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Guía de Montaje Otelo William Shakespeare (1564 – 1616)
Guía de Montaje SET DE ACTIVIDADES TAT 2011 COMUNICACIÓN Y LENGUAJE SECCIÓN: DRAMATURGIA OBRA: OTELO, WILLIAM SHAKESPEARE GUÍA PARA EL MONTAJE DE LA OBRA (LECTURA DRAMATIZADA EN LA SALA DE CLASES) Tiempo estimado 90 min Estimada y estimado profesor, la siguiente es una guía práctica que les servirá a usted y sus estudiantes de apoyo para la lectura dramatizada o representación en clase de fragmentos simplificados de la obra Otelo de William Shakespeare. La idea es que sus estudiantes profundicen los conocimientos sobre el arte escénico, de una manera acotada y amena. Para ello, es necesario trabajar en grupos, a los que se asignará una escena resumida y simplificada de la obra, proporcionada en este documento, tanto para su análisis como para su representación. Como parte de esta dinámica de trabajo, cada grupo elegirá: -Un o una representante encargados de exponer los análisis y conclusiones frente al curso; -Y un nombre para su grupo a usanza de las compañías de teatro. Como por ejemplo, Compañía de Teatro Misterium o Compañía de Teatro Las Teatrinas. Cada grupo podrá revisar la descripción de personajes incluida en estas fichas
pedagógicas, de manera que comprendan la relación existente entre cada uno, y las relaciones de poder entre ellos. Cada estudiante escribirá en un papel, con letra grande, el nombre de su personaje y lo fijará en la ropa, en un sitio visible, de manera que sus compañeros sepan de qué personaje se trata en el momento de la representación. La principal directriz es lograr una buena lectura dramatizada del fragmento asignado. Para ello, se requiere que los y las estudiantes ensayen y lean en voz alta, proyectando la voz a un volumen en el que puedan escuchar todos sus compañeros, independientemente del tamaño de la sala de clase. Así se familiarizarán con el texto y su lenguaje, de manera que logren la suficiente fluidez para permitir al público comprender el texto. Para esto, el profesor/profesora, leerá los primeros parlamentos de la obra en voz alta, ejemplificando la importancia de la impostación de la voz y el tono, de acuerdo a si el personaje está haciendo una pregunta, respondiéndola, exclamando, etc. En este punto es importante que se interpele a los estudiantes acerca de sus opiniones respecto al modo en que está escrito el texto (diálogos), y a la importancia de los diálogos para conocer la acción (en teatro no hay narrador). Esta etapa está contemplada para durar no más de 20 minutos. Los estudiantes luego, pueden ir a ensayar al patio o en distintos sectores del salón. Esto te permitirá ir por cada grupo supervisando el desarrollo del trabajo o aclarando dudas
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particulares. Se puede reforzar, para facilitar la comprensión, el contexto en que se desenvuelve la acción dramática de cada personaje.
amor, la intriga o “cahuineo”, la confianza en los amigos y en la pareja).
En la segunda etapa de la actividad, después de un pequeño recreo, se distribuirá el salón a semejanza de una sala de teatro, en donde cada grupo pasará adelante como si fuera un pequeño escenario. Si algún grupo se aventura a actuar primero, hay que aceptarlo y estimularlo.
El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros.
Se le pedirá al jefe de grupo que exponga las apreciaciones sobre el trabajo personal y grupal, además de dar a conocer el nombre de la “Compañía de Teatro”. A continuación se dará el pase a la lectura dramatizada, en donde se pondrá acento en la fluidez de la lectura, el respeto de los signos de puntuación, el volumen de la voz y el énfasis de acuerdo a la acción dramática. Si notas que no se escucha lo suficiente o hay problemas de fluidez, se sugiere hacer una pausa, corregir y retomar la lectura. Después de cada presentación se dará la palabra a tres o cuatro estudiantes del “público” para que opinen y hagan sugerencias, celebrando lo positivo o entregando críticas constructivas. Al finalizar la ronda de presentaciones, es importante volver a dar la palabra para que los mismos estudiantes y alumnas puedan reflexionar sobre los aportes que les han entregado el trabajo en grupo y, por sobre todo, el conocimiento de la obra y la importancia actual de los conflictos planteados en ella (el
FRAGMENTO PARA EL PROFESOR
PERSONAJES: Rodrigo, Yago, Brabancio. En este caso el Profesor puede leer los personajes o designar dos estudiantes para que haga uno de ellos. El texto debe leerse, sin indicar quién es el personaje, para que no se pierda el sentido dramático. Los estudiantes seguirán las lecturas del profesor y sus compañeros en las copias de sus propios textos. Recuerde marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se transformará en obra de teatro. Hagamos teatro!
