Nº4 Journal NSCA Spain: Entrenamiento de fuerza y acondicionamiento físico - Enero 2017

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N.4 ENERO 2017

ENTRENAMIENTO de FUERZA y ACONDICIONAMIENTO obesidad sarcopénica

ESTRATEGIAS

Etiología y rol de la dieta y el ejercicio en su tratamiento. Antecedentes y estretegias de entrenamiento

IX simposio internacional de actualizaciones en entrenamiento de la fuerza

Nº4 Bridging the gap between

science and application


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ÍNDICE

04CARTA DEL EDITOR 06OBESIDAD SARCOPÉNICA: ETIOLO-

GÍA Y ROL DE LA DIETA Y EL EJERCICIO EN SU TRATAMIENTO

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OBESIDAD SARCOPÉNICA: ANTECEDENTES Y ESTRATEGIAS DE ENTRENAMIENTO

28RESEÑA DEL IX SIMPOSIO INTER-

NACIONAL DE ACTUALIZACIONES EN ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA

Editor jefe: Dr. Azael J. Herrero, CSCS, NSCA-CPT,*D Maquetador/impresión: Orybex ISSN: 2445-2890 Secretaría: NSCA Spain. C/ Alcalá, 226 – 5ª Planta, 28027 Madrid 2

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CARTA DEL EDITOR En septiembre de 2001 volvía de vacaciones al INEF de León, comenzaba entonces el último curso de la licenciatura. Me crucé por el pasillo con el profesor con el que colaboraba como alumno interno, quien después sería mi director de tesis, el Dr. Juan García López. Le pregunté que qué tal las vacaciones. Su contestación fue: “Azael, quedan dos días para enviar resúmenes para un congreso de Ciencias del Deporte que se celebra en Valencia”. Si tenía alguna duda de que se había acabado el verano, quedó disipada de ipso facto. Nuevas aportaciones al estudio de la actividad física y el deporte. II Congreso de la Actividad Física y el Deporte, celebrado en Valencia en noviembre de 2001, fue mi primer congreso. Durante la carrera en ninguna asignatura nos habían explicado cómo se estructuraba un congreso de este tipo, ni la posibilidad de colaboración que tenían los asistentes. Así que allí viví in situ, acompañado por un espléndido grupo de profesores del INEF de León, las ponencias y comunicaciones libres, las sesiones de exposiciones de pósteres, el que hubiese varias salas simultáneas de comunicaciones agrupadas por temáticas, etc. Recuerdo el contraste de asistir a alguna charla con menos de 5 oyentes y la “comunicación estrella” impartida por el preparador físico de Lance Armstrong con un auditorio repleto en el que no cabía un alfiler. En junio de 2014, entre NSCA Spain, NSCA y la UCAM, organizamos el IV NSCA International Conference. Human Performance Development through Strength and Conditioning. Todos los ponentes invitados estaban en la élite de sus campos de investigación a nivel mundial o nacional. Montamos talleres prácticos para que los asistentes, además de acudir a charlas teóricas, experimentasen en sus propias carnes diferentes técnicas o medios de entrenamiento. Cada taller se tuvo que duplicar debido a que el número de asistentes superó con creces las expectativas iniciales. Finalmente, hubo una generosa barbacoa en un lugar con vistas al mar que resultó el punto de encuentro ideal para intercambiar opiniones entre ponentes y asistentes. En ocasiones, uno no se atreve o no le da tiempo a hacer preguntas tras las charlas, por lo que esta “agenda social” constituye un valor añadido a cada congreso. Ese mismo año, en diciembre de 2014, NSCA Spain comenzó a colaborar con el INEF de la Universidad Politécnica de Madrid en la organización de su tradicional Simposio de Actualizaciones en Entrenamiento de la Fuerza. Si hay un evento anual asentado, de calidad, que llena su espléndido auditorio en cada ocasión, es este Simposio. De hecho, a mis alumnos que quieren especializarse en entrenamiento les recomiendo que para reciclarse anualmente, este evento es una cita casi obligatoria. Hemos querido incluir en el 4º número de Entrenamiento de Fuerza y Acondicionamiento una breve reseña de este Simposio. Mis agradecimientos más afectuosos a Agustín, a Pedro y a todo el equipo de la UPM por su excelente organización. No oigo más que halagos de mis alumnos de cada edición. En estos congresos se hace una labor de networking, se contacta con otros profesionales del ámbito del entrenamiento con inquietudes similares o que simplemente buscan actualizarse, se conoce productos novedosos de diferentes casas comerciales en la zona de stands y se está al día de los últimos avances y descubrimientos. En definitiva, constituyen un elemento esencial en la formación continua que debe imperar en todo profesional del entrenamiento.

Dr. Azael J. Herrero, CSCS, NSCA-CPT*D Editor Jefe de “Entrenamiento de Fuerza y Acondicionamiento”

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OBESIDAD SARCOPÉNICA: ETIOLOGÍA Y ROL DE LA DIETA Y EL EJERCICIO EN SU TRATAMIENTO

Doug Hershberger, MS, CSCS, USAW and Lance Bollinger, PhD, CSCS Department of Kinesiology and Health Promotion, University of Kentucky, Lexington, Kentucky

Artículo original: “Sarcopenic Obesity: Etiology, and the Roles of Diet and Exercise in its Treatment”. Strength Cond J 37(5):72-77, 2015

RESUMEN La obesidad sarcopénica (OS), la pérdida de masa muscular inducida por la combinación de exceso de tejido adiposo y el envejecimiento, está convirtiéndose en una preocupación de salud común en los Estados Unidos. Desafortunadamente, la confirmación oficial de la OS requiere de herramientas tecnológicas como la absorciometría dual de rayos X (DEXA), mediciones antropométricas o impedancia bioeléctrica, que en muchas ocasiones no están al alcance de los profesionales del ejercicio (PE). En este artículo, presentamos una definición funcional de la OS para los PE. También se discuten los mecanismos patológicos subyacentes que contribuyen a desarrollar OS, y los mecanismos por los que la intervención en el estilo de vida mediante la dieta y el ejercicio pueden influir positivamente en las personas con OS.

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INTRODUCCIÓN La obesidad sarcopénica (OS), la concurrencia de sarcopenia (pérdida de masa muscular y función muscular debida al envejecimiento) y obesidad, incrementan el riesgo de discapacidad (28) y mortalidad (23) en mayor medida que la sarcopenia o la obesidad de manera aisladas. La OS afecta al 10% de los adultos estadounidenses (29), habiendo una expectativa de aumento de esta cifra por el envejecimiento de la población y el incremento de la prevalencia y gravedad de la obesidad. Este artículo pretende explorar la naturaleza compleja que subyace a esta condición, las dificultades asociadas con la OS, y los potenciales beneficios de las intervenciones sobre el estilo de vida, como son la dieta y el ejercicio físico

DEFINIENDO LA OBESIDAD SARCOPÉNICA Dado que la OS abarca tanto la sarcopenia como la obesidad, el entendimiento de los criterios clínicos (tabla 1) para cada una de ellas puede proporcionar una definición funcional para los profesionales del ejercicio (PEs). Tanto la sarcopenia como la obesidad se diagnostican normalmente por medidas antropométricas o de composición corporal. Sin embargo, pueden existir ciertas dudas cuando estas mediciones son utilizadas estrictamente para evaluar la OS. La sarcopenia se define como una pérdida de masa o función de la musculatura esquelética relacionada con la edad. Una medida clínica de la sarcopenia es un índice de masa muscular (kg de masa muscular/ talla en metros cuadrados) ≤8.90

kg/m2 en hombres y ≤6.30 kg/m2 en mujeres (3). Normalmente, estas medidas son obtenidas mediante absorciometría dual de rayos X. No obstante, el coste de esta prueba puede no estar al alcance de muchos clientes. Es importante saber que en la sarcopenia, la pérdida de masa y fuerza muscular no es uniforme. Habitualmente, la fuerza muscular disminuye antes de detectarse pérdida significativa de masa muscular. En comparación con la masa muscular, la fuerza muscular es un mejor predictor de discapacidad y mortalidad (18). Por lo tanto, la función muscular (fuerza, potencia, resistencia, etc.) es un indicador clínicamente más relevante de la sarcopenia que la masa muscular esquelética. De hecho, el Grupo de Trabajo Europeo en Sarcopenia en Personas Mayores (European Working Group in Sarcopenia in Older People) ha sugerido que la evaluación clínica de la función muscular como la fuerza o

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Tabla 1. Medidas criterio para la sarcopenia, la obesidad y la obesidad sarcopénica Criterio

Sarcopenia

a

Obesidad

b

Obesidad sarcopénica

Edad (años)

>65

N/A

>65

Índice de Masa Corporal 2 (kg/m )

N/A

>30

>30

Circunferencia de cadera (cm)

