REPRESIÓN DE GÉNERO EN EL FRANQUISMO
Jon-Mirena Landa Gorostiza Director
Jon Penche González Javier Buces Cabello Coordinadores
REPRESIÓN DE GÉNERO EN EL FRANQUISMO
COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT HUMANIDADES
Manuel Asensi Pérez
Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València
Ramón Cotarelo
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia
Mª Teresa Echenique Elizondo
Catedrática de Lengua Española Universitat de València
Juan Manuel Fernández Soria
Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València
Pablo Oñate Rubalcaba
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València
Joan Romero
Catedrático de Geografía Humana Universitat de València
Juan José Tamayo
Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid
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Capítulo 3.
Recuperando la historia secreta. Represión contra las mujeres
IONE
I.
II.
III.- NATIVIDAD CAMACHO: MODELO DE COMPROMISO
Capítulo
V.
Capítulo
I.
LA MUJER BAJO EL RÉGIMEN FRANQUISTA
Capítulo
Capítulo 8.
Lo que hemos aprendido sobre las mujeres en la guerra de España y la posguerra. Datos y reflexiones de un balance 235
Introducción
En 2020 la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la Universidad del País Vasco y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, firmaron un convenio de colaboración que permite, a través de seminarios como el desarrollado en 2022, trabajar en aquello que comparten: la defensa de los Derechos Humanos y la recuperación de la Memoria Histórica mediante la investigación y la difusión.
De manera más específica, la cooperación de estas dos entidades posibilita la organización conjunta de actividades de difusión, pero también abre la puerta al asesoramiento y colaboraciones puntuales en investigaciones, en la formación de personas investigadoras, en el intercambio de profesionales, e incluso en la colaboración en consejos de redacción y comités científicos de ambas instituciones en las materias que nos ocupan.
Hasta la fecha, esta colaboración se ha traducido fundamentalmente en un plan de trabajo anual en torno a la realización de un seminario sobre cuestiones relativas a los Derechos Humanos y la Memoria Histórica, en aras a determinar ulteriores actuaciones relacionadas con los puntos citados anteriormente, y teniendo en cuenta los períodos fijados por el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora: memoria histórica (1936-1975) y memoria reciente (1960-2011).
Por tanto, la publicación que el lector tiene entre sus manos es fruto de este convenio de colaboración de dos entidades con amplia trayectoria investigadora en el campo de las Ciencias Humanas. Una colaboración que sin lugar a dudas ampliará su marco de actuación en los próximos años, y que permitirá aportar a la sociedad mayor conocimiento en materia de Derechos Humanos y Memoria Histórica.
En cualquier caso, en lo que a los seminarios se refiere, estos nacieron con vocación de convertirse en una cita anual y con el propósito de ser una herramienta y un foro de discusión para trasladar a la sociedad diversos temas relacionados con la memoria histórica, la memoria
El año 2021 se dieron inicio a estos seminarios de Historia centrándose en la violencia política en Euskadi en el pasado reciente, combinando la visión historiográfica con la jurídica y tratando de recoger las diferentes visiones que sobre ese fenómeno se han dado en el debate académico al respecto.
Lo que allí se trató fue recogido en el libro Violencia Política, Derechos Humanos e Historia. Reflexiones sobre el Derecho a la verdad y la Historia, publicado por la editorial Tirant lo Blanch.
El 21 octubre de 2022 se celebró en Bilbao el segundo de estos seminarios, centrado en la represión de género durante el franquismo, intentando superar los estudios de este tipo que se centran en la Guerra Civil y la posguerra, ampliando el marco cronológico hasta el final de la Dictadura.
Para conocer y comprender el hecho represivo durante el franquismo, es necesario estudiar la represión femenina en la misma medida que la masculina, pero no porque sea algo “políticamente correcto” sino porque una y otra represión, poseía unos objetivos propios y bien diferenciados, al mismo tiempo que complementarios.
Así, pensamos que, sólo caracterizando las formas de represaliar, reprimir y controlar a las mujeres durante el franquismo, podremos acercarnos al conocimiento de la auténtica dimensión que tuvo la represión y el control social de la población durante la dictadura. Este fue, precisamente, el objetivo del seminario celebrado en 2022.
Para ello, en este volumen, que recogen la mayoría de las ponencias que se presentaron al citado Seminario, se han combinado visiones generales con la perspectiva local, conjugando las aportaciones de algunas de las principales especialistas de la historiografía española en la materia junto con investigadores e investigadoras de la UPV/EHU y de
la Sociedad de Ciencias Aranzadi que están desarrollando sus estudios en esta materia.
El libro se divide en dos bloques. El primero, dedicado al período de guerra y posguerra, trata de los modos de violencia sobre la mujer en este contexto; son las asesinadas, las ejecutadas, las encarceladas…; el segundo, dedicado a la represión durante el franquismo en el largo tiempo, es donde se estudian las formas de control social del franquismo sobre la mujer, para perpetuar la imagen de la mujer “ángel del hogar”, frente a la imagen de mujer libre, trabajadora, militante, que habría proyectado la República; mientras que se finaliza con una reflexión final sobre los estudios de género.
El primer bloque, como decimos, está dedicado a la represión de género en la guerra y la posguerra.
En primer lugar, la Catedrática de la Universidad de Zaragoza, Ángela Cenarro, realiza una reflexión acerca de los estudios de represión de género en el primer franquismo, evaluando qué caminos le quedan todavía por recorrer a esta disciplina.
Seguidamente, Queralt Solé, profesora de la Universitat de Barcelona, acompañada de las arqueólogas y osteoantropologas Eulàlia Díaz-Ramoneda, Jordi Ramos, Sheyla Sancho Peris y Lourdes Herrasti, nos exponen la riqueza que supone para el análisis histórico el cruce de informaciones entre las fuentes documentales y la información extraída de las exhumaciones, a través de tres casos de mujeres fallecidas de forma violenta.
