Revista Tercer Sector Edicion Nº92

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Voluntarios que asisten a quienes duermen en la calle

TERCERSECTOR Una publicación de la Fundación Del Viso AÑO 19

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N° 92

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Recargo envío al interior $0,80

Miles de personas sortearon la pobreza y el desempleo a través de un emprendimiento. La ayuda de las organizaciones sociales que aportan capacitación y recursos. El rol del Estado y de las redes que permiten convertir estos proyectos en cooperativas

Despegar con trabajo propio



Staff

Sumario

Dirección General

Marcos Cytrynblum

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Editora General

Silvia Fiore

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Edición

Nota de Tapa

Impulso para emprender Medios

Todas las voces

Andrea Vulcano

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Arte y diseño

Walter Molina

Reportaje

Luis Pescetti, literatura, música y participación

Colaboraron en este número

Luciana Rosende, Roly Villani, Laura Eiranova, Sabrina Pozo, Fátima Cheade, Luciana Mantero, Florencia Tuchin, Alejandro Cánepa, Victoria Ciccola, Ricardo Caiguara, Silvia Marchant, Claudia Rosales, Julián Blejmar, María Alvarado, Sabrina Santopinto, Laura Cedeira, Mariana Fernández Camacho, Rocío Galvan, Maricel Seeger

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Corrección

Fernando Orecchio

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Comunicación y publicidad

Educación

Fundación Acarapu-A, de Corrientes Camino al andar

Silvia Carranza, de Cilsa Salud

Padres Dragón Aguafuerte

Más allá de los muros

Adriana España Asistente

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Daniela Crucil

Discapacidad

Con sabor a inclusión Informe Especial

Impresión

Artes Gráficas Buschi S.A.

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Distribución

Solidaridad contra el frío Cultura

Brihet e hijos S.A.

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Proyecto Pulpería Cooperativismo

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55 facebook.com/revistatercersector

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@TercerSectororg

El trabajo de reciclar Vidriera social

Productos de Comercio Justo Economía Social

Viajeros con red Reflexiones

Entrevista a Marina Silva

60 Medio ambiente

Conciencia sobre ruedas

SUSCRIPCIONES suscripcion@tercersector.org.ar

67 Pueblos originarios

Agua, bosque y trabajo

TERCERSECTOR

70 Voluntariado

Microjusticia Argentina

Premio Adepa / Bien Público Es una publicación editada por

73 Internacionales

Cultura viva comunitaria

Fundación Del Viso Personería jurídica 168/88 Av. Córdoba 5869 2º B (1414) Buenos Aires, Argentina Telefax: 4777-4460/6988 - 4779-1243 R.N.P.I.: 350839 E-mail: produccion@tercersector.org.ar Homepage: www.tercersector.org.ar

Dossier

Año XIX - N° 92 Julio-Agosto 2013

Generar recursos: Crownfounding Vecinos activos

Sustentabilidad

76 Género

Las mujeres de Puka Llacta

Negocios con mirada de derechos

78 Fotorreportaje

Padrinos de escuelas rurales

82

Me cambió la vida

Mónica Santino

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Editorial

Emprender a Asignación Universal por Hijo les trajo alivio. Un paso importante, pero no suficiente. Para miles de familias, ese beneficio no garantiza el sustento de todos sus miembros. Y la dificultad que encuentran los jefes de hogar para reinsertarse en el mundo de trabajo, los mantiene en la esfera de la exclusión. El aprendizaje de un nuevo oficio y la puesta en marcha del propio proyecto productivo aparecen como la esperanza de mejores condiciones sociales. Y, en ese sentido, cada vez más organizaciones sociales toman la posta para brindar capacitación y asesoramiento, haciendo que la reconversión productiva de cada una de esas personas sea un horizonte posible. En lo inmediato, la puesta en marcha de estas iniciativas tiene como punto de partida la generación de recursos para el núcleo familiar. Pero, con el aporte de otros actores sociales –tanto privados como públicos–, alcanzan formas asociativas más complejas: desde iniciativas comunitarias, hasta la conformación de cooperativas de trabajo, con base en principios solidarios y de Comercio Justo. El Estado –capaz de proveer capacitación, subsidios, recursos técnicos y acceso al microcrédito canalizados a través de las OSC– cobra protagonismo cuando se trata de darle mayor escala a estos proyectos. Y contribuye a que la semilla germinada al abrigo de la organización social aporte otros beneficios. Porque cuando los padres tienen empleo, se evita el trabajo infantil, el desarraigo o el desmembramiento del grupo familiar, y se burla el estigma de la delincuencia para los jóvenes que pueden insertarse laboralmente, entre otras mejoras. Una vez más, la sociedad civil contribuye al desarrollo de las comunidades dando vida a un modelo económico alternativo, que realmente contemple la inclusión de quienes habían quedado al margen. Y muestra los variados matices que cobra el compromiso social . De esto también da cuenta el informe especial que acompaña esta edición sobre la labor que desarrollan cientos de voluntarios que participan de recorridas nocturnas para llevar asistencia a quienes duermen a la intemperie. O los que viajan para dar una mano a los pueblos originarios del monte chaqueño. O los que trabajan para preservar la identidad de pequeños poblados bonaerenses. En todos los casos, se trata de gente que participa en la construcción de un modelo de sociedad donde haya posibilidad de vida digna para todos.

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NOTA DE TAPA

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Un paso adelante

Muchas personas que habían quedado al margen del mercado laboral encontraron en el aprendizaje de un oficio y la creación de un emprendimiento propio el camino a su reinclusión. Algunas de esas iniciativas, surgen al amparo de las organizaciones sociales que aportan capacitación, recursos y el impulso necesario para crecer. El rol de las redes y el aporte del Estado. TEXTOS LUCIANA ROSENDE

l primer paso siempre es el más difícil. Por eso, el empuje inicial tiene tanto valor. Si de emprendimientos se trata, las Organizaciones de la Sociedad Civil constituyen muchas veces los motores de ese impulso. Es que son

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ellas las que –por cercanía, presencia, convicción y conocimiento– aportan a pequeños emprendedores la capacitación, ayudan a procurar fuentes de financiamiento y desarrollan el modus operandi para que la rueda empiece a girar. Claro que, si bien estas propuestas permiten poner en marcha los engranajes, el gran desafío es que, con

el paso del tiempo, la maquinaria siga funcionando. Allí, entonces, se vuelve clave el vínculo con otros actores sociales, sobre todo con el Estado que, a través de programas sociales, subsidios y créditos, puede aportar sustentabilidad a este tipo de iniciativas. “En los sectores más marginales, a los cuales se les quitó la posibilidad de acce-

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En la Fundación Equidad enseñan a los jóvenes a reparar computadoras.

so a la formación técnica, la presencia de ONG y del Estado facilita la recuperación de saberes y experiencias que permiten el desarrollo en formas asociativas de mayor complejidad. Probablemente, en muchos casos la experiencia de estos emprendedores se va extendiendo a talleres familiares y a diversas formas de asociativismo”, destaca Patricio Grif-

fin, presidente del Instituto Nacional de Economía Social (Inaes).

Lazos necesarios Como su nombre lo indica, la organización Voluntario Global trabaja en el desarrollo de programas de voluntariado que buscan promover la conciencia social y generar oportuni-

Reparto equitativo l modo en que se organizan económicamente los miembros de cada emprendimiento es clave para garantizar su continuidad y buen funcionamiento. Por eso, en ese aspecto puso el foco la Fundación Alameda al trabajar junto a la comunidad qom, en Formosa. “Nosotros, junto con la Secretaría de Derechos Humanos de la CGT tenemos la obligación de monitorear porque somos responsables de las máquinas (incautadas en talleres clandestinos). En ese marco, planteamos un reparto equitativo de los ingresos; si eso no pasa, se da por terminado el comodato”, advierte Tamara Rosenberg, miembro de la organización. De este modo, la existencia misma del proyecto quedó supeditada a la distribución igualitaria de las ganancias. La misma premisa rige en Añatuya, Santiago del Estero, entre las tejedoras de telar de la fundación Haciendo Camino. “Hacemos ferias una vez al mes donde se vende y se expone, y ese dinero se reparte entre las alumnas del taller”, afirma Etel Carrión, la coordinadora. Se trata –afirma– de “dignificar a la mujer”.

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dades de integración, muchas veces mediante la educación. “Estábamos impulsando a chicos para que terminaran el secundario, para que siguieran estudiando, pero, ¿cómo iban a hacer? Si para ellos es imposible conseguir un trabajo de medio tiempo y llegar a la Universidad de Buenos Aires”, relata Valeria García, coordinadora de la entidad. Esa encrucijada, sin embargo, fue el punto de partida para la cooperativa de trabajo Su Lavandería, puesta en marcha y atendida por jóvenes de sectores de bajos recursos económicos del sur porteño. La iniciativa, que ya cumplió cuatro años, fue posible gracias a una red de colaboraciones. Voluntario Global desarrolla tareas de turismo sustentable y está vinculada a la Cámara de Hostels, que planteó la necesidad de contar con una lavandería de confianza para llevar sus sábanas, toallas y demás. Un hotelero hizo el contacto con una empresa de máquinas lavadoras, que vendió a buen precio los primeros equipos. En tanto, un voluntariado internacional de España e Inglaterra se puso en campaña para la búsqueda de subsidios, y una beca de la Fundación YPF para jóvenes em-


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prendedores permitió que, en el 2008, la lavandería comenzara a funcionar. Los eslabones de esta cadena incluyen al Estado, que, a través del Programa de Entramados Productivos del Ministerio de Trabajo de la Nación, financió la compra de tres máquinas más y permitió generar nuevos puestos de trabajo. Hoy, hay siete lavadoras encendidas y nueve jóvenes trabajando. “La lavandería podría trabajar con cuatro personas y ser más eficiente, pero el objetivo es generar la mayor cantidad de puestos cooperativos”, aclara la coordinadora y enfatiza que “el objetivo no es que los chicos se queden”, sino que sea una “cooperativa de paso” en la que puedan estudiar y, al mismo tiempo, experimentar “otra manera de trabajar”. Por eso, mientras obtienen un ingreso en Su Lavandería, David se prepara para ser profesor de Educación Física; Ariel está a punto de recibirse de odontólogo y Anabella está terminando el secundario a través del Plan FinEs. “Me impresiona cómo creció. Cuando vine había

Opinión

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Mujeres que trabajan con la organización Haciendo Camino.

dos máquinas y ahora no hay espacio para nada; está rebueno. Hay una plancha nueva… está bueno que sigamos adelante”, se emociona ella ante las cámaras que registran el cuarto cumpleaños de la cooperativa. Sin el aporte de las OSC y del Estado, Su Lavandería no sería posible. A su vez, sin la opción de este tipo de emprendimiento, los jóvenes que hoy

protagonizan esta iniciativa seguramente ya habrían tenido que abandonar o postergar sus estudios. Si la rueda sigue girando, cuando estos chicos y chicas concluyan sus carreras y ya estén buscando empleos acordes con sus intereses, otros tendrán la chance de solventar sus estudios haciendo pie en Su Lavandería, la de todos.

POR PATRICIO GRIFFIN ✱

El asociativismo como motor de desarrollo esde que asumimos en este Gobierno, en el 2003, planteamos que el motor determinante del desarrollo de una economía como la argentina debía ser el empleo y, a partir de ahí, la demanda interna. Desde esa perspectiva, la economía solidaria aporta elementos muy importantes. Por un lado, permite impulsar la distribución geográfica del crecimiento en la medida en que representa intereses locales. Y, por el otro, favorece un proceso que evita la concentración del desarrollo. Porque eso no sólo se expresa en la acumulación de la riqueza, sino también de la industria desarrollada en pocos lugares, con la consecuente concentración urbana y la ruptura de lazos sociales. En cambio, con la mirada de la economía solidaria sucede todo lo contrario. De hecho, en el país, el cooperativismo logró extraordinarios éxitos en momentos de mu-

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cha crisis. Donde hay una cooperativa, en cualquier localidad, quedan ingenieros, técnicos, se generan mecanismos para promover que los jóvenes puedan estudiar y volver a las comunidades porque hay desarrollo tecnológico a escala local. Lo mismo sucede en cuanto a la posibilidad de promover las diversas formas de asociativismo de microemprendedores, porque las cooperativas, cuando están en esas localidades, también demandan proveedores locales. De ese modo, se genera un círculo positivo que mejora la distribución no sólo de la riqueza sino que, también, permite el enraizamiento de las personas en sus propias localidades y, lo que es fundamental, la inclusión social y laboral. ✱ Presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes). 9


NOTA DE TAPA

El primer escalón El aprendizaje es un requisito imprescindible para el desarrollo de cualquier emprendimiento. Por eso, los espacios de enseñanza en oficios o en técnicas artísticas se convierten en plataformas de partida de emprendimientos. Así ocurrió en la Escuela Taller Fá-

nería, electricidad, soldadura. La gente viene a capacitarse en algo muy concreto para poder desarrollar un emprendimiento”, explica Teresa Carrillo, trabajadora social y coordinadora general de Fátima. Además de los conocimientos técnicos, las clases incursionan en la economía social, la perspectiva

escuela. “En un emprendimiento de catering o de confección de prendas, se hace la primera práctica para algún cliente, y algo así como un simulacro de emprendimiento en el que se distribuyen roles y se aplican las competencias que fueron adquiriendo”, explica. Uno de los proyectos gestados por alumnas de estos talleres se llama

“La lavandería podría trabajar con cuatro personas y ser más eficiente, pero el objetivo es generar la mayor cantidad de puestos cooperativos”, explican desde la organización Voluntario Global. tima, del partido bonaerense de Tigre. Esta organización comunitaria lleva dos décadas enseñando a trabajar a jóvenes y adultos en situación de vulnerabilidad social. En un primer momento, allá por los ’90, se sumaban a los cursos muchos desempleados, desesperados por aprender cualquier habilidad que les permitiera trabajar o hacer algo nuevo. La situación es otra por estos días. “Vienen adultos a formarse en oficios más duros, más técnicos, como herrería, tor-

de género, la administración del dinero, entre otros terrenos. Y, en muchos casos, es necesario también complementar la educación básica: “A veces vienen con un tercer o cuarto grados y muchos adultos sin secundario. Es una dificultad a nivel laboral y de competencias, porque hay que reforzar incluso matemática y lengua”, plantea Carrillo. Antes de gestar un emprendimiento propio o salir al mercado laboral, se realizan prácticas en el marco de la

Acceso a microcréditos unto con la capacitación, el financiamiento es otro de los pilares necesarios para erigir cualquier emprendimiento. Más allá de los subsidios y donaciones a los que acceden las distintas organizaciones, los microcréditos suelen ser buenos aliados. “Cuando terminan el curso, los vinculamos con organizaciones que dan microcréditos o con bancos comunales para la adquisición de las máquinas o el material necesario para poder empezar el emprendimiento desde sus casas”, cuenta Teresa Carrillo, coordinadora general de la Escuela Taller Fátima, del partido bonaerense de Tigre. También Sergio Moreno, de Oficios, defiende esta idea: “Desde la Fundación intentamos vincularlos con el municipio o con bancos oficiales para que accedan a créditos convenientes con bajas tasas”. Esta organización apunta a la capacitación de personas de bajos recursos y dicta talleres de electricidad domiciliaria, redes de media y baja tensión, soldadura aplicada a la construcción, plomería, gas domiciliario, tejido en telar, jardinería, auxilio de salón, construcción en seco y armado de muebles. El acceso a un crédito pequeño es muchas veces condición para tener una herramienta propia o para comprar una primera tanda de materiales que permita poner en marcha el engranaje. Si todo sale bien y la rueda gira, recién se necesitará otro microcrédito cuando se decida ampliar el emprendimiento.

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Recreo Dulce. Lo llevan adelante dos mujeres que van a la salida de los colegios a vender tortas y galletitas. Como todavía no pueden tener su propio horno, usan el de la escuela a cambio de una parte del dinero recaudado. Y, mientras tanto, ahorran y le van dando forma a lo que seguramente, en un futuro no muy lejano, será un emprendimiento con vida propia. La capacitación también es el pilar en Escuela Equidad, que integra la fundación del mismo nombre. En este caso, el conocimiento apunta a lo tecnológico. La meta inicial era reducir la brecha digital pero, ante la velocidad de los avances en esa materia, concluyeron que, si apuntaban a la formación, podían hacer más accesible la informática y, al mismo tiempo, generar oportunidades de autosustento. “Empezamos a ver que en el sector empresario se quejaban por la falta de técnicos”, describe Oscar Zúccolo, director de la escuela. La mayor parte de los alumnos que llegan a Equidad vienen de la mano del Programa de Formación e Inclusión para el Trabajo de la Dirección General de Economía Social del gobierno porteño. “Empezó por un curso de un trimestre y hoy los tenemos de cuatro cuatrimestres. La brecha digital en esta población es tan enorme que hay que empezar por reconocer el aparato”, explica Zúccolo. Gran parte de los alumnos son jóvenes que viven en villas y barrios marginales. Uno de ellos, de hecho, atiente un local de reparación de computadoras que abrió en la Villa


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Con máquinas recuperadas de talleres clandestinos, la Fundación Alameda ayuda a crear emprendimientos en Formosa.

31. “Si hay algo que tiene de interesante la informática es una variedad de trabajo infinita”, destaca el director, que hoy se desempeña en un proyecto para crear cibers “autosustentables”. “Hacemos la instalación eléctrica, ponemos las máquinas, los bancos

los hace gente que está presa y los equipos que arreglamos se usan en esos ciber. El único requisito es que contraten a alumnos de la escuela”, describe Zúccolo. En Escuela Equidad ya se capacitaron 589 alumnos como técnicos de PC; 31, en redes, y 1.218

Más allá de la adversidad rmin Díaz fue uno de los fundadores y coordinadores de la cooperativa de trabajo para jóvenes Su Lavandería, impulsada desde la organización Voluntario Global. Él había conocido a la coordinadora en un espacio de alfabetización, muchos años atrás, y desde entonces nunca había dejado de participar. “La cooperativa da una alternativa a los jóvenes de las barriadas humildes, que siempre son estigmatizados como delincuentes”, explicaba en el cuarto aniversario del emprendimiento. Poco tiempo después, Armin Díaz fue asesinado en un asalto. “Se hubiera recibido de contador público en la UBA el año que viene, si no lo hubieran matado en marzo –relata con tristeza Valeria García, coordinadora de Voluntario Global–, La lavandería ha demostrado tener conciencia de trabajo cooperativo porque no decayó. Y los clientes demostraron que entendían y apoyaban, porque no tuvimos un solo problema aunque perdimos a la persona más importante del grupo.”

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adultos mayores, en informática en general.

La llave: el cooperativismo Según datos del Inaes, en la Argentina hay alrededor de 24 mil cooperativas tradicionales, 6 mil mutuales y 12 mil más basadas en lo que el organismo define como “modelos de inclusión social financiados por organismos estatales”. El cooperativismo es la manera de darle escala al trabajo generado a partir de este tipo de emprendimientos. En muchos casos, las OSC ayudan a gestar el proyecto que, luego, asume el formato de cooperativa, lista para emprender su propio camino. Además de esa modalidad, otra de las herramientas que ofrece el Estado como incentivo de estas actividades es el Monotributo Social, un régimen que busca promover la incorporación a la economía formal de hombres y mujeres históricamente excluidos. Incluso, las cooperativas de trabajo con un mínimo de seis asociados también pueden incluirse bajo este paraguas.

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Desde la Fundación Oficio facilitan el acceso a créditos con bajas tasas para poner en marcha microemprendimientos.

Opinión

POR JULIO CÉSAR NEFFA ✱

Distintas desde su origen Las unidades económicas que funcionan en la sociedad y cuya lógica de producción y de acumulación difiere de la clásica en el modo de producción capitalista se han multiplicado en los períodos de crisis económica. Una de esas formas son las (verdaderas) cooperativas de trabajo, pues tienen muchas capacidades para adaptarse y funcionar en diversos modos de producción. Para las ONG se abre un campo vasto de cooperación e intercambio a condición de reconocer su especificidad. El sector público y el resto de la sociedad deben tomar conciencia de la necesidad de crear un sistema de economía solidaria, independiente del Estado, cuyas lógicas de producción y de acumulación sean diferentes a las del modo de producción capitalista. Dentro de ese sistema, las cooperativas y, en especial, las de trabajo, deberían jugar un papel predominante, operando articuladamente y en forma de redes, intercambiando con un justo precio sus productos y servicios entre ellas, poniendo en práctica un esfuerzo colectivo de educación en la gestión y de formación profesional, y constituyendo acuerdos con universidades, centros de investigación y ONG, para hacer estudios de mercado y dar asistencia técnica a las cooperativas que lo necesiten, promoviendo así la toma de conciencia y la activa y responsable participación de los socios dentro de la vida de esas empresas. Es necesario el apoyo de las OSC a las cooperativas de trabajo para dar origen a una economía social, un sector solidario que no se maneje con la lógica capitalista, sino que se oriente a tratar de satisfacer las necesidades básicas de las personas, a generar empleos estables y decentes, y a democratizar la vida y la gestión de las empresas. Y, al mismo tiempo, que trate de que el ejercicio del trabajo cotidiano incremente las calificaciones y las competencias, y no deteriore la vida y la salud de los trabajadores. ✱ Director del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (Ceil), dependiente del Conicet. 12

Lo que comenzó hace ocho años como un taller de costura en un comedor del barrio porteño de Chacarita, dio lugar a la formación de siete talleres que hoy funcionan como unidades productivas familiares. Cinco de ellas ya no dependen de la entidad que los gestó, Media Pila, sino que trabajan con autonomía. Belén Murphy, integrante de la organización, cuenta cómo arrancaron: “Venían mujeres de la zona norte del conurbano que se tomaban el tren para ir a cartonear por la avenida Corrientes, paraban en el comedor y la propuesta era que a la tarde aprendieran el oficio. Ahí empezaron a hacerse las primeras remeras Media Pila”. Con el paso del tiempo, sin embargo, advirtieron que hacía falta algo más para generar una verdadera oportunidad. “Se daban cuenta de que la capacitación no alcanzaba por la discriminación, la disposición laboral, la distancia. Entonces surgió la marca para darles trabajo. Se confeccionaban remeras en la semana y ellos las vendían entre sus conocidos los fines de semana. Así estuvieron un año, después Media Pila creció y se instalaron los talleres. La idea de la marca es que las mujeres puedan tener una primera salida laboral”, detalla. Con un paisaje completamente diferente, la economía social y el emprendedorismo también constituyen instrumentos de organización y sustento en zonas rurales. “La economía solidaria permite impulsar la distribución geográfica del crecimiento, en la medida que representa intereses locales. Desde esa perspectiva, favorece un proceso en contra de la




NOTA DE TAPA

concentración del desarrollo, que no sólo se expresa en la riqueza, sino también de la industria en pocos lugares, con la consecuente concentración urbana, con la ruptura de los lazos sociales. Desde la perspectiva de la economía solidaria es todo lo contrario: se genera todo un círculo positivo que mejora la distribución y permite el aferramiento de la gente a sus localidades”, afirma Griffin, titular del Inaes, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. A partir de la gestión conjunta entre el gobierno santafesino, la Comuna de Fortín Olmos, la Unión de Familias Organizadas de Pequeños Productores de la Cuña Boscosa y los Bajos Submeridionales (Uocb) y la organización Fundapaz, fue puesto en marcha en el 2011 un proyecto que convierte a más de 500 familias de pequeños productores en protagonistas del desarrollo de su territorio y de la producción local. La meta es que, mediante un sistema productivo sustentable, incrementen la comercialización de miel de monte; carne caprina y ovina, y artesanías. “Apoyamos en el sentido socioorganizativo, que tengan organizaciones propias para defender sus derechos y sus productos, lo cual va de la mano de un mejor posicionamiento para que el producto pueda mejorar su precio y no llegar al mercado con debilidad”, plantea Martín Simón, ingeniero forestal y coordinador de proyectos de Fundapaz. En el marco del Programa Ganadero Integral para la región chaqueña, comenzó a funcionar la sala de faena de Fortín Olmos, en la provincia de Santa Fe, donde ya se faenaron 150 cabritos. La Uocb también cuenta con un camión de frío, que lleva la mercadería hasta las góndolas. Y así, lograron cerrar el círculo: desde el primero hasta el último eslabón, todo está en manos de los pequeños productores.

