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La refundación fallida Aprendizajes del proceso constituyente chileno de 2019-2022 ALBERT NOGUERA

estudios latinoamericanos

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LA REFUNDACIÓN FALLIDA Aprendizajes del proceso constituyente chileno de 2019-2022


COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT LO BLANCH María José Añón Roig Catedrática de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia

Ana Cañizares Laso

Catedrática de Derecho Civil de la Universidad de Málaga

Jorge A. Cerdio Herrán

Marta Lorente Sariñena

Catedrática de Historia del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid

Javier de Lucas Martín

Catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política de la Universidad de Valencia

Víctor Moreno Catena

Catedrático de Teoría y Filosofía de Derecho. Instituto Tecnológico Autónomo de México

Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Carlos III de Madrid

Ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y miembro de El Colegio Nacional

Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

José Ramón Cossío Díaz

María Luisa Cuerda Arnau

Catedrática de Derecho Penal de la Universidad Jaume I de Castellón

Manuel Díaz Martínez

Catedrático de Derecho Procesal de la UNED

Carmen Domínguez Hidalgo

Catedrática de Derecho Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot

Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

Owen Fiss

Catedrático emérito de Teoría del Derecho de la Universidad de Yale (EEUU)

José Antonio García-Cruces González Catedrático de Derecho Mercantil de la UNED

José Luis González Cussac

Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Valencia

Luis López Guerra

Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Carlos III de Madrid

Ángel M. López y López

Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Sevilla

Francisco Muñoz Conde Angelika Nussberger

Catedrática de Derecho Constitucional e Internacional en la Universidad de Colonia (Alemania) Miembro de la Comisión de Venecia

Héctor Olasolo Alonso

Catedrático de Derecho Internacional de la Universidad del Rosario (Colombia) y Presidente del Instituto Ibero-Americano de La Haya (Holanda)

Luciano Parejo Alfonso

Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III de Madrid

Consuelo Ramón Chornet

Catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Valencia

Tomás Sala Franco

Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Valencia

Ignacio Sancho Gargallo

Magistrado de la Sala Primera (Civil) del Tribunal Supremo de España

Elisa Speckmann Guerra

Directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM

Ruth Zimmerling

Catedrática de Ciencia Política de la Universidad de Mainz (Alemania)

Fueron miembros de este Comité: Emilio Beltrán Sánchez, Rosario Valpuesta Fernández y Tomás S. Vives Antón Procedimiento de selección de originales, ver página web: www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales


LA REFUNDACIÓN FALLIDA Aprendizajes del proceso constituyente chileno de 2019-2022

Albert Noguera

tirant lo blanch Valencia, 2023


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TIRANT LO BLANCH EDITA: TIRANT LO BLANCH C/ Artes Gráficas, 14 - 46010 - Valencia TELFS.: 96/361 00 48 - 50 FAX: 96/369 41 51 Email: tlb@tirant.com www.tirant.com Librería virtual: www.tirant.es ISBN: 978-84-1169-882-5 MAQUETA: Tink Factoría de Color Si tiene alguna queja o sugerencia, envíenos un mail a: atencioncliente@tirant.com. En caso de no ser atendida su sugerencia, por favor, lea en www.tirant.net/index.php/empresa/ politicas-de-empresa nuestro procedimiento de quejas. Responsabilidad Social Corporativa: http://www.tirant.net/Docs/RSCTirant.pdf


Índice Introducción....................................................................................................

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I. EL ESTADO NEOLIBERAL HEREDADO DE LA DICTADURA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1980...................................................................

