas para la integración familiar, social y ocupacional de personas con sufrimiento mental. Y lo hace desde un abordaje comunitario. TEXTO LUCIANA AGHAZARIAN
l prejuicio social es el enemigo número uno de las personas que padecen una enfermedad mental. Los puede conducir a la negación, el abandono de tratamientos y hasta a la reclusión. Proyecto Suma es una asociación civil sin fines de lucro que se propone no sólo brindar asistencia médica a través de su Hospital de Día sino también promover la integración de los pacientes al mundo social, familiar y laboral. Gustavo Guardo es médico psiquiatra y, además de haber sido uno de los impulsores de la creación de la organización, en el 2007, hoy es su presidente. “Sólo el 5 por ciento de las personas que sufren esquizofrenia recibe el tratamiento adecuado y el 80 por ciento que padece una severa enfermedad mental no está incluido so-
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cial y laboralmente. El estigma hace que no sólo se aíslen sino que no consulten, y que las familias, además, nieguen la temática”, afirma. El dispositivo que montó Proyecto Suma para propiciar la reinser-
Una realidad para muchos egún la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 450 millones de personas en todo el mundo que padecen problemas de salud mental y una de cada cuatro padecerá algún trastorno de este tipo en algún momento de su vida. La ansiedad, aseguran, será uno de los más comunes. En este contexto, Daniel Abadi, de Proyecto Suma, destaca la necesidad de potenciar la idea de la “recuperación” en lugar de la “curación”. “La recuperación es la posibilidad de sentirse realizado, de tener una funcionalidad aceptable, de ser feliz a pesar de estar enfermo”, postula el espacialista y agrega: “Hay que descartar el modelo de la reclusión que todavía tiene un peso importante en el destino de las personas con enfermedad mental, la cual cronifica el cuadro”. “Una persona inserta laboral y socialmente tiene menos probabilidades de tener un episodio y más posibilidades de tomar menos medicación.Y esto, además, nos mejora como sociedad”, concluye Gustavo Guardo.
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ción social de estas personas que padecen algún tipo de sufrimiento mental se denomina SUM. Se trata de un espacio que, a través de talleres y actividades grupales, busca adaptarse a “los deseos y necesidades de los usuarios para poder desarrollar vocaciones, intenciones, gustos, y que éstos tengan que ver con una mejoría clínica”, describe el psiquiatra Daniel Abadi, su coordinador. A diferencia del Hospital de Día, donde hay una grilla de actividades y una estructura estable que respetar, el SUM se propone como un ámbito descontracturado, propicio para despertar y desplegar la creatividad. “Lo que advertimos es que, luego de estar un tiempo en los hospitales de día, las personas corrían el riesgo de ‘rutinizarse’. La rutina es útil cuando la persona necesita armarse, estructurarse pero, en una etapa posterior, empieza a ser contraproducente. Muchas veces las personas que recibimos no tienen una definición muy clara de lo que desean; entonces, desde SUM, proponemos un acompañamiento y un estímulo”, explica Abadi. En ese marco, el objetivo de Proyecto Suma es lograr “un arraigo subjetivo” –describe el especialista–, al que define como “un hacer con sentido”. “Para que algo tenga un sentido debe entramarse de alguna manera con la historia, los gustos, las necesidades y deseos de cada persona”, continúa. El encuentro con otros y la posibilidad de generar ámbitos de aprendizaje, experiencia y esparcimiento es la meta. Por eso, en Suma no sólo trabajan con los pacientes sino que se articulan con distintos actores de la sociedad, con el objetivo de hacer efectiva la inclusión de esas personas en todos los ámbitos que sean posibles.
“Sólo el 5 por ciento de las personas que sufren esquizofrenia recibe el tratamiento adecuado y el 80 por ciento que padece una severa enfermedad mental no está incluido social y laboralmente”, afirma el presidente de la organización. La ONG, entonces, cuenta con voluntarios que dan cursos y talleres de música, arte, radio, computación, cocina, gimnasia e inglés; que realizan eventos, y que colaboran en las distintas áreas de la organización, según su disciplina. De esa manera, permiten sea posible el otorgamiento de becas a quienes no cuenten con una cobertura de salud.
Superar estigmas
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Juegos, visitas a museos o exposiciones, cine, video debate, deportes, teatro y salidas a algún parque o una pileta son algunas de las propuestas del Club de Fin de Semana de Proyecto Suma. Tal fue el éxito de esta propuesta que, de los sábados, se trasladó también a los martes. “El trabajo es muy artesanal –asegura Guardo– y requiere de muchas personas, pero así es como se consiguen los
avances.” Marcelo presentaba un problema de salud mental severo. Tenía inclinación por las computadoras y, a través del taller de ocupación e inserción laboral, encontró su vocación. El siguiente paso fue la articulación lograda con un empresario que –destaca el presidente de Suma– “se dio cuenta que un paciente de salud mental no es un asesino que va a salir a matar como en las películas”. “Gracias a esta empresa, Marcelo está trabajando y ocupando un lugar en la sociedad”, afirma. Según los especialistas de Suma, brindarles a los pacientes las herra-
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Proyecto Suma info@proyectosuma.org www.proyectosuma.org
mientas para que la inserción laboral se haga efectiva, es un desafío. Sin embargo, aún más arduo es el trabajo de encontrar firmas privadas dispuestas a superar el estigma social que pesa sobre las personas con enfermedades mentales y ser protagonistas de una sociedad más inclusiva. “A lo que es desconocido, a lo que es diferente, a lo que tememos de nosotros mismos empezamos a cargarle atributos que no tienen que ver con la realidad, que luego crecen, se masifican y, en eso, los medios tienen una participación importante”, reflexiona Abadi. Claudio Mertens tiene el alta de Suma desde hace algunos meses. Tiene 52 años, está separado, pero su ex mujer y madre de sus tres hijos le ofreció su casa para quedarse. Pinta, escribe sus vivencias en un blog y en Facebook, es militante político por “convicción”, y su deseo más grande es vivir en una cabaña en Tandil. Hace muchos años lo diagnosticaron como “maníaco depresivo bipolar” y, en períodos críticos de la enfermedad, incluso intentó quitarse la vida. “Lo más significativo que me pasó en Suma fue reconocer mi enfermedad. Eso me cambió muchísimo. Si bien estaba bajo un tratamiento psiquiátrico, dejaba de tomar la medicación porque consideraba que no la necesitaba, que no estaba enfermo. Y más que nada me pesaba la cuestión del prejuicio: trataba de que nadie, salvo los íntimos, supiera que tomaba medicación”, relata. Durante dos años y tres meses Mertens concurrió al Hospital de Día y, una vez estabilizado clínicamente, comenzó a asistir a los talleres de pintura y escritura. “Antes de entrar a Suma me costaba mucho interactuar con más de cuatro o cinco personas, me irritaba, sentía que me ahogaba. De a poco lo fui trabajando y acostumbrándome a relacionarme más, primero en los talleres con mis compañeros y después lo pude trasladar afuera”, continúa. Actualmente, sigue un tratamiento psicológico semanal, asiste al psiquiatra una vez por mes y va a Suma… de visita.
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INFORME ESPECIAL Humedales
en riesgo
Preservar las aguas Organizaciones ambientalistas alertan sobre la necesidad de proteger esos ecosistemas, vitales para prevenir inundaciones y sequías. La falta de regulación de las industrias atenta contra su existencia. Y amenaza las economías de las comunidades donde se encuentran. TEXTOS ALEJANDRO CÁNEPA
antanos, deltas, ciénagas. Pero también llanuras que ocasionalmente quedan bajo las aguas. Y además estuarios, zonas costeras, bañados, charcas, lagunas. Todos estos espacios son considerados como humedales, un término que de a poco, cada vez se instala más en
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Opinión
el debate público, ante las consecuencias que generan las actividades humanas que los están transformando. Distintas organizaciones de la sociedad civil (OSC) se focalizan en lograr la preservación de estos sitios, o que al menos en ellos se lleven a cabo intervenciones reguladas y respetuosas del medio ambiente. La ola de construcciones inmobiliarias en esas áreas, la contaminación indus-
POR RUBÉN DARÍO QUINTANA ✱
Los beneficios que aportan Los humedales son ecosistemas considerados de gran importancia porque se encuentran entre los que brindan mayor cantidad de bienes y servicios al hombre. A pesar de esto, tuvieron mala prensa, ya que la gente los asociaba con tierras improductivas o que eran sitios tenebrosos. En muchos lugares se mantiene esa idea y se pretende transformarlos. Entre los recursos que ofrecen los humedales se encuentra la obtención de alimentos, ya que muchas comunidades locales dependen de productos tales como peces. Y también dan provisión y calidad de agua, porque retienen contaminantes. Y cumplen otros servicios, como controlar las inundaciones. Actualmente hay una serie de factores que están afectando a los humedales, como el avance de la frontera agrícola, que ha desplazado a la ganadería hacia esos ecosistemas. Esta problemática se suma a la falta de política de ordenamiento territorial en cuyo marco se debería plantear un uso adecuado de los ecosistemas naturales a fin de garantizar el desarrollo productivo con el mantenimiento de la integridad de aquellos. No se puede ser ingenuo y decir: “Los humedales no se pueden tocar”, pero sí establecer de qué manera intervenirlos a fin de asegurar el mantenimiento de sus bienes y servicios. ✱ Doctor en Ciencias Biológicas -Conicet-Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín. 36
trial y la llegada de la ganadería, desplazada por el boom del cultivo de soja, amenazan a estos ecosistemas, con el consecuente riesgo que eso conlleva para los seres humanos. Los humedales regulan las inundaciones, al ser espacios por donde las aguas pueden escurrirse sin obstáculos. Además, contienen distintas riquezas para las comunidades donde se ubican: desde peces, hasta de miel, pasando por mimbres y agua dulce. Por último, poseen un alto valor ambiental en lo que respecta a la preservación de la flora y la fauna, y también arqueológico. El Río Paraná y sus regiones vecinas son ricos en humedales, ya sea en Chaco, el Tigre o Santa Fe. Marta Andelman, licenciada en Ciencias Biológicas e integrante de la Fundación Wetlands International, dice: “La cuenca del Paraná es de la más importantes de Argentina, ya que es un macrosistema de humedales, caracterizado por inundaciones. Y, por ejemplo, en la zona del Delta, se concentran los conglomerados urbanos e industriales más importantes del país”. En Santa Fe está afincada la Fundación Proteger. Sus responsables destacan el aspecto económico que tienen los humedales para los pobladores de la zona: “Estamos centrados en comunidades ribereñas, trabajando con pescadores artesanales, los usuarios originales de uno de los recursos biológicos más importantes de los humedales fluviales, que son los peces”. La entidad apoya la formación de cooperativas de pescadores, porque eso contribuye a “motorizar la economía regional”, cuenta Jorge Cappato, director de la entidad. Y señala como princi-
La preocupación por estos ecosistemas se extiende a distintas OSC.
Gentileza J. Peteán PROTEGER
pal riesgo a “las represas, porque destruyen los humedales, que son los criaderos naturales de peces, y alteran los pulsos de inundación, agravando las situaciones de sequías y desbordes”. La preocupación por estos ecosistemas abarca a varias OSC. Proteger, junto al Taller Ecologista de Rosario, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn) y Wetlands International (ambas de Buenos Aires) y la Fundación Mbiguá de Paraná, alertaron sobre los endicamientos en el Delta, lo que “implica la pérdida y degradación de los humedales, impactando directamente en los medios de vida de la población local, y resultando en la pérdida de valiosos bienes y servicios ecosistémicos”, según el documento que le enviaron al Comité Interjurisdiccional de Alto Nivel para el Desarrollo Sostenible del Delta del Paraná. Wetlands International es una institución internacional específicamente dedicada a la concientización sobre la importancia de los humedales. Desde su sede en Buenos Aires, que funciona mediante un convenio con la Fundación Humedales, Andelman, comenta: “Buscamos, a través de investigaciones, de conocimientos de base e información científica y técnica, poder incidir en políticas públicas, y también ser un puente entre investigaciones y las personas que requie-
ren ese tipo de información, como otras OSC, legisladores y funcionarios”. La organización realizó numerosos trabajos en los que advierte por el exceso de urbanizaciones, lo que implica desecar o alterar humedales. “A través de endicamientos y terraplenes, se pretende convertirlos en ecosistemas terrestres. Ambas cosas alteran el flujo de los ríos”, dice Andelman, y cuestiona la tendencia a “pampeanizar todo”. El dato no es algo solamente técnico. Si el agua no puede escurrirse por sus espacios naturales, busca otros caminos para escaparse.
Y así se inundan zonas que no solían hacerlo.
Impacto negativo El año pasado, en Luján, la inundación llevó el agua hasta las escalinatas de la Basílica. Hacía años que la ciudad no sufría un problema de ese tipo, y desde el sector civil aseguran que, en parte, la destrucción de humedales fue una de las causas de la crecida. Por la propia dinámica del río se conjetura que una serie de urbanizaciones desarrolladas sobre el Río Luján pudieron contribuir al desborde.
Con fuerza de ley n 1971, en la ciudad iraní de Ramsar se realizó una convención internacional para garantizar la protección de los humedales. Argentina suscribió ese pacto, lo que la obliga a la “conservación y uso racional” de esos ecosistemas. A partir de la Convención existe una Lista de Humedales de Importancia Internacional, que deben ser preservados. En Argentina son actualmente 21 los que se encuentran en esta situación, ubicados desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. La lista completa puede consultarse en http://www.ambiente.gov.ar/?idarticulo=1832 . Por otra parte, la Ley de Presupuestos Mínimos de Humedales se encuentra en la Comisión de Recursos Naturales del Senado nacional, donde fue presentada por la senadora entrerriana Elsa Ruiz Díaz, del Frente para la Victoria. De la elaboración de la iniciativa participaron la Fundación Humedales junto a especialistas de la Universidad Nacional de San Martín y del Conicet.
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INFORME ESPECIAL Humedales
en riesgo Gentileza J. Peteán PROTEGER
Los humedales regulan las inundaciones, al ser espacios por donde las aguas pueden escurrirse sin obstáculos. Además, contienen distintas riquezas para las comunidades donde se ubican: desde peces hasta miel, pasando por mimbres y agua dulce.
Humedal, asegura: “Para las urbanizaciones suelen hacer paredes muy altas para construir los barrios y así evitar inundarse. Claro, ellos no se inundan pero sí río arriba, como en Luján”. La contaminación de las aguas es otra de las amenazas para estos ecosistemas. “Por ejemplo, el Río Luján recibe todos los contaminantes del Parque Industrial Pilar. También, en Campana, se han realizado fumigaciones de cultivos en zonas cercanas a los humedales”, dice Anzolin.
Las propuestas El investigador del Conicet y Doctor en Ciencias Biológicas Rubén Quintana afirma que “no se puede ser ingenuo y decir que los humedales no se pueden tocar, pero sí hay que
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De acuerdo a un informe realizado para Wetlands por las investigadoras Patricia Kandus y e Irene Fabricante, “muchos de los desarrollos en la zona han producido una reducción de los humedales. Esto incrementó los valores históricos de inundación en áreas vecinas”. El Río Luján nace en la localidad bonaerense de Suipacha y desemboca en el Río de la Plata, y en la zona de Pilar, un complejo de barrios privados redujo el espacio de escurrimiento de las aguas en períodos de crecida. “Para hacer esos barrios rellenaron el valle de inundación del Luján y lo redujeron a la mitad. Era previsible que fueran a suceder más inundaciones, porque el agua, cuando el río crece, ahora tiene la mitad de espacio para salir”, afirma Adriana Anzolin, de la OSC Conciencia Ciudadana. Esta entidad, junto a otras, forma parte de la Comisión Asesora del Comité de Cuenca del Río Luján, un organismo público integrado por las autoridades de los distintos municipios que atraviesa ese curso de agua. “A través de la Comisión, las entidades proponemos cosas para hacer. Por ejemplo, relevamos 45 puntos, a lo largo de la cuenca, que representan impactos negativos”, agrega Anzolin. Alejandro Fernández Barrero, de la Asociación Civil Vecinos por el
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Conciencia Ciudadana www.concienciaciudana.org.ar adanzolin@gmail.com Wetland International/ Fundación Humedales 011-4312 0932 info@humedales.org.ar Fundación Proteger 0342 154 48 42 93 www.proteger.org.ar Vecinos del Humedal: Vecinosdelhumedal.blogspot.com.ar vecinosxcardales@gmail.com
establecer criterios para poder mantener los bienes y servicios que aportan a la comunidad”. Por su parte, para Anzolin se trata de “ecosistemas frágiles, que tienen que tener actividades como turismo, ganadería de baja carga, avistamiento de aves...en definitiva, un manejo cuidadoso.” ¿Y en cuanto a los barrios cerrados? “Quizá podría habilitarse algún tipo de construcción palafítica”, agrega, aludiendo de esa manera a las denominadas casas lacustres. Para Fernández Barrero, “esas tierras tienen que quedar como están. Lo más lógico es darle un valor turístico a los humedales, no emprendimientos ganaderos intensivos ni que se construyan grandes barreras de cemento”. En relación con esta cuestión, en el Congreso Nacional ya fue presentado un proyecto de ley que apunta a garantizar un uso sustentable de los humedales en todo el territorio argentino (ver recuadro). Mientras tanto, queda pendiente revisar hasta dónde llegará la transformación de estos ecosistemas como resultado de otras actividades que parecen más rentables como la inmobiliaria, las represas y la contaminación industrial. Pero cuyos efectos son devastadores para miles de personas. Por ahora, las aguas bajan (y suben) turbias.
