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I Aguafuerte
Al calor de las masas
En el barrio porteño de Chacarita, La Nueva Litoraleña produce tapas de empanada y pascualinas, gracias a que sus empleados se propusieron recuperarla. Hoy, medio centenar de familias vive de esa fábrica. Y van por más.
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TEXTO MICAEL RICCO
“Nosotros comemos lo que producimos, ésa es la máxima demostración de calidad que podemos brindar”, comenta el presidente Fabián Pierucci, bajo el enorme portón por el cual entran y salen trabajadores vestidos de blanco y vehículos de diversos tamaños.
Especializada en hojaldres, La Nueva Litoraleña tiene su base de operaciones en Girardot 345, en un triángulo imaginario que tiene al bullicio de la avenida Warnes, hacia el sur, y al silencio del cementerio de la Chacarita, en el lado norte.
La aseveración, lejos de ser un eslogan, es la carta de presentación de una empresa que fue rearmada, casi desde sus cimientos, para no detener las máquinas que hace más de 40 años da forma a miles de tapas de empanada, pascualinas, prepizzas, fideos y piononos, entre otras delicias. Pierucci invita a una recorrida por las entrañas de una fábrica que eleva a la autogestión como principal bandera.
El horno no estaba para bollos
“En el año 2014, los antiguos dueños empezaron a recibir cheques rechazados y comenzó una cesación de pagos que llegaría a un nivel crítico hacia octubre de 2015. El 27 de ese mes se juntaron varios compañeros, entre ellos delegados del sindicato de Pasteleros, y decidieron poner la empresa bajo control obrero”, relata el presidente en la mesa de reuniones ubicada en el primer piso, mientras ofrece unas exquisitas empanadas que confirman lo que expresó en la frase inicial de la charla.
Pierucci, economista recibido en la UBA y miembro de la Federación Argentina de Trabajadores Autogestionados (Facta), remarca que el proceso de cambio se dio en paralelo a las intimaciones que recibía la empresa para saldar las múltiples deudas contraídas. Si bien no era empleado al momento del quiebre, inmediatamente se sumó a la causa como un compañero más. Mientras dialoga, el referente convoca a otros asociados que circulan en el pasillo lindante con el salón, el cual conecta al sector operativo con las antiguas oficinas administrativas.
Una tapa al desempleo
“Los primeros tiempos fueron terribles, porque tuvimos que quedarnos permanentemente para defender nuestros puestos. Trabajábamos casi a escondidas y, hasta que el oficial de policía enviado por la jueza no se fuera de la puerta, no podíamos salir a repartir”, “Tuvimos que empezar de cero,recuperar la confianza de los proveedores,hartos recuerda Luis Baimi, delegado del sindicato de Pasteleros y primer presidente elegido en una asamblea general que designa nuevas autoridades cada tresde los cheques rechazados años. y,por supuesto,pagar por “A nosotros nos tildan de comunisadelantado.”Ricardo Sueiro, tas por no seguir los parámetros de lo que secretario de la cooperativa. se considera la normalidad para administrar una empresa. Pero la realidad es que, en el mejor momento, cuando teníamos que hacer sobreturnos para poder llegar a cumplir con todos los pedidos, los dueños decidieron frenar todo. Entonces, ¿de qué normalidad hablan?”, se pregunta Claudio Voievidka, quien se desempeñaba como gerente de ventas antes de la transición. Los cooperativistas asienten ante las palabras de sus compañeros y se miran con complicidad, como guerreros que recuerdan el fragor de una dura batalla. “Tuvimos que empezar de cero, recuperar la confianza de los proveedores hartos de los cheques rechazados y, por supuesto, pagar por adelantado”, agrega el secretario de la cooperativa Ricardo Sueiro. Otro aspecto fundamental para los asociados es la formación de una red de empresas autogestivas para mantener una dinámica permanente que per-
La fábrica comercializa en su local minorista y rellena sus pastas con productos de la cooperativa láctea Séptimo Varón,mientras que Agricultores Federados Argentinos (AFA) es la principal proveedora de harina.
mita la reactivación económica. En este sentido, la fábrica comercializa en su local minorista y rellena sus pastas con productos de la cooperativa láctea Séptimo Varón, mientras que Agricultores Federados Argentinos (AFA) es la principal proveedora de harina.