Efectos reparadores Las desigualdades que enfrentan las mujeres en el mercado laboral, los obstáculos para acceder a un puesto de trabajo o la necesidad de permanecer en el ámbito hogareño para cuidar a sus hijos hacen que muchas veces el emprendedorismo sea para ellas la mejor alternativa para la or-

Media Pila creó siete talleres de costura que hoy funcionan como unidades productivas familiares, donde fabrican remeras.

Opinión

POR RODRIGO KON ✱

Inclusión juvenil, el principal desafío Quienes tenemos la suerte de trabajar con jóvenes que, desde contextos complejos transitan la difícil tarea de integrarse al mundo laboral, sabemos que, cuando encuentran oportunidades genuinas para trabajar y son considerados por sus potencialidades, se esfuerzan y se comprometen con una vida mejor. Actualmente, la tasa de desempleo de los jóvenes en América latina casi triplica a la de los adultos y, de los jóvenes que trabajan, más del 50% lo hace en la informalidad. Esta situación significa menores ingresos y una precariedad que suele ser determinante en su trayectoria laboral. Muchas OSC trabajan en la transición de la educación al empleo buscando un punto de partida desde donde los jóvenes puedan proyectarse mejor. Estas experiencias muestran interesantes logros y desafíos a tener en cuenta: ■ Se requiere apertura y escucha activa para comprender a los jóvenes, y ser efectivos en las estrategias de acompañamiento y formación. ■ Existe una estrecha relación entre los logros educativos y la trayectoria laboral. En ese marco, resulta clave favorecer la finalización de los estudios secundarios. ■ Es necesario fortalecer el desarrollo de instituciones educativas de calidad más allá de la escuela, donde puedan florecer en los jóvenes valores y habilidades que los preparen para el mundo laboral. ■ Los jóvenes quieren aprender con los adultos y debemos trabajar día a día para ubicarnos en el lugar óptimo para acompañar su desarrollo. El lugar de los educadores en este proceso resulta definitivo. ■ Se requiere profundizar las alianzas con los sectores empleadores y comprometerlos con el empleo juvenil para unir las necesidades de unos con las de otros. ■ Nuestro desafío es llevar al máximo nuestra pasión y profesionalismo para mejorar la calidad de nuestra acciones, ampliar el impacto y encontrarnos todos en el hacer. ✱ Director ejecutivo de la Fundación Forge. 15


NOTA DE TAPA

“Venían mujeres de la zona norte del conurbano que se tomaban el tren para ir a cartonear por la avenida Corrientes, paraban en el comedor y la propuesta era que a la tarde aprendieran el oficio. Ahí empezaron a hacerse las primeras remeras Media Pila”, cuenta Belén Murphy, integrante de la organización. sivamente a una empresa comercializadora. Antes de comenzar, hubo que aprender y, para eso, contaron con la ayuda de un técnico en alimentos de la Universidad de Lanús. Las bases de este tipo de emprendedorismo se asientan en un modo de organización horizontal y en la economía

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ganización y el sustento económico. Por eso, el Programa Oficios, de la organización Haciendo Camino, apunta especialmente a ellas. Además de las clases de telar, hay talleres de costura, tejido, cocina y peluquería. “Tenemos casos de mamás que tienen máquinas de coser en la casa y emprenden desde ahí. Si son familiares o vecinas se juntan para trabajar”, cuenta. Para difundir y vender la producción de los talleres se organizan ferias abiertas a la comunidad, y cualquier fiesta o acto en el pueblo es aprovechado para promocionar los productos por las emprendedoras. Muchas de ellas son jefas de hogar donde el único ingreso fijo es la Asignación Universal por Hijo. “Ese rol es muy difícil –describe Carrión– porque los hombres tienen trabajos temporarios, golondrina, y generalmente van al campo a trabajar en alguna cosecha, o descargan y cargan carbón. Los hijos no van a la escuela y trabajan en ladrillerías, donde cortan, apilan, cargan. Y si llueve no se trabaja.” En una comunidad como la de Añatuya, un emprendimiento puede convertirse, entonces, en una fuente de oportunidades que subsane las carencias o potencie los alcances de la ayuda estatal. Y lo mismo sucede en otros lugares. La Asociación Civil Pumas del Sur asiste a unos 400 niños y adolescentes en Banfield, en la zona sur del Gran Buenos Aires. Allí, la decisión de generar una salida económica para mamás jefas de hogar, definió las características de un emprendimiento exitoso, del que hoy participan hombres y mujeres. “Lo que más nos llamó la atención es que la mayoría eran jefas de hogar, entonces asociamos la gastronomía con la población femenina, y es algo que se puede trabajar en grupo”, describe José Cantero, director de la Cooperativa de Trabajo Construyendo Futuro, fruto de ese desafío. Y allí nacieron las “pizzas en cono”, que se venden exclu-

CÓMO CONECTARSE

Fundación Alameda 4115-5071 www.fundacionalameda.org Escuela Taller Fátima tallerfatima@yahoo.com.ar www.escuelatallerfatima.org Fundación Equidad 4862-6008 www.equidad.org Fundación Oficios (03327) 481477 info@fundacionoficios.org.ar Fundapaz 4864-8587 www.fundapaz.org.ar Haciendo Camino info@haciendocamino.org.ar www.haciendocamino.org.ar Instituto Nacional de Economía Social 4124-9300 www.inaes.gov.ar Media Pila 2068-7858 info@mediapila.org.ar Pumas del Sur 4248-6358 www.pumasdelsur.org.ar Voluntario Global info@voluntarioglobal.com.ar www.voluntarioglobal.com.ar Fundación Forge argentina@fondationforge.org Inaes 4124-9300 www.inaes.gov.ar 11 4124-9300 Ceil-Conicet 4952 7440 www.ceil-conicet.gov.ar

justa. Nada más lejano a la explotación que impera en tantos talleres clandestinos que la Fundación Alameda se ocupa de denunciar y desbaratar. La puesta en funcionamiento de una iniciativa que hoy llevan adelante mujeres qom de la comunidad Potae Napocna Navogoh, en Formosa, fue consecuencia de la desarticulación de uno de esos talleres esclavos, en el barrio porteño de Parque Chacabuco. Los insumos allí encontrados fueron incautados, y Félix Díaz –líder de la comunidad qom– y la Secretaría de Derechos Humanos de la CGT se constituyeron en sus depositarios judiciales. Las máquinas de coser fueron llevadas entonces hasta Formosa, donde se transformaron en el capital que permitió poner en marcha un nuevo proyecto emprendedor. Aquí, el vínculo entre el Estado y la organización social se dio a través de la Justicia. “La principal idea es que aprendan el oficio y empiecen a generar productos de buena calidad, que en principio serán remeras de la comunidad para vender a quienes los visitan. Además, toda la comunidad consume indumentaria y compra de Paraguay a precios bastante altos, así que producir y vender aquí mismo va a ser un trabajo importante”, cuenta Tamara Rosenberg, integrante de Alameda, quien viajó a Formosa para capacitar a los protagonistas de este desafío. Ante la primera convocatoria, se sumaron más de medio centenar de mujeres y algunos hombres. El taller fue inaugurado el 9 de julio pasado, Día de la Independencia, con una celebración que movilizó a todos, desde los miembros de los consejos de ancianos hasta los más jóvenes. Mientras, el anuncio del nuevo emprendimiento se escuchaba en lengua qom por la radio local. Y quizás éste, como tantos otros, sea el inicio de un cambio, quizás pequeño, mínimo, pero a la vez vital, llave para la inclusión social.



MEDIOS

Palabras en Conjunto

Todas las voces Desde hace ocho años, cada sábado, un grupo de jóvenes de entre 20 y 35 años con discapacidad lleva adelante un programa de radio en una emisora online. TEXTO ROLY VILLANI

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de las herramientas que los chicos reciben para enfrentar su desarrollo una vez que terminan la escuela, porque, en general, si no se logran insertar en el mundo laboral se incorporan a los diversos programas de algunas fundaciones, con lo cual, el manejo comunicacional es siempre bienvenido”, agrega. En este proyecto, Nisemberg es acompañado por Miguel Padawer y Macarena Lezica, además de los 24 jóvenes que componen, hoy por

n breve cumplirá sus 500 emisiones al aire el programa Palabras en Conjunto, un proyecto de radio surgido en los talleres de escuelas especiales de la Ciudad de Buenos Aires. En ese espacio –único en la radio argentina–, jóvenes de entre 20 y 35 años con discapacidades motrices o intelectuales leves toman la palabra y construyen cada mañana de sábado un aire inusual. Allí, aprovechan para hablar de temas que les preocupan, deportes, música y cultura, hacen columnas de opinión, plantean temas de investigación y, a todo, le agregan una saludable cuota de humor. “Esto lo estamos llevando adelante sin organizaciones que nos apoyen, aunque tanto las ONG como las escuelas en las que trabajamos nos dan su aval para que los chicos participen, pero desde el principio surge como una prolongación de los talleres en las escuelas”, cuenta Matías Niremberg, alma mater del proyecto. Palabras en Conjunto se emite por radio a través de la web los sábados de 11 a 12 por Radio Arinfo. La idea arrancó en el 2005. Niremberg trabajaba, al igual que hoy, como docente de comunicación en varios establecimientos de educación especial. “Seleccioné de todos los talleres a aquellos chicos que tenían ciertas habilidades comunicacionales y la intención fue, desde siempre, doble: lograr que a ellos les agarre el gustito por

hacer radio y que el público tenga acceso a otros discursos, otras sonoridades, otras necesidades y otras miradas del mundo”, afirma. Los chicos siguen asistiendo a los colegios aún después de los 20 años. En este segmento de escuelas especiales, la escolarización es bastante más extensa porque muchas veces se dificulta la inserción de los alumnos en el ámbito laboral o productivo. “Nos gusta pensar que la radio es una

CÓMO CONECTARSE

Radio Arinfo www.arinfo.com.ar

hoy, la plantilla del programa. “A estos chicos, muchas veces la realidad, el afuera, les generaba un poco de aprensión, de desconfianza, y con el formato de la radio, con los sketchs, las entrevistas y los comentarios fueron acercándose más y le empezaron a perder el miedo; ése es otro de lo objetivos que cumplió el proyecto”, evalúa Niremberg. Precisamente, en el haber de Palabras en Conjunto figura el hecho de haber participado de distintas experiencias, entre ellas, la visita de los chicos a otras radios de alcance nacional como Rivadavia, Del Plata o Belgrano. Además, en plan de estudios y no como simples visitantes, fueron a canales de televisión. Y también tuvieron la experiencia de hacer radios abiertas y de solidarizarse con personas de la tercera edad que viven en hogares. “Trabajamos la preproducción en grupos pequeños que van después exponiendo al aire lo que se estuvo trabajando”, explica Nisemberg. En estos ocho años de camino transitado, el proyecto se revitaliza todo el tiempo. “La continuidad es compleja –reconoce Niremberg– porque los grupos van sufriendo vaivenes, pero hay dos chicos que están desde el principio y cada vez somos más”, se entusiasma. Gastón es uno de esos dos chicos y exhibe orgulloso su compromiso con este espacio: “Al principio tomábamos este taller como un entretenimiento; ahora es un trabajo y una actividad que nos gusta”. Un proyecto de radio que apuntala varios proyectos de vida.



REPORTAJE

Luis Pescetti, escritor, músico y comediante

TEXTO LAURA EIRANOVA

n hombre sobre el escenario que no quiere que los chicos canten sus canciones, que amenaza con retirarlos de la sala si aplauden a sus músicos más que a él, que los exhorta a no pedirles sus hits porque él va a tocar lo que quiere. Un hombre que trata a los niñitos de “malvados piojos” y los critica sin piedad: “El problema no es que manipulen, el problema es que lo hacen mal”, les dice mientras les aconseja cómo manejar a los padres a su antojo. Ese hombre es Luis Pescetti y los chicos lo aman, entienden el código y se matan de risa. Lo mismo pasa con los adultos, que los llevan a sus shows o compran sus libros o CD, y caen rendidos ante el humor ácido, provocador y altamente tierno del escritor, músico y comediante santafesino. Autor de entrañables personajes de cuentos infantiles (como Frin y Natacha), de literatura para “grandes” (varios sobre parejas, y con el luthier Jorge Maronna o Rudy), y protagonista de discos como Qué público de porquería o el flamante Él empezó primero, Pescetti hizo sus primeros palotes como musicoterapeuta y pedagogo en el pueblo santafesino donde nació, San Jorge. Luego, fue asesor musical del Departamento de Innovaciones Educativas de la Municipalidad porteña y, más tarde, afianzó su carrera en México, donde –entre otras actividades– capacitó a docentes acerca del uso pedagógico del humor y la música, con el aval de Unicef. Instalado en Buenos Aires desde hace más de una década y con público propio y ferviente en muchos países de Latinoamérica, Pescetti es, a los 55 años, una usina constante de proyectos artísticos y solidarios, y el amigo adulto más piola de las nuevas generaciones.

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–¿Cómo te definís ante quien no te conoce?

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–Empecé a los 12 años a trabajar como cadete, con una bicicleta, en una librería; después trabajé como profe de música en escuelas; y de ahí pasé a hacer shows en Cuba y México, y en Argentina, y todos los videos se encuentran en You Tube de manera

“Hay que llevar leche y harina, pero también arte, música y literatura” Él canta, escribe, compone, hace reír, se vuelve cómplice. Los chicos se divierten, mientras los adultos escuchan las palabras justas. El polifacético artista busca transmitir mensajes desde el humor y la ternura. Y también habla de solidaridad. gratuita. Así que me defino como alguien que la pedaleó. –Hay quienes te comparan con María Elena Walsh, ¿qué respondés?

–¡Que no! Siempre son odiosas las comparaciones y más cuando son con una grande. Supongo que es porque ella, como yo, hacía canciones y además escribía, y no abundan los que hacemos las dos cosas. Pero cuando me dicen eso, para adentro pienso: “Pase usted, señora”. –¿De qué manera fuiste armando tu repertorio? ¿Cómo encontraste lo que querías cantar?

–Fui haciéndolo al mismo tiempo que se fue haciendo el artista, todo lo tuve que aprender e inventar. Es como que te ponen frente a algo y te dicen “mirá, esta es la máquina de cuchuflines” y vos preguntás “¿qué son los cuchuflines?”, y te dicen “no sabemos, pero vos sos el operario”. En este caso, lo que había que hacer eran cuentos y canciones para chicos que reflejaran lo que yo veía como profe

de música. Pero lo que yo veía de verdad de los chicos, y no eran la esperanza de la humanidad, eran los que estaban saltando en los bancos ahí enfrente mío, dicho con cariño, por supuesto. Igual, claro que son la esperanza, pero no de la humanidad, porque, ¿qué es la humanidad? Son la esperanza de cada uno de nosotros. –¿Se enseña a ser solidario?

–Sí (se queda pensando), se enseña, ¿pero cómo? Creo que no teniendo miedo a las propias necesidades y confiando en el otro, en que hay otro que te quiere echar una mano. Por ejemplo: alguien se va a trabajar y vos le cuidás a los chicos, y el que se va a trabajar tiene que tener una enorme confianza en vos. –¿Buscás transmitir un mensaje en ese sentido?

–Sí, desde el punto vista de la empatía. Estoy haciendo un taller digital y uno de los temas que quiero abordar tiene que ver con eso, con seguir teniendo resonancia con el otro, con encontrar


más despiertos o estimulados que cuando empezaste?

–La otra vez estaba en el campo, y estaba el nieto de la persona que trabajaba ahí y yo lo veía tan despierto y atento, sabía qué potrero, qué cosecha, que si llovía, que si las vacas no sé qué. Tenía un gran conocimiento y solamente estaba de visita. Pero, entonces, ¿despierto en qué sentido? Si lo ponés en la ciudad, ese chico seguramente se va a mostrar tímido y retraído, y, si a un chico urbano lo ponés en ese contexto, se va a quedar como el Pato Donald cuando se le terminaba la montaña. No los noto ni más ni menos despiertos; en todo caso, por tener habilidades para manejar tecnología se confunde con mayor rapidez, y eso va asociado a que todos los padres tienen un apuro demasiado grande porque su hijo sea un genio y lo supere. Está buenísimo que un hijo supere al padre, pero no tan barato ni tan rápido.

en el otro un semejante, que no necesariamente siempre te obligue y te comprometa, porque eso no es cierto, ni es bueno. Si vos hicieras todas las relaciones con esa carga, sería imposible, con todo lo que hay que hacer en la vida; pero sí hay, en distintos grados, distintas sensibilidades. –¿Encontrás diferencias entre los niños argentinos y los de otros países?

–En Argentina, en general, la relación con la autoridad es distinta, entonces son un poco más desenfadados. En otros países, te subís a un taxi y el trato es de usted; aun cuando hablan, no dan por supuesta una confianza. Los otros días, la editorial me mandó un remís para llevarme a la Feria del Libro infantil (donde presentó su último libro, Nadie te creería), y el señor que

manejaba venía de traje. Cuando llegamos, el hombre del estacionamiento le dice: “¡Epa, qué pinta, papá!”. Esa confianza que acá se supone, en otros países es impensada; es como si todos estuviéramos en la bodega de tercera del barco que todavía está viajando. No lo digo ni como mejor ni como peor, es una característica. –¿Cómo repercute eso en tu relación con el público?

–En saber que hay que entrar de distintas maneras. Acá, si entrás muy arriba en un show, se puede desbordar la sala. En otras partes, si entrás muy arriba, puede sonar chocante, así como cuando alguien entra a tu casa con una confianza desmedida. –¿Vas midiendo, si se puede medir, si los chicos están

–¿La sobrecarga de material extranjero no provoca que se alienen o confundan?

–Aquí no se considera la cultura como un punto de inversión, entonces no es que hay un mal que avanza; hay una industria poderosa que avanza porque tiene todos los recursos para hacerlo y porque hay un espacio vacío. Podemos opinar muchas cosas sobre la piratería, por dar un ejemplo, pero si sólo hacés un análisis ético, te estás equivocando. La piratería, o bajar cosas gratuitas de internet, existe por muchas razones. Y en Argentina, especialmente, hay un pésimo sistema de distribución de bienes culturales. Eso no es culpa de las industrias internacionales. Si uno tiene la mirada demasiado puesta en “los malos poderosos”, estás infravalorando tus recursos, tus capacidades, porque hay muchísimo que se podría hacer por mejorar. –¿Por dónde se podría empezar?

“Se aprende a ser solidario no teniendo miedo a las propias necesidades y confiando en el otro, en que hay otro que te quiere echar una mano.”

–La distribución de bienes culturales es, como si yo te dijera, las carreteras, o sea, vos tenés que llevar leche, harina, pero también arte, música y literatura.

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EDUCACIÓN

Fundación Acarapu-A, Corrientes

Levantar cabeza Esta organización de Colonia Carlos Pellegrini, un pequeño pueblo rural próximo a los Esteros del Iberá, busca apuntalar la trayectoria escolar de niños y niñas, y también ofrecer un espacio de encuentro y diversión. TEXTO SABRINA POZO

n guaraní Acarapu-A significa “levantar cabeza”. Y ése, justamente, es el espíritu que anima a la Fundación AcarapuA, una organización sin fines de lucro que trabaja para que los chicos y chicas de Colonia Carlos Pellegrini, un pueblo rural cercano a los Esteros del Iberá, en Corrientes, se apropien de saberes y puedan construir sus propios proyectos de vida. Una ruta de ripio de 120 kilómetros de extensión separa a sus casi 900 habitantes de la ciudad correntina de

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“Los chicos que asisten a la Fundación tienen más confianza en sí mismos, tanto las madres como las maestras de la Colonia lo observan, y aseguran que los chicos sienten como propio el espacio y demuestran su interés en participar cada día más”, afirma Tchijek. La Fundación está integrada por personal rentado y voluntario tanto en Iberá como en Buenos Aires. Si bien la mayor problemática se plantea a la hora de conseguir fondos, hoy tiene sus fichas puestas en sumar más donantes individuales, que actualmente totalizan 58. Con ayuda de la Fundación Co-

contraturno con la escuela, a las clases de apoyo escolar, que son matizadas con una merienda fortalecida y rica en proteínas, brindada gracias a la Asociación Civil Por los Chicos. María Laura Tchijek es la coordinadora de de Acarapu-A, vive en Buenos Aires y viaja una vez al mes a Colonia Carlos Pellegrini. “La repitencia es una de las problemáticas más importantes que enfrenta la escuela. Lejos de garantizar un mejor desempeño a futuro, estigmatiza al niño y lo condiciona para un fracaso escolar”, analiza.

nin (Cooperadora para la Nutrición Infantil) y del Banco Galicia, Acarapu-A pudo desarrollar el año pasado un taller sobre prevención de la desnutrición infantil. “Este tipo de gestiones interinstitucionales sirven para la Fundación en particular y para el pueblo en general. Si alguien mira lo que uno hace, quiere decir que lo que uno hace es importante y eso ya sólo es motivador y ayuda a no sentirse tan excluido de la sociedad”, sostiene María Laura Tchijek. Sin dudas, para muchos chicos pellegrinenses Acarapu-A significa efectivamente empezar de a poquito a construir una oportunidad. Y la Fundación sueña y trabaja por poder ayudar a más de ellos. Es mucho lo que todavía se puede transitar.

