N.2 Abril 2016
ENTRENAMIENTO de FUERZA y ACONDICIONAMIENTO la sentadilla
valoraciรณn de los FACTORES que limitan el rendimiento
ANร LISIS
DE DATOS para entrenadores personales
Nยบ2 Bridging the gap between
science and application
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ÍNDICE
04CARTA DEL EDITOR 06LA SENTADILLA: UNA PROPUESTA DE VALORACIÓN DE LOS DÉFICITS FUNCIONALES Y FACTORES TÉCNICOS QUE LIMITAN EL RENDIMIENTO
35ANÁLISIS DE DATOS PARA ENTRE-
NADORES PERSONALES: USO DE EXCEL PARA ANALIZAR LA FIABILIDAD, LAS DIFERENCIAS Y LAS RELACIONES
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Editor jefe: Dr. Azael J. Herrero, CSCS, NSCA-CPT,*D Maquetador/impresión: Orybex ISSN: 2445-2890 Secretaría: NSCA Spain. Zurbano Nº83, 3º-A. 28003-Madrid 2
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Con la llegada de la primavera...
HIIT Electroestimulación Rendimiento Nutrición Hipertrofia Fatiga Tecnología
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CARTA DEL EDITOR En el mes de febrero de 1999 comenzaba el segundo semestre de mi segundo curso de la licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad de León. Una asignatura y un profesor dejaron huella en mí a partir de ese momento. La asignatura era Biomecánica, y el profesor Xavier Aguado Jódar. Xavi nos exponía de forma magistral conceptos relacionados con el análisis del movimiento y las fuerzas que lo producen, dedicando el tiempo justo a la parte teórica, pues siempre te remitía a su libro Eficacia y técnica deportiva para ampliar conceptos. Pero lo que hacía brillantes cada una de sus clases era la continua explicación de estudios científicos, muchos de ellos llevados a cabo por su grupo de investigación, en donde nos hacía ver la importancia práctica de cada concepto teórico que explicaba. Esto, junto con la pasión que transmitía cada día, hizo que muchos le considerásemos el mejor profesor que tuvimos durante la carrera. Fue en estas clases donde aprendí por primera vez la importancia de ser riguroso estableciendo los protocolos de medición, los errores que podían afectar a las mediciones o lo que implicaba que una medición fuese fiable, válida u objetiva. Una de las habilidades que debería poseer un entrenador personal es la capacidad de establecer pruebas de valoración que sean válidas y fiables para cada uno de sus clientes o deportistas. El almacenamiento de todos estos datos que extraigamos de las valoraciones debe hacerse de manera informatizada, a ser posible en hojas de cálculo. Me consta que muchos de los entrenadores certificados por la NSCA llevan a cabo estos registros, pero no todos saben cómo explotar y utilizar semejante cantidad de información. Por este motivo, me ha parecido muy apropiado incluir en este segundo número de Entrenamiento de Fuerza y Acondicionamiento un artículo sencillo y aplicable sobre cómo analizar la fiabilidad de nuestras mediciones, cómo determinar si las modificaciones en el rendimiento son significativas, cómo cuantificar los cambios producidos y cómo establecer relaciones entre pruebas de valoración. Hoy en día, en un grado universitario como lo es Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, carece de sentido que en la asignatura de Estadística se profundice sobre conceptos teóricos o fórmulas, que no se impartan casi todas las clases con programas informáticos delante, o que no se pongan ejemplos aplicados de cada procedimiento explicado. Como profesor de Estadística que soy, e intentando emular a los grandes profesores que tuve, profundizo lo justo en los contenidos teóricos y paso la mayor parte de las clases enseñando a los alumnos a organizar, representar, sintetizar y analizar datos de diferentes investigaciones, muchas de ellas llevadas a cabo por mi propio grupo de investigación. No sé si conseguiré transmitir el mismo entusiasmo que me transmitieron como estudiante, pero sí puedo asegurar que disfruto enormemente con cada clase que imparto. Ojalá todos tuviésemos la oportunidad de dar las gracias a esos grandes profesores que tuvimos, que nos marcaron y que contribuyeron a nuestro crecimiento personal y profesional.
Dr. Azael J. Herrero, CSCS, NSCA-CPT,*D Editor Jefe de “Entrenamiento de Fuerza y Acondicionamiento”
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LA SENTADILLA: UNA PROPUESTA DE VALORACIÓN DE LOS DÉFICITS FUNCIONALES Y FACTORES TÉCNICOS QUE LIMITAN EL RENDIMIENTO Gregory D. Myer, PhD, CSCS*D,1,2,3,4 Adam M. Kushner, BS, CSCS,1 Jensen L. Brent, BS, CSCS,5 Brad J. Schoenfeld, PhD, CSCS, FNSCA,6 Jason Hugentobler, PT, DPT, CSCS,1,7 Rhodri S. Lloyd, PhD, CSCS*D,8 Al Vermeil, MS, RSCC*E,9,10 Donald A. Chu, PhD, PT, ATC, CSCS, FNSCA,10,11,12 Jason Harbin, MS,13 and Stuart M. McGill, PhD14 1Division of Sports Medicine, Cincinnati Children’s Hospital Medical Center, Cincinnati, Ohio; 2Department of Pediatrics and Orthopaedic Surgery, University of Cincinnati, Cincinnati, Ohio; 3Sports Health & Performance Institute, The Ohio State University, Columbus, Ohio; 4The Micheli Center for Sports Injury Prevention, Waltham, Massachusetts; 5The Academy of Sports Performance, Cincinnati, Ohio; 6Department of Health Sciences, CUNY Lehman College, Bronx, New York; 7Division of Occupational Therapy and Physical Therapy, Cincinnati Children’s Hospital Medical Center, Cincinnati, Ohio; 8Cardiff School of Sport, Cardiff Metropolitan University, Cardiff, Wales, United Kingdom; 9Titleist Performance Institute, Oceanside, California; 10Athercare Fitness and Rehabilitation Clinic, Alameda, California; 11Rocky Mountain University of Health Professions, Provo, Utah; 12Ohlone College, Newark, California; 13BEAT Personal Training, Cincinnati, Ohio; and 14Department of Kinesiology, University of Waterloo, Waterloo, Ontario
Artículo original: “The back squat: A proposed assessment of functional deficits and technical factors that limit performance”. Strength and Conditioning Journal. 36(6): 4-27. 2014
RESUMEN La buena ejecución técnica de los movimientos fundamentales es esencial para la realización de ejercicio físico y para reducir el riesgo de lesión, elementos clave en la promoción de la salud. El patrón de movimiento de la sentadilla es, sin duda, uno de los movimientos fundamentales más críticos para mejorar el rendimiento deportivo, para reducir el riesgo de lesión, y para dar apoyo permanente a la práctica de la actividad física. Basado en evidencias actuales, este primer informe (1/2) desgrana la técnica de la sentadilla y presenta una herramienta dinámica de valoración/evaluación que incorpora técnicas que permiten identificar las deficiencias funcionales más conocidas. El informe de seguimiento señalará la metodología correctiva específica para cada uno de los déficits funcionales.
Realizar con una técnica adecuada los movimientos fundamentales es esencial para la realización de actividad física y para mitigar el riesgo
PALABRAS CLAVE: identificación de déficit funcional, prevención de lesiones, actividad física, herramienta de control, rendimiento deportico, sentadilla.
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de lesión, dos elementos clave en la salud a lo largo de la vida (25). Los jóvenes, por ejemplo, sin un dominio adecuado de las habilidades motoras en los primeros años del desarrollo, pueden experimentar un mayor riesgo de lesión relacionada
con el deporte durante la adolescencia y en la edad adulta (11, 32, 34). Así, el desarrollo de competencias para los movimientos fundamentales deber ser visto como un componente esencial en el entrenamiento preparatorio antes de
Nota: por motivos de operatividad, se ha traducido “back squat” como “sentadilla”. De esta manera, el lector debe tener en cuenta que todo el artículo se refiere a la sentadilla con la barra colocada en la parte superior de la espalda y posterior del cuello.
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realizar ejercicio intenso, y deporte competitivo organizado. Algunos patrones fundamentales de movimiento incluyen correr, lanzar, lanzarse y realizar sentadillas (25). Estos movimientos fundamentales tienen una implicación directa a nivel biomecánico y neuromuscular para garantizar un rendimiento correcto en tareas dinámicas inherentes a muchos deportes populares y actividades físicas en las cuales participan jóvenes y adolescentes (24, 35). La competencia en el movimiento, como principio, se extiende a través de la edad adulta para aquellos en los que disfrutar de una vida independiente se basa en su capacidad para mantener la fuerza y la movilidad con el fin de evitar lesiones como las caídas (44). El patrón de movimiento que implica la sentadilla es común a actividades esenciales de la vida diaria, tales como sentarse, levantar cargas y la mayoría de actividades deportivas. Es también un ejercicio común en regímenes de entrenamiento diseñados para aumentar el rendimiento y reducir las lesiones (30-32). A pesar de las variaciones en lo que respecta a cómo la sentadilla es enseñada y ejecutada
en función del objetivo específico, casi todas las variaciones comprenden una parte estándar, básica y fundamental que resalta la biomecánica que permitirá la progresiva mejora y la disminución de lesiones asociadas al entrenamiento (3). Además, la sentadilla sin carga ha sido propuesta como un ejercicio que puede ser utilizado como herramienta de valoración útil en la detección de déficits biomecánicos que entorpecen patrones de movimiento óptimos, lo que compromete el rendimiento y la resistencia a la lesión (20). En particular, la sentadilla puede ser utilizada para valorar el control neuromuscular, la fuerza, la estabilidad y la movilidad en una cadena cinética (1, 4,10, 31, 39, 42). El propósito de este análisis es desgranar la ejecución técnica y la evidencia relacionada con la sentadilla, como un ejercicio básico de entrenamiento y una herramienta dinámica de control. Especialmente, se pretende describir déficits funcionales comunes que son detectados durante su ejecución y que aumentan el riesgo de lesión durante el entrenamiento y el deporte dinámico. Serán identificados déficits y mecanismos lesio-
nales junto con variaciones anatómicas que influyen en la cinemática y cinética de la sentadilla. En el siguiente texto, se pretende presentar de forma detallada ejercicios de entrenamiento que son esenciales y técnicas para corregir ciertos déficits biomecánicos (parte II), los cuales son vitales para mejorar las habilidades y competencias en la técnica de ejecución de la sentadilla (22). Adquirir esta competencia es la base para que sujetos jóvenes puedan participar en sesiones progresivas de entrenamiento que mejoren su ejecución y su resistencia a la lesión, pero también para que sujetos adultos vivan con autonomía y seguridad (25).
EL EJERCICIO DE SENTADILLA La sentadilla está ampliamente considerada como uno de los ejercicios más efectivos, usado para aumentar el rendimiento porque requiere de la interacción coordinada de un gran número de grupos musculares y fortalece las necesidades primarias de movimiento para soportar movimientos explosivos del deporte, como son saltos, carreras y levantamientos (7). Es más, la capacidad de ejecutar una sentadilla
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puede transferirse a movimientos y acciones de la vida diaria, como pueden ser levantamiento y desplazamiento de objetos pesados, lo que se relaciona con una mejora en la calidad de vida (43). La sentadilla se ha convertido en un recurso muy común en el ámbito clínico para fortalecer la musculatura de la extremidad inferior (especialmente la fuerza de la cadena posterior y el patrón de reclutamiento) con poco o ningún daño en el tejido conectivo después de una lesión articular (7, 43). Especialmente, se utiliza comúnmente en ejercicios de cadena cinética cerrada durante procesos de rehabilitación para evitar una excesiva presión que tiene lugar en el ligamento cruzado anterior, haciendo de la sentadilla un ejercicio muy recomendable para su rehabilitación (7, 17, 37, 43). Es altamente recomendable que un sujeto sea capaz inicialmente de demostrar una eficiencia durante el ejercicio de sentadilla con el propio peso antes de avanzar a otras variaciones más intensas derivadas de ella, como una sentadilla con carga externa o entrenamiento pliométrico.