Actualmente, La Nueva Litoraleña cuenta con 49 integrantes, aunque la intención, según afirma Pierucci, es generar más puestos laborales. Uno de los empleados más longevos es el maestro pastelero Héctor Ávila, quien forma parte de la empresa desde 1978 y se suma al círculo para contar su experiencia.
“Estoy muy agradecido con todos mis compañeros, tengo 64 años y, si quedaba desempleado en 2015, me tenía que olvidar de jubilarme. Con trabajo, sacrificio y aprendizaje pudimos mantener la fábrica funcionando”, se enorgullece Ávila, visiblemente emocionado.
Paulatinamente, los presentes se van levantando de la mesa y vuelven a sus quehaceres, aunque previamente dejan en claro que las palabras de Ávila de alguna forma resumen la filosofía de la cooperativa. “Acá nadie tiene un puesto fijo, todos hacemos de todo. En términos futbolísticos, aprendimos a jugar de 5”, cierra Voievidka.
Amasar el futuro
En el lado opuesto del primer piso, el amplio salón de producción y empaquetado está sumido en la quietud luego de una extensa jornada laboral. Una ínfima capa de harina, signo inequívoco de la actividad constante, cubre los plásticos que protegen las maquinarias de amasado y corte. En contraste, un pequeño halo de sol vespertino que se cuela por la ventana hace relucir el metal de los moldes que dan forma a los círculos de diversas medidas.
“En la pandemia nunca paramos de trabajar, aunque se nos hace difícil lidiar contra la suba de precios y la falta de asistencia gubernamental. Con el banco Credicoop tenemos una excelente relación, pero los créditos que nos ofrecen tienen una tasa de 60 o 70 por ciento imposible de pagar”, se lamenta Pierucci mientras rodea y exhibe las cintas que convierten la mezcla en tapas de empanadas, tartas y pastelitos.
Sin embargo, junto con varios de sus compañeros han hecho y tienen proyectadas varias recorridas por el país para participar de ferias, eventos y así solidificar la relación entre cooperativas. “Además, la fábrica está abierta, tanto para escuelas secundarias como para alumnos universitarios que quieran hacer tesis o interiorizarse acerca de la autogestión y la recuperación de fábricas”, destaca.
El trabajo mancomunado reafirma antes de despedirse en el portón que da a la calle, es el mejor ejemplo para demostrar que es posible consolidar un modelo de producción más distributivo y menos excluyente.
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Tejedoras de su destino
Diez cooperativas con mayoritaria presencia femenina se agruparon en una federación, desde la que promueven el trabajo digno y la equidad de género. La iniciativa permite sostener a más de 350 familias.
TEXTO CANDELA GOMES DIEZ
En tiempos de crisis, la economía social se organiza. Y esa organización encuentra como aliado al movimiento feminista, que avanza con nuevos derechos y conquistas. En ese marco es que nace la Federación de Cooperativas de Mujeres Atenea Ltda. (Fecma), la primera en el país que incorpora a su objeto social la lucha por la equidad de géneros y el fomento de la independencia económica.
Presentada en sociedad a comienzos de marzo de 2021, y en pleno proceso de inscripción acompañado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Atenea nuclea a un total de diez cooperativas de trabajo: ocho del rubro textil –Alcoyana; Cidañez 6; Dos Soles; Enredo; Sion; Sobrevivir; Sueños Compartidos y Textil Mataderos, en su mayoría radicadas en Caba– y dos del sector de la comunicación –Cítrica audiovisuales y Sinfonía Cultural–. Y son alrededor de 350 familias las que allí encuentran un ingreso. Otra de las novedades es, sin dudas, su Consejo de Administración, integrado en su totalidad por mujeres: la presidenta es Adriana Carrizo (Cooperativa Sueños compartidos); la secretaria, Analía Coccolo (Cooperativa Sinfonía Cultural), y la tesorera, Antonella Carunchio (Cooperativa Enredo). “En diciembre de 2019, a través del Grupo de Empresas Sociales y Trabajadores Autogestionados de la República Argentina (Gestara) se planteó la necesidad de que las cooperativas que ya estábamos más armadas nos conformáramos en alguna federación independiente de cualquier organización política o gremial”, cuenta Adriana Carrizo, quien fundó a su vez en 2007 Sueños Compartidos, cooperativa que tiene su propia marca de indumentaria (JAC) especializada en productos textiles para instituciones escolares, de salud y gastronomía.
