VOLUMEN III
DICIEMBRE 2014
...PUES COGÍÓ EL CAPÍTULO 7 DE RAYUELA, LO COPIÓ A MANO, SE LO DIO Y LE DIJO QUE LO HABÍA ESCRITO PENSANDO EN ELLA
NO ME CREO
PUES SÍ, Y SE LA TIRÓ MENUDO CRACK CLARO, COPIANDO. BUEEEEEEENO, TÚ TAMBIÉN COPIAS... A MÍ, POR EJEMPLO
SÍ SÍ, LO QUE QUIERAS, PERO YO TENGO UN NOBEL.
OHHHHHHHH CUIDADOOOO QUE WILLIAM TIENE UN NOOOOOBEL PFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF
QUÉ
QUE HEMINGWAY TAMBIÉN TIENE UNO, Y EL PUTO VARGAS LLOSA. YA VES TÚ LO QUE VALE ESO.
DICES ESO PORQUE NO TIENES SÍ. YA. CLARO. ¿UN TRAGUITO? NO SEAS CABRÓN
EHHHH... ¿UN CIGAR? NO. ESCUCHA: ESTOY PENSANDO EN LIAM NEESON PARA TWIN PEAKS 2.
¿QUIÉN?
LIAM NEESON
¿WILLIE NELSON? NO!!! LIAM NEEEEESON!!! EL JEDI CAGÓN IRLANDÉS. EL DE TE LLEVAS A MI HIJA Y TE ARRANCO LA VIDA. AH VALE, SCHINDLER. EL MISMO.
BUENO, ENTONCES QUÉ TE... CALLA!!! ¿NO LO NOTAS? HUELE COMO A… RATAS. ¿NO?
NO ENTIENDO NADA.
YA. PUES LOS QUE VEN TUS PELIS TAMPOCO.
UAHHHHHH
HAN DESAPARECIDO LAS RATAS DEL EMBARCA. Y AHORA QUÉ.
FREE SPEECH 2
HABLAMOS CON… ZEFE
- NO LLORES - ACAB LA PINTADA - COSAS QUE ODIO SOBRE EL PATÍN - AQUEL AUTÉNTICO ESCRITOR - RESU 2013 - NO NOS DAMOS CUENTA DE LO QUE TENEMOS HASTA QUE LO PERDEMOS
ARTE BASURA 2 ZOE, DOMINGO, SMOKER BOY, HELL, ONE LOCO, PARPELE, BATMAN, EL JUICIO DE MAKU.
LIBRO, DISCO, PELI AGUR!
NO LLORES NO LLORES. COME. DUERME. NO TE HAGAS EL GRACIOSO. RECOGE TU CUARTO. CALLA Y ESCUCHA. ATIENDE EN CLASE. NO CORRAS. HABLA BAJO. VETE A MISA. NO TE TOQUES EL PITO. CONFIÉSATE. COMULGA. OBEDECE. SÉ BUENO O IRÁS AL INFIERNO. ZAPATOS LIMPIOS, LA CAMISA POR DENTRO. PÉINATE. NO PROTESTES. HAZLO FÁCIL. NO GRITES. NO FUMES. QUÉ HACES ESCUCHANDO ESA MIERDA. NO BEBAS. CUÍDATE. ESTUDIA. SÉ RESPONSABLE. TRABAJA. NO TE QUEJES. ACÉPTALO. MADURA. Y SOBRE TODO, NO FRACASES.
DESOBEDECE (si quieres)
JD
ACAB LA PINTADA
Tal día de Septiembre, por la mañana, una persona, aún de vacaciones. Un/a chaval/a se pone a hacer un graffiti en una fachada, en un colegio de Iglesia. Lleva unos minutos cuando una vieja le da marrón y empieza a decirle movidas, decide ACABarlo y se marcha. Ya llevado un tiempo por el pueblo decide tomarse un café en una terraza cuando le vienen dos picolos. OYE CHAVAL y empiezan a decirle movidas. Él/ella se defiende diciendo que no es el/la único/a que pinta y patina en el pueblo, y el bote que lleva es VIOLETA, y la pintada está hecha con NEGRO. Graffiti—> pintada ilegal y protestante Le cogen los datos. Y después de un año no ha llegado nada. Y la pintada sigue estando en la fachada y no lo han borrado ¿sabrán lo que pone? o les mola. Está en el Camino; se lo habrán comido miles de personas. Los caminos están llenos de mensajes. GRAFFITI IS NOT A CRIME
KG
AQUEL AUTÉNTICO ESCRITOR
Recuerda un suplemento dominical. Un señor ya mayor en la huerta de su casa en Getxo, de quien decían había escrito una de las obras maestras de la literatura vasca; Verdes Valles, Colinas Rojas.
La idea se quedó en su cabeza y meses después consiguió el primer volumen de la trilogía. Así se encontró con su obra. Aquel primer acercamiento supuso una revolución en su manera de entender la lectura hasta entonces, y además le hizo comprender mejor la historia de su pueblo a lo largo del siglo XX. Después, conforme iba leyendo otros libros suyos fue interesándose también por su persona, (le gustaba pensar que en el fondo era un anarquista, al igual que él y que Asier Altube) y descubrió cosas que le hicieron sentir aún más respeto y admiración. Cosas como que, tras ganar el Premio Nadal en 1960 y ser estafado por Destino, supo reaccionar haciendo un corte de mangas a las grandes editoriales, creando Libropueblo y vendiendo sus escritos por las calles, a precio de coste. O cosas como que se tiró dieciocho años escribiendo la ya citada Verdes Valles. Dieciocho años dedicados a una misma novela, demostrando una determinación férrea, “irreductible”, demostrando una vez más que, para él, la verdadera realización no estaba en los premios o en la fama, sino en seguir creando historias día a día sentado a su escritorio en Walden, con su boli bic azul, sobre sus folios en blanco.
Michael Knight
RESU 2013 Julio 29, quedo con los compis a las doce en mi barrio y nos piramos a ViVeiro de Viaje… Hacemos una parada para comer… catamos el skatepark un rato… llegamos a media tarde… Vamos al camping pirata… nos ocupamos un cacHo... empezamos a conocer a peña… la primera nocHe la pasamos cerca… y en el cHiringuito… música 24 Horas… all day… (Vendo parcHes) así paso la nocHe y la mañana… jueVes… todo esto paso el día con mucHa peña… sobre las 19:00 empiezo a buscarme la Vida… cosa de media Hora consigo entrar… al de nada me encuentro con mi gente… flipan al Verme… a las 2:00 toca madball en la carpa… acabar el concierto… le digo a mi colega que me dé su entrada… y para qué… Voy a la entrada... jajaja… Voy a la entrada... le digo que He perdido la pulsera… el tío flipa… me da una pulsera… empiezo y no paro de flipar o alucinar… marcHo a donde mi brotHer el jaime… alucina al Verme la moVida… acaba el día/nocHe perfect… nos piramos al camping... cHiringuito y tienda… pasamos otra nocHe… me queda algún parcHe y sigo Vendiendo… conozco a unas Vecinas muy majas… están Vendiendo tabaco y me junto a ellas… pasamos la mañana… yo Vendiendo parcHes y ellas tabaco de canarias baratísimo… están buenísimas y son muy majas… buff… ni me acuerdo…
Todo esTo la noche la paso con mucha peña… marcho pal recinTo con unos skaTers de madriz… Toda una caña de genTe… cosa de 5 de la Tarde… nos apalancamos en la zona de Vans… los colegas se pegan la sesión el jueVes… deciden no paTinar más en Todo el fesTiVal… Vaya moco que lleVamos… hamleT empieza a solTarse… Todo esTo había birras en la rampa y no hay nada… llegamos sequísimos… Vamos a las barras... pedimos birras a lo loco… hamleT Todo un dios… consigue birras y TickeT… Toda una caña… las Tías de jagger… consigue un medallón con la leTra a… Vas a las barras y no Te cobran… nos da su acrediTación… Tragos graTis all day… ruTamos por Todo el recinTo… Vamos a unos sTands de ropa de grupos… nos enconTramos a unos personajes… se rayan con nosoTros… Vemos concierTos… al de nada… nos damos cuenTa de que eran ellos… rise of The norThsTar… la música molaba pero las pinTas no…
cerca del sTand de Vans hay un cuadro elécTrico… no lo desenchufamos por respeTo a los skaTers… puTada… lo Teníamos que haber hecho… me encuenTro con genTe conocida del país Vasco… a cada uno qué flipe… acaban los concierTos y Vamos al camping… pasamos la noche con unos Vecinos asTurianos… muy cañeros… nos enTra un Tío a por droga… nos damos cuenTa de que es miliTar… nos inViTa y le conTamos que la cosa no mola… Tienda y chiringuiTo en la mesa de piedra pasando la noche… la música se escucha por Todo el parque… a Toda hosTia… puesTa la música… esos Vecinos de asTurias… que nos pasamos los Tres días a muerTe… (risas y coñas)… y luego me encuenTro con sanTi (la Vieja escuela zarawasa)… un Tío increíble… ya le conocía… haciéndome un TaTToo en casa de kull… pasamos la mañana y nos Vamos pal fesTi… (3 día)… cad uno a su onda pero Todos junTos… en las afueras Toda la peña… ferreTi Vendiendo priVa… empieza bad religion… marcho pa denTro… me quedo con los de sanTurce… liada de bolo… desfase y pinTando… hay unos persons También… acabar Todo el fesT… camping, despedirnos de la genTe (raTamuerTas)… pal pueblo de la madre en la galicia profunda… rehabiliTación week…
HEaven
NO NOS DAMOS CUENTA DE LO QUE TENEMOS HASTA QUE LO PERDEMOS No nos damos cuenta de lo afortunadxs que somos al tener y poder disfrutar de ciertas cosas en nuestro día a día. Vivimos en un momento, en el que esas cosas que nos acompañan en nuestras “cómodas” vidas las vemos tan normales y tan simples, que ni siquiera las valoramos, ni nos detenemos a pensar ni siquiera durante un segundo el por qué están ahí y como han llegado. Nuestros antepasados, no muy lejanos (padres y abuelos), han luchado por conseguir que nosotrxs gocemos de ciertos derechos que si no fuese por ellxs no tendríamos (El voto a la mujer, derecho al aborto, jornadas laborales de 8 horas, sanidad y educación pública, divorcio.…). Todo esto está desapareciendo poco a poco y no nos estamos dando cuenta que todas esas victorias en luchas y disputas, de nuestros progenitores y de los progenitores de nuestros progenitores, nos las están robando. ¿Por qué miramos hacia otro lado? ¿Por qué no hacemos nada al respecto? En un país en que ha habido una guerra civil, en el que todo es política, en el que ha habido mucha lucha en la calle para reivindicar derechos fundamentales del ser humano y aunque no tengamos toda la libertad que quisiéramos, se han conseguido mejoras en nuestras vidas sociales y laborales que antes no había. Ésas mejoras que consiguieron esxs luchadores para que sus hijxs y los hijxs de sus hijxs pudieran tener una vida un poco más digna de la que ellxs vivieron.
