Una niña, un conejo y su nave

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Tragamanzanas


Abre el libro... ...haz que ocurra


Texto: Óscar Rull y Sara Nicolás Ilustraciones: Daniel Estandía Edición primera: Marzo 2014 Manzanares el Real, Madrid Esta obra está sujeta a la licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/.

www.tragamanzanas.com edicionestragamanzanas@gmail.com

Este libro fue personalizado para Mar A.M.

Colección Nialas


Sara Nicolás

Daniel Estandía

Óscar Rull

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Una niña, un conejo y su nave.


Por encima de las nubes pegadita a las estrellas flota en el espacio la Luna Lunera AllĂ­ no hay nada ni nadie sĂłlo una niĂąa su conejo y su nave




A Maruchi no le gusta nada de nada el ruido. Vivir en silencio le resulta divertido. Pero Ne su conejo no piensa lo mismo. Por eso a veces le dice:

–¥Estoy aburrido!



Así que Maruchi le viste despacio le pone la bufanda, su traje y su casco ¡No sabéis qué frío hace en el espacio!


Montan en la nave pues se van a explorar y con el motor en marcha


ยกVamos a conquistar el espacio sideral!


–Mira, Ne, un planeta lleno de gente pero no hay sitio para aterrizar...


ยกSigamos de frente!



En el planeta de hielo se deslizan por el suelo, es como caminar sobre un caramelo

DespuĂŠs de un buen rato Ne dice: -ÂĄEstoy aburrido! Motores en marcha

la nave se eleva con un chirrido


El tercer planeta parece vacĂ­o. SĂłlo tres casitas, una cesta, y un saco de harina junto al rĂ­o.


Una casa es de paja otra de madera y la Ăşltima de ladrillo y de cada una de ellas salen cinco lobitos



Al ver a la niña se ponen contentos, todos quieren jugar cada uno a su cuento

–Deja que te sople –dice un lobo mientras Ne se esconde

–No, mejor ponte esta capucha y vamos a ver a la abuela que está muy pachucha –A mí cúbreme la patita de harina pero no me metas piedras en la barriga


Ante tanta demanda el conejo se espanta


窶天テ。monos, Maruchi ツ。estoy aturdido!

la nave se eleva haciendo un gran ruido


El siguiente planeta estĂĄ lleno de letras es una gran pizarra de la A a la Z. Pasan horas pintando con tizas de colores y antes de irse decoran la nave con flores




–¿Qué le pasa a la nave? -Son mis tripas –dice el conejo –que ya tengo hambre.


¡Qué suerte encontrar un planeta tan grande! Y más si está cubierto de chocolate




Maruchi está contenta de regreso a la Luna. Allí no hay nada ni nadie sólo una niña, su conejo y su nave. Y algunas manchas… de chocolate.


UNA NIÑA, UN CONEJO Y SU NAVE Pegadita a las estrellas flota en el espacio la Luna Lunera. Allí no hay nada ni nadie sólo una niña, su conejo y su nave. A Maruchi no le gusta nada de nada el ruido vivir en silencio le resulta divertido pero Ne su conejo no piensa lo mismo por eso a veces le dice: –¡Estoy aburrido! Así que Maruchi le viste despacio le pone la bufanda, su traje y su casco ¡No sabéis que frío hace en el espacio! Montan en la nave y se van a explorar y con el motor en marcha ¡Ra-ta-kloin Ra-ta-klan! ¡Vamos a conquistar el espacio sideral! –Mira Ne un planeta lleno de gente pero no hay sitio para aterrizar…¡sigamos de frente! En el planeta de hielo se deslizan por el suelo es como caminar sobre un caramelo Después de un buen rato Ne dice: –¡Estoy aburrido! Motores en marcha ¡Ñiek Ñiek! la nave se eleva con un chirrido. El tercer planeta parece vacío Sólo tres casitas, una cesta, y un saco de harina junto al río. Una casa es de paja, otra de madera y la última de ladrillo


y de cada una de ellas salen cinco lobitos Al ver a la niña se ponen contentos todos quieren jugar cada uno a su cuento –Deja que te sople –dice un lobo mientras Ne se esconde –No, mejor ponte esta capucha y vamos a ver a la abuela que está muy pachucha. –A mí cúbreme la patita de harina pero no me llenes de piedras la barriga Ante tanta demanda el conejo se espanta -Vámonos, Maruchi ¡estoy aturdido! Rooom, Rooom la nave se eleva haciendo un gran ruido. El siguiente planeta está lleno de letras es una gran pizarra de la A a la Z. Pasan horas pintando con tizas de colores y antes de irse a la nave la decoran con flores ¡Roarr Roarr! ¿Qué le pasa a la nave? -Son mis tripas –dice el conejo –que ya tengo hambre. ¡Qué suerte encontrar un planeta tan grande! Y más si está cubierto de chocolate Maruchi está contenta de regreso a la Luna allí no hay nada ni nadie sólo una niña, su conejo y su nave y algunas manchas… de chocolate.

FIN



Querido lector,

gracias por hacer realidad esta historia.





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