Apuntes de Orientación Básica
Aprendiendo a ser asertivo
Dra. María Teresa Alicia Silva y Ortiz
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Dedicatoria Para ti orientador que quieres formarte para poder guiar a otros en el camino de la vida para aprovechar sus potencialidades y dar lo mejor de sĂ mismos.
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4. Aprendiendo a ser asertivo Contenido: Presentación 1. En contacto con el tema. Escala para medir el nivel de asertividad personal. 2. Concepto de asertividad, aceptación y oposición asertiva. 3. Los derechos de la asertividad. 4. Esquema general de una respuesta de oposición asertiva. 5. Cómo negociar. 6. El decálogo de la asertividad. 7. Técnicas de la asertividad. 8. Puntos básicos a considerar en el entrenamiento. 9. Cómo conservarse dentro de los parámetros de la asertividad.
Presentación Cuando se ha tenido experiencias y aprendizajes que son poco claros, confusos, distorsionados, en lugar de que la personalidad se fortalezca y crezca, se detiene su proceso debido a que sus capacidades se bloquean y se limitan. Las creencias, los introyectos y los prejuicios, tanto personales como sociales suelen imponer estilos de comportamiento que pueden ser o no funcionales y/o asertivos. Los prejuicios, en particular, limitan la objetividad y ponen barreras. Algunos ejemplos son:
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Los adultos son superiores a los niños. Los jefes son superiores a los empleados. Los hombres son superiores a las mujeres. Los profesionistas son superiores a los técnicos. Los maestros son superiores a los alumnos. Los políticos son superiores a los electores. Los ganadores son superiores a los perdedores.
En general, se encuentran dos tipos de actitudes en las relaciones sociales que son contrarias: la pasividad o no decir lo que uno piensa, y la agresividad o el hablar más de la cuenta o decirlo todo sin importar qué pase. En contraste, la conducta asertiva es una habilidad social que permite a las personas expresarse de manera sana y sin dañar, además de mantener relaciones adecuadas con los demás: saber encontrar el punto medio, es decir, valorar previamente lo que se piensa decir, analizar si es oportuno o no y buscar la manera más apropiada para expresarlo y escuchar a los demás. La falta de asertividad o tener un desarrollo deficiente de sus habilidades sociales puede ser determinante en las dificultades que las personas suelen tener al interactuar con los demás. Entre estas habilidades están: aprender a decir “no” o poder explicar su postura ante algo, saber realizar peticiones, responder ante las agresiones verbales adecuadamente (burlas, desprecios, críticas), saber cómo reclamar o quejarse (en un comercio, un restaurante, por un producto defectuoso), aprender a ser menos agresivo o sumiso, poder resolver conflictos respetando ambas partes, emitir críticas de manera respetuosa, negociar acuerdos y saber expresar los sentimientos con propiedad y oportunidad.
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Las metas de Virginia Satir para lograr el equilibrio deseado son una inspiración para quien aspira ser asertivo con frecuencia.
Mis metas Quiero amarte sin aferrarme. Apreciarte sin juzgarte. Unirme a ti sin invalidarte. Invitarte sin exigirte. Dejarte sin sentirme culpable. Criticarte sin hacer que te sientas culpable. Y ayudarte sin ofenderte. Si puedo obtener el mismo trato. Podremos conocernos verdaderamente. Y enriquecernos mutuamente. Virginia Satir Hay autores que consideran a la asertividad como sinónimo de las habilidades sociales. Sin embargo, aquí se toma sólo como una parte de la segunda, pues la asertividad se centra en las conductas y pensamientos que permiten defender los derechos de uno sin agredir ni ser agredido. En este trabajo se exponen los puntos coincidentes de los estudiosos del tema de tal manera que el lector cuente con un panorama general sobre la asertividad, le facilite su exploración y profundización a través de otros medios. Es recomendable participar en talleres que le permitan darse cuenta cómo llevar a la práctica técnicas asertivas eficaces.
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Actividad # 1 Hablando en parejas Objetivo: observar las características del diálogo entre las parejas y adivinar cuál era el papel que representa cada una. Instrucciones. Van a pasar dos personas voluntarias para representar una situación específica en tres momentos. Se les va a poner un gafete a cada una de manera que quien lo tenga no pueda ver lo que dice su tarjeta pero sí la de la persona con la que va a hablar. Quien si la ve debe actuar como está escrito en la tarjeta de su interlocutor. Situación #1. Son dos amigas adolescentes comentan la reprobación de una de ellas. A la primera se le pone “regáñame” y a la segunda “soy una víctima de la injusticia”. Situación # 2. Dos profesores comentan sobre el abuso de las tics de sus alumnos. Al primero le toca la tarjeta “aconséjame” y al segundo “contradíceme”. Situación # 3. Van a organizar una campaña para promover la salud en la escuela. La primera persona tiene la tarjeta “colabora conmigo” y la segunda “apoya mis ideas”. Al terminar las representaciones, se comentará la actuación de cada pareja, enfatizando el papel activo y pasivo de cada uno, el tipo de reacciones, el lenguaje corporal, las emociones que manifiestan, por ejemplo. Se saca una conclusión que abra brecha para comenzar a tratar el tema de la asertividad.
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Regáñame
Víctima de la injusticia
Aconséjame
Contradíceme
Colabora conmigo
Apoya mis ideas
Fig. 1. Diálogos en pareja.
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4.1 En contacto con el tema ¿Cómo empezar a estudiar el tema? Es necesario empezar por tener una visión general del tema para poder definir en qué consiste la asertividad y como se refleja ésta en las actitudes, el hacer de la persona, su relación con ella misma y con los demás. La autoestima es un fuerte pilar de la asertividad. Tanto la asertividad como la autoestima son habilidades que se necesitan desarrollar, ya que uno no nace con ellas. ¿Qué es la asertividad? A grandes rasgos, la asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular ni manipular a los demás (Castanyer: (2014), es decir, un punto medio entre la sumisión y la agresión. La comunicación asertiva es directa, honesta y expresiva. La asertividad se basa en la autoestima, se apoya en el respeto a las propias convicciones sin pretender imponerlas a los demás. Su práctica aumenta la confianza en uno mismo y la soltura para hacerle frente a cualquier situación adecuadamente. ¿Qué palabras se relacionan con la asertividad? Las palabras que se relacionan con la asertividad son:
Respeto Igualdad
Derechos Honestidad
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Comunicación Autoafirmación
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Asertividad, ¿para qué? A través del desarrollo de las habilidades asertivas, las personas pueden obtener grandes beneficios, tales como:
Lograr más igualdad en las relaciones. Evitar el sentimiento de malestar si uno aprende a expresar lo que quiere. Para lograr una comunicación interpersonal eficaz. Para respetar el amor propio de los demás y el personal. Para no dejarse intimidar, ser abusado, violentado, ni acosado. Contar con un método para proyectar metas y definir el futuro. Elevar la autoestima. Ayudar a desarrollar la autoconfianza. Poder disentir cuando no se está de acuerdo con algo o con alguien con propiedad y oportunidad.
Actividad # 2 ¿Qué es la asertividad? Instrucciones. Ver el video: La asertividad, ¿sabes qué es? En la URL: https://www.youtube.com/watch?v=kXUOVYiNG58 discutir el contenido del video y concluir qué significa ser asertivo. ¿Qué marco teórico respalda su estudio? Se puede tomar como base varias corrientes. Algunas de ellas son:
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a) Psicoanalítica: busca las causas por las cuales la persona no puede manejarse en su vida con asertividad. b) Cognoscitiva y de la conducta: se basa en el análisis del comportamiento o expresiones del sujeto c) Sistémica: se centra en las variables de contexto. Por ejemplo, en qué circunstancias se es o no asertivo, cómo aumentar el nivel de asertividad con acciones concretas y cambios de actitud. Este enfoque no se ocupa del origen de la falta de asertividad. ¿Qué autores se recomienda revisar para profundizar en la perspectiva psicológica? Se mencionan algunos representantes de éstas y otras escuelas que se consideran clásicos por su trabajo sobresaliente en el campo de la psicología: a) Sigmund Freud: es considerado el padre de la corriente psicoanalítica. Da las bases para otras teorías psicológicas. Para él, la estructura de la personalidad se compone de: Id o Ello: que es el principio del placer o energía. Ego o Yo: es la parte que controla al Id y es el principio de la realidad. Superego o Superyo: es la conciencia moral, los ideales, la parte que inhibe los impulsos del Id, el autocontrol, el componente moral y cultural. b) Carl Jung, analista que se formó en la psicología profunda, señala: El ego: es la conciencia, la mente consciente. El inconsciente personal: lo reprimido.
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El inconsciente colectivo: son los arquetipos o las predisposiciones psíquicas innatas, de la percepción, la emoción y la conducta. La persona: es el arquetipo de adaptación, la máscara que se modifica ante las distintas situaciones y que media entre la vida psíquica y el mundo externo. La sombra: lo desconocido, lo oscuro, lo que se rechaza o se desprecia en uno mismo y en los demás. c) Alfred Adler: es autor de la psicología individual, afirma que es en el seno familiar donde se comienza a formar la identidad personal, por lo tanto, es clave: La posición dentro de la familia: el orden de nacimiento es determinante. La escuela: influye en su desarrollo. La conducta: es la interacción entre las personas y ocurre dentro del contexto social en que se interactúa. d) Carl Rogers: autor de la terapia centrada en la persona, hace énfasis en la congruencia, la empatía y el interés genuino. La tendencia del ser humano es llegar a la autorrealización. En su modelo asertivo el autor hace ver al cliente que tiene la fuerza que le permite considerar importantes a quienes se comunican con él y a mantenerla de manera correcta, exacta y respetuosa. e) Robert Murphy: autor de la terapia basada en el anhelo, la esperanza y el deseo, sostiene que las emociones tienen una etiología en una fuerza psicológica inmensa, y sentidas, en su forma más pura, como deseos, esperanzas o anhelos profundos. De ellas depende el gusto por la vida y las cosas. Por eso se es libre en la
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medida en que se le va dando sentido, comprensión, significado a la vida y se es capaz de expresar los anhelos o deseos básicos. f) Albert Ellis: autor de la terapia racional emotiva, es cognoscitivista y sostiene que la causa de un mal funcionamiento o perturbación mental o emocional es la manera irreal de interpretar los acontecimientos, pues desarrolla creencias irracionales sobre ellos. Es por ello que la etiología de las alteraciones está en la persona misma y no en lo que le sucede. g) Eric Berne: autor del análisis transaccional (PAN), señala tres estados observables del Ego: el Padre, el Adulto y el Niño. "Educar es formar personas aptas para gobernarse a sí mismas, y no para ser gobernadas por otros". Herbert Spencer
¿Cuáles son los elementos de la asertividad? La asertividad requiere dos elementos que actúan en forma simultánea: a) La afirmación del yo: es decir que le deje a la persona una vivencia interior de satisfacción y realización personal. Esto implica un buen trato de sí mismo, el uso eficiente y eficaz de sus recursos, cumplir con sus objetivos, saber afrontar las situaciones, tomar decisiones, resolver imprevistos empleando una conducta tolerante, moral y comprensiva.
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b) Hacerlo en armonía con el otro. Favorecer la convivencia y el respeto, permitiéndose cada quien el espacio que le corresponde, además de darse el tiempo que requieren. ¿Qué implica hablar de asertividad? Hablar de asertividad implica dejar afuera la agresividad, el enojo o la ira, la violencia y la pasividad, pues son sus grandes distorsiones y bloqueadores. ¿Con qué se relaciona la asertividad? Es común relacionarla con la autoestima, el individualismo, la buena autovaloración, la inteligencia emocional y el conocimiento de sí mismo. ¿Cuál sería la base de la asertividad? La asertividad es una acción perfectible que toma como base una articulación práctica, pues ésta no tendría sentido sin una acción, una conexión o una comunicación con el ambiente. También requiere de un adecuado nivel de salud psicofísica, un potencial energético importante y una tendencia a la actividad más elevada. ¿Cuáles serían algunos obstáculos de la autoexpresión en relación con la asertividad? Entre los principales obstáculos están:
No creer en el derecho de la asertividad. Ansiedad o temor a la asertividad.
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Falta de habilidad para expresarse con eficacia.
Fig. 2. Sensibilizándote en la conducta asertiva. ¿Cómo saber si uno posee las habilidades básicas de la asertividad? Uno puede comenzar por plantearse interrogantes como las que se proponen en la siguiente escala y tomar conciencia del grado de facilidad o de dificultad que se tiene al afrontar situaciones como las sugeridas, tomando como base el uno (puntuación más baja) al diez (puntuación más alta):
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Actividad # 3 Escala para medir el nivel de asertividad personal Instrucciones. Califica cada aseveración poniendo un círculo en el número que mejor te represente. Siendo el uno el de menor valor y el 10 el de mayor. 1. Exponer tu punto de vista u opinión cuando no coincide con el del otro. 2. Poder manifestar tu desacuerdo o inconformidad con tranquilidad. 3. Poder decirle al otro que no lo deseas o no te gusta hacer lo que él te sugiere. 4. Hacer una crítica constructiva sobre algo que nadie se atreve a opinar. 5. Devolver un artículo defectuoso a la tienda donde lo fuiste a comprar. 6. Sugerir una actividad o un lugar a la pareja, familia o grupo de amigos. 7. Recibir con agrado un cumplido o un reconocimiento de los demás.
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8. Aumentar tu eficacia personal en el trato con los demás. 9. Poder reclamar tus derechos ante un trato injusto o de abuso. 10. Correr el riesgo de expresar lo que sientes sin temor al posible rechazo. 11. Tomar la iniciativa y expresar con libertad cuáles son tus deseos. 12. Pedirle al otro que cambie su conducta o manera de proceder. 13. Pedir un favor al otro sin sentirte incómodo, ni a disgusto. 14. Estar dispuesto a hacerle al otro un favor o brindarle su apoyo. 15. Marcar tus límites a los demás y no permitirles que se aprovechen de ti. 16. Expresar tus ideas sin temor a perder la simpatía de los demás. 17. Mantener la calma al escuchar críticas sobre tus ideas o acciones. 18. Sentir seguridad y tranquilidad al entrar en contacto con la autoridad. 19. Escuchar y atender sugerencias, otras perspectivas o puntos de vista.
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20. Sentir con frecuencia que tienes los mismos derechos que los demás. 21. Ser una persona cordial, amable, que no arremete ni es despiadada. 22. Tener un buen concepto de ti mismo y considerarte valioso. 23. No aceptar situaciones que te comprometen o son inadmisibles. 24. Respetar a los demás, evitando a toda costa humillarlos, o descalificarlos 25. Permanecer ecuánime ante un ataque personal. Total:
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Interpretación Sumar la cifra señalada en cada reactivo y sacar el total. La puntuación obtenida por cien es el porcentaje de asertividad que se refleja en este ejercicio. Entre más alta sea la puntuación, se considera que hay mayor cantidad de habilidades asertivas desarrolladas. Siguen las instrucciones. Comenta tus resultados explicando de qué te diste cuenta y qué crees que es necesario empezar a hacer.