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Mercedes y otros 200 kilómetros, también de ripio, los distancian de la capital misionera. Allí, en ese punto donde ni el asfalto ni las oportunidades llegan, los chicos cuentan con una escuela de nivel primario y, desde hace apenas tres años, con una secundaria. La Fundación Acarapu-A fue creada en 1995 por Elsa Güiraldes, una pintora, empresaria y emprendedora social que conoció los Esteros del Iberá como turista, y a quien la belleza del lugar y las precarias condiciones de vida de sus pobladores la conmovieron lo suficiente como para pensar en instalarse allí y buscar una manera de ayudarlos. Desde sus comienzos, hace ya dieciocho años, realizaron diversos proyectos para mejorar las condiciones de vida de los habitantes del lugar, entre

ellos talleres de artesanías, una huerta orgánica, actividades de apoyo escolar y un comedor. Sin embargo, a partir del 2009, la Fundación decidió focalizar sus esfuerzos en revertir de alguna manera las fuertes carencias educativas de los niños, evidenciadas en los altos índices de deserción y la elevada repitencia. Así fue que Acarapu-A puso en marcha un programa socio-educativo enfocado en el fortalecimiento escolar de los chiquitos y chiquitas de primero a tercer grado que hubiesen repetido. Todos los días, unos 60 niños asisten dos horas a la Fundación, a

CÓMO CONECTARSE

Fundación Acarapu-A (03773) 15401856 info@fundacionacarapua.org.ar



CAMINO AL ANDAR

Silvia Carranza

La fuerza de la convicción Desde fines del 2012, preside Cilsa y trabaja en favor de la inclusión de personas con discapacidad. La mueve la certeza de que es posible dejar de ser víctima para ser protagonista. Su propia vida es un ejemplo. TEXTO LAURA EIRANOVA

na energía violeta ingresa por la puerta de madera y vidrio de la oficina que da a la calle Piedras. Inmediatamente, un saludo y una sonrisa, cálida, afectuosa. “¿Viste qué lindo? Es el color de la trasmutación, dicen”, agradece Silvia el piropo al sweater que la viste. Y se ríe con toda la cara. Contagia. Mirar a los ojos a Silvia Carranza es hacer un camino inverso al habitual. “La gente primero mira la discapacidad y después la capacidad”, dirá ella más tarde. En su caso, la silla de ruedas que la traslada no la define, es un accesorio más. Su propia energía supera

U

El primer verano de su vida lo pasó conectada a un pulmotor. Fueron 90 días dentro de un aparato que respiraba por ella. La salvó, pero no impidió la seguidilla de siete operaciones que más tarde debería soportar en los quirófanos de Alpi (Asociación para la Lucha contra la Parálisis Infantil). Cuando tenía dos años, su padre murió inesperadamente y su madre no tuvo mucho tiempo para lágrimas: Silvia la necesitaba. Recién a los 6 años pudo ponerse de pie por primera vez, gracias a dos prótesis, dos muletas y un corset al que ella odiaba. Hizo la primaria en escuelas públicas y domiciliarias, y ganó una beca del Rotary Club de José León Suárez para cursar la secundaria, pero no pudo

riados inclusive. Un día llegó un inspector, su madre lo atendió refunfuñando y se cobró aquella visita incómoda. “Le dijo: ‘consígale un trabajo a mi hija’, y él fue a la Municipalidad de San Martín y habló de mí. Entré como cadeta y llegué a ser jefa de despacho, la más joven del municipio, con 23 años. ¿Cómo hice? Va en la actitud; yo siempre les digo a los chicos: ‘Vos no tenés techo, el techo te lo ponés vos’”. Silvia cuenta que siempre fue austera. Con esos sueldos, logró comprarse su primer auto. Y ahí su vida tomó otros rumbos. Comenzó a frecuentar el club Ramsay, del barrio de Belgrano, donde funciona el Servicio Nacional de Rehabilitación, y una

“Hay chicos o personas mayores que están en una cama desde que nacieron, y le llevamos la silla a su casa y, de repente, ese chico o esa persona pueden salir a tomar sol, a estar con sus amigos o su familia. Eso es incomparable”, asegura.

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a la de las dos ruedas que la trasladan de un lado al otro desde hace años. “A veces el camino de las personas con discapacidad es más lento, pero igual se llega”. Y lo dice por experiencia. La mujer que preside la ONG Cilsa, la que comanda un equipo al que le pide “actitud”, la que le pone el cuerpo a cada iniciativa y viaja constantemente para dar una mano en los lugares más inaccesibles, nació un día frío de agosto hace 57 años. Una beba “normal” en un hogar “normal” de Avellaneda. Nadie imaginaba que, siete meses más tarde, sería una de las víctimas de la epidemia de poliomielitis de 1956, aquella enfermedad –hoy un mal recuerdo– que afectaba el sistema nervioso central y dejaba graves secuelas.

ser: la discriminaron en dos colegios y debió cursar libre. “Fue una infancia difícil, y la adolescencia, peor. En su momento no lo sufría, ahora lo veo. En el colegio iba a un costadito, no podía correr, ni ir al picnic del 21 de septiembre, ni ir a bailar; muchas cosas me quedaron pendientes. Nada estaba preparado para mí; hoy eso cambió, por suerte”, cuenta. El único espacio seguro, el que la requería día y noche, el que le posibilitaba ganar unos pesos para darse algunos gustos, era el kiosco de su mamá, delante de su casa en Avellaneda. Un lugar accesible para ella y su discapacidad, salvo por una situación: Silvia detestaba pensarse toda su vida entre tres paredes y un mostrador, sábados, domingos y fe-

amiga le insistió para que se sumara al equipo de básquet en silla de ruedas. La esperaba un lugar en la Selección, viajes, premios, un marido y un hijo, Federico, un morocho altísimo que hoy tiene 19 años, es hincha de Boca y juega al básquet en silla de ruedas, aunque no sufre ninguna discapacidad. Por esos años, Silvia ya había dejado la municipalidad y, en 1987, había comenzado su rol de coordinadora deportiva del club Cilsa Buenos Aires. Jamás imaginó que llegaría al puesto más alto de la ONG. “Siempre trabajé desde el lugar que me tocó ocupar. Fui ocho años secretaria de la comisión directiva, después vicepresidenta y ahora llegué a presidenta. Toda mi vida me gustó lo social, lo so-


Panamericano que se hará en el Cenard. “Nosotros damos sillas para andar y hacer camino”, parafrasea Silvia el título de esta sección. Y allá va ella, a Chaco, a Mendoza, a Santa Fe, a Misiones o adonde sea que tengan una entrega que hacer, en forma masiva o puerta a puerta. “Hay chicos o personas mayores que están en una cama desde que nacieron, y le llevamos la silla a su casa y, de repente, ese chico o esa persona pueden salir a tomar sol, a estar con sus amigos o su familia. Eso es incomparable”, asegura. Además, lucha para que ese programa se ligue a otro llamado Un niño, un futuro, “una apuesta mía, personal, para que los hogares sean inclusivos y adaptados”, y también para poder articular cada proyecto con el Estado: “Podemos entregar la silla pero, si no está la rampa, el acceso, esas personas van a seguir quedándose en la casa”. A veces, esas acciones no son sencillas. “Con las personas que tienen una discapacidad adquirida, puede pasar que vengan a un acto de entrega y digan

“A veces, el camino de las personas con discapacidad es más lento, pero igual se llega.” “En este momento estamos hablando de discapacidad en mayúscula, porque se está cumpliendo parte de la Convención Internacional sobre los Derechos de Personas con Discapacidad, y nosotros trabajamos mucho por eso”, subraya. Su sonrisa se ilumina cuando habla de la acción que lleva como consigna “Más lejos para llegar a más” y pone el ejemplo de una persona de la villa 20 a la que le dieron su primera silla social, con la que empezó a hacer deporte en alguna de las 49 escuelitas que tiene la ONG y se prepara para jugar en octubre en el Sub 21 del

lidario, o el deporte”, cuenta. Los que trabajan con Silvia –“un grupo valiosísimo”, afirma ella– saben que cuando la jefa se propone algo, lo cumple. Les reclama que sean prácticos, que trabajen en equipo, que articulen los distintos programas de la organización y, cada vez que puede, machaca en un punto: “Levantemos un teléfono, no tanto mail, que a veces lo leemos y no lo entendemos y va como de lejos. Mejor nos miramos, nos juntamos, porque, aunque podemos discutir, yo prefiero que las cosas se digan y podamos consensuar entre todos”. Con esa base, están realizando acciones concretas para que, entre los 5,6 millones de argentinos que sufren alguna discapacidad, haya cada vez menos víctimas y más protagonistas.

CÓMO CONECTARSE

Cilsa www.cilsa.org

¿qué festejamos hoy, si yo estoy en una silla de ruedas? Festejamos que puedas seguir adelante y que otros vean que podés realizarte, tener hijos, formar una familia. La silla es el vaso medio lleno”. Otro proyecto que enorgullece a Silvia es el de Becas y Oportunidades, porque sabe que, si la persona no tiene formación, la discriminación siempre se impone y el mercado laboral la excluye de plano. Carranza suspira, está convencida de que siempre algo se puede hacer, pero es consciente de que falta mucho, sobre todo en el interior del país. Y, ya casi como un mantra, repite una frase de la madre Teresa de Calcuta: “Si no puedes correr, trota; si no puedes trotar, camina; si no puedes caminar, usa un bastón, pero nunca te detengas”.

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SALUD

Enfermedades degenerativas

Padres dragón Tay Sachs es una entre 50 dolencias genéticas consideradas raras que afectan a chicos y casi no figuran en las estadísticas. Los familiares se organizan para mejorar la calidad de vida de los pacientes. TEXTO FÁTIMA CHEADE

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seis nuevos casos de Tay Sachs en el mundo”, explica a Tercer Sector Daniel Lewis, quien fundó esta organización británica cuando, hace dos años le diagnosticaron la enfermedad a su

asta que cumplió dos años, Isabel cantaba, repetía los nombres de sus muñecos y corría por toda la casa. Hoy, Isabel casi no camina, balbucea algunas sílabas y, aunque los reconoce, ya casi no puede decir ni papá ni mamá. Pese a todos estos retrocesos, hay luces que siguen constantes: su sonrisa interminable, su mirada llena de palabras y sus esfuerzos enormes para sobrellevar cada uno de los obstáculos que le va poniendo su propio cuerpo. Isabel tiene Tay Sachs, una enfermedad rara, degenerativa, que afecta al sistema nervioso central en niños durante su primera infancia y que, atroz, limita el horizonte de vida a apenas cinco años. Isabel está en ese cero coma cero, cero por ciento que no alcanza para que alguna institución los tome en cuenta. Y, como ella, en el mundo hay al menos otros 200 chicos afectados por este mal, que encuentran contención y apoyo en un puñado de OSC conformadas por los propios papás y mamás. En Londres, la organización Cure and Actions for Tay Sachs (Cats) ofrece equipamiento –como hamacas y valvas– y, a la vez, aporta fondos para la investigación a las universidades de Cambridge y Massachussetts a través del programa Corriendo por Tay Sachs, la cara visible de esta lucha. Stefanía corrió 10 kilómetros en Italia; Patricia, en Madrid; Laura, en el Reino Unido, y Gisella, en Portugal. Beatriz es la mamá de Isabel. El 13 de febrero ella salió a correr en Buenos

Aires con la camiseta de Tay Sachs –que Cats vende a 5 libras cada una– y, desde el comienzo de la primavera europea, lo hace todos los días en Madrid. Así, la Fundación lleva reunidas 150 mil libras para ayudar a niños como Luca, Ronan y Archie, entre otros. “Cada año, se diagnostican entre dos y

CÓMO CONECTARSE

Cats dan@cats-foundation.org Cure for Tay-Sachs www.curetay-sachs.org Ntsad www.ntsad.org Hand in Hand www.tay-sachs.net Tal vez Isabel www.talvezisabel.blogspot.com

pequeña Amelie. En Estados Unidos, la National Tay-Sachs and Allied Diseases (Ntsad) lleva adelante el mismo trabajo y, en Austria, lo hace Hand in Hand. Una de las particularidades que comparten Tay Sachs y otras raras patologías degenerativas de origen genético es que son silenciosas e imperceptibles hasta el año de vida, cuando sus síntomas arrolladores comienzan a manifestarse. Poco a poco, estos chicos que parecían encaminarse hacia una infancia sana, comienzan a perder el equilibrio, a hablar con dificultad y, más adelante, a no poder siquiera alimentarse normalmente. Si bien en Argentina también existen casos de esta enfermedad, el sistema de salud no alcanza aún a reaccionar frente a las urgentes necesidades que plantea su tratamiento y la sociedad civil no llegó a organizarse. Por eso, Isabel, que dio sus primeros pasos en Buenos Aires, ahora sigue dando pelea en España, junto a sus papás. Estos papás a los que la escritora americana Emily Rapp, mamá de Ronan, ya fallecido por este mal, define como “padres dragones” porque –afirma–, tanto ellos como la enfermedad son “medievales, inconvenientes, feroces, peligrosos, hechizantes”. “Los padres de niños con enfermedades terminales son algo completamente distinto. Nuestros objetivos son simples y a la vez terribles: ayudar a nuestros hijos a vivir con las mínimas molestias y la máxima dignidad”, afirma Beatriz Fernández Domínguez. De hecho, ella y otras tantas decenas de madres y padres son feroces, leales y amantes hasta el extremo. Y sus luchas lo demuestran.



AGUAFUERTE

Fundación Prevención y Asistencia en Salud Mental

Más allá de los muros La organización Prasam trabaja en la protección de los derechos de los chicos. En sus dos sedes del conurbano bonaerense desarrolla su tarea en favor de la educación, el juego y el diálogo con los pibes. TEXTO LUCIANA MANTERO

–¿Qué sueñan con ser de grandes? –De grande quiero ser…policía. –Futbolista. –Como Messi. –Gendarme. –Pintor como mi papá –Él va a ser pibe chorro –dispara Dilan y se atraganta en una carcajada. Emanuel contraataca. –Y vos, drogón. –¿Alguno trabaja? –Yo cuido autos en Coto. –Él sale a pedir y roba en el supermercado chino.

de bajo y guitarra. Si tuviera acceso regular a esos instrumentos, sin dudas podría cumplir su sueño. ✱✱✱

Un muro grisáceo, algo agrietado por el paso del tiempo, graffiteado, gélido, grávido, va transcurriendo con cada palabra de una historia de vida contada de manera simple, casi como quien no quiere la cosa, como si fuera una rutina usual entre las millones de vidas que se tejen, autistas, intramuros. Quien la cuenta es Daniel Rosenberg, 50 años, psicólogo, mentor. Hace unos doce años cambió su vida de

En lo que va del trabajo, los chicos fueron aprendiendo reglas de convivencia, formas de solucionar sus peleas. Al principio, lo que salía era la violencia.

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Con los chicos es un diálogo desordenado. Se ríen, se ponen tímidos. Están sentados en una ronda al lado de la canchita. En realidad, todos van a la escuela y ninguno trabaja, según el coordinador de los espacios de juegos de la Fundación Prevención y Asistencia en Salud Mental (Prasam), José Canto. “Hacen tareas intradomésticas como limpiar, cocinar y cuidar a sus hermanos, algo que todavía en las familias no está reconocido como trabajo infantil”, dice. La idea de progreso, de ascenso social, de ser profesional, no aparece en su mapa mental. A Carlitos Espinoza le gustaría ser músico. Participó de un taller de murga y toca la batería a las mil maravillas. Aprendió de oído. También se luce con el repique, y araña algo

clase media en Palermo por un pequeño barrio cerrado en Canning, Ezeiza, provincia de Buenos Aires. Su casa da a un campo abierto con vacas y pastizales. En el 2002 creó la Fundación Prevención y Asistencia en Salud Mental (Prasam), una ONG que se instaló en Almirante Brown –en la zona sur del conurbano– para

contener a los niños y a las familias más pobres a través de asistencia psicológica, espacios de juego y actividades de educación no formal. Sus hijos juegan torneos intercountries y se codean con amigos que viven detrás de aquel muro grisáceo que delimita el barrio cerrado El Ombú. “Algunos nacen de un lado, otros del otro”, pensó, una explicación que hería su sensibilidad y que, en el 2011, lo llevó a extender el trabajo de la entidad a aquella, su comarca. Así fue que, guiado por un concejal amigo, Gabriel Delecraz, bordeó por primera vez ese muro impenetrable hasta llegar a un recoveco de Tristán Suárez, dejando atrás las calles pavimentadas, internándose en los caminos poceados, de barro. Hoy se ven igual que entonces. En el asiento de atrás, Gonza, el hijo de Daniel, inhala una bocanada de realidad y marea una pelota de un lado al otro. ✱✱✱

La pelota se eleva en el aire con la fuerza de un jugador de 15 años que sueña con ser Messi. La patada es igual de potente aun sin botines de primera marca. La destreza que han adquirido los pies de Lucas, cuyos dedos se asoman en punta por un hueco de sus zapatillas ruinosas, la coloca con la velocidad correcta, la altura justa y el ángulo preciso, en el lugar equivocado. El golpe duele, es fuerte y seco, en el pecho. Lucas mira con vergüenza, se acerca corriendo, da la mano, pide perdón y estampa un beso aún a quien no conoce. La canchita de fútbol está armada a unos metros de la capilla San Maximiliano María Kolbe, de Tristán Suárez, en un predio de la Iglesia en


el que funciona un merendero, un comedor, una precaria biblioteca, donde se dan talleres de arte, apoyo escolar y clases de guitarra coordinados por Prasam. Al partido lo dirige un estudiante del Instituto Superior Grilli, un profesorado de Educación Física de Monte Grande, institución que firmó un convenio de pasantías voluntarias. Cada sábado, desde la mañana, unos 60 niños juegan al fútbol, al básquet, al vóley, a la mancha, al quemado, con sogas, con globos, con aros o pintan. Después almuerzan y se van a jugar a la plaza, un terreno vacío con dos o tres trepadores, a dos cuadras de la capilla. En lo que va del trabajo, los pibes fueron aprendiendo reglas de convivencia, formas de solucionar sus peleas. Al principio, lo que salía era la violencia. Siete hijos que duermen con su mamá en un solo ambiente. Casas que no tienen aislamiento térmico y sólo se curan del frío por el hacinamiento. Un niño estrábico de doce años al que sus amigos apodaron Kirchner, que hasta hace poco no había sido diagnosticado y aún no usa anteojos. Otro de 14, indocumenta-

do. Casas construidas sobre terrenos ajenos. Padres que suelen alcoholizarse. El paco, moneda corriente. Adultos vencidos, destruidos en lo más profundo de su subjetividad, que se conforman con lo que les dan pero no tienen fuerzas para salir a pelear la vida. Y en el medio de todo eso muchos

vista y un caballo que pasta. Los muros del templo son blancos; el techo, a dos aguas. El edificio es sólido. El aroma a guiso empieza a asomar de la cocina. En un gran salón sostenido por columnas de cemento y lleno de mesas largas y bancos de madera, quince niñas con sus camperas puestas dibujan con marcado-

Al fondo, dos madres voluntarias ordenan una pequeña biblioteca catalogando los ejemplares por edades. Suena relativo. Muchos de los chicos cursaban tercer o cuarto grados sin saber leer ni escribir. chicos aún vírgenes de desesperanza. Que se mecen sobre el limbo de la marginalidad, mientras la moneda gira sobre sí misma en un tiempo precioso, acotado, finito. ✱✱✱

La mañana empieza a descarcharse y el sol que acaba de salir hace que todo reluzca. El predio que rodea la capilla tiene pasto verde y está sembrado de arbustos vigorosos que rodean un camino de adoquines serpenteante. En frente hay casas de ladrillo a la

res y témperas, y pegan papelitos a modo de collage. Ayelén hizo unas nubes de algodón con un sol de témpera y un cartel que dice “Papi, te quiero”. Mariela un corazón en marcador rojo y brillantina con la sigla Cabj (Club Atlético Boca Juniors). Yasmín dibujó un paisaje que es el día y la noche, el sol y las estrellas, la luna y los pájaros. Todos preparan así sus regalos para el Día del Padre, una fiesta de agasajos y consumo que hasta un tiempo

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AGUAFUERTE

Fundación Prevención y Asistencia en Salud Mental de Niñez y Adolescencia de la provincia de Buenos Aires. ✱✱✱

antes les resultaba ajena. Al fondo, dos madres voluntarias ordenan una pequeña biblioteca catalogando los ejemplares por edades. Suena relativo. Muchos de los chicos cursaban tercer o cuarto grados sin saber leer ni escribir. Un día, Prasam puso en marcha una acción de comunicación para mostrar su trabajo en aquel barrio. Habían convocado medios. Estaba patrocinada por una empresa importante y la idea era lanzar decenas de globos de helio al aire, a modo de festejo. José Canto decidió involucrar a los chicos. Ninguno de ellos sabía que el gas los llevaría para arriba. Resultó, sin querer, la primera clase de física y un momento de descubrimiento en sus cortas vidas. ✱✱✱

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Mirta de Miranda es el alma del lugar. No tiene ya hijos chicos pero su devoción a la legión de María la mantiene incólume en la capilla cinco días a la semana, ya sea para sostener el merendero o rezar. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, es el mandamiento que la inspira. Y su marido le sugiere, en broma, que sería más fácil si se instalara a vivir en el templo. Ella fue una de las señales que encontró Prasam a la hora de soñar con que un trabajo en ese barrio, en ese lugar, iba a ser posible y sostenido en el tiempo: lo que se llama un referente local.

Su pelo es castaño, sus ojos están circundados por arrugas y lleva los anteojos sobre la cabeza. Rondará los 50. Aclara de entrada que todos estos chicos están bautizados. Y, después, cuenta que muchos vienen sobre todo a comer el almuerzo, porque a la noche no cenan. Mirta tiene tres hijos que terminaron o están estudiando en distintas universidades del conurbano. Su marido es pintor. Los chicos lo ayudan porque en todos los trabajos que consiguen les ofrecen menos dinero. Como Gabriela Grieco, coordinadora de la sede Ezeiza, algunos otros de los diez integrantes rentados y diez voluntarios de la Fundación, hacen trámites para gestionar documentos para los chicos, conseguirles algún medicamento, juntar donaciones. También, manejan la relación con sus vecinos de El Ombú, que ya donaron –entre otras cosas– libros, comida, juegos y algunos inodoros con destino maldito: a los pocos días se los habían robado. La organización sostiene su trabajo con el apoyo de la Fundación Telefónica y otras empresas, algunos pocos donantes particulares, y la Secretaría

CÓMO CONECTARSE

Fundación Prasam 4214-6545 info@fundacionprasam.org.ar

“Había una vez un niño que al despertarse un día… no recordaba su nombre, tampoco dónde había nacido, cuál era su familia, a qué escuela iba, cuáles eran sus amigos, ni siquiera, cuáles eran sus juegos favoritos.” La historia de Martín, inventada en el 2008 por chicos de Prasam e ilustrada con un fotomontaje producido por ellos, va mostrando paso a paso cómo es la vida de un niño sin derechos. Junto a su memoria, Martín va recuperando en el cuento cada una de las cosas “más importantes” que todo niño puede tener: “Un nombre, que nos identifica. Una familia, que nos quiera, nos cuide, nos respete y nos proteja. Atención médica y una alimentación que cuide nuestra salud. Una escuela y maestras que nos ayuden a crecer y aprender cada día nuevas y mejores cosas. Amigos con los que compartir nuestras alegrías y tristezas. Tiempos para el juego y la recreación, que nos ayuda a crecer sanos”. ✱✱✱

Es hora de comer. Los chicos se sientan alrededor de las mesas, varones por un lado, mujeres por el otro. Esperan ansiosos el guiso que ya llena las narices de tomate, lentejas y orégano. José Canto asegura que lo costoso del trabajo es que es “uno a uno, cuerpo a cuerpo”, en especial con las situaciones familiares más difíciles. Rosenberg recuerda una vez que, en la habitual visita a las escuelas de los chicos para hablar con sus maestros y directores, se encontraron con una de las adolescentes. Estaba con una amiga y se cruzaron mientras esperaban a la directora en un pasillo. Se saludaron con afecto. –¿Y ellos quiénes son? – le preguntó la amiga. –Ellos son mis papás. Afuera, Gonza corre detrás de la pelota, juega a las escondidas y patea tachos con Ricardito, un nene del barrio. No se sabe quién nació de qué lado del muro.



DISCAPACIDAD

Asociación Civil Andar

Con sabor a inclusión El Bar Delicias, que funciona en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, es gestionado por una organización que procura la inserción laboral de personas con discapacidad. Buscan romper barreras sociales a través de la concientización. TEXTO FLORENCIA TUCHIN

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riana. Los jóvenes con discapacidad trabajan con profesionales de gastronomía que los acompañan en todo el proceso. Para comprar, los alumnos tienen que hacer fila frente a la caja, donde les entregan un ticket que tiene el nombre y el dibujo de la opción elegida. Y ese comprobante es el que usan los chicos y chicas que trabajan

ras cruzar el patio interno de la histórica Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, se encuentra el llamado Bar Delicias. Desde la cocina, el olorcito de unas empanadas a punto de salir del horno avanza seguro y un cartel anuncia que el menú del mediodía será de ravioles con tuco. En las mesas, en tanto, los libros, el bullicio y las risas se van entremezclando con los sabores, los chicos y las chicas. Desde el 2007 y hasta el año pasado, el bar había sido un foco de conflicto dentro de esta emblemática escuela secundaria de Buenos Aires. Los estudiantes reclamaban un proyecto institucional que se adaptara a sus necesidades y las autoridades se aprestaban a licitar el espacio a una empresa privada. Pero en el medio, surgió un camino superador: la Universidad de Buenos Aires y la rectoría del colegio junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, propusieron que la Asociación Civil Andar se hiciera cargo de la gestión de ese espacio. Andar es una organización con sede en el oeste del Gran Buenos Aires, que trabaja desde hace 25 años en la promoción de emprendimientos que tengan como protagonistas a personas con discapacidad. Todos los días, de lunes a viernes, una camioneta institucional parte a las 6 desde Moreno para llevar a los

jóvenes al bar, en el barrio porteño de Recoleta. “Ahora trabajan 16 personas divididas en dos turnos: el primero va de 8 a 13 y, el segundo, hasta las 19, cuando pasa la camioneta para volver a casa. Nosotros buscamos el potencial de las personas con discapacidad para ver cuál es su puesto ideal”, explica Martín Lucero, vocero de la organización. Para cada jornada, entonces, se prepara un menú para el almuerzo y se ofrece siempre una opción vegeta-

CÓMO CONECTARSE

Asociación Civil Andar (0237) 4662011 info@granjaandar.org.ar

en el bar para entregar cada uno de los pedidos. Héctor, conocido como Tito, es sordo y se encarga del mostrador en el turno tarde. “Las personas con discapacidad llegan con diagnósticos médicos muy pesimistas: les dicen que no van a poder estudiar, que no van a poder trabajar. Nosotros les damos herramientas para que puedan vivir dignamente”, afirma Martín Lucero y agrega que, en su mayoría, los jóvenes que se acercan a la organización “vienen de contextos pobres” y, en ocasiones, el ingreso que generan con su tarea incluso “les permite ser sostén de familia”. “Nosotros buscamos que ellos puedan liderar sus vidas, elegir casarse o tener hijos”, resume. Laura tiene 32 años y es una de las jóvenes con discapacidad que trabaja en el bar: “Yo me encargo de hacer los panchos. Los chicos saludan con buena onda y nosotros los atendemos bien”, cuenta, mientras luce orgullosa las zapatillas que se pudo comprar gracias a su nuevo trabajo. Más allá de lo comercial, Andar busca concientizar y romper barreras sociales. La profesora Ethel Parietti, ex vicerrectora del colegio, cuenta que todos colaboran para que el bar funcione y que los chicos respetan mucho el espacio. “En el Pellegrini, el aprendizaje, el servicio y la acción solidaria se viven todos los días”, afirma. Mientras, desde el mostrador del Bar Delicias salen unos ravioles humeantes y los libros, las sonrisas y el bullicio se multiplican.



INFORME ESPECIAL

Recorridas nocturnas

Solidaridad contra el frío Cuando cae el sol, en distintas ciudades, miles de voluntarios salen a brindar su ayuda a personas en situación de calle. Además de un plato de comida, ofrecen contención y escucha. TEXTOS ALEJANDRO CÁNEPA

artes a la noche, en el Casco Histórico de Córdoba Capital; un jueves, en el corazón de La Plata y en Barrancas de Belgrano; un viernes, en Plaza de Mayo; un miércoles, en el barrio de Caballito, o un domingo, en la peatonal de Mar del Plata. Por calles de distintas ciudades de todo el país, voluntarios gastan suelas para llevar comida, abrigo y una palabra de compañía a las personas que viven a la intemperie. En particular, la temporada de invierno, con sus horas nocturnas de frío, activa a miles de personas que tratan de aliviar la soledad de los que duermen a cielo abierto. Como si el mayor grado de participación y militancia política hubiese impulsado a muchos a recuperar la calle desde diferentes sentidos y experiencias, hoy hay más gente poniendo el cuerpo cuando llegan las últimas horas del día. A las tra-

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dicionales “noches de la caridad”, organizadas desde espacios religiosos, en los últimos años se sumaron iniciativas de organizaciones de la sociedad civil. La Red Solidaria fue una de las pioneras y, tras motorizar salidas durante varios inviernos, ahora se dedica a facilitar la tarea a otras entidades. A metros de la Catedral porteña, instaló la denominada Oficina en la Calle, un container gris que funciona como lugar de encuentro de voluntarios, donde todas las noches se sirve un plato de sopa caliente a quienes lo soliciten, y los viernes se comparte una cena elaborada, que incluye hasta la participación de músicos. Sobre la vereda de uno de los costados de Plaza de Mayo, mientras los oficinistas regresan apurados a sus casas, Racu Sandoval, integrante de la Red, asegura: “La Red ya no sale como tal pero es un vehículo para otras organizaciones; ayudamos a juntar, unir, recolectar donaciones, y esta oficina funciona como un vínculo”. A metros del container, en una olla gris y negra calentada por una garrafa, se co-

Voluntarios brindan apoyo escolar y recreación para los chicos en Belgrano.

cina la sopa que tomarán pronto unas 60 personas. “Hacemos sopa y mate cocido. Los viernes, en tanto, es día de guiso y fideos. Con un camión, entre todos lo hacemos, cortamos papa y carne. Uno cuando cena está con su familia y amigos, acá tratamos de reproducir algo de eso. Hacemos 120 platos, para 60 u 80 personas. Los viernes viene más gente, obviamente”, agrega. Cerca esperan la sopa Rafael, de unos 40 años, y dos parejitas con dos chicos cada una. Por este trabajo, se turnan voluntarios de Caminos Solidarios, Un Minuto de Vos, Ayuda Urbana, Scouts de Argentina, grupos religiosos cristianos y judíos, y otras entidades. La referente de Caminos Solidarios, Mariela Fumarola, cuenta: “Yo donaba ropa a la iglesia, pero estaba esperando que algo apareciera. Leí en una revista que la Red Solidaria hacía salidas las noches de invierno y, el hecho de llevar ropa no me calmaba esa necesidad social. Luego, empezamos a armar Caminos Solidarios para seguir con las recorridas nocturnas”. Unos 50 voluntarios participan de la movida, que implica caminar por los barrios porteños de Parque Centenario, Almagro, Balvanera, Agronomía y Caballito, y por la ciudad de La Plata, entre otras zonas. Fumarola asegura que la cantidad de gente que se involucra en este tipo de iniciativas fue creciendo con el correr del tiempo: “Hay mucha gente con ganas de comprometerse, hay actitud de mirar hacia el que está al costado. Hemos tenido mucha difusión y la gente se acerca. Y esto se notó mucho a partir de la inundación en La Plata (a principios de abril pasado)”. Sandoval interviene y sugiere los motivos del crecimiento: “Sin dudas hay más gente haciendo voluntariado.


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Miembros del Grupo del Gomero ofrecen un menú de invierno a personas sin techo.

En los ’70, el que hacía algo social era peligroso, en los ’80 tratábamos de entender qué había pasado, en los ’90 eras un boludo y, desde el 2001, está mucho mejor visto. Antes eras un iluso, ahora no, todo lo contrario, hasta corremos el riesgo de transformarnos en algo ‘cool’”.

Paso a paso Las caminatas ruedan por los barrios. Fumarola explica: “En Almagro atendemos a unas 30 personas en la recorrida, en Balvanera hay más. Cada grupo recorre una zona y hace un circuito a lo largo del cual buscamos a cada persona que está en la calle”. Señala su auto y comenta que ahí tiene tuppers “enormes llenos de arroz y lentejas”, que la comida las preparan los voluntarios en sus casas y que a la gente que vive en la calle les llevan “sopa y comida, pero también abrigo, frazadas, camperas, medias, pantalones”. “Esto lo hacemos todo el año”, aclara. Y todo el año también está el Grupo del Gomero, en una de las plazas de Barrancas de Belgrano, que funciona los jueves, al aire libre, cerca de La Glorieta donde los domingos las parejas bailan tango. Carlos Manuel Durañona, ex seminarista cató-

“Nuestro menú de invierno es arroz y fideos, lentejas, guisos sustanciosos. Pero te aclaro: no combatimos el hambre, lo que hacemos es dar una contención.”

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lico, es el referente de la organización, que funciona alrededor de un gomero histórico y tupido. “Nuestro menú de invierno es arroz y fideos, lentejas, guisos sustanciosos. Pero te aclaro: no combatimos el hambre, lo que hacemos es dar una contención. Acá se han formado parejas, hemos sido padrinos de chicos. Incluso, a veces, se generan algunos proyectos de vida, y a eso apuntamos, además de dar apoyo escolar y recreación”, revela, sentado en un banco de cemento muy cercano al árbol que oficia de lugar de encuentro. Originalmente, los que se acercaban a este comedor eran cartoneros, pero la eliminación del llamado Tren Blanco –un servicio de la línea Mitre que transportaba diariamente a estos trabajadores– varió el panorama. “Ahora viene algún cartonero, pero no es lo más frecuente. Los que se acercan son personas que viven en la calle o en el conurbano. Pero quien no tiene hogar pasa la peor situación: no es humano vivir en la calle, el hombre siempre vivió en una cueva, bajo techo, en donde sea, pero protegido”, recalca Durañona. En ese sentido, el Grupo del Gomero, junto a otras organizaciones que conforman el Espacio Carlos Mugica, reclama al Ejecutivo porteño la reglamentación de la Ley 3.706 de Protección y Garantía Integral de los Derechos de las Personas en Situación de Calle y en Riesgo a la Situación de Calle, sancionada el 13 de diciembre del 2010 por la Legislatura. “Hay muchas más personas que viven en la calle que las que reconoce el Gobierno de la Ciudad. Y los lugares que ofrecen no son lo que pintan los medios. Al Operativo Frío yo le digo el frío Operativo Frío: las personas tienen que hacer cola a la tarde para ingresar, los revisan, a las 7 de la mañana tienen que salir a la nada de nuevo y, después, volver a hacer cola para conseguir lugar”, detalla el referente del Grupo del Gomero, mientras saluda con un afectuoso “buenas, ¿cómo le va?” a un hombre joven que se acerca en busca de un plato de comida. Médicos del Mundo tiene un móvil sanitario que, tres veces por semana, recorre distintas zonas de la

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INFORME ESPECIAL

Recorridas nocturnas

Ciudad de Buenos Aires. Allí, un grupo de operadores de calle se contacta con personas sin techo, y les ofrecen acercarlos al colectivo, donde pueden realizarse chequeos médicos y recibir atención psicológica. Uno de los integrantes de la organización, Jorge Radesca, dice: “Estimamos que la población en situación de calle supera las 16 mil personas, mucho más de lo que reconocen las cifras oficiales. Esto es un fenómeno de las grandes ciudades, producto de políticas neoliberales, y son los gobiernos los que deben responder, tratando de reintegrar a estas personas al sistema”.

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¿Qué dolencias de salud padecen especialmente quienes viven a la intemperie? Radesca responde: “Problemas en la piel, y también musculares y óseos, por las posiciones incómodas al dormir en un banco o en el suelo, como contracturas y dolores de cabeza. Y hay enfermedades respiratorias, lo que en el invierno se agrava, como pueden ser neumonías. Registramos, además, casos de tuberculosis”. Otro móvil sanitario hace las mismas tareas en la ciudad de Rosario, porque –como señala Radesca– el fenómeno de las personas que viven en la calle es especialmente agudo en las grandes ciudades.

Acciones colaterales

“Hay mucha gente con ganas de comprometerse, hay actitud de mirar hacia el que está al costado. Hemos tenido mucha difusión y la gente se acerca. Y esto se notó mucho a partir de la inundación en La Plata.” CÓMO CONECTARSE

Red Solidaria 4450-8204 Caminos Solidarios www.facebook.com/CaminosSolidariosArgentina El Grupo del Gomero comedoresdebelgrano@gmail.com Médicos del Mundo 4954-0800 Fundación Sí 4858-0154 Frío te Fuiste friotefuiste@gmail.com Grupo Ganas ganas.en.cordoba@gmail.com

“Acá, en Córdoba capital, salimos martes y jueves para repartir unas 250 porciones de comida, por la zona céntrica, y también por los barrios Alberdi y San Vicente, entre otros. Como a esta ciudad la atraviesa el río Suquía, de las personas que viven en la calle muchas lo hacen debajo de los puentes”, informa Luis Marconetto, integrante del Grupo Ganas, formado en el 2007, cuando nevó en la capital cordobesa después de 80 años, y unos vecinos salieron a asistir a quienes vivían a cielo abierto. Esta organización hace recorridas todo el año pero, de marzo a agosto especialmente, además de comida, distribuye frazadas y ropa, y consigue medicamentos, en la medida que quienes viven en la calle traigan las recetas correspondientes. Existen otras instituciones que efectúan recorridas en la ciudad, entre ellas la Fundación Sí (que también tiene en marcha iniciativas similares en Rosario y San Miguel de Tucumán, además de la Ciudad de Buenos Aires) y Manos Abiertas. También forman parte de esta gran y silenciosa movida Amigos en el Camino, Caminatas Solidarias, Cucharones de la Calle y una muy reciente, Frío te Fuiste, nacida en mayo pasado, cuando Guido Bonofiglio, estudiante de Ingeniería de Sistemas en la UTN, se juntó con sus amigos del Club Daom, de Flores, para hacer este trabajo social. “Nos reunimos en Parque Chacabuco y tenemos un radio de acción de diez cuadras, hacia donde llevamos comida a personas que viven en la calle, muchas debajo de la autopista. Ayer, unas chicas que participan con nosotros prepararon 18 porciones de polenta”, relata. ¿Qué los llevó a organizarse para hacer esta tarea? “Yo estoy en una zona en la que vive gente en la calle y está bueno saber quiénes son, saludarlos, saber por qué están ahí. Mi idea es que, en el barrio, acortemos diferencias”, resume uno de los mentores de Frío Te Fuiste. Así, cada noche, cientos de personas que duermen a la intemperie se vuelven visibles para los ojos de quienes eligen verlos. Y ayudarlos.




CULTURA

Proyecto Pulpería

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Al rescate de los pueblos Para evitar que pequeños caseríos bonaerenses de menos de 1.500 habitantes caigan en el olvido, impulsan la creación de bibliotecas comunitarias e iniciativas de turismo social. TEXTO LUCIANA ROSENDE

uién no reparó alguna vez en esos caseríos que se ven a lo lejos desde la ruta. Quién no pensó cómo se vivirá allí, cuánta gente los habitará, cuál será su historia. Quién no sintió cierta tristeza ante esas postales, que parecen sacadas de otro tiempo y condenadas al olvido. Esos sitios diminutos y dispersos por toda la provincia de Buenos Aires están en el foco de Proyecto Pulpería, una asociación civil abocada al rescate, defensa y revalorización de pueblos de menos de 1.500 habitantes, estaciones de trenes y almacenes de ramos generales. Todo comenzó con viajes por el interior de la provincia. Dejando atrás las rutas y adentrándose por caminos vecinales, Leandro Vesco –en familia, con amigos o solo– fue recorriendo pueblitos perdidos en el mapa, allí donde ya no llega el ferrocarril y ni siquiera los colectivos pasan. “Nos dimos cuenta de que, a partir de los 100 kilómetros desde la Ciudad de Buenos

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Aires, había un tejido que estaba roto. Un tejido patrimonial, cultural, educativo, humanitario –cuenta Vesco–. Empezamos a ver que había un aislamiento y un abandono absolutos en las comunidades pequeñas, y que la cuestión no era ir y ver y sacar fotos; nos quedábamos con ganas de hacer algo.” El primer paso fue elaborar un relevamiento de esos lugares que necesitaban ser rescatados. La asociación, integrada por seis personas, nació en el 2007 y dedicó los primeros años a elaborar ese registro: un archivo con datos de más de 300 pueblos, retratados mediante fotos, videos y testimonios. “Yo tengo mapas antiguos, de la década del ’40 o del ’30, con los caminos vecinales. Entonces, era como una búsqueda del tesoro”, describe el presidente de Proyecto Pulpería en relación con la metodología de trabajo. Cada cruz marcada en el mapa implica un grupo de familias con una larga historia compartida, que a veces incluso se remonta hasta los fundadores del pueblo. “Algunos son peones de campo y trabajan en las estancias; otros van a la ciudad cabecera y recorren por

día cien kilómetros ida y vuelta, pero, al final del día, eligen estar en su pueblito, allí donde vivieron sus papás y sus abuelos”, cuenta Vesco. Cada vivienda es, también, un arcón del recuerdo con fotos y objetos que, a su vez, cuentan historias y reflejan identidades, listos para ser lucidos en posibles museos. Fue así que, una vez realizado el mapeo, empezó el trabajo pueblo por pueblo. La primera etapa, en todos los casos, consiste en facilitar la creación de bibliotecas comunitarias; espacios de encuentro, lectura y recreación para que sean gestionados y aprovechados por todos los vecinos. “El escenario era ideal para involucrar a los libros, que son los compañeros eternos del hombre en la soledad”, define el presidente de la asociación. Además de campañas para juntar libros –por lo menos 500 para fundar cada biblioteca–, se consiguen computadoras y una fotocopiadora, preciado tesoro en pueblos donde a veces es necesario recorrer 50 kilómetros para obtener una copia del documento. También, pintura, estanterías y todo

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CULTURA

Proyecto Pulpería

El Proyecto Pulpería donó material didáctico para la escuela rural de Erize, un pueblito del partido de Puán que tiene 17 habitantes.

bros, Erize recibió material didáctico para la escuela rural de la zona. Por estos días, la estrategia se repite en el pueblo de Leubucó, de 20 habitantes. Ya se reunieron los libros suficientes y, en poco tiempo, la biblioteca estará en marcha. Luego le llegará el turno a Gascón, una “metrópolis” –ironiza Vesco– donde viven 80 personas. En tanto, en el pueblito de San Mayol –cerca de Tres Arroyos– se está gestionando la posibilidad de utilizar la vieja estación de tren para convertirla en un centro recreativo y de hospedaje. Las iniciativas para fomentar el “turismo social” forman parte de la estrategia para rescatar y revalorizar cada pueblo. “Queremos que la gente tenga la posibilidad, como en el caso de San Mayol, de quedarse dos o tres días, que el turista sea incluido en ese paisaje rural. Que pueda caminar, que sepa la historia del lugar, que oiga a los pobladores. Es un turismo lento”, describe el presidente de Proyecto Pulpería. La idea, cuenta, es repetir experiencias como la del pueblo de Patricios –en el partido de 9 de Julio–, donde se invitó a una presentación de teatro comunitario y los vecinos organizaron un sistema de “hospedaje D y D”: cada visitante podía dormir y desayunar en alguna de las casas del pueblo.

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lo necesario para dar vida a una biblioteca. “Nada más somos como una especie de puente, un facilitador: les damos la herramienta para que ellos tengan la posibilidad de decir ‘montamos la biblioteca’. Ellos, luego, la administran”, explica Vesco. Las viviendas ociosas suelen abundar en estos lugares, por lo cual siempre hay alguna sede disponible para instalar una biblioteca, y se tramita el permiso de su uso con cada municipio. El primer objetivo fue Erize, un pueblito en el partido de Puán, en el oeste bonaerense. Hacia mediados del siglo XX, vivían allí alrededor de mil personas. Cuando llegó Proyecto Pulpería, quedaban 17. “En general se le echa la culpa a la década menemista, pero en realidad fue también por el crecimiento de la tecnología agropecuaria. Antes, los dueños de los campos recorrían todo a caballo, vivían familias en los puestos de las estancias. Ahora, con dos cuatriciclos y un GPS ya está. Eso ocasionó un golpe de gracia que se había iniciado con el cierre de los ramales ferroviarios”, argumenta. Entre los 17 habitantes de Erize, cinco mujeres tomaron la posta y pidieron ayuda a Proyecto Pulpería. “Son siempre las mujeres quienes se llevan el pueblo al hombro”, destaca Vesco. Allí, en una casa abandonada junto a la capilla, comenzó a funcionar el año pasado la primera biblioteca comunitaria, donde hoy pasan sus tardes y comparten talleres chicos del pueblo y de sus alrededores. Además de los li-

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Proyecto Pulpería www.proyectopulperia.com.ar info@proyectopulperia.com.ar

“Las casas abrían, te daban una cama y desayuno completo a la mañana siguiente. Eso te invitaba a asistir a ver la obra y, además, a estar en una casa de un pueblo. Tiene una riqueza humana muy grande, y tratamos de divulgar muchísimo eso”, comenta. La difusión de emprendimientos, espectáculos y muestras artísticas gestadas en los distintos pueblos bonaerenses también forma parte de las tareas de la asociación. Las redes sociales son aliadas en este proceso, y se convirtieron también en un nexo entre los distintos pueblos. Los protagonistas de esta peculiar iniciativa hacen especial hincapié en la difusión de las actividades en los espacios que dan nombre al proyecto: las pulperías. Esos históricos puntos de encuentro de cada pueblo, que nacieron a la par de las estaciones de ferrocarril pero que –a diferencia de éstas– resistieron el arrasador paso del tiempo. “Eran el eje rector de la comunicación entre los pobladores; el pulpero tenía una caja fuerte donde guardaba los ahorros de los peones, así que fueron los primeros bancos. Todo pasaba por ahí”, resalta Vesco. Y ya hay muchas de estas pulperías que esperan ser visitadas: la de Los Ombúes, en Capilla del Señor; la de Cacho Di Catarina, en Mercedes; la de San Gervasio, en Tapalqué; y la de Miramar, en Bolívar. “Hay pulperías que son todavía centros de reunión absoluta, donde a las 7 de la tarde desde hace 40 años se juntan a tomar su ginebra las mismas personas.”