El contexto de pandemia obliga hoy a la Federación a trabajar a distancia, según detalla la secretaria Analía Coccolo. “Hemos tenido encuentros por Zoom y estamos co-
LA DIOSA ATENEA
El nombre que adoptó la primera federación de mujeres del país no es azaroso.Y en el manifiesto que sus integrantes difunden en redes, justifican esa elección.Es que, en la mitología griega, la diosa Atenea es la patrona de las hilanderas, y se afirma que es ella quien enseñó a las mujeres el arte de tejer.
“Sabemos que destejer caminos para tejer uno nuevo es un desafío, en un contexto donde prima el sistema patriarcal, pero nuestro propósito es realizar una transformación real y democrática desde el trabajo y el debate constante de quienes nos proponemos ser referentes de un entramado que aún no ha sido discutido en el fondo”, sostienen las cooperativistas en un documento acompañado por la caricatura de una mujer que empuña una aguja como si fuera una espada.
menzando a realizar un relevamiento de cuáles son las problemáticas y necesidades de cada cooperativa, en materia de insumos, pero también de comunicación. Porque queremos asesorar a las compañeras y compañeros para que puedan mostrar cuáles son los productos que comercializan y cómo están trabajando en cada unidad productiva. La idea es que esta Federación no sea una figura decorativa, sino un lugar de contención, asesoramiento y capacitación para quienes la integran”, señala al respecto, a la vez que aclara que cada cooperativa está compuesta por mujeres, hombres y diversidades.
El objetivo es que la iniciativa pueda expandirse en distintos rincones del país. “Queremos ser un ejemplo para que otras se animen”, agrega Coccolo, quien además ocupa el cargo de secretaria en Sinfonía Cultural, que nació este año a la par de Atenea y se dedica a la producción de contenidos culturales entre los que se destacan historietas y libros de historia destinados a público infantil.
Enredadas y autogestivas
Nacida en 2015, Enredo es otra de las organizaciones autogestivas que se pone al frente de la tarea de ganar terreno en un campo laboral y gremial dominado por hombres. “En el mundo textil hay una gran cantidad de talleres clandestinos, donde las mujeres trabajan por montos muy pobres. Y la economía social es un refugio y una salida digna para esas emprendedoras que están sometidas por su misma realidad y que en muchos casos son sostén de hogar”, sostiene Gabriela Cabanillas, secretaria de Enredo, cooperativa que realiza trabajos de estampado y diseño de prendas textiles. El cooperativismo ofrece perspectivas de más igualdad, en un contexto donde la brecha salarial de género se mantiene en un 27 por ciento (de acuerdo a datos de la Organización Internacional del Trabajo difundidos en 2015) y donde las tasas de desocupación son mayores para las mujeres (según datos del Indec, correspondientes al tercer trimestre de 2020). Incorporar la mirada de género al mundo laboral es, por ese motivo, “Darle una mirada de género al sector es todo un desafío.Y una prioridad para Atenea. “El tradeseamos que otras compañeras se incorporen a bajo de la costurera siempre fue un nuestra pelea y que tengan un mejor trabajo.” trabajo en negro y de puertas adenGabriela Cabanillas,secretaria de la cooperativa textil Enredo tro. Y desde esta organización queremos que las mujeres podamos sentir que no estamos únicamente para estar sentadas durante 8 o 10 horas frente a una máquina, sino que también podemos discutir acerca de nuestro trabajo y nuestra vida desde otro espacio”, afirma Carrizo. “Darle una mirada de género al sector es todo un desafío. Y deseamos que otras compañeras se incorporen a nuestra pelea y que tengan un mejor trabajo”, añade Cabanillas, y en esa línea Coccolo concluye: “La pandemia dejó en evidencia la desigualdad entre hombres y mujeres en términos de trabajo y en la remuneración que perciben, y por eso hay que visibilizar esta situación. El patriarcado no se va a caer hasta que no reconfiguremos el paradigma”.
CÓMO CONECTARSE Federación Atenea:
Instagram:@FedeAtenea Facebook:Federación de Cooperativas de Mujeres Atenea