14 minute read

ENTREVISTA JORDI SARAGOSSA

Next Article
EDITORIAL

EDITORIAL

JORDI SARAGOSSA “Me vi en el lugar preciso y en el momento correcto.”

Texto y fotografía: Quim Farrero

Advertisement

Jordi Saragossa (Barcelona, 1988) es, probablemente, el fotógrafo más popular del mundo del trail. La calidad de sus imágenes, su actividad en redes, su amistad con Kilian Jornet y su carácter son las claves de esa popularidad. Directo y extrovertido (demasiado para algunos), su franqueza no siempre le abre puertas, pero para eso es la sinceridad, para abrir sólo las que deben estar abiertas. Jordi tiene eso muy claro. Entrevistar a alguien a quien conoces y con quien has compartido muchas horas no es fácil, hay que ponerse en la piel de quien no lo conoce. Lo que si es, como siempre con Jordi, es divertido. Amigo de sus amigos, una trayectoria brillante basada en una cierta habilidad para estar en el sitio preciso en el momento justo, lo ha llevado a ser espectador privilegiado de la vida de muchos de los corredores de élite de nuestro mundillo, tanto en carrera como entre bambalinas. Antes, durante y después del espectáculo.

10 años fotografiando trail… Si. Empecé en 2010 con un trabajo de la asignatura de reportaje de la escuela de fotografía donde estudié, el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya (IEFC). A raíz de otro trabajo que había hecho y con el que disfruté mucho, le comenté a mi profesor, Carles Costa, la posibilidad de emprender otro proyecto vinculado, en este caso, al trail con Kilian Jornet como sujeto principal. Me puse en contacto con él, se lo propuse, aceptó, y así comenzó todo, en el UTMB de 2010 que se canceló por mal tiempo, tras lo cual nos fuimos al Trofeo Kima, a pesar de que el UTMB se reinició al día siguiente desde Courmayeur. En general todo fue bastante mal en base a lo previsto, pero a Greg Vollet, responsable del equipo de Salomon Internacional le gustaron las fotos que vio y que yo le había pasado a Kilian a nivel personal y me propuso contratarme para el año siguiente para que Salomon pudiera disponer de las imágenes. Ese es el año en que inicio mi carrera como fotógrafo profesional vinculado al trail de la mano de Salomon Internacional, de forma que durante unos años la cantidad de carreras para las que me contrataban fue subiendo progresivamente, hasta doce (si mal no recuerdo) en 2014.

Hasta llegar a 2020 … La cosa pintaba bien al inicio, al punto de ser el mejor de esta década. Este año había mucho presupuesto para hacer muchas cosas, lo que representaba muchos días de trabajo para mí. Al final ha quedado en lo que ha quedado. Ninguna carrera como tal y algunos proyectos puntuales, como el récord de Davide Magnini en el Stelvio o sesiones puntuales con atletas como François d’Haene y alguna cosa más como la prueba en Azores. El volumen de trabajo previsto disminuyó mucho, pero a pesar de todo Salomon se ha portado muy bien y he podido, más o menos, salvar el año. Confiemos en el 2021 que, a pesar de la incertidumbre, debería pintar mejor.

Mucha gente cree que eres mayor de lo que realmente eres… Creo que el hecho de haber comenzado muy joven propicia esa percepción. Mucha gente ve mis imágenes desde hace años y, si no me conocen, hasta cierto punto es normal que crean que soy mayor de lo que soy. Se asocia experiencia con edad. Y todo se debe a que en un momento determinado me vi en el lugar preciso en el momento correcto. Alguien que lleva 10 años trabajando para Salomon, tiene que ser un tipo mayor que yo, pero de hecho, antes de empezar con Salomon, ya había montado una empresa de servicios fotográficos (“Fotosíntesi”) con unos compañeros de estudios y cuando empezaba a funcionar, lo dejé para trabajar con Salomon. Aunque visto en perspectiva pueda no parecerlo, no fue una decisión fácil. Allí también aprendí mucho. Ahora mismo, me veo en esa época como un chaval súper motivado intentando fotografiarlo todo, de forma casi compulsiva. Me obsesionaba tener fotos de todo, los atletas corriendo, descansando, comiendo… Luego aprendí también a buscar mi tiempo, a convivir con ellos más allá de mi trabajo. Ahora me lo planteo de otra forma. Cuando voy a una carrera ya se qué tengo que contar y cómo y, sobre todo, qué no hace falta contar, con lo cual se que hay momentos en que no toca fotografiar. No me gusta que el cliente esté pendiente de si hago o no fotografías. Yo sé, porque es mi trabajo, cuando tengo que hacerlas. El cliente debería preocuparse sólo del resultado

