Suplemento especial RSE y la cadena de valor
INFORME
Qué se hace con la Basura
TERCERSECTOR Una publicación de la Fundación Del Viso
AÑO 19
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N° 91
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Recargo envío al interior $0,60
Después de la inundación
Ayuda para reconstruir Cientos de voluntarios continúan brindando asistencia a las víctimas del temporal. Cómo se organizó el sector social para dar respuesta a quienes perdieron todo. Las propuestas para prevenir que se repita la tragedia
Staff
Sumario
Dirección General
Nota de Tapa
Marcos Cytrynblum
7 Los que ayudan a reconstruir
Editora General
Silvia Fiore
Salud
18 Centro de Derechos Humanos y Ambiente
Coordinación y producción periodística
Carmen Boccuti Edición
Reportaje
20 Hugo Porta por el deporte transformador
Andrea Vulcano Arte y diseño
Walter Molina
Camino al andar
25 Pablo Cymerman Asociación Intercambios
Colaboraron en este número
Luciana Rosende, Gabriela Maggiotti, Leonardo Castillo, Maricel Seeger, Germán Alemanni, Luciana Aghazarian, María Sol Abichain, Victoria Ciccola, Ricardo Caiguara, Silvia Marchant, Agustina Cirio, Marcos Pearson, Jaime Galeano, Alejandro Cánepa, Cristina Pérez, Sabrina Pozo, Martina Noailles, Leonardo Iglesias Contín, Gabriela Speranza, Eva Amorín, Roly Villani, Julián Blejmar, Rocío Galvan, Luciana Mantero
28 Aguafuerte Los Abuelos del Francés Discapacidad
33 Asdra Experiencia de inclusión en Italia 36 Informe Especial Qué se hace con la Basura
Foto de tapa
Cooperativismo
49 Colevisep, de Córdoba
Gentileza Fundación El Arte de Vivir Corrección
Fernando Orecchio
52 Vidriera social Productos de Comercio Justo
Comunicación y publicidad
Adriana España
54 Educación Colegio Nuevas Lenguas
Asistente
Daniela Crucil
Economía Social
46 Fundación Avanzar
Impresión
Artes Gráficas Buschi S.A.
59 Deporte e inclusión Club Villa Pearson
Distribución
Brihet e hijos S.A.
62 Género Alitt facebook.com/revistatercersector
64 Cultura Feria del Libro Independiente
@TercerSectororg
Medio ambiente
66 Grupo Cliope, en Mendoza
SUSCRIPCIONES suscripcion@tercersector.org.ar
68 Infancia Fundación Querubines
TERCERSECTOR
Voluntariado
70 Juegos y abrazos en la ex Casa Cuna
Premio Adepa / Bien Público
Internacionales
Es una publicación editada por
73 Fundación Casa Victoria, en Ecuador
Fundación Del Viso Personería jurídica 168/88 Av. Córdoba 5869 2º B (1414) Buenos Aires, Argentina Telefax: 4777-4460/6988 - 4779-1243 R.N.P.I.: 350839 E-mail: produccion@tercersector.org.ar Homepage: www.tercersector.org.ar
Año XIX - N° 91 Mayo-Junio 2013
Sustentabilidad
76 Trabajo Infantil Proyecto Mitaí
RSE y la cadena de valor
Dossier Herramienta para decidir Un mapa solidario
79 Fotorreportaje No al empleo de niños 82 Me cambió la vida Elizabeth Rodas
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Editorial
Respuestas l agua arrasó con todo a su paso. Víctimas fatales, familias que perdieron todo. Temor. Desolación… Las marcas que quedaron en las paredes son tan visibles como las sensaciones que dejó la inundación. Hubo quienes salieron a decir presente para participar en la reconstrucción. Por estos días, cientos de personas siguen trabajando para revertir las consecuencias que acarreó el temporal en La Plata, otras zonas del conurbano y en la Ciudad de Buenos Aires. Allí, hay comedores comunitarios que todavía no lograron reabrir sus puertas, centros de salud que intentan normalizar la asistencia, escuelas con aulas semivacías y personas que necesitan recuperar sus elementos de trabajo para poder rearmarse. Como parte de la respuesta emanada de la sociedad civil, los asistentes sociales se embarran y relevan casa por casa cuáles son las necesidades prioritarias, mientras unas cuadras más allá, voluntarios de organizaciones gestionan la entrega de muebles nuevos y profesionales de la salud escuchan y sostienen a quienes deben lidiar con los fantasmas que desparramó la lluvia. ¿Lo más difícil de superar? El miedo a que la pesadilla vuelva a repetirse. Las postales de la tarea solidaria se multiplican. Una vez más –y con alcance federal, porque la ayuda llegó desde todos los puntos del país–, las manos voluntarias afloraron desde los barrios, entre vecinos… inclusive, a través de la reaparición del movimiento de asambleas que le dio organicidad a los reclamos e hizo más eficiente la distribución de la asistencia. Es cierto que en esta ocasión la efectiva articulación del sector social con instancias estatales –nacionales, provinciales y comunales–, así como también la tarea coordinada entre las propias organizaciones, facilitó la respuesta ante la emergencia. Pero no fue suficiente: aún está pendiente el debate acerca de cómo evitar una nueva edición del caos. Y la implementación de políticas y acciones concretas. Eso es lo que promueven varias organizaciones de la sociedad civil, en demanda de la sanción de leyes que posibiliten una reacción más asertiva por parte del Estado ante estos casos. Se tratará, entonces, de darle sentido a una tragedia que pudo haberse evitado, delineando estrategias que involucren a todos los actores sociales. Más orientadas a prevenir que a curar. Porque para miles de personas, esta vez la cura tardó en llegar.
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NOTA DE TAPA
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La respuesta social
Lo que dejó el agua La explosión solidaria para asistir a miles de damnificados ocupó el centro de la escena tras las inundaciones en La Plata, el Conurbano y barrios porteños. Aún continúa el proceso más largo: el de la recuperación. El rol de las OSC, la fuerza de la organización vecinal y las propuestas de diseñar las políticas necesarias para evitar una nueva tragedia. TEXTOS LUCIANA ROSENDE
in dudas, hoy por hoy el pronóstico meteorológico determina también los estados de ánimo. Desde los primeros días de abril pasado, cuando la ciudad de La Plata, y algunas zonas de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano se inundaron como nunca antes, un miedo colectivo aparece cada vez que se anuncian lluvias. Llevará tiempo vencer el temor; todavía es demasia-
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do pronto. Todavía hay paredes secándose, viviendas por reparar, reequipar o incluso reconstruir. Todavía hay comedores que no pudieron reabrir sus puertas. Todavía hay que tomar recaudos para que los efectos de la invasión del agua no se traduzcan en enfermedades. Pero también hay, todavía, múltiples actores sociales ocupándose de mitigar las secuelas del desastre. Al igual que durante la emergencia de las primeras horas y los primeros días, miembros de organizaciones so-
ciales locales siguen poniendo el cuerpo para asistir a los que perdieron todo en la etapa más difícil del proceso: la de (intentar) volver a la normalidad. Algunas veces de la mano del accionar estatal o de los principales referentes del Tercer Sector y otras veces en soledad, comedores, clubes, asociaciones barriales y otras entidades continúan aportando lo suyo para la recuperación. La tarea tiene distintos frentes: si bien en una primera instancia la labor solidaria se concentró en el acopio de
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donaciones, el después incluye la reconstrucción de la cotidianeidad, la asistencia psicológica, la reparación estructural y, a mediano y largo plazo, el diseño de estrategias para evitar que las tormentas y las crecidas vuelvan a tener poderío asesino.
La vuelta a casa y al trabajo
Opinión
POR JEAN LUC PONCELET ✱
Oportunidad y lecciones aprendidas os desastres repentinos movilizan fuertemente a la comunidad y a las autoridades, enfocando la atención sobre el problema. No obstante, pocas semanas después, las obligaciones cotidianas retoman su espacio y la tendencia es olvidar lo ocurrido. Lo paradójico es que, precisamente después del período inicial de la emergencia es cuando podemos ser más costo-efectivos para prevenir y evitar complicaciones, realizando actividades que son de bajo costo y salvan muchas vidas: extraer las lecciones e incorporar en la reconstrucción medidas de mitigación. Es el momento ideal para examinar las lecciones que deben ser aprendidas. La memoria está suficientemente fresca para recordar los datos de lo ocurrido y hacer el análisis de lo que se debe hacer y de lo que hay que evitar en eventos similares. Existen múltiples ejemplos de lecciones aprendidas en las Américas, especialmente en inundaciones, que son los fenómenos más frecuentes. Varios han sido publicados, como el referido a las recientes inundaciones en Loreto, Perú, (http://new.paho.org/disasters/index.php?option=com_content&task=view&id=1718&Itemid=1&lang=es) o las de 2003 de Santa Fe, Argentina: ( http://www.disaster-info.net/InundacionesSantaFe/). La etapa de reconstrucción es también una oportunidad para reparar los daños incorporando elementos de mitigación que ante una situación parecida disminuyan el impacto sobre las personas y los servicios de salud. Hay disponibles un gran número de materiales técnicos en estos temas. Hospitales seguros ante inundaciones, por ejemplo, se orienta a reducir daños sobre hospitales y facilitar que continúen siendo funcionales después de un evento adverso. (http://www1.paho.org/spanish/dd/ped/HospitalesInundaciones.htm) Tomando en cuenta estas dos medidas, la de sacar las lecciones aprendidas y la de asegurar que la reparación de los daños y la recuperación de los servicios se haga con las medidas de mitigación necesarias se podrán evitar grandes pérdidas en el futuro. Como indican el Banco Mundial y otros organismos, por cada peso invertido en preparativos y reducción de riesgo, se ahorran 7 pesos en la respuesta.
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✱ Director Departamento de Emergencia y Desastres OPS/OMS Washington, DC. 8
“Cuando bajó el agua fue la peor postal, la casa tapada de barro, llena de bichos. La gente estaba desconsolada”, describe Viviana Coria, integrante de la ONG Siempre Los Niños, que trabaja en Villa Elvira, uno de los puntos más castigados por la inundación platense. Ella calcula que alrededor de medio centenar de viviendas todavía está inhabitable. Igual que el comedor de su organización, que aún se encuentra demasiado dañado como para reabrir sus puertas. Con la intención de contribuir a revertir este panorama, el Banco Alimentario de La Plata se comprometió a proveer los alimentos que le hagan falta a Siempre Los Niños durante los próximos cinco meses, y voluntarios de Un Techo Para Mi País se sumaron a las tareas de limpieza. El drama obligó a ciertas organizaciones a dejar de lado su labor específica y sumarse a las tareas de ayuda a los inundados. Tal es el caso de Nutrir La Vida, en Los Hornos. La entidad integra la red de Centros Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil) y habitualmente se ocupa de asistir a familias para prevenir la desnutrición infantil. Hoy, después de la gran inundación que castigó al barrio, se aboca entre otras cosas a reequipar las viviendas devastadas. “Las trabajadoras sociales van a las casas a ver qué se necesita. Como recibimos donaciones en efectivo, estamos comprando muebles. En principio vamos a cumplir las necesidades de las familias del programa. Tenemos en lista 17 roperos, camas, entre otras cosas –enumera Yolanda Di Sarli, presidenta de la asociación–. Con un plus que es que algunas de nuestras familias tenían los colchones en el piso y ahora estamos tratando de que tengan camas. Y ayudarlos a que puedan tener un contrapiso, por una cuestión de higiene, dado
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que se puede lavar con lavandina y uno de tierra, no”.
Atajar en red
Al rescate del archivo l 24 de noviembre de 1976, tras un feroz operativo en La Plata, los represores secuestraron a Clara Anahí Mariani Teruggi, una beba de tres meses. Desde entonces, su abuela, Chicha Mariani –una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo–, realiza una búsqueda incansable. Y guarda cada documento, cada prueba, cada foto, cada carta recibida en este largo camino. Todo ese material quedó sumergido bajo un metro sesenta de agua el pasado 2 de abril. Con la ayuda de los vecinos, Chicha logró salir de su vivienda sana y salva. Al día siguiente, sus colaboradores de siempre y los nuevos que se acercaron ante la emergencia comenzaron con la difícil tarea de rescate y recuperación de semejante acervo documental. El compromiso de tantas manos que se dedicaron durante horas a separar hoja por hoja y colgarlas con broches para secarlas permitió conservar casi la totalidad del archivo. Pero la tarea sigue, con el asesoramiento de instituciones como el Archivo Nacional de la Memoria y la Comisión Provincial por la Memoria. “Tenemos una segunda etapa que va a llevar uno o dos meses más de trabajo cotidiano, porque lo que hicimos en las primeras semanas gracias a la ayuda de especialistas y voluntarios fue rescatar el papel y las fotos para un primer secado. Pero todo necesita ser aireado, hay que descartar lo que no tenga valor histórico, hacer fotocopias, hacer registros digitales, porque es material que de todas maneras ha quedado bajo el agua y tiene potencial tóxico. Ahora el desafío no sólo es terminar el secado sino también reordenar todo, porque en la desesperación de los primeros días el archivo quedó desordenado”, explica Lucía Abbatista, miembro de la Asociación Anahí. Si bien no se conocen otros casos de archivos de relevancia histórica o judicial tan gravemente afectados, el agua hizo estragos con papeles, fotos y bibliotecas enteras, en casas particulares e instituciones. En Villa Elvira, por ejemplo, la inundación arrasó la biblioteca de la organización Siempre los Niños. Pero allí el panorama es tan severo que la recuperación del material de lectura quedará para una próxima etapa.
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Tres grandes organizaciones sociales acordaron un trabajo en red a pocas horas de producido el desastre: Cáritas puso a disposición los centros de distribución –parroquias, comedores, clubes–, el Banco Alimentario aportó la logística y el depósito para el acopio principal y Techo Argentina sumó su tropa de voluntarios. Ésas fueron las tres patas de un trabajo que se extendió durante las primeras dos semanas. “La conclusión es que ninguno hubiera podido hacer nada similar si hubiera actuado solo. Tuvimos mucho apoyo de la comunidad y muchos voluntarios”, destaca Liliana Ilari, presidenta del Banco Alimentario de La Plata. Después, cada uno se abocó a desafíos específicos. “Hay problemáticas que persisten, como viviendas que el agua se llevó o gente que no puede volver adonde estaba porque se volvería a inundar. Una red de voluntariado está saliendo por los barrios a relevar a través de las parroquias y los estamos capacitando para que evalúen persona a persona. A partir de eso, se podrán direccionar los fondos que fueron donados a la cuenta de Cáritas. Con el trabajo en cada parroquia, cada comunidad va a elegir los aspectos más urgentes para focalizarse en ellos”, afirma el presbítero Andrés Rambeaud, director de Cáritas La Plata. De acuerdo con lo previsto, el relevamiento estaría listo para fines de mayo. Esta entidad se ocupa, además, de una problemática poco tenida en cuenta en un primer momento: la gran cantidad de personas cuyas herramientas de trabajo quedaron sumergidas e inservibles. “Yo estoy en Tolosa –cuenta Rambeaud–, donde quedó todo inundado pero el agua no se llevó casas. En cambio, sí afectó seriamente la higiene y, en algunos casos, la herramienta laboral: la moto del repartidor, las herramientas del albañil. Cosas que van saliendo a la luz ahora.” La meta es que, tras el exhaustivo relevamiento, se puedan identificar a estas personas para facilitarles su retorno al empleo. También el equipo de Techo en La
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Opinión
POR PILAR ARCIDIÁCONO ✱
Ayudar sin reemplazar Días atrás, la Ciudad de Buenos Aires y sobre todo la de La Plata y zonas aledañas atravesaron una trágica inundación que dejó como consecuencia decenas de muertos y un sin fin de pérdidas materiales y simbólicas. Diversas organizaciones de la sociedad civil (OSC) reaccionaron rápidamente para dar respuesta y sumar esfuerzos frente a la inoperancia de las agencias estatales. Tanto las organizaciones más tradicionales (Cruz Roja, los Scouts), la Red Solidaria, como otras de base religiosa, barriales y también vecinos autoconvocados fueron quienes imprimieron su huella en la devastadora escena, recolectando bienes para subsanar las pérdidas, brindando abrigo, comida y techo y colaborando en la contención emocional a las víctimas. No es una novedad que las OSC actúen cubriendo los vacíos, las ausencias o las respuestas tardías por parte del Estado y aparezcan compitiendo con la escasa legitimidad y representatividad de muchas estructuras estatales. En esos contextos es frecuente que circule en la escena pública el reconocimiento a las OSC como espacios renovados caracterizados por el valor de la solidaridad y de la eficacia, justamente en contraposición con la falta de capacidades estatales y en muchos casos de voluntad política, tanto para prevenir este tipo de desastres como para reaccionar frente a su consumación. Este reconocimiento por cierto bien merecido de la OCS no debe hacernos perder de vista la necesidad incansable de seguir demandando la presencia de más Estado y políticas públicas, que en definitiva constituyen el único camino para encontrar soluciones estructurales, masivas y perdurables en el tiempo. ✱ Licenciada en Ciencia Política, Magister en Políticas Sociales y Doctora en Ciencias Sociales(UBA) e Investigadora de Conicet. 10
Plata está realizando un mapeo, en este caso para detectar la zona con mayor pérdida de viviendas y construir sus techos.“Vamos barrio por barrio y hacemos encuestas a referentes. Como no los podemos abarcar a todos, veremos cuál fue la zona más afectada en principio en cuanto a viviendas”, afirma Julia Safias, directora de la sede platense de esa ONG. Con este fin, además de las prácticas habituales para recaudar fondos, Techo lanzó campañas con la metodología de financiamiento colectivo (crowdfunding) en las plataformas Ideame y Agrupate. En tanto, avanzarán con la construcción de techos en las zonas previamente seleccionadas de Berisso y La Plata.
Problemáticas estructurales Apenas empezó a bajar el agua, comenzaron a escucharse las críticas por la falta de obras preventivas, por la construcción descontrolada y la edificación a la vera de los arroyos. En la Ciudad de Buenos Aires, uno de los principales conflictos en ese sentido –ya de larga data– fue en el llamado Barrio Mitre, donde los vecinos denuncian que la construcción del shopping DOT y sus desagües son responsables de las inundaciones de sus viviendas. “Fue una tragedia evitable, porque no se hicieron las obras necesarias. La Plata fue poblada en los últimos años por
NOTA DE TAPA
Rebrote asambleario as asambleas vecinales emergieron con toda su fuerza tras la crisis de 2001. Durante un tiempo fueron protagonistas del clima de reclamo y organización. Pero, con el paso de los años y el regreso a escena de los espacios políticos, gran parte de esos grupos se desarticuló. Muchos volvieron a reunirse o recobraron su fuerza a partir de la tragedia que inundó barrios porteños y platenses. “Es un rebrote de las asambleas vecinales. Es algo que ha quedado vivo desde la memoria del 2001”, sostiene Daniel Cadabón, miembro de la Asamblea Vecinal de Villa Garibaldi/Parque Sicardi. Si bien aclara que su grupo comenzó a reunirse en agosto del año pasado, asegura que en la región hay otras organizaciones vecinales que se reactivaron a partir de la catástrofe. “Estamos juntando donaciones entre los vecinos, llevando elementos de limpieza. Eso lo seguimos sosteniendo los vecinos. Si no hubiese sido por esto, la tragedia humanitaria hubiese sido mayor”, denuncia. Pablo Celi es uno de los delegados de la Asamblea Tolosa, también en La Plata. La agrupación se gestó a partir de las inundaciones, y hoy se ocupa de canalizar los reclamos de los vecinos y tratar de que accedan a la ayuda necesaria. “Como delegado me han llamado muchos vecinos con miedo cuando volvió a llover –relata Celi– En la Municipalidad te atienden y te dan un número de reclamo, pero no hubo presencia en el barrio.” En la Ciudad de Buenos Aires, la organización vecinal también cumplió un rol importante: la Asamblea de Saavedra, por ejemplo, organizó medidas de protesta y se movilizó al cumplirse un mes de la inundación, igual que sus pares platenses.
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Más de 350 voluntarios de la Fundación El Arte de Vivir participaron en la asistencia a los damnificados por las inundaciones. Entre otras acciones distribuyeron agua, alimentos, artículos de limpieza y ropa; brindaron apoyo psicológico a los vecinos y colaboraron con la limpieza de los hogares platenses y zonas aledañas. Por estos días continúan ofreciendo talleres gratuitos a los vecinos, en el marco de su programa de Post-Trauma en el Gran La Plata, a través de los cuales brindan alivio y contención para niños, adolescentes y adultos.
mega torres que han volcado sus desagües a las conexiones comunes, en una ciudad que era baja, sin muchos edificios”, analiza Daniel Cadabón, de la Asamblea vecinal de Villa Garibaldi / Parque Sicardi. Berta Magnoli, delegada comunal de Los Hornos, también denuncia que la construcción de viviendas a la vera de los arroyos agravó las consecuencias del temporal. “Estamos trabajando en los arroyos, haciendo la limpieza desde la municipalidad –cuenta– La gente se fue a vivir muy cerca; entonces en otras épocas se elevaba el agua pero esta vez fue un desastre total. Estamos con el tema de la reubicación, pero la gente no quiere irse, quiere reacomodar su casa. Ellos dicen que no va a volver a pasar. Nosotros les estamos dando la limpieza que tienen que tener, pero la que tiene que hacer el trabajo grande de hidráulica es la Provincia.”