En tercer término, la historiadora perteneciente a la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Ione Zuloaga, pretende mostrar la represión ejercida contra las mujeres en Gipuzkoa entre 1936 y 1945 mediante las características de dicha represión.
Por último, los investigadores de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la UPV/EHU, Aritz Onaindia, Antonio Pérez y Jon Penche, realizan un estudio de las mujeres encarceladas en reciente y las vulneraciones de derechos humanos que se tratan en el ámbito académico e historiográfico. Un puente, en definitiva, entre la Universidad y la opinión pública. En este sentido, hay que agradecer al Gobierno Vasco su implicación y su apoyo para con esta iniciativa.
la prisión de Saturraran a través de un análisis prosopográfico, para concluir un retrato colectivo de todas ellas.
El segundo bloque, dedicado a las formas de control social, fundamentalmente en el segundo franquismo, comienza con el estudio que, Pilar Díaz, profesora titular de la Universidad Autónoma de Madrid, lleva a cabo en torno a la represión contra las mujeres en el período desarrollista. Para ello, se centra en los cambios en la normativa jurídica y la represión carcelaria, y desciende al ejemplo de lucha y resistencia de la represeliada Natividad Camacho.
Continúa este bloque Gemma Piérola, profesora de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), que, en cambio, analiza la configuración y la intención que tuvo la represión política contra las mujeres y de género durante el Franquismo en un territorio concreto, Navarra. Asimismo, pone el foco en la importancia de las fuentes orales.
Por su parte, Aritza Sáenz del Castillo, profesor del departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la UPV/EHU, fija el foco de estudio en las políticas de género y en educación auspiciada por el Franquismo, aspectos que, tal y como bien describe el autor, fueron fundamentales para asegurar la subordinación de la mujer.
Para acabar el volumen, a modo de conclusión, Encarnación Barranquero, profesora titular de la Universidad de Málaga, realiza un breve pero exhaustivo análisis del estado de la cuestión respecto a los estudios sobre la represión franquista contra las mujeres, para posteriormente profundizar en la violencia aplicada tanto en el período bélico como en la posterior dictadura.
JON PENCHE GONZÁLEZ
Investigador Doctor de la Cátedra UNESCO de D.D.H.H. y Poderes Públicos de UPV/EHU
JAVIER BUCES CABELLO
Doctor en Historia Contemporánea por la UPV/EHU. Investigador de la Sociedad de Ciencias Aranzadi
PRIMERA PARTE
REPRESIÓN DE POSGUERRA
Capítulo 1.
Mujeres, género y violencia en los orígenes de la Dictadura de Franco
ÁNGELA CENARRO LAGUNAS
Catedrática de Historia Contemporánea.
Universidad de Zaragoza I.-INTRODUCCIÓN
La violencia política franquista, como tema de estudio y de discusión pública, ha adquirido un lugar destacado en las últimas tres décadas. Las investigaciones de dimensión local, muy abundantes desde los años ochenta, han constituido una sólida base para el recuento de las víctimas, así como para la identificación de los agentes y los mecanismos represivos. El reconocimiento de quienes sufrieron persecución por la pasada dictadura también se ha abierto camino de forma clara en los últimos años gracias a las iniciativas ciudadanas y al impulso de las instituciones. Así, las leyes de 2007 y de 2022 han supuesto avances significativos en el proceso de reparación de las víctimas, por más que ese pasado, ya no “oculto”, pero sí “incómodo” o “sucio”, siga generando reacciones virulentas, cuando no agrias controversias, por su centralidad en los usos públicos y políticos del pasado1 .
Si el afán por hacer visibles los crímenes estuvo presente sobre todo en los primeros trabajos, hoy la prioridad es elaborar un relato significa-
1 Ley 52/2007 por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura (BOE, nº 310, de 27 de diciembre de 2007), y Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática (BOE nº 252, de 20 de octubre de 2022).
Mujeres, género y violencia en los orígenes de la Dictadura de Franco 17
tivo centrado en las víctimas, para las que se reclama reconocimiento, recuerdo y reparación. La capacidad de interpelación de este discurso es mayor si cabe en lo que respecta a las mujeres republicanas. Las conocidas palabras de Julia Conesa, una de las Trece Rosas, “que mi nombre no se borre en la historia”, se han convertido en una especie de consigna movilizadora, ilustrativa de ese potencial. Álvarez Junco apuntaba cómo la memoria tiene la función de sintetizar emociones y propiciar la creación de identidades colectivas mediante la elaboración de símbolos y referentes necesarios para relacionarnos en comunidad2. Y, efectivamente, la especial atención que hoy se prodiga a las perseguidas por la dictadura en foros científicos, materiales divulgativos y conmemoraciones3 no es ajena al repunte del activismo feminista, ni a la centralidad que la discriminación por razones de sexo o género ha adquirido en el debate político de los últimos años.
El fenómeno no es una novedad, pues la recuperación de militantes de izquierdas, presas o exiliadas estuvo ya en la agenda del feminismo de la transición para construir referentes históricos de emancipación y resistencia. Antonina Rodrigo, por ejemplo, dedicaba unas páginas a las milicianas y a las Mujeres Libres anarquistas en clave de resistencia heroica en un momento clave para la construcción de una genealogía feminista4. Es difícil no identificar este legado en la actualidad, de espe-
2 ÁLVAREZ JUNCO, J., Qué hacer con un pasado sucio, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2022, p. 17.
3 Podría citarse una larga lista de encuentros y homenajes dedicados a las mujeres fusiladas o exiliadas, pero destaco el motivado por la exhumación de los restos de la primera alcaldesa de la República, María Domínguez Remón, fusilada, en Fuendejalón (Zaragoza), el 5 de septiembre de 2021; los homenajes a las Trece Rosas en el Cementerio de la Almudena de Madrid, con motivo del aniversario de su fusilamiento, cada 5 de agosto; o las recientes placas en recuerdo de las cárceles de Durango y de Saturrarán.