N/A

Hombres: >102 Mujeres: >88

Hombres: >102 Mujeres: >88

Porcentaje de grasa corporal

N/A

Hombres: >30 Mujeres: >40

Hombres: >30 Mujeres: >40

Velocidad de marcha (m/s)

<1

N/A

<1

Hombres: <30 Mujeres: <20

N/A

Hombres: <30 Mujeres: <20

Hombres: <8.90 Mujeres: <6.37

N/A

Hombres: <8.90 Mujeres: <6.37

Fuerza de prensión manual (kg) Índice de Masa muscular 2 (kg/m )

Tabla 1. Aunque no se ha determinado una definición clínica para la obesidad sarcopénica, se puede considerar que los individuos que cumplan con los criterios tanto de sarcopenia como de obesidad padecen obesidad sarcopénica. Cuando se evalúe la obesidad sarcopénica, se debe dar preferencia a medidas funcionales como la circunferencia de cintura, la velocidad de marcha o la fuerza de prensión manual. aLos criterios para la sarcopenia son del Grupo de Trabajo Europeo Sobre Sarcopenia (3). bLos criterios para la obesidad son del Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM), excepto para el porcentaje de grasa corporal que es de Dufour et al. (5). la velocidad de marcha (en vez de la masa muscular por sí sola) debería estar incluido en la definición de sarcopenia (3). Este grupo propone como criterios para diagnosticar la sarcopenia una fuerza de prensión manual <32 kg en hombres y <18 kg en mujeres y una velocidad de marcha voluntaria <0.8-1 m/s. Juntas, estas mediciones permiten a los PEs valorar la sarcopenia y modificar las pruebas físicas y los protocolos de prescripción acorde a las necesidades del cliente. La obesidad se define como un exceso de acumulación de tejido adiposo. El método más ampliamente aceptado para la determinación de la obesidad es el índice de masa corporal (IMC, kg de masa corporal/talla en metros cuadrados). Aunque el IMC no evalúe realmente la composición corporal, el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) y la Organización

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Mundial de la Salud (OMS) definen la obesidad como un IMC≥30Kg/ m2 (4). Otras medidas que evalúan la obesidad son el perímetro de la cintura (>102 cm en hombres y >88 cm en mujeres) y estimaciones del porcentaje de grasa corporal (>30% en hombres y >40% en mujeres) (5). Es preciso señalar que varias mediciones de campo de la composición corporal, como los pliegues cutáneos, son imprecisos en personas con obesidad (20). Por lo tanto, el IMC y la circunferencia de cintura deberían ser los métodos escogidos cuando se evalúe a personas con obesidad severa. Originariamente, la OS fue definida como un índice de masa muscular de 2 desviaciones estándar por debajo de la referencia específica en función del sexo de población joven y sana (1). Al utilizar el índice de masa muscular para determinar la sarcopenia, muchos estudios

han estimado que la prevalencia de OS abarca al 4-12% de la población (29). No obstante, incluso en estos estudios los valores criterio de edad, índice de masa muscular, y composición corporal varían considerablemente, haciendo que la determinación clínica de la OS se difícil. Recientemente, los estudios han intentado definir la OS en términos de función muscular en vez de masa muscular. Muchos de estos estudios han definido la sarcopenia mediante la fuerza de prensión manual (<32-33 kg en hombres y <18-20 kg en mujeres). Cuando se utiliza este criterio para la sarcopenia, la prevalencia de OS es aproximadamente 4-9% en personas cercanas a los 65 años (29). Aunque este criterio no se ha adoptado como definición clínica, debería ayudar a los PEs en la evaluación de clientes con OS.


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ETIOLOGÍA DE LA OBESIDAD SARCOPÉNICA Las causas de la sarcopenia y de la obesidad son multifactoriales y han sido discutidas en profundidad en la literatura científica (12). Aunque una baja masa muscular y un exceso de tejido adiposo son sellos distintivos de la OS, la asociación entre ambos no se comprende completamente. En la juventud y en la primera etapa de la adultez, la masa muscular esquelética aumenta con cierto grado de adiposidad (17). Sin embargo, se ha observado que en hombres y mujeres de alrededor de los 65 años, aquellos que eran ancianos y obesos tenían una menor masa libre de grasa, eran más débiles y tenían una calidad de vida disminuida en comparación con los que eran débiles pero no obesos, y con los que no eran ni obesos ni débiles (30). De hecho, hay evidencias de que la obesidad puede agravar la atrofia muscular y viceversa. La figura 1 muestra la compleja interacción entre la sarcopenia y la obesidad y cómo estos procesos pueden agravarse entre sí y llevar a la OS.

DISMINUCIÓN DE LA MASA Y FUNCIÓN MUSCULAR EN LA OBESIDAD SARCOPÉNICA La cantidad de masa muscular obedece al equilibrio entre el ritmo de síntesis y el de degradación proteica. La atrofia muscular se caracteriza generalmente por un incremento del ritmo de degradación proteica y una disminución paralela del ritmo de síntesis proteica (14,24). Es más, la sarcopenia puede caracterizarse también por un descenso del número de miofibrillas. Esto afecta principalmente a las fibras musculares de tipo II (15). Como resultado se produce una reducción del tamaño global del músculo y una disminución de la capacidad de generar fuerza y potencia. La obesidad puede agravar la sarcopenia en múltiples formas. En primer lugar, se sabe que la obesidad produce una resistencia anabólica disminuyendo la síntesis proteica en respuesta a la sobrecarga muscular (21,26). Esto parece estar estrechamente relacionado

con la resistencia a la insulina asociada a la obesidad. Por tanto, las personas con OS pueden ser incapaces de incrementar la síntesis proteica muscular en respuesta a un estímulo anabólico como la alimentación o el entrenamiento de fuerza. De hecho, se ha observado recientemente que los roedores con OS muestran una síntesis proteica mitigada en respuesta a un ejercicio físico (19). Igualmente, los incrementos en la fuerza muscular tras un entrenamiento de fuerza se ven atenuados en humanos con sobrepeso y obesos (22). Aunque esta resistencia anabólica no debería ser suficiente para inducir una pérdida de masa o función muscular, puede acentuar los efectos de la disminución de síntesis proteica basal observada en personas con sarcopenia. Varios estudios realizados en humanos han mostrado que, en comparación con la población delgada, las personas con obesidad tienen un ritmo de degradación proteica a nivel del cuerpo completo incrementado (32). Debido a que el músculo esquelético constituye aproximadamente el 40% de la masa corporal, es posible que la

Figura 1. Interacción entre los factores que causan la obesidad sarcopénica. La obesidad y la sarcopenia influyen negativamente entre sí a través de una variedad de mecanismos, que desencadenan en una disminución de la masa muscular y una afectación de la función muscular. El entrenamiento físico modifica positivamente muchos, si no todos, los componentes representados.

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degradación proteica en la musculatura esquelética esté incrementada en personas con OS. Aunque la degradación proteica es un proceso complejo, numerosos estudios han mostrado que varios factores clave que regulan la degradación proteica, como la miostatina, el NF-kB y el MuRF-1, están incrementados en la musculatura esquelética de personas con obesidad severa (9,25). En combinación con la síntesis proteica atenuada observada en personas con sarcopenia, esto inclinaría la balanza a favor de la atrofia muscular en personas con OS. La obesidad también parece disminuir la calidad muscular y la producción de fuerza. Se sabe desde hace tiempo que la obesidad incrementa el almacenamiento de grasa dentro de y entre las fibras musculares (6). Se ha demostrado recientemente que esta infiltración de grasa en el músculo dificulta la generación de fuerza (8). Interesantemente, los jóvenes con obesidad tienden a tener una mayor capacidad absoluta para generar fuerza que sus homólogos delgados, al menos en los músculos de soporte del peso corporal (13). Sin embargo, cuando este valor de fuerza se corrige por la masa libre de grasa, la fuerza muscular es en realidad menor en personas con obesidad (11). Por esto, aunque la producción de fuerza total sea mayor, la musculatura esquelética de las personas obesas muestra una capacidad disminuida de generar fuerza cuando se normaliza respecto a la masa muscular total. Este desarrollo de fuerza disminuido complica la atrofia muscular causando limitaciones funcionales como debilidad, susceptibilidad a la fatiga, velocidad de marcha disminuida, y una habilidad reducida para evitar caídas en personas con OS.

ACUMULACIÓN DE TEJIDO ADIPOSO EN LA OBESIDAD SARCOPÉNICA La cantidad de masa magra es el principal determinante de la tasa metabólica basal (35). Así, la pérdida de masa muscular observada en la sarcopenia implica una disminución de la tasa metabólica y un incremento de la acumulación de tejido adiposo. Además, una práctica reducida de actividad física o ejercicio durante el tiempo de ocio, pueden contribuir al desarrollo de la obesidad.