Dossier

Para el Sector Social TEXTOS MARÍA VICTORIA CICCOLA

a Web 2.0 se constituyó en base a un dar y recibir: obtener y compartir información, subir y bajar archivos, dialogar entre los usuarios e intercambiar contenidos, promoviendo la interacción. Con estas nuevas prácticas se conformó una gigantesca red a través de la cual miles de personas conectadas entre sí empezaron a aunar esfuerzos y compartir ideas, gustos e intereses. En este contexto nació el espíritu del crowdfunding, una forma de financiación elegida por muchos que, ya sea con dinero u otros recursos, apoyan una causa a través de una plataforma en la nube. Emprendedores con nuevos productos, inventos, libros, cortometrajes, obras de teatro y otras ideas creativas se materializaron a través de este modo de generación de recursos que pisó fuerte hace varios años en los Estados Unidos y luego se expandió hacia otras partes del mundo. Hace casi tres años, desembarcó en la Argentina con la esperanza de que los interesados se conectaran a través de buenas ideas y alcanzaran entre todos el éxito de un proyecto. La difusión de una causa social, el apoyo de muchos y el avance de la tecnología le abrió las puertas al crowdfunding solidario,

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La suma de las partes El modelo de financiamiento colectivo a través de internet, ya posibilitó la concreción de varios proyectos sociales. Aquí, algunas de las plataformas virtuales que están disponibles. una iniciativa tímida pero en crecimiento que propone una alternativa de apoyo diferente para las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). “El concepto de financiamiento colectivo es la cooperación de muchos actores de una misma red para conseguir los recursos necesarios para apoyar una iniciativa social”, explica Mariela Becker, directora ejecutiva de la Asociación de Ejecutivos en Desarrollo de Recursos para Organizaciones Sociales (Aedros). En un contexto local marcado por una economía fluctuante y la búsqueda constante de donantes, esta práctica se presenta, según Becker, como “una puerta que se abre para la

Consejos para el éxito del crowdfunding ✱ Pensar una acción puntual y concreta: cuanto más cerca esté al beneficiario final, mejor. ✱ Exponer el proyecto de forma clara, concreta y concisa en un video corto. ✱ Pedir la plata que se necesita. Muchas veces cuesta hacerlo, pero la meta final es recaudar el dinero, ni más ni menos. ✱ Constituir un equipo que empuje y acompañe su difusión. ✱ Elaborar la estrategia de comunicación porque es el eje vertebral del éxito. ✱ No desanimarse si no se llega a la recaudación final: la experiencia es lo que vale. 42

recaudación de fondos de las OSC” y un desafío para pensar nuevos proyectos beneficiosos tanto para la institución como para la comunidad. Según Virginia Muñoz, Responsable de Alianzas y Comunicación en Idea.me –una de las primeras plataformas de financiamiento colectivo que llegó al país– “el crowdfunding es una pata de apoyo muy valiosa para las OSC que tienen pocas posibilidades de donación y que pueden incorporarlo a otros métodos que ya conocen para conseguir dinero”. Este espacio virtual nació en agosto del 2011 para que emprendedores –ya sean artistas, creativos u ONG– desarrollaran sus ideas a través del aporte de la comunidad. Desde su comienzo, se financiaron 293 proyectos exitosos que recaudaron de manera parcial o total el dinero solicitado, inclusive las propuestas de la categoría “impacto social”, creada para sumar iniciativas específicamente solidarias. En el caso de Nobleza Obliga, el inicio de todo también fue una idea. Sebastián Mesples y Mariano Ruani, fundadores de esta plataforma, se conocieron mientras investigaban sobre crowdfunding. Después de un tiempo, se volvieron a cruzar y descubrieron que aquello que estaban estudiando ya ocurría naturalmente de manera offli-


ne: la gente se juntaba y recaudaba fondos en pequeñas magnitudes para colaborar con necesidades concretas. Después de visibilizar esta realidad y con el potencial de la tecnología, nació Nobleza Obliga, –www.noblezaobliga.org– la primera plataforma de financiamiento colectivo para causas solidarias en la Argentina, que se fundó con la idea de trasladar esas acciones offline al mundo online para incrementar su impacto. A diferencia de Idea.me, en este espacio sólo se publican proyectos de grupos o instituciones con fines solidarios, donde se involucran no sólo sus promotores, sino también sus beneficiarios, donantes, padrinos y empresas. “Nos enfocamos en un perfil ciento por ciento solidario para que el donante que colabora con una causa lo perciba como un aporte real sin recibir nada a cambio. A través del servicio y la difusión en redes sociales, se convierte también en un medio de comunicación valioso y el principal difusor de la causa”, sostiene Mesples.

Un proyecto con logros La Fundación Ruta 40 fue la primera iniciativa de impacto social financiada con éxito en la plataforma de Idea.me. Su objetivo: recaudar fondos para realizar un taller de cine rodante en tres escuelas de la provincia de Salta, en conjunto con el Taller de Cine La Griffa. La propuesta superó las expectativas y alcanzó una suma total de más de 15 mil pesos. “Nuestra experiencia fue muy positiva y conocimos una al-

ternativa distinta de financiación. Durante 50 días nos dedicamos a difundir la causa y a pedir colaboración a través de nuestras redes sociales con comunicaciones diarias para motivar a los usuarios a formar parte del proyecto”, cuenta Josefina Devoto, responsable de Desarrollo Institucional de la Fundación. Por su parte, la Fundación Equidad también desafió al financiamiento colectivo con la meta de sumar pequeños donantes y colaboradores a la institución. Su iniciativa tuvo como objetivo mejorar la infraestructura de una sala de computación del comedor Grillitos, de Villa Soldati, y obtuvo excelentes resultados. Vanesa Nicolari, directora de Implementación de Proyectos, asegura: “No sólo logramos el aporte de pequeños colaboradores, sino que finalizamos la recaudación faltante gracias a la ayuda de una empresa que acompañó nuestro trabajo”. Entre los ejemplos exitosos, se encuentra la campaña online que organizó Cáritas Argentina, junto con Nobleza Obliga, en abril, ante la catastrófica inundación en la ciudad de La Plata, por la que recibieron un total de 15.700 pesos en pequeñas donaciones en apenas un par de días.

Paso a paso Para crear un proyecto solidario de crowdfunding sólo es necesario animarse. Tanto la plataforma Idea.me como la de Nobleza Obliga proponen un funcionamiento fácil y práctico para empezar a experimentarlo: cada OSC

debe registrarse y completar un formulario simple con datos institucionales para luego detallar la idea y el monto que necesita recolectar. Idea.me propone elegir entre dos tipos de metodología de recaudación: “Todo o Nada” –que sólo entrega el dinero en el caso de alcanzar el total fijado en la propuesta– o “Todo Suma” –que otorga lo recibido a pesar de no haberse llegado a la financiación final. Uno de los requisitos indispensables para publicar la propuesta es la elaboración de un video corto de pocos minutos y las futuras recompensas que ofrecerá la organización para incentivar la participación de beneficiarios de la comunidad. En la plataforma de Nobleza Obliga, se otorga el total del dinero recaudado, haya o no alcanzado el financiamiento completo, y se aporta a la causa sin la posibilidad de obtener una recompensa por ello ya que “el beneficio es la donación en sí misma”. Como parte del sistema de crowdfunding, cualquiera de estos espacios cobra un porcentaje equivalente sobre lo recaudado, que varía entre el 5 y el 10 por ciento, para mantener y mejorar los espacios. Según los especialistas, el crowdfunding solidario aporta un valor agregado con respecto a la transparencia de las donaciones otorgadas y recibidas en el sector. Estos espacios permiten que cualquier usuario acceda a la información pública de la institución, de los pequeños donantes, las donaciones en sí mismas y hasta la contribución realizada por cada persona para llegar al financiamiento total, además de manejar un método de pago electrónico seguro y confiable. “La transparencia en los fondos es altísima ya que se puede buscar toda la información disponible en la plataforma. Esto es un valor muy importante para los argentinos que cada vez son más solidarios, pero que también quieren saber –aún más– dónde, cómo y por qué colaborar”, afirma Mesples.

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Dossier

Vecinos activos Existen nuevas herramientas para denunciar y trazar diagnósticos sobre necesidades sociales. Varias OSC ya las utilizan y así promueven que ciudadanos se involucren en los temas de interés común.

TEXTO MARÍA ALVARADO

ntes, los medios masivos de comunicación tenían la hegemonía o el control de la información que circulaba. Hoy, gracias a la Web 2.0 y a los nuevos medios es posible opinar, comentar, compartir e informar, incluso desde la privacidad y el anonimato. En sintonía con esta transformación, varias Organizaciones de la Sociedad Civil comenzaron a desarrollar plataformas interactivas en el marco de sus proyectos y misiones. Desde mapas que, con el aporte de OSC y de ciudadanos y vecinos, desnudan violaciones a la denominada Ley de Bosques o al saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo, hasta los que revelan puntos de ventas de droga en un barrio porteño, o los que simplemente sistematizan información para unir extremos y tender puentes, forman parte de esta nueva tendencia, potenciada por canales de comunicación como el correo electrónico y Facebook. Desde hace cuatro años, la Red Comunidades Rurales (RCR) tiene en marcha una iniciativa cuya base virtual es la página www.mapasderecursos.org.ar . “La plataforma tiene como objetivo que todas las personas rela-

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cionadas con el desarrollo humano en el ámbito rural, sin importar el sector social al que pertenezcan, tengan un espacio en la web donde puedan, en forma colaborativa, aportar o buscar información que consideren clave”, explica Patricio Sutton, director ejecutivo de la RCR e ideólogo de los Mapas de Recursos. “Encontrá y aportá información sobre el desarrollo humano en el ámbito rural”, invita el portal Mapas de Recursos, una suerte de base de datos construida colectivamente sobre todo tipo de trabajos vinculados con esta temática que se llevan adelante en el país. Por su parte, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, junto con la Fundación Ciudad y el Foro del Periodismo Argentino (Fopea) desarrolla un proyecto denominado Monitoreo Social del Riachuelo, que encontró en los mapas georreferenciados uno de sus pilares. “Constituyen herramientas de construcción colectiva. Es la posibilidad que te da hoy la tecnología, donde cada uno puede ir construyendo conocimiento”, explica Andrés Nápoli, Director Ejecutivo de la Farn. Y así nació ¿Qué pasa, Riachuelo?, una plataforma de monitoreo basada en datos públicos y destinada a visualizar la problemática ambiental de la cuenca.

Incluitter es otro exponente de la tecnología puesta a disposición de una causa social a través de la participación interactiva de los ciudadanos. El objetivo, en este caso, es generar un mapa solidario, un espacio de interacción y vínculo entre ONG, instituciones, voluntarios y posibles beneficiarios. “Somos una red de voluntarios y acciones solidarias. Buscamos reunir a todos los voluntarios y a todas las ONG en un sólo lugar”, explica Emmanuel Aldrey, uno de sus creadores, y agrega: “La consigna es encontrarnos en el mapa, levantar nuestra mano y decir: ‘acá estoy colaborando’ o ‘quiero dar una mano’, mapearnos para establecer nuevos puentes”. Con la misma lógica se inscribe también la plataforma Quiero Ayudar (QA), concebida por un grupo de jóvenes inquietos por contribuir a visibilizar y vincular entre sí a voluntarios, organizaciones y personas que necesitan colaboración.

Los detalles El portal Mapas de Recursos para el Desarrollo Rural permite, de manera sencilla y a través de motores de búsqueda por zona, tema y subtema, acceder a información sobre las tareas que realizan múltiples actores. “Por ejemplo, puedo ir a la región del


zados por los propios vecinos en el marco de talleres. “La gente puede decir ‘tenemos tal contaminación producto de tal fábrica’. Entonces georreferenciamos la información, averiguamos si existe la industria, de qué tipo es, si tiene efluentes, entre otros aspectos. Con las obras públicas también monitoreamos si se hicieron o si están paradas a partir de datos que provee la gente. Los talleres son la cara de los problemas y, a la vez, una herramienta de participación”, explica Nápoli. De hecho, la iniciativa se presenta como un mecanismo “para monitorear los avances de la gestión pública respecto del saneamiento del Riachuelo y el seguimiento de la Causa Mendoza”. Los Mapas de Recursos de Red Comunidades Rurales también se nu-

NOA, hacer clic en la provincia de Salta y luego seleccionar en otra columna el tema, que puede ser educación, salud, medio ambiente y, dentro de éstos, buscar puntualmente iniciativas en educación intercultural bilingüe. Allí aparecerán todos los actores (públicos y privados), publicaciones, actividades en agenda y testimonios relacionados con la temática seleccionada. Es una forma útil de encontrar la información. La gran aspiración es que crezca la cantidad de usuarios y se genere una gran comunidad, que se va a enriquecer gracias a sus propios aportes”, describe Sutton. La Cuenca Matanza-Riachuelo afecta a una población estimada de 5 millones de habitantes, muchos de los cuales viven en situación de pobreza y sin acceso a los servicios básicos. En ese contexto, el proyecto Monitoreo Social del Riachuelo busca lograr la participación de la gente que vive en la región para ejercer un efectivo control ciudadano. Así, a través de ¿Qué pasa, Riachuelo?, Farn, la Fundación Ciudad y Fopea, desde hace dos años proveen información que abarca a las industrias, basurales a cielo abierto y la población en situación de riesgo. Además de los datos públicos, la plataforma recoge los reportes reali-

CÓMO CONECTARSE

Mapas de Recursos para el Desarrollo Rural info@mapasderecursos.org.ar www.mapasderecursos.org.ar ¿Qué pasa, Riachuelo? www.quepasariachuelo.org.ar Incluitter Mapeando Solidaridad info@incluitter.org www.incluitter.org Quiero Ayudar www.quieroayudar.org

tren de los datos que aportan ciudadanos y organizaciones. Según Sutton, allí la información puede ser cargada por todos: “Está diseñado de un modo muy simple, como para que muchos lo puedan usar. Por ejemplo, una persona que quiere ayudar a las escuelas rurales, puede entrar y, de un modo fácil, va a encontrar las organizaciones sociales que trabajan con escuelas rurales, con todos sus datos. Es como un buscador y una herramienta ‘wiki’ (al estilo de la enciclopedia libre de Wikipedia) porque se enriquece mediante aportes colaborativos”. En paralelo, la Red trabaja ahora en el desarrollo de nuevos mapas georrefenciados cuya finalidad será mostrar la realidad socioambiental en el ámbito rural. “La idea es lograr una foto cada vez más nítida de las condiciones de vida en contextos rurales. Se trata de poner a disposición información que está casi oculta o a la que es muy difícil acceder”, resume el director ejecutivo de la RCR. “La información que uno reúne, si la tiene bien sistematizada, le sirve a otro que trabaja en temas similares. Necesitamos saber qué está pasando alrededor y poder tomar cartas en el asunto”, finaliza Sutton. Y, por lo visto, ese camino empezó a ser transitado por varios.

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Dossier

Actividades de interés Dónde capacitarse Maestría en Psicogerontología Hasta el 10 de agosto Está abierta la inscripción para la Carrera de Especialización y Maestría en Psicogerontología de la Universidad Maimónides, en su modalidad a distancia. Para más información, consultar a psicogerovirtual@maimonides.edu

Fortalecer a las OSC

Posgrado en Impacto Ambiental Hasta el 7 de octubre La Fundación de Estudios Avanzados de Buenos Aires lanzó el X Curso Internacional de Posgrado de Evaluación de Impacto Ambiental dirigido a graduados universitarios interesados en una capacitación, especialización o perfeccionamiento en metodología y práctica de la Evaluación de Impacto Ambiental a nivel internacional con un enfoque interdisciplinario (Ciencias aplicadas, Sociales y Humanas). www.programa-ambiente.com.ar

29 de julio Un curso virtual de Fortalecimiento para las Organizaciones de la Sociedad Civil, organizado por el Instituto Provincial de la Administración Pública (Ipap), se desarrollará a través de la plataforma AulaIPAP. Para poder participar, no es necesario tener personería jurídica; basta con que la institución interesada tenga al menos un año de antigüedad y que quien participe del curso cuente con el aval del responsable de la entidad. capacitación.osc@ipap.sg.gba.gov.ar

Cursos de Cented Abierta la inscripción El Centro de Tecnología para el Desarrollo (Cented) lanzó los cursos Diplomado Internacional en Administración de Organizaciones Sin Fines de Lucro; Diplomado Internacional en Responsabilidad Social Empresaria; en Marketing, Administración y Recaudación de Fondos para Organizaciones Sin Fines de Lucro; así como también la forma-

Noticias del TS Justicia de género ONU Mujeres invita a individuos, OSC, grupos y redes a presentar comunicaciones por escrito a la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por su sigla en inglés) para brindar información relativa a posibles injusticias y violaciones de derechos de las mujeres en distintos países. Algunos ejemplos de reclamos pueden ser los relacionados con detenciones arbitrarias de mujeres, violencia doméstica, la discriminación en las leyes de inmigración y de nacionalidad. La convocatoria tiene como objetivo identificar tendencias emergentes en materia de prácticas discriminatorias de género con el fin de formular políticas orientadas a defender los derechos de las mujeres . www.un.org/womenwatch/daw/csw/communications _procedure-es.html#where 46

ción como Experto en el Desarrollo de Programas Sociales, entre otros. Las formaciones están dirigidas a miembros de OSC. cursos@cented.org.ar

Políticas públicas 17 y 18 de octubre La Fundación GEO (Generación de Estudio y Opinión), con motivo de su aniversario número 20, lanza el primer Seminario Nacional de Políticas Públicas y prácticas de Gestión, con el fin de brindar información y ayuda a diversos actores sociales a través del fortalecimiento institucional y la concientización ciudadana. www.fundaciongeo.org.ar

Desarrollo de proyectos 6 de agosto Clayss ofrece el curso Desarrollo de proyectos de aprendizaje-servicio destinado a directivos y docentes de todos los niveles del sistema educativo, líderes comunitarios y miembros de organizaciones de la sociedad civil que quieran desarrollar experiencias educativas solidarias o mejorar aquellas que están llevando a cabo. online@clayss.org.ar www.clayss.org.ar

Gestión de Microfinanzas 14 de agosto La Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) dicta la Diplomatura Virtual Gestión de Microfinanzas, que dura un año y está conformada por ocho materias. Durante el primer cuatrimestre se dictarán las materias Economía Social, Informática I, Elementos de matemática y estadística, y Ciclo de crédito


Fundraising

y evaluación crediticia. www.untrefvirtual.edu.ar/microfinanzas/index.html.

Donaciones de la IAF Abierta la inscripción La Fundación Interamericana (IAF) invita a presentar propuestas para su programa de donaciones. La IAF financia los esfuerzos de autoayuda de grupos de base en América Latina y el Caribe que buscan mejorar las condiciones de vida de personas en situación de exclusión social, incrementar su capacidad para tomar decisiones y autogobernarse, así como también crear alianzas con los sectores público, empresarial y con la sociedad civil. enlaceiaf@enlaceiaf.org.ar

Promover la paz Hasta el 15 de septiembre Peace Revolution tiene abierta la convocatoria para el programa Peace Revolution Fellowship, que consiste en un entrenamiento intensivo de 14 días que provee a los participantes una visión detallada de la relación entre la paz interior y la paz sostenible en el mundo. La iniciativa se desarrollará en Tailandia. fellowship@peacerevolution2010.org

Premios y becas Fondo para las innovaciones Hasta el 26 de agosto Save the Children y GlaxoSmithKline lanzaron el Premio a la Innovación del Cuidado de la Salud cuyo objetivo es promover la réplica de los mejores y más innovadores ejemplos de atención médica para incrementar el impacto en beneficio de niños en situación de vulnerabilidad social. Las OSC de países en desarrollo de todo el mundo pueden nominar ejemplos de enfoques innovadores de la salud que hayan sido descubiertos o implementados con esta perspectiva. www.innocentive.com/ar/ challenge/9933399

Apoyar la investigación Hasta el 1 de octubre

Becas para estudiantes Hasta el 3 de diciembre

National Humanities Center (EE.UU.) lanzó el programa de Fellowships cuyo objetivo es apoyar y financiar a académicos dedicados a la investigación avanzada en las áreas de Humanidades. Se requiere fluidez en el inglés hablado y escrito. Se solicita que los interesados presenten tres cartas de referencia en apoyo de su candidatura. nationalhumanitiescenter.org/fellowships/internationalinfo.htm

Pequeños fondos Hasta el 3 de septiembre Jewish Helping Hands abrió su programa de pequeños fondos Tikkun Olam Grants con el fin de inspirar e incentivar los valores de Tzedaká y la Justicia en todo el mundo. La iniciativa apoyará proyectos que se centren en las poblaciones más vulnerables de los Estados Unidos y otros países, en particular a quienes se encuentren en situación de exclusión social. http://jewishhelpinghands.org/grants/

Investigación en Ciencias Sociales Hasta el 1 de noviembre La Universidad de Princeton abrió su convocatoria al Fund Global Fellows Program cuyo objetivo principal es apoyar investigadores que trabajen en las Ciencias Sociales y las Humanidades. En este marco, seleccionará a seis académicos de todo el mundo para realizar una residencia en Princeton por un año académico y para participar en la investigación y el debate en torno de un tema. http://www.princeton.edu/funggfp/index.xml

Gates Cambridge abrió la convocatoria para su programa de becas de estudio full-time para estudiantes de posgrado en todas las carreras de la Universidad de Cambridge. El objetivo es construir una red global de futuros líderes comprometidos con mejorar la vida de las personas. www.gatescambridge.org/

Premio Rey de España Hasta el 30 de septiembre La Agencia EFE y la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid) lanzaron el Premio Internacional de Periodismo Rey de España cuyo objetivo es reconocer la calidad de la labor informativa de los profesionales del periodismo de lengua española y portuguesa de los estados que integran la Comunidad Iberoamericana de Naciones y de los países con los que España mantiene vínculos de naturaleza histórica. www.efe.com/premios/rey/principal.asp?o pcion=9&seccion=95&idioma=ESPANOL

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Dossier Galardón a líderes Hasta el 30 de agosto El Centro de Intercambio de Conocimientos abrió la convocatoria para la nominación a los premios Stephan Schmidheiny Innovación para la Sustentabilidad que distinguirá a líderes y emprendedores sociales que hayan trabajado en áreas de innovación durante al menos dos años. www.ciconocimientos.org/premio/ nominacion-de-candidatos/

Premio Gabriel García Márquez Hasta el 26 de julio La iniciativa distinguirá a los mejores trabajos en español y portugués realizados en América y la Península Ibérica en las categorías de crónica y reportaje, imagen, cobertura de noticias e innovación, y excelencia periodística. Los ganadores recibirán 15.000 dólares, en tanto que dos finalistas de cada categoría obtendrán una dotación de 2.500 dólares. www.fnpi.org/premioggm

