CHANGO SPASIUK
Música con mirada social
ECONOMÍA SOCIAL
Una salida al
Una publicación de la Fundación Del Viso
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AÑO 15
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N° 72
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TERCERSECTOR
DESEMPLEO
Cooperativismo
Las Varillas, de Córdoba
Miles de personas encontraron en ese modelo alternativo su reinserción laboral. Desde el sector reclaman políticas que promuevan esta modalidad para incluir a quienes quedaron al margen del mercado de trabajo
Sumario
Staff Dirección General
Marcos Cytrynblum Editora General
Silvia Fiore Coordinación y producción periodística
Carmen Boccuti
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Edición
Sebastián Oliel Arte y diseño
Walter Molina Colaboraron en este número
Andrea Vulcano, Andriana Schettini, Ailin Bullentini, Adrián Figueroa Díaz, Silvia Marchant, Marité Iturriza, Iván Pérez Sarmenti, Florecia Bianco, Vivian Mathis, Cristina Pérez, Martina Noailles, Esteban Vera, Nahuel Lag, Carolina Keve, Ángeles Riedel, Ricardo Caiguara, Rosalía Costantino
7 >> La otra economía Una salida al desempleo
Fotografía
18 >> Reflexiones frente a la crisis Ernesto Kritz
Ignacio Sánchez, Pablo Aharonian Foto de tapa: Adrián Pérez
20 >> Chango Spasiuk Música con mirada social
Corrección
24 >> Aguafuertes Propuesta Tatu
Fernando Orecchio
28 >> Medio ambiente El otro combustible Comunicación y publicidad
Valeria Grimberg
32 >> Salud La Fundación de Epilepsia
Asistente
44 >> Cooperativa Las Varillas Medio siglo de luces
Daniela Crucil Impresión
48 >> Fundación Tzedaká La respuesta necesaria
Artes Gráficas Buschi S.A.
51 >> Comunarte Un espacio para la cultura
Distribución
54 >> Encestar por la vida Un basquetbolista comprometido
Brihet e hijos S.A.
57 >> Cultura Sin límites para crear 60 >> Derechos Humanos Justicia sin color 63 >> Camino al andar Cristina Seijas, presidenta de Civha 66 >> Yo no fui Versos desde el encierro
TERCERSECTOR Premio Adepa / Bien Público Es una publicación editada por
Fundación Del Viso Personería jurídica 168/88 Jorge L. Borges 2297 (1425) Buenos Aires, Argentina Telefax: 4832-1762/7996/7985 R.N.P.I.: 350839 E-mail: produccion@tercersector.org.ar Homepage: www.tercersector.org.ar
Año XV - N° 72 Julio 2009 (BIMESTRAL)
68 >> Internet Dibujá una sonrisa 71 >> Correo Cartas de lectores 73 >> Me cambió la vida Soledad Roldán 74 >> El invitado Luisa Valmaggia
RSE ■ Universitarios responsables ■ Una posta por la vida
Dossier para el sector social ■ Dónde están los donantes ■ TIC para incluir
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Editorial
Resilientes Con el telegrama de despido llega la desazón. Y la incertidumbre. Por las deudas a saldar. Por la premura de encontrar otro empleo antes de comerse la indemnización. Por los anhelos demorados... Aunque las estadísticas digan que esa situación afecta a casi otros 2 millones de personas, cuando el desempleo toca a la puerta de casa, ningún argumento conjura el vértigo de quedar al margen del sistema. En los últimos años, muchos de los que se toparon con la desocupación se atrevieron a cambiar el curso de sus destinos. O al menos a intentarlo. Fogueados por las sucesivas crisis –tantas que ya casi perdieron la cuenta- superaron el estupor inicial de saberse en la calle y se indagaron acerca de sus recursos y capacidades para encontrar su propia vía de sustento. Resiliencia. Ése es el término que utiliza la psicología para identificar al individuo capaz de sortear airoso los obstáculos que aparecen a lo largo de su trayectoria de vida. El concepto que en versión popular se traduce como “lo que no mata, fortalece”. Y ésos que no se resignan a perderlo todo, solos o asociados con otros que comparten inquietudes y propósitos similares, se aventuraron a superar la exclusión laboral con iniciativas autogestionadas. A falta de datos precisos, valen las estimaciones de que son cerca de un millón las personas que directa o indirectamente están vinculadas a la economía social, a través de sus distintas expresiones: cooperativas, mutuales, microemprendimientos, proyectos de comercio justo…. Todas piezas de un mosaico tan heterogéneo como fructífero para miles de familias que encontraron otra forma de sobrevivir. La pregunta es si se puede dar escalabilidad a ese modelo para asegurar la inclusión de muchos otros miles que ven desvanecerse su proyecto individual y colectivo cada vez que son rechazados por el mercado de empleo formal. Las organizaciones del sector y los especialistas advierten que estas modalidades económicas pueden ser viables, aunque endebles si no encuentran sostén en un plan global, donde el Estado avale el formato confiriéndole rango de política pública. Y asegurando la capacitación necesaria para la eventual reconversión de los trabajadores, porque es difícil motorizar una iniciativa cuando sólo se cuenta con la fuerza de voluntad. Los que sí lograron sobreponerse al despido y forman parte del universo de la economía social, desafían cada día los peores vaticinios que siguieron al tembladeral financiero internacional. Esos que se asociaron a otros para recuperar la fábrica, organizar una cooperativa o gestionar un microcrédito y así volvieron al trabajo, experimentaron en carne propia aquello de sortear el escollo y salir fortalecidos. Buscaron otra salida. Y la encontraron.
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NOTA DE TAPA
La otra economía Frente al derrumbe financiero internacional, las organizaciones de la economía social afirman que están más preparadas para enfrentar la crisis, que ya generó miles de despidos y promete dejar a más gente sin trabajo. Sin embargo, reclaman una política de Estado que considere este modelo alternativo como una opción superadora de la generación de empleo precario para los más pobres.
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TEXTOS ANDREA VULCANO
e uno u otro lado, los números son elocuentes: la crisis global llegó y, con sus efectos, otra vez comienza a golpear al empleo. Según el Indec, en el primer trimestre del año se perdieron 140.300 puestos de trabajo, mientras que la desocupación alcanzó el 8,4 por ciento y la subocupación, 9,1 por ciento. Sin embargo, para la Unión Industrial
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Argentina (UIA), en lo que va del año desaparecieron al menos 222 mil puestos y el desempleo trepó al 9,3 por ciento. En tanto, el Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) lo calculó en 11,8 por ciento (lo que significan 1,9 millones de desocupados) y advierte que, a diferencia de otras, esta crisis golpea más al interior del país que a la zona metropolitana. Cuando de caída económica se trata, avanza también la precarización laboral.
Pequeños créditos, grandes oportunidades Todavía no amaneció y Oscar Agüero ya está tomando mate y escuchando la radio. Cuando años atrás repartía pescado en el departamento mendocino de Maipú, nunca pensó que algún día tendría esta tranquilidad y esta alegría. Incluso, en el medio, vio la noche cuando perdió su medio de vida: la camioneta. Y aunque parezca trillado, esa crisis resultó ser para él una oportunidad impensada. Oscar ceba otro mate y empieza a rebozar los 50 kilos de milanesas que religiosamente arma todos los días. “Al principio repartía en bicicleta, pero más adelante pude comprarme una motito”, cuenta orgulloso. “Poco a poco fui creciendo y ahora la gente no sólo me pide milanesas de carne, sino que quiere también de pollo”, afirma. Mi Guadalupe, el microemprendimiento de Agüero, rinde homenaje a su tenacidad y al amor por su nieta. Hace pocas semanas, recibió el cuarto microcrédito, de 4.500 pesos, de Grameen Mendoza y, pese a que en un momento tembló por “el parate que generó la crisis, que hizo que bajaran muchísimo las ventas”, poco a poco volvió a repuntar y ya está de lleno en marcha, nuevamente. “El microcrédito es una herramienta muy valorada porque genera una opción de acceso al financiamiento. En este último tiempo vemos que los microempresarios están muy renuentes a endeudarse y no están dispuestos a asumir riesgos”, explica Javier Lombardi, director ejecutivo de Grameen en Mendoza, que registra una disminución en la demanda de microcréditos y una duplicación en la tasa de atrasos en los pagos, que “pasó de un 3 por ciento a un 7 por ciento”. En Argentina, las microfinanzas tuvieron una fuerte expansión a partir del 2006, cuando se aprobó la Ley Nacional de Microcrédito, que generó un fondo de 100 millones de pesos anuales para financiar a las organizaciones que den pequeños montos y para subsidiar la tasa de interés que llega a los destinatarios. Ese fondo lo administra la Comisión Nacional del Microcrédito (Conami), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Según datos del Consorcio de Gestión Compartida para el Desarrollo Local de la provincia de Buenos Aires, en el territorio bonaerense se volcaron unos 95 millones de pesos a través de unas 350 instituciones gubernamentales y de la sociedad civil, que llegaron a unos 49 microemprendedores. “Este capital está girando en forma permanente, ya que se recupera a una tasa del 85 por ciento anual, con lo cual su impacto en la economía regional es permanente y sus destinatarios crecen en forma aritmética”, asegura Oscar Minteguía, representante de la cartera Social provincial en el Consorcio.
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En este sentido, el último Boletín de Empleo y Desarrollo Social de la Escuela de Economía de la UCA prevé que, hacia fin de año, el trabajo informal estará nuevamente en el orden del 40 por ciento del total. Ante esta realidad, las miradas vuelven a posarse sobre la otra economía, la denominada social. Pero, ¿cómo encuentra la crisis a ese vasto y heterogéneo campo? ¿Es el nutrido entramado de cooperativas, mutuales, microemprendimientos e iniciativas barriales y comunitarias una alternativa frente al desempleo y la precarización laboral? José Orbaiceta es un referente obligado del cooperativismo: es socio de Ferrograf, una cooperativa gráfica platense con más de 30 años; presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo (Fecootra), nacida en 1988; consejero de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) y vocal del directorio del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes). “Claro que somos una alternativa frente a la crisis, totalmente. Tenemos otra visión de la economía, no nos rige el lucro y, por en-
“Falta una visión política a largo plazo que cambie el paradigma de que la inversión privada y en obra pública son las que van a dinamizar la economía”, asevera Coraggio. de, no matamos a la persona. Para nosotros, lo primero es la persona; después viene lo demás. Lo que el mundo nos está demostrando es que ni el Estado socialista ni el capitalismo salvaje funcionaron. Lo que el mundo necesita es más economía en manos de la gente, más economía social”, postula. Sin embargo, para que estos emprendimientos no sean sólo parte de la otra economía y en cambio ocupen un espacio de mayor entidad, hace falta un paso trascendental: “Para que tenga verdadero peso, debe ser más generalizada e involucrar a toda la sociedad; no deben ser sólo
El Mercado de la Estepa nuclea a 300 emprendedores que en los últimos años lograron triplicar sus ventas.
“Lo que el mundo nos está demostrando es que ni el Estado socialista ni el capitalismo salvaje funcionaron. Lo que el mundo necesita es más economía en manos de la gente, más economía social”, sostiene Orbaiceta.
Un mercado más justo El Mercado de la Estepa Quimey Piuké está ubicado en el cruce de la ruta nacional 40 y la provincial 23, a unos 20 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Hace ya casi una década, un grupo de mujeres de la zona rural del departamento de Pilcaniyeu imaginó que un cambio era posible. Ellas, además de sus tareas domésticas, tejían prendas que terminaban mal vendidas a intermediarios que luego las llevaban a Bariloche para multiplicar su valor. “Era una cuestión de intuición elemental vislumbrar la necesidad de dar visibilidad a esta producción y para eso era necesario contar con un lugar en el cual la gente pudiera comercializar sus productos y que ese lugar perteneciera a los mismos productores”, cuenta Roberto Killmeate, presidente de la Fundación Surcos Patagónicos, que impulsó la formación del Mercado, hoy convertido en una asociación civil con vida propia. Recién en el 2005 pudieron construir un lugar propio donde hoy exhiben y venden los productos, bajo los principios del comercio justo. Así, el Mercado de la Estepa comenzó poco a poco a convertirse en un baluarte de la organización comunitaria. “Acá el precio lo pone la persona, no está establecido por el mercado. Un par de medias cuesta lo que cuesta porque implican determinadas horas de trabajo, no porque lo marque la oferta y la demanda”, señala Killmeate. Los resultados de la tarea conjunta están a la vista: de 20 personas que arrancaron con la iniciativa, hoy son 300 –el 95 por ciento mujeres– y, según los registros, las ventas se triplicaron. El sistema con el que funcionan los protagonistas del Mercado es horizontal y democrático. De hecho, armaron un reglamento interno que establece la modalidad de funcionamiento, los días y horarios de atención y un sistema rotativo para la atención de los visitantes. Además, son fervientes militantes de la economía social y, como tales, juntaron las firmas necesarias para promover por el mecanismo de iniciativa popular una Ley de Economía Social en Río Negro, que actualmente debate la Legislatura provincial.
microemprendimientos pobres”, advierte José Luis Coraggio, director académico de la Maestría en Economía Social de la Universidad de General Sarmiento (Ungs) y coordinador de la Red de Investigadores Latinoamericanos de Economía Social y Solidaria (Riless), quien critica que ese modelo económico haya sido convertido “en una política socioproductiva asistencialista, focalizada en los sectores excluidos”. Y añade: “En sentido amplio, aunque se presente como apolítico, todo proyecto que propicie la economía social como sistema es político, porque pretende transformar la realidad por la acción colectiva”, afirma Coraggio Para el especialista, “no hay una estrategia de generación de una economía solidaria” desde el Estado y “falta una visión política a largo plazo que cambie el paradigma de que la inversión privada y en obra pública son las que van a dinamizar la economía. No hay una política que realmente se contraponga al juego del mercado”. Una radiografía
Según los números del Inaes, en el país funcionan al menos 12.760 cooperativas y 4.166 mutuales. Si bien estas cifras permiten vislumbrar la dimensión de la economía social, lo cierto es que el relevamiento –el único que existe a nivel nacional– abarca hasta junio del año pasado y no registra otros miles de emprendimientos que se manejan en la informalidad. “Hay un entramado gigante de organizaciones que no son cooperativas, sino grupos que no tienen personería y que, por ejemplo, impulsan ferias de venta, de intercambio o pequeñas bancas sociales, y no están en los registros”, asevera Oscar Minteguía, del Fondo de Capital Social (Foncap), una sociedad anónima estatal con participación pública y privada que apoya a instituciones de microfinanzas dirigidas a microempresas y pequeños productores rurales del país que no tienen acceso al sistema financiero formal. Más allá de este universo sin presencia en las estadísticas, lo cierto es que de las cooperativas que contabiliza el Inaes, la tercera parte, unas 4 mil, corresponden a emprendimientos creados al calor de los programas sociales focalizados en la inclusión social y laboral. Se trata de las cooperativas 2038/3026, llamadas así por las resoluciones que las reglamentan. >>> TERCERSECTOR / 9
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En este sentido, Mario Elgue, autor del libro Más allá de lo económico y de lo social, advierte: “Del 2003 a esta parte se han creado unas 5 mil cooperativas de trabajo para salvatajes (de empresas o fábricas) y para instrumentar planes sociales, de las cuales la mitad ha caído”. El vasto universo que conforma la economía social hace que sea difícil estimar su participación en la economía global, así como también determinar a cuántos trabajadores llega a involucrar. Los números del Inaes hablan de cerca de 300 mil puestos de empleo directo. Sin embargo, Elgue estima que el cooperativismo integrado emplea a 500 mil personas en forma directa y a otra cantidad similar en forma indirecta. “La eco-
nomía social fundacional, orgánica, que son cooperativas y mutuales con desarrollo muy significativo, representan el 9 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) del país”, indica el especialista. Por su parte, Eduardo Fontenla, vicepresidente del Colegio de Graduados en Cooperativismo y Mutualismo, cree que el crecimiento cuantitativo de estos emprendimientos “abre un interrogante sobre su sostenibilidad e impacto en el sector de la economía social”. Elgue considera que “no se maneja bien la capacitación. En una charla de un rato les cuentan cómo funciona una cooperativa, amontonan allí a la gente y, una vez que termina ese trabajo, la cooperativa se cae”. Para él, el alto índice de mortalidad de las cooperativas “se vuelve un boome-
OPINIÓN
Emprender en tiempos de crisis POR HUGO KANTIS *
abitualmente se habla de “emprendedores” sin distinguir dentro de esta gran bolsa. Pero existen distintos perfiles de emprendimientos que son resultado de una construcción esforzada de personas que parten de realidades diferentes en muchos sentidos. La escena que acostumbramos a ver es la que comienza cuando ellas ya están en la acción. Pero la película comenzó mucho antes dado que su historia previa de acumulación de vivencias y competencias (vía familia-sistema educativo-empleo) incidirá en el desenlace; al igual que lo hará el capital social que apalancan como plataforma de despegue. Esta película está permeada por la estructura social y –si bien en esta temática 2+2 no es igual a 4– no es casual que la mayor parte de los emprendedores dinámicos suelen ser de clase media mientras que el mundo de la informalidad se alimenta desde los segmentos sociales más bajos. Las crisis suelen enfrentar a mucha gente con la opción emprendedora y muchas personas descubren capacidades y vocaciones latentes que consiguen poner en valor, aprovechando las redes disponibles o que logran construir. Con recursos propios, de parientes y amigos logran poner en marcha microempresas sustentables o con potencial de llegar a PyME. Sin embargo, cuanto más desfavorable es el punto de arranque (en materia de vocaciones, capacidades y capital social) mayor es la probabilidad de que estos emprendimientos sean un colchón de seguridad social temporario. Las organizaciones del tercer sector suelen focalizarse en la capacitación, asistencia técnica y microcréditos para elevar las condiciones de esta gente. Desde una visión más amplia, quizá se haya transitado menos el desafío de actuar preventivamente –forjando vocaciones y capacidades emprendedoras desde las etapas formativas– y, en particular, construyendo puentes de capital social vía alianzas entre los emprendedores más dinámicos capaces de generar nuevos negocios inclusivos. Algunas microexperiencias de redes productivas donde los últimos resuelven la llegada al mercado o ayudan a la diferenciación de los productos son muy interesantes. Es necesario conocer más de estas iniciativas y desarrollar metodologías para promoverlas.
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* Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, investigador de la Ungs y consultor del BID.
rang contra los propios funcionarios que las crearon y deja una frustración que cuesta remontar”. ¿Una alternativa?
“Somos producto de la crisis y las crisis; entonces, no nos asustan”; “estamos más preparados para enfrentar estos momentos porque se nos juega la vida”; “nuestra visión es al revés: frente a las crisis es cuando más nos fortalecemos”, aseguran algunas organizaciones consultadas por Tercer Sector. Más allá de las consecuencias que acarree la caída financiera internacional para este entramado de cooperativas y emprendimientos, lo cierto es que sus protagonistas parecen estar dispuestos a poner todo para salir en pie de esta etapa y, más aún, crecer. “El motor de las fábricas recuperadas son las crisis, por eso es allí cuando se da una oportunidad”, asegura Luis Caro, titular del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas. Sin embargo, Coraggio diferencia la situación entre las recuperadas y las cooperativas 2038/3026: “Las recuperadas tienen, por su historia, trayectorias productivas importantes. Sus integrantes no son personas que quizá nunca tuvieron trabajo, sino que tenían conocimiento de esa labor y no debieron reconstruir las redes desde la nada. Por eso pueden aguantar mejor (una crisis). E incluso bajarse un poco los salarios. En cambio, un pequeñito establecimiento creado por un subsidio del Estado tiene menos posibilidades desde ese punto de vista y una semana sin trabajar, es la quiebra”, explica. Incluso, para el académico de la Ungs, hay una cuestión mucho más constitutiva que torna endebles a muchas de las organizaciones de la economía social. En tiempos de crisis, “hay más gente que debe recurrir a formas alternativas” de generación de ingresos y, entonces, el campo de la economía popular “se vuelve más competitivo”, plantea, y agrega que es allí cuando más se siente que “no hay una estrategia de generación de una economía solidaria” y que “pese a que se mejoró la distribución del ingreso, nunca se revirtió estructuralmente la pobreza en el país; no se completó la tarea”. Las recuperadas
Una buena parte de las llamadas cooperativas de trabajo se creó a partir de la >>>
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En Parque Patricios funciona la cooperativa de trabajo La Nacional, que ofrece servicios de carpintería.
OPINIÓN
Los excluidos y el crédito POR MARTA BEKERMAN *
os programas de microfinanzas pueden llegar a convertirse en un fuerte instrumento de lucha contra la pobreza a partir del desarrollo de mecanismos innovadores para la provisión de crédito y de ahorro para personas de bajos ingresos y sin acceso al sector financiero formal. Podrían permitir el acercamiento de dos mundos que hasta ahora parecían muy lejanos: el de los excluidos y el del crédito. El precursor en la materia y ganador del Premio Nobel de la paz en 2006 por su contribución a la erradicación de la pobreza, Muhammad Yunus, fue quien puso en práctica en Bangladesh, durante los años ’60, los primeros proyectos de microfinanzas. La idea se extendió luego hacia otros países y se calcula que actualmente los microcréditos llegan a más de cien millones de familias. Yunus plantea muy claramente que estos proyectos deben estar orientados a los sectores más pobres y a los menores niveles de interés posible para que puedan permitirles generar ingresos a través de su propio desarrollo. Además señala que es necesario diversificar los servicios financieros incorporando actividades de seguro, salud y educación. Pero estos proyectos han tenido aún un desarrollo muy incipiente en la Argentina que muestra un desempeño muy por debajo de los niveles experimentados en otros países de la región y del mundo. Se calcula que existen actualmente en nuestro país alrededor de 55 mil microempresarios receptores de microcréditos, cifra que está muy por debajo de la demanda potencial que ha sido estimada en alrededor de 1,3 millones de personas. Sin embargo, Argentina podría presentar excelentes condiciones para una amplia difusión de las microfinanzas en las zonas urbanas. Es que las condiciones del mercado crediticio son excesivamente restrictivas o nulas para las microempresas y, al mismo tiempo, existen mercados donde es posible comprar y vender sus productos o servicios. Es decir que los problemas de demanda o de transporte no constituyen un problema insoluble en esas zonas. Pero para que esto sea posible es importante el apoyo del sector público a través de políticas regulatorias y financieras que impulsen el desarrollo de este tipo de programas.
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* Economista, investigadora de la UBA y del Conicet y presidenta de la Asociación Avanzar.
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lucha que dieron en la última década miles de trabajadores para no perder sus puestos. “Las recuperadas surgieron cuando la economía estaba totalmente destruida e igual pudieron ser rentables. Su competitividad es muy alta”, afirma Caro. Según cuenta, actualmente existe más de un centenar de iniciativas con estas características que involucran “a más de 10 mil obreros en todo el país”. Norberto Berner, responsable del área de recuperadas del Inaes coincide: “A las empresas de la economía social les va mejor que a su promedio de la economía tradicional”. Y da cuenta de la existencia de 209 unidades de este tipo en todo el país. En este sentido, destaca que “la cooperativa de trabajo te convoca naturalmente
“Este tipo de modelo de trabajo puede resistir mejor a una crisis. Nosotros somos los dueños de nuestro propio mercado”, señala Killmeate. a pensar y a mejorar tu puesto de trabajo”. “Los 40 comodines que quedamos para hacer esto somos los que estuvimos en todas las crisis y sabemos hacer el laburo todo de lleno. Así que ahora también vamos a poder salir adelante”, afirma Gastón Peña, de la cooperativa Trabajadores de Mac Body, que desde el 2007 funciona de la mano de sus empleados. Frente a este escenario, hay un dato a tener en cuenta: en este tipo de cooperativas, los asociados son los mismos que día a día transpiran la camiseta para que la empresa salga adelante y sea sustentable: son los trabajadores asociados. Transformar la realidad
En el 2003, Leonardo Duva, motoquero, junto a cinco desocupados que militaban en Barrios de Pie decidieron juntarse para armar algo que les diera de comer y comenzaron a pelearla juntos. En principio, ofrecieron servicios de carpintería, plomería, fumigación y electricidad en el barrio porte-
“A partir de una empresa convencional o de una cooperativa consolidada, el Estado podría subsidiar proyectos que involucren a estos nuevos emprendedores y ayudarles económicamente, con asistencia técnica, tutorías y capacitación”, considera Elgue. ño de Parque Patricios. “Fueron tiempos difíciles pero la fuimos remando, haciéndola bien desde abajo”, cuenta Duva. Con tenacidad, esfuerzo y un verdadero trabajo hormiga, las cosas se les fueron dando y hoy alquilan un gran galpón donde funciona a pleno la cooperativa de trabajo La Nacional. “Somos producto de la crisis y las crisis no nos asustan. Lo que tenemos de fortaleza es que sabemos que podemos enfrentarla y que vamos a sobrevivir”, afirma. Desde hace una década, la Fundación Gente Nueva, de San Carlos de Bariloche, lleva adelante proyectos educativos, comunitarios y sociales con familias pobres de la ciudad y sus alrededores. En el marco de una tarea que busca contribuir a mejorar las condiciones de vida de esas familias, esta organización echó a andar una iniciativa que ya tiene vida propia: la empresa social ETV (Emprendimientos de Tecnologías para la Vida). Allí se desempeñan seis jóvenes que pasaron por los talleres de capacitación en oficios de la Fundación y otras tres personas. “Esta es la pata productiva de un proyecto mucho más amplio, cuyo principio es trabajar por los más pobres. Se trata de una empresa social para llevar tecnología apropiada a sectores desfavorecidos, producida por esta misma gente”, explica Gustavo Gennuso, el coordinador. Fue así que ETV, con la ayuda de especialistas, rescató el antiguo diseño de una bomba para extraer agua del subsuelo y comenzó a fabricarlas para abastecer a familias sin acceso a ese recurso. “La crisis no nos cambia nada; el desafío lo teníamos de entrada porque trabajamos con un sector que maneja poco efectivo y debíamos hacer que se pudieran adquirir los productos. Con esto queremos demostrar que se puede llevar tecnología a los sectores desfavorecidos en forma sustentable”, señala Gennuso. Mensualmente, ETV vende unas 20 bombas de soga y unas 30 ruecas, la otra pata de su producción. Y ahora piensan en grande: “Estamos trabajando con la idea de desarrollar microfranquicias para
poder armar una red de vendedores de nuestros productos en todo el país”. Otro modo de comerciar
El comercio justo constituye otra de las caras de la economía social. Se trata de una alternativa frente al modelo de comercialización tradicional, que le suma valores éticos, tanto en los aspectos sociales como ambientales. Allí se garantiza un pago justo a los productores por su trabajo y el compromiso de que una parte de los beneficios sea destinada a la atención de las necesidades básicas de sus comunidades. También, al igual que
en la mayoría de los emprendimientos de la economía social, predomina la toma de decisiones democrática y la horizontalidad. “El efecto es que la gente comienza a tener dignidad de lo que hace y de lo que vende”, afirma Roberto Killmeate, presidente de la Fundación Surcos Patagónicos, bajo cuyas alas nació el Mercado de la Estepa Quimey Piuké, que ya adquirió vida propia y conformó una sociedad civil. “Este tipo de modelo de trabajo puede resistir mejor a una crisis. Nosotros somos los dueños de nuestro propio merca>>>
Las Cumas y Maky Sumaj, dos grupos de teleras de Santiago del Estero, crían ovejas y venden la lana. TERCERSECTOR / 13
Los trabajadores de una de las fábricas recuperadas, en la localidad de Moreno.
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Corte y confección cooperativos En el ’98, un grupo de seis trabajadores textiles que habían quedado en la calle tras el cierre de Catorini, una empresa de la localidad bonaerense de Las Flores que vendía camisas de hombre y pantalones, decidió juntarse para idear una forma de sobrevivir. “Juntamos algunas máquinas que teníamos y empezamos a trabajar en un lugar que nos prestaban en el municipio. Poco a poco pudimos armar nuestro taller en un galpón y creamos un producto propio, que eran unas camisas de hombre”, cuenta Dardo Fernández, trabajador asociado de la cooperativa de trabajo textil Contex. Así, los mismos que cortaban y cosían, después cargaban las camisas en una camioneta y salían a vender por los alrededores de Las Flores. “Nos fuimos haciendo conocidos por el boca a boca y pudimos agrandar la producción”, recuerda. Dardo cuenta que cuando recién habían empezado a andar, vino la crisis del 2001. “Fue muy duro y muy difícil. Teníamos que mantenernos con muy poco dinero. En la fábrica éramos seis y un vendedor, y todo era para la fábrica”. “Subsistimos por la calidad del producto y nuestra tenacidad. Era una causa política, una idea política. Teníamos todo en contra: los precios no nos daban, no nos conocían… Por eso, apostábamos a la calidad”. En medio de la debacle, una luz de esperanza iluminó el camino: dos fábricas de marca les empezaron a encargar prendas. Actualmente, en la cooperativa trabaja una treintena de personas, y de la humilde producción inicial pasaron a confeccionar unas 30 mil prendas propias y otras 20 mil para terceros. “Estamos más preparados para enfrentar”, afirma Dardo, y compara que “en un contexto así, el patrón de una empresa común agarra sus cosas y se va, en cambio a nosotros se nos juega la vida”.
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do”, señala Killmeate, quien remarca que si bien se siente una disminución en la cantidad de visitantes, la situación está muy lejos de ser la del momento en que arrancaron. “Desde entonces hasta ahora, nuestras ventas aumentaron en un 300 por ciento”, cuenta orgulloso. Juntarse para producir y luego vender tratando de multiplicar las redes es uno de los desafíos que enfrentan muchas familias para lograr su subsistencia. La Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (Fundapaz), que promueve la puesta en marcha de alternativas productivas, apoya a diversas agrupaciones de hilanderas y teleras de Salta, Santa Fe y Santiago del Estero. Las Cumas y Maky Sumaj (manos lindas) son dos grupos de mujeres teleras de Santiago del Estero que cubren desde la cría de ovejas hasta la venta del producto, pasando por cada una de las etapas. Mientras se ocupan de ampliar y mejorar su producción a través de la capacitación y la adquisición de nuevas
ruecas, distintos grupos de base le van dando forma a un proyecto integral de comercialización de productos de la región llamado Nuestras artesanías: rescate y creatividad, en un local situado sobre la ruta nacional 34, en la ciudad de Garza. También las Hilanderas y Teleras de la Cuña Boscosa Santafesina se dedican a la producción de hilos artesanales y distintos tipos de tejidos de telar. Juntas se capacitaron para mejorar sus productos y ahora buscan la manera de promocionarlos. “En total somos 84 mujeres”, cuenta Mirta Barrios, presidenta del grupo, que tramita su personería jurídica como cooperativa. “Lo que nos falta es hacernos más conocidas, tener más ventas. Este invierno logramos vender bastante pe-
“Somos producto de la crisis y ésta no nos asusta. Lo que tenemos de fortaleza es que sabemos que podemos enfrentarla y que vamos a sobrevivir”, afirma Duva. ro todavía no nos alcanza para mantener a nuestras familias. Hay muchas de nosotras que tienen que salir a trabajar de empleadas domésticas para sobrevivir. La idea es que esto sea una fuente de trabajo”, explica Barrios desde Intiyaco, a 300 kilómetros de la capital santafesina. Para estos grupos, la crisis es su medio habitual de vida. Por eso, quizás el sólo hecho de agruparse sea una manera de enfrentar la adversidad. Más allá de los tiempos de debacle económica, pelean por conseguir un resquicio en el mercado que les permita subsistir, bajo los principios de la solidaridad y la dignidad. La unión que fortalece
“Somos un sector productivo que no piensa levantar las cosas e irse frente a la crisis. La idea es participar y empezar a tener otra presencia”, asegura Duva, de la carpintería La Nacional. Lo que lo entusiasma es la creación de la flamante Confederación Nacional de Cooperati-
“Una oportunidad ante la exclusión” Daniel Fernández es subsecretario de Organización de Ingresos Sociales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Afirma que la economía social constituye una verdadera alternativa frente al desempleo y que es el primer gran escalón de los excluidos. –¿Es la economía social una alternativa frente a la pérdida de trabajo? –La economía social constituye una verdadera alternativa, sobre todo en momentos en que la crisis financiera internacional se va trasladando a lo productivo, pero también en un país en el que existe la decisión política de lograr el pleno empleo. Cubre un espacio que ni la inversión privada ni la inversión pública directa logran. La experiencia del Ministerio de Desarrollo Social es que los sectores en mayor situación de vulnerabilidad encuentren de manera asociativa aquello que no logran solos, individualmente, en el mercado laboral. En este marco, se logró la conformación de más de 4 mil cooperativas de trabajo, con destinatarios de planes sociales. De éstos, 3 mil son monotributistas sociales, es decir que cuentan con cobertura de salud y también con su aporte previsional. –¿Cuál es la contribución de la economía social a la economía general? –Justamente, el hecho de ser una alternativa, de constituir una oportunidad para los sectores que viven en la exclusión. La década del ’90 generó una fuertísima exclusión y así como la exclusión fue un proceso que se dio con el tiempo, lo mismo ocurre con la inclusión. Ahora nos encontramos en un momento de transición. A partir de la promoción de la economía social, se ve que sectores que estaban excluidos logran su inclusión laboral y social. Antes, era refugio de una economía subterránea, negra. Ahora, es una posibilidad, una oportunidad. –¿Cómo define a la economía social? –Es el primer gran escalón de los excluidos. Quizá se trata de todo un movimiento que no tiene visibilidad pública pero que es sumamente importante. Tenemos las fábricas recuperadas, los monotributistas sociales, es todo un gran movimiento. Todos ellos son protagonistas de un proceso interesante de transición hacia la inclusión. De todas maneras, no hay que resignarse a desarrollar algunos planes de ingresos. El trabajo debe alcanzar a toda la sociedad y hay actividades comunitarias con un valor social importante que el mercado no retribuye, como es, por ejemplo, la atención de sectores vulnerables y enfermos, las actividades comunitarias en comedores, en escuelas. Hay demandas sociales que no están satisfechas y que quizá podrían ser respondidas a través de formas asociativas. –¿Vincular la economía social a la implementación de planes sociales no es de algún modo concebirla con un perfil asistencialista? –Si algo caracteriza a la economía social es que el individuo, a través de una actividad propia o colectiva, va generando su propio ingreso, lo que es totalmente opuesto al asistencialismo. –¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la economía social? –Creo que sería interesante avanzar hacia una mayor estructuración del sector. Por ejemplo, es importante que las cooperativas se vayan asociando, armando federaciones y, desde el Estado, con un criterio que atraviese todas las actividades, contribuir a través de entes de comercialización, de contratación, del servicio de empleo, e incluso, el Estado podría usar su capacidad de compra para que sean proveedoras del Estado. –Muchos especialistas advierten sobre la escasa sustentabilidad de las cooperativas 2038/3026. ¿Qué opina al respecto? –Muchos decían que estas cooperativas iban a fracasar, pero el hecho de que haya 3 mil que todos los meses están aportando como monotributistas sociales muestra que están vivas, y que si bien pueden sufrir los vaivenes propios de su actividad, están activas.
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vas de Trabajo (Cnct), que reúne a una veintena de federaciones. “En el Ministerio de Trabajo, en la Secretaría de Industria y en todos lados siempre se sientan con ‘los Hugos’, como nosotros llamamos a Hugo Moyano (CGT) y a Hugo Yasky (CTA), y a nosotros nunca nos llaman. Entre todas las cooperativas hoy representamos cerca de 300 mil puestos de trabajo y no tenemos una representatividad directa del sector”, plantea Duva. José Sancha, de Fecootra, es uno de los titulares de la nueva Cnct: “Hacia adentro, el objetivo es profundizar la autogestión y mejorar la eficiencia de las cooperativas de trabajo. Hacia fuera, nuestro desafío es luchar por la sanción de una ley de cooperativas de trabajo que tenga en cuenta nuestros derechos”. En este sentido, Orbaiceta resalta que los “trabajadores asociados” (que conforman las cooperativas de trabajo) no buscan “echar por tierra lo que son años y años de lucha y de conquistas”, sino que a través de la Cnct pretenden “contribuir a
las que deseen desarrollar una organización más democrática. Redes e incubadoras
Frente a la innegable presencia de la crisis, las cooperativas de trabajo empezaron a desplegar estrategias. Así, tomando la experiencia de la Red Gráfica,
✱ Cómo conectarse Inaes www.inaes.gob.ar Foncap www.foncap.com.ar Cooperativa La Nacional www.lanacional-coop.com.ar Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas www.fabricasrecuperadas.org.ar Cooperativa Trabajadores de Mac Body 4524-0929 Riless www.riless.org Universidad de General Sarmiento www.ungs.edu.ar Fecootra www.fecootra.org.ar ETV www.etvida.com.ar Mercado de la Estepa robertokil@gmail.com
esta historia común. Sabemos que hay gente inescrupulosa que usa la figura de cooperativa de trabajo para precarizar y flexibilizar”, indica. Pero éste no es el caso. Además de buscar la sanción de una Ley de Cooperativas de Trabajo, pugnan por una reforma a la Ley de Concursos y Quiebras para que se contemple la posibilidad de que los trabajadores asociados puedan adquirir la firma ante el cierre o abandono. De esta forma, se garantizaría la continuidad laboral, plantean. También, proponen una Ley de Cooperativas Sociales con el fin de incluir a aquellas que son creadas para incorporar al sistema de trabajo a gente en situación de vulnerabilidad y a desocupados, y una Ley de Sociedades Anónimas Laborales en la que se puedan encuadrar 16 / TERCERSECTOR
Fundapaz www.fundapaz.org.ar Hilanderas y Teleras de la Cuña Boscosa Santafesina (03482) 490324 www.uocb.blogspot.com Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo 155036-2267 Ferrograf www.ferrograf-ctl.com.ar Contex coopcontex@yahoo.com.ar Grameen Mendoza www.grameenmendoza.org.ar Consorcio de Gestión Compartida para el Desarrollo Local www.consorcioba.com.ar
formada por una decena de cooperativas del sector, frigoríficos, madereros y textiles intentan replicar el modelo. “El cooperativismo en general lucha para combatir la pobreza y para construir la otra economía, y para eso hay un solo camino: la integración”, postula Orbaiceta. “Las empresas gráficas constituimos una federación, cuyo objeto es hacer mejores negocios y ahora ese camino lo están comenzando a recorrer otros sectores. Indudablemente, esto nos da más fortaleza frente a la crisis y mayor capacidad competitiva. Entre todos tenemos que ir construyendo un modelo de gestión cooperativa y de sustentabilidad”, remarca. A fines de junio último, el Hotel Bauen, una empresa recuperada, fue escenario de un desfile en el que expusieron sus diseños más de una decena de firmas textiles gestionadas por sus trabajadores. A partir del éxito de esa iniciativa y respaldadas por el Inaes, comenzaron a reunirse con el objetivo de armar una red. “Una de las posibilidades es abrir un local en Buenos Aires donde podamos vender nuestros productos”, relata Dardo Fernández, presidente de la cooperativa Contex, de la localidad bonaerense de Las Flores. En tanto, Gastón Peña, de Mac Body, se entusiasma con la posibilidad de complementarse en el trabajo: “La red tiene mecanismos para diagramar un plan de trabajo y, por ahí, puede lograr incluso ser proveedor del Estado”, señala. En tanto, para los emprendimientos creados bajo el paraguas de los planes sociales, Elgue sugiere otro modo de funcionamiento. Para él, allí se podría aplicar la experiencia de las “incubadoras” de emprendimientos de la economía popular, utilizadas en España y Francia. “A partir de una empresa convencional o de una cooperativa consolidada, el Estado podría subsidiar proyectos que involucren a estos nuevos emprendedores y ayudarles económicamente, con asistencia técnica, tutorías y capacitación. Claro que esto lleva más tiempo y cuesta más capitalizar rápidamente, pero sería mucho más sustentable a largo plazo”, plantea Elgue. Quizás la clave sea ésa: multiplicar y robustecer la economía social, sin acotarla a una política frente a la emergencia, sino considerándola como una alternativa viable para la construcción de un proyecto de desarrollo nacional. Quizá sea la hora de pensar más en grande.I
REFLEXIONES FRENTE A LA CRISIS
Ante todo está la gente
POR ERNESTO KRITZ *
ara la mayoría de los gobiernos, la crisis de la economía real que comenzó el último trimestre de 2008 está tocando fondo o está próxima a hacerlo, si es que ya no comenzó a revertirse. Esta opinión, compartida por buena parte de los economistas, se sustenta en la evolución de los indicadores de la demanda privada, como la venta de viviendas, automóviles y otros bienes de consumo durables. En los últimos dos o tres meses, éstos muestran alguna recuperación o, en todo caso, un recorte progresivo de las pérdidas. El consenso creciente es que hacia fines de este año o mediados del próximo, el nivel de actividad estará en crecimiento. No obstante, los indicadores sociales –el desempleo es el más relevante– todavía no muestran una reacción. En los Estados Unidos, la pérdida de empleos se aceleró en junio y la tasa de desempleo alcanzó un 9,5 por ciento, el nivel más alto desde la quiebra de Lehman Brothers. Este mes se perdieron cerca de 470 mil puestos de trabajo (en el primer trimestre, las pérdidas fueron en promedio de 600 mil empleos por mes), pero no se toma en cuenta las casi 360 mil personas que dejaron de buscar trabajo, saliendo del mercado laboral. La proporción de la población con ocupación cayó al 59,4 por ciento. En la eurozona, el desempleo también alcanzó el 9,5 por ciento, el nivel más elevado en una década. Esto sugiere que la recuperación de la economía será lenta, sobre todo por el comportamiento del consumo de los hogares –cuyo gasto es el mayor componente del PBI– afectado por el estancamiento de los ingresos. A su turno, esto acarreará dificultades para generar empleos suficientes para compensar las pérdidas producidas. En este escenario se prueba la eficacia de los mecanismos de protección social. En los Estados Unidos o en la Unión Europea, donde la destrucción de empleos ha sido más intensa y rápida, los efectos sobre el bienestar de la población están mitigados por la existencia de seguros sociales de desempleo de amplia cobertura, que incluyen a trabajadores sin contratos estables. En otras palabras, con los límites inherentes a su naturaleza compensatoria –por definición parcial–, estos mecanismos funcionan evitando que el peso de la crisis se traslade íntegramente a los hogares. Para ser precisos, los mecanismos de protección social no permiten eludir la pérdida
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de riqueza, como la desvalorización de los activos financieros o de las propiedades, o en no pocos casos, la imposibilidad de pagar las hipotecas. Pero lo que sí posibilitan es atemperar la caída del consumo corriente, evitando un salto en la pobreza por ingresos. La situación es diferente en los países subdesarrollados, incluyendo los emergentes más dinámicos. En todos ellos, la cobertura de los seguros sociales por desempleo es limitada, y la razón es que –sin considerar el bajo techo de las prestaciones– sólo califican los asalariados con un contrato laboral registrado, frecuentemente una minoría en la población activa de estos países. Para los que no califican –los informales pobres y sus familias– quedan los planes asistenciales, casi siempre con prestaciones inferiores a la línea de indigencia, que aún así dejan afuera a una elevada proporción de los que están en estado de privación. De esta manera, aun con una menor tasa de destrucción de empleos por la crisis global que en las economías más desarrolladas, el impacto social medido por el crecimiento de la pobreza puede ser bastante mayor. En la Argentina carecen de empleo aproximadamente 1,7 millones de personas (la encuesta de SEL Consultores en el Área Metropolitana arrojó en junio pasado una tasa de desempleo del 10,5 por ciento). De ellas, sólo una de cada diez cobra el seguro de desempleo. La razón, como se señaló, es que el grueso de los desocupados proviene del trabajo informal (una tasa de desempleo del 21 por ciento contra el 6 por ciento en el sector formal). La asistencia brindada por el Estado a los hogares no cubiertos por la seguridad social es de bajo alcance: en el conurbano bonaerense, solamente el 41 por ciento de las familias indigentes recibe ayuda monetaria o en especie. El gasto asistencial del Gobierno Nacional por persona en situación de indigencia, en términos reales, disminuyó un 28 por ciento entre 2006 y 2008. Es difícil –y conceptualmente erróneo– tratar de sustituir al Estado en el rol de protección social; pero ante todo está la gente. Al tiempo que desde lo institucional se demanda al Gobierno que asuma ese rol, la sociedad civil debe multiplicar sus esfuerzos para cubrir las necesidades básicas de los excluidos. Ése es el desafío de todos y entre todos es posible afrontarlo. * Economista. Socio Director de SEL Consultores.