INTERVENCIONES EN EL ESTILO DE VIDA COMO TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD SARCOPÉNICA Debido a las limitaciones funcionales, al incremento de muerte prematura y al incremento de la prevalencia de OS, la implementación efectiva de tratamientos para la OS es de vital importancia. Actualmente, los tratamientos médicos (farmacológicos o quirúrgicos) son limitados tanto para la sarcopenia como para la obesidad. Sin embargo, las intervenciones en el estilo de vida como las modificaciones dietéticas y los programas de entrenamiento mejoran ambas condiciones. Pese a que las intervenciones en el estilo de vida son recomendadas para todas las personas con OS, las modificaciones específicas dependerán del objetivo de cada cliente individual y del grado en que ambas enfermedades estén presentes (ej. ¿Cuál es más inhabilitante, la pérdida de masa/fuerza muscular o la obesidad?).

INTERVENCIONES DIETÉTICAS PARA EL TRATAMIENTO DE LA OS Las modificaciones dietéticas pueden modificar positivamente tanto la sarcopenia como la obesidad. En concreto, el incremento del consumo proteico por encima de 0.8 g/kg de masa corporal puede estimular la síntesis proteica (7). Parece que el aminoácido leucina tiene un mayor efecto sobre la síntesis proteica que otros aminoácidos. La magnitud y la velocidad del incremento de la leucina sérica está altamente asociado con la estimulación de la síntesis proteica (34). Así, ingiriendo habitualmente comidas ricas en leucina biodisponible fácilmente puede ser útil en el tratamiento de la sarcopenia. Investigaciones recientes han indicado que ácidos grasos esenciales (DHA, EPA) incrementa el ritmo de síntesis proteica de la musculatura esquelética (27) y contrarresta la atrofia muscular inducida por las grasas saturadas (33). Smith et al. suplementaron la dieta de adultos mayores con EPA y DHA durante 8 semanas. Al final de la intervención, lo sujetos que consumieron la dieta rica en ácidos grasos esenciales mostraron unos mayores niveles de síntesis proteica en respuesta a la alimentación (27). Aunque esta intervención no fue probada como un tratamiento específico de la OS, probablemente sea beneficiosa para esta población por los efectos beneficiosos de los ácidos grasos esenciales en aspectos relacionados con la morbilidad como la enfermedad cardiaca, riesgo inherente para personas OS. Durante mucho tiempo se ha observado que las intervenciones dietéticas son efectivas en el tratamiento

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de la obesidad. Pese a que se han propuesto muchas intervenciones dietéticas, la restricción calórica es primordial para una pérdida de peso exitosa (2). Cabe destacar que la pérdida de peso inducida sólo por una restricción calóricas es probablemente resultado de una pérdida de masa corporal magra, lo que es especialmente poco recomendable para personas con OS. Una revisión realizada por Weinheimer et al (31) analizó 52 estudios sobre intervenciones de ejercicio, restricción calórica o ejercicio y restricción calórica de forma simultánea sobre la pérdida de peso corporal. Estos autores encontraron evidencias concluyentes de que los tratamientos de pérdida de peso para la OS mejoraron múltiples síntomas asociados independientemente de la intervención recibida. Además, se observó que la aplicación concurrente de una restricción calórica y ejercicio físico mejoraba la pérdida de peso y atenuaba la pérdida potencial de masa libre de grasa debida a la restricción calórica. Por lo tanto, incluir actividad física en la rutina diaria puede preservar la masa y función muscular durante intervenciones destinadas a perder peso.

INTERVENCIONES DE EJERCICIO PARA EL TRATAMIENTO DE LA OS Son muchos los posibles beneficios de las intervenciones de ejercicio físico sobre la OS. En concreto, el ejercicio puede preservar (o incrementar) la masa y función muscular así como incrementar el gasto calórico, aumentando la pérdida de peso de esta forma. Además, las intervenciones de ejercicio pueden modificar positivamente factores de morbilidad que pueden estar

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presentes en personas con OS. Estos beneficios incluyen mejorar la condición cardiorrespiratoria, mejorar a sensibilidad a la insulina y disminuir la inflamación crónica y el estrés músculo-esquelético. El ejercicio incremente de forma aguda la síntesis proteica por la activación de la vía Akt/mTOR (10) y este efecto persiste durante varias horas tras la realización del ejercicio. Por tanto, las sesiones de ejercicio frecuente son clave para modular la síntesis proteica en personas con OS. Es más, muchos estudios han mostrado que el consumo de proteínas junto al ejercicio físico puede incrementar la síntesis proteica en la musculatura. Esta respuesta parece ser máxima con 20 g de proteína (16). La inclusión regular de proteínas de alta calidad junto con ejercicio de fuerza puede aumentar las ganancias en la masa corporal magra de personas con OS. Pese a que todos los componentes de la condición física deberían ser entrenados en programas específicos en personas con OS, se debe poner especial énfasis en la mejora de la fuerza muscular y el nivel cardiovascular. El entrenamiento de fuerza progresivo es recomendado por su efecto anabólico y su mejora de la fuerza y función muscular. Además, el entrenamiento de fuerza puede mitigar la pérdida de masa ósea durante la pérdida de peso y, en consecuencia, prevenir la osteopenia. El ejercicio aeróbico podría tener una influencia más directa sobre la pérdida de peso y podría mejorar factores de morbilidad como la hipertensión o la resistencia vascular. Este ha sido un acercamiento ampliamente utilizado para el tratamiento de la obesidad y de

la sarcopenia debido a la baja ratio riesgo/beneficio. Habitualmente, las actividades con el peso corporal imitan mejor las actividades diarias que otros modos de ejercicio, por lo que permiten crear programas de entrenamiento más “funcionales”.

SUMARIO La OS es un fenómeno cuya prevalencia está incrementando y tiene ramificaciones directas sobre la calidad de vida y la longevidad. Pese a que el diagnóstico clínico de la OS requiere de instrumentación que no suele estar disponible para los profesionales del ejercicio, el control de la OS puede estar basado en medidas funcionales como la fuerza muscular, que son fáciles de medir, y suelen ser mejores predictores del estado de salud. La etiología de la sarcopenia y de la obesidad es complicada, y ambas condiciones pueden combinarse dando lugar a la OS. Posteriormente, el tratamiento de la OS es más complicado que el tratamiento de lao obesidad o de la sarcopenia por separado. Las intervenciones en el estilo de vida (modificaciones dietéticas y programas de entrenamiento) modifican positivamente ambas condiciones y deben constituir el eje central del tratamiento de la OS.


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OBESIDAD SARCOPÉNICA: ANTECEDENTES Y ESTRATEGIAS DE ENTRENAMIENTO Doug Hershberger, MS, CSCS, USAW and Lance Bollinger, PhD, CSCS Department of Kinesiology and Health Promotion, University of Kentucky, Lexington, Kentucky

Artículo original: “Sarcopenic Obesity: Background and exercise training strategies”. Strength Cond J 37(5):78-83, 2015

RESUMEN La obesidad sarcopénica (OS), la combinación de obesidad y la atrofia muscular relacionada con la edad, presenta numerosos desafíos para los profesionales del ejercicio (PEs). Las intervenciones en el estilo de vida, incluyendo los programas de ejercicio y las modificaciones en la dieta, pueden mejorar la calidad de vida, el rendimiento en las actividades de la vida diaria, y la longevidad de las personas que la padecen. En el presente estudio, proporcionamos una discusión detallada de cómo los PEs pueden evaluar o monitorizar la SO, así como estrategias para diseñar programas de ejercicio para este colectivo.

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INTRODUCCIÓN La obesidad sarcopénica (OS), la concurrencia de atrofia muscular relacionada con la edad (sarcopenia) y exceso de tejido adiposo (obesidad), disminuye la calidad de vida e incrementa el riesgo de muerte (29). Afortunadamente, tanto la sarcopenia como la obesidad se pueden modificar positivamente mediante intervenciones en el estilo de vida tales como modificaciones en la dieta o programas de ejercicio (33). La OS presenta numerosas limitaciones fisiológicas, como son la debilidad, incremento del riesgo de caídas, y disminución del rendimiento cardiovascular y muscular (30). Por lo tanto, los profesionales del ejercicio (PEs) se enfrentan a un gran desafío cuando realizan evaluaciones o prescriben ejercicio para clientes con OS. El artículo anterior (incluido también en este ejemplar de la revista), discute sobre la etiología de la OS y sobre los mecanismos por lo que un programa de ejercicio puede mejorar esta condición. En el presente trabajo, nos centramos en proporcionar estrategias que ayuden a los PEs a identificar y superar obstáculos relativos a la evaluación y entrenamiento de clientes con OS.