Claustros arremangados La Universidad Nacional de La Plata (Unlp) fue uno de los grandes actores en el proceso de asistencia y recuperación de los afectados por las inundaciones. Una parte importante del trabajo se realizó desde el Consejo SoGentileza El Arte de Vivir
cial, órgano multisectorial que conformó cuatro comisiones para abordar el problema desde distintos planos. Una de ellas es la comisión de infraestructura (las otras, de relevamiento, sanitaria y de asistencia legal). “El primer trabajo es la coordinación con Nación para la reconstrucción de viviendas y la accesibilidad de los barrios. Se trata de poner los recursos de la Unlp para brindar capacitación y asistencia técnica de la mano del financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social”, informa Inés Iglesias, prosecretaria de Extensión y directora de Desarrollo del Consejo Social de la Unlp. El agua también afectó a edificios céntricos y tan vitales para los platenses como el Hospital Español. El subsuelo quedó sumergido y quedaron inutilizados o severamente dañados equipos médicos, material de laboratorio y salas enteras. Albañiles, plomeros, carpinteros y electricistas de Ensenada y Florencio Varela, miembros de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (Cnct), pusieron sus habilidades al servicio del hospital, convocados por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes). “Cuando llegamos nos encontramos con que en el subsuelo habían ingresado 2,60 metros de agua. Se había destruido todo. Estuvimos quince días en plena limpieza, con hidrolavadoras”, describe
Emilio Curuchet, coordinador de las tareas solidarias por parte de la Cnct. La segunda etapa ya está en marcha, y se espera que continúe por varios meses: “Empezamos con la remodelación, estamos rasqueteando las paredes, y después hay que cambiar parte del cielo raso y hacer instalaciones eléctricas nuevas. En el caso del laboratorio, las paredes reventaron y estamos en plena recuperación”. Estos trabajadores organizados en cooperativas fueron convocados también por escuelas, clubes y jardines de infantes.
Cuidados físicos y psíquicos Tras el shock inicial, llega la desazón. Despedir a un familiar que no pudo sobrevivir a la tragedia, ver la casa de toda la vida arrasada, advertir la dimensión de la pérdida y enfrentar las dificultades de la vuelta a la normalidad hacen que este nuevo escalón sea incluso más complejo que el primero, caótico y desesperante. Para los profesionales de la salud mental, el desafío es contener y evitar secuelas como la astrofobia: el temor irracional a las catástrofes naturales. El psicólogo social Carlos Sica, coordinador general de Emergencias Psicosociales, fue uno de los especialistas abocados a la asistencia emocional de los inundados. Su labor se concentró en el barrio de Tolosa, donde la tarea consistió en acercarse a los evacuados,
sentarse en el piso con ellos, e invitarlos a la charla y el desahogo. “Hay etapas en estas situaciones. La primera es aguda, es salvar la vida, son las primeras horas, ahí todavía ni llegamos y no hay diferencias de clases. Después viene la etapa donde los afectados están evacuados; ahí empieza a diferenciarse algo de esto de las clases sociales –plantea Sica–, porque mientras una clase media está pensando en su proyecto de comprar de nuevo la tele y la heladera, hay gente que perdió todo y eso ni siquiera pasa por su mente.” Un caso grafica su explicación: en una recorrida por las viviendas más dañadas, los voluntarios encontraron a una señora mayor, en una casa muy humilde; ella no quería salir pese a que tenía el agua hasta la cintura. Permaneció así varias horas, con el televisor en brazos: sabía que si se mojaba y lo perdía, no podría recuperarlo. Cuando los centros de evacuados se fueron vaciando, la necesidad de asistencia emocional fue llenando las aulas. Muchos docentes que habrían sufrido pérdidas en sus propios hogares debieron lidiar con el impacto que causó la inundación en los más chicos. Para acompañarlos en tan ardua tarea, el equipo de Mundo Nuevo –Programa de Divulgación y Enseñanza de las Ciencias de la Unlp– decidió salir de su sede en la República de los Niños y ofrecer ayuda en escuelas pri-
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NOTA DE TAPA
Ayuda federal na de las particularidades de la gran oleada de solidaridad que generaron las últimas inundaciones fue su carácter federal. Sobre todo, para los afectados de La Plata. Recibieron donaciones de todo el país, tanto por parte de las sedes provinciales de grandes organizaciones como Red Solidaria como provenientes de organizaciones locales que desde otras tierras decidían aportar lo suyo. “Es la primera vez que nos pasa que las redes de distintos puntos se comunican para colaborar y hacen sus propias campañas para ayudar a La Plata”, destacó Walter Comiso, de Red Solidaria La Plata. “Al día siguiente de la gran tormenta, lo primero que hicimos fue buscar un lugar donde acumular la mercadería. La gente se empezó a sumar, fue impresionante –cuenta Jorgelina De La Torre, coordinadora de Rosario Solidaria–. Eran bolsas y bolsas. Llenamos ocho camiones, alrededor de 18 toneladas de ayuda. Lo que más nos impresionó fue el compromiso de la gente. Venían a traer una bolsa y decían ‘¿qué hago?’. Arrancamos el jueves y reunimos material hasta el sábado. El domingo se nos ocurrió algo: dijimos, ¿dónde está la gente en Rosario? Y fuimos al Monumento a la Bandera. Ahí sumamos como 200 voluntarios.” La iniciativa incluyó nenes y nenas que se pusieron a hacer dibujos para alegrar a sus pares platenses, y mujeres que agarraron sus agujas dispuestas a tejer cuadraditos de lana y fabricar mantas para los inundados. “El rosarino se puso la camiseta solidaria, no importaba el partido político al que perteneciera. Se sumaron los bomberos voluntarios, los motoqueros, todo el mundo”, relata.
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marias y jardines de infantes en Tolosa, Los Hornos, Villa Elvira y el Barrio Cementerio, entre otros. “Hay como una tristeza generalizada y apenas pudimos reincorporarnos al trabajo dijimos ‘desde nuestra actividad, ¿cómo podemos ayudar y acompañar en las escuelas?’. A partir de ahí se generó un plan de contingencia para tratar de hacer un acompañamiento en las escuelas, que las dos primeras semanas tuvieron una situación caótica: había niños que no tenían docentes y docentes que encontraban el aula sin niños”, cuenta Patricia Rey, miembro del programa. A través de ejercicios teatrales, experimentos científicos, rondas de cuentos y diversas estrategias lúdicas, este equipo interdisciplinario contribuye a devolver la actividad y la creatividad. “La idea no era trabajar directamente sobre la inundación sino llevar actividades para volver a establecer lazos, recuperar relaciones cortadas –aclara Rey– Los docentes estaban muy agradecidos”. También pensando en los chicos, la organización Scouts de Argentina planea el lanzamiento de una campaña –junto con Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar– para reunir juguetes y útiles escolares para los nenes y nenas de Tolosa. “Porque la necesidad post-tragedia pasa un poco por la parte de los niños y la cuestión educativa”, define Juan Manuel Salvado, Director de Comunicaciones Institucionales. Claro que después de las inundaciones también hay que ocuparse de la salud física. Cuando quedan atrás las patologías estomacales –por beber agua en mal estado– y las respiratorias –por permanecer mucho tiempo con el cuerpo húmedo– de los primeros días, hay que focalizar la atención en la prevención de enfermedades causadas por vectores. “Estamos alertando a la población sobre enfermedades del post: las transmitidas por vectores. Hay proliferación de mosquitos –si bien no hay dengue– y en las orillas de ríos o arroyos como Maldonado o El Gato, el peligro es la leptospirosis”, advierte Gabriel Ive, Responsable de la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias (Dinesa) del Ministerio de Salud de la Nación. La organización Médicos del Mundo (MDM) también se está ocupando
NOTA DE TAPA
Después de mañana
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La explosión solidaria que generaron las últimas inundaciones ocupó durante muchos días las primeras planas de todos los diarios. Se llenaron camiones y galpones con donaciones de ropa; se reunieron miles de manos voluntarias. “Cuando hacemos campañas siempre recibimos muchas donaciones, pero en este caso la particularidad fue la cantidad de gente dispuesta a poner el cuerpo: a ofrecer un medio de transporte, a contribuir con su tiempo para clasificar y descargar donaciones”, comparó Walter Comiso, de Red Solidaria La Plata. Pero si bien la colaboración está garantizada ante este tipo de desastres, hoy todos los actores se plantean el mismo interrogante: ¿cómo posicionarse de cara el futuro, para prevenir las tragedias o mitigar sus efectos? “La ayuda al principio fue caótica y generó dificultades. Por ejemplo, ahora estamos atestados de ropa; tenemos que ir acopiando y manteniendo en buen estado las prendas para que no se dañen y distribuirlas en los próximos meses –dice Rambeaud, director de Cáritas La Plata–. Hay que pensar en un voluntariado más prolongado en el tiempo: que puedan venir una tarde por semana o algunas horas un par de días. Eso es lo que estamos trabajando, tratar de orientar la ayuda.” Por su parte, Comiso propone fortalecer la interacción entre las distintas organizaciones: “Habría que tener vínculos más aceitados. Tenemos instituciones con las que el vínculo es permanente, pero con otras no lo es. Si las ONG supiéramos cómo coordinarnos, tener un
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de la prevención de estas enfermedades, y diseña además estrategias para encarar el largo plazo en zonas de riesgo como Barrio Mitre, en el ámbito porteño; Villa Elvira, en La Plata; y La Matanza, en la provincia de Buenos Aires. “Se está pensando en formar en estos barrios promotores en salud socioambientales para que haya referentes que sepan cómo actuar en estos casos –anuncia Javier Meritano, vicepresidente de MDM–. Que cada barrio tenga su lugar seguro, su ruta de evacuación para disminuir las pérdidas económicas y vidas. Porque sabemos que esto no fue un fenómeno aislado y que va a seguir sucediendo.”
CÓMO CONECTARSE
Asamblea Villa Garibaldi / Parque Sicardi www.facebook.com/sicardigaribaldi Asamblea Tolosa asambleatolosa@gmail.com Asociación Anahí (0221) 421-2681 asociacionanahi@yahoo.com Banco Alimentarlo La Plata (0221) 422-4988 www.bancoalimentario.org.ar Cáritas La Plata (0221) 421-9800 caritaslaplata@yahoo.com.ar Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo 4372-2192 secretaria@cnct.org.ar Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias 4801-1477 dinesasecretaria@msal.gov.ar Emergencias PsicoSociales www.contencionemocional.com/eps/ Fundación El Arte de Vivir www.elartedevivir.org Médicos del Mundo 4954-0080 www.mdm.org.ar Mundo Nuevo (0221) 427-2393 mundo.nuevo@presi.unlp.edu.ar Nutrir La Vida (0221) 450 – 7636 www.nutrirlavida.org Red Solidaria 4796-5828 Rosario Solidaria rossolidaria@gmail.com Scouts de Argentina 4815-0649 www.scouts.org.ar Siempre Los Niños (0221) 486-0852 Un Techo Para Mi País 4519-8349 info.argentina@techo.org
representante de cada entidad para interactuar, sería un avance ideal para futuras situaciones de necesidad”. Médicos del Mundo apunta a alcanzar logros desde el plano político: impulsa la sanción de una Ley de Gestión Integral de Riesgos y Prevención, Preparación y Respuesta ante Emergencias Socioambientales. “Estamos tratando con distintos referentes a nivel nacional, para que se debata una ley de emergencia y para que se creen comités de crisis”, explica Meritano, vicepresidente. “Al no haber comité de crisis, el post de la emergencia se agrava, hay más víctimas. En general lo que se estila donde sí funciona esto es que los centros no esperan que la gente vaya a atenderse, sino que van a atender a los sitios de evacuados, van al lugar, asisten crisis de estrés traumático y cualquier otro tipo de cuestiones”, agrega Meritano. La falta de esa preparación se percibió, por ejemplo, en el Barrio Mitre: “Observamos que no había ningún equipo de salud; estaban esperando en el centro sanitario que la gente fuera a atenderse. Estaba vacío en el momento de la crisis. No es culpa del centro de salud sino de que el sistema no está preparado”, señala el especialista. Desde el ámbito estatal, si bien el titular de Dinesa evalúa positivamente la articulación tanto entre Nación, provincia y municipio como con el Tercer Sector, reconoce que “habrá que sentar a todos los actores y empezar a planificar qué estrategias tendrá la ciudad”. “Si bien desde la Dirección hay planes de contingencia, se debe considerar individualmente cada lugar. Cada sitio tiene su idiosincrasia, su forma de responder. Hay que amoldar estos planes a cada lugar”, señala. Mientras referentes sociales y funcionarios debaten sobre el porvenir, la recuperación continúa. Las marcas del avance del agua siguen visibles en las paredes y los miedos afloran en las miradas cada vez que se nubla. Habrá que implementar fuertes cambios en materia de planeamiento urbano, prevención y atención en situaciones de emergencia. Y sólo las próximas tormentas podrán revelar hasta qué punto se cumple con lo prometido y hasta dónde es evitable que, otra vez, las promesas naufraguen.
SALUD
Centro de Derechos Humanos y Ambiente
Vivir con el enemigo La organización, integrada por profesionales de distintas disciplinas, asesora y acompaña a personas que sufren las consecuencias de la degradación ambiental. TEXTO GABRIELA MAGGIOTTI
omo si ya no fuera poco comer de vez en cuando, afrontar el frío sin abrigo, pararse frente al mundo en inferioridad de condiciones y ser dueños de una mirada triste, miles de personas deben soportar día a día dificultades para respirar, alergias o, incluso, enfermedades terminales. Es que sin darse cuenta y sin siquiera tener la chance de tomar otro camino, la contaminación se les impone como una realidad, ya sea en
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en lugares ricos que en lugares pobres, y tampoco es el mismo el gasto público destinado a controlar o mitigar esas realidades según la ubicación geográfica: en el Riachuelo hay millones de personas que padecen diariamente violaciones a los derechos humanos por la insa-
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el aire o en el agua. O, casi impensable, en las sobras de la comida de otros. “Hace unos años nos metimos en el basural de Bariloche. Allí, personas humildes, chicos descalzos, familias enteras, a muy bajas temperaturas, juntaban basura para reciclar y comer. El principal reclamo que hacían era que los supermercados dejaran de tirarle cloro a la comida desechada porque ellos con eso se alimentaban”, cuenta Daniel
Taillant, director del Centro de Derechos Humanos y Ambiente. Los basurales, la falta de sistemas cloacales, la contaminación del agua, el escaso o nulo control ambiental sobre las industrias y la tala indiscriminada del bosque nativo, son muestras claras de que, para ciertos sectores de la sociedad, el cuidado del medio ambiente y el derecho a un hábitat saludable no es prioritario. “Quienes viven sistemáticamente bajo los efectos de la contaminación ambiental son los que sufren desproporcionadamente la carga de sus consecuencias. No es lo mismo la contaminación
CÓMO CONECTARSE
Cedha www.cedha.org.ar
lubridad de su hábitat”, afirma Taillant desde Córdoba capital, donde se encuentra la sede de esta organización, integrada por abogados, economistas, geólogos, sociólogos, profesionales ligados a la gestión ambiental y psicólogos. Desde 1999, el equipo del Cedha procura facilitar el acceso a la Justicia de personas víctimas de estos males. Además, elabora reportes económicos, sociales y ambientales de diferentes zonas, tales como las comprendidas por distintos emprendimientos mineros de Latinoamérica. “Antes, los mundos del ambiente y los derechos humanos estaban muy separados. Pocos entendían la relación entre la calidad del ambiente y el pleno goce de los derechos humanos, como por ejemplo la salud”, explica Taillant, uno de los fundadores del Cedha junto a Romina Picolotti, quien encabezaría luego la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. El trabajo de la organización ya exhibe frutos: “En el barrio Las Chacras, en las afueras de la ciudad de Córdoba, logramos la extensión de redes de agua mediante una acción judicial ante el municipio y el compromiso de la Nación de apoyar la ampliación de la planta de tratamiento de líquidos cloacales”, detalla Taillant. Pero el problema no sólo atañe al Estado: “Todavía vemos personas tirar basura desde su auto, por ejemplo, y esto proviene de ricos y pobres por igual, lo cual pone en evidencia que existe un gran problema de fondo, social y cultural”, señala. Política ambiental, voluntad política y educación ciudadana resultan vitales para un desarrollo sustentable y saludable. Sin embargo, para muchas familias, la solución, o el inicio del camino para encontrarla, sigue llegando tarde, demasiado tarde.
TEXTOS LEONARDO CASTILLO
urante casi dos décadas, en los ’70 y los ’80, lució con orgullo la camiseta 10 y la capitanía de los Pumas, el Seleccionado Argentino de Rugby. Reconocido en distintas oportunidades como el mejor jugador del mundo, desde 1997, ocupa un lugar en el Salón de la Fama de este deporte. Sus hazañas dentro de las canchas fueron celebradas por cientos de jóvenes, a quienes inspiró a acercarse al juego de la ovalada con deseos de emularlo. Por todo eso, Hugo Porta es una leyenda. Arquitecto que nunca dejó de lucir con orgullo los colores de Banco Nación, el club donde se forjó, es sin dudas una de las grandes figuras del deporte nacional. Ese prestigio le permitió vivir también un momento histórico cuando, en los ’90, fue nombrado embajador argentino en Sudáfrica, en tiempos en que ese país salía del sistema de segregación racial del apartheid. Allí conoció personalmente a Nelson Mandela y de él cosechó muchas enseñanzas. Hace más de diez años, el ex Puma fue invitado a integrar Laureus, una fundación que, con la presidencia honoraria de Mandela, está integrada por grandes ex deportistas de la talla del tenista Boris Becker, el golfista Severiano Ballesteros, el futbolista Franz Beckenbauer y el nadador Mark Spitz, entre otros. Desde sus inicios, la organización se propuso difundir los valores del deporte. Hoy, en la Argentina, apoya seis proyectos solidarios que involucran a cientos de pibes de zonas vulnerables. “El deporte es una herramienta que puede ayudar a cambiar vidas. Nuestro desafío es seguir creciendo para contener cada vez más a los pibes que van a los clubes”, sostiene Porta en diálogo con Tercer Sector.
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–¿Cómo surge la Fundación Laureus y por qué decidió vincularse a ella?
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–La Fundación nació hace once años como una academia del deporte, sustentada por varios sponsors que hicieron una selección de cua-
Hugo Porta, ex número 10 del Seleccionado Nacional de Rugby
REPORTAJE
“Se puede cambiar la realidad desde el deporte” El ex capitán de Los Pumas participa desde hace diez años de la Fundación Laureus, una organización internacional formada por reconocidos atletas. La entidad, que sostiene proyectos solidarios en nueve países, entre ellos Argentina, aspira a que los pibes “tengan la oportunidad de modificar sus vidas” y, para eso, les acerca la llave del deporte.
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renta ex deportistas de todo el mundo, entre ellos dos ex jugadores de rugby: Morné du Plessis, manager del equipo que salió campeón del mundo en 1995, y un servidor. Así que tuve la suerte y el honor de formar parte del grupo constitutivo de esta iniciativa. –¿Cómo fue ese comienzo?
–A poco de empezar a andar nos dimos cuenta de que la mejor manera de apoyar el desarrollo del deporte era fomentando proyectos de carácter social. Hoy tenemos más de 100 iniciativas en marcha en los cinco continentes, y llegamos a más de un millón y medio de chicos. Después de tanto andar, sentimos que tenemos cosas para mostrar, contenidos, acciones, ideas y queremos que la gente nos conozca un poco más.
–¿La preocupación fundamental es acompañar a los jóvenes?
–¿Cuántos proyectos apoyan actualmente en la Argentina?
–Sí, pero no nos quedamos ahí; una parte sustancial de nuestro trabajo pasa por capacitar a la gente que trabaja con ellos. Justamente, ésa es una de las ventajas que ofrecemos en relación a otras organizaciones. De esta forma, nos permitimos acercar a las partes en situaciones de crisis.
–Hoy respaldamos seis iniciativas en Capital Federal, en Rosario (Santa Fe), y en General Lamadrid y Laprida (provincia de Buenos Aires). Nuestra tarea consiste principalmente en apoyar financieramente a los proyectos. Primero, nos conocemos y, a través de muchas reuniones, si quedamos conformes con la propuesta, asumimos un compromiso por tres años, renovables por otros tres. Es una metodología que nos permite ganar en credibilidad. Sin embargo, no nos quedamos en la asistencia económica: además hacemos un seguimiento con una evaluación de la marcha de las iniciativas. Es un protocolo que aplica Laureus para identificar el impacto y el éxito del trabajo realizado, como así también para conocer el destino que se le da a los fondos otorgados. Apoyamos fundamentalmente las actividades deportivas y algunas que tienen que ver con la educación.
–¿Cuál es el trabajo que realizan en la Argentina en ese sentido?
–Lo que hicimos desde Laureus fue traer al país a Peace Maker’s, un grupo que trabaja en zonas conflictivas a través de la difusión del deporte y de la capacitación de profes que trabajan
–¿Cuáles son los desafíos que tiene hoy la organización?
–A medida que ponemos en marcha algún proyecto van surgiendo nuevas demandas en todo el mundo y tenemos la obligación de darles una respuesta. En un principio, la idea era trabajar con los sectores más postergados para convertir al deporte en una oportunidad de promoción. Sin embargo, en algunos lugares hay situaciones conflictivas que se conjugan con la pobreza y deben ser abordadas. Tal es el caso del programa que tiene que ver con un equipo de básquet que integran chicos israelíes y palestinos. También, en Irlanda del Norte, trabajamos con un proyecto de boxeo que reúne a jóvenes católicos y protestantes. Nos preocupamos por llegar a lugares donde el deporte se necesita como una cuestión lúdica, formativa y pacificadora. Lo fundamental es hacerle sentir a los chicos que son deportistas y que deben vivir como tales tanto dentro como fuera de la cancha. Ése es el objetivo principal que tenemos.
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–¿Por ejemplo?
con los pibes en zonas de riesgo social. En ese marco, hacemos una convivencia de tres o cuatro días entre los capacitadores y los entrenadores de los proyectos. Además, ponemos mucho énfasis en los temas económicos y administrativos para que el proyecto sea sustentable.
“Hoy tenemos más de 100 iniciativas en marcha en los cinco continentes y llegamos a más de un millón y medio de chicos.”
–Uno de los trabajos que apoyamos es el realizado en el club Platense, de General Laprida (provincia de Buenos Aires). Allí, por ejemplo, nos contaron que en el pueblo no existía ninguna biblioteca. Entonces, nos pusimos en campaña, logramos poner en funcionamiento una y allí desarrollamos el proyecto “Dale Pelota a los Libros”. La intención es que los pibes que vayan a jugar a la pelota al club se comprometan a llevarse un libro y devolverlo a la semana con un resumen de lo leído. Es una manera de acercar el deporte y el ejercicio de la lectura. Todos los proyectos son especiales, pero a éste le tenemos un especial particular cariño, porque podemos complementar el juego con un ejercicio intelectual. Lo importante es que los pibes tengan la cabeza bien abierta.
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REPORTAJE
Hugo Porta
–Ustedes siempre aclaran que no buscan detectar nuevos talentos para el deporte profesional. ¿Por qué ponen tanto énfasis en este aspecto?
–Porque pensamos que el profesionalismo puede ser perjudicial para el desarrollo de una propuesta solidaria. Cuando entra el deporte de alta competencia, los objetivos son otros y comienza a pesar la búsqueda del resultado y del éxito. En el caso de la fundación, lo que buscamos no es enseñarles a ganar; incluso, creemos que se aprende más de la derrota que del triunfo. Y eso es algo que deben tener en claro las personas que están junto a ellos en el aprendizaje.
–¿Hacen algún tipo de acompañamiento de los chicos que participaron de proyectos de la fundación?
–Tenemos un plan de becas y capacitación con el que tratamos de acompañar a los chicos cuando dejan de jugar. Tratamos de brindarles recursos para que se formen en oficios. De todos modos, tenemos claro que somos un vehículo, una herramienta que facilita las cosas, y que la instrumentación depende de las instituciones, de los clubes y de las sociedades de fomento a los que apoyamos. –¿Siente que las organizaciones de la sociedad civil tienen que salir a
–¿Los deportes colectivos son mejores a la hora de inculcar valores?
–No necesariamente. Los valores están en cada juego y en el proceso de formación que le corresponde a cada disciplina. La pelota puede ser redonda, ovalada, grande o más chica y el juego puede tener más o menos participantes, pero los valores están siempre. La cuestión es saber comunicarlos. Por eso, lo importante es que los chicos sean los que definan a qué quieren jugar. Eso facilita todo los demás. –¿De qué forma se evalúan la viabilidad de las iniciativas que apoyan?
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–Lo primero que pedimos es que cumplimenten una serie de requisitos: debe ser un emprendimiento deportivo que tenga entre dos o tres años de existencia y estar amparado por una institución, que puede ser un club, una sociedad de fomento o una sociedad vecinal, es decir, una entidad sin fines de lucro. Después vemos el clima, las actividades, las necesidades de la gente y, en función de ello, nos decidimos.
otros países del mundo. Creo que lo que tenemos que tratar de pedir en nuestro país es que se fortalezcan las entidades deportivas para que puedan contener a los pibes. –Desde su experiencia como secretario de Deportes (cargo que ocupó desde 1996 hasta 1999), ¿considera que actualmente existe una efectiva política de Estado en ese sentido?
–Lo más importante es que ahora el deporte tiene un buen presupuesto y que el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) acompaña el desempeño de los atletas. Me parece que, si a eso se le da continuidad, tiene que derramar sobre los clubes y beneficiar a las comunidades que los utilizan, pero va a llevar tiempo. –¿El deportista profesional tiene predisposición a colaborar cuando se lo convoca?
cubrir de algún modo una demanda social que el Estado no satisface?
–Si no fuese así, Laureus no podría existir. El deportista siempre está dispuesto a dar una mano. Y esto tiene que ver con el compromiso que despierta el juego en cada atleta. Tenemos a varios jugadores y jugadoras de rugby y hockey que colaboran con nosotros, y esperamos también que, dentro de poco, se sumen algunos futbolistas. Ésa es una tarea pendiente.
–Puede ser que el Estado tenga falencias a la hora de cubrir algunas de sus obligaciones, pero en Argentina hay además otra particularidad: el deporte se hace en los clubes, no en el sistema educativo estatal como pasa en
–¿Siente que con estos proyectos le pudieron cambiar la vida a chicos y jóvenes?
“Darles a los chicos una oportunidad de cambiar la realidad en la que viven es una manera de modificar la sociedad.”
–En algunos casos creo que lo logramos; en otros, tenemos que seguir intentándolo. Pero cuando vamos a Virreyes, a Barracas o al oeste de Rosario, nos damos cuenta de que vale la pena intentar hacerlo. Darles a los chicos una oportunidad de cambiar la realidad en la que viven es una manera de modificar la sociedad. Y eso puede lograrse desde el deporte.
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TEXTO MARICEL SEEGER
–¿Por qué me das esta jeringa? –¿Vos por qué crees? –Porque la voy a usar, pero yo con esto me voy a drogar. –La podés usar para eso, pero también la podés usar para cuidarte. Pablo Cymerman está acostumbrado a remar con la resistencia, pero también con la sorpresa, como en este diálogo, uno de los tantos que mantuvo con consumidores de drogas durante las intervenciones en calle que promueve Intercambios, una asociación civil referente en el estudio y la atención de problemas relacionados con sustancias ilegales. Además de ser uno de los fundadores de la entidad, este psicólogo de 44 años es uno de los principales impulsores en el país de la reducción de daños, una estrategia que pretende desterrar prejuicios, estereotipos y estigmas. Está claro: una tarea nada fácil. Cymerman, actual responsable de Relaciones Institucionales de Intercambios, aún recuerda aquellos primeros encuentros con especialistas y funcionarios del área de drogas, en los que junto a un grupo de colegas empezaba a divulgar esta innovadora política de reducción de daños. Corría la década del ’90 y la reacción de los asistentes oscilaba entre la aceptación, el asombro, la desconfianza y el entusiasmo. “Todavía hoy queda mucho camino por recorrer en este tema. Se pudo instalar discursivamente, pero el Estado debería implementar más acciones en este campo. No se incorpora esta estrategia de una manera amplia”, evalúa Pablo, también uno de los fundadores de la Red Argentina de Reducción de Daños y, desde el 2003, coordinador del Comité Organizador de las Conferencias Sobre Políticas de Drogas que realiza la asociación civil a nivel local y regional. En este contexto, cada vez que puede, aprovecha para explicar de qué se trata esta estrategia de un modo didáctico, echando mano a su experiencia como docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se formó. “Esta lógica
CAMINO AL ANDAR
Pablo Cymerman
Con vocación de cuidar a otros Cofundador de la asociación civil Intercambios, trabaja desde hace dos décadas en la reducción de daños como vía para preservar la salud de los usuarios de drogas. A favor de la despenalización del uso para consumo personal, dice que aún falta mucho por hacer.
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CAMINO AL ANDAR
lo que hace es aceptar que hubo uso de drogas a lo largo de la historia y que tiene sus riesgos. Hay gente que no puede o no quiere dejar de consumir y, a esas personas, hay un montón de cosas que les podemos contar, más allá de decirles que no usen drogas. Les podemos dar herramientas para que puedan lidiar con los riesgos que tiene su consumo”, explica. Incluso, su experiencia demuestra que se trata de una iniciativa efectiva para reducir la incidencia del VIH en los usuarios. “Cuando uno toma un medicamento, éste detalla cuáles son los riesgos y los posibles efectos secundarios, pero cuando se consumen drogas ilegales, no se sabe. Entonces, brindar esta información, acompañándola de ciertos elementos –como jeringas o preservativos– da la posibilidad al otro de empezar a cuidarse”, detalla. Se nota que el relato lo hizo una y otra, y otra vez. Las palabras fluyen con seguridad. Atrás quedó aquel 10 de diciembre de 1995, cuando un grupo de colegas y compañeros que instantes antes habían compartido una marcha de la resistencia, se animaban a gestar, café de por medio, la asociación Intercambios. Eran tiempos en los que casi el 40 por ciento de los casos de sida estaba asociado al uso compartido de material de inyección. Eran días, además, en los que recurrían a materiales del exterior –como videos, por ejemplo– para promover la política de reducción de daños, un término por entonces muy poco escuchado. Incluso, hoy, parece no ser tan masivo. “Me pasó pocos días atrás estar dando una clase en la facultad y que los alumnos no supieran qué es la reducción de daños”, cuenta Pablo, también investigador de la UBA y autor de varias publicaciones nacionales e internacionales sobre VIH y problemas asociados al uso de drogas. Por estos días, sin embargo, sí se escucha bastante hablar sobre la despenalización del consumo de drogas, otro tema que aparece seguido al revisar la trayectoria de Cymerman y el trabajo de Intercambios. “El debate ha avanzado len-
tamente. Hemos tenido avances, como el año pasado, cuando se discutió el tema de drogas para consumo personal. La gente entendió que no es un tema penal e, incluso, los mayores detractores tuvieron que decir que estaban a favor de la despenalización, pero que primero había que hacer otras cosas”, destaca.
Debate y espera Ese avance en la discusión fue el que, en buena medida, generó las condiciones para que se comenzara a debatir a nivel parlamentario un proyecto para la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal. Si bien la iniciativa obtuvo el año pasado el respaldo de sectores del Frente para la Victoria, el radicalismo y el Frente Amplio Progresista
–resalta– es que se plantea una revisión de los actuales programas con propuestas de políticas inclusivas y no represivas”. La discusión resulta central para Intercambios, una asociación que no sólo creció en el ámbito local, sino también regional. El año pasado realizaron en Colombia su IV Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas, un encuentro itinerante que reúne el discurso político, académico, las posiciones de la sociedad civil y la voz de los usuarios. Esta última es fundamental para mejorar el acceso a la salud de la población marginalizada, sostiene Pablo Cymerman, además consultor en Recursos Humanos para organizaciones privadas, gubernamentales y de la sociedad civil.
“Lo interesante –resalta– es que se plantea una revisión de los actuales programas con propuestas de políticas inclusivas y no represivas.” (FAP), sólo llegó a tratarse a nivel de comisiones en la Cámara de Diputados. Ahora, tras la polémica generada en torno de este tema hacia el interior de los bloques y en el marco de un año electoral, quedaron empantanadas las chances de que la propuesta sea convertida en ley antes de fin de año. “Muchas resistencias están basadas en concepciones morales y estereotipos, pero un legislador no debería basar sus decisiones en este tipo de cosas. Sabemos que va a ser un año difícil”, reconoce, al tiempo que admite la desilusión por la postergación del debate. “Pero también es importante el contexto latinoamericano que se vive, en vistas de la próxima asamblea general de la OEA (Organización de Estados Americanos) programada para junio en Guatemala, donde el principal tema será la política regional de drogas”, contrasta. “Lo interesante
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Pablo Cymerman
CÓMO CONECTARSE
Asociación Intercambios (011) 4954-7272
“Para trabajar en comunidad, es muy importante incluir a los propios usuarios de drogas en las acciones de intervención en calle”, insiste. De hecho, la entidad actuó en estos años con la ayuda de numerosos operadores barriales que también consumen sustancias o lo han hecho en el pasado. Pablo aún recuerda a Irma, fallecida “por un tema de salud por el que mueren las clases desfavorecidas”. A la casa de Irma iban muchos vecinos, varios de ellos pibes, a buscar material de inyección y preservativos para cuidarse. Ella también los acompañaba a los servicios de salud, espacios tampoco exentos de prejuicios. “Yo no puedo dejar a los pibes sin cuidado. Si es necesario, salgo a pedir para comprar los forros para que los pibes puedan cuidarse”, repetía Irma en un vídeo de Intercambios filmado hace más de diez años. “Este compromiso por parte de una persona, que podía cuidarse a sí misma y a sus pares, me emociona”, sintetiza Pablo. Así lo refleja su mirada. Así lo entiende su convicción. Así busca demostrarlo día a día en Intercambios.
AGUAFUERTE
Los Abuelos del Francés
Hondas huellas Dos veces por semana, un grupo de adultos mayores coordinado por un psicólogo se reúne en la Iglesia Santa Cruz y desafía estereotipos de la vejez. Allí ríen, comparten, bailan y vuelven a encontrarse una y otra vez. TEXTO GERMÁN ALEMANNI
os bastones como mástil; la salud comunitaria como bandera. Ésta podría haber sido una historia, una más, de las invisibles. Una historia que termine como empezó, en lo más profundo de la aflicción y el desconsuelo. Pero no. Esta historia se escribe en cada paso, que es lento, algo entumecido, pero empecinado en que la dignidad deje huella. Porque ya no hay más que perder, porque mañana es demasiado lejos, porque sí, por qué no. Los protagonistas: hombres y mujeres que orillan unas cien voluntades. El propósito: encontrarse, alentarse, ejercitarse. Resistir. El lugar: un respiro emblemático de Buenos Aires, la Iglesia Santa Cruz. Allí, en un mojón que peleó, cuando pocos lo hacían, contra las fauces voraces de la dictadura, Los Abuelos del Francés se reúnen dos veces por semana, a la hora en que el sol todavía no deja asomar ni una estrella. Miércoles y viernes, desde las 14 –cuando la puntualidad es mayoría– y hasta las 16 –el cuchicheo carece de precisión suiza–, ex pacientes del ex Hospital Francés se dan cita en el porteñísimo barrio de San Cristóbal. Integran un grupo de reflexión y hacen gimnasia. También reclaman, por sobre todo reclaman, la reapertura de la Unidad de Medicina del Deporte en el renombrado Hospital Dr. César Milstein, ahora administrado por el Pami, que los trataba, sostienen, desde la integralidad cuerpo-mente-emoción. Los viernes no son cualquier viernes. Son “los viernes del doctor Mante-
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ro”. El nombre de pila de Mantero es Alejandro, y no es doctor: es psicólogo, además de profesor de Historia, y uno de los ex coordinadores de la Unidad de Medicina del Deporte, de aquel centro de salud. Pero quién se lo explica a las “chicas” si para ellas, en rigor, poco importa qué título enmarca la dedicación y la contención que reciben de su parte. “El grupo de reflexión me permitió volver a agarrarme a la vida, a reírme,
aquel tempestuoso invierno, sino de políticas públicas del Pami, se sucedieron recortes, cuando no cierres, en los servicios de Psicopatología, Oftalmología y la citada Medicina del Deporte, alegando “razones económicas y administrativas”. ✱✱✱ Un video da cuenta de la pelea de pacientes, profesionales y trabajadores de la salud por el mantenimiento de esas y otras prestaciones y las fuentes de trabajo en el Hospital Milstein. Por los poros de la tecnología se ha ido multiplicando hasta hacerse cierto eco en las redes sociales de moda. En las tierras off line, se lo llama “voz en voz”. Así lo promocionan, inflado su pecho de orgullo, las chicas a este cronista, ellas, que, en buen número, consideran al mouse un arma letal. ✱✱✱
a juntarme con compañeras y sentirme estudiante”. Quien lo dice es una mujer aferrada a un bastón –se dijo: uno de los tantos de esta historia– y a un micrófono. Lo hace en una de las manifestaciones frente al ex Francés (en la calle La Rioja, esquina Estados Unidos) desde que, a mediados de 2012, y no por causa de
“El grupo de reflexión me permitió volver a agarrarme a la vida, a reírme, a juntarme con compañeras y sentirme estudiante.”
Incomprensión. Apatía. Crueldad. Desamor. Olvido. Incomunicación. Timidez. Tristeza. Burocracia. Palabras que escriben de puño y letra los manifestantes. Vocablos que, en definitiva, refieren a sueños rotos. Si el muro no tiene chance de la que trepar, se lo derriba, qué tanto. A los manotazos, arrojando bastones al cielo justo cuando gargantas ajenas profieren desde los altavoces “all in all it was just a brick in the wall, all in all it was all just bricks in the wall” (“todo ello no fue más que un ladrillo en el muro, todo ello no fue más que ladrillos en el muro”, en español). Suena The Wall, la obra cumbre de los británicos Pink Floyd, en la dramatización contra la indolencia institucional, denuncia un grupo de mujeres que arropan sus cabezas
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con pañuelos y encorvan falsamente sus espaldas, haciéndole pito catalán a su estereotipo. Y, después, como quien sí quiere la cosa, quitándose los abrigos, liberando su cabello, luciendo sus conjuntos deportivos, sus zapatillas al tono, mueven el esqueleto al compás del un, dos, tres de la gimnasia. En la calle, que está cortada, porque el Milstein respondió a sus necesidades con un portazo. “El muro simboliza la anulación de la libertad. Lo que hicimos fue que los pacientes escribieran una palabra de algo que, en lo personal, sienten que tienen que superar. (El cierre de los servicios) no es un tema sólo de (el director del hospital, Enrique) Parafioriti. Tenemos que buscar el ‘Parafioriti’ que cada uno de nosotros llevamos dentro. No es sólo cuestión de echarle la culpa a él. Él tiene parte de la responsabilidad. Pero si queremos mejorar, tenemos que ver qué muro tenemos que saltar nosotros desde lo individual y lo comunitario”, señalaba Mantero, siempre bajo la
batuta de Pink Floyd, en aquella movilización. ✱✱✱ Palabras más, palabras menos, lo reitera hoy, cuando pasaron nueves meses y da la bienvenida a un puñado de “nuevos y nuevas” a los encuentros en la Santa Cruz. Es viernes. Afuera hace frío y promete llover como si lo que llovió no hubiese bastado. Mantero se excusa. Explica que, como el tiempo no acompaña, “muchas” prefieren quedarse en sus casas. A simple vista, es obvio el porqué de la “a”. Las presentes, así como las ausentes, también son mujeres en su gran mayoría. Pero, ojo, que el puñado de varones se hace notar. Y cómo. Leo es un hombrón de 74 abriles. Basta una típica pregunta de presentación para que ponga primera y arranque. Es pintor. De cuadros, aclara, por si alguna se lo imagina con sombrero de diario y un mosaico de pintitas en el overol. Vende por millones. ¿De piezas? ¿De pesos? Nadie entiende; nadie interrumpe. No toma
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remedios. (Aplausos de la platea). “Yo le voy a decir algo a estos ‘minones’. ¡Levante las manos la que se cepilla la lengua! ¿Ninguna? ¡Es clave! ¡Arriba, costado, medio!”. (Risas entusiastas). Otra: “Hay que limpiar bien los granos, y no los de la cara. Mucha lenteja, mucho poroto y garbanzo hay que comer”. Apenas Leo intenta poner segunda, Mantero lo ataja con cortesía y pasa la posta a Norita. “En mi casa estaba perfecta. Creí que lo estaba. Sólo salía acompañada. Hasta que empecé a venir acá. Sola. Lo anímico arregla el cuerpo. Los vínculos sociales que armamos fue lo mejor que nos pasó. A las ‘nuevas’ las queremos entre nosotras desde el primer momento”, relata ella, oficiando de anfitriona. Se autoproclama como una de las más “viejas”. Por pertenencia al grupo, “no por edad”, aclara la muy coqueta. ✱✱✱ ¿Cómo logra sobrevivir en el tiempo un grupo atravesado por la pulsión de dar pelea por sus derechos y
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AGUAFUERTE
Los Abuelos del Francés
las ñañas que acometen con mayor o menor complejidad? Dos son las respuestas. Los integrantes bajo tratamiento oncológico tienen su propio espacio y dinámica; los otros, interactúan en el marco de tres reglas: no hablar de política, no hablar de religión y no decir al otro lo que tiene que hacer. Lo reiteran como un coro afinado las “viejas” a los “nuevos”. Lo amplía Enrique Grandolini, psicólogo y otro de los co-coordinadores del grupo, quien asegura que el objetivo de los encuentros es trabajar la salud mental de los participantes “compartiendo experiencias entre unos y otros”. “Queremos romper el estereotipo del viejo solo, amargado, que mira televisión”,
sostiene lo que ha perdido fuerza. Pero no puede con su rodilla ni con su corazón. Ella teme, no sabe por qué teme, que la dejen “seca”. Que lo diga Flavio, que está “cansado de los médicos”. Que lo diga Blanca, Blanquita, Blancanieves. Así llama Mantero a esta mujer salida de una lata de té Mazawattee. Sus joviales 80 toman la rienda cuando recibe la palabra. Cuenta que volvió hace poco de la Patagonia, a donde acompañó a su hija: “Mientras ella trabajaba, yo me daba la vuelta por los lagos. Diez kilómetros al día caminé”. Está acostumbrada. Camina el sinfín de cuadras que separan su casa, más al sur de la Santa Cruz, hasta el Jardín Botánico, en Palermo. “Me-
la sala. Marcela da inicio a la clase de gimnasia. Profesora de educación física con orientación en adultos mayores, Marcela reitera una vez más a sus alumnos que reconozcan los alcances de su cuerpo. Antes, mide la diabetes de algunos y reitera el pedido de silencio para que cada uno cuente sus pulsaciones (lo mismo hará al cabo de una hora). Blanco es marcha; negro, cambio; gris, media vuelta. Seiscientos serán los abdominales que hará el que se equivoque. Un chiste que descomprime temores y lleva a los alumnos a concientizar las consignas que los harán, en minutos, ir de aquí para allá, levantando brazos, flexionando rodillas, y estirando hombros y cuello.
avanza Grandolini, quien dice sentirse “un par, un viejo más” y resume: “Ellos son yo”. Allí, iluminado por todos los verdes del jardín de la Santa Cruz que pugnan por entrar, y entran, por los ventanales de una sala tan amplia como austera, Grandolini revela que el cometido del grupo de reflexión es adentrarse en la “resonancia emocional de sus integrantes”. “Exploramos qué les pasa, cómo lo experimentan. Los otros pueden verse reflejados o no, pero sí se conectan emocionalmente con quien tiene la palabra”, afirma.
riendo con masitas y vuelvo. Pensarán que estoy loca, pero yo voy solita conmigo, sin dar bolilla al bochinche, muy alegre de contar con un día más”, dice Blanca, y también dice, bajando un peldaño la voz, que sus tres reglas son otras: “Amar, amar, amar”.
“¡Ya saben –acota Marcela, morigerando el tono marcial que impregna a la educación física desde sus albores–, vayan de a poco, sigan el movimiento desde sus sillas los que anden cansados!”. De pronto, ocurre un mareo, alguien trastabilla. Un remolino de brazos va al encuentro de quien lo precisa. Marcela toma la posta. Un ojo lo reserva a la contención del grupo, que enseguida continúa con su comunión de endorfinas. “Tenemos que salir al cruce de las fuerzas que dividen porque lo grupal cura”. Palabra de Mantero. Los bastones voladores, la indolencia hecha escombro, el cepillado de Leo, el atrevimiento de Norita, la “locura” de Blanquita, el remolino de brazos, el festín gimnástico. Ecos, todos, de una historia de hondas huellas.
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No es por eso que, a la hora de los ejercicios, muestra una flexibilidad sin disimulo, pero sin pavonearse. Blancanieves practica tai chi desde hace añares. Sus compañeras, no. Aunque más de una no tiene qué envidiarle. Empieza el despelote en
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Que lo diga Irene, quien no demora en soltar su pena pese a esconderse, toda ella, detrás de sus anteojos. Parece recién llegada a los sesenta. Su pantalón, de jean como su camisa,
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DISCAPACIDAD
Experiencia de inclusión en Italia
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Rumbo a la integración A través de Asdra, dos jóvenes con síndrome de down participaron de un particular entrenamiento laboral que los transformó en marineros durante siete días. La iniciativa internacional busca reforzar su autodeterminación y autonomía.
TEXTO LUCIANA AGHAZARIAN
n sus palabras se respira aire de mar, la libertad de haber estado por primera vez lejos de casa y la complicidad de un viaje con pares. Pero también el alivio de la misión cumplida, la riqueza de una experiencia nueva, el saber que pueden, que lo lograron por sí mismos. Ellos son Melina Quereilhac y Francisco Bulit Go-
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Melina, que es secretaria en la Escuela de Aeronavegantes y tiene un emprendimiento propio de cajas artesanales, relata su vivencia con una sonrisa que le invade el rostro: “La pasé muy bien, me hice muchos amigos y trabajé un montón. Me tocó hacer la cama, limpiar el baño, lavar los platos con mi amiga Lucrecia, poner la mesa... A las 8 en punto teníamos que estar todos listos para cenar”. Los ojos le brillan cuando enumera las comidas
camarotes. No me sentí cansado –aclara–. ¡Me gustó todo!”, dice efusivo. Y confiesa: “Quería jugar como pirata, pero no, había que trabajar. Entonces, trabajé toda la semana. Cumplí con todo: me desperté y me acosté temprano. Y no me costó nada”, se enorgullece.
Una inclusión diferente El proyecto denominado Operazione Colombo consistió en capacitar, durante siete días de navegación, a jóvenes
“Las diferencias estaban ahí, pero el idioma, las diferentes culturas, costumbres y capacidades no fueron una barrera. El barco nos igualó”, resalta la coordinadora Bárbara Cincotta. ñi que, junto a otros dos jóvenes y dos coordinadoras, fueron elegidos por Asdra (Asociación Síndrome de Down Argentina) para participar de un proyecto internacional de entrenamiento laboral y convivencia en un barco, en las costas de Italia. Ambos tienen 26 años, cuentan con título secundario de una escuela común y trabajan, condición excluyente para participar de la propuesta que le llegó a Asdra por parte de AIPD (Asociación Italiana de Personas Down).
típicas que le hicieron probar a bordo y las partes del barco que aprendió con dedicación. A Francisco, que trabaja en el taller de arte de la Asociación Civil Nexo, le sucede algo similar. Cuenta su experiencia con un entusiasmo que contagia: “Me siento muy feliz, tranquilo. Todo buena onda. Estoy contento, alegre y me hice muchos amigos. Aprendí a decir cosas en italiano y a trabajar en la nave. Me tocó lavar los platos, limpiar los baños, ordenar los
con síndrome de Down tanto locales como de Venezuela, España e Italia en las tareas específicas de un marinero, así como en actividades educativas relacionadas con la actividad laboral en general. El objetivo: reforzar la autodeterminación que estos pibes en transición a la vida adulta vienen desarrollando desde pequeños, motivados por sus familias y los entornos en los que se mueven. “La idea –comenta la fonoaudióloga y coordinadora Bárbara Cincotta– era estar ahí, guiar, pero tener una participación mí-
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nima dado que ellos debían desenvolverse en forma autónoma. No hubo diferencias entre profesional, joven y marinero, éramos un grupo que debía cumplir con la rutina del barco que era bastante exigente.” El entrenamiento en la nave se complementó con actividades educativas enfocadas al aprendizaje de lo que es una jornada laboral: qué es un sueldo, cómo se firma un contrato, cómo comunicarse en este ámbito, qué problemáticas pueden presentarse, qué habilidades de comunicación son necesarias y diversas herramientas útiles para desarrollarse en cualquier empleo. Este desafío educativo contó previamente con cinco meses de preparación, en el que los pibes aprendieron cómo es un barco en castellano e italiano, interactuaron con quienes iban a ser sus compañeros de viaje a través de redes sociales y reflexionaron acerca de las posibles reacciones que les generaría esta experiencia novedosa. Belén Contreras, terapista ocupacional y coordinadora, explica: “Trabajamos fuertemente qué pasaría si uno extrañara, llorara o se quisiera volver. Pusimos en palabras las cosas que les podían pasar. Y el primer día la adaptación fue dura para todos, los jóvenes querían llamar a sus padres a cada rato, pero al final había que pedirles por favor que llamen”, se sorprende.
se en el puente de mando y maniobras. Actividades que no sólo pusieron en juego destrezas específicas, sino cualidades como el compañerismo, la tolerancia y la capacidad de adaptación con casi 50 pasajeros a bordo. “Las diferencias estaban ahí, pero el idioma, las diferentes culturas, costumbres y capacidades no fueron una barrera. El barco nos igualó. Todos debíamos cumplir la misma rutina, dormir en camarotes, racionar el agua por igual y comer lo mismo”, resalta Bárbara. “Lo importante es que no tuvimos que estar atrás de ninguno. Cada uno sabía a qué hora se tenía que encontrar con el otro, dónde quedaba la cocina o su camarote, qué actividad le tocaba cada día y con quién. Se manejaron en forma autónoma, y libres y eso fue fundamental”, agrega la fonoaudióloga.
Compañerismo Abrir puestas Más allá de la riqueza educativa del viaje, la libertad que sintieron los jóvenes es el tesoro más grande que hallaron en aguas italianas. Por primera vez sin sus padres, Melina y Francisco vivieron, por fin, lo que todo joven añora. Si bien no fueron vacaciones, ese despojo de la mirada de mamá y
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Los contingentes llegaron a Roma para presentarse, conocerse y romper el hielo. De ahí fueron en micro a Génova desde donde partió la Nave Italia hacia el puerto más cercano a la capital. La rutina comenzaba con el desayuno hasta las 8:20, hora en la que se cerraba la cocina hasta el almuerzo. Cada grupo conformado por dos jóvenes tenía, según un cronograma, distintas tareas diarias que debía cumplir a rajatabla: poner o levantar la mesa, lavar y secar los platos, hacer mantenimiento o limpieza, cocinar o entrenar-
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papá –se nota en el relato– les iluminó el alma. “Fui feliz. Me gustaría volver. Me encantó”, confirma Melina con picardía. “El sentimiento de libertad y ser competentes en un montón de cosas –asegura Belén– fue clave. Hicieron lo que quisieron, con respeto, conducta, pero lo hicieron, sin la mirada de los padres.” Los momentos de ocio tuvieron mucho que ver con esta sensación. A partir de las seis y media la jornada laboral concluía y se armaban actividades recreativas como subir con un arnés al palo más alto de la nave o bailar y disfrutar de la música italiana –incluso festejaron el cumpleaños del capitán–. Este trabajo hacia la autonomía no sólo tiene que ver con que puedan desenvolverse solos sino, además, con su capacidad de elección: “Es importante que ellos logren decir lo que les interesa y lo que desean o no. En el barco, por ejemplo, a uno no le gustaba la pasta y no sabía qué hacer. Lo invité a que pensemos juntos: –‘¿Qué harías si estás en tu casa y no te gusta este plato?’ –‘Como otro’. –‘Bueno, hay que averiguar si hay otro. ¿A quién le preguntarías?’. –‘Al marinero que está en la cocina’. ‘–Bueno, preguntale’. Hay que darles el apoyo justo y necesario, brindarles herramientas para que sean autodeterminados no sólo arriba del barco”, destaca la terapista ocupacional. De esta manera, aseguran las profesionales, el proyecto fue un éxito en todo sentido y el mensaje es esperanzador: si bien son jóvenes que llevan un largo recorrido de educación inclusiva, intensiva sociabilización e inclusión laboral, “se puede”. Todos pueden. Belén concluye: “No digo que sea fácil, no digo que sea rápido, pero es posible, con un recorrido y con esta visión de hacer foco en las habilidades. Si uno tiene la visión tradicional de que un joven con síndrome de Down, por sus dificultades, no puede, si yo me quedo con lo que la persona no puede hacer, no va a poder nada”. En este caso, lo pudieron todo.
INFORME ESPECIAL
Gestión de Residuos
Qué se hace con la basura
Pese a que la ley previó herramientas para atender esta problemática, en la práctica fue muy poco lo que se hizo hasta ahora. OSC, cooperativas de cartoneros y ciudadanos exigen medidas concretas. TEXTOS MARÍA SOL ABICHAIN
casi nueve años de la sanción de la Ley 25.916, que prometía ser la llave para erradicar el viejo modelo contaminante del tiro y entierro, organizaciones ecologistas, cooperativas de cartoneros y ciudadanos denuncian que muchas de las premisas de ese cambio no fueron aplicadas y exigen su cumplimiento. Por aquel entonces, el horizonte que delineaba la norma era alentador, dado que no sólo estipulaba la minimización de los residuos sino también la revalorización de su uso y la protección del medio ambiente. Sin embargo, la realidad hoy está lejos –muy lejos– de ese objetivo. Hasta la sanción de la Ley de Gestión de Residuos Domiciliarios, en agosto del 2004, la metodología que se había aplicado en el país para gestionar los desechos sólidos urbanos consistía en alejarlos de los lugares de ge-
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neración y acumularlos en grandes instalaciones con escasos o nulos controles ambientales y técnicos, con los consecuentes riesgos para la salud y el medio ambiente. Para reemplazar esa práctica por otra sostenible en el tiempo, la Ley 25.916 alentó la separación en origen de los residuos a partir de la discriminación entre desechos húmedos y reciclables, y previó la recolección diferenciada de residuos y el tratamiento antes de su disposición final. Más tarde, sobre la base de esta legislación, fueron edificadas normas a nivel local en materia de gestión de residuos sólidos urbanos, entre ellas la de Basura Cero, de la Ciudad de Buenos Aires, puesta en marcha hace seis años. En tanto, en julio del 2009, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación lanzó una Estrategia Nacional para la Gestión Integral de RSU (Engirsu), que puso énfasis en la erradicación de los basurales a cielo abierto.
Los hechos A pesar de la existencia de un nutrido marco jurídico, en los últimos años se multiplicó el entierro de desechos, y las estrategias de gestión siguieron apuntando al tratamiento final y obviando los primeros eslabones. Según la última investigación realizada por el Observatorio Nacional de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos –que data del 2010– , cada argentino genera por día entre 0,8 y 1,5 kilo de basura. Según esa misma fuente, apenas un 20 por ciento de los municipios realiza una efectiva separación. Sólo en territorio bonaerense, son enterradas a diario 15.000 toneladas de desechos. En ese marco, los porteños se han convertido en los mayores generadores de basura, con un aporte diario de 6.000 toneladas que tienen por destino el relleno sanitario Norte III. Se estima que ese vertedero agotará su vida útil en el primer semestre de este año. Juan Carlos Villalonga,
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presidente del Foro de Ecología Política (FEP) y Los Verdes considera que “en la Ciudad de Buenos Aires el sistema colapsó” y sostiene que “ similares condiciones se viven en Rosario y Córdoba”. “En el resto del país inunda una realidad caótica porque el método de gestión es el basural a cielo abierto”, agrega. Cecilia Bianco, coordinadora del Área Tóxicos de la ONG Taller Ecologista (de Rosario), cuenta que el relleno sanitario de Ricardone –ubicado a 20 kilómetros de esa ciudad– recibe 800 toneladas diarias de basura, tanto de Rosario como de localidades pertenecientes al cordón industrial de Santa Fe. Según explica, éstas “no poseen un plan para disminuir los residuos y, si bien en Rosario existe una separación en origen, todavía no llegan a cumplir con la ordenanza”. Por su parte, Consuelo Bilbao, coordinadora de la Campaña Basura Cero de Greenpeace, considera que el distrito porteño falló en la aplicación de la Ley puesta en marcha en el 2007 en el distrito porque no fueron realizadas campañas de concientización ni políticas de acompañamiento. “La Ciudad de Buenos Aires destina 2.000 millones de pesos a la política de juntar basura y enterrar, y sólo 200 millones de pesos a campañas para reciclar”, afirma.
Colapso Ante el inminente desborde de los rellenos sanitarios de la zona metropolitana, tanto la Ciudad de Buenos Aires como la provincia reimpulsaron iniciativas para el tratamiento de residuos. En ese contexto, la gestión encabezada por Mauricio Macri se comprometió públicamente a reducir en un 75 por ciento el enterramiento de basura para finales de 2014. En ese camino, fue puesta en marcha en enero pasado la planta de Tratamiento Mecánico Biológico (MBT) del Complejo Ambiental Norte III. En tanto, en territorio bonaerense, están en proyecto el Centro Ambiental de Recomposición Energética (Care) y una planta en Ensenada. De acuerdo con los nuevos criterios, se implementa una separación en el destino y el resto se deposita en rellenos sanitarios, se incinera o es utilizado para la elaboración de combustible. Sin embargo, organizaciones ecologistas y cooperativas de cartoneros sostienen que los tratamientos en plantas sólo son positivos si previamente se aplica una gestión integral de los residuos. “La planta de MBT es un paso mediocre porque realiza una disgregación mecánica. Reciben la basura doblemente compactada y muy mezclada. Por ejemplo, los residuos húmedos se juntan con otros elementos y, por lo tanto, producen un compost de baja calidad
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que luego sólo sirve para la cobertura de los rellenos”, afirma Villalonga. Por su parte, Dolores Duverges, abogada e investigadora ambiental de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn), insiste en que la solución es intensificar las políticas de separación en origen y de disminución de la generación “porque permite dar la posibilidad de que ese residuo se reutilice sin un tratamiento previo”. Bilbao, en tanto, afirma que el 75 por ciento de la basura domiciliaria puede ser recuperada con la disgregación desde los hogares. “Si convertís lo orgánico en abono, estás disminuyendo el impacto de un relleno porque, al mezclarse con otras sustancias, genera contaminación y constituye un porcentaje muy amplio de basura”, explica. Por su parte, la referente de la cooperativa de cartoneros El Álamo, Alicia Montoya, explica que, “desde el punto legal, hay herramientas para avanzar en un plan de reciclado masivo” pero señala que “todavía falta que el Estado tome las riendas”.
No a la quema Una de las metodologías aplicadas para disminuir la cantidad de basura es la incineración, realizada a altas temperaturas en instalaciones industriales. Si bien es presentada como una solución, ONG ecologistas advierten que su utilización genera
Vacíos legales xisten residuos que no poseen normativas específicas y son tratados como desechos comunes, aunque muchos de ellos contienen sustancias tóxicas, dañinas para la salud y el medio ambiente. La sanción de leyes que prevean la disposición de pilas, residuos electrónicos y envases es una de las cuentas pendientes y carga un duro revés: a fines del año pasado perdió estado parlamentario en el Congreso Nacional un proyecto de ley de basura electrónica. “Una porción de la basura es compleja y se tendrían que aplicar sobre ella políticas a nivel nacional, porque no alcanza sólo con la gestión municipal”, explica Villalonga.
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INFORME ESPECIAL
Gestión de Residuos
“La Ciudad de Buenos Aires destina 2 mil millones de pesos a la política de juntar basura y enterrar, y sólo 200 millones de pesos a campañas para reciclar”, afirma Consuelo Bilbao, de Greenpeace.
Las consecuencias
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Los basurales a cielo abierto (BCA) son terrenos donde los residuos son abandonados sin ningún tipo de tratamiento. Cuando éstos se depositan, comienza su descomposición por procesos químicos complejos y se desprenden gases y líquidos, llamados lixiviados. Para evitar que estas sustancias contaminen, comenzó la construcción de re-
llenos sanitarios, que poseen una membrana inferior para proteger al piso de las filtraciones y un sistema de recolección de lixiviados. Sin embargo, explica Verónica Odriozola, coordinadora regional de Salud sin Daño, “muchas de las membranas poseen imperfecciones que hacen que los lixiviados se infiltren igual hacia las napas y provoquen contaminación”. Por otro lado, agrega que “la recolección tampoco es preventiva porque, en muchos casos, tiran los desechos directamente al río o sólo le echan cloro”. La contaminación hídrica, dice la especialista, constituye una de las problemáticas más complejas porque “el agua
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consecuencias irreversibles para el medio ambiente y provoca un derroche de recursos. Mirko Moskat, integrante de la Coalición Ciudadana Anti-incineración y coordinador del Área Residuos del Taller Ecologista, explica que esta técnica no hace desaparecer la basura sino que la transforma en emisiones liberadas al aire, cenizas y, en algunos casos, efluentes líquidos. “Todos ellos despiden una gran cantidad de sustancias químicas y se han constatado los impactos negativos que provocan en la salud”, afirma. Aunque en Europa se aplica esta práctica, sus consecuencias llevaron a que el Parlamento dictara una resolución tendiente a eliminar su utilización en materiales reciclables u orgánicos para el 2020. Una de las preocupaciones que genera la instalación de plantas de tratamiento sin una gestión integral es que sea un paso previo hacia la incineración. “Al separar lo húmedo en primera instancia del metal y el vidrio, queda un remanente interesante para incinerar”, alerta Villalonga.
CÓMO CONECTARSE
Taller Ecologista residuos@taller.org.ar Vecinos contra en Ceamnse vecinoscontraelceamse@hotmail.com Los Verdes prensa@losverdes.org.ar Vecinos de Catán Unidos Contra el Ceamnse y el Care http://www.vecinoscatan.com.ar Fundación Salud Sin Daño info@saludsindanio.org Greenpeace activismo@infogreenpeace.org.ar Cooperativa El Álamo (011) 4587-8109 Fundación Ambiente y Recursos Naturales info@farn.org.ar
está contaminada con sustancias químicas que muchas veces no son monitoreadas y provocan enfermedades asociadas y ésa es una de las principales causas de muerte infantil”. Además, sostiene que las emisiones de gases al aire también implican un riesgo porque “muchas de ellas son cancerígenas, volátiles y hay estudios etimológicos que vinculan la cercanía a los rellenos sanitarios con la incidencias en algún tipo de cáncer”. Juan José Rohr, miembro de Vecinos contra el Ceamnse, vive a cuadras del relleno sanitario Norte III: “Se puede palpar en el ambiente un olor constante todos los días. Hay momentos en los que no se puede respirar, hace mal a la nariz, los ojos, te descompone, provoca ardor en la garganta”, cuenta. Además, afirma que, si bien las autoridades afirman que el agua es potable, su consumo “ha traído enfermedades gastrointestinales o forúnculos en la piel”. Celia Poo’s, que convive con el relleno sanitario de González Catán, participó con otros vecinos en la Asamblea contra el Ceamnse y lucha por su clausura total: “En el barrio lindero al relleno, nacen niños con deformidades, hay casos de cáncer y las patologías más simples son alergias o problemas cutáneos”, refiere. “Supuestamente hay agua corriente, pero nosotros realizamos estudios que evidencian la contaminación de las napas con presencia de arsénico”, agrega. Sin dudas, todo parece indicar que falta aún un largo camino por transitar. En los hechos, urge encontrar respuestas.
Dossier
Para el Sector Social TEXTOS MARÍA VICTORIA CICCOLA
l concepto de transparencia parece ser un desafío difícil de llevar a la práctica por muchas de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). En un contexto en el que los fondos escasean, los presupuestos se recortan y los donantes redirigen sus focos de ayuda, ser transparentes se convirtió en un requisito fundamental para promover un sector social más confiable, y favorecer el acceso a los recursos. Con esta premisa, HelpArgentina desarrolló la única plataforma online en la Argentina que reúne datos institucionales, financieros y programáticos de organizaciones sociales del país, con el objetivo de brindar información confiable y actualizada de sus trabajos y recursos. La iniciativa apunta a convertirse en un instrumento eficiente para donantes locales e internacionales y el público en general interesado en ahondar en la labor del Tercer Sector. “Con toda la información valiosa y exhaustiva que recolectamos de nuestros socios y ante los requerimientos de muchos donantes con los que trabajamos, nos pareció importante crear esta herramienta como una forma de transparentar
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Una herramienta para decidir Una plataforma online ofrece a las OSC la posibilidad de postularse para recibir donaciones. Y brinda información confiable a los interesados en hacer aportes al sector. la información y mostrarle a los potenciales donantes cómo las OSC en la Argentina hacen uso y gestión de los recursos”, explica Guillermo Correa, Director Ejecutivo de HelpArgentina y Coordinador Ejecutivo de la Red Argentina para la Cooperación Internacional (Raci), para quien el hecho de “poder brindar más información, da más seguridad y lo torna a uno más confiable”. La plataforma online de acceso público y gratuito –www.helpargentina.org/transparencia– cuenta con un Reporte de
En busca de sinergia
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aci y HelpArgentina acordaron realizar una alianza estratégica con el objetivo de potenciar los recursos que provienen del exterior y unificar esfuerzos en la aplicación de mejores prácticas y transparencia para la sociedad civil argentina. Desde su creación, Raci facilita el desarrollo de fondos de donantes tales como embajadas, fundaciones internacionales y gobiernos, entre otros. Por su parte, HelpArgentina promueve que individuos en el exterior –especialmente ciudadanos argentinos–, donen de manera fácil, segura y eficiente a las OSC del país. La alianza estratégica entre ambas organizaciones surge como una oportunidad para favorecer el apoyo al sector social que demanda acceder a fondos provenientes del exterior.
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Transparencia de cada una de las 78 organizaciones iniciales, conformado a partir del Formulario de Transparencia de HelpArgentina basado en estándares internacionales y enmarcado en la Iniciativa Regional Rendir Cuentas. Este instrumento permite sistematizar y organizar la información brindada por las OSC para dar apoyo a los requerimientos de información que suelen solicitar los donantes a la hora de elegir sus destinatarios. Entre la información online disponible, se incluyen datos acerca de la misión y actividades principales, de la situación financiera, de los programas y actividades, así como también documentación y certificación de la entidad. Según el Director Ejecutivo interino de HelpArgentina y uno de los integrantes del equipo de desarrollo, Bob Hannan, la base de datos está inspirada en una herramienta de los Estados Unidos llamada Guidestar, a la cual define como “la Biblia para los donantes, donde todas las ONG que tienen ingresos de más de 35 mil dólares al año en este país deben completar un formulario de transparencia que reúne información muy completa para ser utilizada como referencia”.