TEXTO ADRIANA SCHETTINI FOTOS IGNACIO SÁNCHEZ
REPORTAJE onsiguió lo que nadie: estar en dos lugares al mismo tiempo, siempre. Los escenarios del mundo entero lo reciben a cuerpo de rey. Apenas desenfunda el acordeón en los Estados Unidos, Francia, España, Inglaterra o Ucrania se desata la alquimia: el sonido del chamamé conquista el aire y el suelo se convierte en tierra colorada. Sucede que él, Chango Spasiuk, vive con un pie en el mundo real y el otro, en su geografía interior, la de su Misiones natal. Fue allí, en la carpintería de su padre Lucas, violinista, y su tío Marcos, cantor, en la localidad de Apóstoles, donde Chango supo que quería ser músico. A los 20 partió hacia Buenos Aires, sin plata, techo ni contactos. Pero contaba con lo indispensable: un maestro dispuesto a enseñarle música. La gran ciudad no era muy amigable: al principio, tuvo que dormir en cualquier parte, donde lo sorprendiera la noche. Más tarde, encontró al hijo de un vecino de Apóstoles que trabajaba de portero en un edificio porteño y le ofreció pernoctar en la sala donde estaba instalada la caldera. La peleó desde abajo. Tal vez por eso, ahora que la crítica internacional canta loas a su arte, él le da una mano al que la necesita. En su agenda, siempre hay lugar para acciones generosas. Puede ser una peña solidaria organizada por Médicos del Mundo para conseguir el acceso a la salud de las comunidades aborígenes de El Impenetrable, en Chaco, o un concierto para recaudar fondos destinados a construir la primera Casa Garrahan en el interior del país, para alojar a pacientes ambulatorios sin recursos económicos. O un recital a beneficio del laboratorio de detección del VIH que funciona en una maternidad cordobesa. La lista sigue pero Chango Spasiuk se sonroja: “Me quisiera correr del personaje que hace las cosas porque es bueno, porque es una persona sensible”, dice. “Supongo que habrá algunos que me miren así, y en algún momento yo también me habré visto así. Pero me siento incómodo porque ese personaje no me gusta.”
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–¿Por qué no te gusta? –Porque te pone en riesgo de terminar haciendo las cosas sólo para mantener 20 / TERCERSECTOR
Chango Spasiuk
“La gente anónima es la que hace las grandes acciones” Desenfunda su acordeón para colaborar con distintas causas. Ayudó a construir la primera Casa Garrahan en el interior del país y a mejorar la salud de las comunidades de El Impenetrable chaqueño. Este misionero, que hace del chamamé un arte, asegura que las acciones colectivas constantes son esenciales para resolver problemas en la comunidad.
ese concepto bien alto. Y yo lo hago desde un lugar muy simple: a mí me gusta tocar y cuando doy un concierto con un fin solidario, mi aporte es mínimo. Yo sólo dedico un poco de mi tiempo mientras que la gente anónima que organiza el evento trabaja muchísimo, antes y después de mi presentación. Ellos son los que hacen las grandes acciones. –¿Y vos por qué te sumás? –Porque ése es mi modo de agradecer todo lo bueno que me ha dado la vida, tanto en lo profesional como en lo afec-
tivo. Prefiero agradecer lo que he recibido con acciones antes que con palabras. –Cuando viniste por primera vez a Buenos Aires, encontraste gente solidaria. ¿Creías entonces que así funciona el mundo: si alguien necesita es natural que haya otro dispuesto a ayudarlo? –No, porque en aquel momento encontraba manos solidarias pero también de las otras. Y yo tenía conciencia del contraste. Advertía claramente que en el mismo contexto había situacio-
–Lo que realmente me impacta son aquellas situaciones que estaría a nuestro alcance solucionar. Por ejemplo, un basural en el medio de un barrio donde juegan los niños en la calle. Alcanzaría con que viniera un camión durante un par de horas y levantara toda la basura. Pero yo formo parte de ese círculo que no acciona: cuando me crucé con esas situaciones no reaccioné de ningún modo que no fuera reflexionar y comentarlo con otras personas. Además de este tipo de problemas hay otros que son mucho más complejos y que se han ido cristalizando en nuestra sociedad. Supongo que para resolverlos precisamos una convicción y una acción colectivas mucho más constantes. Pero lo que más me asombra es lo que se podrían solucionar de un día para el otro y, sin embargo, no se soluciona. –¿Deberían ser los gobiernos quienes resolvieran esos problemas de solución rápida? –La palabra deber es peligrosa, porque los gobiernos somos nosotros: nuestros representantes son personas que salen de nuestra sociedad y de nuestras familias. Ellos son el perfecto espejo en el cual mirarnos a nosotros mismos. Para mí, sería una irresponsabilidad pensar que yo no soy eso.
nes que me resultaban muy esquivas y otras ocasiones en las que la gente me daba el sí. Lo que yo ignoraba en aquel momento era que tanto el sí como el no siempre tienen un significado. A medida que fui reflexionando, entendí que en vez de agrandarse por un sí o deprimirse por un no, hay que enfocar la energía en analizar en qué marco se dan esas actitudes y qué es lo que uno tiene que aprender de todo eso. En un contexto marginal, como era el mío entonces, no me resultó fácil llegar a esa conclusión. Pero creo que con el paso del tiempo, fui aprendiendo que
la gran cantidad de negativas que tuve en el camino me han ayudado a crecer, a superar obstáculos y a fortalecer mi carácter. –El programa que conducís en el Canal Encuentro, Pequeños universos, te lleva a recorrer la Argentina para descubrir y difundir la música que se hace en las distintas provincias. Supongo que en esos viajes te cruzarás con muchos problemas sociales. ¿Cuáles son los que más te impactan?
–¿Pensás que todos somos parte del problema y de la solución? –Sí, exactamente. Yo no puedo correrme y afirmar que soy diferente. Eso no significa que no trate de hacer lo mejor posible dentro de mis limitaciones. Pero no puedo negar que lo que me rodea está mostrándome cómo funcionan mi sociedad y mi país. Esto no hay que interpretarlo literalmente: no estoy diciendo que yo soy como [Jorge Rafael] Videla. Pero uno es un hombre… Y, en consecuencia, es capaz de hacer grandes cosas y también cosas horribles. La clave está en decidir cuál de esas dos plantitas es la que uno quiere regar… –¿Te interesaría hacerlo involucrándote en la política partidaria? –No, por ahora siento que el lugar desde el que puedo ayudar es haciendo mi música y tratando de que esa música no >>> TERCERSECTOR / 21
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sea una comida rápida, que no subestime la capacidad ni la sensibilidad de la gente. Es lo que intento, sin perder de vista que me muevo dentro del ámbito comercial de la música. Mi programa de televisión está encarado del mismo modo. Además, siempre encuentro oportunidades de participar en acciones que organizan otras personas, sea para ayudar a un comedor o a un hospital. También doy charlas para jóvenes o a veces, voy a tocar a una escuela, ya no para juntar alimentos, sino para que mis palabras y mi música sean un alimento sutil para esos chicos. Las necesidades de la gente no se reducen a comer. En el poco tiempo libre del que dispone, la gente también quiere nutrirse con cine, danza o una buena lectura. ¿A quién no le gusta ver algo bello? Todos esos detalles cotidianos pueden ser constructivos para los demás. Yo lo hago porque siento placer tocando, porque me gusta hacer mi trabajo, porque disfruto el hecho de poder expresarme. Si eso además funciona como un servicio para otras personas, bienvenido sea. –Muchas veces tuviste que aclarar por qué tu último disco se titula Pynandí-Los descalzos… –Sí, lo aclaro porque la gente lo asocia con una situación de marginalidad y de pobreza, pero yo lo elegí en relación con la infancia de mucha gente del Litoral y del Norte, que son regiones donde uno pasa
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“Siento que el lugar desde el que puedo ayudar es haciendo mi música y tratando de que esa música no sea una comida rápida, que no subestime la capacidad ni la sensibilidad de la gente.” gran parte del año jugando y bailando descalzo porque el calor es muy intenso. –Lo que describís hace pensar que tuviste una infancia feliz… –En mi infancia hubo muchos momentos de felicidad y los guardo en el corazón. Creo que uno sobrevive a muchas cosas a lo largo del camino gracias a que tiene presente esos instantes. El optimismo se alimenta de esas imágenes. –¿La carpintería de tu papá era un lugar de felicidad? –Era un lugar de trabajo pero en un contexto cotidiano en el que uno también jugaba. Imaginate lo que era jugar a las escondidas en una carpintería, donde hay millones de recovecos… Era un lugar donde yo jugaba y tocaba. Esa carpintería está íntimamente relacionada con mi desarrollo y mis expresiones. Ahí la pasé bien, la pasé mal, estuve
triste y estuve alegre; como en la vida, donde hay de todo un poco. –De todo lo que recibiste, ¿qué quisieras transmitirle a tu hija de once años? –Es difícil responder, porque mi infancia fue muy diferente de la que tiene ella. A veces uno no sabe qué es lo mejor y qué es lo peor. Estoy aprendiendo a no ser muy rígido en ese aspecto. La carencia de algunas cosas durante mi infancia fortaleció mi carácter. Es como cuando me preguntan qué necesita un músico para desarrollar algo, yo respondo: hambre. Si estás en un contexto sumamente cómodo y burgués es poco lo que te vas a preguntar y es poca la fricción interior que vas a tener con respecto a lo que te rodea. Un contexto hostil, en cambio, te empuja a usar esa necesidad, a hacer de ella un lugar donde pararte para empezar a caminar en alguna dirección. –Y ahora que en vez de hostilidad tenés éxito y reconocimiento internacional, ¿cómo hacés para seguir preguntándote y creando? –Es una buena pregunta, porque por más que los diarios hablen bien de mi trabajo, también tengo mis conflictos y hay cosas que me cuestan mucho esfuerzo. La hostilidad y las necesidades no siempre vienen del mundo externo. Y lo que hago es expresarlas a través de mi oficio, tocando y componiendo.I
AGUAFUERTES
Propuesta Tatu, medicina solidaria
El médico que llega al barrio En un pequeño consultorio instalado en el asentamiento 17 de Noviembre, de Lomas de Zamora, un grupo de profesionales lleva asistencia primaria a las casi 3.600 familias que habitan en el predio. TEXTO AILIN BULLENTINI
a casilla-consultorio donde funciona Propuesta Tatu es exactamente igual a cualquiera de las miles desperdigadas en la inmensidad del barrio 17 de Noviembre, un espacio de cien hectáreas que dejó de ser un enorme terreno baldío para transformarse en el suelo donde sobreviven cerca de 3.600 familias. El piso de tierra, las paredes emparchadas con madera y chapas, el tamaño diminuto de la habitación. La vista recorre el ambiente del consultorio y no hace más que pujar para que la pregunta nazca, casi de prepo: ¿cómo se puede curar a personas en un espacio como ése? Cruzando la puerta hacia afuera del único ambiente, el foco es el horizonte del barrio, donde la respuesta se multiplica por miles. Las condiciones físicas de la casilla donde los médicos atienden son
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las mismas con las que cuentan los vecinos del flamante barrio para comer, dormir y jugar. Para vivir. Gino Strafaroni me espera a la vera del Camino Negro, uno de los límites del 17 de Noviembre. Me recibe con un abrazo cuando llego a su lado y me invita a andar por una de las que algún día será una de las calles internas del barrio, aunque ahora no lo parezca. “Está durísima la vida aquí”, susurra con acento cubano el coordinador general del proyecto. Es un susurro de desahogo el suyo, pero prefiere que sean los médicos que están trabajando unos cuántos techos de chapa más adelante, y los propios vecinos, los que expliquen las causas. Aunque muchas de ellas se dibujen en el propio paisaje que nos rodea. El espacio donde atienden la salud es pequeñísimo, pero alcanza para que tres de los 15 médicos de Tatu que cada jueves llegan al predio ubicado a
diez cuadras de Puente La Noria, en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, se las arreglen para hacer lo suyo. “Ya vamos a estar mejor. Una vecina nos cedió parte de su lote, donde empezaremos a construir un centro comunitario”, augura el coordinador. La esperanza brota a borbotones por su boca, cuando detalla que al costado de la casillaconsultorio, en un terreno de seis metros por cuatro, donde aún pueden vislumbrarse restos de lo que la gente desecha –los residuos llegan en camiones de la basura y transportadores de contenedores con los que los vecinos rellenan y emparejan su suelo– se levantará el lugar “donde podremos atender y dar cursos de primeros auxilios, cuidados en el embarazo y alimentación. El resto de los días que el lugar no esté con actividades de Tatu será de uso de la gente, para que realicen tareas comunitarias”, vaticina Gino.
Los miembros de Tatu son egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina, de Cuba.
En la casilla-consultorio
Son las 16 y los bancos improvisados en la también improvisada y al aire libre sala de espera, están completos. Allí se ubican las mamás y abuelas –sí, todas mujeres– a medida que van llegando desde las 14, cuando el consultorio abre sus puertas, y no quedarán vacíos hasta pasadas las 19, cuando acaba la jornada. A un costado, en dos improvisadas mesas levantadas con tablones de madera apoyados sobre cascotes, niños y niñas se convierten en pequeños artistas plásticos incentivados por Malena y Laura, integrantes voluntarias de la propuesta, quienes los cuidan jugando. Los chicos mezclan con sus deditos hechos pinceles los colores de las témperas creando inimitables obras de arte que, luego, se convertirán en la mejor pintura para exteriores con la que las paredes del consultorio podrán contar. Rosa es la paciente que sigue. Con una rebelde asma a cuestas, confía en que “vale la pena esperar hasta el jueves”. Le pregunto por qué, mientras recorro con los ojos los pliegues que en su piel enmarcan una sonrisa permanente, y me responde que “los doctores son buenos. Tienen mucha paciencia”, como asegurando que esa cualidad escasea entre la especie humana. Pareciera no darse cuenta de que ella también la tiene. Pisó agua los últimos tres meses, luego de que el resto de una de las últi-
mas lluvias del verano llegara para quedarse en el centro del terreno, donde está ubicada la casilla que comparte con su hijo y algunos de sus nietos. Es que el Campito de Tongui, como era conocido el sitio ubicado en la localidad de Ingeniero Budge, fue durante muchísimos años una laguna. Su nombre cambió cuando los vecinos, algunos empujados por el hacinamiento, otros por la falta de un techo, lo rebautizaron con la fecha del inicio
“Cuba exporta médicos a distintos países del continente para que trabajen allí por un tiempo en la asistencia primaria”, señala Emiliano. de la toma. La diferencia de nivel entre la tierra del perímetro y la del centro es mucha y, sumado al incremento en el caudal de los dos arroyos que acompañan el largo del terreno –de unas 15 cuadras– ayudaron a que el lugar volviese a su condición anterior, sin reparar en las casillas ni las familias que ahora lo ocupan.
“Cada jueves es igual. Esto es un desfiladero permanente”, apunta Gino y respalda con cifras su impresión: “Son casi cien pacientes por jueves los que atendemos, mujeres y niños en su mayoría”. Las enfermedades que registran abarcan desde infecciones urinarias –hace 15 días derivaron a una joven de 26 años al hospital Gandulfo, de Lomas de Zamora, donde la intervinieron quirúrgicamente– hasta neumonías y bronquitis, pasando por toda clase de enfermedades que atacan la piel. No hay sorpresa en su tono de voz, ya que “prácticamente lo mismo” sucede en los 13 barrios empobrecidos y villas del país donde Tatu se encarga de llevar la asistencia primaria de la salud a quienes, de otra manera, no la tendrían. Villa Lugano, Guernica, Florencio Varela y el barrio El Ceibo, en Burzaco, son algunos ejemplos. El origen
Propuesta Tatu desembarcó en Argentina en 2002, y fue una de las primeras metas cumplidas de un proyecto cuyo objetivo a nivel macro habla de extender por América latina el modelo de país que Cuba sostiene desde hace más de medio siglo. –¿Hacer de Argentina una Cuba? –¿Por qué no? –rompe en risas Gino–. Aplicar aquí el sistema de salud >>> TERCERSECTOR / 25
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universal que funciona en Cuba es un buen comienzo, ¿no es cierto? La idea es generar lazos de solidaridad, bajarse del pedestal que en el sistema capitalista da el conocimiento para ejercerlo de igual a igual. Emiliano cuelga sobre su cuello el estetoscopio y despide a Lucía y sus seis años con una caricia en la mejilla, un par de bufandas y dos pulóveres. Es que además de asistencia y medicamentos, los médicos de Tatu reparten “abrigos o alimentos cuando conseguimos de donaciones”, agrega Gino. Emiliano asiente y retoma la charla acerca de aquello que originó el nacimiento de Tatu. “Cuba exporta médicos a distintos países del continente para que trabajen allí por un tiempo en la asistencia primaria. Y durante muchos años los profesionales finalizaban su estadía con el gusto amargo de no saber si habría alguien que continuara con ese trabajo”, explica el joven. Una serie de fuertes huracanes que en 1998 azotaron América Central convirtió una sensación que los médicos itinerantes tenían, en una decisión de Estado en Cuba. “Se inauguró la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam), donde se ofrecerían becas a jóvenes de todos los países de América latina y central. Sólo así se podrían divulgar los valores de una medicina solidaria y universal”, continúa Emiliano. Tatu es el brazo aplicador de aquel plan que ya lleva siete años. La décima misión
Nació en Mármol, partido de Almirante Brown, adonde llegó hace pocos días con acento cubano y convertido en médico clínico con uno de los mejores promedios de su clase. Menos de un día tardó en sumarse a la misión de Tatu en el barrio 17 de Noviembre, la décima que el grupo desarrolla en el país. “Llegué con muchas ganas de esto”, agrega Emiliano, mientras escribe en un recetario las indicaciones que Julia deberá seguir para que a Jonatan, el más pequeño de sus cinco hijos, se le vaya la otitis que no lo deja dormir tranquilo. Por la carita del niño, el dolor parece ser insoportable. Junto con Teresa, Celia, Laura, Cristian, Valeria, Mariana y Carla –todos profesionales surgidos de la Elam– demuestran que un médico no necesita 26 / TERCERSECTOR
Tatu lleva asistencia primaria a 13 barrios empobrecidos.
“Son casi cien pacientes por jueves los que atendemos, mujeres y niños en su mayoría”, cuenta Gino. guardapolvo blanco, ni camilla ni escritorio –y hasta en algunas ocasiones muchísimas otras cosas– para hacer lo que sabe: asistir, sanar, curar. No por nada decidieron nombrar “19 de Agosto de 1960” a la misión en Budge. “Ese fue el día que, en Cuba, el entonces Comandante Ernesto Guevara explicó a los miembros del ejército rebelde el rol del médico revolucionario”, narra Gino. Casi todos los profesionales pasaron por el consultorio del barrio, en donde además trabaja un asistente auxiliar. Es Alejo, que ya finalizó sus estudios en la Elam pero que aún no cuenta con la revalidación de su título en Argentina y quien, además, habita en el lugar. A juzgar por la confianza con que los vecinos los tratan, el vínculo que generaron traspasa una mera relación doctor-paciente. “¿Cómo puede ser que no las encuen-
✱ Cómo conectarse Propuesta Tatu mir_rrii@uolsinectis.com.ar 4233-4491
tre? Celia, ¿no viste una bolsa con las cajas de anticonceptivos?”, pregunta Teresa, mientras revuelve la pila de medicamentos obtenidos a través de donaciones de laboratorios y del sindicato de Visitadores Médicos que se acumula en una esquina del monoambiente. Celia le dice que no con la cabeza, mientras se dispone a auscultar el pecho de Yésica. “Dejá, no importa”, la tranquiliza Sonia, que ríe de costado y me guiña el ojo obligándome a ser cómplice de la broma que está por jugarle a la doctora: “De última tengo otro hijo, qué le voy a hacer”. “¡No! Mira que te mato. Ya las voy a encontrar y te las alcanzo a tu casa. Ahora te llevás condones”, le advierte Teresa. “Compartir más allá de una consulta médica”, propone Teresa tras despedir a Sonia con una decena de preservativos. La calidez en el trato, las palabras que conforman las explicaciones y también los consuelos. Todas muestras de eso que la doctora intenta que comprenda. “Lo primordial es curar acompañando. La prevención es el segundo paso”, completa Celia. Allí, como en los demás espacios donde Tatu funciona, la necesidad es más que urgente. Necesidad de salud, pero también de un techo firme, de un suelo limpio, de un trabajo. De una vida digna. Y a pesar de toda aquella falta, allí no sólo se puede curar, sino que además se puede vivir. Todavía.I
MEDIO AMBIENTE
Biodiésel, una alternativa al gasoil
El otro combustible Con desechos de aceite vegetal de bares y hogares, una cooperativa creada por seis chicos de 20 años de Hurlingham produce cada semana 300 litros de esa energía limpia para abastecer a 60 automóviles.
TEXTO ADRIÁN FIGUEROA DÍAZ
ay dos posturas sobre los biocombustibles: las que están a favor y lo vaticinan como sustituto de los combustibles fósiles, y las que están en contra porque su elaboración a gran escala supondría la ampliación de las tierras cultivables, aunque no para resolver la paradoja de las hambrunas.
