Edición Especial Literario

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Periódico comunitario de la comuna 3 Manrique

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Año 1 edición 7 / diciembre de 2011 / especial literario


Un regalo para Manrique

Contenido

Pág. 3

Fragmentos dispersos.

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Pág. 4

El nacimiento y lidias del niño Jesús.

Pág. 5

Mi amiga muerte. La ventana abierta. Noche de Bohemia y Paz.

Pág. 6

Propensiones y otros poemas.

Pág. 7

El Observador.

Pág. 8-9

Desde el cosmos hablan los colores.

Pág. 10

Teatro El Carángano, arte, tradición y folcklore. Circo se escribe con poema.

Pág. 11

La Tertulia de la Vida. Ilutrastración: José Arnulfo Uribe Tamayo

Pág. 12

Humo y humanos. Palabra para un autoretrato que despierta los sábados. De Luisito Rey y los niños del destierro.

Pág. 13

Pág. 14

Manrique`s Micros

Carlos, como los demás escritores, ilustradores, parceros y poetas, pone su corazón en estas letras, ahí va el mío. ¡Felices fiestas! Francisco Monsalve

Ilustración de portada: Cavernas del sentido, una obra de Juan David Jaramillo, Tobías. Revista Virtual de Ilustraciones Ecce Homo, 2010. http://issuu.com/tobiasgallery/docs/revista_tobias_gallery

Pág. 15

La Gorda y La Flaca. Tira cómica.

Odisea de un gato en la alborada. Una Balada para Bellote y su hazaña.

Tinta Tres es una publicación mensual y comunitaria realizada por la Corporación para la Comunicación Social y Comunitaria Corpomedios. Distribución Gratuita Año 1, Nº 7 - diciembre 2011 Edición Especial Circulamos con 20.000 ejemplares Impreso en los talleres gráficos de la Casa Editorial El Mundo

n esta Navidad, nuestro regalo para Manrique son dos cosas. La primera, es el Premio de Periodismo Comunitario que obtuvimos el pasado 18 de noviembre, cuando apenas teníamos tres ediciones publicadas, y que dedicamos a todo Manrique y su gente. La meta era llegar al primer lugar y así fue. Esperamos que Tinta Tres pueda convertirse en un medio tan colorido y diverso como Manrique, que dé mucho de qué hablar tanto en la comuna como en el país y en el mundo, ahora que tenemos la ventana abierta, el blog que es visitado por lectores de diferentes países. El segundo regalo es este que tiene en sus manos. Esta edición, que podría llamarse como la ilustración de Tobías que llevamos por portada, Cavernas del Sentido. La edición es una recopilación literaria, muy variada y elegante, llena de arte y sentido. Escribimos en ella la gran mayoría de personas que cada mes estamos detrás del periódico, cumpliendo con nuestras labores editoriales, de reportaje, fotografía, diseño, corrección, distribución y demás, para que Tinta Tres sea posible y usted lo pueda tener y leer. No es una edición que se agota en el tiempo, porque así como la literatura y el arte, no es lineal y se puede leer como Rayuela de Cortázar, como usted quiera y cuando usted quiera. Puede empezar por la última página, o por observar las fotografías de Desde el cosmos hablan los colores o por fragmentos dispersos… en fin. La hicimos con mucho detalle y lo más bonita que pudimos, porque los regalos se dan con amor y con el corazón, para que esa energía con que escribimos, editamos y publicamos, pueda mantenerse siempre viva cuando usted nos lee. Si lo desea mire primero las ilustraciones y después lea los cuentos, a ver qué tal. Y si lo desea más todavía, siéntese a leerlo en familia y compártalo con sus hijos, hermanos, pareja, vecinos, amigos… hasta con el gato y con el perro que también son protagonistas en esta edición, y finalmente celebre con nosotros este fin de año. Escribimos para ser mejores con nosotros mismos, para ser más humanos. Escribimos con deseo, para terminar bien en todo y empezar un año mejor; por eso creemos que humanizar el periodismo y las letras se parece a lo de santificar las fiestas, sentir que es la gente celebrando su obra, la labor diaria culminada.

Leider Restrepo, Director Nota del Editor …Y de su sorpresa. Algunas de las reseñas a los autores que acompañan las obras presentadas, son la debida expresión de las vidas y urgencias que acompañan a Carlos Andrés Orlas y que él salva de la anécdota con su prosa activista del ensueño. Amigo de la esfera y de fulano, de la semilla, de la literatura, de esta Tinta.

Desenlace. Grupo de Teatro La Barvca de los Locos.

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Aguinaldo literario

Juan David Jaramillo, Tobías (Ilustrador). De chiquito mamá Carmen lo llevaba a rastras hasta las clases de dibujo en Bellas

Artes. Él prefería patear cosas por la loma de la 72, en Manrique, el barrio de sus entrañas. Sus ojos grandotes, como dos almendras maduras, se embeben de las pequeñas escenas con las que la vida carga en su teatrillo andante de la cotidianidad. Es como si toda manifestación del arte hiciera posesión de él, una vocación que él no eligió, ya le estaba destina. Melómano, baterista, salvaje, pulcro, obsesivo, profundo, noctámbulo y filósofo onírico. Tobías, su seudónimo, es la única herencia que le dejó el tío quien a pesar de la ceguera seguía pintando con colores. Tobías, sobrino, en vez de papel en blanco ve un universo posible, no ensaya ni bosqueja, se lanza sin arneses. Cuando termina contempla lo hecho como algo que salió de sí mismo pero que le habla en un lenguaje que debe descifrar.

Dirección Leider Restrepo M. Editor Francisco Monsalve Diseño y Diagramación Mauricio Hoyos Leider Restrepo M. Comité Editorial Bibiana Marcela Ramírez Carlos Andrés Orlas Francisco Monsalve Viviana Ospina María Elena Durango Andrés Fernando Sánchez, Olga Patricia Acevedo, Guillermo León Ospina

Diana Soledad Pino Manuela Guzmán. Consejo de Redacción José Arnulfo Uribe Tamayo Anderson Ortíz Giraldo Paola Andrea Alarcón B. Isabel Rodríguez Ana Cristina Ayala Joni Alexander Restrepo Diana Soledad Pino Olga Patricia Acevedo Francisco Monsalve Guillermo Ospina Fernando Marín Henao Carlos Andrés Orlas Johan Monsalve Mónica García Delio Antonio Cardona Fredy Mejía Cadavid

Asesoría Periodística Maria Elena Durango R. Corrección de Estilo Francisco Monsalve Leider Restrepo Ilustraciones Juan David Jaramillo, Tobias Andrés Fernando Sánchez Francisco Monsalve Luisa Brisa José Arnulfo Uribe. Fotografía Joni Alexánder Restrepo Johan Monsalve Guillermo Ospina

Leider Restrepo Bibiana Ramírez Diana Soledad Pino Jefe de Distribución Olga Patricia Acevedo Colaboradores en esta Edición Mónica Islena Díaz Jorge Ramiro Giraldo María Alejandra Ramírez Alejandro Albán Claudia Rengifo Juan Fernando Henao Augusto Nemor

Interventoría Diana María Ortega Puerta Dirección General de Comunicaciones Alcadía de Medellín

Contacto: tintatresperiodico@gmail.com http://tintatres.blogspot.com Siguenos en:

»» Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política de Colombia)

»» La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independiencia profesional. (Artículo 73. Constitución Política de Colombia) »» Las opiniones y afirmaciones expresadas en los artículos son responsabilidad exclusiva de los autores y no son representativos, necesariamente, de la línea de pensamiento del periódico, ni responden forzosamente a opinión del director del mismo.


Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

Fragmentos dispersos María Alejandra Ramírez, alej-1602@hotmail.com Alejandra (planeta dualista a distorsionar, como así misma se define) es estudiante de gourmet internacional y en sus letras se refleja la sazón que pone en sus platos. Van estos fragmentos inéditos de su obra como una provocación, como un abrebocas.

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Algún día nuestros ojos se cruzarán y lucirán miradas quebradizas, se hará preguntas titubeantes la razón sobre cómo fueron a parar los pies en las narices de un encuentro imperceptible, teniendo que abrir la boca y mover los labios para dejar salir un atascado saludo acompañado de rostros tenuemente perdidos, maniobras del desconcierto. Oídos expectantes con historial de buena profesión ahora en bloqueo, brazos indecisos de estrechar con fuerza, ritmo cardíaco en recreo. Algún día, después de ese día, habrá otro día distinto donde hayan rostros diferentes con los cuales no poner en función frenética los sentidos, se transitará mecánicamente por el asfalto, se le sonreirá a lasplantas y a gente simpáticay no se echará de menos un anterior encuentro imperceptible… ya no estarán los cuerpos domesticados por las almas.

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La calle acoge tesoros, la calle dura, tesoros de carne y hueso, más hueso que carne, dientes lacerados, cabellos caóticos, pieles negras y no de pantera. Tesoros nómadas que cargan como equipaje sus propios pasos, alguna dosis de alucinación y un filo de seguridad. Hay sabios, hay malos, hay sabios buenos y malos, sabios buenos chalados. Hay gatos, gatos buenos y malos, gatos muy, muy chalados. Hay penas, penas melancólicas, nacientes, crecientes y exhumadas. Hay tesoros no encontrados, los hay que hacen daño, los hay patentados. Son estómagos en paro forzado, miradas ensimismadas, son carácter exaltado. Hay pequeños tesoros de predecible destino, tesoros que lamen y ladran de cola y hocico. Encuentro imperceptible… ya no estarán los cuerpos domesticados por las almas.