OPINIÓN
POR CAROLINA LANGAN
Abrir puertas
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a plataforma de HelpArgentina es pertinente y necesaria en un contexto donde la sociedad en su conjunto valora y demanda sistemáticamente mayores niveles de transparencia y, por lo tanto, la apertura de canales alternativos para acceder a información confiable. Su importancia radica no sólo en la finalidad de rendir cuentas, comunicar, medir y aplicar, sino que por sobre todo, en el mismo proceso de construcción. Este tipo de herramientas puede resultar un verdadero norte para la gestión cotidiana si son asumidas más allá de una finalidad en particular y como una oportunidad de mejora continua, detectando fortalezas y debilidades en las organizaciones. Por otra parte, instrumentos como estos presentan a las entidades donantes el desafío de acompañar a las organizaciones en su proceso de aplicación para lograr que verdaderamente resulte efectiva en su objetivo de garantizar la transparencia de todo el sector, además de tener la gran responsabilidad de la rendición de cuentas de sus acciones, tanto hacia el interior de las propias OSC como hacia la sociedad en general. Creo que naturalizar en la cultura cívica y social la práctica de rendir cuentas y abrir las puertas de la gestión, tanto de las organizaciones de la sociedad civil como de las entidades donantes, contribuye a aceitar el proceso de búsqueda y otorgamiento de recursos y a fortalecer las alianzas de trabajo en pos de causas comunes entre donantes y donatarios.
✱ Directora Ejecutiva del Grupo de Fundaciones y Empresas (Gdfe).
Ordenar y sistematizar La plataforma, que ya se encuentra online, es el resultado de dos años de trabajo del equipo de Help junto con distintos actores de la sociedad civil. Para consolidar un recurso útil y beneficioso para el sector, se realizaron reuniones de consulta con donantes, empresas y ONG miembro y no miembro, con la meta de determinar los campos más convenientes para incorporar al formulario de transparencia, que reúna información valiosa del sector. Según Correa, uno de los pasos más largos en el proceso de desarrollo fue “ayudar a las OSC a volcar la información obtenida en el modelo del formulario porque muchas de ellas la tenían des-
ordenada. Esto llevó a una búsqueda interna para la que muchas organizaciones no tenían personal o tiempo disponible, pero fue un buen ejercicio que produjo resultados beneficiosos tanto hacia adentro como hacia afuera de las instituciones”. Luego de esta primera etapa, el proceso es sencillo. La base de datos es abierta y las organizaciones que quieran integrarla deben completar al menos el primer nivel de información requerido en el formulario (datos institucionales y financieros), y ser aprobada por Help para corroborar que esté enmarcada en los estándares dispuestos. Los dos niveles siguientes son optativos y se pueden cargar o actualizar en cualquier momento.
Beneficios para todos “La plataforma busca mejorar la transparencia del sector, fomentar la práctica en las OSC y que los donantes puedan acceder a esa información de una manera más completa ante la apertura de una convocatoria para la elección de proyectos sociales”, sostiene Hannan, que espera poder lograr que las embajadas, empresas y redes de la sociedad civil utilicen la base de datos como un recurso valioso para sus llamados a concurso. Entre los donantes que ya la utilizan se encuentra la Fundación Andreani, que incorporó el formulario de transparencia como un requisito indispensable para la postulación de las OSC a sus convocatorias. La Coordinadora del Programa de Logística Social de esta institución, Carolina Candia, cuenta que la herramienta, “no sólo aporta a nuestro trabajo porque reúne la información que necesitamos y le solicitamos a los beneficiarios cada vez que ganan una convocatoria, sino que también resulta un buen ejercicio para las organizaciones que no están acostumbradas a ordenar y presentar esa información para obtener recursos”. Por su parte, Malba –Fundación Costantini, una de las instituciones que integran la base–, resultó beneficiada con el otorgamiento de recursos extranjeros a partir de su incorporación en la base. “Hace tiempo que pensábamos en la alternativa de conseguir donaciones en el exterior y decidimos sumarnos a la plataforma de Help por cuestión de costo, beneficio y practicidad, y a partir de nuestra adhesión, se generaron varias donaciones importantes”, sostiene Emilio Xarrier, Gerente General de la entidad. En tiempos de retracción de fondos se impone la necesidad de que, como sostiene Correa, la sociedad civil vire su foco “hacia un sistema que permita más transparencia, y que esto sea un incentivo para generar más donaciones para las OSC”.
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Dossier
Un mapa solidario Quiero Ayudar es un espacio virtual creado por un grupo de jóvenes que propicia el encuentro entre OSC y voluntarios. TEXTO RICARDO CAIGUARA
l deseo de ayudar a los demás necesita de voluntad e información para convertir esa aspiración en acción concreta. Y muchas veces el panorama se vuelve confuso ante tal cantidad de personas u organizaciones que necesitan una mano; mientras que son muchos los que pretenden colaborar, pero no saben cómo, cuándo, dónde, o a quién... Para canalizar esa vocación, un grupo de jóvenes creó Quiero Ayudar (QA), una página web con un mapa interactivo que busca conectar a unos y a otros. La plataforma virtual, que utiliza los recursos de Google Maps, vincula a voluntarios con cerca de 400 organizaciones de la sociedad civil (OSC), fundaciones y personas necesitadas. El uso de la página es sencillo: al ingresar (www.quieroayudar.org) se indica cómo se quiere participar, ya sea donando u ofreciéndose como voluntario, y el mapa interactivo acerca las opciones más cercanas para hacerlo.
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Con tres clicks
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“El público solidario debe tener herramientas simples”, explica a Tercer Sector Nicolás Graziani, uno de los 30 jóvenes que llevan adelante la iniciativa. “Durante el año pasado se investigó y recopiló información para darle forma al proyecto. Hay gente que hace lo mismo, pero con una página muy compleja. Y lo que buscamos es que con tres clicks estés colaborando con una fundación, o al menos que te contactes con ellos”, agrega.
La nueva herramienta digital utiliza la simpleza de la interfase de Google para distribuir a lo largo del mapa del país, la ubicación exacta de las OSC con necesidades constantes. Así, el abanico de posibilidades para aportar en una causa es de fácil acceso y permite también mantener un entramado solidario de ayuda. En la página de Quiero Ayudar también existe un apartado para que las OSC suban sus datos, especificando sus necesidades, su ubicación y la
taca en la página una necesidad en concreto: la “Acción QA”, que propone, en determinado período de tiempo, ayudar a una OSC en particular, tratando de cubrir alguna necesidad concreta y urgente. “Tenemos un registro de la gente que visita la página y nos sorprende la respuesta. Hablamos de un tráfico de unas 400 visitas diarias –en promedio– con picos de mil, lo que se traduce en un interés que va en aumento”, informa Graziani.
Cómo surgió
forma de contactarlas para facilitar el acceso de los donantes o voluntarios. La participación de las OSC es vital, no sólo para darse a conocer sino también para formar parte de una red que crece en cada momento. “Queríamos que fuera práctica e intuitiva, que todas las inquietudes solidarias pudieran ser resueltas. Con esta idea en mente creamos un espacio de difusión para cualquiera que necesita ayuda y también para todo aquel que quiera brindarla. Creemos que la sinergia digital beneficiará a cada integrante de QA; será como el Google de la Solidaridad”, afirma Eduardo Bruchou, miembro fundador de QA. Además, periódicamente, QA des-
Si bien la página de QA empezó a operar principios de este año, su semilla se plantó hace tres años, cuando unos 10 jóvenes voluntarios formaron El Galpón FDA (Fanáticos de Ayudar). El grupo realizó distintas campañas de recolección de donaciones hasta que se vieron superados por el número de pedidos y necesidades que veían en las OSC, comedores, hogares y fundaciones. La tecnología fue la respuesta a la masividad y la necesidad de conectar voluntades. Facebook también potenció la labor de QA. A través de esa red social (www.facebook.com/QuieroAyudar.org) consiguió unos 4.500 Me gusta. “El objetivo es llegar a contar con 1.500 organizaciones para fin de año, un planteo que no es imposible”, afirma Graziani. “Más que nada, lo que queremos es hacer una invitación a sumarse a un mapa solidario que va a revolucionar la forma de ayudar. Nosotros somos un portal que conecta, pero no nos quedamos sólo con eso. Queremos participar y no sólo conectar. Hay que embarrarse”, ilustra.
Dossier
Actividades de interés Agenda Cumbre indígena
consecuencias la muerte de miembros de las comunidades, abusos de poder y discriminación en todo el país. www.opsur.org.ar
de los derechos de mujeres y niñas, y alerta sobre los riesgos y formas de violencia en los entornos digitales. www.feim.org.ar/diadeinternet.html
Mejor uso de TIC
Sacá tu CUD
A partir de mayo
A partir de mayo
La Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer lanza una campaña que promueve el uso de las tecnologías de la información y la comunicación para la promoción
La Usina Asociación Civil lanzó la campaña nacional Sacá tu CUD para informar sobre el acceso de las personas con discapacidad al Certificado Único de Discapacidad (CUD), un documento público y gratuito, determinado por una junta evaluadora interdisciplinaria que certifica la condición de discapacidad y que tendrá validez en todo el territorio argentino. www.snr.gob.ar
Del 3 al 5 de junio La Cumbre de Pueblos y Comunidades Indígenas se llevará a cabo en Formosa con el objetivo de organizar la demanda de esos grupos a los partidos políticos y a los Estados Provinciales y Nacional, ante la situación de amenaza extrema de las comunidades y pueblos originarios, que tiene como
Noticias del TS Desarrollo sustentable Se realizó el segundo encuentro del Ciclo de Reflexión sobre Sustentabilidad con ONG organizado por AmCham Argentina. La jornada estuvo a cargo de la Fundación Compromiso y giró en torno a la temática de El rol de las organizaciones en el desarrollo sustentable. Tendencias y desafíos para la incidencia. El ciclo forma parte de una serie de seis encuentros con referentes del sector con el objetivo de enriquecer el debate, explorar posibilidades y mejorar la articulación entre los diferentes actores, a fin de favorecer el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil.
Organizar la ayuda Proyectarg.org lanzó el Registro de Necesidades dirigido a OSC, Escuelas y Centros de Educación No Formal situados en poblaciones vulnerables que lleven a cabo proyectos de Desarrollo Humano destinados a niños y adolescentes. Las áreas comprendidas son Educación, en el marco de la cual se brindan cursos de capacitación para docentes y talleres de formación en oficios para jóvenes y adultos, y Acciones solidarias, a través de las cuales la entidad colabora con las organizaciones canalizando recursos humanos y materiales.
Dónde capacitarse Ecología social A partir del 19 de junio El Curso Ecología Social - Taller de Proyectos se ofrece en el Campus Virtual de Ecoportal.net y busca brindar herramientas conceptuales para comprender el desarrollo de la sociedad humana; proporcionar claves para efectuar un análisis holístico de la realidad desde la perspectiva de la ecología social y concebir, formular y ejecutar proyectos en forma participativa, en un marco conceptual de sustentabilidad. www.ecoportal.net/content/view/full/105 742
Educación e infancia La Organización Mundial para la Educación Preescolar (Omep Argentina) llevó a cabo el 6to. Encuentro Internacional de Educación Infantil, del 3 al 5 de mayo, en la Ciudad de Buenos Aires, bajo el lema Arte, Infancia e Identidad Cultural. La iniciativa estuvo orientada al análisis del lugar del arte y los lenguajes expresivos en la educación infantil, con el fin de aclarar, descubrir, resignificar y enriquecer tanto sus principios, como las teorías y prácticas que se desarrollan en los distintos espacios educativos. 44
Comunicación ambiental A partir de mayo El Diplomado en Periodismo y Comunicación Ambiental dictado por la Cooperativa La Vaca consiste en tres encuentros, uno por mes, y con seguimiento on line. La actividad busca profundizar uno de los temas deter-
Fundraising Impulso a proyectos Hasta el 21 de junio Youth Employment Network (Red de Empleo Juvenil) tiene abierta la convocatoria para el programa Proyecto Impacto 2013 cuyo objetivo es resaltar iniciativas que hayan tenido impacto en los resultados del trabajo de los jóvenes. El apoyo comprende una asignación de dinero de entre 300 y 800 dólares estadounidenses y menciones especiales para los formularios que se destaquen. yenmarketplace@ilo.org
proyectos de estudiantes que exploren prácticas innovadoras, métodos e ideas que puedan ser implementados en distintos negocios alrededor del mundo. El apoyo comprende una asignación de hasta 60.000 pesos que serán distribuidos entre los estudiantes, los profesores y la universidad. premioargentina@odebrecht.com
Lecturas recomendadas Emprendedores en Red
Propuestas ambientales Hasta el 6 de julio Greenvolved abrió la convocatoria para el envío de preproyectos no académicos sobre medio ambiente que tengan un impacto directo en los beneficiarios, cuyo presupuesto oscile entre 75.000 y 500.000 dólares estadounidenses. Se dará especial interés a las iniciativas proyectos que relacionen las siguientes categorías: hábitats naturales, fauna, recursos naturales, energía, educación y contaminación. Yoav@Greenvolved.com
Apoyo a los DDHH Abierta la inscripción Open Society Foundations lanzó su programa que focaliza los recursos en 4 áreas específicas: Rendición de cuentas y Transparencia, Debate Político y Diálogo, Derechos Humanos y Seguridad Ciudadana. Para solicitar el apoyo del programa, se debe enviar una carta de intención de dos páginas a la dirección electrónica latinoamérica@osi-dc.org.
minantes del presente, con herramientas de trabajo que permitan conformar un espacio de información, pensamiento e investigación personal y grupal. infolavaca@yahoo.com.ar
Premios y becas Liderazgo sostenible Hasta el 31 de julio La Cámara de Comercio Argentino-Británica lanza la primera edición del Premio Ccab al liderazgo sostenible con el fin de galardonar proyectos innovadores en disciplinas con alto impacto en la comunidad que sean impulsados por organizaciones de la sociedad civil. El premio será anual y se distinguirán distintas categorías. www.ccab.com.ar
Impulso a la educación Hasta el 12 de agosto El Ministerio de Educación convoca a participar del Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2013 a todos los establecimientos educativos del país que desarrollen experiencias solidarias orientadas a integrar el aprendizaje académico de los alumnos con el servicio en beneficio de la comunidad. Podrán participar escuelas de gestión estatal o privada; de todos los niveles y modalidades; de educación común, técnica y de regímenes especiales; reconocidas oficialmente. premiosolidario2013@me.gov.ar
Por la sustentabilidad Hasta el 31 de agosto Odebrecht lanzó el Premio para el Desarrollo Sustentable cuyo objetivo es apoyar a
El texto permite acceder a reflexiones fundadas sobre el poder que genera trabajar en red y, simultáneamente, a diversas experiencias de desarrollo local asociativo, encuadradas en la economía social y en el formato de sociedades comerciales. La obra propone que el desarrollo sustentable implica tener un ojo atento a lo que demanda la sociedad y a las reglas de juego que fija el Estado, pero también a lo que exigen los mercados. www.fundacioncieso.org.ar
Asistencia y asistencialismo. ¿Pobres controlados o erradicación de la pobreza? En esta nueva edición, la obra ofrece una mirada sobre la compleja trama de la injusticia intrínseca y primaria de ciertos modelos de funcionamiento social, junto con la reivindicación de los derechos sociales. www.lumen.com.ar
Por qué verde El texto escrito por Ariel Drucaroff es un ensayo sobre ecología política que busca brindar herramientas sobre las distintas problemáticas ambientales desde una mirada cotidiana.Los relatos reunidos por el autor están enmarcados
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Dossier en la ciudad de Bariloche. El libro puede descargarse de forma gratuita a través del sitio web www.porqueverde.com.ar
Sistemas de protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Recorridos y perspectivas desde el Estado y la Sociedad Civil El texto, disponible en formato digital, ofrece una mirada acerca de la protección de los derechos de la infancia y la adolescencia desde la perspectiva del Estado y la sociedad.El libro fue publicado por el Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (Casacidn) y la Secre-
taría de Extensión de la Universidad Nacional de Córdoba, junto con la Fundación Arcor y la Fundación Holcim. casacidn@casacidn.org.ar
construye como una serie de viajes al futuro de la educación. http://www.cippec.org/viajesalfuturodelaeducacion/#introduccion
Viaje al futuro de la educación
Prácticas de trabajo en drogas. De la acción a la reflexión y vuelta
La publicación virtual del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento se propone arrojar respuesta acerca de ¿cómo reflexionar desde la política educativa acerca de estas transformaciones?.Se trata de un libro multimedia, con textos cortos, imágenes, videos y enlaces que busca aprovechar la multiplicidad de iniciativas que están en marcha para promover su potencial replicabilidad. Así, el texto se
Las autoras Paula Goltzman y Eva Amorín presentaron la publicación editada por la asociación civil Intercambios con el apoyo de la Fundación Levi Strauss.La obra se centra en la recuperación de estrategias de trabajo utilizadas por diferentes equipos que abordan los usos problemáticos de drogas, con el objetivo de conducir a una reflexión a partir de la acción, para desde allí, como parte de ka praxis social, procurar una acción transformada. www.intercambios.org.ar
Sector social en la web Una ley para todas las voces www.cajondeherramientas.com.ar La plataforma presenta nuevas herramientas para las OSC, entre ellas, una cartilla de reflexión y formación sobre las prácticas comunitarias elaborada por el dibujante cordobés Carlos Julio Sánchez. Allí también se ofrecen los Cuadernos para la Autogestión, desarrollados por el Programa Facultad Abierta de Filosofía y Letras de la UBA, y el acervo de materiales de Mapas de Formación Política con más de diez años de publicaciones con entradas a diversos temas vinculados a las prácticas de las organizaciones sociales. El Cajón de Herramientas es un sitio web que nació hacia fines del año 2010 con la intención de socializar y compartir materiales y herramientas que sirvan para fortalecer el trabajo con grupos y organizaciones sociales en sus prácticas y reflexiones concretas.
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En su texto, Cesar Zubelet realiza un recorrido sobre la concentración de los medios de comunicación en Argentina desde 1990 hasta 2010, compara la ley de medios de la dictadura con el proyecto de la nueva legislación. Además la obra reúne las opiniones de los distintos actores que participaron en la elaboración de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. www.club-libro.com.ar
COOPERATIVISMO
Colevisep, Los Cisnes
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Pago chico, avances grandes Se trata de una localidad cordobesa de apenas mil habitantes. Allí, una cooperativa ofrece una amplia variedad de servicios. Entre ellos, educación universitaria a distancia para evitar la fuga de cerebros hacia las grandes ciudades. TEXTOS MARICEL SEEGER
a escena se repite en muchos pueblos del interior del país: los jóvenes dejan su lugar de origen para ir a estudiar a la ciudad, la cantidad de habitantes se reduce y la población envejece. Para evitar esta situación, la localidad cordobesa de Los Cisnes, de cerca de mil habitantes, recurrió al cooperativismo: entre sus múltiples servicios, Colevisep brinda la posibilidad de que los socios accedan a educación a distancia. La oferta académica incluye varias carreras universitarias de grado, licenciaturas y tecnicaturas. La cooperativa también cuenta con una biblioteca y un centro tecnológico para que los alumnos complementen sus estudios. Así, la entidad busca atender las diversas demandas de la comunidad, con una paleta de servicios que incluye la prestación de energía rural y urbana, la venta de gas envasado, telefonía celular, internet, televisión por cable, sala velatoria, prácticas médicas, créditos personales y para emprendimientos,
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y hasta transporte a la localidad vecina de La Carlota. Situado a unos cien kilómetros al este de Río Cuarto, al sur de la provincia, este pueblo rodeado de campos con actividad agrícola y grandes estancias creció a la par de la estación del ferrocarril, que ahora apenas ve pasar periódicamente el tren de carga. Los pasajeros, como en tantas otras comunidades, sólo tienen la opción de tomar la ruta 8 para movilizarse. Más allá de las dificultades, los lugareños buscan progresar sin renunciar a su estilo de vida. Con esa aspiración, el 6 de agosto de 1950 nació la Cooperativa Limitada de Electricidad, Vivienda y Servicios Públicos de Los
Cisnes (Colevisep), que en un primer momento brindó el servicio de electricidad y, más tarde, fue sumando prestaciones. Así, donde el Estado o las empresas privadas no lograron –o no quisieron– cubrir satisfactoriamente una necesidad, la cooperativa fue ganando espacio. “En el servicio de energía eléctrica, tenemos un desarrollo rural muy amplio, que llega a las localidades vecinas de La Carlota y Alejandro Roca, con un total de 600 kilómetros de líneas en servicio”, explica el gerente general, Aldo Truant. En realidad, varias de las propuestas con las que cuenta Colevisep se extienden a las poblaciones aledañas. De hecho, cuenta con cinco subsedes en pueblos cercanos (La Carlota, Alejandro Roca, Las Acequias, Santa Eufemia y General Cabrera).
Oportunidad para todos Las cinco localidades que abarca la cooperativa tienen acceso al servicio de educación a distancia con distintos aranceles, según la carrera. La iniciativa se creó hace unos diez años a partir de un acuerdo que mantiene Colevisep con diferentes universidades del país, como la Universidad Católica de Salta, Caece, la Universidad Nacional Tres de Febrero, la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad de Belgrano, entre otras. La oferta incluye varias carreras, como Abogacía, Relaciones Internacionales, Administración de Empresas, Contador Público y Licenciatura en Historia. Con más de 250 alumnos y 76 graduados universitarios, este centro de educación se denomina Unidad de Gestión Cooperativa y es manejado por la firma Aldea Educativa. Para estudiar o hacer consultas, varios alumnos acuden en forma gratuita a la biblioteca de la cooperativa, donde tam-
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COOPERATIVISMO
Colevisep, Los Cisnes
bién pueden participar de talleres de lectura. El espacio es, de hecho, uno de los escenarios en lo que se desarrollan las maratones nacionales de lectura que promueve cada año la Fundación Leer. “Los chicos, muchas veces, emigran de los pueblos. Y ésta es una manera de retenerlos e incluirlos, porque muchos de ellos no se podrían ir a estudiar a la ciudad. Esta iniciativa ayuda a que haya igualdad de oportunidades”, asegura Truant. Además, resalta: “Nosotros orientamos la propuesta a los egresados de la secundaria, pero también tuvimos muchos adultos y amas de casa que tenían la cuenta pendiente de estudiar una carrera”. La cooperativa también posee un sistema de becas que actualmente cubre a una veintena de alumnos, en su mayoría, en un ciento por ciento.