REFLEXIONES
Antonia Rodríguez Medrano
“Un líder social debe demostrar que trabaja por la humanidad” Para la ex ministra de Desarrollo Productivo de Bolivia, impulsora de una de las mayores cooperativas de su país y referente quechua, el liderazgo social debe ser participativo y promover la autogestión en pos de la sustentabilidad y el bien común. TEXTO JULIÁN BLEJMAR
on más de 50 años, Antonia Rodríguez Medrano finalizaba en el 2005 sus estudios secundarios. Ahora, cursa en la Universidad Pública de El Alto, en la Paz, Bolivia. Sin embargo, tras 24 años de estar al frente de la cooperativa Asociación Artesanal Boliviana Señor de Mayo (Asarbolsem), ícono del Comercio Justo, y de haberse desempeñado como ministra de Desarrollo Productivo y Economía
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otros países, por un valor cercano a los 150 mil dólares al año. Convocada este año por el Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (Iarse) a su Conferencia Internacional, Rodríguez Medrano expuso sobre “El liderazgo de las mujeres en la construcción de un modelo empresarial basado en valores ancestrales”. En los 64 años que lleva de vida, el recorrido de Antonia Rodríguez Medrano fue arduo. Nacida en 1949 en el cantón Duraznos, vivió junto a sus padres hasta los 12 años, cuando mi-
“Para mí, el tejido de prendas era algo natural, lo hacíamos para nosotras y nuestras familias, hasta que un cura jesuita nos explicó que eso era arte, que en Europa era muy requerido, y que se podían comercializar”, afirma Rodríguez Medrano. “Fue así como empecé a vender mi producción a través de Cáritas, aunque seguía trabajando como empleada doméstica, lo cual era muy duro porque, en Bolivia, en esos trabajos éramos tratadas peor que un animal”, agrega. –¿Qué fue lo que cambió el rumbo de esa historia?
Nacida en 1949 en el cantón Duraznos, vivió junto a sus padres hasta los 12 años, cuando migró a Potosí. Tras casarse, a los 23, abandonó su trabajo como empleada doméstica y se mudó a La Paz. Allí comenzó a gestarse Asarbolsem.
–Con el tiempo comencé a rebelarme, a defender mi derecho a ser campesina y a ser mujer, y pude sumar a nuevas artesanas para realizar esta actividad, hasta dirigir a un grupo de 16 trabajadoras. Al cabo de un tiempo, la ONG Senda nos brindó capacitación comercial y, en 1989, creamos la Asociación.
Plural del gobierno de Evo Morales, esta referente indígena puede dar cátedra en gestión sustentable. Asarbolsem, una organización económica campesina, forma parte de la Federación Internacional del Comercio Justo (Ifat) y su trabajo fue reconocido como “modelo de empresa social sostenible” por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud). Actualmente, su mercado mayoritario es de exportación: su producción en artesanía textil en alpaca, instrumentos musicales étnicos, y cerámica decorativa y utilitaria encontró lugar en mercados como los de Italia, Francia, Noruega, Austria, Alemania, Suiza y Canadá, entre
–¿Cuáles fueron los principales desafíos de la cooperativa?
gró a la ciudad de Potosí. Tras casarse a los 23, abandonó su trabajo como empleada doméstica y se mudó junto a su marido a La Paz. Allí comenzó a tejer el comienzo de esta gran historia, la de Asarbolsem. En diálogo con Tercer Sector, la líder boliviana narró el camino transitado por esta cooperativa que comenzó en 1989, con el trabajo de un grupo de 60 mujeres en situación de riesgo –entre las que se encontraban esposas abandonadas, madres solteras, víctimas de violencia familiar y reclusas–, y se transformó en una empresa social que hoy concentra a 18 grupos de artesanos con un total de casi 400 socios.
–Al principio no fue fácil organizarse porque debíamos conciliar las diferencias de las culturas aymaras, quechuas, de trabajadores mineros relocalizados, y de la ciudad, entre otras. También nos faltaba la materia prima para cumplir con los pedidos de colores y puntualidad en la entrega. Sin embargo, gracias al apoyo de la Organización Mundial del Comercio Justo (Wfto), y de ONG de Canadá, Alemania y Suiza, pudimos obtener créditos para comprar esta materia prima y capacitarnos para mejorar la producción. Así, fuimos superando los problemas que teníamos para
cumplir con una calidad que satisfaga al mundo entero, y hoy en día existe una autocrítica constructiva: el esfuerzo para ser mejores y una amplia solidaridad entre nosotras. –¿Cómo logró liderar estos cambios?
–Llevé adelante un liderazgo participativo, convocando a las trabajadoras y haciéndoles entender las necesidades del cambio. Un líder debe construir, no destruir. Los líderes autoritarios dominan y eso podemos ver que lo hacen los gerentes de las grandes multinacionales que tanto daño le hacen al planeta. Sin embargo, los líderes sociales democráticos deben demostrar que lo que se hace es en bien de nuestra humanidad. –¿Qué otros factores influyeron en esa transformación?
–En mi caso, tuve la dura tarea de lograr que las mujeres se llevaran bien entre ellas y que recuperaran su autoestima. Y eso se iba logrando a medida que comenzaban a llevar dinero a sus casas, porque eso les hacía ganar no sólo el respeto propio sino también el de toda su familia. Incluso, evitaba situaciones de violencia. Es por eso que, como supervisora final
de la producción, mi tarea puede ser llevar un poco la contra, pero todas respetan mis palabras. –¿Por qué en Asarbolsem sólo aceptan créditos y no donaciones económicas?
–Lo económico puede fortalecer, pero también destruir. No aceptamos plata ni de ONG ni de Iglesias ni de partidos políticos, porque queremos ser autogestivos, es decir, obtener dinero sólo en base a nuestra producción. Además, hemos visto que esas ayudas se disfrutan sólo unos años, pero no se crea una cultura de sustentabilidad y, luego de un tiempo, cuando se retiran, todo queda igual. Sólo recibimos dinero por el pago justo por nuestra mano de obra, y también otras ayudas materiales, como por ejemplo la compra de materia prima y de un telar por parte de la Embajada de Gran Bretaña, o lo que hizo el gobierno de Canadá, que fue llevarnos a un intercambio técnico, cultural y educativo en ese país. –¿Qué le aportó su función como ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural?
–Fue un bonito trabajo porque se bus-
có priorizar al pueblo, y la actual ministra siempre me llama para consultarme. Pero no fue fácil, tenía discusiones con los empresarios porque para nosotros era fundamental el abastecimiento a nuestro pueblo en sus necesidades básicas, mientras que muchos de ellos buscaban exportar para mejorar sus ganancias. Además, buscamos inducirlos a un nuevo compromiso con el cuidado del medio ambiente y con su responsabilidad social. –¿Cuál es la situación de la mujer aborigen en la Bolivia actual?
–Si bien ha habido avances en los últimos años, las mujeres seguimos siendo discriminadas en Bolivia. Las leyes son muy bonitas pero no se cumplen. Impera todavía una cultura machista, sobre todo en los hogares, donde la mujer, por más que esté enferma, debe sostener la casa, aunque ahora esa humillación es mucho menor a la que había cuando yo era joven. Y en eso, mucho tuvo que ver lo que hicimos las mujeres desde los espacios progresistas y las organizaciones sociales: sin dudas hemos logrado realmente avanzar un montón, y aunque todavía falta, esperamos que en algún momento dejemos de ser discriminadas.
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EDUCACIÓN
Fundación Alfarcito
Con el corazón en los cerros Una Escuela Secundaria Albergue de Montaña le permite a más de un centenar de chicos seguir estudiando. Se trata del legado del Padre Chifri, un cura que dejó una obra y una comunidad de pie. Y una ONG que multiplica y acompaña. TEXTO ANDREA VULCANO
2.800 metros sobre el nivel del mar, en medio de los imponentes Andes salteños, entre los pintorescos paisajes de la Quebrada del Toro, más de cien chicos y chicas están por terminar las clases. Y están emocionados. Lo están ellos, ellas, los docentes, los no docentes, las familias y toda la comunidad,
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año y de convertirse, muy pronto, en sus primeros egresados. “Mi corazón se quedará acá y siempre pensaré en los jóvenes y en las familias que tanto afecto me han brindado y, por sobre todas las cosas, en la confianza que depositaron en mi función de director”, asegura Robustiano Ríos, a las puertas de su jubilación. En El Alfarcito, como se llama la escuela, todo es fruto de una cadena de solidaridades que se extiende, invisible, a través de miles de kilómetros pe-
el nivel del mar, habitan 26 comunidades, algunas de ellas unidas por el Tren de las Nubes. En total, allí hay 18 escuelas rurales y, hasta el 2010, cuando se creó el secundario, los chicos que terminaban la primaria se enfrentaban con una encrucijada inexorable: la deserción o el desarraigo. “Cualquier persona que lo conocía se daba cuenta que había algo más en Chifri…él transmitía una convicción muy fuerte, y trabajaba mucho con la gente y
De los 127 chicos y chicas que concurren al colegio, 55 se quedan allí incluso los fines de semana y sólo vuelven con sus familias en vacaciones de invierno y de verano.
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mejor dicho, las comunidades, en plural y con el “las” subrayado. El Colegio Secundario Albergue de Montaña Número 8214 de la Fundación Alfarcito se encuentra emplazado en el paraje El Alfarcito, en el kilómetro 78 de la ruta nacional 51. Se trata de una escuela pública de gestión privada –llevada adelante por la organización– que alberga y educa, de manera absolutamente gratuita, a 127 alumnos pertenecientes a las 26 comunidades diseminadas por los cerros del departamento de Rosario de Lerma, allí donde, durante el día, el sol literalmente raja la tierra y, durante la noche, la temperatura cae, por debajo del cero, 25 grados. A fuerza de dedicación, trabajo y –sobre todo– amor, el cuarto ciclo lectivo de vida finaliza y, con él, se despide el director que acompañó a la escuela desde que era sólo un sueño hasta ahora, cuando 30 de los chicos están a punto de inaugurar el primer quinto
ro que arrancó con apenas un eslabón: el Padre Chifri, mentor de esta alocada idea a la que, antes de su muerte, con apenas 46 años, ya había podido ver hecha realidad. “Nos une el anhelo de hacer el bien”, reza el lema de la Fundación, inspirada en la obra y el pensamiento del Padre Sigfrido Moroder. El Colegio Albergue de Montaña nació como respuesta a una necesidad que estaba latente, a flor de piel, pero a la que nadie había podido o querido mirar. La Quebrada del Toro es una extensa región, de unos 5 mil kilómetros cuadrados en los que, dispersas entre los 1.500 y los 4.000 metros sobre
sus necesidades. De hecho, la idea del colegio surgió de comprender el sufrimiento por sus hijos de las madres del cerro”, asegura María del Milagro Aguerre, de profesión ingeniera agrónoma e impulsora, junto a su marido y al Padre Chifri, de la Fundación Alfarcito.
Con raíces “El plan de estudios que se diseñó para este colegio lo hace particular en relación a todos los demás. Si bien tiene como base la currícula de Bachiller con orientación en Turismo, a esa modalidad se le agregan talleres de artes y oficios (telar, carpintería y cerámica), de agronomía y de construcción bioclimática (a partir de los materiales autóctonos de los cerros)”, cuenta Robustiano. “¿Por qué se pensó en todo esto? Para evitar el desarraigo y convertir al lugar en un polo productivo en el que cada alumno pudiera convertirse en emprendedor de su propio destino, tal como lo pensó el Padre Chifri”, agrega. “Queremos que los habitantes del cerro
puedan elegir quedarse en el cerro”, sintetizan desde la Fundación. La propia construcción de El Alfarcito es una muestra del espíritu del proyecto. Se trata de un edificio andino, con características que le permiten almacenar el calor diurno para amortiguar las gélidas noches. Para eso, fueron combinados materiales y técnicas autóctonas (adobes y piedras, tortas de barro en sus techos, aplicaciones en cardón y cañas) con tecnología moderna (muros Trombe, energía solar y vidrios de aislación térmica). Allí, los estudiantes –de los cuales un 40 por ciento vive en la escuela incluso los fines de semana y sólo vuelve a sus casas para las vacaciones de invierno y de verano– reciben alimentos, vestimenta, útiles escolares, y atención médica y sanitaria. Y son entre 35 y 40 personas –entre directivos, docentes y personal no docente– las que sostienen
Según consigna el Ministerio de Educación de la Nación, en el país existen unas 700 escuelas que dan albergue a 50 mil niños, niñas y adolescentes. el comedor escolar. También, otro gran desafío es conseguir la permanencia de los docentes porque, para todos, implica sacrificio llegar hasta el lugar y, muchas veces, aparecen mejores ofertas cerca de sus hogares”, afirma Robustiano.
A pulmón Verónica Suligoy tiene 28 años y es licenciada en Psicología . Desde el 2010, cuando comenzó a funcionar el
Ella es parte de la casa. Conoció de chiquita al Padre Chifri en la Parrroquia Santa Rita, en Rosario de Lerma, y estudió en la escuela que en esa ciudad dirigió Robustiano durante muchos años. Por eso, vivió de cerca la titánica tarea del cura misionero en los cerros, desde el mismísimo momento en que se lanzó en parapente a recorrer las comunidades. Sin embargo, en el 2004 sufrió un accidente que lo dejó inválido y al borde de la muerte. Pero no dejó que la adversidad lo abatiera: pronto inició un camino de recuperación que le permitió continuar con su trabajo en silla de ruedas, y así lo hizo hasta su muerte, hace dos años. Para ese entonces, lo hecho ya era extraordinario. A tal punto que Sigfrido ya había recibido tres reconocimientos: el Premio Abanderado de la Argentina Solidaria (2010), el Gota en el Mar al Compromiso (2009) y el Juntos Educar (2008). Y eso que aún el
El año próximo, 30 adolescentes terminarán el secundario y otros 30 chicos ingresarán a primer año.
Colegio Albergue de Montaña, dicta la materia Formación Ética y Ciudadana en primero y segundo años y, desde marzo próximo, cuando se inaugure el primer quinto año, enseñará Psicología a los ya casi egresados. “El cambio que se ve es impresionante: chicos que antes estaban como agachados, tímidos y sin hablar, hoy son excelentes alumnos y, algunos de ellos, con fuertes cualidades de liderazgo”, asegura.
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toda esta estructura en lo cotidiano. Además de la escuela y el albergue, la institución cuenta con una biblioteca y acceso a internet, y con un playón de más de 1.300 metros cuadrados donde practican fútbol, vóley, básquet, handball, entre otras actividades deportivas. “Aprender a aprender, aprender a ser, aprender a emprender”, resume El Alfarcito. Entre los talleres que se dictan, se destacan los dedicados a la capacitación en huerta y cría de animales. Y, mientras aprenden, hacen, docentes y alumnos. El año pasado, por ejemplo, fue dedicado a la cría de truchas y pollos y, este año, a la de conejos. Mientras, el desafío para el colegio y para la institución sigue siendo el mismo: sumar eslabones a la gran cadena de solidaridades. “Hoy el desafío es potenciar los ingresos para el mantenimiento del personal que está fuera de la planta funcional, más allá de los fondos que el Gobierno otorga para el pago de salarios y
CÓMO CONECTARSE
Fundación Alfarcito contacto@fundacionalfarcito.org.ar www.fundacionalfarcito.org.ar
menor de sus hijos, el colegio secundario, apenas estaba comenzando a dar sus primeros pasos. Sin embargo, destacan quienes lo acompañaron, lo más importante de su trabajo fue no sólo pensar en soluciones para las comunidades y llevarlas a cabo, sino también crear la red y el compromiso necesarios para que caminaran por sí mismas, más allá de sus manos. Y así fue. De hecho hoy, gracias a ese empuje inicial, al sostén de la Fundación Alfarcito y al empeño cotidiano de pobladores y voluntarios, las comunidades de la Quebrada del Toro son lo que son –con su Centro de Capacitación, Producción, Turismo y Artesanías; su cooperativa Teki Masi, su planta de acopio, clasificación y empaque de papa andina; su Centro de Atención al Turista, sus escuelas primarias, sus invernaderos de alta montaña, y su colegio secundario– y van construyendo día a día un presente y, sobre todo, un futuro por delante.
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Dossier
Para el Sector Social
Adónde van los fondos Un relevamiento del Gdfe y la Raci pone la lupa sobre el destino y el tipo de recursos destinados a la inversión social por empresas, fundaciones y cooperación internacional. INFORME: MARIANA FERNÁNDEZ CAMACHO
lgunos números lo dicen todo. En Argentina –se puede afirmar– hay una tradición en inversión social privada: casi la mitad de las fundaciones destinan fondos a ese objetivo y un 80 por ciento de las empresas hace lo propio. Además de los recursos que pueden recibir desde el Estado, las organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) suelen buscar el financiamiento de empresas, fundaciones y de la cooperación internacional. Y, a la hora de analizar ese flujo de aportes, aparecen los vasos a medio llenar…
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Según un estudio realizado en forma conjunta por el Grupo de Fundaciones y Empresas (Gdfe) y la Red Argentina para la Cooperación Internacional (Raci), la educación es el destino favorito de los fondos que empresas y fundaciones destinan a la inversión social. Lejos, en el segundo lugar de una lista en la que podían optar por varios ítems al mismo tiempo en sus respuestas, aparecen la lucha contra la pobreza y la exclusión, la cultura, y, más atrás, la salud y el fortalecimiento de la sociedad civil. En lo que atañe a la cooperación internacional, el relevamiento revela que la distribución de fondos re-
Solidaridad 2.0 través de una alianza conformada este año, HelpArgentina y Raci buscan potenciar los recursos que llegan desde el exterior para OSC locales y unificar esfuerzos para mejorar las prácticas y la transparencia de las organizaciones. En ese marco, surgió Posibl.com, la primera red social del mundo que permite que las ONG argentinas registradas en el sitio den a conocer lo que necesitan a potenciales donantes e inversores en más de 141 países de todo el mundo. “Se trata de una red que no sólo logra cumplir sueños de individuos sino que también puede ser utilizada para visibilizar y concientizar sobre causas solidarias promovidas desde diversas organizaciones sin fines de lucro. De esta forma, HelpArgentina y Raci buscan multiplicar los puentes entre donantes y ONG y, así, contribuir en la construcción de “una sociedad más igualitaria para todos”, según define Juliana Catania, coordinadora de Relaciones con Organizaciones Sociales HelpArgentina-Raci. Y convence.
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sulta más equilibrada entre las diferentes áreas temáticas al incorporar también –contrariamente a lo que ocurre con el sector privado– a la cuestión de los derechos humanos, la economía, y reforma del sector público y gobernabilidad. “Bajo un análisis optimista, nos encontramos frente a una complementariedad de temas entre la agenda que financia la cooperación internacional y la inversión social local, pero hay un aspecto sumamente riesgoso en esto”, plantea Carlos March, secretario general de la Confederación de Organizaciones de la Sociedad Civil. Sin embargo, advierte: “Nuestros políticos no quieren ser controlados y las empresas no quieren arriesgarse a recibir correctivos. Entonces, la agenda más ligada al fortalecimiento de derechos y control del Estado termina siendo financiada por la cooperación internacional, algo sumamente riesgoso porque queda a merced de decisiones de actores externos al país”. De hecho, temas como transparencia y lucha contra la corrupción, Justicia y seguridad, y reforma del sector público y gobernabilidad son los menos apoyados por fundaciones y empresas, a tal punto que, en el inversiómetro, estas áreas apenas despegan del 0,0 y tanto por ciento como destino de la inversión social. Carolina Langan es la directora ejecutiva del Gdfe. Ella aporta una mirada positiva de la focalización de los fondos de inversión social de empresas y fundaciones en algunas áreas
El estudio realizado por la Raci y el Gdfe muestra una radiografía de la inversión social privada en Argentina.
temáticas: “Pasamos de un primer momento donde se pudo haber actuado en forma más reactiva y dispersa a un escenario que muestra una profesionalización de los recursos humanos. La focalización ha sido una maduración necesaria y consecuente de la búsqueda de impacto y de la especialización adquirida”, interpreta.
En red
Hilado fino l estudio realizado por la Red Argentina para la Cooperación Internacional y el Grupo de Fundaciones y Empresas (Gdfe) revela que la agenda de apoyo del sector privado y sus fundaciones está ligada a los temas que “movilizan más” y suelen calificarse como “universalmente consensuados”. En ese marco, entre las fundaciones donantes, los focos de financiamiento más relevantes son educación (52,3 por ciento), cultura (46,2 por ciento) y reducción de la pobreza e inclusión (44,6 por ciento). Estas áreas coinciden con las agendas temáticas de la inversión social de las empresas. Por eso, la educación es priorizada en el 69,8 por ciento de los casos. En cambio, para los donantes internacionales los primeros lugares los ocupan los rubros de reducción de la pobreza e inclusión (46,9 por ciento), derechos humanos (43,8 por ciento), y economía y medio ambiente (40 por ciento). En este marco, la mayor brecha se observa en el área de reforma del sector público y gobernabilidad, que es apoyada en un 36,5 por ciento por los recursos externos, mientras es destino de un magro 4,6 por ciento de fondos provenientes de fundaciones y de un paupérrimo 0,3 por ciento de empresas. En tanto, otro de los aspectos revelados por la investigación es el tipo de apoyo de la inversión social. En este punto, fundaciones y empresas coinciden en la importancia que le otorgan en primer lugar (con más del 82 por ciento) a las “donaciones en especie”, consistentes en servicios o productos gratuitos, entre ellos el voluntariado corporativo. A eso le sigue la entrega de fondos que, con un 49,3 por ciento en el caso de las empresas y con casi un 59 por ciento en las fundaciones donantes, se ubica en el segundo lugar.
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Más allá de los matices en la lectura de algunos de sus resultados, el trabajo titulado Estudio de Inversión Social Privada Local y Cooperación Internacional en la Argentina da cuenta de “una tendencia hacia la búsqueda de un retorno social” por parte de la inversión privada local, aspecto que puede ser potenciado –aseguran– por mapas y diagnósticos. ”Entendemos que, para lograr alcanzar las metas de desarrollo en el ámbito local, es necesario lograr apalancar más recursos y optimizar la inversión”, afirma el director ejecutivo de la Raci, Guillermo Correa, para quien, la vinculación de esa entidad con el Gdfe “permite abordar una misma problemática desde diversas perspectivas”. “Un alto porcentaje de fundaciones y empresas implementan sus proyectos de inversión social en alianza con otras entidades”, destaca Correa y agrega: “Es necesaria la articulación de los tres actores (en referencia al Estado, el sector privado y la sociedad civil) para lograr alcanzar resultados a gran escala”. En este punto, uno de los ejes del estudio indica que, mayoritariamente, las empresas y fundaciones o bien definen ellas mismas las iniciativas a desarrollar y buscan los actores para llevarlas adelante, o bien apoyan proyectos que organizaciones de la Sociedad Civil y comunidades acercan en la búsqueda de recursos para financiarlos. Los caminos de la inversión social van y vienen, se cruzan, se entrelazan y se enriquecen.
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Dossier
Asignatura pendiente La implementación de la Ley de Mecenazgo en la Ciudad de Buenos Aires todavía no alcanzó los resultados esperados. Un centenar de iniciativas culturales aguardan apoyo por parte del sector privado. TEXTO MARÍA ZINN
l mecenazgo es una forma de financiamiento que consiste en otorgar un incentivo fiscal a quienes destinen aportes a actividades culturales sin fines de lucro. Sancionada en diciembre del 2006, la Ley 2.264 de Mecenazgo porteña busca estimular e incentivar la participación privada en el financiamiento de proyectos culturales. ¿Cómo? Permitien-
E Para tener en cuenta
■ Pueden presentar proyectos de índole cultural personas físicas o jurídicas sin fines de lucro “que tengan antecedentes en el campo y que residan y/o desarrollen sus actividades en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, según establece la Ley de Mecenazgo porteña N°2.264. ■ Desde que una iniciativa es aprobada, la persona u organización que la llevará a cabo cuenta con dos años para conseguir financiación. Para poder implementarla, debe reunir al menos el 80 por ciento del monto total. Si ese piso no se alcanza, debe devolver lo que ya había reunido a los contribuyentes. ■ Las doce áreas en las que pueden ser presentados proyectos son: artes audiovisuales y arte digital; danza; teatro; circo, murga, mímica y afines; literatura; artes visuales; artesanías y arte popular; diseño; música académica; música popular; patrimonio cultural; y publicaciones, radio, televisión y sitios de internet con contenido artístico y cultural. ■ Las personas físicas pueden solicitar el beneficio hasta la suma de 150 mil pesos, excepto en el caso de proyectos destinados a la restauración de bienes de valor patrimonial, que no tienen límite presupuestario. ■ Las personas jurídicas (OSC) pueden solicitar el beneficio sin límite presupuestario. ■ Una vez conseguida la financiación, la organización o persona beneficiada debe presentar rendiciones parciales cada tres meses y, luego, una rendición final en la que debe incluir comprobantes de todos los gastos y un informe general de cómo se desarrolló la iniciativa. 46
do a empresas y comercios que estén al día en el pago del Impuesto sobre los Ingresos Brutos destinar parte de lo que pagan –un 2 por ciento– a iniciativas que hayan sido declaradas de interés por el Consejo de Promoción Cultural y aprobadas por el Ministerio de Cultura, según un mecanismo fijado por la norma. Sin embargo, a siete años de su implementación, los resultados del Régimen de Mecenazgo en el distrito distan aún del éxito. Según los últi-
El mecenazgo es una forma de financiamiento que consiste en otorgar un incentivo fiscal a quienes destinen aportes a actividades culturales sin fines de lucro. mos datos disponibles del Ministerio de Cultura porteño, provenientes del 2012, sobre un total de 200 proyectos aprobados, tan sólo el 38 por ciento (unos 75) obtuvo la financiación necesaria para poder llevarse a cabo. De este modo, lo que prometía convertirse en una rica fuente de recursos para iniciativas de Organizaciones de la Sociedad Civil o personas físicas –siempre sin ánimo de lucro–, quedó hasta el momento circunscripta a una herramienta que, mayormente por falta de conocimiento y de una práctica de este tipo de aportes en las empresas, a la que sólo acceden unos pocos proyectos.
Son doce las áreas en las que pueden ser presentados proyectos.
“Aún no hemos logrado crear una verdadera cultura de Mecenazgo. Claramente estamos todavía en una etapa de inicio”, define Alejandro Gómez, subsecretario de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. En tanto, del lado de las organizaciones, la directora de ProyectARG, Ester Delfina Lafont, asegura que “muchas empresas no están informadas acerca de los beneficios de esta ley” y que, incluso, “no saben que para ellas no implica poner dinero de más”. ProyectARG es una ONG fundada en 1982 que busca “crear espacios y condiciones que promuevan la educación y el desarrollo integral de poblaciones desfavorecidas a partir del trabajo en red de diferentes actores de la comunidad”. El año pasado, esta organización debió dar de baja tres proyectos que, a pesar de haber sido aprobados por el Consejo de Promoción Cultural, no lograron reunir “mecenas” dispuestos a financiarlos. Uno de ellos iba a consistir en talleres artísticos destinados a adolescentes con el fin de reciclar y transformar diferentes materiales en objetos cotidianos de uso y objetos de arte; otro, en talleres de música para la creación y el desarrollo integral, y un tercero, en talleres teatrales para llevar a escena una obra de producción colectiva.
Buscar mecenas En sus siete años de vida, el Régimen de Mecenazgo porteño demostró que la mayor dificultad para las OSC no es lograr que sus proyectos sean aprobados, sino conseguir el apoyo financiero. La Casa de la Cultura de la
Calle (CaCuCa) es una organización creada por el actor Gastón Pauls, que busca promover la creatividad y el aprendizaje en infancias y adolescencias en situación de desigualdad y exclusión social. Para eso, desde el 2005, desarrolla talleres y actividades artísticas de las que participan más de 400 chicos y chicas en situación de vulnerabilidad de derechos. Margarita Hollmann es su coordinadora y cuenta que decidieron transitar el camino inverso: “No hay una buena difusión de la ley y muchas empresas aún desconocen su procedimiento”, asevera. Por eso, para ella, el mayor desafío es que las propias organizaciones “salgan en busca de mecenas”.
Historia ¿Por qué se habla de mecenas? Cayo Cilnio Mecenas fue confidente y consejero político del emperador romano César Augusto. Su vocación y su compromiso con el arte hicieron que su nombre se convirtiera en sinónimo de quien fomenta y patrocina actividades artísticas. “Desde Mecenas hasta hoy, muchos artistas han contado con personas que aportaban dinero para sostener sus actividades”, afirma el Ministerio de Cultura porteño al explicar en su página web en qué consiste esta forma de financiamiento, regulada en la Ciudad por la Ley 2.264.
Y los resultados fueron buenos: CaCuCa es una de las OSC que consiguió financiar tres iniciativas a través del Régimen de Mecenazgo. “Al principio, lo más difícil es que las empresas entiendan la lógica; por eso es bueno reunirse personalmente con ellos para contársela”, aconseja Hollmann, quien comparte algunos consejos: “Para presentarse a una empresa por primera vez es muy útil llevar cartas de recomendación de otras instituciones. Además, una vez establecido el vínculo con la empresa es imprescindible hacer un acompañamiento”, afirma. “Necesitamos un cambio cultural donde el sector privado opte cada vez más por este camino. Me parece que hace falta una tarea de concientización y de difusión para lograr este cambio”, asevera el subsecretario de Gestión Cultural de la Ciudad. Si bien la ley le pone un tope del 1,1 por ciento del total de la recaudación del Impuesto sobre los Ingresos Brutos para destinar a esta herramienta, lo cierto es que aún ese techo está lejos de ser alcanzado. “Sería bueno que esta legislación se reprodujera a nivel nacional porque le daría otro tipo de envergadura”, afirma Alejandro Gómez. Desde ProyectARG aportan otra mirada sobre la resistencia de las empresas a convertirse en mecenas: “A veces sucede que el empresario se muestra entusiasmado con el proyecto y quiere aportar pero, luego, su contador se muestra más escéptico del procedimiento porque no está familiarizado con él”, afirma Lafont. Del otro lado, la coordinadora de proyectos de CaCuCa asegura que, una vez que la empresa hace la derivación del aporte y ve que es un proceso transparente y valioso, es más factible que quiera volver a participar al año siguiente. “A nosotros nos aportan siempre las mismas empresas”, asegura Margarita Hollmann. Es por eso que el primer contacto es el más importante, pero también el más difícil. En ese camino, entonces, resulta crucial que tanto los medios de comunicación como las OSC y los empresarios se familiaricen con este procedimiento en pos de construir una cultura del mecenazgo.
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Dossier
Actividades de interés Dónde capacitarse
Sector social en la web
Posgrado de San Andrés Tu turno mi turno Está abierta la inscripción para el año académico 2014 del Posgrado en Organizaciones sin Fines de Lucro dictado por la Universidad de San Andrés en colaboración con el Cedes. El programa está dirigido a líderes, directivos, personal gerencial y técnico y asesores de entidades sin fines de lucro, tales como asociaciones civiles, fundaciones, mutuales, asociaciones cooperadoras, cámaras empresariales, entidades profesionales y organizaciones comunitarias. www.udesa.edu.ar/posfl
Herramientas para OSC Unida convoca a participar de los cursos sobre Liderazgo de la Sociedad Civil; Economía Social; Comunicación sin fronteras para las OSCs; Resolución de Conflictos, y Mujer, Ambiente y Sociedad, con el fin de proporcionar instrumentos para aumentar el impacto de las actividades de las entidades no lucrativas. www.unida.org.ar/curs.htm
Cursos virtuales El Centro de Tecnología para el Desarrollo brinda los cursos virtuales con el fin de ofre-
www.tuturnomiturno.org/portaleducativo Se trata de una plataforma que brinda herramientas a personas dedicadas al área pedagógica con el fin de potenciar las capacidades en el área educativa. En distintas aplicaciones se plantean actividades de interés para quienes se desempeñen en el área ambiental, tecnológica, así como también al desarrollo de blogs y foros de intercambio.