Un artista descansa Se toma su tiempo, va y viene, se des-preocupa por la forma, por aquella mujer o ese árbol del que cuelga una llanta y que le sugiere una obra. De un solo tirón pinta esa sencilléz y a la madrugada le plantea una complejidad, la desecha; es que no quiere que sepan que reposa sobre los pinceles y las paletas. Como paradoja siempre está en movimiento, dispuesto en sonrisas y palabras, atento a lo que acontece y a su desvarío estético. Al momento se detiene y contempla, vuelve y pinta, devela.

lustración: Andrés Sánchez

Andrés Sánchez, estudiante en Artes plásticas de la Universidad Nacional, sede Medellín, extiende su tinta sobre los lectores y su lectura sobre Tinta Tres.

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Nacimiento y lidias del niño Jesús Crónica de un desplazamiento forzado.

l interior de una casa. La sala es un pequeño cuarto, un sofá, dos sillas, un hombre joven y una niña de poco más de cuatro años, en una de las esquinas, una pequeña mesa sobre la cual se levanta un árbol artificial de color verde, varias bolas de colores amarillo y rojo cuelgan de sus ramas, hay también varias mariposas dispuestas en el grueso de las hojas y pequeños muñecos de varios colores, contextura robusta y barba blanca, en la punta del árbol una gran estrella. En la base del árbol se han dispuesto varias figuras, una de ellas es de mujer, viste túnica azul, roja y blanca, con gesto de mártir o de madre cabeza de familia agotada, aparentemente sumisa, frente a esta, una figura masculina encorvada, es un hombre adulto de cincuenta años aproximadamente, cabello largo y barbas, tiene un bastón, tras el hombre y la mujer reposan un buey y una mula, en medio de las cuatro figuras un espacio vacío. El hombre joven alimenta la niña, mientras ella tritura comida en su boca, repara serena las figuras y el árbol, la niña estira la mano y toma la figura de la mujer, traga y luego pronuncia: ¿Quiénes son ellos papi, por qué están ahí? Hum, reflexiona el joven y luego, pues yo podría contarte lo que me ha contado la historia, lo que ella dice, no lo que dicen de ella, como habrá quienes prefieran mezclarla con relatos mágicos y palomas que preñan hembras humanas. Ella es conocida como María, una mujer de clase humilde, vive en uno de los tantos caseríos de obreros, sirvientes y esclavos de una ciudad con un gobierno. En ese entonces el presidente era conocido como El Rey. María estaba comprometida con José, un hombre a simple vista mucho mayor que ella, con pinta de hippie, carpintero consagrado a su labor, muy humilde y devoto compañero, dice la historia. Resulta que María quedó en embarazo y como es normal le empezó a crecer la barriga. Todo se complica cuando en un aparente ataque de paranoia del rey, dada la sugerencia de sus consejeros reales, este decide y ordena que sus muy valientes soldados, a paso firme y espada en mano, incursionaran en las aldeas de los humildes campesinos y demás súbditos del reino, aduciendo, que todos los infantes, o sea todos los bebés como, tú mi amor, tenían que ser gloriosamente sacrificados, para garantizar la tranquila perpetuación del monarca en su sitio; decían que uno de esos cientos de niños, sería, según su sabio gabinete, quien pondría en riesgo la continuidad de su estilo de vida, las costumbres y el orden establecido; por tanto, todo el que corriera con suerte de estar en la primera infancia o recién nacido, tendría que dar un paseo sobre el filo de la autoridad real. Imagínate, ni José, ni María estaban dispuestos a entregar su hijo a la mortal ordenanza. Mientras los soldados del patrón se abrían paso triunfante entre las calles del pueblo sin hallar valerosa y eficaz oposición, José montó a María en la única mula que consiguió, o sea ésta – el joven toma la mula de la mesa, ubica a María sobre ella y hace un ademán de movimiento con ambas figuras, ubicando la figura de José frente a las dos anteriores. Con los pocos trapos que alcanzaron a coger, prácticamente solo con lo que tenían puesto, iniciaron un éxodo incentivado por la brutalidad y el desmán de las fuerzas de ese estado. José caminaba presuroso, bastón en mano, halando sin sosiego una cuerda atada a la mula; iban dejando tras ellos los lamentos indescriptibles y los ranchos en llamas de una población sometida al terror y la tiranía. Así pues, desarraigados y expulsados de la tierra donde habían constituido su familia, la mula, María y José iban

Por Maleno

monte adentro, cuando de pronto María se empezó a quejar, le dieron las contracciones; José hizo de tripas corazón, alcanzó a avistar una especie de potrero, un corral con paja y hacia allá se encaminó. Cuando llegaron María ya no aguantaba y como dicen Ana y Jaime en La Huida, “María abrió un vórtice entre sus piernas para que naciera otro Pedro…” o José, pero a este lo llamaron Jesús. Nunca imaginaron que ese nombre, escogido al amparo de la noche y el desplazamiento forzado, iba a sonar rimbombante después de dos mil años, ni que las causas por las cuales les tocó recibir a su hijo en una pesebrera, iban a prevalecer. María re-berraca, como que le fue muy bien pariendo, porque no se habla en la historia de complicaciones post-parto o pérdida de sangre o de embale alguno para cortar el cordón umbilical. En el corral estaba el buey y al calor de este y de la mula, apartaron José y María un lugarcito acolchonado con paja, para que el niño Jesús descansara. Papi, ¿y estos quiénes son? – Dice la niña señalando a los reyes magos, semiocultos tras el árbol. La historia dice que Jesús nació estrellado, en el momento mismo en que el niño nació, en lo alto del cielo, se vislumbró una estrella que relucía entre las otras, una estrella que sirvió de guía y aviso para unos personajes que aparentemente ya sabían que estaba por nacer el Mesías; por esta época se le llama caudillo ó terrorista. El caso es que decían que ese niño hecho hombre, será quien nos convocará y guiará a la convivencia en el amor, el respeto y la igualdad. Otros tres parceros, acudieron a llevarle detallitos a la sagrada familia, ahí como pa´ que se bandearan. El negro es Melchor, el chiquito Gaspar y el otro blanco alto Baltasar. Se encontraron en el camino a la pesebrera y llegaron juntos a los pocos días de nacido Jesús, con incienso y mirra que son plantas aromáticas y medicinales, además les tiraron la liga en oro pa´l pan. La niña termina de tragar otro bocado y medio consternada pregunta: ¿papi, ese es el mismo Jesús al que le pusieron clavos en las manos y los pies? El joven titubea y con una leve sonrisa irónica responde: sisas home, imagínate pues, ¡ah! Pero esa historia es más

inquietante, repetitiva y confusa. ¡Huy no! -se queja la niña-, luego levanta la mirada y señalando las bolas y la estrella pregunta: ¿Por qué? El joven prepara otra cucharada de cháncharos o frijol y luego dice: Mira amor, esta historia se cuenta de muchas maneras en todo el mundo y cada quien la contextualiza o la acopla como le parezca, el nombre del niño cambia, pero algo que es transversal e igual en cada una de las versiones, es la fe, la esperanza, muchos creemos que el árbol representa la vida misma, siempre en crecimiento, así como el nacimiento del niño y la tenacidad de quienes contra viento y marea luchan y defienden la vida; las bolas de colores parecen frutos del árbol, es como una tergiversada adoración a la madre tierra, donde están relacionados el hombre, la mujer, los animales, las plantas, los alimentos; La estrella por lo que he visto es como levantar la mirada al cielo sobre la majestuosidad de un árbol y además de ver sentir los rayos del sol bañándonos en vida. Por eso, independiente a los objetos materiales, a si hay adornos o no, en todo el mundo se añoran las festividades decembrinas como espacio para la reconciliación y la veneración inmaterial de la vida. Ahhh… - musita la niña, ya terminando el plato de comida y antes de pararse, se percata de un último detalle y sin dejarlo pasar por alto, señala el muñequito regordete y barbiblanco cuestionando nuevamente: ¡Ay parcerita!, ese man hace parte de las historias importadas, traídas de otro lado. Cuando Jesús, el imperio era Romano, ellos fueron quienes lo mataron, en nuestra época el mayor imperio es gringo y ese gordo es gringo, como que tiene tratados para el libre comercio impuesto en países con pérdida de identidad, al parecer trabaja con radioactividad o vainas nucleares, puesto que es capaz de hacer volar renos, que son como caballos con cachos, es el dueño de una maquila inmensa donde miles de dizque duendes, que más parecen niños huérfanos, trabajan día y noche haciendo juguetes que no llegan a usar; parece tener contactos con la ley, porque es el único que puede entrar y salir de las casas ajenas, sin permiso, por la chimenea o con escaleras o colgando por los balcones sin que lo tachen de delincuente; además, dado el aspecto físico de este tipito, yo diría que hace parte de los que acumulan lo que a tantos otros nos hace falta. Ummm… papi, muchas gracias por la comida… Con todo gusto mi amor, aunque es gracias a la madre tierra, omnipresente, omnipotente, todo poderosa, que todo nos lo provee.

Amén.

Jhon Garzón: Canto, gesto, camaradería, palabra y pensamiento emanan de este juglar de la comuna; voz de barrio, de comunero, de poeta marginal y rebelde. Jhon vive en la noosfera, con guitarra en mano, con la improvisación certera, con la mirada puesta más allá de lo concreto, fijado y establecido. Pone a volar con la palabra, insufla a Tinta Tres de poesía urbana, de contacto urbano, desde abajo y hacia el lado del corazón. Ilustración: Tres reyes, por Maxgallinazo


Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

Mi amiga muerte

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“Todos a través de nuestras vidas alimentamos todo tipo de miedos y temores, uno de ellos es la muerte”. Así inicia este relato de Ramiro, artista popular y promotor cultural del barrio La Salle, a quien respaldamos en su labor artística, literaria, formativa y propositiva, publicando algunos apartes de su obra inédita.