Oferta variopinta Con la mirada puesta en el progreso, la cooperativa también otorga créditos personales de hasta 11.500 pesos y préstamos especiales de hasta cerca de 100 mil pesos para la puesta en marcha de emprendimientos e inversiones de los pobladores. Además, la entidad se asoció a otro grupo de cooperativas para crear una fábrica de postes, con el fin de reemplazar las 7 mil columnas de madera por otras de hormigón, objetivo que ya fue cumplido en un 50 por ciento. Esta fusión también sirvió para montar un tendido de fibra óptica de 146 kilómetros que une nueve localidades. “Esto permite que el ancho de banda que ofrecemos sea más barato, duplicar la cantidad de canales de televisión a los que se accede y poder pensar en pro-
veer televisión de alta definición. Ésta es una gran posibilidad para un pueblo como el nuestro”, enfatiza el gerente de la cooperativa, cuyos socios pagan una cuota mensual de acuerdo con la oferta de la que hacen uso. La cooperativa también ofrece servicios sociales La Merced, que incluye consultas y prácticas médicas, varias de ellas realizadas en el mismo pueblo. Por otra parte, en 1995 agregó la venta de gas envasado proveniente de la Unión de Cooperativas de Gas (Ucoopgas) y, años más tarde, sumó la comercialización de gas a granel y de la garrafa social. Varios de los servicios prestados se gestionan junto a otras entidades similares, basándose en un modelo centrado en la integración y las redes.
Juventud activa “Desde nuestro pequeño pueblo estamos movilizados y convencidos de que podemos hacer mucho para generar cambios positivos. Nos interesa difundir nuestra actividad y así contagiar a otros”, sostiene en su perfil de Facebo-
ok la Subcomisión de Jóvenes de Colevisep, que también desarrolla desde el 2003 múltiples tareas con el ánimo de difundir la filosofía cooperativista y mejorar su entorno. Los chicos, en su mayoría adolescentes, se reúnen cada quince días para proyectar y definir acciones, y participan además de los encuentros de Jóvenes Solidarios que organiza la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas, con el fin de intercambiar ideas, proyectos y capacitarse en diversos temas. En este marco, pusieron en marcha el proyecto Garrahan, por el cual enviaron 3 mil kilos de papel a ese hospital de niños. Actualmente, continúan con la recolección de papel para vender en forma particular y destinar los fondos a acciones que beneficien a la localidad y sus alrededores. La Subcomisión de Jóvenes presentó además a la provincia de Córdoba el proyecto Te ayudo a estudiar, con el cual recibieron un aporte para la compra de una computadora que asiste a niños y jóvenes en la actividad escolar. También pintó espacios públicos con el ánimo de embellecer el pueblo. “Cada uno de los integrantes de la subcomisión asumió voluntaria, libremente y de manera responsable un compromiso tanto personal como social con el movimiento solidario en el marco de la doctrina que sustenta a nuestra cooperativa local”, afirman los integrantes en la red social. Sin dudas, una cooperativa y una localidad en marcha.
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CÓMO CONECTARSE
Colevisep (03584) 493003 colevisep@loscisnesnet.com.ar
vidriera La
PRODUCCIÓN: AGUSTINA CIRIO
Desde artesanías hasta propuestas turísticas, las iniciativas del Comercio Justo se multiplican. Opciones para comprar y ayudar a los emprendedores sociales.
Turismo alternativo
Chocolates artesanales
La Asociación Turística La Niña Pueblo Rural ofrece a los viajantes unas vacaciones diferentes, con hospedaje en casas de familias de La Niña, un pueblo ubicado a unos 260 kilómetros al norte de la Ciudad de Buenos Aires. Allí se puede salir de pesca al Río Salado y recorrer una granja donde elaboran productos lácteos, entre otras alternativas. Dónde comprar (02317) 493013 info@lacatita.com.ar www.portaldel9.com.ar/lanina
La Fundación San José Providente, que asiste a niños y jóvenes en situación de riesgo social del partido bonaerense de José C. Paz, elabora chocolates artesanales con el propósito de generar recursos para desarrollar su obra. Donde comprar: (02320) 442180/1 edidonato@sanjoseporvidente.org.ar
Productos en madera
Vacaciones solidarias La Fundación Amauta, de la ciudad tucumana de Amaicha del Valle, busca promover la cultura del lugar a través de una propuesta turística alternativa orientada a difundir las costumbres ancestrales de los habitantes de la zona. Donde comprar: 0381-155014577 balbin_aguaysol@hotmail.com
Desde 1969 la Asociación de Padres y Amigos para la capacitación e integración del Diferenciado (Apacid) cuenta con un Taller Protegido, donde personas con discapacidad mental elaboran distintos tipos de productos, entre ellos, elementos en madera. Donde comprar: 4651- 3331 www.apacid.org.ar
Plantas y flores El Secretariado de Ayuda Cristiana a las Cárceles brinda asistencia a personas que cumplen condena, a quienes ya recuperaron la libertad y a sus familiares. Les ofrece alojamiento, alimento y asesoramiento legal. Y promueve microemprendimientos de cultivo de plantines y flores. Donde comprar 4951-0241
Prendas ecológicas Artesanías de cerámica
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Manos por Hermanos, una asociación de voluntarios que apadrina a más de 1.400 chicos en situación de pobreza, elabora artesanías en cerámica con el propósito de generar recursos para llevar adelante su obra. Dónde comprar: manosporhermanos@ciudad.com.ar www.manosporhermanos.org
El emprendimiento Ambara, junto con la cooperativa Guadalupe de Maquinista Savio, confeccionan ropa y accesorios con algodón orgánico, 100 por ciento natural y respetando los principios de Comercio Justo. Proponen preservar el medio ambiente y dar trabajo a sectores vulnerables. Donde comprar: ambarainfo@gmail.com
EDUCACIÓN
Colegio Nuevas Lenguas
Recuperar las aulas En esta Escuela de Gestión Social de Olavarría estudian unos 300 chicos. Sus docentes le hicieron frente al cierre del establecimiento que allí mismo funcionaba, con la creación de una cooperativa de trabajo. TEXTO MARCOS PEARSON
Preservar el empleo
on el inicio del actual ciclo lectivo, la Cooperativa de Enseñanza Olavarría Ltda., que gestiona desde el 2009 el Colegio Nuevas Lenguas, comenzó a transitar su cuarto año de vida. Se trata de una empresa recuperada por sus trabajadores, encuadrada en las llamadas Escuelas de Gestión Social (EGS). Es uno de los tantos establecimientos educativos de este tipo, los que funcionan en Argentina, casi todos ellos surgidos de iniciativas de organizaciones sociales, fundaciones, asociaciones civiles, iglesias de diferentes credos e, incluso, de fábricas y empresas recuperadas. Muchas de estas experiencias nacieron como fruto de la crisis del 2001 y buscaron dar respuesta a la problemática educativa en cada una de sus comunidades.
El caso del Nuevas Lenguas, como se lo conoce en Olavarría, en el corazón de la provincia de Buenos Aires, a 350 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, tiene su propia historia. “Nosotros éramos empleados de un colegio privado que funcionaba en este mismo lugar”, relata Juan Pablo Arouxet, profe de Educación Física y presidente de la cooperativa. “Desde comienzos del 2009 veníamos con un rumor de cierre y, finalmente, en junio de ese año nos reunieron a todos los empleados y nos confirmaron que en diciembre cerrarían las puertas”, recuerda. En su primera vida, el colegio se llamaba Lenguas Modernas y era un típico establecimiento privado con el formato de Sociedad de Responsabilidad Limitada integrada por cuatro accionistas. Así funcionó durante 17 años, hasta que a sus dueños los números no les cerraron.
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En ese momento, entre docentes y no docentes, el Lenguas Modernas sumaba 40 empleados, y a sus aulas concurrían unos 90 alumnos, entre primaria y secundaria. Alicia Tabarés, en ese entonces diputada provincial y una de las personas que acompañó a los docentes en la búsqueda de alternativas cuenta que, “cuando cerró, no había posibilidades de que los chicos fueran tomados por otras escuelas del Estado porque estaban todas al ‘tope’ en la matrícula”. Así, entonces, la historia de este centro educativo tomó un curso impensable: sus ex empleados, a los tres meses de haber recibido la dramática noticia del cierre decidieron ponerle el pecho a la realidad y, lejos de darse por vencidos, se pusieron al hombro un nuevo proyecto que preservara su empleo y mantuviera la oferta educativa, ahora con una mirada mucho más social. “Decidimos crear una cooperativa de trabajo. Lo charlamos con todos los empleados que había de la empresa anterior y 21 quisieron sumarse. Así que, el 21 de septiembre de ese mismo año hicimos la asamblea constitutiva y formamos la cooperativa”, señala Arouxet. Los propios docentes que protagonizaron esta historia cuentan que, en realidad, todo se desencadenó tan rápidamente porque, para ellos, la prioridad era ofrecerle una respuesta a las familias que, desconcertadas por la noticia del cierre, no lograban encontrar una alternativa para darle continuidad al ciclo lectivo de sus hijos. Sin embargo, todo terminó siendo mucho más que eso. Cuando los maestros y profesores empezaron a diseñar en concreto el funcionamiento de la nueva escuela, se dieron cuenta de que había muchas cosas que dese-
aban cambiar del modelo anterior. Y así lo hicieron. “O hacíamos una escuela con un perfil de pocos alumnos con una cuota alta, como venía siendo hasta ese momento, o bajábamos la cuota y abríamos las puertas para tener más alumnos”, sintetiza Juan Pablo. Los números hablan por sí mismos y dan cuenta del camino que tomaron. “El primer año lo arrancamos con aproximadamente 90 alumnos que había de la escuela anterior y lo terminamos con 170. Y esto fue por la política de bajar la cuota, de haber estado permanentemente en los medios y en la calle comentando la experiencia y de haber planteado claramente qué modelo de escuela queríamos promover”, explica con contundencia Arouxet. Hoy el establecimiento cuenta con más de 300 alumnos y la cooperativa pasó de 21 asociados iniciales a 46. Es decir que triplicaron la matrícula y aumentaron la capacidad de empleo.
Casi un culto
El establecimiento cuenta con más de 300 alumnos y la cooperativa pasó de 21 asociados iniciales a 46. Es decir que se triplicó la matrícula y aumentó la capacidad de empleo. “una escuela laica cuyo único culto es el de la cooperación”.
Un viaje de ida Los docentes que llevan adelante este proyecto educativo se cruzaron con este modelo cuando buscaban una salida que les permitiera mantener con vida a la escuela, que había funcionado durante 17 años. “Nosotros sabíamos que existía una experiencia así en la localidad de 25 de Mayo”, cuenta Arouxet. Se trataba de la Co-
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El cooperativismo está presente en cada uno de los proyectos y las actividades que impulsa la escuela: el laboratorio de Ciencias Naturales lleva adelante una modalidad de puertas abiertas a la comunidad; una reciente cooperativa escolar integrada por alumnos y profesores lanzó una revis-
ta cultural llamada Primera Persona; y la cooperadora, conformada por las familias, acompañan y apuntalan a la escuela en todo lo que hace falta. Tal vez por eso, los docentes suelen definir a Nuevas Lenguas como
operativa de Trabajo Barón Pierre de Coubertin, que funciona desde el 2003. El ponerse en contacto con esa iniciativa fue el puntapié inicial para vislumbrar que, por esa vía, ellos también podían construir un camino. Una vez constituidos como cooperativa se sumaron a la Federación de Cooperativas y Entidades Afines de Enseñanza (Feceaba), espacio en el que se involucraron activamente y del cual cosecharon diversos apoyos que, incluso, los ayudaron a poner en condiciones el edificio. Sin embargo, no todo fue, ni es, tan sencillo. Adriana Nordin, profesora de inglés y actual directora del nivel secundario, lo describe muy bien: “Todo esto que hoy contamos muy relajados y contentos hay que ponerlo en situación porque durante el primer verano pasamos muchas cosas. Todo lo que se ve acá lo arreglamos y pintamos nosotros. Me acuerdo que traíamos cosas de nuestras casas, incluso los libros, por ejemplo. Al principio hubo muchas situaciones de angustia”. Finalmente, Juan Pablo y Sandra, que es profesora de Lengua y secreta-
CÓMO CONECTARSE
Colegio Nuevas Lenguas General Paz 3244 - Olavarría nlsecundaria@hotmail.com
ria de la entidad, sintetizan con un ejemplo muy claro la esperanza y la confianza puesta en el proyecto: “Nosotros tenemos a nuestros hijos acá, al igual que otros compañeros. O sea, trabajamos acá y nuestros hijos estudian acá. Vivimos y hacemos lo que decimos”. Por cierto, estos docentes todo terreno lograron poner nuevamente en funcionamiento un colegio, pero, como dicen ellos, no sólo lo hicieron desde lo pedagógico, “sino asumiendo también lo administrativo y lo económico”. Y formaron, que no es poca cosa, la primera cooperativa de trabajo de la zona orientada a la educación. El lema que los identifica, los ilustra y los sintetiza: “Ser, saber, cooperar”.
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MICROCRÉDITOS
Fundación Avanzar por el Desarrollo Humano
Un paso adelante Desde el 2001, esta entidad otorga microcréditos a vecinos de villas y barrios sin recursos del sur porteño. En la actualidad cuenta con una cartera activa de 500 prestatarios y cerca de 1,5 millón de pesos otorgados. TEXTO JAIME GALEANO
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ené pudo comprar una cocina, una heladera y un equipo de música para el salón de comidas y bebidas que tiene en Los Piletones, en el barrio porteño de Villa Soldati. Antoliana sumó tinturas, shampúes, tijeras, maquinitas y una silla a su peluquería. Leonardo compró maquinaria para su taller de costura. Elvio llegó a Buenos Aires desde Formosa, montó un carrito de venta de panchos y, más tarde, se dedicó a los electrodomésticos. Ellas son algunas de las 400 personas que pusieron en marcha o dieron fuerza a sus emprendimientos gracias a los microcréditos de Avanzar. Esta asociación civil focaliza su trabajo en villas y barrios de bajos recursos de la zona sur, el sur profundo, pobre, de la Ciudad de Buenos Aires. En los doce años que lleva de vida, otorgó unos 9 mil microcréditos por más de 3 millones de pesos. Apoyó y financió a 1.700 familias, con un alcance total cercano a las 6 mil personas, y hoy cuenta con una cartera activa de unos 500 prestatarios, y alrededor de 1,5 millón de pesos otorgados. Avanzar se hizo conocida por su trabajo solidario y por otorgar microcréditos a vecinos ávidos de mejorar sus emprendimientos o de comenzar a pensar algún proyecto comercial, pero marginados del sistema bancario tradicional. “Avanzar nos da esta confianza de prestarnos dinero, y no podemos hacerles quedar mal. Ahora estamos reembolsando un préstamo de 3.000 pesos y es una ayuda grande porque hoy en día nadie te da ni 10 centavos”, cuenta Re-
né Tordoya, oriundo de Cochabamba, Bolivia, quien maneja un salón de comidas en Los Piletones. Marta Bekerman es profesora titular de Desarrollo Económico en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, directora del Centro de Estudios de la Estructura Económica (Cenes) e investigadora del Conicet. Sin embargo, desde hace doce años, divide su tiempo entre su actividad académica y la Fundación Avanzar por el Desarrollo Humano, de la cual es fundadora y titular.
CÓMO CONECTARSE
Asociación Civil Avanzar por el Desarrollo Humano 4918-0057 info@avanzar.com.ar
“Nos parece más interesante transferir activos que ingresos a través de subsidios. Es mucho más importante entregar un conocimiento que los movilice, en definitiva, para expandir las capacidades de las personas”, asegura Bekerman, con la seguridad que brinda la experiencia de campo. La modalidad de microcrédito que implementa Avanzar es la de “incentivos dinámicos”, que premia a los beneficiarios que cumplen con sus pagos con mayores montos otorgados en las posteriores renovaciones. De este modo, el primer crédito que se entrega tiene un techo de mil pesos y, a medida que los prestatarios solicitan renovaciones (al saldar totalmente la deuda), sube el monto prestado y baja la tasa de interés. Actualmente, la organización trabaja a una tasa del 40 por ciento pero aspira a poder disminuirla dado que –según explican– son muy elevados los gastos administrativos. Además, una parte de su oferta corresponde a microcréditos que ofrece a través de un subsidio por parte de la Comisión Nacional de Microcrédito, que depende del Ministerio de Desarrollo de la Nación, a una tasa del 6 por ciento anual, tal cual lo dicta la Ley 26.117. “Para mí el secreto de un buen emprendedor es hacer trabajar la plata que sacás como préstamo. Siempre hay que mirar para adelante. Yo pensaba mucho en el interés que tenía que pagar, y me parecía mucho pero, si hacés trabajar bien la plata, no es tanto al final”, asegura Leonardo, quien cuenta con orgullo cada detalle que le permitió poner en marcha y hacer crecer su taller de costura. Y lo mismo para Antoliana y Elvio y Leonardo y Lourdes y otros tantos.
DEPORTE E INCLUSIÓN SOCIAL
Club Villa Pearson
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Con calor de hogar En la localidad bonaerense de Florida, un grupo de profes y socios desarrollan actividades deportivas y de acompañamiento para chicos y chicas del barrio Las Flores, de Villa Martelli. La iniciativa no para de crecer. TEXTO ALEJANDRO CÁNEPA
metros del cruce de la autopista Panamericana y de la avenida General Paz, el estruendo de los autos, camiones, micros y motos se desvanece, suavizado por los árboles y las calles angostas de Florida, en el partido bonaerense de Vicente López. Allí caminan los paseadores de perros con sus manojos de animales, despachan empanadas los empleados de un negocio, un tren se desliza lento por las vías, un hombre barre las hojas secas de la vereda. A pocos metros, un escudo rojo y blanco señala la sede del Club Social y Deportivo Villa Pearson, una de las tantas entidades nacidas hace casi un siglo que sobreviven a las sacudidas económicas del país y a los cambios de las costumbres. Villa Pearson fue fundado en 1920, cuando Florida era una zona de quintas y fábricas. Ahora, aunque tiene casas, edificios, restoranes y bares, el club sigue firme. Tiene 650 socios, uno de los equipos más
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importantes del país de fútbol de salón, una pileta olímpica, nadadores federados, vóley, patín, gimnasia deportiva, karate y un buffet . Desde hace algunos años, un grupo de socios comenzó a preguntarse qué otras cosas podían hacer, más allá de lo deportivo, para recuperar la idea original de los fundadores de trabajar por la comunidad. “En el 2003, en el área de baby fútbol y fútbol de salón comenzó un nuevo proyecto encabezado, entre otros, por varios profesores de Educación Física y otros relacionados con la educación. El lema de este nuevo grupo fue y sigue siendo ‘el deporte como medio para la educación de las personas’”, relata Ariel Avveduto, entrenador de fútbol de salón, profesor de Educación Física y referente dentro del club. Así, pusieron en marcha un programa de padrinazgo, en el que cada jugador de fútbol de salón apadrina a un jugador menor de 13 años, transmitiéndole los valores del club y, guiándolo y ayudándolo en lo que necesite. Ciclos de cine debate; un programa de radio sobre la institución; apoyo escolar a los chicos del
baby fútbol con clases a cargo de padres; y charlas sobre ecología, violencia o educación, son otras de las actividades desarrolladas a través de esta iniciativa. “También queremos desarrollar este año un programa de tutores –cuenta Avveduto– para que haya responsables de los chicos en las categorías menores, cadetes y juveniles (de 13 a 17 años), que hagan de nexos con los profesores y padres y se ocupen de sus problemáticas, acompañándolos y estando a su disposición.” Además, el entrenador señala que otra de las tareas a encarar por estos tutores sería “detectar las dificultades del grupo y trabajar con diferentes dinámicas con los chicos, por fuera del ámbito deportivo”. Como parte de este proceso de apertura hacia la comunidad, hace dos años fue creado el llamado Pearson Social, que trabaja en articulación con otras entidades de la zona, dentro de un programa de intercambio con áreas en situación económica desfavorable. En ese marco, no se propusieron organizar grandes traslados a otras provincias argentinas, sino empezar por lo más cercano, lo
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DEPORTE E INCLUSIÓN SOCIAL
posible: Villa Martelli, localidad que limita con Florida, del otro lado de la Panamericana. El actual entrenador de la primera división de fútbol de salón de Pearson, Matías Balvidares, detalla el origen de esta otra pata del Villa Pearson: “Nosotros íbamos a jugar al Club Libertad, de Villa Martelli, y algunas personas tenían miedo de ir o dudas sobre qué pasaría después del partido o en la previa. Entonces me dije: ‘Me parece que tenemos que hacer algo para descubrir a estos chicos’”. Fue así que comenzaron a interesarse por la realidad que rodeaba a esos pibes de Martelli, que viven a minutos del Pearson, pero en otro barrio y en otras condiciones. Luego, le preguntaron qué podían hacer para colaborar con esos chicos al entrenador de fútbol de salón del Libertad, y se enteraron de que allí funcionaba un merendero. Durante los dos últimos años, entonces, colaboraron sistemáticamente con ese lugar. La esposa de Matías, Carolina Castellana, sumó sus esfuerzos: “Donamos una cocina para el merendero y materiales de construcción, y alimentos como yerba, azúcar, mermelada. También, una pileta e íbamos todos los lunes a merendar con los chicos del barrio. Pero no salíamos del asistencialismo”, reflexiona. Los alimentos los recolectaban durante los días de partido, en Pearson, y conseguían otras donaciones gracias a allegados en distintas empresas. En paralelo, además, comenzaron a hacer jornadas de integra-
ción deportiva, tanto en Pearson como en Libertad, en las que los jugadores y padres de ambos clubes compartían un día de juegos que finalizaba con una comida compartida. El objetivo principal era disfrutar un momento diferente fuera de la cancha, ya que ambos clubes participan de la misma liga de futsal, que es muy competitiva y carga con los problemas que esto conlleva de rivalidades que pueden tomar ribetes de violencia. “En esas jornadas valoramos la participación, el integrar a los padres con los chicos, que se trate el tema de la violencia y que todos puedan debatir y participar”, detalla Carolina. “Los valores que se trabajan son la excusa del deporte para la formación de las personas”, agrega.