4 RODRIGO, A., “Documento. Nuestras mujeres en la guerra civil”, Vindicación Feminista, núm. 3, 1976, pp. 29-40. Por las mismas fechas, NASH, M.,
cial sensibilidad hacia el reconocimiento de estas desigualdades históricas. A diferencia de la Ley 52/2007, cuyo acercamiento a las víctimas no atendía a las especificidades de sexo o género, ni a la pluralidad de mecanismos represivos, la de Memoria Democrática de 2022 reconoce a las mujeres “como protagonistas de una larga lucha por la democracia y los valores de libertad, igualdad y solidaridad”. También propone adoptar medidas para reparar las “formas especiales de represión o violencia de cualquier tipo sufrida por las mujeres”, una referencia a las vejaciones sexuales que padecieron durante la guerra, pero también a las penas impuestas por delitos tipificados en la legislación franquista, como el adulterio o la interrupción voluntaria del embarazo5 .
En este trabajo se entrelazan tres hilos conductores. Uno, entender este ejercicio de recuperación del pasado como el fruto del encuentro entre la memoria, la investigación histórica y el feminismo. Otro, describir el contexto en el que la persecución política tuvo lugar. Esta fue implacable en la primera etapa del régimen, coincidiendo con el ciclo de la crisis de la democracia y la reacción a los desafíos al orden del periodo de entreguerras que se cerró con la II Guerra Mundial. Despejó el camino para forjar un orden autoritario y excluyente, que tenía como ingrediente esencial el restablecimiento de las jerarquías sexuales alteradas por los cambios sociales y culturales de las décadas anteriores. El último, explorar qué aporta el género, como categoría de análisis, al estudio de la violencia. Pues estudiar cómo fueron perseguidas las mujeres, o su identificación como víctimas, no agota la perspectiva de género, aunque esta haya sido su acepción más común. Las historiadoras Andrea Petö y Ayse Gül Altinay sugieren complejizar esta relación entre el género y las grandes matanzas del siglo XX, de modo que, junto a la descripción y denuncia de los sufrimientos padecidos por ellas en las guerras y Mujeres Libres, Tusquets, Barcelona, 1975; ALCALDE, C., La mujer en la guerra civil española, Editorial Cambio 16, Madrid, 1976.
5 BOE, 252, 20 de octubre de 2022 https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2022-17099
los genocidios, sea posible desplazar ese acercamiento binario, esencialista, que sitúa a las mujeres siempre en la posición de víctimas y a los hombres en la de perpetradores6 .
Para el caso español tenemos ya estudios que arrojan luz en esta dirección. Si los hombres pudieron ser objeto de vejaciones sexuales -como sucedió, por ejemplo, con los representantes del clero en la zona leal7-, las mujeres contribuyeron también a la limpieza política con sus denuncias u otras formas de colaboración8. Además, los privilegios por razones de sexo experimentaron un reajuste por su intersección con otras discriminaciones, como la de clase o la nueva división entre vencedores y vencidos en la posguerra9. La comparación con los procesos represivos de la retaguardia republicana permite atisbar el impacto de las diferentes nociones de feminidad a cada lado del frente. En la zona leal, el afán de purificación desatado tras el hundimiento de las estructuras estatales dejó cifras y porcentajes inferiores de mujeres asesinadas, con
6 PETÖ, A./ ALTINAY, A. G., “Europe and the century of the genocides: New directions in the feminist theorizing of genocide”, European Journal of Women’s Studies, vol. 22, núm. 4, 2015, pp. 379-385. Véase también, CASES, A., El género de la violencia. Mujeres y violencias en España, 1923-1936, Universidad de Málaga, Málaga, 2016; para las guerras más recientes, SÁNCHEZ DE MADARIAGA, E., “Género y guerras: la criminalización de la violencia”, Journal of Feminist, Gender and Women Studies, núm. 3, 2016, pp. 45-55.
7 VINCENT, M., “Made Flesh? Gender and Doctrine in Religious Violence in Twentieth Century Spain”, Gender & History, vol. 25, núm. 3, 2013, pp. 668680; THOMAS, M., La fe y la furia. Violencia popular e iconoclastia en España, 1931-1936, Comares, Granada, 2014, pp. 134-135.
8 Colaboraciones de mujeres en los juicios militares, en ANDERSON, P., “In the Interest of Justice? Grass-roots Prosecution and Collaboration in Francoist Military Trials, 1939-1945”, Contemporary European History, vol. 18, núm. 1, 2009, pp. 25-44.
9 Como ha propuesto, recientemente, WRIGHT, S., “’Caballeros mutilados’ y mujeres ‘deshonradas’: cuerpo, género y privilegio en la posguerra española”, Historia y Política, núm. 47, 2022, pp. 163-192.
ritmos y procedimientos distintos a los de la retaguardia rebelde10. En suma, un uso flexible del “género”, entendido como construcción discursiva inestable de la diferencia sexual, ayuda a la mejor comprensión de las lógicas de la violencia en cada contexto histórico.
II.-HISTORIA, MEMORIA Y FEMINISMO
Desde los años sesenta, recuperar y analizar la violencia contra las mujeres en la guerra civil y la dictadura de Franco ha sido posible gracias a la intersección de tres vías de indagación. Primero fue la memoria. Antes de la movilización ciudadana en torno a la “memoria histórica”, el recuerdo de las atrocidades vividas en las cárceles inspiró los testimonios de las presas políticas, pronto convertidos en referencias ineludibles para el tema. En los años ochenta llegaron los trabajos de historia, que buscaron la explicación de las matanzas cometidas en el contexto del conflicto armado y la forja de un estado autoritario. La crítica feminista, con su empeño en visibilizar a las mujeres, crear nuevas genealogías y definir categorías de análisis de gran potencial heurístico, ha sido transversal a las otras dos miradas. El orden de esta enumeración (memoria, historia, feminismo) es aleatorio, pues estas tres perspectivas, habitualmente presentadas como independientes, han interactuado en este caso de manera productiva.
Al dejar por escrito sus experiencias en las cárceles de Franco, las presas políticas legaron un material de enorme valor. Los recuerdos y testimonios de Juana Doña, Tomasa Cuevas, Carlota O’Neill, Pilar Fidalgo y Soledad Real generaron el relato de una experiencia diferenciada, inherente a la doble identidad de “roja” y mujer, con el acento puesto
10 LEDESMA, J.L., “Las mujeres en la represión republicana: apuntes sobre un “ángulo muerto” de la guerra civil española”, en NASH, M./TAVERA, S. (Eds.), Las mujeres y las guerras. El papel de las mujeres en las guerras de la Edad Antigua a la Contemporánea, Icaria, Barcelona, 2003, pp. 441-458.
11 FIDALGO, P., A Young Mother in Franco’s Prisons, United Editorial, London, 1939; NÚÑEZ, M., Cárcel de Ventas, Librerie du Globe, París, 1967; DOÑA, J., Desde la noche y la niebla (mujeres en las cárceles franquistas): novela-testimonio, Ediciones de la Torre, Madrid, 1978; GARCÍA, C., Las cárceles de Soledad Real: una vida, Alfaguara, Madrid, 1982; CUEVAS, T., Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas, Instituto de Estudios Altoaragoneses, Huesca, 2004 (editado por Jorge J. Montes Salguero). O’NEILL, C., Una mujer en la guerra de España, Turner, Madrid, 1979 (reeditado en Oberon, 2003); MONTERO, R., Historia de Celia: recuerdos de una guerrillera antifascista, Rialla, Valencia, 2004; MARTÍNEZ, E., Guerrilleras, la ilusión de una esperanza, Latorre Literaria, Madrid, 2010.
12 El reconocimiento del valor de estos testimonios ha sido unánime. Véase, entre otros, el de MIR, C., "La represión sobre las mujeres en la posguerra española", EGIDO LEÓN, Á./EIROA SAN FRANCISCO, M., (Eds.), Los grandes olvidados. Los republicanos de izquierda en el exilio, Centro de Investigación y Estudios Republicanos, Madrid, 2004, pp. 205-226, quien pone el acento en la aportación del testimonio y la literatura de ficción en la construcción de la memoria colectiva; desde la perspectiva literaria, RAMOS MESONERO, A., Memorias de las presas de Franco, Huerga y Fierro, Madrid, 2012; el feminismo implícito en estos relatos ya lo apuntaba HERNÁNDEZ HOLGADO, F., “Juana Doña y el manantial de la memoria. Memorias de las cárceles franquistas de mujeres (1978-2007)”, Arenal, núm. 22, 2015, pp. 283-309; MACSUTOVICI IGNAT, A., “Mujeres en las cárceles franquistas: la práctica de la escritura y lectura en la obra de Tomasa Cuevas y Juana Doña”, Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia, núm. 19, 2019, pp. 285-306; la “triple vinculación original método biográfico-perdedores de la guerra-relaciones de género” en GINARD I FÉRON, D., “Método biográfico, fuentes orales y mujeres antifascista en España: Balance, problemas y retos”, en MIR, C./CENARRO, Á. (Eds.), Mujeres, género y violencia en la guerra civil y la dictadura de Franco, Tirant lo Blanch, València, 2022, pp. 153-183 (la cita en p.
su contribución a la construcción de una memoria de las vencidas es indiscutible, al haberse erigido en sólidos puntos de partida de las investigaciones de Giuliana di Febo, Carmen Alcalde, Fernanda Romeu y, más tarde, de Ricard Vinyes13. También inspiraron obras literarias, como La voz dormida, de Dulce Chacón, y su adaptación cinematográfica, de enorme impacto mediático.
Con la prioridad de recuperar a los sujetos anónimos y marginales de la historia, las primeras historias provinciales y regionales dedicadas a la violencia franquista abrieron otra vía para el conocimiento del pasado. Aportaban como novedad un sólido trabajo empírico gracias al acopio de fuentes como registros civiles y de cementerios, sumarios de consejos de guerra o fondos archivísticos. La dimensión local, una de las señas de identidad de la historiografía española de aquel momento, resultó ser decisiva para acometer con solvencia ese trabajo, concebido en términos de rescate de la invisibilidad. Porque junto a los obreros, campesinos y militantes anónimos, aparecieron también, en cifras dignas de ser tenidas en cuenta, las mujeres. Ellas engrosaron los listados de víctimas mortales, con nombres y apellidos, por más que estos casi siempre se perdieran entre las páginas o alimentasen porcentajes ínfimos sobre el total de las personas fusiladas. Ocasionalmente, fue posible abundar en
155). Su valor para explorar las prácticas de violencia sexual en las cárceles, en HERRMANN, G., “’They Didn’t Rape Me’: Traces of gendered Violence and Sexual Injury in the Testimonies of Spanish Republican Women Survivors of the Franco Dictatorship”, en ADLER, N./LEYDESDORFF, S. (Eds.), Tapestry of Memory. Evidence and Testimony in Life-Story Narratives, Transaction Publishers, New Burnswick-Londres, 2013, pp. 77-95.
13 DI FEBO, G., Resistencia y movimiento de mujeres en España, 1936-1976, Icaria, Barcelona, 1979; ROMEU ALFARO, F., El silencio roto: mujeres contra el franquismo, [s.l.], [s.n.], 1994. ALCALDE, C., Mujeres en el franquismo. Exiliadas, nacionalistas y opositoras, Flor del Viento, Barcelona, 1996; MANGINI, S., Recuerdos de la resistencia. La voz de las mujeres de la guerra civil española, Barcelona, Península, 1997; VINYES, R., Irredentas: las presas políticas y sus hijos en las cárceles de Franco, Temas de Hoy, Madrid, 2002. en sufrimientos específicos íntimamente conectados con la sexualidad, como las violaciones, y la experiencia maternal, marcada por la muerte, enfermedad o separación de sus hijos11. El valor de estas recopilaciones, voces marginales y aisladas con la capacidad de erosionar el discurso monolítico de los vencedores, ha sido ampliamente reconocido12. Y
sus perfiles biográficos, o reconstruir mínimamente las circunstancias que rodearon su muerte, exilio o vejación. Ocuparon también un lugar en las principales síntesis sobre el tema, que vieron la luz en torno al cambio de siglo desde la óptica de la historia contributiva, presidida por la convicción de que esta aportación “completaba” la comprensión del fenómeno.14 La proliferación de este tipo de investigaciones, incluso con el hándicap de la dispersión de resultados, ha hecho posible dibujar un mapa provisional del impacto de la represión franquista sobre ellas.
Pero sacar a la luz no es lo mismo que trascender, una dimensión en la que todavía queda mucho camino por recorrer. La mirada androcéntrica ha puesto el foco en la militancia entendida desde los cánones masculinos, con los líderes o dirigente políticos como grandes protagonistas. Además, por su procedencia mayoritaria de las clases populares o su condición de compañeras de republicanos y militantes de base, el grueso de las represaliadas sigue sumido en el anonimato. Es cierto que algunas, como Lina Odena o las Trece Rosas, ya se habían convertido en iconos del antifascismo, y que las diputadas republicanas en el exilio obtuvieron cierto reconocimiento gracias a las feministas de los setenta. Una excepción al destino de la invisibilidad ha sido María Domínguez, por su trayectoria atípica, la de una mujer campesina, autodidacta, comprometida con el socialismo y el feminismo, además de primera alcaldesa republicana15. Unas pocas más se han sumado a esa corta lista, como las comunistas Matilde Landa y Aurora Picornell, gracias a la reconstrucción
14 JULIÁ, S. (Coord.), Víctimas de la guerra civil, Temas de Hoy, Madrid, 1999, pp. 106-109; CASANOVA, J., Morir, matar, sobrevivir: la violencia en la Dictadura de Franco, Crítica, Barcelona, 2002, pp. 26-28; PRADA RODRÍGUEZ, J., La España masacrada: la represión franquista de guerra y de posguerra, Alianza Editorial, Madrid, 2006, p. 206.
15 CIFUENTES, J./MALUENDA, P., “María Domínguez Remón: ejemplo en femenino de una continua lucha por la superación”, en DOMÍNGUEZ, M. Opiniones de mujeres (Conferencias) , 2022 (Edición facsímil. Reedición corregida y aumentada; 1ª ed. 2004), pp. XV-CLXX.
de las trayectorias vitales en sendas biografías16. Pero la asimetría en el acceso al espacio público, que situó a miles de mujeres en la segunda fila de las movilizaciones políticas del primer tercio de siglo, ha dejado su huella en la elaboración de una memoria colectiva que integre también sus nombres y experiencias.
La historia de las mujeres ha quebrado esta doble marginación -la que ellas vivieron y la de su reconstrucción- al poner en la agenda otras formas de concebir la militancia u otorgar valor a las múltiples vías de empoderamiento por las que muchas transitaron al calor de la experiencia republicana, en tiempos de paz o de guerra17. El cambio de paradigma ha permitido desplazar la idea de que la represión de las mujeres servía para completar, a entenderla, en palabras de Pura Sánchez, como un fenómeno sujeto “a reglas propias de funcionamiento”18. Pues, efectivamente, ellas fueron perseguidas, detenidas y encarceladas igual que los hombres, pero sufrieron castigos específicos, como las vejaciones sexuales y consideraciones sobre su moralidad en los procesos judiciales. Igualmente, los bajos porcentajes de ejecutadas, o el hecho de que la mayoría abarrotasen las cárceles de esa España convertida en una “inmensa prisión”, son pautas generales que apuntan a un imaginario compartido en torno a la diferencia sexual que dotó de un significado muy específico a la doble identidad de ser mujer y “roja”. Las próximas páginas van dedicadas a ofrecer un balance interpretativo de los resultados ya alcanzados.
16 GINARD I FÉRON, D., Matilde Landa: de la Institución Libre de Enseñanza a las prisiones franquistas, Flor del Viento, Madrid, 2005; GINARD I FÉRON, D., Aurora Picornell. Feminismo, comunismo y memoria republicana en el siglo XX, Comares, Granada, 2018.
17 NASH, M., Rojas. Las mujeres republicanas en la guerra civil, Taurus, Madrid, 1999.
18 SÁNCHEZ, P., “Individuas y sujetas: las mujeres andaluzas represaliadas desde los tribunales militares”, Memòria antifranquista del Baix Llobregat, núm. 11, 2011, p. 89.
III.-EL MAPA DE LA VIOLENCIA
Según los primeros recuentos globales, las mujeres que padecieron la violencia franquista en cualquiera de sus formas no superan el 10% del total de las víctimas. Este porcentaje eclipsa una gran diversidad geográfica y una considerable disparidad en el impacto de las distintas fórmulas represivas. Si nos centramos en las ejecuciones, tanto en su forma extrajudicial, la más habitual en los primeros seis meses de guerra, como por aplicación de una sentencia en los consejos de guerra, es posible apreciar que las cifras de mujeres son pequeñas con respecto a las de los varones, especialmente en esta segunda modalidad.