(fragmento)

Jorge Ramiro Giraldo Tobón

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na noche, cansado de leer, queriendo relajarse se acostó en su cama. A los pocos minutos quedó en un sueño… en este sueño, la voz que en ocasiones anteriores escuchaba lejana, podía sentirla cerca y con palabras que fácilmente entendía, saludaba a Pablo diciéndole hola, soy lo que buscas, por lo que hace tanto tiempo indaga la respuesta a tus preguntas. Mientras ella hablaba Pablo no salía de su asombro. Extasiado escuchaba esa suave y dulce voz de mujer. Decía ella: Soy el omega, el fin de todas las cosas y quiero ser tu amiga, que aceptes mi presencia sin temor, ¿me aceptas?...luego de escucharla Pablo con alegría respondió: Sí, eres lo que he buscado por tanto tiempo, ahora que estás aquí me siento tan bien, estoy tan feliz… y sí, te acepto como mi amiga muerte, para que te quedes conmigo y así poder conocerte un poco más. Muchas otras veces he sentido tu presencia y he querido saber quién eres, hoy tú estás aquí, dime ¿cómo te llamas y de dónde vienes? -tú ya lo sabes, soy la muerte o mejor aún, soy tu amiga muerte, así me has llamado

Ilustración: Andrés Sánchez

y vengo de un lugar donde todo es eterno… donde no se necesita de nada, donde no existe ni el tiempo ni el espacio…soy tu amiga muerte: soy ella, soy tu amiga muerte, tu amiga muerte- escuchando esto Pablo fue despertando poco a poco; desde ese momento su vida cambió, mucho, mucho, más, ya que por fin había encontrado la respuesta esperada, se notaba su semblante ya más tranquilo, se sentía decidido en lo que quería. Cada noche se preparaba para su visita, para sentirla, para escucharla… poco a poco ella fue adueñándose de su tiempo, de su vida. En una de sus asiduas conversaciones notó que había tristeza y melancolía en lo que ella le hablaba. Decía: no sabes la tristeza que se siente al saber que eres rechazada por la humanidad, que no acepten mi presencia; no se dan cuenta que lo que viven en este mundo material es efímero, que nada es para siempre, si se interesaran en conocerme un poco a lo mejor me entenderían, entonces yo no sentiría tristeza en el alma como tú.

fafafafaf

La ventana abierta Susan Moreno (Mónica Díaz)

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ra de noche, eso creo. Había dejado la ventana abierta y de pronto una cometa de colores que olían a bosque entró por ella. No sé si volaba o si estaba suspendida, solo puedo decir que cuando abrí los ojos me miraba –no ella–, sino la luna que iba atada a su cordel. Me miraba y brillaba tenuemente con esa luz que no es propia, una luz que apenas lograba iluminar mi cuarto. Una a una aparecieron estrellas hasta que el Universo mismo quedó contenido en la habitación; vi planetas que ni siquiera podría haber imaginado. Cada uno de ellos pasaba frente a mí como saludando. Estaba contemplando el espectáculo más hermoso y no sabía por qué, quizá era un sueño. De repente la luna habló y dijo: “debes elegir uno”. No pude contestar nada, pero ella insistió: “debes elegir uno”. ¿Un qué? -repuse. Un planeta, respondió, uno en el que quieras vivir de ahora en adelante; ya todos se han presentado, los grandes y los pequeños. ¿Por qué debo elegir? Porque la tierra va a evolucionar. ¿Evolucionar? -murmuré. Una lágrima lunar, gris y fría rodó por la cara frontal de la luna mientras decía: “Sí, la tierra va a ser desocupada, mañana ya no será nada”. Mónica Díaz es estudiante de Letras Filología Hispánica de la Universidad de Antioquia, e integrante del equipo de corrección de estilo del periódico Tinta Tres. Su pluma tiene la magia que todo lo envuelve, que se introduce en sentimientos insospechados; sus cuentos se inmiscuyen en lo más recóndito de las intimidades del ser humano, y se instalan, la develan, como si te introdujeran un dedo en el corazón, la existencia a través de una ventana. Ilustración: Andrés Sánchez López

Noche de Bohemia y Paz Evento bandera de la Corporación Núcleo de Vida Ciudadana, desde el año 2003. Es el espacio donde se dan cita cada segundo viernes de mes, arte y cultura, promocionando siempre el bienestar y talentos de los habitantes del barrio La Salle y de sectores aledaños.

Ya son ocho años, apoyando, la danza, el teatro, el canto, la cuentería. Por el escenario de la Noche de bohemia y paz ha desfilado lo más selecto del arte popular, de la zona nororiental y para la ciudad de Medellín. Hasta la fecha, más de 800 artistas han asistido a este encuentro, con un único compromiso de entretener y divertir, de entregar alegría a propios y extraños.

De esta manera viven las gentes, para darle, sentido a sus momentos soñando con los mejores tiempos. Noche de Bohemia y paz: Corporación Núcleo de Vida Ciudadana, en el Recinto La Salle, Villa de Guadalupe, carrera 42 B número. 93-60


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Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

Propensiones y otros poemas Francisco Monsalve, soyfranko@hotmail.com

Propensiones

Abanico

Contratiempos

Los días en que se va la luz tendemos a la ilegalidad, a la más absoluta ceguera.

Como el grabado sobre un abanico sus piernas se abrieron conforme el bochorno se desleía hacia afuera

Los calendarios traen anuncios para los que trafican con la sal y las ondas de radio, por igual.

cuando no hay agua en el barrio la gente sale con grandes baldes a buscarla, allí donde esté según los dictados de la sed. Los días en que estamos solos y se va la gente o cortan la gente o detienen su fluido es natural que propendamos a encender hogueras a bañarnos juntos a exprimir la razón para hacer limonada,

el desborde de los fluidos espanta las moscas, ablanda tus diques precipita el derrame de los líquenes, dispersa las cortinas ventilo con mi aliento la inundación salida de un grabado que se abre, abundante y contenida apenas por mis labios.

Hay vocablos que tienen la certeza de una fecha. y números que nombran el día de un mendigo, su ingreso per cápita. los días languidecen y enferman conforme al centavo y al dólar. los espasmos de tres mujeres Hacen fila tras el martes, y los mensajes se agrupan bajo el pellejo de un viejo zorro. Así dispara el cazador. así los almanaques confunden nuestros soles y trafican con las almas...

bombas caseras. en las fechas hilvanadas y pulcras se refugian los profetas y las estafas.

Inundación

Peticioes:

El centinela dio la voz de alerta cuando nadie escuchaba.

Si te piden a tu paso dos o tres palabras esdrújulas, si te exigen un panal o una fea costumbre

La ola contra las rocas: saeta que lanzan los peces. El grito es la sed que lanzan los pescadores y siempre habrá cardúmenes mientras la voz del centinela no llegué hasta el centro del invasor pez.

has como si fueras forastero no des tus ojos a los esbirros, niégale a los perros sus promesas y a los que quieran someterte sus ladridos.

Resuenan los pasos de animales en tierra que oxidan el aire; llevan palabras secretas a los oídos húmedos y sordos del puerto de barqueros vencido. No hay héroes en este país y los faros se fundieron. que los de su muerte honda. En adelante podrás decir como pueden pocos, que al mundo viniste solo al mundo.

Francisco Monsalve, parece emanado de las entrañas de la tierra, como diría el Nicanor Parra, tiene la palabra mágica, encarna un verbo ardiente, hondo, poético, surrealista y dislocante, caótico, entonado con el mundo del sueño, el color y la imaginación. “Anda con la palabra en los pliegues de la carne, el gesto en el bolsillo, flor de los caminos, realidad sin dogmatismos”. Diría que tiene la pluma más incendiaria (iluminadora si se quiere) de Tinta Tres. Franco llegó a la comuna como El Principito al desierto y ahí está, creando mundos en la tierra y sonriendo de noche en las estrellas.


Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

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El observador

Luis Fernando Henao / Fotografía: Mural Biblioteca El Raizal, Franco.

Crónica ganadora del primer puesto en su modalidad, del concurso A Lápiz cuento Mi ciudad, la música se toma la palabra, de la Fundación Ratón de Biblioteca. El autor hace parte del taller Multiplicadores, de la Biblioteca El Raizal. 13 de octubre de… 2011, creo. 16:40. No les voy a hablar de mí pues no es el fin, pero les voy a decir quién soy para que se hagan una idea. Soy un joven cuya edad no importa, desde muy pequeño me catalogué como alguien secundario… (nada que ver con falta de autoestima) lo que quiero decir es que no esperaba, ni espero que me ocurran sucesos sorprendentes como al protagonista de un película, en conclusión soy un “Observador”; no somos muchos en el mundo, ni queremos ser gente del común, no interferimos en peleas, obras humanitarias, movimientos revolucionarios u otros movimientos creados, porque como ya les dije, solo soy un observador… ¿Qué observo? Aunque en sí observo la vida, hay algo de ella que me llama mucho la atención… La música: increíble sonido desplazándose por el aire en ondas; no es solo música, es un mundo abierto de mensajes descubiertos y por descubrir, con ciertas armoniosas melodías. 16:45. Estoy en mi residencia en la partecita del hogar que me otorgaron, lo normal, yo escuchando a la agrupación musical que me hace ver todo de otra manera (a mi manera). De repente todo se nubla, mi mente colapsa y no le hayo significado a la música, que es de los temas que más me gustan, me siento raro, como cuando te caes de cabeza de un tercer piso y cierras los ojos antes de impactar contra el piso, es frustrante… 16:50. Decidí ir a la ciudad, pues en mi casa no voy a encontrar respuestas, porque he visto las mismas trece paredes todos estos años, los mismos agujeros, el mismo techo… aquí ya nada me sorprende. No voy a ir en uno de esos transportes amarillos porque el presupuesto monetario no nos da para tanto, mejor me voy en uno de esos transportes masivos que son blancos con rojo y verde, de cuatro ruedas, y pesados a los que la gente llama colectivos. 17:20 Llego al último paradero y me bajo, camino entre la multitud, todos parecen ir hacia la misma dirección (huyendo de la muerte), es como si todas las personas se hubieran puesto de acuerdo para ir con afán… supongo que cada uno debe tener su propio objetivo inalcanzable (pero qué más da), sigo caminando y paso por una estación de policía. En las afueras de aquel recinto llega una camioneta gris, algo lujosa y con publicidad de una cadena televisiva, de la camioneta tan distintiva sale un reportero que se dispone a entrevistar a un policía de alto rango (supongo), el 95 por ciento de las personas que pasan, voltean su cabeza para ver qué pasa, es como una ola de miradas, yo solo observo la escena 3 segundos, pues me parecía una tontería tanto escándalo. 17:34. Camino y camino… volteo en la esquina de una extraña calle y hay dos mujeres agrediéndose físicamente, alguien de la nada grita “pelea” y la gente sin ser llamada las rodea, todos a la expectativa, solo quieren ver sangre, no se preocupan de que alguna de estas dos mujeres salga herida, no observé mucho el espectáculo pero supongo que las dos salieron perdiendo, creo que se estaban peleando por “la competencia femenina”… Antiguamente se decía que las mujeres se “arreglaban” para atrapar al mejor hombre (como un anzuelo a la espera de un pez), en la actualidad las mujeres se disfrazan porque les da la gana (aun si no hay hombres) y porque quieren ser más llamativas que sus contrincantes (las demás mujeres). Volviendo al tema… Una

mujer refinada con su esponjoso abrigo, que quien sabe de qué animal estará hecho Vs. otra mujer, que parecía ser más joven, pero era una desechable con su poca ropa y su actitud rebelde (escenario nada raro en esta ciudad). 17:49 Por fin, llego a un parque, el Parque San Ignacio. Escojo una banca como todas las otras, aunque desgastada y algo antigua, no pasó mucho tiempo cuando giré mi cabeza y vi una vieja hermosa: vieja porque se le notaban los años y su arquitectura permitía ver en cada rasgo cada año, cada esfuerzo por construirla, nada como las edificaciones actuales que solo dejan ver las ideas de un novato y loco arquitecto. Hermosa porque expresaba cada daño que había pasado, cada invierno que había sufrido, se resaltaba su estilo medieval… (un poco gótica). Se le llama la iglesia de San Ignacio (nada que ver con el nombre del parque), pero sí es una elegante estructura que te hace reflexionar sobre la morfología del mundo. 17:55 ¡Pero qué escucho!... las campanas de tal magnificencia, su sonido vuela sumergido en el viento queriendo escapar llegando a mis oídos y diciéndome el gran significado que fui a buscar, pero cuando creía comprenderlo, el ruido del mundo me desconcentra y lo pierdo. 17:58 Presto atención ahora a lo que me rodea, un señor al frente mío, unos zapatos rojos, una vendedora ambulante, un sombrero extravagante… no observo algo por más de siete segundos, pues sería derrochar la atención y podría utilizarla observando otra cosa, otro objeto u otro suceso natural. 18:05 Empieza a anochecer, fue un día gris, algunas lloviznas, nada de sol, todo muy frío (así me gustan los días)… El cielo se oscurece más rápido que de costumbre y se logra ver cómo la luz del día es arrastrada de entre las nubes y llevada hacia el tormentoso occidente. 18:09 Algo llama mi atención: un señor ya de edad muy avanzada entonó una canción tipo años 80, varios viejecitos están alabando su canto, creo que para ellos el anciano cantaba bien, no me fijo en la canción sino en la reacción de las demás personas, debe de ser una canción muy agradable puesto que sonríen… se les nota su viaje al pasado. 18:15 Es hora de irme… me siento observado, doy una vuelta por el parque, un vividor de la calle me persigue con una mirada objetiva, maliciosa, perdida, debe de tener frío en una mano pues no la muestra, además en ella tiene algo puntiagudo, cada vez aumento la velocidad y cruzo la calle, en la esquina que sigue, voy a pasar pero el semáforo está en verde y los carros pasan desenfrenadamente, carros rojos, negros, grises, taxis, buses, motos de todo tipo, sin esperarlo mi mundo se agita y siento algo en mi espalda… un señor pidiéndome permiso, el indigente se acerca y cuando ya todo estaba echado

a la suerte, inesperadamente el semáforo cambia a rojo (es una felicidad espontánea pero no duradera) observo hacia atrás y el indigente ahora viene acompañado… (Otro indigente) cuando cruzo la calle me doy cuenta que me estoy devolviendo por donde vine hace ya un tiempo, paso por la estación de policía, aunque ellos no sirven de mucho en estos casos, por ello continúo huyendo disimuladamente, de repente me doy cuenta de que al otro lado de la calle está mi salvación, pero ocurre lo que me temía… el semáforo cambia a verde y no hay tiempo, decido pasar, esquivo una moto, una moto me esquiva a mí y en la mitad de la calle me doy cuenta de que me puedo accidentar con un automóvil, despreciando el riesgo del trafico corro y los personajes estos me siguen, ya lo iba a lograr, pero antes de llegar a tan gris y tan segura acera un leve auto se acerca con tal rapidez que no ve que se dirige hacia uno… Hacia uno de los indigentes… y lo arroya, su acompañante y yo lo observamos, a este que no le pasa nada no le importa y aún me sigue, llego a lo que me va a salvar, uno de esos almacenes de cadena, grandes y lujosos, pues lo que se vende no es nada barato, entro y veo “el cielo” muchas personas, seguridad, estantes y objetos que venden… 18:21 Me adentro diez metros y volteo a ver hacia la puerta, el personal de seguridad detiene al persecutor, con su apariencia no genera mucha confianza, le preguntan “¿hacia dónde se dirige?”, él no responde porque igual sabe que no entrará. 18:32. He dado unas cuantas vueltas por el almacén mirando las marcas, todo tan limpio, ordenado y un ambiente agradable.

18:33. Salgo por otra puerta y me dirijo a subirme en un colectivo para llegar a mi casa. 19:08. En mi cuarto de nuevo, decido que el significado de la música me lo iba a decir algo que produjera música, por fortuna estoy aprendiendo a tocar el mejor instrumento del mundo, ¿saben cuál es?, ¡Sí, ese es! Y me alegro mucho de tenerlo en mi poder. 19:10. El primer sonido que sale del preciado instrumento… fue suficiente, lo he comprendido todo. (Mi maestro de ciencias dice que todo se estudia y se enseña) La Música es algo que no se estudia, porque expresarse es algo natural, (y si no te expresas estás muerto, si estás muerto no existes), la música no se enseña, se enseña a manipular un instrumento, pero aprender a querer este bello arte toma tiempo y no se encuentra en ningún libro. 19:16. Me siento casi completo, una felicidad enorme como cuando te sacan de la morgue porque al parecer no estás muerto. 19:20. Aunque es de noche, con la música puedo apreciar el canto de los murciélagos, el frío de la noche, el color azul de las flores que no veo, pero que sé que están allí. 23:59. ¡No hay mejor significado que el que acabas de descubrir! ¿Verdad?


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Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

Desde el cosmos hablan los colores Reportaje gráfico Bibiana Ramírez

Eternidad conjugada para detener este transcurso por la tierra. Lo efímero es bello. Se queda anclado a todos los sentidos en policromías instigadoras al movimiento. Es un cuento muy bien narrado este de convivir con la naturaleza. Formas, olores y colores que conspiran para un deleite sobrenatural. Es un éxtasis para el ojo reparar en grandes seres invisibles en comparación con el cosmos. Allí abajo, en la tierra, está representado todo lo que hay allí arriba, en el gran vacío, ese que miro y miramos tantas veces sin parar, tratando de hacer esta comparación. Las flores, los pájaros y las mariposas crean la receta más hermosa para la gran danza celestial. Olor, canto y color conspiran para que la poesía flote como una burbuja en el aire y reviente de ternura.

Son seres que habitan la tierra en un constante fluir, generando el equilibrio perfecto con el hombre. Son minúsculos a la vista, pero grandes cuando se penetra en su mundo. Ellos pintan de armonía cada espacio que visitan.Son efímeros. Están por todas partes. Es una danza cósmica donde lucen su mejor traje, y nos invitan al ensueño y al despertar de la conciencia.


Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

Las fotos de Bibiana Ramírez (periodísta y fotógrafa de la naturaleza) retienen su experiencia vital de colores y formas infinitas de la vida. Con su ojo entendemos que cada animalito y cada planta, es un ser perfecto, portador de una belleza indiscutible y digna de admiración.

Si es cierto que el ser humano es el ojo que contempla el universo, son los otros seres los que seducen la mirada, la lente.

