02.Futuro

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MAYO

Futuro


Mayo 2015

NÚMERO 2 | 2015

Futuro

Ilustración: Enid Balám Editor del número: Javier Angulo

Algo está por suceder y todo mundo quiere decirnos de qué se trata. Más que un lugar o un momento en específico, el futuro es una idea y como tal puede convertirse en discurso y en producto de consumo. Mientras los adelantos tecnológicos nos avisan que el futuro es hoy, y las pretensiones arquitectónicas de modernidad sobreviven como un futuro que fue, las instituciones, universidades y religiones se ostentan como gestoras del único futuro que importa. En el número dos de territorio, descubrimos un panorama hecho de las distintas nociones del porvenir en la ciudad.

COMUNIDAD

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El futuro sin arraigos

CRÓNICA

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El porno aventurero Por Javier Angulo Las salas de cine que no exhiben la nueva de Pixar sí tienen futuro; un húmedo y decadente futuro.

Hazlo 11 tú mismo

REDACCIÓN

ENTREVISTA

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Dejar el corazón en la consola

PERFIL

¿Está el futuro de la economía en la informalidad?

Por Rogelio Marcial

48 COLUMNA

ENSAYO

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El futuro está en el territorio

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El futuro de las ciudades está en las periferias. Entre los fraccionamientos cerrados y las tierras comunales hay un punto de encuentro: la relación con la tierra.

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FONDO

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La escena punk se desvanece en la ciudad, pero las crestas de unos cuantos aferrados se mantienen más verticales que nunca.

Dime cuándo para no ir Por Fat Harp Malone

Por Judith Hermosillo

Por Judith Hermosillo A algunos les preocupa que haya malos ciudadanos que no paguen impuestos; a otros, que se los roben. ¿Será que la economía informal está dando nuevas respuestas?

Si vivías en México y jugabas videojuegos en los noventas, seguro recuerdas un personaje de gorra y pelo largo que compartía tu afición.

Acidez y la esperanza de un futuro muerto Por Javier Angulo

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Consecuencias y repercusiones

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El futuro, hoy

EDITORIAL

Por Javier Angulo

ENCUENTRO

FOTOGALERÍA

Guadalajara: catálogo de salvaciones Por Angel Melgoza A la capital de Jalisco se le conoce como una ciudad conservadora, sin embargo en el territorio acontece una compleja transformación sociocultural, evidenciada desde el cambio en la pertenencia religiosa.

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ENTREVISTA

Los abuelos de la humanidad Por Luis Sánchez Barbosa La personas se van pero las cosas se quedan. Daniela Silva apela a la curiosidad y a su estética personal para recuperar a través del trabajo documental la memoria universal de un museo particular.

La revista territorio es una publicación mensual para pensar las ciudades. Edición publicada en mayo de 2015. Editor responsable: Luis Sánchez Barbosa. www.revistaterritorio.mx Domicilio: Av. D 715-A col. Seattle. C.P. 45150, Zapopan, Jalisco, México. Teléfono: (33) 1816.885. nosotros@revistaterritorio.mx © 2015. REVISTA TERRITORIO.

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EDITORIAL

CONSECUENCIAS Y REPERCUSIONES S

e nos da con facilidad lo de querer que nos vaya bien, y si se puede, que dure bastante. Es una idea básica que de manera muy natural ha generado la apropiación por parte de distintos grupos e instituciones, quienes se ostentan como dueños únicos de la prosperidad. Vota por mí, cree en mí, toma mis medicinas, consume mis productos y no tendrás de qué preocuparte. Conmigo nunca te irá mal. Resulta interesante la manera en que la ciudad comunica las distintas ideas de futuro que la han construido como una realidad que se vuelve cada vez más compleja. Caminar por la calle es encontrar una gran variedad de aspiraciones y promesas para el porvenir, casi todas con la oferta de que nos espera algo todavía mejor a lo que ya tenemos. Pero el futuro no pertenece únicamente a los grupos que nos quieren añadir a su rebaño. Está en cada rincón, mas no siempre se nota con claridad. Son esas pequeñas cosas que así como pueden llevar un progreso lento y casi imperceptible, son capaces de ocasionar grandes giros en la historia de maneras insospechadas. El futuro de consecuencias y repercusiones, un destino borroso que inspira desde acertadas predicciones hasta las obras de ciencia ficción más disparatadas, el mismo que no requiere de la humanidad para moverse y que nos sitúa en el tiempo tan sólo como algo más. En este número de territorio nos acercamos al futuro a través de la percepción de diferentes ámbitos donde se aborda de manera personal y colectiva, ya sea para forjar una identidad a través de subculturas como el punk y los videojuegos, o para asegurar un camino de salvación por medio de la religión. De la imaginación arquitectónica a las comunidades autogestivas que desde su trinchera marcan pauta, el futuro que nos interesa para esta segunda edición es uno en el que ustedes, lectores, disfrutan al leerla. Que les vaya bien.

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COMUNIDAD

NÚMERO 2. Mayo 2015

¿Cómo te im el futur sin arraig Juan Baterista

Anuk Guerrero Artista

En lo personal sí me gusta que prevalezcan las tradiciones, no es que sea nacionalista ni nada por el estilo, pero me gusta que cada quien tenga sus raíces, el mariachi, el tequila, la cultura es lo que nos hace diferentes en el buen sentido, también si todos fuéramos iguales sería muy aburrido. Cuando fuimos a Europa a la gente de allá les sorprendía que les contáramos que vivimos cerca de un pueblo que se llama Tequila.

Veo colegas con mucho talento y que hacen muchísimo pero no hay mucho compromiso. Trabajar en el Distrito Federal, por ejemplo, es rapidísimo porque hay personas bien entronas y bien aguerridas, muy intensas, aquí en Jalisco falta intensidad, falta ese impulso creativo de necesidad, esas cosas que te convulsionan y que no puedes hacer nada más que enfrentarlas. Si a Guadalajara le quitamos las tradiciones me quedaría con la naturaleza, el ecosistema es precioso, hay muchísima vegetación y eso me encanta, desde niña venía y veía la lluvia y los árboles y dije yo quiero vivir aquí porque eso da vitalidad.

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Creemos que los arraigos que generan región no son permanentes, sino parte de y como todo, se encuentran en transición invitamos a nuestros entrevistados a imag ciudad que ha perdido lo que cultura Fotografía: ABRAHAM PÉREZ

Emiliano Ruiz Parra Periodista

Cristina Gutiérrez Zúñiga Investigadora

Soy un soñador, y sueño con ciudades pequeñas, de no más de tres millones de habitantes, sin coches o con poquísimos coches en sus calles. Ciudades lacustres, donde ninguna vivienda mida menos de 70 metros cuadrados, y nadie consuma más de 30 minutos en llegar a su trabajo, donde la jornada laboral termine a las 3 de la tarde y la gente dedique el resto del tiempo a amar a su familia, hacer arte o gozar la vida. Supongo que eso se llama socialismo.

Una sociedad tremendamente influenciada por la experiencia de migrantes hacia Estados Unidos y con patrones de estilo de vida que incorporan mucho la perspectiva de vida norteamericana como ideal. Guadalajara es una ciudad muy centralista, se piensa ombligo del mundo, somos los chilangos del Occidente.


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maginas ro gos?

n identidad en una e la evolución misma n; con esto en mente, ginar cómo sería una almente la define

Jean Meyer Historiador No soy profeta, [risas] yo repetiría lo de André Malraux “el Siglo XXI será religioso, o no será” ahora ¿cuál forma de religión? esa es otra bronca.

Daniela Silva Cineasta

Rogelio Marcial Investigador

Sin museos, sin edificios, no sería la ciudad que es. Espero que el futuro no sea el que quieren los políticos. En otras ciudades entienden que el futuro va hacia el rescate de lo que ya hay. Aquí creen que para avanzar hay que destruir.

Me gusta pensarlo como un horizonte de posibilidad, a lo que creemos que podemos llegar, aunque luego la realidad nos enseña que no es tan preciso. En términos de juventud se ha detectado que actualmente no les importan ni el pasado ni el futuro: viven un presentismo intenso. Influidos por el vacío que los precede y se dibuja delante de ellos, quieren hacer ahorita lo que nadie les asegura que puedan hacer después.

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ENSAYO

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El futuro está en el territorio

Y siempre lo supimos

En la autogestión del territorio está el vínculo ineludible entre espacio urbano, espacio rural y futuro Por JUDITH HERMOSILLO Fotografía: ABRAHAM PÉREZ

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l futuro de las ciudades parece estar en las periferias donde se ubican los desarrollos inmobiliarios llamados cotos, pero también algunas comunidades rurales donde el dominio de las tierras es colectivo y abierto. ¿Habrá alguna posibilidad de unir lo mejor de ambas apuestas? ONU Hábitat estima que desde el 2008 la mitad de la población mundial radica en áreas urbanas. Porcentaje que se irá acrecentando hasta alcanzar el 75% de la población global para el 2050. Este tránsito generalizado de los espacios rurales a los urbanos, con la inminente construcción de nuevas ciudades, trae consigo otras formas de relación social, incorporación laboral y producción cultural. Sonia Vidal-Koppmann, quien ha investigado en Argentina los nuevos modelos de vivienda y lo que significan para el espacio público, ha nombrado a los cotos “barrios

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de autoexclusión”. Los habitantes de estos fraccionamientos, a diferencia de los que se asientan en las periferias de forma irregular, han decidido hacerlo y además pagar por ello como signo de exclusividad. No se trata sólo de nuevas formas de vivienda, también hay en ellos una reconfiguración de la dicotomía público-privado, porque justo dentro de esas islas urbanas se venden como elementos de plusvalía los espacios de recreación y consumo comunitarios: albercas, casas club, parques. Este fenómeno de fragmentación lleva por lo menos tres décadas ocurriendo en Guadalajara aunque se apoya de conceptos derivados de principios del siglo XX como el de colonia, que prácticamente ha sustituido a la noción del barrio. La Colonia Chapalita es probablemente la más antigua de que se tenga noción con estas características. Si bien no es un fraccionamiento cerrado, nació y opera todavía con procesos autogestivos y regulatorios que en buena medida intentan


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demarcar una diferencia con el resto de la ciudad. Es común que a pesar de vivir durante años en esta ciudad y transitar cerca de algunos de los fraccionamientos más exclusivos (como Bugambilias, El Palomar o Puerta de Hierro) sea imposible saber qué pasa dentro de ellos. Se han vuelto espacios autosuficientes. Algunos con todos los servicios básicos y lúdicos resueltos. Esa comodidad desincentiva muchas veces que quienes los habitan salgan con frecuencia o por gusto al resto de la ciudad, lo que deriva en islotes que acentúan las diferencias. La metáfora de una ciudad que divide a sus habitantes con muros se explica sola. Es cierto también que dadas sus características se viven ahí dentro procesos autogestivos

y de organización vecinal. Son bien conocidas las reuniones de condóminos que van adquiriendo cada vez mayor participación en la toma de decisiones de lo que ocurre ahí dentro. Ello podría, sin duda, tener también consecuencias positivas y representar un síntoma benigno de compromiso comunal. Pero hay evidencia de que la disposición para organizarse existe sólo frente a aquellos que comparten ciertas características comunes, sean económicas o geográficas, mientras se acentúa la diferencia con los que están afuera de la muralla, que ni siquiera pueden ingresar sin ser sometidos a escrutinios e interrogatorios por el guardia de seguridad. Esa ruptura tiene también consecuencias con lo público. Los procesos de autogestión van dejando

fuera al estado. Los condóminos se responsabilizan a tal grado de sus necesidades que es cómodo o útil para el gobierno que ellos resuelvan ciertos asuntos, que también deberían ser de su incumbencia. Es decir, hay ciudadanos encerrados dentro de fraccionamientos de los cuales salen casi exclusivamente en sus autos, para ir y volver de las escuelas o trabajos nuevamente en sus automóviles. No quiere decir que eso no ocurre con quienes no viven en fraccionamientos, lo que se intenta argumentar es que precisamente este tipo de edificaciones dejan en claro, casi como última evidencia, que las nuevas aspiraciones de relación con lo público son primordialmente privadas. Si bien este tipo de vivienda nació para el mercado de altos

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ingresos económicos, se ha ido popularizando entre los demás estratos sociales y hoy encontramos viviendas de interés social y de prácticamente cualquier precio con estas características. No se trata ya de una idea de aspiración social, se trata también de la seguridad y la diversión como mercancías a la venta. Las principales estrategias de los desarrolladores inmobiliarios que comercializan este tipo de viviendas están situadas en estos términos. Lo que se ofrece como valor y que se encuentra “ahí dentro” de los cotos es la seguridad. Los vigilantes de la entrada, las cámaras y la garantía de que no entrará nadie que no esté plenamente identificado o sea vecino. Ese sentido de desconfianza es lo que está en juego y, junto con él, la forma en que nos relacionamos y entendemos lo público y a la ciudad. Desde el aislamiento se ceden, finalmente, los derechos sobre el espacio público. Porque mientras se vive en un lugar aparte, hecho exclusivamente para eso, qué más da lo que se decida u ocurra afuera. La autoafirmación personal se convierte en paredes, rejas y puertas. Si la forma en que se van determinando los espacios habla de las autoafirmaciones frente a los otros y a la ciudad, entonces se puede decir que el espacio urbano se conforma a partir de las relaciones que quienes lo habitan establecen entre sí, y de la forma en que se vinculan también con lo material. En este punto resalta la diferencia entre la propuesta urbana y la de los pueblos indígenas respecto de la relación con el territorio y, por ende, con el futuro. En la tenencia y relación con la tierra radica uno de los elementos más dispares. La doctora Patricia Ortega, miembro de la Brigada Doctor Ignacio Martín Baró desde su conformación en 1994, y en apoyo al levantamiento zapatista en Chiapas, ofrece una

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imagen que sirve para ejemplificar el punto: “Nuestra noción de libertad es un águila volando; nuestra máxima aspiración, estar solos, poder hacer lo que queramos al menos un momento y sin que nadie nos estorbe”, pero para quienes viven en comunidad, la libertad está directamente ligada a la tierra. Libertad es tener un territorio para vivir, del cual comer y donde ser enterrado cuando llegue la muerte. Es decir, transitar todo el ciclo de vida en un mismo espacio y conviviendo por generaciones con las mismas personas. Más aún, la libertad [ y junto con ella el futuro] se observa como proyecto colectivo y no individual. No se trata de que alguien haga lo que le venga en gana, sino de que todos hagan y se orienten hacia una misma noción de libertad. Para ello es indispensable la permanencia. Estar en un mismo lugar, convivir

con los otros miembros del grupo y decidir en colectivo. Tal es el caso de Mezcala, Jalisco. Una localidad que forma parte del municipio de Poncitlán y que se ubica a escasos minutos de Chapala. En Mezcala habita la comunidad indígena Coca que, a pesar de ser tan cercana a los turísticos municipios de Ajijic y Chapala, tiene muy claro que su proyecto de futuro consiste en resistir a la inversión y mantener la tenencia comunal de la tierra. Para ellos la historia de la resistencia es muy significativa: “Fíjese, todavía somos morenitos”, dice uno de los lugareños, con el orgullo de sentir que el mestizaje no ha horadado sus identidades básicas. Horas antes un comunero había declarado: “Mezcala es y seguirá siendo un pueblo originario; no está opuesto al desarrollo pero sí convencido de defender su identidad.”