Guía de Montaje ACTO PRIMERO ESCENA I Desdémona y Otelo se han casado en secreto. Rodrigo ama a Desdémona y está despechado por su matrimonio con Otelo. El alférez Yago odia a Otelo y a Cassio porque no obtuvo el ascenso de cargo que esperaba. RODRIGO: ¡Basta, Yago! ¡El moro, recién casado con Desdémona! No puedo creer que tú supieras y no me hubieras dicho nada... YAGO. : ¡Pero si no sabía! RODRIGO : ¿Qué no sentías odio por él? YAGO: ¡Y créeme que lo odio! Tres coroneles fueron a pedirle que me hiciera su teniente, que me subiera de rango. Pero Otelo el moro, inflado de orgullo, rechazó la demanda con gesto ampuloso: «ya he elegido a mi oficial». ¿Y a quién eligió como su teniente? A Miguel Cassio. RODRIGO: ¿Y entonces por qué sigues a sus órdenes? YAGO: Tengo mis razones Rodrigo, yo tengo mis razones. Yo sirvo al moro, sólo porque así me sirvo. Sólo porque así me sirve. Yo voy a tomarme mi revancha, Rodrigo… Yo no soy lo que parezco… RODRIGO: (indica) ¡Ésta es la casa de Desdémona! ¿Porque teníamos que venir hasta aquí? YAGO: Llama a su padre. Despiértalo. Entrégale al moro, acúsalo. Cuéntale que su hija se casó con un extranjero. ¡Ladrones, Brabancio! ¡Ladrones! ¡Acaban de robarle, señor! Acaban de robarle lo más sagrado, la mitad
más pura de su alma, la sangre más pura de su pura sangre. ¡Levántese rápido! ¡Corra a llamar a sus vecinos y amigos, porque, si no, el diablo lo va a hacer abuelo! Aparece Brabancio. BRABANCIO: Te voy a matar, Rodrigo. RODRIGO: Máteme si quiere, señor. Pero antes déjeme decirle algo: sólo dígame que usted sabía. Que usted sabía que su hija se había casado con Otelo, Si, con el general Otelo, un negro sin patria y sin hogar. BRABANCIO: Iré a despertar a mi hija, Rodrigo. Para taparte la boca para siempre. Luego, te meteré en la cárcel. YAGO: Adiós, Rodrigo, voy a reunirme con Otelo. Izaré frente a él la bandera falsa de mi afecto y mi obediencia. Ahora es tu turno: preocúpate de conducir a Brabancio y a todos los suyos, armados hasta los dientes, hasta el mismísimo Bar Inglés. Ahí le tenderemos una trampa. Ahí estaré yo, reunido conversando con el moro. FRAGMENTOS SUGERIDOS PARA LOS ESTUDIANTES GRUPO N° 1 (6 ESTUDIANTES) PERSONAJES: Dux, Secretaria, Otelo, Brabancio, Senador, Desdémona, Oficial. Al final de esta escena, se puede discutir si las razones de Otelo, sobre la forma en que obtuvo el amor de Desdémona son válidas, teniendo en cuenta que, al enamorarse y casarse con él a escondidas de su padre, cometía en cierto sentido una traición. Un mismo estudiante hace los papeles de
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Secretaria, Senador y Oficial. El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros. Recuerda marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se transformará en obra de teatro. ¡Hagamos teatro! PRIMER ACTO ESCENA III Es la Cámara del Consejo, en el Palacio de Gobierno. DUX: Una negra nube se cierne sobre el cielo de Venecia. SECRETARIA: Ciento cuarenta naves de los turcos se dirigen hacia Rodas. DUX: No lo creo, Senador. Chipre es el objetivo del Turco. SECRETARIA: Los reportes señalan a Rodas, señor. Entran Brabancio, Otelo, Yago, Rodrigo y oficiales. DUX: ¡Una vez más, Otelo! OTELO: Mi señor. DUX: ¡Una vez más vamos a necesitar de tu privilegiada visión de estratega, de tu animal agilidad en la batalla! OTELO: ¿Qué sucede señor? DUX: ¡Los turcos! ¡Una negra nube otomana comienza a oscurecer el cielo transparente de Venecia! (ve a Brabancio) ¡Brabancio!
BRABANCIO: Mi señor. DUX: Me alegro que hayan podido encontrarlo. Bienvenido. Vamos a necesitar de su consejo, mi buen Brabancio. Créame. BRABANCIO: Y yo del suyo, mi buen Dux. Créame. Y de su ayuda. Tendrá que comenzar por perdonarme, porque no me trajeron hasta aquí mis funciones en el Consejo ni la gravedad de los actuales asuntos de Estado, que no desconozco ni miro en menos. A mí me levantó el dolor, mi buen Dux. El dolor de mis propios asuntos personales me sacó del lecho y me puso en pie, aunque ahora en pie malamente logro sostenerme. DUX: ¿Qué pasa? BRABANCIO: Mi hija. DUX: ¿Está muerta? BRABANCIO: ¡PARA MÍ, SÍ! La sedujeron, me la robaron y pervirtieron, llenándole la cabeza de pájaros oscuros y el cuerpo de fármacos que atontan y debilitan. DUX: Sea quien fuere el que la dopó y embrujó, sufrirá la aplicación del sangriento libro de la Ley, en la más implacable de sus interpretaciones. BRABANCIO: (apunta a Otelo) Ése es el hombre. SENADOR 2: Mierda. Pausa DUX: (a Otelo.) ¿Qué dices, Otelo? OTELO. : Muy reverendos y nobles señores, muy altos y sagaces dueños de la Ciudad… Es verdad que me llevé a la hija de este anciano y es verdad que me casé con ella. Soy rudo en las palabras y no voy ahora a embellecer mi causa hablando maravillas de mí mismo ni adornando mis acciones. Al hueso. Si usted me autoriza, Dux, les narraré la historia completa de nuestro amor con Desdémona.
