PROSOPOPEYA. REVISTA DE CRÍTICA CONTEMPORÁNEA Nº6 2008-2009 Título Monográfico: Literatura Comparada, Poscolonialismo y Traducción. Manuel Asensi Pérez y Beatriz Ferrús Antón (eds.) WEB www.literaturacomparada.com INTERCAMBIOS Enrique Peláez Malagón jose.pelaez@uv.es EDITOR Editorial Tirant lo Blanch www.tirant.es REDACCIÓN, DISTRIBUCIÓN Y ADMINISTRACIÓN La correspondencia dirigida a la revista deberá ser enviada a la siguiente dirección Grupo de Investigación Literatura Comparada.com, Departamento de Teoría de los Lenguajes y Ciencias de la Comunicación, Facultad de Filología, Universitat de València, Avenida Blasco Ibáñez 32, 46010, Valencia Teléfonos 963983114 Dirección en la web: www.literaturacomparada.com también: www.tirant.es
El interés fundamental de Prosopopeya. Revista de crítica contemporánea es la teoría de la literatura y la literatura comparada. Lo sucedido en los estudios literarios desde finales de los años setenta hasta la actualidad hace que tengamos en cuenta dos hechos: primero, que tanto la literatura como la teoría son algo más que un simple dominio estético, y que su alcance las convierte en una potente crítica de las ideologías; segundo, que los límites entre la teoría de la literatura, la literatura comparada, la filosofía, la política, la ética, el cine, etc., se han convertido en vasos intercomunicantes. Por ello, Prosopopeya, desde la teoría de la literatura y la literatura comparada, está abierta a la filosofía, a la lingüística, a las deconstrucciones, a los Cultural Studies, a los feminismos, a la teoría queer, a los estudios fílmicos y audiovisuales, etc. Su publicación es anual y su contenido está formado por ensayos científicos originales. Es posible consultarla en las mejores bibliotecas de Humanidades y en la página web de la revista. Prosopopeya está indexada por las siguientes instituciones: LATINDEX Sistema regional de información en línea para revistas científicas de América Latina, Caribe, España y Portugal. Universidad Autónoma de México http://www.latindex.unam.mx/ DICE Difusión y calidad editorial de las revistas españolas de humanidades y ciencias sociales y jurídicas CSIC/CINDOC/ANECA http://dice.cindoc.csic.es/ DIALNET Servicio de alertas informativas y de acceso a los contenidos de la Literatura Científica Hispánica Universidad de la Rioja http://dialnet.unirioja.es/ CINDOC Centro de información y documentación científica ISOC (IEDCYT)/CSIC http://www.cindoc.csic.es/ REBIUM Red de Bibliotecas universitarias http://rebiun.crue.org MIAR Matriu d’Informació per a l’Avaluació de Revistes http://bd.ub.es/miar/que.php
DIRECCIÓN Manuel Asensi Pérez (Catedrático de Teoría de la literatura y de la Literatura Comparada, Universitat de València) José Luis Falcó Gens (Profesor Titular de Teoría de la literatura y de la Literatura Comparada, Universitat de València) COORDINACIÓN José Enrique Peláez Malagón (Profesor Asociado de Teoría de la literatura y de la Literatura Comparada, Universitat de València) Mabel Richart Marset (Profesora Ayudante Doctor de Traducción e Interpretación, Universitat de València) COMITÉ CIENTÍFICO Juan Bruce-Novoa (Catedrático de Literatura Española, University of California, Irvine) Antonia Cabanilles Sanchís (Profesora Titular de Teoría de la literatura y de la Literatura Comparada, Universitat de València) José Domínguez Caparrós (Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada, UNED de Madrid). Beatriz Ferrús Antón (Profesora Titular de Literatura Española, Universitat Autònoma de Barcelona) Ángel López García-Molins (Catedrático de Lingüística General, Universitat de València) Carl Good (Tenure Professor, University of Indiana) Daniel Jorques Jiménez (Profesor Titular de Lingüística General, Universitat de València) Carlos Hernández Sacristán (Catedrático de Lingüística General, Universitat de València) Joseph Hillis Miller (Eminent Professor, University of California, Irvine) María José Martínez Gutiérrez (Profesora Ayudante Doctor de Literatura Española, Universidad del País Vasco) Greg Stallings (Tenure Professor, Brigham Young University) Jenaro Talens Carmona (Catedrático de Comunicación, Universitat de València- Université de Génève) Helena Usandizaga Lleonart (Profesora Titular de Literatura Hispanoamericana, Universitat Autònoma de Barcelona) Manuel E. Vázquez (Profesor Titular de Filosofía, Universitat de València)
“volumen 6, 2008-2009 ISSN: 1575-8141 Depósito legal: V-4451-1999” Imprime: Guada Impresores, S.L. Maqueta: PMc Media
ÍNDICE 2008-2009 SECCIÓN MONOGRÁFICA: Literatura Comparada, Poscolonialismo y Traducción Especulaciones dispersas en torno a lo subalterno y lo popular................