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1. EL GOLPE DE ESTADO DE 1973: DEL ESTADO SOCIAL CORPORATIVO AL ESTADO NEOLIBERAL SUBSIDIARIO.............. 2. EL TRATAMIENTO DE LOS DERECHOS SOCIALES EN LA CONSTITUCIÓN DE 1980 Y LA POLÍTICA REDISTRIBUTIVA DE LA DICTADURA........................................................................ 1.1. Seguridad social....................................................................... 1.2. Salud......................................................................................... 1.3. Educación................................................................................. 3. LA TRANSICIÓN Y LAS REFORMAS SOCIALES POST-2000...... 3.1. Salud: el Plan de Garantías Explícitas en Salud (GES)......... 3.2. Seguridad social: la Ley de Reforma Previsional de 2008..... 3.3. Las reformas en educación..................................................... II. LA DEMANDA CONSTITUYENTE Y LOS INTENTOS FALLIDOS DE CONSTITUCIÓN PROGRESISTA: EL PROCESO DE 2014-2018 Y LA CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL DE 2021-2022............... 1. LOS ANTECEDENTES DE LA DEMANDA CONSTITUYENTE EN CHILE Y EL PRIMER PROCESO CONSTITUYENTE FALLIDO DE 2014-2018.................................................................................... 2. EL ESTALLIDO SOCIAL DE 18-O DE 2019 Y EL SEGUNDO INTENTO FALLIDO: LA CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL DE 2021-2022.................................................................................... III. LAS LIGADURAS DEL PROCESO CONSTITUYENTE: LA LEY 21.200 DE REFORMA CONSTITUCIONAL Y EL REGLAMENTO DE LA CONVENCIÓN.......................................................................... 1. LA DEFINICIÓN DE LA CONVENCIÓN COMO PODER NO SOBERANO: EL CASO RODRIGO ROJAS VADE......................... 2. LOS LÍMITES DE CONTENIDO O CLÁUSULAS DE INTANGIBILIDAD: LA IMPOSIBILIDAD DE REORIENTAR EL MODELO ECONÓMICO DE LIBRE COMERCIO..........................................

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Índice 3. LA MAYORÍA DE DOS TERCIOS DE VOTOS PARA LA APROBACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN Y LA POSIBILIDAD DE REVERSIBILIDAD DEL PROCESO................................................ 4. LA FIJACIÓN DE LÍMITES A LAS DISPOSICIONES TRANSITORIAS: LA AUSENCIA DE CLÁUSULA DEROGATORIA Y LA CONTINUIDAD DE LA VIEJA SUPERESTRUCTURA ESTATAL........

IV. LA COMPOSICIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL FUNCIONAMIENTO INTERNO DE LA CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL................. 1. EL SISTEMA ELECTORAL Y LA FRAGMENTACIÓN INTERNA...................................................................................................... 2. DEMANDAS FRAGMENTO Y AUSENCIA DE UNA IZQUIERDA CON UN PROYECTO POLÍTICO ALTERNATIVO INTEGRAL.. 3. EL CRONOGRAMA DE TRABAJO................................................. 4. LA ORGANIZACIÓN DEL FUNCIONAMIENTO INTERNO DE LA CONVENCIÓN........................................................................... 4.1. La integración de las comisiones temáticas como ralentizador del proceso decisorio............................................................... 4.2. Las comisiones temáticas y su conformación como favorecedora de un proyecto de Constitución incapaz de satisfacer las demandas ciudadanas........................................................ V. EL DOBLE DESAJUSTE ENTRE LA AGENDA SOCIAL Y LA AGENDA DE LA CONVENCIÓN................................................................... 1. LA AGENDA SOCIAL ¿POR QUÉ LA GENTE SALIÓ A LA CALLE EN 2019?........................................................................................... 2. LA AGENDA DE LOS CONVENCIONALES Y LA ACADEMIA: EL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN DE 2022............................ 2.1. El desajuste entre la agenda de los movimientos sociales y la población.................................................................................. 2.2. El desajuste entre la agenda de los académicos y la población........................................................................................... 2.2.1. Los académicos y la Constitución antigarantista....... a) El no reconocimiento de la aplicabilidad directa de los derechos y el abandono de su eficacia a la voluntad del legislador.......................................... b) El establecimiento de un control constitucional deferente................................................................ c) El vaciamiento de la justicia constitucional por vía del no reconocimiento del recurso de amparo ni del control abstracto y directo de inconstitucionalidad....................................................................

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Índice 2.2.2. ¿Por qué el proyecto constitucional chileno no cambiaba el modelo neoliberal?........................................

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VI. LA AUSENCIA DE CONFLICTO SOCIAL Y LA PARTICIPACIÓN DOMESTICADA.....................................................................................