Otro paso En este año iniciaron una nueva etapa de articulación con el Centro La Casita, siempre de Villa Martelli, dependiente de Cáritas. En ese lugar funciona un espacio de apoyo escolar y otro merendero, de 13 a 17, al que asisten 90 chicos del barrio Las Flores. “Nos acercamos para preguntar qué era lo que más se necesitaban y nos dijeron útiles, así que ya empezamos a juntarlos”, consigna Castellana, quien lleva adelante esta tarea junto a otros socios del club. “También nos
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Club Villa Pearson
CÓMO CONECTARSE
Facebook: Pearson Social pearsonsocial@gmail.com
pidieron computadoras, así que iremos viendo cómo las podemos conseguir”, asegura. Pero el trabajo comenzó a trascender lo material. Fue cuando un sacerdote de La Casita les dijo que los chicos, más que de comida, necesitaban “un abrazo”. Y en la profundización de la charla, surgió que uno de los momentos de alegría para los pibes era cuando festejaban un cumpleaños. “Entonces, pensamos en festejar los cumpleaños, una vez al mes, y también en hacer recreaciones para la integración, por ejemplo, combinando en los juegos a los chicos de Pearson con los de La Casita”, afirma Balvidares. Cuando en los medios se habla de deporte, suele aparecer asociado a grandes fortunas o clubes enormes que manejan presupuestos millonarios. En realidad, las entidades deportivas son asociaciones civiles que, en teoría, no tienen el lucro como fin último. En ese sentido, el Villa Pearson es uno de esos casos en los que quieren rescatar el aspecto solidario y formativo de las prácticas deportivas y de los clubes barriales. “El deporte debe ser formador de personas, en él se debe educar con conciencia social, el nosotros siempre tiene que estar por encima del yo, y cada uno debe convertirse en factor de cambio a nivel personal y, por ende, colectivo. Cuando es así, ayudar no es una obligación impuesta sino que fluye como algo natural”, sostiene Avveduto. En un rincón de Florida, casi en las orillas de la Capital Federal, un grupo de personas afronta ese desafío.
GÉNERO
Acceso a la salud
Del dicho al hecho La atención médica es una asignatura pendiente para la población trans, a causa del miedo y la discriminación. Una organización apuesta a la capacitación en los centros de salud para que se respeten sus derechos. TEXTO CRISTINA PÉREZ
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Respuestas Sin dudas, estos indicadores fueron una señal de alerta para que diversas organizaciones de diversidad sexual pusieran su mirada en la accesibilidad y permanencia en el sistema sanitario de un grupo social que está expuesto a muchas prácticas en condiciones deficitarias y de riesgo para su salud inte-
gral, dado que otro factor común que lo atraviesa es la pobreza. Con el nuevo marco legal como paradigma, la Asociación Civil 100% Diversidad y Derechos diseñó un programa de capacitación e intercambio con centros de salud a fin de garantizar el acceso a esos servicios y la efectiva aplicación de la Ley de Indentidad de Género. En la primera etapa, miembros de
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La vivencia del género tal como cada persona la siente, corresponda o no con el sexo asignado en el nacimiento.” Así es como se entienden las identidades trans desde una perspectiva de derechos humanos. Así fue contemplada la identidad de género en la nueva legislación del país. Y así, de a poco, logra colarse en instituciones tan tradicionales como fundamentales para la justicia, la educación, la salud u otros aspectos esenciales para el desarrollo de las personas. Pero estos avances tienen como contrapeso una historia de exclusión y marginalidad del colectivo trans, que en algunos sectores sigue intacta. La Primera Encuesta sobre Población Trans 2012: Travestis, Transexuales, Transgéneros y Hombres Trans, cuya prueba piloto se realizó con la participación de más de una decena de organizaciones sociales en el partido bonaerense de La Matanza mostró –entre otros aspectos– que cinco de cada diez dejan de concurrir a un ámbito de salud y tres de cada diez abandonan algún tratamiento médico como consecuencia de la discriminación. Este estudio del Indec tiene como antecedente un informe de la Asociación de Lucha por la Identidad de Travestis y Transexuales (Alitt), que allá por el 2006 ya daba cuenta de que el 40 por ciento de las personas trans nunca había asistido a un centro de salud y que el 56 por ciento lo había hecho en pocas oportunidades. Las ra-
zones más mencionadas también eran el miedo y la discriminación.
CÓMO CONECTARSE
salud@cienporciento.org.ar trans@cienporciento.org.ar www.100porciento.wordpress.com
la organización capacitaron a los efectores del Centro de Salud y Acción Comunitaria (Cesac) número 9 del barrio de La Boca, una de las zonas de mayor vulnerabilidad en la Ciudad, adonde llegan muchas chicas y algunos varones trans para hacer su primera consulta médica. Durante cuatro talleres, directivos, médicos clínicos, ginecólogos, pediatras, psiquiatras, psicólogos, personal de enfermería, administrativos y residentes abordaron temáticas como identidad y expresión de género; salud integral; educación sexual y reproductiva; violencia y seguridad urbana con perspectiva de género, y despatologización, estigmatización, estereotipos y aspectos discriminatorios que pudieran obstaculizar el acceso a la salud. Además, promovieron una reflexión colectiva sobre los roles de los efectores de salud frente a los usuarios y usuarias trans. Andrea Cohen, médica de ese Centro y participante activa del taller, cuenta que el aumento de chicas trans que concurría a los consultorios los había enfrentado a un reto: “No sabíamos cómo tratar a esas pacientes ni en las patologías específicas que presentan, ni en cuanto a la hormonización, y a veces ni siquiera en cómo dirigirnos a ellas y propiciar su continuidad en el sistema”, asegura. Ahora, la idea es replicar estas capacitaciones en otros centros de atención primaria para “avanzar así en la igualación efectiva de derechos”, afirma la referente del área trans y tallerista Alba Rueda.
CULTURA
Feria Del Libro Independiente y Alternativo
Leer es una fiesta Desembarcan en plazas, fábricas recuperadas, asambleas barriales y centros culturales para difundir textos de autores que no figuran en las grandes librerías y editoriales. Horizontal, autogestiva e itinerante. TEXTO SABRINA POZO
a cita está pautada para la una en el Centro Cultural José Artigas, de Luján. Los stands ya están armados con tablones de madera y caballetes prolijamente acomodados. Sobre ellos, cientos de libros apilados, revistas, fanzines y hasta algunos discos. La gente comienza a llegar y tímidamente se va acercando, toma libros, los hojea, se interesan, preguntan precios, ríen, se sorprenden, compran, charlan… La Feria del Libro Independiente y Alternativo (Flia) nació en la Ciudad de Buenos Aires en mayo del 2006. Este primer encuentro se llevó a cabo entre autores y editores independientes provenientes de otras agrupaciones que buscaban difundir sus trabajos en un encuentro multitudinario. Hasta ese momento sólo lo
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habían hecho individualmente en calles, plazas y alguna que otra librería o centro cultural alternativo. A partir de este encuentro, conformado no sólo por literatos sino también por artistas plásticos, visuales, circenses, músicos, actores, documentalistas, cineastas y más, la feria logró expandirse por toda la Argentina y otros países como Chile, Uruguay, Colombia, Paraguay, México y Brasil. En la Feria del Libro Independiente hay de todo: gente que escribe sus libros, hay quienes tienen editoriales independientes y buscan ideas nuevas para editar libros de otros, hay trueque de material y hasta ediciones piratas de escritores extranjeros. Los precios los pone cada vendedor pero siempre es menor al que se puede encontrar en librerías comerciales. Xuan González es escritor y parte de Flia desde sus comienzos. “En la feria encontrás libros mucho más eco-
nómicos y una variedad de literatura independiente que fue creciendo mucho en el último tiempo. Para nosotros la Flia es un movimiento del cual hoy en día, muchos podemos vivir, ya sea de la venta de nuestros libros o de la edición de libros independientes, y como escritor puede llegar a ser un trampolín para tener acceso a ciertos medios para que te conozcan y te difundan. Hay muy buen material de lectura independiente y varias veces vendemos mucho más que escritores que tienen apoyo de editoriales más comerciales.” Los grupos organizadores de cada encuentro están nucleados en una lista interna única donde intercambian propuestas y rumbos a seguir. Se reúnen en asamblea una vez por semana y la disposición es totalmente horizontal y autogestiva. Dentro de este marco no aceptan ayuda estatal ni privada y sólo se consideran abiertos a recibir propuestas de otros grupos o colectivos en pos de fomentar la propia cultura e identidad populares. “Hace seis años que vamos rotando por centros culturales, plazas y galpones. Constantemente se incorpora gente nueva que quiere participar, se acerca a una reunión y sólo hay que colaborar con la autogestión, limpiar el espacio, cargar los tablones, vender comidas o jugos o hacer difusión. Acá no existe la antigüedad entre los miembros, todos tiramos para el mismo lado”, asegura Xuan. Al ser totalmente autogestiva, los mismos miembros se encargan de comprar los tablones y caballetes, a veces piden prestados a centros culturales y el día mismo de la feria con plata que se juntó en la edición anterior, se paga un flete que se encarga de buscar los materiales y trasportarlos bien temprano al lugar elegido para montar la feria para
den viajar y ser leídos en varios países. Que alguien me mande un correo desde un lugar donde nunca estuve diciéndome que terminó de leer un libro mío y me dé las gracias porque le cambié en algo sus días, no tiene precio”, cuenta Santos. La industria editorial es un tema relevante y contradictorio para los miembros de la entidad. La comple-
“Hoy tengo diez libros editados y gracias a Flia mis libros pueden viajar y ser leídos en varios países”, dice Santos Goñi, miembro activo de la feria. ja distribución y la poca inversión son algunas de las dificultades más prominentes para las editoriales independientes que, al no pensar sus proyectos en términos principalmente económicos, tienen mayores problemas de financiamiento. Su distribución es limitada, las tiradas son bajas y la visibilidad es mucho más reducida. Las grandes editoria-
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que al mediodía esté todo ya dispuesto. “Los puestos no se cobran, nadie paga por tenerlo ni por entrar. Acá hay una idea que la cultura es accesible a todos, por eso tratamos de hacer ferias en lugares públicos. También hay una conciencia sociopolítica dentro de la Flia que tiene que ver con apoyar fábricas recuperadas y asambleas barriales asentando las ferias ahí. Tratamos de mantener una continuidad con lo que fue el movimiento cultural y editorial independiente que empezó en los años ’70 con los escritores independientes militantes”, concluye Xuan. Santos Goñi es miembro activo de organización y en sus palabras se refleja la satisfacción de pertenecer a una agrupación que trasciende los libros para abrir paso al compañerismo. “Para mí, pertenecer a esto es como cuando estás enamorado, no podés explicarlo, es un sentimiento, una pasión. Cada vez que organizamos una feria en capital ponemos todo de nosotros porque sabemos que va a haber fiesta todo un fin de semana. Para mí: una fiesta. Hace tres años que vengo viajando por Argentina participando de casi todas las ferias del país y activando donde todavía no hay. Así he ido conociendo compañeros de todas partes. Hoy tengo diez libros editados y gracias a esto mis libros pue-
les se niegan a trabajar con escritores no reconocidos y es por esto que uno de los principales aportes de las editoriales independientes es el descubrimiento de nuevos autores, además de permitir una mayor democratización de la escritura. “La industria editorial es justamente eso... una industria como cualquier otra cuyo objetivo es enriquecerse más y más; le importa poco la literatura y su pasión pasa por el dinero, en su mayoría. Nosotros sabemos cuánto es el costo de un libro, sabemos cada paso del proceso y vemos cómo, cada vez que alguien se compra un libro, estas editoriales lo están robando desvergonzadamente ya que, generalmente, son del mismo dueño y se rodean de críticos, revistas, radios y programas de televisión especializados, para decirnos lo que tenemos que leer. Todo es un aparato mediático para manipular y que la gente salga corriendo a comprarse el nuevo libro que ellos quieren que leas. La gente está acostumbrada a comprar y pagar lo que les dicen, si les alcanza, claro”, sentencia Santos. Parada frente a un stand de libros de Historia, Fernanda examina las portadas, los da vuelta, lee la contratapa, pregunta y toma otro para seguir investigando. Ella
CÓMO CONECTARSE
Feria del Libro Independiente y Alternativo Info.flia@gmail.com www.feriadellibroindependiente. blogspot.com
es hoy una partícipe más de esta feria. Ni el día nublado ni las probabilidades de lluvia amedrentan a las cientos de personas que la recorren. “Desde hace un par de años visito ferias zonales y ésta es la tercera vez que vengo a una Flia. Me gusta porque son más chicas que la convencional de la Rural y podés recorrerla mejor. Además tenés la posibilidad de conocer escritores y artistas desde un lugar más cercano. Yo las recomiendo, son un excelente plan para un fin de semana. Hay buenas ofertas y escritores no convencionales que vale la pena leer”, dice y sigue sus pasos hacia el próximo stand.
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MEDIO AMBIENTE
Grupo Cliope
Gota en el desierto Una comunidad indígena de Mendoza logró acceder a agua potable gracias al desarrollo de un grupo de científicos de la UTN. Una red a nivel nacional aspira a potenciar este tipo de experiencias. TEXTO MARTINA NOAILLES
n el secano de Lavalle el sol atraviesa los puestos. Las cabras, casi el único recurso económico de sus habitantes, sobreviven al desierto. El agua es urgente, contaminada, poca. Para cocinar o calentarse en invierno, la única fuente de energía es la leña. A ese rincón del norte de Mendoza, donde la comunidad huarpe se desparrama aislada entre polvo y aridez, llegó la tecnología. Una tecnología que toma lo que abunda –el sol– para brindar a los pobladores lo que
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A los pobladores del secano de Lavalle el acceso a los destiladores les cambió la vida. Las dificultades para acceder al agua potable son enormes. Más del 90 por ciento de la superficie del departamento no cuenta con obras de irrigación. La escasez del agua está, además, íntimamente ligada a la consolidación de la economía agrícola en zonas aledañas. Las canalizaciones para el riego hicieron que los ríos que décadas atrás llegaban a la zona hoy estén secos. Por eso, los dispositivos solares se hacen imprescindibles. “El proyecto tuvo financiamiento del Pnud (Programa de las Naciones Uni-
nes”, destaca Santiago Garrido, historiador del Instituto de Estudios Sociales sobre la Ciencia y la Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes, quien investigó esta experiencia desde la Red de Tecnologías para la Inclusión Social (RedTisa). Este espacio, justamente, busca articular a las instituciones que trabajan con tecnología para la inclusión con el fin de fortalecer las experiencias que, de otra forma, estarían aisladas.
das para el Desarrollo) hasta el 2010. Y si bien los dispositivos continúan en los puestos, sería muy importante poder extenderlos a otras familias de la zona. De hecho, nos llaman para pedirlos. Por eso, seguimos buscando nuevas formas de financiarlo”, dice Marta con esperanza. Si bien en Argentina hay una preocupación creciente desde las instituciones de ciencia y tecnología por la transferencia hacia lo social, las experiencias siguen siendo aisladas y poco financiadas. Además, los científicos que se suman a estos proyectos lo hacen por vocación y en sus tiempos libres porque, en la carrera científica, este tipo de trabajo no es valorado. Y así lo resume Santiago Garrido: “Hoy, es más importante tener un ‘paper’ que tener un prototipo”.
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brilla por su ausencia: el agua potable. Los dispositivos solares llegaron a Lavalle de la mano de un grupo de ingenieros de la Universidad Tecnológica Nacional, Regional Mendoza, que decidió hacer algo poco habitual en el mundo científico: darle a las nuevas tecnologías un uso social concreto. Y, como si esto fuera poco, diseñarlos y adaptarlos a las condiciones sociales, culturales y ambientales. El proyecto, coordinado por una geóloga y una psicóloga, le permitió a veinte familias de la comunidad indígena huarpe tener acceso a destiladores, hornos y secadores solares, es decir, a energía renovable. “Los usuarios se apropiaron positivamente de los dispositivos, especialmente del destilador, ya que les resolvió la provisión de agua potable para consumo familiar”, relatan desde
Mendoza Neli Zottola y María Marta Stanziola, integrantes de Cliope, un grupo de profesionales preocupados por la articulación entre lo tecnológico y lo social. Una de las claves para que los pobladores incorporaran la tecnología fue el trabajo conjunto con los presidentes de las comunidades huarpes. “La adecuación sociotécnica implica procesos de producción y de construcción social de la utilidad y funcionamiento de las tecnologías. La alianza con las autoridades de las comunidades facilitó el ajuste de la metodología de intervención a las prácticas culturales propias de estas poblacio-
CÓMO CONECTARSE
Grupo Cliope http://orbitum.frm.utn.edu.ar/cliope nzottola@gmail.com mmstanziola@yahoo.com.ar RedTisa http://www.redtisa.org
INFANCIA
Fundación Querubines
Calor de hogar Un día, una pareja soñó con abrir las puertas de su casa a chicos maltratados. Hoy es un espacio que busca ayudar a construir un mejor presente a decenas de niños y jóvenes. TERCER SECTOR EN CÓRDOBA
ciones de cada caso”, cuenta Elsa Cepeda, directora de la institución.
TEXTOS LEONARDO IGLESIAS CONTÍN
El gran cambio a historia contará que Sonia Ferioli viajaba en un taxi por la capital cordobesa cuando escuchó por radio que buscaban familias sustitutas para niños de hasta cinco años. Y no lo pensó. Sólo sintió la necesidad de ser protagonista. Y apresuró el paso. La experiencia comenzó en su casa, junto a Carlos González, cuando abrigaron al primer niño. Luego serían nueve. Corría el 2000 y empezaban a tomar contacto con la compleja situación que viven los niños institucionalizados. Más tarde, sellarían un pacto de amor con ellos. Pero pronto la casa les quedó chica y redoblaron el compromiso. En el 2005, luego de un intenso aprendizaje, decidieron abrir un espacio de contención y apoyo a niños de hasta 5 años que habían sido víctimas de algún tipo de violencia y maltrato familiar. Así nació la Fundación Querubines. El cuerpo de profesionales y voluntariado trabajó, durante los años en que funcionó bajo el formato de Hogar de Niños, para lograr o bien la reinserción en la familia de origen o bien la adopción de un nuevo núcleo. Fueron un total de 90 niños. “El objetivo de la Fundación siempre fue acortar los tiempos de institucionalización, a través de la asistencia permanente de los profesionales y de la insistencia ante los organismos responsables de las resolu-
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En el 2010, cuando fue puesta en marcha la Ley Nacional 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, la Fundación abandonó la vieja modalidad de Hogar de Niños, propia de la antigua y cuestionada Ley de Patronato, y se transformó en lo que es hoy, un espacio que, a través de distintos programas, busca ofrecer contención y
oportunidades a niños, niñas y jóvenes desprotegidos o en situación de vulnerabilidad. ”Fue un momento muy fuerte para todos los que directa o indirectamente estábamos involucrados y comprometidos con la Fundación. Fue un cambio notable, difícil emocionalmente, que nos obligó rápidamente a concentrarnos en el próximo
objetivo de trabajo, con una importante estructura sobre todo en la parte humana, y con la claridad de que había mucho por hacer todavía por los niños y los jóvenes”, recuerda Cepeda. A partir de la aplicación de la 26.061, los niños, niñas y adolescentes dejaron de ser entendidos “como objetos bajo la tutela del Estado” para pasar a ser reconocidos como “sujetos de pleno derecho”, según explica el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Las raíces Los querubines conservan un espacio en el Génesis de la Biblia: son seres angelicales que están junto al trono de Dios. Más allá de la connotación religiosa, se trata de niños pequeños de delicada belleza, especiales. Algo de eso habrán imaginado Sonia y Carlos cuando decidieron convertirse en una familia sustituta y comprometerse activamente en la búsqueda de un futuro mejor para chicos abandonados, maltratados y con sus derechos vulnerados. “A partir de esa enriquecedora experiencia decidieron brindar a más niños la oportunidad de un hogar que atendiera sus necesidades durante el tiempo en que la Justicia procuraba reubicarlos en familias en forma definitiva”, explica Elsa. Según un informe difundido el año pasado por Unicef y la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social, en el país hay 14.675 chicos y chicas menores de 18 años que se encuentran alojados en al-
guna institución o viviendo con familias sustitutas. El trabajo revela que, de ese total, el 44 por ciento fue víctima de violencia doméstica, el 31 por ciento fue abandonado por su familia y el 13 por ciento sufrió abuso sexual.
La nueva vida
Los frutos El 2012 concluyó con gran alegría para Querubines. Leo, uno de los jóvenes que participó del Programa Estudiar es mi sueño, terminó su carrera de Técnico Superior en Gestión Financiera y fue elegido para realizar una pasantía en el Instituto Oulton, un centro médico de la capital cordobesa.
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Así fue que Querubines comenzó a incorporar lo estipulado por la Ley 26.061 y a trazar como objetivos primordiales el desarrollo y la defensa de la cultura de derechos de los niños y los adolescentes. En la casa ubicada en Pedro Luis de Cabrera 3269 –en el Barrio Jardín Espinosa– trabajan actualmente entre profesionales, personal permanente y voluntarios unas 35 personas que promueven y llevan adelante los programas educativos. Estudiar es mi sueño busca promover el acceso y la permanencia de los chicos en la educación superior a partir de padrinazgos sostenidos por los aportes de diversas empresas y de particulares. En tanto, Querubines aprende con vos se propone como un puente para permitir la escolarización de chicos de bajos recursos económicos, y Ecoquerubines aborda la inclusión de los jóvenes con capacidades diferentes.
