2 minute read

EDITORIAL

POR EL BIEN DE TODOS

Y seguimos.

Advertisement

El tema parece que va para más largo de lo que todos pensábamos al inicio y, por tanto, habrá que adaptarse.

En estos últimos meses, se han ido celebrando algunas carreras. Con todas las precauciones que la situación requiere. Todas. No hay constancia de que ninguna de ellas se haya convertido en el origen de un rebrote, en un foco de infección.

La gente tiene que acumularse, por obligación, en transportes públicos deficientes para ir a ganarse la vida, pero no puede realizar actividad colectiva al aire libre, ni tomando todas esas precauciones que no puede tomar en otros ámbitos.

Prácticamente todos los sectores profesionales se han visto afectados por la pandemia, y la organización de pruebas deportivas es uno de los más golpeados. Solemos relacionar las carreras con buen rollo, voluntariado, clubes… Pero detrás de todas las carreras hay gente que trabaja y que ahora no puede hacerlo, ni cumpliendo todas las exigencias sanitarias solicitadas, porque los mismos estamentos públicos que las solicitan, después no conceden o, lo que es peor, retiran los permisos, a pocos días de la celebración. Nadie quiere arriesgarse a ser “el foco”.

Y en todas las carreras hay gente ganándose la vida. Todas. Por modesta o “sin ánimo de lucro” que sea. Porque en todas hay servicios específicos a contratar para ser realizados por profesionales.

Nadie pone en duda que la situación es grave, y que tal vez aún no sea el momento de celebrar ciertos eventos o de celebrarlos de cierta manera; concentrar mucha gente o traerla de todas partes no es, de momento, buena idea. Pero eso no quiere decir que no se puedan celebrar carreras con ciertas condiciones.

Y no nos engañemos, la imagen de carreras multitudinarias, con muchos centenares, véase miles, de corredores en una salida, nunca se ha correspondido con la realidad global de las carreras por montaña. Son la excepción y siempre lo han sido. La gran mayoría de las muchas carreras que se celebran habitualmente, están sobre los 200 o 300 corredores o incluso menos. Números relativamente fáciles de gestionar a la hora de evitar aglomeraciones durante la prueba.

El sector de las carreras por montaña tal vez no sea económicamente muy significativo, pero si lo es el sector de la organización de eventos deportivos al aire libre. En Catalunya y Canarias ya existen asociaciones de organizadores de eventos y carreras. Y en Canarias es especialmente activa. Tal vez sería el momento de ir tomando ejemplo.

This article is from: