Sumario Semana Santa Mérida 2014
Saluda del Arzobispo · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 4 Saluda del Vicario Episcopal· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 5 Saluda del Alcalde · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 6 Saluda del Delegado Episcopal · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 7 Saluda de la Junta de Cofradías · · · · · · · · · · · · · · · · · · 9 Pregonero 2014 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 10
Artículos Radio María, evangelizando desde las ondas· · · · · · · · · · · · · · 12 La Cofradia Ferroviaria y el año de la fe · · · · · · · · · · · · · · · · 14 Apuntes para la Historia de las cofradías de la Semana Santa de Mérida· · 15 Cofrades Solidarios, Cofrades Dichosos. · · · · · · · · · · · · · · · · 17 Seis años de intensa actividad en la Agrupación Arciprestal de Hermandades y Cofradías · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 18 Miscelánea Cuaresmal· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 20 Derecho a vivir vs derecho a nacer· · · · · · · · · · · · · · · · · · · 22 El “otro” viacrucis· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 23 El 1º Canto del siervo en el lunes Santo· · · · · · · · · · · · · · · · · 24 El simbolismo de los objetos, en las representaciones de la Santa Cena· · 26 En verdad Cristo ha resucitado ¡Aleluya! · · · · · · · · · · · · · · · · 28 La Virgen de la Salud de Esparragalejo· · · · · · · · · · · · · · · · · 32 El cuarto “Hágase” · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 34 Te parecerá increíble, Patro · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 35 Kyrios, Kairós y el Triángulo Equilátero Pitagórico, aportaciones idolátricas al conocimiento de Dios· · · · · · · · · · · · · · · · · · · 36 Semana Santa y religiosidad popular en Mérida · · · · · · · · · · · · 38 Restaurada la imagen de Jesús Nazareno del Silencio, de la Hermandad del Calvario· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 40 La Santa Cruz, La Santa Misa· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 42
Cofradias Cofradía del Calvario · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 44 Cofradía del Nazareno · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 45 Cofradía Ferroviaria · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 46 Cofradía Infantil · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 47 Cofradía del Prendimiento · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 48 Cofradía de la Vera Cruz · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 49 Cofradía de las Tres Caídas · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 50 Cofradía de las Lágrimas · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 51 Cofradía de la Cena · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 52 Pregón de Semana Santa 2013 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 53 Pregón del Costalero 2013 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 56
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• Edita: Junta de Cofradías de Mérida • Foto portada: Cartel de la Semana Santa Mérida 2014. Nuestra Señora de las Lágrimas. (J.M. Romero). • Coordinación: Mario Hernández Maquirriaín. • Fotografías: J. M. Romero, Manuel Molina Bolaños, Mario Hernández Maquirriaín, Brigido Fernández y Archivo Junta de Cofradías. • Diseño e impresión: Editorial MIC • D.L.: BA-137_2013
Semana Santa Mérida 2014
Procesiones, ¿para qué?
Saludo del Arzobispo a todos los cofrades y demás lectores de estas páginas
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e dicho en distintas ocasiones que las procesiones de las Cofradías y Hermandades, tanto de Pasión y de Gloria, como de los santos Patronos de los pueblos constituyen o deben constituir verdaderas catequesis en plena calle. Tienen el privilegio de ser presenciadas por muchísimas personas de diferentes edades. Entre ellas hay creyentes y no creyentes, fervientes cristianos y personas alejadas de la práctica religiosa. A todos ellos puede llegar el mensaje del amor y de la misericordia de Dios y del triunfo de Jesucristo en la resurrección, que es fundamento de nuestra esperanza en medio de todos los males. Finalmente puede llegar también el testimonio de los santos que han dado su vida por Jesucristo y se han entregado plenamente a difundir el Evangelio.
bilidad de todos, pero especialmente de los miembros de las Juntas directivas, es buscar la forma para dar cauce a las oportunas revisiones; para procurar, con buen tacto, las reformas necesarias; y para lograr los cambios que actualicen la fuerza de signo evangelizador que es propia de las Cofradías y Hermandades. Todo ello, que es una condición básica en la vida ordinaria de las Cofradías y Hermandades para ser fieles a su identidad y a sus fines, se presenta con especial urgencia en estos tiempos. Desde que Juan Pablo II hizo la llamada a emprender una Nueva Evangelización, los Papas no han cesado de insistir en la responsabilidad evangelizadora de las personas y de las instituciones cristianas. Cada una deberá llevar a cabo este cometido de una forma concreta según su peculiaridad y estilo. Pero es imprescindible que todos estemos convencidos de que, sin cumplir con ese fin, las fiestas cristianas de arraigo popular pierden su genuino sentido. Con ello pueden ser motivo de que el testimonio cristiano, arraigado en el alma del pueblo, se deforme y se vaya perdiendo.
Esta realidad y el eco social que tienen las Cofradías y Hermandades debe hacernos pensar. En el curso de la reflexión brotarán inevitablemente unas preguntas: ¿son nuestras procesiones lo que están llamadas a ser? ¿qué tendríamos que cambiar, suprimir o añadir, o simplemente perfilar o cuidar con más esmero?
Queridos cofrades: la Iglesia mantiene su confianza en vosotros y en vuestra actividades. Se preocupa de ayudaros como corresponde según sus posibilidades en cada momento y lugar. Asumid esta responsabilidad en la que se manifiesta la confianza que el Señor y la Iglesia han puesto en vosotros.
La respuesta no es fácil. Hay muchos factores en juego: el diverso talante y la distinta vinculación cristiana de quienes integran estas asociaciones; la combinación entre el respeto a las tradiciones y la reforma de lo que ha evolucionado incorrectamente; la preparación de los cofrades que son el alma de las procesiones, etc. Aunque parezca difícil y entretenido atender a todos estos requerimientos, es necesario que los tomemos en serio. De ello depende el verdadero sentido de las procesiones. Ahí se encuentra, a la vez, su función principal. La responsa-
Con mi saludo, desde estas páginas de vuestro Boletín, quiero haceros llegar mi aprecio y mi bendición.
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Santiago. Arzobispo de Mérida-Badajoz
Organizar la vida de las cofradías desde Cristo, centro de nuestra Fe A Semana Santa Mérida 2014
ún resuena en nuestro corazón el Vía Crucis que celebramos en el mes de octubre pasado con motivo de la Clausura del Año de la Fe. Los cristianos de Mérida que viven su fe desde la religiosidad expresada en las Hermandades y Cofradías de la ciudad, recibían un aldabonazo que llamaba la atención sobre la esencia de nuestro ser cofrade: somos hombres y mujeres que confesamos que Jesús de Nazaret, el Crucificado, está vivo, ha resucitado. Desde la fe, con Cristo y con los hermanos que sufren, con todos los que esperan, con todos los que trabajan para adelantar su Reino, de la mano de María Santísima, subimos un año más al Monte Calvario a la espera del triunfo glorioso de la Resurrección. De nuevo, en plena Cuaresma, la Iglesia nos recuerda la necesidad de volver nuestro corazón a Dios, para beber de la única fuente de agua viva, Cristo. Para no contaminar nuestra vida y nuestra fe con otras aguas, por muy cristalinas que se nos presenten. “La Cuaresma, dice el Papa Francisco, es para ajustar la vida, organizar la vida, cambiar la vida, para acercarnos al Señor”. A eso somos invitados, a organizar nuestra vida desde Dios, a pensar nuestras Cofradías desde Dios, a buscar los medios que estén a nuestro alcance a fin de que quienes se relacionen con las Hermandades y Cofradías se encuentren con el Dios de Jesucristo. Soy consciente de que durante los últimos años las Hermandades y Cofradías de Mérida han buscado por diversos medios implicarse en el proceso de renovación que nos pide la Iglesia. Quizás, por eso mismo, secundando llamadas del Papa Francisco y de nuestro Arzobispo, los cofrades de Mérida han buscado caminos de formación, vías de solidaridad para ejercer la caridad y, sobre todo, caminos de unidad. Caminos, a fin de cuentas, que no buscan otra cosa que “ajustar la vida, organizar la vida” desde Jesucristo, Nuestro Señor, que es nuestro centro, la razón de ser de nuestras Hermandades. La nueva Directiva de la Agrupación Arciprestal y de la Junta Local de Hermandades y Cofradías, a la que felicitamos desde el corazón a través de estas líneas, tiene por delante el reto de seguir avanzando en la dirección correcta, a fin de que nuestras Cofradías respondan al plan de Dios y sean para todos los que se acerquen hasta nosotros presencia de la Buena Noticia de la Salvación traída por Jesucristo, el Señor de todos. Es necesario que desde estos organismos se siga trabajando en la puesta a punto de la vida de las Cofradías: com-
promiso pastoral, unidad con la Parroquia y con la Diócesis, formación, caridad, solidaridad, cultos llenos de vida y de compromiso, unidad de acción y de planteamientos desde Cristo… Todo para hacer de nuestras Hermandades lo que son: Asociaciones públicas de la Iglesia, que se rigen por las normas de la Iglesia, para vivir y testimoniar la fe en Jesucristo y en su Evangelio: «La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con sus Pastores. Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia os quiere… Amad a la Iglesia. Dejaos guiar por ella. En las parroquias, en las Diócesis, sed un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana» (Homilía del Papa Francisco en la Misa con las Hermandades y Cofradías con motivo del Año de la Fe. 5 de mayo de 2013). Porque la fe no es un adorno, dirá el Papa Francisco. Porque en una Hermandad no todo es incienso, ni medallas, ni varas doradas, ni Pasos, ni costal, ni mantos de vírgenes… Todo eso es accesorio. Hay más, mucho más en una Cofradía. Sin la Fe, vivida y celebrada en la Iglesia y con la Iglesia; sin la Fe expresada en actos de amor, de solidaridad y de justicia, sobra todo lo demás en una Cofradía. Sin Cristo como centro, ninguna Cofradía podrá llamarse cristiana: “La fe comporta elegir a Dios como criterio-base de la vida” (Papa Francisco. Angelus del día 18 de agosto de 2013). Purificar nuestros criterios, eliminar aquello que no se ajusta al Evangelio, organizar nuestras vidas y la de nuestras Hermandades desde Cristo, sumando todos, haciendo visible nuestra unión con Cristo, centro y razón de ser de nuestras Cofradías y Hermandades, centro y razón de ser de nuestra vida cristiana. ¡Feliz camino cuaresmal! ¡Feliz Pascua de Resurrección!
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Francisco Manuel Sayago Brazo Vicario Episcopal de Mérida y Tierra de Barros
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Saluda del Alcalde
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Desde el Ayuntamiento que presido ponemos siempre a disposición de las Hermandades cuantas cuestiones puedan ayudarlas en su devenir diario, fundamentalmente en las organizativas. Intentamos, con mucho esfuerzo, ayudarles económicamente en la medida de nuestras posibilidades y reconocemos en ellas a un colectivo comprensivo con la situación económica municipal.
uelvo a asomarme, un año más, a las páginas de la revista que edita anualmente la Junta de Cofradías de Mérida, para saludar a todos los cofrades y a cuantas personas elijan Mérida como punto de destino durante los días de Semana Santa. Siempre he mantenido que Mérida es una ciudad amable, y más amable aún cuando sus Hermandades y Cofradías sacan todo su patrimonio artístico a la calle, fruto del esfuerzo y el trabajo de los cofrades que, año a año, ponen el listón más alto en la consecución de sus objetivos.
Espero, y deseo, que los próximos días puedan desarrollar sus Estaciones de Penitencia sin sobresaltos meteorológicos y que la ciudad se vea desbordada por la afluencia de visitantes que, atraídos por nuestras Hermandades y el conjunto monumental, apuestan por nuestra Semana Santa.
Así, hemos vivido con emoción un año en el que las Hermandades han convertido la sede de la calle El Puente, cedida por el Ayuntamiento, en punto neurálgico de la solidaridad para con los más necesitados. Vimos el 19 de octubre del pasado año el enorme esfuerzo que realizaron las Hermandades de sacar todos los pasos y, como Alcalde, tuve el privilegio de participar, en primera línea, de un piadoso Vía Crucis por el Año de la Fe. Las cofradías convirtieron ese día a Mérida en epicentro de las celebraciones cristianas.
Igual que apostamos nosotros trabajando para que, en un futuro no lejano, sea declarada como Fiesta de Interés Turístico Internacional.
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Pedro Acedo Penco Alcalde de Mérida
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La Piedad Popular en la Exhortación Evangelii Gaudium
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n ciertos ambientes religiosos se ha juzgado casi despectivamente lo que llamamos Piedad Popular. El documento de la Comisión Episcopal de Liturgia (2-II-1967) sobre Evangelización y renovación de la piedad popular la define “como el modo peculiar que tiene el pueblo, es decir, la gente sencilla, de vivir y expresar su relación con Dios, con la Santísima Virgen y con los santos”. (ERPP3) Esta piedad, que no se reduce sólo al ambiente privado e íntimo, sino que tiene también una dimensión comunitaria, “comporta siempre una realidad honda y misteriosa, por encima de todas sus expresiones variadas. Esta piedad es, con frecuencia, una actitud de fe profunda y sencilla, verdaderamente filial y cristiana, pero que no siempre se capta y se valora en una observación puramente externa y superficial” (id). Jesús, antes de subir al Cielo dijo a sus discípulos: “se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”. (Mt. 28,18-20) Los distintos pueblos en los que se predica el Evangelio son sujetos colectivos activos de la evangelización. Cada pueblo desde su cultura y lenguaje han anunciado, el Evangelio recibido, a otros pueblos. El ser humano “es al mismo tiempo hijo y padre de la cultura a la que pertenece”. (Juan Pablo II. Enc. “Fides et ratio”.) Cuando en un pueblo se ha inculturado el Evangelio, en su proceso de transmisión cultural también transmite la fe de manera siempre nueva; de aquí la importancia de la evan-
gelización entendida como inculturación. Cada porción del pueblo de Dios, al traducir en su vida el don de Dios según su genio propio, da testimonio de la fe recibida y la enriquece con nuevas expresiones que son elocuentes. Aquí toma importancia la piedad popular, verdadera expresión de la acción misionera del Pueblo de Dios En la piedad popular puede percibirse el modo en que la fe recibida se encarnó en una cultura y se sigue transmitiendo. Estas ideas nos las transmite el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Las Hermandades y Cofradías son ejemplos concretos de Religiosidad o Piedad popular. Ellas desde su origen han traducido el Evangelio de Jesús en un lenguaje profundo y sencillo entendido por el pueblo. Sus ejercicios de piedad y procesiones son anuncio del Evangelio. Gracias a estas manifestaciones de fe muchos pueblos, principalmente en los que se carecían de sacerdotes se ha podido anunciar a Jesús, y se conserva la fe cristiana. Este modo de evangelizar desde las Hermandades y Cofradías no es sólo
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historia pasada, sino un reto y exigencia en este momento histórico que nos toca vivir. Claro está, para que nuestras Hermandades y Cofradías puedan ejercer esta misión evangelizadora que le es propia, se precisa una verdadera conversión en sus Juntas de Gobierno y en sus hermanos/ as o cofrades. Esta llamada a la conversión es algo que Jesús y su Santísima Madre por mediación de los pastores de nuestra Iglesia constantemente nos están reclamando. Deberemos cambiar muchos estilos y mentalidades, y principalmente nuestros corazones. Tomarnos en serio nuestra fe y nuestro compromiso cofrades. La tarea no es fácil, y podemos decir que escapa a nuestras flacas fuerzas. Pero no olvidemos que tenemos la gracia y la fuerza que nos da el Espíritu Santo si se la pedimos con fe y sinceridad. San Pablo nos dice: “TODO LO PUEDO EN AQUEL QUE ME CONFORTA”. Pedro María Rodríguez Gallego Delegado Episcopal para Hermandades y Cofradías
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Saluda Junta Cofradías
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colaboración y ayuda, sois el mejor activo de las Cofradías y por tanto de la Semana Santa de Mérida.
engo la enorme satisfacción de presentarme y dirigirme a través de la Revista Oficial de la Semana Santa a todos los Cofrades y amantes de esta hermosa tradición de religiosidad popular. El día 18 de Febrero de este mismo año se celebró dentro de la Agrupación Arciprestal de Hermandades y Cofradías la renovación habitual de cargos, tal y como nos marca nuestro Estatuto Marco, ésta se desarrolló dentro de un ambiente inmejorable y con la normalidad que se espera de nosotros y nos caracteriza como cristianos.
Las procesiones, son una manifestación pública de Fe, razón por la que un día decidimos formar parte de una Cofradía, Hermandad o asociación Parroquial y ese es el sentimiento que debe impulsarnos a los Cofrades, pero tampoco podemos olvidar que forman parte de una tradición popular y que esta la debemos mantener con nuestra presencia en ellas. Yo os animo a que participéis masivamente en las Estaciones de Penitencia de cada una de vuestras Cofradías, dando testimonio del compromiso que un día adquiristeis y sobre todo de vuestra condición de cristianos. Sobre todo, en la que nos da verdaderamente el sentido a lo que durante toda la semana santa con tanto ardor vivimos, la Resurrección de Cristo.
Muchas son las ilusiones que tanto los miembros que componemos esta Agrupación Arciprestal y por lo tanto a la Junta de Cofradías, como yo, tenemos depositadas en esta nueva etapa, muchos los proyectos a corto y mediano plazo encaminados a dotar a la Semana Santa de todo aquello que la haga seguir contando y mejorarlo, en la medida de lo posible, con el merecido reconocimiento como una de las tradiciones más querida y respetada en nuestra ciudad. Probablemente, este no sea el mejor momento a todos los niveles sobre todo en la cuestión de fe y la Semana Santa en este sentido también puede sufrir sus consecuencias, por eso, es la ocasión propicia para que la unidad impere en todos los Cofrades, ahora más que nunca, debemos empujar todos en la misma dirección. Por muchos proyectos que tengamos, estos no podrán ver la luz sin vuestra
Que esta Semana Santa, en la que nuevamente nos disponemos a revivir el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, la viváis con fe y amor fraterno, pero que no sea solamente en estos días, sino que, como creyentes y cristianos, sea una constante durante todos los días de los años. Un abrazo.
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D. Luis Manuel Pérez Colomo
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Mario Hernández pregonará la Semana Santa de Mérida 2014
El pregón de la Semana Santa será pronunciado, el 29 de marzo, por Mario Hernández Maquirríain. Licenciado en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, lleva dedicándose a la información cofrade desde el año 1997 en diversos medios de comunicación como Radio Forum, Cadena Cope y Tele Mérida. Hoy en día, es co-director y presentador del programa radiofónico Pasopalio, que se emite en la emisora municipal Radio Forum y portavoz de la Junta de Cofradías, así como vicesecretario de la Cofradía Infantil. Ha sido pregonero del Costalero de Mérida en el año 2001 e instructor del expediente para la declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional para la Semana Santa de Mérida. En la actualidad, el Ayuntamiento de Mérida le ha vuelto a designar como instructor del Expediente para la declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional. Ha representado a la Semana Santa de Mérida en el Encuentro Nacional Cofrade de Marchena en 2012 y ha pronunciado varias conferencias sobre la Semana Santa y presentado numerosos actos cofrades. El año pasado pregonó la Semana Santa de Almendralejo.
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Radio María, evangelizando desde las ondas Radio María nace como radio parroquial en 1982, en la parroquia de Arcellasco d’Erba -en la provincia de Como-, y Diócesis de Milán. Es en esa época, en la que en muchos campanarios italianos, los párrocos colocaban una antena, para alcanzar al mayor número de fieles, especialmente enfermos. Radio María conserva esta característica hasta enero de 1987, cuando se forma la Asociación Radio María, compuesta por laicos y sacerdotes, con el fin de que la radio sea independiente de la parroquia y de que se comprometa en una obra de evangelización a mayor escala. El día 24 de Enero de 1999 comienza Radio María en Madrid, en comunión con las demás Radio María del mundo. “La razón de ser de RADIO MARÍA - dicen los Principios Guía del apostolado de RADIO MARÍA - es la Salvación de las almas, es decir, el anuncio de la conversión proponiendo de un modo nuevo la fe católica a través de la radio”. RADIO MARÍA tiene, por tanto una misión: anunciar el mensaje de salvación, que es Cristo mismo, y es, además, una radio misionera organizada dentro de la familia Mundial de RADIO MARÍA . Para la misión y el apostolado de RADIO MARÍA son imprescindibles los voluntarios y los oyentes. Voluntarios y oyentes que sean capaces de ser portavoces y mensajeros de la salvación de Cristo y que quieran emprender ese camino de conversión. Que nos ayude a crecer para que podamos anunciar la Buena noticia; la conversión, la salvación. Ninguno, ni los voluntarios, ni los oyentes, debemos adaptarnos al espíritu del mundo, aunque estemos en el mundo. Voluntarios y oyentes, tenemos una tarea que hacer: propagar con nuestras vi-
das que somos de Cristo para llegar a ser uno con Él y que el mundo crea. El voluntario es un laico, normalmente con familia y que trabaja o estudia, con la convicción de que el apostolado de Radio María puede ayudar a muchas almas. Cualidad: su humilde servicio en el silencio. Quienes colaboran en Radio María, en sus distintas áreas, son personas que se sienten llamados a un servicio libre y responsable, a un apostolado en el que ofrecen su tiempo, trabajo y talento para la construcción del bien común. El grupo de voluntarios de Radio María de Mérida, se creó el 16 de marzo de 2013, tras unas jornadas de puertas abiertas en la Parroquia de San José gracias a la colaboración de su párroco D. Emilio Sánchez Saavedra. Actualmente la Parroquia de San José es la sede del grupo, donde nos reunimos mensualmente el último viernes de mes por la tarde a las 18:45 horas para organizar el voluntariado. Tenemos el nombre de MARTIR SANTA EULALIA en honor a la devoción de Mérida a esta Santa, Patrona de la ciudad y tenemos como madrinas a las HERMANAS HOSPITALARIAS DE JESÚS NAZARENO, hospitalidad fundada por otro emeritense el Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina. En Mérida y su entorno nos encontrarás en el 96,1 del Dial y también nos puedes sintonizar a través de TDT. Nuestra labor se centra en la difusión de la Radio de nuestra madre. Estamos empezando la labor de transmisión en directo a toda España con el rezo del rosario a las siete de la tarde cuando nos invita la emisora en la casa de nues-
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tras madrinas y en el salón parroquial de San José. Empezamos poco a poco nuestra labor y en un futuro ampliaremos nuestros horizontes con transmisiones en otras parroquias y difusiones en nuevos lugares que den a conocer la existencia de Radio María y su programación a todo el mundo. Para eso necesitamos colaboradores. Anímate. Toda ayuda es bienvenida y necesaria. Puedes ayudar difundiendo la existencia de Radio María en su localidad, en tu entorno. Diligentes y constantes como las “hormiguitas” distribuyendo el material de difusión (estampas, posters, programación, boletín 0) en parroquias, hospitales, movimientos, tiendas, etc. dando a conocer Radio María, como se puede escuchar y los contenidos de la programación. Puedes colaborar directamente con nuestro grupo de voluntarios MARTÍR SANTA EULALIA respondiendo al llamado de la Virgen, con un espíritu de servicio que garantizando la presencia diaria en RM de la oración de Laudes, Vísperas, Santo Rosario y especialmente la Santa Misa transmitida de las parroquias, conventos, centros penitenciarios, hospitales, colegios, etc. Los oyentes pueden colaborar de voluntarios cuando comunican, desde cada localidad donde se oye RM, alguna interrupción o fallo de la señal, llamando al teléfono: 902 500 518 o enviando un mail a incidencias@radiomaria.es Radio María somos todos, te esperamos. Gracias. María Teresa Miralles Quirós Coordinadora del Grupo “Mártir Santa Eulalia” de Mérida.