Guía de Montaje DUX: Autorizo. OTELO: Les contaré qué pócimas, qué engaños, qué mágicos poderes usé para seducir a su hija… Dux, quisiera pedirle que envíe a buscar a Desdémona, al Hotel Nube, para que sea ella misma, en primera persona, la que complete mi relato. BRABANCIO: ¡MONO! DUX: Autorizo. El Dux chasquea los dedos y salen dos oficiales a buscar a Desdémona. OTELO: Si al cabo de lo dicho me encuentran culpable, no se contenten con retirarme la confianza y despojarme de mi cargo. Hagan rodar mi cabeza sobre el suelo. BRABANCIO: ¡MONO! ¡No lo dudes! DUX: (con un gesto, calla a Brabancio). Escucho. OTELO: Su padre, señores, que destemplado esta noche me insulta y pide a gritos mi cabeza, su padre, digo, me quería mucho… Era habitual que me invitara a su casa, donde se solazaba, una y otra vez, interrogándome sobre la accidentada historia de mi vida. Todo le interesaba: cada batalla, cada asedio, cada una de las desarregladas suertes que me tocó enfrentar. Una tarde llegué y Brabancio no estaba. Por primera vez, Desdémona dispuso de todo el tiempo del mundo para conversar conmigo. Le conté de todas las veces que escapé por un pelo de la muerte apasionada que me celaba. Cuando intentaron envenenarme en la campaña del Líbano. Cuando fui hecho prisionero y vendido como esclavo a los egipcios. No le ahorré detalle de las miserias de la guerra. Cuando terminé de hablar, me pareció que era la primera vez que contaba parte de mi vida.
Nos miramos largo rato en silencio. El amor que nos había tomado por asalto. Ésa es, señores, la única brujería que he empleado. Entran Desdémona, Yago y acompañamiento BRABANCIO: Sólo una cosa, mi Dux. Ya que mi hija está aquí presente autoríceme a preguntarle a ella si fue con su voluntad y libremente que se entregó en brazos del moro. DUX: Autorizo. BRABANCIO: Acérquese, se lo suplico, hermosa joven. ¿Puede señalar, entre todos los presentes, a quién debe usted la mayor obediencia? DESDÉMONA: Mi noble padre, reconozco, entre los presentes, una obediencia dividida. A usted le estoy obligada por vida y educación. Nací su hija y así he crecido, profesándole respeto incondicional de padre. Pero en esta sala también está mi esposo. Y la misma obediencia que en otro tiempo a usted le declaró mi madre, prefiriéndolo entonces a su propio padre, ahora reconozco y declaro yo hacia Otelo, mi bienamado. BRABANCIO: ¡Suficiente! No tengo más preguntas no tengo nada más que hablar. Hija mía, tu escapada a escondidas, como un ladrón en la noche, me enseñó que no hay dolor más agudo que la traición recibida de quien más queremos. DUX: Permítame reflexionar, noble Brabancio, aportando visiones que traigan paz. BRABANCIO: Con todo respeto, mi buen Dux, y agradeciéndole de corazón sus sabios refranes, le rogaría que pasáramos, sin más, a los asuntos de Estado. DUX: Sin embargo, Brabancio… BRABANCIO: Insisto. DUX: Hecho. (a los Senadores) Reporte.