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Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

Teatro El Carángano: arte, tradición y folcklore Por John Garzón, jgarzóna@gmail.com

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El teatro libera la mente, el cuerpo, el sentimiento, las masas, la vida diaria... Por la mitad de los candentes 80`s, empiezan a aparecer en las plazas públicas de Bogotá, con “Domitilo, el rey de la rumba”, una obra de crítica burlona, al ridículo de tener que pedir permiso al gobierno para hacer arte. No muy gratamente recuerdan ocasiones en las que han tenido problemas con las autoridades, “porque toca pedir permiso” y con él o sin él, la función se da, además, “a veces no lo conceden y pese a tenerlo, en ocasiones, la ley no permite el acto”. Tras un par de décadas de funciones y no menos de siete constantes obras, en octubre estrenaron tradiciones y tambores, que recopila narraciones históricas sobre Bolívar y San Martín en su paso por el Perú. Conocidos por muchos en la ciudad de Medellín por sus renuentes presentaciones en los parques de Bolívar y San Ignacio, comparten a diario con el espectador del común su vocación y profesión, “es para ellos para quienes está hecho el teatro” afirman, “para grandes y chicos”.

as poblaciones de cada territorio somos bombardeadas con opciones de vida que, generalmente, tienen ya un propósito productivo; el ser humano olvida ser, y el arte nos devuelve a ese quizá “país de las maravillas”. El Carángano es un instrumento musical de percusión, elaborado en guadua, traído del África, a él un homenaje. Álvaro Bello García, es un Don que a todo el mundo le regala el don. Un hombre moreno que pasa de los 1.80 de altura. Denis Gómez Cáceres, es una mujer delgada, de estatura media y tez pálida, silenciosa, atenta y puntual. Cuando conversan se complementan mutuamente. Juntos dan vida al Grupo de teatro El Carángano que desde hace más de 25 años vienen atravesado el territorio colombiano de sur a norte, haciendo teatro al aire libre. Compañeros de todas pasiones, padres de tres hombres y dos mujeres, todos y ellas de diferentes regiones del país. Con funciones en lugares públicos y privados, han contribuido a la formación de unos espectadores para el teatro.

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Circo: un mundo seres mágicos... Por Manuela Guzmán Carlos Andrés Orlas

Dos motociclistas completamente locos de ruido se entrecruzan a la velocidad de cien kilómetros entre una esfera de metal. Cuando salen están temblorosos y demacrados, un sudor frío les cuelga de la frente; agradecen al público con una sonrisa de ultratumba. Caen desmayados sobre un colchón de aplausos.

Jaime Jaramillo Escobar

Pensar y sentir el espacio del circo es para Manuela Guzmán, coautora del texto, “una forma de expresión muy pura, sin distingo de clase y estrato social; el circo es transformador de vidas”. Con este texto se hace un homenaje al circo como espacio de magia, juego y fuego, donde la comunidad encuentra la posibilidad de sentir otras vibraciones, de reír y maravillarse, una experiencia de ensoñación alucinante. Ilustración: Franco

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l mundo circense también ha sido recreado en el cine. Inolvidable, por la sencillez y naturalidad de su humor, El Circo de Chaplin; o el Tambor de hojalata, donde se muestra al circo como el único refugio para la soledad de un niño que ha decidido no crecer. Finalmente, hay una película que a nuestro parecer rezuma el espíritu del circo: Santa Sangre de Alejandro Jodorowsky, donde se muestra al circo como una experiencia psico-mágica de encuentro con la muerte, la soledad, el dolor, la locura, el ser. Y es que el circo está lleno de seres enigmáticos, se diría que “anormales”, que no encajan en la sociedad. Cada personaje del circo lleva dentro de sí la magia pero también cierta angustia, como la de los animales amaestrados mediante severo maltrato; es la angustia de seres marginales condenados a vagar por el mundo como gitanos con sus maravillas alquímicas y sus enigmáticos dominios. En cualquier función de un “circo pobre”, encontramos que se trata también de un laboratorio de teatro mágico y primitivo: un ritual (música, color, humor, hipnosis, límite, riesgo, destreza…) que llega a encantar los sentidos,

incluso a alterarlos. El circo tiene espíritu gitano, misterioso: es una ilusión que se convierte en realidad y esa es la medida de su magia, es un acto que transforma la escoria del cuerpo en energía y esa es la medida de su alquimia. Jean Genet, en Carta a un Funámbulo, corrobora el hecho profundamente místico, poético y solitario del artista de circo. Dice Genet: “Cruelmente, él aleja cualquier curioso, cualquier amigo, cualquier solicitación que intentara inclinar su obra hacia el mundo. Está solo. Su aparente maldición le consentirá todas las audacias, ya que ninguna mirada le perturba. Helo moviéndose en un elemento que se asemeja al desierto, a la muerte”.

Circo al barrio

Bastará decir que muchos circos transitan por nuestra comuna, brindando magia, alegría, suspenso y emoción por la módica suma de mil pesos. Hombres y mujeres con sus hijos se encargan de todo el espectáculo; sensacionales vestuarios y maquillajes transforman a estos personajes en seres de otro mundo. Vienen de muy lejos y van hacia más allá, siempre viajando: están fuera de la historia, del tiempo, de las barreras. Los circos “pobres” son espacios de resistencia, extracotidianos, puentes que trascienden la realidad, la subvierten por arte de magia.

Vida de Libros Sería agradable tocarte, entrar en tus letras- venas, en tus pensamientos- párrafos, en tu ser.

Estas allí dispuesto y no me resisto, abro tus hojas inmunes, Intimido tus inmemorables “pensamientos” Y comienzo a hurgarte penetrándote con mi mirada fija y concentrada. No pierdo detalle alguno de tu minucioso historial inmenso como la imaginación. Te veo, te siento, no me ves, no me tocas. Tú, insensible al dolor físico mueres al terminarte y con gran satisfacción se quedan tus secretos en mí. Ahora te veo en el mismo lugar, pero ya viejo y gastado permaneces inmóvil en el cómodo y organizado librero. Manuela Guzmán


Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

La tertulia de la vida Tinto, poema y canción, una tertulia que ha reunido a mujeres del barrio San José La Cima Nº 1 en torno al arte, a los recuerdos y con la esperanza de una vida más clara y sana.

Por Bibiana Ramírez

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uando estoy llegando a San José La Cima Nº 1, al lado de un cactus y en un segundo piso, se escuchan las voces de unas señoras que conversan. Voy para la tertulia Un tinto, un poema y una canción. Cuando entro veo a Blanca Barrera quien les está contando algo. Hay un grupo de unas treinta señoras que escuchan atentamente, se ríen y aportan a la conversación. Están discutiendo “algunas palabras que los jóvenes de ahora no conocen y menos el significado, palabras que hacían parte del parlache de la época, unos 40 años atrás”, dicen ellas. Definen lo que es la palabra gulunguear. Blanca me explica que “es proveniente del pájaro llamado gulungo de plumas negras, con patas y pico amarillo, éste hace un nido que cuelga y se mece. Lo mismo hacían con la carne en los viejos tiempos, la colgaban de unos palos y la mecían para que se secara más rápido, a esto le decían gulunguear”. Todas me saludaron con mucho entusiasmo. Algunas me observaban fijamente como si tuvieran algo para contar o les generara confianza, porque apenas cruzábamos las miradas, había una sonrisa de complicidad. En un salón pequeño se reúnen, todos los lunes a las cuatro de la tarde 38 mujeres. Es la casa de Blanca, la que las recibe en torno a la tertulia. En el salón hay objetos antiguos de toda clase, porque a Blanca le gusta coleccionarlos, esto le da un ambiente de pueblo antioqueño, igual que el nombre de la tertulia. Todo empezó un cinco de enero de 2008. Blanca, que es una líder comunitaria, presidenta de Asocomunal, y maestra de oficio, se encontró en esos días con tres mujeres que estaban en la esquina de su cuadra conversando. Le hicieron saber que no tenían más que hacer sino “chismosiar”. Sus vidas se tornaban tediosas y en su mayoría, tristes. Lo que hizo Blanca fue invitarlas para su casa y allí iniciar una tertulia. A los ocho días llegaron cuatro. Después fue aumentando el número hasta hoy que ya no da el espacio para más. Blanca recuerda que “al principio fueron dos meses de monólogos. Yo hablaba y hablaba y ellas asentían con la cabeza y ni una palabra. Luego empezamos a contarnos nuestros recuerdos de infancia, de adolescencia y eso fue como revivir.” Hicimos una entrevista grupal. Lo primero que les pregunté es qué hacen ellas reunidas allí. Todas querían hablar y cada una aportó, muy elocuentemente, una frase a la respuesta. “Nos sentamos a conversar, a bailar, hacemos teatro, tenemos un grupo de danza. Aquí conversamos de todo lo que nos conmueve. Blanca nos da unas conferencias hermosas de los temas que nosotros no hemos tenido casi acercamiento como la sexualidad, el lenguaje y de otros que sí lo hemos tenido pero de manera distinta como la biblia, la amistad, los recuerdos. Aquí hacemos amigas. Tomamos algos muy variados y sabrosos. Nos contamos nuestras penas. También jugamos bingo, hacemos paseos, fiestas y nos tomamos los aguardienticos”. A la tertulia llegan señoras mayores de 50 años, y no les gusta que les digan que son de la tercera edad, por que se sienten muy jóvenes y con bastante energía. Y también

están abiertas a recibir al que quiera ir, inclusive hombres. Hoy fue una niña a compartir y una joven, que según la tía, no salía de casa y se quedaba durmiendo, viendo novelas, con una vida muy aburrida, “y desde que la invité, la cara le ha cambiado”. La siguiente pregunta y tal vez la más trascendental porque despertó los ánimos de todas fue: ¿cómo les ha cambiado la vida después de la tertulia? Es como si hubieran estado esperándola desde hace mucho tiempo. De ahí salieron muchas voces, fue un collage de sentimiento, de bella energía por ese encuentro. Todas estuvieron de acuerdo en que algo cambió y con mucho valor positivo para sus vidas. La risa es la muestra de esa transformación que dieron a sus espíritus.

Dioselina

“Yo cuando llegué creía que no tenía nada para aportar. Creía que mi voz era fea y se iban a burlar. Pero luego fue que hablé y me di cuenta que la vida me había regalado muchas historias y que a mis compañeras les interesaba, porque también ellas tenían las suyas. Aquí hubo un recibimiento de hermandad, como en una nueva familia. Yo era una zurumbática, y me daba pena de todo”.

Luz Elena

“Es como volver a nacer. Apenas estoy empezando a vivir. Cuando éramos jóvenes, los padres nos mantenían encerradas, las mamás eran celosas y no permitían que saliéramos con nadie. Los papás nos mantenían con pena, ni los podíamos mirar a los ojos. Luego nos casamos y nos tocó entregar la vida a los esposos, ahí siguió el encierro. Entonces venir aquí es encontrarse con algo nuevo. Uno al principio llega con pena por esa represión de toda la vida. Pero luego todo va cambiando, va uno despertando. Y encontrarse con Blanca, que es una madre para nosotros, es un regalo”.

Nela

“Yo sí llegué loca, desde joven no me daba pena de nada, era sonriente, alegre, bailarina. Me casé, pero seguí igual de alegre. Y ahora que tengo75 años me siento más joven. Yo soy la que las hago reír, cuento chistes, canto tangos, hago teatro y ellas bailan”.

Rosa

“Yo antes no había tenido ni una amiga y ahora son muchas y las quiero bastante, porque hay sinceridad en ellas”. Blanca siente que ha ayudado a transformar un poco la sociedad y ha aportado a la felicidad de muchas familias en Manrique, sin pensarlo, pero con intención, al reunir estas mujeres. Al escucharlas hablar, su corazón se estremece y se llena de alegría. “Lo más bello de todo es que desde que empezamos, hasta ahora, el rostro les ha cambiado tremendamente, han pasado de tener mala cara, el ceño fruncido, a sonreír y estar despejadas. La idea es sacar ese doble que llevamos por dentro”.

¡Canción tertuliana! Aquí en esta tertulia venimos a escuchar un poema y una canción y un tinto para empezar El tinto que nos ofrecen tiene una gota de amor y otra gota de cariño y nos encima el corazón Disfrutemos todo esto con todo el corazón porque el trato que nos dan es amor y más amor Cuando voy a la tertulia a tomar tinto o café pensé que no me querían y una madre me encontré Dios bendiga a la tertulia y a los que ayudan también a escuchar al que llega y a saberlo comprender Escuchemos pues muchachas y sepamos comprender a la profe que un día nos dio amor sin interés Ya con esta me despido de doña Blanca también que es la dueña de la tertulia Lo mejor que pudo hacer Y con esta me despido lo hago por segunda vez dándole honor al nombre tinto, poema y canción Por: Nela Gómez

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Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

Humo y humanos Dos textos de un bloguero de Manrique. http://artefactose.com/blogs/blog/perroelectrico/verdeverdad/ Juan Cerbero, salvolando@gmail.com

Palabras para un autorretrato que despierta los sábados.

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¿

esarmada. El crisantemo procura. Un parpadeo me cuesta la vida. Decime sí, llévame a nadar, a acariciar con mis pies las algas. Es una conspiración antagónica la mía. ¿Qué hay allí abajo, eso que se mueve por el agua oscura, que me acaricia y me aterra? Mírame como invoco a la luna, como hago de mi sangre acuarela, como me enfermo, por no dejar. Yo te miro, tú sientes cuánto te miro, admirando tu belleza que me golpea. Es tan fácil, como quien arranca una flor y la guarda en un libro, la simpleza. Yo camino entre hilos enredados, a los que me ato, a los que en cada amarre intento descifrar, apreciando cada nudo, una verdad que no es solo mía. Mía... como si poseer fuera la fuerza. Te engaña esa manera de pensar la tuya. ¿Se poseen los artificios? !Ah! es que la grandeza que pintamos no es inocua. Y es tan fácil la simpleza para los que minúsculos se vierten en el todo. De ellos es el genio del amor. Aquí estoy desbaratando mi cuerpo, desencajando la armadura tras la que se esconde el silencio. ¡Un cajoncito pequeño para cada extremidad! -le digo al viejo que vende anacronismos- Mejor cofres, adornados de flores, para cada extremidad. Allí mi mano, allí mi cabello, allí mis ojos... allí...mi...mi... guárdalo todo. Y cúbrelo con las cenizas que han dejado mis incendios.

Alguna vez se han preguntado por qué fumamos los humanos? Aquí, una hipótesis.

Fumar es medir, inconcientemente, el tiempo que se demora el fuego (la lumbre) en llegar hasta la boca.
En otras palabras, fumar es evocar el primer aliento de vida, doloroso por
lo nuevo y ardiente por lo externo.
En el momento de nacer, nos sentimos ahogados por el aire, que inaugura
nuestros pulmones de manera traumática y definitiva. ¡Nos sentimos morir!
De hecho, hemos abandonado la vida líquida intrauterina, para dar paso al
mundo gaseoso, etéreo, de la mente. Encender un cigarrillo nos devuelve al estado de ansiedad pre-natal:
-La luz se acerca, la ansiedad crece, el temido momento toma forma. Nos
complacemos en la repetición de aquel instante terriblemente glorioso, en el
que la vida nos arrebata de las entrañas de la eternidad, para entregarnos
al mundo transitorio del espacio-tiempo; al mundo de los relojes y de los
cigarrillos. Sentimos un alivio especial al terminar de fumar: la ansiedad se apaga por
un rato, ya que no nos ha sobrevenido un cambio significativo: Seguimos aquí!
Cada cigarrillo que se extingue es un falso triunfo sobre la muerte y una
obstrucción real del primer recuerdo; es una negación! El humo simboliza nuestra vida humana y pasajera; representa lo inasible del
tiempo y por lo tanto,de nuestra mortal existencia.
Nacer significa trascender al plano etéreo. Tal vez ya estamos en el reino de los cielos.
Quizá ya estamos muertos y no lo sabemos; sólo vamos recogiendo pasos y
recuerdos…
Entonces, ¿por qué nos seguimos consumiendo?

Ilustración: Franco / Manuela Guzmán

Alejandro Albán, cuentos desde la periferia ( Juan Cerbero). Una renovada voz, original, emana desde la altura de la Comuna 3. Cuentos para leer en el fuego, cuentos de humo y de trashumancia. Filosofía de lo cotidiano, palabras como sacadas de un costal infinito, caja de Pandora de donde salen imaginarios de la calle, del vacío, del no ser. Tinta Tres abre sus páginas a este latido alimentado de paisaje, sueño, un narrar sintiendo-sin-tiempo.

Por Anamaría Bedoya

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De Luisito Rey y los niños del destierro

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uisito lleva una vida pesada, una vida de adulto, esa mirada no es la de un niño. Pero esa navidad él pudo jugar, como nunca lo había hecho, como nunca lo volvería a hacer. La casa de Luisito es uno de los últimos ranchos del asentamiento, allí llegó la noticia de los títeres que se estaban haciendo para las novenas de navidad. Él sacó algo de tiempo y asistió a las novenas, pero a diferencia de algunos otros niños, él no se ofrecía para leer, pues a sus años aún no había aprendido, y como era el hijo mayor, debía salir a trabajar, a rebuscarse en el centro de la ciudad, eso cuando los policías lo dejan y no le quitan las mercancías. Ni pensar en la escuela, ni pensar en jugar. Esa navidad llegó el día de las posadas, que consistía en recrear los personajes de la novena. Se reunieron los vecinos para repartirse los papeles, doña Ligia será una pastora, los hijos de doña Olga serán los ángeles, tenemos uno, dos reyes magos… ¡Luisito será el tercer rey mago! Trapos van, trapos vienen, los personajes van quedando maravillosos. Nuestro niño se divierte como nunca, haciendo alarde de ser uno de los personajes más importantes de la jornada. Qué hermoso se ve el

Rey Luisito con su corona de papel y su cargamento de incienso, mirra y oro en una cajita de cartón. Es el niño analfabeta que juega a ser un sabio rey que encuentra la estrella que señala la salvación de los hombres. Es el niño del destierro, ahora trabajador de la ciudad, que no sabe leer y que poco sabe de jugar.

Una historia de navidad

Claudia Rengifo

Claudia Rengifo (Juana). Socióloga esgresada de la U de A, estudiante de la vida y caminante del mundo. Su espíritu altruista la impulsa a acompañar y defender el derecho del otro como sujeto libre y pensante e igual. De su encuentro con la literatura hay un autor enteramente favorito, Walt Whitman; de su encuentro con la filosofía y las ciencias humanas, un hombre genial, Paul Ricoeur, y de la literatura nacional, Manuel Mejía Vallejo. Dentro de poco comenzará esutdios de Maestría en estudios humanísticos, con énfasis en narrativa.


Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

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“Después de notar que yo estaba simultáneamente feliz y lúcido, una conjunción no sólo rara sino imposible, ella también quiso sentir lo mismo”. Un cuento de Augusto Nemor

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os conocimos en la escuela, bajo los guamos cubiertos de vainas fálicas que albergaban un fruto felposo, delicioso, del color de los gusanos de pollo, motas de algodón amarillo venenoso que pululaban sin descanso en los cafetales de la finca de Pacho el Tuerto, su padre, donde en secreto nos encontrábamos para compartir su ración y sus dulces. Dalia representaba en el pueblo la belleza intocable de los templos sagrados: un icono inmaculado, custodiado y prohibido. Cuando cumplió la edad de diecisiete años se desplazaba en su automóvil, siempre acompañada de escoltas que parecían gorilas traídos de las estepas del paleolítico, y los jóvenes que la veían pasar suspiraban a coro por las estrechas calles, saturadas de pobres y mendigos. Por esa época, a finales de los años noventa, exponía yo a la salida de un colegio frutas que cosechaba en el pequeño barranco amarillento y árido que mis abuelos llamaban finca, y las comerciaba para poder sustentar mis estudios. La hija del hombre más poderoso del municipio pasaba por aquel lugar. Cuando intercambiábamos frutas por dinero, su mano acariciaba la mía y sus labios desprendían una sonrisa que hubiera abatido al mismísimo demonio si ella se lo hubiera propuesto. La adolescencia daba sus últimas puntadas en nuestros cuerpos febriles y una juventud radiante desbordaba por los mismos como una fuente. Realicé estudios de filosofía y, antes de terminar carrera, empuñé el fusil contra el despotismo de un país y de sus gobernantes, que negaron siempre la posibilidad de desarrollo de las capas más miserables del pueblo, del cual me sentía hijo. No daré detalles de mi estadía en la subversión. El silencio reina en esta parte de mi vida. Un código secreto me impide revelar lo que viví. No obstante, narraré un capítulo, rubricado con sangre: tanta sangre como si fuera un río que desemboca en un mar de ceniza. Dalia viajó a Europa a especializarse en ciencias políticas, con los mejores maestros, mientras yo me ocultaba en montes y selvas, aprendiendo del vasto paisaje del territorio colombiano, de sus misterios, de sus mitos, del conocimiento

rudo que otorgaban la vida salvaje y la soledad. La ruta del jaguar me llevó de un extremo a otro del país, hallando en mi camino toda clase de fieras que, sin embargo, fueron más benignas conmigo que la misma bestia humana. El azar se trenza como un hilo simbólico en las redes indescifrables de nuestro destino, hasta agotarnos la vida, gota a gota. Fue en las espesas selvas del Vaupés donde la volví a ver, cosa que era impensable para mí. La habían detenido meses antes en un retén cuando se dirigía a conocer la serranía del Chibiriquete, en el Caquetá, con unos cuantos exploradores extranjeros. Por ser colombiana la habían separado de su grupo y, cuando se dieron cuenta que era la hija de Pacho el Tuerto, exigieron una suma bastante cuantiosa por su liberación, petición a la que se negó el viejo Pacho, arguyendo que “primero formaría un ejército para rescatarla que darle algún peso a esos bandidos”. En cada jornada hacía guardia para impedir que la mujer a la cual he amado pudiera obtener su libertad. Fueron los días más tristes de mi vida. Ella, silenciosa siempre, me dirigía la palabra lo menos posible, considerándome una más de las fieras que a diario encontraba en la espesura de aquel olvido tropical, en nada paradisíaco. Tuve que pelear una vez con un comandante que abusando del mando, quería poseerla por la fuerza, rozagante en su plena juventud. Esto me valió casi el fusilamiento. Por suerte, otro comandante superior en rango me indultó con la no menos grave condena de pasar seis meses alejado del campamento, haciendo operaciones riesgosas y recorriendo distancias enormes en las selvas. Cuando regresé, traía conmigo la intención de llevármela de allí. Pasaron cerca de dos meses mientras mi plan se hacía efectivo. Al anochecer, entre cantos de guacamayas que presagiaban un torrencial, vi el momento que estaba esperando. Siendo mi turno de centinela, la enteré de mi resolución, y marchamos juntos contra todo pronóstico, ocultos entre la manigua, exponiéndonos al ataque de pumas y anacondas, o a ser capturados por alguna cuadrilla que anduviera en la zona. Mi plan era difícil, viajar de noche siguiendo la ruta del río Vaupés, con la plena seguridad de alcanzar la desembocadura en el río Negro, el cual ya pertenece a territorio extranjero.

Cerca de la frontera con Brasil, por primera vez, besé sus labios que tenían el sabor de los orígenes y ella se recostó en mi hombro para descansar. Al despertar, me habló de lo que había sentido hacia mí desde niña. Le respondí con caricias de afecto. Aquella tarde fue la más feliz de mi vida. Al ocaso siguiente, un peso en el corazón me impedía siquiera mirarla. Sentía la presencia de la muerte y, aunque sin miedo, el cuerpo era atravesado por un escalofrío extraño. Un sucio presentimiento se gestaba en mi interior. La frontera estaba cada vez más cerca. La ilusión de empezar un nuevo rumbo con Dalia a mi lado, me dejaba en un suelo de ensoñación que siempre había estado esperando. Ahora mismo, cuando estábamos a punto de alcanzar nuestra meta, en el momento en que ella notó que yo estaba simultáneamente feliz y lúcido, una conjunción no sólo rara sino imposible, y cuando ella también quiso sentir lo mismo, conjunción no sólo rara sino prácticamente imposible, escuchamos el disparo artero que me atravesó el pulmón izquierdo con la velocidad del rayo. Caí de bruces sobre el fango, debocando sangre. Entre gritos me tomó en sus brazos y lloró. Contemplé el único ojo de Pacho el Tuerto, su padre, quien, como lo había prometido, había formado un ejército de mercenarios para rescatarla, hallando el campamento desolado. Siguieron el rastro, acompañados de un baquiano de la región, lo que confirmaba mis sospechas de que algo extraño estaba por sucederme: la inminencia de la muerte ante el amor que me había atormentado a lo largo de mi existencia.

Grupo de Teatro “La Barca de los Locos” E ste grupo de teatro, renovó su elenco con dos jóvenes integrantes de Tinta Tres. Con treinta años de trayectoria, La Barca ha recorrido el territorio de Manrique en múltiples momentos y escenarios, siendo el más vital el espacio de la calle y el de los colegios. Este año tuvimos la oportunidad de apreciar en dos lugares de la comuna a La Barca de los Locos, una propuesta de teatro libertario donde el único y primordial elemento es el cuerpo en su dimensión total. Para Manuela Guzmán, integrante del grupo de este grupo de teatro y del equipo de Tinta Tres, el teatro en la calle “es una forma espontánea de periodismo a través de la interlocución y el diálogo con el público, que es también parte de la obra”.

Manifiesto Nº 155

Serenidad absoluta, esperanza sin nada quemante sol de la impostura. Aporrear las teclas, eso es todo. Voz que habla de arte instalada en nada… Golpear la instancia con ardor ¿Qué habrá después del cielo? Frecuento tu alma certera… Me siento desterrado de la vida. No tengo familia, ni historia, ni nada…

Elucubración de un loco… Ciudad solar… Carcoma espesa… ¿Cómo andar en tus recuerdos? Relación nociva con los salvadores Mi despertar se lo debo a causas negras A lotos torturados A liberadores acartonados, en especial Jehová, Yahvé… Marcas de la celeste pornografía… Enorme distancia entre el saber y el [aparecer ¿Cómo dar espiritualidad desde la nada? Materiales audiovisuales… En los aterrados deseos, dios no tiene [paz.

Averiguar su faz… ¡Qué contumaz en el arte del azar! Verificar alturas y sentires. Pedante si la noche se va con Dante.

Augusto Nemor es escritor empírico. Su infancia la vivió en Toledo, norte de Antioquia, de donde fue expulsado junto con su familia por los paramilitares a mediados de los 90s. Desplazado en la ciudad, llegó a vivir al barrio Granizal, donde parte de su familia había hecho ya el mismo recorrido cuatro décadas antes, durante la violencia de los 50s. Ofrecemos aquí uno de sus escritos, del libro inédito “El descenso se empina y otros cuentos”.


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Año 1 / edición 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

Manrique´s Micros De Manrique a Manhattan Por Mauricio Hoyos

E

s un libro que recoge algunos de los mejores relatos de Jaime Espinel, o Esquinel, más conocido entre los nadaístas como Barquillo, quien murió apenas en el 2010 sin demasiados aspavientos, salvo sus amigos nadaístas (y un neonadaísta), el escritor desconocido se hundió en una nube densa de Piel Roja sin filtro. Exagerando mucho Jotamario Arbeláez escribió el 7 de abril de 2010 en El tiempo que “Barquillo es el narrador más bravo, no sólo del nadaísmo sino de la Colombia literaria entera”. Es un comentario exagerado y escandaloso. Era un escritor complejo y marginal, fumívoro (hasta la muerte) y nadaísta; se sabe que dejó algunos libros de cuentos y algunos poemas. Alberto Aguirre, que juzgaba duramente a los nadaístas, dijo del libro de cuentos Agua de luto: “Espinel aborda el problema del texto, ante todo, como lenguaje: por fin un escritor civilizado”. Puede parecer primaria la acotación, pero en este escritor el lenguaje es un problema, que transmite al lector: la realidad se retuerce en estos cuentos, estalla la lógica, no hay nada convencional, lo asaltan a uno de repente los localismos, las palabras que no tienen cabida en el diccionario pero sí en la calle. El asunto es que cuando ha terminado uno de leer, puede quedar como al principio, hace falta otra lectura, para ver si tras ese maremágnum de frases ensambladas como por un narrador energúmeno hay algún cuento, algo que sobreviva como anécdota, para decirle al amigo; mirá, ve, leí un cuento de Esquinel. Y a veces ocurre que sí hay cuento,

como en “Chamorro muere a la víspera”, que transcurre en Manrique y en Manhattan, donde pasado y presente, Medellín y New York se transponen, con sepelio. Hay mucho muerto en Manrique´s Micros y mucha bala, mucho Metrallín, mucho bandido, mucha bareta, mucha coca. Por eso no es un escritor recomendable para los niños: ya crecerán y verán por sí mismos, porque es firme en Espinel el compromiso con retratar la realidad hasta donde le alcance la palabra. Tal vez sus páginas memorables se pierdan entre el farragoso y delirante soliloquio de sus personajes. Siempre en primera persona, su obra recoge un amplio espectro del drama nacional, desde el crimen de un cura en los tiernos albores de Medellín, el clima de zozobra de la Violencia, los locos 60’s, hasta los rudos años mafiosos, que no cesan, pasando por su versión de la muerte de Gardel, entre llamas, hasta las andanzas de un baterista en un cuento con momentos de mucha intensidad y también final funerario. Para alguien que viva en Medellín ha de ser normal tanto funeral. Y quedan faltando antihéroes, músicos, toreros, presos, aquí nadie da ejemplo, ninguno asume ese discurso redentor del que hoy se abusa. Aludiendo al título, podría pensarse que se trata de un libro sobre Manrique, pero no lo es del todo, aunque Manrique aparece por todas partes. Es esa encrucijada extraordinaria, con bares y cafetines y tangos (“esos berracos tangos de la carrera calibre cuarentaicinco”, dice en alguna parte). El autor vivió allí, en la 70 con 45, “era una cuadra

magnética” (dice en Babel, dic-feb de 2006), en Manrique pasó su infancia y juventud durante las décadas del cuarenta y cincuenta, “Manrique es el padrenuestro de penetraciones y dudas” (Pág. 95, Manrique´s Micros). Y a principios de los sesentas, cuando su vida lo cruzó con los nadaístas. Son montones las anécdotas donde aparece Esquinel junto a la tropa rebelde. Pero Manrique´s Micros tampoco es sobre los nadaístas, aunque es muy nadaísta el retorcerle el pescuezo al lenguaje, el saltarse las normas, ese estallar en la cara del lector. Cuando en el 65 viajó a Nueva York, donde estuvo hasta el 71, ya era un joven muy culto, en el avión leía a Faulkner en inglés, aunque no hablaba todavía el idioma y sólo sabía pedir sanduches de atún para comer. Allá escribió (algunos cuentos de Manriques´s Micros), estudió, fue profesor, se casó, vivió la noche, la cultura, conoció a Bob Dylan (“creo que B.D. es el mejor poeta de habla inglesa del siglo XX“, dijo en Babel, y en uno de sus cuentos: “El Dylan que totaliza todo el sueño de ser inmortal que ha acariciado el hombre”), se cruzó con los mafiosos colombianos y hasta tuvo tiempo de publicar con otros colombianos (con Amilcar U y otros) una revista: la Gaceta Chibcha. Se hastió de EEUU y regresó a Medellín con los suyos, cerca a los bares, los billares, las tertulias, el nadaísmo, cerca al sufrido espíritu de los personajes de sus cuentos: ninguno es feliz, casi todos son borrachos, marihuanos, les gusta el tango y Bob Dylan y Benny Moré y son muy cultos, pues extrañan las lentas conversaciones sobre Proust, saben de Dylan Thomas, Kerouac, Joyce, en fin. A veces sueltan frases espléndidas: “el mal es una sola hermandad dispersa sobre el planeta” (Pág. 273, Manrique´s…). Manrique tiene, pues, su escritor de culto nacional, que puede dar alguna idea a los Manriqueños sobre su alma, si es que un barrio puede tener alma.

Fragmento “Chamorro muere la víspera”, de Manriques´s Micros Por Jaime Espinel

Mauricio Hoyos es Periodista egresado de la Universidad de Antioquia, diagramador, ilustrador, redactor de Tinta Tres; y amigo de Franco, según manifestó ante el último Consejo de redacción de este periódico. A veces siente que la vida es un consumirse en preguntas, como respondiera Artoud y por eso su escritura es de instantes y de luz; como otras veces se da cuenta de que lo que escribe es material inútil pero esencial, recuerda su fotofobia, la del mundo. Para blogueros: http://revistaparrafo.blogspot.com/

“...Comprendo que estas metras de relumbrón y pilas y este tic-tac de hojalata, no matan; pero entrenan. Y tengo que defenderme semisumergido mas no sumiso en este mar de lágrimas donde la violenta visión que se tiene de la muerte es una piñata. Mera función. Ahora son las cinco de la tarde setenta y dos horas después de nosotros haber roto el cerco del Gordo Tejada tras declararnos vencedores en la batalla de la ciénaga rodeados de sanjuaquines y balazos y los guayacanes amarillos o azules que definen nuestros pasos sobre la acera

cuando la cuarentaycinco con setenta nos veían movernos entre el barrio como sabandijas y hoy están más florecidos que nunca. Pero a contrapelo, mascara contra barba, los guayacanes amarillos y también los morados han florecido por que acaba de llegar un cadáver de Manhattan pa` Manrique. Parce que hubiera sido un cruce equivocado por un kilo, un bautizo calviniano y transitorio en billete, transable. Pero no, Gordo. ¡Aquí te estamos esperando!”


A帽o 1 / edici贸n 7 / diciembre de 2011 / Especial Literario

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Odisea de un gato en la alborada. Una Balada para Bellote y su hazaña. Leider Restrepo la_opera_m@yahoo.es

Durante el día ha maullado largamente, caminado por los tejados, terrazas y techos de la cuadra, observando fijamente el suelo. Busca con calma una ruta para emprender su regreso y volver a las garras de su amada. El sol se ha puesto en el occidente y empieza a oscurecer, come y espera la noche. Ha llegado la hora, no hay sol ni luz natural, el gato emprende la huida. Los gatos son buenos fugitivos, tienen destreza y flexibilidad, como reos serían buenos para huir de las penitenciarías.

Día primero Los humanos duermen, no hay casi carros ya por la 45 y piensa en su gatita, es el detonante que necesita para recorrer los dos kilómetros que lo separan de ella. Llegada la madrugada encontró un árbol. Hasta el momento es la única forma de bajar, es el camino más cercano a su amor y sin pensarlo da un salto peligroso que le agita el corazón como una caída en el vacío, casi pierde una vida, pero no le importa porque su vida está allá, en el morro. Dentro de sí, suena la música: “El amor es como una nube que guarda mucha lluvia…”.

Día segundo

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n Manrique La 45 suena Love Hurts de Nazarett como telón de fondo: “El amor lastima, el amor deja cicatrices, el amor hiere y estropea cualquier corazón”. Mientras, Bellote mira melancólicamente, entre los tejados hacia Bello Oriente, el hogar donde ha vivido toda su vida. No mira porque el pasado le traiga buenos recuerdos, sino porque unas horas atrás el destino de sus amos lo arrebató de su idilio. Ha pasado un día sin su gata.

El camino es un campo de batalla, parece la segunda guerra mundial, hay explosiones muy fuertes por todos lados, se acerca la navidad. No ha avanzado ni un kilómetro, lo empieza a coger el desespero y corre, desafiando cuanto carro se atraviesa en su camino; prepara sus garras para defenderse de un rottweiler que casi lo hace atropellar de un taxista borracho; sigue, cada vez más cerca, pero nada, todavía

falta. Es de noche y vuelven las explosiones fuertes, se acerca la navidad.

Noche de alborada Ante la mirada ajena de unos chicos que le tiran piedras y papeletas de pólvora, abre sus ojos y piensa en su gata, llora y da un salto hacia ellos; uno de los chicos se asustó con la furia del gato y dejó estallar la papeleta en su mano. El gato se ríe y ve cerca su destino. Corre como Lola Renty, asume la valentía de un Ulises solitario pensando en su Penélope. Empezó la guerra, explosiones por doquier, el aire se hace pesado y el ruido ensordecedor, hay mucha gente en las calles y le ha tocado buscar algún camino alterno, se mete por las quebradas y las zanjas de las casas hasta llegar a La Cruz. Ya huele a casa y su corazón empieza a palpitar rápidamente, pero al mismo tiempo vuelve a retumbar esa canción que lo puso melancólico dos días atrás, la misma con que dejó el tejado de la 45: “Soy joven… Lo sé… Pero aún así… Sé una cosa… O dos… Las aprendí de ti… Realmente aprendí mucho de ti… El amor es como una llama… Que te quema cuando está caliente… El amor lastima. (…) sé que no es verdad, sé que no es verdad, el amor es una mentira, hecha para entristecerte, el amor lastima”. Por fin ha llegado, se revuelca de felicidad en el patio, ahora se siente como un exiliado que regresa a su país, salta y corre otra vez, descansa y espera, hace como Ulises y busca a su gata sigilosamente. Su gata tiene otro gato.

Leider Restrepo: la voz y el silencio elemental. Tinta Tres tiene en Leider un narrador auténtico, inspirado por las plumas negras y malditas de la Literatura Universal. Su escritura está hecha sin pavura, sin usura, al natural, con magnetismo. Sus gestos, por arte de locura, nombran su palabra, su silencio. La noche lo abraza en su infinita Soledad. Tiene tacto para la fotografía, ese bello arte de combatir la nada, como lo definió Cortázar. Leider es la encarnación de un anarquista ruso, místico de las frías estepas, el embriagado marinero del Navío ebrio, espíritu que vuela desde las laderas de Medellín.


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