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¿Cuál es el rango de las deficiencias de las habilidades asertivas? Para saber dónde te encuentras al carecer de ciertas habilidades asertivas que son necesarias para comunicarse cómodamente con los demás debes considerar los dos extremos: Defecto: al inhibirte o Exceso: al ser agresivo. En la mayoría de los casos, las personas tienden a oscilar de uno al otro extremo. Sin embargo, con un entrenamiento adecuado puedes darle estabilidad y eficacia a tu autoconcepto y a tus relaciones con los demás. ¿Por qué las personas son poco asertivas? Una de las razones por las cuales las personas son poco asertivas, se debe a que piensan que no tienen derecho a sus creencias, valores, opiniones o a lo que les corresponde y que es suyo. ¿En qué consiste el entrenamiento asertivo? El entrenamiento asertivo, entre otras cosas, consiste en tomar conciencia de sus derechos para aprender a defenderlos ante situaciones que a todas luces son injustas. No se trata de convertir a las personas en sumisas o que de todo se quejan y/o sean acusadoras. ¿Qué mitos giran en relación con los derechos y la asertividad? Entre los principales están:
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Interrumpir a los demás es de mala educación, nunca hay que hacerlo. Todos tenemos derecho a interrumpir al interlocutor para pedirle una explicación. Sin embargo hay que hacerlo con tacto. No hacerle perder el tiempo al interlocutor escuchando los problemas personales, que además no le interesan a nadie. Todos tenemos derecho a pedir ayuda o apoyo emocional cuando lo necesitemos, pero no todas las personas están dispuestas a ayudar o son capaces de hacerlo. Uno debe aprender a escoger quien es confiable y recurrir a ella con respeto. Para no perder amistades, hay que adaptarse a los demás. Todos tenemos derecho a decir “NO”. Pero hay que aprender a decirlo oportunamente y sin agredir o lastimar a los demás. Siempre hay que ayudar a quien tiene un problema. Todos tenemos el derecho a decidir cuándo prestar ayuda o no a los demás.
¿Siempre se ha de actuar con asertividad? Lo ideal es tener conductas asertivas todo el tiempo, sin embargo, éstas pueden ser inadecuadas cuando el defender los derechos pone en peligro la seguridad de la persona, como el ser agredida físicamente o que interfiera con el aspecto legal. Hay momentos en los que es mejor retirarse o evitar la situación conflictiva para que el daño no sea mayor. Para todo hay un momento y, parte del entrenamiento, es saber cuándo es adecuado decir o hacer las cosas y de qué manera.
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Actividad # 4 La vida es bella Instrucciones. Analizar el diálogo de los participantes de esta escena de la película y su relación con la asertividad en la URL: https://www.youtube.com/watch?v=UdpndKFeWx0 Se recomienda ver toda la película, La vida es bella, y reflexionar sobre la actuación del protagonista en su relación con los demás y la asertividad.
Fig. 3 Modelo bidireccional.
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4.2 Concepto de asertividad, aceptación y oposición asertiva Como se puede deducir por lo leído en la sección anterior, existen múltiples definiciones de asertividad pero todas convergen en considerarla como una habilidad de comunicación interpersonal o social. ¿Cuáles son los objetivos de la asertividad? Como ya se ha mencionado, en términos generales se puede definir a la asertividad como la capacidad para transmitir hábilmente opiniones, intenciones, posturas, creencias y sentimientos. La habilidad, entonces, consiste en crear las condiciones que permitan conseguir todos y cada uno de estos cuatro objetivos:
Eficacia, es decir, desarrollar la capacidad y la persistencia necesarias para conseguir aquello que te propones. No sentirte incómodo al hacerlo. En el momento en que se pone de manifiesto un conflicto de intereses, ocasionar las mínimas consecuencias negativas para ti mismo, para el otro, y para la relación. En situaciones de aceptación asertiva, establecer relaciones positivas con los demás.
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¿Cómo se ha estado definiendo a la asertividad? En una palabra, la asertividad significa afirmar. Esta palabra se deriva del latín asserere, assertum que significa afirmar con certeza, firmeza y veracidad. A. Algunos autores consideran a la asertividad como aquella conducta que posibilita la disminución de la ansiedad. Fensterheim y Baer (1976): definen la persona asertiva como: "aquella que tiene una personalidad excitativa o activa, que define sus propios derechos y no presenta temores en su comportamiento". Estos autores señalan las siguientes características:
Su comunicación es directa, adecuada, abierta y franca. Tiene facilidad para comunicarse con toda clase de personas. Su comportamiento es respetable y acepta sus limitaciones.
Ronald Adlet (1977) la define como “la habilidad de comunicarse y expresar los pensamientos y emociones con confianza y con máxima capacidad”. Ronald De Galessi (1977) dice que “la conducta asertiva envuelve en forma directa la expresión de los sentimientos, preferencias, necesidades y/u opiniones en la manera en que una persona se dirige a otras, sin forzarlas, ni menospreciarlas”. Wolpe (1977), define a la conducta asertiva como: "la expresión adecuada dirigida a otras personas, de cualquier emoción que no sea la respuesta de ansiedad."
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B. Otros autores plantean la asertividad como la defensa de los derechos. Alberty y Emmons (1978), la definen como: "la conducta que permite a una persona actuar con base a sus intereses más importantes, defenderse sin ansiedad, expresar cómodamente sus sentimientos honestos o ejercer los derechos personales, sin negar los de los otros." Lazarus (1966), define la conducta asertiva como: "el aspecto de la libertad emocional que se relaciona con la capacidad de luchar por los propios derechos." Lange y Jakubowaki (1976), plantean que: "la aserción implica defender los derechos y expresar pensamientos y creencias en forma honesta, directa y apropiada, sin violentar los derechos de los demás. La base de la aserción es la comunicación mutua, dar y recibir respeto". En contraste, la persona no asertiva muestra una falla de respeto por sus propias necesidades, y su meta es aplacar, pacificar y evadir conflictos. Mac Donald (1978), define la asertividad como: "la expresión abierta de las sugerencias (por medio de palabras y acciones) de una manera tal que haga que los otros lo tomen en cuenta." Rimm y Master (1980) la definen como: "la conducta interpersonal que implica la honesta y relativamente expresión de sentimientos." Libet y Lewishon (1973), definen la asertividad como: "una capacidad compleja de emitir conductas que son reforzadas positiva o negativamente, y de no emitir conductas que son castigadas."
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C. Los siguientes autores retoman la asertividad como la habilidad de expresar los sentimientos. Rich y Schroeder (1976), definen la conducta asertiva como: "La habilidad de buscar y mantener o mejorar el reforzamiento en una situación interpersonal a través de la expresión de sentimientos o deseos. Cuando esa expresión se arriesga a la pérdida de reforzamiento o incluye al castigo". Según Carrobles (1979): La asertividad: "es la habilidad de exponer en un momento determinado (personal o social), de manera apropiada y directa, creencias y sensaciones, tanto positivas como negativas." Alberti y otros (1977) definen al asertividad como: " el conjunto de conductas emitidas por una persona en un contexto interpersonal, que expresan los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y derechos de esa persona de un modo directo, firme y honesto, respetando al mismo tiempo los sentimientos y actitudes, deseos, opiniones y derechos de otras personas". D. Toma en consideración a la interacción con los demás, la comunicación no verbal y la conducta no asertiva. Walter Riso (1988) la define como: "aquella conducta que permite a la persona expresar adecuadamente (sin medir las distorsiones cognoscitivas o la ansiedad y combinando los componentes verbales y los no verbales de la manera más efectiva posible) oposición (decir no, expresar desacuerdos, hacer y recibir críticas, defender derechos y expresar en general sentimientos negativos) y afecto (dar y recibir elogios, expresar sentimientos positivos en general) de acuerdo a sus
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intereses y objetivos, respetando el derecho de los otros e intentando alcanzar la meta propuesta." Eric Schuler (1998) la define como una herramienta que ayuda a ser uno mismo, a no tener miedo ni vergüenza de sus propias convicciones, a defenderlas con entusiasmo sin menospreciar ni mostrarte agresivo hacia quienes no la comparten. ¿Cómo se ha manejado la asertividad hoy en día? Stephen R. Covey (1995): en su libro de los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas, describe a la asertividad como una forma de vida que se convierte en un hábito profundo. Dicho término está insertado en el primer hábito que propone: el ser proactivo, es decir, tomar la responsabilidad de su propio destino y de las respuestas ante cualesquier estímulo de éxito o de fracaso que le plantee el medio. La asertividad hace que los estímulos que le llegan sean los que exactamente le fueron enviados, por lo tanto, capacita para enviar aquellos mensajes que en realidad se desean mandar y que fundamentan el respeto propio y el de los demás. George W. Dionne y E. Reig (2002): en su libro Reto al Cambio, sostienen que la asertividad es la habilidad de relación en un contacto positivo, entendido como llegar a convivir fácil y cómodamente con los otros; implica abrirse, expresarse y compartir. Es crear espacio en la vida para encontrarse con los otros, es estar presentes...Si no se está presente, se deterioran poco a poco las relaciones con los demás y se pone en riesgo la pérdida de contacto. Estos autores hablan de tres niveles de interacción y contacto con uno mismo: “Una capa superficial, una capa intermedia y una capa interna, esto es, la profundidad del contacto hacia las capas descritas, depende
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de la intención de la apertura, de qué capa se quiere abrir para tocar al otro: sin embargo, no depende de uno cuál será la capa que el otro abrirá para establecer contacto, lo cierto es que en una relación se puede pedir y exigir reciprocidad, el cual es un derecho asertivo. La vivencia de la relación humana es interacción social, la cual se entiende como: La influencia entre los individuos dentro de un grupo y de los grupos entre sí, dando esto como resultado cambios en las conductas, actitudes, opiniones etcétera." Si uno quiere cambiar necesita aceptar que lo necesita hacer, tomar conciencia de sus intenciones, desprejuiciarse, relacionar, escuchar y accionar. Nadie cambia, sino no siente la necesidad de hacerlo. Henry Ford ¿De qué manera se puede resumir o concretizar todo esto? Las diferentes definiciones de la conducta asertiva no se ven afectadas directamente por la clase de respuesta. Hay acuerdo en considerar que el concepto de asertividad es multidimensional y puede incluir un rango alto de respuestas. Así pues, la asertividad quiere decir afirmación de la propia personalidad, confianza en uno mismo, autoestima, aplomo, fe gozosa en el triunfo de la justicia y la verdad, vitalidad pujante, comunicación segura y eficiente. En suma, es la habilidad de poder:
Ejercer la libertad de expresión. Expresar los sentimientos propios. Elegir cómo reaccionar. Hablar por los propios derechos cuando es apropiado.
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Ser asertivo no significa querer tener siempre la razón, sino expresar las propias opiniones y puntos de vista, sean estos correctos o no, sin agredir o permitir ser descalificado por otro. Todos tenemos el riesgo de equivocarnos y eso no implica que se afecte la autoestima de alguna manera, pero la asertividad le ayuda a recuperar su equilibrio. ¿Cuáles son algunas características de la asertividad? Como cualquier habilidad, la asertividad no es un término dicotómico de todo o nada, sino que una conducta puede resultar más o menos asertiva, según se apegue o no a tus principios. La asertividad no es una característica fija de la personalidad aunque puede estar relacionada con algunas de sus formas. Sin embargo, una misma persona puede ser asertiva en algunas situaciones y menos en otras. Por ejemplo, alguien puede expresar una opinión contraria o mostrarse en desacuerdo ante su pareja de manera asertiva; pero sentirse incómodo o tener conflictos con su jefe cuando hay desacuerdos. Entre las características de la asertividad están:
Saber escuchar y ser escuchado. Uso adecuado del yo personal. Capacidad para aclarar los mensajes confusos. Discernir si el problema le atañe o es responsabilidad de alguien más. Estar consciente de que uno no es responsable de las conductas ajenas. Capacidad para negociar y resolver conflictos.
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¿Por qué es posible aprender a ser asertivo? Todas las habilidades pueden aprenderse con mayor o menor facilidad o dificultad y en este sentido, la asertividad no es diferente. Una persona que suele ser poco asertiva en su interacción con las personas del sexo contrario y de edad similar, puede llegar a hacerlo bien mediante un entrenamiento.
Actividad # 5 ¿Eres asertivo? Instrucciones. Anota cómo reaccionarías ante la situación que plantea el video. Recuerda ser honesto para que realmente empieces a darte cuenta de tus conductas más frecuentes. La URL es: https://www.youtube.com/watch?v=-GYCQVojl5Q
4.3 Los perfiles de la asertividad ¿Cuáles son los perfiles de la asertividad? Para comprender mejor el comportamiento asertivo es necesario comentar las dos conductas no asertivas: la sumisión o pasividad y la agresividad. Estas tres conductas no son opuestas entre sí, sino forman parte de un continuo a lo largo del día en el cual se mueven las personas. Sin embargo, hay patrones de conducta en cada una de las personas, dependiendo de cuál es la utiliza con mayor frecuencia.
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Estilo pasivo o de inhibición
Estilo asertivo
Estilo agresivo
Fig. 4. Los tres perfiles de la asertividad. ¿Cómo se diferencia la conducta asertiva de los otros dos comportamientos? Es necesario distinguir los siguientes tipos de comportamiento en un continuo: a) Conducta Pasiva. Es la trasgresión de los propios derechos al no ser capaz la persona de expresar abiertamente sus sentimientos, pensamientos y opiniones o al expresarlos de una manera derrotista, con disculpas, con falta de confianza, de tal modo que los demás puedan no hacerle caso. No se respeta a sí misma, se olvida de sus intereses y deseos pues antepone los de los demás. Procura ser complaciente con quienes la rodean. Su autoestima es baja. Respeta a los demás pero no a ella misma. Busca que los demás la quieran y valoren. Tiene necesidad de protegerse dando una imagen de sufrimiento y abnegación extrema. Con estallidos incontrolados y repentinos de agresividad por la acumulación de tensiones y hostilidad en sus relaciones sociales. Comportamiento externo Volumen de voz bajo. Habla poco y sin fluidez. Tartamudea, vacila, usa muletillas. No sabe qué decir ni qué
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Comportamiento interno Con los demás tiene una actitud complaciente y sacrificada. Los demás están primero que ella.
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hacer. No hace contacto ocular. Su mirada es hacia abajo y rehúye la de los demás. Cara tensa, dientes apretados, labios temblorosos. Manos inquietas u ocultas, nerviosas. Se come las uñas (onicofagia) Postura rígida e incómoda. Suele quejarse de todo. No aprovecha oportunidades.
No defiende sus derechos. Es complaciente y servil. Ansía ser querida y aceptada por quienes la rodean. Se siente incomprendida, manipulada, que nadie la toma en cuenta. Impotente, baja autoestima, Sentimientos de culpa. Poca honestidad emocional. Ansiedad y frustración. Conflictos interpersonales.
b) Conducta Agresiva. Cuando la persona defiende sus derechos e intereses personales de manera exagerada y la forma como expresa sus pensamientos, sentimientos y opiniones es inapropiada e impositiva, pues violenta los derechos de las otras personas al no tomarlos en cuenta. No es empático ni respeta a los demás. Su imagen social es la de ser siempre un ganador, aunque en realidad no lo sea, y de salirse con la suya. Quiere el reconocimiento de los demás y el poder. Su autoestima está sobrevalorada. No manifiesta sus sentimientos porque teme dar una imagen débil. Tampoco permite que le descubran sus defectos y deficiencias.
Comportamiento externo Volumen de voz elevado. Habla precipitada, tajante. Interrumpe, usa insultos y amenazas. Se impone a los demás.