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OFICIAL: (cuadrándose) Los turcos se dirigen hacia Chipre. DUX: Lo dije… Otelo, los turcos navegan rumbo a Chipre con la más poderosa flota que jamás les hayamos visto y Tú Otelo, tú serás quien comande nuestro ejército y nos conduzca a la victoria. OTELO: Siempre los he servido con arrojo, nobles señores y no será ésta la excepción. Ahí me quieren, ahí estaré. Se va llevándose a Desdémona. BRABANCIO: Mírala con atención, moro, si tienes ojos para ver. Ha engañado a su padre. Bien puede engañarte a ti. OTELO: Pongo mis manos al fuego, señor. BRABANCIO: Lleva entonces ungüento para las quemaduras. Lo vas a necesitar. GRUPO N° 2 (2 ESTUDIANTES) PERSONAJES: Yago y Rodrigo. En este diálogo es importante que los estudiantes discutan un poco sobre el discurso acerca de la voluntad por parte de Yago. También resulta relevante observar el recurso del “aparte” en que el actor expresa al público sus pensamientos sin que los demás personajes “escuchen” (partes subrayadas de este texto). El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros. Recuerda marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se
transformará en obra de teatro. Hagamos teatro! PRIMER ACTO ESCENA IV Se apaga el Salón del Consejo y se ilumina un farol en la calle, al tiempo que suena a todo volumen la sirena de un barco. Yago y Rodrigo conversan RODRIGO: ¿Viste eso, Yago? YAGO: Anda a dormir. RODRIGO: Ella lo adora… Voy a ahogarme. Voy a ir al Puente de los Descalzos, a lanzarme a las aguas del Gran Canal. YAGO: No seas imbécil… RODRIGO: Imbécil es vivir cuando la vida es un tormento. Sé que es una vergüenza estar enamorado a este nivel, pero no puedo evitarlo. YAGO: ¿Qué no puedes evitarlo? ¡Un pepino! Ser de tal o cual manera depende de nosotros. Nuestro cuerpo es un jardín y nuestra voluntad, la jardinera. Ya sea plantando ortigas o sembrando lechugas, plantando hisopo y arrancando tomillo, llenándolo de una especie de hierba o de muchas distintas, dejándolo yermo por desidia o cultivándolo con celo, el poder y autoridad para cambiarlo está en la voluntad. Por supuesto que puedes evitarlo. CON VOLUNTAD. RODRIGO: No sé, no sé… YAGO: Pon voluntad. RODRIGO: No sé… YAGO: ¡Sé hombre, Rodrigo! ¡Entero, completo, de pie! Ahogarte… habrase visto tamaña
Guía de Montaje estupidez… Justo ahora, cuando todo está en movimiento y nada ocupa aún su lugar definitivo. Justo cuando gira y gira la rueda de la fortuna y todo aún podría pasar… Justo ahora quieres bajarte, por favor… RODRIGO: No sé, no sé… YAGO: ¡YO SÍ SÉ, Rodrigo! Y te lo voy a decir, paso a paso… Echa dinero en tu bolsa, mucho, porque lo vas a necesitar, ponte una barba postiza para que nadie te reconozca y síguenos a la guerra. Las cosas van a cambiar. RODRIGO: No sé, no sé… YAGO: Yo odio al moro, Rodrigo. No lo olvides. RODRIGO: No lo olvido. YAGO: Y voy a hacer TODO lo que esté a mi alcance por ayudarte. RODRIGO: Gracias, Yago. Sale Rodrigo. YAGO: Pobre Rodrigo. No logra ver nada. Ni lo que tiene en frente de sus ojos. Otelo es rápido y sagaz, hundirá por completo a la flota turca ganará fácil la batalla. Todo será fiesta en Chipre. Otelo feliz, Cassio feliz… Cassio, Cassio es guapo, presencia no le falta. Es cosa de tiempo y nuestra bella Desdémona, aburrida del moro, buscará su amistad sincera. Mientras más amiga de Cassio, mayores las dudas de Otelo. Ya está, ya está concebido el plan. Quedan todos invitados. ¡Que la noche y el infierno asistan al parto de mi engendro! GRUPO N° 3 (6 ESTUDIANTES) PERSONAJES: Desdémona, Cassio, Montano, Yago, Emilia y Otelo).
El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros. Recuerda marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se transformará en obra de teatro. ¡Hagamos teatro! SEGUNDO ACTO ESCENA I Fuerte Famagusta. Gran algarabía. Todos celebran. Cassio y Montano se encuentran entre los que celebran. Entran Desdémona, Emilia, Yago y Rodrigo. DESDÉMONA: (se acerca a abrazar a Cassio) ¡Cassio mi querido amigo Cassio! Se acabó la guerra! ¡Quiso el destino ahorrarnos un largo camino de sangre! CASSIO: (abrazándola) ¡Quiso el destino enviarnos a Otelo, mi señora! ¡Afortunado Chipre y la misma Venecia de contar con su valor! ¡Qué hermosa está usted! ¡Más juvenil y reluciente, aún después de largas horas de viaje! ¡Venga conmigo! (hablándole a Montano) Montano: ella es Desdémona, la recién desposada de Otelo, mi general. MONTANO: ¡No tenía idea, mi señora! Y bendigo al cielo. Bendigo la hermosa justicia con que premia a Otelo, el duro, el infatigable. (besa su mano) Considéreme suyo. Incondicionalmente y para siempre, hermosa Desdémona. CASSIO: (a Desdémona) El Gobernador de Chipre, mi señora.