Figura 1
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El ejercicio de sentadilla se prescribe a menudo con una posición inicial en donde los pies se encuentran apoyados en el suelo, las rodillas y las caderas extendidas en una posición anatómica neutra, y la columna en posición erguida con la preservación de sus curvas naturales (7,43,45). El movimiento comienza con la fase de descenso en donde las caderas, rodillas y tobillos se flexionan al mismo tiempo. Una instrucción común es descender hasta que la parte superior del muslo se encuentre al menos paralela con el suelo, y la articulación de la cadera esté al nivel o ligeramente por debajo de la articulación de la rodilla (Figura 1) (3,43). La fase ascendente se logra principalmente a través de la triple extensión de caderas, rodillas y tobillos, hasta que el sujeto vuelve a la posición inicial (3). Los músculos posteriores del torso, en particular el erector de la columna, son reclutados isométricamente para favorecer una postura erguida durante todo el movimiento de la sentadilla. Además, los músculos posteriores del torso son asistidos por la parte anterior y lateral, para dar una mayor rigidez a partir de la tensión de la pared abdominal. Antes del inicio de la fase de
descenso, se recomienda al sujeto inhalar aproximadamente el 80% del volumen equivalente a una inhalación máxima, manteniendo la respiración para aumentar la presión intra-abdominal con el fin de estabilizar la columna vertebral (es decir, la maniobra de Valsalva) (nota: esta cantidad de aire puede cambiar en función de la magnitud de la carga). Esta técnica prepara a la columna vertebral, una varilla flexible, a la hora de soportar la compresión que va a generar la carga. La maniobra de Valsalva también establece “rigidez proximal”, que permite una mayor aplicación de potencia en hombros y cadera, mejorando la producción de fuerza y velocidad.
IDENTIFICACIÓN DE DÉFICITS BIOMECÁNICOS DURANTE LA SENTADILLA El movimiento básico de la sentadilla es considerado por muchos profesionales como un ejercicio de evaluación primario, porque es un único movimiento, compuesto, altamente sensible para poner de manifiesto deficiencias biomecáni-
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cas (12,13,33,42). Los déficits identificados durante la sentadilla que pueden perjudicar el rendimiento pueden ser categorizados como coordinaciones o reclutamientos ineficientes de unidades motoras (neuromuscular), debilidad muscular, asimetría de la fuerza o la inestabilidad de la articulación (fuerza), y/o inmovilidad articular o rigidez muscular (movilidad) (43). Es importante identificar las limitaciones biomecánicas y anatómicas que subyacen a la mayoría de los movimientos erróneos para aminorar el déficit identificado a través de una adecuada y eficaz estrategia correctiva específica (parte 2) (12,13,33,42). Con el uso de la herramienta propuesta Valoración de la Sentadilla (BSA, según sus siglas en inglés) (Tabla 1), un practicante puede ser capaz de identificar de manera más eficiente y objetiva el déficit responsable de las limitaciones funcionales durante la ejecución sentadilla, y guiar con ejercicios correctivos, progresivos y específicos.
LA VALORACIÓN DE LA SENTADILLA Los autores de este artículo desarrollaron la herramienta de valoración BSA (Tabla 1) para ayudar a los profesionales en la identificación sistemática de los déficits funcionales específicos con el fin de dar una orientación objetiva a la hora de realizar una intervención correctiva. Los autores proponen que las alteraciones del movimiento o déficits observados mediante la herramienta BSA sugieren si un individuo puede tener un riesgo de lesión elevado o un rendimiento físico por debajo del nivel óptimo (4). Además, la BSA es una herramienta versátil que proporciona un medio de evaluación alternativo, barato y sofisticado, para identificar deficiencias biomecánicas. Son diez los criterios aportados para ser puntuados en la BSA,
subdivididos en 3 dominios completos: área superior, área inferior, y mecánica de movimiento (Tabla 1). Los 3 dominios están integrados en la BSA para mejorar la evaluación sistemática de la sentadilla. Puede ser difícil puntuar los 10 criterios de la BSA al mismo tiempo durante una valoración a tiempo real. La categorización de criterios similares en 3 dominios ofrece al profesional una guía estratégica para centrar la atención en puntuar 1 dominio cada vez. El dominio de la parte superior hace hincapié en la estabilidad y la postura de la cabeza, el tórax y el tronco. El dominio de la parte inferior evalúa las posiciones conjuntas de cadera, rodillas y tobillos durante la sentadilla. Por último, los criterios establecidos en el dominio de la mecánica del movimiento evalúan los patrones de ritmo, coordinación y reclutamiento de la sentadilla. Los 10 criterios de los 3 dominios pueden ser evaluados de forma individual para detectar déficits neuromusculares, de fuerza y de movilidad, tal y como se indica en la hoja de puntuación BSA (Tabla 1). Para iniciar la evaluación, el sujeto debe realizar 10 repeticiones de sentadilla. El BSA requiere un análisis desde una perspectiva anterior, posterior y lateral; así, puede ser interesante grabar en vídeo al sujeto realizando el BSA desde las 3 perspectivas, con el fin de facilitar una evaluación más precisa y completa. Los criterios se escriben en forma afirmativa y cada uno deber ser analizado y puntuado de manera independientemente con respecto a los otros. Si un solo criterio no se ajusta al standard, se debe marcar el déficit observado. A continuación, el profesional debe indicar si considera que el déficit está relacionado con una limitación neuromuscular, de fuerza o de la movilidad, marcando la categoría respectiva para guiar en los ejercicios específicos correctivos (parte 2). Si no está
seguro, marque todas las categorías que apuntan a una técnica inadecuada. Una puntuación perfecta de 0, indica 10 repeticiones de sentadillas sin ninguna deficiencia. Se debe marcar un déficit si el individuo no logra demostrar la técnica adecuada según un criterio, a la perfección, durante 2 o más repeticiones. Se proporciona espacio adicional para los comentarios en la hoja de valoración, que puede ser útil para que el profesional realice anotaciones complementarias con el fin de orientar una intervención específica correcta. El sujeto debe ser derivado a un profesional de la salud si refiere algún dolor o molestia durante cualquiera de las fases de la evaluación de la sentadilla.
EVALUACIÓN ESTANDARIZADA Instrucción de la sentadilla Con el propósito de maximizar la consistencia de la evaluación, el BSA se debe administrar con una estandarización de la posición de los brazos, postura e instrucción verbal.
Instrucciones para la posición de los brazos Se recomienda utilizar una barra cilíndrica de peso ligero (pica de madera, metal o plástico; aproximadamente de 3x91 cm) para colocar al sujeto con una posición adecuada de la parte superior del torso, mientras se controla la posición de los brazos. Además, el uso de una pica en la postura de sentadilla puede servir para preparar al sujeto de cara a futuras progresiones del ejercicio que incorporen una resistencia externa. Por otro lado, la acción de la pica facilita la utilización de los estabilizadores de las escápulas, esenciales para el rendimiento del tren superior durante la sentadilla.
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Tabla 1 EVALUACIÓN DE LA SENTADILLA Criterio
Descripción
Correcto
Incorrecto
Déficit
Tipo
Dominio: Parte superior Neuromuscular
1
Posición cabeza
La línea del cuello es perpendicular al suelo y la mirada va hacia el frente.
□
Fuerza Movilidad Neuromuscular
2
Posición tórax
Se saca pecho y las escápulas se colocan en retracción.
□
Fuerza Movilidad
3
Posición tronco
El tronco se coloca paralelo a la tibia mientras se mantiene la columna lumbar en ligera lordosis.
Neuromuscular □
Fuerza Movilidad
Dominio: Parte inferior Neuromuscular
4
Posición cadera
La línea de las caderas es paralela al suelo en el plano frontal durante toda la sentadilla.
□
Fuerza Movilidad Neuromuscular
5
Posición rodilla plano frontal
El borde lateral de la rodilla no sobrepasa al maléolo medial en ninguna pierna.
□
Fuerza Movilidad
6
Ángulo de progresión tibial
Las rodillas no sobrepasan excesivamente la parte anterior del pie. Las tibias están paralelas a la parte superior del torso.
Neuromuscular □
Fuerza Movilidad Neuromuscular
7
Posición pie
Toda la superficie del pie permanece en contacto con el suelo.
□
Fuerza Movilidad
Dominio: Mecánica de movimiento
8
Descenso
Utiliza la estrategia de bisagra de la cadera de forma controlada y a velocidad constante durante el descenso. El torso permanece erguido.
Neuromuscular □
Fuerza Movilidad Neuromuscular
9
Profundidad
En el punto de mayor profundidad la parte superior de los muslos es paralela al suelo.
□
Fuerza Movilidad
10
10
Ascenso
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Los hombros y las caderas se elevan a la par y a velocidad constante hasta la posición inicial. La ratio descenso:ascenso es, al menos, 2:1
Neuromuscular □
Fuerza Movilidad
Comentarios
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Los sujetos deben ser instruidos para tener un agarre de la barra en pronación, ligeramente mayor que la anchura de los hombros, y asumir una posición inicial con la barra descansando cómodamente sobre la musculatura superior de la espalda, la cual debe estar correctamente contraída. Específicamente, la barra debe ser colocada sobre ambos deltoides posteriores, justo debajo de la séptima vértebra cervical (C7). Los antebrazos deben colocarse en paralelo al torso y las muñecas deben mantenerse rectas y sin flexionarlas durante todo el movimiento (Figura 2). Se debe enseñar al sujeto a “doblar la barra” (tirar de la barra hacia el trapecio), pues esto facilita la acción de los extensores de la espalda, los hombros, los retractores de los hombros y el dorsal ancho, los cuales aportan rigidez al
Figura 2
torso, mejorando la capacidad de recuperación de lesiones y el rendimiento. Si no se dispone de una pica, el sujeto puede simular que sujeta una, con las manos abiertas por debajo del nivel de las orejas, mientras se retraen las escápulas.
Indicaciones sobre la postura El sujeto debe aprender a adoptar una posición inicial con los talones separados aproximadamente a la anchura de los hombros y los pies apuntando hacia delante o ligeramente hacia afuera, no más de 10º. En las fases iniciales de aprendizaje de la técnica, no se recomienda utilizar una posición de partida con una distancia excesiva entre los pies (rotación tibial) ya que puede limitar la utilidad de la BSA. Escamilla et
al. (8) evaluaron la cinética y cinemática de la sentadilla en 3 separaciones diferentes de pies (apertura amplia, anchura de hombros, y apertura estrecha). Una apertura amplia puede incrementar la fuerza compresiva a nivel femoro-patelar y femoro-tibial en la articulación de la rodilla hasta un 15% durante la fase de descenso (7, 9, 43). Sin embargo, una posición excesivamente estrecha puede incrementar el desplazamiento anterior de la rodilla y, por tanto, aumentar la fuerza de cizalla anterior (7, 43). Por todo ello, se recomienda una apertura moderada para esta evaluación estandarizada. La posición de los pies es importante para que la rodilla funcione como una bisagra. Cuando se trabaje el ejercicio de sentadilla, pueden estar justificadas variaciones moderadas en la disposición de los pies; no obstante, se recomienda que los sujetos no excedan los 30º de rotación interna de tobillo u 80º de rotación externa para maximizar la estabilidad y promover una alineación normal de la rótula (21, 43). Aun así, la excesiva rotación tibial dentro del movimiento de cadena cinética cerrada puede inducir potencialmente a aumentar el estrés en las estructuras estáticas de la rodilla y debería ser evitado en la mayoría de las variantes de la sentadilla.
GUIÓN PARA EJECUTAR LA EVALUACIÓN Una vez que el sujeto está adecuadamente situado con la pica y una posición apropiada, pueden darse indicaciones verbales para la BSA. Los autores recomiendan utilizar las siguientes pautas verbales estandarizadas para promover la fiabilidad entre observadores: “Por favor sitúese de pie erguido con los pies a la anchura de los hombros. Realice una sentadilla hasta que la parte alta de los muslos
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esté al menos paralelos al suelo, y después vuelva a la posición inicial. Realice 10 repeticiones continuas, con un ritmo moderado y constante o hasta que se le indique que detenga el movimiento”.