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Comportamiento interno Primero están sus intereses y deseos, los de los demás no importan. Cree que si no es así, los demás la perciben débil y
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Su mirada es retadora. Hace contacto ocular para intimidar. Cara y manos tensas. Su postura tiende a invadir el espacio del otro. Tiende a contratacar y a desafiar. Dice la última palabra. Expresan lo que sienten. Enojo y hostilidad. No respeta límites.
vulnerable. Todo es en términos de ganar o perder. Crea tensión. Quiere el poder y el control. Ansiedad creciente. Sentimientos de soledad, incomprensión y frustración. Baja autoestima, por eso está a la defensiva. Sentimientos de culpa. Confusión emocional. Se siente rechazada.
c) Conducta agresiva-pasiva. Es la mezcla de las dos anteriores. Su principal arma es el chantaje sentimental. Esto es, quiere que los demás la complazcan, le hagan favores, la acompañen al hacerlos sentir culpables o de estar en deuda con ella. Puede dar una imagen de humildad, para disfrazar su agresividad o de sumisión para ocultar su irresponsabilidad. c) Conducta Asertiva o Socialmente Hábil. Es la expresión directa de los propios sentimientos, deseos, derechos legítimos y opiniones sin amenazar, castigar, ni violar los derechos de los demás. La aserción implica respeto tanto hacia uno mismo al expresar las necesidades propias y defender los propios derechos, como el respeto hacia los derechos y necesidades de quienes le rodean; pero reconociendo cuáles son las responsabilidades de cada quien y las propias en una determinada situación y cuáles serían las consecuencias resultantes al expresar sus sentimientos.
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Comportamiento externo Volumen de voz adecuado. Habla fluida, segura, fluida. Expresión de ideas directas y firmes. Reconoce sus errores. Contacto ocular directo pero natural, no desafiante. Su mirada es acogedora. Postura cómoda y relajada. Cara y manos relajadas. Sabe expresar sus ideas y sentimientos con honestidad y sin agresión. Manifiesta intereses y gustos. Aclara, negocia, acuerda. Sabe decir no cuando es necesario.
Comportamiento interno Sabe negociar sus intereses y deseos con los de los demás. Con capacidad de adaptación a las circunstancias. Frena o desarma a la persona que ataca con tacto y certeza. Aclara confusiones y malos entendidos. Se respeta y valora a sí misma y a los demás. Sabe cuál es su lugar y el de los demás. Defiende sus derechos Reconoce límites. Resuelve problemas. Está relajado y satisfecho.
Fig. 5. Estilos de expresión.
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¿Puede permanecer la persona completamente pasiva? Es difícil, puesto que hay un límite respecto a la cantidad de frustración que la persona puede almacenar dentro de sí misma. Además, quien recibe la conducta no asertiva también experimenta diversas consecuencias que le son desfavorables. Es difícil y abrumador estar infiriendo constantemente lo que dice la otra persona o intentar leer sus pensamientos, pues provoca sentimientos de enojo, irritabilidad, decepción o molestia. ¿Cómo se puede expresar la conducta agresiva? La conducta agresiva se puede expresar de manera directa o indirecta. Las ofensas verbales, insultos, amenazas y comentarios hostiles o humillantes son ejemplos de la agresión verbal directa. ¿Cómo lograr un equilibrio en el comportamiento? Para lograr un equilibrio es necesario evitar tanto sentimientos de impotencia, como de manipulación. Hay que confiar en uno mismo.
Fig. 6. Una autoestima sólida es el pilar de la autoconfianza.
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¿Cuántos tipos de asertividad hay? En términos generales se distinguen dos extremos: la oposición asertiva y la aceptación asertiva. a) Las habilidades de oposición asertiva son aquellas que se aplican a situaciones que requieren manejar conductas de los demás que son poco razonables. Una de sus principales ventajas es la conservación de la autoestima. b) Las habilidades de aceptación asertiva se relacionan con la capacidad para ofrecer y recibir reconocimiento y cumplidos. Estas habilidades se inhiben con demasiada frecuencia al olvidar sus ventajas. Debes tener en cuenta que al ofrecer reconocimiento y cumplidos a la conducta adecuada o gratificante del otro, aumenta la probabilidad de que la repita en un futuro. ¿Por qué es necesario desarrollar estos dos tipos de habilidades? Estas habilidades permiten aumentar la autoestima, tanto del emisor como del receptor, al mostrar aceptación y afecto hacia los demás, facilitan la relación de confianza, se incrementa la satisfacción mutua, ayudan a establecer relaciones positivas con los demás, por ejemplo. En contraste, frente a este tipo de situaciones se puede reaccionar de manera agresiva o inhibiéndose por falta de habilidades asertivas. ¿Cuáles son los riesgos de la inhibición? La inhibición o el estilo pasivo suponen la falta de acción. Se caracteriza:
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Las opiniones y los deseos de los demás prevalecen sobre los tuyos ya que optas por no manifestarlos. Las consecuencias son: sumisión ante los deseos del otro y sentimientos de frustración al no lograr tus propios objetivos. Te impide avanzar en el grado de confianza de una relación al no darte a conocer. Inhibir sistemáticamente las opiniones, los deseos, las intenciones y la postura personal, aparentemente puede evitarte problemas con los demás, pero al final te acabas convirtiendo en un completo desconocido para los demás. Refuerzas el temor desmesurado de no ser aceptado por los demás y a no creer en los derechos asertivos que tienes, dando lugar a la aparición de sentimientos de estar indefenso y a la creencia de que "haga lo que haga, no cambiarán las cosas".
¿Qué se podría hacer para contrarrestar esto? Cuando no estás conforme con el trato que otro te está dando y le atribuyes malas intenciones, se resolvería si contestas a la pregunta "¿se lo has dicho?" afirmativamente. ¿Cuáles son los riesgos de una conducta agresiva? Una conducta agresiva en el estilo, el tono y el contenido del mensaje, permite una descarga emocional más o menos intensa que puede resultar satisfactoria en un primer momento. Puede ocasionar:
A diferencia de la inhibición, una conducta agresiva puede conseguir el objetivo propuesto al provocar en el otro una conducta de sumisión.
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El precio que se paga por ello puede ser alto. A medio plazo, puede que se hagan evidentes nuevos conflictos con la persona "sometida". En realidad, a nadie le gusta ser objeto de una agresión y ello podría dañar seriamente, y a veces letalmente, la relación. En el caso en el que no exista una rebelión por parte de la persona objeto de la agresión, es bastante probable que ésta no se atreva a expresarse con libertad por temor a ser agredida nuevamente y se rompa la comunicación. A medida que pase el tiempo, la conducta agresiva provocará una falta de confianza mutua que acabará por limitar, sino erosionar, la relación.
¿Qué ocasiona una conducta poco asertiva? Una conducta sistemáticamente inhábil, es decir, poco asertiva, no logra transmitir eficazmente la propia postura ni a conseguir los objetivos propuestos. A la larga crea sentimientos de indefensión (como en el caso de la inhibición) que se van haciendo más intensos al ir precedidos de intentos infructuosos. Después de fracasos repetidos al hacer prevalecer los propios derechos, se refuerza la creencia de no ser aceptado por los demás. ¿Qué ventajas ofrece la asertividad? Un estilo asertivo de conducta te permite comunicar tranquila y eficazmente cuál es tu postura y te ofrece información sobre cómo le gustaría a la persona que su interlocutor actuase en un futuro. Permite darte a conocer y a perseguir tus propios objetivos respetando los derechos de los demás.
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Evidentemente no asegura la obtención de todo aquello que uno desearía de los otros, pero al menos sí permite que ellos conozcan de qué se trata. La persona que practica una conducta asertiva se percibe como autoeficaz al sentirse capaz de hacer aquello que cree y desea hacer. Por todo ello, un estilo asertivo permite conservar una relación de confianza con los otros, y de la conservación equilibrada de la autoestima. Bajo la perspectiva psicológica, ¿qué apoyo brinda la asertividad? Las principales bondades son: a) b) c) d) e) f) g) h)
Seguridad en sí mismo. Expresarse con claridad. Evitar ser ignorado por los demás. Comportamiento autoafirmativo. Supera obstáculos. Desempeña su papel. Se expresa libre, directa, sincera y adecuadamente. Habilidad social: refleja energía vital y tolerancia.
¿Con qué suele asociarse a la asertividad? La asertividad suele estar asociada a derechos humanos básicos. Debido a que la asertividad contempla tanto al sujeto como al otro o a los demás, estos derechos tienen su contraparte.
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Derechos humanos
Derechos personales Seas escuchado. Puedes cambiar de opinión. Tienes la facultad de elegir. Ser sujeto de tolerancia cuando cometes errores. Pedir lo que deseas con apertura y seguridad. Contar con la posibilidad de decir no.
Contraparte Escuchar al otro. Animar o alentar en los otros a repensar y reconsiderar las cosas. Asegurarte que las elecciones del otro también sean respetadas. Aceptar que el otro también puede cometer errores y merece una nueva oportunidad. Tomar conciencia y respetar que las necesidades de los otros pueden ser diferentes a las tuyas. Animar y alentar a los demás para llegar a sus propias conclusiones aunque discrepen sus ideas de las tuyas, y aceptar esa diferencia.
¿Cuáles son las características básicas de una persona asertiva? Las características básicas de una persona asertiva son: Promueve y ejecuta la libertad de expresión. Utiliza la comunicación directa, adecuada, abierta y franca. Facilita la comunicación con toda clase de personas. Reconoce que su comportamiento es respetable y acepta sus limitaciones Sabe escuchar.
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Mantiene una orientación activa en su vida; lucha por conseguir lo que desea, imagina, crea y logra con base en sus metas claras y bien definidas. No aguarda a que las cosas le ocurran ni permite que le sean impuestas. Es proactivo. Siempre actúa de modo que él mismo juzga respetable, y conserva el respeto propio.
Fig. 7. Características de las personas asertivas.
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Actividad # 6 La negociación Instrucciones. El grupo se divide en tercias. La primera persona va a acceder a todo y la segunda le va a encontrar un pero. La tercera será asertiva y tendrá que equilibrar ambas conductas, sacando la tarjeta de sí o de no según sea la respuesta adecuada justificando su idea. Al finalizar comenten su experiencia en el pleno y saquen conclusiones.
SÍ
NO
Fig. 8. Una persona asertiva sabe cuándo decir sí y cuándo no.
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¿Qué aptitudes o cualidades debe poseer una persona para ser asertiva? Para lograr la autoafirmación es necesario tener: a) Conciencia social. No estás solo, pues perteneces a una sociedad. Vivir en comunidad tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El reto está en tener conciencia de que debes establecer relaciones con los demás lo mejor posible: cordiales y no lesionen a nadie, ni a ti. b) Autoestima. es el amor propio; es decir el respeto y cariño hacia ti. Difícilmente defenderás tus derechos si no te aprecias ni te consideras valioso. Por eso hay una diferencia significativa entre la autoestima y la asertividad. Lo que muchas veces falla no es tu autoestima, sino la forma como llevas a la práctica lo que deseas. c) Limitaciones. Ser asertivo no deja fuera tu capacidad de autocorrección, de aceptar y de cometer errores Si tú te engañas con fantasías y no sabes aceptar tus limitaciones, tampoco sabrás asumir tus fracasos como algo probable y te sentirás excesivamente frustrado por ello. Esto implica entonces que has de estar consciente de cuáles son tus posibilidades y ser realista a la hora de plantearte objetivos. ¿Cuáles son las cualidades de la persona asertiva? La persona asertiva: a) Se siente libre para manifestarse. Mediante sus palabras y actos parece hacer esta declaración: "Este soy yo". "Esto es lo que yo siento, pienso y quiero". b) Puede comunicarse con personas de todos los niveles. Amigos, familiares y extraños. Esta comunicación es siempre abierta, directa, franca y adecuada.
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c) Tiene una orientación activa en la vida. Va tras lo que quiere. En contraste con la persona pasiva, que espera que las cosas sucedan, intenta hacer que sucedan las cosas. Es más proactiva que reactiva. d) Actúa de un modo que juzga respetable. Al comprender que no siempre puede ganar, acepta sus limitaciones. Sin embargo, intenta siempre, con todas sus fuerzas, lograr sus objetivos, ya sea que gane, pierda o empate; conserva su respeto y su dignidad. e) Acepta o rechaza a las personas con tacto. En su mundo emocional acepta o rechaza a las personas con delicadeza, pero con firmeza, establece quiénes van a ser sus amigos y quiénes no. f) Se manifiesta emocionalmente libre para expresar sus sentimientos. Evita los dos extremos: por un lado la represión, y por el otro la expresión agresiva y destructiva de sus emociones.
Actividad # 7 Fábula: la negociación de los burritos Instrucciones. Fíjate en la representación gráfica de la fábula y elabora el diálogo sobre cómo los burritos negociaron. Enfatiza la conducta asertiva, pero toma en cuenta las conductas que manifestaron antes de llegar a un acuerdo.
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Fig. 9. Negociar intereses y necesidades.
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¿Cuáles son los componentes del comportamiento asertivo? Los principales componentes del comportamiento asertivo son:
Contacto visual. Postura corporal. Distancia. Contacto físico. Ademanes. Tono de voz
Inflexión y volumen. Momento ideal. Sabe escuchar. Fluidez. Contenido. Pensamientos.
Actividad # 8 El espejo Instrucciones. Piensa en un problema que necesites ser asertivo para comenzarlo a resolver. Piensa cómo podrías dialogar con la otra persona tomando en cuenta todo lo que se ha estado viendo hasta el momento. Párate ante un espejo y practica lo que le vas a decir poniendo especial cuidado a los componentes del comportamiento asertivo. Con tu teléfono tómate un video en el que puedas grabar lo que dices también. Una vez que hayas terminado, analiza tus movimientos y escucha la grabación para que corrijas las ideas que no son adecuadas y dejes lo que sí está bien. Repítelo las veces que sean necesarias hasta que quedes satisfecho.
Fig. 10. Practica los componentes del comportamiento asertivo.
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¿Cómo se va desarrollando la asertividad paso a paso? Los pasos que generalmente se recomiendan seguir son los siguientes: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17.
Observa tu propio comportamiento. Mantén un registro de tus acciones sensitivas. Fíjate metas realistas. Concéntrate en una situación particular. Analiza tus respuestas. Estudia un modelo eficaz. Considera respuestas alternativas. Imagínate enfrentando la situación. Practica pensamientos positivos. Consigue ayuda si la necesitas. Inténtalo. Obtén retroinformación. Adapta tu comportamiento. Realiza una prueba en “la vida real”. Evalúa el resultado de la prueba. Continúa el entrenamiento. Establece refuerzos sociales.
Actividad # 9 Mejorando la relación con alguien que quiero Instrucciones. Haz un listado de las acciones asertivas que debes tomar con el fin de resolver fricciones y mejorar la relación con un familiar cercano, como tu mamá o tu papá, tu pareja o un hijo. Una vez que hayas terminado, revísala con cuidado y ve poniendo en práctica todo aquello que te permita ir avanzando en el acercamiento con ella.
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Fig. 11. Analiza tu propia conducta. ¿Cómo es el adulto asertivo? El adulto asertivo se caracteriza por: Sabe lo que quiere. Define las situaciones conflictivas. No regresa a la angustia. Está interesado en “conocer” y “crecer” constantemente. Trabaja en sus metras y proyectos con perseverancia. Se relaciona íntima e incondicionalmente consigo mismo y con las personas con las que se ha comprometido a hacerlo. Sabe canalizar sus impulsos sin dañarse ni dañar a otros. Sienta las bases del amor incondicional. Promueve su autorrealización. Está pendiente de su actualización personal. Actúa con apertura y honestidad. Mantiene una actitud de confianza y comprensión. No tiene celos ni agresividad negativa en sus sentimientos, ni en sus conductas. No siente miedo por algo infundado.
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4.4 Los derechos de la asertividad ¿Por qué se enfatiza tanto los derechos en la asertividad? Todo ser humano tiene derecho a ser quien es y a expresar lo que piensa y siente. Cuando lo haces en forma asertiva te aseguras el máximo respeto por los demás y por ti mismo. Los derechos asertivos se supeditan al principal, el derecho a decidir si deseas hacerlos valer. El criterio para tomar tal decisión será entonces siempre algo personal, por lo tanto, los demás no son quienes tienen es poder, sino tú mismo, así que no culpes a nadie. De manera general, se recomienda que tengas en cuenta, por un lado, la influencia que ejerce cada uno de ellos en la conservación de tu autoestima y, por el otro, la valoración de situaciones concretas en las que decidas utilizarlos. Además, ten presente en todo momento que los demás también tienen todos estos derechos igual que tú.
Actividad # 10 Video: 30 derechos asertivos Instrucciones. Ve este video y compleméntalo con el listado que está a continuación. Subraya aquellos que consideres empleas con mayor frecuencia y los que necesitas tomar más en cuenta. La URL es: https://www.youtube.com/watch?v=8CaSv2ChkPE Los utilizo
Necesito usarlos más
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¿Cuáles serían estos derechos? Algunos de los derechos que tienen todas las personas son: 1. 2. 3. 4. 5. 6.
A considerar las propias necesidades, deseos y metas. A establecer las prioridades y decisiones que le son propias. A ser tratado con respeto y dignidad. A ser el primero en algunas ocasiones. A sentirse bien consigo mismo. A detenerse el tiempo que requiera para calmarse y pensar antes de actuar, continuar con lo que se estaba haciendo o tomar una decisión. 7. A equivocarse y cometer errores, para aprender de ellos. 8. A tener y expresar sus propias opiniones, creencias y sentimientos, incluyendo el enfado. 9. A cambiar de idea, de opinión, o de actuación. 10. A expresar una crítica y a protestar por un trato injusto. 11. A pedir una aclaración. 12. A intentar cambiar lo que no le satisface. 13. A pedir algo, ayuda o apoyo emocional. 14. A sentir y expresar el dolor. 15. A ignorar los consejos de los demás. 16. A recibir el reconocimiento por un trabajo bien hecho. 17. A negarse a una petición, a decir "no" sin sentirse culpable ni egoísta. 18. A la privacidad, a estar solo, aun cuando los demás deseen su compañía. 19. A no justificarse ante los demás si no lo considera necesario o no lo desea. 20. A no responsabilizarse de los problemas de los demás. 21. A no anticiparse a los deseos y necesidades de los demás y a no tener que intuirlos.
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22. A no estar pendiente de la buena voluntad de los demás, o de la ausencia de una mala idea en las acciones de los demás. 23. A responder, o a no hacerlo. 24. A ser tratado con dignidad y respeto. 25. A tener sus propios intereses y que sean tan importantes como los de los demás. 26. A experimentar y expresar sus propios sentimientos, así como a ser su único juez. 27. A marcar sus propias prioridades para satisfacer sus necesidades. 28. A pedir lo que quiere y a trabajar por lo que anhela. 29. A hacer lo que es capaz y a experimentar lo que quiere aprender. 30. A decidir qué hacer con su cuerpo, tiempo, y propiedad. 31. A rechazar peticiones sin sentirse culpable o egoísta. 32. A hablar sobre el problema con la persona involucrada y aclararlo, en los casos en que los derechos de cada uno no estén del todo claros. 33. A hacer cualquier cosa, mientras no lesione los derechos de otra persona ni dañarse a sí misma. 34. A ser tratada con dignidad, sin sobreprotección ni paternalismos. 35. A ser escuchada y tomada en serio. 36. A defender o a ceder los derechos que le corresponden. 37. A tener éxito y al reconocimiento de los demás. 38. A obtener calidad relativa a lo que pague. 39. A pedir reciprocidad. 40. A ser feliz. 41. A expresar sus propios talentos e intereses a través de cualquier medio. 42. A ser independiente. 43. A pedirle a alguien que cambie su conducta cuando viola los derechos ajenos. 44. A no saber o no entender algo.
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45. A recibir una orientación activa sobre la vida. 46. A cuestionar lo que le afecta. 47. A no ser asertivo en algunas ocasiones.
Actividad # 11 Los derechos de la asertividad Instrucciones. Analiza la lista de los derechos de la asertividad y comenten en equipo los riesgos de tomarlos literalmente o cómo ajustarlos en la vida práctica de manera que realmente sean asertivos. Ventajas
Riesgos
Ajustes
¿Qué se recomienda hacer después de tomar conciencia de este listado? Después de leer esta lista has de identificar cuál de ellos sueles olvidarte y analiza en qué medida sería interesante incorporarlo en tu vida cotidiana. No pretendas trabajar con varios simultáneamente. Es mejor ser constante yendo paso a paso, en vez de desanimarte ante la imposibilidad de manejar todo al mismo tiempo.
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Actividad # 12 Mis tarjetas de habilidades asertivas Instrucciones. Elabora una tarjeta con el enunciado que vas a trabajar una semana (o el tiempo que necesites) y déjela en algún lugar visible para que la tengas presente en todo momento: la carpeta de estudio, la agenda, el libro que se está leyendo, la bolsa, la puerta del refrigerador, el espejo del tocador. ¡Tú sabes dónde! Cada vez que veas de nuevo la tarjeta, toma conciencia de cuántas veces la has puesto en práctica. Tu objetivo es incorporar esa habilidad en tu estilo de vida y defender algún derecho asertivo.
Hoy diré “no” a todo aquello que me atrapa y en realidad no necesito hacer ni me pueden obligar a hacerlo.
Fig. 12. Elabora tarjetas de habilidades asertivas para practicar.
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4.5 Esquema general de una respuesta de oposición asertiva Cada situación requiere una respuesta asertiva diferente aunque cada una de ellas forma parte de alguno de los tipos de respuesta de oposición asertiva. Hay un esquema general que suele seguir cualquier respuesta de oposición asertiva; sin embargo, puede suceder que algunas de las fases no sean aplicables a todas las situaciones. Esta guía te puede ser útil en tu proceso de ser asertivo. ¿Cuáles son los componentes no verbales de la respuesta asertiva? Los componentes no verbales son comunes a todo tipo de respuesta. Estos han de utilizarse de la siguiente forma: 1. Contacto visual. Tu mirada debe estar centrada en el interlocutor mientras expones el tema. Se recomienda que ésta la mantengas al menos el cincuenta por ciento del tiempo que dura lo que estás explicando. Por momentos la puedes desviar con el objeto de concentrarte en aquello que quieres expresar. Una mirada excesivamente fija puede recibirse como agresiva, dominante y hostil. 2. Afecto. Establece un contacto empático que refleje la aceptación y el respeto del interlocutor y la escucha activa. 3. Voz. El tono debe ser firme y convincente, aunque nunca hostil. Lo adaptarás a la situación que estás debatiendo y al momento del mismo. Utilizarás un volumen audible, ni demasiado elevado ni demasiado bajo. La articulación de tus palabras serán precisas, claras y sin titubeos. El ritmo será tranquilo, sin acelerarte o demasiado lento que sea cansado escucharte.
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4. Pausas. Harás una pausa más larga cuando quieras que el interlocutor tome la palabra. 5. Gestos. Puedes utilizar gestos con la cabeza, la cara, los brazos, y las manos para enfatizar tu discurso. Sólo cuida que sean naturales, es decir, sean del estilo que sueles utilizar, ya que de no ser así, pueden restarle fuerza a tu mensaje. Evita gestos como señalar con el dedo índice puesto que puede recibirse como acusatorio, y en general, cualquier otro que pudiera transmitir hostilidad. 6. Postura corporal. Mantén erguido tu cuerpo pero relajado y con soltura. La cabeza recta, mirando a tu interlocutor directamente.
Fig. 13. Componentes no verbales.
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Actividad # 13 Suavizando la mirada Instrucciones. En parejas, vas a mirar la cara de tu pareja durante un minuto moviendo los ojos lentamente de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha. Esta práctica la harás en perfecto silencio y aprenderás a sostener la mirada del otro ya que ambos lo harán simultáneamente. El nerviosismo natural de la primera vez puede provocar que te rías; sin embargo, poco a poco ve dominando esta reacción. Cuando converses con otras personas, practica esto sin necesidad de decirles lo que estás haciendo. Pronto obtendrás resultados que te van a ayudar mucho en tu proceso asertivo. 1
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Fig. 14. Mira con suavidad y en cruz el rostro de tu pareja.
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¿Cuáles serían los componentes verbales? Los componentes verbales a considerar son: 1. Expresión. Que denote entendimiento de la postura del otro. Comprender al interlocutor no significa necesariamente estar de acuerdo pero sí tener una actitud empática. En este punto haz un esfuerzo para comprender cuáles son los motivos o la percepción que tiene la otra persona sobre el asunto, y manifiéstaselo. Si es necesario, pide aclaraciones hasta que estén ambos en posición de formular una frase que lo sintetice. Con esta disposición, no sólo aumentas tus posibilidades de que tu interlocutor se muestre más receptivo a lo que le dices y más abierto a dialogar, además de tener un efecto de matización más accesible en el propio mensaje. 2. Expresión del problema. El siguiente paso es exponer el problema de forma breve, clara, concreta y precisa. 3. Desacuerdo verbal. Se aconseja utilizar una fórmula breve como "no estoy de acuerdo con ello...", o "no estoy dispuesto a hacerlo...". 4. Petición de cambio de conducta. Este punto es necesario en prácticamente todas las situaciones de oposición asertiva. Añadir este componente marca la diferencia entre una queja y una petición de cambio de conducta. Además, ofrece al receptor del mensaje una información valiosa sobre cómo se espera que se comporte en un futuro contigo. No hay que descartar la posibilidad de que posteriormente podría no reconocerlo y fuese necesario volvérselo a comunicar. Saber esto te será de gran ayuda para mejorar la comunicación.
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5. Propuesta de soluciĂłn. En este punto es muy Ăştil proponer alternativas dirigidas a modificar creencias que ya no funcionan.
Fig. 15. Componentes verbales.
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Actividad # 14 Fortaleciendo al equipo de trabajo Instrucciones. En equipo, lleguen a un acuerdo de cómo tratar a un miembro que no cumple con los compromisos de productividad con su grupo de trabajo. En una hoja escriban cuál es la situación especificando qué es lo que no hace o le falta calidad. Señalen qué componentes verbales y no verbales deben utilizar para resolver el caso y pedirle un cambio de conducta. Concreticen su petición. Redacten sus acuerdos y expónganlos al pleno. Dialoguen y ajusten su proceder en caso de que sea necesario. ¿Cuáles serían algunos tipos de respuestas asertivas? Los distintos tipos de respuesta asertiva guardan relación con los derechos que ya se han mencionado. Algunos están vinculados con la oposición asertiva y otros con la aceptación asertiva. Como ejemplo se señalan:
Rechazar una petición. Hacer una petición, o solicitar ayuda. Solicitar un cambio de conducta que resulta molesta. Mostrar desacuerdo. Hacer una crítica. Recibir una crítica. Formular un elogio. Hacer cumplidos.
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Actividad # 15 Aceptación u oposición asertiva Instrucciones. En equipo, listen diez respuestas que ejemplifiquen la aceptación asertiva y diez conductas que indiquen oposición asertiva. Al terminar, compártalas con el grupo y aclaren dudas. Aceptación asertiva
Oposición asertiva
¿Cómo se puede ejemplificar esto? Tomemos como base tres de las respuestas asertivas mencionadas en relación con la oposición. a) Solicitar el cambio de una conducta molesta Cuando alguien se enfrenta con cierta regularidad a la conducta de otra persona que le resulta molesta, tiene la posibilidad de pedir que deje de hacerla y, si la situación lo permite, que adopte una nueva en su lugar. El propósito de esta petición tiene muchas más posibilidades de éxito si se formula de forma asertiva. La petición asertiva aumenta la posibilidad de que el cambio se produzca dado que, por una parte, se le informa con respeto del sentimiento desagradable que produce su comportamiento (cosa que podría ignorar hasta el momento), y de la otra, se le brinda la posibilidad de rectificar.
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Actividad # 16 Cambio de conducta Instrucciones. En equipo, dividan una hoja en tres columnas. En la primera listen conductas molestas, en la segunda cuál sería la petición y en la tercera cuál es el cambio de conducta que le sugieren. Conducta molesta
Petición
Nueva conducta
Siguen las instrucciones. Contrasta tu trabajo con los pasos que se sugieren seguir ante este tipo de petición. Al terminar, comenta con tu equipo lo que has aprendido, dialogando cómo mejorar este proceder. Después expónganlo al pleno para enriquecer sus ideas al escuchar otros puntos de vista y sugerencias. ¿Qué pasos se recomiendan seguir ante este tipo de petición? Toma en cuenta los pasos que se te recomiendan seguir en este tipo de petición: 1. Toma en cuenta el respeto a los derechos del otro. No olvides que el otro tiene derecho decidir si desea acceder o no a tu petición, mientras no lesione o lastime a los demás. Quizás no esté justificado en los casos en que es improbable que se produzca de nuevo la conducta molesta, o se prevé poca predisposición al cambio.
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2. Piensa antes qué dirás y cómo necesitas proceder. Normalmente una petición de este tipo no es imprescindible hacerla en el momento en que está ocurriendo, en especial si te encuentras "atrapado" por emociones de tipo agresivo o por la tristeza en ese momento. Es preferible esperar a lograr tu propia estabilidad emocional antes de hablar, ya que te será más fácil mantener todos los componentes de una petición asertiva. 3. Escoge el momento y el lugar adecuados. Es mejor hacerlo en un momento en que ambos puedan mantener la atención, sin que existan otros eventos que los distraigan o dispersen. Intenta evitar la presencia de otras personas que pudieran tomar partido a favor o en contra de cualquiera de ustedes, pues podrían predisponerlos desfavorablemente. 4. Describe la conducta molesta. Necesitas explicarle clara y en concreto aquella conducta que te resulta molesta, sin extenderte más de lo necesario. Simplemente, dile los hechos. Debes evitar las descalificaciones personales y la atribución de intenciones a toda costa, pues sólo servirían para crear malestar e incitar al otro a defenderse mediante acusaciones, justificaciones y, en última instancia, negándose a cambiar. 5. Expresa sin reclamo cómo te sientes en relación a la conducta molesta. Este punto es adecuado cuando existe una relación de confianza con la otra persona, y no tanto cuando se trata de un extraño. 6. Manifiesta que comprendes su comportamiento. A pesar de no estar de acuerdo con ello, es necesario comunicar que conoces su
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punto de vista. Con ello logras que esté más dispuesto a escucharte y a valorar un posible cambio. 7. Especifica el cambio de conducta que deseas sea modificado. La petición debes formularla clara y directamente, evitando las frases que pudieran dar lugar a confusión. Tu tono de voz ha de ser cordial, amable, pero firme. En esta fase debes estar abierto a la negociación, pues hay la posibilidad de que el otro pida alguna cosa a cambio. A veces es más importante crear un clima de entendimiento que obtener todo cuanto se deseaba. 8. Explica las razones por las que deseas el cambio. Argumenta las ventajas que se derivan del mismo. Lógicamente, estos beneficios han de ser para ambos interlocutores. Exponerlas puede ayudarte a que el otro reconsidere la petición y mantenga la conducta de cambio. Ten en cuenta que todo cambio de comportamiento significa un esfuerzo de adaptación; es abandonar antiguos hábitos para adquirir otros nuevos. Todo es más fácil si se prevén las ventajas que ello supone. 9. Explica las posibles consecuencias negativas que pueden derivarse de no aceptar el cambio de conducta. Esta opción sólo se llevará a cabo en caso de que la otra persona mantenga una completa oposición a modificar su conducta. Es recomendable ser realista al enumerar las consecuencias negativas, es decir, cuida que se ajusten a la realidad.