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GAYATRI CHAKRAVORTY SPIVAK
Presente de la literatura comparada en la mundialización de la cultura: discursos críticos renovados frente a formas recientes de neocolonialismo .....
29
MAURICIO ZABALGOITIA HERRERA
Literaturas poscoloniales, Hibridación y exotismo .............................
41
MAR GARCÍA
Itinerarios cruzados: literatura de viajes y discurso imperial. Gertrudis Gómez de Avellaneda y la Condesa de Merlín ..................................
67
BEATRIZ FERRÚS ANTÓN
La producción cultural en la frontera Mexicano-Estadounidense: Ciudad Final y la herida del feminicidio ...............................................
81
MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ GUTIÉRREZ
Nuevos sujetos urbanos en el audiovisual africano: del modernismo a la industrialización cultural .........................................................
93
JAUME PERIS BLANES
Traducción intersemiótica e intertextualidad. Shrek: del cómic al film ...... 117 MABEL RICHART MARSET
¿Traducir sin paracaídas? Los estudios de género angloamericanos en contextos hispánicos ................................................................... 141 FRANCESCA BARTRINA
Literatura intercultural en lengua alemana ..................................... 157 ANA R. CALERO
RESPUESTAS/CONTEXTOS Recorridos de lectura: Antonin Artaud y Alejandra Pizarnik ................. 181 NÚRIA CALAFELL SALA
Cuerpos pedagógicos: hacia una nueva lectura de Èmile perverti de René Schérer .......................................................................... 201 RAFAEL MÉRIDA JIMÉNEZ
Comparatismo e intertextualidad: Los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo ............................................................. 211 JOSÉ ENRIQUE PELÁEZ MALAGÓN
La literatura y el espacio docente ................................................ 239 MARTA PLAZA VELASCO
Normas de pubicación ............................................................................ 257
INDEX MONOGRAPHY: Comparative Literature, Post-Colonialism and Translation Scattered Speculations on the Subaltern and the Popular......................
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GAYATRI CHAKRAVORTY SPIVAK
Present of the Comparative Literature in the Mundialization of Culture. Renewed Critical Discourses against Recent form of Neo-colonialism .....
29
MAURICIO ZABALGOITIA HERRERA
Postcolonial Literatures, Hybridity and Exotism ...............................
41
MAR GARCÍA
Crossed Itineraries: Travel Literature and Imperial Discourse. Gertrudis Gómez de Avellaneda and la Condesa de Merlín ............................
67
BEATRIZ FERRÚS ANTÓN
Cultural Production in the US-MexicoBorder: Ciudad Final and the Wound of Femicide .....................................................................
81
MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ GUTIÉRREZ
New Urban Subjects in African Audiovisual: From Modernism to Cultural Industrialization ................................................................