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La Cofradía Ferroviaria y el año de la fe
En el Año de la Fe, la Cofradía Ferroviaria ha vivido intensamente este acontecimiento, participando en los diversos actos celebrados en la parroquia, conjuntamente con las demás cofradías y asociaciones con las cuales compartimos casa, inicio del Año de la Fe, Semana de la Fe en la parroquia en el mes de octubre, clausura del mismo en el mes de noviembre. Además de asistir a las charlas de los actos interarciprestal de Calamonte y Mérida de la clausura del Año de la Fe, en la Concatedral de Santa María, y sobre todo, el magnífico Vía Crucis Magno celebrado el 19 de Octubre. Debido a este gran acontecimiento, las seis cofradías que tuvimos la salida desde la Basílica de Santa Eulalia, vivimos dos intensamente días de hermandad y fraternidad que se podrían calificar como convivencia de la Fe. Aunque las condiciones climatológicas acaecidas dicho día, no nos acompañaron, y parecía que no íbamos a poder celebrarlo, el Vía Crucis resulto ser una gran manifestación de Fe. Vivida desde las propias entrañas de la Cofradía con respeto y devoción, y de fraternidad con el resto de Hermandades y Cofradías de nuestra ciudad. Fue una magnífica explosión de Fe del colectivo cofradiero. En dicho Vía Crucis, recordamos y manifestamos nuestra fe, la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Pero ¿y María?, ¿qué papel tiene en nuestra Fe?. MARIA DE NAZARET, fue la primera que creyó en la palabra del Padre desde el primer momento, cuando el Arcángel San Gabriel le anunció lo que Dios tenía preparado para ella, concebir y dar al mundo a su Salvador, al Mesías, convirtiéndose así en el primer SAGRARIO de nuestra Fe, y es también la ESPERANZA pues espera en la palabra dada por Dios el momento de su nacimiento. Ella misma nos enseña a creer en él. Siempre ha estado presente transmi-
tiendo a los que le rodeaban su fe en lo que Dios había puesto en manos de su hijo. Les indicó a los criados de las bodas de Caná: “Haced lo que él os diga” (Jn 2, 3). Estaba con los discípulos en el cenáculo después de su muerte esperando a que se cumpliese la palabra dada que envió el Espíritu Santo.
RANZA en su resurrección, demostrando que el AMOR de una madre es HERMOSO, pues siempre confió en su hijo.
Es, la que acompañó a Cristo en el camino hacia el Calvario, convirtiéndose así en su camino de MAYOR DOLOR, camino de LÁGRIMAS, sufriendo AMARGURA cuando lo ve cargando con la cruz, sintiendo MISERICORDIA por todos aquellos que lo insultan cuando es crucificado.
Como madre, sufre las ANGUSTIAS propias cuando depositan el cuerpo inerte de su hijo sobre sus brazos, y experimenta la SOLEDAD cuando es trasladado al sepulcro, pero no está sola, pues momentos antes de que Cristo expire la convierte en Madre nuestra, confiándole su cuidado al discípulo amado. Al ser nuestra Madre se convierte en la AUXILIADORA de nuestros males y esta siempre en un PERPETUO SOCORRO, pendiente de sus hijos, es nuestro PATROCINIO.
Comprende mejor que nadie, que dentro del proyecto de Dios en su anunciación y encarnación, su hijo tenía que pasar por estas vicisitudes y por ello a los pies de la cruz tiene resignación y PAZ, y sobre todo ESPE-
Por todo este ROSARIO de circunstancias, María tiene un lugar importante y destacado en nuestra FE, pues es la que intercede por nosotros ante Cristo, nos lleva hacia él. María se puede considerar como Madre de la Fe.
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Apuntes para la Historia de las cofradías de la Semana Santa de Mérida
“La puerta de la fe” está siempre abierta y es la clave para entrar en la Iglesia de Dios. Introducción de la Carta Apostólica en forma de motu proprio de Benedicto XVI instituyendo el Año de la Fe (Ciudad del Vaticano, lunes, 17 de octubre de 2011) (sic). Entre otras, el Año de la Fe fue una invitación para: - Confesar públicamente nuestra fe en el Señor Resucitado. - Confesar personalmente nuestra fe. - Dar testimonio de nuestra fe. - Intensificar el testimonio de la caridad. Así pareció entenderlo la Junta de Cofradías de esta emérita ciudad y convocó un Vía Crucis extraordinario para unirse a las celebraciones del Año de la Fe y hacer, de este modo, pública manifestación de fe.
A pesar de la intensa y persistente lluvia, quizás el Cristo de los Remedios lo remedió, el Vía Crucis resultó un éxito sin precedentes teniendo gran resonancia no sólo a nivel local, sino también regional y nacional, estando la clave en la buena voluntad y corazón puesto por todos los que participamos en tan magno acontecimiento.
comunidad religiosa que somos, que el Vía Crucis era una de las formas de profesar públicamente el Credo.
de rememorar aquellos “Vía Crucis” con el Cristo de los Remedios, en los años 50 y 60 del siglo pasado.
También y como conclusión de la Carta Apostólica, el Obispo de Roma (entonces Benedicto XVI) nos recordó que la “fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda”.
Finalmente, desearía agradecer a todos cuantos, desinteresadamente, organizaron, colaboraron y participaron (protagonizaron) en la mayor manifestación pública de fe acontecida en esta ciudad.
Para ello la Junta de Cofradías, con la ayuda de muchos, ha intensificado y aumentado su acción de caridad, intentando en lo posible paliar las necesidades de tantos que se han visto, por los avatares sociales, sumidos en una penuria de difícil solución. Pero todo lo anterior, probablemente, no hubiese ocurrido, quiero referirme a la celebración del Vía Crucis, sin la iniciativa del que suscribe al hacer llegar su pensamiento al presidente de la Junta de Cofradías en nombre de la Asociación de Costaleros del Santísimo Cristo de los Remedios, allá por el mes de abril de 2013,; a pesar de que la solicitud iba en el sentido
No podemos olvidar que, así se constató, el verdadero artífice de la solemnidad del Vía Crucis fue el pueblo de Mérida en ese 19 de octubre de 2013. Espero y deseo haya sido el espejo en el que nos miremos en el futuro para confirmar, además de con el engrandecimiento de nuestra única y peculiar Semana Santa, la manifestación pública de nuestros sentimientos que van encaminados a un único y último fin que, como cristianos y católicos, nos llevan al mayor acercamiento de Dios Nuestro Señor. En Mérida Cuaresma de 2014 Norberto García-Camarero Hernández Mayordomo del Santísimo Cristo de los Remedios
Por vez primera, y para que sirva de precedente, la ciudad de Mérida se enseñoreó con una celebración religiosa y social que hizo, contra todo pronóstico, que las calles y plazas estuvieran, diría yo, tomadas por personas de la localidad y muchísimas foráneas, plasmando de una manera personal y gráfica cuál es el pensamiento/sentimiento de la religiosidad de esta emblemática capital. Los que formamos parte de las cofradías, unánimemente, creímos, tal y como nos dijo Benedicto XVI, como
Santísimo Cristo de los Remedios en el Vía Crucis del Año de la Fe, a las 12,15 del 20/12/2013
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Cofrades Solidarios, Cofrades Dichosos
Hace aproximadamente diez años que comenzamos el Programa Cofrades Solidarios, con el que colaborábamos, en la medida de nuestras posibilidades, con el centro de acogida a Transeúntes “Padre Cristóbal de Santa Catalina”, dada la especial vinculación entre Cofradía y nuestro venerado Nazareno, con el Convento-Hospital fundado por la Orden creada por el Beato del mismo nombre. Quién nos iba a decir que diez años después tendríamos que redoblar nuestros esfuerzos. Pero, como ya suponíamos, la crisis está aquí, y se presupone que será larga, y, como siempre, ataca de manera despiadada a los más desfavorecidos. Las instituciones que se ocupan de paliar los efectos de esta plaga se encuentran desbordadas, pero aquí está nuestra denostada Iglesia, como último parapeto contra la marginación y la pobreza de muchas personas, incluyendo la nueva lacra social, la de los “pobres vergonzantes”. Por ello, como cofrades, miembros de la Iglesia, estamos redoblando nuestros esfuerzos para ayudar en estos momentos críticos. Las
Cofradías, bien de manera individual con sus Cáritas parroquiales, bien a través de iniciativas coordinadas por la Agrupación Arciprestal y la Junta de Cofradías de Mérida (Campañas de recogidas de alimentos, material escolar, dulces navideños… etc) se baten el cobre de manera ejemplar todos los meses tratando de socorrer las necesidades más urgentes. En definitiva, están dando la medida de lo que se espera de ellas. El Programa Cofrades Solidarios, capitaneado por la Cofradía de Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor, pero del que forman parte cofrades de todos los colores, y algunos no cofrades, quiere agradecer a todos sus colaboradores, sus aportaciones desinteresadas y su aliento. Gracias a su generosidad, el pasado año se han entregado a las diversas Cáritas parroquiales, al Centro de Transeúntes, y ahora también al Comedor social, los siguientes productos: 2.765 litros de leche, 470 paquetes de galletas, 270 kilos de azúcar, 100 kilos de harina, 162 paquetes de café y 248 kilos
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de carne de pollo. Una ayuda pequeña, pero ayuda para muchos. El Programa quiere revitalizar el antiguo espíritu asistencial y fraterno que animó a lo largo de la Historia la creación de muchas de nuestras actuales cofradías, y que la llamada “sociedad del Bienestar”, había adormecido. Por ello queremos animaros a que participéis, con una pequeña cantidad mensual, nada significativa y que podemos gastar en cualquier fruslería, a seguir trabajando, con la seguridad de que muchos pequeños hacen algo grande, que la ayuda es palpable y llega directamente, a través de nuestras Cáritas, a las personas necesitadas. Si alguno queréis saber de nuestra iniciativa, o participar en el Programa puede contactar a través del siguiente correo (juanmoru1950@gmail.com). Ánimo, ayudando nos ayudamos. Ser solidario cuesta muy poco y es gratificante. Al final, alguien nos lo agradecerá diciendo: “Tuve hambre y me diste de comer…”. Agustín Velázquez
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Seis años de intensa actividad en la Agrupación Arciprestal de Hermandades y Cofradías
Documento de erección canónica de la Agrupación
Edición del Vía Crucis al Cristo de la O escrito por el Sr. Arzobispo
Cartel del Vía Crucis del Año de la Fe
Convivencia cofrade en el Albergue Juvenil
Imposición de nuevas medallas
Asistencia a la Feria Cofrade de Córdoba en el año 2010
Campaña solidaria de recogida de alimentos
Misa de difuntos en El Carmen
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Campaña de recogida de material escolar
Una de las exposiciones que se han realizado con fotógrafos emeritenses.
Declaración de la Semana Santa como Fiesta de Interés Turistico Nacional
Presentación en Marchena
Exposición de enseres cofrades en Cáceres, Cuaresma 2013
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Firma de cesión de la sede de la calle El Puente por parte del ayuntamiento
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Miscelánea Cuaresmal
Si fuéramos….., la Cuaresma sería……. -Si fuéramos automóviles, la Cuaresma sería el tiempo de cambiar el aceite y afinar el motor. -Si fuéramos jardines, la Cuaresma sería tiempo de fertilizar nuestra tierra y arrancar las malas yerbas. -Si fuéramos alfombras, la Cuaresma sería tiempo de darles una buena limpieza con el aspirador o una buena sacudida. -Si fuéramos baterías (acumuladores), la Cuaresma sería tiempo de recargarlas. Pero…, ¡no somos ninguna de estas cuatro cosas!:
-Somos personas que, quizá, muchas veces hemos hecho cosas malas y necesitamos arrepentirnos para “saldar” nuestras cuentas con Dios y con los demás. De aquí la necesidad de hacer en estos días una buena confesión, para reparar. -Somos personas que, muchas veces nos dejamos llevar por nuestro egoísmo y que, por lo tanto, no nos vendría mal empezar a pensar un poco en los demás. De aquí la conveniencia de realizar, en este tiempo propicio, alguna limosna, alguna buena obra en favor de esos posibles indigentes que, como al buen Samaritano, Dios nos pueda poner en nuestro camino.
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-Somos personas que, ofuscados por el vértigo que nos impone el ritmo de la vida, muchas veces podemos perder de vista nuestro verdadero origen y el fin para el que nos puso Dios en este mundo. Y por esa razón, necesitamos de la oración, de ese trato con Dios que tanto nos puede ayudar a recobrar la visión sobrenatural con la que podamos ver y juzgar todos los acontecimientos desde esa óptica divina que nos proporciona las luces de nuestra Fe.
Guillermo Soto
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Derecho a vivir vs derecho a nacer
“El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre”. (Génesis 9:6)
Si queremos ser claros y llamar a las cosas por su nombre, realmente tendríamos que decir que no existe un derecho a vivir, pues la vida es un hecho, constatado y constatable, desde el momento mismo de la concepción. La vida, como hecho, por lo tanto, no es susceptible de reconocimiento, solamente es susceptible de protección. Por todo ello estamos en condiciones de afirmar que lo que el aborto impide no es la vida, que ya existe, sino el nacimiento del “nasciturus”. Actualmente, el ordenamiento jurídico de la nación española, lo que en realidad niega es el derecho a nacer, mediante el exterminio de la vida que ya existe. Ante la injusta y abominable realidad del aborto, nuestra misión como cofrades y cristianos comprometidos no puede ser otra que la de defender el derecho a nacer. En nuestro país hemos asistido a un brutal retroceso histórico con corrientes legislativas y políticas cercanas a corrientes sociológicas que llevaron a la vieja Europa al desastre de la II Guerra Mundial. El odio manifestado por determinadas opciones sociopolíticas y de opinión hacia la religión cristiana, conducen a España a situaciones similares a las vividas en momentos de triste y amargo recuerdo. La búsqueda de la pureza de la raza, mediante la regulación del aborto eugenésico, y el desprecio más
elemental de la vida humana nos conducen, irremediablemente, a un cataclismo social sin precedentes. Las continuas campañas a favor de la eutanasia de los elementos sociales no productivos, son una señal patente más de la peligrosa “hoja de ruta” marcada. Es pues aquí donde nuestra condición de ciudadanos del mundo y a la vez cristianos comprometidos y cofrades convencidos, debe hacerse patente de forma clara, concisa y contundente, abandonando cualquier tipo de medias tintas o tibiezas, “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:16),
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defendiendo que la vida no es un valor relativo, que la persona no es un medio, sino un fin, y que el nivel de protección del ser humano es el verdadero termómetro de la libertad. Quede claro que la vida es un don de Dios y no es el hombre quién para decidir sobre ella. Paz y Bien. Francisco Javier Gallego Álvarez. Ex vocal Junta de Cofradías. Franciscana Hdad. de la Vera Cruz. Centro de Estudios Jurídicos “Tomás Moro”
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El “otro” viacrucis
“Si en el árbol verde hacen esto, ¿qué no harán en el árbol seco?” (Lc 23,31)
10. Desnudo. Era el otro sufrimiento. Vergüenza, despojo. En el “otro” viacrucis, los desahuciados. Despojados de sus tierras, exilios, desterrados, apátridas, “cristos” como el Cristo aquél, “varón de dolores, desecho de los hombres” (Is 53,3)
1. C ondena. Desde aquella noche se condena injustamente. Jueces “estrella”, jueces “políticos”, jueces injustos, sal sosa. Y condenados – otros “cristos”- injustamente son legión. Checos, gulats… En cada uno, nueva condena de Cristo. 2. Cruz. En su Cruz están nuestras cruces; en su peso, nuestro peso. Los “otros” “cristos” cargan o le cargan los maderos. Cruz de hambre africana, el paro, la crisis, la cruz. La procesión de los “crucíferos”, que son legión, nos interpelan. 3. Caída. La primera, los niños “abortados”, niños-soldados, trata de niños. Niños, carne ajada por los pederastas. En sus casas, escuelas, incluso por clérigos. Los “cristos” niños. “Ay del que escandalice a un niño…” (Mt 18, 6) dijo Jesús. 4. Encuentro. La Madre y el Hijo. Cruces de miradas y desgarros. Encuentro de madres en el presidio, en el juicio. Encuentros y desencantos en el hogar, solar de amor. La madre espera, busca, sufre. Encuentro con Él, que pesa, alivio en el camino. 5. Brazos. “Cireneo”, desde entonces, es nombre común en todos los caminos hacia el calvario de todos los “cristos” peregrinos de la cruz. Cireneos: religiosos, misioneros, voluntarios. Brazos para el abrazo a Cristo en los “cristos”. Cireneos, gracias. 6. Mujer. Verónica, de “vero icono”, verdadera imagen, la mano
femenina en la Cara rota de Jesús. Verónicas: enfermeras de vocación, maestras de convicción, monjas junto a los “cristos” dementes, hijas sacrificadas a sus padres. En el camino, una sonrisa leve. 7. Re-caída. Segunda edad, juventud. Jóvenes, “caídos” en las guerras malditas. Jóvenes en caídas y recaídas de la droga, jóvenes viejos prematuros, sin futuro, “sin esperanza y sin Dios” (Ef 2,12). Caídas, caídos, ¿quién me presta manos?. 8. Lágrimas. Otro leve y tierno alivio en el Camino. Llanto por él y llanto por sus hijos “leños secos”. Lágrimas solidarias. “Los hombres no lloran”, dicen. Mentira. Llanto y lamento por los “cristos” y también, esfuerzo, denuncia y compromiso 9. Tierra. Cayó en tierra, besó – labios partidos- la tierra. Tercera caída. Tercera Edad. Ancianos, mayores, viejos. Desecho, estorbo en casa de sus hijos. Asilos –hoy geriátricos- están llenos de “cristos” deteriorados. Al horizonate, la eutanasia, última caída.