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Actividad # 17 Visualización laboral Instrucciones. Cierra los ojos y haz una respiración profunda. Visualiza una escena en donde estés en una situación laboral en la que debes esperar a que llegue un compañero del siguiente turno para abandonar tu lugar de trabajo. Supón que esta persona tiene una conducta repetida de impuntualidad, de forma que te obliga a marcharte más tarde de lo estipulado con frecuencia. Imagina ahora cómo te conducirías con él siguiendo todos los pasos que se han mencionado. Después de haber seguido todos los pasos, te percata que no ha tenido éxito. ¿El siguiente paso sería plantearle algo como "bien, entonces no me queda más opción que hablar de ello con mi superior"? Haz una reflexión sobre ello y decide cuál sería su alternativa más viable.
Estrategias Hecho
Medidas a tomar
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4.6 Cómo negociar 1 2 3 4 5 6 7
Sé Sé Sé Sé Sé Sé Sé
claro conciso concreto correcto coherente completo cortés
evita ambigüedades evita decorar la información evita abstracciones evita errores o inexactitudes evita desorden o disonancias evita prescindir de algo esencial evita agresividad o dobles sentidos
Fig. 16. Las 7 “C” de la comunicación asertiva ¿Cuáles serían los pasos a seguir para mostrar desacuerdo sobre una opinión y expresar la propia? Con frecuencia es difícil llegar a conciliar cómo mostrar desacuerdo sobre una opinión y expresar la propia sin tener una diferencia acalorada. Realmente hay un sinfín de situaciones en las que una persona puede experimentar desacuerdo con la opinión de los demás. A veces se opta por no expresarlo, otras por hacerlo de manera agresiva, y en otras ocasiones por la asertiva. Inhibirse implica perder la oportunidad de darse a conocer y de exponer una opinión que puede ser valiosa para abordar un tema de interés común. La inhibición puede ser útil cuando el tema que se debate no tiene trascendencia alguna, pero aun así, enriquece poco el proceso de comunicación.
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Utilizar la agresividad al expresar el desacuerdo tiene muchos riesgos; puede entorpecer el avance en un posible replanteamiento de ambas partes, añadir nuevos problemas de comunicación y, aunque cabe la posibilidad de obtener el asentimiento del contrario por sumisión, establece una dinámica de relación de escasa confianza. Si esta es la modalidad que más usas, entonces debes estar alerta si hay una relación concentrada con la lucha por el poder más trivial, en la que se define quién es el vencedor y quién el vencido, en lugar de entablar una relación sana con los demás. Esta lucha no te permite alcanzar estados más avanzados y creativos; en cambio, la empatía y la escucha activa sí te permiten el contraste de opiniones. Además, vencer a alguien por sometimiento tiene un alto riesgo de engendrar la rebelión de los demás. La modalidad asertiva no sólo atenúa los riesgos de las desventajas anteriores, sino que te ofrece la posibilidad de mantener en buen estado tu autoestima y la de la otra persona.
Fig. 17. Aprender a negociar no es exclusivo de ejecutivos.
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¿Cuáles serían los pasos que debes tener en cuenta para expresar desacuerdos? Los pasos que debes tener en cuenta para expresar desacuerdo ante la opinión del otro y formular tu opinión de manera asertiva son: 1. Asegúrate haber comprendido la opinión del otro. Una forma de hacerlo es parafraseando, es decir, repite en resumen, lo que has entendido. También puedes formular preguntas de comprobación de la comprensión. En este caso, la formulación del contenido del mensaje es lo único que cambia. De esta forma, ambos se dan la oportunidad de aclarar malos entendidos y obtener una información más precisa antes de dar cada quien su propia opinión. En ocasiones, y por diversos motivos, tras la paráfrasis o la pregunta de comprobación, el otro niega haber sido el autor de lo dicho. Se puede aprovechar la ocasión para matizarlo. En este caso, te conviene rehacer una paráfrasis o resumen buscando el compromiso personal con la afirmación, sobre todo si quien emite la opinión tiene alguna responsabilidad de acción en el tema. 2. Piensa antes lo que vas a decir y cómo vas a hacerlo. No es conveniente precipitarte en emitir la opinión contraria, en especial si ésta supone un compromiso de acción. Puedes retomar el tema posteriormente, tras haber estudiado los matices que te interesan introducir o negociar. 3. Reconoce los aspectos positivos de la opinión del otro en caso de hallarlos. Este aspecto es aconsejable, ya que así predispones al interlocutor a estar receptivo ante la nueva opinión que va a escuchar.
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4. Muestra desacuerdo de manera clara, firme y amable. En este punto es conveniente no mostrar signos de inseguridad como el titubeo, o el uso del condicional como forma verbal. Es imprescindible utilizar el pronombre personal yo o nosotros si representa la opinión de un colectivo. Aunque tu mensaje verbal y no verbal sea firme, el tono ha de ser amable, sin alzar la voz, mantener una mirada cordial y una postura erguida natural. Emplea una fórmula sencilla como "yo no estoy totalmente de acuerdo con tu opinión sobre el tema..." o "nuestro grupo no está de acuerdo con la solución que propones al problema...", será suficiente. 5. Sé específico al describir tu opinión respecto a lo que estás en desacuerdo. En esta fase cuida de no caer en descalificaciones personales que sólo te sirven para activar una conducta defensiva del interlocutor. Si ésta se desata, lo más probable es que entres en una serie de descalificaciones mutuas, en lugar de llegar a un entendimiento y al avance en las negociaciones, y desembocar en mayor separación y resentimiento. Además, por poco agudo que sea el otro, pronto percibirá el pensamiento deductivo erróneo, repleto de generalizaciones imprecisas, que poco tiene que ver con lo que están tratando. 6. Da razones que sustenten tu desacuerdo. No se trata de justificarte, sino de dar razones basadas en el análisis de las limitaciones que tiene la propuesta del otro. Es conveniente plantear las consecuencias de dicha alternativa. 7. Da tu opinión formulándola de forma concisa. El enunciado debe ser claro, conciso, y preciso, en primera persona y sin perderte en discusiones que se aparten del tema.
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8. Resalta las ventajas de la nueva opinión respecto a la del otro. Con esto le das credibilidad al punto de vista que se emite, además de aumentar la probabilidad de que el otro reconsidere su propia opinión. 9. Obtén la reacción de la otra persona a la nueva perspectiva. La finalidad no es forzarla a que esté de acuerdo y que abandone necesariamente su planteamiento inicial, sino conocer cuáles son sus puntos de discrepancia, sus nuevas argumentaciones, o si fuera el caso, las dificultades que tiene en mantener su posición inicial.
¿Qué hacer ante la crítica? Afrontar la crítica es un aspecto que no siempre resulta fácil. Con demasiada frecuencia se cede a la tentación de rechazarla, negarla, o incluso responder con un ataque hacia aquel que la expresa. Si la crítica está mal gestionada puede acarrear consecuencias negativas tanto para ti como para quien la efectúa. Cuando está bien llevada es una ocasión para replantearte y rectificar tu conducta. Una crítica, por destructiva que sea, te ofrece información acerca de sus consecuencias en otras personas. Esto, como es obvio, es imposible sin la intervención externa.
¿Cuáles serían los pasos a seguir para afrontar la crítica? Los siguientes principios te ayudan a afrontar la crítica de manera asertiva:
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1. Concéntrate en lo que te están diciendo e intenta comprender su punto de vista. Empieza por centrarte únicamente en el contenido de la crítica, posponiendo la posible tendencia a defenderte o a pensar en los motivos ocultos de quien la está haciendo. Intenta comprender lo que significa; y si no has entendido algo, formula una pregunta aclaratoria. 2. No interrumpas, espera a que acabe. Por descabellado que te parezca, escúchala y almacénala para contrastar mentalmente tanto la información recibida como la propia opinión al respecto. Cuando exista una pausa en el discurso o te manifieste claramente que ha acabado, es el momento de pasar a la siguiente fase. 3. Toma unos instantes para procesar la información y organizar tu respuesta. Date tiempo para no dejarte llevar por las emociones desagradables que pudieras sentir. 4. Responde. Si estás totalmente de acuerdo con el contenido de la crítica, reconócelo y agradece al otro su observación. Puedes añadir las razones que te han impulsado a obrar de esa manera. Pero sé conciso y no te justifiques, sólo informa. Si lo amerita, pide una disculpa sincera sin extenderte demasiado. Si es oportuno, explica qué piensas modificar o cambiar. A su vez, es recomendable estimular a la otra persona para que exprese cómo recibe tu respuesta. En caso de no ser muy favorable, no intentes cambiar las cosas con una nueva justificación, es mejor repetir brevemente la disculpa y volver a señalar los aspectos que piensas cambiar. Sé coherente con el cambio de conducta que has anunciado y trabaja en ello para modificarlo. Si no estás seguro de poder mantener dicho propósito es preferible no decirlo, pues de lo contrario sólo perderás credibilidad.
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5. Si no estás totalmente de acuerdo con el contenido, tendrás que establecer cuáles son los aspectos en los que concuerdas y en cuáles no. 6. Manifiesta el desacuerdo con respeto. Si no estás de acuerdo en nada de lo que te han dicho, entonces exprésalo así añadiendo que a pesar de ello estás de acuerdo en que el otro exprese lo que piensa. 7. Si te ha molestado la forma como fue expresada la crítica, pídele un cambio en la manera como la hizo. Ahora es tu turno para especificar los aspectos formales que han sido desagradables y de pedir que en un futuro, si él tiene que hacerte una crítica de nuevo, tome en cuenta los puntos que le has señalado. Hay que concretizar cuando se haga referencia a los mismos y no caer en acusar al otro de malas intenciones o de motivos ocultos. Es preferible anular la probabilidad de que vuelva a ocurrir de la misma manera al definir las condiciones en que deseas se formule la crítica si fuese necesario en otro momento.
Actividad # 18 La crítica Instrucciones. Con tu equipo representa una escena donde se critica a una persona y la forma como ésta responde ante ella asertivamente tomando en cuenta todo lo anterior, y en especial las siete “C”. Resalen las conductas asertivas y los pasos adecuados a seguir. Al terminar, concluyan y comenten con el resto del grupo.
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¿Cuál es la relación entre asertividad y fobia social? El síntoma nuclear de la fobia social, alrededor del cual gira el resto de los síntomas, es el temor a ser evaluado negativamente por los demás. El fóbico social no se atreve a posicionarse sobre las cosas, a dar su opinión o a tomar una iniciativa, por temor a ser descalificado. Este tipo de personas tienen un bajo autoconcepto, por lo tanto, les lleva a intentar evitar cualquier situación social en la que se pudiera poner en entredicho lo que dicen o piensan. Estas situaciones son vividas por ellos como altamente amenazantes porque pueden desencadenar un sentimiento intenso de inadecuación y de poca valía personal, que los lleva a someterse, posteriormente, a una autocrítica despiadada. Por tanto, frente a determinadas situaciones sociales prefieren inhibirse y no correr el riesgo de sufrir el rechazo que tanto temen. ¿Qué consecuencias tiene evadir la situación? Mientras más se evitan esas situaciones que producen incomodidad o temor, o la persona se inhibe cuando está ante ellas, no percibe lo que le está sucediendo y, por ello no es capaz de poner a prueba la certeza de sus temores. Más bien al contrario, va alimentando la idea de que no ha sido rechazado porque ha logrado pasar desapercibido y los demás no tuvieron la oportunidad de hacerlo. De esta manera aumentan paulatinamente sus sentimientos de inadecuación personal y de inseguridad. Quizás, si expresase su discrepancia de opiniones, podría contemplar cómo, contrariamente a sus expectativas, no son rechazadas.
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¿Por qué sucede esto? El fóbico social le otorga una autoridad desmesurada a los demás, a la vez que es excesivamente autoexigente. Si no fuera así, ¿por qué debería de afectarle tanto una crítica?, ¿por qué no iba a permitirse un error o mostrar una debilidad?, ¿por qué no negarse a una petición poco razonable?, por ejemplo. Por tanto, es necesario conocer e incorporar los derechos asertivos y las habilidades que se derivan, en la rehabilitación de la persona que sufre de fobia social. Si bien es verdad que en estos casos, paralelamente a la adquisición de habilidades, habrá que apoyarlo en la modificación de las creencias que están en el trasfondo de su actitud y lo mantienen en su tendencia a inhibir su conducta. La práctica correcta de habilidades asertivas puede devolverle el sentimiento de autoeficacia y la integración social, muchas veces ausente en estos casos. ¿Cuáles son los componentes de la conducta asertiva? Una vez que se ha comentado todo lo anterior, es más fácil definir cuáles son los componentes de la conducta asertiva. Puede hablarse de un rango amplio que al combinarse de manera adecuada, se optimiza la efectividad de la conducta. a) Contenido verbal: Duración de la conversación, contacto visual, sonrisas, movimientos de brazos y piernas, expresión facial y corporal, gestos, entonación. Se han realizado algunas investigaciones referentes a la evaluación de habilidades sociales, las cuales muestran que se le da un mayor valor a los aspectos verbales. Las respuestas activas a través del sistema motor pueden tener dos manifestaciones básicas; motora verbal y no verbal.
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•
Conducta motora verbal: La expresión del sujeto puede analizarse en dos subgrupos de componentes: En primer lugar puede analizarse el contenido en sí, o sea, la que el sujeto dice, piensa y siente (aspectos lingüísticos). Dicho contenido define el tipo de respuesta expresando oposición, afecto o requerimiento. En segundo lugar, se puede analizar la entonación y el volumen de voz (componentes paralingüísticos).
El sistema de procesamiento cognoscitivo (imágenes, pensamientos; es el resultado o conclusión de una serie de pasos previos en el procesamiento de la información donde interactúan varios factores), al igual que el sistema de procesamiento autonómico, (tiene como función principal preparar al organismo para una acción eficiente, la cual involucra las respuestas fisiológicas inervadas principalmente al sistema nervioso autónomo que, a su vez, activa al sistema motor) pueden distorsionar la entonación, disminuir sustancialmente el volumen de voz, incluso inhibir totalmente el contenido.
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Conducta motora no verbal: Sus indicadores son mirar a los ojos, expresión facial y expresión corporal. De igual manera se puede ver afectado por el sistema autonómico y el cognoscitivo, aunque el primero parece inferir de manera más directa y frecuente, bien sea activando el sistema motor esquelético, produciendo la retirada física de la situación o simplemente distorsionando la expresión facial y corporal (temblores, rigidez y movimientos excesivos) y el contacto visual (evitación de miradas, intermitencia o bajas de vista).
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b) Dimensiones de la conducta asertiva. La asertividad no es un "rasgo" de la persona. El individuo no se considera asertivo o "no asertivo", sino que sólo se percibe como se comporta una persona, asertivamente o no, dentro de una variedad de situaciones. c) Características de la persona que actúa asertivamente. Quien es asertivo suele defenderse bien en sus relaciones interpersonales. Está satisfecho de su vida social y tiene confianza en sí mismo para cambiar cuando necesite hacerlo. Es expresivo, espontáneo, seguro y capaz de influenciar a quienes lo rodean. Fundamentalmente ser asertivo, es darse cuenta tanto de sí mismo, como del contexto que lo rodea.
Respecto a sí mismo, consiste en mirar para dentro de uno con el fin de saber lo que quiere antes de mirar alrededor. Respecto al ambiente, consiste en mirar para el exterior con el fin de ver lo que los demás quieren y esperan de una situación dada.