Certamen de una OSC Hasta el 10 de agosto El Centro por los Derechos Humanos Hermanos Zaragoza convoca a diseñadores a presentar propuestas de logotipo para la entidad. La imagen premiada deberá reflejar la lucha por los DDHH desde la memoria en busca de la verdad, adaptable a distintos soportes de comunicación. El certa-

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men es abierto a la participación de toda la comunidad. ddhhzaragoza@gmail.com

Lecturas recomendadas

Campaña al Desierto, la Huelga de Inquilinos, la Semana Trágica, el Bombardeo a Plaza de Mayo, el Cordobazo, la huelga de la CGT en la última dictadura y la Masacre del Puente Pueyrredón. www.imfc.coop

Más allá de la Economía Verde

La Tragedia de la salud pública

Se trata de una publicación de la Editorial Temas y la Fundación Avina que propone una nueva economía basada en prácticas de mercado guiadas por el respeto entre las personas y el planeta. La obra se centra en la redistribución de los recursos y propone la creatividad para desarrollar productos y servicios más inteligentes y eficientes en términos energéticos, entre otros conceptos. www.editorialtemas.com

El texto de Cartago Ediciones refleja una mirada crítica sobre el sistema de salud al que el autor, Néstor Lucatelli, considera insuficiente, mercantilizado, y que atraviesa una crisis que hunde a miles de personas en las dificultades para recibir adecuado tratamiento médico ante las enfermedades. www.club-libro.com.ar/edicionescartago.html

Prensa en Conflicto. De la Guerra contra el Paraguay a la Masacre de Puente Pueyrredón El libro, publicado por el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, analiza el rol de la prensa gráfica en algunos de los conflictos sociales más importantes que atravesaron los últimos doscientos años de historia del país. Así, se abordan episodios históricos como la Guerra contra el Paraguay, la

Barómetro de la Deuda Social Argentina El texto brinda una mirada acerca de los desajustes vinculados al desarrollo humano y social registrado entre 2010 y 2012. En sus páginas analiza las temáticas de capacidades de subsistencia económica y de consumo y de ahorro monetario; los ingresos como recursos de subsistencia; inseguridad alimentaria y recortes en salud, entre otros. www.uca.edu.ar/observatorio



COOPERATIVISMO

Creando Conciencia

El trabajo de reciclar A través de la recolección diferenciada de residuos sólidos, esta cooperativa permite sostener a 40 familias. Sus miembros también brindan charlas sobre el manejo sustentable de la basura a los vecinos del municipio de Tigre. TEXTOS CLAUDIA ROSALES

onia tiene 39 años, un hijo de 10 y trabaja en la Cooperativa Creando Conciencia desde su inicio. “Soy socia fundadora”, explica. A Sonia, ese empleo le cambió la vida: llegó cuando estaba en su peor momento económico y no veía una salida. Aprendió mucho de reciclaje, de compañerismo y de trabajo con otros. Hoy transmite todos sus aprendizajes a niños y adultos: “Los chicos de las escuela quedan admirados cuando se dan cuenta de todo lo que pueden reciclar”, comenta entusiasmada. “Y los grandes también,

S Quiénes, cómo y cuánto

res choferes y nueve recolectores conforman la flota que recorre a diario los barrios donde Creando Conciencia presta sus servicios de recolección diferenciada de residuos, clasificados en húmedos, secos y verdes. Según de qué tipo sean, estos desechos son llevados al Ceamse o depositados en el predio de la cooperativa. Los supervisores controlan el trabajo, y dan respuesta a los requerimientos y necesidades de los clientes. En tanto, los materiales que quedan en la planta de procesamiento son separados y clasificados a través de una cinta transportadora que permite procesar de 3 a 4 toneladas diarias. Luego de esta etapa, materiales como cartón, PET, polietileno y tetra brik son enfardados a través de prensas hidráulicas. Finalmente, un grupo de miembros de la cooperativa –en su mayoría mujeres– clasifican los materiales preclasificados por los vecinos. Con este sistema, el año pasado, Creando Conciencia recolectó 2.634 toneladas de basura común y reciclable. De esa cantidad, pudo separar 653 toneladas para reutilizar, de las cuales un 1 por ciento correspondió a materiales metálicos; un 14 por ciento, a plásticos; un 25 por ciento, a vidrios; y un 60 por ciento, a papel. En este último caso, el beneficio resulta abismal: según los responsables de la cooperativa, su reutilización equivale a preservar cerca de 6 mil árboles.

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la gente en general está más concientizada que hace unos años”, agrega. Creando Conciencia nació ocho años atrás, cuando el país estaba en plena debacle y nadie creía en nada. Todo comenzó cuando un grupo de vecinos del partido bonaerense de Tigre se propuso buscar una solución a una de las problemáticas que más lo inquietaba: la disposición final de los residuos sólidos urbanos y la falta de oferta de puestos de trabajo en el proceso de reciclado dentro del municipio. Así fue que decidieron asociarse y, bajo la consigna de generar alternativas concretas de responsabilidad social y sustentabilidad, pensaron en implementar un proceso de recolección diferenciada. Florencia Angelelli, una de las fundadoras de la iniciativa, cuenta: “Puse la semilla de Creando Conciencia porque me llamaba la atención que no se hiciera nada con la basura que generábamos”. Al principio, recorrían a pie y puerta a puerta los barrios cerrados de la zona de Tigre para explicar a los vecinos lo importante y a la vez sencillo que era comenzar a separar los residuos. Poco a poco y a fuerza de un trabajo intenso y silencioso, la cooperativa llegó a ser lo que es hoy: una empresa social que tiene a su cargo la recolección de residuos de los barrios del Complejo Nordelta y de otras grandes urbanizaciones de la zona de Benavídez, en el norte del conurbano. Y no sólo eso; también lleva con orgullo un preciado mérito, el de ser, hasta ahora, la única prestadora de este servicio que realiza un tratamiento diferenciado de los residuos sólidos urbanos (RSU). De esta manera, la entidad ayuda a minimizar la disposición final de re-


Más de 40 personas trabajan en la recolección diferenciada de residuos.

siduos en el Ceamse y colabora con la preservación de los recursos naturales y el medio ambiente.

Historias con futuro

“Hace tres años que estoy acá y no me voy más; es un trabajo seguro, que enorgullece a mis hijos y a mí porque es el presente y el futuro y un lugar donde podemos tener amigos”, afirma categórica Magalí. Con sus 27 años y sus cuatro hijos, Creando Conciencia significó un cambio de rumbo en su vida: “Venía de una familia de clase media, terminé el secundario, quedé embarazada y tuve que buscar un lugar donde vivir. Estuve de acá para allá, boyando sin un trabajo ni un lugar fijo donde dormir hasta que llegué acá”, cuenta. Actualmente, la Cooperativa está integrada por más de 40 personas que llevan adelante una doble tarea: brindar un servicio de recolección diferenciada de residuos (separan la basura, la clasifican y reciclan la mayor cantidad posible) y, a la vez, ofrecer una oportunidad de inserción laboral a recuperadores urbanos (cartoneros) de la zona. Edgardo Jalil, presidente y fundador, asegura que “separar los residuos en el hogar es muy sencillo” y subraya la importancia de que “cada vecino tome los diarios que leyó, las botellas de plástico o de vidrio que consumió y los tire en una bolsa aparte”. “Si en el municipio en el que un veci-

no vive aún no hay una recolección diferenciada, en las plantas del Ceamse los recuperadores urbanos toman esas bolsas, y es bueno que ese material esté limpio y separado de la basura húmeda”, argumenta. En este sentido, precisa que “los residuos sólidos urbanos son los que se originan en la actividad doméstica y comercial de ciudades y pueblos, en los países desarrollados y en los que se ha extendido la cultura de ‘usar y tirar’, donde la cantidad de basura que se genera ha crecido hasta llegar a cifras muy altas”. En lo que va de este año, Creando Conciencia lleva procesadas y recuperadas más de 350 toneladas de basura. Así lo explica Rey quien, con sus 54 años comprendió, trabajando en la Cooperativa, que “lo que antes era basura, ya no es basura. Desde hace dos años que estoy aquí, es un trabajo fijo, dejé de hacer changas y de cartonear, y estoy orgulloso de aprender y poder enseñar cómo vivir en un mundo mejor”, afirma. Para transmitir y volcar sus conocimientos y su experiencia a toda la comunidad, Creando Conciencia desarrolla diferentes acciones, entre ellas, el asesoramiento sobre el tema

CÓMO CONECTARSE

Cooperativa Creando Conciencia 155-1071386 atclientes@creandoconciencia.com.ar

a los municipios interesados a través de una “Guía para Emprendimientos de Manejo Sustentable de RSU”. También, brinda este servicio a distintas empresas y organizaciones que, por su compromiso de responsabilidad social con el cuidado ambiental, quieren tener garantías de que sus RSU son efectivamente reciclados. Por otro lado, ofrece espacios de sensibilización y concientización en jardines de infantes, escuelas primarias y secundarias. “Los cooperativistas se acercan a las instituciones interesadas y organizan charlas con los alumnos y propuestas de talleres vinculadas al proceso de reciclado y al cuidado del medio ambiente. La tarea de informar y concientizar es fundamental porque, en general, se olvida que el planeta es un sistema cerrado en el que permanecen todos los residuos que generamos. Por eso, hacer una reutilización y una transformación de éstos, es el mejor legado que podemos dejarles a nuestros hijos y a las generaciones futuras”, resume Jalil. Los integrantes de Creando Conciencia saben que la clave es asumir el compromiso, decidirse y empezar de a poco a separar los residuos, adquirir el hábito y transmitirlo. Para ello trabajan, para ésta y las próximas generaciones, con el fin de construir un mundo mejor y empezar a hacerlo con un pequeño granito de arena.

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vidriera La

PRODUCCIÓN: ALEJANDRO CÁNEPA

Comprar y ayudar. Desde cervezas artesanales, hasta juguetes, el Comercio Justo amplía su oferta para todos los gustos. Elaborados por cooperativas o pequeños emprendedores, los productos de la economía social ganan cada vez más adeptos.

JAC Indumentaria Es una creación de la Cooperativa Sueños Compartidos, del barrio porteño de Villa Pueyrredón, conformada por un grupo de mujeres que trabajan desde hace más de 25 años en la confección de prendas. Producen guardapolvos, delantales, chaquetas para chefs y faldones, entre otras cosas. Dónde comprar: 2054-2856 info@jacindumentaria.com.ar www.jacindumentaria.com.ar

Café Basaglia

Elaborados con madera reciclada, se trata de juguetes fabricados por un matrimonio de la ciudad bonaerense de San Nicolás, como parte de un emprendimiento familiar de economía social. Los juguetes no tienen clavos, ni astillas. Tampoco son pintados con pinturas tóxicas. Dónde comprar: Almafuerte 267, San Nicolás Tel (03461)-420954

Cerveza artesanal

Ubicado en Almagro, en la Casona Cultural Humahuaca, es un emprendimiento social de reinserción laboral, llevado adelante por un grupo de psicólogos y de personas usuarias de los servicios de salud mental de la Ciudad de Buenos Aires. En el local se pueden degustar desayunos y almuerzos. Dónde comprar: Humahuaca 3508, CABA Tel: 48625369 infocafebasaglia@gmail.com

Con la marca La Reserva, en la localidad bonaerense de Los Cardales, este emprendimiento familiar elabora la bebida en sus variantes rubia, negra y roja. Quien lo desee puede visitar la fábrica, además de disfrutar de un patio cervecero y de comidas típicas. Dónde comprar: (02304) 462-258 / 462-039 lareservaartesanal@hotmail.com cervezalareserva.blogspot.com.ar

Chocolates

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Juguetes didácticos

Se trata de un emprendimiento de la Cooperativa de Trabajo Arrufat Vivise, creada en 2009 para mantener abierta la empresa, fundada originalmente en 1931. En su local del barrio porteño de La Paternal ofrece bombones, turrones, alfajores, confites y figuras de chocolate, entre otros productos. Dónde comprar: 4588-1172 ventas@chocolatesarrufat.com www.chocolatesarrufat.com




ECONOMÍA SOCIAL

Turismo Comunitario

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Viajeros con red Trabajadores agrupados en cooperativas buscan instalar un nuevo modelo de hacer turismo, más respetuoso del medio ambiente y que contribuya a dinamizar las economías regionales. TEXTO ROLY VILLANI

l turismo es una de las industrias que más creció en la Argentina en la década posterior a la crisis del neoliberalismo. De hecho, los datos oficiales dan cuenta de una duplicación en el número de extranjeros (casi 6 millones) entre 2001 y 2011. Y en lo que refiere al turismo interno, los últimos fines de semana largos movilizaron en promedio un millón de personas cada uno, según la Cámara Argentina de Turismo. Esta masividad sedujo a inversores que, en ocasiones, encararon sus desarrollos prácticamente sin planificación, con metas de corto plazo y con poca atención a las consecuencias sobre el ambiente y las comunidades. Sin embargo, en paralelo, trabajadores agrupados en cooperativas comenzaron a encarar emprendimientos turísticos bajo un formato alternativo, y hoy buscan organizarse. “Hoy por hoy, la tendencia es esperar a que venga el capital extranjero a montar un complejo gigantesco. Esas empresas rompen las microeconomías pero son vistas en muchas ocasiones como una oportunidad para hacer unos pesos rápido”, explica Diego Ruarte, uno de los trabajadores que participó de la recuperación del Hotel Bauen, en pleno corazón de la Ciudad de Buenos Aires. Si bien esa experiencia se convirtió en emblemática, en distintos puntos del país funcionan hoteles recuperados por sus trabajadores, que se organizan en cooperativas para llevar adelante un modelo de turismo responsable con las comunidades y el medio ambiente. “Para que las experiencias de unos les sirvan a otros y para poder construir una verdadera política de turismo sostenible,

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estamos armando una Red de Turismo Comunitario, que si bien es incipiente, ya genera intercambios entre los distintos miembros”, explica Ruarte. El concepto de turismo comunitario excede las experiencias de recuperaciones de hoteles y aspira a aglutinar propuestas que van desde el turismo rural hasta el solidario y autogestivo que promueve la inserción de sectores y localidades del país con menos recursos.

Cuando una empresa se va En el 2001 cerró la fábrica Loma Negra, los pobladores de Pipinas, una localidad del partido bonaerense de Punta Indio, se enfrentaron al doble desafío de generar fuentes de trabajo genuinas y evitar la emigración que se suele producir en los pueblos dependientes de una única gran empresa. Fue entonces que algunos jóvenes, organizados en una cooperativa, se propusieron recuperar las instalaciones de

un hotel que estaba en ruinas y cuya construcción había sido promovida por la propia empresa. Dos años después, el sueño era una realidad: “Nuestra intención no fue nunca generar un emprendimiento tradicional, una inversión para hacer plata, sino un proyecto que redinamizara la economía local”, explica Claudia Díaz, presidenta de la Cooperativa Pipinas Viva. El principal atractivo natural del distrito es el Parque Costero del Sur, sobre la Bahía de Samborombón, declarado reserva de biosfera por la Unesco, pero aún no explotado turísticamente. En este caso, el esquema que se puso en marcha busca generar alternativas de trabajo para la propia gente del lugar. “Hasta el momento, lo que mejor funciona es la parte de gastronomía: las pastas caseras que servimos en el hotel las hace una vecina, lo mismo que los dulces regionales, y enfrente se instaló una fábrica de chacinados que trabaja con la venta a turistas”,

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ECONOMÍA SOCIAL

Turismo Comunitario

explica Díaz. La idea, por supuesto, es seguir creciendo con servicios como alquiler de caballos, lanchas, kayaks y bicicletas que sean ofrecidos por los vecinos, al igual que equipos de pesca, guías o traductores. Pese a las dificultades y a un lento camino transitado, uno de los objetivos centrales está cumplido: las 68 casas que habían quedado abandonadas luego de la quiebra de Loma Negra hoy se encuentran nuevamente habitadas.

Cuestión de equidad

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Además de los desarreglos sociales y ambientales, el turismo tradicional genera o profundiza desequilibrios regionales que muchas veces derivan en serios problemas económicos: “Misiones recibe 2,5 millones de turistas que visitan las Cataratas del Iguazú y se van”, explica Jorge Pauleti, presidente de la Federación Misionera de Cooperativas de Turismo (Femctur). Se trata de una entidad que nuclea a 32 cooperativas pertenecientes a 25 municipios misioneros que, desde hace dos años, se contactaron con la Red de Turismo Comunitario. “Esta fue la mejor herramienta que encontramos para impulsar una campaña que busca fomentar que ese turismo que viene a las Cataratas o a San Ignacio haga un recorrido de ocho días por las distintas opciones que ofrecemos y permita dinamizar así las economías regionales”, explica Pauleti.

Las cooperativas que integran la Femctur incluyen propuestas de turismo histórico, religioso y rural, y se integraron en este proyecto hace casi ocho años, impulsados por la Fundación ARCentral, una entidad civil que cuenta entre sus socios al Gobierno de

rismo– cae rápidamente porque es difícil fidelizar al viajero que, por definición, desea probar siempre cosas distintas. La Red de Turismo Comunitario nace para eso, para ampliar el público y ofrecer distintos productos turísticos responsables. “Por estar ubicados en Buenos Aires nosotros somos el puerto de llegada de mucho turismo internacional y, cuando entablamos diálogo con el viajero, recomendamos y derivamos en primer lugar hacia los destinos en los que sabemos que se trabaja con criterios sociales”, explica Ruarte, del Bauen. Para abrir los horizontes de la todavía esquiva comercialización del turismo responsable, cada emprendimiento fue elaborando su propia estrategia. La gente de Pipinas organizó, meses atrás, un viaje de promoción en Europa junto Planet Viaggi Responsabili, una organización cultural con sede en Verona, Italia, que busca promover el desarrollo del turismo responsable con el fin de lograr encuentro, diálogo, intercambio y solidaridad entre los pueblos. El Femctur, por su parte, puso en

“Para que las experiencias de unos les sirvan a otros y para poder construir una verdadera política de turismo sostenible, estamos armando una Red de Turismo Comunitario”, explica Diego Ruarte. Misiones, universidades provinciales y cámaras de comercio regionales.

Comercializar es la tarea Algo que suele suceder a los emprendimientos cooperativos es el rápido agotamiento de su público: cualquier propuesta solidaria tiene alto valor inicial en las zonas de influencia, pero –al menos en el caso del tu-

marcha la agencia Turismo Alto Paraná (TAP), que ofrece a los viajeros el programa Misiones de punta a punta, con una estrategia innovadora: “Priorizamos su vivencia personal y única por sobre el turismo masivo o enlatado”, proponen en su sitio web. Como suele suceder cuando se construye una red, se trata de un proceso en constante movimiento. De hecho, en los últimos tiempos se sumaron otras dos experiencias: la Cooperativa City Hotel Mar del Plata, que nació en el 2005, un año después de que los dueños del hotel declararan la quiebra, y el Hotel Cacique Pismanta, ubicado en San Juan, a 180 kilómetros de la ciudad capital, que lleva ya cinco años de trayectoria. Y la rueda, por cierto, sigue girando.



REFLEXIONES

Entrevista a Marina Silva

“La política del futuro será transversal” Para la ex ministra de Medio Ambiente de Brasil, los procesos políticos están en vías de transformación. “Es un verdadero desafío no perderse en la fragmentación, el individualismo o el hedonismo”, postula. TEXTO JULIÁN BLEJMAR

n octubre de del 2010, Marina Silva sorprendió al mundo al lograr casi 20 millones de votos en las elecciones presidenciales de Brasil y forzar a una segunda vuelta en la que finalmente se impuso la ahora presidenta Dilma Rouseff. Con un discurso que colocaba a la cuestión de la sustentabilidad en el centro de la escena, esta dirigente ambientalista y pedagoga de 55 años logró sacudir el tablero político tradicional. Ex senadora por dos mandatos consecutivos, ex ministra de Medio Ambiente del gobierno de Luis Inácio Lula da Silva, con un doctorado en Historia de la Universidad Federal de

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Acre, fue considerada como una de las cien mujeres más influyentes del mundo por la revista Time. En tanto, desde principios de este año, Marina Silva decidió redoblar su apuesta y creó su propia fuerza política, la Red Sustentabilidad, que está en pleno proceso de recolección de firmas. Desde esa plataforma, el año próximo Silva volvería a ponerse el vestido de candidata para competir otra vez con Dilma Roussef, si apuesta por un proyecto reeleccionista. Presentada como el plato fuerte de la Conferencia Internacional Iarse 2013 –que se desarrolló en Buenos Aires en mayo pasado bajo el lema Entender, Comprender, Liderar: El Poder de la Inspiración– Marina Silva expresó su innovadora mirada sobre

Crisis civilizatoria y resistencia n su exposición ante la Conferencia Internacional del Instituto Argentino de Responsabilidad Empresaria (Iarse), Marina Silva hizo referencia a la “crisis civilizatoria” por la que atraviesa el mundo, a causa de “los conflictos sociales” y de haber llegado “al límite de lo que puede proveer la naturaleza”. “Actualmente, más de 2.000 millones de personas viven con menos de dos dólares por día. El calentamiento global aumenta de forma excesiva. Estamos viviendo una crisis económica, social y ambiental, y es la vida misma la que está amenazada, por lo que más allá del pesimismo o el optimismo en el cambio, la resistencia es clave en estos tiempos”, aseguró. Sin embargo, su perspectiva a futuro está signada por la esperanza: “Hubo otras crisis civilizatorias, como la de los griegos o los egipcios, pero ahora la ventaja es que nosotros sí sabemos que estamos en una crisis y eso nos da la posibilidad de no seguir haciendo todo de la misma forma”. Sin dudas, se trata de una oportunidad que no debe ser desaprovechada.

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“desarrollos sostenibles” y los “liderazgos intersectoriales”. En diálogo con Tercer Sector, Silva brindó su particular visión sobre los procesos sustentables: “Sustentabilidad no es cuidar alguna cuestión específica, sino que es algo integral, una unidad que nace de todos, gobiernos, empresas, ONG, universidades y todo tipo de organización. Es una manera de ser, un ideal de mundo, una nueva visión y una nueva estructura, que no puede ser propiedad de un líder o partido político, sino de todos, pues los recursos naturales son necesarios por igual para ricos y pobres”, aseguró. –¿Cuán lejos estamos de implementar un modelo socioeconómico sustentable?

–El actual modelo no es sustentable, pero es necesario partir de lo ya logrado. No se trata de regresar a la Edad de Piedra sino de reconciliarnos con los orígenes civilizatorios. Desterrar el consumo tóxico no significa desterrar el consumo sino preservar lo bueno. En el caso de Brasil, es importante rescatar la estabilidad política y económica, como también las enseñanzas de los 38 pueblos del Amazonas que no fueron contactados por la civilización y que mantienen una cosmovisión original. Sin embargo, al mismo tiempo, es necesario cambiar muchas otras cuestiones, como por ejemplo las amnistías a los empresarios que causaron daños al Amazonas. –¿Qué dificultades observa en la conciliación entre empresa y medio ambiente? –Es necesario contemplar tanto la ne-


cesidad de proteger los recursos naturales como los legítimos derechos de las personas a tener trabajo y una vida digna. No se puede tener una visión separada entre economía y ecología, sino que deben ser integradas en una misma ecuación; la preservación del medio ambiente no debe implicar dejar de lado la preocupación por la vida de la mayoría de las personas. –¿Qué lugar deberían ocupar las empresas y las fundaciones empresariales en el diseño y la ejecución de políticas públicas?

–Lo que vislumbro para el futuro es una transversalidad de estas y otras organizaciones que contemplan a parte de la sociedad organizada, pero también de mucha gente que no está organizada y que demanda salir de su rol de espectadora para ser protagonista de un nuevo activismo. Por eso, es un verdadero desafío no perderse en la fragmentación, el individualismo o el hedonismo, y sí pensar como sujetos tanto individuales como colectivos, para transformar la sociedad mediante una coautoría, con muchos liderazgos multicéntricos, donde todos –empresas, ONG, instituciones, universidades– nos sumemos en torno a esos ideales para colaborar con un cambio hacia la sustentabilidad.

Medio ambiente e instituciones arina Silva nació en Río Branco, en el límite del Amazonas, en cuya selva, de niña, trabajó en la recolección del caucho, la caza y la pesca. No es casual entonces que su pelea por la preservación de esta selva –reflejada en su libro Nuevas estrategias para frenar la deforestación amazónica– haya sido prioritaria en su activismo político y social. Con todo, en diálogo con Tercer Sector, Silva dijo no creer que la contribución al cuidado del medio ambiente pase por una única vía: “Cada uno tiene su experiencia de vida; existen personas que hacen grandes contribuciones al ecosistema a partir de sus estudios académicos, de la producción de nuevos conocimientos, de procesos productivos, productos, tecnologías o materiales, y otras que no tienen conocimientos técnicos o científicos pero sí una experiencia de cercanía con la naturaleza, que les permite contribuir mucho a la protección del medio ambiente, gracias a una visión anticipatoria de las cosas que luego la ciencia termina confirmando”.

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–¿Cree que en el futuro las fundaciones empresariales y las ONG se sumarán a la disputa en el terreno político?

–En mi caso, yo me inicié de hecho en los movimientos sociales de la Iglesia de la década del ’70 y del ’80, y allí permanecí durante treinta años, hasta que me incorporé en la política. Cada vez más veo que el proceso político va a tomar otra forma, en la que los ciudadanos dejarán de estar al servicio de las empresas, las organizaciones o los partidos, y, por el contrario, estas instituciones van a estar al servicio de los ciudadanos, que a su vez serán los verdaderos protagonistas del proceso político. Para esto, es fundamental encontrar zonas en común antes que diferencias. De ahí que, desde la Red Sustentable trabajamos bajo la idea de redes, porque una red, de hecho, está compuesta por diversidades que se unen.

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MEDIO AMBIENTE

STS Rosario

Conciencia en cuatro ruedas Carpoolear es un proyecto creado por estudiantes de Ingeniería de Rosario. Proponen conectar a través de Facebook a quienes recorren el mismo trayecto en auto para reducir la contaminación. TEXTO FLORENCIA TUCHIN

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nas piden que las lleven, pero faltan ofertas de viajes. Es muy importante motivar al conductor para que publique adónde va ir. Tiene que haber una gran masa de personas que utilice la aplicación con propuestas para ir a diferentes lugares. Así, uno siempre encuentra el trayecto que quiere hacer”, explica Cesanelli. Emilio Gentille, voluntario de Carpoolear, plantea que generar la cultura del uso compartido del auto, sólo puede ser fruto del esfuerzo mancomunado de diversas instituciones.

El auto volvió inhabitable la gran ciudad. La volvió hedionda, ruidosa, asfixiante, polvorienta, atascada…”, escribía el filósofo y periodista André Gorz, nacido en Austria, en su libro Ecológica. Las emisiones de dióxido de carbono –que profundizan el efecto invernadero y generan más calor–, el estrés y la contaminación sonora son tres de los efectos más negativos que producen los vehículos. En Rosario, unos 129 mil autos particulares circulan a diario por el área central de la ciudad y el promedio de ocupantes por cada uno de ellos es de 1,4. Desde hace tres años, una ONG nacida por iniciativa de un grupo de estudiantes universitarios, busca aportar su granito de arena para construir un futuro sustentable. Se trata de STS Rosario (Soluciones Tecnológicas Sustentables), motorizada por jóvenes de la carrera de Ingeniería (industrial, mecánica y eléctrica) de la Universidad Nacional de Rosario. Fueron ellos, justamente, quienes crearon Carpoolear, una propuesta expresada a través de una aplicación de Facebook que posibilita conectarse entre sí a personas que quieren compartir vehículo. ¿Qué es el carpooling? Compartir el auto para viajar en las horas pico hacia el trabajo, la universidad o cualquier otro lugar, con el objetivo de disminuir la contaminación, los costos y la concentración de tránsito. “Esto no es ninguna novedad; sólo hay que sistematizarlo”, alienta Martín Cesanelli, uno de los integrantes del proyecto. La ventaja de la aplicación en

esta red social es que uno puede establecer qué grado de privacidad o de publicidad quiere darle a su viaje. De hecho, al publicar el destino y el momento del trayecto programado, el conductor tiene la opción de elegir quiénes pueden ver el anuncio: si sólo sus amigos, o también los amigos de sus amigos o el público en general. “En Facebook se vio que muchas perso-

CÓMO CONECTARSE

contacto@stsrosario.com.ar

“El carpooling tiene que ser una filosofía mucho más frecuente y sistematizada”, postula Cesanelli. Desde la ONG, entonces, se propone un uso eficiente y racional del automóvil. En ese marco, también buscan fomentar que las personas que se movilizan motorizadas hasta los centros urbanos, una vez allí opten por el transporte público. En tanto, otra corriente apunta a sumar gente a los viajes rutinarios a través del carpool y otra al fomento del uso de la bicicleta. En este sentido, Gentille señala: “El centro ya está saturado de tránsito y el tráfico somos todos; algo hay que hacer para cambiar”. “La mayor parte de los tramos que se consultan son interurbanos porque la gente está muy interesada en ahorrar costos. En nuestro caso, preguntan mucho para ir de Rosario a Buenos Aires, pero nosotros queremos fomentar los viajes dentro de la ciudad porque ésos son los que generan más tránsito y más contaminación”, sostiene. Los voluntarios de este programa ven una veta interesante en la movida en torno de eventos musicales y deportivos, dado que es una buena oportunidad para promover la modalidad de uso compartido del auto. Además, aseguran que los jóvenes son más receptivos a este tipo de iniciativas. “La ventaja del carpooling es que depende exclusivamente de uno. Si queremos disminuir la contaminación sólo tenemos que compartir nuestros viajes y ya es una forma de buscar un futuro más sustentable”, agrega Casanelli desde Rosario. Quizás, en otras grandes ciudades, la idea de carpoolear también pueda prender entre quienes se comprometen con el cuidado del medio ambiente.




DEPORTE E INCLUSIÓN

Intercolegial de Fútbol Callejero 2013

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Un partido que se juega entre todos

Organizado por la Fundación Defensores del Chaco, este encuentro convocó a más de 700 chicos de entre 8 y 18 años, provenientes de 23 centros educativos. En La Boca, participaron de una jornada de articulación y aprendizaje en valores solidarios y deportivos. TEXTO LEONARDO CASTILLO

ugar con el otro, nunca en contra de nadie, para que el adversario se convierta en un compañero, un amigo que me ayude a crecer en todos los sentidos. Con esa premisa, se congregaron más de 700 pibes y pibas que participaron del Encuentro Intercolegial de Fútbol Callejero que se llevó a cabo en el predio de Casa Amarilla que el club Boca Juniors posee en la Ciudad de Buenos Aires, muy cerca del mítico estadio de la Bombonera. Fueron 23 las instituciones educativas de gestión pública, privada o cooperativa que se dieron cita en este certamen organizado por la Fundación Defensores del Chaco, la ONG del partido bonaerense de Moreno, que

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desde hace años utiliza esta disciplina deportiva como herramienta de inclusión y promoción social destinada a los jóvenes. Chicos de 8 a 18 participaron de esta experiencia de intercambio entre jugadores provenientes de distintos estratos sociales, que compartieron una jornada inolvidable, a pura gambeta, y en medio de un clima de alegría y confraternidad. Era el último viernes de junio en La Boca. Desde la mañana temprano, decena de micros escolares llegaron a las inmediaciones de esos terrenos que albergan varias canchas y el gimnasio conocido como La Bombonerita. Es un espacio verde en el que se conjugan el césped sintético y el natural, rodeado de edificios y complejos de monoblocks. Un rato antes, los integrantes de Defensores del Chaco ya habían montado el escenario para que se des-

arrollara este encuentro. Armaron ocho canchas, dispusieron los arcos, delimitaron los rectángulos, plantaron un inflable para los más chicos e instalaron una radio abierta que difundió música de todos los ritmos y mensajes para los jugadores. ✱✱✱ Unos grises nubarrones parecen ser el preludio de una lluvia inminente que amenaza con aguar la fiesta. Pero nadie se desanima. Los pibes están ansiosos por empezar a jugar. Los equipos ya están armados y van ocupando sus lugares en las canchas, a medida que los van llamando. Mariel, una de las coordinadoras de Defensores del Chaco, estudiante de magisterio, anuncia el comienzo de los partidos: “Nos tenemos que apurar. Esperemos que no se largue con todo, porque lo vamos a tener que suspender y no sabemos

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DEPORTE E INCLUSIÓN

Intercolegial de Fútbol Callejero 2013

para cuándo podemos reprogramarlo”, explica. Mientras, el piberío corre de cancha en cancha buscando su lugar. La idea de los coordinadores es que todos jueguen contra todos, en cada una de las categorías. Los más chicos (entre 8 y 12 años) se ubican en las cuatro canchas que están armadas sobre el césped natural. Los más grandes van a desplegar sus habilidades en la gramilla artificial, la misma en la que actúan las divisiones inferiores de Boca cuando juegan oficialmente en los certámenes de AFA. Pero el fútbol callejero tiene reglas y particularidades muy distintas en relación al deporte de once contra once que patrocina la Fifa. Son seis para cada equipo y cada formación tiene la

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obligación de alinear a una chica, algo que no es una regla estricta sino más bien una tradición propia de este juego. Este deporte, que promueve los valores solidarios, la integración y el desarrollo humano, se lleva a cabo en tres etapas: en la primera, todos los jugadores se reúnen en una ronda y se establecen las reglas con el consejo de un mediador; en la segunda, se celebra el partido propiamente dicho, que consta de dos tiempos de entre siete o diez minutos cada uno; y en la tercera se repite una reunión, esta vez para que, más allá del resultado medido en goles, los competidores se repartan puntos en función de ciertos valores. Solidaridad, respeto hacia el rival, cooperación con el compañero y participación, forman la vara del fútbol callejero. A cada una de estas categorías les corresponde un punto, que es convenido y otorgado por todos en ese tercer tiempo. Por eso, en esta modalidad de deporte y esparcimiento, un equipo puede sumar hasta un total de

siete puntos: tres por partido ganado y cuatro por valores. ✱✱✱ En la cancha 7, donde van a competir los pibes de 16 años, empieza el juego. Yamila, una profe de educación física de 22 es la coordinadora del partido que van a celebrar los pibes de Mundo Nuevo contra los del La Salle. Es menuda, atlética y con unos ojos verdes y grandes inspira respeto y atención de parte de los participantes. “Hace cinco años que colaboro con Defensores del Chaco, soy de Moreno y me acerqué cuando era un club en el que se jugaba fútbol callejero. Ahora soy mediadora”, cuenta después de haber consensuado las reglas con los jugadores. Es un partido peleado, difícil, pero jugado con mucha lealtad. Están empatados 2-2 y desempata una piba de Mundo Nuevo, que, con un remate de afuera del área, pone el 4-2. Es que gol de mujer vale doble, de acuerdo con las normas establecidas antes del partido. Se congregan todos después del cotejo y se reparten puntos en valores. Los dos equipos suman los cuatro en disputa y, en consecuencia, el certamen termina con un 8-6 para los chicos de Mundo Nuevo. Fútbol callejero en estado puro y tradicional, con todas las de la ley. ✱✱✱ Las ocho canchas están repletas. La pelota va y viene de arco a arco. Se juega con vocación ofensiva y ganas de mostrar algún lujito, una gambeta o un caño, tirado con picardía, en medio de sonrisas y carcajadas. De fondo, suena la radio abierta. Se escuchan temas de Rodrigo, Agapornis o algún que otro reguetón. En una de las canchas instaladas frente a los bancos de suplentes que utilizan las divisiones inferiores juega un equipo que luce camisetas rojas. Son pibes de 18 años del centro educativo Isauro Arancibia, una institución que depende del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y que trabaja con chicos en situación de calle. Son jóvenes curtidos, que llevan en sus cuerpos las marcas

CÓMO CONECTARSE

Fundación Defensores del Chaco (0237) 4664023

de una vida dura y riesgosa. Los acompaña Alejando, un profe de gimnasia que trabaja con ellos tres veces por semana. “Trabajar con ellos es una lucha día a día. A veces vienen bien, a veces no. Un día parece que encontrás un líder de grupo, pero se te derrumba y hay que volver a apuntalarlo. Por eso vinimos, porque, para ellos, jugar es encontrar una alternativa frente a lo que padecen a diario. Cada vez que juegan al fútbol callejero, se aferran a la vida”, señala Ale –como le dicen los pibes–, mientras les pide a sus dirigidos que en el próximo partido “no metan tanta pierna fuerte”. “Si seguimos así vamos a perder todos los puntos en valores”, aconseja con una autoridad que parece estar fundada en un sentido pater-

nal. “Para ellos, estas actividades representan un gran paso adelante”, afirma. ✱✱✱ La tenue lluvia que finalmente llega no logra empañar la fiesta ni apagar la pasión de todos esos pibes que, durante casi seis horas, disfrutaron del juego que mejor conocen y más les gusta. Y llega el cierre del encuentro. La voz de Mariel lo anuncia desde uno de los parlantes de la radio abierta, que llama a todos al centro del campo para ser protagonistas de la clausura. Escuchan las palabras de Maximiliano Pelayes, presidente de Defensores del Chaco, y Alfredo Kasdorf, titular de la Fundación para la Integración Social Oscar Alvarado. Los coordinadores reciben menciones. Cientos de pibes van subiendo luego a los micros, cansados, contentos, y dejan La Boca con la satisfacción de haberle puesto color y alegría a esa tarde gris. Y se sienten ganadores de un certamen, el más grande: el de la solidaridad, la integración, el respeto. Un título que nadie les podrá quitar.




PUEBLOS ORIGINARIOS

Arte y Esperanza

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Agua, bosque y empleo Desde hace más de dos décadas, la organización busca ofrecer una alternativa de trabajo digno para los integrantes de comunidades indígenas de nueve etnias que habitan en el monte chaqueño. TEXTO LAURA EIRANOVA

ajaron de la camioneta y se había juntado un montón de gente para darles la bienvenida. Ellos agradecieron, repartieron abrazos y apretones de mano, aunque en el fondo sabían que, otra vez, iba a haber algo de ese momento que los iba a incomodar. “No nos gusta sentirnos Cristóbal Colón, que digan ‘ahí vienen los de Buenos Aires, qué buenos que son, ¿qué trajeron?’ Porque sabemos que lo nuestro es sólo un granito de arena’”, dice Sebastián Homps, vicepresidente y responsable de la comunicación de la organización Arte y Esperanza. Pero una vez más, Sebastián, Alejandro y Andrés llegaron a una de las zonas más olvidadas de la Argentina y la escena se repitió, inevitablemente. Representantes de las trece comunidades wichíes que habitan el monte chaqueño (en la zona Pilcomayo) esperaban por ellos y por el montón de proyectos que vienen compartiendo desde hace años. “Es cierto que ya casi es una relación amorosa entre todos nosotros. Trabajan un montón y siempre esperan con muchas ganas nuestro retorno. Están muy alejados, en medio de la pobreza extrema, sin agua, olvidados”, describe Homps. Arte y Esperanza nació, allá por el ’86, con los viajes de un grupo de padres de un colegio del norte del conurbano bonaerense, para dar asistencia a las comunidades de la zona. Más de 25 años después, continúa con los hijos de aquellos. Las caras cambiaron; las necesidades, no; y eso obliga a que los proyectos de ayuda se multipliquen sin descanso. Primero fue la comercialización –sin fines de lucro y en

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condiciones de Comercio Justo, aclaran– de las artesanías producidas por esos pueblos originarios. Esa misión sigue su curso, de manera potenciada. Actualmente, más de 500 personas de nueve etnias (mocoví, wichí, chané, mbya, qom, pilagá, diaguita calchaquí, kolla y mapuche) sostienen su economía gracias a la venta de sus productos en los locales que Arte y Esperanza tiene en Buenos Aires (en los barrios de Retiro y San Telmo) y en el partido bonaerense de San Isidro. “Con la prima social (ganancia) de esa comercialización, pudimos montar también la Casa del Artesano, un espacio muy lindo en Santa María (al norte

de la provincia de Salta, en la frontera con Bolivia), donde se juntan, trabajan y guardan sus herramientas”, cuenta Homps, y agrega que, en el último viaje, acompañaron el desarrollo de los nuevos productos, charlaron de la importancia en la calidad y terminación de las piezas, y buscaron capacitar a los artesanos en temas comerciales. “Hay criollos que siguen explotándolos con la compra mayorista y también muchos wichíes que se han acriollado y les compran los productos por dos mangos y los venden en Tartagal. Eso también pasa en la comunidad, no son todos ángeles de la guarda”, afirma. Los muchachos también trabajaron con los jóvenes que no quieren seguir esa tradición. “Les llevamos un proyecto de fotografía y filmación, y ahora son ellos los que hacen los relevamientos o coberturas cuando hay marchas, ataques a la comunidad o alguna situación que quieren difundir”, describe. A la par de estas tareas, más adelante, hubo otras urgencias que la sangre joven de esta organización de-

Voluntarios trabajan junto a las comunidades en el monte chaqueño.

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PUEBLOS ORIGINARIOS

Arte y Esperanza

Más de 500 personas de nueve etnias venden sus productos en los locales de Arte y Esperanza.

cidió no ignorar. Y que, sin ir más lejos, fueron las prioritarias en la última visita: el agua y el desmonte.

Las necesidades

De la mano de la tarea realizada, los pobladores pudieron empezar a comprobar que, por hacer unas pocas artesanías, recibían la misma paga que por tirar abajo un árbol de 60 años. que tienen entre manos. Encontraron que los pobladores son contratados como mano de obra por pagas irrisorias para talar su propio monte, en condiciones siempre desventajosas, y que, recién ahora, ellos mismos entienden los perjuicios que esa práctica indiscriminada le ocasiona a la comunidad. Según Homps, lo más difícil es modificar la idea muy arraigada de que el monte siempre está, de que cortás un árbol y hay otro. Por eso, la ONG emprendió una tarea de concientización

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Hace unos años, Sebastián vio que las mujeres wichíes caminaban tres kilómetros en busca de agua. Arte y Esperanza mandó muestras de ese líquido al Instituto Tecnológico de Buenos Aires (Itba) y el análisis dio como resultado que era apta para el consumo, más allá de la presencia de tierra. Así nació la idea de sistematizar algo que la municipalidad más cercana, ubicada a 30 kilómetros de la comunidad, hacía pero de manera irregular. Entonces, hace un año surgió el proyecto Iris Ceibo, junto con el Centro de Investigaciones y Estudios Sociológicos (Cies), Asociana y Fondation Assistance International. Todos ellos, evaluaron a fondo las necesidades y compraron lo esencial para acercarles el recurso: un camión cisterna de 6.000 litros, ocho tanques de 2.800 litros para las comunidades, una motobomba, unos 45 tanques de 300 litros para las familias, y chapas para hacer un tinglado y recoger agua de lluvia, “porque –explica Homps– en la zona no llueve mucho pero, cuando llueve, aunque sea una garúa finita, también suma”. Los representantes de AyE reconocen que no pueden lograr que haya agua todo el tiempo, y que una instala-

ción más avanzada es inviable para ellos, pero ahora, cada vez que hace falta, el cacique puede ir a la Municipalidad y pedir que vayan a cargar los tanques. “No podemos solucionar el problema de fondo, lo que ponemos son parches, pero ayudan”, reconoce. Puesto a funcionar ese proyecto, el tema del desmonte es, sin lugar a dudas, la principal investigación-acción

entre las más de 500 personas beneficiadas por el agua sobre la importancia de preservar aquello que, para las comunidades, pareciera ser un recurso infinito: el bosque. Y, de la mano de la tarea realizada, los pobladores pudieron empezar a comprobar que, por hacer unas pocas artesanías, recibían la misma paga que por tirar abajo un árbol de 60 años. “Para la mayor parte de las artesanías no es necesaria la madera verde sino la de árbol caído, que se llama muerta, o la campana, que es la del árbol seco”, explica el representante de Arte y Esperanza. Próximamente y durante cuatro meses se instalará en la zona una antropóloga italiana para profundizar en el tema. “Nos encantaría vender diez veces de lo que logramos vender en las tiendas, para darle un cambio drástico al problema del desmonte, pero no damos abasto”, dicen desde la asociación, que desembolsa 10 mil pesos por mes en artesanía, una cifra interesante pero que, dividida entre 500 personas, aún resulta insuficiente. De todos modos, los hechos muestran que va por buen camino. Y el proyecto social Tulipano Ceibo, que lleva adelante junto a Cáritas Huma-

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Arte y Esperanza info@arteyesperanza.com.ar

huaca, es uno de ellos. Gracias a esa iniciativa, fue inaugurada una tercera tienda en la Ciudad de Buenos Aires y artesanas de la comunidad kolla fueron capacitadas para llevar adelante dos tiendas propias –llamadas Manos andinas (una en Humahuaca y otra en Iruya)– enfocadas especialmente hacia el turismo. Porque, según Homps, también es clave concientizar hacia afuera: “Muchas veces nos quejamos de Roca o hablamos del Bicentenario y tenemos que entender que no estaban vacías estas tierras. Hay 21 pueblos étnicos presentes en la Argentina, y lo que hacemos es taparlos, llevarlos a niveles de pobreza y explotación para hacerlos desaparecer. Estas comunidades son parte nuestra”.