Resumen de posición inicial Posición de brazos: La pica se sujeta en una posición con los antebrazos paralelos al tronco y con la musculatura de la parte alta de la espalda contraída. Postura: Los pies se sitúan a la anchura de los hombros con los dedos apuntando hacia delante o ligeramente hacia afuera. Secuencia: “Por favor sitúese de pie erguido con los pies a la anchura de los hombros. Realice una sentadilla hasta que la parte alta de los muslos esté paralela al suelo, y después vuelva a la posición inicial. Realice 10 repeticiones continuas, con un ritmo moderado y constante o hasta que se le indique que se detenga”.
DOMINIO 1: PARTE SUPERIOR
se dispone a alcanzar un rango fisiológico de movilidad de cuello, debe recomendarse abstenerse del entrenamiento y derivarle a un profesional de la salud. Mantener la cabeza y el cuello con una alineación neutra (o con ligera extensión) con el torso es un detalle esencial para otorgar al sujeto una postura fuerte y equilibrada (6). Una incorrecta postura de cabeza o cuello puede generar posiciones impropias de columna y fallos de alineación durante el rango de movimiento (6). En teoría, la columna, a pesar de estar compuesta por muchos enlaces vertebrales, actúa como una unidad funcional. Un cambio en el alineamiento en una sección de la columna puede suponer compensaciones en otras regiones. Es más, un limitado alineamiento corporal como resultado de la incorrecta posición de la cabeza puede predisponer al sujeto a la lesión durante ejercicios de sentadilla más intensos (6, 15). Los practicantes deberían ser conscientes de que la cabeza y la dirección de la mirada (focalizar un punto) están relacionados pero son independientes. La mirada
El dominio 1 se basa en los componentes músculo-esqueléticos del tren superior que son responsables del mantenimiento del control postural durante la sentadilla.
Posición de la cabeza El cuello, como un precursor del rendimiento deportivo en el entrenamiento de jóvenes, debe demostrar rangos fisiológicos de movimiento adecuados en la flexión, extensión, rotación y flexión lateral con ausencia de daño o incomodidad. Las rotaciones de cuello e inclinaciones de cabeza pueden utilizarse como una valoración de la movilidad de cuello. Si un sujeto indica dolor o incomodidad cuando
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Figura 3
puede dirigirse manteniendo fijos los ojos mientras la cabeza se mueve, o pueden moverse los ojos conservando la cabeza fija (6). Se ha demostrado que la posición de la cabeza y la mirada influyen en la cinemática y cinética de la columna (43).
Técnica ideal Posición de la cabeza. La cabeza del sujeto debe mantenerse en una posición neutra (con ligera extensión) en relación a la columna (Figura 3). El cuello debería mantenerse en línea con el plano del torso. Mirada. La mirada debe dirigirse a un punto fijo al frente o ligeramente hacia arriba (Figura3) (6). No se recomienda que durante la fase descenso, los sujetos tiendan a dirigir la mirada hacia arriba o hacia abajo. Dirigir la mirada ligeramente hacia arriba durante la fase de ascenso podría servir de guía al sujeto para guiar el movimiento con su cabeza y su pecho en vez de elevando sus caderas durante el inicio la fase concéntrica de la sentadilla. Además, dirigir la mirada ligeramente hacia arriba durante el movimiento podría ayudar a prevenir una excesiva flexión de tronco
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hacia delante.
Supervisión Observar la posición de la cabeza del sujeto desde una perspectiva lateral. Desde esta vista se puede observar la posición del mentón y la inclinación anterior/posterior de la cabeza. La dirección de la mirada del sujeto puede evaluarse desde una perspectiva anterior.
Errores comunes Posición de la cabeza. La mayoría de los sujetos son capaces de adoptar una posición de la cabeza adecuada durante la fase inicial de la sentadilla. Una incorrecta posición del cuello puede suponer una distensión muscular o lesión en la columna cervical durante la ejecución del ejercicio. Por lo tanto, deben evitarse lo movimientos de cabeza amplios hacia delante y atrás, y movimientos laterales hacia cualquiera de los lados. Una excesiva inclinación de la cabeza hacia atrás que suponga una hiperextensión cervical extrema, puede resultar peligroso, particularmente cuando se moviliza una carga pesada (2). Una excesiva flexión cervical puede tender a incrementar la extensión de la columna lumbar, lo que aumentaría las fuerzas de compresión sobre la zona (Figura 4). Por el contrario, si la posición de la cabeza está dirigida demasiado abajo en una hiperflexión cervical, el resultado podría ser un aumento significativo de la flexión de cadera y tronco como mecanismo de compensación, lo cual no está considerado como una estrategia de movimiento óptima para la sentadilla y otras actividades deportivas, como es el placaje en fútbol americano (6). Desde una perspectiva posterior, se debe comprobar que la posición del cuello del sujeto es perpendicular a la línea del hombro y no hay inclina-
ción lateral de la cabeza en ninguna dirección. Si el sujeto es incapaz de mantener su cabeza y cuello en una posición neutra durante toda la ejecución, esta limitación podría deberse a una debilidad en la musculatura del cuello (es decir, el músculo trapecio) o a una conciencia corporal incorrecta. Mirada. La mirada se dirige demasiado alta o demasiado baja. Se ha demostrado que dirigir la mirada hacia abajo incrementa la flexión de cadera y potencialmente la flexión de torso en comparación con la dirección de la mirada hacia arriba (Figura 5). Esta posición puede suponer un aumento del momento de fuerza sobre la columna vertebral (2, 6, 43). Sin embargo, es importante disociar la mirada de la posición de la cabeza. Aunque la mirada podría dirigirse ligeramente hacia arriba, la posición de la cabeza no debe desviarse de la posición neutra. Muchos de los errores relativos a la dirección de la mirada pueden corregirse con una pauta verbal o visual.
Resumen de deficiencias en la posición de cabeza
Neuromuscular: Conciencia insatisfactoria de la posición de la cabeza y cuello a la hora de mantener una posición neutra de la cabeza durante la ejecución de la sentadilla. Disociación limitada de la dirección de la mirada y la posición de la cabeza, lo cual favorece la desviación desde una posición neutra de la cabeza. Fuerza/Estabilidad: Insuficiencia en la fuerza isométrica de la musculatura superior de la columna para mantener la cabeza en una alineación neutral durante la ejecución completa de la sentadilla. Movilidad: Insuficiencia en el rango de movimiento fisiológico de la cabeza y cuello en los 3 planos.
Posición del tórax El sujeto debe ser capaz de demostrar una adecuada estabilidad postural y un control de la parte superior del torso como técnica óptima de ejecución favoreciendo una columna rígida que no admita movimiento en ningún plano. Debe mantenerse una postura estable y erguida durante el movimiento con una parte superior de la columna
Figura 4
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Figura 5
más vertical, musculatura inferior de la columna contraída, y una posición alta de tórax, lo que supone una reducción en las fuerzas de compresión a nivel de los discos intervertebrales.
Técnica ideal Se recomienda mantener la columna torácica ligeramente extendida y firme (3). El tórax está dirigido hacia fuera y arriba para proporcionar un ángulo de torso hacia una posición más elevada (3), manteniéndose esta posición durante el movimiento completo de sentadilla. El pecho puede posicionarse hacia arriba independientemente del ángulo del tronco (criterio 3). La escápula debe mantenerse retraída y deprimida mientras la articulación glenohumeral fija una posición de relativa rotación externa, lo cual expande hacia fuera el pecho y mantiene la parte superior del torso erguida (Figura 5). Como resultado, los hombros asumirán una ligera posición de retracción. Los antebrazos del sujeto deben mantenerse paralelos a la columna vertebral y los hombros retraídos y no rotados hacia delante. Esta posición permite que los músculos de la espalda (dorsal largo, erectores espinales, trapecio, romboides) den un mayor apoyo contribuyendo a maximizar la estabilidad espinal (28). Además, la tensión de la musculatura superior de la columna
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con la retracción escapular puede favorecer en el sujeto una posición de descanso de la pica de forma más segura y confortable (28).
Supervisión Puede hacerse un análisis de la posición de la parte posterior de la columna y del tórax desde una perspectiva lateral.
Errores comunes Una posición del tórax donde el pecho no está dirigido hacia arriba y se dirige hacia el suelo supone una limitación en la técnica de sentadilla (Figura 6). Además, la ausencia de flexión o una excesiva exten-
Figura 6
sión de la columna torácica, constante o incluso esporádicamente, puede ser indicativo de estrategias de compensación a nivel biomecánico (3). Otra limitación en la parte superior del torso se debe a que la escápula está distendida o abducida (“escápula protraída”) y visualmente se evidencia teniendo los hombros rotados hacia delante. Si las indicaciones verbales o físicas para enseñar al sujeto a situar su pecho erguido o retraer los hombros no supone una mejora en la técnica, entonces el sujeto podría tener una falta de fuerza en la musculatura del torso, como es la musculatura torácica paravertebral, o una insuficiencia en la coordinación neuromuscular para realizar el ejercicio según los estándares. Una tendencia a la rotación anterior del hombro durante la sentadilla puede deberse a una debilidad postural inducida por el estilo de vida (como puede ser síndrome cruzado superior, que resulta de la rotación interna de hombro provocada por un acortamiento excesivo o tensión en la musculatura pectoral).
Resumen de deficiencias en la posición torácica
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· Máster Universitario en Dirección y Gestión de Entidades Deportivas · Máster en Psicologia y Coaching Deportivo N U E VO · Máster Universitario en Nutrición en la Actividad Física y Deporte · Máster Universitario en Fisioterapia en el Deporte
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ppemartin@ucam.edu
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Figura 7
eventuales de sentadilla con carga a la vez que reduce el riesgo de lesión. En resumen, el sujeto debe demostrar la capacidad de mantener un torso estable con una posición neutra y lordótica como una estrategia segura y óptima para la sentadilla.
Técnica ideal
Neuromuscular: El pecho bajo o la falta de retracción escapular durante la sentadilla. Dificultad de disociación entre la posición de la zona torácica y lumbar. Fuerza/Estabilidad: Incapacidad de mantener una posición elevada del pecho, la cual puede deberse a la debilidad de los músculos erectores espinales, trapecio y romboides. Movilidad: Tensión excesiva de pecho, potenciada por el síndrome cruzado superior, lo cual dificulta la capacidad para abrir el pecho y retraer la escápula.
Posición del tronco La estabilidad y control del tronco dependen de la musculatura inferior de la columna, oblicuos, paravertebrales lumbares, cuadrado lumbar y abdominales. El Core (musculatura central) es un modulador crítico del alineamiento y carga de la extremidad inferior durante la sentadilla (33). Los estabilizadores del tronco y la cadera pueden actuar para compensar un movimiento no deseado del tronco y regular la posición de los miembros inferiores durante la sentadilla (33). La disminución de la estabili-
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dad del Core y las sinergias musculares del tronco y estabilizadores de cadera afectan negativamente a la ejecución en acciones explosivas y puede aumentar la incidencia de lesiones debido a una falta de control del centro de masas (14, 33). El ejercicio de sentadilla puede ayudar a inducir mejoras mecánicas en la estabilidad del tronco durante acciones dinámicas. La estabilidad durante la sentadilla mejora debido a la rigidez de toda la musculatura que rodea la columna lumbar. El fallo en la rigidez de la musculatura lumbar, combinado con una mecánica de levantamiento pobre, incrementa la sobrecarga potencial de la columna y del tejido posterior hasta el punto de lesión, especialmente cuando se repite en el tiempo (27, 29). Una posición lumbar más vertical incrementa la carga sobre las extremidades inferiores, lo que supone una reducción del estrés lumbar. Algunos descartan la necesidad de mantener la curvatura neutral de la columna lumbar durante la sentadilla. Sin embargo, el problema es que la columna pierde la capacidad de soportar carga cuando se pierde la curvatura neutra de la columna lumbar, lo cual evita progresiones
Las vértebras lumbares son mantenidas con un alineamiento neutral durante el movimiento completo de sentadilla (28). Esto supone mantener una ligera lordosis en la región lumbar mientras se mantiene el abdomen contraído y rígido para promover la estabilidad (Figura 7). El tronco debería permanecer erguido durante la sentadilla para minimizar las fuerzas compresivas en la región lumbar asociadas a la inclinación hacia delante (28). Además, el tronco debería permanecer estable durante toda la ejecución sin que se observe ningún tipo de temblor ni desplazamiento. Una pauta general para asegurar una adecuada postura de la sentadilla, es la de exigir que se mantenga la línea del tronco paralela a la línea de las tibias desde una vista lateral. Sin embargo, esta pauta también requiere una correcta posición de pies y rodillas.