93
JAUME PERIS BLANES
Intersemiotic Translation and Intertextuality. Shrek: from Comic to Film .. 117 MABEL RICHART MARSET
Translation without Parachute? Gender Studies in Hispanic Contexts....... 141 FRANCESCA BARTRINA
German written intercultural literature ......................................... 157 ANA R. CALERO
ANSWERS/CONTEXTS Reading Roads: Antonin Artaud and Alejandra Pizarnik ..................... 181 NÚRIA CALAFELL SALA
Pedagogical Bodies: Towards a New Reading of René Schérer’s Émile Perverti ...................................................................................................... 201 RAFAEL MÉRIDA JIMÉNEZ
Comparatism and Intertextuality: Gonzalo de Berceo’s The Milagros de Nuestra Señora ................................................................. 211 JOSÉ ENRIQUE PELÁEZ MALAGÓN
Literature and the Pedagogical Space .................................................. 239 MARTA PLAZA VELASCO
SECCIÓN MONOGRÁFICA:
LITERATURA COMPARADA, POSCOLONIALISMO Y TRADUCCIÓN
ESPECULACIONES DISPERSAS SOBRE EL SUBALTERNO Y LO POPULAR* Scattered speculations about the subaltern and the popular GAYATRI CHAKRAVORTY SPIVAK
Resumen: Este ensayo vuelve sobre la noción de lo “subalterno” para ofrecer una nueva descripción del mismo. Ser un/a subalterno/a no se identifica únicamente con aquel o aquella que no puede hablar (tal y como se argumentaba en el ensayo de 1983, Can the Subaltern Speak?), sino con quien está al margen de las líneas de movilidad social. O dicho de otra manera: el subalterno o la subalterna se identifica con aquel o aquella a quien no se le reconoce su capacidad de agencia. Para ello, vuelve otra vez a revisar el trabajo del Grupo de Estudios Subalternos y la crítica que les hizo en aquellos años, con el fin de poner de relieve la idea de que la singularidad del/a subalterna está más allá de la oposición binaria entre lo universal y lo particular. Abstract: This essay comes back to the notion of “subaltern” in order to give a new approach to it. To be a subaltern, man or woman, is not only who can’t speak (as it was explained in 1983’s essay Can the Subaltern Speak?), but too the subject that is removed from all lines of social mobility. In other words: subaltern is the subject whose agency is not recognized by the institution. Therefore, this essay revues the Group of Subaltern Studies’ work and the criticism Spivak did againts them in that years, in order to put out the idea according to which singularity combats the universalparticular binary opposition. Palabras clave: estudios subalternos, pos-colonialismo, feminismo, marxismo, política Key Words: Subaltern Studies, post-colonialism, feminism, marxism, politics
El subalterno guarda una relación con lo popular semejante a la que el género guarda con el sexo, la clase con la pobreza o el estado con la nación. Las *
Spivak, G. Chakravorty (2010). “Especulaciones dispersas sobre el subalterno y lo popular”. En: Prosopopeya. Revista de Crítica Contemporánea. Nº 6, 2008-2009, pp. 11-28.
Prosopopeya 2008-2009 Nº 6, pp. 11-28
Universidad de Columbia
Gayatri Chakravorty Spivak
Prosopopeya 2008-2009 Nº 6, pp. 11-28
primeras palabras connotan lo razonable; las otras la ocupación de la catexis a través del deseo. Lo popular se divide entre lo descriptivo, como en los índices de audiencia televisivos o las votaciones presidenciales, y lo valorativo, aunque no posea un valor elevado, y que, según los propios ideales políticos, puede tener un valor positivo o negativo. Además, contiene el significado de pueblo, una palabra de inmenso alcance que puede oscilar desde un individuo cualquiera hasta las grandes masas, y que también puede tener un valor positivo o negativo según los propios ideales políticos. La definición razonable y enrarecida de la palabra subalterno que a mí me interesa es la siguiente: estar al margen de toda línea de movilidad social. El interés disciplinario de la crítica literaria radica en aquello que es singular y no se puede verificar. En Can the subalterns speak?1, lo que parecía despertar el interés era la peculiar y singular subalternidad de la joven Bhubaneswari Bhaduri2. Su historia fue el testimonio de mi madre, Sivani Chakravorty. Es, pues, la cuestión de la verificabilidad del estatus evidente del testimonio lo que debemos considerar en este artículo, aunque en ocasiones se tome por sentado en la historia oral que no ha sido objeto de estudio. El concepto de singularidad de Gilles Deleuze es a la vez complejo y simple. En su forma más simple, lo singular no equivale a lo particular porque posee una diferencia irrepetible que no se repite como un ejemplo de un universal, sino como un ejemplo de un conjunto de repeticiones. La singularidad es vida como pura inmanencia, lo que será, de esta vida, como vida. Conforme el nombre de Bhubaneswari Bhaduri pasó a formar parte de los libros de texto, adoptó este imperativo, repetido como singular, tal y como hace la literatura. (Deleuze, 1970) (Deleuze, 1989). Si el concepto de subalternidad se toma en sentido general, su falta de acceso a la movilidad podría considerarse una versión de la singularidad. Según la lógica hegemónica, la subalternidad no puede generalizarse. Eso es lo que la convierte en subalterno. Aún así, es una categoría y, por consiguiente, es repetible, y puesto que el sentido general se encuentra siempre envuelto en sentidos angostos, cualquier diferenciación entre la subalternidad y lo popular
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[Nota del T] Versión traducida: ¿Pueden hablar los subalternos? (Spivak, 2009). [Nota del T] (Spivak, 1999: 306-311).