cer herramientas a las OSC para fortalecer su gestión: Gerenciamiento de Organizaciones sin fines de lucro, Diplomado Internacional en Organizaciones sin fines de lucro y en Marketing para ONG son algunas de las propuestas que incluye la oferta de capacitación. www.cented.org.ar
Formación legal La Asociación Cristiana de Jóvenes/Ymca invita a integrantes de OSC a participar de su programa Vitaminas para OSC, donde a lo largo de todo el año se ofrece formación en aspectos legales, técnicos y administrativos para fortalecer las capacidades de las OSC. vitaminasparaosc@ymca.org.ar
Premios y becas Certamen fotográfico Hasta el 15 de enero World Press Photo abrió la convocatoria para el Concurso Internacional de Periodismo World Press Photo 2014 con el objetivo de apoyar y fomentar la aplicación de estándares elevados en los campos del periodismo fotográfico y de la narrativa documental en todo el mundo. Se elegirán las mejores 3 fotografías en cada categoría, el primer lugar de cada una de ellas recibirá un premio de 1.500 euros. www.worldpressphoto.org/
Premios Wise
Noticias del TS Radio para el sector social
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Derecho Comunitario es un programa de radio que brinda información referida a los aspectos legales para OSC, desde un abordaje que privilegia la practicidad y las palabras simples, para que las organizaciones cuenten con más recursos. Se invita a todas aquellas entidades, grupos comunitarios y/o demás personas con interés en las acciones comunitarias a acercar sus consultas o compartir sus actividades a través de la dirección derechocomunitarioparaosc@gmail.com. El programa se trasmite todos los miércoles a las 16, a través del sitio www.nexoradial.com.ar
Hasta el 15 de enero Qatar Foundation lanzó la convocatoria a los Premios Wise 2014 con el objetivo de identificar y promocionar proyectos educativos innovadores que tengan un impacto transformador en la sociedad y la educación. Los ganadores tendrán la oportunidad de visibilizar su proyecto a nivel global junto con un premio de 20 mil dólares. www.wise-qatar.org
Fundraising Impacto social sostenible Hasta el 28 de diciembre
Galardón a las ideas Hasta el 19 de enero
DBS y la Universidad Nacional de Singapur convocan a participar de la competencia Social Venture Challenge Asia con el fin de identificar y apoyar nuevas empresas sociales que promuevan el impacto social sostenible. Los ganadores accederán a un premio de hasta 30.000 dólares estadounidenses. http://socialventurechallenge.asia/media/infokit-SVCA2013.pdf
Apoyo a la investigación Hasta el 20 de enero Open Society Foundations y el International Development Research Centre en Canadá abrieron la convocatoria al Fellowship Drogas, Seguridad y Democracia (DSD) que busca apoyar la investigación sobre políticas de drogas, seguridad ciudadana y gobernabilidad democrática, en las ciencias sociales y disciplinas afines. www.ssrc.org/translations/dsd/spanish/fellowships/dsd-fellowship/
Pequeñas donaciones Hasta el 31 de mayo National Committee of the Netherlands convoca a participar del programa de Pequeñas Donaciones para la Preservación de la Naturaleza (SPN por sus siglas en inglés) que otorga fondos para acciones directas en beneficio de la naturaleza. La ayuda económica máxima prevista es de 85.000 euros. El programa se enfoca en la conservación de la biodiversidad, apoyando la compra de las áreas naturales amenazadas. La propiedad adquirida –los derechos o la gestión– será transferida a las ONG locales para la conservación de la naturaleza. www.iucn.nl/en/themes/restoring_and_conserving_nature/spn/proposal_spn. cfm
Eco-Reto es organizado por el Young Americas Business Trust (Yabt) en conjunto con la Organización de Estados Americanos (OEA) y Pepsico, y está destinado a estudiantes y emprendedores de los países miembro. Distinguirá proyectos que contribuyan al Desarrollo Sostenible de las comunidades en los que se desarrollan. http://ticamericas.net/
Premio a la innovación Hasta el 18 de febrero El movimiento Innovadores de América anuncia la apertura de la segunda versión del Premio 2013-2014 que reconoce los proyectos más destacados de América latina en seis categorías: Desarrollo Social, Educación, Diseño, Empresa e Industria, Sostenibilidad y Ecología, Ciencia y Tecnología. Con el lema Somos el futuro que construimos, los ganadores de cada categoría recibirán la estatuilla del premio y la suma de 50 mil dólares estadounidenses. http://premio.innovadoresdeamerica.or g/icms/es/2013/que_es_el_premio/
Residencias para jóvenes Hasta el 3 de marzo
Fondos para OSC Abierta la inscripción Civicus lanzó el Fondo para Organizaciones Sociales en Riesgo Lifeline destinado a apoyar a OSC, periodistas o sindicatos que se encuentran en riesgo debido a su trabajo en el ámbito de los derechos humanos. El consorcio también colabora con campañas específicas que respondan a amenazas o ataques en contra de la sociedad civil. www.civicus.org/get-involved/596-crisis-response-fund-call-for-applications
El Banco Santander lanzó el programa de Becas Iberoamérica Jóvenes Profesores Investigadores con el fin de incentivar la promoción de la investigación a través de iniciativas de calidad e impacto social con vocación de permanencia y sostenibilidad. www.becas-santander.com/
Becas para artistas Apoyo a redes
Abierta la inscripción
Abierta la inscripción El Siemenpuu Foundation ofrece fondos para OSC y redes cuyo objetivo sea apoyar los proyectos relacionados con los derechos a la tenencia de la tierra y los de las comunidades locales en áreas donde hay una gran influencia o amenaza de monocultivos. www.siemenpuu.org/english/project_funding/
El Programa de Becas para Artistas Unesco-Aschberg favorece la movilidad de jóvenes con el fin de enriquecer sus proyectos creativos permitiéndoles establecer un diálogo en la diversidad cultural. La iniciativa ofrece residencias a artistas de entre 25 y 35 años. La Unesco-Aschberg aboga y promueve la creatividad,
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Dossier resalta el intercambio cultural y la necesidad de los jóvenes de enriquecerse a través del contacto con otras culturas. www.unesco.org/new/es/culture/themes/creativity/aschberg-bursaries-forartists/call-for-applications-2014/
Lecturas recomendadas Nadie las visita En este libro se despliega un complejo abanico de situaciones y vivencias que visibiliza a las mujeres que están privadas de su libertad. Desde 2006, la OSC Mujeres tras las rejas lleva a cabo un trabajo de investigación y acción, en el Instituto de Recuperación de Mujeres, Unidad Nº 5 de Rosario, Santa Fe, con el objetivo de romper con el mito de la invisibilidad de aquellas que cumplen su condena con sus hijas e hijos menores de edad. Info-editora@unr.edu.ar
Qué hacer con el espacio público Es un libro de la Red Vecinal Zona Norte de Corrientes que aporta el relato de la experiencia que llevaron a cabo los habitantes de la zona, quienes se propusieron como objetivo organizarse en una red para impulsar la creación del EcoParque para todos. redvecinalzonanorte@yahoo.com.ar
La red. La trama oculta del caso Marita Verón
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El libro se aleja de la crónica periodística para armar el rompecabezas que soslayaron tanto los jueces, como el poder político sobre el caso Marita Verón. El texto despliega los modelos de mujer y de familia presentes en las víctimas, incluso en aquellas devenidas victimarias; el rígido juego de roles
del extenso juicio oral, donde los lapsus y los silencios filtraron fragmentos de la verdad; el código de los burdeles y el de la Justicia, y sus lenguajes enmascarados. www.editorialplaneta.com.ar
Las voces de adolescentes en villas de Buenos Aires Se trata de una encuesta publicada por Unicef y Techo. Allí se da cuenta de que, pese a vivir en condiciones de hacinamiento y precariedad, los jóvenes que habitan en villas y asentamientos de la Ciudad de Buenos Aires reivindican su barrio, valoran a la familia y a los amigos, confían en que la escuela los ayuda a forjarse un futuro mejor y son optimistas, en lo personal y sobre la situación actual del país. www.unicef.org/argentina/spanish/
paña Nacional Contra las Violencias hacia las Mujeres. Además, el material ofrece propuestas, actividades y dinámicas para llevar a cabo con grupos de mujeres. campaniacontralasviolencias@gmail.c om
La Gran Casa Se trata de un trabajo del fotógrafo Walter Sangroni sobre el Centro de Integración Monteagudo (C.I.M.), un hogar para gente en situación de calle ubicado en la Ciudad de Buenos Aires. Allí viven 115 hombres. En abril de 2011 quedó a cargo de Proyecto 7, una organización de base cuyos integrantes también vivieron a la intemperie. wsfotografia@gmail.com
Manual de mapeo colectivo Historias de mujeres que luchan El texto compila historias de mujeres que le ponen el cuerpo a las violencias diarias, de sobrevivientes de dictaduras que resisten y siguen sembrando las semillas del cambio por un mundo mejor, y de aquellas que, monte adentro, paren historias llenas de barro y de coraje para construir Derechos desde la autogestión, con el fin de promover la construcción de la igualdad en la diversidad. Y en medio de una sociedad plagada de múltiples contenidos están las que se animan a poner a la misoginia bajo la lupa para generar experiencias de comunicación con una mirada de género. silviamarchant@yahoo.com
Herramientas lúdicas desde la educación popular Se trata de una cartilla que ofrece una mirada sobre los distintos tipos de violencias de género desarrollada en el marco de la Cam-
El texto publicado por Indisciplinas Visuales de La Tribu, junto a Editorial Tinta Limón y La Periférica distribuidora, ofrece recursos cartográficos críticos para procesos territoriales de creación colaborativa. La publicación es el resultado de una articulación que comenzó hace más de cinco años a través de los que se diagramó una práctica colectiva nutrida de las múltiples miradas, enfoques y variaciones que fue adquiriendo la experiencia. http://fmlatribu.com/
Mujeres que se encuentran Es una recopilación histórica de los Encuentros Nacionales de Mujeres en Argentina registrados desde 1986 a 2005, con el fin de ofrecer una mirada sobre los diferentes aportes que brindan estas reuniones al avance de la promoción de la políticas en el ámbito de los derechos de género. mujeresqueseencuentran@gmail.com
COOPERATIVISMO
Federación de Cooperativas Vitivinícolas
Brindis por el compromiso Detrás de la producción de emblemáticas marcas de vino mendocinas, se desarrolla un importante trabajo social. Fecovita agrupa a 29 entidades de la provincia. TEXTO SILVINA ORANGES
i hay algo que se asocia inmediatamente a Mendoza es, sin dudas, el vino. Enmarcada por la majestuosidad de la cordillera de los Andes, la vitivinicultura es una marca registrada de esta provincia. Desde pequeños productores hasta las bodegas más reconocidas del país elaboran un producto que está presente en la mesa de todos los argentinos y atraviesa las fronteras. Allí, en la cuna por excelencia del vino argentino, unos 5 mil productores les venden sus uvas a 29 cooperativas que, desde hace ya 33 años, se encuentran nucleadas en la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita). El objetivo: sumar esfuerzos y lograr colocar los productos en el competitivo mercado argentino. Hoy, la Federación es líder en materia de producción y comercialización de vinos en Argentina, y lleva la delantera en el segmento de vinos comunes, con sus emblemáticas mar-
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cas Toro y Resero, al abastecer con 24 millones de litros mensuales al mercado interno, además de desarrollar una fuerte política de Responsabilidad Social Empresaria. Actualmente, la Federación, además de agrupar a los 5 mil productores y sus familias –en muchos casos se trata de emprendimientos familiares–, también da trabajo en forma indirecta a unas 15 mil familias, si se contabilizan obreros y contratistas que también forman parte del proceso de producción y comercialización de la cadena. Nacida en 1980, Fecovita se planteó el desafío de representar a las cooperativas en el ámbito gremial y empresario, pero recién tomó impulso definitivo en 1990, cuando adquirió –a través de una licitación pública– la ex Bodega Giol, y se transformó en una empresa líder del mercado vitivinícola argentino e internacional. “La Federación surge para crear sinergias en la elaboración del vino y en la colocación de su producción en el mercado. Fue todo un desafío avanzar
Vino para todos ntre otras acciones, Fecovita lleva adelante la campaña Vino Turista, impulsada por el Instituto Nacional de Vitivinicultura y el Gobierno de Mendoza, que busca ofrecer en restaurantes de todo el país un producto de calidad por un valor de 25 pesos. “La propuesta es vender un vino accesible y de calidad para que la gente no piense en el precio a la hora de pedir vino”, dice Eduardo Sancho, presidente de la Federación, quien explica que, “si bien es obligación de todos los restaurantes del país tener la promoción, hay muchos que todavía se resisten. Recién estamos empezando a promocionarlo y difundirlo a nivel nacional, y esperamos que próximamente todos los restaurantes del país se sumen a la iniciativa”, se entusiasma.
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sobre el tema cooperativo pero creemos que es una verdadera solución para el sector”, afirma Eduardo Sancho, su presidente. Hasta ese momento, las cooperativas trabajaban en forma aislada e, incluso, con gran competencia entre ellas. Por eso, la compra de la bodega Giol significó un punto de inflexión: “Se produjo una gran transformación y eso nos dio un impulso fuerte con la formación de nuevas cooperativas que se sumaron a la federación“, subraya Sancho en diálogo con Tercer Sector. De ahí en más, el crecimiento y la consolidación también se vio reflejada en los números: los volúmenes comercializados por Fecovita pasaron de los 42 millones de litros registrados en 1990 a más de 200 millones de litros vendidos en la actualidad.
Mirada a futuro Las cooperativas vitivinícolas mendocinas llevan adelante una fuerte política de crecimiento tanto en lo que respecta al mercado interno como al externo, con el fin de “satisfacer mercados cada día más exigentes y competitivos”, según resalta Sancho. También, implementan estrategias para reducir costos y aumentar la eficiencia a fin de lograr el mejor precio posible para los productos de sus asociados. Sus 29 cooperativas se encuentran diseminadas en los cinco centros regionales en los que está dividida la provincia de Mendoza. Real del Padre, Ingeniero Giagnoni, Rama Caída, Productores de Junín, Goudge, Tulumaya, Pampa Mendocinos, Altas Cumbres, El poniente, La dormida, El Cerrito, San Carlos Sud, De Mendoza, Brindis, Sierra Pintada, Norte Mendocino, Nueva California, Colonia California, Tres de Mayo,
En cada comunidad, las cooperativas realizan algún tipo de trabajo social.
Moluc y Tres Porteñas son sólo algunas de ellas. Entre las pioneras, se cuenta Nueva California, nacida en 1963, que tiene su sede en el departamento de San Martín, al noroeste de la provincia.
Codo a codo
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“Dentro del movimiento hay una formación constante de dirigentes. Los presidentes de nuestras cooperativas, en general, están metidos en las vidas de los centros barriales, de las universidades, de los clubes, con una actividad social constante y muy fuerte”, cuenta Sancho, quien explica que, la “primera función social” que buscan cumplir es la de “mejorar las condiciones” de su personal. De las 832 personas a las que Fecovita emplea en forma directa, 140 se desempeñan en tareas de administración, 517 en el sector productivo y 175 en el comercial, todas ellas distribuidas en 13 sucursales en todo el país, con la casa matriz en la ciudad de Maipú. “Si bien la responsabilidad social empresaria es un concepto nuevo, para los cooperativistas es parte de nuestro ADN y de nuestra formación desde siempre”, resalta Sancho. Entre los proyectos solidarios que
lleva adelante, la Federación viene colaborando con la Cooperadora de la Nutrición Infantil (Conin), que trabaja en la prevención y recuperación de la desnutrición infantil, en el marco de la campaña Brindate por la vida. Todas las semanas, donan a la organización liderada por el médico Abel Albino 280 pallets correspondientes a insumos secos, como corchos y etiquetas, que equivalen a 1.400 pesos, según detalla Pablo González, jefe de personal y encargado del programa de RSE de Fecovita. Sin embargo, el compromiso con la comunidad va más allá del aporte a Conin. “También implementamos un programa de reciclado de papel mediante el cual comprometemos al personal con la temática y destinamos los fondos recolectados para la compra de bolsas ecológicas que se entregan a nuestros colaboradores”, explica González. Para ello, se dispusieron en diversos sectores de las cooperativas recipientes con bolsas verdes para que el personal separe el papel del
CÓMO CONECTARSE
Fecovita (0261) 4973400 / 4975004
resto de la basura. González destaca también que, al momento de tercerizar servicios, priorizan aquellas instituciones con perfil solidario. Por ejemplo, para todo lo que es cartelería, contratan el trabajo de la cooperativa La Rañatela, también de Maipú, donde trabajan más de 40 personas con discapacidades y que cuenta con otros talleres donde se incluyen a personas que se encuentran fuera del sistema laboral, entre ellos, internos y ex internos de penales provinciales. En tanto, a la hora de comprar alimentos, Fecovita opta por los elaborados por la Asociación de Padres de Niños Down (Apando), que desde hace tres décadas trabaja en el distrito ofreciendo educación, rehabilitación y contención a personas con Síndrome de Down y sus familiares. Más allá de estas acciones concretas, las cooperativas vitivinícolas buscan transmitir los valores solidarios incluso en la publicidad de sus productos. De hecho, la actual campaña publicitaria del vino Toro lleva como lema “Brindemos por los que se brindan”, en reconocimiento a las personas que se destacan en la comunidad por su servicio a los demás.
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vidriera La
PRODUCCIÓN: ALEJANDRO CÁNEPA
Se acercan las vacaciones y con ellas la posibilidad de explorar el turismo alternativo. La oferta de viajes que propone la economía social se diversifica a lo largo de todo el país.