EVALUACIÓN DE LA OBESIDAD SARCOPÉNICA Por definición la OS afecta a personas mayores de 65 años que padecen tanto obesidad como pérdida de masa muscular o debilidad (18). Actualmente, no hay una definición clínica para la OS; sin embargo, mediante la evaluación de la composición corporal y de la función muscular, los EPs pueden reconocer rápidamente la OS y actuar en consecuencia. Pese a que muchas medidas de campo, como los pliegues cutáneos, proporcionan una estimación de la masa magra y grasa, debe tenerse en cuenta

que estas técnicas pueden ser muy imprecisas para clientes obesos (21). El índice de masa corporal (kg/ m2) se utiliza a menudo para evaluar a la obesidad, pero no proporciona información sobre la composición corporal o la distribución de la grasa. Por tanto, las medidas de perímetros, como el de la cadera, proporcionan más información que los pliegues cutáneos o el índice de masa corporal (IMC) cuando se pretende determinar la disposición de la grasa corporal (16) y es el método más adecuado para determinar la obesidad en OS. Además de la relación elevada entre OS y el riesgo de enfermedad cardiovascular o diabetes tipo 2, la obesidad en la zona central del cuerpo está inversamente relacionada con la masa libre de grasa (5), sugiriendo que los clientes con una circunferencia elevada de cintura tienen mayor probabilidad de padecer sarcopenia. La circunferencia de cintura debería medirse en el punto más preciso entre la 12ª costilla y la cresta iliaca. Los clientes con una circunferencia de cintura elevada (hombres >102 cm y mujeres >88 cm) se consideran obesos (1). Desafortunadamente, ni el IMC ni el perímetro de cintura proporcionan una medida de la masa y función muscular. La función muscular (ej. fuerza, resistencia y potencia) es mejor predictor de la discapacidad y del riesgo de muerte que la cantidad de masa muscular por sí sola (18). En vistas de esto, el Grupo de Trabajo Europea sobre Sarcopenia (European Working Group on Sarcopenia) recomienda utilizar pruebas de función muscular como la fuerza de prensión manual y la velocidad de la marcha como criterio para el diagnóstico de la sarcopenia (8). Aunque la fuerza muscular puede variar considerablemente entre grupos, la fuerza de prensión manual isométrica se correlaciona bien con varias medidas funcionales como la fuerza de los extensores de la rodilla o la velocidad de

marcha (13). Por tanto, la fuerza de prensión manual se utiliza a menudo para evaluar la sarcopenia. Se debería considerar que los hombres con una fuerza <32 kg y las mujeres con una fuerza <18 kg padecen sarcopenia. Además de la fuerza de prensión manual, la velocidad de marcha se puede utilizar para diagnosticar la sarcopenia. Debería anotarse, que debido al elevado riesgo de caída de las personas con OS, la velocidad de marcha debería evaluarse en un recorrido preparado en vez de sobre un tapiz rodante. Se considera que los individuos con una velocidad de marcha <0.8-1.0 m/s padecen sarcopenia (8). Esta velocidad de marcha se puede extrapolar de otras pruebas de valoración de la condición física. Por ejemplo, una persona que recorra <290 m en un test de caminar durante 6 minutos, debería considerarse que tiene una velocidad de marcha reducida y, en consecuencia, sarcopenia. Pese a que los criterios descritos arriba proporcionan una base sólida para la valoración de clientes con OS, los PEs deben ser conscientes de que la SO forma parte de un continuum (Figura 1). No solamente habrá unos clientes con mayores limitaciones más severas que otros, sino que la carga fisiológica de la obesidad y el impedimento de la función muscular será también muy diferente entre clientes. Por ejemplo, un cliente con obesidad severa (IMC=45 kg/m2 y un perímetro de cintura de 132 cm), pero con sólo un ligero impedimento en la función muscular (fuerza de prensión manual de 30 kg), probablemente necesite unas recomendaciones de ejercicio que otro con OS que tenga una pobre función muscular (fuerza de prensión manual 15 kg), pese a tener una obesidad moderada (IMC=32 kg/m2 y un perímetro de cintura de 104 cm). Teniendo en cuenta el primer agravio sufrido por este segundo cliente del ejem-

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Fuerza de prensión manual (kg)

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30 Más obeso Menos sarcopenia

20

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Más obeso Más sarcopenia

50

Menos obeso Más sarcopenia

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40

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30

Índice de masa corporal (kg/m2) Figura 1. La obesidad sarcopénica debería considerarse como un continuum más que como una escala dicotómica.

plo, el objetivo del programa de entrenamiento debería centrarse en incrementar la calidad de vida mediante la mejora del rendimiento en las actividades de la vida diaria, reduciendo el riesgo o impacto de comorbilidades.

PRUEBAS DE EVALUACIÓN Se deberían seguir recomendaciones especiales cuando se evalúen programas de ejercicio para clientes con OS. Estas modificaciones son necesarias por la excesiva debilidad muscular y fatigabilidad, la menor velocidad de marcha, el mayor tamaño corporal, y la presencia de comorbilidades como osteoartritis, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular (10, 28-30). Es importante conocer que os individuos con OS son clasificados inherentemente en la estratificación de riesgos como riesgo moderado, pues por definición presentan dos factores (edad y obesidad) (1). Por lo tanto, se recomienda que estos clientes cuenten con un consentimiento de aprobación de realización de ejercicio

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físico por parte del médico correspondiente. Aun cuando no haya síntomas o signos de enfermedad evidentes, es necesario contar con este documento antes de realizar pruebas de evaluación máximas o ejercicio físico de alta intensidad (1).

Pruebas de ejercicio aeróbico Los individuos que tengan un déficit moderado de fuerza, serían aptos para realizarles una evaluación en tapiz rodante. Debido al bajo equivalente metabólico (MET) requerido al comienzo de la prueba y a los ligeros incrementos entre etapas, pruebas de tapiz como el test de Balke son frecuentemente utilizadas para clientes con bajos niveles de condición física. No obstante, este protocolo implica caminar a una velocidad de 5,3 km/h (1,5 m/s) para hombres y 4,8 km/h (1,3 m/s) para mujeres, que pueden resultar muy exigentes para clientes con una velocidad de marcha reducida. En consecuencia, recomendamos analizar la capacidad aeróbica con el test estandarizado de cami-

nar durante 6 minutos, el cual es adecuado para evaluar la capacidad aeróbica en ancianos (16). Para las personas con OS, que presenten limitaciones severas en la marcha, se recomienda realizar ejercicio submáximo y sin cargas añadidas. Billinger et al. (4) han desarrollado un test de pasos estando el sujeto recostado para personas que han sufrido un ictus que podría ser interesante para personas con OS. Durante este test, los participantes avanzan con una cadencia de 80 pasos por minuto. El test comienza con una carga inicial de 40 W y esta carga se incrementa 15 W cada 2 minutos hasta llegar a la fatiga, o hasta no ser capaz de mantener la cadencia de pasos. Es importante notar que los músculos de individuos obesos son más fatigantes que los de la población sana (14). En consecuencia, la duración de las pruebas de valoración de la condición física no debería estar condicionada por la fatiga muscular. Incluso en jóvenes sanos, el rendimiento en pruebas aeróbicas máximas disminuye con duraciones de test >10 min (37). Esto


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es aún más pronunciado en clientes con bajos niveles de fuerza. Por tanto, las pruebas de valoración de la condición aeróbica no deberían durar más de 10 minutos a menos que existan descansos.

Pruebas de ejercicios de fuerza La valoración de la aptitud muscular es de vital importancia cuando se prescribe ejercicio a personas con OS. Sin embrago, debido a la inherente debilidad muscular y fatigabilidad de los individuos con OS (14, 31), es necesario realizar algunas modificaciones. Esto es especialmente necesario si los sujetos tienen una experiencia limitada con el entrenamiento de fuerza. Pese a que los resultados de la fuerza de prensión manual pueden ser utilizados para monitorizar a clientes con OS, es importante evaluar la aptitud muscular (tanto fuerza como resistencia) de todos los principales grupos musculares independientemente, puesto que la disminución fuerza muscular difiere entre diferentes músculos (6). Evaluando sistemáticamente los principales grupos musculares, los PEs pueden identificar grupos musculares específicos que podrían limitar el rendimiento funcional y requerir un programa de entrenamiento específico. Debido a la inherente debilidad muscular de los individuos con OS, es recomendable que se utilicen máquinas frente a peso libre para la valoración de la fuerza muscular. Pese a que se puede hacer una valoración de 1 repetición máxima (RM) de forma segura en esta población, muchos individuos con OS no estarán familiarizados con el entrenamiento de fuerza y no estarán acostumbrados a realizar pruebas de esfuerzo máximo. En este caso, se recomienda reali-

zar pruebas de máximo número de repeticiones para estimar la 1 RM. Durante este test, los sujetos realizarán un ejercicio hasta el fallo muscular con una carga prefijada. El PE puede entonces estimar la 1 RM con la fórmula: 1 RM = resistencia x (1+0.025 x nº de repeticiones) (17). Otro beneficio adicional de utilizar valoraciones basadas en el máximo número de repeticiones es que se puede evaluar tanto la fuerza como la resistencia muscular en un mismo test. Por ejemplo, si un individuo realiza 8 repeticiones con 30 kg en un press banca sentado al comienzo de un periodo de entrenamiento, se podría estimar que su 1 RM son 36 kg. Si después de un periodo de entrenamiento, el mismo cliente realiza 12 repeticiones con 30 kg, su nueva 1 RM estimada será 39 kg (aproximadamente un 8% más de fuerza). Además, realizar 4 repeticiones adicionales con el mismo peso representa una mejora de la resistencia muscular en ese ejercicio del 50%. Utilizando este método, es aconsejable utilizar una carga que permita realizar un número de repeticiones entre 6 y 15, pues la precisión para estimar la 1 RM disminuye si el número de repeticiones es mayor (17).

PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO

Debido a las dificultades que pueden presentar los individuos con OS para realizar actividades de la vida diaria, se debería utilizar un test de rendimiento muscular como el Timed-Up and Go (TUG) (25). Durante este test, el cliente levantarse de una silla, caminar 3 metros, girar (generalmente alrededor de un cono), volver a la silla y sentarse de nuevo. Un tiempo superior a 14 s en este test está asociado con un riesgo de caída elevado. El rendimiento en este test permite al PE evaluar en que la debilidad muscular dificulta la función diaria y evalúa qué músculos requieren un trabajo de fuerza adicional.

Ejercicio aeróbico

Un programa de ejercicio adecuadamente programado para individuos con OS debe incluir ejercicio aeróbico y ejercicio de fuerza. El entrenamiento aeróbico puede tener un efecto pronunciado sobre el control del peso corporal (ej. Pérdida de masa grasa), pero tiene poco impacto en el incremento de la masa libre de grasa en personas ancianas (13). Contrariamente, el entrenamiento de fuerza puede tener efectos interesantes sobre la masa libre de grasa (ej. Incremento de la masa muscular) y mejorar la activación neural de los músculos y, por tanto, la fuerza de personas ancianas (7). Por tanto, el balance entre entrenamiento de fuerza y entrenamiento de resistencia en cliente con OS estará condicionado por el grado de sarcopenia y el de obesidad que presente respectivamente el sujeto. Además, según se vaya adaptando el cliente al programa de entrenamiento, el PE irá adaptando el equilibrio entre trabajo de fuerza y de resistencia en función de las necesidades del cliente. En la tabla 1 aparece un ejemplo de prescripción.

Los objetivos del entrenamiento aeróbico para individuos con OS son: (a) mejorar la deambulación durante las actividades de la vida diaria; (b) mejorar la capacidad cardiorrespiratoria; (c) controlar la comorbilidades potenciales como la enfermedad cardiovascular o metabólica; y (d) ayudar a lograr un balance calórico negativo para disminuir la adiposidad. Para acometer estas metas, es necesario que los individuos realicen de 3,5 a 5 horas de ejercicio aeróbico a la semana, incluyendo preferiblemente este tipo de ejercicio, al

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Tabla 1. Prescripción general de ejercicio para personas con obesidad sarcopénica (OS) Modo

Frecuencia

Intensidad

Duración

Ejemplos

3 d/semana

40-50% VO2máx o FCR 2-3 METs o RPE 10-12

Acumular 20-30 min/día en series 10 min

Caminar, ciclismo, máquina de step sentado

55-65% VO2máx o FCR 3-4.5 METs o RPE 11-13

45 min/d o acumular 3,5-5 h/semana

Entrenamiento aeróbico

Meta inicial

Progresión

5 d/semana

Entrenamiento de fuerza

Meta inicial

1-2 d/semana

45-55% 1 RM

1-3 ser./ejercicio; 8-15 rep/ser.

Progresión

3 d/semana

65-85% 1 RM

3-6 ser./ejercicio; 6-12 rep/serie

8-10 ejercicios en total de los principales grupos musculares

Tabla 1 . FCR=Frecuencia cardiaca de reposo; MET=Equivalente metabólico; RPE=Escala de esfuerzo percibido; RM=Repetición máxima; ser=series; rep=repeticiones. Se recomiendo que en los días en que se lleve a cabo entrenamiento concurrente, el entrenamiento de fuerza y el de resistencia estén separado por al menos 4 horas para mitigar la interferencia del ejercicio aeróbico en la hipertrofia muscular.

menos, 5 días a la semana (9). El ejercicio aeróbico debería ejecutarse a una intensidad moderada (40-59% de la frecuencia cardiaca de reserva o 3-4,5 METs), lo que reducirá la probabilidad de lesión o eventos coronarios agudos durante el ejercicio (9). Es más, parece que si el volumen total de ejercicio (minutos por semana) es similar, el ejercicio de intensidad moderada es igualmente efectivo en el manejo del peso y en la reducción de la grasa corporal que el ejercicio de alta intensidad (27). La temporización es un aspecto importante para el entrenamiento aeróbico. Está bien documentado que el modo, la duración y la frecuencia del ejercicio aeróbico

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puede perjudicar a la hipertrofia y/o ganancias de fuerza el entrenamiento de fuerza (34). El principal indicador molecular responsable de esta interferencia, la Proteín Quinasa Activada por Monofosfato de Adenina (AMPK), retorna a los niveles basales en las 4 horas siguientes a la realización de ejercicio aeróbico (3). Por tanto, para minimizar cualquier interferencia sobre la hipertrofia muscular, en caso de que se quiera realizar sesiones de resistencia y de fuerza en el mismo día, se recomienda que éstas disten entre sí, al menos, 4 horas. Alternativamente, la reducción de la frecuencia del entrenamiento aeróbico podría mitigar su interferencia sobre la hipertrofia muscular (12). De hecho, reducir la

frecuencia de entrenamiento aeróbico a 4 días por semana, permitiría a los clientes realizar otros 3 días de entrenamiento de fuerza y, entonces, minimizar la interferencia del entrenamiento concurrente.

Ejercicio de fuerza Para mejorar el rendimiento muscular en individuos con OS, es esencial incluir en sus rutinas entrenamiento de fuerza. Se pueden combinar varios modos de ejercicio, incluyendo máquinas de musculación, peso libre, bandas elásticas, y ejercicios con autocargas. La pérdida de masa muscular es la responsable de gran parte de la debilidad observada en individuos con sarcopenia. No obstante, la obesidad dismi-


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nuye las fuerza muscular relativa (fuerza/área de sección transversal) (31). Así, los individuos con OS son propensos a sufrir pérdida de masa muscular así como merma de la capacidad de producción de fuerza. Dadas estas limitaciones, el PE debería estructurar inicialmente el programa de entrenamiento de fuerza con el objetivo de generar hipertrofia muscular más allá de mejorar la fuerza o la resistencia. Este incremento de la masa muscular conllevará una mejora de la fuerza y resistencia en sí mismo. Sin embargo, el entrenamiento específico de resistencia muscular no mejora de forma apreciable la masa muscular o la fuerza (2). Para inducir hipertrofia muscular, es recomendable que los individuos con OS realicen de 3-6 series con 6-12 repeticiones a una intensidad

del 65-85% de la 1 RM estimada. Esto debería repetirse para un total de 8-10 ejercicios que se centren en los principales grupos musculares del cuerpo. El descanso entre series debería limitare a 90 s. Inicialmente, las ganancias en la fuerza y la hipertrofia podrían apreciarse con una única serie por semana (23). Para minimizar el compromiso de tiempo dedicado a la semana al entrenamiento de fuerza, los individuos podrían alternar el trabajo de miembro superior y miembro inferior. La tabla 2 muestra un ejemplo de programa de ejercicio. Para producir mayores adaptaciones en la fuerza muscular, la carga de trabajo relativa (hasta el 85-90% de 1 RM) y el tiempo de descanso (hasta 5 minutos) deberían incrementarse a la vez que se reduce el número de repeticiones por serie (2-5 repeticiones).

PROGRESIÓN DURANTE EL EJERCICIO Otro factor importante para la prescripción de ejercicio es la progresión. Para continuar con la adaptación al ejercicio, el volumen y/o la intensidad del ejercicio debería ser incrementado según vaya adaptándose el cliente al programa. Generalmente, el volumen debería incrementarse antes que la intensidad, lo cual es especialmente importante para personas con OS que no estén familiarizadas con este tipo de ejercicios. También es importante considerar el ritmo de progresión de la carga con el entrenamiento. Habitualmente se recomienda que el incremento en la carga de entrenamiento no sea superior al 10% entre semanas consecutivas. Para el ejercicio aeróbico, la carga semanal puede calcularse como la frecuen-

Tabla 2. Ejemplo de programa de entrenamiento de fuerza para personas con obesidad sarcopénica (OS) Series

Repeticiones/serie

Intensidad (% 1 RM estimado)

Peso muerto/prensa

3–4

6 – 10

70 – 80

Extensiones de rodilla

1–3

8 – 10

65 – 75

Curl de femoral

1–3

8 – 10

65 – 75

Elevaciones de talones

2–3

8 – 10

65 – 75

Press banca sentado

3–4

6 – 10

70 – 80

Remo sentado

2–3

8 – 10

65 – 75

Press de hombro con mancuernas

2–3

6 – 10

70 – 80

Curl de bíceps

1–2

8 – 12

65 – 75

Extensiones de tríceps

1–2

8 – 12

65 – 75

Ejercicio

Tabla 2 . Se recomienda que los individuos no familiarizados con el entrenamiento de fuerza comiencen con una intensidad del 55-60% estimado para 1 RM. La progresión de la carga de entrenamiento (series x repeticiones x intensidad) no debería incrementarse más de un 10% a la semana, pues podría limitar la hipertrofia muscular en este colectivo.

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cia (días por semana) multiplicado por la duración (minutos por sesión). Por ejemplo, un cliente que camine 5 días por semana durante 30 minutos, tiene una carga (o volumen) de ejercicio de 150 minutos por semana. Incrementar esta carga a 165 minutos supondría un incremento del 10%. Respecto al entrenamiento de fuerza, la carga semanal puede calcularse como la frecuencia multiplicada por el número de series y multiplicada por el número de ejercicios . Se ha observado que la obesidad afecta negativamente a la hipertrofia muscular y las ganancias de fuerza en roedores (20, 22, 26) y humanos (19). Por tanto, el PE la progresión en el entrenamiento de fuerza, en cuanto a volumen e intensidad, debería ser más lenta en individuos con OS respecto a individuos sanos. Los clientes deberían demostrar la habilidad de completar el entrenamiento prescrito en dos ocasiones consecutivas, antes de plantearse cualquier incremento de volumen o intensidad en el entrenamiento de fuerza.

MODIFICACIONES DIETÉTICAS Además del programa de entrenamiento, el tratamiento adecuado de la OS incluiría modificaciones dietéticas. La restricción calórica produce una marcada pérdida de peso pero también está asociada

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con una pérdida de masa muscular y de fuerza (33). El ejercicio por sí sólo puede inducir una ligera pérdida de peso, especialmente de tejido adiposo (24). El entrenamiento de fuerza parece prevenir la pérdida de tejido magro durante la pérdida de peso inducida por la restricción calórica (32). Es más, el ejercicio aumenta la pérdida de peso inducida por la restricción calórica (36). Pese a que se recomienda al PE que anime a los clientes con OS a disminuir la ingesta calórica, es aconsejable que el PE trabaje mano a mano con un experto en dietética. Más allá de la pérdida de peso, la intervención dietética debe ser beneficiosa para incrementar la masa muscular de los clientes con OS. Se debe prestar especial atención a la ingesta de proteínas, especialmente teniendo en cuenta que es necesaria una mayor ingesta de proteínas para estimular la síntesis proteica en ancianos (15). Pese a que muchos americanos actualmente cumplen con la ingesta diaria recomendada de proteínas (11), la ingesta en el momento adecuado en relación al entrenamiento de fuerza podría aumentar la respuesta anabólica al entrenamiento. Ingiriendo 20 g de proteína inmediatamente tras el entrenamiento de fuerza, se incrementa la síntesis proteica miofibrilar (35). En consecuencia, se recomienda que

los individuos con OS consuman una pequeña cantidad de proteínas inmediatamente tras el entrenamiento de fuerza para aumentar la hipertrofia muscular.

CONCLUSIONES El entrenamiento físico es crucial para el tratamiento de la OS. La OS presenta numerosas complicaciones para la evaluación de la condición física y para la prescripción de ejercicio. No existe una prueba de valoración o ejercicio físico que se adapta de forma general a los individuos con OS, debido a la variación individual que pueden presentar en el grado de obesidad y de debilidad muscular. No obstante, tanto el ejercicio aeróbico como el de fuerza son esenciales para una prescripción adecuada de ejercicio en individuos con OS. Determinando las necesidades individuales de un cliente con OS, el PE puede desarrollar programas de ejercicio efectivos y formar parte valiosa dentro del equipo médico que trate al cliente. De esta forma, el PE debe trabajar mano a mano con otros profesionales de la salud, como médicos o nutricionistas para mejorar la salud de clientes con OS.


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Con la llegada de la primavera...

HIIT Electroestimulación Rendimiento Nutrición Hipertrofia Fatiga Tecnología

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33. Weiss EP, Racette SB, Villareal DT, Fontana L, Steger-May K, Schechtman

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RESEÑA DEL IX SIMPOSIO INTERNACIONAL DE ACTUALIZACIONES EN ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA Agustín Meléndez Ortega Miembro del Comité Científico. Universidad Politécnica de Madrid.

Los pasados días 16 y 17 del mes de diciembre, tuvo lugar en el auditorio de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y Deportes-INEF el arriba mencionado simposio. El anuncio de la celebración de esta novena edición corroboraba el éxito de anteriores convocatorias. ¡No resulta común en nuestro país la celebración continuada de estos acontecimientos que suelen quedarse en una primera y excepcionalmente segunda convocatoria! La respuesta del número de inscripciones, cerca de 500, responde al interés despertado por la tématica y la calidad de los ponentes invitados. El libro de actas, ya disponible al recoger la documentación y colgado en la misma web del evento durante el desarrollo del mismo (http://www.congresodefuerza.com/pubs/libro-a-2016.pdf), facilitaba poder seguir el desarrollo del simposio y escoger las ponencias y comunicaciones que podrían resultar más ajustadas a los intereses particulares de los asistentes. Curiosamente, y a diferencia de lo que ocurre en muchas conferencias

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o congresos, la amplia sala de la Facultad se mantuvo bien ocupada durante la celebración de todo el simposio. Resulta complicado hacer una valoración precisa de un programa de presentaciones y comunicaciones tan apretado y, seguramente quedarán en el tintero aspectos y trabajos que merecerían ser destacados; no obstante, la elaboración de un comentario de este tipo, realizado a posteriori, hará que puedan disculparse estas omisiones, y me centraré más bien en mi impresión general subrayando algunas reflexiones y los aspectos más remarcables que vienen a mi memoria. En primer lugar, me gustaría resaltar la importancia que actualmente se está concediendo al entrenamiento de la fuerza, un hecho por cierto no completamente novedoso, ya que la fuerza muscular ha venido incluyéndose entre las cualidades físicas básicas de la condición física, y hace ya bastantes años, que comenzó a recomen-

darse y utilizarse en los programas de rehabilitación cardíaca. Pasó a cobrar gran importancia en el contexto de los programas para el mantenimiento de la salud, incluso en los programas enfocados a las personas de la tercera edad, en los que se considera fundamental para evitar las caídas y la evolución de la pérdida de la masa y la función muscular (sarcopenia). No obstante, a mi modo de ver, y como consecuencia de la interpretación restrictiva que se hace a veces de esta cualidad física, quizás sería conveniente, al menos para algunas circunstancias, considerarla como una condición muscular que puede manifestarse de diversas formas, en las cuales no siempre se cumple el criterio fuerza = masa x aceleración (f = m · a). En mi opinión, diversas comunicaciones ponen en evidencia esta necesidad o al menos se debe tener en cuenta en el entrenamiento qué objetivos se pretenden conseguir para poder “aclararnos” si los procedimientos utilizados son los apropiados para ello o no. La hipertrofia muscular puede ser inte-


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Jesús Javier Rojo González, José Antonio López Calbet, Antonio Ribero Herraiz, Pedro J Benito Peinado y Francisco José Calderón Montero.

resante, pero en un contexto amplio no debe ser el único objetivo. La forma en que se estimulan las fibras musculares o aspectos neurológicos son sin duda importantes también. Me llama la atención también la facilidad con la que se tiende a generalizar los resultados obtenidos con un pequeño grupo de voluntarios e incluso con una sola persona, o con atletas especializados que claramente presentan características específicas que los diferencian de la población común. No obstante, tengo que resaltar el hecho de que el que no se haya aclarado algún aspecto bajo el punto de vista de un investigador exigente, no significa que no pueda tener importancia práctica y los conocimientos obtenidos no puedan ser aplicados. En este sentido cabe resaltar lo interesante que resulta incluir en la presentacion de la documentación el apartado de “aplicación práctica” de los trabajos, lo que resulta muy apropiado en el contexto de este