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1. LUCHA Y COPARTICIPACIÓN SOCIAL....................................... 2. DE LA LUCHA A LA COPARTICIPACIÓN SOCIAL: UNA CONSTITUYENTE SIN CONFLICTO...................................................... 3. LA CONVENCIÓN CHILENA: LA PARTICIPACIÓN INDIVIDUALISTA, BUROCRATIZADA Y DOMESTICADA............................. 4. EL PLEBISCITO DE SALIDA ¿LA ÚLTIMA CARTA PARA NO CERRAR EL PROCESO?................................................................. VII. EL “ACUERDO POR CHILE” Y EL CIERRE POR ARRIBA DE LA CRISIS CONSTITUCIONAL................................................................

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1. LAS BASES CONSTITUCIONALES............................................... 2. ÓRGANOS Y CALENDARIO DEL PROCESO CONSTITUCIONAL...................................................................................................

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Bibliografía......................................................................................................

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Introducción La demanda de dejar atrás la Constitución pinochestista de 1980 resurgió, con fuerza, en Chile en 2019. El alza de 30 pesos de la tarifa del sistema de transporte público de Santiago de Chile fue el detonante de un estallido social en el país, iniciado el 18 de octubre de ese año. Desde esa fecha hasta finales de 2019, se sucedieron movilizaciones en las calles, repetidos episodios de disturbios, violencia y una fuerte represión policial sobre los manifestantes que ocasionó muertos, mutilados y presos. Lo que empezó siendo una reacción a la subida del precio de la tarifa de transporte, rápidamente, acabó convirtiéndose en un acontecimiento masivo de impugnación del sistema político y económico neoliberal heredado de la dictadura pinochetista y la Constitución de 1980. Tales acontecimientos abrieron un proceso constituyente que inició con la firma por parte de los partidos políticos, el 15 de noviembre de 2019, del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución, cuyo punto 2 fijaba la celebración de un plebiscito con dos preguntas: a) ¿Quiere usted una nueva Constitución? Apruebo o Rechazo b) ¿Qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución? Convención Mixta Constitucional o Convención Constitucional. La celebración del plebiscito tuvo lugar el 25 de octubre de 2020, contando con una participación del 50,95% de los electores (7.569.082 personas), la mayor cantidad de votantes de las últimas tres décadas, y dio una amplia victoria a las opciones “Apruebo” (78,28%) y “Convención Constitucional” (79%). Se abría así el proceso constituyente. Los días 15 y 16 de mayo de 2021 se celebraron, coincidiendo con las elecciones municipales y de gobernadores regionales, elecciones para elegir a las y los 155 miembros de la Convención Constitucional bajo sufragio universal con el sistema electoral que regía la elección de la Cámara de Diputados. Los resultados dieron una clara victoria a las fuerzas de izquierda en la Convención Constitucional que se instaló, el 4 de julio de 2021, en la Sede del ex-Congreso Nacional en Santiago. Empezaban, así, 12 meses de trabajo al final de los cuales


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el nuevo Proyecto de Constitución fue presentado, el 4 de julio de 2022, al Presidente de la República, Gabriel Boric, quien convocó a un plebiscito constitucional para su ratificación popular, el 4 de septiembre de 2022. La nueva Constitución, sin embargo, no pudo entrar en vigencia tras recibir el rechazo del 61,86% de votos por parte del pueblo chileno en el plebiscito constitucional. El No ganó en las dieciséis regiones del país, sin excepción. Cerrándose, de esta manera, una oportunidad histórica para la refundación del país. Después del “No” en el plebisicto de salida, el Presidente Boric se mostró favorable a abrir un nuevo proceso constituyente. La opción de retornar el texto a la Convención Constitucional para que formulara una nueva propuesta se descartó debido a la deslegitimación social de este órgano, que pasó a disolverse. La opción adoptada fue la de comenzar a gestarse en el Congreso Nacional un espacio de diálogo entre el oficialismo y ciertos sectores de oposición con el objetivo de lograr la firma de un nuevo documento político transversal a favor de una nueva Constitución, en el que se establecieran la forma y composición del órgano encargado de redactar la nueva Constitución, los plazos, y los bordes o límites. Su función sería redactar una nueva Carta Fundamental la cual se sometería a un nuevo plebiscito de salida. La negociación se realizó entre el oficialismo y los partidos que conformaban Chile Vamos (UDI, RN y Evópoli) que fueron los que en el plebiscito de salida centraron su campaña en el mensaje de “Rechazar para una nueva y mejor Constitución”1. Por el contrario, otros partidos de la derecha, especialmente el Partido Republicano, no creyeron necesario, después del rechazo, ningún cambio constitucional. El PR abandonó, a inicios de octubre de 2022, la mesa de negociaciones en el Congreso.

