Comisión de Reforma Tributaria. Martes 22 de noviembre de 2011.
Problemáticas del sistema tributario chileno y en especial de la Ley del Impuesto a la Renta
El sistema tributario chileno es bastante particular y consideramos que sus características propias merecen un análisis en detalle. Esta revisión responde a la necesidad de buscar las respuestas que genera la legislación a los casos concretos, para así entender el cómo se lleva a cabo recaudación de fondos para el Estado. Resulta claro que la recaudación y gasto son la cara y sello de una misma moneda, que es la relación económica que tiene el Estado con los ciudadanos. Finalmente, el rol que le asignemos al Estado, repercutirá enormemente en cómo debemos entender la recaudación y el gasto que queremos. Desde nuestra perspectiva el primer gran problema del sistema tributario chileno es que precisamente no es un “sistema” propiamente tal. Consideramos que no se ha elaborado un sistema tributario con principios y respuestas generales que sean coherentes entre sí. La normativa nacional es más una maraña de respuestas legislativas a casos específicos, pues la carencia de principios rectores impiden encontrar una lógica transversal en las respuestas para los casos particulares. Esto se debe a que no hay directrices que señalen finalmente cuál es el rol general de la tributación. Sostenemos que las distintas normas presentan contradicciones entre sí en el sentido del espíritu de la norma. Por ello, consideramos que una normativa con principios y elaborada de manera sistemática posibilitaría generar respuestas adecuadas a casos particulares. En este sentido, resulta relevante preguntarse cuál es el rol de los impuestos chilenos en la justicia redistributiva. En términos generales, es aceptado que el Estado cumple un set de roles específicos para la ciudadanía: El primero es un rol asignador, que consiste en velar por la asignación eficiente de los recursos en los casos de fallas de mercado. El segundo es un rol estabilizador, que implica mantener un entorno macroeconómico estable (i.e. Baja inflación, bajo desempleo, etc.). El tercero es un rol distribuidor, donde cumple con el mandato de redistribuir recursos con el fin de asegurar iguales oportunidades a sus ciudadanos para desarrollar sus proyectos de vida. Este rol se relaciona también con la necesidad imperante de garantizar que todos los individuos sean igual en derechos y deberes frente a la ley, fenómeno que se inhibe en presencia de pronunciadas desigualdades económicas. Sin embargo, pareciese ser que en Chile no se cumple plenamente con ese rol, pues el índice GINI para Chile (medidor de desigualdad en la distribución del ingreso dentro del país) es muy elevado, y el sistema tributario no ayuda a mejorar tal situación. En general, en Chile ha predominado la visión liberal de que la redistribución del ingreso debe realizarse por el lado del gasto y no por el lado de la recaudación, puesto que los intentos de mejorar la distribución del ingreso por medio de la recaudación conllevan a ineficiencias en la asignación de recursos en la economía. Al margen de la necesidad de que el gasto fiscal deba cumplir un importante rol en la redistribución del ingreso, creemos que es posible aumentar la progresividad de la recaudación tributaria cumpliendo a la vez con ciertos criterios de eficiencia. Nos parece evidente que entre una estructura tributaria progresiva y una regresiva, siendo ambas relativamente eficientes, la elección sería la estructura progresiva. Creemos que la ciudadanía escogería esta opción incluso a costa de algunas ineficiencias, pues hacen falta mayores esfuerzos para reducir la profunda brecha de desigualdad que existe en el país. Si no evaluamos el cómo efectuamos nuestra recaudación seremos incapaces de entender y proyectar el rol que