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11. Clavos. Cosido a la Cruz. Con la llave, clave del clavo. Cruz y Crucificado y llamada: “El que quiera seguirme tome su cruz” (Mt 10,38). Le sigo y digo con Pablo: “Vivo para Dios crucificado con Cristo” (Gal 2,13). ¿Y los crucificados sin Cristo?. 12. Muerte. Muere la Vida para que vivan los que mueren. Muertos de nadie en el bando vencido, pasto de buitres en el desierto, gaseados, napalm de infierno, mártires de siempre. Millones de “cristos” muertos en el calvario de los hombres. ¡Muerte, muere!. 13. María. “Una espada de dolor te traspasará el corazón” (Lc 2,35). Profecía cumplida. En sus brazos el Cuerpo. Y dice: “Mirad y ved si hay dolor semejante a mi dolor” (Lm 1,12). Suma de todos sufrimientos: La madres de todos los “cristos” muertos. 14. Inhumado. Mejor, enrocado: Jesús –“y la roca era Cristo”- fue puesto en la roca excavada. De prestado. Breve triunfo del mal. Y al tercer día resucitó. “El que crea en mí, aunque haya muerto, vivirá” (Jn 11,25. Con Cristo, todos los “cristos”. ¡Aleluya!. Antonio Bellido Almeida
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El 1º Canto del siervo en el Lunes Santo Si en trabajos anteriores expusimos la liturgia del Triduo Sacro, ahora nos centraremos en el primer de los cuatro que forman el conjunto bíblico, que meditamos en la Semana Santa. Estos poemas del Siervo pertenecen al “Segundo Isaías”, un profeta que habló a mediados del siglo VI antes de Cristo, durante el destierro de Babilonia. Este Siervo de Yavé que anunciará la salvación, que será luz para las naciones, que se ofrecerá él mismo a la muerte para salvar a todos y que finalmente será glorificado por Dios. En el Antiguo Testamento se identifica con el pueblo de Israel y después con un personaje concreto, que asumiría en su propia vida la historia del pueblo. En el Nuevo Testamento se aplicó claramente esta figura a la persona de Jesús de Nazaret, mediador de la salvación para todas las naciones. Concretamente en el libro de los Hechos de los Apóstoles cap. 8 nos narra que el eunuco iba leyendo en el carro el pasaje de Isaías 5, 7-8, sobre la oveja que llevan al matadero, que no abre la boca para quejarse y da su vida por los demás. El eunuco pregunta de quién hay que entender estas palabras, y entonces el diácono Felipe le anuncia la Buena Noticia de Jesús. - Dios presenta a su siervo 42, 1-4. “He aquí a mi Siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él; le dará el derecho a las naciones. No gritará, no hablará recio ni hará oír su voz en las plazas. No romperá la caña cascada , ni apagará la mecha que se extingue. Expondrá finalmente el derecho, sin cansarse ni desmayar hasta que establezca el derecho en la tierra; las islas están esperando su ley”. Describe a su elegido, su preferido, sobre el que enviará su Espíritu para que pueda cumplir bien su misión,
que no será nada fácil: dictará la ley a las naciones, implantará la justicia y el derecho. - Dios habla a su siervo 42, 5-9 “Así dice el Dios, Yavé, que creó los cielos y los tendió, el que extendió la tierra y sus brotes, el que da al pueblo que está sobre ella el aliento, y el soplo a los que por ella andan. Yo, Yavé, te he llamado en la justicia y te he tomado de la mano. Yo te he formado y te he puesto por alianza del pueblo, y para luz de las gentes, para abrir los ojos de los ciegos, para sacar de la cárcel a los presos, del calabozo a los que moran en las tinieblas. Yo soy Yavé, tal es mi nombre no doy mi gloria a ningún otro, ni a los ídolos mi alabanza. He aquí que las cosas antiguas han llegado, y anuncio otras nuevas; antes de que germinen las voy a hacer oír ”. Te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las naciones. Todo esto no se hará con violencia: no lazará la voz, no acabará de quebrar la caña debíl ni apagará la mecha vacilante. En la escena del bautismo del Señor en el Jordán , los evangelistas aplican a Jesús estas palabras de Yavé sobre el Siervo. Mas tarde San Mateo refiere a Jesús todo este primer poema. (Mt. 12,18-21) - Fuerza evangelizadora de la piedad popular. Toda la reforma litúrgica sobre la Semana Santa iniciada por Pío XII (1956) y revitalizada por el Concilio Vaticano II en la Constitución “Sacrosanctum Concilium” del año 1963 recibe un acentuación extraordinaria sobre la Liturgia tanto en el aspecto cultual como bíblico con el lógico menoscabo de la piedad popular. Pronto el Papa Pablo VI en su Exhortación apostólica “Evangelii Nuntiandi” de 1976 dice que la piedad popular “refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer” y que “hace capaz de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe”. Benedicto XVI se-
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ñaló que se trata de “un precioso tesoro de la Iglesia católica”. Pero será el Papa Francisco en su reciente Exhortación apostólica “Evangelii gaudium”- La alegría del Evangelio (nº 122-126) quien continúa esta línea de espiritualidad popular, que los cofrades encarnan en los desfiles procesionales. El costalero que no regatea esfuerzo alguno, la camarera que desgrana las cuentas del rosario o la esperanza deposita en una vela que enciende para pedir ayuda a María o la miradas de amor entrañable al Nazareno o al Cristo Crucificado, aunque desconozcan las verdades del credo, no podemos menospreciar, nos dice el Papa Francisco: sería desconocer la obra del Espíritu Santo. “Cuando en un pueblo se ha inculturado el Evangelio-La liturgia, en su proceso de transmisión cultural también trasmite la fe de maneras siempre nuevas; de aquí la importancia de la evangelización entendida como inculturación”. (nº 122) Aquí toma importancia la piedad popular, verdadera expresión de la acción misionera espontánea del Pueblo de Dios. Se trata de una realidad en permanente desarrollo, donde el Espíritu Santo es el agente principal. Nos invita a los pastores de alma a ver estas vivencias religiosas con una mirada de amor. Esta naturalidad afectiva nos lleva a tener las expresiones de la piedad popular como un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización. Musicalización del 1º Canto.
Teodoro A. López López Canónigo archivero
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El simbolismo de los objetos en las representaciones de la Santa Cena
Iconográficamente, es posible que sólo la representación de Cristo Crucificado supere en número a la cantidad de obras artísticas, representando la Santa Cena. Es normal, al fin y al cabo ambos acontecimientos, constituyen los momentos más culminantes sobre los que se sustenta la doctrina de la Iglesia, la Celebración de la Eucaristía y la Muerte de Cristo. Pero muchas de estas representaciones, encierran una simbología cargada de mensajes subliminales, que el artista quiere transmitir.
Sobre la Mesa, representados, podemos encontrar todo tipo de alimentos y objetos. Desde, un pez, que nos recordaría la personificación de Cristo, simbolizado por los primeros cristia-
nos, en la palabra griega Ixzis, “Pez” ( Jesús, Xristós, zeu, uios, soter) “Jesucristo hijo de Dios, salvador”. Pasando por unos elementos simbólicos, que se encuentran frecuentemente en muchos de los cuadros, de pintores como; Tiziano,Jacobo Bassano, El Greco, Vasari o Luis Tristán, como por ejemplo el cuchillo, que colocado casi fuera de la mesa, a punto de caerse, ofrece un elemento de tensión al espectador, ante su inminente caída. El cuchillo simboliza la agresión, la tragedia, la violencia, y nos advierte sobre los acontecimientos trágicos pendientes de producirse. Alguno, como Luis Tristán, incluso va más allá, y envuelve la escena en una tonalidad rojiza, que nos muestra los acontecimientos sangrientos que se
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producirán, tras esta. No suele faltar la presencia de un perro y un gato, no sólo por aportar un tono costumbrista, sino porque el perro es símbolo de fidelidad, mientras que el gato, con frecuencia agazapado junto a Judas, es la personificación de la maldad y las fuerzas ocultas. Podríamos seguir con estos aspectos más costumbristas, en los que se distribuyen por la mesa los alimentos propios de la tierra, como los que en el comedor de una Pousada portuguesa, antiguo refectorio del Convento que había sido anteriormente, podían verse en una representación, al fresco, de la Santa Cena, sobre la que había, abundantes zanahorias, o el de la Iglesia de Santa María de Sendelle Boimorto (La Coruña), en la que el cordero que apa-
rece sobre la mesa, tiene más pinta de ser un cochinillo que un cordero, evidentemente al pintor gallego le era más familiar este animal, que el otro; o el cardo, el melón y las manzanas que pinta el ya citado Luis Tristán. Cierto es, que en algunas representaciones como la de Jacobo Bassano, sólo hay una manzana, símbolo del pecado y la traición, y esta, evidentemente, se encuentra cerca de Judas, bajo cuyos pies aparece, con una mirada torva, un gato. Y es que la representación iconográfica de la última Cena, a través de los tiempos, daría para muchísimos comentarios. Sobre la de Leonardo da Vinci se han escrito varios libros, entre ellos el de Javier Sierra “La cena Secreta”, en la que se vierten ciertas afirmaciones, que se caen por su base, como la explicación del por qué Leonardo pone un nudo al final, a la derecha del mantel. “En el lado derecho de la mesa hay un nudo que para algunos es un símbolo que significaría que hay una mujer presente en la mesa (sería María Magdalena al lado de Jesús), y sin embargo, para otros significaría la firma de Leonardo Da Vinci en el cuadro. En esa época, los autores no firmaban sus obras, así que el nudo podría ser la representación del autor. La palabra “nudo” significaba en italiano “vincolo”, que es una palabra parecida a “Vinci” que es el pueblito donde nació Leonardo. Ahí estaría la conexión”. Sin embargo este nudo aparece en la representación, de otros autores, de la Santa Cena, como en el valencia-
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no Juan de Juanes, y creo, mas bien, como apunta el Diccionario de símbolos, que este “tiene el significado de atar y tiene conexión con el arcano del Ahorcado del Tarot”, lo que nos hace referencia a Judas, a cuyo lado se sitúa, indicando, que este, se ahorcará. No es de extrañar la referencia a elementos de adivinación por parte de los pintores, como podemos encontrar en el extremeño Luis de Morales, en su cuadro, “La Sagrada Familia”, en el que en la esquina superior, se encuentra el horóscopo del Niño, tal como lo marcara Girolamo Cardano, y que mostraría su destino desde su nacimiento hasta su muerte. Pero los retablos de nuestras iglesias en los que se pintaban y esculpían, los pasajes más importantes de la vida de Cristo, para que el feligrés analfabeto pudiera conocerlas, están llenas de anécdotas, en las que lo de menos es el reflejo histórico y sí, el transmitir unas ideas a través de unas imágenes, como en el de la Cartuja de Miraflores, en el que una Magdalena, aparece tendida en el suelo impregnando los pies de Cristo con el perfume, recordando no sólo el pasaje evangélico, en el que vierte nardo sobre sus pies, “ Y he aquí que llegó una mujer pecadora que había en la ciudad, la cual sabiendo que estaba a la mesa en casa del fariseo, con un pomo de alabastro de ungüento, y se puso detrás de él junto a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. (Lucas 7:36-50), sino que también, esta escena, trae a la mente,
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el anticipo de la muerte de Cristo, ya que tras su muerte, intentarían, varias mujeres, impregnar, en el sepulcro, su cuerpo , con ungüentos. “A la vuelta (del entierro de Jesús) ( las mujeres que habían venido con Él de Galilea) prepararon aromas y mirra… y el primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al monumento trayendo los aromas que habían preparado.”(Luc.23-24,56-1) Muchos son los misterios que se ocultan en los cuadros y esculturas que nos han llegado, de la mano de nuestros artistas. Ellos, no sólo nos muestran la belleza de una obra bien hecha, la mayoría de las veces realizada de encargo, lo que podría coartar su genialidad, sino que ocultan, en ellas, toda una serie de pistas que trascienden la mera contemplación, mensajes, que el espectador ha de resolver para comprender, en toda su extensión, lo que a simple vista no puede descubrirse, pero que le confiere a su obra un sentido mucho más amplio que el aparente, dándole a su realización, un significado , la mayoría de las veces místico o arcano, que complementa, dándole una mayor dimensión, al mero encargo. Carmelo Arribas Pérez
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En verdad Cristo ha resucitado ¡Aleluya!
«¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡ No puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en la mar!» Declaración previa de intenciones. Antes de entrar en la materia que conformará este artículo para la Revista de Semana Santa de Mérida, haré una brevísima declaración previa de intenciones a la hora de abordarlo y, al mismo tiempo, explicaré por qué lo encabezan esos pocos versos de Antonio Machado que quizás por conocidos en exceso superficialmente, se nos escape lo que en su esencia quieren transmitirnos. A simple vista resulta cuando menos chocante, que encabecen un artículo de Semana Santa, cuando explícitamente aluden a negar su canto al “Jesús del madero”. El lector puede pensar con justa razón ¿y de qué se puede hablar en un artículo de este tipo, si no es precisamente del Jesús de la Pasión y de la Muerte? Por el contrario, el poeta y, yo con él, preferimos entonar nuestro canto y escritura al Jesús “que anduvo en la mar”, glorioso, todopoderoso y hacedor de milagros. En definitiva pretendo cantar a Jesús Resucitado, en vez de a Jesús en su Pasión y Cruz. ¡Claro que en muchas ocasiones anteriores he centrado mi reflexión en el “Jesús del madero”! ¡Faltaría más! Pero ahora me permitirán que exponga mi fe en el Jesús “que anduvo en la mar”, porque si no abordamos cualquier cuestión teológica sobre Jesús partiendo de su gloria y resurrección, estamos perdiendo el tiempo. Utilizando palabras de Pablo y con él, diremos: “Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana... ¡somos los hombres más dignos de compasión! ¡Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos como primicia... luego los de Cristo!” (I Cor. 15, 17.19b.20. 23b.). Pues nada más que esa es mi pretensión. He escrito sobre la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo muchas veces, pero con una mirada pascual. Ahora sólo puedo
hilvanar bien este artículo situándome en el anuncio del ángel: “¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado” (Mc. 16, 6). Mientras no escuchemos con gozo interior este anuncio que nos traslada de la muerte a la vida, del fracaso a la gloria, de la angustia a la alegría, no entenderemos nada de lo acaecido los días previos a la resurrección. Para contemplar el misterio de la Pasión hay que situarse en la perspectiva de la Vigilia Pascual, noche en la que se nace y renace. Todo nuestro ser cristianos, toda nuestra fe se centra en ese momento y en ese acontecimiento único. Pero por desgracia esta realidad gozosa no la hemos interiorizado todavía lo suficiente, por ello el ángel del evangelio de Lucas aún nos tiene que seguir haciendo la misma pregunta que le hizo a aquellas primeras mujeres escépticas: “«¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí ha resucitado»” (Lc. 24, 5b-6ª). El primer día de la semana: el sepulcro vacío. Como en anteriores ocasiones para la confección de este artículo nos vamos a centrar fundamentalmente en el cuarto evangelio y concretamente en su capítulo 20 que comienza con las siguientes palabras: “El primer día de la semana” (20, 1), expresión que por si sola nos habla de su contenido: El día del Señor o domingo cristiano. “El último día”, tuvo su quehacer y tarea en la cruz, ahora toca otros trabajos y descubrimos que para ello nos apremia la urgencia, el cuanto antes mejor, y, por eso, “Va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro” (20, 1b). Jesús, en la cruz, había realizado plenamente el nuevo proyecto creador de Dios. La cruz es el gran signo y explicación de la potencia salvadora del Padre: el amor donado hasta las últimas consecuencias y capaz, por tanto, de
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dar vida. Ahora vamos a comprobar palpablemente cual es la calidad de esa vida ofrecida desde la cruz. Vamos a descubrir a qué se estaba refiriendo Jesús cuando nos habló de que el grano de trigo ha de caer en tierra y morir para dar mucho fruto. En el capítulo anterior situaba el evangelista a Jesús, (el grano de trigo) caído en tierra (el sepulcro). Pero ¿cómo ha de verificarse eso de producir mucho fruto? ¿Cómo el sepulcro y la muerte pueden ser el comienzo de la vida y de la abundancia? Los discípulos para nada estaban preparados ni dispuestos a afrontar y, mucho menos, creer en estas realidades, apuntadas por su Maestro. Por la forma en que fue enterrado Jesús, su muerte se consideró como algo definitivo, sin retorno. Nadie esperaba en la resurrección y menos que nadie sus discípulos. La primera imagen que se nos muestra pues, es el sepulcro vacío como elemento central explicativo de que Jesús no ha quedado prisionero de la muerte. Ha comenzado el tiempo mesiánico, cumplimiento de profecías y era escatológica. A continuación aparecen los personajes en torno a los cuales se desarrollará todo el capítulo: Cristo, María Magdalena, Pedro y el Discípulo Amado. Posteriormente el resto de los discípulos encerrados en el Cenáculo. Comencemos. María se encamina hacia el sepulcro poseída por la falsa y oscura concepción de lo irremediable de la muerte de Jesús. María no se da cuenta de que el día, en el sentido teológico que Juan da al término, es decir, la luz, la vida, ha comenzado ya. De hecho, va a buscar a Jesús en el sepulcro. Es clara la alusión al libro del Cantar de los Cantares: “En mi cama, por la noche, buscaba el amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad, las calles y las plazas; busqué al amor de mi alma, lo busqué y no lo encontré” (Ct. 3, 1-2). María va únicamente a visitar el sepulcro, sin
llevar nada; porque ¿qué se le puede llevar a un muerto? Busca al dador de vida como a un cadáver. Lo primero que ve al llegar es la losa quitada. La reacción de María es de alarma. Inmediatamente va a avisar por separado a dos discípulos de Jesús. En vez de anunciar que estaba quitada la losa, anuncia María que “Han quitado al Señor” (20, 2). Lo que era señal de vida ella lo interpreta como signo de muerte. Para ella Jesús es un Señor impotente, desvalido, a merced de lo que quieran hacer con él. Utilizando el plural, “No sabemos dónde lo han puesto” (20, 2b), implica en su misma mentalidad al resto de la comunidad, perdida y desorientada. María cree que hay alguien hostil involucrado en la apropiación del cadáver de Jesús y que lo han colocado fuera del alcance de los suyos. Ahora sí que están perdidos. En Jesús estaba su fuerza; al creer que ha pasado a ser debilidad, la comunidad queda ella misma sin fuerzas. Dos discípulos la acompañan al sepulcro y reaccionan ante lo que ven de distinto modo: “Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve los lienzos en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a los lienzos, sino plegado en un lugar aparte” (20, 6-7). Pedro no reacciona, en cambio “Entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó” (20, 8). Este discípulo, en sintonía con Jesús, al igual que fue testigo de su manifestación en la cruz, puede ser testigo de su resurrección. Ahora ve y cree así la gloria de Dios: “¿No te he dicho que si llegas a creer verás la gloria de Dios?” (11, 40). Juan incide en el contraste entre Pedro y el otro discípulo, al señalar solamente la fe en éste. En cuestiones de fe, de amor y de comprensión, el discípulo amado precede siempre a Pedro. Y nuevamente nos hallamos ante el anuncio de profecías: “Pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos” (20, 9). Sin duda Juan está aludiendo al profeta Isaías: “Se levantarán los muertos, despertarán los que están en los sepulcros y gozarán los habitantes de la tierra. Anda,
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pueblo mío,... escóndete un breve instante mientras pasa la cólera, porque el Señor va a salir de su morada... La tierra descubrirá la sangre derramada y no ocultará a los asesinados en ella” (versión de los LXX; Is. 26, 19-21). El texto profético afirma que “el Señor saldrá de su morada”. Confiriéndole a Jesús un dominio y autonomía que para nada asumían ni entendían sus seguidores. María, al dar la noticia a los discípulos, les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Ella “no sabía”, porque para nada esperaba (tampoco los discípulos) que Jesús era aquél de quién hablaba la Escritura. Hasta ahora, sólo el amigo de Jesús, ha comprendido las señales. Por eso en el anuncio de María está implícita la idea de que han robado el cadáver, de que han actuado sobre alguien inerte, vencido y acabado, sin capacidad de resistencia u oposición,
a la actuación o capricho de unos simples ladrones. El evangelista tampoco apunta el menor comentario entre Pedro y el otro discípulo ante lo que están viendo, ni antes ni después de entrar en el sepulcro: “Los discípulos, entonces, volvieron a casa” (20, 10). Ni siquiera continúan la búsqueda de Jesús, simplemente vuelven a casa. No anuncian lo sucedido. Y es que aún no han visto a Jesús, sólo han constatado su ausencia. Para dar testimonio no basta saber o intuir que Jesús está vivo: hay que experimentarlo presente. Se vuelve a la situación inicial; los discípulos, que estaban dispersos cuando recibieron el anuncio de María seguirán dispersos, hasta que Jesús les haga llegar su mensaje. Sólo Él, posteriormente, glorioso y resucitado, puede convocarlos. María sigue obsesionada en su desola-
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ción y desesperación. No abandona el sepulcro y entonces “Ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies” (20, 11b12). Estos ángeles, guardianes del lecho, son los testigos de la resurrección de Cristo y además, son mensajeros dispuestos a anunciarla. Están vestidos de blanco, el color de la gloria divina. Su misma presencia es ya un anuncio de vida y de resurrección. Su carácter de testigos queda subrayado por la precisión del evangelista: “uno a la cabecera y otro a los pies, en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús”. Ocupando los extremos del lugar en que había estado el cadáver, muestran conocer lo que allí había sucedido. Están sentados. El sepulcro vacío es el término de su misión. Dan testimonio de que Jesús no está allí. Los Ángeles, con sus vestidos de gloria, están indicando a María que no hay razón para el luto ni las lágrimas. Pero ni siquiera el encuentro y diálogo con estos seres consuela a María. Ella sirve al evangelista como prototipo, para expresar la dificultad que experimentó el grupo de discípulos en tomar conciencia y creer en la resurrección de Jesús. Mientras María persista en su obstinación de pretender buscar a Jesús en el sepulcro, lugar de muertos, no lo encontrará nunca. Por eso en cuanto se vuelve hacia atrás, lo ve de pie, como corresponde a una persona viva: “Dicho esto, se volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús” (20, 14). De pie se opone a puesto, tendido, que es la postura de los muertos. María, sin embargo, no lo reconoce; habría reconocido a un yacente, pero vivo, no. Esta ceguera de María es la misma que más tarde demostrará Tomás y es que la resurrección ha sido siempre para muchos, la piedra de toque de la fe. “Le dice Jesús: ‘Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?’ Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: ‘Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré’” (20, 15). La pregunta de Jesús repite en primer lugar la de los ángeles. En segundo lugar, alude a la que hizo en el huerto de Getsemaní a los que fueron a prenderlo: “¿A quien buscáis?”