Algunos ejemplos ilustran esta realidad. Los mayores porcentajes se encuentran en aquellas zonas controladas por el ejército desde el primer momento, como Extremadura, donde las mujeres constituyeron el 9% del total de ejecuciones irregulares (872) y el 2% de las ejecutadas por sentencia (33)19, Andalucía, donde solo en la provincia de Huelva fueron el 4,5% de un total algo superior a los 4.000 fusilados20, y Aragón, donde las 423 asesinadas suponen casi el 5% del total, la inmensa mayoría en el segundo semestre de 193621. Aun así, otras regiones arrojan cifras muy pequeñas. En Galicia 64 cayeron por la violencia extrajudicial y tan solo 5 fueron ejecutadas en virtud de una sentencia, un 1,5% sobre el total, algo que Prada atribuye al escaso nivel de politización femenina en la región22. En Navarra, una de las zonas más castigadas si atendemos
19 CHAVES PALACIOS, J., “Franquismo y violencia de género en Extremadura”, en EGIDO, Á./MONTES, J. J. (Eds.), Mujer, franquismo y represión. Una deuda histórica, Sanz y Torres, Madrid, 2018, pp. 147-170.
20 ESPINOSA MAESTRE F., La guerra civil en Huelva, Diputación de Huelva, Huelva, 1996, p. 436.
21 CENARRO, Á., “Las mujeres y la violencia franquista: cifras, nombres y trayectorias de vida en Aragón (1936-1945), en EGIDO, Á./MONTES, J. J. (Eds.), Op. cit., 2018, pp. 171-192.
22 La cifra total en PRADA RODRÍGUEZ, J., “La represión de género en Galicia”, en EGIDO, Á./MONTES, J. J. (Eds.), Op.cit, pp. 193-214. Un análisis por provin-
a las cifras de víctimas sobre el total de la población, las mujeres fueron 34 -44 según estudios más recientes-, sobre un total de casi 2900, lo que sitúa los porcentajes en el 1,1% y el 1,5% respectivamente. Algunas murieron en prisión o en otros contextos represivos, pero ninguna fue ejecutada después de esta oleada23. Es una pauta muy similar a la de Baleares, con un 1% de mujeres víctimas de la violencia extrajudicial, pero sin que ninguna de las 844 procesadas, ni siquiera las 17 sentenciadas a muerte, terminara sus días ante un pelotón. En cambio, más de 1000 presas se concentraron en la Prisió de Can Sales24. Es posible también apreciar un ligero repunte en los territorios ocupados por el avance del ejército franquista durante el conflicto o inmediatamente después de la guerra. Cantabria, donde las 63 las fusiladas suponen el 2,48% de los 2535 de esta región25, el País Vasco, con 46 (3,6%) por violencia extrajudicial y 18 (1,8%) por sentencia de consejo de guerra26, y Madrid, con 80, según las últimas estimaciones (un 3,3%
cias, en PRADA RODRÍGUEZ, J. (ed.), Franquismo y represión de género en Galicia, Catarata, Madrid, 2013.
23 MIKELARENA, F., Sin piedad. Limpieza política en Navarra, 1936. Responsables, colaboradores y ejecutores, Pamiela, Arre, 2015; PIÉROLA, G., “La represión de las mujeres durante el franquismo en Navarra”, Memòria antifranquista del Baix Llobregat, núm. 21 (2021), pp. 75-80.
24 GINARD I FÉRON, D., “Mujeres, represión y antifranquismo en las Islas Baleares”, en EGIDO, Á./MONTES, J. J. (Eds.), Op. cit. pp. 215-232; la cifra de presas, en CAPELLÁ, M., “Republicanas del 36: memoria oral”, Memòria antifranquista del Baix Llobregat, núm. 15, 2015, pp. 21-23.
25 SAIZ VIADERO, J. R., Mujer, República, guerra civil y represión en Cantabria, Librucos,Torrelavega, 2016, pp. 172-173.
26 INSTITUTO GOGORA DE LA MEMORIA, LA CONVIVENCIA Y LOS DERECHOS HUMANOS DEL GOBIERNO VASCO, Informe Víctimas mortales de la Guerra Civil en Euskadi, enero de 2021, pp. 23-24: https://www.gogora.euskadi.eus/gogora-documentos-de-interes/webgog00-progogor/es/
Mujeres, género y violencia en los orígenes de la Dictadura de Franco 27
de 2663)27. Las bajas cifras de Cataluña, con 17 fusiladas (un 0,5%) se explican, probablemente, por su situación fronteriza con Francia, a donde se dirigieron hombres y mujeres en las distintas oleadas del exilio28 . La cifra es muy similar a la de Albacete, con 18, el 1,6% del total de las 1083 personas ejecutadas sobre una densidad de población considerablemente inferior29.
¿Cómo interpretar estos bajos índices? Incluso atendiendo a la disparidad en el nivel de politización de las mujeres, que habían avanzado notablemente en los años treinta sin llegar a equipararse al de la población masculina, las diferencias hacen pensar en lógicas de género no explícitas subyacentes en asesinatos y ejecuciones. Se ha apuntado, probablemente con acierto, que cuando se enfrentaron a un consejo de guerra recibieron penas más leves por un paternalismo condescendiente, arraigado en la mentalidad patriarcal de los jueces militares, o por coherencia con la atribución de un delito menor, de auxilio o colaboración con la rebelión, reflejo del lugar secundario que ocupaban en el activismo republicano u obrerista. La incidencia significativa en las revisiones de pena de muerte por la inmediatamente inferior, que Ángeles Egido sitúa en torno al 5% del total en todo el territorio nacional, con un índice llamativo del 10% en Madrid, es coherente con estos argumentos30.
27 La revisión de cifras en esta comunidad, en HERNÁNDEZ HOLGADO, F., “Madrid is different? De memoriales ciegos y desmemoriados”, Memòria antifranquista del Baix Llobregat, núm. 20, 2020, pp. 13-17.