¿Cuáles son los cinco principios de la asertividad que han de emplearse en las relaciones laborales? Los cinco principios de la asertividad en el campo laboral son: a) Orientación activa. Es tener el hábito de definir y meditar en forma adecuada las metas de trabajo, así como los pasos que se requieren para conseguirlas y cómo utilizar al máximo el talento al llevarlas a cabo. b) Capacidad para hacer el trabajo. Si bien es importante contar con el dominio de las habilidades necesarias para desempeñar el quehacer laboral, también es primordial contar con un dominio
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propio, poseer buenos hábitos para llevarlo a cabo, además de disciplina y concentración. c) Control de ansiedades y temores. Las reacciones emocionales inadecuadas interfieren en la ejecución del trabajo. Las tensiones generales producen fatiga, irritabilidad y juicios erróneos. El temor a una situación laboral específica puede ocasionar que se eviten las tareas necesarias que se requieren para desempeñar su labor e impidan conseguir los objetivos. d) Buenas relaciones interpersonales. Un porcentaje significativo de los despidos se debe a que estos trabajadores no logran llevarse bien con los demás. Hay que ser capaz de relacionarse con los iguales, subordinados y superiores, estar capacitado para presentar solicitudes y demandas, saber pedir favores sin rebajarse y sin molestar, decir no cuando sea necesario y rechazar los desaires con dignidad. e) El arte de negociar. Se requiere de un conocimiento de la sociedad laboral y las artes específicas que le permitirán al trabajador llevar a cabo sus labores dentro, a través de o contra la misma, con el fin de conseguir sus metas particulares, respetando a los otros.
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Fig. 18. Principios asertivos en el campo laboral.
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4.7 El decálogo de la asertividad ¿Cuál es el decálogo de la asertividad? Cualquiera que sea la situación o circunstancia por la que estés pasando en la vida, los siguientes principios te sirven de guía para ser asertivo. 1. 2. 3.
4.
5.
6.
7.
8.
Manifiesta tanto de ti mismo como sea apropiado para ti, a las circunstancias y a las personas que están contigo. Aprende a expresar todos tus sentimientos de una manera sana y constructiva, sin dañar a nadie ni a nada. Examina tu propia conducta y determina cuáles son las áreas en las que requieres ser más asertivo. Pon atención en lo que puedes hacer de manera diferente, en lugar de tratar de cambiar al mundo. No confundas la agresión con la asertividad. La primera es una acción contra los otros. La segunda es enfrentarte apropiadamente a los problemas por ti mismo. Tener en cuenta que puedes no ser asertivo en un área y sí serlo en otra. Aplica entonces en las áreas deficientes las mismas técnicas que has estado utilizando con éxito en las otras. Actúa de manera que aumente tu propia estima y respeto. Practica la asertividad aun en cosas que parezcan triviales. Desde no permitir que te den mal el cambio hasta decir que no a algo que no te corresponde. No confundas la conducta manipuladora con la asertividad verdadera. El objetivo principal del entrenamiento asertivo es profundizar tu experiencia y expresión de tu dignidad humana, no convertirte en timador ni en acaparador. Actúa en lugar de quedarte pasivo. Es necesario llevar a cabo las cosas, producir, realizarte. En lugar de justificarte para no hacer
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las cosas y tener una vida vacía, haz un reencuadre y contacta los sentimientos que iluminen tu vida. Date la oportunidad de tener una mejor relación con los demás. 9. La asertividad es un proceso, no un estado permanente, por lo tanto, puede modificarse y crecer o desaparecer. Cuando tienes que hacerle frente a nuevos retos, necesitarás nuevas habilidades. 10. Siempre hay una forma más apropiada de expresar los mensajes, cualquiera que ellos sean. Con la práctica encontrarás mejores maneras, sólo ten paciencia y date tiempo para pensar antes de hablar.
Fig. 19. Decálogo de la asertividad.
Actividad # 19 La escalera de la asertividad Instrucciones. Con la ayuda del decálogo de la asertividad, explica cómo te vas moviendo por la escalera de la asertividad. Escoge una situación que suele presentarte cotidianamente como marco de referencia para que puedas concretizar cómo vas subiendo y bajando por la escalera o cómo te quedas atrapado en un escalón.
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Fig. 20. La escalera de la asertividad.
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4.8 Técnicas de la Asertividad A manera de repaso, recordemos que la asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad.
Situados en el vértice de la pasividad se evita decir o pedir lo que se desea, quiere o gusta. En la agresividad se hace de forma tan violenta que uno se descalifica a sí mismo. Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresar los sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas en forma apropiada.
¿Cómo ejercer la asertividad en forma eficiente y eficaz? Existen técnicas y reglas que, aprendidas y aplicadas, permiten ejercerla de forma eficaz. Para ello hay que prepararse a interactuar y a cumplir los principios que implican una negociación eficiente. Existen también técnicas simples como el banco de niebla o asentir en principio, y el disco rayado, que nos facilitan su ejercicio concreto y cotidiano.
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¿Cómo se ejercita la asertividad? Para poder ejercitar la asertividad hay que desarrollar la capacidad de negociación. En la negociación se intenta conseguir lo que se quiere con el beneplácito del otro que, lógicamente, también va a tener algunos beneficios. ¿Cómo se lleva a cabo la negociación? La realización de una negociación comprende varias fases. Aquí se señalan las siguientes: A. Fase de preparación general. B. Fase de preparación para la concentración personal. C. Fase de preparación para el diálogo. D. Fase de ensayo. E. Fase de ejecución.
Fig. 21. Fases para la negociación.
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¿En qué consiste la fase de preparación general? Lo primero que necesitas hacer es pensar, de manera global, en las estrategias que vas a seguir durante el encuentro con la otra persona, tomar conciencia de cómo podrías plantear los problemas y la negociación propiamente dicha. Para poder conseguir cualquier cosa tienes que saber primero cómo hacerlo y, para ello, hay que dedicarle un tiempo a prepararte. Ir a un encuentro sin tener una mínima guía de cuál es el comportamiento adecuado, en especial si no eres un negociador experimentado, te expones a no lograr los objetivos que persigues. Por lo tanto, si deseas cambiar esto, tendrás que pensar y prever previamente lo que vas a decir y a hacer durante la negociación cara a cara con el otro. ¿Qué se debe considerar dentro de la preparación general? Dentro de la preparación general necesitas distinguir dos subfases:
La primera es la de preparación personal para evitar caer en la pasividad o en la agresividad. La segunda es la preparación del diálogo sobre lo que le vas a plantear al otro.
¿En qué consiste la fase de preparación para la concentración personal? Se trata de una fase previa, necesaria para: 1. Ten muy claros los objetivos que persigues con el encuentro. Es lo que va a motivar la negociación. Cuando se negocia hay que
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tener la mira puesta en los objetivos. Es posible que haya algunos distractores que te desvíen del rumbo y te provoquen el fracaso del logro de tu meta. Por ejemplo, alguna emoción que te surja y se te salga de control. Sin embargo, no confundas la emoción con el objetivo. Por ejemplo, te gustaría quedar bien, pero ese no es tu objetivo. Podría querer enfatizar algo en el otro, pero así difícilmente lograrías lo que realmente quieres. Quizá prefieras que el otro reconozca que tú tienes la razón y que él estaba equivocado, pero cabe preguntarte si ese es tu objetivo o si sólo vas conseguir una recompensa emocional, desviándote de tu meta principal. Ten presente la máxima: “lo que cuenta son los hechos y no las palabras”. Explayarte y descargarte emocionalmente sólo te permite conseguir una recompensa a corto plazo, pero no lo que es prioritario. 2. Evita los juicios de intenciones. Si juzgas las intenciones de la otra persona y los tomas como base para plantear la relación con el otro, corres el riesgo de contestar y reaccionar a las intenciones que has prejuiciado sobre el otro, perdiendo de vista tus objetivos propuestos. Con este proceder hay un alto riesgo de llegar a ser agresivo o pasivo. Si en otra ocasión la persona ha hecho algo doloroso para ti y crees que lo hizo con buenas intenciones, puedes estar tentado de dejarlo pasar y no decirle nada. En contraste, si consideras que lo ha hecho con mala intención, vas a atacar su “maldad” y no los hechos, a través de una conducta agresiva. En una buena negociación no cabe la agresión ni someterse a la voluntad del otro, aunque lo percibas como un rival. Hay que darle una salida, lo suficientemente constructiva de manera que no se te revierta. Querer que el otro reconozca lo equivocado que está y se someta completamente a tus deseos puede ser sólo un objetivo emocional del inconsciente para compensar la humillación que has
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sentido en otras ocasiones, pero ¿es realmente es ese tu objetivo? Has de encontrar cuáles son las cosas que podrían motivar al otro para que haga lo que deseas o consideras más conveniente para ambos. 3. Piensa en cómo crear la oportunidad de una negociación efectiva. Si se trata de algo que está pendiente desde hace mucho tiempo y que deseas abordar, has de buscar al otro para plantearle un tiempo y un espacio en el que puedan negociar. Es lo primero que has de conseguir del otro. Si no consigues esto, no te será posible hacer la negociación. En muchas ocasiones no hay que buscar la oportunidad, es la propia situación en la que se genera el problema la que abre el momento. Pero puede ocurrir que cuando el otro se va es cuando a ti se te ocurre aquello que se debió haber dicho. No todo está perdido, habrá una segunda oportunidad si estás dispuesto a crearla. Esto significa buscar al otro y plantearle, aunque sea por enésima vez, el tema que está causando una diferencia o conflicto. Para abordarlo se puede usar cualquier frase introductoria como decirle, “respecto a lo que hablamos ayer me gustaría comentarte algo” o alguna otra frase parecida para iniciar la conversación, pues son ayudas efectivas para crear la oportunidad. ¿Cómo puedes controlar la conducta agresiva o la pasividad durante la negociación? Contar con objetivos claros puede ayudarte a controlar la agresividad y a motivarte para dejar la pasividad. Si tú creas la oportunidad y reflexionas sobre lo que el otro espera, podrás preparar el momento concreto de la negociación y obtener resultados favorables para ambos.
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¿Cómo harías la preparación para el diálogo? Sin perder de vista la importancia de la preparación, también has de ser flexible al llevar a cabo lo que has pensado y tomarlo sólo como una guía para que el otro sepa también cuales son los lineamientos que deseas seguir, es por eso que necesitas preparar lo que le vas a decir con cuidado. El diálogo que tengas con el otro ha de cumplir los siguientes requisitos para que lo pueda considerar como asertivo: 1. Describe los hechos en forma concreta. Se trata de ponerle una base firme a la negociación, en la que no pueda haber discusiones inútiles o que desvíen del objetivo. Si describes los hechos que han ocurrido con objetividad, el otro no podrá negarlos y así podrán contar con un punto de partida claro y preciso para discutir y hacer los planteamientos necesarios. En este punto es donde has de evitar hacer juicios de intenciones, como el quererlo humillar o descalificar. 2. Manifiesta cuáles son tus sentimientos y pensamientos. Es decir, comunica de forma contundente y clara cómo te sientes con aquello que ha ocurrido y qué juicio moral o de pensamiento te despierta. Recuerda que no se trata de que el otro lo encuentre justificado o no. Le puede parecer desproporcionado, o injusto, pero tú sientes que tienes derecho de hacerlo así, pues no aceptas ninguna descalificación. Le informas a la otra persona que no se le está pidiendo que entienda o comprenda como te sientes, pero sí le estás exigiendo que no te descalifique ni te critique en forma destructiva tus sentimientos empleando técnicas como el banco de niebla combinado con el disco rayado, las cuales se comentarán más adelante.
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3. Pide de forma concreta y operativa lo que quieres que se haga. No se trata de hablar de forma general o genérica. Debes ser concreto y operativo, es decir, especificar conductas concretas que el otro pueda entender y hacer. 4. Especifica las consecuencias. Es decir, aquello que va a ocurrir cuando haga lo que le has pedido. Le podría plantear también qué es lo que va a pasar si no hace lo que le has dicho, pero es preferible especificarlas de forma positiva, de manera que no se perciba como un castigo sino como una consecuencia natural de su falta. Los castigos no son tan efectivos como los refuerzos. Muchas veces se trata solamente de una forma de presentación. Toma en cuenta que algo que había sido planteado como un castigo, si lo planteas de una manera más accesible, lo percibirá como algo positivo si lo lleva a cabo.
Actividad # 20 ¿En dónde están mis emociones? Instrucciones. Utiliza este formato de silueta y recórtala de manera que puedas trabajar con facilidad el siguiente ejercicio, usando tanto la parte frontal como la de atrás. Ten sobre la mesa una caja con doce colores que tengan punta. En silencio, y escuchando la música, cierra tus ojos y ponte en contacto contigo mismo. Con toda tranquilidad, respirando cada vez con más naturalidad, soltando tu cuerpo y relajándote, ve percibiendo dónde ubicas en tu cuerpo las distintas emociones básicas: el miedo, la tristeza, el enojo, la alegría y el afecto. Ahora que ha terminado la melodía, haz una respiración profunda, reacomoda tu cuerpo y abre tus ojos.
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Sin hablar, coge el color café e ilumina en la silueta esa parte del cuerpo donde más lo sientes, con el azul ubica a la tristeza, con el negro al enojo, con el amarillo la alegría y con el rojo el afecto. Ahora vamos con estos sentimientos: con gris ubica la angustia, con verde la ignorancia y con morado la culpa Ahora que has localizado en tu cuerpo dónde suelen manifestarse tus emociones podrás aprovechar esta información en tu conducta asertiva. Cada emoción tiene siempre un mensaje para ti, aprende a comprender qué es lo que te quiere decir cada una.
Fig. 22. La silueta de mis emociones y sentimientos.
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¿En qué consiste la fase del ensayo? Lo que has preparado, preferentemente por escrito, lo tienes que ensayar hasta aprendértelo de manera que al llevarlo a la práctica te salga con naturalidad. Cuando no te has preparado lo suficiente para presentar un examen, te pones nervioso y se te olvidan muchas cosas es porque no te sientes seguro. Esto te puede suceder durante la negociación si no cuentas con suficiente práctica. Si la situación te causa alguna ansiedad, es una razón más para el ensayo. Cuando te estás imaginando en la negociación, te posesionas de tu papel y te preparas anímicamente. Así te sentirás con más en control cuando estés con el otro y comenzarás la negociación teniendo una mejor posición anímica. De esta manera, si estás nervioso, te puedes acoger al diálogo que has preparado con la seguridad de que vas a explicar tus deseos en su totalidad de manera clara, precisa y concisa. ¿En qué consiste la fase de ejecución? En la fase de ejecución has de tener en cuenta algunas técnicas básicas que te permitan llevar a cabo lo que has preparado. No olvides nunca que tus objetivos están contemplados en el diálogo que has preparado y que la meta inmediata es decirlo. No se trata de contestar a todas las digresiones que el otro te haga, tampoco es necesario ser rápido y agudo para poder responder de forma inmediata a todo lo que te pregunte o comente. Se trata de emplear la técnica del banco de niebla, o aceptar en principio, seguida de la del disco rayado. Puede parecerte muy limitado el uso de estas técnicas, las cuales se mencionan a continuación, y creer que vas a hacer el ridículo, pero es sorprendente lo efectivo y natural que resulta. Si salen otros temas, también importantes, debes retomar primero el camino del objetivo previsto si es lo prioritario, pues necesitas terminar con lo que ha
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motivado la negociación para poder seguir más tarde con lo que se acaba de plantear: en ningún momento pierdas de vista el objetivo central, contenido en el diálogo preparado. ¿Cuáles son algunas técnicas específicas para mejorar la asertividad? Según Manuel J. Smith (1980), las técnicas de la asertividad que están al alcance de todos son: 1. Formas de decir NO: Simplemente di no en forma natural y espontánea. Escucha activamente al otro y dile después que no utilizando el reflejo para que comprenda que has entendido con claridad su propuesta o punto de vista. Dile no con una explicación aclaratoria, razonada y sincera. Dile un no temporal, pero con la apertura de volver a considerar su petición en algún otro momento. 2. Disco rayado: Repite el mensaje en forma convincente y pacífica, varias veces y sin omitir alguna palabra del mensaje original, hasta que la otra persona abandone su posición, con el fin de ignorar las trampas verbales y manipuladoras del otro. 3. Banco de niebla o claudicación simultánea Le concedes parte de la razón al interlocutor. No entras en polémica. No planteas un enfrentamiento. Lo induces a moderar su actitud.
