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El césped en períodos de sequía.

Durante las temporadas secas, las precipitaciones bajan a la mitad respecto de las lluvias que caen en los periodos normales. El sobrecalentamiento de los ambientes favorece al desarrollo de plagas y enfermedades que afectan a nuestras plantas del jardín y al césped.

Desde mediados de 2021 estamos transitando un periodo de sequía llamado La Niña, corriente seca formada por el enfriamiento del Pacífico. La sequía trae aparejado el desarrollo y crecimiento exponencial de insectos, hasta que se convierten en plagas para el campo, la huerta, el jardín y –sin duda– el césped. Por más que tengamos riego automático programado y organizado, claramente no es lo mismo que las lluvias que caen regularmente, porque la humedad ambiente también se modifica y prevalecen los valores por debajo del 30%. Las temperaturas comienzan a subir considerablemente, tanto en el ambiente como en el suelo, durante el día y la noche. Estas condiciones favorecen a la instalación y desarrollo de plagas, y de enfermedades que afectan al césped.

¿Qué plagas encontramos en el césped?

1. GUSANO BLANCO (DILOBODERUS ABDERUS)

Más conocido como bicho torito. Recibe ese nombre por ser muy similar en estado adulto. Aparece durante las noches cálidas del verano. El estado más dañino para el césped es el larval: un gusano de color blanco con cabeza marrón y forma de candado. Es muy voraz, come todo lo que encuentra en su camino –estolones, raíces y tallos del césped–, ocasiona la muerte del follaje y da lugar al establecimiento de malezas.

¿Cómo lo identificamos? Aparecen manchones secos, como si fuera por falta de agua, que en realidad es por falta de raíces que tomen agua, dado que el insecto se las devora. También se pueden ver, si damos vuelta con una pala una porción de césped, agujeros de entre 5 y 10 mm. Son las galerías que se forman a medida que avanza en busca de su alimento.

¿Cómo se controla? Se recomienda el uso de productos orgánicos a partir de la primavera, cuando se inician los daños. También se puede controlar con insecticidas tradicionales residuales muy efectivos y de bajo impacto ambiental, como aquellos a base de piretroides, durante todo el periodo estival.

2. GRILLO TOPO (SCAPTERISCUS VICINUS)

También se alimenta de las raíces del césped y provoca manchones de pasto muerto. Este insecto es de hábitos subterráneos y nocturnos, y por eso se dificulta verlo.

¿Cómo lo identificamos? Se pueden ver los agujeros en el suelo, en los sectores con poco tramado del césped, ocasionado por su accionar. Más fácil es definir su presencia después de las lluvias, ya que aparecen en el suelo montañitas de tierra de diferentes tamaños. Los adultos son parecidos a los grillos, de color ocre a marrón oscuro (toman el color del hábitat donde viven y se alimentan), pueden volar y lo mejor para identificarlos, si logramos encontrar alguno, es observar el primer par de patas, que parecen terminar en manos con dedos, totalmente adaptados para cavar las galerías donde habita.

¿Cómo se controlan? Con aplicaciones de insecticidas orgánicos y también con los tradicionales residuales (permanecen activos durante un periodo de seis meses), siendo los más efectivos en estos periodos de tanta población.

3. ISOCAS CORTADORAS

Corresponden a estadios larvales de lepidópteros, “mariposas” o polillas de hábito nocturno.

¿Cómo lo identificamos? Durante los veranos cálidos y húmedos, podemos observar durante la tardecita, cuando baja un poco el sol, pero no la temperatura, unas mariposas de tamaño mediano y color grisáceo que sobrevuelan el césped. Esto es un indicador de la actividad de las orugas o isocas devorando las hojas durante la mañana o la tarde. Suelen ser de color verde oscuro y con rayas longitudinales negras, pequeñas, difíciles de ver. En pocas horas hacen desaparecer las hojas por su gran voracidad.

¿Cómo se controlan? Para controlar la población, que suele aparecer durante el mes de enero (a veces se extiende hasta febrero), se sugiere piretroides de bajo impacto ambiental y en bajas dosis por metro cuadrado.

¿Aparecen hongos patógenos en veranos secos y calurosos?

Si bien estamos hablando de periodos secos, con poca humedad ambiental, altas temperaturas y vientos cálidos, debemos recordar que el césped se sigue regando y fertilizando con nitrógeno. Es entonces cuando se activa un hongo que vive en el suelo en nuestra carpeta verde, el Fusarium. La expresión visible de la enfermedad es un síntoma: el cambio de coloración en el follaje del césped, que se torna amarillo claro, fuerte, como el amarillo del huevo. Este hongo aparece a principios del verano, con temperaturas elevadas de día y de noche. La forma que toma en el suelo es la de círculos, siendo más grandes a medida que las hifas colonizan más el sistema radicular. Más allá de las temperaturas altas del verano, a continuación detallamos cuáles son las otras condiciones que provocan la activación y desarrollo de este patógeno.

A. Los cortes muy bajos en los períodos de sequía provocan demasiado estrés en el césped, dado que –al extraer casi todo el follaje– extraemos también las reservas, nutrientes y aminoácidos, lo que lentifica aún más el crecimiento nuevo por la falta de agua, y aumenta las probabilidades de enfermedad.

B. Excesos de fertilizantes nitrogenados. Las altas concentraciones de nitrógeno favorecen la activación y crecimiento de hongos patógenos.

C. Los riegos cortos y frecuentes provocan una salinidad (sodicidad) en el perfil del suelo, que aumenta el pH a valores mayores de 7.

D. Suelos con poco drenaje y zonas de acumulación de agua de riego. Los bajos suelen ser los primeros sectores en donde se establece la enfermedad.

E. El uso de equipos de corte sin desinfección.

¿Cómo podemos prevenir esta enfermedad en nuestro césped?

Sin duda, reducir las situaciones de estrés en el césped, durante los veranos cálidos y secos, será la mejor manera de prevenir la enfermedad. Se recomiendan las siguientes tareas culturales a realizar durante todo el verano:

A. Aplicar fertilizantes equilibrados, con buen porcentaje de potasio. Este macronutriente se encarga de engrosar las paredes celulares, evitando que ingresen las hifas de los hongos.

B. Realizar aireaciones periódicas en el césped. Esto mantendrá un sistema radicular oxigenado, en un medio aeróbico. Recordemos que los hongos patógenos crecen en medios anaeróbicos, sin oxígeno, sin drenaje.

C. Los mejores riegos serán los de gran intensidad y con buenos intervalos. Es decir, riegos abundantes espaciados. Esta acción favorecerá el crecimiento de las raíces, se alargarán explorando para hidratarse, lo que provoca una mayor adaptación a los periodos secos.

D. Recolectar el césped cortado evitará zonas húmedas, ricas en nitrógeno, anaeróbicas, donde pueda desarrollarse cualquier patógeno.

E. Durante los veranos secos y calurosos, el césped debe mantenerse alto, entre 5 a 8 cm de altura, dado que su crecimiento (y el de todas las especies), en periodos de sequía, es mucho más lento por la falta de agua de lluvia.

F. Desinfectar las cuchillas de las máquinas de corte con soluciones de hipoclorito o alcohol etílico, periódicamente.

G. Aplicar periódicamente soluciones ácidas, ricas en materia orgánica, vía foliar. Se recomienda regar o aplicar con mochila humus de lombriz líquido y ácidos húmicos, para acidificar el suelo, y mejorar la retención del agua de riego y el movimiento de los nutrientes en la zona de las raíces.

¿Se puede prevenir con fitosanitarios el fusarium de verano?

Sí, en situaciones de estrés evidente, como las que estamos viviendo actualmente, podemos prevenir brotes de fusarium. Se utilizan fungicidas de contacto y sistémicos específicos para control de fusariosis. Los fungicidas de contacto formarán una barrera de protección sobre las plantas de césped. Los fungicidas sistémicos son aquellos absorbidos por las hojas, que circulan dentro de cada planta, generando una mayor prevención y control de los hongos que afecten.

Importante: En el momento de elegir y aplicar un producto fitosanitario es indispensable el asesoramiento técnico de un ingeniero agrónomo matriculado y especializado en el tema, para colocar la dosis recomendada, las reiteraciones necesarias y realizar el monitoreo indispensable para saber que se ha controlado la enfermedad o las plagas. Síntoma del fusarium: amarillamiento del césped y posterior muerte en las zonas de inicio de la enfermedad.

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