Primer seg desembarco

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PRIMER Y SEGUNDO DESEMBARCO CHILENO I. PRIMER DESEMBARCO I.1. TOMA DE PISAGUA (2 DE NOVIEMBRE DE 1879) Fue una de las primeras acciones armadas realizadas en tierra, en el marco de la Guerra del Pacifico. Desarrollada el 2 de noviembre de 1879, las tropas chilenas contaban con 9.500 hombres, los aliados (Perú y Bolivia) eran unos 1.400 hombres, estando al mando del teniente coronel Isaac Recabarren. El proyecto contemplaba desembarcar 4.890 hombres en Pisagua y 2.115 en Junín, distante 18 km. al sur; 2.500 hombres quedarían en los buques frente a Pisagua para llevarlos donde hicieran falta. A las 4:00 horas la división de Juan José Latorre (Blindado Cocharane y la Corbeta O`Higgins) abrió fuego contra el fuerte sur, y la división de Carlos Condell (Cañoneras Magallanes y a la Covadonga) emprendió el bombardeo contra el fuerte. Cuando el reloj marcaba las 10 de la mañana se dio inicio a la operación de desembarco, eligiéndose como sitio para la maniobra la Playa Blanca, los botes o chalupas iniciaron su asalto, pero la defensa aliada logró repeler este primer desembarque. Tras el fracaso de este primer intento, se embarcó una segunda oleada de soldados. El segundo convoy tuvo más éxito y logró llegar a tierra a las 11 horas. Los defensores se atrincheraron en los cerros. A las 11:30 el general Buendía y su cuartel general abandonaron Pisagua. La lucha siguió y a las tres horas flameaba la bandera chilena en el puesto telegráfico de Alto Hospicio, izada por el subteniente Rafael Torrealba. Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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Las bajas chilenas fueron 58 muertos y de 155 heridos; las de los aliados fueron calculadas en 200 entre muertos y heridos. Cabe señalar que el desembarco y toma de Pisagua es considerado dentro de los anales mundiales, como una de las primeras maniobras militares anfibias realizadas en el planeta.

I.2.

BATALLA DE SAN FRANCISCO O DOLORES (19 noviembre 1879) La noche del 18 de noviembre, se reunía el general Buendía con sus oficiales

para planear el avance hacia Dolores. La idea inicial era dividir las tropas en tres secciones para el combate. La primera sección, al mando del general

Bustamante,

integrada

por

su

estaba

división,

la

división Dávila y Villegas. La segunda sección, al mando coronel Manuel Suárez, integrado por la división Velarde, la Villamil y artillería. La tercera sección, al mando del coronel Andrés Cáceres, integrada por su división y la Bolognesi. Al amanecer del 19, las tropas aliadas llegan a la loma de Chinquiquiray, desde donde observan a los chilenos en la cima del cerro San Francisco. El general Buendía quería atacar ese mismo día y citando a sus oficiales les propuso su plan. El ejército aliado alcanzaba los 7.400 hombres, compuestos por 4.200 peruanos, 3.200 bolivianos, 18 cañones contra los 6.000 chilenos y 34 piezas de artillería Una vez realizado el despliegue del ejército aliado con la primera sección a la derecha mandada por Buendía, la segunda por la izquierda al mando de Suárez y la de Cáceres en reserva tras las dos anteriores, se aprestaban al ataque. Pero cometieron el primer error, pues no atacaron inmediatamente, deteniéndose por orden del alto mando que se oponía a avanzar en espera de instrucciones del Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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general Daza que debería llegar desde el norte, lo que nunca ocurrió, debido que el presidente boliviano marcho con sus tropas de vuelta a Arica. Las tropas desmoralizadas debieron esperar al próximo día para iniciar el ataque. Pero un hecho fortuito iba a hacer que los planes cambiaran. Los soldados de Zepita que se encontraban en la aguada del Porvenir comenzaron una pelea entre ellos, en la cual se escapó un tiro de fusil. La artillería chilena, al sentirse atacados dispara sobre los aliados con su artillería, dando comienzo a la batalla. Las dos tropas de guerrilla peruanas se lanzaron al frente escalando los cerros sobre las posiciones chilenas. Cada vez que se acercaban a la Artillería chilena, el Atacama con bravura y decisión los hacían retroceder, y cuando en cierto momento eran sobrepasados, el Coquimbo acudió en su apoyo. La división boliviana Villamil, que marchaba por el oeste del cerro San Francisco, con la intención de rodear las posiciones enemigas, debió parar a mitad de camino, siendo atacada por fuego desde el cerro Dolores, desordenando la formación y desbandando la tropa huyendo rumbo a Oruro y abandonando a las tropas peruanas. Mientras tanto dos compañías del Zepita y del Illimani eran obligados a retroceder por los chilenos. Repetidas veces trataron las tropas peruanas de apoderarse de las piezas enemigas, pero siempre fueron repelidas. Avanzada la tarde, cuando todo había concluido y el desastre para las tropas aliadas estaba consumado. El Coronel Suárez, profundamente abatido, quiso mandar a la caballería en busca de los desertores, pero reparo en que la caballería con sus jefes también se habían retirado e incluso ni el comandante en jefe fue encontrado. Finalizada la Batalla con otro triunfo para el Ejército chileno, se reunieron los oficiales peruanos Bolognesi, Castañon, Dávila y Cáceres decidiendo emprender la retirada hacia Arica por Tiliviche esa misma noche, tomando el camino que los llevaría hasta Tarapacá.

Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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I.3.

BATALLA DE TARAPACÁ (27 de noviembre de 1879)

Tarapacá es el nombre de la provincia que tenía la mayor reserva salitrera del Perú y que Chile aspiraba anexar. El 27 de noviembre de 1879 tropas peruanas con escasos recursos hicieron frente a un ejército mejor preparado y equipado.

Las tropas peruanas ascendían a 4,500 hombres y tenía el siguiente orden de batalla: Comandante en jefe General Buen Día, Jefe de Estado Mayor Coronel Belisario Suárez, La primera División dirigido por Alejandro Herrera con el Batallón

Cazadores

del

Cuzco,

La

Segunda División al mando del Coronel Andrés A. Cáceres compuestas por los batallones “Zepita” y “2 de Mayo”, la tercera División al mando del Coronel Francisco Bolognesi con el batallón “Ayacucho” “Guardias de Arequipa”. "Los batallones peruanos, “Zepita” y “2 de mayo”, al mando de Andrés A. Cáceres, se organizaron rápidamente y se lanzaron arriba hacia el cerro en un furioso ataque en que llegaron a la cumbre en media hora capturando 4 cañones Krupp y 4 ametralladoras chilenas. Luego continuaron combatiendo e hicieron retroceder a los chilenos, pese a los refuerzos de caballería que éstos recibieron. El Guardia Civil cusqueño Mariano de los Santos capturó la bandera chilena del 2° de Línea. Los chilenos se retiraron en fuga después de una lucha de nueve horas.” Aunque fue la única victoria de las tropas peruanas en el sur en medio de circunstancias muy adversas, esta batalla no cambió el curso de la guerra. Debido al aislamiento y el peligro que significaba quedarse en el lugar las tropas peruanas decidieron el abandono de Tarapacá, permitiendo la ocupación de las salitreras por las tropas chilenas. Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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Andrés A. Cáceres en Memorias de la Guerra del 79, pág. 43 nos relata: “Sin municiones ni víveres, sino vestuario, y hasta sin fuerzas físicas, agobiados por el hambre y la sed y soportando toda clase de privaciones y fatigas, emprendimos la marcha por la falda de la cordillera, con la amenaza constante de ver cortadas nuestra retirada por las numerosas y bien provistas fuerzas del enemigo, estacionadas en San Francisco y Dolores”.

II.

SEGUNDO DESEMBARCO

El pronunciamiento militar que derrocó al general Daza y puso en lugar de éste a la cabeza del ejército boliviano al coronel Camacho, se había preparado en La Paz, donde la noticia fue acogida no solamente sin sorpresa sino antes bien con entusiasmo. El general Narciso Campero, hombre enérgico y capaz, fue llamado a la Presidencia.

II.1.

BATALLA DE LOS ÁNGELES (22 marzo 1880) La noche del 21 de marzo de 1880 comenzó la avanzada de las tropas

chilenas a preparar el asalto a las fortificaciones peruanas ubicadas en la cima de los Ángeles. Los centinelas reciben disparos desde los cerros como primera escaramuza de un inminente encuentro. El comandante Martínez, del Atacama, esa misma noche recibe instrucciones para tomar por asalto las posiciones enemigas de los Ángeles y Torata. El camino que conduce a Torata culebrea por la pendiente más suave del cerro y después de varias vueltas para seguir por un camino de sólidas pircas que corona la cima y desciende enseguida por el costado opuesto a la quebrada de los Arrastrados.

Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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En los Arrastrados se encuentran los batallones peruanos Grau, Canchis, Canas, Granaderos del Cusco, Columna de gendarmes y algo de caballería. El coronel Agustín Gamarra, que estaba al mando de las tropas peruanas envió a sus Granaderos a la izquierda mirando hacia Moquegua y al batallón Vengadores de Grau

(también

llamados los

Inmortales de

Grau) a

la

cuesta

de

Los

Ángeles. El plan de ataque chileno consistía en que el Atacama debía escalar el cerro por la derecha del enemigo antes del amanecer para no ser sorprendidos por él. El 2º de Línea y el Santiago debían atacar al amanecer a los peruanos ubicados en QuilinQuilin y la artillería debía bombardear las trincheras de los Ángeles desde el alto de la villa tan pronto como el Atacama diera una señal de haber llegado a la cumbre. La medianoche del 21 de marzo las tropas chilenas comenzaron su plan. El Atacama con palos y bayonetas al mando del teniente Rafael Torreblanca llegan al pie del cerro que debían escalar, cuando fueron sorprendidos por una descarga de fuego a sus espaldas. Las razones de este tiroteo era que una avanzada peruana, en una acción temeraria, se habían deslizado sin ser sentidos por los chilenos hasta un potrero, apoderándose de la caballería chilena, siendo finalmente repelidos por los centinelas, los cuales no pudieron evitar la pérdida de algunos caballos, la muerte de 4 cazadores y 3 atacameños heridos. Mientras el Atacama escalaba, el 2º de Línea rompió fuego sobre Quilin-Quilin. Torreblanca y sus hombres alcanzaban ya la cima a las 6:15 AM del día 22 descolgándose como una avalancha sobre las trincheras enemigas, tomándolos totalmente desprevenidos y obligándoles a huir. Una bandera chilena ya era izada por el oficial copiapino, siendo la señal a la artillería de cese al fuego, para evitar que cayera sobre los atacameños.

Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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En Quilin-Quilin se batía aun el 2º de Línea y el Santiago, pero los fugados de los Ángeles correteados por los mineros, llevaron el espanto al resto de las tropas peruanas que se veían rodeados, por lo cual se vieron en la obligación de abandonar sus puestos huyendo del campo de batalla. Quince minutos después la batalla había terminado, los chilenos eran dueños de los Ángeles y el general Baquedano con sus cazadores emprendió la persecución de los enemigos. II.2. BATALLA DE TACNA (26 de mayo de 1880) La batalla se inició el 26 de mayo de 1880. El objetivo chileno era Tacna y para ello había preparado un ejército de 19.000 hombres al mando del general Manuel Baquedano. Las fuerzas aliadas sumaban sólo 12.000 efectivos, 6.500 peruanos y 5.500 bolivianos El terreno era desértico con grados extremos de sequedad, el cielo despejado alternaba con períodos

de

densa

neblina,

llamada

camanchaca, temperaturas de hasta 28 grados en el día y frío intenso en la noche. Las fuerzas de ambos bandos se estructuraban en base a la infantería, caballería y artillería en ataque frontal y cuerpo a cuerpo, con la entrada de oleadas de cargas de caballería y cobertura con martilleo de cañones. La continuidad del desierto se rompía en la meseta de Intiorco, donde se instaló Campero. El lugar fue bautizado como “Alto de la Alianza”, una de las versiones sobre este nombre indica que surgió de la decisión chilena de ponerle en Tacna un alto definitivo a la alianza Perú-boliviana, los defensores abrieron tres frentes de batalla. Entre las nueve de la mañana y las tres de la tarde se combatió fieramente, el episodio más destacado fue la intervención heroica de los colorados de Bolivia que cargaron para reforzar la debilitada ala izquierda del coronel Camacho. El empuje de los colorados representó un fuerte avance aliado que hizo retroceder a la primera división chilena y resistió con entereza la carga chilena de Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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caballería de Yavar. Allí estuvieron el coronel Felipe Ravelo, Bustillo, González y otros jefes. Fue el último momento en que se pudo pensar en una victoria aliada. Los chilenos tenían en reserva una división y casi toda su caballería. El ataque final de Chile terminó por desmoronar a los aliados, agotados por la fallida incursión de la madrugada anterior, inferior en número, escasa de munición, sedienta y seriamente diezmados. Más de 5.000 muertos y heridos con una alta proporción de jefes y oficiales quedaron regados en el campo. Los destacamentos Murillo y zapadores de Bolivia y Tacna del Perú, fueron la última resistencia. Tacna cayó en manos de los chilenos al final de la tarde.

La batalla del Alto de la Alianza selló la suerte de Bolivia. Las fuerzas comandadas por Campero emprendieron la retirada hacia los Andes. Esa fue la última batalla de la guerra del Pacífico en que participaron las armas bolivianas. Perú, en cambio, sufrió la guerra tres años más, hasta 1883. Los chilenos ocuparon Lima y buena parte del territorio peruano por más de un año.

II.3.

BATALLA DE ARICA (7 de junio de 1880)

LA PROPUESTA DE RENDICIÓN Y LA RESPUESTA DE BOLOGNESI. La población del puerto había empezado a abandonarlo desde el 2 y Bolognesi redoblaba sus preparativos para la lucha, obteniendo dinero y abrigo para los soldados. Al mismo tiempo telegrafió varias veces: Apure Leiva. Su telegrama del 5 de junio decía: Apure Leiva. Todavía es posible hacer mayor estrago en el enemigo victorioso. Arica no se rinde y resistirá hasta el último sacrificio. Pero Leiva, cuyas tropas no eran, como se ha visto; según él, de gran importancia militar, regresó a Arequipa. El comando chileno destacó a las 7 de la mañana del día 5 a un parlamentario, que fue el mayor Juan de la Cruz Salvo. Fue este jefe recibido por Bolognesi en la casa donde él habitaba al pie del Morro dando vista a la calle principal del puerto en su corredor, entonces pintado de azul. Dicha casa es hoy propiedad del Estado peruano y sirve como Consulado. La conversación entre el jefe peruano y el parlamentario chileno fue breve. Bolognesi invitó a Salvo a sentarse a su lado en un pobre sofá colocado en la testera de un salón entablado pero sin alfombra y sin adornos que una mesa de escribir y Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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unas cuantas sillas. Después de expresar que el general en jefe del ejército de Chile quería evitar un inútil derramamiento de sangre, cuando ya había sido vencido en Tacna el grueso ejército aliado. Salvo dijo que tenía el encargo de pedir la rendición de la plaza "cuyos recursos en hombres víveres y municiones conocemos". "Tengo

deberes

Bolognesi,

y

los

sagrado, cumpliré

repuso hasta

quemar el último cartucho". Cuando Salvo hizo ademán de retirarse para dar

por

terminada

su

misión,

Bolognesi le advirtió que había dado un punto de vista personal y que debía consultar con sus jefes por lo cual enviaría su respuesta a las 2 de la tarde. Salvo no aceptó esta demora. Bolognesi le anunció que haría la consulta de inmediato y en presencia del jefe chileno. Lo ocurrido entonces ha quedado no en los labios de sobrevivientes exagerados ni en las crónicas de corresponsales imaginativos ni en una irresponsable tradición popular. Se halla en los siguientes telegramas: "Junio 5. Recibido el 6 a las 9 a.m. Prefecto Arequipa. Parlamentario impone rendición. Contestación, previo acuerdo de jefes: "Quemaremos el último cartucho. Bolognesi". "Junio 5 (Recibido a las 2 y 40 p.m.). Prefecto de Arequipa. Suspendido por enemigo cañoneo. Parlamentario dijo: "General Baquedano por deferencia especial a la enérgica actitud de la plaza desea evitar derramamiento de sangre". Contesté según acuerdo de jefes: Mi última palabra es quemar el último

cartucho.

Viva

el

Perú.

Bolognesi. Bolognesi y sus hombres hubieran podido

abandonar

Arica

inmediatamente después de la batalla de Tacna, para buscar la retirada hacia Bolivia o el contacto con Leiva. Cuando ya se colocó la artillería chilena "en los elevados cerros que oprimen la ciudad como un arco inmenso de granito", fue imposible que ignorasen que estaban perdidos. En el mar vigilaba la escuadra enemiga. La ilusión de las minas, que no podía exagerarse sino en mentes sencillas, Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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había sufrido un grave quebranto después de la captura de Elmore. Arica había quedado aislada del ejército peruano. La campaña del sur estaba liquidada ya. Resistir o capitular era un problema de honra; pero aparentemente no era un elemento esencial en el desarrollo inmediato de las operaciones de la guerra. La decisión de luchar podía ser lógica en un anciano para quien "todo era indiferente, todo lo que no estaba escrito en algún artículo de la ordenanza o en el sentimiento del honor militar", según las palabras de Sáenz Peña. Como si se hubiera anticipado a esta sospecha, Bolognesi convocó a la junta de jefes. Sáenz Peña cuenta que al dirigir la palabra en esa ocasión aludió a los pocos días que le quedaban de vida y a su supremo deseo de morir con gloria, añadiendo que pedía la libre opinión de sus oficiales, muchos de ellos jóvenes que podían ser útiles para el país y servirle en el porvenir. Uno por uno contestaron los jefes por orden de graduación encabezados por More, vestido de paisano pero con corbata blanca de marino. Es evidente que el pensamiento de un porvenir lisonjero tenía que surgir en la mente de muchos de ellos. Estaban allí, entre otros, Ramón Zavala, rico industrial salitrero y sobre todo sonreía en la vida; patriarcas tacneños como Arias y Aragüez e Inclán, hombres maduros, amados por su pueblo y amantes de él, que todavía podían poner el hombro en la reconstrucción; Sáenz Peña, que pudo invocar su condición de extranjero y no lo hizo y vino a resultar no sólo un actor sino también un testigo de estos hechos, un testigo que iba a encabezar más tarde un homenaje internacional. Las campañas del sur fueron campañas del ejército profesional peruano; pero Arica simboliza el comienzo en el predominio de las milicias urbanas. De esos jefes no todos eran militares de profesión; algunos eran civiles, con grados episódicos y había hasta marinos sin barco. Ni una voz discrepante se alzó. Las tropas de que disponía Bolognesi que llegarían (como se ha dicho) a unos mil seiscientos hombres, carecían de fuerzas de caballería que les hubieran facilitado el servicio de seguridad exterior de la plaza. El ejército chileno tenía, según testimonios de esa nacionalidad, cinco mil hombres al mando del coronel Pedro Lagos y contaba con el apoyo de la escuadra compuesta del Cochrane, la Covadonga, el Loa y el Magallanes. Otras versiones hacen subir el número de hombres de dicho ejército a ocho mil. Los chilenos sumaban cerca de 6000 hombres; los peruanos menos de 2000. Los sitiadores intentaron obtener la rendición de los peruanos, pero Bolognesi, Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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respaldado por sus quince oficiales, respondió que pelearía “hasta quemar el último cartucho”. El día 7 de junio de 1880, a las 5 y 30 de la mañana empezó la batalla cuando el regimiento chileno Tercero de Línea atacó el fuerte Ciudadela. Aquí se produjo un sanguinario choque, muriendo todos los peruanos, entre ellos el coronel Justo Arias Aragüez. Mientras tanto, el Cuarto de Línea atacó el fuerte Este, matando a muchos peruanos, entre ellos Joaquín Inclán y Ricardo O'Donovan. Después de una heroica resistencia en el Cerro Gordo y el sector norte, los sobrevivientes de todos los frentes se replegaron hacia la cima del morro. Aquí murieron peleando los bravos Ramón Zavala, Guillermo Moore, Alfonso Ugarte y Francisco Bolognesi. Finalmente, el Cuarto de Línea tomó el morro e izó la bandera chilena. Desde aquel día Arica pasó a poder chileno, lo que quedó legalizado con la firma de los tratados de 1883 y 1929.

ACTIVIDADES 1. ¿Cuáles son los motivos para que los chilenos atacaran por el sur? ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------2. ¿Por qué los bolivianos nos ayudan en Tacna? ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------3. ¿Cuál fue el papel de Bolivia luego de la batalla de Tacna? -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

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4. ¿Qué opinión te merece la respuesta de Bolognesi en Arica? ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------I.

Diferencias I.1. Encuentra las diferencias o semejanzas entre: Mariano I. Prado

Francisco Bolognesi

1.

1.

2.

2.

3.

3.

I.2. Encuentra las semejanzas o diferencias entre: Batalla de Tarapacá

Batalla de Arica

1.

1.

2.

2.

3.

3.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Batalla e Arica. Recuperado de http://www.resumendehistoria.com/2010/06/labatalla-de-arica-resumen.html Batalla de Tacna. Recuperado de See more at: http://ibolivia.net/la-republica/batalla-delalto-de-la-alianza#sthash.6qgA71dM.dpuf Batalla

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San

Francisco.

Recuperado

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http://www.Laguerradelpacifico

.cl/campana%20terrestre/Tarapaca/Dolores.htm Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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Combate de los Ángeles. Recuperado de´ http://www.laguerradelpacifico. cl/campana %20terrestre/Tacna/Angeles.htm

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Oceda,

M.

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Recuperado

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http://

historia

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.dibam.cl/Recursos/Contenidos/Museo%20Hist%C3%B3rico %20Nacional/archivos/Toma%20de%20Pisagua.pdf

Docente: Teófilo Julio Obregón Calero

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