28 SOLÉ, Q., “Ejecutadas. Mujeres fusiladas por el franquismo en Cataluña”, Memòria antifranquista del Baix Llobregat, núm. 19, 2019, pp. 55-59.
29 PÉREZ GÓMEZ, M. Ll., Condenadas a muerte. La mujer frente a la justicia militar franquista en Albacete (1939-1943), Altabán, Albacete, 2022.
30 De los 16.290 expediente de penas de muerte conmutadas por la Comisión Central de Examen de Penas, que operó entre 1940 y 1947, 800 son de mujeres. En EGIDO, Á. El perdón de Franco. La represión de las mujeres en el Madrid de posguerra, La Catarata, Madrid, 2009, pp. 24-25.
Otras evidencias ofrecen pistas sobre el significado de la violencia física con resultado de muerte. Las exhumaciones informan sobre la práctica de sacas solo de mujeres. Es el caso de las diez asesinadas en Farasdués, localidad de las Cinco Villas en Zaragoza, la primera de las cuatro sacas que tuvo lugar en la prisión de Ejea de los Caballeros31; o el de las conocidas como “17 rosas de Guillena”, en Sevilla, trasladadas en un camión y asesinadas en las cercanías del cementerio de Gerena por su parentesco con militantes de izquierdas32. En Galicia, el extendido fenómeno de las “detenciones gubernativas” fue una modalidad represiva que afectó porcentualmente más a las mujeres, convertidas en una especie de rehenes, para forzar la presentación de huidos, prófugos o desertores33. Constituyen ejemplos de cómo las ejecuciones o retenciones de estas respondieron a la voluntad de dinamitar las redes de apoyo familiar en las que se sustentaban las resistencias a los sublevados. El perfil mayoritario de las víctimas, de mediana edad, casadas y de las clases populares refuerza esta interpretación.
Esto no significa que las motivaciones políticas estuvieran ausentes cuando las mujeres fueron objeto de represalia. Desde esta perspectiva, los estudios locales han señalado dos perfiles básicos, el de las militantes de izquierdas y el de las perseguidas por su vinculación familiar, como madres, esposas o hermanas de los varones situados en el punto de mira. No siempre es posible establecer esa distinción con nitidez,
31 SÁNCHEZ, C., “Purificar y purgar. La guerra civil en las Cinco Villas desde una perspectiva feminista”, Filanderas. Revista Interdisciplinar de Estudios Feministas, núm. 4, 2019, pp. 7-25.
32 COBO ROMERO, F., “Las cifras de la violencia institucional y las implicaciones de la represión sobre las actitudes sociales y políticas de la población andaluza”, en COBO ROMERO, F. (Coord.), La represión franquista en Andalucía. Balance historiográfico, perspectivas teóricas y análisis de resultados, Centro de Estudios Andaluces, Sevilla, 2012, p. 95.
33 PRADA RODRÍGUEZ, J., “Introducción: la represión sobre las mujeres”, en PRADA RODRÍGUEZ, J. (ed.), Op. Cit, p. 25.
dada la dificultad generalizada de atender a la identidad política de las perseguidas en la primera fase, a diferencia de las que fueron encausadas por las jurisdicciones militar o extraordinarias de la posguerra. Tampoco es posible establecer distinciones cuando formaban parte de familias enteras comprometidas con las culturas políticas obreristas.
¿Qué nivel de activismo, militancia o colaboración activa se escondía tras la inscripción como “amas de casa” del medio millar de mujeres asesinadas al paso de la “Columna de la muerte”?34. Incluso con estas precauciones, todo apunta a que, en la posguerra, la persecución se centró en las militancias y las agencias, dado el efecto acelerador de la movilización femenina para la guerra total en la retaguardia republicana. Un buen ejemplo es el perfil de las procesadas por la justicia militar en Almería, con un perfil marcado por la vinculación al comunismo, fuera en la Agrupación de Mujeres Antifascistas, en las Juventudes Socialistas Unificadas o en el Socorro Rojo Internacional. Entre ellas estaba la anarquista Encarnación Magaña, secretaria de Mujeres Libres y responsable de difundir los comunicados radiofónicos de la BBC, fusilada en 1942 por participar en un complot contra Franco35 .
Cuando la mirada se fijó en las colaboraciones, los ciudadanos corrientes y la historia de la vida cotidiana en las dictaduras, todavía fue posible resaltar más la especificidad del sufrimiento de las mujeres. Puso en primer plano aspectos del terror de difícil mensura, pero decisivos en la vivencia subjetiva conformadora de la identidad del “vencido”: las delaciones, la sumisión a la hora de pedir avales, las presiones y las humillaciones eran expresiones de esa fractura social de la posguerra que tuvo un impacto especial en los colectivos más desprotegidos36 .
34 ESPINOSA MAESTRE, F., La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz, Crítica, Barcelona, 2003, pp. 328-430.
35 RODRÍGUEZ, S., Mujeres en guerra. Almería, 1936-1939, Fundación Blas Infante y Arráez Editores, Almería, 2003, pp. 168-177.
36 Desde esta perspectiva, marcó un hito MIR, C., Vivir es sobrevivir. Justicia, orden y marginación en la Cataluña rural de posguerra, Milenio, Lleida, 1999.
Ellas aparecieron también como las víctimas preferentes de otras “violencias”. Una, la denominada “subsidiaria”, se refiere a la que padecieron por su condición de hijas o viudas de hombres en paradero desconocido en el momento de la detención, o que no pudieron afrontar, por estar muertos o en el exilio, las sanciones económicas impuestas por los tribunales de responsabilidades políticas. Otra, la “sexuada”, centrada en su cuerpo, integra las agresiones sexuales, los rapados y la ingesta forzada de aceite de ricino37 .