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Pero en Hurlingham, seis chicas y chicos de 20 años plantaron una tercera posición: producir biodiésel con lo que ya está, con desecho de aceite vegetal utilizado en bares y hogares. Y armaron una cooperativa que produce unos 300 litros de esa energía por semana y provee a 60 autos gasoleros de esa localidad del oeste del conurbano bonaerense. La germinación de la idea data de
cuatro años atrás, cuando eran alumnos de la Escuela de Educación Técnica Nº2 de Hurligham y pusieron en marcha una cooperativa de elaboración de quesos. Lo que los decidió por ese modelo de trabajo horizontal fue una invitación a un curso de cooperativismo que había organizado la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Y como para una materia habían hecho biodié-
sel en pruebas de laboratorio, la decisión de cómo y qué cuajó enseguida y hoy se llama Biocoop. Desde entonces, lo que empezó con ensayos siguió con la recolección de aceite vegetal desechado, continuó con la producción de biodiésel y terminó con un primer premio del concurso Unidades Productivas Tipo (UPT) organizado por el Programa de Extensión del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti). Aunque, replanteando lo escrito, el concepto terminó es relativo... Actualmente juntan por semana un promedio de 300 litros de aceite en un circuito de 15 bares de la zona; también en casas particulares, donde el gesto de compromiso con el proyecto es mayor que la cantidad de la materia prima recibida. La propuesta creció tanto que hay una chance por la cual cruzar los dedos: una planta automotriz de Martín Coronado está interesada en compatibilizar los mil litros de aceite que desecha su comedor con el biodiésel de Biocoop; canjeado por algo más, claro. No obstante, si bien la visibilidad de la cooperativa aumentó en los últimos dos años, lo que se produce es “poquísimo” respecto de su capacidad instalada con tanques de chapa, bidones y embudos de plástico y caños de PVC. Pero “si la Municipalidad impulsara un sistema de recolección y juntáramos 2 litros de lo que en promedio desechan los habitantes de Hurlingham, podríamos producir 500 litros al día”, estima Hugo Capuya, otrora responsable del curso de cooperativismo y actual miembro del emprendimiento. La planta de Biocoop está en la localidad de El Palomar y se llama Milanga 2.5, versión que depende del progreso que tuviere. Fue 1.0 (léase uno punto cero), y para que llegue al 3.0 falta que se les otorgue la certificación Iram 6515 de calidad de combustibles, que está a un tris de convertirlos en el primer emprendimiento de su tipo con ese sello de aptitud. Es más, hay una posibilidad de que en el Parque de Innovación Tecnológica del Inti, en Castelar, haya un lugar para Biocoop. Cambiar la lógica
Los seis chicos egresaron como técnicos químicos. Hoy, Matías Ribeiro y Gabriel Rodríguez son becados del Inti y es-
“Nos forman con una lógica economicista, es decir, que produzcamos disminuyendo los costos de producción para poder aumentar la rentabilidad. Pero nosotros elegimos aumentar los costos de producción para no contaminar”, explica Gabriel.
tudian Ingeniería Industrial en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN); Dalila Aguirre junto con Marcelo Berrios y Mauro Rodríguez, Ingeniería Química en la UBA, y Florencia Galarza –aunque suene raro–, Nutrición. Todos tienen 20 años. Y cuando explican una idea, lo hacen con tal claridad que enlazan los conceptos con la precisión de una fórmula matemática. También, claro, hacen chistes que los develan como post-adolescentes: el olor a milanesa que queda en el motor o a calamar que sale de los caños de escape causan risa en la charla con Tercer Sector. Fuera de broma, nunca recibieron quejas de ninguno de los 60 automovilistas que semanalmente compran la producción completa a 2 pesos el litro, 60 centavos menos que el gasoil. No tienen grandes ganancias, apenas les alcanza para el colectivo y algo más. Trabajan en dos turnos de cuatro horas durante cinco días a la semana, lo que les deja un tiempito para estudiar. El 90 por ciento del aceite juntado sale como biodiésel. Al resto, legalmente podrían desecharlo como residuo de producción. Sin embargo, decidieron hacerse cargo hasta de los efluentes y con ellos hacen detergente. Es decir, que llevan el concepto de contaminación cero al máximo, lo que es una respuesta a lo que provoca el aceite usado desechado: sólo un litro contamina un millón de litros de agua. “Nos forman con una lógica economicista, es decir que produzcamos disminuyendo los costos de producción para poder aumentar la rentabilidad. Pero nosotros elegimos aumentar los costos de producción para no contaminar”, explica Gabriel. Y no sólo eso. “El valor de nuestro biodiésel –argumenta Dalila mientras ceba un mate– es menor que el gasoil que contamina y es subsidiado. Y si uno se pone a pensar, es ilógico que algo que no contamine sea más barato y no esté subsidiado.” Lo que hacen no es una novedad. Rudolf Diésel, el inventor y prestador del apellido de ese motor, lo hizo a base de aceite vegetal, “hasta que se descubrió el petróleo”, objeta Gabriel. “Es más –añade–, Julio Verne escribió sobre el hidrógeno y decía que iba a ser el próximo combustible; hasta que se descubrió el petróleo.” Lo demás ocurrió “por una cues>>> TERCERSECTOR / 29
Otra alternativa sería la creación de un nodo donde confluyan las donaciones y se purifique el aceite que suele llegarles con agua y residuos de comida freída. Esos aportes harían crecer la cooperativa, “pero no sólo en cantidad de miembros y producción –sostiene Gabriel–, sino en identidad de trabajo, porque para nosotros es importante promover la lógica horizontal de trabajo asociativo, que es muy distinta a la de un asalariado tradicional”.
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tión de rentabilidad: algo sirve si es rentable económicamente, no importa si contamina o no, sólo si es rentable”, opina Matías. “Y ahora –concluye Gabriel– que el biodiésel puede ser rentable, se empiezan a avivar muchas empresas pero no se acuerdan del aceite usado.” El Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (Opds) bonaerense promueve varios proyectos similares en diez municipios. Pero da la sensación de que de manera atomizada. Es que, para Hugo, “no hay un plan integral ni se tiene en cuenta que cada municipio podría abastecer sus propios emprendimientos”. Es más, apunta Gabriel, “estaríamos dispuestos a hablar con varios para tener una ayuda mutua porque no somos competencia de nadie”. Por eso, Matías está seguro de que “sería bueno hacer convenios con varios actores sociales de base, organizaciones territoriales, clubes, ambientalistas...” Al menos por ahora, ¿qué se necesita para crecer? “Una ‘chatita’ gasolera, ganas de manejar, voluntad política para resolver el problema del aceite desechado y cumplir la Ley de Biocombustibles (26.093)”, sintetiza Hugo. En 2010 debiera ponerse en marcha esa normativa que establece que cada vehículo deberá tener el 5 por ciento de biocombustible en su tanque: los gasoleros biodiésel y los nafteros bioetanol. Así y todo, el número es bajo en comparación con la Unión Europea, que lo estableció en 15, y Estados Unidos que avanza hacia el 20. Pero los porcentajes no sólo son la diferencia. Los requerimientos técnicos argentinos para la producción son mucho más duros.
La tercera posición
“El biodiésel es una solución al aceite usado, no un reemplazante del gasoil”, señala Dalila.
✱ Cómo conectarse Biocoop contacto@biocoop.com.ar
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La posición de Biocoop en materia de construcción laboral es clara. Y en materia de biocombustibles, también: no avalan lo peor de los discursos en contra ni condescienden lo mejor de los que están a favor. “Los que critican los biocombustibles están en contra de convertir alimentos en combustibles; y estamos de acuerdo con ellos. ¡Pero no hablan de aceite vegetal desechado! –resume Gabriel–. Ésa es nuestra tercera posición, que también contempla que si una familia sin ingresos, en vez de plantar soja use su tierra para un cultivo alternativo o algas marinas para biodiésel, lo haga. Son alternativas que no definen una ecuación de gravedad.” Es que también, según Dalila, hay que dejar clara una cuestión: “El biodiésel es una solución al aceite usado, no un reemplazante del gasoil”. Tampoco pretenden satisfacer la demanda mundial de energía. Lo que proyectos como el de Hurlingham devela es la necesidad de una configuración de la matriz energética del país para que cada región aprovechase sus posibilidades: mareas, viento, sol, biomasa o hidrógeno, con lo que se fortalecerían las economías regionales y disminuiría la dependencia del petróleo. Paralelamente a la polémica por los biocombustibles, habría que ver cómo el Estado resuelve entre dos modelos: los que son como Biocoop o los que ofrecen una producción a mega escala concentrada en grandes empresas, que sí demandarían la ampliación de la frontera agrícola, desmontes y etcétera, etcétera. Lo cierto es que mientras la gente cocine, habrá aceite. Entonces, la Milanga seguirá acrecentando su versión y los chicos del Oeste su capacidad de resistir y crear.I
SALUD
La Fundación de Epilepsia
Sanar con los otros La OSC organiza grupos de autoayuda en el hospital Ramos Mejía y logró la reglamentación de la ley que garantiza la gratuidad de los medicamentos. TEXTO SILVIA MARCHANT
que me decían que no podía tenerlo por mi enfermedad. Mi hijo es totalmente sano, qué más puedo pedir”, reflexiona. A los 18, tuvo su primer empleo en un taller de costura. “Recuerdo que trabajaba con una overlock. Me dio una crisis y caí sobre la máquina. Ese día me echaron.” Si bien algunos pacientes tienen una señal, un ‘aura’ previa a la aparición de una crisis, María no recibió aviso alguno cuando cantaba en un co-
Yo vengo de la zona rural de Mendoza. Tenía crisis pero no sabíamos que era epilepsia. Entonces, a los 18, me trajeron a Buenos Aires, y quedé a cargo de un tío, quien me llevó al hospital donde me diagnosticaron la enfermedad. Me asusté mucho”, cuenta María Weiss, que hoy tiene 43. Una tarde, cuando se acercó al Ramos Mejía, en el barrio porteño de Balvanera, a recibir atención por una patología del sistema nervioso que, se estima, afecta al 2 por ciento de los argentinos, fue contactada por la Fundación de Epilepsia (Fundepi) y allí decidió sumarse a los grupos de autoayuda que coordina la entidad en el establecimiento sanitario. Las personas con epilepsia padecen distintas situaciones de discriminación, afirma Jorge Lovento, presidente de la organización. “No nos dan trabajo cuando se enteran de nuestra enfermedad. Como Fundepi fue uno de los impulsores de la flamante Ley de Epilepsia. no tenemos dinero, no podemos formar una familia. Y también nos automarro durante una ceremonia de casamienginamos”, describe Lovento, quien vive to. Cayó al piso y cuando despertó “por con el trastorno desde los 9 años, pero suerte no había terminado la ceremonia”, lleva muchos sin episodios epilépticos. recuerda ahora con una sonrisa. Existen diferentes grados de epilepsia Los grupos de autoayuda, coordinados “y en el 80 por ciento de los casos tienen por psicólogos y especialistas, son un estratamiento con medicamentos”, asegura el líder de Fundepi. María sufre la más grave. Por eso, llegó a ingerir más de ✱ Cómo conectarse diez pastillas por día para reducir el graFundación de Epilepsia (Fundepi) do de la patología y las convulsiones. 4127-0233 “Hoy tomo una. Y hace 13 años que no info@cefundepi.org.ar www.cefundepi.org.ar tengo crisis. Creo que es un milagro, porque además me casé y tuve un hijo, pese a
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pacio donde los pacientes, que en su mayoría están solos y no saben a quién recurrir, reciben contención entre pares. La asistencia se extiende a los parientes, quienes reciben información sobre cómo tratar a sus familiares con epilepsia. Hoy son 25 personas las que concurren a las reuniones en el Ramos Mejía cada 15 días. Y, según registros del hospital, más 10 mil las que fueron atendidas en el lugar. Los grupos nacieron en 1989 y Fundepi cuatro años más tarde. Desde la OSC surgieron distintas iniciativas para elevar la calidad de vida de quienes viven con el trastorno: la publicación del libro Convivir con la Epilepsia, escrito por dos personas con la enfermedad (Lovento y Verónica Luftman), y la recientemente sancionada y reglamentada Ley Nacional de Epilepsia (25.404). La norma obliga a las obras sociales y empresas de medicina prepaga a proveer medicación y tratamiento gratuito para los pacientes, al tiempo que sanciona la discriminación. Así, la asistencia a los pacientes con epilepsia se integra al Programa Médico Obligatorio (PMO), lo que garantiza su gratuidad. El derecho a la no discriminación laboral, escolar o social, también está previsto en la legislación. El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) será el responsable de actuar y mediar ante cada denuncia de esta índole. Para reducir este tipo de situaciones, Lovento adelanta que Fundepi busca “brindar información en las escuelas porque es uno de los lugares de mayor discriminación”.I
Dónde están los donantes En internet, varios sitios informan sobre los organismos que proveen recursos y las OSC que buscan fondos
TERCERSECTOR
DOSSIER P A R A
E L
S E C T O R
S O C I A L
TIC para la inclusión Las organizaciones encuentran en las nuevas tecnologías una herramienta para mejorar su gestión e incluir a los sectores más vulnerables
Todos los servicios que más le interesan a las OSC
Al encuentro
Al encuentro de los donantes
de los donantes
Varios portales de internet reúnen información sobre los organismos públicos y privados que proveen recursos, y de las organizaciones sociales que necesitan obtenerlos. ue la retracción de fondos destinados al sector social, ocasionada por la crisis financiera internacional es un hecho, no hay quien lo dude. Y que en los próximos tiempos habrá menos ayuda económica, es el vaticinio de muchas Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Pero aún existen diversos donantes a quienes acudir por recursos, como los organismos públicos nacionales o internacionales, las fundaciones empresarias locales y extranjeras, e incluso los individuos que colaboran a título personal. ¿Cómo dar con ellos? Varias iniciativas
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se proponen acercar información en forma gratuita a las entidades del sector social. Funcionan como portales de intermediación cuyo fin es facilitar el proceso de búsqueda de las ofertas de recursos vigentes. En la página web Latin America Donor Index, que diseñaron el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la 36 / TERCERSECTOR
Por Esteban Vera
Sumar socios Consultado en relación con la disponibilidad de recursos para el sector social, el especialista en Desarrollo de Fondos y director del Centro de Management Social, Fernando Frydman, comentó que en la actualidad los gastos de funcionamiento son difíciles de costear mediante subsidios y donaciones. Y frente a esa realidad, recomendó que las organizaciones intenten financiarse a través de aportes individuales de socios. “Las entidades del sector podrían captar pequeños donantes individuales; personas que colaboren a través de la tarjeta de crédito con 15, 20 ó 30 pesos”. Aunque advirtió que esta opción rinde frutos “siempre y cuando la OSC lleve a cabo campañas de marketing directo o masivas, de forma activa y planificada”. De acuerdo con el pronóstico del especialista, es probable que “los grandes donantes tomarán más tiempo que el de costumbre para decidir los niveles de sus contribuciones”.
Fundación Avina, se busca dar respuestas a requerimientos tales como las áreas en las que se asigna cooperación, o cuál es la cantidad de fondos que desde el exterior ingresa al país, a través de listados de fundaciones, agencias de cooperación internacional y entidades del sector social con programas de donaciones. El principal objetivo del sitio es ayudar a las OSC de América latina y el Caribe a que identifiquen posibles aliados estratégicos para llevar adelante su labor, ya sea desde Estados Unidos o de Europa. El índice, que cuenta con 547 organizaciones donantes registradas, detalla información sobre los países a los que brindan ayuda financiera, áreas temáticas de financiamiento, país de origen, dirección y sitio web. Incluso, aportan cifras sobre las donaciones realizadas en los últimos años. Además, cuenta con un buscador y facilita datos de los perfiles de los financiadores para que las OSC se orienten mejor en su relevamiento de fondos.
Otras opciones En tanto, la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana (AHK Argentina) lanzó una guía de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) que reúne datos de las compañías donantes que integran la entidad. “Se observa que muchas empresas ya desarrollan o poseen intereses en apoyar actividades sociales y culturales en el más
amplio sentido, pero encuentran dificultades en localizar proyectos con credibilidad. Por otro lado se constató que para las asociaciones era difícil obtener apoyo y abrir un canal de diálogo con las empresas”, notaron desde la AHKArgentina. En el sitio se pueden realizar búsquedas avanzadas por áreas temáticas. Hasta el momento, 17 empresas están registradas en el listado. En la misma línea, la Red Argentina para la Cooperación Internacional (Raci) elaboró un manual para colaborar con el fortalecimiento institucional de las OSC en la búsqueda de fondos, al tiempo que se propone optimizar la inversión social. La publicación reúne información sobre herramientas y experiencias de las organizaciones miembro de la Raci, por lo que constituye una guía práctica para los interesados en saber más sobre la cooperación proveniente del exterior. Asimismo, el organismo impulsa una red en la que participan 32 embajadas, fundaciones empresarias y agencias cooperantes a fin de generar un espacio de intercambio de experiencias, de buenas prácticas y de coordinación de acciones de cooperación. Este último punto tomó mayor relevancia frente a la crisis económica. Según un informe de la Raci –elaborado sobre la base de 32 instituciones extranjeras que cooperan con el país–, las temáticas que obtienen más apoyo son medio ambiente (56 por ciento), desarrollo económico (53 por ciento), becas de estudio (53 por ciento), fortalecimiento para la democracia (50 por ciento) y
derechos humanos (41 por ciento). Por su parte, el Grupo de Fundaciones (GDF) cuenta con un listado de 38 entidades empresarias que apoyan causas sociales. Para acceder a ellas se puede ingresar al sitio www.gdfe.org.ar donde se ofrece información institucional de los donantes, sus principales programas, áreas geo-
gráficas y temáticas de interés. En tanto, y en lo que concierne a los recursos disponibles en el ámbito municipal, la Federación Argentina de Municipios cuenta con un portal (www.fam-online.org) donde también se puede obtener información sobre el apoyo a organizaciones locales ofrecido por las comunas.
Algunos sitios para visitar Estos son algunos de los sitios de internet que posibilitan el encuentro entre donantes y organizaciones sociales, con el volumen de aportes realizados en la región en los últimos años. ✱ Acción Internacional (www.accion.org): U$D 16.904.772 ✱ Fundación Alcoa (www.alcoa.com): U$D 11.783.785 ✱ Ashoka (www.ashoka.org): U$D 15.362.092 ✱ Fundación Citi (www.citigroup.com/citi/foundation): U$D 16.866.900 ✱ Fundación Telefónica (www.fundacion.telefonica.com): U$D 55.673.311 ✱ Fundación Telefónica Argentina (/www.fundacion.telefonica.com.ar): U$D 7.547.975 ✱ European Commission (http://ec.europa.eu/europeaid): U$D 2.561. 881.250 ✱ Ford Foundation (www.fordfound.org): U$D 191.841.782 ✱ Fundación Bunge y Born (www.fundacionbyb.org): U$D 2.279.394 ✱ Fundación Minetti (www.fundacionminetti.org.ar): U$D 643,247 ✱ Fundación Irsa (www.fundacionirsa.org.ar): U$D 29.450
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Conectados
Conectados para incluir
para incluir
Miembros de OSC analizan cómo impactan las nuevas tecnologías en la gestión de las instituciones y en la inclusión social de los sectores más vulnerables. esde la irrupción de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) cuentan cada vez con más aplicaciones para mejorar su desempeño. Según evalúan sus líderes, esas herramientas posibilitan a las instituciones ampliar sus potencialidades al dar a conocer de forma más clara su misión y al agilizar la interacción con los destinatarios. Las TIC también facilitan la realización de diversas tareas; aseguran
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Por Rosalía Costantino
el acceso a un mayor caudal informativo, indispensable a la hora de planificar proyectos sociales; mejoran la calidad de los procesos; la transparencia de las acciones, y favorecen un ahorro de tiempo y recursos, así como la oportunidad de proveer inclusión a los sectores más vulnerables. Consultados sobre el tema, miembros de asociaciones civiles destacan el aporte de recursos como las bases de datos, el correo electrónico, las páginas web, los blogs, las redes socia-
La brecha en debate Al referirse a los beneficios que genera el acceso a las tecnologías para las organizaciones, Hugo Castañeda, creador y titular de la Fundación CDI Educación Digital, advierte que el actual avance tecnológico “provoca una brecha exponencial con respecto a aquellas personas que no pueden insertarse en el sistema digitalizado”. Alberto Croce, director de la Fundación SES, coincide en parte pero aclara: “No creemos que la superación de la brecha digital, por sí misma revierta la exclusión social. Son cuestiones diferentes. Las nuevas tecnologías producen una sensación de progreso tan fuerte que a veces se confunde con una situación de mayor equidad y justicia, de la que se puede estar aún lejos”. En esa línea, Natalia López, directora Ejecutiva de la Fundación Evolución, afirma que las TIC “pueden contribuir a acelerar procesos y cambios o superar más fácilmente ciertas barreras, aunque está claro que por sí mismas no necesariamente provocan inclusión social si no van de la mano de proyectos maduros, con objetivos firmes”. Es por ello que las entidades “nos valemos de esas mismas herramientas digitales que generan tal disparidad para promover la inclusión social, poniendo énfasis en la educación y ciudadanía como pilares fundamentales de la sociedad”, resumió Castañeda.
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les, Internet 2.0, los boletines y las presentaciones digitales que contribuyen a mejorar la visibilidad de las OSC. La lista también incluye el contacto a través de redes para conseguir mayores fondos o incorporar voluntarios, difundir convocatorias, acceder a información pública y hasta a capacitación gratuita.
Algunas experiencias En el curso de un año, 14 colegios y un número igual de parques quedaron interconectados en red. El alma mater de esa iniciativa es la licenciada en Educación y titular de la Fundación Aprendiendo bajo la Cruz del Sur, Claudia Gómez Costa, quien impulsó el programa Parques Nacionales y Escuelas Interactivas desde las alturas de Iruya, en Salta, hasta la aldea de Manzano Amargo, detrás de la Cordillera, en Neuquén. La iniciativa cuenta con financiamiento de la Fundación Telefónica y la firma Microsoft. Por su parte, desde 2005 hasta ahora, la Fundación Equidad se las ingenió para recuperar 3.247 computadoras que estaban en desuso y que fueron donadas a 238 escuelas, 172 organizaciones sociales, 12 radios comunitarias y 42 organizaciones gubernamentales, que en conjunto enseñaron computación a unas 30 mil personas de distintos puntos del país. Y en la Ciudad de Buenos Aires, la Fundación Evolución lanzó una capacitación en línea, de ocho semanas de duración, que se propone ofrecer a los
El programa Parques Nacionales y Escuelas interactivas permitió crear una red que une distintos puntos del país.
directivos de escuelas estrategias para conducir innovaciones en las aulas y generar un espacio de colaboración y reflexión entre instituciones educativas. De igual manera, los docentes pueden optar por otro curso, también a distancia, para ayudar a sus colegas a identificar cómo la tecnología puede fortalecer el currículum y mejorar el desempeño académico de sus alumnos. Estos casos son apenas una muestra de los que se vienen desarrollando en el país, incluso en los lugares más inhóspitos, con la consigna de apoyar de la mano de las nuevas tecnologías la inclusión de niños, niñas y adolescentes que conocen mucho de inequidades y aislamientos. “Las TIC son imprescindibles para optimizar la gestión diaria de una institución, pero también constituyen un motor clave para la innovación, productividad, transformación e inclusión de una comunidad”, sostiene Jorge Vega Iracelay, director de Asuntos Legales y Corporativos y de RSE de Microsoft. De acuerdo con el ejecutivo, actualmente, un factor de exclusión es la alfabetización digital. Y en ese aspecto, tener acceso y saber administrar las aplicaciones informáticas “rompe la brecha, otorgando a las familias una posibilidad para empezar a salir de ese estado”. Así también lo entiende María Eugenia Estenssoro, presidenta de la Fundación Equidad, al subrayar que la tecnología “es el gran puente que puede igualar oportunidades en este país pen-
sado para pocos”. A su juicio, el acceso a internet restaura la equidad y abre la posibilidad de construir ciudadanía. En busca de alcanzar ese objetivo, Microsoft invirtió más de 4 millones de dólares en el país a través de su programa Potencial Sin Límites, que contempla desde la donación de software gratuito a las OSC, pasando por la creación de centros de inclusión digital para niños, adultos y ancianos, capacitaciones laborales para jóvenes, provisión de contenidos educativos a través de internet en espacios remotos como la única escuela de la Antártida, hasta la inven-
Software gratuito Para solicitar donación de software, Microsoft habilitó un espacio en su sitio web desde donde podrán aplicar las OSC de cualquier punto del país. Como requisitos solicitan que la entidad cuente con personería jurídica, no sea una institución religiosa y persiga un fin comunitario.
http://www.microsoft.com/Abou t/CorporateCitizenship/Commu nityInvestment/NGO/es/softwa reGrants.mspx
ción de una comunidad educativa virtual para los chicos que habitan en el Delta, entre otras iniciativas. En materia de educación, Claudia Gómez Costa, titular de la Fundación Aprendiendo bajo la Cruz del Sur, es contundente: “El impacto de la incorporación de estas herramientas es muy grande en términos de beneficios. Los alumnos y maestros acceden a los recursos de la web como un canal para interactuar y darse a conocer al mundo, contar su realidad, poniendo en valor nuestro patrimonio natural y cultural”. Ese criterio fue compartido por Natalia López, directora Ejecutiva de la Fundación Evolución, al tiempo que ejemplificó que las tecnologías pueden favorecer la inclusión social “mediante proyectos que alientan el intercambio intercultural entre escuelas y comunidades distantes entre sí, con realidades disímiles, al facilitar programas de capacitación docente que contribuyen a generar procesos de innovación en sus prácticas de enseñanza o al acercar a los jóvenes y niños propuestas educativas más lúdicas”. Lo cierto es que aún muchas ONG no están en condiciones de afrontar los costos que demanda la incorporación de tecnología. Quienes sí pueden hacerlo encuentran en las TIC un poderoso instrumento para sortear las dificultades administrativas cotidianas pero, y sobre todo, para contribuir a la inclusión de comunidades en situación de vulnerabilidad. TERCERSECTOR / 39
Actividades de interés Agenda Jornada del sector social 27 y 28 de agosto a Fundación Compromiso desarrollará la XV Jornada Argentina del Sector Social que durante dos días reunirá a miembros de organizaciones sociales, organismos públicos y empresas que participarán de talleres y mesas redondas, entre otras actividades, en la Universidad Argentina de la Empresa, ubicada en Lima 717, de la Ciudad de Buenos Aires, www.compromiso.org
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Sin Fronteras (VSF) junto con un conjunto de OSC que forman parte de la Red de Organizaciones a Favor del Intercambio (Redafi), busca promover un espacio para la presentación de prácticas, acciones y de gestión entre las OSC e impulsar la integración regional. De la actividad, que cuenta con el apoyo de la Cancillería argentina, participarán entidades de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Perú. info@voluntariossf.org.ar www.voluntariossf.org.ar
Dónde capacitarse
para el mejoramiento de las comunicaciones. progeo@wim-network.org 4312-8015
Orientación en OSC En agosto a Universidad de Flores comenzará a dictar la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, focalizada en la comunicación interna y externa en instituciones y organizaciones. La iniciativa se caracteriza por ofrecer un plan de estudios integral de cuatro años centrado en esta especialización. informes@uflo.edu.ar 4610-9300
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Cursos para OSC Congreso de educación ambiental
18 y 31 de agosto
Cursos virtuales sobre TIC
16 y 19 de septiembre stá abierta la inscripción para participar del VI Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental que tendrá lugar en la ciudad de La Plata, organizado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Ministerio de Educación de la Nación. El encuentro busca promover que la Educación Ambiental (EA) se constituya en una política de Estado, para fortalecer la gestión pública en la construcción de territorios de vida sustentables. http://www.6iberoea.ambiente.gov.ar/index.h tml
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a Fundación Cláritas, a través de su Escuela de Emprendedores Sociales, dictará los talleres de Microcréditos en Organizaciones Sociales: Claves para su comprensión y aplicación (en colaboración con la Fundación Grameen Aldeas Argentina, FGA) y Recaudación de Fondos en Organizaciones Sociales, Herramientas para empezar o mejorar. 4314-1015-/31 info@claritas.org www.claritas.org
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25 de agosto a Fundación Evolución, organización sin fines de lucro que promueve la inclusión de las nuevas tecnologías en el aula y Microsoft de Argentina, en el marco de su programa Alianza por la Educación, abren la inscripción a los cursos Entre Pares Virtual y El equipo directivo y las TIC: el desafío de liderar proyectos innovadores. iep@fundacionevolucion.org.ar www.fevolucion.org
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Dirección de OSC 25 de agosto
Premios y becas
Maratón de lectura 2 de octubre a Fundación Leer convoca a niños y jóvenes, junto con sus familias a participar de la 7º edición de la Maratón de lectura durante la cual miles de chicos en todo el país compartirán actividades orientadas a incentivar el hábito de leer. La actividad se desarrollará bajo el lema Mi familia, mi mundo. Historias para descubrir, rescatar, leer y compartir, y se realizará en el marco de los preparativos para el festejo del Bicentenario. En 2008, participaron de la propuesta más de 3 millones de niños y jóvenes pertenecientes a más de 11.000 instituciones. 4777-1111 maraton@leer.org.ar
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Encuentro de voluntarios Del 8 al 12 de octubre l 1º Encuentro internacional de intercambio solidario, promovido por Voluntarios
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a Universidad Nacional de San Martín (Unsam) tiene abierta la inscripción a la Licenciatura en Dirección de Organizaciones de la Sociedad Civil que recorre a través de 18 materias teóricas y prácticas el proceso de creación, gestión y desafíos de las OSC. El título es oficial y la carrera tiene dos años de duración. 4374-7300 int.209/210 lodi@unsam.edu.ar
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Seminarios sobre género A partir del 14 de septiembre a Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en Gestión de Organizaciones dictará el curso Herramientas para el liderazgo I: Trabajo en equipo y comunicación, con el objetivo de comprender los principales procesos asociados a los grupos de trabajo, identificando el efecto de las capacidades femeninas dentro de los equipos de trabajo y las potencialidades
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Premio Gota en el Mar Hasta el 15 de agosto a Asociación Civil Gota en el Mar abrió la convocatoria para el Premio Gota en el Mar al Periodismo Solidario, que distingue a periodistas de radio, televisión, internet y medios gráficos de todo el país que durante 2008 hayan difundido y promovido causas solidarias, en beneficio de las comunidades más desfavorecidas. agustin@gotaenelmar.org.ar www.gotaenelmar.org.ar
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Rincón Gaucho en la escuela Hasta el 21 de agosto l Ministerio de Educación, el diario La Nación y la Fundación Cargill convocan a los alumnos de las escuelas rurales a escribir
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Sector social en la web Derechos Civiles
P.E.T.I.S.O.S.
www.adc-sidh.org
www.proyectopetisos.com.ar
La Asociación por los Derechos Civiles (ADC) presenta una nueva herramienta para el análisis, la sistematización y la difusión del trabajo de los órganos de protección del Sistema Interamericano de Derechos Humanos: www.adc-sidh.org. El sitio incluye las noticias de actualidad más destacadas sobre el sistema interamericano,
La Fundación Gente Nueva diseñó esta página web del proyecto P.E.T.I.S.O.S, que impulsado por el área Infancia de la entidad, busca favorecer el desarrollo integral de niños y niñas, y defender y promover sus derechos, con especial énfasis en la problemática del trabajo infantil. Participa de la iniciativa un equi-
documentos referidos a su funcionamiento, la síntesis de las últimas sentencias de la Corte Interamericana, breves referencias de los casos que están actualmente en estudio y una sistematización de los estándares en distintas materias elaborados por ese organismo. Los contenidos del sitio están disponibles en los idiomas español, inglés y portugués.
po técnico interdisciplinario en diversas especialidades sociales y pedagógicas, y cuenta con un cuerpo de talleristas en disciplinas artísticas. Desarrolla sus actividades para más de 170 niñas, niños y adolescentes de 5 a 15 años en San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro.
un relato sobre las culturas indígenas, los mitos, las leyendas, la evolución de la agricultura y ganadería, oficios rurales, artesanos, payadores y demás personajes locales. El objetivo del certamen es promover la escritura y lectura, estimular la comunicación entre la escuela y su entorno, y revalorizar los testimonios de vecinos y familiares. campnacionaldelectura@me.gov.ar www.cargill.com.ar
Premio a la Mujer Solidaria Hasta el 31 de agosto a Fundación Avon abrió una nueva convocatoria para el Premio a la Mujer Solidaria, que se otorga a mujeres que estén trabajando por la comunidad, a través de proyectos comunitarios, en las áreas de salud, desarrollo social y promoción cultural. Cada ganadora recibirá 10.000 pesos para seguir adelante con su iniciativa. fundacionavon@avon.com 4746 8523 / 0810 777 3863
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uso de la tecnología en el aula. Todas las escuelas pueden participar presentando trabajos y estrategias innovadoras para integrar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los niveles inicial, primario, medio o superior. www.me.gov.ar
Contra la discriminación Hasta el 14 de agosto l Inadi abrió la convocatoria para participar del concurso de Proyectos de Investigación sobre Discriminación que financiará con 12 mil pesos a cada una de las tres propuestas que se destaquen por el abordaje de temas referidos a políticas de género, construcción de identidad y discriminación. La iniciativa tiene como objetivo respaldar a investigadores que aporten a la comprensión y al debate público sobre la discriminación en el país y al diseño de políticas antidiscriminatorias. concursos@inadi.gov.ar 4340-9431
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Emprendedor Solidario Hasta el 30 de septiembre l Foro Ecuménico Social organiza el Premio al Emprendedor Solidario dirigido a Empresas y ONGs que hayan impulsado emprendimientos solidarios durante el año anterior con el objetivo de contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad y el estímulo al espíritu solidario. premio@foroecumenico.com.ar
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Escondido en mi país Hasta el 30 de septiembre a Secretaría de Cultura de la Nación y el Ministerio de Educación invitan a chicos y chicas de entre 13 y 18 años a participar del concurso Escondido en mi país que tiene como fin promover entre los adolescentes la investigación cultural y valorizar la dimensión económica de la diversidad cultural de la Argentina. El concurso contempla dos categorías: género periodístico y audiovisual. 4129-2528/29 www.cultura.gov.ar
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Calidad educativa Hasta el 31 de septiembre l Ministerio de Educación de la Nación presentó la edición 2009 del Premio Educ.ar – Intel a la Calidad Educativa, cuyo objetivo principal es alentar la innovación en el
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Fundraising Financiamiento de Skoll Hasta el 12 de agosto n el marco del programa Concesiones al Emprendedor Social, la Fundación Skoll brinda financiamiento a iniciativas que desarrollan OSC en todo el mundo, con el fin de apoyar acciones que promuevan la sustentabilidad del medio ambiente, la salud, los derechos humanos, la responsabilidad institucional, la equidad económica y social, la paz y la seguridad. En la edición 2009 se seleccionarán aquellas prácticas que se centren en la supervivencia de la humanidad, el cambio climático, la erradicación y prevención de enfermedades pandémicas y la escasez de agua, entre otros temas. http://www.skollfoundation.org/skollawards/index.asp
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Apoyo a Aecid Hasta el 7 de septiembre a Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) financiará proyectos en materia de cooperación tales como los de promoción económica y social, cultural, técnica, científica, profesional, asistencial, de sensibilización y difusión de la cooperación internacional, que se desarrollen tanto en España como en otros países. Podrán acceder al beneficio los ciudadanos españoles y extranjeros, así como las personas jurídicas y entidades públicas o privadas, nacionales o extranjeras. http://www.aecid.org.ar/administrador/convocatorias/12_cap2009.pdf
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Lecturas recomendadas Tejiendo redes globales. Manual para la incidencia política l Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) publicó este trabajo para contribuir con la sistematización de lecciones aprendidas por los profesionales y activistas que participan en foros globales y regionales a través de redes de organizaciones sociales. Sobre la base de estas lecciones, busca ofrecer algunas guías y herramientas prácticas que puedan ayudar a que las redes mejoren su impacto a través del uso de la evidencia y el conocimiento en los procesos de políticas públicas globales y regionales. Cippec www.cippec.org
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Desarrollo humano y formación. Una responsabilidad social de las organizaciones ste libro surge del interés de sus autoras, Luz Pardo Martínez y Karen López Hernández, por dar respuesta a los procesos de formación como fundamento del continuo crecimiento, la proyección y el desarrollo de las personas y sus colectivos en las organizaciones sociales y productivas. Cómo nos formamos, cuáles son los factores que inciden en los procesos formativos y
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cuáles son las estrategias formativas desde una organización, son algunas de las preguntas que motivaron el desarrollo de esta propuesta. Grupo Editorial Lumen www.lumen.com.ar
Barómetro de la deuda social de la infancia 2004-2008 a Fundación Arcor y el Departamento de Investigación Institucional de la Universidad Católica Argentina publicaron este material que aborda las Condiciones materiales de vida, Procesos de crianza y socialización, y Proceso de formación (escolarización), en la primera infancia (0 a 5 años), la edad escolar (6 a 12 años) y la adolescencia (13 a 17 años). La encuesta cubrió 2.500 hogares del área Metropolitana del Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Salta, Gran Mendoza, Gran Rosario, Gran Resistencia, Paraná, Neuquén-Plottier y Bahía Blanca. Fundación Arcor (0351) 420 8619 www.fundacionarcor.org
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Teatro comunitario argentino l libro es el primero de la serie Épocas y estilos y da cuenta de esta forma de expresión que se multiplicó a partir de la crisis de 2001. Contiene obras de los grupos teatrales Catalinas Sur, El Teatral/Circuito Cultural Barracas, Patricios Unido de Pie (Pcia. de Bs. As.) y El Bermejo (Guaymallén, Pcia. de Mendoza); además de un estudio introductorio escrito por Diego Rosemberg. Las obras –cuyos guiones se publican por primera vez– son el resultado de un movimiento teatral que intenta transformar una sociedad a la que se reclama justicia, libertad y solidaridad, en otra que atienda las necesidades de realización de los ciudadanos. www.editorialemergentes.com
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Nuevos Líderes. Conductas que están transformando la realidad ste libro es una obra colectiva escrita por 25 líderes de diferentes sectores de la
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sociedad que desarrollan 21 conductas del Nuevo Liderazgo y a las que han adherido 136 organizaciones sociales. A través del texto se podrá conocer qué los inspira, en qué creen y piensan, y qué hacen Toty Flores, Miguel Espeche, Inés Sanguinetti, Marta Oyhanarte, Gabriel Avruj, Ken O´Donell, Moira Lowe, Delfina Linck, Soledad Bordegaray y Carlos March, entre otros. Inicia, emprender para el futuro www.inicia.org.ar
Trabajo, desarrollo, diversidad a publicación contribuye al debate sobre modelos de desarrollo desde la interpretación de una serie de datos empíricos generados en distintas regiones de la Argentina. David Burín y Ana Inés Heras, compilaron distintos trabajos que analizan y reflexionan sobre los modelos de desarrollo en sus relaciones con la política pública, la diversidad sociocultural y el desarrollo local, poniendo de relieve cuáles son los impactos generados en los territorios y la población que los habita. Ciccus www.ciccus.org.ar
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Estudios sobre Teoría Social Contemporánea obre la prolífica obra de Bourdieu, Giddeens y Habermas, Adrián Scribano propone mostrar en este libro las permanentes conexiones entre epistemología y teoría social, como también las relaciones intrínsecas entre cultura y práctica social, en tanto términos teóricos. Otro aporte del autor es la inclusión de los textos de sociólogos como Bhaskar y Melucci, cuya producción, en este campo, tiene poca o nula divulgación en el continente. Establecer el vínculo entre el conocimiento socialmente disponible y la construcción de conocimiento sociológico desde América latina es la premisa que atraviesa el estudio y le confiere vigencia a la luz de las transformaciones que se registran en la región. Ciccus www.ciccus.org.ar
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COOPERATIVISMO
Las Varillas
Medio siglo de luces Nacida del impulso de un grupo de vecinos hace 52 años, brinda electricidad a bajo costo a los habitantes del Este cordobés. Además, dicta charlas de educación cooperativa en escuelas y ofrece TV por cable e internet a precios accesibles. TERCER SECTOR EN CÓRDOBA TEXTOS MARITÉ ITURRIZA
n la historia de los pueblos, la electricidad fue siempre uno de los motores de progreso. Y en infinidad de esos pueblos fueron las cooperativas las que brindaron ese servicio tan elemental. Es el caso de Las Varillas, ubicada en el Este de la provincia de Córdoba, a 165 kilómetros de su capital, donde viven unas 14.500 personas. “La cooperativa nace cuando se logra expropiar una empresa norteamericana
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que prestaba el servicio; los primeros fundadores deciden tomar ‘el toro por las astas’ en un momento en que para la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) no era rentable. En ese marco, era lo que se necesitaba, porque si no, no había futuro para el pueblo”. El que habla es Elvio Quico Díaz, ex presidente de la institución e integrante del Consejo de Administración en varias oportunidades. Hoy, con 73 años, acompaña como síndico a una conducción cuyo promedio de edades no supera los 35 años. Frente a él, Gerardo Crema (28 años,
ingeniero industrial), uno de los impulsores de la lista que asumió en mayo último, explica los ejes centrales del proyecto que encabezan. “Ninguno de nosotros se dedica sólo a esto, cada cual tiene su actividad remunerada aparte”, señala Gerardo, para explicar por un lado, la decisión de la flamante conducción de ejercer los cargos ad honórem, y por otro, para justificar la ausencia del presidente de la cooperativa, Gabriel Maggi, quien no pudo participar de la entrevista, ya que debió viajar a la capital provincial en el camión con el que habitualmente realiza su labor de fletero. “Yo trabajo como docente y como ingeniero en una empresa. Ésta –dice Gerardo para referirse a su rol en la cooperativa–, es una experiencia nueva que me enriquece y un desafío importante. Estuve cinco años estudiando en Córdoba en una universidad que pagamos entre todos; cada uno tiene que devolverle a la sociedad lo que le dio. Y participar en las instituciones es algo que uno puede dar. En definitiva, lo que primó en nuestro grupo fue la participación de la gente y eso mismo es lo que queremos generar”, subraya. Y Elvio acota: “Una cooperativa donde la dueña es la gente”. Mucho más que energía
Chicos participan del programa Educación cooperativa que se desarrolla en escuelas primarias y secundarias. 44 / TERCERSECTOR
La Cooperativa es una de las empresas más grandes del Este cordobés. Nuclea una gran variedad de prestaciones de carácter público y cuenta con más de 10 mil socios. La institución compra energía a la Epec, distribuyéndola
Las Varillas tiene a su cargo la Escuela Gratuita de Iniciación Deportiva.
“A diferencia de lo que pasa en ciudades como Villa María, San Francisco o Córdoba, acá el usuario no es cliente, es socio: tiene voz y voto”, señala Elvio Díaz. en un perímetro que abarca 13 kilómetros en el casco urbano y unos 220 kilómetros en la zona rural. Con una facturación mensual de 2 millones de pesos (de los cuales el 75 por ciento corresponde al servicio de electricidad), tiene además una planta de gas envasado que vende unas 2 mil toneladas anuales de ese combustible; brinda televisión por cable a 5 mil abonados del área urbana y rural (60 canales, con noticiero y programas locales propios, más la opción de señales codificadas), internet, servicios de emergen-
cias médicas, sepelio y ambulancia. Bajo el título de Acción Cooperativa, reúnen las acciones que realizan con la comunidad. Organizan charlas-debate abiertas (la última de ellas giró en torno del proyecto de Ley de Radiodifusión) y de manera conjunta con la Municipalidad, llevan a cabo campañas de prevención de accidentes de tránsito, así como un plan de manejo de residuos sólidos que consiste en la recolección domiciliaria diferenciada de basura dos veces por semana y su posterior tratamiento y venta.
Escuela de atletismo “En Las Varillas todos los chicos hacen algún deporte”, aseguran en la Cooperativa. Con tradición local en atletismo, la entidad se hizo cargo en el año 2000 de la Escuela Gratuita de Iniciación Atlética. “Yo me acerqué porque me invitaron mis amigas”, dice Natalí Mié (14 años). “A mí me lo recomendó un profesor de educación física y después no paré”, comenta Ylenia Acosta (13). Junto a ellas, comparten la charla Carolina Zapata (13), Joaquín Barone (15), Lucrecia Castro (13) y el profesor y alma mater del grupo, Oscar Alessandría. “Acá aprendimos a ser amigos, a superarnos, a ser solidarios. Al principio yo creía que era solamente correr carreritas pero después me di cuenta que también eran saltos, lanzamientos, esfuerzo y muchas ganas”, afirma Lucrecia. “Yo era igual que Lucrecia”, apunta Joaquín, quien empezó y abandonó a los 11 años y el año pasado volvió para consagrarse campeón argentino en Exatlón. Este equipo de campeonas y campeones (el 80 por ciento son mujeres) es el presente y futuro de lo que el profesor Alessandría define como “esta cantera de Las Varillas”, que el año próximo cumplirá 10 años.