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Le das un mensaje positivo. Le invitas a la reflexión. Está el propósito de mejorar el comportamiento y/o la reflexión.
4. Aplazamiento asertivo Para afrontar la inseguridad y la confusión. Darte tiempo para aclarar. Posponer la respuesta o decisión. Adquirir mayor control al darte el espacio necesario. 5. Procesar el cambio Desplaza el foco de discusión hacia el análisis de lo que está sucediendo. Mira desde fuera y con objetividad lo que ocurre, como si fuera una película. Plantea preguntas clave: ¿Por qué discutimos? ¿Qué nos sucede? 6. Ignorar No entras en polémica. No provoques. Usa un tono de voz moderado para decirle al otro que no deseas discutir. Pide tiempo fuera para poder reflexionar y luego volver a dialogar. 7. Acuerdo asertivo Reconoce la parte de responsabilidad que te toca. No aceptes la manera de expresar el enfado de la otra persona. Envía el mensaje: una falta no se generaliza.
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8. Pregunta asertiva: Considera como una buena disposición de quien hace la crítica. A través de preguntas, intenta obtener información sobre las causas de su enfado. De esta manera desconciertas al interlocutor que esperaba una protesta. 9. Libre información: Identifica los indicios simples que da el otro cotidianamente. Reconoce lo que es importante o interesante para el otro. Prepárate para vencer tu timidez y poder conversar con los demás. Cuenta con suficiente información para conversar con seguridad. 10. Aserción negativa: Acepta tus errores y faltas sin excusarte con los demás. Analiza lo que te están diciendo para comprender sus críticas, ya sean constructivas u hostiles. Toma la decisión de revisarlo en lugar de manifestar actitudes defensivas o ansiosas. 11. Autorrevelación: Acepta y negocia los aspectos positivos y negativos que tienes, así como comportamientos, estilo de vida, actitudes, entre otros, para favorecer la comunicación y evitar la manipulación. Disminuye o controla mejor ansiedad, sentimientos de culpa o ignorancia. 12. Compromiso viable: Ofrece al otro un compromiso que no lesione tus intereses, tu dignidad, ni tus sentimientos.
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Negocia y haz los ajustes sobre la marcha en caso de que así se requiera.
Actividad # 21 Mi memoria asertiva
Instrucciones. Elabora una memoria con las técnicas asertivas que recomienda Smith. En un paquete debe ir el nombre de cada técnica en una tarjeta y en el otro paquete en qué consiste cada una. Una vez que las tenga, revuelve todo y ponlas boca abajo como se coloca cualquier juego de memoria y procede a jugarlo, ya sea tú solo o acompañado de otra(s) persona(s). Es una manera divertida de aprenderlas.
Para afrontar la inseguridad y la confusión. Darte tiempo para aclarar. Posponer la respuesta o decisión. Adquirir mayor control al darte el espacio necesario.
Aplazamiento asertivo
Fig. 23. Tarjetas con técnicas asertivas. ¿Qué técnicas ayudan a desarrollar la capacidad de la asertividad? Olga Castanyer Mayer-Spiess (1996), en su libro La asertividad, expresión de una sana autoestima, recomienda tres técnicas:
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a) Para reducir la ansiedad física. Utiliza la relajación muscular progresiva de Jacobson y la respiración abdominal o diafragmática. b) Para ser asertivo en las discusiones. Puedes usar las técnicas de Smith, como el disco rayado, el banco de niebla, el aplazamiento asertivo, relativizar la importancia de lo que se discute porque no lleva a ningún lado. También puedes ignorar la idea, diferenciar un comportamiento de un modo de ser y utilizar la pregunta asertiva. c) Para la reestructuración cognoscitiva. Usa los recursos de la otra persona con el fin de facilitar el diálogo y prevenir conflictos cotidianos. Aprende técnicas para cambiar pensamientos negativos al tomar conciencia de las ideas y/o lenguaje que emplea el otro para que pueda modificarlos y hacer las cosas por sí mismo mejorando su calidad de vida.
Actividad # 22 Mi muro asertivo Instrucciones. Ten a la mano tres revistas con grabados grandes que puedas recortar y una hoja de rotafolio además de un estuche con material básico: colores, plumones, tijeras, pegamento, etc. En equipo, representen las tres técnicas propuestas por Castanyer. Una vez que hayan terminado su trabajo, compártanlo con el grupo explicando por qué lo ilustraron de esa manera. Intercambien ideas y lleguen a acuerdos. ¿Cómo puedes tratar a una persona hostil asertivamente? Para tratar a una persona hostil, el doctor Joaquín Pérez Férriz, hace las siguientes recomendaciones:
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a) Para realizar peticiones: Cuando pidas algo, no lo hagas “a cambio” de otra cosa (es decir, no aceptes ni realices chantajes morales o emocionales). No te justifiques ni te humilles ante el otro, pero tampoco le coacciones o le hagas chantaje emocional. Considera que mereces lo que pides. Mantén siempre la calma y el autocontrol. Exprésate con claridad, sin rodeos. Si recibes una negativa, di que comprendes las razones del otro. Si lo crees necesario y conveniente, vuelve a intentarlo en los mismos términos o has los ajustes que requieras para volver a negociar. b) Ante un interlocutor hostil: No seas reactivo, es decir, no te acalores ni sigas el juego en las conversaciones alteradas. Permanece sereno. No aceptes entrar en el juego de las conversaciones negativas o malintencionadas. No contraargumentes ni lleves la contraria. Las conversaciones malintencionadas no buscan llegar a acuerdos mutuos sino, por el contrario, pretenden manipularte y desestabilizarte. Si te critican abiertamente, puedes usar dos tácticas, según lo requiera la situación: Pide al otro que centre sus observaciones en tus conductas en lugar de tu persona. Admite la crítica de manera serena y despreocupada, pues son simples observaciones que te pueden ayudar a ajustar tu comportamiento. Esto significa, admitir con calma y objetividad lo que dicha crítica sea cierta, y dejar de lado lo que no es verdad. No te tomes las negativas, los reproches o las críticas de manera personal. Evitarás resentimientos inútiles.
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Ante un interlocutor agresivo o enfadado, condúcele discreta pero firmemente a que se centre en los hechos, en lo que realmente ha sucedido, no en las personas. Propón buscar soluciones en torno a los hechos, no en las personas. Los hechos pueden cambiarse, las personas son más difíciles de cambiar, y nosotros tenemos la autoridad para cambiar a nadie. Es una decisión personal. Salva siempre la dignidad del otro, evitarás su resentimiento y su venganza.
c) Formulación Ternaria: Pasos para aplicar la conducta asertiva. Céntrate en exponer los hechos y los datos. En esta fase no manifiestes ningún tipo de tus sentimientos, tus opiniones o tus razonamientos. Di claramente lo que deseas. Puntualiza todas tus razones, tus motivos personales y tus sentimientos. Di claramente y sin rodeos lo que esperas que haga el otro.
Actividad # 23 El teatro de la asertividad Instrucciones. Se divide el grupo en tres partes. Cada uno es una compañía de teatro que va a representar una de las variantes para tratar a una persona hostil: el primero usará la petición, el segundo ante un interlocutor hostil y el tercero utilizará la fórmula ternaria. Al terminar el público comentará con los actores su actuación resaltando las conductas asertivas la manera como se va logrando un acercamiento más armónico.
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¿Qué tipo de mensajes facilitan el diálogo constructivo? Según Joseph M. Strayhorn (1992), en su libro Cómo dialogar de forma constructiva, señala que según sea la forma como se da el mensaje, el diálogo puede ser constructivo o destructivo. ¿Cuáles sería los mensajes constructivos que facilitan el diálogo? Los mensajes constructivos que facilitan el diálogo son: 1. Declaraciones de deseo. Formula con claridad lo que quieres en realidad. 2. Declaraciones de sentimiento. Indica cuál es el sentimiento específico que has tenido. 3. Declaraciones de agrado y desagrado. Di lo que te ha gustado y lo que no. 4. Interpretaciones. Aclara con el otro lo que has percibido o imaginado del hecho. 5. Preguntas abiertas. Ambos permitan ir haciendo las aclaraciones necesarias usando preguntas oportunas y precisas. 6. Pregunta directa. Sé muy claro en pedir información específica. 7. Acuerdo parcial con una crítica o un argumento. Ten una actitud favorable para responder a una crítica, un argumento, un reto o una oposición sin llegar a una discusión repetitiva. 8. Petición de una crítica más específica. Lo puedes hacer de tres maneras preguntando: a) qué es lo que le ha estado desagradando, b) qué es lo que le hubiese agradado que hicieras en lugar de lo que le ha desagradado y c) qué aspectos de tu actuación le agradan y cuáles le desagradan. 9. Negociación. Es ceder algo a cambio de recibir algo del otro de manera que ambos obtengan un beneficio.
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10. Cuantificación de deseos y sentimientos. Pondéralos con base en una escala del 1 al 10 para darte cuenta de su pesaje y relevancia. 11. Confidencia personal. En privado, contigo mismo, pon sobre la mesa algo íntimo sobre ti mismo, sin pedir disculpas, y por propia voluntad. Valora si es prudente decirle esto al otro o te lo reservas para ti y haces los ajustes pertinentes. 12. Mención de conductas y observaciones específicas. Descríbelas a través de imágenes sensoriales para que el otro comprenda mejor las conductas y observaciones de las que están hablando. 13. Expresión de un conjunto de sentimientos. Especifica un suceso y el tipo de sentimientos que has despertado, explicando de dónde provienen. 14. Mensajes no verbales. Cuida que éstos realmente expresen la aceptación de ambos interlocutores. 15. Declaraciones que resalten los puntos adecuados para resolver el problema. De esta manera podrán ir llegando a acuerdos parciales o, por lo menos, encontrar estrategias específicas. 16. Declaraciones de intención. Explica con claridad los motivos que te mueven a hacerlo. 17. Aplazamiento de la conversación. Tómate el tiempo y espacio para esperar que las condiciones sean más favorables para ambos.
Actividad # 24 ¿Cómo lo arreglamos? Instrucciones. En tarjetas, escribe cada uno de los mensajes constructivos que facilitan el diálogo. Colócalas en un cestito y, estando el grupo en un círculo, cada quien sacará una tarjeta sin ver su contenido. Cuando todos tengan la suya, se pedirá que caminen
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libremente por el salón. Al decir alto, cada quien dialoga con la persona que está más cerca utilizando mensajes constructivos semejantes a los de la tarjeta que les tocó. Hagan esta práctica con tres personas distintas. Al terminar, comenten esta experiencia en el grupo. ¿Cuáles sería los mensajes obstructores o que dificultan el diálogo? Entre las principales están: 1. Cortes de la conversación vs. el aplazamiento. Cuando interrumpes la conversación para evitar un sentimiento desagradable, sin contar con un plan para continuar con el diálogo. 2. Declaraciones demasiado extensas. Cuando hablas y hablas sin dar oportunidad que el otro lo haga. 3. Preguntas de reproche. Cuando las utilizas como una forma de transmitir un deseo de insatisfacción de forma indirecta. 4. Generalizaciones sobre maneras de ser. Cuando hablas con metáforas de conductas generales que se van acomodando a la otra persona como el decirle que es un hielo o inmutable. 5. Declaraciones que descalifican. Cuando usas afirmaciones que humillan, descalifican o hacen sentir mal al otro. 6. Declaraciones de mando o imposición. Como los deberías. 7. Declaraciones en defensa propia. Cuando justificas la acción a través de un juicio moral u obligado por las circunstancias. 8. Sarcasmo. Cuando usas el sentido del humor o el ingenio para transmitir hostilidad en lugar de lo que significaría. 9. Orden. Cuando impones con tono autoritario lo que hay que hacer descalificándole al otro su derecho a elegir. 10. Incongruencia entre el mensaje verbal y el no verbal. A través de tu cuerpo comunicas algo diferente de lo que estás diciendo.
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11. Amenaza. Cuando atemorizas al otro con el fin de cubrir un deseo interno. 12. Expresión de insatisfacción a través de terceros. Cuando no expresas la ofensa en forma directa sino a través de otra persona. 13. Cambios intencionados de conversación. Cuando haces un cambio brusco sobre el tema en discusión a pesar de que el otro dé señales de quererlo ampliar. 14. Ignorar los mensajes importantes del interlocutor. Cuando das una respuesta con poca o ninguna relación con lo que el otro ha querido comunicar. 15. Ataque de un tema nuevo. Cuando pones un asunto ajeno en la conversación de manera hiriente o amenazante para no continuar con el tema inicial. 16. Disputa sobre diferentes versiones de sucesos pasados. Cuando consideras como falsa una descripción de algo que sucedió en el pasado, o das una versión diferente a lo sucedido. 17. Suponer en vez de comprobar. Cuando das por hecho o considera como cierto la percepción de un contenido ambiguo o no verbal, sin ocuparse de averiguar más a fondo. 18. Resentimiento callado u oculto. Cuando guardas cierto enojo o disgusto de la otra persona por su conducta molesta en lugar de pedirle que la modifique. 19. Actos provocados por la ira. Cuando lastimas al otro por venganza debido a la molestia o disgusto que te causó con su conducta. 20. Consejo prematuro. Cuando le das la solución a un problema o reto al otro sin concederle tiempo ni alentarlo para que él lo reflexione y resuelva por sí mismo. 21. Palabras o frases indefinidas. Cuando usas ideas vagas o generalizadas para evitar comentar algún hecho o circunstancia que no es de tu agrado.
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22. Necesidad oculta de apoyo. Cuando no solicita ayuda del otro a pesar de que la requieres, por “no causarle molestias o incomodarlo”. 23. Representación de la necesidad de apoyo. Cuando adoptas una posición de víctima, desamparo o debilidad con el fin de recibir protección o ayuda de los demás. 24. Hablar por otra persona. Cuando le quitas la palabra a la otra persona y expresas lo que crees o sientes, sin darle la oportunidad de que el otro lo exprese.
Actividad # 25 Adivina adivinador ¿qué obstáculo te pongo hoy? Instrucciones. Poner en tarjetas los 24 mensajes obstructores de la comunicación asertiva y colocarlas en una caja de manera que no se vea el contenido. Pasan dos personas al frente del grupo, eligen sólo una tarjeta para representar su contenido. Después de un minuto, los equipos que están de espectadores tienen la oportunidad de decir de qué se trata. Sólo hay una oportunidad para dar su primera impresión. Si nadie lo adivina, la pareja tendrá que seguir actuando hasta que sea claro su obstáculo para el público. Gana el equipo que tenga mayores aciertos.