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Quienes encabezaron, por parte de Chile Vamos, la negociación con el oficialismo fueron los senadores Javier Macaya (presidente de la UDI), Francisco Chahuán (dirigente de RN) y la saliente, en octubre 2022, presidenta de Evópoli, Luz Poblete, sustituda entonces por Gloria Hutt.


Introducción

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Finalmente, el 12 de diciembre de 2022, el presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS), y el presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Vlado Mirosevic (PL), anunciaron un acuerdo alcanzado entre los partidos políticos para abrir otro proceso constituyente2. El pacto fue llamado “Acuerdo por Chile” y contempló: Por un lado, las llamadas bases constitucionales, que no eran más que límites al contenido de la nueva Constitución destinados a impedir cambios profundos en el sistema político y económico neoliberal. Y, por otro lado, un itinerario constitucional con la participación de tres órganos: Una Comisión Experta conformada, en enero de 2023, por 24 “expertos”, la mitad elegida por la Cámara de Diputados y la otra mitad por el Senado, encargada de redactar un anteproyecto que debía ser aprobado por un quórum de 3/5 de sus miembros; un Consejo Constitucional, instalado en mayo de 2023, compuesto por 50 personas elegidas por sufragio universal obligatorio en abril, bajo las mismas reglas aplicadas al Senado, que, sobre el anteproyecto, debía trabajar para aprobar un Proyecto de Constitución con un quórum también de 3/5 de votos; y un Comité Técnico de Admisibilidad, compuesto por 14 juristas elegidos por el Senado en virtud de una propuesta única que le formulará la Cámara de Diputados y Diputadas, encargado de revisar las normas aprobadas, a fin de determinar una eventual inadmisibilidad de estas cuando sean contrarias a las bases constitucionales. En caso de cumplirse los plazos previstos, el proyecto constitucional resultante debería someterse a plebiscito ratificatorio con voto obligatorio, el 26 de noviembre de 2023. Como explicaremos, en el capítulo VII de este libro, si bien en el momento de cerrar este libro todavía no hemos llegado a este último momento, no cabe duda que, por el carácter limitado del proceso y la fuerte capacidad de

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El acuerdo fue firmado por los partidos: Renovación Nacional, Unión Demócrata Independiente, Evolución Política, Partido Demócrata Cristiano, Partido Radical de Chile, Partido Liberal de Chile, Partido por la Democracia, Partido Socialista de Chile, Partido Comunista de Chile, Partido Comunes, Federación Regionalista Verde Social, Convergencia Social, Revolución Democrática, Acción Humanista; y, por los movimientos: Amarillos por Chile, Unir y Demócratas.


