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Alojamientos Dog-Friendly, El Castell de Ciutat
El Hotel Castel de Ciutat se encuentra en un pequeño pueblo de montaña, a la falda de los Pirineos Catalanes, en la frontera con Andorra. Se trata de un lugar perfecto para ir tanto en verano como en invierno. En invierno por su cercanía a una de las mejores estaciones de esquí y en verano por la posibilidad de hacer centenares de rutas por los alrededores y el corazón de los magnificentes Pirineos.
El complejo hotelero ocupa una antigua fortaleza militar y estratégica construida hace siglos por los romanos. A lo largo de la historia esa fortificación fue cambiando de forma y de dueño, hasta convertirse en 1969 en propiedad de Jaume Tàpies Travé que la convirtió en un hotel.
El Castel de Ciutat es un hotel de cuatro estrellas, de lujo evidente, cuyas habitaciones tienen vistas a los Pirineos. Las estancias se dividen en abuhardilladas y superiores con terraza. Las primeras están en la primera planta y están decoradas al estilo pirenaico con muebles de madera oscura y un toque rústico. Las segundas son amplias habitaciones con grandes ventanas con vistas al Valle del Urgellet. Además, el hotel dispone de suites juniors y de una suite condal. Sean cuales sean las habitaciones que escojáis, estaréis cómodos y encantados con la elección, pues todo está hecho con el máximo cariño y esmero, una tremenda elegancia, sin olvidar los elementos de la decoración tradicional presentes en cada detalle del hotel.
La reserva de una habitación abre la posibilidad de incluir un desayuno continental. La oferta gastronómica es muy amplia y para todos los gustos. Nadie se quedará con hambre: desde carnívoros hasta los más estrictos veganos.
La perla del hotel son sus instalaciones de spa que también se pueden incluir en la reserva: un jacuzzi al aire libre con vistas a los Pirineos, cabinas de sauna (húmeda y seca), pediluvio, una piscina cubierta con zona de descanso, cabinas de agua y refrescos para hidratarse después de las prácticas relajantes. También hay un gimnasio, una bodega y dos restaurantes, Katja y Tàpies, donde poder cenar sin necesidad de salir del hotel.
Pero lo mejor de todo es que nuestros amigos cánidos no solo son completamente bienvenidos, sino que se les trata con el mismo cariño que a nosotros, los humanos. Los alrededores del hotel son muy agradables para pasear con nuestros perretes, pues desde la misma puerta del hotel salen diversas rutas senderistas a las montañas y caminos naturales que nos llevan al pueblo a través de un parque gigantesco con césped atravesado por un tranquilo río. Así que la zona es completamente apta para pasear con nuestros amigos cuadrúpedos.