(18, 4). Parece como si esperara la misma respuesta que entonces le dieron: “A Jesús, el Nazareno” (18, 5), para quizás responder lo mismo: “Yo soy” (18, 5b). Pero María, al no reconocer a Jesús, piensa que está ante el hortelano. Juan en sintonía con el Cantar, está preparando el encuentro del esposo con la esposa. Jesús, como los ángeles, la ha llamado Mujer, (esposa). Ella, expresando sin saberlo la realidad de Jesús, lo llama Señor (esposo). Jesús, la llama por su nombre “Ella se vuelve y le dice en hebreo: ‘Rabbuní’ –que quiere decir: ‘Maestro’-” (20, 16). María reconoce su voz, aunque no lo había reconocido por la vista. Este tema aparece también en el Cantar: “Estaba durmiendo, mi corazón en vela, cuando oigo la voz de mi amado que me llama: ‘¡Ábreme, amada mía!’” (2, 8; LXX). María acaba por volverse del todo. Ya no mira más al sepulcro, que es el pasado. Ahora responde a Jesús. Ha llegado la restauración anunciada por Jeremías: “Se escuchará la voz alegre y la voz gozosa, la voz del novio y la voz de la novia” (Jr. 33, 11). Se consuma la nueva alianza por medio del Mesías La voz de Jesús, que María reconoce, llama al seguimiento, como en la parábola del buen pastor: “Y las ovejas lo siguen porque conocen su voz” (10, 4). “Dícele Jesús: ‘Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre’” (20, 17). Hay un gesto implícito de María respecto a Jesús, que corresponde al Cantar de los Cantares 3, 4: “Encontré al amor de mi alma: lo agarraré y ya no lo soltaré”. La alegría incontrolable de María supera cualquier barrera de temor o de asombro ante quien tiene delante. Cuando en el evangelio de Mateo las dos Marías reconocieron a Jesús, “se echaron a sus pies y le adoraron” (Mt. 28, 9). Con el “Noli me tangere” (20, 17) de Juan, seguido de la explicación que da Jesús de no haber subido aún al Padre, nos está diciendo, tanto a la Magdalena en aquel momento, como a nosotros ahora, que las relaciones con Jesús, a partir de su resurrección, no podrán continuar siendo como antes. Se excluye el contacto físico, material, de espacio y de tiempo. Comienzan otras relaciones distintas y
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de mayor intimidad. Jesús interrumpe la acción de María, para enviarla con un mensaje a sus discípulos, a los que por primera vez, llama “mis hermanos”: “Ve a decirles a mis hermanos: ‘subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios’” (20, 17b). Jesús, verdaderamente, a partir del gesto del lavado de los pies, ha constituido una comunidad de iguales. El amor entre él y los suyos es un amor fraterno: sus amigos son también sus hermanos. El Padre de Jesús lo es ahora también de los discípulos. La experiencia del Espíritu lo hace posible. No es que llamen Padre al que conocen como Dios, sino al contrario: llaman Dios al que experimentan como Padre, porque han tenido pruebas más que suficientes, después de la experiencia de la cruz. Por boca de su representante María, la comunidad recibe la noticia de la resurrección de Jesús. Ella lo ha visto y se convierte en mensajera: “Fue María Magdalena y dijo a los discípulos: ‘He visto al Señor’ y que había dicho estas palabras” (20, 18). Con este mensaje comienza la nueva comunidad de hermanos, cuyo centro es Jesús. El desposorio celebrado anuncia la fiesta de bodas, la nueva creación tiende ya a su ser definitivo. Pero el mensaje de María Magdalena no los ha liberado del miedo. No basta saber que Jesús ha resucitado; sólo su presencia misma puede dar la seguridad, fortaleza y alegría que necesitan en medio de la hostilidad del mundo. En esta situación que hemos descrito, se presenta Jesús, como lo había prometido: “Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros’” (20, 19b). Es el Señor que ha llegado a liberar a los suyos y de nuevo recurrimos al Deuteronomio: “No les tengas miedo, que está en medio de ti el Señor, tu Dios” (7, 21). Jesús aparece en el centro de su comunidad, él es para ella la fuente de la vida. La comunidad cristiana está centrada en Jesús y solamente en Él. Se hace presente directamente en el centro del grupo: “En medio de ellos”, no recorre ningún espacio para ocupar este lugar y los saluda deseándoles la paz, como había hecho en su despedida: “Paz es mi despedida; paz os deseo, la mía, pero yo no me
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despido como se despide todo el mundo... me marcho para volver con vosotros” (14, 27s.). A ellos, que por miedo han perdido la paz, Jesús se la confirma: es el saludo del que ha vencido al mundo y a la muerte. En el caso de María, el encuentro se verificó después de una búsqueda, situación más en consonancia con el tema nupcial que impregnaba el desarrollo de toda la escena. Ahora, el encuentro con los discípulos se debe a la iniciativa de Jesús, que viene para estar con los suyos. Al huerto/ jardín, lugar del amor, corresponde aquí el local cerrado, lugar que delimita el espacio de la comunidad, rodeada por el odio. El primer gesto de Jesús es mostrarles los signos de su amor y de su victoria: “Dicho esto, les mostró las manos y el costado” (20, 20). Por ellos ha entregado su vida y la ha recobrado. El que está vivo delante de ellos es el mismo que murió en la cruz. Es curioso que Juan mencione las manos, de las que nada había dicho en las escenas de la Pasión. Sin embargo, a lo largo del cuarto evangelio, se ha afirmado que el Padre todo lo ha puesto en las manos de Jesús y que nadie podría arrebatar a las ovejas de sus manos. Estas son las manos, que dan seguridad a sus discípulos. Manos libres con los signos de su victoria. El efecto del encuentro de los discípulos con Jesús es la alegría: Los discípulos se alegraron de ver al Señor” (20, 20b). Ya lo había anunciado: “Cuando aparezca entre vosotros os alegrareis y vuestra alegría no os la quitará nadie” (16, 22). Ha comenzado el gozo y la fiesta por el nacimiento del Hombre Nuevo. El Señor ha resucitado: Y sus discípulos lo han visto. Jesús ha creado un grupo de testigos. El objetivo del evangelio es suscitar la fe de los lectores de aquél y de todos los tiempos en su Vida y en su Resurrección: “Éstas (palabras) quedan escritas para que lleguéis a creer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y, creyendo, tengáis vida en su nombre” (20, 31). El autor ha hecho una selección significativa de las acciones de Jesús, que puedan mover a la fe y que basten para llegar a ella para que así creyendo obtengamos, también nosotros, Vida en su nombre. ¡Aleluya! Puri Contreras López
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La Virgen de la Salud de Esparragalejo Salvo documentación existente, la imagen de la Virgen de la Salud, tiene un estilo que la clasificaría como de Escultura Hispano-Flamenca. La presencia de artistas flamencos en Extremadura y en particular en esta zona de las Vegas, puede documentarse a través del pleito establecido entre Luis de Morales y Estacio de Bruselas a raíz del retablo de Puebla de la Calzada, ”El dato de su mudanza a Badajoz se desprende de las declaraciones de diversos testigos que intervinieron en el pleito incoado por
el propio pintor Estacio de Bruselas, vecino de Llerena y ahora rival de Morales, en la contratación de un retablo para la villa pacense de la Puebla de la Calzada; al final se repartiría salomónicamente la obra, las tablas figuradas para Morales y la pintura y dorado de la mazonería para Estacio.” No es de extrañar pues, que esta imagen saliera de manos de algún artista flamenco asentado en España o menos probable, de alguno his-
pano influido por este arte. Lo que nos la dataría como mínimo en el gótico de finales del S.XV, pero con mucha más probabilidad a mediados del S.XVI. Los estudios comparativos con las imágenes de Gil de Siloé ( S.XV-XVI) o de su discípulo el Maestro de Covarrubias indican una cierta similitud estilística. Con lo que clasificaríamos a esta imagen dentro de un tardogótico. Varios son los detalles que confirmarían la datación de la imagen dentro incluso demediados del S.XVI.
Talla Hispano Flamenca S.XV-XVI
Virgen del Maestro de Covarrubias
Sta. Ana.Gil de Siloé
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Virgen con Sombrero. Luis de Morales
Virgen de la Salud de Esparragalejo La corriente Pasionista que se había instaurado dentro de los círculos intelectuales, preconizados por frailes como S. Juan de Ávila con su “Audi filia” , que residió en Badajoz en desde 1547 hasta mediados de los cincuenta, o de Fray Luis de Granada,y que seguían artistas y escritores de este siglo en España y en particular en Extremadura, hace, que gestos aparentemente sin importancia , tenga un amplio sentido simbólico, tal como apreciamos en diversos cuadros de Luis de Morales como “la Virgen con sombrero y niño”, habitualmente llamada “gitana” o en la “Virgen con niño y S. Juanito” de 1550, en la que la Virgen toca suavemente los pies del Niño marcando el dolor que padecerá cuando sea crucificado, mientras su mirada, triste se pierde como ensimismada. Gestos que también se aprecian igualmente en la Virgen de la Salud, lo que nos haría datar-
la, simbólicamente, en este ámbito pasionista y por lo tanto confirmaría nuevamente su factura dentro de mitad del S. XVI. No es pues una escultura románica, ya que carece de todas las características que en general suelen identificar las imágenes de este estilo y período; no está sentada, constituyendo un trono para Cristo Rey, (Cristo es considerado en estos momentos como rey, incluso en las representaciones de este en la cruz, se le suele dotar de una corona) sino que se coloca en sus brazos, y como característica del gótico establece un “dialogo”, los niños colocados en los brazos, suele mirar a la virgen, o no, pero siempre hay una relación afectiva, no una dualidad, como en las imágenes románicas, en las que predomina el hieratismo. Carmelo Arribas Pérez
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Virgen con el Niño y san Juanito. Luis de Morales
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El cuarto “Hágase” “Señor, Jesús, yo también te quiero decir: ¡HÁGASE!” Cuando escribo este artículo o mensaje, se está celebrando en la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Padres Redentoristas), de nuestra ciudad, “La Misión Parroquial”; Hemos hecho durante la primera semana las “Asambleas Familiares Cristianas” en los hogares de las familias que han abierto sus puertas y serán muchas más las actividades que se seguirán realizando.
María dijo: “Hágase”, y Dios se abajó a la condición del hombre y se encarnó en su seno virginal (El primer Sagrario de Jesús, un Sagrario humano, no de metales preciosos ni de nobles maderas, sino de carne y hueso). Se hizo hombre, para sentir como nosotros, acercarse a nosotros, ser igual a nosotros en todo menos en el pecado, y para ello eligió nacer en un pesebre.
Y ahora faltaría un cuarto “HÁGASE”, que sería el mío y el tuyo al plan que Dios nos pide.
Y ahora en la segunda semana se realizan en el templo las celebraciones de la Misión. Sobre la celebración del primer día, “Asamblea de Asambleas”, voy a intentar reflejar o transmitir lo que he escuchado y vivido durante la meditación que el Padre Víctor Chacón, misionero redentorista. Después de invitarnos a crear un ambiente de silencio interior y exterior, dónde sólo se escuche su voz; el Señor se ha servido de él para decirnos varias cosas: Que se ha hecho hombre, que ha muerto en una Cruz, que se ha quedado en el Sagrario y que nos ha dejado a María, su Madre y Madre nuestra. ¡ Casi ná! Y todo vino por una palabra, el valor de una sola palabra tanto si es para bien, como si es para mal, es de un valor impresionante. La palabra es: “HÁGASE”. El Génesis nos dice que en el principio Dios dijo: “Hágase” el Cielo y la Tierra, el Sol y las estrellas, los ríos, los mares, los valles y las montañas, los peces, las aves y las fieras, el día y la noches, el hombre y la mujer...
Como hemos dicho, tres veces vemos en las Sagradas Escrituras la palabra “HÁGASE”. En el Génesis a través de la acción de Dios Padre como autor de todo lo creado. En la Anunciación, María asume sin vacilación la voluntad de Dios para convertirse en la Madre del Redentor. Y por tercera vez, ahora es el mismo Jesucristo quién, atormentado ante la Pasión a la que se enfrentaba dice al Padre, “Hágase tu voluntad y no la mía”.
Estamos en un tiempo de Cuaresma para reflexionar sobre nuestra respuesta a Dios. Sin dejar de mirar al Pesebre, a la Cruz y al Sagrario y siempre junto a María. Este niño nacido en un pesebre, creció, trabajó, enseñó, predicó, curó enfermos ..., hasta entregar todo lo que tenía, muriendo en una CRUZ, por todos nosotros. ¡Ya no podía dar más! Pero, aceptó esta muerte por obediencia a Dios Padre y por amor a nosotros. Pues así dijo en el huerto de los olivos: “Hágase”, Padre tu voluntad y no la mía. Y es por voluntad de Dios Padre que Jesús, el Cristo, muere y resucita al tercer día de entre los muertos, para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado. Y sube al Cielo para estar junto Padre, como habían dicho los profetas. Pero no nos abandona, no nos deja solos, sino que se queda con nosotros mediante al Pan de la Eucaristía, para que pueda ser alimento de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu, se queda en el Sagrario, donde está el mismo Jesús vivo.
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No es textual de lo predicado por el Padre Víctor Chacón, pero más o menos es la idea, por eso yo, te doy gracias Señor, por haberte hecho Hombre y mostrar la humildad de nacer en un pesebre, por morir por mí en la Cruz, por quedarte en el Sagrario y permitir que pueda comer tu cuerpo y beber tu sangre al participar de la Eucaristía y por dejarme a María, tu Madre, como Madre mía junto a mí. ¡Sí, yo también quiero decir HÁGASE, a lo que tengas pensado para mi! Pero ten en cuenta mis debilidades. ¡Ah! Pero, si no hay problema, si estás en el Sagrario y tengo a María para poder llevar a cabo mi “hágase” al plan que me tienes preparado. Manoli Gallego Álvarez. Maestra y Catequista. Hermandad de la Vera Cruz.
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Te parecerá increíble, Patro
Te parecerá increíble Patro pero, a estas alturas, todavía hay muchas cosas invisibles entre los naranjitos de la Argentina, esos que despiden pequeñas bocanadas de azahar oloroso…, ya sé, ya sé que esto no es Sevilla, aunque siempre he tenido, a mi barriada, como la Triana de la Semana Santa emeritense. Incluso el mandarino de Aurelio, a mitad de la calle, parece renacer y emula su estruendosa cosecha de todos los meses de enero. Cubos y cubos de pequeñas mandarinas que los amigos, para eso estamos, hermano, consumimos con fruición, como quien saborea un tesoro. Te parecerá increíble, Patro, pero los misterios de la Semana Santa, que tú tejías, siguen hilando fino, con tu vista atenta al costal, con tu mano presta a la túnica. Aquí se impone la mágica liturgia de las mañanas de domingo, al sol de ramos, el deambular de los cuatro capillitas que aún quedamos, a mucha honra, de americana azul y corbata burdeos de estreno, de Pablo Burgos como siempre riendo, ahora menos, y diciendo “espera que ahora vamos”. Aquí todavía huele a incienso de cofradía, se reúne la cuadrilla, se ajustan los costales y, dentro de San José, se hace un silencio profundo cuando el Hermano Mayor serena su arenga con esa homilía del buen costalero. Aquí se achica el más bravo cuando baja a las trabajaderas y eso que este rito (de Paso) ocurre desde hace diez años en este bendito lugar del mundo, algunas veces con guasa: “somos los costaleros, venimos todos a una debajo de los costeros”. El rito se acaba cuando la Cruz de Guía, si lo sabré yo, empieza a enfilar la recta del Teatro Romano. Hay una penumbra mística, un silencio atronador. Te parecerá increíble, Patro, pero a estas alturas de la vida todavía hay brotes de misterio en la Semana Santa, cosas que tú debes
ver, pues dónde estás no hay secretos, allí ni ojo vio ni oído oyó lo que tú estás viendo y oyendo. Entre las ceremonias recónditas de nuestra cofradía, aun resuenan tus risas cuando ajustabas al gordito la túnica, desbordada a la altura de la cintura, henchida por debajo de donde palpita el corazón. Te parece increíble, Patro, pero este año estrenamos lágrimas de verdad
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en la Sagrada Cena, a mi se me caerán cuando nuestra gente eche de menos a quienes no están... A ver, a ver, cómo me coses este roto desde tu lucero… In memorian Patrocinio Mejías Suárez Costurera de la Sagrada Cena Rafa Angulo
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Kyrios, Kairós y el Triángulo Equilátero Pitagórico, aportaciones idolátricas al conocimiento de Dios
En recuerdo de San Masona, obispo emeritense campeón del Trinitarismo.
Introducción. “Kairós” es la manifestación temporal, Cristo, del Dios eterno; significa que Dios se hizo carne o materia al encarnarse en María -Mateo 1,18- y, por ello, se dice que se entemporalizó en el mundo. Comenzaría, pues, a ocurrir entonces la recreación del mundo o cumplimiento de la promesa de Dios -Gén. 3, 15- para reconciliar al hombre y regenerar la Naturaleza primordial (la perfección o no de la naturaleza es inseparable de la perfección o no del hombre -Gén. 3, 17-18-. A su vez “Kyrios” es el título honorífico de Jesucristo para proclamar su gloria y soberanía sobre la historia humana y todo lo creado. Desde la perspectiva histórica del Cristianismo el Cristo “Kyrios” o universal precede a sus Epifanías en Belén ante los Reyes Magos -Mateo 2, 1-12-, ante Juan el Bautista en el Río Jordán -Mateo 3, 16-17-, en donde hubo además Teofanía, y la Epifanía ante sus discípulos en las Bodas de Caná (Juan 2, 1-11). Nótese que la primera Epifanía o manifestación pública de Jesús ante las gentes se realizó frente a los representantes de pueblos no hebreos y que estos le ofrecen como dones oro, incienso y mirra, es decir le dan su reconocimiento como soberano supremo del universo en tanto que Dios, Hombre y, por ende. Rey de Reyes, es decir “Kyrios”. Litúrgicamente ambas palabras están íntimamente relacionados. Al comienzo de la Liturgia de las Iglesias católicas orientales y ortodoxa, el diácono le dice al sacerdote: «Es tiempo [kairós] para que el Señor actúe» (Kairós tou poiesai a Kyrio)”, lo que indica, según los teólogos, que el tiempo de la liturgia
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es una intersección con la eternidad a través del Verbo Creador o su Palabra. Y es que, según entiendo, tras la encarnación de Jesús en María -por Eva salió el Verbo del Paraíso y al Verbo lo reintroduce en el mundo la Virgen María- la eternidad se enhebra en la temporalidad, es decir, en la vida humana a través de un imperdible que liga eternidad y temporalidad -Cf. Pedro, 2ª 3, 13-; a su vez Jesús en el momento de la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y Sangre -Marcos 14, 22-24dispone su encarnación particular en el Hombre, perfeccionando y cumplimentando su primera Epifanía a través de la modificación milagrosa de las propiedades físicas del agua ante los primeros discípulos en las bodas de Caná. O dicho en lenguaje poético: el Amor, Cristo, es un momento arrebatado a la Eternidad; o aún mejor: el Amor es un momento generosamente desprendido de Dios. Y lo que es lo mismo: cada vez que se inmola a Cristo incruentamente en la Eucaristía se manifiesta y encarna Dios, eterno, en el hombre, finito; también la Eternidad se manifiesta, y muy especialmente, en el sacrificio cruento de sus testigos, los mártires, continuación del martirio de Jesús, en memoria de quien inmolaban sus vidas; Daniel Rops haciéndose eco actual de esta tradición asegura que “el martirio, […] era la más alta forma de imitación de Cristo”.1 En el caso de nuestra mártir Eulalia esta manifestación del “tiempo en que Dios actúa y se manifiesta” fue recogido por el excelso Quinto Aurelio Prudencio Clemente en unos versos sublimes de la más sublime mística: “Señor, escri-
ben tu nombre en mi cuerpo; ¡cómo me agrada leer estas letras que van redactando tu victoria¡” Y la púrpura de la sangre derramada va deletreando el nombre sagrado de Cristo”. Y es que en el Cristianismo antiguo no había palabras sobrantes ni banales; incluso, tampoco había veleidades teológicas; en realidad abundaban los vocablos sacramentales, es decir los de fe, las palabras que tenían la virtud de convertir por el simple enunciado todo su significado en realidad -Cf. Mateo 15,20-. Tampoco en aquel Cristianismo primigenio había demasiadas coincidencias azarosas; Dios había creado al hombre a su imagen y semejanza -Génesis 1, 26- y, siendo aún más preciso, Dios todo lo había hecho con Número, Peso y Medida -Sab. 11-20-; por ello me atrevo a interpretar la conversión del agua en vino y del vino en su Sangre como dos momentos simétricos que abren y cierran la Vida pública de Jesús tal “Kairós tou poiesai a Kyrio “, lo que, dada las circunstancias históricas de su regreso, significaría que era aquel, el de la Última Cena o Primera Eucaristía, el momento para que Dios comenzase a recrear el mundo y se cumpliese la Gran Promesa de restitución comenzando la nueva Semana de las Semanas a través de la creación del nuevo Alimento que sería tomado del verdadero Árbol del Bien, Cristo en la Cruz… Nótese que los Apóstoles tomaron el Cuerpo y la Sangre de Cristo inmediatamente antes de su crucifixión… ¿Les estaba convocando también al martirio -Mc. 10, 35-45-? Y así el alimento del conocimiento del Bien y del Mal (Gén. 3,22) ofrecido por la serpiente, la “manzana” del “Malus Ligno”, era sustituido por el alimento de vida ,-Juan 14, 6-: el Cristo Crucificado o el fruto del “Bonus Lignus”. Al parecer el uso del vocablo “kyrios” lo tomaron los cristianos para incluirlo en
ROPS, Daniel, La Iglesia de los Apóstoles y de los mártires, Luís de Caralt, Barcelona 1955, p. 192.
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el Nuevo Testamento de la traducción de los Setenta o de la Biblia Septuaginta; es decir el término “kyrios” fue utilizado por los judíos para designar a Dios, Yaveh, junto al arameo Mareh/Marja y el hebreo Adon; a su vez “Kairós” ya es una introducción original cristiana –Marc. 1,15-. Evidentemente “Kyrios” y “Kairós” son palabras originarias de la lengua y de la cultura griega. KAIRÓS Y KYRIOS MÁS EL TRIÁNGULO EQUIL Á T E RO SEGÚN LOS P I TAG Ó R I COS, APORTA C I O N E S DE ORIGEN IDOLÁTRICO A LA EXPRESIÓN DE CONCEPTOS FUNDAMENTALES DEL CRISTIANISMO. “Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras”. Genesis 11,1 “Está escrito en la Ley: Por hombres de lenguas extrañas y por boca de extraños hablaré yo a este pueblo... dice el Señor”. San Pablo.1ª Corintios, 14, 21, Hubo en la antigüedad griega una doctrina lingüística, la de los Cratilianos, según la cual unos sabios primigenios, denominados “legisladores” habían creado el lenguaje humano de forma que existía relación entre las palabras pronunciadas y sus significados y entre su enunciado y su realización; desde un punto de vista teológico esta relación explicaría el temor divino de que los hombres pudiesen llegar al cielo -Gén. 11-6 y Cf. Gén. 3-22- resuelto por Yavé con la confusión de las lenguas que, hipotéticamente, dejaría al hombre sin su último resto del paraíso: la lengua común que relacionaría significante con
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significado y la acción creadora (Cf. Gén. 2, 20). Es decir aquel lenguaje de origen adámico, en la tradición hebrea, habría de tener poderes cuasi parecidos a las palabras de los sacramentos y por tanto ser signos sensibles y eficaces (Cf. Mateo 14, 17-20): sus palabras, al ser pronunciadas, debían, pues, poseer poder para realizar lo que decían. Pero no iré más allá de lo que facilita la Lingúística en su actual estado de desarrollo; me limitaré, por tanto, a considerar el curioso homenaje intelectual que los judíos de dos siglos antes de Jesucristo le hacían a la lengua de sus primeros opresores y enemigos: los egipcios. Como todos bien sabemos las lenguas egipcia y hebrea son lenguas semitas; por ello comparten una característica común: todas las palabras que poseen la misma estructura consonántica tienen un mínimo significado común. Este hecho hace que todas las palabras tanto egipcias como hebreas tengan significados similares según sus raíces consonánticas o que entre ellas exista un mínimo común denominador semántico; en palabras de Maurice Daumas respecto del árabe clásico: “la raíz K.T.B y los cambios de sentido que adquiere al cambiar de vocales: Kataba, “él escribe”; Kutaba “, “fue escrito”, Kataba, “mantuvo correspondencia con”; Katib, “secretario”; kitab, “libro”, etc.”2 Si agrupamos las raíces de las palabras griegas por grupos consonánticos o la egipcia veremos el mismo fenómeno: ahora sí, y es que lo que viene al caso como algo relevante: los grupos consonánticos H. R. egipcio3 y K.R. griego4, poseen el mismo común denominador semántico: en sus palabras subyace la idea de “lo superior”. Desde un punto de vista lingüístico nos encontraríamos ante un fenómeno ex-
cepcional originado en el Nostrático, la hipotética lengua prediluviana, y madre “científica” de las lenguas egipcia, hebrea y griega. Dios, patrono de todos “los imposibles”, parece ser que permitió también que los idolátricos describiesen también su intimidad y mismidad -bueno es saber que los primeros cristianos también utilizaron habilidades idolátricas como medio de evangelización; de aquí “mi osadía”-. No obstante habré de explicar el contexto de no aproximación ni concurrencia por parte de los cristianos; hasta no hace muchos años la filosofía cristiana era Tomista y se encontraba muy influida por Aristóteles; éste, con su ridiculización del Pitagorismo, llevó a la Ciencia a una infravaloración de las matemáticas hasta Galileo Galilei quien advirtió del inmenso daño que había hecho al desarrollo de la Física5 -es de reconocerle a Juan Pablo II la rehabilitación de Galileo y su consideración de la compatibilidad entre Ciencia y Teología o Religión-. No obstante los idolátricos, como en otros campos del Cristianismo, nos proporcionaron, desde su “matemática de la naturaleza” la aproximación más interesante al Misterio de la Trinidad; en palabras de Espeusipo, sobrino de Platón pero convertido al Pitagorismo: “el triángulo equilátero, que en cierto modo tiene una sola línea y un solo ángulo; digo “una sola”, porque tiene [lados y ángulos] iguales, y lo igual es siempre indivisible y por ende de la índole de lo uno ”.6 Claro es que los “pitagóricos afirman que el triángulo es el principio de la generación y de la producción de formas de las cosas generadas”.7 En la ciudad de Mérida a 28 de febrero de 2013. Antonio Mateos Martín de Rodrigo
DAUMAS, Maurice, La civilización del Egipto faraónico. Juventud, Barcelona, p.40. MORET, Alfred, El Nilo y la civilización egipcia. Tomo VII, Cervantes, Madrid1927, p. 78: “La paalabra HR, con la desinencia adjetiva HRJ significa “lo superior”, “lo que está en alto”. Como substantivo HRT, es “el cielo”: razón de más para atribuir mentalmente al halcón HRU el cielo HR. Otra palabra:, HR designa la parte superior del hombres, “la faz humana”, “el jefe”: Por asociación y juego de palabras el dios HR se convirtió en la faz celeste, el jefe divino…”. 4 Cf. PABÓN DE URBINA, J. M., Diccionario manual griego-español, Barcelona 1967. 5 MOYA ESPÍ, Carlos, en “El Pitagorismo antiguo” en La Filosofía Presocrática Universidad de Valencia, Valencia 1978, pp. 197 y 198. 6 EGGERS LAN, Conrado en “Filolao y “pitagóricos”, Los filósofos presocráticos, Tomo III, Gredos, Madrid 1986, p.108. 7 ÍBIDEM, p,110. 2
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Semana Santa y religiosidad popular en Mérida
La expresión “religiosidad popular”, muy discutida, aunque muy utilizada en Sociología, Antropología, Historia de las Mentalidades y otros estudios de las ciencias sociales, la vamos a considerar como la forma en que vive la religión el religión el pueblo, podríamos decir cada pueblo, pues efectivamente en cada pueblo hay manifestaciones de devoción y prácticas religiosas diferentes en muchos aspectos formales, aunque coincidentes en el núcleo fundamental y vertebrador de la fe. Para algunos estudiosos de las mentalidades, la religiosidad popular se empareja con la cultura popular, entendiendo ésta como una cultura distinta de la de las elites ilustradas, en unos casos, y en otros de unas elites dominantes; para la religiosidad popular hacen la distinción respecto a lo que llaman la religiosidad oficial. No vamos a entrar ene se análisis: Para nuestro caso entiendo, a partir de la idea de que la Iglesia es el pueblo de Dios, que las manifestaciones de religiosidad popular son aquellas que se sustentan en una fuerte tradición, una transmisión viva de creencias y actitudes que, generalmente, mantienen e impulsan los fieles laicos, dentro de la ortodoxia de la religión y bajo la autoridad de los obispos como padres de la fe, y con la posible asistencia de un consiliario (consejero) junto a la organización jerárquica de los seglares en la organización y dirección de la institución. Este carácter básicamente laical de la religiosidad popular hace que, muchas de sus manifestaciones, se produzcan fuera de los templos. Otra característica de la religiosidad popular es que, en muchos casos, se desarrolla dentro de una comunidad de fieles, frente a otras en que los comportamientos son individuales. El repertorio de actividades y devociones públicos, emanadas de la piedad
cristiana el pueblo emeritense, es bastante amplio. Empezaremos por recordar a los miles de orantes que, a todas horas del día, se acercan al Hornito, o desde la acera de enfrente, para elevar una plegaria de intercesión a la Santita, o la señal de la cruz que hacen muchos de los que pasan en coche por delante del templete. Es ésta una devoción absolutamente individual, anónima, pero que a la vista de todos da testimonio de la devoción del pueblo a la Mártir Santa Eulalia, y que para muchos forastero es un fenómeno que les resulta impactante. Una devoción semejante existía en la iglesia de Santa María con la Virgen de la Guía, la que está situada en un balcón sobre la entrada desde la plaza de España. También aquí recuerdo a los orantes, en menos cantidad que en el caso del Hornito, situados en la esquina frente a la puerta de la iglesia. Esta devoción, que yo conocí de niño, se ha perdido, y ahora la Virgen de la Guía no significa nada para los cristianos de Mérida, ni siquiera para los feligreses de Santa María, y es que las plantas que no se riegan acaban secándose. En esta situación de desaparición de algunas devociones está también la que se hacía por los niños con la “cruz de Mayo”. Como en casi toda España, el tiempo de Navidad trae los belenes. Esta manifestación tiene, cada vez más en el ámbito hogareño, la dificultad de que los casas, como morada familiar han sido sustituidas por pisos, con mucha menos superficie, lo que reduce o impide la posibilidad de montar un nacimiento, pero estaría bien que se impulsara el poner, al menos, las figuras del portal, con buey o sin él, pero si con Jesús, María y José, para recordar y asumir que el nacimiento de Jesús fue la entrada personal de Dios en la Historia, que la Hu-
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manidad desde ese momento adquirió un rumbo y un destino; y para recordar también la disponibilidad de María y la fe de José. Otra manifestación religiosa importante, especialmente desde el testimonio de un compromiso de nuestro Concejo, la institución de gobierno político de nuestro pueblo, es el voto de la Inmaculada Concepción, que deberá ser divulgado, difundido, explicado e impulsado en, y desde, nuestra concatedral de Santa María. Desde que los reyes castellanos concedieron a Mérida, en el lejano siglo XIII, la facultad de organizar una feria, ésta se desarrolló bajo el patrocinio de San Bartolomé. La feria sigue, pero el patrocinio ha desaparecido. Una devoción, que es relativamente reciente en Mérida, es la que se dedica a San Judas Tadeo. Por parte eclesiástica, abren el templo, exponen la imagencita y recogen el óbolo de los devotos, los miles de devotos que cada día 28 rezan al apóstol. Asistencia espiritual por parte de los eclesdiásticos, ninguna. Característico de la religiosidad popular es la importancia que tienen las imágenes, parece que sin ellas no sería posible impulsar una devoción. En esta línea están las cofradías y hermandades de Semana Santa, y dentro de esta quiero recordar como la famosa doña Bati, la de la confitería, , allá por los años 50, adquirió una imagen de Jesús de Medinaceli y se la cedió a la Cofradía Infantil, que recibe culto en Santa María, donde está la imagen de Jesús cautivo y rescatado, iniciando con esta presencia una devoción popular, anónima, pero visible en las muchas personas que rezan ante la imagen, y tocan y besan sus pies, y también, cuando llega la Semana Santa, esperan su paso en la procesión e incluso la acompañan en su recorrido.
Estamos ya en la Semana Santa, la más compleja y rica de las formas de religiosidad del pueblo, porque en ella se aúnan formas organizadas de participación, las cofradía y hermandades; y las motivaciones humanas, íntimas, de los participantes: nazarenos, penitentes, costaleros, … y, no hay que olvidarlo, los sentimientos de muchos de los que salen a la calle sólo para ver los desfiles procesionales. Las procesiones de Semana Santa son una catequesis visual, que transmiten no sólo una imagen plástica de algunos momentos de la Pasión de Jesucristo, bellamente expuestos, sino un fuerte sentimiento ante el que hay que ser absolutamente insensible para no percibirlo; es la alegría de los niños que acompañan a “Jesús en la burrita” el Domingo de Ramos; es la llamada a la penitencia y el toque a la propia conciencia ante los penitentes que acompañan al Nazareno; es el dolor ante la injusticia y la brutalidad que sufre Jesús, que se evidencia tan intensamente en el Vía Crucis del Anfiteatro, o ante la procesión del silencio; es el respeto de los acompañantes al Santo Entierro, y es la alegría pascual de la procesión del Resucitado, por citar sólo algunos ejemplos, pues en todas las procesiones hay siempre elementos que sirven para estimular nuestra fe. ¿O es que alguien duda que la transmisión de la fe que promueven las procesiones de Semana Santa son tan eficaces, o más, que triduos y novenas, aunque estas se celebren dentro de los templos? Porque ciertamente hace falta una catequesis que explique, no sólo las devociones impulsadas por la religiosidad oficial, sino también las que se impulsan dentro de los templos como actividades parroquiales, pues, en general, no son otra cosa que prácticas rutinarias que difícilmente pueden contribuir a profundizar, o enraizar, la fe entre los participantes, para hacer que su religiosidad sea una fuerza viva y transformadora en sus vidas para una profundización de su conversión personal Se dice que las procesiones de Semana Santa son un espectáculo, y se dice en un tono peyorativo, como si una cosa, por el hecho de mostrarse públicamente de una manera artística y preparada con una escenificación adecuada,
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fuese un hecho de poco valor, o incluso de ninguno. Es esta una crítica sin fundamento de ninguna clase, porque la procesión, que sale cuando el tiempo lo permite, está preparada y trabajada casi desde el momento en que se recogió en su templo el año anterior, y todos los trabajos para engrandecerla desde el punto de vista artístico, de mejorar el acompañamiento música, de aumentar el número de nazarenos y penitentes que integran el desfile, siempre es la respuesta a una inquietud religiosa. Y ya en la procesión, cuando el nazareno se pone el capirote y oculta su rostro, y camina varias horas en silencio; nadie es testigo de sus sentimientos, que, sin duda, están teñidos de dolor ante la pasión de Jesucristo.
Y cómo no pensar que es un sentimiento religioso el que mueve a los costaleros, esos que, año tras año, se esfuerzan por procesionar el paso con la imagen de sus devociones; cómo no pensar que hay alguna fuerza que les ayuda cuando tienen que subir una rampa, de las que hay tantas en Mérida; cuando el cansancio les agarrota las piernas; cuando el final del desfile procesional parece que no llega y sus fuerzas están al límite; cuando al colocarse bajo el paso han notado que les falta el compañero con el que ha hecho el recorrido tantos años y que ahora lo mira desde el cielo. Y qué decir de los penitentes que acompañan al nazareno, descalzos muchos de ellos, todos con la cruz, que parece liviana, pero que al cabo de unas cuantas calles ya no se sabe cómo colocar porque de todas maneras molesta. Posiblemente, cada uno de esos cientos de penitentes, con una motivación diferente, pero en todos con un intenso sentido religioso, que el público que los ve pasar percibe nítidamente, lo que se nota en el silencio que producen a su paso, porque en un mundo, el nuestro, en el que parece que lo que manda y predomina es el star system, resulta transgresor el
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ver a unas personas hacer transmitir un sentimiento así tan anónimamente. Se hace una crítica a las cofradías y hermandades, que juntan a cientos de personas en sus desfiles procesionales, que luego en las iglesias no se ve a la mayor parte de esos nazarenos durante el resto del año. Pienso dos cosas; una, que no sabemos cual es la profundidad e intensidad del sentimiento religioso de esas personas, ni las motivaciones que los llevan a ser cofrades y nazarenos; y en segundo lugar, hay que ver como algo positivo que gente que está alejada de la práctica religioso participa, al menos unos días al año, en ellas; hay que considerar que eso puede ser un punto de partida, que pueden ser el origen de una hermosa amistad con Jesús el Nazareno. Se die que los laicos participan poco en la vida religiosa de las parroquias, salvo contribuir a las colectas, hacer la limpieza de los templos y alunas lecturas en la celebraciones litúrgicas, y muy poco más. Y efectivamente es así, pero es así porque no se les abre ninguna otra vía de participación, y cuando instituciones que gobiernan los seglares, como las cofradías y hermandades de Semana Santa, muestran que los, laicos impulsan y desarrollan medios de catequesis y evangelización, no los consideran como tales. El problema no está en que la actitud de los nazarenos sea más o menos rigurosa, y en eso se fundamenta una crítica, sino en que el mundo clerical no es capaz de hacerse la menor autocrítica y dar voz a esos que son criticados. Es evidente que la religiosidad popular está muy poco valorada y apoyada dentro del estamento eclesiástico, que parece desconocer las palabras de Juan Pablo II, cuando al referirse a ella, como herramienta de expresión pública de la fe, decía que “cuando es genuina, tiene como fuente la fe y, por tanto, tiene que ser apreciada y favorecida”; o las de Benedicto XVI, cuando en 2011, decía que la esencia viva de la religiosidad popular hace entrar la fe en el corazón de los hombres, formando parte de sus sentimientos, costumbres, sentir y vivir comunes, y por eso la piedad popular es un gran patrimonio de la Iglesia. José Antonio Ballesteros Díez Mérida, marzo de 2014
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Restaurada la imagen de Jesús Nazareno del Silencio, de la Hermandad del Calvario Entre los meses de marzo y julio del pasado año, Técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, del Gobierno de Extremadura, realizaron un proceso de restauración sobre la imagen de Jesús Nazareno, bajo la advocación del Silencio, propiedad de la Cofradía del Santísimo Cristo del Calvario, Nuestro Padre Jesús Nazareno, santísima Virgen de los Dolores, y Nuestra Señora de la Amargura.
les de finales del siglo XIX. Sería precisamente en estas fechas cuando alcanzó su mayor auge, procesionando junto a la Virgen de los Dolores, seguramente hasta el primer tercio del siglo XX, cuando la Cofradía decidió sustituirlo por otras imágenes más recientes. En la actualidad se encontraba depositada en el almacén que la cofradía posee en la ermita del Calvario. Sobre la imagen, que presentaba varias grietas y una gran capa de suciedad, se realizaron los siguientes trabajos:
La imagen, de madera policromada, de vestir, y de tamaño natural, muestra la típica efigie de Jesús Nazareno, cargando con la cruz sobre su hombro izquierdo, flexionando levemente sus piernas, bajo el peso de la cruz, en una iconografía muy tópica de las imágenes procesiona-
-En el soporte, las grietas se rellenaron con una resina epoxídica, y en las más anchas, fue preciso añadir pequeñas chuletas de madera de pino.
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-La peana, en su parte superior se limpió y se barnizó con el mismo barniz que la imagen. El resultado final, a nuestro juicio asombroso, puede apreciarse en la nueva capilla de la remozada Iglesia del Carmen, donde de nuevo recibe culto público y veneración por parte de los emeritenses, cofrades o no. Agustín Velázquez
-La reintegración de la capa de preparación se realizó con el estuco tradicional a base de cola orgánica y sulfato de calcio.
-La reintegración de las encarnaduras se realizó en base a acuarelas y pigmentos al barniz, por superposición de veladuras.
-En la capa pictórica se realizó un tratamiento de limpieza para la eliminación de la capa de suciedad, mecánicamente.
-Toda la imagen recibió tres capas de barniz mate.
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La Santa Cruz, La Santa Misa Se acerca la Semana Santa, la semana más grande del año, pues en ella revivimos la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, que se hizo hombre “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”. Ese fue el precio de nuestro rescate, de la redención: su sangre derramada en la Cruz hasta la muerte.
prender del todo– sigue sucediendo ahora. Cristo murió de una vez para siempre en la Cruz, y no vuelve a morir en cada Misa. Somos nosotros los que revivimos esos momentos. Nos traslada de modo sacramental al Calvario. Nos hace asistir allí a su santo sacrificio, traspasando las barreras de lugar y de tiempo.
Se renueva nuestro asombro y el agradecimiento a nuestro Dios. Pero esa es una actitud de siempre, porque sería penoso, claro, que solo nos acordáramos de estos hechos salvíficos cuando llega la Semana Santa. Han sido tan importantes en la historia, en nuestra propia historia, en la vida de cada uno, que deberíamos meditar cada día en la Pasión de Cristo. O al menos cada semana.
Así nos lo recuerda el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica: “La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz, confiando así a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección” (n. 271). E insiste poco después: “El sacrificio de la Cruz y el sacrificio de la Eucaristía son un único sacrificio. Son idénticas la Eso precisamente deseaba Jesús al víctima y el oferente, y sólo es disdejarnos el memorial de su Pasión tinto el modo de ofrecerse: de maque es la Santa Misa. Dijo el que- nera cruenta en la cruz, incruenta rido beato Juan Pablo II que Cris- en la Eucaristía” (n. 280). to volvió al Padre solo después de habernos dejado el modo de parti- Es un misterio, sin duda. Un miscipar en su sacrificio redentor, que terio que la liturgia nos invita a tan decisivo es para nosotros (cfr. confesar tras la consagración: este Ecclesia de Eucharistia, 11). es el sacramento (en latín, el misterium) de nuestra fe. Porque hace Pero la Misa no es un simple re- falta Fe para aceptar, sin titubeos, cuerdo, una meditación. Cada que quien se ofrece en la Misa es el Misa renueva –de modo sacra- mismo Cristo Nuestro Señor, que mental, pero real– el sacrificio de se está ofreciendo en sacrificio reCristo. Renovar es hacer de nue- dentor por nosotros. vo. Es representar, pero no como se hace una función en un teatro El Papa Francisco nos lo ha hecho (volver a presentar…), sino ha- considerar recientemente en una cer presente eso que sucedió en de sus últimas audiencias generael pasado, pero que –de un modo les. El pasado 5 de febrero, tras haque nuestra razón no llega a com- cernos considerar que el altar
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en forma de mesa nos hace pensar en un banquete; que la cruz sobre el altar nos recuerda que ese banquete es participar en el sacrificio de Cristo; y que el ambón nos hace considerar que la Palabra es también otro alimento recibido, nos anima a participar activa y atentamente en la Misa: cada vez que celebramos este sacramento participamos en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. La Eucaristía constituye la cumbre de la acción de salvación de Dios: el Señor Jesús, haciéndose pan partido por nosotros, vuelca, en efecto, sobre nosotros toda su misericordia y su amor, de tal modo que renueva nuestro corazón, nuestra existencia y nuestro modo de relacionarnos con Él y con los hermanos. (…) Queridos amigos, no agradeceremos nunca bastante al Señor por el don que nos ha hecho con la Eucaristía. Es un don tan grande y, por ello, es tan importante ir a misa el domingo. Ir a misa no sólo para rezar, sino para recibir la Comunión, este pan que es el cuerpo de Jesucristo que nos salva, nos perdona, nos une al Padre.
Un don que ciertamente tantas veces no sabemos apreciar. Pensamos que vamos a Misa a dar algo al Señor, cuando es Él el que nos da, el que se nos da: su Cuerpo y su Palabra. Cómo cambiaría nuestra existencia si asistiéramos a cada Misa más conscientes del bien que nos hace. Y cómo cambiaría también nuestro modo de asistir.
Queremos una Misa corta, rápida. Tenemos mucho qué hacer… Si se entretiene el sacerdote unos minutos en la homilía, nos parece enseguida una eternidad… La liturgia es –pensamos– un sucederse de gestos y palabras monótonos y aburridos… Siempre lo mismo. Claro, y debe ser así, porque siempre es la Cruz. Y algo tan capital no puede dejarse a la iniciativa de cada cual. Esa pretendida espontaneidad ha abierto la puerta a mucho sacrilegio… Pero eso siempre igual hay que vivirlo de un modo nuevo cada vez. Y eso depende de nosotros, de saber captar en cada gesto todo el sentido que la Iglesia quiere transmitirnos con él. En ese sentido, aconsejo la lectura de un libro, breve, de Mons. Javier Echevarría, actual Prelado del Opus Dei: Vivir la Santa Misa (ed. Rialp, colección Patmos), en el que nos ayuda a penetrar en
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el sentido de cada parte, de cada fiestas de precepto, asistamos los oración, de cada rito de la Euca- demás días si nos es posible. ¡Es algo tan grande, y nos jugamos ristía. tanto! La Misa es la acción más grande en la que los cristianos podemos En estos días, al ver por nuestras participar en la tierra. Así nos lo calles a Cristo en su Pasión, no dice el Compendio del Catecismo: dejemos de pensar en esa posibili“La Eucaristía es fuente y culmen dad de unirnos a ella siempre que de toda la vida cristiana. En ella queramos, reviviéndola en la Eualcanzan su cumbre la acción san- caristía. Así nos lo haga entender tificante de Dios sobre nosotros y el mismo Jesús, con la ayuda de nuestro culto a Él. La Eucaristía su Madre bendita. Ella, así como contiene todo el bien espiritual de estuvo en la Cruz, está de algún la Iglesia: el mismo Cristo, nuestra modo en la Misa, invitándonos a Pascua” (n. 274). San Josemaría mirar a su Hijo. Como dijo Juan Escrivá también solía decir de la Pablo II en la misma encíclica ciMisa que era “el centro y la raíz tada, María y la Eucaristía –como de la vida interior del cristiano”: la Iglesia y la Eucaristía– son un en torno a la Eucaristía gira toda binomio inseparable. nuestra vida, y en Ella se arraiga y de Ella se alimenta. Por eso nos Álvaro Niederleytner recomienda el mismo Compendio Profesor del Colegio (cfr. n. 298) que, además del pre“El Tomillar”, Badajoz ceptiva asistencia los domingos y
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Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísima Virgen de los Dolores y María Santísima de la Amargura.