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4.9 Puntos básicos a considerar durante el entrenamiento ¿Qué consecuencias tendrías si te entregas al desarrollo de habilidades asertivas y las pones en práctica con personas que no la han desarrollado? La práctica del conjunto de habilidades asertivas tiene un alto interés personal y social. Si por un momento te imaginas a cada uno de los miembros de una sociedad comunicándose asertivamente, es probable que coincidas en afirmar que automáticamente bajaría el nivel de agresividad y de hostilidad, aumentaría el entendimiento mutuo, crecerían las posibilidades de conservar e incrementar la autoestima, y se crearían condiciones favorables para generar relaciones de confianza. ¿En realidad crees que así suceda? ¿Qué pasaría si sólo tú eres el asertivo y los demás no? Hagamos un experimento.
Actividad # 26 La sociedad asertiva Instrucciones. En esta sociedad todos han desarrollado habilidades asertivas de alto nivel, por lo tanto van a resolver una situación que les afecta a todos: la gran carga vehicular contamina su ambiente, dificulta el traslado, se complican las vías de comunicación, etc. En un equipo, preparen una representación para resolver este reto en forma asertiva. Otro equipo prepara una discusión donde sólo una persona es asertiva y los demás no saben este proceder. Una vez que lo hayan representado, dialoguen sobre lo que ha hecho cada equipo y saquen una conclusión general.
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¿Puedes entrenarte y entrenar a otros en este tipo de habilidades? Entrenarse en este tipo de habilidades no es algo sencillo, sobre todo cuando se parte de un estilo agresivo o inhibido de conducta, y se tiene una baja autoestima como base. Las personas que presentan estas dificultades suelen cometer errores de interpretación de la realidad social y / o a mantener actitudes excesivamente exigentes ellos mismos y con los demás. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, es necesario seguir un entrenamiento guiado por un experto que les ayude que a modificar estos aspectos cognoscitivos y emocionales disfuncionales.
Actividad # 27 ¿Qué tipo de comportamiento es? Instrucciones. Identifica el tipo de conducta de cada reactivo señalando con un círculo el número 1 si es pasiva, 2 si es agresiva y 3 si es asertiva. Compara tus respuestas con las de tu equipo. Si hay desacuerdos, dialoguen y saquen una conclusión. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
No puedo negarme, estoy comprometido. Doy mis opiniones respetando las de los otros. Me influyen mis amigos por eso lo hago. Me vale que a ti te perjudique, haz lo que digo. Eres un necio, por eso te insulto y humillo. No me importan sus opiniones. Si no me lo traes, te atienes a las consecuencias. Te explico con claridad y precisión mi idea. Los escucho con respeto Te pido que cambies tu actitud, vale la pena. Eres un inútil, no sirves para nada.
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Es difícil trabajar con ella, mejor no acepto. ¡Qué pena! Van a pensar mal de mí. Siento no poder colaborar contigo esta vez. Escuchemos tu punto de vista. Comprendo lo que me dices, pero difiero. No sé cómo decírtelo, me da pena. Pongámonos en acción, ya sabemos cómo. Estoy seguro de cómo vamos a proceder. Yo quería ir pero nadie me quiso acompañar. A ver si se fijan en lo que proponen, ¡es absurdo! ¡Qué tonto! No sabes en lo que te estás metiendo. Es mejor como yo digo, yo soy el experto. Vamos a divertirnos a costa del nuevo alumno. Mejor me espero a ver que quieren los demás. Parece que todos se han olvidado de mí. Nadie me quiere. No me escogen, no me invitan. Aquí se hace lo que yo digo, porque yo mando. Es mejor que escuchemos la idea de cada quien. Bien, pongamos en práctica tu idea.
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¿Cómo debes de llevar a cabo el entrenamiento? Todo entrenamiento necesita nutrirse de ensayos que te permitan alcanzar el nivel de competencia deseado. En este sentido, no es infrecuente contemplar como el paso de una conducta inhibida a otra más asertiva lo haces a través de intentos que resultan agresivos, o que siguen inhibiendo los componentes importantes para que la respuesta te resulte eficaz.
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Si te precipitas al ensayar en la vida real, es fácil que no obtenga el resultado deseado y pierdas tu motivación, o incluso refuerce tus sentimientos de incompetencia. En casos de gran dificultad en relación a estas habilidades, es preferible seguir un entrenamiento bajo las directrices de un orientador especializado en este campo. Como es tu especialidad, necesitas entrenarte paso a paso y lograr dominarla. Por último, y una vez aclarado lo anterior, sería ingenuo pensar que aplicando un estilo asertivo obtendrás todos los propósitos que crees justos. Lo cierto, es que no todas las personas dirigen su conducta a entenderse con todos y cada uno de los que configuran su círculo social. Ahora bien, ten presente que aún en el caso de no obtener la respuesta deseada por parte de tu interlocutor, una conducta asertiva siempre producirá los efectos de un trabajo personal bien hecho, entre ellos, el respeto por ti mismo. Así que no te desilusiones.
Actividad # 28 La tortuga, el dragón y la persona Instrucciones. Pon en práctica tus habilidades asertivas esta semana y toma conciencia de lo que estás haciendo. Ante los retos diarios, ten tus tarjetas listas para sacar aquella que te indique qué tipo de comportamiento has utilizado en cada situación. Ponle una marca a la tarjeta correspondiente. Al final de la semana, suma tus marcas para calcular con certeza el tipo de conducta que ha predominado. Tus tres tarjetas son: una tortuga, un dragón y una persona.
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Fig. 24. Tarjetas de comportamiento. a) Tortuga (conducta pasiva): te escondes en tu caparazón, por lo tanto no defiendes tus intereses ni tus derechos, te dejas llevar por la corriente y dejas que los demás decidan por ti. No expresas tus ideas, ni tus sentimientos, tampoco das tu opinión. b) Dragón (conducta agresiva): sacas fuego por la boca al imponer tus ideas, sentimientos y opiniones. Amenazas, insultas, agredes. Llegas a lastimar a los demás. c) Persona (conducta asertiva): aplicas las 7 “C” de la comunicación asertiva, usas bien las palabras, respetas tus derechos y los de los demás. Dices lo que necesitas para lograr tu objetivo sin dañarte ni dañar a los demás. Utiliza esta opción las veces que consideres necesarias para tomar conciencia de tu conducta cotidiana. Llevar este sencillo registro te permite tomar medidas para hacer los ajustes necesarios con rapidez y, en poco tiempo, sobre la marcha ya que estás más sensible para detectarlos y aplicar tus habilidades.
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4.10. Cómo conservarse dentro de los parámetros de la asertividad ¿Qué puedes hacer para conservarte dentro del comportamiento asertivo? Para lograrlo es necesario practicar con constancia y dedicación todos los días. Algunos ejemplos de lo que puedes hacer diario son: 1. Poner en práctica las nuevas habilidades que has desarrollado siempre que puedas hasta que se te conviertan en un hábito y formen parte de tu estilo de vida. 2. Distinguir cuál es tu responsabilidad y la(s) parte(s) que le(s) corresponde a los demás en vez de constelar lo que no es tuyo por un mal entendido sentido de apoyo o ayuda. 3. Abre tu mente, contacta tus sentimientos y recursos internos para encontrar nuevas alternativas. La lluvia de ideas es un excelente recurso para lograrlo. 4. Atrévete a probar cosas nuevas, a crecer y desarrollarte manteniendo siempre el respeto a tu dignidad y a la de los demás. 5. Confronta a quien está abusando de ti y exige tus derechos de una manera firme pero ecuánime y respetuosa. 6. Mantente siempre activo, ten iniciativa y creatividad, en lugar de ceder a los otros las decisiones y las oportunidades. 7. Aprende a negociar en todo momento y date tiempo y espacio para reflexionar y llegar a acuerdos que beneficien a ambas partes en la medida de lo posible. 8. Fomenta en los demás conductas asertivas y ayúdalos a que desarrollen este tipo de habilidades. 9. Confía más en ti mismo y en la propia intuición.
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10. Reconoce los aciertos de los demás y agradece el apoyo o el trabajo que te haya beneficiado o a la comunidad a la que pertenecen. 11. Procura disolver la hostilidad a la brevedad posible a través de la escucha atenta y activa, prestando especial cuidado a las críticas pues, aunque son subjetivas, son indicadores de los malestares del otro y de su reacción hostil. 12. Presta especial atención a los mensajes no verbales, son los mejores indicadores de cómo se están tomando las cosas. Confirma con el otro cuando percibas su incomodidad o falta de comprensión. En suma, la asertividad y las técnicas que ayudan a desarrollar el comportamiento asertivo son muy amplias y pueden profundizarse con base en las condiciones y necesidades de cada persona. El lector sólo tiene en sus manos un folleto con puntos clave que le serán muy útiles para continuar con el estudio de este apasionante tema.
Actividad # 29 Mi carta compromiso Instrucciones. Escríbete una carta felicitándote por todo el esfuerzo que has estado haciendo durante este proceso de aprendizaje sobre la asertividad. Resalta tus recursos fuertes y las metas alcanzadas. Agrega las áreas de oportunidad que requieres trabajar todavía más. Sugiérete conductas concretas para llevarlas a cabo a la brevedad posible. Firma tu carta y pon la fecha. Métela en un sobre y mándatela por correo. ¿Qué impacto crees que tendrá para ti?, en especial porque ya casi no se usa este medio, la mayoría manda todo por computadora. Te reto a experimentar esto.
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ApĂŠndice: Material para desarrollar la asertividad
Fig. 22. La ruleta para resolver problemas.
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Diez trucos para ser asertivo Recuerda que ser asertivo es tener conductas término medio entre lo pasivo y lo agresivo: ser flexible y abierto, pero a la vez defender tus posiciones y no dejarte manipular. 1. 2. 3.
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¡Sé valiente! Defiende tus ideas y principios con inteligencia: sin violencia y dejando hablar a los demás. ¡Escucha activamente! No temas negarte. Di NO cuando la situación lo amerita sin sentirte culpable. Usa las técnicas asertivas para mantener tu posición. Ten calma y paciencia. Si tienes tu objetivo claro y estás seguro de que sea la mejor opción, sostente, de lo contrario, negocia y llega a un acuerdo. Dale su lugar a tu interlocutor, mantengan una saludable distancia y respétense en todo momento. Si las cosas se empiezan a salir de control, aplaza la discusión, tomen un tiempo fuera para poder calmarse y pensar con más calma el tema. Procura encontrar alternativas. Si estás siendo manipulado, corta por lo sano. Retoma la idea del otro y anexa tu punto de vista. Si la discusión empieza a subir de tono, interrumpe ese ritmo haciendo preguntas que les permita retomar el camino con más calma al pedirle al otro responder o aclarar tus dudas. Usa el sentido del humor sin ofender. Con ello relajarás el ambiente y das una imagen de seguridad y confianza. Reconoce tu responsabilidad o tu error pero con una actitud abierta a negociar. Esto te dará credibilidad. Escucha al otro con cuidado y comprende su punto de vista. Esto te da oportunidad a argumentar y a convencerlo utilizando su perspectiva para llegar a un punto medio.
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Glosario
Comunicación: es el acto de transmitir un mensaje desde el emisor al receptor utilizando un canal y un código determinado. Comunicar: es compartir información, poner en común un mensaje. Es el intercambio de ideas, sentimientos y experiencias que han ido moldeando las actitudes, conocimientos, sentimientos y conductas ante la vida. Asertividad: es el comportamiento comunicacional maduro en el que la persona ni agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos. Comunicación asertiva: es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros derechos sin la intención de herir o perjudicar. Comunicación pasiva o sumisa: implica dejarse llevar por las ideas y deseos de otro. Se pone en el otro la capacidad de decidir, no expresando los propios deseos y sentimientos. Comunicación agresiva: implica una forma de comunicación en que se desconoce al otro como ser legítimo para la comunicación, descalificándole con hostilidad verbal y/o física. Comunicación asertiva: consiste en expresar en forma clara y directa lo que se está sintiendo en el momento oportuno, cautelando la forma de expresar, de modo que el otro entienda el mensaje, sin sentirse agredido o menospreciado
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Bibliografía
Berne, E. (1977). Los juegos que la gente juega. Argentina: Alfa. Castanjer, O (1996). La asertividad, expresión de una sana autoestima. España: Declée de Brouwer. Castanjer, O. (2014). Aplicaciones de la asertividad. España: Declée de Brouwer. Covey, S. R. (1995). Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas. Argentina: Paidós. Descamps, M. A. (1992). El lenguaje del cuerpo y la comunicación corporal. Barcelona: Desuto. Dionne, G. W. y Reig. E. (2002). Reto al cambio. México: McGrawHill Interamericana. Elizondo, M. (2003). Asertividad y escucha activa en el ámbito académico. México: Trillas. Fensterheim, H. y Baer, J. (2003). No diga sí cuando quiera decir no. México: Grijalbo. Ocampo, N. y Vázquez, S. (2000). Método de comunicación asertiva. México: Trillas. Riso, W. (1988). Cuestión de dignidad. España: Norma. Rodríguez, A. (1990). Asertividad para negociar. México: Mc Graw Hill. Satir, V. (1991). Ejercicios para la comunicación humana. México: Pax. Schuler, E. (1998). Asertividad. España: Gaia. Smith, M. J. (1983). Cuando digo si me siento culpable. México: Grijalbo. Strayhorn, J. M. (1992). Cómo dialogar de forma constructiva. Barcelona: Desuto.
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Índice Presentación. En contacto con el tema. Conceptos de asertividad, aceptación y oposición asertiva. 4.3 Los perfiles de la asertividad. 4.4 Los derechos de la asertividad. 4.5 Esquema general de una respuesta de oposición asertiva. 4.6 Cómo negociar. 4.7 El decálogo de la asertividad. 4.8 Técnicas de la asertividad. 4.9 Puntos básicos a considerar durante el entrenamiento. 4.10 Cómo conservarse dentro de los parámetros de la asertividad. Apéndice. Glosario. Bibliografía. 4.1 4.2
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Índice de Actividades 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29
Hablando en parejas. ¿Qué es la asertividad? Escala del nivel de asertividad personal. La vida es bella. ¿Eres asertivo? La negociación. Fábula: la negociación de los burritos. El espejo. Mejorando la relación con alguien que quiero. 30 derechos asertivos. Los derechos de la asertividad. Mis tarjetas de habilidades asertivas. Suavizando la mirada. Fortaleciendo al equipo de trabajo. Aceptación u oposición asertiva. Cambio de conducta. Visualización laboral. La crítica. La escalera de la asertividad. ¿Dónde están mis emociones y sentimientos? Mi memoria asertiva. Mi muro asertivo. El teatro de la asertividad. ¿Cómo lo arreglamos? Adivina adivinador, ¿qué obstáculo te pongo hoy? La sociedad asertiva. ¿Qué tipo de comportamiento es? La tortuga, el dragón y la persona. Mi carta compromiso.
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Silva y Ortiz, María Teresa Alicia. Aprendiendo a ser asertivo
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Diálogos en pareja. Sensibilizándote en la conducta asertiva. Modelo bidireccional. Los tres perfiles de la asertividad. Estilos de expresión. Una autoestima sólidas el pilar de la autoconfianza. Características de las personas asertivas. Una persona asertiva sabe cuándo decir sí y cuando no Negociar intereses y necesidades. Practica componentes del comportamiento asertivo. Analiza tu propia conducta. Elabora tarjetas de habilidades asertivas a practicar. Componentes no verbales. Mira el rostro con suavidad y en cruz. Componentes verbales. Las 7 “C” de la comunicación asertiva. Aprender a negociar no es exclusivo de los ejecutivos. Principios asertivos en el campo laboral. El decálogo de la asertividad. La escalera de la asertividad. Fases para la negociación. La silueta de mis emociones y sentimientos. Tarjetas con técnicas asertivas. Tarjetas de comportamientos. La ruleta para resolver problemas.
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Silva y Ortiz, MarĂa Teresa Alicia. Aprendiendo a ser asertivo
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