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incidencia en éste de la derecha, la Constitución que pueda llegar a aprobarse, si no surgen nuevos acontecimientos que lo impiden, no podrá ser más que un instrumento de continuidad y lavado de cara del sistema neoliberal heredado de la dictadura. Pero, más allá de lo que pueda pasar en los próximos meses o años, el presente libro se centra en el análisis del proceso constituyente fallido de 2019 a 2022. ¿Por qué aquella brecha de esperanza constituyente abierta en 2019 terminó de esta manera, desaprovechándose una oportunidad histórica? ¿Por qué la gente votó en contra del proyecto de Constitución de la Convención en 2022? ¿Cuáles son las causas que explican que una Convención Constitucional con amplia mayoría de la izquierda que empezó con fuerte apoyo popular se fuera deslegitimando a medida que pasaban sus meses de funcionamiento? Contestar estas preguntas, a partir del estudio de la Convención Constitucional chilena de 2021-2022, es el objetivo del presente trabajo. En concreto, se abordarán cuatro grandes puntos: I. El Estado neoliberal heredado de la dictadura y la Constitución de 1980; II. Los dos intentos fallidos de procesos constituyentes progresistas: 20142018 y 2019-2022; III. La causas que explican el fracaso de la Convención Constitucional y del proyecto de Constitución de 2022 y sus aprendizajes; y, IV. El cierre por arriba de la crisis constitucional. Será en el tercer punto donde nos vamos a detener con mayor detalle. Resultaría superficial y carente de autocrítica afirmar que la acaparadora victoria del rechazo, en el plebiscito constitucional de 4 de septiembre de 2022, se debió a que, en Chile, la gente es sociológicamente de derechas o fue manipulada por las mentiras de los medios de comunicación. Sería absurdo pensar que la misma mayoría que en 2020 votó en masa a favor de activar un proceso constituyente, en mayo de 2021 eligieron una Convención con mayoría absoluta de las izquierdas y en noviembre del mismo año eligió un Presidente de izquierdas, transitó a la derecha, en solo siete meses. El Estudio Nacional de Opinión muestra que, en abril-mayo de 2022, hay más gente que se autoidentifica, claramente, de izquierdas (20%), que los que lo hacen como de derechas (12%). Difícilmente podemos,


Introducción

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entonces, entender las causas del desastre y aprender de ellas, sino somos capaces de hacer autocrítica y poner sobre la mesa la mala gestión y dirección que se hizo de la oportunidad abierta con el proceso constituyente y de la Convención Constitucional. Como explicaremos a lo largo del texto, podemos mencionar cuatro grandes factores que terminaron contribuyendo a una deslegitimación social de la Convención y a la incapacidad del texto final presentado de satisfacer las aspiraciones sociales: 1) Las ligaduras del proceso constituyente; 2) La composición y organización del funcionamiento interno de la Convención constitucional; 3) El doble desajuste entre la agenda social y la agenda de la Convención; y, 4) La ausencia de conflicto social y la participación domesticada; La suma de todos estos factores, nos permite entender el resultado del plebiscito constitucional y el carácter fallido del proyecto constitucional de 2022. Tomar nota y aprender de ello, resulta indispensable para evitar repetir los mismos errores en futuros procesos, tanto en Chile como en otros países.



I. EL ESTADO NEOLIBERAL HEREDADO DE LA DICTADURA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1980 En este capítulo inicial abordaremos la construcción, durante la dictadura de Augusto Pinochet, de las bases del actual Estado neoliberal subsidiario que conforma la realidad sobre la que, a lo largo de las últimas décadas, emergen movimientos y luchas sociales que demandan un proceso constituyente en Chile. El retorno de la “democracia” durante la década de 1990 y la conformación de los gobiernos de la Concertación3, no supuso cambios destacados en el modelo social neoliberal de estructura bicéfala chileno impuesto por la dictadura. Si bien se aprobaron algunas reformas con nuevas prestaciones y subsidios, el mercado continuo jugando un rol prioritario en la prestación de los servicios y derechos sociales y los llamados enclaves antidemocráticos impuestos por la dictadura para impedir al Poder Legislativo introducir reformas de calado siguieron, parcialmente, en vigencia. Es en este escenario que, durante años, va tomado forma la demanda de un proceso constituyente que tuvo sus intentos de materializarse, desde una perspectiva progresista, en 2014-2018 y en 20192022, ambos fallidos.

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La Concertación de partidos por la democracia fue una coalición creada en 1988 e integrada inicialmente por: el partido Demócrata Cristiano, el Partido por la Democracia, el Partido Socialista de Chile y el Partido Radical Socialdemócrata.