Los incentivos y las actividades interdisciplinarias son múltiples y van desde el dictado de talleres y capacitaciones hasta una participación quincenal en el programa radial La Despensa. Allí, en ese micro sobre jóvenes que llevar adelante en FM La Ranchada 103.7, abordan diversas problemáticas. A su vez, la entidad implementó una serie de campañas para sostener el funcionamiento de la Fundación, entre ellas, un programa de reciclado de tapas de plástico, otro de papel y una feria que se organiza mensualmente desde el 2009, que convierte a la Fundación en un concurrido mercado de pulgas.
CÓMO CONECTARSE
Fundación Querubines www.fundacionquerubines.org.ar
Ahora Antonella está a punto de graduarse y otros once jóvenes transitan el mismo camino. La Fundación ofrece becas universitarias o de nivel terciario a jóvenes que tienen dificultades económicas para acceder a estudios superiores. Ecoquerubines Universitario –una iniciativa conjunta con la Universidad Siglo 21– es uno de los mejores ejemplos, dado que posibilita que, por primera vez, jóvenes con discapacidad intelectual leve puedan acceder a la educación superior. “Creemos que trabajar por los niños, niñas y adolescentes contribuye a sembrar las bases de una sociedad más justa, más sana y más feliz, apostando a la solidaridad, el respeto por el otro y el reconocimiento de sus potencialidades”, aseguran desde la Fundación. La historia más romántica o más racional es épica. Y será épica. No importa el formato. Ni siquiera lo que Sonia Ferioli escuchó ese día por la radio. Importa el valor que tuvo para animarse a ser protagonista en la vida de muchos chicos que iban camino al olvido. La de los Querubines, esos guardianes de su propio cielo, que todos los días luchan para que su realidad se parezca a la de otros pibes.
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VOLUNTARIADO
Ex Casa Cuna de La Plata
Entre juegos y abrazos Todos los años, cerca de un centenar de personas se inscriben como voluntarias en el hospital Sbarra. Allí, a través de un sistema rotativo, ofrecen a los chicos momentos de juego, contención y compañía. TEXTO GABRIELA SPERANZA
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“El vínculo que se genera con los chicos es increíble, y se aprende mucho al verlos salir adelante después de pasar situaciones difíciles”, dice Catalina.
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Llega tu día de la semana y no hay nada más lindo que ponerse el pintorcito y salir a jugar con los nenes”, cuenta Anabela Vega, una de los más de 80 voluntarios que suman su granito de arena en el Hospital Zonal Especializado Doctor Noel H. Sbarra, de La Plata, (Ex Casa Cuna). Desde hace 43 años, el compromiso comunitario sostiene en forma interrumpida la tarea de compartir con los chicos mañanas y tardes de juegos. Todo arrancó en 1969, cuando el doctor Sbarra abrió las puertas del hospital para que un grupo de voluntarios le ofreciera compañía y diversión a los pequeños. Hoy en día, los chicos institucionalizados van desde recién nacidos hasta los de tres años, y la tarea se amolda a esas edades y necesidades. “Depende del día y la hora, podés ayudar a dar mamaderas, a cambiar pañales a los más chiquitos o ir de paseo a algún parque con los más grandecitos”, consigna Catalina Bruni, que ya lleva once años colaborando con la institución. Las posibilidades de ayuda son muchas: desde el simple juego, hasta la estimulación sonora o motriz, pasando por un sinnúmero de actividades. Sin embargo, lo más importante es –insisten– la constancia del espacio. Por eso, desde la Comisión de Voluntarios de la ex Casa Cuna de La Plata, se hace mucho hincapié en la necesidad de que se cumpla con la asistencia comprometida. “La persona que decide inscribirse como voluntaria debe contar con un mínimo de tres horas semanales seguidas, en
un día fijo que eligen y que deben cumplir”, explica Guadalupe Patiño. Si bien aclara que “hay licencias por estudio o enfermedad”, por otro lado subraya que “ la idea es que haya una continuidad, porque los chicos establecen vínculos con los voluntarios, y eso hay que tenerlo muy en cuenta”. La inscripción de personas que quieren aportar semanalmente su tiempo, su dedicación y su cariño a estos chicos se hace una vez por año, en abril, y en cada una de esas opor-
CÓMO CONECTARSE
Voluntariado Hospital Noel H. Sbarra (0221) 457-3497 interno 104 voluntariadosbarra@yahoo.com.ar
tunidades se anotan un promedio de 80 personas, en su mayoría mujeres. Los requisitos son ser mayor de 16 años, tener disponibilidad horaria y hacer dos días de práctica para conocer el funcionamiento de la institución y evaluar si podrán sostener el compromiso en el tiempo. Después, hay una reunión general obligatoria, y una serie de cursos de capacitación, donde se tratan las problemáticas de los chicos institucionalizados desde la perspectiva de la psicología, la situación sociojurídica y la salud, entre otros aspectos. La organización interna está en manos de una comisión, entre los que debe haber personal de la institución y voluntarios con varios años de experiencia, que cumplen tareas administrativas y de coordinación. Además, están las llamadas “referentes”, que son personas designadas para encargarse de organizar las diferentes actividades, según el día, con los voluntarios y los chicos. Gracias a este equipo y su trabajo comprometido y constante, fueron puestos en marcha varios talleres, como el de odontopediatría, de cuentos y de disfraces, que complementan los paseos y los juegos en las salas. “El vínculo que se genera con los chicos es increíble, y se aprende mucho al verlos salir adelante después de pasar situaciones difíciles”, dice Catalina. Eso es lo que ayuda a que el compromiso de la comunidad sea constante y, si bien hay fluctuaciones, existe un núcleo de voluntarios que se mantiene firme desde hace años. Las horas de juego compartidas con los nenes valen el esfuerzo semanal y colman con creces a los que reciben y, también, como casi siempre sucede, a los que dan.
INTERNACIONALES
Fundación Casa Victoria
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Un lugar donde crecer En el emblemático Barrio San Roque, a pocos minutos del corazón de Quito, esta organización les ofrece a niños y niñas, un espacio donde hacer sus tareas, jugar y también recibir contención. TERCER SECTOR EN ECUADOR TEXTO MARÍA VICTORIA CICCOLA
sólo unos minutos del Centro Histórico de Quito, se encuentra el viejo barrio San Roque, una de las zonas más antiguas y marginales de la capital ecuatoriana, donde desde hace 12 años funciona la Fundación Casa Victoria. Entre sus calles de adoquines y el encanto de las construcciones coloniales que lo caracterizan, se encuentra, frente a una plazoleta que lleva su mismo nombre, la antigua casona donde
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Un barrio recuperado l barrio San Roque, en la ciudad de Quito, está marcado por una vieja costumbre que, según sostienen los vecinos, durante la década del ’90, estuvo teñida por la inseguridad, el desempleo y la prostitución como moneda corriente. Sin embargo, desde hace algunos años, con la ayuda del gobierno, comenzó a cambiar un poco de color. Si bien los vecinos aseguran que no se erradicaron por completo aquellos males que lo caracterizaban, sostienen que, al menos, ahora “se puede caminar con tranquilidad”. En estas calles viven las familias de los casi 70 niños que sienten a Casa Victoria como su lugar de pertenencia. Desde el inicio, Alicia Durán Ballén, su fundadora, creyó fervientemente que la misión de ese centro debía ser “ofrecer un sitio de paz, alegría, amor y seguridad para toda la comunidad de San Roque, para los niños y sus familias”. Por eso, una vez al mes, les abre las puertas también a los padres de los chicos para que limpien la casa y formen parte del espacio del que participan sus hijos. “Queremos darle un aporte significativo e integrarlos a lo que ya son parte sus hijos. Por eso organizamos talleres con los padres y una psicóloga, para brindarles un espacio de contención y de escucha también a ellos”, explica Alicia. Casa Victoria educa tanto a los grandes como a los chicos más allá de la escuela, con la premisa de ayudar a recuperar la historia y la vida de los quiteños del lugar.
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esta organización brinda, desde el 2001, apoyo escolar, educativo y cultural a casi 70 chicos de entre 5 y 12 años. Pero no sólo los acompañan y los ayudan a hacer sus tareas cuatro días a la semana; también les abren las puertas de la casa para que allí encuentren un espacio donde aprender y jugar. “Éste es su lugar preferido y lo toman como su hogar porque les ofrecemos un contexto diferente al que ellos están acostumbrados, y eso lo hacemos a través de cada uno de los espacios que ponemos a disposición de los chicos: un club de computación, una biblioteca, una sala con útiles para hacer los deberes y un club de familia y de valores”, cuenta Alexander Tejeda, el padre espiritual de la casa, que comenzó a trabajar como voluntario hace cuatro años, se enamoró del proyecto y allí se quedó junto a su esposa y se transformó en pilar de la fundación. Alicia Durán Ballén es su fundadora. “Casa Victoria me encontró a mí y Dios tenía algo especial para ella”, confiesa desde su fe, con la que empapa de valores cristianos todas las acciones de Casa Victoria. Durante el período en que su padre ejerció la alcaldía en Quito, entre 1970 y 1978, esta quiteña de 64 años viajaba con él en un auto que recorría la calle Loja, donde diariamente se conmovía al pasar frente a esta casa deteriorada y abandonada. Pasó el tiempo y siempre insistió con la “corazonada” de aquel día en que la vio por primera vez: soñaba con reconstruirla, remodelarla y ponerla al servicio de la comunidad de ese barrio, atravesado por la pobreza, el desempleo y el delito. Así fue. Después de varios años, con la ayuda de un grupo de amigos y el aporte de donaciones individuales, consiguió comprar la casa y poner el
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INTERNACIONALES
Fundación Casa Victoria
Para que los niños aprendan de un modo integral, la jornada se organiza en cuatro espacios y, cual sistema de postas, los grupos van pasando por cada uno de ellos. proyecto en marcha. Sólo bastó la pregunta de un niño que pasaba por la puerta de la casona para marcar el camino del proyecto: “¿Puedo hacer mis deberes aquí?”, dijo. A él y a otros tantos chicos, la Casa Victoria les dio cobijo, amor y dedicación.
Hacer historia
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Ya están formados en filas con las manos en alto. Esperan que Irene los salude. Se escucha bien fuerte: “Hola Chicos, ¡¿cómo están?!”. “¡Bien, bien, requete bien!”, responden al unísono. Todos los días empiezan de la misma manera, como si fuese un ritual, e Irene no deja de sonreír cada vez que da inicio a la jornada y ve a los chicos llegar corriendo desde sus colegios hasta Casa Victoria. Están ordenados en cinco filas y cada una tiene un capitán y un banderín que la identifica. Hay verde, blanco, rojo, azul y violeta. Irene los ordena por edades y a veces también lo hace según las tareas de la casa. Para que los niños aprendan de un modo integral, la jornada se organiza
en cuatro espacios y, cual sistema de postas, los grupos van pasando por cada uno de ellos. Con esta modalidad de tareas dirigidas, como lo denomina el equipo, tienen tiempo para aprender computación, hacer sus deberes, reflexionar sobre algunos valores cristianos, leer un libro y disfrutar de una sala de juegos. “Estos espacios están pensados para darles a los chicos herramientas que no tienen”, sostiene Tejeda, también encargado de hacer sonar el silbato cuando llega el momento de rotar de un salón a otro. Son las cinco de la tarde. Todos se juntan en el patio de entrada. Es la hora de la merienda y Nelson, un joven voluntario de 29 años, empieza a repartir un vaso de yogurt y un sándwich de jamón y queso para los que ya se acomodaron en la escalera. Desde septiembre de 2012, colabora en la fundaCÓMO CONECTARSE
Fundación Casa Victoria 593-2-295-1134 dirección@cv.org www.casav.org
ción con la idea de “devolver un poco” lo que la vida le dio cuando era niño. “Creo que estamos haciendo historia y cambiando la realidad”, asegura mientras los niños lo agarran, lo abrazan y le piden más bebida. Con la idea de seguir profundizando el proyecto y ofrecerles más herramientas a los chicos y chicas, Casa Victoria sueña ahora con construir una nueva estación de música y sumar a los mayores de 14 años, que ya pasaron por la fundación, para que donen su tiempo una vez por semana y ayuden a los más chicos como en algún momento ellos mismos fueron acompañados. Con el apoyo de la Fundación Crisfé, que ejecuta los programas sociales del Banco Pichincha, el más grande de Ecuador, Casa Victoria espera este año poder replicar su modelo de trabajo en otros lugares del país y así continuar sembrando lo mismo que en Quito los llevó a cosechar el fruto más preciado: ayudar a transformar en algo la vida de muchos chicos ecuatorianos.
TRABAJO INFANTIL
Mitaí Vientos de Siembra
Una semilla, un libro y muchos frutos Una abogada y una ilustradora produjeron un libro que, diseñado para ser usado con fines pedagógicos, apunta a concientizar sobre la problemática de los chicos que trabajan. Buscan sumar apoyos para llegar a todo el país. TEXTO MARTINA NOAILLES
itaí vive cerca de un río, también cerca de una montaña. Pero además vive en la ciudad, donde los edificios cortan las nubes. A Mitaí le gustan las galletitas de chocolate, habla poco y se ríe mucho. Y antes de ir a trabajar, toma varias tazas de mate cocido. Mitaí tiene sólo 10 años pero sabe cosechar frutas, pegar botones, juntar cartones, cocinar y fumigar desde muy pequeño. Mitaí, que en voz indígena guaraní significa “niño o niña pequeño/a”, es el protagonista de un libro que quiere que le crezcan alas para llegar a cada rincón del país como herramienta de reflexión sobre el trabajo infantil, una realidad naturalizada que viven miles de invisibles mitaí en Argentina. Pero por ahora (sólo por ahora) Mitaí, el libro, sólo es un sueño de dos mujeres –una ilustradora y una abogada- que desde hace meses buscan reunir el dinero necesario para que el deseo se haga papel. El primer intento no tuvo éxito. Las microdonaciones que se sumaron al financiamiento colectivo con epicentro en plataforma online Panal de Ideas no alcanzaron. Sin embargo, no bajaron los brazos y con rifas, peñas y el aporte directo de decenas y decenas de “amigos”, el proyecto verá su primer brote en 200 ejemplares
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CÓMO CONECTARSE
Mitaí Vientos de Siembra www.facebook.com/mitai.vientosdesiembra carobutron@gmail.com patriciabruyn@gmail.com 76
en blanco y negro que se presentarán el próximo 12 de junio, Día Mundial de Lucha contra el Trabajo Infantil. “Estamos muy ilusionadas porque la gente nos sigue ayudando aunque lo de Panal de Ideas no resultó. Por eso, el primer desafío fue publicarlo como fuera, contra viento y marea”, se entusiasma Patricia Bruyn, una abogada que estudió Derecho buscando una herramienta de cambio social y que, a partir de su trabajo con grupos vulnerables, se le ocurrió hacer cuadernillos “para empoderar a los líderes sociales y culturales en sus derechos”. Aquélla fue la semilla de Mitaí. El nuevo desafío es conseguir auspicios para imprimir más ejemplares a color. Es que, gracias a la otra pata de la iniciativa, Caro Butrón, la mujer que le dio vida a Mitaí, las ilustraciones no son un mero acompañamiento del texto. El libro está especialmente diseñado para brindar capacitaciones, charlas informativas y talleres, y sugiere lecturas y actividades grupales, con dibujos representativos de las distintas
modalidades del trabajo infantil. “Esperamos propagar algunas ideas para desnaturalizar algunas posturas que impiden terminar con la explotación económica de niños, niñas y adolescentes. Es vital reconocer algunas de las tantas formas más habituales de trabajo infantil en el lugar donde vivimos. Queremos que sea un instrumento de reflexión para hacer foco en las consecuencias, en los daños físicos, psicológicos y sociales que provoca el trabajo infantil y su relación directa con la escolaridad”, detallan las creadoras. Mitaí es viajero; no está pensado para quedarse en un estante; quiere llegar a todas partes: a las comunidades rurales, urbanas, a la escuela, a organizaciones barriales, de fomento, de base, ONGs, fundaciones y organismos públicos. “Sabemos que nos proponemos una siembra a largo plazo, y durante el tiempo de espera mantenemos la firme esperanza de construir una sociedad más justa, donde se escuchen las voces de todos y, sobre todo, las de aquellos que parecen ser invisibles”, dicen, mientras desandan el difícil camino de sensibilizar sobre la necesaria tarea de “abrigar los primeros brotes” para que los niños y niñas puedan disfrutar plenamente de sus derechos.
Fotorreportaje
No al Trabajo Infantil
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n el mundo, más de 200 millones los niños y niñas trabajan, y la mitad de ellos está expuesta a las peores formas de empleo infantil. De ese total, asciende a 15 millones el número de chicos que se desempeñan en tareas domésticas, en forma remunerada o no, en hogares de terceros. Durante la última década, la Argentina avanzó en la prevención y erradicación del trabajo infantil. Los esfuerzos del Gobierno, empleadores y trabajadores fueron coordinados a través de la Comisión Nacional para la Erradica-
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ción del Trabajo Infantil (Conaeti), encargada de diseñar el Plan Nacional para terminar con estas prácticas, que hoy se implementa en todo el territorio nacional mediante las comisiones provinciales para la Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti). Avanzar hacia un país con trabajo decente para los adultos, evitando que los niños tengan necesidad de trabajar, implicó una gran tarea de diálogo social, que se expresó en la sanción de nuevas leyes (elevación de edad mínima del empleo y sanción penal para quienes preten-
dan aprovecharse de la mano de obra infantil), así como también con la creación de las Copreti, una mayor coordinación de iniciativas gubernamentales, la creación de la Red de Empresas Contra el Trabajo infantil e iniciativas sindicales que propician las condiciones para promover el empleo decente. Sin embargo, pese a estos avances, en la actualidad el trabajo infantil sigue siendo una realidad ignorada por muchos. Con el objetivo de dar una mayor visibilidad a esta problemática, la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) estableció al 12 de junio como Día Mundial contra el Trabajo Infantil, lo que permitió mostrar a la opinión pública que con medidas adecuadas es posible atender esta demanda y favorecer que permanezca como prioridad en la agenda pública y de la sociedad civil organizada. De esta manera, busca concientizar sobre la prevención de situaciones de explotación que aún sufren miles de chicos, alejándolos de sus hogares, afectando su escolaridad y su acceso a la atención de la salud, entre otros derechos que les son vulnerados.
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ME CAMBIÓ LA VIDA
Elizabeth Rodas
Construir desde abajo Cuando en el 2003 empezó a trabajar en una panadería gestionada por piqueteros, se sentía una mendiga. Ahora, se dedica a la construcción, estudia Trabajo Social y es referente del movimiento. TEXTO EVA AMORIN
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comedor, porque no había agua o porque faltaba arreglar esto o lo otro. Y las burlas se terminaron y cobraron protagonismo la dignidad y el orgullo.
Una re-revolución El rostro redondo y fresco de Eli se ilumina al repasar su última década: “Cuando vivía en El Trébol, en Santa Fe, yo era callada, sumisa, me aguantaba todo y lloraba a la noche. Todavía mu-
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ace exactamente diez años a Elizabeth Rodas se le juntaron todas las adversidades. Oriunda de Santa Fe, se encontró en Bosques, al sur de la provincia de Buenos Aires, recién separada, desempleada y con tres niños a cargo: Camila, Ana y Juampi, que por aquel entonces apenas era un bebé. Y tuvo que salir a parar la olla, en plena crisis económica. Así fue como llegó al emprendimiento de panadería de la Unión de Trabajadores Piqueteros (UTP), grupo integrante del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL). “Empecé por necesidad. Todos hablaban de militar de acá, militar de allá y yo no sabía lo que era; pensaba que era algo de los militares”, recuerda ahora, muerta de risa, entre mates y cajas de la mudanza. Eli, como todos le dicen, se está instalando en La Plata, donde en marzo pasado comenzó a cursar la carrera de Trabajo Social en la universidad. Después del largo camino recorrido, no tiene dudas de por qué se incorporó al movimiento y de por qué hoy es una parte fundamental de su vida: “Al principio fue para tener trabajo. El comedor me quedaba a cuatro cuadras de casa y, además, aprendía cosas nuevas. Intenté trabajar en otros lugares; fui niñera, limpié casas, pero siempre volví a la organización. Acá se comparte la comida, un mate, y eso me
gusta. En estos años, el movimiento se convirtió en mi familia”, asegura. Sin embargo, hubo un tiempo en el que fue más fuerte la vergüenza: “Dicen que lo peor que te puede pasar es llegar a ser mendigo y yo sentía que ser piquetera era un poco como ser mendiga. ‘Allá vienen las hijas de la piquetera’, le decían a mis nenas y eso me dolía muchísimo”, cuenta. Después, resultó que la mamá piquetera era la organizadora de las protestas porque en la escuela no tenían
CÓMO CONECTARSE
Frente de Organizaciones en Lucha www.fol.org.ar
chas veces lloro, pero ya no me guardo las cosas: las digo. Y bien alto. En el movimiento aprendí que lo primero es respetarme a mí misma”. Para ese aprendizaje fue clave el grupo sobre violencia de género que armó con otras compañeras. Con ellas viajó a un Encuentro Nacional de Mujeres. “Volvimos re-revolucionadas, convencidas de que nunca íbamos a dejar que nos pasara lo mismo”, recuerda. Hoy Elizabeth ya no trabaja en la panadería; trabaja en la construcción. Tras hacer cursos de albañilería, red de aguas y colocación de caños se incorporó a una cooperativa del Plan Argentina Trabaja. “Hay compañeros varones a los que les cuesta y quieren que les cebe mate en vez de levantar una pared, pero yo les dijo: ‘Acá vinimos a trabajar; en todo caso después tomamos mate los dos’”, asegura. La incorporación de las mujeres en todas las tareas forma parte de lo que Eli llama la “vuelta de tuerca” que hizo su organización en los últimos cinco años. “Apostamos a las cooperativas, a los bachilleratos populares, a los grupos de mujeres, a los centros culturales y, a partir de ese momento, volvió el entusiasmo. Muchos vecinos, incluso, retomaron los estudios”, cuenta. Y ella misma es ejemplo de eso: en marzo pasado empezó a cursar la carrera de Trabajo Social. Y, aunque es una apuesta dura, sus ojos dicen que podrá. A la mañana, el trabajo en la construcción; a la tarde, la universidad. Y los hijos y los mates y los compañeros y, por supuesto, el movimiento.