El joven… un valor en alza en el mundo cofrade El mundo cofrade emeritense está de enhorabuena. Gracias a Dios, en los tiempos más recientes de nuestra historia, en todas y cada una de las Cofradías y Hermandades de Mérida, podemos observar un amplio movimiento juvenil que, desde la tradición y el respeto, están aportando una savia nueva y fresca, imprescindible para seguir alcanzando los proyectos de cada una de las Juntas de gobierno que rigen las diferentes Hermandades. Estos jóvenes se están encargando de llevar el mensaje y la Palabra de Dios de un modo atrevido, diferente, pero con todo el contenido de La Misma. En este movimiento, arrastran, no solo a los de su misma edad, sino a todo aquel que se para a escuchar e implica en cada una de las actividades y proyectos. De este modo, vemos cómo las Hermandades, durante todo el año, se van nutriendo de diferentes actividades y movimientos, convivencias, eventos deportivos y culturales, retiros espirituales... en los que, de un modo quizás más distendido y rodeados por todo aquello que normalmente utilizamos como parcela de ocio, van sumando y sumando cofrades que, van generando un vínculo presente y futuro con su Hermandad y con todo lo que el mundo cofrade conlleva. Otro punto fuerte a destacar es, en estos tiempos que desgraciadamente padecemos todos, la fuerte implicación asistencial de todas las Hermandades en general, pero de un modo notable potenciada por esa juventud que sentimos cada vez más cercana y accesible. De este modo, podemos encontrarnos, por ejemplo, con ENSAYOS SOLIDARIOS de costaleros recogiendo alimentos y otras muchas actividades orientadas hacia los más desfavorecidos. Pero no solo están trabajando para sus respectivas Cofradías, están tra-
bajando y cooperando entre las diferentes Hermandades, como siempre fue y nunca debió perderse, si alguna vez se perdió. Desde esa unión, podemos ver a jóvenes cofrades, solo eso, COFRADES, sin ningún distintivo, en los diferentes cultos de las diferentes Cofradías y Hermandades, sean o no de esa Hermandad y participando de las actividades los unos de los otros y los otros de los unos. Tan notable está siendo esta aportación, que en la reciente renovación directiva de la Agrupación Arciprestal de Hermandades y Cofradías de Mérida, se ha apostado de un modo importante por esta juventud, dando cabida a estos jóvenes en los cargos
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de más responsabilidad de la entidad, con el objetivo de reactivar, aún más si cabe, un ente que por sí mismo, está avanzando de un modo sustancial y tangible. Por todo lo anterior y sabiendo las dificultadas propias de los tiempos en los que nos movemos, podemos estar de enhorabuena, porque el presente del mundo cofrade de la ciudad está muy sano, vivo y activo y el para el futuro, se están forjando buenos cimientos. Feliz Semana Santa y Feliz Cuaresma. José Manuel González Mejías. Hermandad del Calvario
Semana Santa Mérida 2014 Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor
Estimados cofrades: Como ya anunciamos el año pasado a través de esta misma revista, y según marcan los nuevos estatutos, acogidos al Estatuto Marco promulgado por el Arzobispado, el pasado 19 de abril se celebraron elecciones para designar a la nueva Junta Directiva de la Cofradía. La candidatura única, ampliamente refrendada por los Hermanos, en un clima de cordialidad y concordia, fue la compuesta por Agustín Velázquez, como hermano Mayor, Alfonso Fernández, como Vice-Hermano Mayor, y Nicolás Briz Blázquez, como Administrador. Una vez refrendada por el Excmo. y Rvmo. Sr. Arzobispo, con fecha de 10 de mayo de 2013, se nombró Secretario, y se dotaron de contenido las vocalías de Culto y Espiritualidad, Formación, Caridad y Convivencia, Manifestaciones Públicas, y se designaron los Asesores Económicos. Poco tiempo después, y en solemne acto, D. Antonio Bellido, dio pública toma de posesión a los componentes de la Junta de Gobierno, junto con los recientemente elegidos de la entrañable Asociación de la Virgen y Mártir Santa Eulalia, en una eucaristía en Santa Eulalia. ¿Y ahora que? Ahora a trabajar en la mejora de nuestros enseres, en la formación de los cofrades y en el amor fraterno. La situación no ha cambiado mucho respecto al año anterior. La crisis sigue golpeando a nuestra sociedad, y no podemos echarnos atrás. Nuestra decisión de que todos los pasos realizaran sus desfiles penitenciales con adorno floral silvestre, creo que ha sido bien entendida, e incluso aplaudida, aunque puede que haya quien no lo comparta. Sinceramente pensamos que el resultado fue espléndido, y en ello tuvo mucho que ver, y siempre estaremos en deuda con él, el primoroso trabajo del gran cofrade que es, Andrés González Pérez, y todo su equipo, que pudo repe-
tirse y superarse en el exorno de los pasos participantes en el Vía Crucis que puso colofón al Año de la Fe. El dinero que se habría de emplear en flores, fue donado al Comedor Social y a las actuaciones del Programa Cofrades Solidarios. En este sentido queremos agradecer también vuestr0 rotundo compromiso en las campañas sociales que se han realizado conjuntamente con la Junta de Cofradías: Leche, material escolar, alimentos de primera necesidad, dulce navideños…etc. Vuestra respuesta ha sido sencillamente extraordinaria. Ya el año pasado comentábamos los resultados esperanzadores del programa Cofrades Solidarios, esperanzadores pero aún insuficientes. Ciertamente vamos a más, y ayudamos como podemos a las Cáritas Emeritenses, al Centro de Transeúntes y al Comedor Social, de feliz implantación en la ciudad para tantas personas necesitadas, pero será empeño prioritario de esta Junta de Gobierno su reactivación y potenciación, si hace falta, quitando de otras partidas. En este caso queremos anunciar la creación de otra bolsa de caridad para ayudar a las personas en riesgo de desahucio. ¿Podemos dormir tranquilos y confortables, sabiendo que
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algunos de nuestros propios cofrades están en riesgo de pasar las noche a la intemperie, junto con sus familias, victimas aún más inocentes? Creo que no, y lucharemos, dentro de nuestras posibilidades, para impedirlo. El año pasado fue un año importante, tras el llamamiento del Papa Benedicto para celebrar el “Año de la Fe”, se plantearon una serie de actos en Diócesis para su clausura solemne. Los cofrades emeritenses propusimos hacer lo que mejor sabemos hacer: procesionar nuestra veneradas imágenes en forma de catequesis plástica que resumiera en el sentido de nuestra fe. Tras intensos preparativos y una estricta coordinación de la Junta de Cofradías, el resultado espectacular y grandioso fue este acontecimiento único, el Vía Crucis Extraordinario que pudimos contemplar en nuestras calles el pasado 19 de octubre. Manifestación de fe y oración, acompañada de 16 profundas meditaciones, que terminaban, como no, con aquello que da sentido a nuestra fe, la Resurrección de Jesús. No podemos sino dar las gracias a todos cuantos participasteis: cofrades, costaleros que generosamente cubristeis los puestos vacantes en los pasos, hermanos en general que os volcasteis en este acontecimiento único. Para terminar, queremos recordaros unas preciosas palabras, dedicadas a los cofrades por el Papa Francisco en el Año de la Fe (5 de mayo de 2013), que nos llenan de aliento para seguir trabajando …”La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con vuestros pastores. Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia os quiere. Sed una presencia activa en la comunidad, como células vivas, piedras vivas…La piedad popular es una manera legítima de vivir la fe”. Agustín Velázquez Hermano Mayor
Semana Santa Mérida 2014 Cofradía Ferroviaria de Descendimiento, Santísima Virgen de las Angustias y Nuestra Señora de la Esperanza
Semana Santa sin poder hacer la Estación de Penitencia
Llegó la Cuaresma de 2013 y, como todos los años por la misma fecha, se empieza a notar un ambiente especial alrededor de la Cofradía. Empiezan los ensayos de las cuadrillas de costaleros y portadores de los respectivos pasos, el juntarnos la directiva y colaboradores los sábados por la mañana en el local social de la Cofradía (Casa Hermandad) para la preparación de los enseres, la asistencia a los pregones musicales de las distintas Hermandades de la ciudad. En fin un trajín de ir y venir y de cosas para todos los que formamos parte de la Cofradía. Por fin llega el Domingo de Ramos y los malos augurios en cuanto a lo meteorológico se empiezan a cumplir. Las dos procesiones del domingo se arriesgan, y en un claro salen a la calle y pueden hacer su Estación de Penitencia. Llega el Lunes Santo. Para la Cofradía es un día de mucho revuelo y trajín debido a que es cuando se llevan todos los enseres a nuestra Basílica. El día empieza muy temprano con el traslado de los pasos desde nuestro local social hasta el atrio de Santa Eulalia y seguidamente empezamos con la carga del resto de cosas en la furgoneta con la cual las trasladamos. A eso de media mañana, y gracias a la cantidad de directivos y colaboradores que nos juntamos, tenemos todo en nuestra Basílica y empezamos con el montaje de los pasos. Llega la tarde noche y cosa nunca vista en nuestra Cofradía, tenemos el Paso del Descendimiento montado entero y el paso de la Esperanza también casi terminado, solo a falta de terminar de vestir a las imágenes. Todo esto con una fina lluvia durante todo el día. Y la Cofradía Infantil que decide salir a la calle con su desfile del Lunes Santo. Pero se tuvo que dar la vuelta puesto que la fina lluvia se convirtió en lluvia fuerte. Llega el Martes Santo y todos los directivos y colaboradores nos afanamos en terminar el montaje de nuestros pasos, y se consigue solo a falta de poner todo lo relacionado con la cera y flores. Ese día también estuvo con pequeños chaparrones de agua. Se acerca la hora de las 2 procesiones de este día. La Cofradía del Calvario, después de reuniones, decide suspender su Estación de Penitencia por las inclemencias meteorológicas y la Cofradía de las Lágrimas decide, después de varias reuniones, salir solo por su barrio, pero en cuanto que sale el Cristo de la Humildad empieza a caer un aguacero tremendo y se tienen que recoger y suspender la Estación de Penitencia. Miércoles Santo. Nosotros dando los últimos retoques. Empieza la tarde del Miérco-
les Santo con pequeñas lloviznas pero que deja de llover y las Cofradías del Nazareno y de las Tres Caídas deciden hacer Estación de Penitencia y hacen el recorrido sin problemas. En la madrugada del Jueves Santo, el Cristo de la O también hace su Vía Crucis en el Anfiteatro Romano. Jueves Santo, día en que salen 4 Hermandades. Nuestra Directiva dando los últimos retoques de última hora y terminando de preparar nuestra procesión de por la tarde. Por la mañana ya teníamos malas noticias. En cuanto a lo meteorológico, nos llegaban informaciones de que empezaría a llover pronto y salvo algunos claros no dejaría de llover. Llega la hora de juntarnos en el atrio de Santa Eulalia, sobre las seis de la tarde, con los costaleros y portadores. Estando formando a los portadores y poniéndose la túnica respectiva empieza a lloviznar, cada vez más intensamente, presagiábamos lo peor. Reunida la directiva dentro de la Basílica se decide retrasar en una hora la salida. Pasa esa hora y seguía la lluvia. Nueva reunión de la Directiva con el Hermano Mayor al frente y se toma una decisión muy dura, suspender la Estación de Penitencia. Este hecho no había ocurrido en la historia de la Cofradía y el momento de tomar esa decisión y el de comunicarlo a los hermanos, que estaban todos refugiados en la Basílica, fue muy duro. La directiva entera en el altar mayor flanqueando al Hermano Mayor a la hora de dar la mala noticia. Ese momento fue tremendo, se empezaron a ver lágrimas en los hermanos por no poder salir a acompañar sus imágenes. Fue una noche larga por la tristeza y también con esperanza de ver si nuestra procesión de la mañana siguiente podría salir por la meteorología. Llega la mañana del Viernes Santo, mañana de alegría para nuestra Cofradía por la procesión que tenemos, pero triste en lo meteorológico. Nos llegan noticias de que se pondrá a llover un poco antes de
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la hora que tenemos marcada para la salida y que solo habría un rato de descanso y luego seguiría todo el día con la lluvia. Esperamos pacientemente a nuestra hora, con los costaleros y los nazarenos dentro de la Basílica, puesto que estaba lloviendo. Nos reunimos la directiva en la Sacristía para ver que podíamos hacer, y decidimos esperar media hora y luego volvernos a reunir. Se lo comunicamos a todos los presentes y esa media hora se nos hizo eterna mirando al cielo para que parase de llover. Pero seguía y solo nos llegaba información de que pararía un rato. Nos volvimos a reunir, la directiva al completo, y decidimos suspender la Estación de Penitencia y si hay un claro salir a la calle a hacer un encuentro. Se le comunica a todos la decisión tomada y de nuevo muchas lágrimas en la Basílica. Aunque también hay un poco de nerviosismo entre los costaleros de los dos pasos por poder sacar a sus imágenes aunque sea un momento y quitarse el gusanillo que tiene por dentro. Se sale a la calle y se hace lo acordado en la reunión de la directiva, con tal suerte que, nada más entrar en la carpa los dos pasos, empezó a llover y ya no paró en todo el día. Dentro de la carpa estaban los hermanos y directivos con lágrimas en los ojos por no haber podido realizar ninguna de las dos estaciones de penitencia. Las sensaciones vividas en esos dos días fueron indescriptibles para las personas que estamos muy involucrados con la Cofradía, ya sea como un simple hermano, como costalero o como persona allegada a la Cofradía. Muchos sentimientos de rabia, pero todos ellos contenidos, puesto que el motivo no era por algo que se pudiese haber resuelto, sino por condiciones atmosféricas desfavorables, y contra eso no se puede luchar. Llegó el Sábado Santo, día de desmontaje de todos los pasos y traslado de nuevo de todo a nuestro local social (Casa Hermandad) para limpiar y guardar hasta la próxima Semana Santa. Lo único que nos dio una pequeña alegría fue el poder procesionar con San Juan acompañando a Jesús Resucitado. Ahí nos volvimos a juntar y aunque el recorrido se acorto debido a las previsiones de lluvia, se pudo hacer un recorrido digno. Esperemos que en la Semana Santa venidera nos respete el tiempo en lo climatológico y que salga bien para todas las Cofradías y Hermandades de nuestra ciudad. Que no se vuelvan a repetir los sentimientos del año pasado.
Semana Santa Mérida 2014 Real Hermandad y Cofradía Infantil de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, Santísimo Cristo de las Injurias y Nuestra Señora del Rosario.
Hermanos en Cristo: Nuevamente me dirijo a vosotros en las páginas de esta revista, en una nueva Cuaresma, tiempo de conversión y en el que, inevitablemente, nos vemos imbuidos en una intensa actividad cofrade. Ya han dado comienzo los ensayos de costaleros y portadores de los distintos pasos y ya se está trabajando en la Casa Hermandad con la preparación
de enseres para las Estaciones de Penitencia. Nuestra Hermandad se encuentra viviendo una época dorada gracias al trabajo y el compromiso de un buen número de hermanos que muestran, día a día, su interés por trabajar e implicarse en todas las cuestiones de la Hermandad. Todo un alivio para esta Junta de Gobierno que se siente arropada y respaldada por sus hermanos
en cuanto a todos los proyectos que pretendemos, y conseguimos, sacar a la calle. Seguiremos siendo el referente de la vida cofrade durante todo el año con numerosas actividades que, sin duda, sirven de encuentro y unión entre todos los hermanos. Es una satisfacción que, además de poderos saludar en los días de Semana Santa, pueda compartir con vosotros esos momentos de asueto y relax en los que, por encima de todo, está el sentimiento de Hermandad. De cara a esta Semana Santa, comentaros que el paso de Nuestra Señora del Rosario estrenará los varales de palio que han sido realizados en Ciudad Real. También estrenará la crestería del palio de los Hermanos Delgado, donada por Mamen Gil quien, además, le ha realizado una toca bordada en Plata y hemos adquirido los faldones del paso. También el Cristo de Medinaceli estrenará nueva túnica del Taller de Fernando González. En el deseo de que vivamos una Semana Santa plena de compromiso y comunión con nuestra Parroquia y en la que el mensaje de Cristo cale en nuestro corazón, recibid un afectuoso saludo de vuestro Hermano Mayor. Emilio Fermín Nova Ramos
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Semana Santa Mérida 2014 Cofradía del Prendimiento de Jesús y Nuestra Señora de la Paz
1964 – 2014. 50 años de historia
Querido Hermanos Cofrades del Prendimiento y María Santísima de la Paz: Contra viento y marea, aquí estamos, sobre este precioso cerro, hoy más hermoso que nunca, que un día ocupó la Barriada de la Paz. Los cincuenta años de la creación de la Parroquia, nos llegan al modo de los hombres, como un poco más de la mediana edad de una criatura humana: la jurisdicción parroquial se vacía de habitantes por un lado y se llena por otro, cambia, pero siempre en proceso de madurez. Todos estos cambios ponen a prueba la capacidad de acogida y de adaptación de nuestra comunidad parroquial. Siempre hemos tenido la satisfacción de ver como nuestros parroquianos se sentían identificados con su Parroquia. No quisiéramos perder esta señal de identidad tan arraigada. Esta Parroquia de San Francisco de Sales y Nuestra Señora del Rosario, no quiere ser un extraño en medio de las barriadas y urbanizaciones de la Zona Norte de Mérida, sino una comunidad cristiana abierta a todos, referencia tanto para los cristianos como para todos los hombres que quieran trabajar en la construcción del Reino de Dios: “el reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz” (Prefacio de la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo). En los días venideros celebraremos con gozo y alegría esta fiesta del cincuenta cumpleaños de la creación de la Parroquia. Mayores y jóvenes recordaremos con cariño y alegría hermosísimos momentos vividos en esta singular Parroquia, también los que nos han producido tristeza y sufrimiento, camino seguro para apoyarnos y mantenernos fuertes y unidos, y así el tiempo de ayer se convierta en tiempo de hoy, en el tiempo de crecer, de madurar, de ser más comprometidos, de formarse mejor… Es evidente que, en estos cincuenta años, la Cofradía del Prendimiento de
Jesús y María Santísima de la Paz ha sido un instrumento evangelizador de singular importancia. Con sus luces y sombras, desde su instauración en la Parroquia, ha ejercido como faro de luz y de influencia cristiana extraordinario para cientos de personas que han pasado por ella, a pesar de encontrarse en una de las zonas más pobres de la ciudad, con falta de recursos de todo tipo, siempre ha estado en el lugar que le corresponde con dignidad y decencia. Los tiempos actuales han modificado muchas cosas, por eso se hace necesario, Hermanos del Prendimiento y Nuestra Señora de la Paz, un “plan renove”, que pasa ineludiblemente por la formación, y no sólo del equipo directivo, sino de todos.
Sabéis que las Hermandades y Cofradías son asociaciones de fieles que tienen una vocación de vivir la fe, de transmitir el Evangelio y de amar a Jesucristo y a nuestra Madre la Virgen. Pero nadie puede dar lo que no tiene. Ser Hermano no es solamente ponerse el capirote el Jueves Santo y sacar a la calle los Pasos que nos identifican, no; es mucho más, es conocer, amar y experimentar en lo más profundo de nuestra existen-
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cia, a quienes portamos en nuestros hombros, Cristo, la Virgen Santísima y la familia que nos dejaron: la Iglesia de la que formamos parte por nuestro bautismo. Parece una estupidez venir ahora con esta cuestión ¿verdad? Se supone que todos lo sabemos, conocemos y vivimos, empezando por el equipo directivo. Qué sorpresa nos llevaríamos si nos sometiésemos todos a un pequeño examen para ver cómo estamos de conocimiento y vida religiosa. Es verdad que el Jueves Santo la Estación Penitencial del Prendimiento, nuestra procesión, es el culmen de un largo proceso de trabajo, en el que muchos echáis horas sin cuento, incluso a costa de vuestras familias…, pero no puede ser solo eso, que es bueno y no tiene precio. Ese trabajo tiene que ser sobrenatural, hecho con amor de Dios, con delicadeza y visión sobrenatural; que sea consciente y a flor de piel, nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia, a la que queremos como Madre… El día 9 de abril, en la Asamblea General, hablaremos tranquilamente, con paz, con la vista puesta en el futuro, y presentaremos ese “plan renove” para poner el motor, el corazón de cada uno, a punto, con el ralentí en su justo sitio para no quedarnos tirados en la carretera. Dios, la Virgen Santísima y nuestra Iglesia esperan mucho de nosotros, no podemos defraudarles. Que el 50 aniversario de nuestra Parroquia en este 2014, sea el pistoletazo de salida para unos tiempos nuevos para la Cofradía, para abrir una nueva etapa a la esperanza donde todos nos comprometamos en descubrir y ser lo que Dios quiere de nosotros en esta asociación de fieles cristianos del Prendimiento de Jesús y María Santísima de la Paz. Guillermo Díaz Manzano. Párroco
Semana Santa Mérida 2014 Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de Nazaret
La Misión del Cofrade
“Toma tu Cruz y Sígueme”
Un año más tengo la oportunidad de dirigirme a todos los miembros de esta Hermandad para deciros que la vida cofrade no empieza, ni acaba, en la Semana Santa, sino que hay un periodo anterior en el que comienza la preparación a ese momento de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor. Es periodo es, sin lugar a dudas, la Cuaresma, durante la cual llevamos a cabo importantes y significativos actos para nuestra Hermandad, tales como el Vía Crucis por la Paz, la Convivencia de Confraternidad Cofrade, los Cultos a nuestros Sagrados Titulares, el Stmo. Cristo de la Vera Cruz y María Stma. de Nazaret, la Función Principal de Instituto, la Procesión de los enfermos, etc. Este año, además, contamos con un hecho excepcional como es la “MISIÓN PARROQUIAL 2014” (Del 7 al 23 de Marzo), en la cual se nos convoca a todos a anunciar el Evangelio, un tiempo de evangelización extraordinaria durante el cual la comunidad, ayudada por los misioneros, se autoevangeliza entusiasmando y fortaleciendo la experiencia cristiana de la propia comunidad, de la que todos formamos parte indiscutible, apoyando a establecer caminos de acercamiento a los alejados, potenciando así el proyecto pastoral de la Parroquia de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro. Durante estos actos, actividades y acontecimientos la afluencia de hermanos va siendo, afortunadamente, cada vez mayor, aunque me gustaría que el aumento a experimentar fuese cada año mucho mayor. Pues a nadie se nos escapa que cuando llega el Jueves Santo, nuestro día importante, el día de nuestra Estación de Penitencia, el patio de casa y en torno a nuestros pasos son muchos los hermanos cofrades que se congregan, pero ¿dónde están antes y después del Jueves Santo?
Desde estas líneas os quiero invitar a vivir la vida de cofrade, la misión como cofrade y cristiano, en la Hermandad, en la Parroquia, en la Comunidad Cristiana, durante los 365 días del año, participando activamente en la vida de estos y en su desarrollo, con Cristo como señuelo, su Palabra como esperanza, su Amor para compartirlo con los demás..., como cofrade y cristiano comprometido en “Ir por todo el mundo y anunciar el Evangelio”, al lado del necesitado, al lado del solitario, al lado de la justicia, de la solidaridad, de los que no se pueden defender, al lado de la vida. Y todo ello teniendo a Cristo, que presente en la Eucaristía, es nues-
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tro alimento y fortaleza y María, la Madre, nuestra Madre, la gran intercesora y mediadora ante el Padre. Os deseo a todos que viváis una Santa Cuaresma y una piadosa Semana Santa, participando de todo aquello cuanto la Iglesia pone a nuestro alcance para vivir la fe, y de forma particular nuestra Hermandad, especialmente nuestra Estación de Penitencia del Jueves Santo. A todos un fraternal abrazo en la Paz y el bien. Juan Francisco Salguero Martínez Hermano Mayor
Semana Santa Mérida 2014 Cofradía del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Misericordia
Muy estimados hermanos, llega una nueva Cuaresma y con ella, iniciamos los preparativos para nuestra Estación de Penitenciapor las calles de nuestra Ciudad Milenaria.
sitos. Dos nuevos faroles de guía nos acompañarán el año que viene. Uno de ellos llevará grabado el nombre de nuestro hermano Vicente, fallecido como sabéis el año pasado; seguro
mida. Todo aquel interesado puede ponerse en contacto con nosotros o con nuestra Parroquia. Recordad que el compromiso de todo cofrade no sólo consiste en prepararse para salir un día acompañando a nuestros titulares, sino que este compromiso cristiano debe mantenerse todos los días del año, por ello os animo a participar en este proyecto. También quiero dar las gracias públicamente a mi Junta de Gobierno. A pesar de mi falta de tiempo para atender muchas cuestiones, me siento muy arropado por ellos; así que les doy las gracias por su compresión y les felicito por la labor que están llevando a cabo. Siempre hemos sido y somos una gran familia.
Nuestra Cofradía sigue trabajando para conseguir las metas propuestas. De este modo, me complace comunicaros la finalización del pago del préstamo que hace un tiempo solicitó la Parroquia y al que nosotros hacíamos nuestra aportación; préstamo que ha servido para la construcción del edificio parroquial en el que guardamos nuestros enseres. Han pasado quince años del inicio de dicho proyecto y en esta Cuaresma la Cofradía y la Parroquia cierran ese capítulo. Esto nos permite continuar con nuevos propó-
que desde allí donde esté continuará su labor, ayudándonos a iluminar el camino de los cofrades, siendo luz de guía de sus hermanos en el camino y luz que despertará en los corazones de los que nos acompañen en la calle. Aunque continuamos viviendo tiempos complicados, me gustaría solicitar vuestra ayuda y pedir vuestra colaboración con el comedor social de Mérida, puesto en marcha el pasado mes de diciembre. Se necesitan socios para hacer frente a los gastos de co-
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Por último, recordad que Jesús es el centro de nuestras vidas y centro de nuestra Estación de Penitencia. En la homilía de la celebración eucarística de la clausura del Año de la Fe, el Papa Francisco nos dijo que “la actitud que se pide al creyente es la de reconocer y acoger en la vida esta centralidad de Jesucristo, en los pensamientos, las palabras y las obras. Y así nuestros pensamientos serán pensamientos cristiano”; “a Jesús podemos referir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias que entretejen nuestra vida. Cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza”. Dicho esto, os invito a que viváis los días de Pasión con el mayor fervor y que la fe continúe en nuestra vida cotidiana durante todo el año. Recibid un fraternal abrazo de vuestro hermano. Francisco González Pérez
Semana Santa Mérida 2014 Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Nuestra Señora de las Lágrimas
Camino de Hermandad
Otro año mas nos disponemos a celebrar nuestra Semana Santa, este año nuestra hermandad después de recorrer un largo camino esta de enhorabuena tras veinticuatro años de espera, de que nuestra primera titular Maria Stma. de las Lágrimas llegara a Mérida, este año por fin es Ella la titular del majestuoso cartel que anuncia la Semana Santa de nuestra ciudad, para todos los hermanos es un honor, un privilegio y un orgullo poder contemplarla por cualquier rincón de la ciudad. Camino que como bien todos sabéis no ha sido fácil, hemos tenido que
resurgir muchas veces a la hermandad desde el mayor hundimiento, pero aquí estamos una vez mas, poco a poco nos hemos ido haciendo un hueco en nuestra semana santa y hoy por hoy la Hermandad de las Lágrimas resuena con identidad propia.
El pasado año la lluvia aparecía de nuevo el martes santo impidiendo que nuestra estación de penitencia se pusiera en la calle, era un año de alegría y de estrenos, Jesús de la Humildad con su nuevo paso y Maria Stma. de las Lágrimas con su nuevo manto y saya, este año también Jesús de la Humildad estrenara un nuevo
traje, donado por uno de sus devotos, y Nuestra Madre un nuevo paso, esperemos que la lluvia no se haga presente de nuevo un año mas y las lagrimas de Nuestra Señora se conviertan también en las lagrimas de sus hijos. Hermandad que se va haciendo y forjando con el paso de los años, camino de rosas y de espinas como el camino del Calvario que llevo nuestro gran Maestro y Señor, a Él lo aliviaron las mujeres de Jerusalén que lloraban en su caminar y lo alivio el cirineo que le ayudo a llevar la Cruz, a nosotros nos alivian Jesús de la Humildad y Nuestra Santa y Amantísima Madre Maria de las Lágrimas, por ese en este caminar no tenemos miedo porque vamos con ellos de la mano, ¿desde cuando un hijo tiene miedo, si vas agarrado de la mano de sus padres?, con ellos todo es seguridad, firmeza, ternura, paz, amor…. Este año también queremos recordar a los hermanos que ya no están entre nosotros y gozan de la presencia del Padre, por los enfermos, los que sufren, los que están en el paro, que el Señor alivia su caminar de la vida, que las hermandades ayudemos a todo aquel que nos necesita y pidamos por todos ellos. En nuestra hermandad concretamente y por desgracia algunos sufren por el desempleo y la enfermedad, por eso este año uniremos nuestras oraciones y pediremos por todos ellos y cuando el martes santo Jesús de la Humildad y Maria de las Lagrimas vayan caminando por las calles de nuestra ciudad alivien también el peso de la Cruz de todos ellos. La Junta Gestora
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Semana Santa Mérida 2014 Cofradía de la Sagrada Cena y Nuestra Señora del Patrocinio
Casi sin darnos cuenta, se nos ha echado encima y tenemos delante de nosotros, la Semana Santa 2014, la Salida de la Cofradía es inminente, el Domingo de Ramos está aquí. Para los hermanos de la Sagrada Cena, será una Semana Santa llena de ilusión, después del arduo trabajo llevado a cabo por unos cuantos cofrades volcados en llevar a buen puerto los objetivos que desde la Junta de Gobierno se están marcando. Cabe destacar el impresionante trabajo que hacen los costaleros y las costaleras, cuantiosos y duros ensayos, que les permite realizar una estación de penitencia físicamente digna, llevando en volandas a las imágenes titulares de nuestra querida hermandad, y que este año están creciendo en organización y trabajo. Este Domingo de Ramos la Cofradía estrena nueva canasta del Paso de la Cena del Señor, también nueva Saya de Ntra. Sra. Del Patrocinio, donadas estas por el taller de costura de D. Fernando González y todas esas almas que lo ayudan y lo guardan. Vaya para todos los componentes del “Taller de Fernando” nuestro agradecimiento infinito. Todo esto sí es importante, pero nosotros hermanos cofrades no debemos de ninguna manera quedarnos ahí, si de verdad queremos disfrutar de nuestra semana de Pasión en plenitud, debemos dar un paso adelante. Las estaciones de Penitencia, corren el riesgo de quedarse solo en algo estético y exterior, (para algunos es lo único importante de la Semana Santa y es lo único que hay que fomentar, poco interesa, ni Dios, ni la Iglesia, ni la fe). Debemos vivir, en primer lugar, dentro de nosotros en nuestro corazón y junto a nuestros hermanos la fe en comunidad, para que podamos así comunicar nuestra experiencia de ser seguidores de Jesús, y amigos suyos. Oportunidad perfecta de renovar ahora mismo el encuentro con Jesucristo, o como poco, tomar la decisión
de dejarnos que él nos encuentre, intentarlo cada día y sin descanso. La fe es el vínculo que nos une a Cristo, es nuestro punto de unión con él, es nuestra lealtad voluntaria a su persona y a su misión. A través de ella, nos comprometemos con Cristo. Creer en Cristo es esforzarse en seguir sus pasos. Es fiarse de él, estar seguros de que nunca nos fallará. Creer es esperarlo todo de él. Es no sentir miedo ante el futuro y la muerte, porque sabemos que él siempre estará con nosotros. Creer es sentirse pequeño, pero fuerte en Cristo. Creer es verle hoy presente en todos los hombres, especialmente en los más necesitados y en los más
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comprometidos. Creer es vivir y luchar para que cada vez seamos más auténticamente hermanos. Creer en Jesucristo es amarle en el hermano, de obras y de verdad. Es comprometerse como él en la liberación de los oprimidos. Aprovechemos este tiempo de Cuaresma, una nueva oportunidad que se nos concede para cultivar nuestra fe, y que la misma sirva de reclamo hacia aquellos que no sienten nada, para que busquen y encuentren amparo ante Dios nuestro Señor, en la certeza que de ser así, éste cambiará sus vidas. Luis Manuel Pérez Colomo
Semana Santa Mérida 2014
¡Es el Señor!
Queridos amigos, gracias por invitarme a participar de vuestra historia de fe, aquí en Mérida, una historia que no es sólo memoria de un pasado sino conciencia de lo que sostiene el presente. Porque las figuras que veréis desfilar por vuestras calles no son sólo piezas artísticas de gran belleza, no hablan de un mito fundante de nuestra cultura. Eso sería demasiado poco, demasiado triste, demasiado impotente para permitirnos vivir. En el pórtico de la Semana Santa de este 2013 la verdadera pregunta para nosotros que lo confesamos, para los que miran expectantes, y para los que lo rechazan, es de nuevo ésta: ¿cuál es la verdad acerca de este Jesús llagado y maltratado? ¿Acaso este rey aparentemente sin poder puede salvar nuestra vida? Quisiera invitaros a responder a esa pregunta de la que depende todo, y para eso necesitamos una mano segura. La mano que yo he elegido es la del Papa emérito Benedicto XVI en su monumental obra Jesús de Nazaret, y también la mano de nuestro Papa Francisco. En esta noche vibra nuestro corazón de hombres que buscan la verdad y que nos hemos topado con la figura y el mensaje de Jesús. Y eso es algo que no puede dejar indiferente, porque como decía Kierkegaard, “ante Jesús, tú debes tomar postura”. Nosotros hoy, hemos de tomar postura. Y para ello debemos colocar estas escenas, estos pasos procesionales que nos conmueven hasta las lágrimas, en el contexto de la palabra de Dios que vive y resuena en el camino de la Iglesia. Debemos medirnos, como hace Benedicto XVI con el Jesús que las Escrituras nos entregan y que la Iglesia confiesa, celebra y anuncia. No nos sirven esas figuras de Jesús
descoyuntadas por el escepticismo moderno, desmontadas pieza a pieza hasta ser irreconocibles, ya sea en los medios de comunicación o en la propuesta de una exégesis alejada de la fe. Por el contrario el Jesús de los Evangelios que la Iglesia custodia y anuncia posee una impresionante capacidad de persuasión. Frente a este Jesús que se nos desvela, uno no puede permanecer como mero espectador. Es Alguien que habla a nuestra vida, que le ofrece la plenitud y por ello puede reclamar nuestra conversión. Una de esas imágenes distorsionadas es la del Jesús político y revolucionario, el Jesús zelote que habría sido condenado por su pretensión de encabezar una revuelta violenta contra el invasor romano. Es una imagen que hizo las delicias de algunas teologías en boga durante los años sesenta y setenta del pasado siglo, que pretendieron legitimar el uso de la violencia para establecer un mundo mejor. Pero el celo de la casa de Dios nunca lleva a Jesús a la violencia, “Jesús no viene como destructor, no viene con la espada del revolucionario, viene con el don de la curación… muestra a Dios como Aquel que ama, y a su poder como la fuerza del amor”. El Jesús de los Evangelios viene bajo el signo de la cruz, como nos está recordando insistentemente estos días el Papa Francisco. Serán su pasión y resurrección las que legitimen su pretensión de ser el Hijo de Dios, que escandalizaba a los maestros de Israel. Y frente a las numerosas invitaciones (sinceras o tramposas) que le inducen a confirmar con un signo su pretensión, será sólo el binomio de la cruz y la resurrección, el signo que Él ofrecerá a Israel y al mundo. Pero la incomprensión y el rechazo que suscita este método inaudito no se refieren
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sólo a sus enemigos. También Pedro experimenta esa aversión que continuará después en la historia de sus discípulos durante siglos: “Lejos de ti lavarme los pies, lejos de ti morir en la cruz, tu abajamiento y tu humildad son inadmisibles”. Jesús tiene que ayudarnos a entender una y otra vez que el poder de Dios es diferente, que el Mesías tiene que entrar en la gloria y llevar a la gloria a través del sufrimiento. Como lo aprendió Pedro, cuando vio que sus ganas de pelea terminaban en la negación mientras cantaba el gallo. Tuvo que aprender la humildad del seguimiento para ser llevado donde no quería ir, para recibir al final la gracia del martirio. La tensión dramática, realzada por la belleza literaria de este texto, llega su cenit en las páginas sobre Getsemaní, porque allí Jesús ha experimentado la última soledad, toda la tribulación del ser hombre. Allí el abismo del mal y del pecado de todos los tiempos le ha llegado hasta el fondo del alma, allí le besó el traidor y le abandonaron sus discípulos. Allí, dice el Papa, “Él ha luchado por mí”. En varias ocasiones a lo largo del libro nos habla del estremecimiento de Jesús, más aún, nos lo transmite vívidamente. Es el misterio más insondable de este Jesús que es Hijo bendito del Padre, al que llama en su desolación Abbá, con una palabra que ningún israelita hubiera utilizado para llamar al Dios de la Alianza. Así demuestra la íntima esencia de su relación con Dios. Impresionante por su profundidad es toda la explicación de la oración en el Huerto, con sus dos peticiones: si es posible líbrame de esta hora… pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. “En la voluntad humana de Jesús se refleja la resistencia de la naturaleza humana frente a Dios… pero Jesús, luchando, arrastra la naturaleza recalcitrante a su verdadera esencia”.
PREGÓN 2013
Semana Santa Mérida 2014
Si el revolucionario violento es una grotesca deformación de Jesús de Nazaret, las imágenes de un rabino bondadoso o de un simple profeta tampoco le cuadran. Desde su entrada en Jerusalén, su diatriba con los cambistas y los fariseos en torno al templo, la Última cena y el estremecimiento del Huerto de los olivos, se delinea con trazos vigorosos la misión de Jesús y su pretensión mesiánica, que se desvela totalmente en el diálogo con Caifás. Afrontamos aquí uno de los nudos que parecen insuperables para la sensibilidad y la mentalidad modernas, me refiero a la cuestión de la “expiación”. Para la mentalidad de hoy parece insoportable conciliar la imagen de un Dios que es Padre bueno y misericordioso con la tarea encomendada a Jesús de entregarse por los pecados de toda la humanidad. ¿Es esto realmente lo que los textos nos han querido transmitir, o ha sido más bien una reformulación posterior de la Iglesia primitiva? No debemos tergiversar los textos del Evangelio según nuestros esquemas racionalistas, sino dejarnos guiar por ellos tal como la Iglesia los ha recibido y los entrega, superando nuestra medida, nuestra presunción. La realidad abrumadora del mal existe de una forma que podemos palpar cada día. No es una reflexión sino un hecho que contamina y pudre la vida de mil maneras. ¿Sería acaso realista, más aún justo, pensar en una redención que simplemente ignorase el peso tremendo de este mal para hacer borrón y cuenta nueva? Esa realidad del mal que experimentamos con tanta amargura e impotencia en el presente de nuestras vidas y a lo largo de toda la historia, no puede ser simplemente ignorada, tiene que ser derrotada y eliminada. No es que un Dios cruel exija un pago insoportable y desmesurado a Jesús, es justo lo contrario. “Dios mismo se pone como lugar de reconciliación, y en su Hijo, toma el sufrimiento sobre sí”. Bien puede recrear Pascal la escena de Getsemaní oyendo decir a Jesús (y
cada uno de nosotros puede hacer lo propio, viendo por ejemplo a vuestro Cristo de las injurias): “aquellas gotas de sangre las he derramado por ti”. Y efectivamente, del corazón traspasado de Jesús manan el agua y la sangre que anticipan el Bautismo y la Eucaristía, el tejido profundo de la Iglesia que nace a los pies de la Cruz. Introduzco aquí un pasaje de la homilía de nuestro papa Francisco durante la Misa celebrada con los cardenales en la capilla Sextina. Allí se refirió a Pedro que había confesado a Jesucristo diciendo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Te sigo, pero no hablemos de cruz… Te sigo de otra manera, pero sin la cruz. Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz y cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos. Y pedía
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Francisco que “tengamos el valor de caminar en presencia del Señor, con la cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, derramada en la cruz; y de confesar la única gloria: Cristo crucificado. Y así la Iglesia avanzará”. Llegamos al capítulo dedicado a la resurrección de Jesús, que es el punto decisivo de nuestra fe: porque la fe cristiana se mantiene o cae con la verdad de este testimonio. Vuestra hermosa tradición hace procesionar una imagen del Resucitado por las calles de Mérida como culmen de esta intensa Semana. Y es que sin la Resurrección, de Jesús podrían quedar retazos interesantes, ideas más o menos útiles sobre Dios y sobre el hombre, “pero la fe cristiana quedaría muerta”. Sólo ella legitima y
Semana Santa Mérida 2014 confirma la pretensión de Jesús. Pero ¿de qué estamos hablando cuando nos referimos a la Resurrección? Para explicar esta realidad que es la base del testimonio apostólico, habla de “una mutación decisiva”, de un “salto cualitativo”: un romper las cadenas para entrar en una nueva dimensión de la existencia, un tipo de vida totalmente nuevo que ya no está sujeto a la ley del devenir y de la muerte. Es preciso que los cristianos de esta hora dialoguemos con un mundo marcado por el escepticismo y la supuesta omnipotencia de las ciencias empíricas, pero también deseoso de una plenitud, de una vida verdadera que no alcanza a imaginar y definir. Aquel Jesús que se aparece a los suyos no es un cadáver reanimado sino alguien que vivía desde Dios de un modo completamente nuevo. No pertenecía ya a nuestro mundo pero estaba presente en él de manera real, en su propia identidad. ¿Puede haber sido realmente así?, ¿podemos nosotros, como personas modernas, dar crédito a semejante relato? Responder a esa pregunta positivamente es un desafío para cada uno de nosotros, y debemos hacerlo partiendo de la comprensión fiel de los relatos de la Escritura, pero al mismo tiempo tomando en consideración las preguntas de esta época. La propia ciencia, si es fiel a sí misma, no puede cerrar las puertas a la posibilidad de algo nuevo, inesperado. Toda la creación, en el fondo, está como esperando, clamando por una mutación definitiva, una superación de todos los límites, una plenitud y una armonía secretamente esperadas. Esto es particularmente evidente en el corazón del hombre que aspira a la plenitud, a la satisfacción total, a la vida verdadera. En todo caso la resurrección, aunque va más allá de la historia y abre la puerta a otra dimensión, sí ha dejado su rastro palpable en la historia. Sería inconcebible el entusiasmo misionero, el valor y el empuje de aquel primer grupo de cristianos si en el horizonte de su experiencia no se hubiese producido algo inimaginable
PREGÓN 2013
que les hizo superar el trauma de la muerte de Jesús en la cruz. Por eso el relato de la resurrección se convierte por sí mismo en eclesiología: da forma a la Iglesia y envía a la misión. Se abre aquí el tiempo de la Iglesia, que ahora puede entender el drama de la cruz y los anuncios de que la salvación sólo tendría lugar a través del sufrimiento del Hijo del hombre. Pedro en particular, comprueba ahora su cortedad de miras cuando porfiaba violentamente con el Maestro sobre el particular. La salvación no podía llegar a través de la imposición del poder, sino mediante el amor que reclama la conversión. Se abre así el tiempo de la Iglesia, ese tiempo que media entre la historia terrenal de Jesús y su venida gloriosa al final de los tiempos. Cuando Jesús asciende al Padre no deja a los suyos desamparados, sino que sigue presente, viene siempre de nuevo a nuestra vida. Y aquí el Papa mira a las tribulaciones del presente: “también hoy la barca de la Iglesia, con el viento contrario de la historia, navega por el océano agitado del tiempo… y tenemos con frecuencia la sensación de que está para hundirse; pero el Señor está presente y viene en el momento oportuno”. Sí, Él viene continuamente en su Palabra, en los sacramentos, en los acontecimientos de la vida y en el testimonio de la santidad. En su última Vigilia Pascual en Buenos Aires, el cardenal Bergoglio, hoy nuestro papa Francisco decía que “en esas noches nuestras, noches de miedo, noches de tentación y prueba, el Señor sigue velando… y con palabras dulces y paternales nos dice: “¿Por qué estáis turbados? Mirad mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tocadme y lo veréis”. ¡Somos duros de entendimiento, y nos sigue costando creer lo que anunciaron los profetas! Pero el Señor Resucitado siempre está vivo a nuestro lado. En la noche del sepulcro también Ella, la Madre, estaba en vela. Como esa imagen vuestra de María de Nazaret que se lleva en sus manos la
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corona de espinas y mantiene una mirada dolorida pero dulce, marcada a pesar de todo por la esperanza. Porque como decía el cardenal Bergoglio “sus entrañas le hacían intuir la cercanía de esa vida que concibiera en Nazareth y su fe consolidaba la intuición. Vamos a pedirle a Ella al final de este pregón que nos enseñe a perseverar en la vigilia, nos acompañe en la paciencia, nos fortalezca en la esperanza; que nos abra lo ojos y los oídos para reconocer a su Hijo vivo y presente a través de sus testigos, a través de los santos de nuestra historia y del momento presente. Que a través de esa vida espléndida de los santos nos encontremos con su Hijo Resucitado y así nos veamos libres del miedo y la desesperanza. Y que al reconocerlo, como decía el Papa Francisco, salgamos corriendo… pero no del susto sino para anunciarlo a todo el mundo.
José Luis Restán
Semana Santa Mérida 2014
Pregón del Costalero 2013
En honor a la verdad, tengo que empezar diciéndoles, que la primera vez que se dirigieron a mí para pedirme estar aquí hoy, dije un rotundisimo, no! Yo? No,….. “perdona pero yo no estoy preparado, ni creo ser la persona indicada y capaz para ello, además, llevo ya muchos años desvinculado de las Hermandades y la Semana Santa” dije! Y así lo sigo creyendo hoy, ahora mismo, subido aquí y delante de este atril, pues me enfrento a unos de los retos más difíciles de mi vida, créanme! “Y los que me conocen bien, que sois muchos aquí hoy presentes, sabéis de que os hablo y me entendéis perfectamente”. En esto creo no ser nada original, pues supongo que mis antecesores y los venideros pregoneros, les ocurrirá algo parecido. Pero los que nos sentimos cofrades valoramos este acto y otros muchos, como algo verdaderamente importante para el buen discurrir y esplendor de nuestra querida Semana Santa, y había que hacerlo, y aquí estoy! Y algo así, me ocurrió también, hace ya muchísimos años, cuando me plantee ser costalero, yo? Si! Ya era cofrade desde niño, pero costalero? He hecho una promesa!….pero, seré capaz?….mi padre deja de ser capataz por su enfermedad. Mi Nazareno del Calvario!, y mi juventud de entonces que me llamaba, a otras “cosas”,….. pero había que cumplir con lo prometido, y…. “Bendito día”….. todavía, a mi edad ya, no he encontrado mayor satisfacción, mayor emoción y mayor sentimiento…… que ponerme debajo de unos varales y llevar sobre mis hombros ese “peso”. Y hoy creo que experimentare y conseguiré algo parecido después de este pregón…..vamos a ello! SALUDOS A LAS AUTORIDADES PRESENTES: Ilmo. Sr. Vicario de Mérida y Tierra de Barros, Sr. Concejal Delegado de Semana Santa, Srs. Concejales del Excmo. Ayto. de Mérida, Presidente de la Junta de Cofradías, Presidente de la Asociación de la Virgen y Mártir Santa Eulalia. Hermanos Mayores, Sacerdotes, miembros de las distintas juntas de gobierno de la Hermandades y Cofradías de Mérida. Miembros de la junta rectora de la Mártir Santa Eulalia, Señoras, Señores, Familiares, Amigas, Amigos, hermanos todos: Si pregonar es, en voz alta y públicamente, contar aquello que queremos
que se sepa y se sepa bien, el acto con el que se inicia una celebración, hoy, es preciso y necesario proclamar alto y fuerte que esos hombres y mujeres que hacen mecer y andar los pasos de nuestra Semana Santa por barrios, calles y plazas, por sus adoquines, empedrados y asfalto, son los verdaderos protagonistas y artífices de esta celebración. Ellos llevan tiempo ya, con sus ensayos anunciándonos, que la salida a la calle de nuestros pasos e imágenes, está cerca. Y si para algo ha de servir este pregón, debe ser para decir alto y claro que los costaleros son el “corazón” de la Semana Santa, y su corazón es el motor que mueve, sus pies, brazos, hombros, riñones, espalda…… y hacen lucir nuestras Imágenes, como nadie!. Dejadme entonces costaleros, que hoy sea vuestro pregonero, la voz que anuncie vuestra salida,…. que sea fanfarria, y os suene a música mi voz, al igual que la que os acompaña detrás de los pasos, …….que sea los ciriales, que atisben que ya estáis cerca, ………que sea vuestro barandales, y anuncie vuestra llegada en la procesión haciendo sonar las esquilas, bien fuerte!…….pues sois vosotros quienes más necesitáis ser anunciados, vuestro anonimato debajo del verduguillo o del faldón necesita de todo esto. Pero para ello, no contáis hoy, con una persona que pueda desde la poesía que a veces adorna y embellece sin duda estos actos, (Dios no me dio el don de rimar palabras y hacer bellos versos), ni tampoco contáis con un experto en teología que sepa utilizarla para ello. Pero si contáis con un cofrade, emeritense, criado en esta santa tierra, que en el trascurrir de su vida, la importancia de sentirse así, ha sido vital, pues desde niño bebí de las fuentes que emanaban ese sentir, muy distinto y difícil de definir, que se llama ser cofrade, hermano, nazareno, costalero, portador……y además de Mérida, y miembro de esta sociedad que se reúne en torno y en nombre de Dios, para conmemorar nada más y nada menos que la pasión, muerte y resurrección de su hijo Jesucristo por las calles de nuestra ciudad. Por ello hoy, os hablo, desde la sencillez de mi corazón, de mi corazón de costalero.
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¡No puedo ni se de otra forma! Hace muchos años, para mí el mejor cofrade de esta Semana Santa de Mérida, ya hablaba del “corazón” que le ponen los costaleros a la hora de salir con su paso a la calle. No era otro que mi padre…..lógico creador y culpable de que hoy, entre otras cosas, este aquí, intentando pregonar como dijo, el corazón del costalero. Y el Miércoles Santo, del año 1985, por la tarde y en su casa, descansando y todavía emocionado por la salida del Nazareno del Calvario la noche del Martes Santo, barruntando, estoy seguro, la antesala de su enfermedad, pero con el honor de haber sido su primer capataz, sacándolo a hombros. Él, si tuvo esa maravillosa virtud de poder expresar su sentimiento en un papel, escribiendo unos sencillísimos versos, pero llenos de emoción ante la salida de su querido Nazareno del Calvario a hombros. “Cristo Nazareno Con andas doradas ¿Porque te apenas? Si no te falta nada. El presente año, Gracias al erario, dejastes las ruedas En el Calvario. ¿para que las querías, Cristo Nazareno? Si estaban contigo Cuarenta costaleros. Cuarenta hombres hechos en tu cristiandad, A los que damos las gracias toda la Hermandad. Cuarenta hombres juntos, juntos en su devoción, todos arrimando el hombro para tu mayor esplendor. No solo ponían su hombro, ponían todo su corazón, para que fueras hermoso dentro de la procesión. Creo que lo conseguimos, según pública opinión, pues solo hacía falta poner Corazón, corazón y corazón. De muy pequeño le acompañe algún Martes Santo delante de la Oración en el Huerto del que fue capataz, además de
asistir a más de una reunión de la Junta de Gobierno, dirigida entonces por D.Federico de la Heras,….era una verdadera
lapa pegado a él. Y con los ojos y oídos bien abiertos…fui empapándome de esos cofrades de aquella época; Bazo, Acero, Moraga, Vinagre, Molinero, Torres, Calderón, Gallardo…. no es una alineación deportiva, no…eran y son algunos todavía, de la “Cofradía de los Moraos”, hombres de su época comprometidos con su Hermandad y Cofradía, dentro de una sociedad emeritense conservadora, pero que adivinaba sin duda ya un prometedor y brillante futuro de su ciudad y por supuesto de su Semana Santa. Recuerdo reuniones en la calle Cardero, en la calle Piedad y por supuesto en la sede principal de la Hermandad que no era otra que Almacenes de la Heras……. Esos Domingos de Ramos, una vez recogida la burrita, el traslado de pasos y enseres desde el Calvario hasta Santa María, y el encuentro con la Cofradía Infantil, ya enfrascada en desmontajes y montaje del Lunes Santo. Con curiosidad infantil, me gustaba asomarme, levantar los faldones y ver esos carros articulados, de antiguos vehículos desguazados, con su volante, su pedal de freno, su manivela. Montarme en el asiento del conductor, era toda una maravillosa aventura infantil, pero con el consiguiente ¡niño, sal de ahí hombre! Del adulto de turno, pues dicha manivela había ocasionado ya más de un disgusto. Así me fui forjando en el seno de la Hermandad del Calvario, con sus peculiaridades y sus características algo especiales y distintas de las demás, “Los Moraos, siempre son muchos” decía D. Pedro Rodríguez de Tena. Salen a la calle más que nadie y además cuenta con más pasos que nadie, y con dos maravillosas tallas
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de Virgen. “María Santísima de la Amargura, Reina del Barrio, y la Virgen de los Dolores”…nombrada por el cabildo municipal como “Señora de Mérida”. Los años iban pasando, y dentro de mi Hermandad desarrolle distintos cargos y obligaciones, recuerdo con mucho agrado mi etapa de Diputado de Orden, “Mandamás” como se decía entonces, ¡que mayor me sentía con mi capa y mi vara!, y cuantos kilómetros nos hacíamos subiendo y bajando de una tramo a otro de la procesión. Entonces la Hermandad del Calvario, podía perfectamente sacar de 400 a 500 nazarenos con cirio (contados pareja a pareja por Manuel de las Heras y Felipe Moraga en la misma puerta de Santa María). Seguí aprendiendo de la nueva hornada de hombres, y mujeres también ya, que fueron llegando,….Ángel de las Eras, Márquez, Anguas, Chaparro, Lavado, Ambrosio, Carmona, María Teresa, Hermanas Franco…. Y como les decía al principio, encontré mi sitio, decido ser Costalero! Portador de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Calvario! Era donde mi corazón mas se aceleraba, mas disfrutaba, mas sentía….. me sentía…cofrade de verdad. Fui un año capataz del Santo Entierro, Secretario de la Hermandad, tuve el honor de sacar también como capataz al Cristo del Calvario crucificado, retomando una procesión perdida hacía muchos años en la madrugada del Jueves Santo, e incluso tuve el inmenso honor de ser el Hermano Mayor, y celebrar el Centenario de la Hermandad en el año 2000, todo esto con la inestimable ayuda y trabajo de un maravilloso grupo de cristianos, amigos, cofrades, hermanos…. que me enseñaron y con los que tuve la suerte, y el privilegio de vivir con ellos una verdadera Hermandad, con todo lo que conlleva esta hermosa palabra. Tengo que destacar a Isidro Anguas, hermano mayor y capataz de mi paso del Nazareno, corazón él también, y motor en aquellos años del Calvario, maestro sin duda de una forma de ver y entender la Hermandad, que a todos nos caló hondo, y seguimos sintiéndolo así. Rodri, Gallego, Ramos, Flores, Carmona, Mosquera, Trujillo, Hermanas Franco, Lolin, Nani ……..algunos costaleros, otros no, pero todos sin excepción arrimando el hombro cual costalero sin varal, y trabajando no bajo el anonimato del verduguillo o del faldón del paso, sino, desde una segunda fila, sin aparecer apenas, sin apenas ser vistos, haciendo faenas a veces ingratas pero necesarias.
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Y llega el día, comienza la cuenta atrás, se acabaron los ensayos, llegan ahora las túnicas, los cíngulos,…..el corazón se sale por la boca, las horas se hacen eternas, como eterno se ha hecho el año, desde que salimos de debajo del paso la última vez, son ya varios años de costalero, de portador del Nazareno del Calvario, pero un nerviosismo especial, raro, te recorre el cuerpo, vuelvo a ocupar el sitio de siempre, primera fila primer varal izquierdo, es un año más pero parece el primero, llega la hora empieza a salir la Hermandad, primeras filas de nazarenos y de fondo las bandas comienza a tocar, pronto estamos en la calle, el capataz, Isidro, da la orden…preparados? Arriba! ya lo tenemos sobre nuestros hombros!..en el sitio!, sin avanzar!.....lo mecemos!, Mi privilegiada posición, en la primera fila, me hace ver las caras de las personas agolpadas en la entrada del Calvario, y yo que no puedo mirar para atrás para ver a mi Nazareno, veo reflejada en ellas, su sereno dolor, su humillación, su cansancio, su carga del madero de la cruz en su hombro….. que va quedando plasmado en sus retinas. El bamboleo de su túnica, su amplia zancada…es el único movimiento percibido, creando a su alrededor un silencio, solo roto por algún suspiro, y el llanto…. de alguna camarista emocionada. Avanzamos por la calles del Barrio, llegando a la parroquia, es un noche de primavera algo fría, y con una tímida lluvia amenazante, la noche se ha echado encima, los nazarenos portan sus cirios en el cadera ya encendidos. Sin darnos cuenta y todavía con los nervios de la salida hemos recorrido ya un largo trecho. La Hermandad ya está entrando, en el Callejón de la Amargura, estrecha y angosta calle, bonita para procesionar por ella, dando paso enseguida a San Salvador donde coge entera la procesión, la cruz de guía, en la puerta de la Concatedral, La Oración en el Huerto, La Flagelación, El Nazareno después,…y la Amargura….. parada en casa de María Teresa. Hacemos un buen esfuerzo y subimos la Plaza de Santa María para llegar a la Concatedral, El Nazareno ha vuelto a su casa, pero esta vez solo se asoma, parece querer volver a ver a su Madre, la Virgen de los Dolores que todo el año tiene enfrente. ¡Ya me llevan al Calvario Madre, ya me llevan a la cruz! Avanza el Martes Santo, la noche se vuelve más fría, hay mas silencio, alguna saeta bien cantada, anima y sobrecoge a la
Semana Santa Mérida 2014 vez, venga costaleros! Ya estamos llegando al Calvario! La estación de penitencia va tocando a su fin. Otra vez la Cofradía entera en una calle, Calvario,¡ su calle!, …..Y en lo alto espera el pueblo. Ya lo han visto prenderlo en el Huerto, azotarlo y coronarlo de espinas, y ahora lo ven llegar, rendido y humillado, sin fuerzas para sujetar el madero……el costalero a paso lento y cansino, lo ayuda cual cirineo a culminar el mandato encomendado………Y a los acordes de la Banda y los aplausos, los costaleros damos rienda suelta a la emoción contenida….¡viva el Nazareno! ¡viva! Gritamos al unisono. ¡Un año más hemos cumplido!. Y así, de esta manera me fui dando cuenta a los largo de estos años, cargando por las calles de mi ciudad, ese hermoso paso dorado, como un pequeño grupo de hombres, podemos llevar y conseguir emocionar, reflexionar, y hacer que se sienta al menos un instante, un momento, a Cristo Jesús en su sufrimiento hacia la Cruz. Y fue una hermana de la Vera Cruz, quien conmovida y sintiendo sin duda todo esto, emocionada después de haber vivido junto a mí una Semana Santa, distinta, a las que vivió anteriormente, escribió unos sencillísimos versos producto de su emoción y de su amor, que decían así: Le vi sobre tus hombros, lentamente caminando Por el Calvario, paso a paso, El Nazareno iba bajando El ánimo de todos, la lluvia fue minando Pero Él, entre su pueblo, poco a poco, fue avanzando Llego hasta mí, y llegaste tú, se acelero mi corazón Un inmenso amor desbordó mi alma ese Martes de Pasión. Rece una vez, rece otra vez, pedí que me quisieras algún día, Me dio fe, me dio esperanza, lleno mi vida de alegría La Virgen de la Amargura, de negro, que guapa estaba! Esperaba a su hijo que lentamente se acercaba Guiado por “Mi Amor”, paso a paso, avanzaba Llego su hijo, llego mi luz, mi corazón se emocionaba Te vi bajarle de la Cruz, le vi en el rostro su dolor Rece una vez, rece otro vez, di gracias por nuestro amor Te vi cuidarle, te vi mimarle, le vi tranquilo y sosegado En su lecho durmió, para Él todo había terminado Sin duda, debajo como digo de esos pasos, conviven un grupo de personas que
para mí, son los que verdaderamente propician la devoción a la imagen que llevan encima. Un paso, a ruedas, como antiguamente, estaba un poco vacio, hueco sin duda, le faltaba la fe con la que cada uno de ellos se entrega al esfuerzo de soportar el peso en su cerviz o en sus hombros. En esto, Mérida, nuestra ciudad, lleva ya tiempo viviendo unos maravillosos tiempos. Todos y cada uno de los pasos, con mayor o menor esfuerzo son sacados de los templos cada año, por unas cuadrillas, grupos de hombres y mujeres comprometidos con su Imagen y Hermandad. No hace mucho tiempo podíamos ver más de un anuncio pidiendo colaboradores para poder formar un grupo para sacar algún paso, (todavía alguno queda), así como podíamos ver también como salían pasos a ruedas, perdiendo sin duda como decía antes un poco de devoción, de verdadera pasión y de la verdad de lo que se quiere representar, plasmar y transmitir con un paso de Semana Santa. Ahora nuestra vista, viaja desde las bambalinas de un paso de palio o desde la cartela de un paso de Cristo crucificado….hasta las zapatillas, y alpargatas de los costaleros que lo llevan, pudiendo a veces, hasta sentir su dolor, su queja y el calor humano que desprende el esfuerzo de los que ahí abajo van. Si todo esto nos emociona con solo verlo, ¿Qué sentirán los costaleros? ¿Y que les lleva a ello?. ¿Que les ira diciendo su corazón? Estoy seguro que si le preguntáramos uno a uno, recibiríamos también distintas razones de cada uno de ellos, y del porqué. Unido sin duda a su fe, a su creencia, y a su tradición, seguramente familiar y trasmitida en generaciones. Hoy en el año de la Fe de nuestra Iglesia, sería fácil conjugar el binomio costalero y fe, fe y costalero. Hay que decir, hay que pregonar, que todos y cada uno de nosotros somos costaleros, sí, creo firmemente, que el sacar los pasos de semana santa a hombros o a costal, es representar, es enseñar la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor por las calles. “Pero la vida es un duro varal, o una dura trabajadera”, somos ¡costaleros de la vida¡ diría yo…cuanta es la carga que soportamos a diario, enfermedades, paro, crisis…..y un largo etc. Que son sin duda los verdaderos varales y trabajaderas, clavadas en la cerviz y en nuestros hombros, y en nuestro corazón, y que por
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más que intentemos agacharnos y aliviar el peso, no podemos librarnos del él. Pero los que tenemos Fe, y el costalero la tiene a raudales, sabemos que nos queda Él. Y nos aferramos a su ayuda, a su corazón, al Corazón de Jesús, y pensamos..este año te saco a hombros Dios mío! Madre mía! Tienes que librarme de este sufrimiento, que me agobia, y que me puede…. Y a veces, desgraciadamente y además, conjugamos ambas cosas…..porque, ¿hay algo peor, que no poder sacar a tu imagen?...cuántas veces hemos visto llorar a nazarenos, directivos, damas..y sobre todo a costaleros cuando las inclemencias del tiempo no han permitido la salida de la procesión. Solo hace un año lo vivimos aquí! Hoy tienen que permitirme, que además me acuerde de varios hombres y mujeres, que no por la lluvia ni el mal tiempo, si no por la sinrazón, por la tozudez, o porque ¡Pilatos ha vuelto una vez mas a lavarse las manos soltando a Barrabas!......, o simplemente porque Dios lo ha querido así, no pueden estar como quisieran con su Imagen, con su Hermandad, con su gente. Tengo para ellos que leerles, unas acertadas palabras de nuestro Arzobispo Don Santiago referente a ello: El maligno, que tentó a nuestros primeros padres, sigue en su empeño de torcer nuestro criterio, nuestras inclinaciones, nuestra visión de la vida y de las cosas, y de entorpecer las relaciones humanas sembrando el egoísmo y barriendo los escrúpulos a base de endurecer la conciencia. De ahí que ocurran entre nosotros cosas que parecen inconcebibles. …..ese es el caso de las personas que para satisfacer los propios e injustos deseos, con el tiempo se hacen incontenibles e insaciables. ¿Dónde está entonces la solución? La solución está en el corazón de las personas. Por tanto, al igual que el Corazón de Jesús nos ama y se entrega por cada uno de nosotros como un corazón humano, es muy humano que los costaleros se entreguen a él de la misma forma, buscando sin duda su redención, y así vencer nuestros problemas. Dejemos entonces, sin alardes y sin los signos externos que hacemos y que tan de moda están, de que lo tenemos, y fijémonos en el de los costaleros y portadores, ellos saben que la solución, al menos en parte, se inicia en su corazón. ¡He dicho! Fernando Carrasco Martín 15 de Marzo de 2013