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Mientras que para los pueblos originarios tal pareciera que el futuro es la permanencia, la resistencia, seguir diciendo no a cada tentativa de compra de sus tierras a pesar de saber que por ello perderán algunos derechos sobre apoyos gubernamentales para el campo; las ciudades se movilizan en aparente esquizofrenia. La preocupación por el medio ambiente, el nuevo mercado que empieza a consolidarse en torno a los llamados “productos orgánicos” y hasta los grupos culturales que movilizan conceptos como la horizontalidad, la inclusión y el respeto por los animales, no hacen sino reivindicar algo que las comunidades indígenas han practicado milenariamente. “¿Ecología?, aquí no existen esos términos, solamente la defensa del territorio, y eso quiere decir también lo que hay en el subsuelo, en las

aguas, en la tierra”, cuenta Rocío, quien dirige el Paraje Insurgente, un comedor comunitario y lugar de encuentro para los habitantes de Mezcala. Este aparente retorno que nos ha llevado a hablar de consumo local, de comercio justo, de reivindicar “lo verde” y hasta de búsqueda espiritual tiene, según la doctora Patricia, algo de zapatismo. Prácticamente todos los movimientos sociales en el mundo después de 1994 tienen algo de zapatismo: el planteamiento de la posibilidad. La utopía de que existen opciones distintas a la apuesta generalizada del capitalismo. No se trata de contar una historia en términos de malos y buenos. Uno de los propósitos del levantamiento zapatista no era que todos se levantaran en armas, como tampoco es que optaran por mudarse a una comunidad indígena. Nada más

absurdo. Ellos son conscientes de la imposibilidad de permanecer incólumes a los cambios que los cercan y han sido grandes usuarios de las tecnologías para difundir sus mensajes. Pero volvamos a la tierra. Si el proyecto zapatista e indígena está fincado en la posesión de la tierra, no como bien personal sino como comunitario, y además en el reforzamiento de una identidad histórica que les permite afianzarse en el ahora para proyectar un después ¿cómo llevamos ese planteamiento a las ciudades? El futuro definitivamente está en el territorio. La forma en que las personas se relacionan con sus espacios es determinante en la configuración de éstos y refleja también la disposición para convivir y confiar en otros. Al encontrarse y compartir (o no) los espacios, queda evidencia de

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Mayo 2015 quiénes somos y, a través de ello, de quiénes queremos ser. Las dinámicas actuales de vida, la gran migración de lo rural a lo urbano, que todavía no acaba, y la brecha de la desigualdad cada vez más amplia, han generado nuevas formas de vivienda que atentan contra lo colectivo; separan, segregan y lanzan mensajes indirectos de la supremacía de lo privado frente a lo público, y de la necesidad de acceder a lo que ahora entendemos como beneficios de lo privado -seguridad, confort, bienestar- como un bien de consumo. Hay que pagar por habitar un espacio deseable, porque la ciudad no parece estar planeada para ofrecer esa posibilidad a todos. El bienestar pasa de ser un asunto colectivo de implicaciones políticas, a ser un asunto de interés privado que hay que resolver meritoriamente. Hay que pagar por ello y quienes no pueden o siguen resistiendo al sistema, se entienden como extraños, aún si comparten con nosotros la ciudad que habitamos. La posibilidad, entonces, de unir ambas visiones tendría que ver con darnos cuenta que la autogestión de nuestros espacios, sean rurales o urbanos, es el vínculo ineludible con el futuro. A pesar de parecer extrema la comparación, resulta que los habitantes de tierras comunitarias y los de los más herméticos fraccionamientos cerrados están afirmando su pertenencia a un territorio. Eso sí, unos con muros y otros sin ellos. Ahí el detalle que habría que estudiar. Mientras las comunidades indígenas deben resistir frente al sistema que intenta incorporarlos a la lógica del consumo; las viviendas urbanas cerradas utilizan el consumo para habitar un espacio en el que se hace posible la regresión a imágenes de niños jugando por la tarde en las banquetas o reuniones con los vecinos para ejercitar la deliberación. No es extraño entonces pensar

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que el interés por habitar un espacio seguro y cómodo en el que el encuentro de unos con otros sea posible, dibuja una posibilidad de comparación, un punto de encuentro, una búsqueda común. El reto, si se concede tal afirmación, está en desbordar esa posibilidad y permitir que permee a toda la ciudad. Que no haga falta ser comunero de una población indígena ni tener dinero para comprar una vivienda exclusiva para habitar un espacio que haga confiar en otros y sea el molde en el que quepan tantas ideas de futuro como personas lo habiten. En buena medida, ya que el futuro es la idea de la que se desprenden algunas de nuestras acciones o decisiones en la vida, hacer consciencia de él implica también fotografiar nuestra cosmovisión. Lo que entendemos del mundo, el lugar en el que nos situamos para enunciarlo y nuestras aspiraciones, individuales o colectivas, quedan evidenciadas en el imaginario del futuro. ¿Qué lugar tiene en nuestro imaginario del futuro la relación con nuestros espacios? Desde ahí partirá

-porque ha partido- la posibilidad o el caos. En la disposición para entender que el territorio que habitamos nos trasciende y es también de otros, que nuestras aspiraciones más íntimas están vinculadas a un espacio y a la interacción con formas de entender el mundo distintas. Para desandar la idea de que somos totalmente distintos, porque ya no es suficiente pensarnos en términos de blanco o negro, rural y urbano, público y privado, centro y periferia, ellos y los otros, etc., bien sería habitar en colectivo: encontrarnos de nuevo.


Mayo 2015

REDACCIÓN

ABRAHAM PÉREZ Este número fue un viaje a diversos “futuros pasados”. Vanguardias pasadas que desde mi óptica marcan el rumbo que seguiría un futuro utópico; un ejercicio íntimo, incompleto por siempre, como recorrer las calles de Guadalajara buscando el legado de arquitectos como Alejandro Zohn, o sumergirse en la introspección de Daniela, la nieta de Federico Solórzano Barreto. Tratar de adivinar el futuro de algo tan moderno como los videojuegos, pero partiendo de cómo estos dejan de ser modas, para convertirse con el tiempo (y sin que nos diéramos cuenta) en objetos de culto.

JAVIER ANGULO

Hazlo tú mismo Podría decirse que uno nunca es el mismo después de cada edición, y para elaborar este número nos involucramos en historias que abrieron nuestra perspectiva acerca de algo tan intrigante como puede ser el paso del tiempo: el futuro en palabras de quienes colaboraron en territorio

ANGEL MELGOZA El futuro, tanto como medición temporal o espacial, es tan próximo o lejano como queramos. Hablar desde diferentes percepciones del futuro, fue algo esencial. Los fenómenos que configuran la composición social hoy, determinada desde la pertenencia a una institución religiosa, representan una muestra del desenvolvimiento de una tendencia que seguirá en aumento. En tiempo y espacio la diversidad religiosa crecerá, así como la normalización de las relaciones interreligiosas y las sociedades urbanas más heterogéneas.

JUDITH HERMOSILLO

LUIS SÁNCHEZ

El futuro puede hablarnos de tiempo pero también de espacio. La aventura en este número consistió precisamente en tratar de poner los ojos sobre otra posibilidad: cambiar el cuándo por el dónde; y centrar la mirada en la tierra y nuestra forma de relación con el espacio público. El primer y último escenario sin el cual es simplemente inútil hablar de tiempos que vendrán, porque nadie existe en el vacío. El futuro es también territorio.

El futuro es un deseo insatisfecho. Un modo de apropiación. Un relato caprichoso. La aspiración editorial del segundo número de territorio fue la de visibilizar el futuro que nadie acepta: el de las calles abandonadas, el informal, el que llega tarde, al que nos aferramos o el que no queremos ver. Porque al futuro, a diferencia de la información, no se busca: vendrá por nosotros.

A mí que me pongan los robots conscientes, los autos voladores, los trajes plateados y las pandillas tipo Mad Max. Cuando se trata de pensar en el futuro, yo quiero ir a los mundos que han dibujado las películas de serie B y la ciencia ficción en general. Pero aquí hacemos una revista, y no todas las visiones que abordamos al respecto van por ahí. Al trabajar con el tema de esta edición lo que más me ha fascinado es la sensación de ser testigo de un pedacito de la historia, ese momento en que caigo en cuenta de que lo real no es el tiempo sino el cambio y que todo se transforma sin que yo me vuelva imprescindible en el proceso. Ni el futuro ni la vida me pertenecen, sólo soy parte del fenómeno y además tengo el privilegio de generar consecuencias con mis acciones. Se siente bien.

MARCE GÁMEZ Futurear es un riesgo que no muchos toman. Nosotros no queremos aferrarnos al pasado, pero tampoco estamos de acuerdo con la idea de futuro a la que aspiran los que buscan que lo fundamental no cambie. La revista territorio no es para acertar o adivinar, sino para pensar. El futuro o el segundo número que ya fue.

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ENTREVISTA

NÚMERO 2. Mayo 2015

Dejar el corazón en la consola:

Gus Rodríguez y la generación de los 16 bits Cada sábado por la mañana, una creciente comunidad de gamers en todo el país sintonizaba Nintendomanía para conocer las novedades que pronto jugarían en sus consolas de Super Nintendo; Gus Rodríguez, actual conductor de PowerUp! Gamers y pionero del periodismo de videojuegos en México, nos comparte el pasado y futuro de una pasión que forja identidad a través de los bits 12


ENTREVISTA Mayo 2015

Por JAVIER ANGULO Fotografía: ABRAHAM PÉREZ

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l primer videojuego que tuve frente a mis ojos fue el Super Mario Bros que venía con el Nintendo de 8 bits. En 1988 una tía me invitaba a jugar, me preguntaba “¿quieres ser Mario o Luigi?” y me hacía creer que yo jugaba, cuando en realidad ella era quien controlaba al mono todo el tiempo. Lo supe después, al notar lo frustrante que era caer en cada precipicio y querer entrar a todos los tubos mientras aprendía a jugar por mi cuenta. La experiencia del videojuego no tardó en ofrecerme la evasión de la realidad que hoy en día sigue siendo uno de sus fuertes, y la acepté gustoso. El siguiente nivel llegó cuando un primo me enseñó el truco para sacar las cien vidas en el Mario Bros. Entonces me volví parte de la comunidad sin saberlo, una generación que de boca en boca tejió una red de aficionados con su propio lenguaje, trucos y mañas varias. Éramos los que se sabían de memoria la clave del Contra, los que le decían “Capulinita” al Adventure Island y los que soplaban a los cartuchos sin saber bien para qué. Pocos años después, la figura de Gus Rodríguez sería esencial en nuestra evolución como jugadores. ¿Cómo decidiste hacer la primera revista de videojuegos en México? Empezamos precisamente porque sabíamos que no existía nada de información y creíamos que había necesidad de esa información. Nosotros comprábamos chicles en Estados Unidos y ahí venían unas tarjetitas con dos o tres trucos que aplicábamos a Mario, Zelda y los primeros jueguitos que salían por ahí, a partir de esto

empezamos a hacer publicidad a través de unos pequeños boletines que regalaban en la tienda oficial de Nintendo, porque en lugar de usar radio y prensa decidimos hacer estos boletines. De ahí fue un éxito, empezó a crecer hasta que Nintendo se dio cuenta de quién estaba haciendo esto en México, nos preguntaron si podíamos hacer una revista, como nosotros éramos publicistas pensamos que una revista es como hacer muchos anuncios, entonces aceptamos y nos aventamos a hacer Club Nintendo. ¿Qué momentos en el desarrollo de los videojuegos te impresionaron a través de los años? Todos y cada uno de los momentos eran impresionantes, por ejemplo cuando vi la pistola de Duck Hunt, disparabas a la pantalla y decías “¿pero cómo es posible que lo lea la pantalla? ¡es cosa del demonio, este es el futuro que ya llegó!”, pero después cuando vi el juego de Zelda era de “¡no manches es un cartucho pero además tiene una batería para guardar mis avances!”. Cada vez que salía algo me impresionaba a lo largo del tiempo, cuando salió el Super Nintendo también era la locura. A lo largo de la historia de los videojuegos afortunadamente siempre me he impresionado y sigo impresionándome, eso me gusta. El Super Nintendo llegó en 1991, y entonces nos volvimos exigentes. Los videojuegos se convertían en una cuestión de identidad. Nada fue lo mismo después de conocer a Super Mario World, Yoshi’s Island, Super Metroid, los Castlevania, los Mega Man y los Donkey Kong Country. Incluso fuimos testigos de no uno, sino dos terribles juegos protagonizados por Julio César Chávez. Luego, con Street Fighter 2 ocurrió lo inevitable, los niños salieron de casa y se congregaron en la tiendita más cercana

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para retar a sus amigos. Las colonias vivían los primeros duelos encarnizados que desataron la fiebre por los juegos de peleas, donde los mejores se jugaban el honor como en película de kung fu cada vez que traspasaban las fronteras de sus barrios en busca de mayores desafíos. Esto era lo que ocurría en cualquier ciudad, y que de alguna forma conectaba a los de Guadalajara con los de Ensenada y a los de Guasave con los del DF y los de Mérida y así hasta que esta gran conexión se hizo evidente cuando el programa Nintendomanía llegó a la televisión abierta un sábado por la mañana de 1994, y los “maniacos” de todo el país dimos la bienvenida a Gus Rodríguez y a su clásico look de cachucha y pelo largo.

Marty Mcfly a jugar en una arcadia dice “yo soy muy bueno en esto”, los niños lo ven y dicen “ah tienes que usar las manos”, la gente se carcajeó, y actualmente existe el Kinect y muchos juegos en los que podrías no usar las manos. Sin embargo el Kinect ya pasó como momento de moda, los videojugadores quieren tener un control en la mano y apretarle, y por supuesto Street Fighter y Mortal Kombat tienes que jugarlos con el control, entonces todas esas cosas que de repente puedes estar imaginando que serían el futuro te juro que te vas a quedar corto y no le vas a atinar. Los lentes de Google creo que ya los echaron para atrás, lo de implantarte un chip puede ser un camino, ahorita suena loco pero ya veremos dentro de 10 años.

Fue muy especial porque cuando empezamos esto de los videojuegos nadie sabía más que nosotros, los que hacíamos la revista, y era porque habíamos estado en contacto con la fuente. A todos los Consumer Electronics Shows que fuimos no había más mexicanos que nosotros, en cambio al último que fui había muchísima gente latina, chavos que tienen blogs, chavos que tienen algún programa local de videojuegos, pero en aquel entonces no había nadie. Cuando yo decidí salir en el programa tenía treinta y tantos años, entonces no era nada fácil buscarme un look que fuera un poquito más cercano a los chavos de 12 a 15 años para quienes estaba dirigido, era como un señor de la edad de sus papás, ¿cómo les iba a hablar de eso?. Lo que más regalaban en los shows era gorras, y precisamente un día que nos teníamos que tomar una foto estaba despeinadísimo porque siempre he traído la greña, entonces dije “préstame esa gorra”.

Nintendomanía nos dio grandes momentos en la tele, como cuando supimos por primera vez lo que sería el Nintendo 64. La era de los videojuegos en 3D finalmente estaba ante nosotros y la única manera de enterarnos cómo se veían sus innovadoras imágenes en movimiento era a través de la televisión. Ese Mario 64 cubierto de metal líquido al estilo Terminator 2 nos dijo a muchos lo que había que tener bajo el árbol en la navidad de 1996. El aspecto visual no fue lo único que cambió. Pronto los videojuegos exigieron una mayor inmersión por parte del usuario, con títulos como Golden Eye 007 y Star Fox 64 marcando pauta en la experiencia de juego. En medio de todo esto apareció The Legend of Zelda: Ocarina of Time, el famoso RPG que generó todo un culto a su alrededor. En 1998 esto era lo más cercano en los videojuegos a leer un libro de aventuras.

La estrella del programa era el videojuego, entonces fuimos lo más rápido y lo más concreto hacia los videojuegos. Teníamos que poner la parte juvenil, hicimos un casting y quedó mi hijo porque él tenía acceso a los juegos antes que nadie por estar conmigo y le sabía muchísimo, en los viajes era mucho más fácil llevarlo, no decíamos que era mi hijo y así empezamos el primer programa de Nintendomanía en Azteca. ¿Cómo te imaginas que será la industra de los videojuegos dentro de 10 años? Yo creo que todo lo que podamos imaginar se va a quedar muy corto, a mí no me gusta mucho especular porque se me hace una locura. En la película Volver al Futuro 2, cuando se acerca

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¿Qué juegos te han atrapado últimamente? En este momento me atrapó Bayonetta pero ya casi lo dejé de jugar, y acabo de retomar porque sí me gustó mucho Zelda: Ocarina of Time en 3DS. De repente juego con mi hijo Xbox o Playstation pero no estoy fascinado con ellos. The Last Of Us es un juego que hace poco estuve jugando y me atrapó muchísimo, más que nada por la historia. A veces veo algunos juegos que no me gustan porque son balazos y balazos, te matan, esperas veinte segundos y vuelves a aparecer, no manches, en mi época cuando te mataban tenías que empezar otra vez desde el principio, entonces ibas con mucho más cuidado y ahora ya a la gente le vale gorro, hay que echar muchos balazos y no investigan, esos juegos no me gustan.


ENTREVISTA Mayo 2015

Con la pistola de Duck Hunt, disparabas a la pantalla y decías “¿pero cómo es posible que lo lea la pantalla? ¡es cosa del demonio, este es el futuro que ya llegó!” ¿Cómo se ve un juego como Ocarina of Time, que fue innovador en su tiempo, a la distancia de los años? Realmente fue el parteaguas, traían ya una historia muy fuerte, era cosa de investigar, yo creo que un videojugador de los que les gusta Call of Duty, Halo y ese tipo de juegos, a ver que se pongan a jugar este, tener que pensar cómo usar las herramientas, que de repente una te cuesta más trabajo pero eres bueno para resolverlo de tal o cual forma. Yo recuerdo alguna vez que estuve platicando con el señor Shigeru Miyamoto en un Tokyo Game Show, estaba el hijo del creador de muchos animes como Astroboy, como Kimba el León Blanco y ellos iban a sacar un juego basado en Kimba, finalmente no lo sacaron, creo que es uno de los grandes videojuegos que Miyamoto tiene guardados, algún día a lo mejor nos va a sorprender. Hablando precisamente de cuál sería el futuro, si alguien dice por dónde van los videojuegos es el señor Miyamoto. En ese entonces él decía “yo quisiera tener un videojuego que no lo juegues con las manos ni con la mente, sino lo juegues con el corazón”, no nos dijo más, no profundizó pero yo creo que tiene que ver a lo mejor con lo que te decía de este chip que te pudieran implantar, o un casco que pueda leer la mente y que puedas controlar, un videojuego a base de los sentimientos que puedas meterte y ser parte de él con el corazón, que abraces al león y sigas caminando y te asustes y te emociones y llores y te rías. Yo creo que ese es un juego secreto que todavía debe de estar

trabajando el señor Miyamoto, y creo que no moriría él a gusto si no lanza un videojuego que puedas jugar con el corazón. La última consola que tuve fue el GameCube, después de eso dejé los videojuegos, o más bien dejé de interesarme en jugar las novedades. Decir que la madurez me apartó de esta afición sería muy aventurado. Aún tengo mi Super Nintendo y doy batalla en el Tetris Attack, se aceptan retadores. Cuando me da curiosidad por saber qué hay de nuevo con los videojuegos vuelvo a visitar a Gus Rodríguez, que en estos días lleva el programa de Power Up! Gamers en Youtube junto a su hijo y un equipo nuevo de conductores. Ahora en Internet, ante una industria que rivaliza con la del cine y una diversidad de títulos con la que es difícil mantenerse al tanto, un viejo amigo sigue ahí, siempre al día para contar una historia en eterno desarrollo.

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Guadalajara: catálogo de salvaciones Por ANGEL MELGOZA Fotografía: ABRAHÁM PÉREZ

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Dejar de pertenecer es modificar el modo de vivir, la manera de relacionarse con el entorno. En la ciudad ocurre un cambio en la pertenencia religiosa que habla de incesantes transformaciones sociales. Una diversidad religiosa permite que distintas jerarquías de valores interactúen, y brinda una nueva concepción de sociedad tolerante. ¿Cómo ha ocurrido esa modificación de la espiritualidad? ¿Cuál es el futuro de la religión? n México las comunidades que han permanecido históricamente más cercanas a los centros de poder suelen estar vertebradas a la tradición católica. Sin embargo, para muchas personas la religión ha perdido su fuerza como centro de encuentro comunitario, y ha pasado a ser parte del legado cultural que se transmite por generaciones. En la ciudad se gesta una innovación sociocultural que podemos visibilizar desde el cambio en el ejercicio de la espiritualidad, y esto a su vez representa una muestra de las continuas transformaciones que ocurren en las sociedades urbanas y sus lógicas de convivencia. Mientras algunos buscan mejorar su experiencia espiritual, por medio de cultos distintos a los heredados, otros prefieren mantenerse al margen de cualquier estructura religiosa. La fama de Guadalajara como una ciudad conservadora se desprende de una realidad: en la zona centro occidente del país, el cambio de adscripción religiosa (cambio de una iglesia a otra) ha sido más lento. Sobre todo porque

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las sociedades de esta zona del país se fundaron y crecieron de la mano de la Iglesia Católica romana, máximo símbolo de poder económico, político y religioso durante las primeras etapas de su crecimiento y evolución. La Iglesia Católica lucha por mantener su hegemonía, mientras las Iglesias pentecostales y evangélicas le arrebatan terreno. Del 2000 al 2010 el catolicismo perdió cerca de cinco millones y medio de creyentes según datos del censo del INEGI. A pesar de las cifras, ésta no es una historia enfocada en números, en masas de fieles, ni en éxodos colectivos. A través de historias individuales se puede observar el cambio social y cultural que se gesta entre grupos que cohabitan un mismo espacio. El cambio religioso que un individuo decide efectuar es una decisión personalísima. Un cambio transformador en el que convergen ideologías, relaciones familiares, de amistad o de trabajo. En Guadalajara, dos fenómenos religiosos cuestionan por completo los fundamentos de la sociedad en que se instalan: la fundación de la iglesia mexicana más grande del mundo, y el arraigo de una polémica iglesia surgida en Brasil.


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Donación: de acuerdo con su fe Fui a un antiguo cine convertido en templo. Al entrar al recinto me encontré flanqueado por vitrinas con imágenes publicitarias de un programa televisivo. Parece un lugar de citas a ciegas de baja producción adornado con un logo rojo en forma de corazón y una paloma al centro. Después de unos minutos de ocupar mi butaca apagaron las luces y encendieron un arco de rojo con una cruz al centro. Los fieles pasaban por debajo de él y mantenían sus manos sobre sus cabezas. “Abandona esta vida ahora espíritu, este cuerpo no te pertenece más, esta vida no te pertenece más; en el nombre de Jesús, suelta la vida de esta persona, suelta” gritaba el pastor. La Iglesia Universal del Reino de Dios [IURD] más conocida por su programa televisivo Pare de Sufrir fue fundada por Edir Macedo en 1977 al norte de Río de Janeiro. Antes trabajó como vendedor de boletos de lotería y en el Instituto de Geografía y Estadística de Brasil. “Usted va a apartar un día de la semana, y va a hablar con Dios, con sinceridad y va a desahogar sus dolores, tristezas; amén. Si usted llega a derramar lágrimas, a llorar porque usted ya no soporta más eso, usted va

a agarrar la servilleta y a secar sus lágrimas […] va a decir: yo no quiero más derramar lágrimas, yo no quiero más llorar por causa de esta situación; coloque delante de Dios sus problemas y prepare una ofrenda de veinte, de treinta, de cuarenta, de cincuenta, de cien (pesos), de acuerdo con su fe; amén” Esas eran las indicaciones del pastor que, en portuñol, precedía la ceremonia. No sorprende que Edir Macedo sea uno de los hombres más ricos de Brasil. Según Forbes [revista especializada en negocios y finanzas] su fortuna se valúa en 1.1 billones de dólares. En 2013 adquirió el 49% de un banco brasileño que cobra una de las tasas de interés más altas del país. Además es dueño de la segunda cadena de televisión más grande de Brasil que compró con fondos que a la fecha no tienen una clara procedencia. Macedo ha librado batallas legales que lo acusaron de fraude y charlatanería. También se le asocia con la creación del partido político Republicano Brasileiro que tiene dirigentes ligados a la IURD. En 2014 se inauguró la sede oficial de la IURD, en la que se pueden albergar hasta 10,000 fieles y que costó $200 millones de dólares.

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Mayo 2015 Rosa acudió por primera vez a la Iglesia por iniciativa de una compañera de la tortillería donde trabaja. “Yo tenía una depresión, se murió la esposa de mi hijo, y aquí me ayudaron a salir de ella”. Lleva tres años de asistir a la Iglesia y por primera vez tiene la inquietud de leer la Biblia. En la Iglesia Universal le enseñaron que ella es capaz de leerla y entenderla, entablar una conversación con Dios por medio de su palabra. “Y después de la reunión te sientes bien, relajado” “¡Allá hasta hay que hacer cita!”, dice Rosa refiriéndose a la Iglesia Católica. En la IURD después de cada ceremonia hay espacios para acercarse a los pastores y platicar con ellos, pedirles consejos o bendiciones. Las bendiciones van sobre personas, contratos, demandas o cualquier clase de necesidad. Una señora que estaba formada para recibir una bendición del pastor, me dijo: “ahorita me toca visitar negocios, ofrezco créditos; y con la bendición se cierran más contratos”. El obispo católico mexicano, Javier Navarro, dice: “han proliferado nuevos grupos religiosos cristianos, porque ha proliferado la libre interpretación del libro [refiriéndose a la Biblia]”. Ellos consideran que la interpretación del texto bíblico, es exclusivo de los creyentes católicos, los ministros y el papa quien tiene la máxima autoridad para definir la versión interpretativa. Isaac, un joven profesor de artes marciales mixtas, asiste a las reuniones de la Iglesia Universal (Pare de Sufrir) los lunes, miércoles, viernes y domingos; mientras que los sábados ofrece clases gratis de defensa personal en las instalaciones de la Iglesia. “Era católico, pero nunca iba a misa” dice. Un lunes hace ocho meses, el gimnasio al que diariamente asistía, no abrió. Su madre lo invitó a una reunión y desde entonces no ha dejado de acudir. La familia cruzaba por dificultades económicas y su hermano tenía problemas de personalidad. Isaac dice que las cosas han cambiado. Él ofrece clases en distintas artes marciales y defensa personal en un gimnasio de Zapopan. Como credo neo-pentecostés, la Iglesia Universal del Reino de Dios tiene una ética económica denominada “teología de la prosperidad” que considera el éxito

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monetario como un fin que hay que buscar, y a las donaciones como medio para obtener mayores beneficios. En México la IURD tiene 178 centros religiosos y en Guadalajara presencia desde 1997. A pesar de que la Iglesia Universal o Pare de Sufrir tiene pocos años de haberse instalado en Guadalajara, su expansión es exitosa en parte porque el cambio religioso, en este caso, no consiste en un rompimiento total con la tradición. Algunas personas experimentan un cambio gradual mientras practican el catolicismo y asisten a las reuniones de la IURD, al mismo tiempo. Pentecosta... ¿qué? La Iglesia Cristiana ha sufrido grandes separaciones. En 1054 la Iglesia Oriental y Occidental se separaron por diferencias doctrinales y políticas. En 1517, el monje alemán Martín Lutero hizo públicas sus 95 tesis que criticaban a la Iglesia Católica


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romana. El resultado son tres grandes ramas: catolicismo romano, Iglesia ortodoxa y protestantismo. “Vi en la tele el programa [Pare de Sufrir], y dije ¿por qué no?”, el señor Manuel sólo encuentra una diferencia entre el catolicismo y la Iglesia Universal: no creen en los santos. Aunque en realidad es un poco más complejo: el término protestantismo se ha asignado a las Iglesias que abogan por la separación de la Iglesia Católica romana. Se “protestó” en contra de la Iglesia del siglo XVI por vender indulgencias, es decir, el perdón de los pecados mediante penitencia (arrepentimiento de los pecados) y dinero. Para los protestantes las Escrituras (el texto sagrado, la Biblia) son la doctrina suprema y niegan la autoridad de obispos, del papa y de la tradición católica romana. Creen que se debe tener una relación directa con Dios, y esto niega la existencia de otras figuras divinas como la Virgen María y los Santos. En esto se basaba la única diferencia

que el señor Manuel encontraba entre la Iglesia Católica y la Universal. Del protestantismo se derivan muchas Iglesias, a las que surgen en los primeros años de la publicación de las tesis de Lutero, se les denominan Iglesias protestantes históricas. Y son la Iglesia luterana, calvinista, presbiteriana, anglicana, bautista, metodista y congregacional. En el siglo XVI si no eras parte del clero católico, no podías acceder al texto bíblico. La preponderancia de leer la Biblia, dada por el protestantismo, configura un cambio radical en términos sociales y políticos. Tener acceso a la lectura de la Biblia, fortaleció la autonomía del individuo frente a las instituciones y autoridades. Los movimientos protestantes en México tuvieron un papel importante en la etapa independiente de nuestro país. La mayor parte de las Iglesias protestantes históricas llegaron a finales del siglo XIX y tuvieron un papel activo en el movimiento

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constitucionalista. Colaboraron de cerca con los gobiernos surgidos después de la revolución mexicana y también sostuvieron una fuerte presencia en el sur del país, realizando un gran trabajo misionero e iniciando la traducción de la Biblia a lenguas indígenas. A pesar de ser las iglesias protestantes históricas las que hicieron gran parte del esfuerzo misionero en México, las que mayor éxito han tenido en términos de expansión y adscripción de fieles en toda América Latina han sido las iglesias evangélicas y pentecostales. El pentecostalismo nació en Los Ángeles, California, en el seno de la Iglesia Metodista, entre clases marginadas. Se basa en una religiosidad centrada en la promoción y experimentación del espíritu, es decir, proclaman que a Dios no se le lee, se le experimenta, se le siente. En los servicios religiosos incluyen testimonios de los creyentes que reconocen una intervención del espíritu o de un milagro. A diferencia de los pentecostales, que son conservadores, los neo-pentecostales utilizan la cultura popular como medio

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de evangelización. La doctora Cristina Gutiérrez, investigadora del Colegio de Jalisco, menciona la creación del ‘rock neopentecostal’ cosa que “los pentecostales jamás harían, ni siquiera aceptarían la guitarra eléctrica”. La Hermosa Provincia, el Vaticano de La Luz Del Mundo Junto a uno de los accesos, la puerta nueve, una joven mujer y su hija esperan a que abran para instalarse en el lugar del coro. Ambas usan faldas largas, sin joyas o maquillaje, y un velo de encaje les cubre el cabello hasta los hombros. — Yo nací en la Iglesia (de la Luz del Mundo), gracias a Dios— contesta Verónica. Verónica llegó a Guadalajara junto con su esposo y se instalaron en la periferia que rodea a la Hermosa Provincia. Rentan una casa, y su marido se dedica a realizar pinturas al óleo por pedido. La Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de la Verdad más conocida como La Luz del Mundo [LLDM] fue fundada en 1926 por Eusebio Joaquín González, quien fuera militar en el Ejército Constitucionalista.