El impacto de las jurisdicciones extraordinarias confirma las pautas ya apuntadas. De nuevo, las cifras indican que fueron encausadas en menor medida que los varones por la Ley de Responsabilidades Políticas (9 de febrero de 1939) y la de Represión contra la Masonería y el Comunismo (1 de marzo de 1940), cuyo principal legado fue el sentimiento de amenaza e inseguridad del entorno familiar. A pesar de las dificultades metodológicas inherentes a la comparación, un estudio global de la primera concluye que los procedimientos fueron incoados a una media de 5,7% mujeres entre todas las provincias estudiadas. Este resultado oculta algunas disparidades, como la que hay entre las provincias de Almería (2,7%) y Teruel (9%)38. En virtud de la segunda se abrieron 300 expedientes a mujeres acusadas de pertenecer a la masonería, sobreseídos en su inmensa mayoría, dada la imposibilidad de confirmar esta vinculación. La condena recayó sobre 69, con penas de cárcel, reclusión menor en el domicilio o inhabilitación. Entre las encausadas había muchas maestras y solo unas pocas pertenecían a partidos de izquierdas. Encabezaron la lista de penas más graves, con 30 años de cárcel, las diputadas en el exilio Victoria Kent y Margarita Nelken, acusadas del doble delito de comunistas y masonas, a pesar de no haber pertenecido
37 El concepto se lo debemos a JOLY, M., “Las violencias sexuadas de la Guerra Civil española: paradigma para una lectura cultural del conflicto”, Historia Social, núm. 61, 2008, pp. 89-107.
38 IBÁÑEZ, M., “Liquidar las culpas. Un balance en femenino”, en MIR, C./ CENARRO, Á., Op. cit., pp. 117-149.
nunca a una logia39. Clara Campoamor fue doblemente expedientada, como masona y responsable política, en un proceso que siguió vigente hasta 196340 .
La violencia sexual como forma de agresión presente en todos los conflictos armados, conocida pero casi siempre silenciada, ha entrado de lleno también en la agenda historiográfica. La aportación del feminismo fue decisiva para dejar de entenderla como un producto natural de las guerras, que afectaba principalmente al honor de las familias, y definirla como un crimen de lesa humanidad, tal y como se hizo explícito en los estatutos de los tribunales internacionales para Ruanda y la antigua Yugoslavia41. De imposible recuento, su reconstrucción depende de unos testimonios que gracias a este cambio de paradigma han encontrado un contexto más receptivo a nivel internacional desde los años noventa42. Con independencia de su identificación habitual como “arma de guerra” o, según revisiones más recientes, práctica ajena a objetivos políticos o estratégicos conscientes, las agresiones sexuales fueron una
manifestación de la dinámica del poder creada por la ocupación militar y la victoria franquista43. Las motivaciones fueron múltiples. Unas veces sirvieron para recompensar a las tropas, otras acompañaron las deten-
39 TURRIÓN, M. J., El franquismo contra la masonería femenina, Marcial Pons, Madrid, 2022.
40 MORENO, M., “Trayectoria vital de Clara Campoamor”, en Clara Campoamor Rodríguez. Mujer y ciudadana (1888-1972), Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Acción Cultural Española y Biblioteca Nacional de España, Madrid, 2022, pp. 285-304.
41 Un buen repaso del tratamiento de las violaciones en los conflictos del siglo XX y el impacto del feminismo en esta nueva conceptualización, en SÁN-
CHEZ DE MADARIAGA, E., Op. cit.
42 VAN BOESCHOTEN, R., “The Trauma of War Rape: A Comparative View on the Bosnian Conflict and the Greek Civil War”, History and Anthropology, núm. 14, 2003, pp. 41-44.
43 ALCALDE, Á., “Wartime and Post-War Rape in Franco’s Spain”, The Historical Journal, vol. 64, núm. 4, 2021, pp. 1060-1082.
ciones, traslados o incluso asesinatos, y se dispararon con el avance del frente o en momentos de especial virulencia represiva para abundar en la humillación de las mujeres y en la devastación moral de su entorno sociofamiliar44. El ritual de los rapados y las purgas, además, reactualizó una práctica tradicional de escarmiento público para apuntalar la jerarquía sexual en todos los rincones de la España “nacional”45 . Al poner en primer plano otras vías de victimización y desterrar los enfoques eminentemente cuantitativos, la atención a las múltiples formas de violencia ha permitido una comprensión más acabada de la represión franquista y su impacto en la sociedad española. La perspectiva de género, muy presente en este giro cualitativo, no ha hecho sino resaltar las lógicas de género implícitas en la práctica del terror. El propósito del último apartado es explorar qué significado adquirió este fenómeno en la España de los años treinta y cuarenta, y cómo encaja en el de las violencias que asolaron el continente europeo de forma coetánea.
44 Documentan violaciones ESPINOSA MAESTRE, F., La justicia de Queipo. Violencia selectiva y terror fascista en la II División en 1936: Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz, Crítica, Barcelona, pp. 2006, pp. 223-239; CENARRO, Á.,“La lógica de la guerra, la lógica de la venganza: violencia y fractura social en una comunidad bajoaragonesa”, en Segon Congrés Recerques. Enfrontaments civils: Postguerres i reconstruccions, Associació Recerques y Pagés Editors, Lleida, 2002, vol. II, pp. 703-715; RIUDOR I GARCÍA, N., “Violaciones durante la guerra civil: ecos de una realidad”, en MIR, C./CENARRO, Á. (Eds.), Op. cit., pp. 215-243; la exigencia de favores sexuales a las mujeres de los detenidos en MIKELARENA, F., Op. cit., pp. 165-166.
45 PRADA RODRÍGUEZ, J., “Escarmentar a algunas y disciplinar a las demás. Mujer, violencia y represión sexuada en la retaguardia sublevada”, Historia Social, núm. 87, 2017, pp. 67-83.