Especulaciones dispersas sobre el subalterno y lo popular
debe, por lo tanto, ocuparse de casos singulares y así contravenir la puridad filosófica de las ideas concebidas por Deleuze3.
Así pues, del ensayo Some aspects of the Southern Question (Spivak, 1930) podemos pasar a On Some Aspects of the Historiography of Colonial India, (Spivak, 1997) de Ranajit Guha. Al principio, para Guha el subalterno era el nombre de un espacio de diferencia y, además, no se distinguía del pueblo. Aunque Guha parece sugerir que las palabras pueblo y subalterno son intercambiables, yo no considero que éste sea un punto esencial para él. Al menos, en sus primeros trabajos, los miembros del colectivo de Estudios Subalternos no discrepaban por el hecho de que la palabra subalterno y la idea de lo popular no habitaran en un espacio continuo. Aún así, su fracaso a la hora de trazar esta distinción ha conducido a la palabra subalterno a una posición más relajada que ha debilitado su utilidad, por lo que el declive hacia lo popular podría guardar relación con esto. La subalternidad ocupa una posición sin identidad. De alguna manera u otra, es como la estricta interpretación de la clase. La clase no tiene un origen cultural, sino que tiene un sentido de colectividad económica, de relaciones sociales de formación como base de acción. El género no se refiere a la diferencia sexual. Alude a la negociación social colectiva de diferencias sexuales como base de acción. La raza no es originaria; supone racismo. La subalternidad se halla donde las líneas sociales de movilidad (cuya ubicación es distinta) no permiten la formación de una base reconocible de acción. Al crearse una base para la militancia, los primeros subalternistas examinaron ejemplos donde la subalternidad entraba en crisis. Incluso después, la historiografía colonial y nacionalista no la reconoció como tal. Entonces, ¿podían los subalternos 3
Aquí Derrida (1986: 325) es más sutil. 13
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El punto inicial del itinerario singular de la palabra “subalternidad” puede ser el ensayo de Antonio Gramci (1995) titulado The Southern Question, pero no tanto sus debates más generales sobre el subalterno. Yo considero que ese fue el punto inicial del colectivo de Estudios Subalternos en Asia del Sur, con Gramsci como pionero, comunista cuyo pensamiento iba más allá de la lógica capital en términos de desarrollo desigual. Posteriormente, Partha Chatterjee elaboró una lectura con matices tanto de Gramsci como de Foucault (Chatterjee, 1993: 24; 29-30; 43-50).
Gayatri Chakravorty Spivak
hablar? ¿Puede que los historiadores oficiales reconocieran su insurgencia incluso cuando, estrictamente hablando, habían hecho estallar los límites de la subalternidad? Esto último es importante. Ni los grupos formados por los primeros subalternistas ni Bhubaneswari Bhaduri, en la medida en que habían hecho estallar sus vínculos en forma de resistencia, ostentaban una posición subalternista. Nadie puede decir que yo sea subalternista en cualquier lengua. Los estudios de subalternidad no se reducirán a datos históricos derivados de la práctica de grupos marginales, sino que seguirán constituyendo el estudio del subalterno.