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DESDÉMONA: Considéreme honrada de conocer su isla. MONTANO: Déjenos manifestar en su persona nuestra enorme gratitud por Otelo. DESDÉMONA. : Le ruego que no lo haga. No me cabe mérito alguno en las proezas de mi esposo. YAGO: (cuadrándose) ¡Alférez, Yago, Gobernador! A su entero servicio. MONTANO: (dándole la mano) Bienvenido, alférez, bienvenido! ¡Bienvenido sea todo lo que proviene, se relaciona o huela remotamente a Otelo, halcón, ángel custodio de las costas de Chipre! YAGO: Ella es Emilia, mi mujer, asistenta personal de mi señora, Desdémona. MONTANO. : Bienvenida, Emilia. EMILIA: Gracias, señor. CASSIO: ¡Bienvenidos, bienvenidos! (abraza a Rodrigo). MONTANO: ¡Bienvenidos! (abraza a Yago). ¡Bienvenidos, bienvenidos!
un abrazo! ¡Ojala estemos vivos por mucho tiempo! ¡Ojala sean muchos y largos los años en que disfrute yo de tu compañía! DESDÉMONA,- ¡Así va a ser, amor! ¡El cielo está con nosotros! OTELO.- ¡Ven acá! DESDÉMONA.- Dichosa yo de tener tus brazos que me protegen. OTELO.- Dichoso yo, Desdémona, de tener los tuyos que me acaricien. YAGO - (en off) Todo es amor entre los amantes… Solo yo, sin embargo, alcanzo a divisar la grieta. La fisura por la que todo se desplomará. OTELO.- ¡Yago, ¿estás ahí?! YAGO- ¡Atento y vigilante, mi señor! OTELO- ¡Trae mis cosas de la bahía! ¡Quiero desembarcar! YAGO.- ¡Así lo haré! OTELO.- ¡Nos vemos en la ciudad! TODOS. : ¡Nos vemos allá, Otelo! Todos salen.
Todos se ríen. Cassio abraza a Desdémona por el lado, con un brazo, jugando a inmovilizarla.
GRUPO N° 4 (5 ESTUDIANTES)
YAGO: (en Off) Se los dije, se los dije. Cassio disfrutando de la alegre complicidad y la confianza de Desdémona. ¿A qué distancia están el amor de la amistad? ¿Se parecen? ¿acaso se alimentan, el uno del otro? ¿Qué tan cerca se verán, en la aterrada mirada del Moro? Ésa será tu pesadilla, Otelo. Infierno en la Tierra. Yo me ocuparé de confundirlo todo. Entra Otelo OTELO: ¡¿Acaso no merezco un abrazo y un beso de mi bienamada esposa?! ¡Triunfamos, amor! ¡Triunfamos y estamos vivos! DESDÉMONA: ¡ESTAMOS VIVOS, AMOR! (sale) OTELO,- ¡Estamos vivos, amor! ¡Ven a darme
PERSONAJES: Rodrigo, Cassio, Montano, Otelo, Yago El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros. Recuerda marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se transformará en obra de teatro. Hagamos teatro!
Guía de Montaje SEGUNDO ACTO ESCENA IV (Rodrigo y Yago se las han arreglado para armar una pelea en medio de una fiesta con el fin de desacreditar a Cassio frente a Otelo) Brutales ruidos de pelea afuera. Vidrios quebrados, sillas rotas, gritos. Entra Rodrigo huyendo de Cassio. RODRIGO : (aterrado) ¡Retiro lo dicho! ¡Retiro lo dicho! CASSIO: ¡¿Adornarán las baldosas del Hotel Caterina los sesos desparramados de un perro chipriota?! RODRIGO: (aterrado) ¡No me haga nada, señor! ¡Se lo suplico! CASSIO: ¡CONTÉSTAME! ¡¿Adornarán o no adornarán las baldosas?! RODRIGO: ¡NO ADORNARÁN, señor! ¡No adornarán las baldosas! CASSIO: Difiero. YAGO: Déjalo ir, Cassio. CASSIO: Yo creo que sí adornarán. MONTANO: (inmovilizando a Cassio, por la espalda) ¡Suéltelo, oficial! CASSIO: (sin ver quién es) ¡Suéltame tú! MONTANO: ¡No se meta en problemas! CASSIO: ¡No fui yo quien se metió en problemas! Estoy tratando, sin embargo, de salir de ellos… ¿qué no me ven? Dije que me soltaran. Súbitamente, Cassio dispara y hiere a Montano Solo entonces se da cuenta que es Montano. Rodrigo aprovecha la confusión para huir. MONTANO: Usted no está en sus cabales, oficial… CASSIO: Yo…
Entra Otelo OTELO: ¿Qué pasa aquí? YAGO: El gobernador Montano, mi general. MONTANO: Peleas de borrachos, Otelo. Un clásico de las fiestas. Nada serio, habitualmente. Aunque esta vez estuvimos al borde de una tragedia. ¡¿O no, oficial?! OTELO: ¿Cassio? MONTANO: Estuvo a punto de desparramar sobre las baldosas los sesos de un pobre ave local. Acá mismo. ¡¿O no, oficial?! OTELO: ¿Estás borracho, Cassio? ¿Acaso nos hemos desilusionado? ¿Acaso la tan rápida victoria sobre el Turco nos dejó insatisfechos? ¿Será que en el delirio de los festejos se nos olvida, por un momento, que el mayor de los tesoros es la paz? ¡TE PREGUNTÉ SI ESTABAS BORRACHO, CASSIO! CASSIO: (avergonzado, pero digno) Sí. OTELO: Yago. ¿Qué viste, exactamente? YAGO: Entró un hombre corriendo. OTELO: ¿Cómo era? YAGO: Flaco, con barba, traía un cuchillo en la mano. OTELO: ¿Alguien lo conoce? Sigue, Yago. Te escucho. YAGO: El hombre venía arrancando, pero Cassio le dio alcance. Aquí mismo, lo arrojó al suelo y le puso la pistola en la cabeza. Yo no creo que fuera a dispararla, en todo caso. Lo hizo sólo para calmarlo. OTELO: ¿Le puso la pistola en la cabeza? YAGO: En efecto, señor. OTELO: ¿Para calmarlo? YAGO: En efecto, señor. OTELO: Entonces entré yo. YAGO: En efecto señor OTELO: No te culpo, Cassio. Nadie conoce ni controla las nefastas consecuencias de una riña callejera. Pero yo requiero a mis soldados serenos. Vigilantes. Lúcidos.
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Todos somos virtuosos Cassio…. Hasta el día en que dejamos de serlo…. Quedas destituido de tu cargo ya no eres mi teniente….Vamos gobernador, déjeme ayudarlo. Salen todos, menos Cassio y Yago. GRUPO N° 5 (2 ESTUDIANTES) PERSONAJES: Yago y Otelo. El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros. Recuerda marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se transformará en obra de teatro. ¡Hagamos teatro! TERCER ACTO ESCENA V Se ilumina Otelo. OTELO: ¿Qué fue lo que oíste? YAGO: Le ruego que no, mi señor. No tiene ninguna importancia. OTELO: Eso lo evaluaré yo. Te escucho. YAGO: (incómodo) Ah, señor… Es una trivialidad, es sólo algo raro. OTELO: ¿Qué tan raro? YAGO: Señor. Usted sabe que todos los oficiales dormimos en el mismo lugar. OTELO: ¿Y? YAGO: Bueno pasa que nuestro amigo Cassio habla. OTELO: ¿Cómo que habla? YAGO: Bueno, habla dormido. Mientras
sueña…. habla. OTELO: ¿Y? YAGO: Hace días que menciona a Desdémona mi señor. OTELO: ¿Y? ¿Se puede saber qué es lo que dice? YAGO: Bueno él le habla a ella en sus sueños. Quiero decir, se dirige a ella. La última noche la cosa se puso grave porque todo el regimiento se enteró se enteró porque él le daba indicaciones… o sea en el sueño mientras le hablaba a Desdémona le daba indicaciones… Se le entendía poco, pero claramente comenzó a pedirle que se sacara la ropa. Se reía. Era como un juego….porque le pedía cosas muy raras… posiciones muy raras y luego de un rato dejó de hablar…. porque empezó a gemir. Empezó a moverse en la cama, daba vueltas y gemía y jadeaba y se daba vueltas y empezó a decirle “toma, toma, toma, toma, toma”. OTELO: ¡¿Y QUÉ PRUEBA ESO, HIJO DE PERRA?! ¡¿AH?! ¡¿QUÉ MIERDAS PRUEBA TU PUTO SUEÑO?! YAGO: ¡NADA, SEÑOR! OTELO: ¡DE NUEVO! ¡REPITE! YAGO: ¡NADA, SEÑOR! ¡NO PRUEBA NADA! OTELO: ¡Perdona, Yago! Tú no tienes la culpa. Soy yo, estoy nervioso, estoy alterado. YAGO: Pero no me pida a mí que oficie de vigilante, mi señor. OTELO: ¿Y a quién quieres que le pida? YAGO: Pues… no lo sé, mi señor. OTELO: Yago… YAGO: No se lo pida a nadie. OTELO: Yago, Yago. YAGO: Deje al tiempo que aclare lo que está oscuro. OTELO: ¡Yago! Yo no tengo tiempo. ¿No te das cuenta? Yo no soy un veinteañero. No tengo toda la vida por delante. YAGO: ¡Pero ¿qué quiere, mi señor?! ¡
Guía de Montaje ¿Verlos, copulando, con sus propios ojos?! ¡¿Eso quiere?!¡ ¿Y si nunca llega a verlos copulando?! ¡Dígame! ¡¿Y si nunca llega a verlos ¿qué probaría eso? ¿Qué son fieles, o que saben esconderse? ¡Dígame! ¿Tiene Desdémona, mi señor, un pañuelo verde y amarillo, algo brillante, que podría ser de seda? OTELO: Sí, ¿por qué? YAGO: Porque juraría que hoy vi a Cassio que lo llevaba. OTELO: ¿Cómo que “jurarías”? ¿Lo llevaba o no lo llevaba? YAGO: Y aunque así fuera ¿qué probaría eso? Nada, mi señor. Absolutamente nada. La vida es terrible, mi señor. Avanzamos a oscuras, siempre. Adivinando, siempre. A oscuras, aunque haya sol. GRUPO N° 6 (2 ESTUDIANTES) PERSONAJES: Otelo y Desdémona. El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros. Recuerda marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se transformará en obra de teatro. ¡Hagamos teatro!
QUINTO ACTO ESCENA IV Desdémona prende las velas de su velador. Entra Otelo. DESDÉMONA: ¿Estás ahí, Otelo? OTELO: Sí, Desdémona. DESDÉMONA: ¿Vas a venir a la cama? OTELO: Sí… Pero no a dormir. DESDÉMONA: ¿A qué, entonces? OTELO: Voy a hacer justicia. DESDÉMONA: ¿Qué quieres decir? OTELO: Que todo se acaba. DESDÉMONA: (incorporándose alerta) ¿Qué significa eso? OTELO: Que llegó la hora de la verdad. Nosotros teníamos un juramento de amor. Para toda la vida. Tú lo rompiste. DESDÉMONA. : ¿Qué vas a hacer? OTELO.: Te lo voy a cobrar. DESDÉMONA: Otelo, mi amor… Estás equivocado. Desconozco por completo el negro camino que recorriste para llegar a pensar en lo que estás pensando, pero estás en un error espantoso. OTELO: Palabras, sólo palabras. DESDÉMONA: No son sólo palabras. OTELO: ¡SÍ! ¡No son verdad! DESDÉMONA: ¡SON VERDAD! (amorosa) Yo no he roto nuestro juramento. Ni un solo día, ni en mis pensamientos ni en mis acciones. Yo te sigo amando, como el primer día. OTELO: Ni te imaginas lo que querría poder creer en tu palabra. DESDÉMONA: ¡Pero no lo haces! OTELO: ¡NOO! ¡Porque tu palabra, que era para mí lo más valioso que había en la Tierra, no logra valer más que lo que mis ojos vieron y mis oídos oyeron!
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DESDÉMONA: ¡Pero ¿qué vieron tus ojos?! ¡Dime! OTELO: ¡Demasiadas cosas! DESDÉMONA: ¡NO, OTELO! ¡DEMASIADAS, NO SIRVE! ¡DIME CUÁLES! OTELO: Te vi abrazándote con Cassio en un rincón solitario del jardín del hotel. DESDÉMONA: (sorprendida) ¿Eso? ¿Eso es lo que viste? OTELO: Lo reconoces, entonces. DESDÉMONA: (entre descolocada y dolida) Pero, mi amor… OTELO: No me llames “mi amor”. DESDÉMONA: ¡Te llamo “mi amor”! ¡Más aún, te llamo “esposo mío”! Porque tú eres mi esposo ¿o ya se te olvidó? OTELO: Por favor, Desdémona. DESDÉMONA: Respóndeme. OTELO: ¡No, respóndeme tú! ¡ ¡¿Qué hacía Cassio con tu pañuelo de seda?! DESDÉMONA: ¿¿Qué pañuelo?? OTELO: Tu favorito. El amarillo y verde, de seda. ¡¿No te parece un regalo demasiado íntimo como para un amigo?! DESDÉMONA: ¿El lo tiene? ¿Dónde lo encontró? OTELO: ¿Nunca te cansas? ¿No te tienta la idea de bajar la guardia? ¿Dejar de mentir? DESDÉMONA: (sincera y tierna) Amor, ¿Acaso no me casé contigo, desafiando la voluntad de mi padre? ¿Acaso no te seguí a la guerra, sin importarme nada? ¿No te trato con dulzura, no duermo contigo, todas las noches, acariciando tu pecho y susurrándote al oído? Dime, ¿para qué querría yo mentirte? OTELO. : ¡NO LO SÉ! ¡No conozco tus motivos! ¡No sé por qué hiciste lo que hiciste! ¡Y créeme que me lo pregunto el día entero! DESDÉMONA: Pregúntamelo a mí. OTELO: Es inútil, Desdémona. Esto no tiene vuelta atrás, Desdémona.
Es tarde. Demasiado tarde. Ya pasaron las cosas que pasaron. Nada importa lo que ahora se diga. Yo ya no te creo… DESDÉMONA: (asustada y debilitada) ¿Por qué no me crees? OTELO: Tarde también para esa pregunta. Demasiado tarde. Tarde para arrepentirse. Tarde para reparar el daño. Es tarde para todo, salvo para despedirse. DESDÉMONA: Yo no quiero despedirme. OTELO: Yo no fui el que te engañó, Desdémona. DESDÉMONA: Yo tampoco te engañé. OTELO: Yo no fui el que mintió. DESDÉMONA: No me mates, amor. Te lo suplico. OTELO: No me supliques. Te lo ruego. DESDÉMONA: Mándame lejos. Destiérrame. OTELO: No puedo. DESDÉMONA: Déjame vivir hasta mañana. OTELO: Es tarde. DESDÉMONA: No quiero morir, Otelo. OTELO: Silencio. Él saca un cuchillo y se lo clava en el corazón. Se extinguen los movimientos de ella. GRUPO N° 7 (3 ESTUDIANTES) PERSONAJES: Emilia, Otelo, Yago. El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros. Recuerda marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se transformará en obra de teatro. ¡Hagamos teatro!