Desde hace 11 años, desarrollan el programa Educación cooperativa, en todas las escuelas primarias y secundarias de la ciudad y de la zona rural a través de un equipo interdisciplinario de docentes. Tanto esta línea de acción como la desarrollada a través del Servicio Televisivo STV2, vienen a cumplir el quinto principio del cooperativismo, que es su regla de oro: la educación, capacitación e información. Los beneficios cooperativos
A la hora de enumerar las ventajas del manejo cooperativo en servicios tan elementales para la población como la luz, el gas, las emergencias médicas, los dirigentes de la Cooperativa Las Varillas, no dudan. “Mientras una empresa privada lo que busca es ganar dinero, una cooperativa tiene por objeto brindar un servicio a un estricto costo, el balance de una cooperativa tiene que tender a cero”, afirma Gerardo. “Si el servicio lo presta una cooperativa, va a estar pensando en el beneficio social y que sea accesible para todos”, y pone un ejemplo: “La televisión por cable, que en Córdoba la están cobrando 120 pesos, acá la cobramos 52 pesos”. “En todos los pueblos chicos, los servicios básicos como cloacas, agua, energía, >>> TERCERSECTOR / 45
Mundo cooperativo LIBROS Las Cooperativas Escolares. Su historia y legislación en Argentina. De Alfredo Tisser. Ediciones CGCyM. La publicación es el resultado de una investigación dotada tanto de fuentes propias como secundarias, que logra un compendio sobre la historia legislativa y experiencias del cooperativismo escolar. Además, describe analíticamente una serie de exitosas experiencias impulsadas desde el sector público y privado orientadas a incorporar los principios solidarios en el sistema educativo nacional.
La cooperativa brinda televisión por cable a 5.000 abonados. Tiene noticiero y programas locales propios.
“Mientras una empresa privada lo que busca es ganar dinero, una cooperativa tiene por objeto brindar un servicio a un estricto costo, el balance tiene que tender a cero”, afirma Gerardo Crema. >>>
NOTICIAS Encuentro en México Del 21 al 25 de septiembre tendrá lugar en Guadalajara, México, la I Cumbre de Cooperativas de las Américas, con el propósito de analizar el cooperativismo frente a la crisis financiera mundial. En el encuentro, organizado por la Alianza Cooperativa Internacional para las Américas, se buscará consensuar un documento para proponer la reestructuración de la agenda cooperativa de la región. Además, se conceptualizará y reflexionará sobre los diferentes modelos cooperativos existentes. Expotécnica Cooperativa 2009 La Federación de Cooperativas de Electricidad y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires (Fedecoba) llevará adelante el 15 de octubre el encuentro Expotécnica Cooperativa 2009. De la exposición participarán gerentes, operadores técnicos, consultores, asesores y consejeros de cooperativas de servicios públicos de todo el país. La actividad se realizará en el Country Club Bancario del partido bonaerense de Azul. Más información en el sitio web www.mercadocooperativo.org.
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los prestan las cooperativas justamente por esa razón”, agrega el síndico Elvio. “Si lo manejara el Estado, tendríamos un manejo de la administración muy distinto. Si bien la cooperativa es una empresa social, su administración se asemeja a una empresa privada, hay más eficiencia en toda la gestión”, afirma Gerardo. “Además, a diferencia de lo que pasa en ciudades como Villa María, San Francisco o Córdoba, acá el usuario no es cliente, es socio: tiene voz y voto, puede manifestar a través de los síndicos todas sus quejas y sugerencias, son dueños”, enfatiza Elvio. Nuevos desafíos
El frío de la mañana en Las Varillas no impide que decenas de vecinos se acerquen para consultar sobre una de las propuestas de la nueva conducción: VI.Coop, un plan de viviendas cooperativas. Tanto el hall de planta baja del moderno edificio, como el impecable salón de los fundadores ubicado en el primer piso, están colmados por familias interesadas. El proyecto se asienta en un sistema de ahorro combinado: una opción flexible de libre aporte del asociado, sin cuota obligatoria, sin intereses, y un sistema solidario de ahorro previo con cuotas establecidas previamente que se obtiene mediante sorteos y licitaciones. Las Varillas Wi-Fi es otro de los proyectos en marcha por el cual los asociados
contarán con acceso a internet a bajo costo. Para ello, proyectan instalar estaciones de base y antenas chicas para que toda la ciudad tenga conectividad. A esta verdadera revolución tecnológica, se suma la iniciativa de telefonía cooperativa por IP, que pretende constituirse en alternativa, con abaratamiento de los precios y mejoras en la calidad. “La idea es concretar la instalación del Triple Play (voz, datos e imagen), incluyendo el servicio de televisión digital, telefonía por IP y también internet”, explican. Son las 12 en punto y el noticiero va al aire. En un moderno estudio de televisión ubicado en la planta alta, director, periodistas, conductora, camarógrafo y editor trabajan para darle ritmo a las noticias. Y lo logran. Hoy, con una invitada especial, Ana Laura, hija de varillenses y flamante Reina Nacional de la Manzana. Detrás de cámara, sus padres siguen con orgullo la entrevista, como seguramente lo hacen las más de 5 mil familias abonadas de este próspero rincón del Este cordobés.I
✱ Cómo conectarse Cooperativa de Energía Las Varillas Ltda. 9 de Julio 149 Las Varillas - Córdoba (03533) 422 070 cooplvar@lasvarinet.com.ar
DESARROLLO COMUNITARIO
Fundación Tzedaká
La respuesta necesaria Trabaja desde 1991 para mejorar las condiciones de vida de personas empobrecidas. Con la mira puesta en asistir a las familias, les procura un techo y comida, pero también acceso a la salud, a la educación y capacitación laboral. TEXTOS IVÁN PÉREZ SARMENTI
ay muchas organizaciones que trabajan en temas sociales haciendo foco en una problemática. Pero son pocas las que logran un enfoque integral que aborde la pobreza desde diversos ángulos. La Fundación Tzedaká asiste directamente a más de 9 mil personas que viven en situación de riesgo social en todo el país a través de programas educativos, de salud y vivienda, para niños, jóvenes y adultos mayores. “Somos una institución focalizada en el trabajo social, que ayudamos a personas, teniendo como núcleo la familia”, afirma
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Mirna Szulmajster, su directora ejecutiva. “Lo que nos diferencia es el abordaje integral. Creemos que es la manera de dar una respuesta distinta a la pobreza”, subraya y explica el modelo de trabajo: “Creemos que no es suficiente asegurarle a un chico que pueda ir al colegio si además no está en buenas condiciones de salud para aprender. Tampoco alcanza con darle una beca si no lográs que tenga una vivienda digna para hacer la tarea. Esto implica que sus padres puedan tener un trabajo, que podamos ayudarlos a sostener 48 / TERCERSECTOR
Sobrevivientes “Hasta mitad de los años ’90 fui donante de instituciones, pero en el 2001 perdí toda mi fortuna, incluida mi residencia que había construido como hogar para mi familia. Ahora, que tengo más de 85 años, vivo alquilando y de la magra pensión que me provee mi país natal, Austria”, relata Félix Friedenbach, uno de los 489 sobrevivientes del Holocausto Nazi que hoy reciben asistencia de Tzedaká. La mano que da la entidad responde a necesidades de alimentación, salud, vivienda y cuidados domiciliarios. Pero tambíen de recreación con el fin de romper con el aislamiento social y emocional de este grupo humano. “Gracias al subsidio que percibo mensualmente puedo vivir modestamente pero sin penurias. Aparte de la ayuda económica aprecio el espacio social que me brinda la organización. No es una linda carta de presentación, ni un ‘happy end’, pero es la realidad”, afirma. Julia Hahn, otra de las beneficiarias, sostiene que el Programa de Ayuda a Sobrevivientes del Holocausto facilitó “la unión de gente con una misma historia y no creo que exista nada que hermane más a las personas. Nos entendemos, tenemos el mismo dolor y una fuerza fenomenal que nos permitió sobrevivir. Ese amor a la vida y al hacer es otra de las cualidades que nos unen”, asegura.
el techo y que tengan salud”. Hoy, por la cantidad de beneficiarios a los que asiste junto a otras organizaciones comunitarias y sociales del país, la diversidad de sus programas y la extensión de su red, es la mayor institución de ayuda social de la comunidad judía. Justicia y solidaridad
El término hebreo Tzedaká significa hacer justicia, por lo que ayudar a otros no es visto como un acto de bondad, sino como una obligación ética. Con esa idea iniciaron su trabajo en 1991. Con los años, sus programas se modificaron y adecuaron al contexto nacional
y comunitario. Así, el modelo asistencial mutó hacia otro que prevé la continuidad de la asistencia básica para las familias que no logran cubrir la canasta básica. En ese sentido, actualmente más de 6 mil personas reciben ayudas alimentarias. A su vez, estos programas se complementan con otros complementados desde otros ángulos: con los más jóvenes se trabaja para cortar el círculo de la pobreza, brindándoles herramientas orientadas al estudio y la formación, y en el caso de
Trabajo para los jóvenes El Centro de Capacitación Laboral para Jóvenes de la Fundación Tzedaká busca que las personas de entre 18 y 35 provenientes de familias vulnerables terminen la escuela y encuentren trabajo. Para ello, brinda cursos, certificados por instituciones como ORT o la UTN, orientados a formarlos para que encuentren empleos con alta demanda y así lograr una rápida inserción. La capacitación es en informática básica, liquidación de haberes y técnicas de ventas y atención al cliente. Para garantizar la cursada, la entidad brinda a los beneficiarios los materiales de estudio, viáticos, servicio de odontología y salud mental, medicamentos, tratamientos especiales de salud y subsidios para alimentación y vivienda. El año pasado, el 50 por ciento de los 328 jóvenes que participaron en algunas de las 36 capacitaciones y diez talleres impartidos, consiguió trabajo. Pero además, 82 jóvenes pudieron completar el secundario. Marina Pérez Barros tiene 32 años, cuatro hijos y está separada. Hoy, tras la formación, se desempeña en el área de facturación de una empresa de medicina privada. “Pero además me ayudan con mis hijos: me dan apoyo económico para pagar una niñera. La asistencia es muy completa y personalizada. Hasta me ofrecieron que siga capacitándome”, afirma. Por el éxito de este modelo, la Fundación fue elegida por el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires y la Fundación Banco Provincia para la implementación de un programa similar de inclusión laboral en el ámbito bonaerense.
los adultos mayores, el objetivo es asegurarles una mejor calidad de vida a través del cuidado de su salud, alimentación y socialización.
Los números
rentada, 600 voluntarios y poco más de 6 mil donantes.
6.037 personas reciben alimentos, ropa y orientación social.
Para todos
Acción en red
1.125 chicos participan en programas de salud, nutrición y cultura.
La fundación trabaja en red con más
966 jóvenes reciben capacitación laboral y becas. 2.966 ayudas se entregan a adultos mayores. 4.064 prestaciones y distribución gratuita de medicamentos. 600 voluntarios colaboran. 6.005 donantes particulares, empresas e instituciones.
de 70 organizaciones de todo el país y sus 18 centros funcionan dentro de los edificios de esas instituciones. “Les pedimos una oficina para atender a las familias beneficiarias, que son entre 160 y 200 por cada centro”, explica Szulmajster. Allí son evaluadas para saber qué nivel de prestación se les brindará. “El objetivo principal es que todos los chicos y jóvenes estén contenidos en instituciones educativas, y puedan terminar la escuela, una carrera universitaria o tener un oficio. La estructura programática cambia
de acuerdo a las necesidades”, indica. Y asegura que la fórmula que hace efectiva su tarea se basa en “la cercanía con la familia, un trabajo de seguimiento muy personalizado”. Para esto, la entidad cuenta con casi cien personas en forma
✱ Cómo conectarse Fundación Tzedaká 5237-4000 www.tzedaka.org.ar info@tzedaka.org.ar
Pero Tzedaká no sólo impulsa acciones para la población judía en el país. Aunque algunas iniciativas son exclusivamente para la comunidad, “los programas de educación, universitarios, de capacitaciones en oficios y salud son abiertos a todos”, consigna la directora de la institución. En ese sentido, el mejor ejemplo es el Banco Comunitario de Medicamentos, que entregó el año pasado casi 100 mil unidades a más de 3.500 enfermos crónicos, y remedios por un valor de 380 mil pesos a hospitales, centros de salud y OSC de todo el país. “Le aseguramos a nuestros beneficiarios todos los meses su medicación. Esto marca una diferencia importante con el resto de los bancos, que entregan de acuerdo a las donaciones que reciben”, explica Szulmajster, a la vez que alude a toda la planificación necesaria para poder cumplir con la misión. “Hoy se está discutiendo en el ámbito nacional el subsidio universal para las familias. Nosotros lo pensamos hace muchos años atrás, porque es la manera de no quedarnos aprisionados en una sola causa”, seguir para lograr que cada día más personas puedan vivir con dignidad.I TERCERSECTOR / 49
DESDE EL BARRIO
Comunarte
Un espacio para la cultura Un grupo de vecinos abre las puertas de una casa de Almagro para brindar talleres de microemprendimientos y desarrollar actividades artísticas gratuitas. TEXTO SILVIA MARCHANT
arcos tiene 11 años y cursa sexto grado. Mientras mira la hoja de su cuaderno de tareas, analiza cómo resolver los problemas de matemáticas que en la escuela no logró dilucidar. En la misma aula, Mariana, una de las voluntarias del curso de apoyo escolar del Espacio Social y Cultural Comunarte, responde las preguntas de otros pequeños que se acercan a la entidad del barrio porteño de Almagro los sábados por la tarde. Fundada en 2006, Comunarte se planteó trabajar de acuerdo con las necesidades de la comunidad y en red con las OSC de la zona. La casa en la que desembarcó la organización tiene cinco aulas, un gran patio, al que bautizaron Mateo –en honor al hijo recién nacido de uno de los docentes–, y una parrilla. Allí se acercan
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cada mes unos 350 vecinos a participar en alguno de los distintos talleres culturales y de microemprendimientos que ofrece la institución ubicada en Castro Barros 236. En el último año, la concurrencia aumentó más de un 50 por ciento. La causa, según analiza Raúl Sánchez, coordinador del lugar, “tiene que ver con el cierre de los espacios culturales por parte del gobierno porteño, y con la falta de una política cultural en la Ciudad que vaya más allá de hacer grandes espectáculos”. Para Roberto, “una política cultural tiene que ver con que los ciudadanos puedan desarrollar sus aptitudes a través de los distintos talleres gratuitos en los barrios”, remarca y a continuación abre el abanico de propuestas de la casa de Almagro: cursos de caricaturas, piano, guitarra, teatro para adultos mayores, canto para niños, escultura y cerámica, porcelana fría y estimu-
lación de la memoria. Pero también ofrece talleres de serigrafía, moldería y confección de ropa; y de manualidades como chinelas en tela o goma eva, pintura en tela y madera, títeres, cotillón, velas y flores artificiales, entre otros. Berta es una de las mujeres de Almagro que ni bien nació Comunarte se sumó al taller de escritura. Sin embargo, un accidente automovilístico ocurrido el verano pasado la dejó postrada. Uno de sus últimos deseos fue donar sus libros a la entidad. Y así fue. Hoy los textos forman parte de la biblioteca de Comunarte. Allí hay 5 mil ejemplares, muchos de los cuales todavía no fueron clasificados. También a ese espacio un vecino entregó alrededor de 300 videos, lo que determinó el surgimiento de un nuevo proyecto: una videoteca. Pero la iniciativa todavía no puede ser implementada por falta de voluntarios. “La idea sería brindar ciclos de cine en los barrios”, detalla Raúl. Un mar de acciones
En el camino por establecer vínculos con otros, el espacio cultural ya trabajó con la Biblioteca Argentina para Ciegos, la Fundación Acuarelas, el Centro Cultural Scalabrini Ortiz, la Casa de los Pibes de Boedo (con quienes desarrollan acciones en la Villa 31, de Retiro), la Asamblea de Almagro, con un grupo de profesionales de la salud del Hospital Durand, con Abuelas de Plaza de Mayo, y con el grupo de Teatro x la Identidad. Asimismo, impulsó, con la Red de Cultura de Boedo, la Semana de Boedo, que incluyó la realización de diversas actividades. En ese marco, en la OSC tuvo Unos 350 vecinos participan de las actividades de Comunarte cada mes.
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el tema inmobiliario”, explica Raúl. Para dar respuesta a las inquietudes de los vecinos, en Comunarte varios abogados brindan asesoramiento jurídico. Además, la entidad impulsa la creación de cooperativas de vivienda. Sin embargo, aclara que al no haber políticas en ese sentido en la Ciudad, resulta casi imposible autogestionar las soluciones habitacionales. Otras de las iniciativas que reclama la entidad es la implementación de la Ley de Comunas: “Nuestra concepción es que un día en la Ciudad de Buenos Aires definitivamente se cumpla con esa norma. Tendríamos que tener una descentralización desde hace diez años, pero la postergan porque quieren centralizar el poder”. Participar y compartir
La sede de la entidad alberga también a distintos grupos solidarios.
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lugar un seminario a cargo del historiador Norberto Galasso sobre Homero Manzi, poeta y militante, “del que mucho no se sabe”, afirma Raúl. Además, Comunarte fue sede de la presentación del último libro de Galasso: Scalabrini Ortiz contra el Imperio, y del seminario Los Argentinos Olvidados, con el eje puesto en la recuperación del pensamiento nacional para entender el presente del país. Las urgencias también son escuchadas en Comunarte. Tras un incendio en un conventillo de La Boca, en el que fallecieron seis niños, desarrolló un trabajo conjunto con otras organizaciones para paliar las necesidades de las familias afectadas. También se sumaron con donaciones para los afectados por las inundaciones de Tartagal. El coordinador del centro cuenta que “muchas veces cuando llegamos a la entidad, encontramos bolsas llenas de ropa 52 / TERCERSECTOR
en la puerta. Las dejan los vecinos porque saben que nosotros les daremos un buen destino”. Asesoramiento profesional
Por otro lado, este año se conformó un grupo de psicólogos cuyo objetivo es hacer un relevamiento sobre las necesidades de los habitantes del sur de Boedo. “Una de las preocupaciones que existen es el tema de la casa. Se construyen torres, pero hay mucha gente que no puede acceder a una vivienda, hay conflictos por el aumento de los alquileres. Estos barrios limitan con Caballito, una zona donde se explota
✱ Cómo conectarse Comunarte Espacio Social y Cultural Castro Barros 236 escomunarte@gmail.com www.escomunarte.com.ar
Como la participación de la comunidad es una de las claves de la organización, la OSC se acercó al Inadi con el fin de sumarse al Programa Comunas Libres de Discriminación, cuyo fin es desarrollar políticas locales que fortalezcan a los vecinos a través de la coordinación de acciones y propuestas. Así, en Comunarte se reciben denuncias de situaciones discriminatorias y se distribuye material informativo sobre la temática. Pero eso no es todo. Cada domingo, unos 40 padres con hijos con discapacidad se reúnen en la institución para intercambiar experiencias y compartir vivencias. De ese encuentro surgió la Fundación por la inclusión de niños y niñas con discapacidad (Findisc). El lugar alberga también a otros actores sociales. Los jueves se reúne la Red de Magos Solidarios (Maso) para intercambiar trucos y a su vez, para organizar los shows gratuitos que brindan en el interior del país. Pronto a ver la luz se encuentra un nuevo curso de murga a cargo de un miembro de Falta y Resto y el proyecto 5º Comuna, una revista de distribución mensual que difundirá temáticas de importancia para la comunidad, una iniciativa que plasmará en papel la historia y el trabajo de un grupo de vecinos que trabajan en y por el barrio. Pero “también abordaremos temas de coyuntura, para no perder el contexto en el que nos encontramos”, explica Pablo Estomba, uno de los estudiantes de Comunicación Social de la UBA, quien junto a estudiantes y abogados se reúnen en el espacio desde marzo pasado, e impulsan la iniciativa gráfica.I
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EST C N
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INTERNACIONAL
John David Walsh
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–¿Cómo surgió la escuela? –Llevaba dos años en Nueva York enseñando los principios básicos del básquet a chicos. En el 2000, decidí empezar una empresa dedicada al entrenamiento de alta competición en China. Viajamos con diez entrenadores y jugadores de la NBA, y empezamos a hacer clínicas de básquet en todo el país. Un día fuimos a entrenar a la provincia de Jilin y al llegar al estadio, encontramos muchísimos chicos corriendo, algunos de ellos sin ropa. Vivían en el estadio, y dormían en unas camas, dispuestas unas sobre otras, en pilas de a seis. Nuestro shock inicial fue respondido
sión y de cariño pueden ir muy lejos. El básquet es sólo una herramienta para empezar un diálogo y unir a las personas.
Es basquetbolista y recorre el mundo con el fin de educar para la paz y la integración. Entre piques y rebotes lleva mensajes para prevenir el VIH, combatir la depresión adolescente o promover el diálogo interreligioso. Un partido que ya jugaron 15 mil chicos en tres continentes. –¿Cuál es la función clave del deporte en estos programas con enfoque educativo-integrador? –El deporte, y en este caso el básquet, juega un papel fundamental como parte de un proceso de curación en chicos afectados por distintos traumas. En estos tiempos difíciles, un poco de compren-
–¿Podés darnos algún ejemplo? –Una de las primeras clínicas que conduje fue en Gaza, donde fui invitado por la organización local Sulha Peace Project, que trabaja para promover el entendimiento entre los israelíes y los árabes. Trataban de llevar adelante una sesión de duelo comunitario, donde todos los chicos pudieran expresarse. Pero no había caso, no querían ni mezclarse ni hablar entre ellos. Uno de los nenes estalló en llanto porque su hermanita había perdido una mano a raíz de una bomba; la hermanita se levantó, mostró su brazo, se sacó la venda y todos empezaron a llorar. Los organizadores me miraron y me dijeron “Es tu turno, JD, decí algo”. ¿Qué podía decir después de eso? Me puse de pie y los llevé a la cancha de básquet. Jugamos, interactuamos. Por supuesto, al finalizar el partido, los chicos ya estaban hablando entre sí, y pudimos encarar el resto de las actividades.
V LA ID
Es posible que vuelva a jugar una niña de Cachemira que perdió el habla cuando vio morir a sus padres y hermanos en el terremoto de 2005? ¿Se puede encarar de modo diferente, creativo y exitoso una campaña de prevención del VIH en Zambia, donde las expectativas de vida no superan los 37 años? ¿Es factible que niños israelíes y palestinos se relacionen sin la carga del mandato histórico de odio y enfrentamientos mutuos? Las respuestas son afirmativas y en el centro de ellas se ubica John David Walsh, un deportista norteamericano que apostó por un “método” simple, redondo y anaranjado para lograrlo: una pelota de básquet. Desde hace once años, este jugador de 36 años y un metro noventa de altura, se dedica a promover el diálogo entre los chicos a través del deporte. El básquet es “la excusa para romper el hielo”, confiesa el atleta quien se define como “emprendedor social”, un rol que jamás imaginó cuando jugaba para los Maryland Terrapins, o mientras entrenaba jugadores de la NBA (la liga estadounidense de básquetbol profesional donde juega el argentino Manu Ginóbili). Más de 15 mil chicos y chicas ya participaron de los programas que ofrece la escuela JD Walsh Basketball, en tres continentes. Tercer Sector dialogó con el promotor de esta mirada alternativa de una educación para la paz y por la inclusión.
con su entusiasmo: estaban felices de que estuviéramos ahí. Decidí que ese día haríamos una clase de práctica sólo para ellos y eso hicimos. A la noche, nos trajeron un acolchado que habían cosido para nosotros. Ese día transformó mi visión del deporte. Así empezó la búsqueda de lo que hoy es la escuela.