Turismo sustentable Hospedaje en San Juan
Entre Chascomús y el Río de la Plata está el pueblo de Pipinas, y la Cooperativa de ese nombre resucitó un viejo hotel para ofrecer servicios a los turistas. El edificio tiene 16 habitaciones y un restaurante, donde se ofrece alojamiento a quienes deseen pasar unos días en esa localidad. (02221) 492144 www.pipinas.com
Viajes alternativos Entre las localidades de Salta y Jujuy, viven 32 familias que crearon la Red de Turismo Campesino Espejo de Sal. Quien se aventure con ellos, podrá participar del pastoreo de llamas y la preparación de la lana, recorrer salinas o disfrutar de tortillas a las brasas o un buen plato de cordero. 0388 154750194 www.espejodesal.com.ar
Pequeños productores de la localidad sanjuanina de Jáchal proponen “ser uno más de la familia”. Hospedaje, comidas típicas, participación en la producción de hortalizas y en la elaboración de dulces caseros y conservas son algunas de las actividades para hacer en esta parte del oeste argentino. turismocomunitario@ turismo.gov.ar (0264)-15-5608893
Recorrido por el Paraná Carpinchos y nutrias por aquí, sábalos y bagres por allá, mientras se recorre parte del Paraná en botes y lanchas. Es lo que propone un grupo de pescadores artesanales entrerrianos como paquete turístico, que incluye caminatas por las islas del Delta y avistaje de aves como el biguá y el Martín pescador. baqueanosdelrio@ecourbano.org.ar (0343)-156112170/4234893
La otra Patagonia La Red de Cultura Rural Patagónica, un grupo formado por 15 familias campesinas de Río Negro, propone su “turismo de vivencia en comunidades rurales”. Ñirihau Arriba, Pichi Leufú, Pilcaniyeu o Villa Llanquin son las localidades para hacer esta experiencia, entre criadores de ovejas y el color verde y amarillo de los cerros. 0294-4620456 www.culturarural.com.ar
Escapada a Carlos Keen
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Un clásico para escaparse cerca de Buenos Aires es “Los Girasoles”, el restaurant de la Fundación Camino Abierto, en el pueblo bonaerense de Carlos Keen. A 10 minutos de Luján, se disfrutan de almuerzos exquisitos y tardes de mate, y hasta se puede pasar la noche en cómodas cabañas . 02323-495041
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ECONOMIA SOCIAL
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Pro Mujer
Ayudarlas a crecer Esta organización, con presencia en varios países de Latinoamérica, ofrece microcréditos, capacitación y promoción de la salud a mujeres en situación de vulnerabilidad social. Ya acompañan a 11 mil y van por más. TEXTO MARÍA ALVARADO
Antes, la situación en mi casa era desesperante; había días en los que no nos alcanzaba para comer porque el trabajo de mi marido no bastaba para mantener a nuestros hijos. Pro Mujer me dio la oportunidad de sacar un crédito para emprender mi propio negocio y, así, aportar económicamente a mi hogar. Hoy en día, mis hijos no van a ningún comedor comunitario, están en la casa y pueden estudiar tranquilos.
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Pude hacer mi baño y una piecita más para mis chicos”. El testimonio de Marta Tobares es contundente. Esta salteña de 40 años, madre de ocho chicos y abuela de dos, conoció la organización hace casi ocho años, cuando recién desembarcaba en la provincia de Salta. Pro Mujer tiene presencia en Bolivia, Perú, Nicaragua, México y Argentina (en Salta, Tucumán y Jujuy). Uno de sus objetivos principales es otorgar microcréditos a mujeres sin recursos económicos que co-
mo Marta, no tienen acceso al sistema formal y llevan adelante iniciativas muy nuevas. “Antes de entrar a Pro Mujer tenía la idea de desarrollar un emprendimiento para vender artículos de temporada, pero no tenía forma de sacar un préstamo; ellos me dieron esa oportunidad. Con el primero, compré la mercadería y empecé la venta ambulante y en las ferias. Y gracias a Dios me fue bien: pude ir devolviendo la cuota del préstamo y sacar una ganancia”, explica sobre el negocio que pudo montar y que hoy la ayuda a
Pro Mujer tiene presencia en Bolivia, Perú, Nicaragua, México y Argentina (en Salta, Tucumán y Jujuy). Uno de sus objetivos principales es otorgar microcréditos a mujeres carenciadas, sin acceso al mercado financiero formal.
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ECONOMIA SOCIAL
Pro Mujer
mantener a sus hijos. El requisito para acceder a los microcréditos es tener ganas de salir adelante, y de trabajar en equipo y con solidaridad. “Deben ser mujeres con ganas de tener su emprendimiento en asociación comunal con otras mujeres. Las integrantes de estos grupos –que suelen ser unas 15– se apoyan y aconsejan mutuamente porque su base es la solidaridad”, explica Marco Mollinedo, gerente general de Pro Mujer Argentina. Lo que las une no necesariamente es el tipo de emprendimiento, sino la afinidad. “Idealmente pedimos que sean vecinas, pero si hay una señora de otro barrio que es emprendedora y quiere crecer, puede unirse”, agrega Mollinedo.
Tres pilares
afectada. Y no sólo en ámbitos carenciados porque, en una empresa, un gerente gana más que su par femenino. Algunos estudios muestran que el dinero que gana un hombre lo utiliza para su propio beneficio, mientras que la mujer lo reinvierte en su familia y sus hijos. Además, otras investigaciones dan cuenta de que ellas son más responsables en términos generales”. Hay un dato de la realidad que sustenta estas afirmaciones: en Argentina, el 99,7 por ciento de los microcréditos otorgados por Pro Mujer fueron devueltos en tiempo y forma. Por eso, para el año próximo, la entidad se plantea nuevos desafíos y
“Deben ser mujeres con ganas de tener su emprendimiento en asociación comunal con otras. Las integrantes de estos grupos –que suelen ser unas 15– se apoyan y aconsejan mutuamente porque su base es la solidaridad”, explica el gerente general. na salud. Y cada seis meses me hago los controles y estudios. Si no hubiera sido por la campaña, yo no me hubiese hecho nada y, capaz, en este momento no podría estar contando esta historia”, reflexiona. Ya recuperada, Marta apuesta a su negocio y sigue recibiendo préstamos cada seis meses que le permiten aumentar sus ganancias. “Pude comprar nueva mercadería e ir agrandándome. Si bien empecé en Salta capital hoy, junto a mi hijo, estamos saliendo a vender en el interior de la provincia, así que el negocio está creciendo”, finaliza, orgullosa. Al igual que Marta, unas 11 mil mujeres de entre 18 y 65 años reciben servicios de crédito, capacitación y salud, en Argentina, y logran así quebrar el ciclo de la pobreza. ¿Por qué eligen trabajar con mujeres? Mollinedo responde: “En ámbitos de pobreza la mujer es la más relegada y
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Una vez dentro de esta asociación, las mujeres pueden acceder a créditos, capacitación y servicios de salud, los tres pilares del trabajo de Pro Mujer. “Los créditos se van otorgando de manera escalonada; al principio se accede a uno de unos 800 pesos y, en la medida en que se va viendo que son responsables y devuelven las cuotas, se les otorgan otros préstamos”, describe el referente de la organización en Argentina. Además, se brinda capacitación y se ofrecen herramientas para analizar el mercado, las ventas y las ganancias. “El otro componente sobre el que trabajamos es el de la autoestima. Es vital que reconozcan que pueden contribuir con su hogar. Y, por otro lado, se trabaja en la organización y los roles a cumplir por cada una de ellas dentro de la asociación”, precisa Mollinedo. El tercer eje de trabajo de Pro Mujer es la salud: “Además de explicarles los controles médicos que deben hacerse, como el Papanicolaou, tenemos una enfermera que les realiza el control de peso, presión, índice de masa corporal, azúcar en sangre, y trabaja sobre la importancia de una alimentación saludable. En caso de detectar algún problema, tenemos un circuito médico al que las derivamos, según la especialidad requerida”, consigna Mollinedo. La historia de Marta ejemplifica el trabajo de la institución también en el plano de la salud. Además de ob-
tener el crédito y de empezar con éxito su emprendimiento, accedió a hacerse, por primera vez en su vida, un estudio de Papanicolaou. “Cuando fui a pagar mi cuota me avisaron que había una campaña de ‘Pap’ y que me lo podía hacer de manera gratuita. Entonces, me animé a hacerlo. Cuando tuvieron el resultado, me llamaron y me avisaron que algo había salido mal. Así que me hicieron más estudios y confirmaron que tenía cáncer en el cuello del útero”. A raíz de ese diagnóstico detectado, fue derivada a especialistas y, tras varias operaciones, salió triunfante, ya sin la enfermedad. “Hoy, gracias a Dios gozo de bue-
CÓMO CONECTARSE
Pro Mujer www.promujer.org
proyectos. “La idea es empezar un piloto orientado a mujeres de 18 a 25 años. Pensamos que las más jóvenes están abiertas a perspectivas diferentes de negocio. Hoy tenemos muchos negocios de venta de empanadas, pizza y ropa, y, como buscamos generar un impacto más grande, apuntaremos a promover otro tipo de emprendimientos. Pensamos que así podríamos tener empresas de diseño gráfico, por ejemplo. La idea es firmar alianzas con empresas de tecnología para poder brindarles la formación necesaria”, resume Mollinedo. El segundo programa piloto que la organización tiene entre manos es el de las microfranquicias. “Como hay muchas mujeres que hacen pizzas y empanadas, la idea es juntarlas para crear una marca más fuerte que llegue a más lugares. Incluso, a partir de una alianza con un instituto de gastronomía, formaríamos a estas trabajadoras en estándares de calidad. Y lo mismo con las mujeres que se dedican a las artesanías. La idea es traer a un experto para capacitarlas en colores, materiales y ayudarlas a abrirse nuevos mercados”, enumera el gerente. Y el desafío ya está en marcha.
INFANCIA
Fundación Arcor y revista Tercer Sector
TEXTO FLORENCIA TUCHIN
espojarse de la rutina, desprenderse de las obligaciones, desestructurarse. El juego alimenta la creatividad y la imaginación. También, permite ensayar, conocer, equivocarse, reconocerse y vincularse con otros. Además, socializa y, lo más importante, educa. El juego es protagonista y se balancea entre la posibilidad y la limitación, la creatividad y la socialización, la libertad y las reglas. Así, favorece el desarrollo integral de niños y niñas y contribuye a articular las dimensiones física, cognitiva, sensible, emotiva y social. En ese contexto, la Fundación Arcor promueve la puesta en valor del juego y la vida activa en el desarrollo integral de la infancia. Y en alianza con Tercer Sector, presenta este suplemento especial de distribución gratuita junto con esta edición de la revista. Remontar un barrilete, recrear mundos imaginarios, jugar a la pelota, trepar en los juegos de la plaza, hacer un picnic, evitar que la tecnología invada todos los espacios de ocio, reflotar juegos populares y tradicionales, son algunas de las ideas que se encuentran en los contenidos presentados en esta producción especial que acompaña la edición número 94 de la revista Tercer Sector. La propuesta es que los adultos –ya sea en las casas, en el marco de organizaciones de la sociedad civil o de espacios educativos y de recreación que involucren a niños– puedan apropiarse de algunas de estas herramientas para brindarles más oportunidades de juego. Así, la intención de esta apuesta conjunta es aportar nuevas miradas e incentivar reflexiones en torno de lo que constituye un derecho inalienable de la infancia: el de jugar y divertirse. En su artículo 31, la Convención de los Derechos del Niño reconoce “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad, y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”. Como tal, entonces, se tra-
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Una apuesta por el juego Un suplemento especial que busca ofrecer herramientas para promover desde lo lúdico la vida activa en la infancia acompaña esta edición de la revista. La consigna es fortalecer este aspecto en el desarrollo integral de niños y niñas.
ta de un principio que los adultos deben respetar, promover y propiciar. “El juego y las oportunidades educativas son centrales en el desarrollo de los los niños y niñas; por eso, queremos
compartir este material entre las personas que se dedican a trabajar con los chicos”, plantea Santos Lio, gerente de la Fundación Arcor. En este marco, el objetivo del suplemento es po-
Cuestión de ADN a Fundación Arcor tiene entre sus focos de acción la infancia y la educación. En este marco, aborda como área de interés específica el juego, entendido como un fin en sí mismo, con la única intención de ser disfrutado. Por eso, desde la entidad incentivan el desarrollo de acciones en esta línea, tanto en el sector público como en el privado. Y trabajan a partir de cuatro ejes: Iniciativas territoriales; Estudios e investigación; Capacitación y formación; y Movilización social y pública. En paralelo, desarrolla y promueve distintas investigaciones en relación con la infancia y el juego, y publica una revista que pone su eje en esa temática. “Antes de que se sancione la Ley 26.061, de Protección Integral de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, nosotros ya habíamos planteado la preocupación por la falta de oportunidades para la etapa temprana de la vida. Ayudamos a posicionar el tema, hicimos cierta movilización pública y controlamos que se tome conciencia en distintos municipios”, enumera Santos Lio, gerente de la Fundación Arcor.
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de propuestas que sorprendan y, a la vez, planteen desafíos a los niños, como puede ser armar un campamento en el patio de casa. “Hay que desarrollar actividades que no estén centradas en la individualidad, que no estén divididas por género sino que aporten a las relaciones, a la vida activa, y que sean un espacio de placer. Tienen que ayudar a integrar al resto y a generar un espacio compartido. Y deben aportar a ver al otro como alguien con quien se puede interactuar, sin juzgarlo o señalarlo”, plantea Lio. En este sentido, señala: “Uno de los desafíos más grandes es ofrecer diversidad de juegos. En los últimos tiempos, los niños invierten muchas horas frente a una pantalla. Y, si bien no está mal
La intención de esta apuesta conjunta es aportar nuevas miradas y reflexiones en torno de lo que constituye un derecho inalienable de la infancia: el derecho a jugar. ner a la infancia y a la recreación en el centro de la escena, y promover el cuidado acerca de la relevancia de los momentos de ocio y el tipo de actividades que desde el mundo adulto se proponen a los niños. Según Fundación Arcor, resulta vital la reflexión en torno de la incidencia de la recreación en el desarrollo integral de los pequeños, así como también el compromiso activo y creativo de los adultos y de los diversos actores sociales involucrados con la infancia.
Integrar es la clave
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Las distintas miradas sobre el juego son fruto, por un lado, del asesoramiento de especialistas de la Educación Física o de las Ciencias de la Educación como Miguel Ángel Roldán, Patricia Sarlé, Victor Pavía, Ivana Rivero y Sergio Centurión. Y, por otro, de la propia experiencia, aprendizaje y trabajo sistematizado de la Fundación a lo largo de más de 20 años, en todo el país: “Nuestra causa
es la infancia y allí es donde creemos que podemos generar mayores aportes. La recreación es parte esencial en la vida, para su desarrollo afectivo, físico, intelectual y social, es un componente constitutivo de la niñez y es la razón de ser de este trabajo. Estamos convencidos que los chicos tienen que jugar para divertirse, para recrearse, para formar y ampliar relaciones. El juego tiene “lógica propia”, explica Santos Lio. El juego adentro y afuera de casa, los juegos digitales, los tradicionales, las opciones recreativas al aire libre, son algunos de los aspectos desplegados en el material que acompaña esta edición. También, promueve la construcción de juguetes y la generación
CÓMO CONECTARSE
Fundación Arcor www.fundacionarcor.org funarcor@arcor.com Revista Tercer Sector www.tercersector.org.ar producción@tercersector.org.ar
jugar un rato en la computadora o ver televisión, no hay que dejar de lado la importancia de juntarse con otros chicos y pasar tiempo al aire libre”. Uno de los referentes clave en la generación de contenidos en la Fundación Arcor es el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci. Y algunas de sus ideas están implícitas en este suplemento. Autor de numerosos libros referidos al papel de los niños en el ecosistema urbano, el especialista destaca la importancia de que existan espacios donde los chicos jueguen con libertad. En relación con esto, Santos Lio reflexiona que, ya sea por falta de mantenimiento, de estructura o de seguridad, no están dadas las condiciones para que los niños puedan apropiarse libremente, sin el control de los adultos, de veredas o parques. “Hay que generar un entorno favorable para la recreación”, postula el representante de la institución. Y, justamente, a eso apunta el suplemento que acompaña esta edición.
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CULTURA
Academia Solidaria de Arte
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Compromiso hecho música Todo comenzó con una banda de rock formada por tres hermanos que llevaban su música por los barrios de Villa Allende, en Córdoba. Luego formaron una ONG que promueve la inclusión social a través de disciplinas artísticas. TEXTO FÁTIMA CHEADE
os motores de esta historia de solidaridad son Martín, Pablo y Lucas Gómez. La banda, Rosas y Espinas. El escenario, la ciudad de Villa Allende, en la región de las Sierras Chicas, a tan sólo 20 kilómetros de la capital de córdoba. Los protagonistas, 700 jóvenes que estudian diversas disciplinas artísticas, sin desembolsar dinero, y con el compromiso de volcar lo aprendido en la comunidad, pintando plazas, escuelas y comedores. De eso se trata la Academia Solidaria de Arte, un espacio en el que, sin pagar un solo peso, chicos a partir de los 13 años pueden acceder a clases de música y distintas disciplinas artísticas. La historia comenzó allá por 1997 con una banda de rock llamada Rosas y Espinas, integrada por los hermanos
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Gómez, con Martín en la guitarra, Pablo en la batería y Lucas en el bajo. Por ese entonces, sus seguidores, todos ellos del barrio La Cruz, de Villa Allende, se podían contar con los dedos de las manos. Martín tenía 20 años, Pablo 12 y Lucas apenas 9. Los tres compartían un sueño: tocar música y ayudar a su gente. Hoy tienen 36, 29 y 26, y una Academia de Arte que enseña música, plástica, magia y clown a chicos de barrios carenciados, sin discriminar edad ni clase social. “Nuestras clases no son sólo gratuitas, son solidarias. Lo gratuito implica no pagar, lo solidario significa dar, y este concepto es el que guía nuestra actividad”, describe Martín Gómez, guitarrista y tecladista. Y el sueño –colectivo y familiar– se fue haciendo realidad a partir de tres grandes pasos: la creación de la banda, en 1997; la conformación de una asociación civil, en el 2002, y el nacimiento del proyecto Academia Solidaria de Arte, hace ya cuatro años.
música como para el trabajo solidario. Según cuenta el mayor de los Gómez, cada recital era planificado con varias semanas de anticipación. Antes de cada show, los tres hermanos y algunos seguidores visitaban el barrio para convocar a los vecinos y también para evaluar qué era lo que ahí necesitaban. Así, además de cargar los instrumentos, la banda transportaba en su viejo Ford Escort tarros de pintura para revivir apagados y corroídos bancos de plaza y herramientas para restaurar trepadores, hamacas, toboganes. Otras veces, la pintura le daba forma a enormes y coloridas figuras que quedaban plasmadas en alegres murales, y muchas otras, hasta cortaban el pasto. Fue así que la demanda de los barrios se incrementó día a día y no tardaron en llegar pedidos de colegios, comedores comunitarios, asilo de ancianos y hospitales. Y a la música y al
Paso a paso “Empezamos haciendo recitales en las plazas de Villa Allende”, asegura Martín, quien menciona a Las Polinesias, Español, La Cruz, San Alfonso, El Ceibo y Argüello entre los barrios que fueron sus primeros escenarios, tanto para la
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CULTURA
Academia Solidaria de Arte
trabajo le fueron sumando la palabra. Así nacieron las llamadas “charlas de concientización”, realizadas luego de cada recital. “Los pibes encontraban ahí un espacio para expresar sus preocupaciones y hablar de lo que necesitaban”, cuenta Martín. Hoy, una década y media más tarde, la Academia Solidaria de Arte es mucho más que Martín, Pablo, Lucas y un puñado de fanáticos; ahora, la tarea también la llevan adelante los ex alumnos, y aquellos que pasaron por sus talleres y clases.