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La subalternidad se halla donde las líneas sociales de movilidad (cuya ubicación es distinta) no permiten la formación de una base reconocible de acción. Está claro que tanto Gramsci como Guha lo insinúan, aunque yo llegué a ello a través de Marx. Fue gracias a un conocidísimo pasaje, aunque con frecuencia malinterpretado, del Eighteenth Brumaire, (Marx, 2004) donde Marx habla acerca de la formación de la clase desde dos perspectivas, sobre cómo las personas del mismo grupo son, o no son, una clase, dependiendo de si tienen consciencia de “clase”. Marx llega a la conclusión de que los pequeños propietarios campesinos en Francia son una clase; utiliza el lenguaje contemporáneo como un constatativo y no como un performativo. Como resultado de esta conexión, escribe lo siguiente: “no pueden representarse a sí mismos; deben ser representados”. Este pasaje, que aborda la diferencia entre las dos perspectivas de ser una clase, fue lo que me dio la idea de lo que más tarde denominé la diferencia entre la subalternidad y la agencia. Agencia fue el nombre que otorgué a las acciones institucionalmente validadas, asumiendo colectividad, y que se distinguía de la formación del sujeto, la cual excede de los límites del propósito individual (por supuesto que Marx no está hablando de la formación de sujetos). La idea de subalternidad se imbricó con la idea del no-reconocimiento de la agencia. ¿Pensaba esto Marx? Yo creo que sí. Cuando di con la historia de Bhubaneswari, este recurso marxista, una vez obró en mi poder, dio cuenta del hecho de que no se reconoció la resistencia de una mujer in extremis. En el pasaje de Marx dedicado a Bhubaneswari Bhaduri puede percibirse solo con echarle un vistazo al texto en alemán. Una traducción al español podría ser: “Así pues, son incapaces de reivindicar el interés de su clase en su propio nombre”. La versión alemana reza: Sie Sind daher unf, hig, ihr klasseninteresse im eigenen Namen… geltend zu machen (Marx, 1974: 239). Debido a 14
Especulaciones dispersas sobre el subalterno y lo popular
Los primeros estudiosos de la subalternidad aceptaron este tipo de situación como un desafío de su nueva historiografía. Sus fuentes fueron los textos de una élite que estaba constituida por este no-reconocimiento. No podían inferir hechos de subalternidad que derivasen de pruebas textuales o de archivo. Solucionaron el problema con la presentación de una consciencia negativa. Y yo, en lugar de darme cuenta de que esquivaban el problema, afirmé que utilizaban el esencialismo de manera estratégica. Pero el esencialismo siempre se utiliza de forma estratégica para sobrepasar o reconocer la diferencia. En la actualidad, al reconocer que la subalternidad ocupa una posición sin identidad y que, al igual que la forma de un valor, carece de contenido, no considero que el objetivo del proyecto sea cargarlo con una esencia negativa. La noción de “subalterno” adquiere identidad y se refiere al pueblo, y se convierte rápidamente en un slogan. Para apreciar el punto de vista de Gramsci, debemos saber que, fuera de dichas políticas, la subalternarización no cesa. Todavía no he podido hacerme con un ejemplar del libro de Hallward, pero entiendo que considere que esto sea muy poco específico y, por lo tanto, no político (Hallward, 2001). Algunas personas consideran que el interés por lo subalterno nos aleja del secularismo. Yo he intentado responder a esa acusación en Terror: A Speech After 9/114. El hecho de querer hegemonizar el subalterno, del cual una revisión de la historiografía es una parte importante pero relativamente autónoma, transforma al intelectual académico en un convencedor permanente (Gramsci, 1971:10). Los estudiosos de la subalternidad, al abogar por un cambio en la historiografía del siglo XIX, agotaron esa posibilidad cuando el proyecto pasó a formar parte de los programas de investigación. Ahora parecen comprometidos con excelentes ejercicios pos-coloniales, lejos de las clases subalternas. De forma alternativa, existen datos de las prácticas de grupos marginales. Es un trabajo útil, pero solamente constatativo. No se observa ningún esfuerzo por abordar la cuestión del subalterno, o de cuestionar la estrategia política que se apropia de la marginalización, al menos de la manera vigorosa con la que se cuestiona la práctica historiográfica. La conducta política contemporánea no
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Boundary 2, 31.2 (2004), pp. 81-111. 15
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la ausencia de instituciones infraestructurales, las cuales son la condición y el efecto de la conciencia de “clase”, no consiguieron que el interés de su clase contara para que sus afirmaciones y acciones fueran reconocidas como tal.
