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ENTREVISTA BIEL RÀFOLS
from Revista TRAIL n.94
Texto y fotografía: Quim Farrero
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Biel Ràfols (Barcelona, 1987) es un “factotum” del trail. Del mismo modo que le cae como un guante la idea de omnipresente: la sensación de que está en todas partes me acompaña a menudo. Orientador de élite y corredor muy competente, está vinculado desde hace años al mundo de la competición en trail gestionando algunos de los mejores equipos de la historia. Incluso, a pesar de su natural tímido, puede agarrar un micrófono y, con permiso de las estrellas del entretenimiento del trail, hacer de speaker si es necesario. Suyo es uno de los vídeos mas difundidos de la historia del trail, en el que un tal Kilian Jornet reduce una marcha y acelera dejando a todos en la estacada en Zegama. Curioso por naturaleza, con la mente abierta, le gusta idear, probar y experimentar. Sabe de qué habla y sus puntos de vista sobre el trail, como deporte y como objetivo de márketing, son siempre interesantes. Metódico como buen orientador, es un elemento clave a la hora de planificar una asistencia, sea en carrera o persiguiendo un MTC (Mejor Tiempo Conocido).
Sitúanos en tus orígenes de orientador Empecé en la orientación de la mano de mi tío abuelo, Carles Lladó, que trabajaba en la creación de un Comité Olímpico Catalán y buscaba deportes que no tuvieran federación y en los que se pudiera competir. Es obvio que no lo consiguió, pero descubrió un deporte para el que impulsó la creación de una federación catalana y de ahí fue convenciendo a los familiares más cercanos para que lo probáramos. Mi familia siempre ha sido muy activa y ha estado en contacto con la montaña, y empezamos con la orientación cuando yo tenía doce o trece años. En verano nos íbamos con la furgoneta a participar en carreras en Chequia, Suiza, Francia. Lo hicimos muchos años y llegamos a un cierto nivel y empezamos a competir con la recién creada Selección Española. Nos metimos en ello toda la familia de golpe, porque lo bueno que tiene la orientación es que hay recorridos para todos: mayores, jóvenes y pequeños. Aquí había muy poca actividad, pero hace quince años, la orientación tenía más practicantes que el trail, una proporción que se ha invertido claramente; el trail ha crecido mucho y la orientación se ha quedado como estaba. En cambio, en los países nórdicos es al revés, la orientación es muy popular y el trail no tiene tanta aceptación. No hace mucho Pau Capell estuvo en una carrera en Suecia en la que quedó segundo. Pues bien, el chico que ganó, que era orientador, no sabía quién era Pau. No creo que aquí la orientación crezca mucho más, supongo que por una cuestión cultural. Aquí no disponemos de los bosques del norte donde, además, la orientación fue necesaria durante años cuando la nieve hacía desaparecer los caminos y había que desplazarse. Allí en las escuelas es materia obligatoria.
Y leer un mapa da pereza… Supongo que es uno de los principales escollos. Es más exigente que buscar cintas. Se han hecho pruebas para plantear carreras siguiendo un trazado GPS, por ejemplo, pero no cuaja. Las variaciones a seguir cintas no acaban de enganchar. Seguir un trazado no te permite correr a fondo.
¿Cuándo empiezas a correr sin mapa? Utilizábamos las carreras por montaña como entrenamiento para la orientación. Yo conecté con el mundo del trail a raíz de mi colaboración con Salomon, que me facilitaba material y donde, en un momento dado, me ofrecieron la posibilidad de trabajar como “Team manager”. Estaba en la universidad, estudiando INEF, y ni me había planteado qué quería hacer exactamente. Empecé con 16 horas a la semana dedicadas a temas logísticos de los viajes y las concentraciones de los corredores del equipo. Ahí empecé a ir a las carreras (que me gustaba más que estar en la oficina). Por vinculación familiar (mi padre es amigo de Néstor Bohigas) también me vi ayudando, con mi familia, en la organización de pruebas como la Alpin Running Meeting en la Val d’Aran. Ahora la orientación es mi “hobby”. Cuando voy de vacaciones, busco carreras de orientación. Mi nexo con el trail es un trabajo que me proporciona contacto con la naturaleza.