¿Y ahora que...? ¿Tiraremos por la borda todo su esfuerzo y trabajo? ¿Dejaremos que nos arrebaten lo que se ha conseguido por y para nosotrxs con el sudor, la valentía y la constancia de esxs inconformistas del pasado? En su momento, no sería una situación fácil para reivindicar, pero creían en ello, así que volvamos a retomar su lucha, para que no sea en vano por lo que lucharon y por respeto a esos anónimos creyentes del cambio social que cayeron en la batalla. Por respeto hacia ellxs y por respeto hacia nosotrxs y sobre todo para que nuestros hijxs puedan vivir lo más dignamente posible y puedan estar orgullosxs de nosotrxs al igual que nosotrxs estamos de nuestrxs padres/madres y abuelxs. Actualmente nos están arrebatando “libertades”, nos las quitan porque obedecemos, pero si la reacción no es en masa y no luchamos por lo que tenemos, no podremos luchar por futuros cambios y nos arrepentiremos de no haberlo hecho cuando veamos que las cosas que para nosotrxs son normales, ya no existan o estén prohibidas. Si llega ese momento, que deseo que no, puede que sea ya demasiado tarde. Entonces apreciaremos lo que teníamos porque ya lo habremos perdido. ¡¡¡SIENTE, PIENSA y ACTUA!!! ¡¡¡ORGANÍZATE Y LUCHA!!! ¡¡¡CONDENADOS A LUCHAR!!!
Bilbaíno Rude Boy
HABLAMOS CON...
ZEFE
TDR: Tú has tocado por lo menos en cinco o seis bandas desde que empezaste a moverte por la escena punkera hace unos quince años, o sea que has visto de todo. ¿Aprecias muchas diferencias entre el movimiento de entonces y el que existe ahora?
ZEFE: Sí, ,antes te tenías que buscar mas la vida para todo y la gente era mas auténtica. Ahora con internet y así se tiene todo mas fácil y no se aprecia la mismo. Aunque me gusta ver a nuevas generaciones que vienen dando buena cañita a la escena como Crimental y los Automatic Scum que por cierto ya se podrían volver a juntar.
TDR: ¿Qué bandas te han sorprendido más gratamente de todas las que has visto tocando a pie de calle?
ZEFE: Pues a pie de calle no fue Jejeje Pero bueno. Lo mejor k he visto ha sido RKL en Gasteiz en el 95. Nunka he vuelto a ver algo iwal k desfase, arrancando vallas, el cantante vomitando...etc.
TDR: Armando en el primer volumen nos comentaba el momento más curioso que había vivido con su grupo de entonces, y resulta que Hot Food también tocaba aquel día junto a Antibiotik. Qué recuerdas de aquel concierto.
ZEFE: Pues fue la oxtia… Compartiendo escenario con nuestro amigos de Antibiotik y los grandes Wipe Out Skaters y el curioso recital flamenco de unos gitanos que se subieron al escenario.
TDR: Además de aquella, seguro que te vienen a la cabeza un par de anécdotas que poder contarnos.
ZEFE: Sí, recuerdo muy bien el primer y único concierto que dimos Hot Food fuera de Bizkaia, en Santander. Fuimos 6 en un Seat Ibiza hasta allí y claro, como yo era el mas pekeño pues me tocó viajar a los pies del copiloto. Luego allí flipé con la respuesta de la gente, que lo dio todo tanto con nosotros como con nuestros compañeros XXL desde el primer minuto hasta el ultimo. La vuelta fue mejor ya me toko ir a atrás jejejejej TDR: El año pasado organizaste con Kolinas el Northern Psycho en Txarraska, y fue un éxito. Nos consta que estabas un poco inquieto antes del evento. ¿Cómo viviste la organización del festi?
ZEFE: Pues fueron dos semanas duras, la verdad parece que no pero había mucho trabajo tanto antes del festi como después pero al final muy a gusto con el resultado, y por hacerlo con un buen amigo como Kolinas y ver que la gente disfrutó con ello. TDR: ¿Y para cuándo un nuevo Northern Psycho?
ZEFE: Ya estamos trabajando en la edición y con el cartel cerrado, que será el 25 de abril del 2015. TDR: No faltaremos. Eskerrik asko lagun.
ZOE
DOMINGO Como siempre la tristeza acompaña a lo oscuro. Cosas viejas, llenas de polvo, poco brillo y una ausencia de alma. Un domingo, la misma tristeza en un día feliz. Los sueños, ideas, pensamientos empiezan a agitarse en tu cabeza. Tu cerebro rebosante de espuma invade tus ojos en un mar de dulzura. Y la tarde transcurre triste, lenta y pesada. Rápida se acaba. Últimas horas mirando la oscuridad de tu habitación donde todo termina.
Urizen
SMOKER BOY
HELL
PARPELE
EL JUICIO DE MAKU Llegamos al juzgado con un cuarto de hora de antelación pero, como siempre, iban con retraso. Nuestro juicio era el de las doce cero cinco y todavía, a las doce menos diez en mi reloj, no habían empezado con el que tenían previsto para las once y veinticinco. Vamos, que nos quedaba aproximadamente una hora de espera. — ¿Pero esto es normal? Me preguntó Maku. — No sé si es normal, pero siempre pasa. Los siguientes cinco minutos se dedicó a hacerme preguntas referentes al caso, preguntas cuyas respuestas conocía de sobra puesto que habíamos dedicado las últimas tres horas a prepararlo concienzudamente. Pero claro, entendía que estuviese nervioso. Al fin y al cabo era la primera vez que le denunciaban, era la primera vez que estaba en un juicio y aunque la condena si finalmente llegaba no iba a suponer más que una pena de multa, Maku quería ganar. De todas maneras estaba empezando a sentir los típicos nervios de antes de entrar en sala, por lo que, con la excusa de ir a por la toga, pude aislarme por un rato y dedicar un par de minutos a repasar la estrategia tranquilamente. Todo esto había empezado tres días antes. Según Maku, él y Felas (otro colega) estaban saliendo de un bar y se dirigían cada uno a su casa cuando llegaron a un paso de cebra en el que se encontraba parado un coche de la municipal. El semáforo pasó a verde y los agentes no se empanaron, haciendo esperar a los coches que tenían detrás. En ese momento Maku se acercó a la ventanilla del vehículo para avisarles de que el semáforo estaba en verde y, tras ellos, había gente esperando. Para entonces Felas ya estaba a tres metros del coche, rehuyendo problemas. Pues bien, los agentes le dijeron a Maku que se apartase de la ventanilla, salieron del coche patrulla y le requirieron la documentación. Éste les mostró el DNI y, a su vez, les solicitó que se identificaran. Los munipas se negaron, montaron en el coche y desaparecieron. Pero obviamente la cosa no acabó ahí; cinco o seis horas más tarde mi amigo recibió en su casa una notificación que le citaba como denunciado en un juicio de faltas, y le informaba de que el hecho que se le atribuía era una, lo transcribo literal, “presunta falta de menosprecio a agentes de la autoridad”. Lo primero que nos llamó la atención al leer la cédula de citación fue que, si vas a denunciar a alguien por algo, no puedes referirte a ese algo como un presunto hecho, sino como un hecho cierto y concreto cuya comisión solicitas que se castigue. Es decir, necesitas acompañar tu versión de una con-
vicción absoluta de que es la verdad, en todos los sentidos. Yo ni conocía ni quería conocer lo que realmente había pasado, sino la versión que íbamos a defender. Tampoco confiaba mucho en nuestras posibilidades de triunfo, puesto que era nuestra palabra contra la de los polis, pero sí que había argumentos que podíamos esgrimir en nuestro favor. Además teníamos a Felas, que era nuestro “testigo imparcial”, e iba a decir exactamente lo que entre los tres habíamos convenido que dijese.
Así que, en lugar de atender a las dudas que le surgían a última hora, dejé a Maku, entré en el cuarto de las togas, ordené las ideas en mi cabeza y después me puse a hojear el periódico tranquilamente. Sólo tenían que recordar las pocas directrices que les había dado y respetarlas, así haríamos más difícil la labor del juez, que era nuestro principal propósito. Las instrucciones eran claras: hablar cuando se te pregunte, respetar en todo momento la versión que íbamos a defender y en ningún momento pretender matizar o aclarar los hechos; es decir, no hablar más de la cuenta. Era preferible para el denunciado decir cuatro cosas que se viesen íntegramente corroboradas por la declaración de nuestro testigo, que dar mil explicaciones y acabar incurriendo en alguna contradicción. Lo mismo para el testigo. Felas era nuestro colega y como tal le queríamos, pero era un tío completamente imprevisible. Imprevisible en el sentido de que bien podía estar un martes todavía de voltereta, debido a un pequeño problemilla de adicción a la anfetamina. Representaba un riesgo a la hora de declarar, lo sabíamos; sin embargo no teníamos otra opción si queríamos contradecir la versión de los agentes. Por tanto, en lo que llevábamos de mañana le habíamos prohibido expresamente consumir anfeta hasta que acabase el juicio. Otra cosa era que nos hiciese caso. Habíamos llegado los tres juntos pero nos separamos antes de entrar en el juzgado, puesto que en ningún momento íbamos a reconocer que fuésemos amigos. Sí, en cambio, que nos conocíamos de vista. Felas entraría por la puerta principal, unos diez minutos después de que Maku y yo hiciésemos lo propio por la puerta de atrás, en plan abogado con su cliente. Planeamos que, una vez que llegase al hall de espera, esperaría sentado en la otra punta de la estancia, repasando las cuatro cosas que debía decir, y que en ningún caso se acercaría a donde estábamos, ni mucho menos hablaría con nosotros. Le había prohibido incluso mirarnos. Acabé con el periódico y volví al hall. Allí estaba Maku en una esquina, Felas en la otra, sentado en un banco, y los dos municipales junto a la puerta de la sala de vistas, mirando descaradamente a uno y a otro. Me acerqué a Maku y repasamos todo por última vez. Unos cuarenta minutos más tarde, nos llamaron. El oficial, un tipo calvo y feo, abrió la puerta de la sala y vociferó: - ¿Fernando Markuartu García? ¿Está por aquí Fernando?
Ése era Maku. Nos levantamos y nos aproximamos a la puerta. El oficial le pidió el DNI, lo examinó brevemente y nos invitó a pasar con un ademán casi reverencial. En el último momento antes de entrar dirigí mi mirada a Felas, que se había levantado y se encaminaba a los baños. Por Dios, que no declare puesto, o acabamos en la cárcel, pensé. Y entré. Tras los protocolarios saludos a la jueza, el secretario y el fiscal, comenzó la vista.
La jueza estaba buenísima. No sé cómo explicarlo bien; a ver, hay mujeres que desprenden una sexualidad desbordante, que mirándolas a la cara uno empieza a imaginar todo tipo cosas casi involuntariamente. Era incontrolable, por lo menos en mi caso. Aquella mujer tendría unos cuarenta años espectacularmente bien llevados. No sé, me dieron ganas de tirarme encima de ella allí mismo. El fiscal era el típico tío grande y gordo. Podía imaginármelo perfectamente tirado en un sofá, mientras daba buena cuenta de una familiar de Telepizza. Del secretario sólo recuerdo que se parecía a Alex Angulo y que me pidió mi nombre y apellidos para redactar la posterior sentencia.
La jueza dio comienzo al interrogatorio de Maku. Le preguntó si los hechos de los que se le acusaba eran ciertos, a lo que mi cliente respondió que no. Entonces le pidió que nos explicase por favor qué era lo que había ocurrido entre él y los agentes. Maku soltó nuestra versión. Ni más ni menos. A continuación la jueza dio paso al fiscal, para que continuase con las preguntas. En este punto lo único que tenía que hacer Maku era reiterar lo dicho, ningún matiz, ninguna explicación innecesaria. Para qué, si la exposición había sido cristalina. Pero claro, el fiscal necesitaba algo a lo que aferrarse
porque, como muchos otros compañeros suyos, ya tenía decidido de antemano que pediría condena para el denunciado. Es más, por si había alguna duda sobre sus intenciones, antes de nada le preguntó a Maku por sus ingresos, para hacerse una idea aproximada de lo que correspondía pedir como pena de multa. Y siguió: — ¿No es cierto que usted dijo a los agentes, textualmente: iros a tomar por culo, hijos de puta? — No.
Mierda, ¿iros a tomar por culo? ¿Hijos de puta? ¿Por qué el fiscal tenía información que yo no tenía? ¿Acaso los agentes habían redactado un atestado cuya existencia desconocía? ¿Era legal? Podía ser; lo habían tramitado por juicio rápido y todo lo que teníamos era la cédula de citación al denunciado, en la que constaba aquello de Presunta falta de menosprecio, pero no especificaba nada, ningún insulto en concreto, ni mucho menos lo que el fiscal acababa de leer. Para haber tenido acceso al atestado habría necesitado más tiempo, cosa que no tuve, y en principio tampoco era algo indispensable en este caso. Aunque sí habría venido bien poder examinarlo con detenimiento, en busca de algún defecto que nos favoreciese. Pero bueno, luego lo comentaría de igual manera, aun sabiendo que me arriesgaba a recibir un rapapolvo en medio de la vista. Incluso hasta me excitó pensar aquella jueza abroncándome en juicio. — Pero usted mantuvo una discusión con los agentes. ¿No es así? Continuó el fiscal, insistente. — Sí bueno, les pedí que se identificasen, de igual manera que ellos me lo habían pedido a mí.
Aquello fue un error. Nunca jamás hay que reconocer ni una sola cosa de lo que dice el fiscal, por
mucha cara de bueno que ponga. El tío al final sólo busca una excusa para solicitar tu condena, un argumento, y hay que intentar tumbárselos todos. — O sea que reconoce que discutió con los agentes, que hubo un encontronazo entre usted y los policías… Muy bien, no hay más preguntas Señoría, dijo con cara de haber solucionado un cubo de Rubik. La jueza me dio la palabra. Antes de empezar a hablar, y de manera totalmente inconsciente, me la imaginé desnuda. — Gracias Señoría. De primeras hay algo que no entiendo: ¿Por qué el fiscal tiene información de la que yo carezco? Se hizo un silencio incómodo, que nadie rompió. El fiscal miró a la jueza, la jueza miró al secretario, el secretario miró al fiscal, y nadie me miró a mí. Sabía que aquél no era momento de dejar preguntas en el aire, era el momento de preguntar a mi cliente. Fue una provocación estúpida por mi parte, pero no pude reprimir la queja. Le pregunté a Maku si en algún momento había insultado a los agentes, me dijo que no. Le pregunté si se había negado a mostrar su identificación, me contestó que no. Le pregunté si consideraba que requerir la identificación a unos agentes y que estos se la negasen representaba de alguna manera una discusión. Menos mal que me contestó que no. Le pregunté cuánto tiempo aproximadamente duró la
conversación (remarqué la palabra) entre él y los funcionarios, contestó que, como mucho, un minuto. Le pregunté si había más gente alrededor, me contestó que sí, que en aquel momento había bastante gente puesto que la conversación (un punto para Maku, pensé) se produjo en una calle de bares, de las más concurridas del pueblo. Le pregunté si en algún momento fue informado por parte de los agentes de que se iba a interponer una denuncia en su contra, contestó que no. Le pregunté, más que nada por
concretar, y por reiterar, si había llamado hijos de puta a los agentes. — Eso ya está contestado, letrado. — Sí, disculpe Señoría. — Y si tiene usted alguna queja acerca de cómo se ha tramitado este procedimiento, ya sabe letrado que dispone de los medios adecuados para realizarla que, desde luego, no son estos. ¿De acuerdo? Me entró un acaloramiento repentino y sentí cómo enrojecían mis mejillas. Aquella jueza me ponía realmente nervioso. Al abroncarme se volvía aún más sensual. Intenté controlarme. — Sí Señoría. No hay más preguntas, respondí bajando la cabeza, lo más sumiso que pude.
Entonces hicieron sentarse a Maku y entró uno de los munipas que, respondiendo a preguntas primero de la jueza y luego del fiscal, declaró que Maku había mantenido una actitud desafiante y violenta, y que les había dicho iros a tomar por culo, hijos de puta. Primero dijo iros a tomar por culo, hijos de puta y luego dijo iros a tomar por culo, cabrones. A eso me refería con lo de hablar más de la cuenta, que la cagas. Mi turno. — Oiga, agente, según usted ¿qué les dijo el denunciado exactamente: iros a tomar por culo, hijos de puta o iros a tomar por culo, cabrones, o las dos cosas? — Bueno… — Es que usted primero nos ha dicho una cosa y luego nos ha dicho otra. — Letrado, limítese a preguntar, me advirtió la jueza. Un cosquilleo me recorrió las tripas; de verdad me estaba excitando aquella mujer. Cada vez me ponía más que me interrumpiese. Sin mirarla, levanté mi mano izquierda, a modo de disculpa, y esperé la
respuesta del municipal. Tras un largo silencio dijo que lo que recordaba haber oído era iros tomar por culo, cabrones. Le pregunté si habían informado a Maku de que iban a interponer una denuncia contra él, contestó que sí. Le pregunté en qué momento había decidido que se había cometido una falta de atentado, me miró con cara de no entender nada y empezó a contestar sin saber muy bien qué, pero la jueza invalidó mi pregunta e informó al policía de que, una vez que la pregunta se consideraba improcedente, no tenía obligación de responder.
— Una última pregunta Señoría, dije mirando a la jueza con la cara más inocente que pude poner. Señor agente, ¿quién redactó la citación que horas más tarde recibió mi cliente? — Pues el agente… — No responda. Denegada la pregunta. Letrado ¿va a seguir usted en este plan durante mucho tiempo? Pedí disculpas y me callé. Ya se estaba empezando a mosquear y eso nos podía perjudicar. Y sin más dilación, la jueza dio paso al fiscal. Cuando quiera, dijo. Y el fiscal empezó a pedir condena: Solicitamos se condene al acusado, por la falta del artículo 634… — Disculpe Señoría. Tenemos un testigo, interrumpí.
Durante lo que me pareció medio minuto, me miraron en silencio. No se lo esperaban y, entonces lo vi claro, tenían prisa. Menudos jetas. Realmente les importaba una mierda el asunto que se estaba tratando. Era un juicio más, de los seis o siete que tendrían aquella mañana. Sólo querían acabar pronto e ir a comer antes de las tres. Yo sí que me iría a comer contigo, le dije a la jueza telepáticamente. Y por fin: muy bien, hágalo pasar.
— Esta parte solicita la testifical de Don Félix Martín Acha. Nada más acabar de pronunciar aquellas palabras, me di cuenta de que habían conseguido que me comiese la declaración del otro poli, la cual debía haber solicitado antes de la prueba testifical. Vaya, y yo que necesitaba encontrar contradicciones entre las versiones de uno y otro para poder desacreditar la denuncia. Me estaba despistando de verdad, y ya empezaba a repercutir en mi labor. Eso no era nada profesional. Había cometido un fallo de los gordos. Aquella declaración era importante para nuestros
intereses. Aunque quizá, pensándolo bien, la cachonda de la jueza no iba a permitirme liarles la cabeza a los agentes y, con tanta limitación, en vez de conseguir que se contradijesen lo único que iba a lograr era que su versión quedase reforzada. Quién sabe, a lo mejor no es tan malo que el otro munipa no declare, me dije a mí mismo buscando algún tipo de excusa. Pero bueno, ya no había vuelta atrás.
El oficial tomó nota y salió al hall. A la tercera llamada a voz en grito, y cuando yo ya sentía las miradas de juez y fiscal derritiendo mi cráneo, Felas apareció. Estaba en el servicio, dijo el oficial. ¿En el baño? ¿Otra vez? No me jodas. Entró en la sala y parecía calmado. El oficial le solicitó el DNI y el cabrón lo sacó directamente de un bolsillo trasero del pantalón, lo frotó contra el mismo un par de veces, examinó el anverso y el reverso, y se lo ofreció al funcionario. Muy bien Felas, por si había alguna duda. Le queríamos; era nuestro colega. Pero si estaba muy puesto ya no podías llevar una conversación con él. En esos momentos el único que hablaba, sin parar, era él. No esperaba tu respuesta, ni que entendieses lo que te estaba contando. Le daba igual. Sólo quería hablar de continuo. Y no podíamos permitirnos ese numerito en medio de la vista porque podía jodernos la versión por completo.
Para ser justo he de decir que por lo general esos ataques de locura se daban los fines de semana, cuando ya llevaba una buena recalentada. Además su declaración no era difícil y estaba muy preparada; tenía que decir lo mismo que había dicho Maku, y lo mismo que yo iba a defender en el informe final. Lo mismo que habíamos estado preparando durante tres horas aquella misma mañana. La declaración de Felas fue perfecta. No dejó el más mínimo cabo suelto. Nadie lo habría hecho mejor. Dijo que estaba a tres metros de Maku durante la conversación que éste mantuvo con los agentes, que lo había visto y escuchado todo perfectamente, que en ningún momento les había insultado o mandado a tomar por culo, que les había dado el DNI cuando se lo pidieron y que los agentes se negaron a identificarse y se fueron. Pues bien. El fiscal aun así pidió condena, basándose en que había quedado claro que el testigo no estaba presente en el momento en que tuvo lugar el incidente. Creo que nadie en la sala entendió de dónde se había sacado aquella conclusión, porque ni siquiera explicó los motivos que le llevaron a deducirlo. El argumento en que fundamentaba su solicitud de condena no resultaba creíble, y él lo sabía. Mientras mi contrario intentaba convencerse a sí mismo me dediqué a mirar a la jueza, que ya me
tenía completamente cautivado. Él seguía hablando, pero para entonces me resultaba imposible prestarle atención alguna. Había algo en aquella mujer. Seguí perdido en mis fantasías hasta que la jueza me dio la palabra. En ese momento desperté. Empecé atacando a mi rival por haber extraído una conclusión demasiado personal de lo que en juicio había acontecido, expuse nuevamente la versión que consideraba había quedado más que probada y
puse de manifiesto todos los puntos oscuros del procedimiento. Como último alegato, me metí con la cédula de citación y aquella presunta falta de menosprecio, que denotaba, a nuestro juicio, falta de convicción en quien la redactó. La jueza se acabó cansando de mí. — Letrado… dijo con una mirada que me daba a entender que estaba excediéndome en el tiempo. — No me extiendo más Señoría, apunté, ya demasiado cómodo en mi papel. Por todo lo expuesto, solicito la libre absolución de Don Fernando Markuartu García con todos los pronunciamientos favorables a su persona. Nada más, guapa. Muchas gracias. — Muy bien, pues queda visto para… La jueza se paró de repente; la miré y vi que en aquel momento clavaba sus ojos en mí, con cara de asombro.
Sentí un escalofrío. Por un momento mi cabeza se paró. Una desapacible sensación me inundó todo el cuerpo. ¿Había dicho guapa? De ser así, algo había fallado desastrosamente en mi cerebro. ¿Había dicho guapa? Algo que no debía haber dicho salió de mi boca como la cosa más normal del mundo. ¿Había sido tan tonto como para llamarla guapa? Me quedé fulminado. No podía pensar. Tan sólo intentaba recordar si era cierto que de mi boca había salido aquella palabra. No podía comprender cómo en algo tan simple, en algo tan sencillo como solicitar la absolución, había fallado. Era la gran cagada, la cagada monumental. Mi cara entonces tenía que ser un poema. Todo lo que quería era una estaca, para clavármela en el corazón y no volver a despertar. No sabía qué hacer, cómo reaccionar. Quise pedir perdón pero no emití sonido alguno. La vergüenza me estaba sobrepasando, de verdad que pensé que iba a explotar. La bronca que me cayó fue antológica. No puedo dar muchos detalles porque en aquel momento sólo pensaba en concentrar mi mirada en un punto exacto de la mesa, y no levantar la cabeza bajo ningún concepto. Sí puedo confirmar, por lo que oí, que se puso hecha una auténtica fiera; amenazó con dar parte al Colegio de Abogados y solicitar que se me expedientase, me acusó de falta de profesionalidad, de comportamiento chulesco y patético. Sólo le faltó llamarme guarro pervertido. Por un momento alcé la cabeza y vi que Maku me miraba con cara de querer matarme. Felas, el fiscal, Alex Angulo y el munipa se estaban descojonando de mí a más no poder. Y yo sólo podía aceptar las consecuencias de haber sido tan idiota. En algún momento la jueza se cansó de gritarme y, a modo de despedida, dijo que no quería volver a verme en su sala nunca más. Al salir, Maku, sin decir palabra, me arreó una buena toba en la cabeza. Obviamente no respondí; me lo tenía merecido. Había cometido varios errores de forma durante aquella vista, pero sobre todo había cometido un error de fondo, un error esencial. Me había descentrado por completo, dando a entender mi más absoluto desinterés por el problema que me había pedido le ayudase a resolver. Que la sentencia fuese favorable o contraria a nuestros intereses me importaba menos que el hecho de que mi amigo pensase que en ningún momento me había preocupado su pleito con la poli. Por otra parte, una sentencia absolutoria borraría de inmediato toda la liada del final del juicio. Siendo sincero conmigo mismo, pensé que, tratándose de nuestra palabra contra la del policía, con el fiscal habiendo pedido condena y mi numerito del final de la vista, estábamos jodidos. Caería conde-
na para Maku. Sí o sí. Dos semanas más tarde Maku salió absuelto, y la jueza nunca dio parte al Colegio.
Doc Sportello
A James Ellroy, uno de los grandes de la novela negra, le importa poco ser políticamente incorrecto. De hecho, sus personajes no suelen representar precisamente modelos de conducta, sino más bien todo lo contrario. Y en Requiem por Brown, que es su primera novela, ya deja algunas de sus señas de identidad, como son un estilo crudo y directo, unos personajes atormentados y autodestructivos, y una ciudad de Los Ángeles siempre depravada, tóxica y corrupta. Arturo Belano Media hora de rock and roll concentrado en temas cortos pero intensos y variados, en los que disfrutaras de canciones con sabor surfera, temas protopunk, baladas powerpop, psicodelia, rockabilly… todo ello sazonado con estupendos coros impecables e instrumentación. Formación sueca de rock and roll garajero influenciada por los 60. Se formaron a finales de los 90 y sus miembros provienen de otras bandas ya extintas como The maggots, Strollers… Urizen Las películas de Bergman no pierden actualidad con el paso del tiempo. En este caso el director sueco trata el tema de la guerra desde el punto de vista de quienes sólo quieren escapar y vivir en paz. La Vergüenza es una historia que viene bien recordar, sobre todo para aquellxs que nunca hemos vivido un conflicto bélico y no sabemos hasta qué punto nos cambiaría una situación así porque, si algo se aprende con esta película, es que nadie escapa al horror de la guerra. Alvin Straight
PARPELE
ANTÓN BORJA ARMANDO IGNASI IÑIGUIN KOLINAS ANDONI MIKEL ALVAR ALBAR PAULA ZEFE PATO OSKAR LAURY ACOSTA DANEL MAYI PABLO MANU ROKE MAITE FELIPE EGOITZ PAULA PRIMA NOE BOTTE PIKON TXABO TXOMIN NIKOLA RUFUS BORJA RUÍZ ANHELL JIMI XABI LUKEN LOS RATA MUERTA HUSKY PEDU TERESA JUANAL BARRAKILLA JUANPA, MARCUS, KG, P45 Y LOS QUE NO DECIMOS.
ESKERRIK ASKO