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alcanza el estatus de los textos de élite de antiguos trabajos. No se descodifica o se contrasta con aquello que subvierte: la conformidad del subalterno hacia sus propias normas sociales. La versión oral de ¿Pueden los subalternos hablar?, titulada Poder y deseo, se presentó antes de que yo misma hubiera leído el primer volumen de Estudios Subalternos. Una lectura detenida de ese libro, y la posterior reunión con el colectivo, supuso tal cambio en la dirección intelectual que llevó al desarrollo de un cifrado teórico inicial (más colectivo que singular) sobre el fenómeno del sati: los hombres blancos salvan a las mujeres de piel morena de los hombres de piel morena. Desde luego, esta atrevida afirmación, que vuelve a estar en auge en nuestro tiempo, no se aplica a la reforma en sí. En el ensayo, la reforma se etiqueta de admirable5. Sin embargo, para que las presunciones de la reforma alcanzaran la esfera afectiva de lo popular, había de asumirse un tipo de relación con la subjetividad femenina subalterna que fuera aconsonante con el colonialismo y también con el estado pos-colonial, y actualmente, con las prácticas de la sociedad civil internacional. En el ensayo, el centro de la subalternidad continuaba siendo la mujer particular que intentaba enviar un mensaje al lector, como si su cuerpo fuera un texto literario. El mensaje de la mujer que se ahorcó a sí misma poseía una resistencia irreconocible, un rechazo irreconocible de victimismo por la heteronormatividad reproductiva. Como ya se ha mencionado, había aprendido la importancia de convertir la resistencia irreconocible en reconocible gracias al Eighteenth Brumaire (Marx, 2004), un reconocimiento algo diferente del que ofrece el multiculturalismo liberal actual (Taylor 1993). La única crítica hacia el Grupo de Estudios Subalternos en Deconstructing Historiography (Spivak 1997b) fue su incapacidad de concebir el género. En el siguiente volumen, Ranajit Guha presentó La muerte de Chandra, donde la difunta también seguía siendo particular6. Ahí también entra en juego el tema de la reproducción, aunque la mujer es una víctima, sin el más mínimo indicio de suicidio. Así pues, lo que quiero afirmar es que los estudios subalternos constatativos, radicales en su tiempo y lugar, cuestionaban la historiografía colonialista, 5 6
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Una revisión más completa (la frase nunca se revisó) (Spivak, 1999: 290). Este texto se puede consultar en su versión traducida por Fausto José Trejo en http://www. hemerodigital.unam.mx/ANUIES
Especulaciones dispersas sobre el subalterno y lo popular
En Primitive Rebels, Eric Hobsbawm (2001) entra en la intimidad del etnógrafo con las comunidades que él mismo describe como pre-políticas. Cree en la posibilidad de acceder a la forma de pensar del otro, en ponerse en la piel de los demás (Hobsbawn, 2001: v), aunque halla consuelo al saber que algunos de sus sujetos nunca leerán sus libros (Hobswan, 2001: vi). Esto es protección disciplinaria de otro tipo. En mi intervención interdisciplinaria comencé a observar que (y esto es, desde luego, un estereotipo abreactivo de mí misma), por muy etnográfica que fuera su práctica, Hobsbawn al menos las bautizó como pre-políticas, pero no como prehistóricas ni parahistóricas, y mucho menos como antropológicas, así que quizás no era tan culpable como la historiografía nacionalista, que no consiguió que estos pueblos contaran como historia. Aún así, Hobsbawn estaba solucionando el problema de la irrepresentatividad del subalterno con nada más que un pesar etnográfico. Gramsci, que consideraba la subalternidad como una enmienda de mera lógica capitalista, nos había dado una idea de expansión del horizonte de la historiografía como actividad en su figuración de un intelectual orgánico. Considerándolo más detenidamente, yo cuestionaría la figura de lo orgánico, pero eso no nos llevaría a un punto de desacuerdo con el argumento general de Gramsci. Este no es el lugar para aventurarme con un análisis de la noción de subalternidad de Gramsci. Huelga decir que la teoría del subalterno de Gramsci 7
En inglés, “setting-to-work”, cuyo significado literal es “inicio de trabajo”, se ha traducido por “labor” debido a una laguna terminológica en español. 17
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nacionalista y marxista. Su relación con lo performativo era un intento de expandir los horizontes de la historiografía. Lo que intento decir es que su punto central a la hora de hacer entrar a la subalternidad en una situación de crisis, así como su no-reconocimiento, importa a historiadores como Eric Hobsbawm, quien etiquetó dicha actividad de pre-política. Gramsci también exigió otro tipo de labor7 en su concepción del intelectual orgánico. La exigencia se debe a otra performatividad, una contaminación de los límites de la historiografía por su propio lugar en la historia para que el subalterno no esté meramente protegido por una conciencia negativa, ya que la nueva historiografía continúa leyendo incesantemente los archivos a contra corriente. Desde luego, dicha lectura de los archivos es útil, aunque su utilidad queda restringida, como mucho, a la corrección de lo constatativo.