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Según la LLDM, Eusebio tuvo revelaciones divinas que le indicaron que él era el apóstol de Jesucristo. En 1934, junto a los primeros creyentes, edificó el primer templo de su iglesia y en 1952 fundaron la Hermosa Provincia, una comunidad religiosa urbana de 14 hectáreas al Oriente de la ciudad de Guadalajara. Marcelino García Barragán, general al que obedeció Eusebio Joaquín en tiempos de guerra, fue Gobernador de Jalisco de 1943 a 1947, y Secretario de la Defensa Nacional de 1964 a 1970, en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz. A la Iglesia de LLDM se le ha vinculado con el PRI [Partido Revolucionario Institucional], como brazo clientelar. Se dice que su crecimiento se dio bajo el amparo de los gobiernos priístas a cambio de votos u otros favores. El vocero de la Arquidiócesis (jurisdicción eclesiástica de la Iglesia Católica, de mayor rango que la Diócesis) de Guadalajara, Antonio Gutiérrez, señala que la Luz del Mundo nació por ordenamiento político del entonces presidente Plutarco Elías Calles. Según el vocero, el presidente tenía la intención de dividir y debilitar a los católicos.

Los miembros de La Luz Del Mundo basan su doctrina en las Escrituras (fuente escrita), es decir, la Biblia y principalmente el Nuevo Testamento; así como en la creencia de la elección divina de apóstoles (fuente oral). Creen que Juan fue el último apóstol de Jesucristo, hasta que Eusebio recibió el llamado de Dios y cambió su nombre a Aarón. Fue entonces que se restableció la primitiva Iglesia de Dios. En la Hermosa Provincia, además del busto de Benito Juárez, sorprende la gran cantidad de lonas con motivos religiosos y políticos. Las lonas de plástico con el rostro del nuevo Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín, anuncian su elección tras la muerte o sueño (como se le llama en LLDM) de Samuel Joaquín, y resaltan por sus grandes dimensiones. Las otras lonas son pequeñas y más conocidas: en letras negras se lee ‘Villanueva’ y a un lado aparece el rostro del candidato priísta a la alcaldía de Guadalajara. “Cuando Jesús vino a la Tierra muchas cosas cambiaron. Antes era pecado el acostarse con una mujer ajena, era pecado el acto. Ahora es pecado el sólo deseo. Con tu mente puedes estar pecando”, me dijo Aminadab, un joven estudiante de Historia en el CUCSH [Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara]. “Van divididos hermanas y hermanos a distintos lados [en el templo], incluso los separamos entre adultos y jóvenes”. Aminadab ofrece un servicio a la Iglesia regalando un día de la semana para platicar con las personas que visitan la Sede de LLDM, misma que fue inaugurada el 9 de agosto de 1992, tiene 83 metros de altura y capacidad para albergar a 14, 500 personas. Dos chicos compartían risas en las inmediaciones de la Hermosa Provincia, uno tenía 18 años y el otro 25. El mayor había estudiado hasta el bachillerato, mientras que su compañero terminó la secundaria, y dejó los estudios. Ninguno trabaja por el momento: — ¿Y salen de fiesta?— les pregunté. — Normalmente tenemos reuniones tranquilas; reuniones en familia, sin alcohol, ni música estruendosa.— cuando insistí sobre los géneros musicales que escuchaban, me dijo: — Aquí nada está prohibido ‘hijín’, puedes escuchar la música que quieras o usar el Internet para lo que

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Mayo 2015 quieras. Aquí te enseñan lo que está bien y mal, cada quien ya sabrá qué es lo que hace. En la colonia no se escucha mayor estridencia que la del ministro a cargo de la ceremonia, que alza la voz de vez en cuando. Se percibe una tranquilidad inusitada comparada con el ajetreo que se vive en las calles aledañas. Hay puestos que venden gelatinas, los clásicos elotes, pan dulce, y hasta faldas largas para las damas. Jóvenes y viejos se arremolinan, cada quién con su cada cual, en las bancas que rodean la iglesia, mismas que tienen las formas del templo en sus herrerías. Las casas de la colonia son blancas con canceles y adornos en dorado, que incluyen motivos judíos como la estrella de Israel o el candelabro de siete brazos [menorá].

“Desde hace 30 años, Guadalajara mantiene el mismo número de sacerdotes”. Alberto Ruiz Párroco

“No nos molesta que nos vengan a preguntar, al contrario”. Cuando hablas con un creyente, sobre sus convicciones, comúnmente te invita a conocer su doctrina. Buscan generar empatía o sembrar una pregunta que motive el regreso a su Iglesia. Los creyentes tienen un amplio sentido evangelizador, sin importar la calidad de sus argumentos. Una diferencia crítica entre la actitud de los católicos y los no católicos, apunta la doctora Cristina Gutiérrez, es la de dar testimonio de sus creencias religiosas, construir comunidad y hacer proselitismo. “Se ha asumido al catolicismo como una norma social, casi desvinculada de todo compromiso espiritual o religioso”, señala la

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socióloga especializada en religión. Generalmente pensamos que la fidelidad en la veracidad de los dogmas religiosos es la única razón por la cual una persona decide ser parte de una u otra iglesia. Sin embargo, existen otros factores que influyen en el momento de definir las pertenencias religiosas. Por ejemplo: muchas personas, sin tener plena conciencia de ello, ordenan los beneficios que una u otra religiosidad les trae, por arriba de la creencia en los principios innegables de la institución. Estas percepciones de bienestar involucran contextos personales, sociales y políticos, muchas veces difíciles de discernir. Es decir, si se percibe una bondad en términos de salud, desempeño económico, lazos de amistad/comunidad, o cualquier factor al que se le asigne un valor de bienestar superior, las personas lo toman en cuenta para modificar sus afiliaciones religiosas. Dependen del trabajo de fortalecimiento de las relaciones sociales o de la construcción de comunidad que realizan las iglesias, los flujos de pertenencia religiosa que ocurren en la ciudad. Crisis de la espiritualidad institucionalizada En México existe una pérdida de la tradición católica. El Doctor en Antropología, Elio Masferrer, ha cruzado información estadística oficial de la Iglesia Católica [Anuario Estadístico de la Iglesia Católica] y datos nacionales del Registro Civil Mexicano. De acuerdo con su análisis, el porcentaje de católicos en México no puede ser mayor a 73.8%. Casi 10 puntos porcentuales menos que los identificados en el censo del INEGI 2010 [83%]. México es un país históricamente católico, pero además de la cantidad de personas que se adscriben a una iglesia distinta, existen grandes volúmenes de personas que se declaran sin religión. Dentro de los principales desafíos del catolicismo está la disminución de las vocaciones, es decir, el bajo reclutamiento de ministros de culto. La formación de los sacerdotes católicos toma mucho tiempo y se lleva a cabo en un sistema que hoy ha quedado caduco. El seminario como internado donde se provee educación, comida y techo, tenía vigencia en una época de preeminencia de lo rural, en el que ser parte del clero significaba un ascenso


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social. Hoy, las personas tienen una oferta espiritual diversificada, y los sacerdotes católicos cada día son menos, frente a las Iglesias evangélicas que tienen una mayor flexibilidad para ordenar ministros o pastores, y cuyas comunidades suelen dotar de la atención pastoral, que la Iglesia Católica no provee. “Desde hace 30 años, Guadalajara mantiene el mismo número de sacerdotes” dice el párroco, Alberto Ruiz, que atiende a la comunidad del Cerro del 4. La prohibición del alcohol es otro de los éxitos de los evangélicos, según las apreciaciones del periodista Emiliano Ruiz Parra: “el alcoholismo era una epidemia en zonas indígenas o en periferias urbanas”. Desde el punto de vista de Emiliano, la Iglesia debería reformarse para dar cabida a las mujeres que en la actualidad están casi completamente excluidas de cualquier puesto de autoridad en la curia diocesana. “Hay un chiste entre curas que dice: ¿Por qué se prohíbe que las mujeres sean sacerdotes? ¡Pues para que haya por lo menos un hombre en misa!” La Iglesia debería poner más atención al lugar que les

da a las mujeres, mismas que fungen como base de su estructura, puntualiza. Otro problema es la inclusión del celibato. Muchos hombres se abstienen de formar parte de la institución católica por la imposibilidad de formar una familia o mantener relaciones sexuales. En los primeros 1,200 años de la Iglesia no existió el celibato sacerdotal obligatorio, comenta el doctor Jean Meyer, historiador destacado por sus obras sobre la Guerra Cristera. En esa época la sociedad junto a las autoridades eclesiásticas exigieron la imposición del celibato; debido en parte a los problemas de herencia familiar y la mentalidad mágica de la sociedad, que confiaba más en un “santo varón conventual”. Sin embargo la sociedad ha cambiado, en muchas partes del mundo la preeminencia de los Derechos Humanos y la crisis de la Iglesia a causa de los casos de pederastia, han hecho que una reforma al celibato sea bien vista entre los miembros de la institución. Periodistas y expertos en religión, opinan que la reforma sería para incluir al ministerio sacerdotal a los hombres casados. Esta no es la respuesta

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a la falta de ministros, pero sería un gran avance. “No sé si este papa que está sacudiendo mucho el árbol, da el brinco” dice Jean Meyer. El tema de la moral sexual católica en México, es muy característico de nuestras sociedades. La prohibición que establece el clero de mantener relaciones sexuales antes del matrimonio y el uso de anticonceptivos, no se respeta. La tasa de fecundidad ha bajado (de 3.4 hijos por mujer de 15 a 49 años en 1990, a 2.2 en 2013 según datos del INEGI) como reflejo del control de la natalidad, y el primer encuentro sexual en México es por abrumadora mayoría antes de los 18 años. En el caso de la homosexualidad, ésta sigue siendo repudiada institucionalmente. A pesar de ello, en la sociedad se sigue permeando la idea de libertades sexuales y un sector de la Iglesia Católica, liderado por el Papa Francisco, impulsa una agenda de acogimiento a los homosexuales. Emiliano Ruiz cuenta que en la pasada reunión mundial de obispos, donde se discuten asuntos relacionados a la fe, la moral y la disciplina [sínodo general], Francisco logró modificar el tratamiento a los homosexuales por mayoría simple

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(la mitad más uno), misma que él buscaba reformar por mayoría calificada (2/3). El próximo sínodo de la familia, donde seguramente volverá a intentar reformar la iglesia que preside, será en octubre de 2015. La misa o liturgia católica en muchas ocasiones ha perdido gran parte de la intensidad que la ceremonia religiosa solía contener. Se asemejan a soliloquios en que las personas no encuentran la carga de emoción que sí tienen las celebraciones no católicas. El movimiento de Renovación Carismática Católica, busca adecuar muchas de las prácticas pentecostales al culto católico, pero su amplia práctica comenzó a llevar a católicos al protestantismo. Tanto así que durante los años 70, algunos miembros de este grupo fundaron tres nuevas iglesias cristianas en Guadalajara. La práctica de este movimiento sigue vigente, pero no ha continuado expandiéndose como en sus inicios. Javier Navarro, el obispo católico, acepta que hace falta tener en cuenta la parte emotiva del ser humano, pero recuerda que las emociones son pasajeras. Dice que el amor que se predica no se debe confundir


FONDO Mayo 2015 con una emoción; él encuentra dentro de las razones que explican el surgimiento de propuestas cristianas, al dinero y al poder. “Fundar una religión siempre puede ser un buen negocio […] otro factor, el ansia de poder: alguien prefiere ser cabeza de ratón que cola de león”. También dice que “el andar buscando grandezas y poder, no es católico, si algún católico lo hace está mal, no es el Evangelio”. Y toca un punto clave, el Evangelio. Los católicos no se equivocan cuando hablan de que “el Evangelio sigue resultando atractivo” e incluso mencionan que es indispensable “vivirlo en su más puro planteamiento y con toda radicalidad”. Pero parece que son los pentecostales (y sus derivaciones) quienes han puesto en práctica ese poder de la palabra. Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México [ENADIS, 2010], el 48% de los católicos asisten por lo menos una vez a la semana al servicio religioso. De acuerdo a la Encuesta Valores y Actitudes de los Católicos en México 2006 (hecha por Ipsos Bimsa), sólo el 39% de los católicos asisten al menos una vez cada semana a su liturgia. Para los grupos de otras denominaciones cristianas, es casi fundamental asistir a los servicios religiosos diariamente. Según la ENADIS [2010] aproximadamente 8 de cada 10 cristianos y casi 9 de cada 10 evangélicos, acuden por lo menos una vez a la semana al culto religioso. Es importante para el catolicismo poder llevar de nuevo a sus fieles a la práctica de su religión, y a generar el sentido de solidaridad que construye comunidad. El clero suele ser crítico al decir que “el rostro del Evangelio que transmitimos los católicos puede ser no muy atractivo” o “a nosotros como Iglesia Católica, nos falta ser más coherentes”. Desde la cabeza del catolicismo parece gestarse un cambio con las reformas que el papa Francisco busca implementar, pero las dificultades que significa reformar la estructura de la Iglesia son enormes. Existe un gran número de normas en la Iglesia Católica, lo que la ha llevado en muchas instancias a una desmedida burocratización. Las raíces de la estructura católica son muy firmes y arraigadas, en parte importante, por el poderío económico que significan.

La politización de la jerarquía católica ha desvinculado la labor social y comunitaria en que el catolicismo nació, y es un margen minoritario el de sacerdotes que siguen llevando al extremo el Evangelio, y a su Iglesia como una institución progresista. La Iglesia Católica es una institución tan heterogénea como la raza humana. En ella se encuentran, por medio de una compleja estratificación jerárquica, una multiplicidad de ideologías y formas de vivir los evangelios. Los católicos, según sus estadísticas, crecen en el mundo. En lugares como China, en donde históricamente nunca habían estado presentes, han comenzado una exitosa adscripción de fieles. “Cuando se apaga la fe en Europa, prende en América Latina, y cuando en América Latina se vuelve como un poco dudoso, está prendiendo en Asia y en China, donde hay 100 millones de cristianos” dice Meyer. Estamos lejos de ver el ‘derrumbe’ de la Iglesia Católica, “han sabido vivir en su propia crisis, han sabido torear su propia crisis. La han manejado bien, adaptándose de manera muy lenta” apunta Emiliano Ruiz. Confrontación estructural No es raro que las personas se mantengan fieles a las creencias familiares y/o de su contexto, porque el cambio religioso significa confrontación. Confrontarse a sí mismo, a la familia, los amigos, los compañeros, la sociedad, confrontar a la ciudad. El cambio religioso implica autonomía y valor. Existen factores estructurales que producen cambios en las vidas de las personas e influyen en su cosmovisión. Estos cambios coadyuvan al cambio religioso. El crecimiento demográfico y la urbanización son dos de ellos. En 100 años México pasó de ser un país de 15 millones de habitantes, a uno de 112 (en 2010). De ser un país rural (72% viviendo en poblaciones menores a 2 mil 500 habitantes), pasó a ser uno urbano con sólo el 23% de las personas viviendo en pequeñas comunidades. Las grandes concentraciones humanas impactan la vida en comunidad, produciendo un efecto de anonimato que favorece la separación de las creencias tradicionales. Meyer dice: “en un pueblito todos se conocen, y la gente decía ‘¡Ay fulano no

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Mayo 2015 va a misa!’ era impensable no practicar la religión, porque la gente empezaría a especular ‘será masón, será protestante, será ateo’ En la ciudad el anonimato cambia ese factor social”. Cuando las personas dejan de vivir en contacto con la naturaleza, se produce un cambio radical en términos sociales y culturales. “No es lo mismo pasar la noche bajo las estrellas, cuidando al ganado o caminando como los arrieros, que andar en autopista o vivir en la ciudad donde nunca ves el cielo, o donde los niños no saben que la leche sale de las vacas” dice Meyer. La pobreza y la marginalidad que se vive en las ciudades (producto del crecimiento demográfico, la procedencia étnica y la urbanización que han caracterizado a la etapa moderna de nuestras sociedades), juegan un papel importante en el cambio religioso mexicano, ya que es en esas poblaciones donde un mayor número de personas se han adscrito a las minorías religiosas. La mayor cantidad de templos de minorías religiosas se establecen en áreas periféricas y adscriben, generalmente, a personas de bajo nivel socioeconómico. En el Atlas de la Diversidad Religiosa en México, coordinado por Renée de la Torre y Cristina Gutiérrez, se explora la relación entre las condiciones de marginalidad y la pluralidad religiosa para explicar el efecto socioeconómico. Otro factor es el efecto de la secularización (eliminar pertenencia de cualquier asociación religiosa) de la vida pública en México. Este proceso se ha ido dando de forma paulatina y los elementos que lo han gestado son importantes hechos históricos como las leyes de Reforma o la guerra cristera. La Iglesia Católica fue forzada a concentrarse en la predicación y la administración de sus sacramentos, dejando de lado la atención a los servicios sociales que detenta el Estado. Como concepto político de la modernidad, el Estado es una forma de organización que debe garantizar el respeto a los derechos de las personas, y por ello es indudablemente secular. Existe un amplio debate en torno al secularismo que se da a distintos niveles. Fernando E. Arlettaz identifica tres esferas: pública estatal, pública no estatal y privada. Aspectos como el matrimonio generan conflictos entre esferas. A pesar de que en la esfera pública estatal se pretende

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otorgar una igualdad de condiciones para los ciudadanos, el matrimonio se mantiene ligado a la esfera pública no estatal, es decir, iglesias o grupos de ciudadanos. La esfera privada, por medio de colectivos no estatales, impulsa distintas agendas. Mientras una corriente teórica pugna por una completa neutralidad del estado frente a la religión, otra admite que la esfera pública (estatal y no estatal) no puede ser completamente ajena a las tradiciones históricas de la sociedad. Una asociación religiosa responde a necesidades sociales, de la comunidad específica en que se instala. Los factores internos que las iglesias promueven como sus técnicas de evangelización, jerarquía eclesiástica, doctrinas o dogmas, les ayudan a tener éxito al momento de responder a lógicas de carácter social, como la necesidad de pertenecer a una colectividad, o la construcción de redes personales que formen comunidad. La Iglesia Católica, para muchas personas, dejó de responder a las necesidades sociales de comunidad con las que fungía.


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El futuro es hoy En Guadalajara y su zona conurbada el crecimiento de la oferta religiosa ha aumentado sustantivamente. Esto se ha visto reflejado en el aumento del número de Centros de Culto Religioso no Católicos [CCR]. En el libro Una ciudad donde habitan muchos dioses (trabajo cartográfico de la diversidad religiosa en Guadalajara), se muestra que de 1950 a 1959 tan sólo abrieron 15 CCR, de 1970 a 1979 abrieron 46, para 1999 ya eran 134 y en 2007 se registraron 449. Las minorías religiosas cada vez lo son menos. La sociedad jalisciense dejó hace tiempo de ser unirreligiosa, como apunta Cristina Gutiérrez, “[por ello] será necesaria una tolerancia y convivencia interreligiosa”. A algunos miembros del clero católico no les preocupa tanto la deserción de miembros de la Iglesia Católica, sino el mejoramiento de la vida de sus miembros según los evangelios y las reglas morales de su Iglesia. El pragmatismo religioso parece tomar relevancia, entendido como el sistema de bondades en el que muchas personas están basando su pertenencia religiosa.

Corresponder a las necesidades de comunidad y las percepciones que permiten a las personas experimentar una mayor felicidad, es una necesidad humana de primer orden que no implica para las iglesias hacer grandes reformas a su estructura o doctrina, sino cambios de prácticas y actitud hacia los contextos en que se instalan. El futuro de la religión es la diversidad; el pluralismo que vivimos se seguirá acrecentando. Es importante comprender los acontecimientos actuales desde su desarrollo histórico y cuestionarnos nuestra adscripción religiosa, sea cual sea nuestra forma de religión: Guadalajara será religiosa o no será.

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PERFIL

NÚMERO 2. Mayo 2015

Carlo Galicia Por JUDITH HERMOSILLO Fotografía: ABRAHAM PÉREZ

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ué más urbano puede ser un corte de cabello que el que Carlo Galicia o el Kapu, de 43 años, realiza en un improvisado toldo frente a la salida de la estación Juárez del tren ligero en el llamado Parque Rojo de Guadalajara, ubicado entre las avenidas Vallarta y Federalismo, dos de las vías de tránsito más importantes de esta ciudad. Llega ahí todos los días con un diablito de carga en el que transporta los tubos y lonas con los que arma su puesto: un par de sillas, tijeras, cepillos, máquinas de corte y dos letreros en los que se anuncia el costo de 50 pesos por cada trabajo. Tiene una bicicleta que utiliza para ir y volver de su casa al momento de la comida o para trayectos cortos durante el día. La rutina empieza a las seis de la mañana después de haber llevado a sus dos hijos al escuela y puede terminar entre las diez de la noche y la una de la mañana, dependiendo de la cantidad de clientes que tenga, que en un día normal van de 6 a 10.

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Como Carlo, algunos otros comerciantes han ido instalándose en el parque para ofrecer sus productos. Justo al lado está ‘El Honduras’, cuyo verdadero nombre es Osman pero que es conocido entre los comerciantes por su país de origen. Frente a ellos hay una mujer joven que vende dibujos enmarcados y hacia la calle Pedro Moreno se suman los vendedores de pulseras tejidas y de caucho, mochilas y morrales bordados, aguas frescas, fritangas, juguetes de madera, películas y libros. Esta imagen de plazoleta o parque ocupada por tenderetes de comerciantes no es nada único, al contrario, es una fotografía constante a lo largo y ancho del país. De acuerdo con las estimaciones que hiciera el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el empleo informal en México alcanzó el 60% de la ocupación total de los mexicanos en el 2011. La cifra no ha variado mucho desde entonces. Desde luego habría que decir que ese porcentaje no significa que los millones de mexicanos que representa vendan algún producto en plazas o parques, pues los empleos informales hacen referencia a actividades muy variadas. Se refieren a la producción

¿Está el fu en la

Se piensa a quiene pobres, marginales que deben cargar lo habitan espacios empleos y relacion una afrenta cons


uturo de la economía a informalidad?

es trabajan en la economía informal como s y evasores de impuestos, un lastre con el os buenos; pero cada vez son más quienes espacios públicos para trabajar, generar narse con otros; la informalidad es también sciente cargada de ideas sobre el futuro

PERFIL Mayo 2015 de bienes y servicios que opera con los recursos de un hogar y sin distinguir entre la contabilidad de éste y el negocio; también a quienes no tienen registros contables básicos o cuya operación transcurre fuera de un marco normativo o ley, aunque no sean pequeños negocios sino empresas grandes; a comercios que no estén registrados ante Hacienda y por lo tanto no paguen impuestos; a unidades laborales que no garanticen prestaciones a sus empleados; e incluso al trabajo doméstico o redes familiares de apoyo pagadas. En fin, no existe una definición única de la informalidad en la que hasta ahora hayan coincidido los expertos en el tema. Lo que sí existe de manera más o menos generalizada, y no sólo por los economistas sino también por amplios sectores de la sociedad, y sobre todo, los actores políticos, es una profunda visión estigmatizada sobre la actividad económica informal. Según Guillermo Campos, de la Universidad de Puebla, la idea más o menos difundida de los trabajos informales se asienta principalmente en dos visiones: la legalista que la sitúa como una actividad ilegal y por lo tanto marginal; y la visión economicista, que si bien reconoce que la informalidad tiene origen en la incapacidad del sistema económico formal para garantizar oportunidades de empleo a todos, termina por calificarla como una actividad de supervivencia y por lo tanto para pobres. Es decir, en el discurso social parece plausible hablar de la informalidad como la actividad que realizan los pobres o los evasores de impuestos. Es algo oscuro, que le quita posibilidades de desarrollo económico serio al país, improductivo e indeseable. Esta concepción se confirma en declaraciones y notas de diferentes organismos y medios de comunicación que la catalogan como

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Mayo 2015 “el lastre, la gran barrera o el cáncer de la economía de México.” El fenómeno es desde luego mucho más heterogéneo y ocurre en distintos pisos de la realidad social, por lo tanto cualquier calificativo que intente ser único será erróneo por definición. Lo que es cierto es que las actividades económicas informales no ocurren en algún espacio aparte ni pueden separarse de manera tajante de las formales. Al final ambas sirven a un mismo mercado y en diversos momentos de las transacciones se ven entrecruzadas la una con la otra. Lo preocupante del asunto sería, en todo caso, no que las personas que se emplean en este tipo de trabajos no paguen impuestos, (qué bueno que tienen una forma de conseguir sustento) sino la manera en que son percibidos como sujetos o como conjunto social. En lugar de ser concebidos como un grupo con potencial económico, se les concibe (y por lo tanto se regula al respecto) desde lo que se considera una falla social, es decir, que no sean formales ni paguen impuestos. Aproximadamente 60% de los mexicanos económicamente activos que se ocupan en condiciones de informalidad generan cerca del 25% del Producto Interno Bruto nacional, según la Medición de la Economía Informal 2003-2012 que hiciera el Inegi con base en el año 2008. Es decir que de cada 100 pesos del PIB, 25 provienen de estas economías. Mientras organismos internacionales como la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo, o nacionales como el proyecto Crezcamos Juntos, anunciado por el presidente Enrique Peña Nieto en septiembre del 2014, siguen ideando estrategias para hacer que “los de allá se vengan para acá”, que transiten de la informalidad a la formalidad, los hijos pródigos de la economía mexicana no siempre acuden al llamado de “sí conviene ser formal” aunque se les perdone el

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pago de impuestos por un tiempo o se les intente enamorar con la idea de tener mayor acceso a créditos y préstamos. Y ello está configurado en gran medida por condiciones que escapan a las respuestas únicas que a ratos intentan promover los distintos gobiernos. El Kapu lo sabe. Antes de ser estilista fue militar de la fuerza aérea y perdió medio pie. Entonces lo quisieron dar de baja por “inutilidad” pero se resistió a que su cartilla dijera tal cosa porque sabía que tendría complicaciones para conseguir trabajo después, por ello se dio de baja de manera voluntaria y decidió estudiar en una prestigiosa academia de estilismo para dedicarse a cortar el cabello. Aunque al principio de su negocio no fuera así, en este momento podría decidirse por rentar un local y evitar las revisiones del ayuntamiento, las reubicaciones que lo han traído y llevado desde la avenida ocho de julio, al ex convento

del Carmen y ahora al parque rojo, y la recurrente acusación de ser homosexual sólo porque corta el cabello. Pero no quiere. Su explicación en parte tiene que ver con el hecho de haber trabajado para la institución formal por excelencia y encontrar mayor trascendencia en ocupar todos los días un parque, junto con otros, para realizar una actividad que le gusta y hablar con personas distintas todo el tiempo. Dice que el gobierno rara vez sabe a quién hostiga y que usualmente por dedicarse al comercio informal se les piensa incultos y pobres, aunque entre ellos hay muchas personas que han optado por esa forma de vida de manera totalmente consciente y convencida y que, además, tendrían la opción de dedicarse a actividades ilícitas pero no lo hacen, en cambio deciden organizarse para pedir, cada que alguna autoridad los molesta, que no los obligan a retirarse. El Kapu y sus compañeros de


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parque han organizado un grupo. Ser informales, dice, no tiene por qué ser sinónimo de irresponsable, por el contrario, se adquieren otros compromisos. Entre ellos está llegar antes de las diez de la mañana para la repartición de los lugares, quien no llega antes de esa hora tiene que pagar 50 pesos de multa que después utilizan para imprimir volantes o para rentar toldos y dar clases gratuitas o llevar grupos musicales que hagan más atractiva la plaza y propicien la circulación de los clientes. Kapu es de los que se ha ofrecido a dar clases gratuitas de estilismo ahí en el parque, mientras trabaja, a las que usualmente asisten mujeres de todas las edades. También tiene ciertas horas de la mañana destinadas a cortar el cabello de indigentes e inmigrantes de forma gratuita y voluntaria. Ésa es, dice, su forma de pagar impuestos. Más que el pago, lo que representa es su concepción de lo que es el impuesto:

una aportación en beneficio no de otro sino de todos. Los mendigos y migrantes son parte de la sociedad aunque la sociedad no quiera verlos. Y él decide pagar, no con dinero que no tiene, sino con tiempo. Al parecer algo similar ocurre, aunque no podríamos decir que de manera consciente o inconsciente, con el resto de sus compañeros. De alguna forma la presencia de los comerciantes en ese parque, característico como algunos otros de los primeros cuadros de la ciudad por sus altos índices de delincuencia, ha ido transformándose. Ahora están los comerciantes hasta altas horas de la noche y por lo tanto los pasillos no están solos y sí más iluminados. Los pactos que han ido estableciendo con los indigentes y quienes deambulan constantemente por ahí, consistentes en, por ejemplo, cortarles el cabello de manera gratuita cada que lo necesitan, han

hecho que esos grupos se conviertan en nuevos vigilantes del parque y ubiquen la presencia de moto ladrones o personas ajenas a la dinámica diaria del lugar. Esta actividad informal terminó, debido a una de sus características principales que es carecer de un espacio propio, ocupando un espacio público al que les conviene vigilar y cuidar porque de ello depende que tengan un sitio para trabajar. El espacio público es de quien lo ocupa y le asigna un valor, y ellos definitivamente ya lo han hecho. No es sencillo el entramado económico en que se insertan este tipo de actividades. Por un lado es abiertamente sabido que los micronegocios son los grandes empleadores del país. Incluso que en esas pequeñas unidades económicas hay una mayor equidad en términos como el género o la edad de quienes laboran en ellas. Sabemos que una de las funciones principales del gobierno es la

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Mayo 2015 recaudación de impuestos de la que dependen administraciones completas, pero también es palpable el desprestigio social y desconfianza que en este momento lacera a las instituciones políticas y lleva a los comerciantes informales a preguntar lo que quizá a muchos ronda en la cabeza: “los dirigentes políticos se preocupan porque no pagamos impuestos y nosotros porque nos los roban ¿en dónde está, entonces, la informalidad?, más bien la suya es demencia y la nuestra manifestación”, dice Kapu. Todo este entramado económico ha ido complicándose desde las últimas décadas del siglo pasado en que países como el nuestro adoptaron de forma casi generalizada políticas neoliberales, entre cuyas consecuencias está el adelgazamiento laboral y la pérdida de prestaciones sociales que antes estaban vinculadas al trabajo formal. Hoy, aunque se trabaje en una empresa, igual se puede estar subcontratado o bajo algún esquema que, de todas maneras, impida recibir derechos como el servicio de salud y los fondos de ahorro para el retiro. Las carencias de las prestaciones laborales que antes caracterizaban a los empleos formales, los han equiparado con la realidad de los millones que trabajan en la informalidad, en temas como las jornadas de trabajo, los bajos sueldos y la ausencia de prestaciones sociales. Ello ha originado una nueva reconfiguración de ambos bloques de trabajo. De alguna forma el bienestar se convirtió en una apuesta personal y no social, en la que cada quien busca sus propios medios para procurarse lo necesario. Este elemento globalizador es algo que tiene muy presente El Kapu. Tiene sentido la constante invitación del gobierno para que los comerciantes formalicen su negocio; tiene sentido que todos deban pagar impuestos; tiene sentido que cada vez sean menos los requisitos

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que intentan ser el anzuelo para convencer a más y más personas de iniciar actividades hacendarias, lo que definitivamente no tiene sentido es generar todas las condiciones para que una mujer que vende abarrotes en la cochera de su casa se convierta en Mini Súper y adquiera un permiso municipal, si a los dos meses van a poner a la vuelta de su casa un supermercado trasnacional que le va a mermar los clientes y las posibilidades de venta. Ahí está el meollo. Mientras se observe a la informalidad como un problema o fenómeno fragmentado, como ocurre en prácticamente cualquier otro fenómeno social, difícilmente podrán ofrecerse soluciones integrales. El asunto no consiste solamente en que los informales se vuelvan formales para que la economía fluya y todos

estemos del lado de los buenos hijos ordenados, falta también revisar el uso de esos recursos, combatir de forma seria la corrupción y la impunidad, vigilar con compromiso la transparencia, no sólo formalizar los empleos que existen sino generar también nuevos, y fortalecer la economía interna. Son demasiadas cosas, claro, pero la intención es hacer evidente que en medio de la vorágine económica, señalar a un sector de la población como uno de los principales culpables, no es más que un síntoma de ceguera crónica. En la utopía del Kapu [calificada así por él mismo], podrían incluso crearse bancos de tiempo, formas de retribución que no fueran estrictamente monetarias aunque sí económicas [porque las horas de trabajo tienen su costo] para que algunos de los comerciantes


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informales tuvieran formas de contribuir. De algún modo ya lo hacen, en la ocupación de espacios, en la creación de colectivos y en el fomento muchas veces del comercio local. Faltaría, en todo caso, que esas posibilidades sean reconocidas como parte del flujo económico, más allá de formal o informal, real. Es decir, que se observe la potencialidad de esos sectores que sí son económicos, que no existen completamente fuera de dinámica del mercado, que hacen circular activos, que generan una cantidad que no es menor en el Producto Interno Bruto y que, además, ocupan a millones de mexicanos todos los días. El problema estaría situado entonces en la forma en que se les ve, en continuar forzando el discurso de que el informal

debe formalizar su actividad económica en lugar de plantearse la posibilidad de cuestionar modelos unidireccionales, porque la informalidad no sólo refleja cierto modelo económico, a través de ella podemos observar también formas de relación entre gobernantes y gobernados, uso de espacios públicos, y relaciones entre ciudadanos. Cuestionar a la formalidad es cuestionar otros discursos institucionales, y de la confrontación no siempre surge algo malo. ¿No será la informalidad, como dice El Kapu, una puerta de acceso a otras formas de relación y de subsistencia? ¿Un síntoma que debería llevarnos a cuestionar el camino andado? ¿Una posibilidad de revalorar los posicionamientos y búsquedas personales? Lo dice Carlo en palabras que de tan claras suenan extrañas: “La formalidad no es buena ni mala, simplemente es formal, pero también la informalidad existe, aunque no la quieran aceptar. Quién sabe, a lo mejor es la informalidad la que va a rescatar a este país”.

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ENTREVISTA

Los abuelos de la humanidad El trabajo documental de Daniela Silva es tan personal que le ha servido para conocerse mejor a travĂŠs de la herencia cultural de su familia, pero tan universal como para aspirar a recuperar y dar a conocer una parte de la memoria colectiva del mundo 36


ENTREVISTA Mayo 2015

“Mi padre encontrará en el cielo/una osamenta de tierra. Para él quedará el secreto de los tiempos”. (lucy in the sky) Nervio Náufrago, Laura Solórzano

Por LUIS SÁNCHEZ BARBOSA Fotografía: ABRAHAM PÉREZ y ANGEL MELGOZA

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aniela Silva Solórzano tiene 22 años, nació en Guadalajara y dedica la mayoría de su tiempo a dirigir, explorar su entorno familiar e imprimir su estética particular a un documental que trata sobre la vida de su abuelo Federico Solórzano Barreto, quien posee la colección de fósiles más grande del país, y algunas otras colecciones que forman parte del pasado colectivo de la ciudad. La grabación del documental se realiza en la casa de Federico, ubicada en la Seattle, una de las colonias más originales de Guadalajara. Entre empedrados, árboles infinitos y un microclima envidiable que logra silencios prolongados en medio de la ciudad, se construye un proyecto que busca

ser lo suficientemente universal como para ofrecernos claves e interpretaciones sobre la ciudad que habitamos. La idea de realizar un documental nació cuando una amiga de Daniela, después de una entrevista que le hicieron a su abuelo, le hizo ver la fuerza especial que había detrás de su historia. Daniela estudió artes audiovisuales, y aunque su idea inicial era cursar la carrera de Relaciones Internacionales, la dirección cinematográfica la atrapó. La curiosidad es una de las palabras que más repite al momento de hablar de su trabajo, de su ciudad, de los museos, de sus abuelos y sobre todo de cómo se ha construido su personalidad. Entre las muchas herencias culturales que le ha dado su familia, está el orgullo de considerarse atea y de izquierda “mucha gente se considera católica porque su familia es católica, yo me considero atea por tradición familiar”. Laura Solórzano, su madre, la describe como una persona independiente, entusiasta, valiente, y dispuesta a trabajar y actuar. No ha escatimado esfuerzos para cumplir con sus tareas, menciona. En cambio Federico Silva, su padre, asegura que el razonamiento y la reflexión son recursos que utiliza Daniela para decidir acerca de su vida. El bagaje cultural de la familia de Daniela es inmenso: es bisnieta de Vicente Lombardo Toledano; en San Luis Potosí hay un museo de escultura que tiene el nombre de su abuelo materno, su padre es pintor, su tío es Jis el caricaturista y su madre es poeta. Cuando estaba planeando el documental pensó en hacerlo sobre sus dos abuelos que compartían nombre, talento y curiosamente, el día de apertura de un museo con sus nombres, respectivamente.

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Mayo 2015 La entrevista se realizó en el estudio de Federico Solórzano. Es un espacio rodeado de colecciones: soldados diminutos, comics, bichos, tazas, artículos científicos, libros, revistas y un disco perfectamente acomodado de Paulinho Da Costa. En su escritorio, que parece no haber sido tocado desde hace mucho tiempo, están acomodadas hojas con las definiciones de algunos signos como pi o la sílaba om, el fragmento de lo que parece ser una novela y un animalario universal. El acomodo de los objetos sobre el escritorio podría sugerir que se trata de un acertijo, pero lo cierto es que es el espacio de alguien curioso, ordenado, serio, pero con mucho sentido del humor. En una parte de su biblioteca hay un documento académico que tiene como título, con un poco de humor involuntario: “Hallazgo de un fósil humano con características primitivas que plantea interrogantes difíciles de contestar”. El documento es sobre un fósil que encontró y que data de hace 300 mil años, lo cual parece confrontar la idea de que existe civilización humana en América apenas hace 13 mil años. ¿Cuando creciste sabías que había algo especial en casa de tu abuelo? Sí sabía, y por eso hoy es aún más mágico. Mi abuelo nos recuerda con su casa lo bonito del fin de una época. Todo es mágico y muy antiguo. Antes nunca nos dejaban entrar a la biblioteca. Las visitas siempre fueron con mucho cuidado. Mi abuelo entraba con nosotros y nos explicaba cada una de las colecciones que tenía. Para el documental necesito dejar de sentir para hacer cosas. El otro día soñé que comía sobre su panza, tal vez porque siento culpa de que estamos invadiendo su espacio. Hoy estos espacios son más especiales para mí porque antes no podía entrar. ¿Cómo ha sido la experiencia de dirigir? Es muy bonita, yo había producido pero me di cuenta que no me gusta la producción. Me gusta más la dirección porque estás al mando y te toca hacer de forma creativa que el proyecto se vea y se escuche bien. Es fundamental tener buena estética o buen gusto, y creo que yo lo tengo. El buen gusto es difícil de impregnar, pero creo que si lo trabajo puedo hacer cosas interesantes con él.

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¿Que dice el documental sobre la ciudad? El documental es muy importante para la ciudad, porque la familia de Federico [mi abuelo] es de mucha tradición en Guadalajara. Era una familia con mucho dinero cuando Federico empezó a trabajar hace 70 años en la paleontología. Eso permitió que pudiera tener la colección más grande de fósiles de América Latina. Él ha hecho mucho por la ciudad, pero es su esposa la que se ha dedicado a dar a conocer su trabajo. Él fue socio fundador


ENTREVISTA Mayo 2015 ¿Cuál es la herencia cultural que te dejaron tus abuelos? El documental inició muy separado a mi abuelo. Traté de no verlo como una nieta, pero la verdad es que me estoy conociendo a mí misma a través de él. Me cae el veinte de muchas cosas. Para mí la mayor herencia de mis dos abuelos es la responsabilidad de hacer bien las cosas y mostrar que la curiosidad es básica para cambiar el mundo. Federico Solórzano siempre tuvo curiosidad, constancia y pasión por lo que hacía. Creo que esos valores se están descuidando. Son esas cosas que sirven para que el mundo cambie. Él es un abuelo de la humanidad. Recuperar esos valores es importante frente a la inmediatez que predomina. Yo siempre he dicho que Federico es un curioso y no un acumulador. Tenía curiosidad sobre minerales, tenía lana y se compraba una colección importante. Durante 55 años sus alumnos vinieron a su casa. Todas las colecciones las compartió. Tiene una colección de armas, porque le daba curiosidad su funcionamiento. Tiene tazas. Intentaba aprender sobre los objetos que coleccionaba. Todo lo hizo por curiosidad. Se cuestionaba lo más que podía, lo aprendía y después lo enseñaba.

de la Sociedad de Ciencias Naturales de Jalisco, dio clases en la universidad durante muchos años, mientras ella hizo la chamba de relaciones públicas. Ella era Yucateca. Gracias a esa popularidad se hizo el Museo de Paleontología en Guadalajara. Sin el trabajo de ella no lo hubieran volteado a ver. Fue muy importante emocional y profesionalmente. En cambio, él era tímido y hasta un poco nerd. Nunca se esmeró en ser conocido.

¿Qué hacer con los museos? Me gustaría hacer un documental de protesta sobre el poco apoyo económico a los museos. Lo únicos museos que tienen apoyo son el Trompo Mágico y el Hospicio Cabañas. Todos los demás museos de la ciudad están abandonados. El Museo de Paleontología podría ser de nivel mundial. Me encantaría a partir de este documental tener recursos para que se convierta en un gran museo de historia natural. Los dinosaurios de los grandes museos son réplicas, mientras que el Museo de Paleontología tiene mucho material original que podría ser bien aprovechado. A mí me encantaría hacer un museo de la ciudad. Mi abuelo tiene una memoria gráfica muy rica sobre la ciudad. ¿Por qué el documental se llama “Donde se quedan las cosas”? Es un nombre que a mí me gusta mucho. Además siempre me he cuestionado qué pasa con las cosas cuando tú ya no estas con ellas. Cuando estás con las cosas le das vida, pero ya no tienen el mismo

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Mayo 2015 significado cuando mueres o te vas. La casa de mi abuelo es una casa llena de cosas, no todas tienen valor económico, pero son importantes y valiosas para la historia de la ciudad o para otras generaciones. Me gustaría tener los recursos para hacer un museo de historia de la ciudad y proponerle a mi familia comprarles todos estos objetos. Los museos son para la ciudad. Me gusta mucho preguntarme cómo llegan las cosas a los museos. En los grandes museos hay salas dedicadas a personas. Mi abuelo viajó y trajo arena de otros países. Me interesa saber cómo las cosas del mundo se mueven y llegan hasta un lugar específico como un museo. En esta casa de Guadalajara se albergan cosas que estaban en movimiento en otro lado, pero de pronto alguien las recuperó y se quedaron aquí. ¿Tendrán relevancia los museos en el futuro? Yo trabajé en el Museo de Paleontología. Para los niños es importante un museo ya que incentiva la curiosidad. No tienes que ser científico, la curiosidad por sí misma es importante. Se supone que están en extinción, pero yo creo que los museos son la personalidad de la ciudad y el país. En una ciudad como Guadalajara, siempre tiene que haber lugares que nos recuerden nuestro pasado, para estar conscientes de nuestro presente y mejorar nuestro futuro. Para recordar y al recordar, no olvidarnos, para así mejorar el futuro. Para como vamos, en este país parece que quieren que nos olvidemos de todo. No creo que necesitemos más museos, sino mejorar los que ya tenemos, darles la importancia que tienen. No es hacer más edificios o casas, sino cuidar los que ya tenemos. En Guadalajara no hay presupuesto para los museos. Tenemos que recuperarlos y ayudar a hacerlos relevantes. ¿De dónde viene tu visión del mundo? Creo que viene de mi mamá y de mi papá. Son rebeldes. Mi madre es poeta, viajó mucho y creció en un ambiente de mucha libertad. Yo también crecí con mucha libertad. Mi papá siempre está de nuestro lado dándonos opiniones informadas y muy académicas. Es un genio. Tiene un taller de esculturas y hace investigación relacionada con la ciencia y el arte. Sus esculturas tienen que ver con la creación del universo. Hablar con los dos me enriquece muchísimo. Lo que

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ellos absorbieron de sus familias es lo que más me ha influenciado. ¿Cómo te imaginas el futuro sin la recuperación de los objetos del pasado? Yo creo que el futuro, para que sea uno que valga la pena, tiene que ser a través de la recuperación del pasado. Estamos en el borde de algo. Tenemos que hacer algo. No excedernos en todo. Estamos estirando mucho la cuerda. ¿Como va el proyecto del documental? El documental tiene que estar listo en noviembre. Tiene que ir de gira por algunos festivales para que lo vea mucha gente. Lo que quiero lograr es sembrar las ganas de conocer más e incentivar la curiosidad por las cosas. La ciudad de Guadalajara es un personaje en el documental, pero mi reto es que el tema sea muy universal.


ENTREVISTA Mayo 2015

¿Qué proyectos tienes en mente para el futuro? Me gustaría hacer un trabajo de ficción sobre Vicente Lombardo Toledano, mi bisabuelo. Tiene una vida muy interesante, desde muy joven hizo muchas cosas importantes para el país y hay mucha valentía y romanticismo en sus actos.

[En la parte superior de la casa del abuelo de Daniela, que recorremos después de la entrevista, hay un cuarto que parece laboratorio en donde está clasificada con etiquetas y en cajas una parte de la colección de fósiles. Hay arena guardada en botes de cristal y cada uno tiene una etiqueta pegada que indica el lugar en donde fue recolectada; hay brochas, peines y algunos cuernos de venado colgados. En una esquina están unas figuras rebuscadas de fósiles incrustados en una madera, como trofeos, y cada uno tiene una etiqueta con títulos que parecen ser el producto de un nuevo género literario o simplemente una mezcla de palabras sobre ciencia, humor y poesía: “erotismo catódico”, “desplazamiento intemporal de lo trascendentalmente inasequible”, “condrita esquizoide completamente normal”, “pulsasión nula antecedente”, “paralelepípedo distorsionado por el viento”, “isótopo con personalidad dividida”, “sinfonía muda para catarsis plana”.]

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ENCUENTRO

Acidez y la esperanza de un futuro muerto

Una de las bandas de punk con mayor proyección fuera de México vive en Guadalajara; esto fue lo que vimos y escuchamos en su cuarto de ensayo Por JAVIER ANGULO Fotografía: ABRAHAM PÉREZ

“¿

Ya viste los nuevos tatuajes?”, dice Rodo y muestra su celular. Un fan que vive en Singapur se tatuó el logo de Acidez en la pierna. “¿Singapur está en Japón o en China?”, alguien pregunta. De vez en cuando les llegan fotos de gente que se tatúa el nombre o la calavera punk que la banda tiene como mascota. En otra imagen, dos policías caminan en la calle con un detenido, un joven de rasgos asiáticos que lleva piercings, chaleco y camiseta de Acidez. La imagen fue captada en Indonesia, pero la banda nunca ha estado en ese lado del planeta. Como dice Rodo, el guitarrista, “el punk es algo tan mínimo que te une”. Es 2015 y Acidez retoma los ensayos en su cuarto de siempre, ubicado en Ciudad Granja, luego de un breve receso. Las paredes del lugar están tapizadas con posters de sus bandas favoritas, calcomanías, publicidad de cerveza y flyers de tocadas que han recopilado durante más de una década de trayectoria. Se leen nombres como Municipal Waste, C.B.H., Agente Calavera y Bam Bam Records, entre muchos más. Hay envases de caguamas en el piso, y una lata de spray fijador para el cabello, determinante a la hora de levantar esas

crestas que desafían la gravedad. Detrás de una bocina se asoma la foto de una sexy Brody Dalle, y en la antesala hay cuadros pintados por el baterista. Afuera comienza a llover. En 2014 la banda tuvo dos giras por Europa, fueron más de veinte fechas en las que llevó su mezcla de hardcore punk y trash a bares y festivales masivos como el Pod Parou en República Checa, donde alternó con veteranos del calibre de Killing Joke, Agnostic Front y Buzzcocks. Resulta que allá sí hay grandes eventos de punk, donde personas de varios países se reúnen para escuchar música, bailar slam y convivir con la comunidad. En Hungría encabezaron otro festival junto a nada menos que Sepultura y Arch Enemy. ¿Y cómo le hace una banda mexicana de punk para tocar en Europa? Para empezar, se paga el viaje. “Todo empezó con el primer disco”, relata Juan, el baterista. “Se lo mandamos a un vato de Europa que tiene su disquera y le fue bien. Después le mandamos el segundo y luego el tercero, los editó en vinil y también se vendieron, entonces nos dijo ‘vénganse, les va a ir bien’. Ahorramos para los viáticos porque al principio te los pagas, luego con las tocadas te vas recuperando”. Acidez ya tiene años de experiencia en eso de alternar con pesos pesados del género. En 2010 abrieron el show de The Casualties en Ecatepec, la cuna del punk en el centro de

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Mayo 2015 México. En un momento de la tocada, cientos de personas se amontonaron en la entrada del lugar, tumbaron el portón y armaron una batalla campal de punks contra punks. A los de Acidez les tocó una madriza por parte de unos que sabían artes marciales, les robaron una tarola y una mochila. Al regresar al hotel contaron la historia y los Casualties se mostraron agradecidos. Acidez se llevó los golpes que originalmente iban para los de Nueva York. En el eterno conflicto entre los que creen que el punk no se vende y los que piensan que de alguna manera hay que pagar ese estilo de vida, el portazo es tradición y contradicción. Tanto que los organizadores contemplan las pérdidas en materia de portazos como una posibilidad en cada evento. “Eso no es punk, al contrario, es destruir al punk”, sentencia Juan. De su banda se han dicho tantas cosas que ya mejor se ríe. Una vez les inventaron el rumor de que llegaban a las tocadas en una camioneta Hummer. “Si diera para comprar una Hummer, hasta Luis Miguel tocaría punk”, agrega. El punk del punk “Me han contado de un wey que vive en una isla de Chapala, que hasta salió en un reportaje de National Geographic, pero en la ciudad ni modo que andes encuerado cazando palomas para vivir”, comenta el baterista. Para él, no es posible salirse por completo del sistema. Puedes depender menos, pero salir nunca. Tocar en una banda de punk y creer que está prohibido ganar dinero de esa actividad sería un despropósito. “Cuando pagan un boleto por verte tocar y tú recibes ese dinero para comprar una guitarra nueva o grabar un nuevo disco se vuelve un círculo, en ningún momento apoyas a una multinacional o a un político”. Para Juan, lo bueno del punk es que sale barato. Para Rodo, el problema es que los más radicales critican a quienes piensan diferente. En sus viajes a otras ciudades, han visto a los punks de los barrios más pobres pedir dinero en la calle. “Es una idea que se ha llevado hoy en día y está tergiversada, porque al contrario el punk es sobresalir, entre más cultura tengas eres más chingón, es leer, estudiar, estar informado de lo que pasa a tu alrededor. Muchos punks nos han criticado porque según ellos somos fresas, si tú has crecido así está chido, yo no te critico, le batallas y pides dinero en la calle, yo en lugar de eso agarro mi mochila y me voy a buscar trabajo”, explica Rodo.

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Los de Acidez están en contra de que les digan lo que tienen que hacer. Que para ser punk haya que verse de una manera o llevar a cabo ciertas acciones. Están abiertos a que cualquier persona, desde cualquier estrato social, se interese y quiera formar parte de esta cultura. Se ve que disfrutan intercambiar opiniones acerca de su ideología, y que varias veces han tenido que defender su postura. El punk ha sido para ellos un medio para formarse un criterio propio, más allá de casarse con una ideología en específico. Y aunque el logo de la banda lleva la clásica letra “A” encerrada en un círculo, no es que quieran precisamente vivir en la anarquía. Más bien están a favor del equilibrio que da la diversidad. “Obviamente necesitamos vivir en un sistema, si no fuera un caos, a menos que tuviéramos un nivel de conciencia que no necesitáramos semáforos o policías para vivir”, platica el guitarrista. “Imagínate un mundo gobernado por puro punk, luego saldría el que no le guste el gobierno y sería el punk del punk”. Aquí sí hubo escena En Guadalajara ya no hay tantos punks como antes, cuando se juntaba una buena cantidad de ellos en el Tianguis Cultural y de ahí se iban todos a algún bar del Centro de la ciudad. La convivencia y el cotorreo con cerveza en mano, el intercambio de ideas y de música era lo que conformaba una comunidad sólida


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en la primera década de este milenio. Pero la gente creció, unos emigraron hacia otros ambientes y otros simplemente dejaron atrás una etapa de la adolescencia. Los más aferrados dividieron la escena al centrarse en grupos más reducidos de punks: de pronto los hardcore quedaron por un lado y los crusties por el otro, los skinheads por aquí y los skaters por allá. Los eventos también se dividieron por subgéneros y ahora las bandas locales tocan para las 50 o 60 personas que llegan a interesarse en su música, cuando antes el público era todo aquél que acostumbrara escuchar canciones con distorsión en la guitarra. “Es que el punk no ha evolucionado en Guadalajara, más bien se ha estancado”, comenta Juan. “La gente piensa que el punk es para niños, algo de cuando estabas joven, ya de grandes les da miedo decir que son punks, como que les van a decir que ya maduren”. En su trayectoria, los de Acidez han visto ir y venir personas que un día son los más punks y al año siguiente son cualquier otra cosa. Antiguos punks que abandonan todo para hundirse en la rutina de trabajar y mantener una familia y que sólo van a las tocadas cuando les da permiso la esposa. Mientras tanto, el grupo sigue firme en lo que más disfruta, hace más música, crece sus contactos fuera de la ciudad y toca en los lugares más inesperados. Se han codeado con los grupos emblema del llamado rock urbano, esa escena denostada

por el indie y por cualquiera que se considere cool hoy en día. “Está chistoso porque acá en Guadalajara tachan al rock urbano de naco, pero ya que estas en el DF ves que es todo un movimiento, a los urbanos les gusta el punk, a los punks les gusta el urbano y a los metaleros también, se hacen unas tocadas de 5 mil personas”. Para ellos, el acto más radical sería mantenerse punk para toda la vida. Por eso las crestas, los parches y los estoperoles perduran como una fotografía que hoy y mañana seguirá siendo la misma. Cambiar la estética sería admitir que el punk es una moda, y ninguna moda puede durar los 12 años que Acidez lleva en el camino. En ese lapso, esta banda ha editado tres discos y ha ganado fans y detractores casi por igual, porque inevitablemente algo molesta cuando se hacen bien las cosas en un ambiente tan cerrado. No hay futuro El título de su primer disco, “No hay futuro” (2008), es un mensaje fatalista y esperanzador a la vez: no importa qué tan mal vaya todo, el único sentido para seguir viviendo en este mundo es el que cada quien se hace. “Nos venden que vamos a llegar muy lejos, pero te das cuenta al ver las noticias que todo está valiendo madre, el dólar subió bien cabrón, a Peña Nieto nadie lo quiere, matanzas por todos lados, no hay una seguridad, no hay trabajo, no hay un sueldo digno”, afirma Rodo.

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“El punk no ha evolucionado en Guadalajara, más bien se ha estancado”. Juan, baterista La negación del porvenir ha sido un tema recurrente en el género, desde el clásico “No future” que gritaba Johnny Rotten hasta la rareza de documental “La neta no hay futuro” que aborda la vida de un grupo de punks marginales en el Distrito Federal de 1988. “Te tienes que esforzar más si ves que todo está valiendo madre, dices ‘a ver cómo le voy a hacer para formarme mi propio futuro’, no hay futuro del que te pintan pero sí en ti, sales adelante por ti mismo y punto”, añade el baterista. A Juan y a Rodo se les nota que llevan un buen rato de convivir juntos en esta banda. Rodo, con su cabello azul que apunta hacia todos lados, deja escapar algunos destellos de comicidad mientras platica y se ríe con todos. Habla con un desenfado natural y se abstiene por hoy de tomar cerveza. Juan también se ríe y toma tragos a su caguama. Él es más contenido y transmite una paz que no se esperaría de alguien que ataca los tambores con tanta vehemencia. Poco después llegan Tupa, el vocalista, y Soti, el bajista. Traen más cerveza. Arrancan el ensayo con las primeras notas de “Camino al infierno”. El estilo de música que toca Acidez se llama Street punk porque reivindica la naturaleza callejera de este movimiento, frente a los intentos de comercialización que han llevado al género por vertientes más empresariales en distintos momentos de la historia. Para su cuarto disco, el grupo adelanta que las canciones vendrán con un toque ligeramente más metalero. No creen en la experimentación con otros géneros sólo por ver si pegan, más

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bien lo hacen por tocar lo que les gusta. “Es lo chido del punk, mis amigos dicen ‘pinche música viejita es lo mismo siempre’, pero me ha llevado a Europa”, dice el guitarrista. De las letras, Tupa comenta que vienen después de la música e incluso después de pensar en el nombre de la canción. Son de protesta y de vivencias, aunque a veces también les divierte provocar, como cuando hablan del diablo. “Como vivimos en un país católico queremos poner a Satanás como el iluminado, el que sabe esa verdad que va a desatar un caos por el control del mundo. Nosotros no creemos en el diablo, simplemente es una forma de reírnos por llevar la contra”, explica el vocalista. Tupa recuerda que sus primeros contactos con el punk fueron videos de The Exploited y The Addicts. Alguna vez fue un niño que agarraba un peine y simulaba que cantaba sus canciones favoritas al micrófono. Por su parte, Soti empezó en esto a los 13 años, cuando su hermana le presentó a Rancid y a los Ramones. Seducido por la estética y el sonido, se fue adentrando cada vez más en la cultura hasta que aprendió a tocar el bajo. Rodo también se inició escuchando a los Ramones, pero para él la banda neoyorkina era simplemente otro grupo de rock. A los 12 años andaba en patineta y escuchaba a los californianos NOFX y Pennywise sin interesarse demasiado en el tema, hasta que la constante exposición al punk le llevó a decidir “esto es lo mío, es lo que quiero hacer para toda la vida”. Al ácido hay que mantenerlo aislado en un contenedor, porque suelto tiene la capacidad de corroer los materiales. Juan dice que eso es precisamente lo que pasa con la disidencia, que es reprimida por miedo a que se pierda la estabilidad en el sistema. De ahí que el nombre de la banda sirva como una analogía para lo que ellos consideran que es el punk, ese género que así como crea antagonismos también los disuelve, que a pesar de haberse digerido a sí mismo como estilo todavía pone sobre la mesa la discusión de la libertad de pensamiento. Puede ser un punto de unión entre personas de distintos países o un motivo de discordancia dentro de una sola comunidad, y ello puede importar mucho o poco. A final de cuentas, en palabras del baterista, “somos gente, nos morimos y todos vamos al mismo lugar”.


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Dime cuándo para no ir Por FAT HARP MALONE Imagen: revista Caballero, agosto 1971 EL FUTURO ESTÁ EN LA CARNE El futuro está en la calle, a cualquier hora, sólo hay que poner atención. Está en todos lados, en un Soriana, en las gelatinas falsas que venden en la tiendita, en un puesto de comida, cuando te sientas al lado de desconocidos y pides un pozole con carnaza y tu paisaje inmediato es el de un templo que recibe a sus acólitos una noche de un domingo de ramos. Es Cuaresma y a nadie le pesa tanto como al desconocido que tienes enfrente, un muchacho nacido en el seno de una familia católica, una de las que observan los días de guardar. Su papá le prohibió comer carne y él se lamenta de no haber saciado su antojo de masticar a otro animal en esa noche. ¿Unas flautas de carnitas? ¿Unos tacos dorados? ¿Un pozole con trompa, tal vez? ¿Habría sido capaz de comer trompa si se lo hubieran

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“¡El futuro es ahora! Pronto cada hogar americano integrará su televisión, teléfono y computadora. Podrás visitar el Louvre en un canal, o ver lucha libre femenina en otro. Podrás hacer tus compras en casa, o jugar Mortal Kombat con un amigo de Vietnam. ¡Las posibilidades son infinitas!” Chip Douglas – The Cable Guy (1996) permitido? Misterio. Tú te limitas a cenar sin más limitaciones que las financieras y a disfrutar la manera en que la carne blandita y deshebrada del platillo se te deshace entre los dientes. “¿Por qué quieren ser iguales a Dios?”, pregunta el muchacho, hundido en la frustración, porque a final de cuentas comer lo que uno quiere también es un tema espiritual. Su novia está por un lado y lo escucha y lo reconforta, le toma la mano y le habla de no repetir la historia de sus papás. La familia católica llega al puesto y el hermanito se te queda viendo. “Estoy pensando

en mi cumpleaños”, te dice. Tú estás pensando lo mismo. Este año cumples treinta. El papá prohibicionista es un hombre grueso, de bigote y mirada seria. Le da dinero a su hijo para que pague las cenas vegetarianas que él y su novia se resignaron a pedir, y avisa que la misa está por iniciar. “Quiero que te confieses”, advierte al joven. “Por favor”, y remata con especial intensidad cada una de las letras “o” que lleva la frase. La mamá se muestra más cordial. “Tú no te apures, termínate tu flauta y nos alcanzan”, le dice a la nuera. La familia se adelanta y la pareja


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continúa la diatriba en contra de las rancias costumbres de sus mayores. El muchacho asegura que cuando tenga hijos, jamás les impondrá una restricción parecida. Él representa el fin de la Cuaresma para las nuevas generaciones que surjan de ese árbol genealógico, y tú eres testigo del momento decisivo mientras te comes el tradicional pozole sin enjundia que se vende en esta región. VEREDICTO FINAL Es un talk show producido por y para la comunidad latina en Estados Unidos. El programa simula una corte conducida por una jueza, la cubana Cristina Pereyra, quien desde un alto estrado atiende los conflictos que le presentan denunciantes y acusados. En una emisión, un señor de unos sesenta años reclama un pago que le quedó a deber otro señor que falleció antes de saldarlo. La viuda del occiso, una señora más abuelita que Sara García, le dice que no existe tal deuda y que cómo se atreve a ser tan malagradecido si su marido siempre le tendió la

mano en vida. Los ojos de la viuda se mojan y adquieren un brillo de caricatura. Su voz se quiebra al hablar. Una mujer más joven sale del público y se mete a defenderla. Las mamás son sagradas en los países de habla hispana, y pobre de aquél que ose tocar una sola cana de sus cabecitas santas. La resolución se ve venir desde lejos, este caso es fácil. El siguiente es un poco más complejo. El propietario de un edificio de apartamentos se queja de las fiestas hardcore que lleva a cabo un inquilino que es homosexual. Mencionar aquí la preferencia sexual del individuo no sería necesario si no fuera porque es el eje de todo el maldito asunto. El propietario del edificio, entre sus declaraciones, se la pasa diciendo que él no tiene problema con el hecho de que su acusado sea gay. Quiere que quede bien claro. Después, otro denunciante que vive en el mismo edificio pone el mismo énfasis en aclarar que no tiene nada en contra de los gustos de su vecino. El acusado se defiende. Es extrovertido y carismático, la cámara

COLUMNA

lo adora. En un punto la discusión sube de tono, y la juez condena la actitud de los acusantes. “Ustedes me dicen que no tienen problema con que su vecino sea homosexual, pero hasta ahorita no han hablado de otra cosa”, indica. La sociedad en general podría mostrarse cada vez más incluyente, pero alguna vez nos enseñaron a sentir vergüenza ante la sola sospecha de que no seamos heterosexuales, y ese es un nudo que no se desata de la noche a la mañana. De pronto, ver el programa se siente como si alguien detrás de cámaras jugara con nuestras mentes. Ya no se trata de saber quién tiene la razón, el desenlace del caso es lo de menos: el chiste es adivinar a quién de los dos denunciantes se le nota que algo quiere ocultar, y ese algo es precisamente lo que nuestra imaginación va tejiendo conforme avanza el show. Eso es entretenimiento. Pienso en la reacción que tendría el tipo de gringo que únicamente se refiere a los anglosajones como “americans”, al toparse con este programa durante una noche de insomnio. ¿Qué diría al ver a estas personas, con esos ademanes y esa forma tan enérgica de discutir, con esos idiomas que suenan como una canción muy rápida y que en nada se parece a su forma de hablar? Me gustaría saber cómo se tomaría el hecho de que en realidad existen otros “americans” que tienen otro aspecto y se expresan distinto y no comparten precisamente sus mismos valores, pero que llegaron al mismo país donde él creció, y lograron quedarse el tiempo suficiente para convertirse en mucha gente y necesitar sus propias formas de espectáculo y generar sus propios canales de televisión donde alguien tuvo la puntería de producir una cosa como Veredicto Final. La gente que viajó al norte en busca de un futuro, definitivamente encontró algo.

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CRÓNICA

NÚMERO 2. Mayo 2015

El porno aventurer independientes Ni el caudaloso río de géneros pornográficos que trajo la web ha matado las ganas que tiene la gente de ver cosas en lo oscurito Por JAVIER ANGULO Fotografía: ABRAHAM PÉREZ

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os jóvenes no están aquí. El interminable catálogo de culos y tetas que es internet mató la necesidad de conseguir pornografía en la calle. Si acaso, forman colectivos y organizan muestras de cine erótico, porque entre jóvenes puede más la moda que el morbo, y lo de hoy es hacer versiones políticamente correctas de todo. Los viejos, en cambio, ellos sí que están aquí. Tres, cuatro, a veces diez, pero viejos todos. Porque para ellos, ver pornografía todavía significa portarse mal, es algo que se lleva a cabo fuera del alcance de las buenas conciencias, en una sala tan oscura como la del cine Greta Garbo, ubicado en la calle Pino Suárez casi esquina con San Felipe. El centro de Guadalajara contiene un puñado de salas independientes como esta, las cuales de ninguna manera buscan competir con los complejos que proyectan la última de Pixar en 3D. Lo suyo es mantenerse en pie gracias a una generación que se acostumbró

a tomar riesgos cuando de ver películas porno se trataba. Ni siquiera la broma que el destino aplicó a la famosa actriz sueca habría puesto fin al mote de “la mujer que no ríe”. Hoy su nombre, escrito en letras amarillas, decora la entrada de un cine que se antoja tan decadente como el final de la película que proyecta en su interior, un orgasmo masculino en cámara lenta como para aplazar la sensación que probablemente tuvo el actor después de liberarlo. Hay que pagar treinta pesos en una taquilla deslucida para sentarse en esta sala y ver el viejo porno amateur que aparece en pantalla, mientras en el fondo los encargados de manejar el proyector hablan a sus anchas de cualquier otra cosa. En el lobby se ofrecen cacahuates garapiñados y papitas que nadie se atreve a comprar, y un poster de Tara Reid anuncia los horarios y las promociones de 2x1 en parejas que quieran ser arropadas por la oscuridad conciliadora de este


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ro vive en las salas s de Guadalajara lugar. Todo aquí está desgastado, excepto las ganas de los clientes por separarse un momento de ese mundo exterior que los obliga a mostrar sólo una cara de lo que son, a conducirse únicamente por las más aceptables de sus motivaciones. Damas y caballeros A un costado del Hospicio Cabañas, muy cerca del mercado San Juan de Dios, hay un conjunto de locales entre los que sobresalen una cantina y un recinto que luce el letrero de “Cinema Plaza”. Dentro, la antesala recibe a los visitantes con un montón de fotos quemadas por el sol en las paredes, mostrando las esbeltas figuras de famosas que antaño poblaron la imaginación de millones de adolescentes en plena ebullición. Por aquí Cindy Crawford, por acá Jenna Jameson y alguna que otra exuberante anónima. La sala de proyección es más pequeña que la del Greta Garbo, y en lugar de la clásica forma rectangular, la pantalla es un cuadrado. Las

filas de asientos están divididas por un pasillo que cruza por el medio, y dos letreros luminosos a ambos lados de la pantalla indican quién se sienta dónde: damas a la izquierda y caballeros a la derecha. A los asistentes no les queda más que ignorar olímpicamente la disposición de la empresa, porque damas en la sala no se ven por ningún lado. Un caballero sentado en la sección femenina ignora también la advertencia de no fumar. El flujo de personas en el Cinema Plaza es constante: salen dos y entran cuatro, hombres siempre. Se sientan lo más alejado posible unos de otros, descansan los pies en el asiento de adelante y esconden las manos entre su ropa. Así se disfruta del cine XXX cuando la modernidad no le ha quitado el sentido de aventura a la experiencia de ver porno en un lugar público. Nadie quiere palomitas ni refrescos, por más que los directivos del local consideren que el tentempié debe ser parte de la ecuación.

Detrás de la fruta Un incendio podrá haber acabado con el mercado Corona, pero uno de sus secretos mejor guardados sigue tan vivo como el rojo de los jitomates que se venden a unos metros de las ruinas del lugar, en la calle Zaragoza. Ahí, sólo hace falta asomarse al fondo de uno de tantos establecimientos que ofrecen frutas y verduras de temporada, para notar el anuncio en luces de neón que avisa a dónde se ha llegado: el Cinema Corona. El lobby, además de lucir una foto de Britney Spears que pareciera sugerir que en algún momento se proyectará una película porno estelarizada por la cantante, tiene un añejo pizarrón negro en la pared, el cual indica con letras blancas de plástico que lo que en este cine se muestra es “la más audaz y nueva programación para adultos de amplio criterio”. También dice que la sala abre todos los días a las 10:30 de la mañana. Dentro de la sala, una película argentina con subtítulos en inglés muestra escenas de sexo cuya banda sonora está hecha con guitarras y teclados alegres que para nada inspiran sensualidad, pero que por alguna extraña razón embonan perfecto con lo que se ve en pantalla. La película contiene la trama más elaborada que puede esperarse en este caso: un tipo sin camisa está en el cuarto de un hotel y pide servicio a la habitación; acto seguido, una rubia operada con silicón y vestida de camarera sexy llega para complacerlo. No hace falta contar el resto de la historia. Al lado de la pantalla, por un pasillo que se abre a la derecha, está el baño. Un señor grueso, de unos sesenta años, que lleva lentes y gorra, se lava las manos y se dirige a la salida del lugar, donde se encuentra con otro señor muy parecido a él. Lo acaricia, le toca la cara y el pecho con un gesto que parece de verdadero cariño ¿Será que el amor también se resiste a morir aquí? Quién sabe, pero a la salida hay fruta, por si alguien tiene antojo de papaya.

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El futuro, hoy Por ROGELIO MARCIAL Fotografía: ABRAHAM PÉREZ

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Son ya casi 40 años del surgimiento de la proclama punk sobre el no future. Una sentencia contundente y preocupante en sus días, en tanto una de las miradas juveniles sobre la incertidumbre de bienestar social para las nuevas generaciones ante un panorama económico y político caduco e inoperante. Ojalá eso hubiese quedado en un oscuro pasado ya superado, pero la verdad es que hoy en día, y precisamente para millones de jóvenes contemporáneos, las condiciones aún son peores que en aquellos años y no se vislumbran posibilidades positivas de desarrollo social. Si aquellos punks británicos se expresaron mediante la violencia simbólica en cuanto a su “facha”, su música y otros referentes culturales, paradójicamente hoy las violencias sociales, más reales que simbólicas, están ahogando no solo el futuro, sino incluso el presente de millones de jóvenes mexicanos que han dejado sus sueños “para mejores momentos”. No podemos olvidar que el futuro está estrechamente asociado con las expectativas, con los sueños, con las aspiraciones de quienes están iniciando sus trayectorias de vida en el ámbito social. Cuando no se vislumbra el futuro, no se puede soñar y se cierran las posibilidades de imaginar una vida mejor, segura, feliz, productiva, completa. Estas imágenes nos hablan de eso y de muchas otras cosas más. El recurso de lugares sagrados y devociones a los que nos aferramos para “solicitar una ayudadita” que nos permita visualizar un futuro mejor; la labor de construcción (de casas y ciudades), la vida en entornos naturales aún conservados y las imágenes de un nuevo amanecer que nos inspiran hacia ese futuro promisorio; una adecuación personal (un corte de cabello) de las nuevas generaciones para estar mejor preparados para el futuro, y las posibilidades del acceso a la recreación (sea al aire libre y sobre una bicicleta o dentro de recintos culturales como una sala de cine) siempre tan necesaria para nuestro desarrollo. Pero también

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nos advierten sobre las aberraciones de los modelos económicos y políticos vigentes que se expresan en el empleo informal, las políticas represoras y las condiciones claramente negativas a las que se enfrentan nuestros jóvenes en muchos de los barrios populares de nuestras ciudades. Y otras imágenes nos hablan de visiones promisorias con imágenes de adultos mayores en plenitud, productivos, activos, satisfechos. Y aunque todos aspiramos a ello, hay que enfatizar que en el presente pocas cosas se hacen a favor de nuestros padres y nuestros abuelos. ¿Qué será de nosotros cuando ese futuro nos alcance? Finalmente, estamos de acuerdo que el presente funda los futuros posibles, pero la otra coordenada temporal que necesitamos incluir es el pasado. Fósiles y huesos nos remiten a lo que fue, que dio posibilidad a lo que es y funda lo que podrá ser. Ciertamente en ocasiones esto sucede con mucha celeridad y ahí está la imagen de algunas “nuevas” tecnologías ya caducas. Cierro este “viaje” con la imagen plástica de lo que aparenta ser un diablo y con la de los jóvenes anarco-punks: las veo, no como algo reductible de un futuro desesperanzador, sino como las posibilidades del arte, la cultura y la resistencia como herramienta para cambiar, para mejorar nuestro futuro, para imaginar y construir “otro mundo posible” (buena apuesta). Esperanzas y desencantos, futuros inciertos y presentes preocupantes. Disfruten las imágenes e imaginen futuros disfrutables. Es una buena experiencia, lo verán.

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