Supervisión La observación del ángulo entre la columna lumbar y el tronco puede hacerse desde una perspectiva lateral.
Errores comunes Para la musculatura del tronco es poco aconsejable adoptar una posición relajada y permitir que el tronco caiga hacia abajo en una flexión excesiva (Figura 8). Esta
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Figura 8
ejecute la sentadilla con una pica como única carga externa permitirá al entrenador estimar cuándo el sujeto presenta patrones de movimientos que incluyan una excesiva inclinación anterior o posterior de la pelvis. Si el sujeto es incapaz de mantener la ligera lordosis lumbar y de mantener el ángulo paralelo del tronco con las tibias, deberían realizarse acciones específicas de corrección (parte 2).
Resumen de deficiencias en la posición del tronco Neuromuscular: Flexión de la columna y/o postura cifótica excesiva durante la sentadilla. musculatura confiere estabilidad y flexibilidad a la columna vertebral para poder soportar la carga, por lo que estos músculos deben estar contraídos. Una causa frecuente del incremento de flexión del tronco durante la sentadilla se debe a la debilidad a nivel de la musculatura torácica, paravertebral lumbar (erector espinal) y paraescapular, que mantenga las escápulas retraídas y deprimidas y reduzca la tensión en la fascia toracolumbar. Además, restringir el desplazamiento de las rodillas durante la sentadilla puede incluso aumentar la inclinación anterior del tronco (16). Un tronco inestable y que deja de estar erguido durante la sentadilla podría indicar una debilidad general de Core. La columna debe tener una movilidad suficiente para asumir y mantener una postura con ligera actitud lordótica. De lo contrario, un sujeto puede tender a inclinarse hacia delante y aplicar una presión excesiva sobre la columna lumbar, especialmente si la cabeza también está inclinada hacia delante. La falta de movilidad de la cadera también puede afectar negativamente a preservar la actitud lordótica, lo cual puede deberse a factores genéticos, lesiones previas o
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tensión en el tejido conectivo. Si el sujeto flexiona la columna antes de alcanzar 120º de flexión de cadera durante la sentadilla, podría tener una restricción en las fibras posteriores de la cintilla iliotibial y falta de control lumbar. Observar una columna redondeada o con cifosis, debido a una relajación de la musculatura dorsal y una flexión de columna indica una limitación para el BSA (Figura 8). Si el sujeto no contrae la musculatura dorsal para mantener la posición neutra de la columna, con ligera lordosis, aumentará y potenciará el daño compresivo y la fuerza de cizalla de la columna lumbar durante ejecuciones de sentadillas más intensas (28). El riesgo de hernia discal durante la sentadilla con carga pesada aumentará cuando la columna esté flexionada como resultado de aplicar una carga excesiva en los discos intervertebrales (26, 43). El factor más crítico para corregir un déficit en la columna lumbar y el abdomen es identificar el mecanismo impulsor del fallo en la técnica ideal. Debido a la compleja naturaleza de esta área, podrían darse una combinación de uno o más mecanismos. Hacer que el sujeto
Fuerza/Estabilidad: Fuerza inadecuada del Core para mantener el torso paralelo a las tibias y la falta de contracción en la columna lumbar para generar una estabilidad en la columna. El déficit puede deberse a una debilidad en los extensores de tronco y de cadera. Movilidad: Tensión excesiva en los flexores de cadera (psoas ilíaco) y flexores de tronco (abdominales) y/o falta de movilidad a nivel lumbar.
DOMINIO 2: PARTE INFERIOR El dominio 2 aglutina las estructuras músculo-esqueléticas y posiciones de 3 de las principales articulaciones del miembro inferior durante la sentadilla.
Posición de la cadera La articulación de la cadera es una articulación sinovial (dos superficies esféricas, una cóncava y otra convexa) con capacidad de movimiento en los 3 planos. Es responsable transmitir de fuerzas entre las extremidades inferiores y la pelvis durante la sentadilla (43). La evidencia muestra que mante-
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ner la pelvis neutra durante la sentadilla incrementa la actividad de los músculos erectores espinales y oblicuos, ayudando a asegurar un soporte muscular óptimo a la columna vertebral mientras se manejan cargas, reduciendo así el riesgo de lesión en la columna lumbar (5). El glúteo mayor es el músculo más grande de la cadera. Durante la ejecución de la sentadilla, el glúteo mayor extiende el fémur y estabiliza la pelvis (43). La sentadilla puede ser un ejercicio de entrenamiento muy eficaz para promover el fortalecimiento del glúteo, lo cual es importante en deportistas donde estos músculos actúan como motores primarios en deportes dinámicos, como correr o saltar (33). Es más, sin un reclutamiento adecuado de la musculatura glútea, otros grupos musculares como puede ser el cuádriceps, tendrán que soportar mayor carga durante el ejercicio, lo cual incrementar el riesgo de desequilibrio y de lesión. Los músculos isquiotibiales (bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso)
Figura 9
tienen su origen en la pelvis y se insertan en la parte proximal de la tibia (43). Debido a que los isquiotibiales atraviesan la cadera y la rodilla, controlan los movimientos de ambas articulaciones (33). Durante la fase de descenso, los isquiotibiales dan asistencia al glúteo controlando la flexión de cadera (43). En la fase ascendente de la sentadilla, la parte distal de los isquiotibiales se contrae para extender la cadera. Los abductores de cadera, glúteo medio y glúteo menor, estabilizan al fémur durante la sentadilla. Éstos previenen a la rodilla y cadera de una rotación interna durante la fase de descenso. Además, la rotación interna del fémur puede deberse a una tensión de los aductores de cadera, músculos de la parte interna del muslo (1).
Técnica ideal El sujeto debe mantener la cadera estable y en ángulo recto, con un mínimo movimiento medio-lateral durante la sentadilla (Figura 9). La profundidad de la sentadilla debería determinarse en función de la posi-
ción de la cadera (2). La posición de los fémures debería permanecer simétrica durante todo el ejercicio (2). Se considerará óptima, si la línea de las caderas en una vista frontal transcurre paralela al suelo. El sujeto debe mantener además la pelvis en una inclinación normal/ neutra, sobre todo durante la fase descendente del movimiento. Esto es particularmente importante en la fase final del descenso.
Supervisión Las limitaciones pueden ser identificadas cuando el sujeto presenta una inclinación, descenso o rotación de uno de los lados desde una perspectiva anterior o posterior.
Errores comunes La detección de una rotación medio-lateral o inclinación unilateral que supone un movimiento asimétrico de cadera, supone una limitación en la posición de la cadera. Esta limitación se evidencia si la línea de las caderas no es paralela al suelo en un plano frontal (Figura 10). La asimetría de cadera puede deberse a una debilidad, desequilibrio muscular en el complejo glúteo, o asimetrías articulares debido a la cápsula articular o al rodete acetabular. Se ha demostrado que la falta de movilidad de cadera del sujeto produce un patrón de movimiento compensatorio que aumenta la flexión de tronco (3). Las limitaciones en la posición de cadera pueden observarse cuando una cadera se sitúa más baja que la otra en un plano frontal o cuando la barra cae hacia un lado durante la sentadilla.
Resumen de deficiencias en la posición de cadera Neuromuscular: Caderas asimétricas en el plano frontal durante la sentadilla.
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Figura 10
Fuerza/Estabilidad: Falta de fuerza o estabilidad en la musculatura de la cadera o fuerza asimétrica en las mismas. Movilidad: Falta de flexibilidad en los flexores de cadera.
Alineamiento de la rodilla en el plano frontal La tensión interna a la que está sometida la rodilla como conse-
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cuencia de la carga a vencer durante la sentadilla se genera por la acción del cuádriceps, isquiotibial y gastrocnemio (43). Las fuerzas compresivas de la articulación fermoro-tibial ayudan a soportar la carga anteroposterior de cizalla y de traslación (43). Se ha demostrado que la compresión femoro-tibial y femoro-patelar aumenta con el incremento del ángulo de la rodilla, como una función protectora de la rodilla al iniciar una co-contracción
de cuádriceps e isquiotibial (43). Es más, los ejercicios de cadena cinética cerrada como la sentadilla son un ejercicio muy apropiado para la rehabilitación después de una intervención de reconstrucción de ligamento cruzado (16). A pesar de que las fuerzas compresivas tienden a incrementar con el aumento del ángulo de rodilla, las fuerzas en el ligamento cruzado de la rodilla disminuyen en amplios ángulos de flexión (43). Por consiguiente, no hay una evidencia que apoye la polémica de que la profundidad de la sentadilla por debajo de muslos paralelos al suelo incremente el riesgo de lesión de los ligamentos cruzado y colateral o del menisco durante la flexión profunda (43). El entrenamiento con sentadilla puede mejorar la estabilidad dinámica y pasiva de la rodilla en posiciones profundas de flexión por la protección muscular activa de las estructuras pasivas durante movimientos deportivos (7, 8, 19, 39).
Técnica ideal Las rodillas deben estar alineadas con los dedos de los pies durante el movimiento de sentadilla, algo que se puede apreciar desde un plano frontal. No debería observarse desplazamiento medial o lateral de la rodilla. La proyección del borde externo de la rodilla no debería cruzar el maléolo medial cuando se evalúa el desplazamiento medial (Figura 11). Aunque lo deseable sería que la tibia estuviese alineada perpendicularmente con el suelo con desviaciones hacia posiciones laterales de la rodilla, la proyección del borde medial de la rodilla no debería sobrepasar el maléolo lateral.
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Supervisión
Figura 12
Observar un movimiento medio-lateral excesivo de la rodilla desde una perspectiva anterior (valgo de rodilla o piernas en X).
Errores comunes Un movimiento medio-lateral excesivo de la rodilla es un signo de déficit funcional. Movimientos de varo o valgo en el plano frontal pueden deberse a un control neuromuscular pobre y a la falta fuerza en la musculatura del miembro inferior, especialmente en el complejo de cadena posterior. El valgo de rodilla (o piernas en X) durante la sentadilla puede estar influenciado por una disminución en la fuerza de abductores y rotadores externos de cadera, aumento de la actividad de los aductores de cadera, y restricción en el ángulo de dorsiflexión (4). Observar un valgo en las rodillas puede deberse a una activación neuromuscular por debajo de lo normal. El valgo de rodilla activo, que es una posición de aducción de cadera y abducción de rodilla como resultado de la contracción muscular es, a menudo, una causa subyacente de detectar el valgo dinámico durante la sentadilla. Desde un punto de vista observacional, el movimiento medial de la rodilla es mucho más frecuente que el varo de rodilla (piernas en paréntesis). Sin embargo, el varo de rodilla puede darse y es a veces una estrategia de compensación utilizada en sujetos con pie plano. El objetivo es conseguir un alineamiento neutral de la rodilla y se debe instruir al sujeto para corregir las posiciones de valgo o varo durante el movimiento. El valgo de rodilla puede identificarse en una imagen frontal, observando si la proyección del borde medial de la rodilla sobrepasa el maléolo medial durante cualquier fase de la sentadilla (Figura 12).
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Resumen de deficiencias en la posición frontal de rodilla Neuromuscular: Valgo activo durante la sentadilla; el incremento de la activación de los aductores de cadera sin un control y reclutamiento adecuado de la cadena posterior, podría generar un valgo en las rodillas. Fuerza/estabilidad: Debilidad en la cadena posterior que genera a un valgo pasivo durante el movimiento de sentadilla. Movilidad: Falta de movilidad de la cadera que restringe que la rodilla evite una posición de valgo durante la sentadilla.