Simposio. En relación a los ponentes internacionales invitados, comenzaré por la conferencia magistral del Dr. Brad Schoenfeld del Lehman College de la Universidad de Nueva York (EE.UU). El título de su conferencia “Manipulando las variables de entrenamiento para el crecimiento máximo del músculo”, se centró principalmente en una serie de meta-análisis de trabajos que han estudiado este tema, y en sus propias investigaciones. Prestó atención al volumen, frecuencia de entrenamiento, tempo, y duración de los intervalos de descanso. La interpretación de los datos resulta compleja debida a la interacción de los diferentes factores que intervienen en el resultado final, por lo que resulta necesario analizarlos por separado como señaló el Dr. Schoenfeld. Al comenzar su exposición, en relación al volumen señaló

la definición común del número de series x repeticiones semanal y añadió la posibilidad de incluir en el volumen la intensidad de la carga utilizada. No me quedó claro si este último aspecto, que a mi modo de ver resulta fundamental, había sido considerado en los meta-análisis. Para centrar su disertación sobre el tema aclaró el significado de la técnica de los meta-análisis, ya que con ellos al unificar una serie de estudios relativos a un tema puede confirmarse la tendencia común, si es que existe, en los estudios realizados. Según su opinion, un reciente meta-análisis de su laboratorio mostró una clara relación entre la dosis y la respuesta de hipertrofia muscular. Un mayor número de series semanales mostró una mayor hipertrofía. No obstante, señaló también que debido a la escasez de información disponible, no se podía concluir sobre un límite superior del volumen para conseguir estos resultados y la posibilidad de que

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Pedro J Benito Peinado, Brad Schoenfeld y David García López.

causasen un “sobreentrenamiento”. Al referirse a las sesiones de entrenamiento semanal, señaló cómo los datos relativos a la síntesis proteica para la recuperación muscular dura unas 48 horas, por lo que se recomienda el trabajo muscular en días alternos. Datos de un meta-análisis parecen confirmar la superioridad de utilizar, al menos, 2 sesiones semanales de entrenamiento por grupo muscular. El “tempo” de las repeticiones, señaló, no parece tener mucha importancia y suele sobrevalorarse su importancia desde el punto de vista de la hipertrofia. Señaló que el tiempo de descanso entre series afecta a la respuesta “aguda” del programa de entrenamiento. En contra de la hipótesis de que los intervalos más cortos favorecerían la hipertrofia muscular, recientes investigaciones de su grupo de trabajo, encontraron que períodos de descanso de 3 minutos

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consiguieron mayores adaptaciones que los períodos de 1 minuto. Por último, abordó la importancia de la carga como el principal estímulo para conseguir la mayor ganancia en la masa muscular. De nuevo señaló que un meta-análisis, encontró que la hipertrofia puede conseguirse con una amplia gama de cargas en los individuos desentrenados, y cómo utilizando programas de unas 30RM se consiguieron aumentos similares de la masa muscular a los que utilizaron 10RM, señalando que estas cargas pueden servir para formar masa muscular. No obstante, existe una clara tendencia a que las cargas más elevadas obtengan mejores resultados. Un gráfico que mostraba el principio del reclutamiento de las unidades motrices según el tamaño de sus neuronas enunciado por Henneman, justificaba la afirmación de que debido a las características de estimulación de las fibras musculares tipo I y II, la combinación de cargas bajas y

pesadas es mejor cuando se trata de maximizar la hipertrofia consiguiendo así aumentar el tamaño de ambos tipos de fibras musculares, y que las fibras tipo II experimentan una mayor hipertrofia. La Dra. Barbara Ainsworth, es profesora en la Escuela de Promoción de la Nutrición y la Salud en la “State University de Arizona” (Universidad Estatal de Arizona). Su conferencia versó sobre el tema “Valoración del coste energético del entrenamiento de fuerza: Aplicaciones prácticas para los entrenadores deportivos”. Resaltó la importancia que viene prestándose al entrenamiento de la fuerza en los programas de promoción de la salud y sus efectos positivos. Los valores altos de fuerza muscular se asocian con huesos más fuertes, mayor masa muscular y menor masa grasa, una presión arterial más baja en reposo, y una mayor resistencia física. También se ha encontrado mejoras en el metabolismo de la glucosa y el


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perfil de los lípidos en sangre que se asocian con una reducción del riesgo de padecer diabetes tipo 2, y una menor morbilidad y mortalidad prematura. La fuerza es una cualidad física necesaria para mejorar el rendimiento atlético, así como para tener una mejor calidad de vida cuando se envejece. Es un factor importante para evitar las caídas y mantener el equilibrio. La potencia muscular, la agilidad, el equilibrio, la velocidad de desplazamiento, y la flexibilidad, componentes fundamentales de la condición motriz, es mayor en las personas que realizan entrenamientos de la fuerza al menos dos sesiones por semana comparadas con las que no lo realizan.

res, la capacidad para poder realizar las actividades básicas de la vida diaria, asociadas con una vida independiente, depende de poder tener niveles adecuados de fuerza muscular tanto en la parte superior del tronco y sus extremidades, como en la parte inferior y las piernas. Muchas de las actividades de la vida diaria, aparentemente sencillas, requieren niveles de fuerza apropiados para poder realizarlas. Como resumen de este apartado concluyó señalando que el entrenamiento de la fuerza muscular, no solo es importante para mantener la calidad del estilo de vida, sino que es esencial para poder comprometerse en diversas actividades utilitarias y de ocio.

A continuación señaló cómo se conoce mucho sobre los protocolos para entrenar la fuerza muscular, pero se sabe poco acerca de cómo medir o determinar de forma óptima el coste energético del entrenamiento de fuerza. Hizo mención de diversas técnicas para medir o estimar el gasto energético de las actividades físicas. Señaló la posibilidad de realizarlo en habitaciones o cámaras calorimétricas, la determinación mediante el análisis de “agua doblemente marcada”, y se refirió a la calorimetría indirecta midiendo el consumo de oxígeno y aplicando un coeficiente energético para calcular la equivalencia del gasto energético. También señaló la posibilidad de realizar las estimaciones a partir de la frecuencia

En relación a las personas mayo-

Pedro J Benito Peinado, Barbara Ainsworth y Marcela González Gross.

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RECERTIFICACIÓN

Si estás certificado por NSCA Spain queremos darte la enhorabuena por formar parte de una de las comunidades de acondicionamiento físico y entrenamiento más prestigiosas del mundo. El día 31 de diciembre de 2017 finaliza el período de recertificación y vigencia de tu certificado, por ello desde NSCA Spain queremos darte toda la información necesaria para que continúes formando parte de nuestra comunidad y te mantengas actualizado con las últimas novedades del ámbito del entrenamiento y acondicionamiento físico. NSCA es el referente a nivel mundial en formaciones deportivas. A través de la educación continua adquirirás nuevos conocimientos, mejorarás tu perfil profesional y ofrecerás un servicio de mayor calidad al cliente final. Procedimiento para recertificarse: PASO 1. ¿Cómo puedo recertificarme?

Durante todo el año 2017 podrás recertificarte. Tan sólo tienes que acceder a tu perfil en nscaspain.com y clicar en el apartado recertificación. Comprueba la fecha en la que obtuviste tu certificado. En función de cuándo haya sido expedido necesitarás más o menos créditos CEU. Antes de 2015

Durante 2015

Durante 2016

1 enero a 30 junio 2017

1 julio a 31 diciembre 2017

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2

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PASO 2. ¿Qué es un crédito CEU?

CEU son las siglas de Unidad de Educación Continua (CEU) y se utilizan para desarrollar las habilidades teóricas y profesionales del alumno. Deberás obtener CEUS de al menos 2 categorías diferentes NSCA. Fecha de certificación

Categoría A Máximo requerido

Categoría B Máximo requerido

Categoría C Máximo requerido

Categoría D Máximo

Antes de 2015

5.5

4.0

5.5

3.5

Durante 2016

3.5

2.5

3.5

1.5

Durante 2016

1.5

1.0

1.5

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1 de enero de 2017 – 30 de junio de 2017

1.0

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1 de julio de 2017 – 31 de diciembre de 2017

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Los créditos CEU están divididos en 4 categorías:

Categoría A

Categoría B

Asistencia a congresos, conferencias, seminarios, talleres, simposios y webinars.

Trabajo en comités, obtención de certificaciones de la NSCA, quizzes, presentaciones, publicaciones.

Categoría C Formación de primeros auxilios/DEA, estudios de postgrado y programas Intership de NSCA (Intercambio reconocido de al menos 150 horas).

Categoría D Programas Home Study NSCA, realizar cursos relacionados con el ámbito del fitness, obtener certificación NSCA CPT o CSCS u obtener certificaciones avaladas por NSCA.

PASO 3. Notifica tus formaciones

Sube a tu perfil personal NSCA Spain (en el apartado recertificación) los certificados de todas las formaciones que hayas realizado durante el vigente período de recertificación. Toda formación relacionada con el ámbito del acondicionamiento físico y del entrenamiento están dotadas de créditos CEUs.

PASO 4.Tasas de recertificación

Una vez realizadas las actividades de las diferentes categorías que ofrece NSCA Spain y conseguidos los créditos CEUs necesarios para la recertificación, se deberán abonar las tasas de recertificación. El importe varía en función de cuándo obtuviste la certificación:

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91 598 87 10

Fecha de certificación

Tasas recertificación

Antes de 2015

65€

Durante 2016

57€

Durante 2016

48€

1 de enero de 2017 – 30 de junio de 2017

39€

1 de julio de 2017 – 31 de diciembre de 2017

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cardíaca. Concluyendo que, desde un punto de vista práctico, el mejor sistema es la calorimetría indirecta midiendo el consumo de oxígeno. Para determinar el coste energético del entrenamiento de fuerza se utilizan dos métodos de calorimetría indirecta: el basado en el consumo de oxígeno en un régimen estable [sin acumulación de lactato] y el método en un estado “no estable”. En el primero se considera únicamente el consumo de oxígeno durante los ejercicios. En el estado “no estable” se considera tanto el coste aeróbico como el anaeróbico de los ejercicios de musculación. Para el cálculo de este tipo de ejercicios, se utiliza una equivalencia en gasto energético. A este respecto mencionó la importancia de poder valorar no sólo el consumo de oxígeno durante el ejercicio, sino también el consumo de oxígeno por encima de los niveles de reposo al terminar el ejercicio (EPOC, de sus siglas en inglés). Añadiendo este componente al consumo de oxígeno durante la actividad se estimaría la equivalencia en gasto energético. También presentó los estudios de CB Scott, a quien tuvimos la ocasión de ver y escuchar en anteriores citas de este Simposio para poder calcular el componente anaeróbico. En ellos se propugna una equivalencia en relación a la acumulación de lactato que puede medirse durante la fase de recuperación. La Dra. Ainsworth, señaló cómo la estimación de los gastos energéticos de los ejercicios puede mostrar una gran variabilidad dependiendo del sistema utilizado. Añadió la definición del término MET, que definió como la razón entre la actividad metabólica y el metabolismo en reposo que generalmente se consi-

dera como un consumo de oxígeno de 3,5 mL/kg/min. Es un parámetro muy utilizado en las tablas de estimación de los gastos energéticos y concretamenta en su “Compendium de Actividades Físicas”. Tiene la virtud de que expresa fácilmente el aumento que se experimenta al realizar las actividades en relación a las condiciones de reposo. En otras ocasiones, los valores se expresan en kilocalorías o en kilojulios. Así por ejemplo, las actividades clasificadas como de baja intensidad utilizan pequeñas masas musculares con un gasto entre 3-5 kcal/min. Los ejercicios que utilizan mayores masas musculares, como por ejemplo el “squat”, se consideran de mayor intensidad ya ya requieren un gasto energético mayor entre 10-12 kcal/ min. Los valores varían bastante dependiendo del método utilizado. El método que utiliza los estados estables generalmente subestima los valores a no ser que la actividad se realice a una intensidad bastante moderada. Los valores señalados para el “squat”” se realizaron con el método en estado “no estable”. Continuando su disertación, señaló que en la práctica diaria no se dispone del equipamiento o la destreza necesaria para realizar estas valoraciones, lo que por otro lado tampoco resultaría práctico. Se dispone de una serie de recursos que recogen una relación del coste energético estimado del entrenamiento de fuerza que resulta apropiado para identificar los valores en METs y/o kcal/min para actividades específicas mencionando su obra más conocida y popular “Compendium de Actividades Físicas”*. Según aclaró, dicho compendium está codificado con varios números. Los dos primeros corresponden al encabezamiento principal, y los tres siguientes a la

actividad específica, por último en una columna aparte figura la intensidad en METs. Así por ejemplo, un código 02-050 se referiría al entrenamiento con cargas (pesos libres, Nautilius o Universal, levantamientos de potencia, “body building”, o esfuerzos vigorosos) se valoraría como un gasto energético de 6 METs, clasificado como ejercicio pesado. En el tiempo dedicado a preguntas, aclaró que el compendium no se desarrolló para determinar con precisión el gasto energético individual, sino para proporcionar un sistema de clasificación que estandarice las intensidades de las actividades en METs al utilizar encuestas en las investigaciones. Las diferencias en el gasto energético de la misma actividad pueden ser grandes y el gasto energético real puede estar cerca o no del valor promedio establecido en METs. Los ponentes nacionales presentaron diferentes aspectos del simposio. En su conferencia “Adaptaciones fisiológicas y moleculares al ejercicio de gran volumen acompañado de restricción calórica severa en seres humanos”, el Dr. Jose A López Calbet, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, partiendo del modelo clásico de equilibrio energético, presentó su trabajo de un programa de pérdida de peso combinando una restricción calórica severa (aporte de unas 1500 Kcal/día) con 4 horas diarias de marcha. Los resultados son muy prometedores. Pasó después a presentar la regulación del ejercicio, fisiológica y a nivel molecular, haciendo algunas reflexiones desde un punto de vista antropológico para interpretar la posibilidad de mejora de aspectos cognitivos y prevención del dete-

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rioro que lleva a la “demencia”. El Dr. Fernando Martín, de la Universidad de Valencia, abordó un tema más práctico “HIIT del laboratorio a la práctica” y más tarde un taller sobre aspectos prácticos de la programación de dicho tema. Su contenido versó sobre el “interval training de alta intensidad”. Señaló la oportunidad del tema que actualmente figura entre las 3 tendencias más novedosas del “fitness” según el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM, de sus siglas en inglés). En su exposición pudo apreciarse las dificultades existentes en su aplicación, ya que bajo esta denominación se incluyen una gran variedad de protocolos. Supongo que los más familiarizados con las abreviaciones de los protocolos

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no tuvieron dificultades en poder seguir la posible especificidad de sus efectos. Entre los efectos de este tipo de programa, se citan beneficios no sólo de la mejora del consumo máximo de oxígeno (VO2 max), sino que es capaz de prevenir diferentes patologías de nivel metabólico o cardiovascular. Esbozó una serie de principios que desarrollaría posteriormente en el “taller”. El Dr. Francisco J. Vera, de la Universidad Miguel Hernández de Elche, realizó un taller/conferencia. Su ponencia clara y bien estructurada sobre la “Valoración y desarrollo de la estabilidad del tronco”, combinó la explicación y aplicación práctica de los ejercicios propuestos y su progresión, mostrando la investigación realizada al respecto para

determinar las acciones musculares y su mayor o menor dificultad así como las dificultades de los sistemas de valoración postural y los sistemas biomecánicos empleados para hacerla. La temática de las mesas redondas: “La Actividad Física en Patologías Neurológicas” y “Mujer y Entrenamiento de Fuerza” parecían interesantes. Sólo pude acudir a la primera. Sin duda la excelente puesta al día de los efectos del ejercicio para reducir el riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, e incluso su utilización en el tratamiento de sus alteraciones, realizada por el Dr. Jonathan R. Ruiz de la Universidad de Granada resultó excelente y de una importancia tremenda habida cuenta del


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aumento experimentado en esta patología como consecuencia del envejecimiento de la población española. Muy interesantes también el trabajo sobre el tratamiento de la fibromialgia de la Dra. Virginia A. Aparicio de la Universidad de Granada, confirmando los efectos beneficiosos de los programas de ejercicio a pesar de no conocer las causas determinandes de esta patología. Interesante igualmente el trabajo de Claudia Eliza Patrocinio de Oliveira con personas afectadas de esclerosis múltiple. Por último, Marta Pérez Rodríguez expuso el trabajo que están llevando a cabo con personas con daño cerebral adquirido. De las comunicaciones orales o posters, cabe resaltar la variedad de los temas, aunque destacan claramente por su número los rela-

cionados con la relación existente entre la fuerza y la velocidad así como la potencia generada durante las contracciones. Diversos temas tratados fueron: la utilización de los substratos en diversas condiciones, la periodización, aspectos metodológicos, los efectos sobre el rendimiento deportivo, el ejercicio pediátrico en un ambiente intrahospitalario, efecto sobre la fatiga y otros aspectos… que nos dan idea de la gran variedad y las enormes puertas abiertas en el campo de la investigación de las diversas manifestaciones de la fuerza muscular y sus beneficios.

que generalmente se limita a ilustrarlo poniendo un par de diapositivas. En fin, todo un éxito que hace esperar con ansiedad la celebración del X Simposio.

Por último, cabe resaltar la demostración práctica de la medición del gasto energético por calorimetría indirecta que, aunque un poco apretada, resultó muy interesante por poder ver en forma directa, lo

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