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no es tan impermeable como la que yo he estado debatiendo. Esto se debe al menos a dos razones. En primer lugar, a que Gramsci creía que el mundo era único en cuanto a género y, en segundo, a que la subalternidad, al no poseer identidad, computaba de forma diferente en un mundo en el que el papel del partido comunista, tal y como predijo Gramsci en la cárcel, era notablemente diferente a cualquier cosa que bien nosotros mismos o los primeros subalternistas pudiéramos imaginar. Sin embargo, comprenderlo es útil: los intelectuales son los suplentes superiores del grupo dominante que ejercen las funciones del subalterno de hegemonía social y gobierno político (Gramsci, 1971: 12). Además, añado el sentido dinámico de lo dominante de Raymond Williams, tal y como define su apropiación incesante de lo emergente, ya que se autodivide en simple alternativa y oposición activa (Williams, 1985:121-128). La limitación del subalterno de Hobsbawm y de los primeros subalternistas dentro de la historiografía puede verse como tal apropiación. Sin embargo, fue la intención de salvar la oposición singular lo que el ejemplo de Bhubaneswari Bhaduri me enseñó durante mucho tiempo. Ese mensaje en su cuerpo dejó al descubierto límites disciplinarios. La descripción de Gramsci del intelectual orgánico encaja bien con la gran red terciaria de educación norteamericana: los intelectuales orgánicos que toda nueva clase crea y elabora junto a sí misma en el curso de su desarrollo (Gramsci utiliza esta palabra en sentido fuerte), son en su mayor parte especializaciones de aspectos parciales de la actividad de un nuevo tipo social que la nueva clase ha convertido en prominencia. Considero que puede discreparse en cuanto a la existencia de una relación entre la emergencia gradual de una clase secesionista global, una supuesta sociedad civil internacional de empresarios autoelegidos sin ningún contrato social con la transferencia de poder desde Gran Bretaña a los Estados Unidos a mitad del siglo pasado y la metamorfosis del subalterno en la figura humanista del pueblo, un sustantivo que no puede enmarcarse en la singularidad. Como lo político se pone al frente, nuestra coyuntura necesita pueblo, una categoría general pluralizada sin una necesaria descripción de “clase”8. En un sentido general, el historiador de la subalternidad como historiador de lo popular es el intelectual orgánico de la clase que se arrastra entre los mundos imperiales 8
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Aquí los subalternistas actuales y sus críticos, los autores de Empire, coinciden. La multitud es una hipostatización de la singularidad tan peligrosa como el pueblo lo es de la subalternidad.
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Yo ubico mi interés por el subalterno dentro de este marco. Uno debe pensar que esto puede ayudar a hacer un esfuerzo que no quede limitado a los orígenes de una cultura de clase, un esfuerzo que no quede totalmente establecido por la historia. Uno recuerda avergonzadamente la otra descripción de Gramsci: el modo de ser del nuevo intelectual ya no puede consistir en la elocuencia, un vibrato momentáneo y exterior de sentimientos y pasiones, en una participación activa en la vida práctica como constructor, organizador y convencedor permanente… (Marx, 1974). Esta postura podría resultar demasiado radical si el objetivo es lo constatativo, pero no se gana nada con decir que Gramsci está intentando generar mediante la unión y simultáneo injerto de lo performativo y lo constatativo. Yo defiendo este esfuerzo citando a Gramsci y cuestionando tanto la posición asumida por el complejo social de intelectuales, cuya filosofía puede definirse como la expresión de esa utopía social por la cual los intelectuales se consideran a sí mismos independientes, autónomos, dotados de un carácter propio, etc. (Spivak, 1997a), como esos nuevos historiógrafos de la vieja guardia que han olvidado que el colegio es el instrumento mediante el cual se forma a intelectuales de varios niveles (Marx, 1974). Entonces, de lo que estamos hablando es de transportar el subalterno desde la crisis a la lógica de la agencia. ¿Puede esto equipararse a la activación de la singularidad dentro de lo multidisciplinario? (Marx, 1974) No lo creo. La singularidad era un cuestionamiento del binomio universal-particular. Lo singular es repetido, con una diferencia. Así es como lo humano se repite de forma distinta en humanos individuales, con anterioridad a la construcción de la personalidad o la individualidad. Se trata de un concepto fuerte que cuestiona tanto el universalismo como el identitarismo. Dichas singularidades, repetidas de distinto modo, son colectivamente una multiplicidad. Esto no es un colectivo empírico, ni tampoco, dicho en otras palabras, una multitud. Siempre y cuando mantengamos en mente que son maneras de pensar, las cuales siempre están inclinadas hacia lo empírico, podemos seguir avanzando. Si las reducimos solo a lo empírico y convertimos el subalterno en popular, nos convertiremos en meros cronistas polémicos.
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nuevos y viejos. Gramsci había desatado la lógica de la clase para pensar en cómo transportar el subalterno a lo hegemónico. Este nuevo desarrollo anula tanto la lógica de la clase como la tarea de Gramsci.
Prosopopeya 2008-2009 Nº 6, pp. 11-28
Gayatri Chakravorty Spivak
Si la repetición de singularidad que da la multiplicidad es la repetición de la diferencia, la agencia aboga por mantener al margen la diferencia. La agencia supone colectividad, en donde un grupo actúa por sinécdoque: la parte que parece estar de acuerdo da cuenta de todo. Dejo a un lado el excedente de mi subjetividad y me metonimizo a mí misma, establezco un vínculo con el predicamento particular para poder reivindicar la colectividad y me comprometo en una acción validada por ese mismo colectivo. Una contradicción performativa vincula la metonimia y la sinécdoque con la identidad agencial (Derrida, 1986: 3-19). Cualquier llamamiento a la colectividad es metonímico porque está sujeto a una situación y funciona por sinécdoque. Ahora bien, para poder restringir la singularidad mediante la intuición agencial, debe emprenderse una inmensa labor de cambio de infraestructura para validar la resistencia y otorgarle reconocimiento. Aquí es donde la educación en humanidades entra en juego. Daré un ejemplo en un momento, pero permitidme decir que aquí es donde las humanidades pueden reivindicar una parte de la historia para lo humano, ya que se alinea con la ciencia social cualitativa. Confundir esto con el humanismo clásico es ignorar la historia y la política. Los límites de la historiografía deben contaminarse si desea continuar siendo subalternista. Hacer que algo tenga valor no supone cuantificar esa misma cosa. He afirmado que lo singular, al combatir la oposición binaria universal y particular, no corresponde a un individuo, persona o agente. La multiplicidad no entraña multitud. Sin embargo, si pensamos en agentes potenciales, cuando no se ostenten poderes para dejar a un lado la diferencia y autosinecdoquizarse para formar colectividad, el grupo adoptará la diferencia por sí solo mediante su elemento sinecdóquico. La diferencia se aprecia en la cultura, la cual con frecuencia no se distingue de la religión. Y la institución que proporciona la agencia es la heteronormativa reproductiva. Es la institución global más amplia y antigua. Ahora se puede comprobar el porqué escribir solo sobre mujeres no soluciona el problema del subalterno generizado, al igual que hacer una crónica de lo popular no corresponde a los estudios subalternos. En la búsqueda del subalterno, en primer lugar me dirigí a mi propia clase, la clase media Bengali: Bhubaneshwari Bhaduri y Mahasweta Devi. Eso es todo lo que pude hacer desde la teoría francesa, pero continué trabajando. En la clase media, según Partha Chatterjee, Bhubaneshwari Bhaduri estaba metalépticamente sustituyendo el efecto por la causa e ingeniando una idea de liberación nacional mediante su suicidio. Chatterjee basa sus razones en que la idea de liberación nacional la desarrollaron los llamados movimientos 20