Hacerse escuchar
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Desde los altoparlantes que viajan sobre un viejo Renault 12, se escucha en las calles del barrio la convocatoria al próximo recital en la plaza. Y la voz empieza a correr como el agua. Llega el día, los preparativos se acrecientan, la música empieza a sonar y, detrás, la movida solidaria se va multiplicando. Cada show, una y otra vez, tiene el mismo final: decenas de pinceles se sumergen en tarros de pintura y, así, los jóvenes comienzan a “devolver un poco” lo mucho que reciben y tienen. Estas “devoluciones solidarias”, son el eje de la tarea multibarrial y multidisciplinaria que realiza la Academia Solidaria de Arte, que reúne a 15 profesores, 15 materias, 40 voluntarios, 700 estudiantes y 600 horas cátedra dictadas. Allí se enseña guitarra, percusión, bajo, teclado y canto. También salsa, hip hop, break dance, clown, folcklore, escritura creativa, ensamble, murga, teatro, dibujo, pintura y magia. “Entre el 2001 y el 2008, la actividad desbordó a la banda. La gente necesitaba y demandaba cada vez más, y había que organizarse y mejorar. Eso fue lo que
gestó la Academia Solidaria de Arte”, cuenta Julián Bronstein, su presidente. La ASA funciona en un salón amplio y luminoso facilitado por la iglesia La Misión, en el centro de Villa Allende. Allí, los viernes de 17 a 22, los alumnos aprenden a tocar batería, guitarra y bajo, a educar su voz para el canto o a hacer clown. Lo hacen en módulos de cuatro materias por año y en clases grupales que incluyen una asignatura obligatoria con un título rimbombante: “Consolidación de Valores”. Se trata de un espacio de intercambio –explica Julián– “para que los chicos se expresen” y aborden temas vinculados con sus derechos, “estimulando la inclusión social, el desarrollo de la autoestima y la confianza en sí mismos”. “¡En la ASA es obligatorio pensar! ¡Un espacio copado para escucharnos, para aprender y para expresarnos!”, definen al presentar la materia. Si bien inicialmente todo fue pensado para chicos de entre 12 y 18 años de sectores vulnerables, la Academia abraza a niños, niñas, adolescentes y jóvenes de todos los estratos sociales. Más allá de la tenacidad y el compromiso de sus protagonistas, hubo
CÓMO CONECTARSE
www.academiasolidaria.org.ar
campañas de donación que colaboraron con el crecimiento de esta iniciativa. Con ellas lograron hacerse de instrumentos, vitales pero no indispensables. “Los mejores bateros no tenían batería en sus casas”, resume Julián, uno de los profes de la Academia. Él, de hecho, enseña del mismo modo que aprendió: “Pegándole a las sillas de plástico”, describe. “Una clase de bajo cuesta 400 pesos al mes en un instituto privado”, grafica Julián.
Sin vil metal “La solidaridad hace que el dinero no sea un impedimento para desarrollarse”, repiten una y otra vez desde el centro de arte. Allí no corren los billetes ni existen las barreras sociales. Puede estudiar “el pibe del country o el de la villa”, sin prejuicios de un lado ni del otro, describe el profe batero. “El pibe que estudia en un colegio privado y viene a la academia en una 4x4 no es mejor que el que viene a pata, en alpargatas. Cuando los sentamos uno al lado del otro, todos son iguales”, afirma. La ONG Rosas y Espinas cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Villa Allende, y la Academia Solidaria de Arte obtuvo, en el 2008, el Premio Pilas, otorgado por la Secretaría de la Juventud del gobierno de Córdoba a proyectos que promueven la inclusión social. Además, es una de las tantas iniciativas respaldadas por la organización Ashoka, a través de su programa Avancemos. Ahora, estos jóvenes y no tan jóvenes soñadores y hacedores de sueños, buscan sumar un capítulo más a su historia con la construcción de un Centro Cultural. Y su concreción –una vez más– ya está en marcha.
SALUD
Argentina, Trasplante y Deporte
Con ganas de agradecer Esta asociación promueve el ejercicio físico, el deporte de competición y los hábitos de vida saludables en las personas que recibieron un órgano, están en lista de espera o padecen enfermedades asociadas al trasplante. TEXTO ALEJANDRA SANTORO
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Este año, 57 argentinos participaron de los Juegos Mundiales para Trasplantados.
Además de promover la donación, Argentina, Trasplante y Deporte busca sensibilizar respecto de los beneficios de la vida deportiva, así como también derribar mitos y prejuicios que van desde la constatación feha-
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a década del ’80 fue un período de grandes avances en materia de trasplantes y de la capacidad de procuración multiorgánica en el país. Pocos años más tarde, a comienzos de los ’90, Juan Manuel Villafañe, con sólo 17 años, fue incorporado a la lista de espera de un riñón. Recibir un órgano lo movilizó al punto tal de llevarlo a fundar una asociación civil para deportistas trasplantados o en vías de serlo. “Argentina Trasplante y Deporte Asociación Civil nació a partir de una charla de un puñado de deportistas trasplantados con ganas de devolverle a la sociedad lo que ella nos había dado; a esa persona que en un acto de amor, solidaridad, altruismo y desinterés de recibir nada a cambio, nos había devuelto la vida. Además, surgió pensando en los miles de pacientes en espera que deberían tener nuestra misma oportunidad”, afirma Juan Manuel, productor de seguros y ciclista profesional. La idea comenzó a gestarse en el 2009 en la ciudad de Gold Coast, Australia, en el marco de la participación argentina en los Juegos Mundiales para Deportistas Trasplantados. Sin embargo, llevó un tiempo darle forma a la institución que aspiraba a que el 70 por ciento de su comisión directiva estuviera integrada por personas trasplantadas o a la espera de un órgano. Además, había que estrechar lazos con el Centro Único de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires (Cucaiba). Así fue como Juan Manuel y Pablo Grunewald, otro deportista que tam-
bién recibió un trasplante, fueron los pioneros de esta organización de corazón federal, cuya sede central se encuentra en la localidad de 25 de Mayo, a unos 220 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y 240 de La Plata.
CÓMO CONECTARSE
Argentina, Trasplante y Deporte www.transplanteydeporte.org.ar info@transplanteydeporte.org.ar
ciente de la muerte hasta la supuesta venta ilegal de órganos. Bajo el lema “Superando obstáculos junto a vos”, procura instalar al deporte, al ejercicio físico y la vida sana en general como una herramienta fundamental para los pacientes. “Además de comer sano durante todo el día y tomar tus medicamentos, el ejercicio regular contribuye a que tus órganos se mantengan saludables. Estar activo y disfrutar tus actividades favoritas pueden ayudarte física y emocionalmente”, aconsejan desde la asociación. La importancia de la actividad física correctamente supervisada en pacientes trasplantados –alentada por la organización– lleva a lograr un equilibro entre salud, bienestar y diversión. Los Juegos Mundiales para Deportistas Trasplantados –cuya edición de este año se desarrolló en Durban, Sudáfrica, con la participación de 1.100 jugadores, entre ellos 57 argentinos– son un fiel reflejo de la constante evolución de estas técnicas, que abren las puertas a un desafío de superación. Tanto Juan Manuel como Pablo compitieron en distintas oportunidades a nivel olímpico e internacional. “Hubo un momento dentro de los juegos mundiales, en la etapa de la clausura, cuando se entrelazan alrededor de 3.000 personas de distintas partes del mundo, donde pensé que cada uno de los que estábamos ahí teníamos parte de otra persona dentro nuestro”, confiesa Juan Manuel, receptor de un órgano y, al mismo tiempo, donante de un trabajo cotidiano que también multiplica sus frutos, una y otra vez.
INCLUSIÓN SOCIAL
Trabajo en contextos de encierro
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Un salto a la libertad A partir de la experiencia de Kbrones, en distintos penales se multiplican los proyectos productivos protagonizados por personas privadas de su libertad. Se trata de iniciativas que apuestan a la inserción laboral a través de la autogestión. primera experiencia de su tipo en toda Latinoamérica. Luego, cuando los internos que la formaron cumplieron su condena, se expandió más allá de los muros: hoy funciona en el barrio porteño de Barracas.
TEXTO NATALIA ARENAS
aca la cuenta y le da unos 15 años. Tres veces entró y salió. Marcelo Vargas, de 37, estuvo preso casi la mitad de su vida. Ahora lleva cinco en libertad. Él es integrante fundador de Kbrones, la primera cooperativa del país –segunda en Latinoamérica– creada en contexto de encierro. “Fue el proyecto que nunca tuve, el motor para el cambio de mi vida”, define Marcelo. Kbrones surgió allá por el 2006, a partir de un taller de marroquinería que se dictaba en la Unidad Penitenciaria 12 de la localidad platense de Gorina. Cuando detenidos, ex internos y familiares decidieron dar el puntapié inicial de este emprendimiento, fue
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Una chance real
la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (Fecootra) la que los capacitó en el cooperativismo y los ayudó a evaluar la viabilidad del proyecto. Contaban entonces con casos de ex detenidos asociados de cooperativas, pero no con acciones dentro de una cárcel y con internos como protagonistas. Así, Kbrones se convirtió en la
El rol del Estado l Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) es un organismo autárquico encargado de promover, promocionar y fiscalizar el cooperativismo y el mutualismo en todo el país. Además, se ocupa de otorgar las matrículas a estos emprendimientos colectivos y solidarios, y brinda trece líneas de financiamiento a través de subsidios y préstamos. Las cooperativas en contextos de encierro se ubican entre las que pueden acceder a ellos. “Están surgiendo muchas iniciativas de este tipo, a fuerza de mucho trabajo militante y de instituciones como la Iglesia y las asociaciones civiles, que buscan que los internos puedan integrarse nuevamente al trabajo una vez que recuperan su libertad”, asegura José Orbaiceta, vocal en el directorio del Inaes y referente nacional del cooperativismo de trabajo. “Medidas como la Asignación Universal por Hijo implementada por el Gobierno ayuda de manera muy importante a las familias pero, para erradicar la pobreza más dura y extrema, hace falta también instalar una cultura del trabajo”, considera.
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Antes de Kbrones ya existía el trabajo para los internos en las cárceles como parte de programas de asistencia y tratamiento, pero estaba reducido (y en muchos casos aún lo está) a una suerte de hobby o terapia ocupacional. “Nosotros planteamos al trabajo digno como la única alternativa, como el ordenador social por excelencia. No olvidemos que, para quien cometió un delito, delinquir era un trabajo”, señala María Clotilde Suárez, operadora en Psicología Social del Fecootra. El cambio de paradigma que deben ensayar los presos es claro: saber que está en sus manos generar las propias herramientas para trabajar, y pensar en un emprendimiento sostenible en el tiempo. “Una alternativa de construcción social superadora, ya no en función del delito”, resume Suárez. Una vez instalados en Barracas y con los “kbrones” a la cabeza, la Federación de Cooperativas de Trabajo creó el área de “Cooperativismo en contextos de encierro y liberados”. Desde ese espacio se ofrece capacitación y apoyo a los grupos de presos interesados en motorizar un emprendimiento colectivo. En la mayoría de las experiencias, el impulso viene de la mano de Organizaciones de la Sociedad Civil que trabajan junto con internos a través de talleres y cursos que brindan en los penales. Tal es el caso de
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INCLUSIÓN SOCIAL
Trabajo en contextos de encierro
“Queremos que el éxito de nuestro emprendimiento no provenga de proclamar valores sino de ponerlos en práctica.”
El Ágora es otro de los proyectos en marcha. Funciona en la Unidad número 9 de La Plata, donde, de lunes a viernes de 8 a 17, sus integrantes reciben al equipo de la organización Actitud Emprendedora.
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Elefante Negro, una cooperativa textil nacida en la Unidad Penitenciaria número 1 de la ciudad de Corrientes. “Cuando entramos (al penal), en el 2006, no existía ningún programa productivo, ninguna capacitación en oficio que les ofreciera a los compañeros herramientas básicas para encarar un trabajo”, recuerda Lucio Mauriño, integrante de la asociación civil El Vértice y de la cooperativa correntina. “El proyecto de Elefante Negro fue, en principio, de transformación sociocultural”, agrega. A diferencia de Kbrones, en este caso, la primera batalla fue reconstruir vínculos mediante el arte y el juego. Rápidamente, los internos se apropiaron del espacio y, dentro de ese taller de gráfica textil, nació el sueño de un grupo de detenidos de crear por sí mismos un medio de vida. Elefante Negro se constituyó oficialmente como cooperativa en marzo de este año. Actualmente, funcionan dos unidades operativas: una afuera del penal, donde se confeccionan remeras y ropa de trabajo; y otra adentro, que continúa con la capacitación. El “kbrón” Marcelo dice sentirse “muy orgulloso” de que compañeros
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Kbrones https://www.facebook.com/cooperativa.kabrones El Ágora tallerelagora@gmail.com Elefante Negro www.facebook.com/elefantenegro.cooperativatextil Fecootra info@fecootra.org.ar Inaes www.inaes.gob.ar
de otros penales “se organicen y se den cuenta de la oportunidad de crecer y generar una fuente de inserción”. “El trabajo es el puente que hoy nos lleva a ser parte de una sociedad que en este momento es capitalista y vos, lo seas o no, necesitás plata para comer todos los días”, reflexiona Vargas desde la fábrica que hoy le da trabajo a 17 personas, divididas en dos turnos. Los “kbrones” participan también, de una u otra manera, en experiencias que se replican en Chaco y Córdoba. En algunas tienen un lugar más protagónico y, en otras, brindan apoyo, conocimientos y experiencia. El Ágora es otro de los proyectos en marcha, con los trámites iniciados en la Secretaría de Participación Ciudadana para ser matriculados como cooperativa. Funciona en la Unidad número 9 de La Plata, donde, de lunes a viernes de 8 a 17, reciben al equipo de la organización Actitud Emprendedora. Su actividad es “multirrubro”: marroquinería, pulseras, rosarios, cestería en papel y menúes gastronómicos traducidos al sistema Braille, son algunas de sus producciones. Además de la asociación civil que los asiste y de la Fecootra, El Ágora cuenta con el apoyo de los familiares de los internos, quienes se encargan de tareas que sí o sí deben realizarse del otro lado de las rejas. “Hasta el momento, el dinero recaudado es reinvertido en la compra de insumos y materiales para seguir trabajando”, afirma Pedro Vizcarra, uno de los detenidos que forma parte de la iniciativa. A los “agoreros” el proceso les sirvió, además, para “poder lograr dignamente nuestros salarios con nuestro trabajo, con nuestro esfuerzo”, aseguran. “Siempre decimos que salir a la calle una vez cumplida nuestra condena no es lo mismo que salir en libertad”, diferencia Vizcarra y explica que lo primero implica hacerlo “de la misma manera en que se entró”, sin herramientas para la inclusión laboral. “Desde el momento en que pensamos este proyecto cooperativo, decidimos salir en libertad, es decir, tener un proyecto de vida y construirlo”, concluye.