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1. EL GOLPE DE ESTADO DE 1973: DEL ESTADO SOCIAL CORPORATIVO AL ESTADO NEOLIBERAL SUBSIDIARIO Chile fue, durante la primera mitad del siglo XX, un país pionero en América Latina en el establecimiento de un sistema de protección social. En concreto, se trató de un sistema de bienestar social de tipo trabajocentrista con los trabajadores asalariados en el centro del sistema. El surgimiento del Estado social, en Chile, se contextualizó, a inicios del siglo XX, en el marco de un proceso de modernización económica del país por vía de la industrialización, al que se bautizó con el nombre de proceso de “industrialización por sustitución de importaciones” (ISI), en el cual el movimiento obrero era el grupo social con mayor capacidad organizativa, movilizadora y poder electoral. Hasta 1940 los sindicatos obreros industriales fueron el centro de organización y movilización social. Mientras éstos disponían de fuerte capacidad organizativa en los campamentos mineros del salitre en el norte, en las minas de carbón en el sur y en los puertos y enclaves ferrocarriles, así como en la incipiente industria nacional4, el resto de sectores populares ajenos al mercado de trabajo o que se desempeñaban en el mercado informal, no contaban con estructuras orgánicas ni estrategias organizacionales propias y se adherían de forma espontánea a las movilizaciones convocadas por los sindicatos y partidos obreros5.

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Radrigán, J. (1999), Movimiento sindical en Chile: una visión crítica, Centro de Investigaciones Sociales, Núm. 46. Desde su surgimiento, el movimiento obrero se ha organizado en diferentes centrales sindicales. La primera gran central sindical que agrupó a las sociedades mutuales, las mancomunales y las sociedades de resistencia existentes fue la Federación de Trabajadores de Chile (FTCH), de tendencia anarquista, creada 1906 y desarticulada en 1908 fruto de la represión. A ella le siguió, en 1909, la creación de la Federación Obrera de Chile (FOCH) que ejerció como gran central sindical hasta 1936, en cuyo interior se agrupaban sectores de tendencia socialista y anarquista. Durante esta primera etapa denominada de “sindicalismo libre” el movimiento obrero gozaba de autonomía con respecto de los partidos políticos y protagonizó fuertes movilizaciones y actos de protesta violenta (Rojas, J. (1993), La dictadura de Ibañez y los sindicatos (1927-1931), Dibam, Santiago


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de Chile; Salazar G. y Pinto J. (1999), Historia contemporánea de Chile, T. I y II, LOM, Santiago de Chile). Sin embargo, la progresiva cooptación de dirigentes sindicales por parte de los partidos políticos, el Partido Radical y el Partido Demócrata a finales del siglo XIX, y los partidos Comunista y socialista en el siglo XX, culminada con la promulgación del Código del Trabajo de 1931, que legalizó los sindicatos e integró gran parte de la dirigencia sindical a las estructuras de Estado, abrió lo que se ha llamado la etapa del “sindicalismo paraestatal” o de burocracia sindical e hizo que los sectores anarquistas abandonaran la FOCH y crearan, en 1931, la Confederación General de Trabajadores de Chile (CGT), una confederación anarquista que, al margen del Estado y los partidos y no incluida en la regulación del Código del Trabajo, mantuvo, durante las décadas de 1930 y 1940, una filiación de alrededor de seis a diez mil obreros con presencia, principalmente, en la industria del calzado, imprenta, construcción y gremios marítimos (Barría, J. (1978), El Sindicalismo: Fuerza Social Chilena, Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Chile, Santiago de Chile). Desarticulada la FOCH, en 1936, los sindicatos provenientes de la FOCH (comunistas y socialistas) junto con la CGT (anarquistas), crearon Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH), cuyo congreso fundacional decide apoyar la formación del Frente Popular. Creado ese mismo año 1936, el Frente Popular fue una coalición integrada por los partidos radical, comunista, socialista, democrático y radical socialista, con la participación de la CTCH en su “Comando directivo”, que ganó las elecciones presidenciales de 1938, aunque se deshizo poco después de su llegada al gobierno. La CTCH empezó a debilitarse partir de 1946. El 30 de enero de ese año en la convocatoria de un paro nacional por la masacre de la Plaza Bulnes (28 de enero) y de apoyo a las huelgas sectoriales, las facciones socialista y comunista en el interior de la CTCH dividen la Confederación en dos grupos. La división es producto de la tensión que se produjo al interior, al defender los sindicatos o apoyar el gobierno. Los sectores encabezados por los socialistas apoyaban al gobierno y se oponían al paro. Por el contrario, los comunistas eran contrarios al gobierno y organizadores del paro nacional. Además, la facción anarquista, cada vez más debilitada fruto de la represión, ya hacía tiempo que operaba autónomamente a través de la CGT. En consecuencia, dividida y en la práctica sin injerencia como agrupación de los trabajadores, la CTCH siguió funcionado y subsistiendo hasta que, en 1953, se vuelven a fusionar comunistas, socialistas, junto con otras centrales sindicales y lo poco que ya quedaba de un muy mermado movimiento anarcosindicalista agrupado en la CGT, para constituir la Central Única de Trabajadores (CUT). La CUT se creó con el objetivo de reagrupar, de nuevo, al movimiento obrero y fue la más grande y única central sindical chilena entre 1953 y el golpe pinochetista de 1973.


