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Territorio, Refugio de Rebost
from Revista TRAIL n.93
El Rebost: Zona Trail
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VARIEDAD CON GUSTO
Texto y fotografías: Quim Farrero
A muchos, “Refugi de Rebost” tal vez no les diga gran cosa, pero si hablamos del primer avituallamiento de la popular Ultra Pirineu, o de uno de los refugios de la no menos popular “Cavalls del Vent”, seguramente la percepción cambiará. Esta vez nos desplazamos a una zona más oriental del Pirineo, a la Serra del Cadí. Terreno trail por méritos propios en una comarca que ha generado escuela.
Flirtear con la frontera mágica de los 2.000 metros es una oferta tentadora, más si conlleva variedad de terrenos, caminos y senderos, en general cómodos y agradables para correr, grandes desniveles si los queremos y vistas privilegiadas desde una sierra, el Cadí, que es un mirador de excepción. Es la vertiente sur de este macizo el que se nos abre a la exploración desde el Refugi de Rebost.
Os ofrecemos un breve resumen de lo que el territorio alrededor del refugio puede darnos si lo utilizamos como base de operaciones. Más allá del simple punto de paso para alguno de los recorridos que se sirven de él, lo que el territorio alrededor del refugio ofrece, merece estirar la estancia más allá de la pura noche de trámite. Establecerse en un lugar y, desde ahí, reconocer el territorio en base a nuestra actividad diaria, es una oferta excelente para explorar espacios disfrutando de la montaña a ritmo de trail.
La parte más oriental de la Serra del Cadí, está presidida por las Penyes Altes del Moixeró, la masa montañosa que se eleva al norte de Bagà, inicio y final de la popular Ultra Pirineu y que, con sus barreras calcáreas conforma la última frontera natural antes de acceder al Pirineo. Frontera que, unos kilómetros más allá de la mencionada población, es atravesada por el túnel de cinco kilómetros que conecta las vertientes sur y norte de la cadena: el llamado Túnel del Cadí.
El refugio es de fácil acceso desde el coche. Sólo unos 10 minutos, por un agradable bosque, nos separan del aparcamiento situado poco después del kilómetro 13 de la carretera de montaña Bv-4024, que conecta las dos vertientes a través del llamado Coll de Pal, única opción posible antes de la construcción del túnel.
Desde ahí, la posibilidad de explorar recorridos va mucho más allá de los ofrecidos por las rutas más populares, e incluso más allá de los que, desde el refugio, nos plantean en su particular “Zona Trail”, convenientemente ilustrada en un gran mapa a la entrada del edificio. Para explorar y correr, sólo hace falta cartografía de la zona, piernas y creatividad. Los consejos e indicaciones de los guardas serán también una valiosa herramienta.
El punto de partida serán los cinco itinerarios propuestos desde el propio refugio, que van desde los 2,5 kilómetros sin apenas desnivel por los bosques que lo rodean, a los 15 kilómetros con 1.300 metros de desnivel que nos llevarán al punto más alto de la zona, el Niu de l’Aliga, con 2.520 metros y al cual se accede también desde la vertiente norte con un telecabina de la estación de esquí de La Molina.
Al estar situado el refugio a media ladera de la sierra, a 1.640 metros, todos los recorridos, a excepción del más básico, ofrecen un desnivel respetable en relación a la distancia, con pendientes que, sin ser necesariamente técnicas, obligan al uso intensivo de los cuádriceps. Nada nuevo si no tenemos en cuenta la configuración del terreno, que en los itinerarios más largos nos ofrecerá una variedad poco habitual, que va desde frondosos bosques de pino, a praderas de alta montaña, sin olvidar canchales y sectores rocosos: la roca caliza es la reina.
Muchos de los senderos, si nuestras piernas nos lo permiten, son perfectos para correr, y del mismo modo que algunos de ellos son un auténtico placer, otros nos lo pondrán algo más difícil, siempre en función de la presencia de roca y de nuestra habilidad.
En verano, los sectores boscosos pueden llegar a ser muy cálidos. Será interesante no jugar con las provisiones de agua e informarse en el refugio de las posibilidades de obtenerla por el camino. Una vez situados en las zonas más altas, ya fuera de la influencia del bosque, la temperatura suele ser agradable, - altitud manda - pero la radiación solar en días despejados es un factor a tener en cuenta. Nada que no sepamos pero que una temperatura más o menos fresca puede hacernos olvidar.
La zona está regida por las normas del parque natural del Cadí- Moixeró. Esto implica que ciertas zonas, sin tener el acceso prohibido, sean poco (o nada) publicitadas con la intención de que los senderos lleguen a perderse. Cosas de parques.
Así mismo, convivir en las zonas más altas con parte de la fauna del lugar es relativamente fácil: si somos discretos, fácilmente los corzos compartirán terreno de juego. Más allá, dependerá de nosotros y de la suerte, pero las posibilidades de tropezarse con ciervos o rebecos están ahí en un terreno rico en una fauna que suele ser reticente a mostrarse en público.
Las posibilidades van del lobo al gato salvaje pasando por el quebrantahuesos o el buitre leonado. Aunque estamos ante una montaña más o menos amable, eso es sólo una apariencia de la que hay que desconfiar. Es importante estar al quite en las secciones boscosas en las que es fácil saltarse un desvío.
Los hitos de roca, tan útiles en otros lugares, sólo aparecen en las zonas más altas y con una función más estética que orientadora, ya que dada la calidad de los senderos en los prados de más altitud no son excesivamente necesarios. Los desvíos más importantes suelen tener señalización del parque, una señalización en la que, por alguna curiosa razón, no aparecen los refugios.
La contrapartida es que estamos en una comarca en la que hay una gran afición por el trail y en un territorio muy popular gracias a los itinerarios que lo surcan, con lo que es fácil coincidir, sobre todo en fin de semana, con alguien en un momento u otro que nos pueda orientar. Siempre será un recurso de emergencia.
Por otro lado, el mal tiempo en general y las tormentas de tarde en particular, pueden ser temibles, sobre todo en un terreno expuesto en el que es fácil desorientarse y del que no se puede descender por cualquier lado. Es importante estar pendiente de la evolución del tiempo durante el día y, si es necesario, ser capaz de dar la vuelta antes de que se desencadenen los infiernos.
No hay que insistir en la necesidad de prever la estancia en el refugio y reservar, sobre todo en los tiempos que nos tocan, en los que los aforos se ven mermados y la capacidad de improvisación con los espontáneos es poca. En un refugio como el Rebost no podían faltar propuestas de recorridos para disfrutar de los alrededores del refugio.
El largo historial de vinculación con el trail del refugio va desde la actividad de los propios guardas, a la colaboración como avitualla mientos con diversas carreras (como la desaparecida Núria-Queralt o la ya mencionada Ultra Pirineu) o siendo punto de paso de un recorrido de la popularidad de Cavalls del Vent.
Las propuestas Son cinco, de diversas dificultades. Siempre circulares y en algunos casos enlazables. Se pueden realizar en sentido horario o anti horario indistintamente, aunque, de forma genérica, realizarlos en sentido horario nos evitará tener que superar un fuerte desnivel en los últimos kilómetros.
A estas propuestas hay que añadir un recorrido pensado para las raquetas en invierno y varios circuitos de orientación, de diversas dificultades, que se pueden realizar en los alrededores del refugio. Si alguien se aventura a probar, tiene a su disposición en el refugio, por un módico precio, el mapa específico de orientación con la localización de las balizas.
No hace falta decir que existe también la posibilidad de crear otros recorridos en base a la información y consejos que Anna y Cinto, guardas y grandes conocedores de su terreno, nos pueden ofrecer. Preguntad y seréis respondidos.
REFUGIO – COLL DE JOU - TOSSA D’ALP (2.537mts) – REFUGIO 15km / 1.300 D+
Es el recorrido estrella y a ese nombre responde. Se inicia en descenso para ir a buscar el llamado “Camí Ral”, el antiguo camino que comunicaba las dos comarcas a sur y norte de la Serra del Cadí: el Berguedà y La Cerdanya. Prácticamente todo el desnivel se hace en este tramo y hasta la cima de la Tossa d’Alp, punto culminante de la sierra y localización del refugio del Niu de l’Àliga. En el ascenso a Coll de Jou, un empinado sendero boscoso, encontraremos una fuente, cruces grabadas en la roca por los antiguos caminantes en Roca Sansa y pasaremos por el pequeño collado de Deugràcies (Gracias a Dios), en
el que nuestros antepasados daban gracias al Señor por haber llegado hasta ahí, ya cerca del collado principal, en una época en que esos caminos se recorrían sólo por necesidad y siempre con gran temor. Poco después de Coll de Jou, el terreno boscoso se abrirá para dejar paso a territorio más alpino, de praderas abiertas y expuestas a los elementos. Una vez en la cima de la Tossa d’Alp, descenderemos por el itinerario empleado por Cavalls del Vent o Ultra Pirineu hacia el collado de Comafloriu, de donde volveremos a terreno boscoso para regresar al refugio. Remarcar que, desde el collado de Comafloriu, es fácil encadenar este recorrido con el del Puigllançada (a continuación).
REFUGIO – COLLADA DE COMAFLORIU - PUIGLLANÇADA (2.408 mts) – REFUGIO
12km / 900 D+ Saliendo del refugio por el tramo final del recorrido anterior, subiremos hasta la Collada de Comafloriu desde donde iremos a cruzar la carretera BV-4024 en el llamado Coll de Pal, de ahí ascenderemos al Puigllançada, una cima en la que se distribuyen el agua a tres ríos: al norte al rio Segre, al este al río Ter y al sur al río Llobregat. Un fenómeno poco habitual. Otro punto de interés de esta cima es la presencia de bunkers de la Guerra Civil, ahora en proceso de restauración. Un testimonio de la historia, a veces cruenta, de la comarca. Con una sección inicial y una sección final boscosas, la mayor parte del recorrido es en terreno abierto.
REFUGIO – ERMITA DE SANT MARC – REFUGIO
8,5km / 700 D+ Es el recorrido que explora el territorio al sur del refugio, con la semi derruida ermita de Sant Marc como destino, que conforma un excelente mirador de la cadena montañosa y en la que el 25 de abril, día de Sant Marc, es tradición hacer un fuego en la ermita. Una tradición recuperada recientemente por
la gente más joven de la comarca. Es un recorrido que transcurre por completo por senderos boscosos, que puede ser una buena opción si el tiempo no es seguro, a pesar de que entonces tal vez perdamos las vistas desde la ermita.
REFUGIO – LES MUNTANYETES – REFUGIO
8km / 500 D+ Otra buena opción cuando el tiempo no es seguro, o es manifiestamente malo, en las zonas más altas. El itinerario va a buscar la base de las barreras rocosas visibles desde el refugio y que dan esa aura de inaccesibilidad a las zonas más altas. Es un recorrido boscoso en su totalidad, con mucha presencia de boj que, en algunas secciones, confiere al sendero ese aspecto de túnel tan característico. Más o menos a la mitad del recorrido, está la peculiar roca de La Foradada, a la que accederemos tras desviarnos unos 100 metros del camino (indicado por un cartel).
REFUGIO – CIRCUIT DELS ARBRES – REFUGIO
2,5km / 90 D+ Este pequeño recorrido, el “Circuito de los árboles”, es una opción excelente para realizar con los más jóvenes. Sencillo, corto y con poco desnivel, está señalizado y en él iremos encontrando carteles con los nombres de las especies arbóreas más comunes o interesantes de la zona. Para correr o pasear, al gusto.
refugirebost.cat
50 plazas Abierto de Junio a Septiembre (incluidos) y todos los fines de semana Refugio de emergencia habilitado durante los meses de cierre Reservas: https://refugirebost.cat/es/reservesi-contacte/