VOLUNTARIADO

Microjusticia Argentina

Derechos para los invisibles Esta organización reúne a abogados que atienden en forma gratuita las consultas de vecinos de barrios postergados. Este año fueron distinguidos por su trabajo. TEXTO SABRINA SANTOPINTO

n épocas en que el sistema judicial parece estar alejado de la sociedad, resulta vital que haya quien procure abrir las puertas a ciudadanos de sectores postergados para que puedan hacer valer sus derechos. En este escenario, un grupo de jóvenes abogados trabaja de manera voluntaria en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires y

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nal, Patricia Van Nispen, surgió la chispa de lo que es hoy la iniciativa argentina. “Desde la Fundación apuntamos a generar un cambio a largo plazo en la vida de nuestros beneficiarios. Para lograr una integración con autonomía es ineludible obtener la regularización jurídica”, definen los letrados. Si bien la regularización jurídica es un camino largo y gradual, al mismo tiempo es la base mínima para ejercer derechos y una herramienta fundamental para salir de la pobreza estructural de manera autónoma y definitiva. “Lo importante es que cada persona se hace responsable de su situación legal, mientras que nosotros los guiamos en todos los pasos que culminan con la regularización”, afirman en Microjusticia.

la oficina pública. En el 2010, Microjusticia Argentina logró formalizarse y este año puso en marcha un programa de voluntariado dirigido a estudiantes de Derecho, con el formato de un seminario semestral de trabajo ad honórem, con una carga horaria similar a la de una materia y el acompañamiento de un tutor profesional del equipo permanente de MJA. “Luego de tres años de trabajo, queda claro que hay mucha necesidad de apo-

Primeros pasos

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del conurbano para dar asesoramiento legal a personas en situación de vulnerabilidad. Microjusticia Argentina (MJA) nace como un proyecto de voluntariado con el objetivo de acercar la Justicia a la gente. “La misión de nuestra organización es empoderar, integrar a las personas en estado de vulnerabilidad social a través de la regularización jurídica”, sintetiza Bárbara Aubert Casas, una de las abogadas que motoriza la iniciativa. Junto a ella trabajan Delfina Beguerie, Juan Segundo Bellocq y Tomás Vassolo, todos abogados recién graduados. Fue en el 2009 cuando, en medio de una conversación sobre la realidad del país con la fundadora de Microjusticia a nivel internacio-

Al tomar contacto con los vecinos, los jóvenes abogados se encontraron con diversas problemáticas, aunque el denominador común siempre era la falta de acceso a la Justicia. “Había mucha gente que había formado su familia, que estaba trabajando y que desarrollaba su vida en una total marginalidad, siendo invisibles ante el Estado y sin oportunidades reales de futuro para sus hijos”, consignan los abogados. La falta de DNI, la ausencia de partidas de nacimiento, las dificultades para gestionar certificados de discapacidad y el empleo en negro, eran apenas algunos de los síntomas visibles de esa situación. Así, advirtieron que lo crucial era acercar el Estado al barrio y acompañar a los vecinos a

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Microjusticia Argentina 154-9797900

yo y empoderamiento legal en Argentina, y que hay muchísimo que podemos hacer”, sostiene María Bercetche, cofundadora. A tal punto llegó el empuje de los protagonistas de Microjusticia Argentina, que este año obtuvieron el primer premio de la competencia Do Good Challenge, organizada por la Facultad de Políticas Públicas de la Universidad de Maryland, de Estados Unidos. Sofía hoy tiene DNI. María, con una leve discapacidad cognitiva, cuenta con documento y busca trabajo. Violeta es peruana y, luego de mucho andar, logró poner sus papeles en orden. Y así, las historias como las de Sofía, Violeta y María se multiplican.




INTERNACIONALES

Un movimiento continental

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Que viva la cultura Organizaciones comunitarias latinoamericanas buscan que en cada país de la región se sancione una ley que garantice un piso presupuestario para la promoción cultural. En diciembre habrá un encuentro clave en Buenos Aires. INFORME LAURA CEDEIRA

iles de organizaciones y colectivos culturales comunitarios de América latina están en marcha y avanzan a pasos agigantados. Se trata de un movimiento conformado por personas de todo el continente comprometidas no sólo con la cultura sino también con la convicción de que hay mucho por hacer, y que sólo lo lograrán si actúan juntos, si se organizan, y si le dan cuerpo a través de acciones concretas a una iniciativa de alcance regional. Así lo demostraron, en mayo pasado, en las montañas del Altiplano boliviano, donde se inició un nuevo camino en la consolidación de esta gran movida de cultura comunitaria. Allí, 1.200 personas de 18 países del continente, 300 propuestas artísticas, colectivos y organizaciones sociales y 48 redes de distintas temáticas y procesos le dieron vida al Primer Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria. Tras seis días de charlas, debates, colores, músicas y sabores, todos emprendieron el regreso hacia sus patrias chicas con grandes desafíos consensuados. Uno de ellos, el de promover en sus países la sanción de una Ley de Puntos de Cultura, que revalorice las iniciativas de corte comunitario. Para eso, la punta de proa será una campaña que se desplegará a nivel continental para exigir a los gobiernos de la región la asignación de “un monto no menor al 0,1 por ciento de los presupuestos nacionales y locales” a la implementación de políticas públicas que “fortalezcan las experiencias culturales comunitarias, autogestivas e independientes, enmarcadas en la perspectiva del desarrollo local, la economía social, los dere-

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chos y el cuidado de nuestros bienes comunes y el hábitat de las comunidades”. Paloma Carpio, miembro de la Plataforma Puente y de la Escuela de Circo Social La Tarumba, de Perú, sabe expresarlo: “La tarea es construir las propuestas de ley y los programas con amplia representación de las organizaciones y con un número cada vez mayor de funcionarios públicos que entiendan su valor y consideren como base de la democracia el trabajo dinámico y sostenido junto a la sociedad civil”.

Todas las voces En La Paz, Bolivia, el encuentro se desarrolló con una premisa muy clara: fortalecer los procesos de cultura viva comunitaria y concientizar sobre la

importancia de promover políticas públicas que afiancen y multipliquen ese tipo de iniciativas. “Fue un enorme abrazo latinoamericano, que nos permitió conocernos y mirarnos a los ojos a miles de personas que estamos transitando por esta locura de las culturas vivas, creyendo en la transformación social y soñando con revolucionar las mentes y los corazones de este continente”, grafica Diego Molina, comunicador y referente de la red de artistas y promotores de la cultura de Costa Rica, GuanaRED. Para participar en las mesas de trabajo, los festivales, debates, ferias, talleres y espectáculos llegaron a La Paz delegaciones de artistas, productores culturales, docentes, estudiantes, funcionarios y legisladores autoconvocados. Se estima que en América latina existen más de 120 mil experiencias territoriales. La semilla de este primer e histórico Congreso se remite a diez años atrás, cuando diversas propuestas artísticas provenientes de Bolivia, Perú, Brasil, Argentina, Colombia, Costa Rica y Guatemala, se unieron es pos de algunos objetivos en común: primero fue

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la conformación de la Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social; luego, la creación de la llamada Plataforma Puente; y, finalmente, la realización de este Primer Congreso Latinoamericano. “Allí donde hubo violencia, atropellos y exclusiones, la cultura de la paz y la Justicia es la respuesta adecuada para promover la unidad latinoamericana: volver a lo verdaderamente nuestro, el buen vivir”, postuló el Encuentro de Redes y Organizaciones, una de las patas de esta gran movida que tuvo como escenario al Altiplano.

Que se haga La Paz

Otro gran paso En esta historia, Argentina fue adquiriendo un protagonismo particular. Y tiene nombre y apellido: el Colectivo Pueblo Hace Cultura, conformado hace tres años. Al igual que en otros países de la región, aquí también las organizaciones trabajan intensamente en la promoción, a nivel nacional, de la Ley de Puntos de Cultura. Y ahora, además, será escenario de un nuevo gran paso: la primera reunión del Consejo Comunitario por la Cultura Viva

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“La cultura viva comunitaria en nuestra Latinoamérica es una realidad innegable que moviliza a cientos de millones de personas y miles de organizaciones populares en todo el continente, fuente de aprendizaje, sabiduría y propuestas. Se trata de la recuperación histórica de una vocación continental.” Así, con pocas y contundentes palabras, comienza la llamada Declaración de La Paz, otro de los frutos del encuentro en tierras bolivianas. Allí, también, fue marcado un horizonte con un claro desafío: “Que el territorio deje de ser la geografía de proyectos elaborados desde los intereses del capitalismo y comience a ser la patria de los sueños colectivos de nuestros pueblos”. En la construcción de uno de sus objetivos clave, la sanción de la Ley de

Puntos de Cultura, el consenso parece haberse consolidado en La Paz. “Aunque es cierto que existen legislaciones, declaraciones, convenios y convenciones a nivel internacional que establecen compromisos de los gobiernos para la promoción de la cultura, la mayoría de las veces esos instrumentos se diseñan y gestionan sin tener en cuenta los procesos sociales y comunitarios de nuestros pueblos, y no pasan de la retórica institucional y formal de la llamada política representativa”, señala el manifiesto. “Se trata de comprender que el derecho a la cultura no se ejerce en abstracto, sino en el reconocimiento efectivo de los modos en los que nuestros pueblos lo realizan”, postula.

CÓMO CONECTARSE

CVC www.culturavivacomunitaria.org

Comunitaria, un cuerpo participativo, representativo, horizontal que se propone institucionalizar y dar mayor organicidad al movimiento latinoamericano. Eso ocurrirá del 12 al 15 de diciembre próximo en Buenos Aires. La idea allí es aprobar colectivamente líneas de trabajo para el mediano plazo, distribuir tareas y consensuar una metodología de funcionamiento a escala continental. “Sólo así, desde una perspectiva democrática y colectiva, podremos ir construyendo una nueva relación entre lo público, lo comunitario, lo estatal, y superar el actual modelo capitalista imperante de desarrollo en nuestro continente, basado en el extractivismo, la precarización laboral y la desigualdad, y la pobreza como herramientas de disciplina social”, postulan las organizaciones. Hacia fin de año, entonces, Buenos Aires quedará vestida de cultura comunitaria. Es que, en coincidencia con la reunión constitutiva del Consejo, se realizará también la décima Caravana Cultural de los Barrios. Allí, una vez más, un conjunto de carrozas armadas por organizaciones sociales renovarán su mensaje de solidaridad, unidad y reivindicación de la cultura popular mientras el movimiento latinoamericano sigue andando y rodando, sin dudas, como ya se demostró en esa gran fiesta que fue el encuentro en el Altiplano.



GÉNERO

Cooperativa Puka Llacta, Mendoza

Las mujeres, en primer lugar Esta iniciativa busca dar trabajo a mujeres que sufrieron situaciones de violencia o que deben hacerle frente a la pobreza. Para sus integrantes, también es un espacio de contención social. TEXTO MARICEL SEEGER

aría Laura llega cada mañana a la farmacia donde trabaja, saluda a sus compañeros y arranca con sus tareas de cadetería. Aisha se levanta cada día y enciende el horno para preparar el pan y las tortas que luego venderá a vecinos y conocidos. Jazmín se enfunda en su equipo de jardinería para trabajar conlas plantas, que reclaman dedicación. Atrás quedaron los momentos más duros, la desazón y la búsqueda infinita para escapar de historias que dolían. “En nuestro trabajo en los barrios, vi-

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mos muchos problemas de violencia contra las mujeres. Y también vimos que, en su momento de mayor vulnerabilidad, la mujer quiere un cambio. Nos pedían salir adelante y la manera no era el asistencialismo sino el trabajo”, relata Mariana Acevedo, fundadora de la cooperativa de trabajo Puka Llacta, asentada en la localidad de Maipú, en Mendoza. Así fue como, en el 2011, se creó este espacio que hoy reúne a unas 50 mujeres de 17 años en adelante. Varias de ellas sufrieron violencia de género, otras iban camino a la separación de sus parejas y requerían un trabajo para sostenerse, y muchas necesitaban hacerle frente a la pobreza y

“Tratamos de sacar a flote a mujeres que quizás eran mamás solas o sufrían maltrato de la pareja. Hay algunas que llegan con un perfil muy bajo y el acompañamiento les hace bien”, Mariana Acevedo, fundadora de la cooperativa.

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darle cuerda a la autoestima. En definitiva, todas llegaron a la cooperativa en busca de un nuevo horizonte. Y, para encontrarlo, Puka Llacta se dedica a buscarles trabajo. Para eso, ofrecen servicios de limpieza, mantenimiento, gastronomía, jardinería, cuidado de niños y atención al público, entre otras tareas. Golpean puertas, contactan a las autoridades y difunden entre sus conocidos las opciones de contratación, bajo el lema de “tranquilidad y confianza” en el trabajo de las mujeres que forman parte de la cooperativa. De sus 50 integrantes, unas 30 están empleadas en la actualidad, todas ellas, en blanco, según Acevedo. Algunas brindan servicios de limpieza en la Municipalidad de Maipú, mientras que otras se desempeñan en el sector privado. “Vemos muchos cambios en las mujeres que vienen; en la manera de hablar, de vivir, en que llevan a sus hijos al médico y también en que se ven mejor. Es que, cuando vos tenés tu trabajo, tu dignidad y tu dinero, hay un giro del ciento por ciento. Cuesta muchísimo, pero se puede hacer”, sostiene la fundadora de la entidad, quien la maneja junto a su marido, Adrián. De todas formas, Puka Llacta busca no sólo distribuir empleo, sino también servir de espacio de contención. Para eso, se reúnen una vez por semana e intercambian experiencias, descargan angustias y, juntas, apartan temores. Además, cuentan con el apoyo del área de Desarrollo Social del municipio para asesorarlas, especialmente a aquellas que son víctimas de violencia. “Las reuniones también sirven para que levanten el autoestima. Además, damos charlas sobre cómo presentarse a un trabajo, cómo arreglarse y cómo hablar con la gente. En los próxi-


mos días, varias van a empezar a hacer un curso de mucama que solventamos desde la cooperativa para que tengan más herramientas”, explica Acevedo, madre de cuatro chicos.

Amasando el futuro

“Me gusta cómo funciona, porque se pone en primer lugar a las que tienen más necesidad, a las que sufren más violencia y a las que tienen muchos niños”, Aisha Villegas, beneficiaria. cil. Te ayudan a buscar un trabajo, a valorarte por tus propios logros y a no necesitar de los hombres para subsistir. A mí me ayudó para ganar independencia”, detalla la joven, de 22 años, mamá de una nena de 3. Ahora, Cinthia aspira a volcar en un nuevo empleo lo que aprendió en sus estudios de secretaria administrativa. Tiene ganas

Aisha Villegas es una de las integrantes de la cooperativa que pudo revertir un pasado difícil. Embarazada de cinco meses y con un hijo de 6 años, esta joven de 21 volvió a estar en pareja luego de un primer matrimonio en el que sufría violencia psicológica y del que le costó salir. “A los 15 años tuve mi primer hijo y a los 17 me separé después de un matrimonio terrible. Fueron bastantes faltas de respeto pero, después de eso, pude rehacer mi vida. Pero para ir a vivir con mi actual pareja, era necesario que los dos trabajáramos y, por eso, me inscribí acá”, cuenta Aisha, una de las primeras en ingresar a Puka Llacta. Después de trabajar en servicios de banquetes y, en los últimos meses, en una cava de vinos, debió renunciar porque el embarazo le impedía seguir cargando cajas de botellas. Así que comenzó a hornear pan y tortas para vender a clientes que, en buena parte, llegan a través de la cooperativa. “Me gusta cómo funciona, porque se pone en primer lugar a las que tienen más necesidad, a las que sufren más violencia y a las que tienen muchos niños. Nos conocemos entre la mayoría de las mujeres porque nos vamos reuniendo e interiorizando de los problemas y necesidades de

cada una”, asegura la joven. Cinthia Vega, en cambio, llegó en enero de este año por una amiga que sufría violencia de género y a quien su incorporación en la cooperativa –que le daba empleo– le había hecho bien. Ella, por su parte, estaba por separarse y necesitaba trabajar. Así que se anotó, llevó los papeles que necesitaba y, al poco tiempo, comenzó a desempeñarse en un almacén de venta de vinos artesanales y, luego, en el cine Imperial de Maipú, en el servicio de limpieza. “En la cooperativa te dan un apoyo que sirve cuando estás en una etapa difí-

de progresar, al igual que sus compañeras, con el empuje que ofrece el trabajo remunerado. “Tratamos de sacar a flote a mujeres que quizás eran mamás solas o sufrían maltrato de la pareja. Hay algunas que llegan con un perfil muy bajo y el acompañamiento les hace bien”, subraya Mariana. “Con mi marido militamos mucho en el territorio y vimos a muchas mujeres, varias de ellas de muy bajos recursos, que sufrían violencia y que muy difícilmente podían salir de ella por ser dependientes de sus parejas. Por eso pensamos que la creación de esta cooperativa era una buena manera de ayudarlas”, sostiene la fundadora de Puka Llacta, que en quechua significa patria roja y que en los años ’70 identificó a una agrupación maoísta peruana. Así, de a poco, comenzaron a llegar al lugar mujeres de Maipú, pero también de las localidades mendocinas de Las Heras, Guaymallén, Luján y Godoy Cruz. De las aproximadamente 20 que no están actualmente empleadas, la mayoría se dedica a elaborar comidas o al arreglo de ropa hasta que aparezca un trabajo más estable. Aquellas que cuentan con un empleo, cobran entre 2.400 y 3.200 pesos por mes en blanco, lo que implica además contar con un seguro, una obra social y aportes jubilatorios, señala Acevedo, quien también es tesorera de la

CÓMO CONECTARSE

Cooperativa Puka Llacta (0261) 6318246

entidad. Sólo una pequeña parte del dinero que reciben de los empleadores se destina a la financiación de la cooperativa; el resto va a sueldos y aportes, precisa. Gracias a esa estructura, a la iniciativa de sus impulsores y a la responsabilidad de sus integrantes, María Laura busca cumplir cada día con sus obligaciones en la farmacia, Jazmín se aboca a sus tareas de jardinería, Cinthia se ilusiona con un futuro como secretaria y Aisha hornea tortas y panes mientras ve crecer su panza.

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Fotorreportaje

Padrinazgo de escuelas rurales

Caminos de tierra, tiza y pizarr贸n

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esde 1986, la Asociación de Padrinos de Escuelas Rurales (Apaer) nuclea a socios que apadrinan establecimientos educativos ubicados en zonas alejadas de los centros urbanos. A la mayoría de esas escuelas se accede por caminos de tierra que atraviesan ríos o montes. Algunas no cuentan con agua potable ni electricidad y tienen matrículas que van de los 10 a los 150 niños. En esos centros, hay casos donde un solo maestro es el encargado de atender a todos los gra-

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dos, lo que obliga a dividir las tareas dentro del aula. Ante esta realidad, Apaer viene trabajando para lograr que los alumnos de las escuelas rurales públicas puedan completar su escolaridad obligatoria, capacitándolos para una futura salida laboral que les permita desarrollarse en su zona y así evitar el desarraigo. Para ello, la entidad promueve acciones solidarias con el fin de satisfacer las necesidades de los niños en situación de vulnerabilidad social, colaborando con los docentes

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en su tarea y realizando convenios con otras entidades. Hoy, Apaer acompaña más de 4.200 escuelas rurales de todo el país, a través de los programas de padrinazgos, proyectos (refacciones, construcciones, huertas, proyectos productivos) y becas. Quienes deseen sumarse al padrinazgo de una escuela rural, en forma individual o con un grupo entre amigos, o efectuar donaciones, pueden hacerlo a través de la web de la institución (www.apaer.org.ar).

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ME CAMBIÓ LA VIDA

Mónica Santino

De polleras, sueños y botines Su vocación la llevó a la cancha. Peleó por darle un lugar al fútbol femenino y hoy, además de ser directora técnica y periodista, promueve este deporte en villas y zonas postergadas. TEXTO MARIANA FERNÁNDEZ CAMACHO

El fútbol me gusta desde que tengo uso de razón: en mi casa, la salida de los domingos a la cancha era prácticamente una religión, infaltable. Somos hinchas de Vélez mi abuelo, mi viejo, mis hermanos y, ahora, mi hija. Yo empecé a respirar fútbol ahí y me encantó.” La frase bien podría encabezar una de las tantas entrevistas a un crack del momento de ese gran negocio mundial que es el fútbol masculino. Sin embargo, la que habla y siente en este caso se llama Mónica Santino, una ex jugadora profesional,

lota, automáticamente tenía que buscar de dónde venía el sonido. Así me empecé a animar a meter en los partidos de varones del barrio. Para mi familia al principio era simpático pero después empezaron los recortes. Entonces me fui hamacando para poder escaparme y jugar, sobre todo porque me había ganado un lugar en el grupo de pibes y era una más”, cuenta Santino. Lograr que su “ser mujer” ganara espacios dentro del fútbol terminó transformándose en un objetivo de vida, en una lucha militante: “Tomo al fútbol como una militancia por la necesidad que tenemos las mujeres de encontrar lugares

embargo, una vez conseguida la derogación, retomó su materia pendiente y, con 30 años, se volvió a calzar los botines y entró como volante central en All Boys. Su vuelta significó también soportar un continuo ninguneo que, lejos de amedrentarla, le marcó el sendero de una nueva lucha: “Los partidos del torneo de la AFA se suspendían por cualquier cosa y los dirigentes nos maltrataban o nos daban poco espacio en los clubes. Así entendí que tenía que cambiar de militancia y batallar para que el fútbol femenino tuviera un lugar”, explica.

Empoderadas

donde poder jugarlo, en una batalla cultural para instalar que nosotras también podemos practicar y disfrutar de este deporte”, asegura. Durante los ’90, Mónica fue una comprometida activista de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) contra los edictos policiales en la Ciudad de Buenos Aires. Sin

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periodista y directora técnica que trabaja rompiendo estereotipos e incentivando a las adolescentes de las villas Martelli y 31 para que se le animen al picado y la gambeta. Lejos de tratarse de un hobby pasajero, Mónica se fue armando profesionalmente y hoy se reconoce como una “laburanta del balompié”. Pero en el país de la “mano de Dios”, donde lo masculino enmarca las opciones posibles de prácticas, significados, gramáticas y representaciones, no es fácil combinar pollera con botines. “Recuerdo que tenía ocho o nueve años y, si escuchaba que picaba una pe-

CÓMO CONECTARSE

Centro de la Mujer - Municipalidad de Vicente López 4794-6604/05 centro.mujer@vicentelopez.gov.ar

Desde su fundación, en 1994, el Centro de la Mujer de la Municipalidad de Vicente López cuenta con un programa de fútbol femenino y allí Mónica encontró su lugar en el mundo. “Nuestra filosofía es convocar a las mujeres jóvenes para hacer un deporte, porque en general no tienen posibilidades. Y, entre una jugada y otra, la apuesta fue trascendiendo la gambeteada. “Nos dimos cuenta de que, ofreciendo fútbol a las chica, se podían trabajar temas como estereotipos y violencia de género, exclusión, salud y embarazo adolescente. El fútbol femenino en los barrios vulnerables terminó siendo una caja de Pandora”, dice Mónica, convencida. Y convence. Que grupos de adolescentes de 13 a 18 años de la Villa Martelli se rebelaran contra los dueños naturales de la pelota fue tan revelador que, en el 2008, el programa comenzó a replicarse en la Villa 31 de Retiro. “Para muchas mujeres, el fútbol implica conquistar el derecho al juego y, además, poder divertirse, pertenecer a un grupo y tener ocio”, asegura. En la villa algo cambió. Y ese cambio tiene nombre y apellido: Mónica Santino, una jugadora con todas las letras.




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