PUEBLOS ORIGINARIOS
Centro de Interpretación de la Cultura Originaria Ranquel
Cuestión de raíces En La Pampa, a pocos kilómetros de Santa Rosa, la Comunidad Willi Antú busca recuperar su identidad y rescatar sus tradiciones. La propuesta invita a hilar lana de oveja, comer carne hecha al pozo y jugar chueca. TEXTO LUCIANA ROSENDE
n las comunidades ranqueles de La Pampa, Germán Canuhé es recordado como uno de los impulsores del rescate de la historia y las tradiciones originarias. Era un lonko (cacique) que dedicó su vida al rescate del pasado de su pueblo, diezmado por la Conquista del Desierto en 1878. Con este legado, su hija María Inés coordina el Centro de Interpretación de la Cultura Originaria Ranquel (Cicor), un proyecto gestado en el 2005, que es llevado adelante por las propias comunidades. “El problema con este pueblo es que, después de la Conquista del Desierto, en La Pampa no quedó tierra comunitaria, quedamos todos dispersos pero conservando la memoria”, relata Ca-
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nuhé hija. A partir de la Reforma de 1994, la Constitución Nacional reconoció la preexistencia étnica y cultural de los indígenas y su derecho a la identidad. Sin embargo, recién en el 2003, la Comunidad Willi Antú –donde está ubicado el Centro– fue reconocida jurídicamente como tal por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. María Inés recuerda lo que solía decir su papá por entonces: “Comenzó un retorno a casa, desde el exilio en la propia tierra”. Hoy, el Cicor sigue trabajando por ese rescate de los orígenes, desempolvando costumbres y tradiciones. “La gente empezó a interesarse por la historia verdadera; muchos nos preguntaban dónde estaban los ranqueles o por qué estábamos cada uno en su casa –cuenta María Inés–. Entonces, surgió la necesidad de contar con un lugar para
poder mostrar de qué se trata la cultura ranquel, su historia y la actualidad.” El sitio elegido fue en los Altos de Payún, 11 kilómetros al sur de Santa Rosa, capital de La Pampa. Con un marco de montes de caldenes, médanos y laguna, el Cicor inició sus actividades y próximamente se trasladará, dentro del mismo entorno, a un espacio más amplio: “La buena noticia es que conseguimos un comodato en tierras públicas y ahora estamos mudándonos, junto con otros proyectos como el de cría de cabras, el de producción de queso y el tambo. Va a ser un centro de agroganadería ranquel”, afirma con entusiasmo María Inés.
Arrancar desde el aula Las escuelas son las principales invitadas al Cicor. El objetivo es que los chicos de la región conozcan la
pulsoras del rescate de la alfarería originaria. “Se decía que acá no había arcilla, y yo decía que tenía que haber –cuenta Cristina–. El apellido Canuhé es la muestra: es desde donde yo empiezo a porfiarle a todo el mundo. La palabra canuhé refiere a un lugar donde se hace cerámica o hay arcilla para hacer cántaros.” Las piezas recuperadas reflejan técnicas sencillas; están fabricadas con barro semicocido y sin demasia-
“El rescate nos sirve no sólo a los pueblos originarios, sino también a toda la comunidad. Era un eslabón en la cadena que estaba roto y había que pegarlo, juntarlo”, destaca Cristina Fiorucci. da decoración. Hoy la ceramista preserva los estilos de entonces, recurre a las arcillas y arenas del lugar, y hornea las piezas a leña o con estiércol de ganado. “Muchas comunidades están rescatando su historia y sus costumbres, y la cerámica forma parte de eso. Tiene un altísimo contenido espiritual; no solo sirve a los pueblos originarios sino también a toda la comunidad. Era un eslabón en la cadena que
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identidad de esa cultura originaria, y sepan que, en el mismo suelo que ellos pisan hoy, antaño vivían de otro modo, respetando otras creencias y con otros hábitos. Y el gran desafío es que se apropien de esa identidad ranquel, que no la vean como algo exótico. “Yo les explico siempre a los chicos que somos gente como cualquier otra. Si bien estamos luchando para tener las escuelas de gestión ranquel y mantenemos las tradiciones en cuanto a lo espiritual y lo comunitario, tenemos auto, celular, vivimos una vida como cualquier otra en una sociedad occidental”, enfatiza María Inés. Para los nenes y nenas que visitan el Centro, una de las actividades más atractiva es rescatar los juegos del pasado. Boleada, chueca, cacería de animales a caballo –nuvan cullin–, son algunas de las variantes. “La chueca es como el hockey, pero el original: se juega con palos arqueados y una pelota que es una vejiga rellena con ceniza, dura”, describe la coordinadora del Cicor. Las costumbres gastronómicas de ayer y de hoy también cautivan a los invitados. No faltan los platos como carne cocida al pozo –muchas veces de jabalí– o el ñandú al disco. Las técnicas de producción de telares también forman parte de esta tarea de rescate: “Es un tejido en telar desde la urdimbre, desde el hilado de la lana con huso hasta el tejido de la prenda”, explica la mujer. Utensilios de cocina y herramientas de tejido podían verse anteriormente dentro de una típica toldería ranquel construida en el espacio del Cicor y cubierta con cueros de animales. Hoy, el proyecto es convertirla en un rancho. “Algo que se ha rescatado, que se había perdido, es la cerámica ranquel –se entusiasma María Inés Canuhé–. Ha sido una tarea grandísima.” Si bien hasta hace un tiempo los estudiosos de la cultura ranquel en La Pampa sostenían que los restos cerámicos hallados provenían del comercio con otros pueblos, ahora se sabe que su producción era local. “La memoria oral que tenían nuestros abuelos, que decían que hacían cacharros de cerámica, era cierta”, afirma. Además, los arqueólogos, la ceramista de la comunidad, Cristina Fiorucci, fue una de las principales im-
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CICOR (02954) 435467 info@cicor.org.ar www.cicor.org.ar
estaba roto y había que pegarlo, juntarlo”, destaca. Además de aprender a hilar lana de oveja y fabricar utensilios cerámicos, los visitantes pueden descubrir cómo tocar instrumentos musicales típicos como kultrún (de percusión) o trutruca (de viento).
Las semillas La iniciativa del Centro de Interpretación de la Cultura Originaria Ranquel es única hasta el momento, pero proyectan replicarla en otras comunidades ranqueles. Es que sus integrantes entienden a la construcción y reconstrucción de la memoria y la identidad como una tarea colectiva. “Para noviembre tenemos organizado un gran parlamento –anuncia María Inés–. Allí cada comunidad lleva sus artesanías, sus cosas y hacemos una especie de trueque. Durante dos o tres días recreamos juegos originarios, fortalecemos lazos y definimos pasos a seguir.” En la actualidad, hay población ranquel en Mendoza, Córdoba, San Luis y Bahía Blanca. Sea cual fuere el escenario, se organizan eligiendo lonkos representantes y confiando en los consejeros, los más ancianos. “Ellos nos muestran cuándo nos estamos alejando del camino”, define la coordinadora del Cicor. Germán Canuhé fue, sin dudas, uno de los que marcó camino. Él levantó las banderas para la recuperación de los restos de Panguithruz Güor –más conocido como Mariano Rosas–, el jefe ranquel que lideraba las comunidades cuando Lucio Mansilla (el autor de Una excursión a los indios ranqueles, en 1870) iba a tierras pampeanas en representación del Estado argentino para intentar establecer acuerdos pacíficos, que luego serían quebrantados, paso previo al genocidio de la Conquista del Desierto. La calavera de Mariano Rosas estuvo expuesta durante décadas en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata como patrimonio cultural. En el 2001, las comunidades ranqueles de La Pampa protagonizaron una gran ceremonia para darle la bienvenida a los restos de su célebre antepasado. Y fue un hito en su larga lucha. La misma que resiste y persiste hoy en la Comunidad Willi Antú.
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VOLUNTARIADO
Fundación Sendero
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Caminos compartidos Esta organización del sur del conurbano ofrece espacios gratuitos de reflexión para padres, talleres de danza para los más chicos y apoyo escolar. Cada jueves, sus voluntarios distribuyen comida entre familias en situación de calle. TEXTO MARIANA FERNÁNDEZ CAMACHO
icen que el sur también existe. Y eso es lo que nunca olvida la Fundación Sendero, que desde el 2000 atiende problemáticas infantojuveniles y genera proyectos sociales para (y con) las poblaciones vulnerables de esa zona del conurbano. Con el lema “una oportunidad para caminar en la vida” y tomando la salud, la educación y la comunicación como estandartes, Sendero es motorizada por un equipo multidisciplinario de profesionales y voluntarios empecinados en fomentar el diálogo, la inclusión y el respeto por la diversidad. “Lo más valioso de esto es el compromiso, la solidaridad, el ayudar al otro. Es gratificante para uno, no sólo por la ayuda material que se brinda sino por el hecho de estar físicamente con los chicos. Lo fundamental es que, desde la Fundación, se trabaja pensando en incluir al otro, para no hacerlo sentir tan afuera del sistema”, resume Natalia, una de las tantas manos solidarias que sostienes este proyecto. Desde su sede en Temperley, Sendero brinda asistencia terapéutica gratuita a familias en situación de vulnerabilidad, lleva adelante talleres socio-educativos y gestiona donaciones a escuelas y a comedores a través de jornadas solidarias. Los resultados son posibles gracias a la participación de voluntarios, entre los que se cuentan extranjeros que se acercan por iniciativa propia o a través de convenios que la organización tiene sellados con distintas universidades. Nora De Sío de Vaglica es fundadora y presidenta de la Fundación, destaca la movida de compromiso de los vo-
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Premios a la paz a Fundación Sendero fue nombrada, en mayo pasado, Embajada de la Paz. Se trata de una distinción entregada por las fundaciones Mil Milenios de Paz (MMP), y Paz, Ecología y Arte (PEA), en el marco de su campaña Mil Banderas para Mil Escuelas, Organizaciones, Instituciones y Personalidades destacadas del Arte, la Cultura, la Ciencia y la Educación. Nora De Sío de Vaglica y Alicia Miyashiro, ambas fundadoras de la organización, fueron las encargadas de recibir la distinción en un acto que se realizó en el Palacio San Martín, en la Ciudad de Buenos Aires. “Esto demuestra que lo que hacemos se ve, trasciende, y el premio viene a renovar y a darnos fuerzas”, afirma con orgullo Miyashiro. El reconocimiento busca destacar la labor de personas y organizaciones comprometidas con la promoción de la cultura de la paz en sus vidas y en la comunidad.
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luntarios: “Sin ellos no sería posible llevar adelante la tarea”. En los llamados espacios socioeducativos, la Fundación Sendero brinda talleres de desarrollo y capacitación, con una fuerte impronta comunitaria. Allí buscan que chicos que asisten a comedores, redefinan su sentido de pertenencia con el lugar y afiancen vínculos a largo plazo. Entre otras actividades, son comunes la lectura de cuentos, los juegos, las actividades plásticas, el apoyo escolar y la danza. “Hace más de doce años que trabajamos con Sendero. Ellos nos ayudan de todas las formas posibles, así que estamos más que agradecidos porque siempre confían en nosotros. El trabajo que hacemos con Sendero es un trabajo de amor de madre”, cuenta emocionada Hermelinda Ivy Ramírez, referente del comedor Los Angelitos de Ivy, de la localidad bonaerense de Burzaco. En el marco de este trabajo codo a codo, y en lo que es ya casi una tradición, más de una docena de voluntarios de Sendero llevaron allí el último Día del Niño, sonrisas, caramelos, juguetes y alimentos. También hicieron lo propio en el comedor La Sonrisa de los Niños, en Rafael Calzada. A eso se sumó la distribución de juguetes y comida en otros comedores de Claypole, Transradio y Florencio Varela. En total, se entregaron más de 600 juguetes, cerca de 150 kilos de mercadería y 250 litros de leche.
Puerta a la educación Así como lo hace hacia afuera, la bandera de la educación también se alza puertas adentro. La Fundación ofrece capacitaciones tanto a profesionales como voluntarios para fortalecer así el trabajo de campo. La otra pata de la labor de esta or-
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VOLUNTARIADO
Fundación Sendero
“Lo más valioso de esto es el compromiso, la solidaridad, el ayudar al otro”, afirma Natalia, una voluntaria.
de Fin de Año y los Reyes Magos. Marianela es una de las voluntarias que asume con alegría su compromiso con la tarea de Sendero: “Yo armo una especie de red y voy hablando de la Fundación de boca en boca. Hago de enlace entre centros de jubilados, escuelas, gente de edificios de la zona. Sin embargo, lo que más me gusta es participar de las jornadas”, cuenta. “Para el Día del Niño, por ejemplo, yo me encargo de limpiar, ordenar y clasificar los juguetes, y de hacer las bolsitas. Lo que Sendero hace me encanta, me divierte y lo mejor es ver la cara de felicidad de los chicos cuando reciben los regalos”, afirma Jimena, otra gran entusiasta. Pero más allá de esas fechas emblemáticas, el trabajo se sostiene con esfuerzo y dedicación constantes. Así lo atestiguan los hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, que todas las semanas se reúnen para cocinar y pre-
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ganización comunitaria tiene que ver con la salud, y la posibilidad de prevenir y ayudar a evitar problemas presentes y futuros. En ese marco, tiene lugar la atención terapéutica gratuita, coordinada por trabajadores sociales y psicólogos, que apunta a robustecer lazos familiares, sobre todo entre madres, padres e hijos. El llamado Taller de Familia Nuevas Miradas, gratuito y abierto a la comunidad, se desarrolla el primer martes de cada mes en la sede de la entidad, ubicada en la calle Cerrito 65, de Termperley. Ése es otro de los pilares de la tarea. “El objetivo es despejar dudas sobre cómo educar a los hijos, enseñando cuáles son los mensajes que se deben transmitir y cuáles no”, señalan desde Sendero. Además, se ofrecen talleres de nutrición infantil en los comedores comunitarios con el fin de promover hábitos alimenticios saludables. En tanto, durante el año y de manera regular, la institución gestiona donaciones a distintos establecimientos del sur del conurbano bonaerense, y particularmente en fechas como el Día del Niño, las fiestas
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parar las viandas que luego distribuyen a familias en situación de calle. “¡Qué equipo! ¡Necesitamos ayuda, los esperamos!”, convoca Bibiana Bosio en la red social Facebook. “Recordá que podés unirte al armado de viandas todos los miércoles y jueves desde las 16:30. Podés colaborar cocinando, en la distribución o con la donación de los ingredientes del menú”, señala la Fundación. Los vínculos que crea Sendero parecen ser tan fuertes que cuesta seguir de largo una vez que se formó parte. Así le pasó a Sabrina, que conoció a la organización como integrante de una agrupación de scouts de la zona sur y allí se quedó: “Desde chica me acostumbré a pintar escuelas, a arreglar casas, es mi filosofía de vida, y quise volver a ayudar a Sendero porque estar con los chicos es algo único”, señala. Es que, como decía el poeta Mario Benedetti, “pero aquí abajo, abajo/cerca de las raíces/es donde la memoria/ningún recuerdo omite/y hay quienes se desmueren/y hay quienes se desviven/y así entre todos logran/lo que era un imposible/que todo el mundo sepa/que el Sur también existe”. Y aquí todos son parte.
SOCIEDAD
La Revistita Multicultural
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Incluir con la palabra A través de talleres participativos y de una publicación, un grupo de jóvenes incentiva la reflexión sobre los prejuicios culturales y sociales. El objetivo es valorar la diversidad y dar lugar a la expresión de las minorías. TEXTO ANDREA VULCANO
Mi sueño es ser cantante y modelo, pero lo que más quiero ser es bibliotecaria de la escuela cuando sea grande.” Kello es amarillo; yana, negro; yurau, blanco; chumpy, café, y todos esos colores se entremezclan en una sopa de letras en lengua quechua. “Mi mamita me dijo que yo soy cobriza y bien bonita porque en mi sangre llevo la gran nación Diaguita.” La Revistita Multicultural nació hace cinco años y lleva seis números editados. En ella ven publicadas sus producciones los chicos que participan de talleres realizados en escuelas, con la diversidad y la interculturalitambién de las prácticas culturales reladad como ejes. Y se leen e intercamcionadas a ellas”, resume. bian culturas y saberes. Y también los leen sus familias, sus comunidades y El origen sus barrios. Así, quienes hablan queLa historia comenzó cuando, en chua aprenden algo de chorote, guael marco de su tesis para la Licenraní, chiriguano y mapuche, y viceciatura en Antropología Social, Inversa. Y otros compañeros, vecinos o és Finchelstein se acercó a la comusimples lectores que sólo navegan el castellano, se animan a bucear en nuevas palabras y en nuevas historias. “Es un espacio de expresión, educación y valoración de la diversidad ética y sociocultural que, centrado en niños, niñas y adolescentes, apunta a reflexionar de modo crítico y constructivo sobre prejuicios que se encuentran fuertemente instalados en nuestra sociedad”, se presenta La Revistita Multicultural. “A través de dibujos, cuentos, historias, juegos y crucigramas, los chicos contribuyen a la valoración de las lenguas y las tradiciones de Argen- Uno de los talleres fue realizado con niños de la comunidad tina y Latinoamérica, así como diaguita calchaquí El Divisadero, en Cafayate, provincia de Salta.