Y desde tu posición profesional ¿Cómo ves darle un impulso a la orientación? Lo vamos intentando. Tenemos pequeñas colaboraciones con orientadores, pero porque hacen
también carreras por montaña. Desde un punto de vista de márketing, el corredor de orientación es especialmente austero. No es un consumidor que deje mucho retorno al territorio ni se gaste mucho en material. Tal vez el punto no está en promover la orientación como tal si no sus técnicas, hacer que más gente sea capaz de leer un mapa y navegar correctamente. Incluso a nivel de material, las tentativas que se han hecho a desde la marca no han fructificado, tal vez porque el material es muy específico, como las zapatillas con clavos metálicos.
A la hora de correr ¿Hay diferencias entre un orientador y un trail runner? Las carreras de orientación son más cortas, pero hay orientadores que lo hacen muy bien en un trail, como Marc Lauenstein, con podios
en Zegama. Algunos orientadores van probando el trail motivados por su mayor repercusión y mejores posibilidades a la hora de plantearse una carrera profesional o semi. Otros directamente cambian, como Antonio Martínez que, directamente, ha dejado la orientación para dedicarse al trail dada la imposibilidad de vivir de ella. En el mundo de la orientación
ha habido muy pocos profesionales y siempre en los países del norte, nunca aquí.
¿Cuáles son tus funciones ahora mismo? Estoy más dedicado al márketing. Tenemos a los atletas del equipo por un lado, y a los llamados embajadores (o influencers”) por otro. Yo me encargo de todos ellos, de darles soporte y coordinarlos. Luego están los eventos en los que colaboramos, en los que lo coordino todo: banderas, notas de prensa , contratos…Lo más próximo que hago ahora como Team Manager es ir a algunas carreras para asistencias en algunos casos. Siempre intentamos verlos no sólo como atletas si no como personas, solemos establecer una relación bastante personal. Sigo teniendo relación incluso con aquellos que ya no son nuestros atletas.
¿Qué le interesa más a una marca, un atleta o un “influencer”? ¿Rendimiento deportivo? ¿O ruido? Cuando un llamado “influencer” realiza una acción, pone algo en redes, llega a mucha gente y, además, es probablemente el perfil de gente que más interesa a una
marca, un perfil más próximo al consumidor final, con poder adquisitivo y un nivel deportivo que no tiene porqué ser alto. En Salomon hemos diferenciado los dos perfiles. Por un lado, los atletas, que gestiono yo, cuyo principal pilar es el rendimiento deportivo. Eso sin olvidar la difusión en redes que suele ser el desencadenante de los llamados “retos personales”. Luego está el departamento “Digital”, donde se encargan de gestionar los llamados “Vips”, de forma que nosotros, los directamente vinculados, no tenemos que decidir cómo se distribuyen los presupuestos. Naturalmente lo deciden más arriba, pero no nosotros. Lo que está claro es que lo importante desde un punto de vista de márketing es el retorno, un deportista puede compartir un vídeo y lo ve una determinada cantidad de gente, pero otro perfil, el llamado “influencer”, comparte un video y todo se multiplica por diez, y los seguidores en redes aumentan en, por ejemplo, diez mil. Esto interesa mucho a los que están arriba del todo, ya no en nacional si no en internacional. A la gente le interesa lo que algunos “influencers” tienen que contar, no necesariamente porque sea interesante, sino porque son excelentes comunicadores. La gente, al parecer, necesita alguien a quien seguir, en quien fijarse. Kilian dice que, al fin y al cabo, lo único que él hace es correr deprisa, pero la gente lo sigue.
Ha tardado en aparecer el nombre de Kilian. Tu empiezas profesionalmente cuando se gesta el que hasta ahora ha sido el mejor equipo de trail de la historia… Yo empecé cuando Kilian aún no había explotado. Empezaba a dar
se a conocer. Salomon Santiveri era el mejor equipo del mundo: Kilian, Iker, Miguel, Tòfol… Ahora ya no es así. Hay más equipos y por tanto más disgregación de atletas. Hay muchos más corredores. No se puede tener eso por siempre. También hay que decir que en ese momento Salomon era la única marca que apostaba de esa forma por el trail, con lo cual
tenía todos los atletas que quería o necesitaba. Durante mucho tiempo, las posiciones de cabeza en muchas carreras estaban copadas por corredores de nuestros equipos. Ahora nuestra tendencia es apostar por carreras no tan largas, la ultradistancia aporta muy poca emoción al espectador, muchas veces el ganador se escapa en los primeros kilómetros y ya está. Las carreras más cortas dan más juego, a pesar de que haya diferencias siempre son más pequeñas, de ahí el concepto de las Golden Series. Incluso empieza a haber organizaciones que van conteniendo los kilometrajes, eso no implica que las carreras largas no tengan sentido. Seguro que cualquier marca querría poder tener el UTMB entre sus patrocinios, pero el error está en la idea de hacer kilómetros por hacerlos, el “vamos a hacer una carrera de 100 kilómetros”. Es absurdo. Es el recorrido el que debe marcar los kilómetros, y no al revés. Eso pienso que es aplicable a los retos personales. Plantearse ciertas distancias, tal vez tiene sentido si el recorrido es lógico, cruzar un país, por ejemplo, pero cuando
hay que empezar a dar vueltas o a rebuscar el itinerario para sacar kilómetros…En montaña, los estándares de distancia no tienen sentido, pensar que “tiene que ser una maratón” es absurdo.