A
TEXTO FLORENCIA BIANCO
–¿Cuál es el método que emplean para integrar el deporte con lo que vos llamás educación social? –Siempre trabajamos en alianza con organizaciones locales, empresas o gobiernos. Desarrollamos un programa a medida, dependiendo de cuál sea la problemática que afecta a los chicos de ese lugar e integramos la mirada especialista. Yo aporto nuestra metodología de trabajo, y el reclutamiento y entrenamiento de entrenadores locales, pero no soy pedagogo ni médico ni psicólogo: para eso buscamos a los especialistas locales en cada una de las temáticas. Ahora, por ejemplo, estoy desarrollando un programa en África con Ken Campbell, que tiene 30 años de experiencia en concientización acerca del VIH. Allí estaremos utilizando el básquet para educar a los chicos sobre esta enfermedad y, posiblemente, llevar a cabo testeos con la participación de una organización de médicos.
“Trabajamos en alianza con organizaciones locales. Desarrollamos un programa a medida, dependiendo de cuál sea la problemática que afecta a los chicos de ese lugar e integramos la mirada especialista.” –Existe una tendencia de atletas y artistas a sumarse a iniciativas sociales. En tu experiencia, ¿qué los motiva? –En el caso de los jugadores de la NBA que viajaron a China, algunos se sumaron por la experiencia y otros, porque les pagamos. Algunos lo hacen para cultivar su imagen pública y otros, porque lo llevan en su corazón. Muchos vienen de historias de infancias difíciles y quieren devolverle algo a la comunidad, en su país o en otro. –El gobierno estadounidense desarrolla diferentes intervenciones en los lugares que mencionaste, ¿cuál ha sido su recepción a tu iniciativa? –Muy buena. De hecho, el Departamento de Estado me convocó para trabajar en proyectos en el Golfo Pérsico y
el Sudeste Asiático. Creo que el rol de la llamada diplomacia cultural irá creciendo, especialmente con la política exterior del presidente (Barack) Obama. –¿Cuáles son tus próximos proyectos? –Me he enamorado de la India. En los últimos tres años, he viajado once veces y llevado adelante 75 clínicas. Quiero seguir volviendo, para ver a los chicos crecer y supervisar a los entrenadores locales. También a Cachemira (en la frontera entre la India y Pakistán), donde trabajamos con chicos huérfanos, cuyos padres murieron a manos de
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los talibanes o a causa del terremoto de 2005. Lo que nos propusimos en ese caso fue entrenar a los de 6 y 7 años, para que cuando tengan 12 podamos formar un equipo. De este modo, podrán viajar a la India o a Pakistán a jugar. No importa si pierden o ganan, si se convierten en profesionales o no: es poder viajar y tener una razón para interactuar. También trabajo en mi ciudad, Nueva York, con un programa de básquet para combatir la depresión adolescente, un problema que padece el 17 por ciento de los jóvenes. –¿Pensaste en venir a América del Sur o a Argentina? –¡Me encantaría! Lo más cerca que he llegado es Brasil, donde esperamos poder realizar un proyecto con una organización local. Estoy siempre abierto a nuevas oportunidades.I TERCERSECTOR / 55
CULTURA
Artistas con discapacidad
Sin límites para crear Pintan, bailan y actúan de forma profesional. Se presentaron en un festival en Suiza. Son los miembros de CreArte, un centro educativo que impulsa la integración a partir del desarrollo de las propias potencialidades.
TERCER SECTOR EN BARILOCHE
TEXTOS VIVIAN MATHIS
acos altos, medias de red, vestido negro corto, un prolijo rodete y un buen maquillaje. Así se pasea Carolina Rizzi por el escenario mientras dos guapos se disputan su amor, y ella espera para poder bailar el tango con uno de ellos. Se trata de tres de los doce artistas que integran el elenco del espectáculo Tanguearte, fruto del taller de teatro profesional del Centro Educativo y Cultural para Personas con Discapacidad CreArte, nacido hace 14 años en Bariloche, Río Negro. “Trabajamos desde la educación no formal y a partir del arte porque nos permite ir descubriendo las capacidades de las personas con
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discapacidad”, cuenta Luis Suero, uno de los directores de la organización junto a Verónica y a Fabiola Quiroga. Casi 70 jóvenes y adultos, en su mayoría en situación de pobreza, pasan todo el día en la entidad para participar en algunos de los 25 talleres de danza, plástica, jardinería, cerámica, computación y costura, entre otros, que ofrece.
CreArte ofrece a jóvenes y adultos talleres de plástica, danza y computación, entre otros.
A través de estos espacios, logran comunicarse y sacar a la luz toda su creatividad. Y es que allí, no hay límites para expresarse. En una recorrida por el lugar pueden verse muestras de pintura y ensayos de piezas musicales, de teatro y danza-teatro. Una escuela de arte viva. Una década atrás, la calidad del trabajo de algunos de los participantes de los talleres convenció a los directores de subir otro escalón. “Muchos artistas nos decían que era muy bueno el laburo que hacían los pibes”, recuerda Luis y agrega que uno de los momentos clave fue cuando en 2004 dos de sus pintores –Lautaro Iglesias y Carlos Bover– fueron elegidos por la organización norteamericana Very Special Arts para exponer en una bienal de arte en Washington. Un año más tarde llegó la oportunidad de viajar a San Pablo, Brasil, donde mientras se desarrollaba una Conferencia Internacional de Empresas y Responsabilidad Social organizada por el Instituto Ethos, integrantes de CreArte pintaban sus cuadros. Con mucho entusiasmo siguen moviendo sus pinceles. Y es que luego de comenzar el 2009 con una exposición en el Palais de Glace, en el marco del proyecto “Arte x =”, que promueve su difusión en el país y en el exterior, ya obtuvieron el compromiso de participar en la muestra del Bicentenario que prepara el Palacio Nacional de las Artes. Además, sellaron un acuerdo para mostrar su trabajo en el Espacio Arte de los aeropuertos del país. En el de Bariloche, pueden verse hasta el 7 de septiembre >>> TERCERSECTOR / 57
El elenco de Tanguearte viajó a Zurich para presentar su espectáculo en un festival internacional.
“Trabajamos desde la educación no formal y a partir del arte porque nos permite ir descubriendo las capacidades de las personas con discapacidad.”
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las obras de estos artistas junto a Milo Lockett. Luis destaca que “esta profesionalización hace que la persona, como artista, pueda trabajar a partir de sus capacidades”, lo que constituye una opción a los talleres protegidos. Y una mirada opuesta a la de sujeto de asistencia, dado que ahora pueden mostrar sus propios dones y su visión del mundo. Ya son 20 los que desarrollan sus capacidades artísticas en forma profesional, mientras sus profesores esperan ver aflorar otros nuevos talentos, porque como dice su director, “de eso se trata”. Último tango en Suiza
De Bariloche a Suiza. El elenco de Tanguearte viajó para participar en junio pasado del Festival Internacional de Teatro Okkupation, en Zurich. A partir del apoyo de las organizaciones europeas Alta Mane, Kfe, Fundación Jacobs y el Teatro Hora, el grupo pudo mostrar su trabajo por primera vez en el exterior, desde que nació la obra cuatro años atrás. Escrita y dirigida por la profesora María Cecilia González Minguez, propone una recorrida por los hechos histó58 / TERCERSECTOR
ricos que marcaron el rumbo de las transformaciones sociales vividas en la Argentina. Con el título Tanguearte en Suiza, el diario europeo Swissinfo, que se publica en nueve idiomas, destacó en su portada la performance de los artistas argentinos y sostuvo que “el grupo de actores –cuya discapacidad queda en último plano para dar paso a su profesionalismo en el escenario– llenó el teatro en sus dos presentaciones”. Además, el grupo pasó por Alemania donde también presentaron el espectáculo ante 300 personas, y ante estudiantes de una escuela primaria que tuvieron un primer acercamiento a la historia argentina desde el escenario. Para María Cecilia, “en el viaje se logró un reconocimiento en un ámbito que no era familiar a nivel artístico y profesional”. En general, las representaciones que realiza CreArte se hacen en teatros donde se cobra entrada, y el di-
✱ Cómo conectarse Asociación Grupo CreArte (02944) 422118 cre-arte@ciudad.com.ar www.cre-arte.org.ar
nero recaudado se reparte en forma cooperativa entre los integrantes del elenco. La profesora del grupo destaca que “de esta manera, se llega a una profesionalización del artista con la posibilidad de ser recompensados monetariamente en su trabajo, además de todas las gratificaciones afectivas y de autoestima que significa mostrar ante tantas personas lo que pueden hacer”. “El taller me dio la posibilidad de poder compartir un espacio social” destaca Nicolás, uno de los bailarines, y explica que “antes era muy antisocial, no me gustaba mucho estar con los chicos, y este lugar me enseñó a tener más amigos y a compartir con los demás”. Diego, otro de los miembros del elenco, asegura que su madre, Betty, plastifica todos los recortes que salen en los diarios sobre Tanguearte, y cuenta que la plata que recibe de las actuaciones la ahorra, aunque a veces la gasta en ropa. También para Laila es importante participar de esta experiencia teatral porque “uno aprende con los compañeros y ellos te ayudan y te enseñan”, afirma. Y cuenta que a su mamá “le agarra la emoción y llora” cuando la ve, y que le gusta “esto de ser actriz” porque se siente “feliz haciéndolo”.I
DERECHOS HUMANOS
Colectivo Para la Diversidad
Justicia sin color Un grupo de abogados trabaja contra la violencia racista, sexista y homofóbica. Defienden a vendedores ambulantes senegaleses que son víctimas de abusos policiales y a las mujeres detenidas por abortos. TEXTOS SEBASTIÁN HACHER
Miembros de Copadi en una manifestación por los derechos de las mujeres.
ábado 4 de julio en Constitución. Mucha gente vuelve de trabajar. Otros comienzan el fin de semana. En un bar de la esquina de Lima y Garay, 30 personas toman cerveza. Entra un africano, abre un maletín y ofrece bijouterie. Un parroquiano lo llama. “Eh, negro –le dice–, regalame un reloj”. El joven, un senegalés refugiado en Argentina, hace
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que no escucha. El parroquiano insiste: se le cuelga del maletín y forcejea para sacárselo. Intervienen los encargados del lugar: los dos a la calle, ordenan. El moreno se va. El agresor se queda en la vereda con sus amigos. Otro africano pasa por la puerta del bar. El agresor vuelve al ataque: saca una Bersa 9 mm y le grita “negro, volvete a tu país”. Intenta darle un culatazo en la cabeza, pero el vendedor ambulante lo esquiva. El agresor le apun-
Violencia de género La alianza con el movimiento afro no es la única red tejida por Copadi. En el Gran Buenos Aires, por ejemplo, trabajan con dos organizaciones sociales: Mujeres al Oeste, en Morón, y Razonar, en Moreno. Junto a ellas defienden a mujeres detenidas por ir a hospitales con complicaciones generadas por abortos. La mayoría de ellas son denunciadas por los propios médicos. “Pero al denunciarlas –explica Luciana Sánchez, una de las abogadas de la organización– violan el secreto profesional. La estrategia judicial de eso hace que el proceso sea nulo”. Sánchez cuenta que a partir de este trabajo, y con las mismas OSC, monitorean “las causas y condiciones de detención de mujeres en las comisarías”. También se unieron con el grupo Locas, Rebeldes y en Lucha, coordinado por Sonia Sánchez, la activista feminista coautora del libro Ninguna mujer nace para puta. Sonia trabaja con un grupo de mujeres explotadas sexualmente. La idea en ese campo es reclamar que el Estado nacional considere a la prostitución como un tipo de violencia sexista y que cumpla con el artículo 16º del Convenio de Naciones Unidas contra la trata de personas y la explotación de la prostitución ajena de 1949. Allí, las partes se comprometían a “adoptar medidas para la prevención de la prostitución y para la rehabilitación y adaptación social” de las víctimas de esa práctica. Según la letrada, el objetivo del reclamo es “crear un fondo social que aborde las consecuencias físicas y psíquicas que causa la violencia de la prostitución, y la exclusión social como principal razón de la prostitución”. Desde esta perspectiva, ambas organizaciones critican la Ley nacional contra la trata de personas (26.364) porque, según explica Sánchez, “le exige a las mujeres mayores de 18 años probar que están siendo tratadas. Así se parte de la presunción de que la mayoría de las mayores de 18 años eligen autónomamente la prostitución. Y eso beneficia a los proxenetas”.
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Los abogados de Copadi acompañan a los inmigrantes senegaleses en su reclamo ante la Justicia.
ta al pecho y dispara, pero ocurre el único milagro del día: su víctima se mueve y la bala le roza la pierna. Minutos después, se sabrían dos cosas: que el autor del disparo era agente de la Policía Federal, y que la bala fue el punto más violento, pero ni el principio ni el final de un hecho de discriminación. Quienes lo dejaron en claro fueron los abogados de Copadi, el Colectivo Para la Diversidad, quienes llegaron pocos minutos después del hecho y tuvieron que acompañar a la víctima en un taxi –que tardaron en conseguir porque pocos aceptan llevar personas de piel oscura– mientras el agresor era trasladado sin esposas. “Nunca pidieron una ambulancia –explica Christian Gruenberg, de Copadi– y en la comisaría nos trataron como a sospechosos.” Desde hace más de tres años, este grupo de abogados y activistas trabaja contra la violencia racista, sexista y homofóbica. El colectivo se define a sí mismo como “abierto, horizontal y flexible”. No tienen ningún financiamiento, así que se mueven con los recursos de cada uno de sus miembros y tejen alianzas con individuos y organizaciones afines. El trabajo con los senegaleses, por ejemplo, nació a partir de la relación del grupo con el Movimiento Afrocultural Bonga. Desde hace varios años, el centro cultural de esa comunidad, en el barrio porteño de Barracas, sufre intentos de desalojo. Los abogados de la organización tomaron el caso y aprendieron de sus formas de funcio-
namiento. “Con ellos entendimos lo que es la cultura Quilombola, que es la organización comunitaria de los afrodescendientes. Por ejemplo, el escrito que hicimos contra el desalojo tiene 70 páginas y lo discutimos en una asamblea”, cuenta Gruenberg. A partir de esa experiencia, los mismos miembros del movimiento afro los convocaron por algunos casos puntuales de abuso policial contra vendedores ambulantes senegaleses. Al aso-
Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (Iarpidi). Celestín, un congolés que llegó a la Argentina en 1995, es licenciado en administración pero no consigue empleo en lo suyo porque, afirma, “nadie quiere a un negro en su oficina”. Además de ser un activista contra el racismo, es un gran conocedor de la historia de la cultura afro en nuestro continente. A partir del trabajo en común se sumó como técnico a Copadi. En enero de este año, junto a varios vendedores ambulantes, presentaron un hábeas corpus en la justicia porteña. Allí señalaban la persecución y el racismo al que son sometidos los africanos. El 10 de junio, el Tribunal Supremo de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires convocó a una audiencia pública, en la que participaron 120 personas y decenas de organizaciones. Las víctimas hablaron en su lengua materna (wolof ) y fueron traducidos por un voluntario de la Casa Senegalesa, una asociación que nuclea personas de ese país. “Todos los días –dijo allí uno de los denunciantes– la policía nos persigue, nos pide papeles, nos saca la mercadería.” Otro de los senegaleses contó que
“Prohibir las actividades callejeras de subsistencia es siempre racista: su resultado es la criminalización de las personas negras, pobres, vulnerables.” marse a ese tema, los abogados de Copadi entendieron que se trataba de un problema mayor: detenciones continuas, robo de la mercadería, coimas y abusos policiales eran una práctica cotidiana, que tenía su correlato en la falta de acceso a la Justicia para los inmigrantes o refugiados africanos. “Se trata de una violencia estructural. Y la parte más invisible es el trato que reciben en los tribunales.” En el camino de enfrentar esa violencia, se encontraron con Celestín Nengumbi, coordinador del Instituto
✱ Cómo conectarse Copadi punchou@gmail.com
un hombre de la Federal le pidió documentos y los tiró a la calle para luego arrestarlo. “No supe por qué. Sólo molestan a los negros”, indicó. Malena Derdoy y Pedro Biscay, los abogados de la entidad que patrocinaron a los vendedores, en esa audiencia sostuvieron que “prohibir las actividades callejeras de subsistencia es siempre racista: su resultado es la criminalización de las personas negras, pobres, vulnerables”. El 1º de julio último, el Tribunal falló en favor de los vendedores: reconoció que habían sido violadas todas las garantías procesales y ordenó que la Cámara de Apelaciones retome el caso. Gruenberg celebró el proceso puesto que “sirvió para amplificar nuestra denuncia”, pero sobre todo porque fue un paso hacia adelante. I TERCERSECTOR / 61
CAMINO AL ANDAR
Cristina Seijas, presidenta de Civha
La voluntaria silenciosa Preside la organización que desde hace 61 años asiste a pacientes internados en hospitales públicos. Es una de las 4.500 mujeres que, vestidas de rosa, dedican parte de su vida a acompañar a los enfermos que menos tienen.
TEXTO MARTINA NOAILLES FOTO PABLO AHARONIAN
uando llega al hospital, se pone el guardapolvo rosa, deja sus problemas en el felpudo y cuelga una enorme sonrisa de su cara redonda. La rutina se repite desde hace 17 años, cuando guardó en un cajón su traje de ama de casa y decidió acompañar a enfermos que enfrentan, con lo puesto, su enfermedad. “No es voluntarismo. Es voluntariado”, aclara
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enseguida Cristina Seijas. Arruga su frente, toma un sorbo de té y continúa: “Los pacientes están en un lugar desconocido, no saben bien lo que tienen, perdieron su nombre por un número de cama, los médicos sólo les dan asistencia médica, las enfermeras trabajan a mil porque tienen que estar con todos... Ahí, exactamente ahí, tenemos que estar nosotros”. El nosotros de Cristina es tan inmenso como silencioso. Son hombres y mujeres, pero sobre todo mujeres, que eligieron dedicar varias
horas de sus vidas a estar cerca de quienes deben pasar días, semanas y hasta meses en una despojada sala de un despojado hospital público. Son los 4.500 voluntarios y voluntarias de Civha, una organización que nació hace 43 años y que hoy preside Cristina. Una chispa. Así define esta mujer de 61 años el momento en que decidió presentarse en el Hospital de Agudos de Haedo y ofrecer su ayuda. “Empezó como un agradecimiento por >>>
Cada semana, Cristina y otras voluntarias concurren al Hospital de Agudos de Haedo para dar una mano a los pacientes internados. TERCERSECTOR / 63
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lo que hicieron por mi hijo, que había salido bien de una operación. Después comencé a meterme y meterme hasta que me entregué completamente al voluntariado”, recuerda sentada en una oficina con pañales apilados y ropa que cuelga bajo un cartel que avisa: a la venta. En el hospital
Es viernes y varias señoras enfundadas de rosa entran y salen del lugar. Otras, ordenan en estantes remeras y pantalones que en días se irán puestos en algún niño. En el Hospital de Pediatría Pedro Elizalde las voluntarias decidieron continuar en sus puestos a pesar de la nueva gripe que este invierno salió a matar, principalmente a quienes menos tienen. “La mayoría de la gente que está internada en un hospital público no tiene nada. Ni jabón ni toalla ni papel higiénico. Las enfermeras los bañan y no tienen otra ropa para ponerles. En los hospitales de la provincia no les dan ni los pañales de adultos y te dicen ‘poneles un trapo’”, dice Cristina, mascando bronca. Es que además de acompañar a los enfermos, leerles un libro o conversar con ellos, las voluntarias aparecen también para cubrir las necesidades materiales que el Estado decidió ignorar. Para comprar pañales, jabones y hasta maquinitas de afeitar las mujeres de guardapolvo rosa y una V estampada en la manga aprendieron el oficio del malabarista. “Pedimos y pedimos. Pero las donaciones no alcanzan –aclara Cristina–. Para juntar plata hacemos rifas, que compramos nosotras mismas, o vendemos alguna ropa, que terminamos comprando nosotras. También aprovechamos el día del jubilado en los supermercados para que nos hagan descuentos y entre los distintos voluntariados hacemos trueque con lo que más se tiene en ese momento.” Es que, como define Cristina, la Coordinación Institucional de Voluntarios Hospitalarios de la Argentina es una organización “apolítica y arreligiosa” y por eso no acepta subsidios del Estado. “Somos como hormiguitas que tapamos agujeros”, describe. Sin embargo, los obstáculos no lograron frenar a esta mujer que desde hace dos años está al frente de la insti64 / TERCERSECTOR
“La mayoría de la gente que está internada en un hospital público no tiene nada. Ni jabón ni toalla ni papel higiénico.” tución. Ni siquiera, los comentarios que recibió cuando dio los primeros pasos por este camino. “Al principio me decían, ¿por qué no te vas al gimnasio? ¿No tenés nada que hacer en tu casa? Eso duele, pero después van viendo que nadie viene a sacarle el trabajo a nadie, que sólo queremos ayudar”, dice y vuelve a dibujar dos pliegues sobre su frente. De solidaridad a compromiso
Tal como le ocurrió a Cristina, muchas de las mujeres que se acercan al voluntariado en hospitales, lo hacen como un agradecimiento a quienes alguna vez ocuparon ese lugar. Pero es ahí donde Civha propone transformar esa solidaridad en compromiso: “No podés ir un día y otro no. Tenés que comprometerte, tener vocación de servi-
“Somos el familiar ausente. Muchos pacientes esperan al voluntario como si fuera su pariente, tal vez para cosas tan sencillas como que les compremos un agua mineral.” cio y respetar al paciente. Yo siempre aclaro que no es voluntarismo, es voluntariado. Si te duele algo, después de subir las escaleras te concientizás y el dolor se te pasa”. La historia se repite en cien hospitales del país. Hay años, tal vez meses, en que las personas que se acercan son más. 2001 fue uno de esos momentos. Pero hoy, la constancia es difícil. “La gente necesita trabajar, tiene necesidades propias. Ni siquiera puede ir a
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ver a su enfermo porque en los hospitales los horarios de visita son de 2 a 3 de la tarde, cuando todos trabajan”, cuenta Cristina y una vez más, vuelve a aparecer ese espacio, “los agujeros”, que ella elige ocupar. “Somos el familiar ausente. Muchos pacientes esperan al voluntario como si fuera su pariente, tal vez para cosas tan sencillas como que les compremos un agua mineral”. Cuando mira hacia atrás, Cristina Seijas encuentra en su mamá esa semilla solidaria. Fue ella quien, desde la acción, le mostró lo importante de ayudar al otro. “Ahí lo mamé, ella siempre colaboraba con sus vecinos, con todos... así son también mi hijo y mi marido, el sostén que me permite vivir para el voluntariado 25 de mis 24 horas”. Y ya adulta, no sólo vio germinar aquel brote en su tarea dentro de los hospitales. A los 50, también empezó a estudiar en la universidad. Su elección, otra vez ayudar al otro: se recibió de operadora socioterapeuta en drogadicción y, años después, de técnica en prevención de esa misma problemática que crece por los pasillos de las barriadas más pobres del país. En estos 17 años, Cristina dio pasos lentos pero seguros. Primero como voluntaria, después como coordinadora de área, subjefa y jefa en Haedo. Los últimos diez, multiplicó su aprendizaje y de la mano de Civha conoció las experiencias anónimas que subsisten en cada rincón donde el voluntariado dice presente. En una línea, el reglamento que rige en la organización ilustra su silenciosa tarea. “Está prohibido andar con tacos”, relee y aclara: “Es que nuestro trabajo se tiene que sentir pero no escuchar”. Antes de abandonar el hospital de Barracas rumbo a su Haedo cotidiano, Cristina suelta una última frase que desnuda su esfuerzo y su satisfacción de estar donde está: “Es muy difícil pero ellos me dan a mi más de lo que yo puedo darles a ellos. Porque yo doy, pero todos los días me traigo los dos bolsillos del guardapolvo repletos”.I
SOCIEDAD
Trabajo en cárceles
Versos desde el encierro En la soledad de los penales de mujeres de Ezeiza, Yo no fui dicta talleres culturales y de capacitación laboral. Además de procurarles contención emocional, promueven la autonomía de aquellas que recuperan su libertad. TEXTO ESTEBAN VERA
stán sentadas en ronda alrededor de dos mesas. Un mate circula de mano en mano. Son amargos, aunque no tanto como la vida en el encierro. En la biblioteca del Centro Federal de Detención de Mujeres Unidad 31 (U31), de Ezeiza, una voz femenina recita: “Lejos / en la niebla / Es tan lejos / que confunde el principio con el final / ¿Hay final? / ¿Hubo principio? / Ausencia tan presente / que lastima”. La autora es Laura Ross, de 51 años y prisionera desde hace seis, y los versos que escribió fueron impulsados por el taller de lectura, análisis y producción de poesía que dicta Yo no fui, una organización civil y cultural que lleva adelante varios espacios de ese tipo en las cárceles. Tercer Sector acompañó a dos ex reclusas, Myriam López (38) y Ana Rossel (63), durante
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Ellas en cifras 192 mujeres viven en la U31 de Ezeiza.