Ángulo de traslación de la tibia Como norma general, una traslación tibial anterior incrementada aumenta el momento de fuerza soportado por la articulación de la rodilla (16). A pesar de que este hecho ha llevado a los practicantes a evitar que las rodillas sobrepasen el nivel de los dedos, no hay evidencia que indique que existe un punto
de referencia a partir del cual incremente el riesgo de lesión durante el ejercicio de sentadilla. Más aun, el esfuerzo por restringir la traslación anterior de la tibia produce una flexión del tronco que a su vez incrementa las fuerzas soportadas por la cadera y la columna (16,23). Son aspectos esenciales para la correcta ejecución de la técnica que los pies estén con contacto continuo y completo con el suelo y que durante la fase de descenso de la sentadilla la cadera esté en anteversión (16). Una movilidad normal del pie y de la cápsula articular del tobillo, así como una adecuada mecánica articular, permiten lograr un ángulo de translación tibial adecuado durante el ejercicio.
Técnica ideal Aunque el objetivo general debe ser mantener un ángulo positivo de la espinilla respecto al suelo, es igualmente importante e influye en este objetivo la cinemática de la articulación de la cadera (16,45). Por tanto, las rodillas deben moverse libremente acorde al rango de movimiento de la cadera. El grado de desplazamiento tibial anterior variará entre los individuos en función de su antropometría, en
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Resumen de las deficiencias en el desplazamiento del ángulo de la tibia
Figura 13
Neuromuscular: Desplazamiento excesivo de la rodilla sobre los dedos de los pies aun cuando el talón está apoyado en el suelo.
particular, de la relación entre la longitud del torso y de la pierna. Como pauta general, el sujeto debe intentar igualar el ángulo de la tibia con el del tronco erguido, estando ambos paralelos, mientras mantiene los talones en el suelo (Figura 13).
Supervisión Observar el desplazamiento de la tibia desde la perspectiva lateral.
Errores comunes Los sujetos pueden manifestar tanto un desplazamiento como una limitación excesiva del ángulo de progresión de la tibia (Figura 14). Un desplazamiento excesivo de las rodillas sobre los dedos de los pies aumenta las fuerzas de cizallamiento y las fuerzas soportadas por la articulación de la rodilla (30). Por el contrario, una traslación tibial restringida durante la sentadilla incrementa la flexión del tronco, aumentando las fuerzas soportadas por la cadera y la región lumbar (16). Adoptar un ángulo óptimo de la tibia permite que el reclutamiento muscular de la extremidad inferior sea adecuado evitándose un estrés no deseado en las estructuras pasivas. Una musculatura glútea débil puede ocasionar que la carga la carga caiga excesivamente sobre
las rodillas en vez de hacerlo en una zona más próxima a la cadera (33). Igualmente, una debilidad en los gastrocnemios, el sóleo, los isquiotibiales o los cuádriceps puede ocasionar un ángulo tibial excesivo. Una movilidad reducida en gastrocnemios o sóleo a través del tendón de Aquiles, en las articulaciones del retropié o antepié o de la cadera puede afectar al ángulo de traslación tibial. Si un trabajo de estiramiento y movilidad de la musculatura de la pantorrilla no modifica el ángulo de traslación tibial, se requerirá una evaluación específica por un profesional de ciencias de la salud.
Fuerza / estabilidad: Falta de fuerza en la cadena posterior, particularmente en los glúteos, para mantener la carga en la parte trasera. Un excesivo ángulo de la tibia puede ser consecuencia de una debilidad en gemelos, sóleo, y/o isquiotibiales o de una dominancia de los cuádriceps. Movilidad: La falta de movilidad del sóleo y gastrocnemio puede ocasionar una movilidad inadecuada de la rodilla.
Posición de los pies Poseer una adecuada movilidad de tobillo permite un movimiento controlado y equilibrado durante la sentadilla. Sin embargo, los pies y la posición de los tobillos pueden estar influenciados por fuerzas de zonas proximales, por lo que estas fuerzas tienen que ser analizadas para saber si se descartan como posible causa
Figura 14
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de déficit. La capacidad del sujeto para mantener los pies estables y en contacto completo con el suelo durante la sentadilla dependerá de que el sujeto ostente una adecuada dorsi-flexion del tobillo (3).
Técnica ideal Asegúrese que los pies del sujeto están bien apoyados sobre el suelo y tienen una posición estable. Durante todo el movimiento, el sujeto deberá mantener la totalidad del pie en apoyo con el suelo (Figura 15). La proyección del centro de gravedad sobre los pies (centro de presiones) durante el ejercicio de la sentadilla, comienza en la parte del mediopié y se desplaza hacia la parte del talón y parte lateral durante el descenso. Por tanto, el centro de presiones describe una trayectoria de “L”, distribuyéndose el peso corporal en la parte lateral y de los talones hasta que el atleta completa la fase de ascenso (3). A medida que el sujeto desciende, el
Figura 15
peso corporal se desplazará hacia el talón y la parte lateral del pie, manteniéndose los dedos de los pies en contacto con el suelo para garantizar el equilibrio adecuado. Llevar una mayor parte del peso corporal hacia la parte posterior del pie, facilitará una técnica de ejecución adecuada a nivel de la cadera. En caso de llevar una mayor parte del peso corporal hacia la zona lateral del pie, se aumentará la activación de la musculatura glútea.
Supervisión Observe la posición del pie desde las perspectivas lateral, anterior y posterior para identificar cualquier aspecto que haga levantar el pie del suelo.
Errores comunes Debe evitarse posiciones de pronación o supinación así como movimientos en los que el atleta lleve en exceso los pies en rotación interna
o externa.Debe evitarse igualmente levantar los talones o los dedos de los pies del suelo en cualquier momento durante la sentadilla (Figura 15). Se ha observado que permitir que los talones se levanten del suelo crea rotaciones compensatorias en los tobillos, rodillas, cadera y la zona lumbar (3). Si los talones se despegan del suelo, el sujeto tiene una superficie y base de apoyo más pequeña, lo que puede reducir la capacidad del sujeto para realizar una sentadilla de manera equilibrada y controlada. La inversión o eversión del tobillo durante la sentadilla también es indicativo de un déficit biomecánico. Aunque el peso debe llevarse hacia la zona lateral del pie, el lado medial no debe elevarse del suelo para promover el equilibrio y la estabilidad durante el ejercicio. El calcáneo no debe colocarse en eversión respecto a la pantorrilla (20). La rigidez en la articulación del tobillo debido a una pobre dorsi-fexion puede producir una descompensación en la articulación de la rodilla y del pie (3). Estas descompensaciones pueden tener un impacto negativo en la estabilidad del pie y la rodilla, aspecto esencial para una mecánica correcta de la sentadilla. Igualmente se ha sugerido que la debilidad en la musculatura del tobillo puede generar patrones de movimiento defectuosos durante la sentadilla. La falta de fuerza en el gastrocnemio interno, tibial anterior y/o tibial posterior disminuye la capacidad del sujeto para controlar el valgo de la rodilla y la pronación en los movimientos del pie, lo que puede generar un desplazamiento medial excesivo de la rodilla y un valgo dinámico (1). Aunque el aumento de la movilidad del tobillo y, en muchos casos la movilidad de la cadera, es la forma de evitar estos déficits, algunos sujetos pueden beneficiarse inicialmente
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Figura 16
utilizando un bloque de apoyo bajo el talón para crear una plataforma estable y permitir un mayor empuje a través de los talones.
Resumen de las deficiencias en las posiciones del pie Neuromuscular: Los pies se separan del suelo no debiéndose a falta de fuerza o movilidad. Fuerza/estabilidad: Falta o asimetría de la fuerza del tobillo y/o pobre estabilidad en el tobillo y pie. Pie gira hacia ambos lados durante la sentadilla. Movilidad: Falta de la movilidad durante la dorsiflexión si los talones se separan del suelo por falta de flexibilidad en el tendón de Aquiles, sóleo y/o gastrocnemio.
DOMINIO 3: MECÁNICA DEL MOVIMIENTO El tercer dominio analiza la cinemática de la sentadilla así como las
limitaciones de los déficits funcionales para realizar una mecánica adecuada. Los patrones de la triple extensión (tobillo, rodilla y cadera) y del movimiento de flexión son inherentes a los movimientos de ciertos deportes, así como a la mecánica de los saltos y aterrizajes.
Fase de descenso Después de lograr una correcta posición inicial, el sujeto debe ser instruido para iniciar el movimiento de sentadilla con la fase de descenso. Durante el mismo, el sujeto debe mantener el control total de su velocidad y posición descendente. Debe descender flexionando la cadera, las rodillas y los tobillos en un movimiento fluido y coordinado, al mismo tiempo que el cuerpo baja de manera controlada.
Técnica ideal El descenso se inicia con el movimiento de las caderas (“movimiento de bisagra de las caderas”) mien-
tras el tronco se mantiene en una posición erguida y rígida. La flexión de cadera en el inicio del movimiento, desplaza la carga a la zona posterior, estrategia que aumenta la seguridad de las rodillas y vértebras lumbares (33). El sujeto debe llevar el peso de la carga hacia atrás, como si se sentara en una silla colocada cada vez más lejos a medida que desciende, hasta que alcance la profundidad deseada. El objetivo debe ser mantener la zona glútea lo más lejos que pueda de sus tobillos mientras mantiene el torso erguido en toda la sentadilla. La distancia vertical entre los hombros y las caderas del sujeto debe permanecer constante durante toda la bajada. El peso corporal debe ser transferido y soportado por la musculatura de la cadena posterior del sujeto, en particular isquiotibiales y glúteos, y no ha de llevarse a la parte anterior sobre las rodillas (Figura 16). El descenso de la sentadilla debe realizarse en un vector que mantenga un ángulo constante de bajada. El sujeto debe moverse a un ritmo controlado, no menos de 2:1 (descenso: ascenso) hasta una proporción de un ratio 4:1 en lo que se refiere a la velocidad del movimiento excéntrico en comparación con la fase de ascenso concéntrica.
Supervisión Observar la técnica de descenso y el tempo desde la perspectiva lateral.
Errores comunes Se debe evitar un movimiento excesivamente rápido o inestable del cuerpo durante el descenso. Además, se puede observar una incorrecta mecánica de descenso si el atleta no mantiene la velocidad y el control constantes durante toda la fase excéntrica, aspecto particularmente común en levan-
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Figura 17
tadores novatos (31). Un déficit mecánico común para los atletas es llevar el peso de la carga hacia la parte anterior de las rodillas en lugar de la parte posterior de las caderas durante el descenso (Figura 17). Un ángulo muy pronunciado de progresión tibial (criterio 6) y/o que los talones se eleven del suelo (criterio 7) pueden ocasionar este déficit. Este déficit durante el descenso puede generar fuerzas de cizallamiento excesivas en la zona anterior de la rodilla y disminuir la contracción de la musculatura de la cadena posterior. Los atletas con fuerza insuficiente en la cadena posterior (isquiotibiales y glúteos), pueden ser más propensos a no tener un control de la fase de descenso y podrían favorecer una estrategia de carga sobre la rodilla. Además, otras variaciones más exigentes de la sentadilla como los movimientos excéntricos de alta velocidad, pueden ser peligrosos si los músculos se ven obligados a estirarse demasiado en un corto período de tiempo. El entre-
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namiento y el dominio de las estrategias de descenso controladas, permiten desarrollar estrategias que reducen el riesgo de lesión en el entrenamiento.
Resumen de deficiencias en la fase de descenso Neuromuscular: La estrategia de “cargar sobre las rodillas” en vez de las de “bisagra de cadera”, una excesiva flexión de tronco, excesivo ángulo de progresión tibial y/o que los talones se despeguen del suelo. Fuerza/estabilidad: Falta de control de la fuerza excéntrica del miembro inferior, evidenciado por una falta de control general del ritmo de descenso. El sujeto parece “caerse” al comienzo de la fase de descenso. Que el tiempo de descenso no tenga una ratio de 2: 1 en relación con la fase de ascenso. Movilidad: La falta de movilidad del miembro inferior da lugar a la inclinación del tronco hacia delante.