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nidad boliviana del partido bonaerense de Escobar. Allí, afloraron prejuicios, estigmas, historias silenciosas y prácticas culturales acalladas. “Lo que más me marcó fue cómo los chicos incorporan estigmas que están presentes en nuestra sociedad, ligados –por ejemplo– al hecho de hablar una lengua indígena, a ser inmigrante de un país limítrofe o al color de la piel”, cuenta la joven y agrega: “Muchas veces, en un primer momento, los chicos de pueblos indígenas e inmigrantes dicen que no conocen la lengua quechua y, luego, te das cuenta de que sí la saben y que buscan disimular esa parte de su propia identidad, producto de la fuerte discriminación que hay en la sociedad, a veces en forma explícita y otras no”. De esta realidad nació la idea de rescatar esas prácticas acalladas, y llevarlas a letras de molde. “¿Cómo podemos constituirnos como ciudadanos activos, autónomos, con la autoestima que para eso hay que tener, si parte de tu identidad aparece como no valorada y vos mismo terminás reproduciendo e internalizando ese estigma?”, plantea la antropóloga. Luego de tres años de andar, el proyecto sumó otra pata fundamental: los talleres multiculturales. Se trata de encuentros participativos realizados en escuelas en los que se pone en cuestión el tema de la diversidad cultural a partir de la reflexión en torno de estereotipos y prejuicios presentes en la vida cotidiana. La Revistita lleva publicados seis números, con una tirada de 1.500 ejemplares, según aseguran sus propulsores. En sus páginas –de un forma-
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Los voluntarios son estudiantes o graduados de Sociología, Antropología, Comunicación, Magisterio, entre otras carreras.
desde hace 22 años. A la escuela, a la que asisten 150 alumnos en su mayoría de la etnia chorote, llegaron ejemplares de La Revistita que sirvieron de disparadores de nuevas producciones. “Los Chorotes somos un grupo de aborígenes que vivimos al este de la provincia de Salta, República Argentina. Somos pescadores, recolectores y medianamente cazamos. Hablamos y escribimos la lengua originaria ìchorotei: mantenemos la cultura”, cuenta Ricardo, en un texto escrito primero en castellano y, luego, en su lengua.
Hay equipo En lo que va de su puesta en marcha, por los talleres multiculturales ya pasaron 900 chicos. Y la idea –dicen– es multiplicarlos y extenderlos a distintos puntos de la Argentina. Inés Finchelstein es la coordinadora general. Camila Cerra, antropóloga social y becaria del Conicet, entrelazó su tesis de doctorado con esta propuesta y se encarga de la logística de los talleres. Junto a Maribel Ulm, una estudiante salteña de Ciencias de la Comunicación de la UBA, viajó en julio pasado a Cerrillos, Salta, para llevar el taller a dos escuelas rurales. La ex-
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to pequeño, aun más que un cuaderno– abundan dibujos de los chicos que participan de los talleres, las palabras en distintas lenguas con sus equivalentes en castellano, algunas poesías y unas cuantas sopas de letras y crucigramas. En la primera edición, Luis escribió sus deseos: “Ñoka munini uj bicita. Ñoka manani ripuyta Boliviaman. Ñoka munani uj p’ujllanata. Yo quiero una bici. Yo me quiero ir a Bolivia. Yo quiero un juguete”. Los colores de los dibujos son intensos; las palabras, también. La cuarta edición surgió de talleres realizados en la Escuela 28 del barrio Lambertuchi, de Escobar; en la Escuela Media Provincia de Salta, de La Matanza; y en la Escuela Primaria Doctor René Favaloro, de Villa Rosa, Pilar. Noemisa dibujó en lápiz negro una catarata y, además del concepto en castellano, escribió “caycho”. También una casa y, junto a ella, “wasi”. En el último número, Ángel dibujó una planta y detalló cada una de sus partes en quechua: “zapin, kaspin, husan, puquynin y tikan”. En este caso, la revista se edificó con los aportes de chicos de una escuela primaria de Escobar, de otra de Luján, y de los chicos de cuarto y quinto grado de una escuela con modalidad intercultural bilingüe de la Comunidad Misión La Merced, de Santa Victoria del Este, a la vera del Río Pilcomayo, en Salta. Allí, Victoria García es maestra
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La Revistita comunicación@larevistita.com.ar www.la-revistita.com.ar
periencia, otra vez, fue enriquecedora. En total, son unos veinte jóvenes de entre 22 y 29 años los que conforman el equipo que le da vida a este proyecto y que, a su vez, va horadando el vetusto estigma de indiferencia que todavía atraviesa a esa generación. Ellos son estudiantes o graduados de Sociología, Antropología, Comunicación, Magisterio, Pedagogía y Diseño de Indumentaria y Textil. Y aspiran a ser más, para que los talleres se multipliquen. Durante el 2008 y el 2010, la propuesta recibió el apoyo y financiamiento del programa Avancemos de Ashoka; en el 2009, el de Peacechild International, y este año, el del Inadi. Las sillas forman una ronda. Los chicos se sientan, primero tímidos y después se largan a hablar. Saltan las coincidencias. Las diferencias también. Y no asustan; todo lo contrario: divierten, interesan e intrigan. A veces hay que buscar más allá de la superficie, porque sobre ellas hay un manto de silencio, una vieja capa de prejuicios y de estigmas. Pero cuando aparecen, lo propio está ahí, a flor de piel. Y los ojos brillan, los lápices empiezan a correr y los colores se entremezclan. Uno ayuda al otro. El otro se sorprende. Y ríe. Hacen una ronda y sobre ella repiquetean distintas lenguas. Un momento de encuentro, de charla, de escucha. Sin barreras, ni muros, ni siquiera invisibles.
INTERNACIONALES Arts
cultura y Desarrollo
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Riqueza para compartir En una ida y vuelta entre Valencia y las repúblicas de Malí y Níger, en el África occidental, esta organización promueve la integración a través de la cultura. Busca rescatar la tradición oral y reflejarla en producciones multidisciplinarias. TERCER SECTOR EN ESPAÑA INFORME PAULA LIVERATORE
n libro. Muchas historias. Comunicación entre culturas. Talleres artísticos. Dibujos que toman cuerpo en un corto. Raíces. Tradición. Identidad. La organización valenciana Arts, Cultura y Desarrollo lleva en su nombre su misión y razón de ser. “Garantizar el acceso a la cultura en la medida de lo posible a toda la población; mantener, proteger y conservar sus tradiciones, y otorgar oportunidades a las nuevas generaciones de artistas son los objetivos que intentamos alcanzar”, define Javier Mantecón, uno de los coordinadores que desde el 2011 estuvo a cargo de las actividades de esta OSC, que crece de la mano de un grupo de
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África contemporánea fribuku es el nombre de un blog en el que Javier Mantecón –uno de los referentes de Arts, Cultura y Desarrollo– escribe y difunde expresiones artísticas que buscan reflejar la vida en el continente. Afribuku deriva África, y de “buku”, que significa libro en lengua changana, hablada en el sur de Mozambique. “La música de Malí es uno de sus principales bienes exportados. Níger, además de su música, de una calidad excepcional, se destaca por una gran riqueza en sus manifestaciones de literatura oral. Senegal posee una escena plástica y literaria apabullante. Nigeria cuenta con la mayor industria de cine del mundo y Mozambique es referencia en danza contemporánea”, enumera Mantecón. En este sentido, sostiene que “los artistas africanos y, por ende, los músicos, suelen estar muy cerca de su entorno y de la realidad que les rodea”. Además, remarca: “La naturalidad que expresa su música y el afán de compartirla con cualquiera que lo busque, hacen que, una vez que la pruebas, no eres capaz de parar de seguir degustando”.
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artistas en las repúblicas de Malí y Níger, en África occidental. Financiada principalmente por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid), Arts, Cultura y Desarrollo nació casi al mismo tiempo en que fue contactada por el Conservatorio de Artes y Multimedia Balla Fassekle Kouyaté de Bamako, capital de Malí, para comenzar una serie de intercambios de formadores, alumnos, artistas y producciones multidisciplinarias. A pesar de ocupar el puesto 182 del Índice de Desarrollo Humano de un total de 186 países y de haber sufrido un golpe de estado en marzo de 2012, la cultura sigue teniendo un rol protagónico en Malí. “Alrededor de un 8 por ciento del PBI es destinado a esa área, que es un porcentaje de los más altos de la región y del mundo”, destaca Mantecón, quien vivió hasta mayo pasado en Níger. Mamari y los genios del río y Awa y el hipopótamo sagrado son dos de las leyendas rescatadas de la tradición oral en Segou, la segunda ciudad en importancia de Malí, otrora capital de uno de los imperios más poderosos de la región, el Bambara, gobernado por Mamari Coulibaly. La primera cuenta cómo el imperio de Mamari llegó a ser tan grande a fuerza de valentía. En tanto, la segunda habla de las terribles consecuencias de la envidia. De la combinación surgió Historias para compartir, una serie de libros-DVD fruto de la colaboración entre el Conservatorio de Bamako y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), con textos escritos en español, francés y bambara, la lengua más utilizada en Malí. En España, Arts trabaja en la integración con la inmigración local a través de campañas de sensibilización, ta-
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INTERNACIONALES Arts
cultura y Desarrollo En Niamey se desarrolló el último “Encuentro Literatura Oral en África”.
tival, se establecieron tutorías para reforzar la escritura de proyectos culturales”, cuenta Mantecón. De ello derivó la selección de tres inciativas. “Gracias a Arts, Cultura y Desarrollo esta aventura continúa con la primera edición de mi festival de artes escénicas Shakatawa”, afirma Rachid Ramane, periodista cultural nigeriano de 51 años. “Aquí las formaciones son poco frecuentes y los festivales dan la oportunidad a los jóvenes de entrenar”, señala Maman Iro Abdoul Aziz, nigeriano, de 31 años, director artístico de la compañía Bafunei Dijo (espejo de la vida), del Centro Nacional de Referencia para Jóvenes de Boukoki, quien participa ahora de la organización de “un festival de comedia internacional previsto para diciembre del 2014 en Niamey”, cuenta.
De boca en boca La tradición oral está en la base de todas las culturas, pero en África tiene una particularidad: “Este continente mantiene algo que en el mundo occidental hemos querido borrar buscando esa modernidad mal entendida: el respeto a los
A pesar de ocupar el puesto 182 del Índice de Desarrollo Humano de un total de 186 países y de haber sufrido un golpe de Estado en marzo de 2012, la cultura sigue teniendo un rol protagónico en Malí.
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lleres y eventos. Este año se destacó la segunda edición de Adi kids, un curso de animación de cortos llevado adelante junto a la UPV, en el que participan niños españoles, malienses y senegaleses de entre 6 y 14 años. Además, a principios de este año, se llevó adelante con éxito una campaña de recaudación de fondos para darle continuidad a los talleres artísticos para niños en riesgo de exclusión social en la ciudad de Bamako. Al final del curso, los chicos que participan de esta iniciativa tienen la posibilidad de exhibir sus trabajos en Petit Consonart, una de las secciones del festival de artes Consonarts que promueve a los artistas jóvenes del país y facilita la formación de gestores culturales. La tercera edición de este encuentro se desarrolló en Niamey, capital de Níger, en diciembre del año pasado, debido a que en Malí la situación era muy inestable. En el país africano de Níger la esperanza de vida es de 55 años y sólo el 29 por ciento de su población está alfabetizada. “Debido a la gran convocatoria del fes-
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Arts, Cultura y Desarrollo www.artsculturaydesarrollo.com Afribuku www.afribuku.com javiermantecon83@gmail.com
mayores”, sostiene Mantecón. Por eso, resulta crucial el rol de los llamados griots en Malí, trovadores que desde hace siglos mantienen viva, de boca en boca, la historia del Imperio Mandiga. En este contexto y junto a otras ONG, Arts promovió el Primer Encuentro Internacional de Literatura Oral Africana, que reunió a los mayores expertos en Niamey en diciembre del año pasado. De allí nació la Plataforma de la Memoria Oral Africana. Así, lo contemporáneo se une a lo tradicional, rescatándolo: “La batalla a la que queremos unirnos es el viaje hacia una identidad útil para las personas. Se trata del Saber que nos han dejado en herencia, transmitido de generación en generación”, narra uno de los audiovisuales.
Fotorreportaje La otra mirada
Relatos del Impenetrable ardones, algarrobos, culebrillas, abuelas que tejen la fibra del chañar: un grupo de chicos del Impenetrable Chaqueño, en su mayoría wichi, retrató cómo es la vida cotidiana en el monte. Se trata de una serie de fotografías que conforman la muestra titulada TIYAJ, Nuestra Mirada, que puede verse de martes a jueves, de 14 a 19, hasta el 20 de diciembre, en el Espacio Cultural del Chaco en Buenos Aires, Callao 328. TIYAJ es el resultado del proyecto EYE SEE, un taller de fotografía de Unicef –apoyado por Sony–, que recorre el
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mundo y en marzo, por primera vez, se realizó en un país del continente americano.Durante cinco días,el italiano Giacomo Pirozzi, fotógrafo emblemático de Unicef, trabajó junto a 17 chicos y adolescentes, en su mayoría wichis de entre 10 y 18 años, en un taller cuyo objetivo fue estimular la expresión. Los jóvenes que participaron de la experiencia viajaron a Buenos Aires para la apertura de la exhibición. Ninguno de ellos había manipulado una cámara de fotos antes de sumarse al proyecto EYE SEE. La iniciativa fomenta la alfabetiza-
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ción visual en los chicos y su participación en la generación de ideas para promover un cambio social positivo: las imágenes del proyecto conforman una suerte de foro de jóvenes de todo el mundo que a través de la fotografía expresan sus puntos de vista. La mayoría de los chicos que participó del taller son wichi que viven en el monte con sus familias y estudian en la Fundación Valdocco, un complejo emplazado en el Impenetrable Chaqueño que cuenta con escuela primaria y secundaria bilingües, Wichi-Español.
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ME CAMBIÓ LA VIDA
Jonatan Cáceres
Un club, una oportunidad De la mano del rugby, este joven de 20 años del barrio Presidente Perón, en San Fernando, descubrió que, más allá del deporte, el club de sus amores también podía abrirle una ventana a la inclusión social. Y aceptó el desafío. TEXTO ALEJANDRO CÁNEPA
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lia. “Al principio mi mamá nos veía llegar los sábados a la noche golpeados o raspados y se asustaba, pero después lo fue tomando bien”, asegura. A través de un conocido del club, Jonatan consiguió trabajo como gestor de seguros en una empresa. Antes
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bre la puerta de su casa del barrio Presidente Perón, que da a la ruta 202, en el partido bonaerense de San Fernando. Mira a los costados por si viene algún auto o los morosos bondis de la 371 y la 203. La tarde está calma, soleada y con chicharras de fondo, que florecen con los primeros calores. Cruza la ruta, entra en el predio del Virreyes Rugby Club, saluda al cuidador del lugar, se sienta en una silla de plástico y cuenta su historia. “Vivo enfrente desde que nací, hace 20 años. Con mi mamá, que es empleada doméstica, y mis tres hermanos. Mi vieja labura a full de lunes a sábado. Mi papá está separado de ella; él es policía en el Centro de Operaciones de Tigre”, cuenta Jonatan David Cáceres, sentado a un costado del buffet del club donde juega al rugby desde hace seis años. Virreyes, que nació en el 2002, como consecuencia del estallido social de esa época y con el objetivo de acercar el deporte a los pibes de esa localidad y de alrededores, acaba de ascender de categoría, por primera vez, en el rugby porteño. Y Jonatan, conocido por todos como “Collar”, es una de las figuras del equipo. “La verdad es que está muy bueno este club. Además, está a la vista lo que es”, destaca mientras señala con su mano derecha las canchas bien señalizadas, el estacionamiento, el salón de usos múltiples y el primer piso, donde hay aulas en las que chicos de las categorías juveniles reciben apoyo
escolar, una de las tantas actividades que lleva adelante la entidad, más allá de lo deportivo. “Collar” había jugado al fútbol en un club de San Fernando hasta que un hermano se enganchó con la pelota ovalada y arrastró a toda la fami-
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www.vrc.org.ar
–aunque siempre en paralelo con jugar al rugby y entrenar todos los martes y jueves por la noche– había trabajado como repositor en supermercados, jardinero y cadete en una tienda de zapatos de mujer. “El laburo más cansador era el de jardinero; tenés que estar paleando todo el día bajo el sol. Llegaba a casa, me daba un baño, me acostaba un rato y después iba a entrenar”, recuerda. También, cursó el CBC para Ciencias Económicas en la UBA. “Metí tres materias pero me desaprobaron en otras tres y eso me bajoneó y dejé, pero pienso volver”, afirma. Con la mayoría de los jugadores de los otros equipos de la última categoría, “Collar” tiene buena relación. “Pero jugando en juveniles contra clubes importantes tuve discusiones porque, para algunos, éramos ‘los negritos de Virreyes’. Ahí yo era calentón, pero mis compañeros me contenían”, dice. Con el ascenso, al éxito social la institución le suma el deportivo. Enfrente, “Collar” vive en una casita de dos pisos: en la planta baja, sus abuelos y, arriba, él con sus tres hermanos varones y su madre. Desde allí hasta la entrada “del Virreyes” lo separan apenas 50 metros. “Por eso, cuando falta un árbitro en partidos de juveniles, me llaman a mí para que vaya”, relata. En el mismo barrio, “La Perón”, como le dicen los vecinos, también viven otros rugbiers del club: “Chicho”, “Marta” y “Chiche”, entre otros. ¿Y qué dicen acá de que jueguen al rugby? “Si a una mina del barrio le decís queriendo chapear ‘soy jugador de rugby, te dice: ‘¡¿Qué me importa?!”, responde entre risas.