Pareces omnipresente en todos los retos personales que se plantean los atletas… Esto lo hago porque me lo paso bien. Este verano, como no había apenas carreras de orientación, he colaborado en los proyectos personales de varios atletas. Les puedo ayudar en varios aspectos, y uno de ellos es la filmación. No hay mucha gente que grabe y pueda correr un tramo al ritmo requerido. Esto ha dado la posibilidad de ofrecer imágenes que, hasta un cierto momento, no eran comunes, y le ofrece al espectador una visión muy próxima a lo que el atleta está viviendo.
¿Cómo entras en el mundo del vídeo? Cuando aparecieron los estabilizadores para las cámaras pequeñas, me dejaron uno y me pidieron que grabara algo mientras trabajaba con los más jóvenes del equipo. Estoy acostumbrado a correr con cosas en la mano, un mapa, una brújula, y no mirar mucho el
suelo. Luego en una Ultra Pirineu me dieron también una cámara para que grabara, y grabé el último descenso de Txus Romon. Luego me saqué el carnet de piloto de dron. He hecho algún pinito en el mundo de la edición, pero me di cuenta de que lo que hacía no daba la talla, con lo cual siempre edita otro. Además, estar frente al ordenador no es lo que me gusta, pero de todos modos me estaría bien tener la capacidad de hacerlo bien. También me gusta estar al día en temas tecnológicos vinculados al vídeo. Con cámaras de 360º he hecho el recorrido de Zegama, el Monte Perdido, el Pedraforca, la Pica de Estats y el Pessons en Andorra en plan “Street view”. Le resta un poco de descubrimiento, pero siempre puedes optar por no verlo, y le ofrece la experiencia a gente que de otro modo no podría verlo, o gente que quiera prepararse.
En proyectos personales y desde un punto de vista deportivo ¿Piensas que vale todo? Ahora ha habido una eclosión de proyectos personales porque no hay carreras, los corredores quieren hacer algo y las marcas necesitan contenidos. La solución son
los récords, los MTC, que en algunos casos son relativamente fáciles de batir, porque cuando se hacían antes era entre carreras, y difícilmente el corredor estaba en una punta de forma. En estos meses se ha buscado esta punta. En montaña es difícil buscar condiciones neutras. Algunos récords, como el del Aneto, fueron establecidos en carrera, al actual no, esto marca una diferencia. También hay que ver desde dónde hasta dónde se hacen exactamente cada vez. Y algunos son récords simplemente porque no hay un tiempo anterior registrado. Es complicado, pero, al fin y al cabo, por un lado hay una finalidad que es generar contenido para márketing, y luego se trata, como corredor, de llevar a cabo una actividad motivadora. Después está también el nivel de honesti
dad de cada uno; es muy fácil hacer trampas en este tipo de actividades. Además, sin tener que hacer trampas, ahora es más fácil, por ejemplo, tener claro que no se está fuera del itinerario usando un GPS. Creo que, en el caso de algunos de esos tiempos, los corredores
“El nivel medio ha subido mucho” que los establecieron eran gente muy potente, tanto como los mejores corredores actuales. Pienso que lo que ha cambiado es que esos corredores antes eran muy pocos y ahora son más, el nivel medio ha subido mucho sin que el tope haya cambiado demasiado.
La esencia es la proyección mediática Hasta no hace mucho, a nivel de ventas el “running” era el asfalto, ahora la cosa ya va, más o menos, al 50%. La montaña se está llevando una parte significativa del pastel. Al atleta de asfalto le es más difícil generar contenido que al corredor de trail. La cantidad de seguidores en redes son la muestra. Eso hace que las marcas apuesten cada vez más por el trail. La Maratón de Barcelona hace años que se retransmite por la televisión catalana, mi duda es, si todo se va decantando hacia el trail, si veremos este tipo de retransmisiones. La montaña plantea muchas dificultades, pero ya se han hecho experimentos en directo con pruebas como la Olla de Núria, que tuvo más audiencia que la Maratón de Barcelona, o la Sky Pirineu. El interés existe. Por otro lado, y a nivel puramente deportivo, la retransmisión de una carrera de asfalto es más
emocionante porque el nivel medio es más alto, en 10 minutos entran un buen grupo de corredores en meta. En trail, es habitual que unos pocos corredores, o uno solo, se escapen en los primeros kilómetros y se acabó la emoción. Esa posibilidad de retransmitir sería una de las claves de cara a unos Juegos Olímpicos, pero las características necesarias convertirían a la carrera en un cross y se perdería la esencia del deporte. Lo ideal sería que la modalidad olímpica fuera lo más próximo posible a lo que es una carrera de trail, pero es poco posible. Por otro lado, las marcas no están mucho por el tema porque sus esponsorizados no pueden promocionar la marca en unos Juegos Olímpicos porque hay un patrocinio de país. Si como marca no puedes comunicar el evento más importante no está claro que sea interesante, aunque a largo plazo tengas más beneficios. No sé. Luego habría que ver, en ciertos países, como lo haces para montar un recorrido si el terreno no acompaña.
El solo hecho de que no haya asfalto ¿Lo convierte en trail? No. Creo que el término está asociado a la montaña. Correr por una vía verde, no es trail. En este aspecto, históricamente la ISF ha sido más cerrada y el resto de entidades o federaciones han abierto más la definición. Pero no nos engañemos, el volumen de negocio no está en el “skyrunner” puro, si no en el que corre por montaña media o baja, o por una vía verde o por un parque. Es un público que no tiene nada que ver con el que corría hace una década. Es de origen más urbano, y la imagen y el postureo cobran mucha importancia. Pero mucha gente ha derivado sus hábitos hacia opciones más saludables, y eso es siempre bueno. Cuando estudiaba INEF, era el único que salía regularmente a correr. Ahora me encontrado en carreras a muchos de mis compañeros.
Desde un punto de vista profesional ¿Cómo ves el panorama postpandemia? La pandemia ha obligado a todos a reinventarse. Desde Salomon empezamos enseguida a ofrecer alternativas practicables desde casa. Seguimos en ello. Hasta ahora nuestro pilar comunicativo eran los corredores en las carreras, ahora tal vez tenemos que buscar por el lado de esos retos personales, proponer ¿Por qué
no? Carreras cerradas a corredores de élite como acción de márketing. Potenciar el tema aire libre desde un punto de vista más amplio. Desde un punto de vista de márketing, hay opciones a las carreras, la montaña es mucho más amplia.
¿Y más allá del mundo profesional? Supongo que tarde o temprano volveremos a una cierta normalidad. No se si en un año o en cinco. En este tiempo, algunas carrer a s d e s a p a r e c e r á n , o t r a s sobrevivirán, pero todas cambiarán de un modo u otro el formato: avituallamientos individuales, recogida de dorsales fraccionadas… Tal vez el aspecto festivo de las carreras, conciertos, etc, desaparezca. El problema es que algunas carreras soportarán no haberse celebrado un año, ¿Pero dos? Los organizadores que no vivan de ello está claro que lo tienen más fácil. Supongo que ahora es el momento de repensar ciertas cosas. Muchas carreras deberán ajustar costes, y tal vez desaparecerán, por ejemplo, las camisetas de regalo, la llamada bolsa del corredor. También hay que decir que ha llegado un punto que estos obsequios se han convertido en una especie de obligación que se come el propio mercado. Si regalas camisetas, no vendes camisetas.
¿Qué cambiarías en el mundo del trail? Habría que buscar fórmulas para incidir menos en el medio ambiente. No sólo en el trail. Cosas como tomar un avión sólo para hacer una carrera y volver, por ejemplo. Y aquí entramos todos. A nivel profesional, buscar fórmulas para realizar acciones de márketing sin que cada temporada sea necesario renovar sistemáticamente casi todos los productos. El trail es una actividad muy simple que hemos ido complicando entre todos. Más allá del proyecto puntual, es posible disfrutarlo más cerca de casa. Me preocupa cada vez más cual es mi aportación al entorno cuando hago algo. Ahora estamos trabajando en unas zapatillas reciclables, pero deberíamos trabajar también en unas recicladas. También hay que seguir trabajando en corregir esa imagen masculina del deporte.
Un libro: Nacidos para correr, de Christopher McDougall Una película: Touching the void, de Kevin McDonald Música: El Pot Petit