441 cumplen condena en la U3, aunque su capacidad es para 375. * Datos del Servicio Penitenciario Federal.
Yo no fui ofrece en la cárcel talleres de poesía, serigrafía y encuadernación, entre otros. 66 / TERCERSECTOR
una visita de vuelta al penal, donde son una esperanza viva para quienes esperan caminar pronto en libertad. En la mole de paredes rosadas, barrotes, puertas blindadas, alambre de púa y espacios verdes sin árboles, la biblioteca se transforma cada lunes en el aula del taller. El encierro, confía Myriam, “te rompe los vínculos familiares, por todas las trabas que hay con las visitas. Y te aislás. Yo salí bien, pero muchas salen mal, con resentimiento con la sociedad, con la vida. Entonces, vuelven a delinquir”, analiza tras pasar allí tres años de su vida. Ya libre –cumplió su condena por venta de paco en noviembre pasado– sigue en Yo no fui, pero en el taller de encuadernación. Con él se gana la vida. “Cuando escribís acá es como si te conectara con el afuera; es el único momento en el que salís a la calle”, reflexiona. “Tras estas rejas hay un mundo, un tiempo / el mío está casi detenido / todo se mueve en cámara lenta / cuando el alboroto cesa, queda el silencio / la soledad es inmensa / y los lamentos flotan en el aire / Recuerdos de otras voces, de otros llantos / las paredes escritas, llamando a un amor ausente / parecen lágrimas detenidas en el tiempo.” Estos versos de encierro y temor, de ahogo estrepitoso tras las rejas, son obra de Ana, poeta y blonda de 63 años, detenida de 2002 a 2005. Desde la primera hora asistió al taller de poesía y ahora –afuera– concurre al espacio de la Asamblea de Palermo de Bonpland 1660, donde la entidad brinda diversos cursos para contribuir con su autonomía. “Estos talleres ayudan muchísimo a insertarte. La prueba está en que de todos los que pasaron ninguno reincidió”, asegura mientras
togestión”, indica María. En la U31 se dictan cursos de fotografía, poesía y costura, en la U3 de danzas, en el Módulo 5 del Complejo Federal 1 (CF1) de encuadernación y en el Módulo 4 de carpintería. Además, tienen previsto brindar un taller de apoyo jurídico en el Módulo 5 y otro de fotografía en la U3. Participan unas 80 personas entre las que salieron y las que aún siguen dentro. Son jóvenes, mayores, de diferentes clases sociales, excluidas del contrato social, autoras de diferentes delitos. La vida afuera
Las mujeres detenidas en Ezeiza participan de los talleres organizados por Yo no fui.
una guardiacárceles –de pequeño guardapolvos blanco– toma lista. Ana y Myriam comparten ahora, con sus credenciales de acceso de Personal Civil, una hora de lectura con sus ex compañeras. “Que las chicas puedan venir acá es muy importante para que quienes siguen detenidas vean que se puede salir adelante”, sostiene María Medrano, directora de Yo no fui. “Y el verlas las ayuda a proyectar un futuro hacia adelante, lo que es muy difícil para ellas, porque, en general, hasta que no están en el bordecito de libertad no pueden pensar en la posibilidad de continuar una actividad afuera”, explica. En la prisión
María es poetisa y alma mater de Yo no fui. Muchos años atrás trabajaba en Tribunales. Declaraciones de por medio, una vez terminó haciéndose amiga de una joven acusada. La visitó asiduamente entre 1996 y 1999 en la cárcel de mujeres de Ezeiza. De esa historia surgió el poemario Unidad 3, las bases de la iniciativa. En 2001 recibió una propuesta de la Casa de Poesía de Buenos Aires para brindar un taller en esa unidad (la más antigua de las dos cárceles de mujeres de Ezeiza), financiado por el Ministerio de Justicia y el Servicio Penitenciario Federal (SPF). Así comenzó hace siete años el proyecto. Luego, el taller fue reubicado en la U31, a unos cientos de metros más al
“Cuando escribís acá es como si te conectaras con el afuera; es el único momento en el que salís a la calle”, reflexiona Myriam. sur. “En la 31 se fue armando un grupo muy sólido y comprometido. Ellas comenzaron a salir y a ver las salidas más cerca. Y se preguntaban: ‘¿Afuera vamos a seguir con el taller? ¿Y qué va a pasar con las compañeras que se quedan adentro?’”, recuerda María. Así, con las mujeres que abandonaron la mole de cemento y rejas se armó un proyecto más amplio en 2005. “Desde el principio buscamos acompañarlas en el proceso de volver a la calle, a sus familias. Es un momento muy crítico para ellas, porque adentro se quedan muy solas”, explica la directora de Yo no fui. “Para esto, se busca brindar un marco de contención emocional, además de facilitar la salida laboral a través de capacitaciones y la participación en diversos talleres; siempre desde la au-
✱ Cómo conectarse proyectoyonofui.blogspot.com
La organización cuenta con un espacio en la Asamblea de Palermo. Allí brinda talleres de poesía, fotografía, encuadernación, serigrafía, costura y confección para que las que hayan cumplido su condena y quienes tengan salidas transitorias puedan encarar proyectos. Para algunas iniciativas cuenta con el apoyo económico del Ministerio de Desarrollo de la Nación, el Centro Cultural de España en Buenos Aires y el Fondo Nacional de las Artes. “Afuera, apuntamos, sobre todo, a talleres de oficios –explica María–, puesto que son productivos y la gente puede ganar plata.” Además, cuentan con una tienda virtual donde ofrecen el producto fabricado en esos espacios: anotadores, remeras, musculosas, chalinas, delantales y chalecos de hilo. Las antologías de poesías y el disco que produjeron (No me digas que no, que compila canciones de las bandas que tocaron en las cárceles de Ezeiza) también se pueden adquirir a través de la web. Esas obras formaron parte de una feria que tuvo lugar en diciembre de 2008 en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Shariel nació en Bolivia. Llegó a Buenos Aires en enero de 2007 y fue detenida a las pocas semanas cuando se disponía a viajar a España y la policía descubrió que una valija, que le había dado un conocido, contenía 5 kilogramos de cocaína. En el taller de Yo no fui, escribe –cuenta– para conectarse con su interior, “pero sobre todo, con el exterior”. El tiempo de los versos y poemas terminó y Shariel camina hacia una puerta que la llevará a su celda. Sin embargo, ansía ver pronto la puerta de la salida, esa que la llevará de regreso a su país y a su hija.I TERCERSECTOR / 67
INTERNET
dibujaunasonrisa.org
Un día para ayudar Un grupo de jóvenes impulsa desde la web pequeños gestos que promuevan el encuentro entre quienes quieren dar una mano y aquellos que necesitan recibir apoyo. TEXTO NAHUEL LAG
lamar a un pariente olvidado, plantar un árbol, emprender una colecta, dar una mano a una organización social, enviar dinero desde el exterior para que un proyecto social siga su marcha. La lista continúa pero todos forman parte de pequeños gestos que devuelven grandes sonrisas a partir de la idea de una OSC de dedicar un día, el 19 de julio, a realizar acciones en beneficio de otros. El espacio desde donde se impulsan estos actos solidarios es el portal www.dibujaunasonrisa.org, que contiene en un mismo lugar a quienes desean dar y a aquellos que necesitan apoyo. La primera mueca comenzó en 2006 cuando un grupo de amigos decidió establecer el Día del Pequeño Gran Gesto, una fecha en la que las personas con vocación solidaria y las causas sociales que precisan ser respaldadas se encuentren. La invitación se hace desde la web. Allí, quienes no saben cómo canalizar sus ganas de ayudar pueden encontrar un listado con 315 comedores, hogares y unas 40 escuelas de todo el país, sólo para empezar. “Todos los actos solidarios son importantes. Son pequeños grandes gestos sobre los que se construye un país y esta campaña hace ver que el espíritu solidario está presente en la sociedad, lo que hace falta es una propuesta que canalice el granito de arena que puede aportar cada uno”, graficó Mara Subotovsky, coordinadora de la Dibujá una Sonrisa.
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El primer año, las personas que se sumaron a la iniciativa fueron 400, pero las redes solidarias crecen más allá del 19 de julio y para el reciente cierre de la campaña 2009 quienes ingresaron a la página y dejaron su nombre como participantes de la cruzada alcanzaron los 1.615. A este número se suman las cerca de 45 empresas que impulsaron acciones de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y aquellos que donaron dinero desde 28 países del mundo.
Esta amplia respuesta obligó a que el sitio web fuera renovado para canalizar mejor las visitas y organizar las sugerencias sobre cómo ayudar desde el trabajo, la casa, el colegio, el exterior o en una OSC. Débora Villecco, otra de las coordinadoras del proyecto, explicó que la página facilita un correo para obtener mayor in-
✱ Cómo conectarse sonrisas@dibujaunasonrisa.org www.dibujaunasonrisa.org
formación y un espacio para publicar “las fotos, anécdotas, testimonios y cuentos de quienes se suman a la campaña”, que busca “inspirar a otras personas a que hagan lo mismo”. Además, este año la propuesta sumó a 500 personas desde la convocatoria a través de la red social Facebook, como Julia Villafañe, impulsora del Movimiento Solidario Alta en el Cielo, que salió con carteles por la Villa la Cárcova, en José León Suárez, al oeste del conurbano bonaerense, para “conseguir algunas sonrisas y el compromiso de que cada persona realice un acto solidario”. Y así lo hicieron al colaborar con una colecta de útiles, libros y ropa para 20 escuelas rurales de Corrientes. Pero la cantidad de personas que multiplican la campaña es difícil de medir. Por eso, Villecco destacó que “más que sumar dibujantes de sonrisas, es importante que se produzca un efecto entre el donante y el destinatario y que uno logre ponerse en el lugar del otro”. Subotovsky coincidió: “Poner un día es una excusa que permite planificar esa ayuda que cada uno quiere dar, pero no puede hacerlo por la vorágine cotidiana. Y nuestro objetivo es que la acción genere sonrisas en ambos extremos para que la gente se identifique y prolongue la acción en el tiempo”. La carrera hacia la meta comenzó el 20 de julio, y para alcanzarla la organización planifica junto a la Red Solidaria un cronograma a través del cual representantes de cada provincia del país se encarguen de no dejar un solo día del año sin pequeños gestos ni nuevas sonrisas dibujadas.I
CORREO
Agradecemos a los lectores que mandaron su carta a Jorge Luis Borges 2297 (1425), Capital Federal, su fax al 4832-1762/7996, o su e-mail a produccion@tercersector.org.ar
La revista TS es mi favorita... Por cada dossier, por la calidad de las notas y las invetigaciones rigurosas. Su gráfica está cada vez más cuidada. Valiosa como fuente para los que diariamente trabajan porque nuestra sociedad sea un poco más inclusiva. Santiago González
Maravilloso equipo de producción. Increíble la preocupación por el análisis de cada tema. Felicitaciones!!! María Rosa Pieras
Felicitaciones, siempre resulta muy interesante leer la revista, además de lo gratificante que es saber que hay muchos trabajando para una sociedad diferente, aunque a veces no alcance. Leticia Doumic
Recibo siempre la revista y quería decirles que me gusta el suplemento de Responsabilidad Empresaria. Me parece muy interesante que las empresas destinen parte de sus ganancias a hacer cosas por la comunidad. Sería importante que haya más proyectos solidarios apoyados por el sector privado y que las organizaciones encuentren dónde conseguir más ayuda. Mirta Sastre
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ME CAMBIÓ LA VIDA
Soledad Roldán
El sueño de la costurera Apostó a sus ideas y con el impulso de la Fundación Pupi formó un taller. Entre telas y tijeras enseña a otras jóvenes mamás el oficio de corte y confección. TEXTO AILÍN BULLENTINI FOTO PABLO AHARONIAN
uego de dejar a sus hijos en la escuela, minutos antes de las 8, Soledad Roldán llega al taller y pone la pava al fuego. “Las chicas”, como ella misma llama a las que hoy son, a la vez, sus empleadas, sus aprendices, pero “más que nada, compañeras”, aparecerán no mucho más tarde, para compartir unos mates de desayuno y, entre charla y charla, ubicarse detrás de las máquinas de coser. Hace siete años que esta mujer de 35 años decidió abandonar su trabajo “bajo patrón” para apostar a sus propias ideas. Con el empujón de la Fundación Pupi, se convirtió no sólo en la coordinadora de su propio taller de costura, sino además en la capacitadora de un grupo de jóvenes mujeres que, como ella, se animaron a torcer un destino que creían eterno. Sobre una amplia mesa, Soledad acaricia la tela que, tijera, hilo e ingenio mediante, se convertirá en blusa. “Siempre me gustó la costura”, aclara como si fuera necesario. La sonrisa que dibuja su boca mientras deja escapar su historia no deja lugar a dudas. “La fundación me dio un canal para que yo pueda liberar esas ganas que tuve siempre de salir adelante”, agrega. Hace siete años conoció el mundo que la Fundación Pupi construyó para los niños en situación de vulnerabilidad del barrio La Traza, en la localidad bonaerense de Remedios de Escalada. Allí vive junto a su padre, sus hermanos y sus tres hijos, Marcelo, Ian y Andrea. El ingreso de Ian al programa Alternativa de Vida, la espina dorsal de la asistencia integral
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que la organización ofrece a cerca de 130 pibes del barrio, fue el nuevo punto de partida de la joven madre. Al poco tiempo de empezar a trabajar con los chicos, allá por abril de 2002, desde la fundación convocaron a los padres a proponer ideas para un nuevo proyecto: talleres de capacitación productiva destinados a mamás y papás, en oficios que a ellos les interesaran. “De metida que soy nomás”, cuenta Soledad que se animó a contar su propues-
✱ Cómo conectarse Fundación Pupi 4241-9100 www.fundacionpupi.org.ar info@fundacionpupi.org
ta en voz alta. El taller de costura le pareció una buena idea. Desde siempre trabajó en el rubro y por ese entonces cubría dos turnos, de 8 a 17 y de 19 a 3 de la mañana, para ganar lo suficiente para mantener a sus hijos. A los directivos de Pupi también les pareció una propuesta interesante. Y en mayo de 2003 habilitaron el taller, con máquinas de coser y una voluntaria capacitadora incluida, quien enseñó al grupo de jóvenes madres el oficio de corte y confección. La capacitación culminó al año, pero el taller quedó cargado de energía al igual que sus operarias. “La fundación lo mantuvo en funcionamiento un año más. Nosotras trabajábamos a cambio de un salario que salía, en su mayoría, de la fundación. Hasta que con Nora decidimos largarnos solas”, destaca Soledad. El mismo espacio que nació en el seno de la fundación, hoy funciona bajo el mando de las socias y les permite, a ellas y sus compañeras, generar con la herramienta del trabajo los recursos suficientes para ser el sostén de sus hogares. Soledad rescata “no sólo un aprendizaje laboral, sino también espiritual”, porque “llevar adelante un emprendimiento propio permite relacionarte y generar lazos con otras personas que no podrían lograrse trabajando bajo patrón. Acá logramos algo distinto”. Soledad es un modelo para sus compañeras. Es que las mujeres que trabajan con ella aprenden el oficio en la cotidianeidad de la labor: “Nunca pensé que podía llegar a ser útil para los demás. Creo que enseñarles el trabajo también es enseñarles a crecer, y crecer yo misma también. Ahora sé que para algo sirvo”.I TERCERSECTOR / 73
El invitado Todos somos responsables de... Por Luisa Valmaggia *
odos somos responsables del empleo. Sin embargo no podríamos entender y explicar esta afirmación sin poner en magnitud cómo y de qué forma lo somos cada uno, como integrantes de una gran red y trama social. Nuestro país ha sufrido una fragmentación y descomposición en su sociedad de manera acelerada y vertiginosa, fenómeno que es fácil describir pero cuyas causas y consecuentes soluciones parecen difíciles por la complejidad, por el número de actores involucrados y porque implican un esfuerzo y conciencia sobre la importancia del conjunto, muchas veces en detrimento de parte de las individualidades y lo sectorial. En los últimos 20 años en particular, el estado se ha venido desligando de sus responsabilidades básicas, o en todo caso la ha cumplido deficientemente o las ha abandonado. Nos referimos concretamente a la obligación de garantizar una educación de calidad, formación de recurso humano capacitado, instruido, formado para insertarse no sólo en el mercado del trabajo, sino en la vida productiva-económico-social de manera regular y aceptable. El proceso de concentración económica que se vivió en particular en la década del ’90 precarizó el empleo, permitió a las empresas una mayor acumulación y ganancia en detrimento del reparto más equitativo de la riqueza y de la reinversión en formación y promoción de mano de obra calificada y de promoción del desarrollo humano. La consecuencia de estos dos procesos (abandono del estado en funciones básicas como la educación y control y regulación del mercado laboral) fue una mayor y creciente concentración de la riqueza, en donde se privilegió la inversión especulativa por sobre la productiva. Es esencial modificar este cuadro de situación ya que la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la OPS (Organización Panamericana de la Salud) sostienen que este cóctel entre Estado abandónico y mercado irresponsable ha generado una nueva epidemia, con efectos devastadores sobre la salud de la población, tanto en los aspectos físico como psíquico: ataques de pánico, nuevas fobias, depresión, falta de perspectiva y de proyecto personal que generan
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mayor desintegración social, mayores niveles de violencia y defunciones por afecciones vinculadas al aumento de las cardiopatías. A menudo los periodistas nos ocupamos de presentar informaciones y noticias que tienen como objeto de atención a la juventud, mostrando a ese sector con una serie de características negativas: tendencia a consumir alcohol, drogas, asociados al delito, a la violencia, como sujetos y objetos de la misma, desorientados y con trastocamiento de valores, independientemente del sector sociocultural al cual pertenezca, ya que muchos de estos males abarcan horizontalmente a todos los niveles sin distinción. Sin lugar a dudas, este presente es un llamado de atención para quienes tenemos responsabilidad en la creación y sostenimiento de mejores condiciones y perspectivas de desarrollo de estas nuevas generaciones, creando las condiciones efectivas y reales para que el estudio y la inserción en el mundo laboral sean ciertas y para todos. Si no logramos reflexionar en conjunto –Estado y mercado– articular la tarea entre instituciones públicas y entidades y empresas privadas para discutir y encontrar la mejor forma de recuperar el empleo y el trabajo como la herramienta para canalizar y satisfacer las necesidades humanas fundamentales, la sociedad y la democracia se verán fuertemente amenazadas y de hecho ya lo están. Encontrar las nuevas formas de integración, de capacitación, de relacionamiento, implicará un esfuerzo colectivo titánico, porque habrá que dejar de lado parte de la ganancia personal para volcarla a un proyecto común, integrador, superador, más equitativo y en donde el bienestar general esté por sobre el individual. En definitiva, una sociedad más racional, con menos miedos, más desarrollo humano y mejor calidad de vida para todos sus habitantes. A menos de un año del Bicentenario de la Revolución de Mayo y con un poco más de margen para el Bicentenario de la Declaración de la Independencia en 1816, podemos dejar de declamar para pasar a la acción y como comenzamos en este artículo: todos somos responsables de que se haga realidad. * Periodista.