Profundidad Realizar la sentadilla con la profundidad apropiada es un componente crítico para obtener todos los beneficios en la realización de este movimiento. Realizar la sentadilla sin la profundidad adecuada, hace que los isquiotibiales y los grupos la musculatura glútea no logren trabajar de manera óptima. Específicamente, realizar una sentadilla poco profunda puede generar una dominancia del cuádriceps, limitando el rendimiento y aumentando el riesgo de lesión (19,39). Por el contrario, el entrenamiento con una mayor profundidad puede beneficiar la transferencia a determinados gestos deportivos. Las ganancias en la técnica de ejecución y en la fuerza muscular alcanzadas con la posición profunda de la rodilla y la flexión de cadera, pueden ayudar a reducir las estrategias en las que predomina el cuádriceps que llevan a aumentar el riesgo de lesión (18, 37, 38). Como se mencionó anteriormente, no hay evidencias que
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Figura 18 el acortamiento en las cadenas musculares posteriores y de los aductores de la cadera limita aún más la capacidad del sujeto para alcanzar la profundidad adecuada.
Resumen de deficiencias en la profundidad Neuromuscular: El sujeto no logra una profundidad en la que los muslos estén paralelos al suelo.
indiquen que realizar sentadillas profundas aumente la posibilidad de lesiones en los ligamentos cruzados, ligamentos laterales o meniscos de la rodilla durante la flexión extrema (43). El ejercicio de sentadilla puede mejorar la estabilidad activa de la rodilla si se realiza correctamente y puede reducir el riesgo de lesión en el deporte en las estructuras pasivas de la rodilla (7, 8, 39).
Técnica ideal El sujeto debe alcanzar una profundidad completa con la parte superior de los muslos paralela al suelo y sin manifestar desviaciones en la rodilla, el tobillo o las caderas. La profundidad adecuada es aquella en la que los fémures están paralelos al suelo, las caderas están echadas hacia atrás (en anteversión), las tibias en posición vertical y los pies están completamente apoyados sobre el suelo (Figura 18). Esta posición permite lograr una profundidad deseada si no se tienen restricciones en los tejidos blandos, como que los muslos bloqueen la adecuada contracción del abdomen (2).
Errores comunes El error más común sobre el grado de profundidad durante la sentadilla es realizar el gesto con muy poca profundidad (Figura 19). Aunque puede suceder que la sentadilla sea demasiado profunda, por lo general eso no suele ser perjudicial para el sujeto. Si el ejecutante padece alguna patología que tenga contraindicada la sentadilla profunda, el grado adecuado de profundidad se puede lograr proporcionándole un correcto feedback. Una debilidad en la fuerza de la musculatura de la cadena posterior podría dificultar mantener la posición en el punto de máxima profundidad. Además,
Fuerza / estabilidad: El sujeto carece de fuerza isométrica en la cadena posterior para poder aguantar en el punto máximo de profundidad. Movilidad: Dificultad para lograr la profundidad adecuada debido a la rigidez de la cadena posterior y aductores de la cadera.
Fase de ascenso La fase de ascenso de la sentadilla debe seguir el mismo camino que la fase de descenso pero en la dirección inversa. El principal impulsor de la subida debe ser la musculatura de la cadera, y el peso debe mantenerse sobre los talones y las zonas laterales de los pies. El torso
Figura 19
Supervisión Observar la máxima profundidad alcanzada desde una perspectiva lateral.
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Figura 20
del atleta debe permanecer estático durante toda la fase de ascenso, al mismo tiempo que tobillos, rodillas y caderas se extienden hasta la posición inicial.
Técnica ideal El torso debe permanecer erguido durante toda la fase de ascenso. Los hombros y las caderas deben ascender al mismo ritmo y la diferencia de altura vertical de los hombros y las caderas debe permanecer constante (Figura 20). La espalda debe mantenerse en una posición rígida y tensa con los músculos contraídos y con la zona lumbar en una posición neutral, ligeramente lordótica. La estrategia a seguir debe basarse en que la musculatura de la cadera sea el principal motor del movimiento. El sujeto sólo debe espirar una vez que el ascenso se ha completado.
Supervisión Observar la técnica de ascenso y el tempo desde una perspectiva lateral.
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Errores comunes El error más común en las primeras etapas del aprendizaje de la sentadilla (por ejemplo, entrenamiento en edades tempranas) es la elevación más rápida de la cadera respecto a los hombros, lo que aumenta la flexión del tronco (Figura 21). Si las caderas se elevan demasiado rápido, la distancia vertical entre las caderas y los hombros disminuirá durante la fase inicial de ascenso (Figura 21). Este error puede poner en riesgo los tejidos blandos de la zona inferior de la espalda, riesgo que aumentará al ir incrementando la carga a vencer. La posición de la rodilla durante el ascenso también puede influir mucho en la mecánica. Si las rodillas se encuentran muy atrasadas en relación con el tronco, el sujeto se verá obligado a flexionar el torso para mantenerse en equilibrio. Si las rodillas están demasiado adelantadas, se produce un cambio agudo del equilibrio postural, lo que requiere que el sujeto cambie
su peso corporal a los dedos de los pies en lugar de a los talones. Esta estrategia influye de forma ineficiente en el movimiento de la cadera durante la fase de transición. Por lo general, los errores mecánicos durante el ascenso se deben a un patrón de reclutamiento de unidades motrices deficitario que puede ser corregido mediante un entrenamiento neuromuscular y un adecuado feedback.
Resumen de errores en la fase de ascenso Neuromuscular: Las caderas se elevan demasiado rápido en relación con los hombros durante el ascenso. La distancia vertical entre las caderas y los hombros no se mantiene constante. Fuerza/estabilidad: Debilidad en la acción muscular concéntrica de la cadena posterior y de los extensores de la cadera. Movilidad: Falta de movilidad en la zona torácica y en los flexores de
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la cadera.
CONSIDERACIONES ADICIONALES PARA LA SENTADILLA Variaciones anatómicas La forma y técnica propuestas en los 10 criterios de la BSA están considerados como un estándar ideal para todos los atletas. No obstante, es entendible que determinadas variaciones anatómicas predispongan a ciertos ejecutantes a tener desventajas para lograr las posiciones y mecánica deseadas. El factor anatómico que más influye en la sentadilla es la anatomía de la cadera junto con la ratio entre la longitud del torso y de la pierna. La forma de la articulación de la cadera determina el tipo y la incidencia de patologías en esta articulación, lo que incluyen en la profundidad lograda durante la sentadilla. Determinadas deformidades en las superficies articulares de la cadera (“deeper hip joint”) incrementan el equilibrio en bipedestación, sin embargo, no permite al fémur flexionarse lo suficiente durante una sentadilla profunda sin que
se pellizque el rodete acetabular o la cápsula articular. Esta restricción ósea anula cualquier intento de estiramiento o movilización de la articulación para conseguir una sentadilla profunda. Para evaluar este grado de restricción se puede realizar el “pelvic rock test”, para el cual se pide al sujeto que se arrodille sobre el suelo con las rodillas juntas y las manos apoyadas sobre el suelo (como si se fuesen a hacer fondos en el suelo, con las rodillas apoyadas en el suelo y con el tronco paralelo al suelo). Posteriormente la pelvis se lleva hacia los talones. El test se detiene cuando la columna lumbar comience a flexionarse perdiendo su curvatura natural. En ese punto se separan ligeramente las rodillas y se repite el test y se vuelve a registrar la evolución de la curvatura lumbar. De esta forma, se puede cuantificar la habilidad para hacer una sentadilla profunda sin comprometer la curvatura de la zona lumbar, a la vez que se identifica la anchura de separación óptima de pies y rodillas. Otras sugerencias para realizar de forma segura una sentadilla tienen
Figura 21
que ver con la carga que soporta la rodilla y si ésta puede desplazarse por delante de los dedos del pie. Esto depende de la relación entre la longitud de la pierna y la longitud del torso. Por ejemplo, un pívot de baloncesto que mida 2,10 m por lo general tiene las piernas más largas que el torso, de tal manera que al realizar una sentadilla las rodillas se desplazarán por delante de los dedos de los pies. La longitud del fémur crea una palanca larga y una carga alta sobre el tendón rotuliano. Por lo general, estos atletas realizan la sentadilla echando las caderas hacia atrás para equilibrar la carga entre las rodillas y las caderas. Por el contrario, un sujeto con un torso más largo que la pierna realiza la sentadilla con más énfasis en la movilidad de la rodilla, manteniendo la pantorrilla paralela al torso, y equilibrando la carga entre rodillas y caderas.
Integración de la sentadilla en los entrenamientos deportivos La participación en los deportes organizados no excluye a los jóvenes de desarrollar patrones de movimiento pobres o ineficientes. Los atletas que no tienen una mecánica adecuada suelen usar estrategias de movimientos compensatorios que pueden obstaculizar su desarrollo atlético y aumentar el riesgo de lesión relacionados con el deporte (4,24). En ausencia de dar un feedback durante los entrenamientos a fin de modificar los movimientos ineficientes, los atletas continuarán realizando y automatizando estas estrategias que acabarán aproximándose a movimientos típicos de la competición del deporte practicado. Los sujetos que no sean deportistas y posean una mala técnica en la realización de la sentadilla son más propensos a sufrir el mismo dolor y ver mermado su rendimiento. La senta-
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dilla es un recurso para enseñar e inculcar un patrón de movimiento funcional correcto como prestación de los cimientos para el posterior trabajo de fuerza y otrashabilidades motoras. Por ejemplo, se sugiere que el ejercicio de sentadilla refleja los patrones de movimiento de las extremidades inferiores, a menudo requeridos para tener éxito en los deportes explosivos o aquellos que someten a las extremidades inferiores a cargas externas elevadas (4). Proporcionar a los atletas de estrategias para absorber, redirigir y crear explosividad en sus movimientos de sentadilla pueden mejorar el rendimiento y disminuir el riesgo de sufrir una lesión (36,39). En términos más amplios, la preservación de la competencia para realizar una sentadilla puede prolongar la vida independiente de las personas mayores. Tener un dominio en la realización de la sentadilla con la carga por detrás (back squat) es un requisito previo para el entrenamiento de fuerza que involucre otro tipo de ejercicios de sentadilla, especialmente para los atletas jóvenes con pocos años de entrenamiento (35). Una persona debe ser capaz de mostrar una técnica perfecta en la sentadilla con la carga por detrás antes de avanzar a cualquier variación de la sentadilla, incluyendo el entrenamiento pliométrico de saltos en profundidad. Además, mediante el desarrollo de una técnica adecuada antes de utilizar resistencias externas, el atleta puede minimizar la posibilidad de adquirir estrategias compensatorias inadecuadas y disminuir el riesgo de lesión (34). Está fuera del alcance de esta revisión analizar variaciones de la sentadilla como la sentadilla de sumo o la sentadilla frontal. Sin embargo, se aconseja que los atletas no aumenten la intensidad de la sentadilla (por ejemplo, aumentando la carga) a menos que el atleta pueda demostrar una correcta ejecución. Por tanto, se debe ense-
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ñar en primer lugar la sentadilla con la carga por detrás para poder identificar posibles déficits. Sólo cuando éstos déficits se hayan corregido se podrá ir incrementando la carga a vencer. En la segunda parte de esta revisión se detallarán las estrategias correctivas para señalar los déficits funcionales específicos identificados durante la sentadilla. Cabe señalar que la sentadilla es sólo un ejercicio más recomendado para un programa de entrenamiento neuromuscular para jóvenes atletas. El entrenamiento neuromuscular integrado dirigido al desarrollo físico de los jóvenes, debe considerar una variedad de ejercicios cognitivos y ejercicios de fuerza adecuados para preparar correctamente al joven para las demandas de una actividad física de carácter moderado o intenso (34,40). Los programas de entrenamiento neuromuscular integrados para jóvenes deben ser diseñados adecuadamente para satisfacer sus necesidades y objetivos a la vez que tienen en cuenta su nivel de destreza actual (24). Es muy recomendable que profesionales cualificados que se dedican al entrenamiento neuromuscular integrado, que entienden la singularidad psicosocial de los jóvenes, contribuyan al diseño, supervisión y ejecución de programas de capacitación para los jóvenes atletas con el fin de minimizar el riesgo de lesión relacionado con el entrenamiento y promover la adquisición de una técnica adecuada de los ejercicios de entrenamiento (24,34). Los programas de formación neuromusculares integrados para los jóvenes, son más eficaces cuando se diseñan y programan de manera segura y apropiada a su edad de entrenamiento (11,34,35,41).
CONCLUSIONES La evaluación de la sentadilla sin carga pretende ser una guía para los instructores y entrenadores con el fin de identificar y corregir los
errores biomecánicos de los atletas jóvenes antes de que participen en actividades y entrenamientos más avanzados e intensos. Al enseñar y corregir la forma óptima de un movimiento funcional básico inherente a muchos deportes dinámicos populares, un atleta puede llegar a estar más preparado para las exigencias rigurosas de la actividad física. Por otra parte, al inculcar la mecánica adecuada en los jóvenes, los sujetos pueden llegar a obtener ganancias óptimas de rendimiento y reducir el riesgo de lesión. Se recomienda que los entrenadores analicen detalladamente la ejecución de la sentadilla por parte de sus clientes o atletas. Estas observaciones son imprescindibles para realizar correcciones específicas de forma individualizada. La segunda parte de esta revisión, estará enfocada al entrenamiento sobre las correcciones para las progresiones y metodología en los errores más comunes para cada criterio que se han mencionada en este artículo (22). A través de la identificación y corrección de los errores funcionales de la sentadilla con el propio peso corporal, los profesionales pueden ayudar en gran medida a los atletas jóvenes a mejorar su rendimiento y a reducir el riesgo de lesión, lo cual promoverá obtener carreras deportivas exitosas y un bienestar físico a largo plazo.
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Análisis de datos para entrenadores personales: Uso de Excel para analizar la fiabilidad, las diferencias y las relaciones Anthony Turner, MSc, CSCS*D1 Jon Brazier, MSc, CSCS,2 Chris Bishop, MSc,1 Shyam Chavda, MSc, CSCS,1 Jon Cree, MSc,1 and Paul Read, MSc, CSCS3 1Department of Science and Technology, London Sport Institute, Middlesex University, London, United Kingdom; 2Sport and Exercise Science Department, Centre of Applied Science, City and Islington College, London, United Kingdom; and 3School of Sport, Health, and Applied Sciences, St. Mary’s University College, London, United Kingdom.
Artículo original: "Data analysis for strength and conditioning coaches: using excel to analyze reliability, differences, and relationships”. Strength and Conditioning Journal. 37(1): 76-83. 2015
RESUMEN El análisis estadístico es crucial en el ámbito del entrenamiento de fuerza y del acondicionamiento. Los entrenadores deberían ser capaces de identificar si sus datos son fiables y determinar objetivamente si existen diferencias o relaciones entre ellos. Estas habilidades son esenciales para poder encontrar tendencias y asociaciones, hacer predicciones y evaluar la eficacia de los programas de entrenamiento. Este artículo revisa las pruebas estadísticas disponibles en la Hoja de Cálculo de Microsoft Excel, incluyéndose el análisis de fiabilidad (ej. a través del coeficiente de variación), el cambio mínimo relevante (ej. la diferencia significativa en los valores), los tamaños del efecto (ej. la magnitud del cambio entre los valores de rendimiento), y las relaciones (ej. correlaciones).
El análisis de datos se ocupa de las estadísticas, o más bien, de la ciencia de recopilación, análisis e interpretación objetiva de los datos (incluyendo la realización de inferencias o generalizaciones). El punto clave en este sentido, es
PALABRAS CLAVE: cambio mínimo relevante; tamaño del efecto; correlación; coeficiente de variación
la objetividad, la cual hace que los resultados obtenidos estén libres de sesgos y de la influencia del examinador. El uso de la estadística nos permite establecer tendencias y asociaciones, hacer predicciones, evaluar la eficacia de programas de entrenamiento específicos para mejorar la fuerza y el acondicionamiento, evaluar protocolos de medición, así como evaluar las características físicas de los deportistas. La estadística es pues, crucial
en el ámbito del entrenamiento, por lo que los entrenadores deben estar familiarizados con las diferentes formas en que los datos pueden ser analizados y, posteriormente, comunicar esta información a las partes implicadas (ej. otros entrenadores, deportistas, clientes, etc.).
Pretendemos presentar en este artículo varios métodos de análi-
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sis estadístico que creemos pertinentes para el ámbito del entrenamiento. Las pruebas presentadas son aquellas que pueden ser realizadas con el programa Microsoft Excel y son, por tanto, aplicables por la mayoría de los lectores. Específicamente nos centraremos en el análisis de la fiabilidad (a través del coeficiente de variación [CV]), el cambio mínimo relevante (SWC, del inglés smallest worthwhile change) (ej. la diferencia significativa en los valores), el tamaño del efecto (ES) (ej. la magnitud del cambio entre los valores de rendimiento) y las relaciones (ej. correlaciones). Aunque debería reconocerse que existen otros métodos de análisis disponibles, éstos suelen requerir de programas estadísticos específicos como el SPSS (Statistical Package for Social Sciences). En este artículo también argumentaremos sobre la aplicación de determinados procedimientos estadísticos en las baterías de pruebas de evaluación de la condición física. Sin embargo, las pruebas aquí presentadas también pueden ser aplicadas en otros escenarios. Comenzaremos hablando de los sesgos sistemáticos.
SESGOS SISTEMÁTICOS
Cuando estamos intentando evaluar la altura del salto en nuestros deportistas, es habitual dar al deportista 2 o 3 intentos para que alcance su máximo rendimiento. Como profesionales del entrenamiento y del acondicionamiento, registraremos el valor de cada intento, lo que nos permitirá valorar la fiabilidad de la medición (ver Fiabilidad más abajo). Durante los intentos, podríamos apreciar que los valores disminuyen progresivamente, quizás denotando fatiga
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Figura 1 Altura del salto con contramovimiento en tres intentos consecutivos. Nótese que los resultados son cada vez mejores. Los valores de eje vertical son centímetros.
(tiempo de descanso insuficiente entre intentos) o disminución de la motivación, o por el contrario que los valores aumentan progresivamente, quizás debido al efecto aprendizaje. Estas tendencias hacen ver la presencia de sesgos sistemáticos y deberían ser minimizadas como parte de un diseño adecuado de los protocolos de valoración. Por ejemplo, en la Figura 1, es evidente que los valores de salto con contramovimiento (CMJ) del deportista mejoran con cada intento, por lo que deberíamos argumentar que el atleta está teniendo un efecto aprendizaje o que comenzó el test “frío”; es decir, el evaluador no familiarizó al atleta con el test de valoración o hizo que el atleta no calentase adecuadamente antes del primer intento. En cualquier caso, los datos obteni-
dos son probablemente no fiables, y la inclusión de, al menos, un intento adicional sería necesaria para conocer el valor verdadero de máximo rendimiento del atleta. Por el contrario, en la Figura 2, para la valoración de índice de fuerza reactiva (RSI, del inglés reactive strength index), observamos la situación contraria. En este caso, quizás se realizó un calentamiento demasiado largo, o no se dejó un tiempo de descanso suficiente entre intentos produciendo fatiga en el atleta. Finalmente, en el ejemplo ilustrado en la Figura 3 sobre agilidad (ProA), se aprecia que 2 intentos fueron suficientes para valorar el rendimiento, pues éste disminuyó en el tercer intento, quizás como consecuencia de la fatiga o de la pérdida de motivación.
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Figura 2 Ă?ndice de fuerza reactiva a lo largo de tres intentos consecutivos. NĂłtese que los resultados son cada vez peores.
Figura 3 Valores de un test de agilidad (ProA) en tres intentos consecutivos. NĂłtese que los resultados de los dos primeros intentos son similares pero empeoran en el tercer intento. Los valores de eje vertical son segundos.
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Figura 4 Cuando se introduzcan los datos en la Excel, hay que asegurarse de añadir únicamente un sujeto por fila. Resalta la primera fila con los títulos de cada columna así como las filas con los valores medios y la desviación estándar (SD).
Por lo tanto, un buen punto de partida en la evaluación de los datos es comprobar la posible presencia de sesgos sistemáticos, haciendo que los deportistas estén bien preparados para ser evaluados. Este proceso puede ser evaluado utilizando la Excel (Figura 4). Seguir las siguientes recomendaciones debería eliminar estos problemas mencionados: •Asegúrate de que el atleta ha calentado adecuadamente (incrementar la temperatura corporal mejorará el rendimiento). •Lleva a cabo un periodo de familiarización para evitar que los datos aumenten por el efecto aprendizaje. •Deja un periodo de descanso adecuado entre intentos para asegurarte de que la fatiga no afecte negativamente a los resultados. •El evaluador la motivación
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debe mantener constante, bien
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animando verbalmente siempre o bien sin decir nada.
FIABILIDAD La fiabilidad hace alusión a la consistencia o repetitividad del resultado de una prueba o medición. Estadísticamente ha de calcularse y proporcionarse un valor de fiabilidad como parte de los resultados. Sabiendo la fiabilidad de los datos, podemos estar seguros de si éstos son suficientemente precisos. Si, por ejemplo, evalúas el tiempo de carrera de un deportista en 30 m en tres intentos, y los resultados son muy diferentes entre sí, los valores no reflejan con precisión el rendimiento y no son fiables. Por supuesto, ningún test está libre de error; la instrumentación, el evaluador, y el propio atleta pueden generarlo. Por tanto, debemos decidir cuánto error es aceptable en una medición y asumir que el valor real de mi deportista está realmente dentro del rango del valor observado ± error. Por ejemplo, si un deportista corre 30 m en 3 s y el error en el test es 0.5 s, entonces en realidad el deportista corrió 30 metros en cualquier punto entre 2.5 y 3.5 s. Si el deportista es evaluado al mes siguiente y corre 30 m en 2.6 s, ¿podríamos afirmar con certeza que ha corrido más rápido? La medida de fiabilidad que proponemos aplicar es el CV. El CV es un índice estadístico, que expresa la fiabilidad como un porcentaje de consistencia. Dado que en el ámbito del entrenamiento los deportistas típicamente llevan a cabo pocos intentos de cada prueba (2-5), el CV debe ser calcu-
Figura 5 Para calcular el coeficiente de variación (CV) de cada atleta, se utiliza la fórmula que aparece en la barra de fórmulas. Ésta calcula la desviación estándar de los tres intentos, la divide entre la media de éstos, y multiplica el resultado por 100 para tener el CV de cada atleta como porcentaje. Haz clic en la esquina inferior derecha de esta primera celda y arrastra hacia abajo para obtener el CV de todos los atletas.
lado para cada deportista y, posteriormente, promediado para el equipo (o grupo de deportistas). El cálculo del CV se muestra en la Ecuación 1 y se resume en las figuras 5 y 6. Obtener un valor de CV ≤10% denota buena fiabilidad dentro de la comunidad científica. Sin embargo, con el objetivo de interpretar los datos de la valoración del rendimiento de nuestros deportistas, los valores ≤5% son más apropiados. Aunque en la Excel podemos calcular el CV para cada atleta y así comparar la
fiabilidad entre ellos, es más habitual promediar el CV de todos los atletas, obteniendo así el CV del equipo. Este valor, el CV del equipo, es el que se suele requerir que sea ≤5%. CV = 100 · (SD/M) (Ecuación 1) Donde SD es la desviación estándar y M es la media aritmética.
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Figura 6 Tras calcular el coeficiente de variación para cada atleta, se promedian todos estos valores usando la función “Promedio” para obtener la media aritmética. El CV del CMJ es 4.9%, considerándose una fiabilidad aceptable. Por tanto, si el atleta A saltó 47.7 cm (Figura 4), su puntuación será en realidad cualquier valor entre 45.4 y 50 cm (47.7 cm X 0.049 = 2.3 cm).
CAMBIO MÍNIMO RELEVANTE (SWC) Asumiendo que los datos son fiables y libres de sesgos sistemáticos, podemos analizar el SWC, es decir, ¿cuál es el cambio más pequeño en el resultado que aceptarías como real? Por ejemplo, si
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un deportista corre 30 m en 2.1 s durante la pretemporada, y tras un periodo de entrenamiento corre 30 m en 2.0 s, podría argumentarse que este cambio es irrelevante y que está justificado por lo expuesto en los apartados anteriores. Para conocer el SWC, debemos calcular la desviación estándar (SD) entre
sujetos y multiplicarla por 0.2. En la Figura 7 se muestran los resultados de una carrera de 30 m, observándose que la SD es 0.16 s, que multiplicada por 0.2 es 0.032 s. Esto sugiere que para el atleta A, el SWC en una carrera de 30 m sería 4.5 – 0.032 = 4.468 s.
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Figura 7 La barra de fórmulas muestra la función utilizada para calcular la desviación estándar (SD) del mejor intento del test de 30m, que es 0.16 s.
No obstante, es importante tener presente la medida de fiabilidad explicada anteriormente para saber si podemos detectar con precisión este pequeño cambio. En la Figura 7, se puede ver que el CV para una carrera de 30 m es 2.4%. Para el atleta A, 4.5 X 0.024 = 0.108 s; por lo tanto, en este ejemplo, el SWC para este deportista, y para este test, cae dentro del rango de error de la medición y no sería adecuado utilizarlo. En este caso, para calcu-
lar el SWC podemos multiplicar por 0.6 o 1.2, lo que nos daría en vez del “cambio mínimo”, lo que se denomina “cambio moderado” o “gran cambio”, respectivamente (consultar Tabla 1 para magnitudes adicionales) o trabajar fuera del CV. En determinadas circunstancias, se puede utilizar el CV para calcular el cambio real y fijar los valores a alcanzar por el deportista. Dado que el CV está condicionado por los
errores que puedan surgir durante las diferentes sesiones de evaluación de los deportistas, se suele proponer multiplicar el CV por 2 para asegurarse de que los cambios producidos en el rendimiento son reales. Si el deportista está familiarizado con las pruebas de valoración, y éstas han sido administradas correctamente, sería factible observar CV ≤3%. Retomando el tiempo de carrera en 30 m del deportista A de nuevo, multiplicar por 2 el
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CV daría 2 x 2.4% = 4.8%. Por lo tanto, podríamos considerar que su rendimiento ha mejorado realmente, y no atribuir esta mejora a la variabilidad de la propia medición, si obtiene un valor de 4.5 – (4.5 x 0.048) = 4.5 – 0.216 = 4.284 s. La Figura 8 muestra cómo se puede añadir una columna en la Excel para calcular el valor objetivo para cada deportista utilizando este método. La decisión de utilizar el SWC o el doble del CV depende del entrenador; aunque el SWC puede caer dentro del error del test, doblar el CV podría suponer una meta no real si el CV es demasiado elevado (ej. El CMJ y el RSI – Figura 5). Una tercera opción podría ser fijarse en cada deportista individualmente (o crear subgrupos) dado que algunos pueden ser suficientemente consistentes entre mediciones para usar el SWC (en 0.2). Además, si hablamos de deportistas experimentados, podrían estar consiguiendo pequeñas mejoras, que quizás queden encubiertas por la variabilidad del resto de compañeros de equipo.
Figura 8 La barra de fórmulas muestra cómo calcular el cambio mínimo relevante utilizando el doble del coeficiente de variación (CV). Al mejor valor del test de 30 m del atleta se le resta entre paréntesis dos veces el CV (valor calculado en la celda N26). El símbolo $ utilizado en la celda N26 hace que esta celda permanezca fija en la fórmula, al arrastrar hacia abajo la celda M2 para calcular el valor del resto de los atletas.
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TAMAÑO DEL EFECTO (ES) Cuando intentamos cuantificar los cambios en el rendimiento de las pruebas de evaluación, la magnitud de este cambio puede reportarse de forma objetiva mediante el uso del ES. De nuevo aquí, la clave es la objetividad y eliminar cualquier sesgo subjetivo respecto a la calidad del cambio generado, pues este cambio puede condicionar futuras intervenciones. Por ejemplo, un cambio en la altura del CMJ de 46 a 49 cm podría ser considerado
como moderado o grande (Tabla 1). Este cambio puede ser cuantificado respecto a los propios compañeros de equipo o respecto a otros equipos. El ES se calcula habitualmente utilizando la d de Cohen tal y como ilustra la ecuación 2, observándose un ejemplo de ello en la Figura 9. El lector debe observar que en la Tabla 2, hay que tener en cuenta el nivel de entrenamiento de los deportistas, ya que los cambios esperados dependen de este aspecto. Además, dado que la SD se utiliza para calcular el ES, hay que asegurarse de que el grupo analizado es homogéneo,
es decir, del mismo nivel deportivo (por lo que su variabilidad en el rendimiento es reducida). De lo contrario, será necesario hacer subgrupos (ej. basados en el tiempo que se lleva entrenando), de manera similar al análisis del SWC, para que no se enmascare los cambios producidos en los deportistas de mayor rendimiento. Estas sugerencias están en consonancia con Rhea (5), que examinó 3000 ES de 400 estudios diferentes y propuso una nueva escala para clasificar el ES en el ámbito del entrenamiento de la fuerza (Tabla 2).
Tabla 1. Interpretación del tamaño del efecto (ES) por Hopkins (3)
<0.2
Nulo Pequeño
0.2–0.6
Moderado
0.6–1.2 1.2–2
Grande Muy grande
2–4
Extremadamente grande
>4
Tabla 2. Clasificación del tamaño del efecto (ES) en función del nivel de entrenamiento de fuera (Rhea (5))
Altamente entrenado
Entrenado recreacionalmente
Desentrenado
<0.25
<0.35
>0.50
Pequeño
0.25–0.50
0.35–0.80
0.50–1.25
Moderado
0.50–1.0
0.80–1.50
1.25–2.0
>1.0
>1.50
>2.0
Magnitud Nulo
Grande
Altamente entrenado = entrenando ≥5años; Entrenado recreacionalmente = entrenando con constancia de 1 a 5 años; Desentrenado = <1 año entrenando consistentemente.
1 Esta ecuación no la proponen originalmente lo autores, sino que la ha añadido el editor de la revista.
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Figura 9 La barra de fórmulas muestra cómo se calcula la desviación estándar agrupada. La función RAIZ hace la raíz cuadrada y el símbolo ^ se utiliza para elevar a una potencia, en el ejemplo en cuestión, se eleva al cuadrado. En la celda E29 se calcula el tamaño del efecto como (MediaCMJ_Post – MediaCMJ_Pre) / SDagrupada. Según los valores de la tabla 2, este cambio se considera “pequeño”.
CORRELACIONES Las correlaciones describen posibles relaciones entre dos variables, o en este caso, entre dos pruebas de valoración, que pueden ser positivas o negativas. Por ejemplo, la fuerza y el salto vertical podrían tener una relación positiva, es decir, cuanta más fuerza se tiene, más alto se salta. Por el contrario, la fuerza y el tiempo de carrera se espera que tengan una relación negativa, es decir, cuanta más fuerza se tiene, se espera que el tiempo de carrera sea menor (Figura 10). La correlación asume que si influimos con el entrenamiento en una variable, la otra también se verá afectada. La fuerza de la relación entre las dos variables está denotada por el valor
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del coeficiente de correlación “r”, que oscila entre -1 y 1, con el valor 0 representando la ausencia de relación entre ambas variables. De acuerdo a Cohen (1), si analizamos el valor absoluto del coeficiente de correlación podemos clasificarlo como pequeño (0.10 < r < 0.30), medio (0.30 < r < 0.50) o grande (r > 0.50). Hopkins y colaboradores (4) propuso una modificación de
la escala de Cohen sugiriendo una correlación muy grande si 0.50 < r < 0.70 y extremadamente grande si r > 0.90. Sin embargo, existe siempre la posibilidad de observar un coeficiente de correlación alto entre dos variables cuando en realidad no hay relación entre ellas. Para evitar que ocurra esto, es necesario disponer de una muestra suficientemente amplia antes de realizar un análisis
de correlación. Por ejemplo, casi 100 deportistas serían necesarios para considerar un r = 0.2 significativo, para un r = 0.3 se necesitarían ≈40, para un r = 0.5 se necesitarían ≈14 y para un r = 0.6 se necesitarían 9 deportistas (2). De manera similar, si el tamaño de la muestra es de 6 deportistas, ningún valor por debajo de r = 0.7 puede considerarse significativo. A menos de que un valor
Figura 10 Correlaciones. De izquierda a derecha: correlación positiva perfecta, ninguna correlación, correlación negativa perfecta.
También se puede tomar el valor r y elevarlo al cuadrado para obtener el coeficiente de determinación (r2). Este valor muestra la cantidad de variabilidad en una variable que
es explicada por la otra variable, y se expresa generalmente como un porcentaje (multiplicando el r2 por cien). Por ejemplo, si la correlación entre la fuerza y la velocidad es r =
0.8, entonces r2 = 64% (0.8 x 0.8 x 100), es decir, un 64% de la variabilidad de la fuerza se explica por la variabilidad de la velocidad. Esto implica que hay un 36% de la varia-
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Figura 11 La barra de fórmulas indica la función necesaria para calcular el coeficiente de variación. El coeficiente de determinación (R o r2) se calcula en la celda K31.
bilidad de la fuerza que se explica por otras variables. El cálculo de los coeficientes de correlación y de determinación con la Excel se muestra en la figura 11.El uso de herramientas de análisis estadístico como correlaciones y coeficientes de determinación es un método efectivo para demostrar relaciones basadas en la evidencia en el ámbito del entrenamiento. Por ejemplo, muchos entrenadores discuten sobre la importancia del entrenamiento de la velocidad para la competición. Si se demuestra que esta cualidad física está relacionada con la fuerza muscular y con la altura del salto vertical, pueden diseñarse programas de entrenamiento más eficaces para la mejora del rendimiento de nuestros deportistas.
CONCLUSIONES En resumen, la primera tarea en el análisis de datos es determinar la calidad del proceso de recogida de los datos. Esto puede ser llevado a cabo realizando gráficas de los valores medios de cada intento y evaluando la posible presencia de sesgos sistemáticos; controlando que el atleta haya calentado adecuadamente, no esté fatigado o esté familiarizado con el test. Posteriormente, es posible comprobar la fiabilidad de las mediciones utilizando el CV, el cual se ha comentado que debería ser inferior al 10%; no obstante, cuando se llevan a cabo pruebas de valoración de la condición física, deberíamos exigir una variabilidad inferior al 5%.
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Tras completar los pasos anteriores, se pueden analizar los datos para evaluar la eficacia de un programa de entrenamiento. Para ello se puede utilizar el SWC asegurándose de que el valor objetivo quede fuera del error de la medición proporcionado por el CV. Si este no es el caso, la SD intersujetos puede ser multiplicada por otras valores de referencia más altos, o utilizar el doble del CV. Este último procedimiento puede proporcionar metas no reales a conseguir si el CV es >3%. Una última opción es establecer metas de entrenamiento para cada deportista en función de su SD o CV.
Finalmente, si los datos recogidos se comparan con el rendimiento anterior del mismo equipo o de otro diferente, la magnitud del cambio observado puede calcularse y proporcionarse objetivamente con el ES. Más allá de esto, para justificar determinados métodos de entrenamiento e identificar los factores de rendimiento clave para una determinada prueba, se puede llevar a cabo un análisis de correlación; en este sentido el tamaño de la muestra es imprescindible para obtener resultados significativos.
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REFERENCIAS 1. Cohen J. Statistical Power Analysis for the Behavioral Sciences (2nd ed). Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum, 1988. 2. Field A. Discovering Statistics Using IBM SPSS (4th ed). London, England: Sage, 2013. 3. Hopkins W. How to interpret changes in an athletic performance test. Sportscience 8:1–7, 2004. 4. Hopkins W, Marshall S, Batterham A, and Hanin J. Progressive statistics for studies in sports medicine and exercise science. Med Sci Sports Exerc 41: 3–12, 2009. 5. Rhea MR. Determining the magnitude of treatment effects in strength training research through the use of the effect size statistic. J Strength Cond Res 18: 918–920, 2004.
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