final en base a qué ha pedido que se fotografíe, no de sugerir cuándo o cómo hay que tomar una fotografía. No me gusta que me lo digan. Estar en el lugar y vivir la experiencia es básico para fotografiar, y eso implica no estar siempre fotografiando. Además, eso reduce el material generado y agiliza el trabajo posterior.

Ser un fotógrafo muy asociado a una marca ¿Te ha representado un inconveniente para otros proyectos profesionales? No, al contrario, porque justamente el estar asociado a una marca importante es lo que lleva a muchos a buscarme dentro de este mundillo. Trabajar para una marca importante da muy buena imagen, te ven como un referente. En general me ha abierto puertas, de la misma forma que lo ha hecho que me asocien con Kilian. Al inicio es algo a lo que no di importancia, me propuse el proyecto con Kilian por casualidad, yo sabía poco de trail y, a pesar de que Kilian empezaba a ser conocido, no era lo que es ahora. Fue coincidencia. Recuerdo que mi primer contacto con Kilian fue a raíz de que yo era monitor en un grupo excursionista de mi barrio y, creo que, en 2009,

celebrábamos el décimo aniversario y propuse traer a un par de deportistas punteros a dar una charla para los chavales. Contactamos con Esther Sabadell, una alpinista, y con Kilian Jornet. Rápidamente los dos me dijeron que sí. La charla con Esther no despertó mucho interés en los chavales y le mandé un mail a Kilian para anularlo. Ese fue nuestro primer contacto. En uno de esos mails, le propuse, ya que yo solía ir con mi familia a Chamonix en verano, encontrarnos allí y conocernos. Conectamos enseguida, supongo que porque somos de la misma edad y en ese momento Kilian vivía rodeado, principalmente, de gente mayor que él. A partir de ahí me fue fácil proponerle mi proyecto fotográfico el año siguiente. Desde entonces siempre hemos mantenido una relación muy próxima. Ahora todo sería mucho más complicado. Si no se hubiera dado esa situación, ahora probablemente estaría haciendo fotos de cualquier otra cosa.

“Estar en el lugar y vivir la experiencia es básico para fotografiar.”

Tu trabajo te da una visión privilegiada de la élite del trail… Si. Como en cualquier otra actividad, una cosa es lo que vemos o nos muestran y otra lo que realmente es. Una cosa son las imágenes o el video idealizado de algo o alguien y otra cosa es la realidad. Esas imágenes son, en este caso, para eso, para dar una percepción determinada de un personaje. El Kilian que entra en meta, no es el Kilian, digamos real. No es necesariamente que esté haciendo un papel, pero tiene unas obligaciones que cumplir y una imagen que ofrecer al público. No necesariamente está cómodo con lo que hace en un momento dado. Me consta que en algunos momentos ha hecho carreras que no le apetecía hacer, pero es su trabajo. Esta es una situación extensiva a casi todos los corredores de élite, y a unos les gusta más y a otros les gusta menos. A algunos les gusta dar esa visión idealizada y ofrecen una imagen muy diferente de lo que son.