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No es hasta 1940, en adelante, que se produce la organización de otros sectores sociales, principalmente, pobladores6 y campesinos7. Además, el hecho de que la plena inclusión electoral de campesinos y población urbana marginal no se empezara a producir hasta las reformas de 1958, y luego la de 1971, hizo que estos tuvieran, durante las primeras décadas del siglo XX, escasa posibilidad de presionar 6

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En los años 30, la ocupación de terrenos fue una de las principales estrategias de quienes se desplazaban del campo a la ciudad y requerían de un lugar para vivir. Grupos de pobres se instalaron en las zonas más despreciadas del área urbana, principalmente cerros, donde construían sus viviendas improvisadas y formaron asentamientos conocidos como “poblaciones callampas”. Hacia 1959, 30 mil familias vivían en estos, un 8% de la población de Santiago (Álvarez, O. (1936), Historia del desarrollo industrial en Chile, Imprenta de la Ilustración, Santiago de Chile, p. 223; Espinoza, V. (1998), “Historia social de la acción colectiva urbana: los pobladores de Santiago”, EURE, vol. 24 (72), pp. 71-84). Ya en esta década de los 30 y 40, los habitantes de estos nuevos territorios empezaron a organizarse en los denominados Comités de Adelante, Juntas de Vecinos o Juntas de Pobladores, a través de los cuales los vecinos presentaban sus demandas ante la administración correspondiente. Además, los pobladores que no habían logrado acceso a una vivienda se organizaron en los Comités de Pobladores sin casa, que se multiplicaron por la ciudad (Farías Antognini, A. (2019), Políticas sociales en Chile. Tayectoria de inequidades y desigualdades en distribución de bienes y servicios, Universidad Alberto Hurtado Ediciones, Santiago de Chile, p. 96). Previamente a la década de 1960, el sindicalismo campesino no tenía mucha fuerza, los factores que contribuyeron a ello fueron: la participación privilegiada de los terratenientes en la elite política y el sesgo urbano e industrializante de las coaliciones de centroizquierda. Fuerzas políticas, estas últimas, que sacrificaron el sindicalismo campesino e incluso la modernización agrícola en aras del proceso de industrialización y modernización productiva urbana (Moulian, T. (1985), “Violencia, gradualismo y reformas en el desarrollo político chileno”, en A. Aldunate, A. Flisfish y T. Moulian (Eds.), Estudio sobre el sistema de partidos en Chile, FLACSO, Santiago de Chile, p. 54). Es a partir de los 60 que empieza a crecer. El crecimiento y empoderamiento de los campesinos organizados se encuentra asociado al impulso de la reforma agraria y la ley de sindicalización campesina de 1967. A principios de los años 70 los trabajadores agrícolas organizados sumaban ya unos 100 mil, agrupados en 400 sindicatos comunales repartidos en tres confederaciones nacionales campesinas: la Confederación Ranquil, sucesora de la Federación Nacional de Campesinos e Indígenas de 1961, filial de la CUT y cercana al FRAP (Frente de Acción Popular); la Confederación Libertad, heredera de la unión de Campesinos Cristianos, constituida en 1960, que agrupaba trabajadores de orientación católica; y, la Confederación Triunfo Campesino de 1968, vinculada al gobierno de Eduardo Frei y a la Democracia Cristiana (Barría, J. (1971), El movimiento obrero en Chile: síntesis históricosocial, Universidad Técnica del Estado, Santiago de Chile).


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