Guía de Montaje QUINTO ACTO ESCENA V EMILIA: (muy agitada) ¡Mataron a Cassio, mi señor! ¡En el gimnasio! ¡Alguien entró y le disparó! ¡Nadie sabe quién fue! OTELO: (casi sin reacción) Ya se descubrirá. EMILIA: (extrañada) ¿Usted sabía? OTELO: Me lo imaginaba. EMILIA: Tengo que decírselo a mi señora. OTELO: Difícil, Emilia. EMILIA: (dirigiéndose a la cama) Eran muy amigos, mi señor… Tiene que saberlo. Llega a la cama. EMILIA: (abrazándola y llorando) ¡Mi señora! ¡No puede ser! ¡Mi señora! ¡Ella no le hizo mal a nadie! ¡Mi señora! ¡No puede ser! OTELO: Te equivocas: ella me engañaba ella era infiel. EMILIA: ¡Tú fuiste, moro enfermo y estúpido! ¡Te convenciste de que eran ciertas todas las basuras que alguien te inventó! OTELO: Pregúntale a tu marido. EMILIA: ¿¿A mi marido?? OTELO: Él lo sabía. EMILIA: ¿Fue Yago quien te dijo que ella te era infiel? Eres un imbécil… Emilia toma una pistola y le apunta a Otelo. EMILIA:(gritando para afuera) ¡¡SOCORROOO!! ¡¡AYUDA!! Entra Yago corriendo, pistola en mano. YAGO: (apuntándole a Emilia) ¡EMILIA, BAJA ESA ARMA!
EMILIA: (sin bajarla) ¿Qué vas a hacer? ¿Dispararme? ¿Matar a tu mujer? YAGO: ¡¿Qué estás haciendo?! EMILIA: A ver si eres tan hombre Yago, este mentiroso dice que tú le contaste que su mujer lo engañaba. YAGO: ¡¿Baja el arma Emilia?! EMILIA.: Habla mierda, ¿le dijiste que ella lo engañaba? YAGO: Sí. EMILIA: ¿Tú la viste? YAGO: Sí con Cassio y ahora, ¡cállate! OTELO: Emilia, Yo lo vi. Desdémona le regaló un pañuelo de seda verde y amarillo a Cassio. Yo lo vi, yo vi a Cassio con el pañuelo que con tanto amor yo había entregado a mi mujer. EMILIA: Dios mío, dios mío… YAGO: Cállate Emilia EMILIA: Eres un general idiota. Ese pañuelo lo encontré yo y se lo pasé a mi amado esposo porque él me dijo que estaba melancólico y que el pañuelo le recordaba a su patria... a su madre... a su tierra... YAGO: Maldita puta. EMILIA: Tú se lo diste a Cassio. Tú eres quien ha llenado de negros pensamientos la cabeza de este patético general. YAGO: Perra traidora. EMILIA: Estúpido asesino. Que hacía un idiota como usted con una mujer tan maravillosa. Yago descarga su arma sobre Emilia. Silencio. Otelo descarga un tiro sobre Yago. Silencio.
TODOS AL TEATRO
Guía de Montaje
GRUPO N° 8 (3 ESTUDIANTES) PERSONAJES: Montano, Otelo, Yago. El texto de la obra dramática se divide en: actos, escenas y cuadros. Recuerda marcar la entonación de acuerdo con el carácter y el sentimiento del personaje. Al ser actuada, la obra dramática se transformará en obra de teatro. ¡Hagamos teatro! ACTO V ESCENA VI Entra Montano con dos guardias. MONTANO: General, el teniente Cassio ha sido asesinado. OTELO: Yo ordené que lo mataran. MONTANO: Una prostituta afirma que vio a Yago matar al teniente, General. Tú mataste al teniente Cassio. YAGO: No pregunten más, lo que saben es lo que saben. Desde ahora no diré ni una sola palabra más. MONTANO: Otelo, (descubriendo el cadáver de Emilia y Desdémona). ¿Podría explicar usted que ha sucedido aquí? OTELO: Todo esto es muy triste gobernador. MONTANO: Usted Otelo, queda despojado de su cargo y poder. OTELO: Sólo les pido que digan la verdad. MONTANO: Y cual sería esa verdad. OTELO: Que nunca fui grande. Que yo maté a Desdémona. Y que fui un imbécil por hacerlo. Que traicioné la confianza de quien más
quería. Y que fui violento hasta la locura, porque no podía soportar la sola idea de no contar con su amor. Y que me arrepentí, pero ya era tarde. Y que morí sin haberme perdonado. MONTANO: Entregue sus armas, Otelo. Otelo se suicida. Silencio. FIN