Eso está muy vinculado al mundo de las redes, en el que tú te mueves muy bien … Eso tiene que ver también con la percepción de la gente sobre “lo

“Parece que hay que dar la imagen de que eres el que mejor de lo pasa.”

bien” que viven los fotógrafos, porque sólo se muestra lo positivo, lo bonito. El resto queda para cada uno. Parece que hay que dar la imagen de que eres el que mejor se lo pasa y el que se lleva bien con todos. Y no tiene porqué ser así. Yo puedo mostrar lo positivo o bonito de mi trabajo, pero los que me conocen saben que soy muy directo y no se me da bien pasar por “el que se lleva bien con todos”. Me parece hipócrita. Desde un punto de vista profesional, en este aspecto he tenido la suerte de trabajar siempre para gente con la que me llevo bien y me siento cómodo. Gente que, aunque puedan ofrecer una imagen ante la cámara, tiene muy claro quién es quién y quién hace qué, y cuando toca se relajan y se muestran como son. Fuera de cámara, nunca he tratado a nadie pensando “es el mejor del mundo” o algo parecido. Y si algo no me ha gustado, he podido decirlo. Lo que está claro y no se puede perder de vista, es que un deportista de élite trabaja para una marca vendiendo una imagen.

¿Qué es lo que menos te gusta de fotografiar una carrera? No sé. Tal vez que me dijeran dónde hay que ir, aunque no me pasa casi nunca. Los que me contratan confían en mi y me suelen dar libertad, aunque, bien pensado, lo que menos me gusta es cuando tengo que estar rodeado de gente que yo considero “tóxica”. Me cuesta mucho. Es un mundillo pequeño y todos nos conocemos, para bien y para mal. Y yo me fijo mucho en las cosas, y tengo un punto temperamental que algunos colegas, medio en broma, explotan. Por otro lado, que una carrera no esté bien organizada y te tengas que buscar la vida para que alguien te haga caso, te facilite la acreditación etc, creo que forma parte del trabajo de un fotógrafo: hay que saber buscarse la vida. Me gusta. ¿Y lo que más disfrutas? Es difícil de decir porque disfruto de casi todo. Me gusta estar con gente con la que comparto una cierta filosofía de vida o pasiones,

como podrías ser tú o Ian (Corless). Gente con la que puedes tener puntos de vista diferentes, pero con los que, en cualquier caso, te entiendes. Disfruto viendo cómo trabaja, uno, cómo trabaja el otro. Los diferentes planteamientos que cada uno tiene para, en definitiva, llegar a un objetivo común. Uno fotografía mucho, otro fotografía menos, uno lo hace de una manera y el otro de otra. Probablemente esto es lo que más me gusta. La interacción social con la gente que me gusta del mundillo es lo que en los últimos años ha tejido mi red social, mi “grupo de amigos” aunque vea mucho a algunos y poco a otros. Y a pesar de todo, me gusta muchísimo trabajar solo en el sentido más amplio, no sólo fotografiar si no también gestionarlo y prepararlo todo yo. Es vivir la experiencia completa. Si alguien, por ejemplo, me buscara las localizaciones, ya no sería lo mismo. Incluso conducir, buscar cómo llegar al lugar es interesante. Pero bueno, en algunas carreras trabajas solo y disfrutas de una forma y en otras trabajas acompañado y disfrutas de otra manera.

“Me gusta estar con gente con la que comparto una cierta filosofía de vida.”

¿Te gusta que los corredores reaccionen cuando te ven en una carrera fotografiando?

A mí, el tipo de corredor que yo persigo habitualmente, me interesa que reaccione, que ofrezca algo a cámara, para generar alguna conexión con el espectador.

¿Alguna trabajando vez te has visto superado por las circunstancias? No hace mucho en Azores. Lo pasé mal de verdad. Hacía mucho frío y mucho viento, en un lugar muy enfangado, plantado esperando a los corredores. Cuando llegaron estaba temblando sin control. Creo que es la vez que lo he pasado peor. Cuando hace mal tiempo y sólo te tienes que preocupar por la supervivencia del material, pero tu estás medianamente confortable, pase, pero cuando en esa misma situación lo estás pasando mal y al final incluso te olvidas de la cámara, es muy duro. “Lo importante es la cámara, no el fotógrafo” pero tú has cambiado varias veces de equipo… Los cambios a veces se dan por razones comerciales. Uno de los cambios fue debido a que una marca me patrocinó por un tiempo. Otro cambio fue debido a que me

“Es raro ver una meta interesante.”

robaron todo el material y empecé de nuevo y, finalmente, el último, con el que trabajo actualmente que vino ligado a la posibilidad de conectar la cámara con otro dispositivo. Y aunque lo importante es el fotógrafo, como profesional está claro que lo que interesa es trabajar con el mejor material posible, con el que te sientas más cómodo. Aunque eso no implique que tengas que hacer mejores imágenes, si trabajarás más a gusto.

¿Qué esperas de una organización en una carrera? Que me paguen la factura (risas). Bromas aparte y en general, probablemente lo que más me gusta es que pongan unos medios mínimos a mi disposición, alojamiento y vehículo, y, a partir de ahí, se olviden de mí. Obviamente no siempre es así, y eso no quiere decir que no esté bien. En algunas carreras se agradece no tanto el soporte extra, un conductor, por ejemplo, como la posibilidad de compartir unas horas con alguien con quien te lo pasas bien, a pesar de que esto implica el riesgo de lo que comentaba antes: que el cliente se pase el rato diciéndote qué o cómo tienes que fotografiar. Pero todo esto es así en base a mis

necesidades a la hora de trabajar: yo por ejemplo, suelo estar pendiente del seguimiento de los primeros. En tu caso, no sueles estar vinculado a los primeros si no a una visión más genérica de la carrera, eso plantea necesidades diferentes muchas veces. Yo me tengo que mover con mucha agilidad y eso, cuanto menor sea el grupo, mejor. Sobre todo, si los componentes de ese grupo no son profesionales. Esa necesidad de seguir la cabeza de carrera implica muchas veces tener que estar en meta, algo que no me gusta y que es difícil hacer entender a los organizadores cuando lo que buscan es un determinado tipo de imagen. Meta y entregas de premios, tal vez sean necesarias, pero no son una buena inversión cuando implican perder imágenes del resto de carrera. Es raro ver una meta interesante, aunque, al fin y al cabo, no deja de ser una competición y la meta es el objetivo. Pero como hay que ir, se va. Y eso implica trabajar con más gente que no siempre sabe cómo moverse o gestionarse. La ventaja es que, a estas alturas del partido, aunque no siempre, la gente que te reconoce como profesional suele tener algo de respeto y, por lo menos, no te dificultan el trabajo. Pero no siempre es así.

También tienes una vida deportiva … Mi familia es de ir a la montaña y me gusta. No necesariamente para ir a correr. Como punto de vista personal, tiene algo de absurdo salir de un lugar para, automáticamente, proyectar todos tus esfuerzos en cuándo volverás a estar allí, cuando lo interesante es lo que pasará mientras. Yo corro porque me interesa mantenerme en forma, pero me gusta moverme por la montaña con calma. Además, soy muy poco constante entrenando: cuando me veo bien, me da la sensación que entrenando pierdo el tiempo y lo dejo. Y vuelta a empezar. Ahora mismo, a raíz del confinamiento me he vuelto a poner en ello y, de hecho, incluso me he apuntado a una carrera.

“Esto tiene fecha de caducidad” es una frase tuya en otra entrevista… Está claro. Todo tiene su momento. Durante unos años, mi trabajo iba muy vinculado a seguir a Kilian. Ya no es así. Eso ha caducado en cierta forma, y Salomon me ha abierto la puerta a otras posibilidades, otros corredores. Yo viví una especie de “boom” al inicio por mi vinculación con Kilian y porque éramos pocos fotógrafos. Tú lo sabes mejor que yo. De todos modos, la frase puede tener más que ver en mi trayectoria como fotógrafo. Me siguen gustando mucho las carreras, pero cada vez hay más cosas que me interesan como fotógrafo más allá de esas carreras. De hecho, últimamente me planteaba la posibilidad de un año sabático de pruebas de trail, algo muy difícil para un autónomo porque con casi total seguridad, implicaría perder un cliente. La pandemia me ha dado este año sabático si o si, y sin perder el cliente.

Un libro: El mecanoscrit del segon origen, de Manuel de Pedrolo Una película: La vida secreta de Walter Mitty, de Ben Stiller Música: Michael Jackson

This article is from: